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Leptospirosis




Enviado por kujoti



    1. Resumen
    2. Aspectos
      históricos
    3. Sinonimia
    4. Importaancia económicay
      sanitaria
    5. Bacteriología
    6. Epidemiología
    7. Distribución
      geográficay prevalencia
    8. Fuentes de
      infección
    9. Factores asociados a la
      infección
    10. Vías de
      transmisión
    11. Patogenía e
      inmunidad
    12. Sintomatología
    13. Diagnóstico
    14. Profilaxis y
      tratamiento
    15. Bibliografía

    RESUMEN

    La Leptospirosis en una enfermedad infecto-contagiosa,
    aguda y febril causada por una bacteria del género
    Leptospira que afecta sobre todo a los animales salvajes
    y domésticos, que sirven como fuente de infección
    para el hombre,
    presenta una epidemiología compleja y de distribución cosmopolita, en la que varias
    especies, principalmente los roedores actúan como
    hospederos de mantenimiento
    de muchos serovariedades en todo el mundo, siendo al hombre y los
    animales de explotación económica y social
    hospederos accidentales.

    Las prevalencias y tasas de incidencias publicadas para
    esta enfermedad en el mundo varían notablemente
    según la zona y pueden llegar a alcanzar valores
    elevados en tiempos de inundaciones y en los países
    tropicales y subtropicales.

    Además, presenta un importante aspecto
    socio-económico y sanitario, que radica principalmente en
    las pérdidas económicas de carácter reproductivo y productivo en la
    ganadería
    y en el hecho de que es una zooantroponosis (zoonosis).

    Palabras Claves: Leptospirosis,
    Leptospira.

    ABSTRACT

    Leptospirosis is an acute, febrile and infectious
    disease, cause by bacteria of the genus Leptospira which affects
    both wild and farm animals, they serve as the source of infection
    to man. It has a complex epidemiology with a world wide
    distribution, by which various rodents act as host maintenance of
    different serovars, while man and domestic animals affected
    accidentally.

    Both the prevalence and incidence of the disease around
    the world vary from country to country according to the
    geographical area and a times may be very high during heavy
    rainfall.

    Apart from being a zoonotic disease, it has social,
    economic and sanitary importance in all societies especially
    within farm animals.

    Key words: Leptospirosis, Leptospira.

    INTRODUCCIÓN

    La Leptospirosis es una zoonosis de distribución
    mundial, producida por una espiroqueta de las cepas
    patógenas del género Leptospira, que afecta tanto a
    los animales silvestres y domésticos así como al
    hombre (Thiermann, 1984), caracterizada por: fiebre, mialgia,
    procesos
    hemorrágicos, ictericia, nefritis, hemoglobinuria,
    anorexia,
    náuseas, cefalea, etc.

    Los países tropicales y subtropicales son los
    más afectados pues las condiciones climáticas como:
    precipitación, temperatura,
    humedad relativa así como el pH, estructura y
    la composición de suelo) más
    favorables a su presentación. La OMS. ha estimado una tasa
    de incidencia en humanos entre 4-100 casos por 100 000 habitantes
    en estos países, dando a conocer que un brote en China
    alcanzó una tasa de 1300 casos por 100 000 habitantes
    (OMS., 1998).

    En la ganadería su importancia radica sobre las
    pérdidas económicas que

    produce en la reproducción donde puede aparecer
    ,mortinatos, abortos y/o nacimientos de animales débiles e
    infertilidad. Resulta difícil estimar las pérdidas
    por este concepto, en gran
    parte por las dificultades inherentes al diagnóstico de la enfermedad (Ellis, 1994).
    También, se debe añadir los gastos en
    medicamentos referentes a las personas que enferman por
    leptospira.

    ASPECTOS HISTÓRICOS

    La Leptospirosis es una enfermedad infecto –
    contagiosa de carácter zoonótico (Hutyra et al.,
    1973), de distribución mundial, producida por cepas
    patógenas del género Leptospira, incluida en las
    especies L. interrogans (Ruiz, 1995); las cuales poseen las
    mismas características morfológicas (Jubb y
    Kennedy, 1973) y fisiológicamente uniforme, pero que
    serológica y epidemiológicamente son muy diversas
    (Muñoz,1999); caracterizada por un estadío
    septicémico y otro lesional durante el cual pueden
    presentarse ictericia, hemorragias, albuminuria y meningitis,
    etc. (Adler et al., 1982); afectando varios órganos:
    riñón, ojo, cerebro, el
    aparato
    reproductor grávido y no grávido de los
    mamíferos y otros ( Kingskote,
    1985).

    La Leptospirosis es una patema conocida desde 1886,
    año en que el médico Alemán Adolf Weil
    describió una enfermedad a la que denominó
    Ictericia Hemorrágica en Heidelberg entre trabajadores
    agrícolas alemanes (Weil, 1886; van der Hoeden, 1958). No
    obstante, un síndrome idéntico aparentemente fue
    descubierto varios años antes en trabajadores de
    alcantarillados (Landouzy, 1983). La sabiduría
    tardía o posteriores consigna que la descripción de Leptospirosis
    ictérica podría haber existido al principio del
    siglo XVIIII, algunos años antes de la descripción
    de Weil (Faine, 1994).

    Los primeros casos de Leptospirosis en humanos sin
    conocer el agente, los describieron, Weiss en 1881 y Weil en
    1886. Los científicos Japoneses Inada e Ido fueron los
    primeros en describir el agente causante de la enfermedad al
    comienzo del 1915 (Everard, 1996); aislado por vez primera por
    estos mismos investigadores pero en 1916, siendo nombrado
    spiroqueta icterohaemorrhagiae, y luego renombrado Leptospira en
    1917. También en 1917, Noguchi aisló en ratas pero
    en Nueva York, EE.UU. (Noguchi, 1917). En 1917, se describe la
    infección en ratas gris (Rattus noruegicus) por el mismo
    agente y se postuló su posible papel como transmisora de
    esta enfermedad al hombre (van der Hoeden, 1958; Michna, 1970;
    Amatredjo y Campbell, 1975). La confirmación de
    aparición de la Leptospirosis en toda la frontera
    occidental europea fue obtenida rápidamente después
    de la publicación de los trabajos de Inada (Costa y
    Troisier, 1916; Dawson y Hume, 1916; Stokes et al., 1917;
    Wilmaers y Renaux, 1917).

    Las primeras informaciones sobre la enfermedad de
    leptospira en los animales procedían de la leptospirosis
    humana, datan del 1852 en que Hofer describió una
    enfermedad de los perros antes
    desconocida que llamó Tyfus Seu Febris Nervosa Canum. Keff
    en 1898 cambió el nombre de esta enfermedad por la
    enfermedad de los perros de Stuttgard (Stuttgarte Handesenchue).
    Sin embargo, su etiología de esta enfermedad fue aclarada
    en 1922 por el Checoslovaco Lukes, el cual demostró que el
    agente era una espiroqueta. Pero en la realidad, la primera
    descripción de las Leptospiras como agentes productores de
    enfermedad en los animales se realizó en 1933, cuando
    Klarenbeck y Schuffner demostraron que la L. canicola era el
    agente etiológico de la enfermedad Stuttgart en los perros
    (van der Hoeden, 1958). Michin y Azinov (1935) fueron los
    primeros en notificar la afectación de leptospirosis en
    los bovinos en la antigua USSR, denominándola como
    "hemoglubinuria infecciosa aguda", y del agente aislado L.
    icterohaemorrhagiae bovina. Estudios posteriores apuntaron a L.
    grippotyphosa como responsable de aquella enfermedad. Freund et
    al., (1941) y Jungherr, (1944) notificaron en esta misma especie
    tanto en Israel como en
    los Estados Unidos de
    América
    respectivamente, quedando este último como la primera
    notificación en el continente Americano. Mientras el
    primer reporte en Gran Bretaña fue al cargo de (Field y
    Wellers, 1950). Smith y Perry, (1952) divulgaron los primeros
    casos en Canadá.

    Los primeros diagnósticos hallados en el
    continente Africano datan casi al mediado del siglo XX por
    Donatien y Gayot, (1950) en Argelia; Cordier (1952) en
    Túnez y Farina y Sobrero (1960) en Somalia etc.

    La primera descripción de Leptospirosis en
    equinos fue en la antigua Unión Soviética por
    Lubaschenko y Nowikowa, 1947 y desde entonces en Australia,
    Willington y Ferris, 1953; Yugoslavia, Zakarija, 1953;
    Hungría, Kasza y Kemenes, 1955; en los EE.UU. Roberts,
    Cork y Robinson, 1955 y Francia, Rossi
    y Kolochine – Erber, 1955 (Hutyra et al., 1968). Pero
    anteriormente, había notificación sobre la primera
    observación de Leptospira en el
    riñón de equino ya en 1934 (Yamamuto,
    1955).

    El conocimiento
    de la Leptospirosis humana en Cuba remonta
    sobre la existencia por los reportes en casos humanos y
    así lo atestiguan los trabajos realizados por Francisco
    Navarro y Valdés ("La fiebre biliosa grave de los
    países cálidos no es la fiebre amarrilla, 1868") y
    de Emilio Martínez y Martínez ("Curabiladad del
    ictero grave primitivo, 1888"), donde se precisan ya casi todas
    las características epidemiológicas de la
    Leptospirosis (Pérez, 1968). Guiteras et al., (1920)
    notificaron la primera comunicación de los casos presuntivos
    atribuibles a Leptospirosis ocurrido en 1910 en trabajadores que
    construían el alcantarillado de La Habana. Pero estos
    mismos autores en (1921) diagnosticaron los primeros casos de
    leptospiras en Múridos (ratas) capturados en mataderos de
    La Habana. Transcurren algunos años sin que aparezcan
    investigaciones y es sólo cuando
    Pérez (1943) logró la comprobación de la
    enfermedad en un 28% de caninos a través de una encuesta
    serológica. Luego la primera confirmación en humano
    por el método
    serológico y microbiológica fueron presentado por
    Márquez, Soler y Curbelo en 1945 (Márquez,
    1945)

    Ramírez (1971) hace la primera
    notificación de la existencia de anticuerpos
    específicos de valor
    diagnósticos de Leptospira bovina en Cuba.

    SINONIMIAS

    La Leptospirosis se conocen por otros nombres tales
    como: enfermedad de Weil (L. icterohaemorrhagiae); Fiebre de los
    arrozales (L.bataviae); enfermedad de los heneficadoras;
    enfermedad de los porqueros (L.pomona); enfermedad de los
    manipuladores de pescados, ictericia enzóotica; enfermedad
    de Stuttgard (L. canicola en Europa);
    ictericia hemorrágica; ictericia infecciosa; agua roja;
    fiebre de los 7 días (L. hebdomadis en Japón);
    fiebre otoñal japonesa (L. autumnalis); fiebre de los
    ratones; tifus canino; fiebre de cieno, fiebre de los pantanos
    (L. grippotyphosa en los trópicos) fiebre del agua; fiebre
    de los cosechadores; fiebre de los campos, etc.(González
    et al., 1990; Ferguson, 1993; Bofill et al.,1996 ;Fresno, 1996).
    Todas estas denominaciones han sido utilizadas para describir la
    enfermedad producida por leptospiras según sus
    características epidemiológicas, clínicas,
    territoriales, especies afectadas, estacionalidad,
    etc.

    IMPORTANCIA ECONÓMICA Y
    SANITARIA

    La Leptospirosis considerada la epizoodemia más
    difundida en el mundo, tiene tanto importancia económica
    como sanitaria (Radostits et el., 1994). La repercusión
    económica más importante en la explotación,
    es el fallo reproductivo, secuela crónica de la enfermedad
    en las reproductoras, que causa mortinatos, abortos o nacimientos
    de animales débiles (Ellis, 1994; Fernández, 1999),
    disminución de la fertilidad. Resulta difícil
    estimar las pérdidas por este concepto en gran parte por
    las dificultades inherentes al diagnóstico de la
    enfermedad (Thiermann, 1984). También puede ser
    considerada importante la pérdida económica
    asociada al "Síndrome de caída de la leche" o
    agalactia producida por estos microorganismos (Ellis, 1983). A
    estas pérdidas, habría que añadir las
    originadas por desecho temprano y por aumento en la tasa de
    eliminación de animales por causas
    reproductivas.

    La Leptospirosis es una zoonosis (Faine, 1982), por los
    efectos sobre la producción animal, se le añade un
    importante aspecto sanitario donde en el ser humano está
    considerada una infección accidental (Sullivan, 1974;
    Heath y Johnson, 1994).Algunas prácticas laborales como
    los mineros, ganaderos, agricultores, deportistas
    acuáticos, trabajadores en mataderos, veterinarios etc.
    Así como ciertas actividades recreativas que implican
    contacto con aguas posiblemente contaminados de Leptospiras
    pueden provocar enfermedad en ellos (Pumarola, 1995; Bofill et
    al., 1996). Además del riesgo sanitario,
    hay que tener en cuenta la vertiente económica derivada de
    los gastos originados por el cuidado médico de los
    pacientes, bajas laborales, pérdida de productividad y
    capacidad de trabajo,
    vigilancia y control de los
    lugares de trabajo, ropas especiales de protección,
    seguros
    médicos para el personal en
    riesgo, evaluación
    de vacuna, etc. (Faine, 1991; Benenson, 1992; Martínez et
    al., 1993; Peña, 1999).

    BACTERIOLOGÍA

    TAXONOMÍA Y
    CLASIFICACIÓN

    Las Leptospiras pertenecen a familia
    Leptospiraceae, segunda familia del orden Spirochaetales
    (Canale-Parola, 1984; Hartskeerl et al., 2000). En la edición
    del "Bergey’s Manual of
    Systematic Bacteriology" 1984, se reconoce como único
    género dentro de la familia
    Leptospireceae al género Leptospira; dentro del cual se
    incluyen tres especies: Leptospira interrogans, Leptospira
    biflexa y Leptospira illini, esta última considerada de
    ‘estado
    taxonómica incierta’ aislada de un buey en Illione,
    EE.UU. (Johnson y Faine, 1984a). En la última
    edición del "Bergey’s Manual of Determinative
    Bacteriology" 1994, ya se recoge como género independiente
    el Leptonema, cuya especie tipo (y única especie del
    género) seria Leptonema illini. De esta forma, la familia
    Leptospireceae está formada por dos generos, Leptospira y
    Leptonema (Hovind-Hougen, 1979; Johnson y Faine, 1984b; Holt et
    al., 1994). En los últimos años y gracias a la
    utilización de nuevas herramientas y
    métodos de
    clasificación, se han reconocido varias especies del
    género Leptospira (Holt et al., 1994).

    Esquema # 1: Clasificación taxonómica y
    especies de leptospira.

    Division: Procariontes

    Clase: Schizomicete

    Orden: Spirochaetales

    Familia: Leptospiraceae

    Género:

    Leptospira

    Leptonema

    Turneria

    Otros

    Familia: Spirochaetaceae

    Género: Cristispira

    Spirochaeta

    Brachyspira

    Brevinema

    Anguilina

    Serpulina

    Treponema

    Borrelia

    Tabla 1. ESPECIES LEPTOSPIRA

    Patógenas

    Saprofitas

    L. interrogans©

    L. borgpetersenii

    L. noguchii

    L. santarosai

    L. alexanderi ®

    L. kirschneri

    L. meyeri*

    L. fainei*

    L. Weilii

    L. inadai*

    L. biflexa●

    L. wolbachii

    L. parva

    (Holt et al., 1994; Perolat et al., 1998;
    Brenner et al., 1999; Quinn et al., 2002)

    ® Fue descrita recientemente, pero su capacidad
    patogénica no está clara todavía (Brenner
    et al., 1999).

    • Sus estados patogénicos no están
      claro o cuestionable.( Hartskeerl et al.,2000)

    © Más de 250 serovariantes agrupadas en 25
    grupos

    ● 63 serovariantes agrúpados en 38
    serogrupos.

    CLASIFICACIÓN
    SEROLÓGICA

    Antes del 1987, el género Leptospira fue dividida
    en dos especies, L. interrogans, que incluye todas las
    Leptospiras patógenas y/o de vida parasitaria, y L.
    biflexa, especie en la que engloban todas las saprófitas
    aisladas del medio ambiente
    (Johnson, 1950; Faine y Stallman, 1982). A pesar de que esta
    denominación es la que ha estado utilizando durante varios
    años, fue admitida oficialmente en 1986, cuando L.
    interrogans fue diferenciada de L. biflexa, este último
    creció a 13 0C en presencia de 225ug/mL de
    8-azoguanina, siendo L. interrogans negativa a ambas propiedades
    (Kmety y Dikken, 1993; Levett, 2001).

    Tabla 2: Características
    diferenciales entre las especies de Leptospira

    Leptospira Leptospira Leptospira

    Interrogans biflexa illini*

    Patogenecidad Si No No

    Crecimiento a 13 0 c No Si
    Si

    Inhibición del crecimiento por

    8-azoguanina (225ug/ml) Si No No

    Conversión de las celulas a
    formas

    espericas por NaCl 1M Sí No No

    Actividad lipasa ? Si Si

    % de G-C que hay en ADN
    35,3-39,9 38,0-41,0 53

    Crecimento en caldo soya-tripticasa No No
    Si

    Tubulos citoplasmaticos No No Si

    (Johnson y Rogers, 1964; Johnson y Harris,
    1967)

    *En la 8va edición del Manual Bergey
    fue denominado como género Leptonema, pero cambió
    a especie incertae sedis. (Ginebra, 2001).

    Levett (2001) y Arias et al., (2002) daban a conocer que
    en la última aprobación por el comité de
    Taxonomia y
    Nomenclatura
    de Leptospira se establecen más de 250 serovares agrupados
    en 25 serogrupos.

    Tabla 3: Serogrupos y algunos serovares más
    representativos de L. interrogans sensu lato.

    Serogrupos Serovar(es)

    Australis, australis, bratislava, lora

    Autumnalis autumnalis, forbragg, bim,
    weerasinghe

    Ballum ballum, aroborea

    Bataviae bataviae

    Canicola canicola

    Celledoni celledoni

    Cynopteri cynopteri

    Djasiman djasiman

    Grippotyphosa grippotyphosa, canalzonae,
    ratnapura

    Hebdomadis hebdomadis, jules, kremastos

    Hurstbridge hurstbridge

    Icterohaemorrhagiae icterohaemorrhagiae,
    copenhageni, lai, Zimbabwe

    Javanica javanica, poi

    Louisiana louisiana, lanka

    Manhao manhao

    Mini mini, georgia, swajizak

    Panama panama, mangus

    Pomona pomona

    Pyrogenes pyrogenes

    Ranarum ranarum

    Sarmin sarmin

    Sejroe sejroe, saxkoebing, hardjo

    Semaranga patoc

    Shermani shermani

    Tarassovi tarassovi

    Pumarola, 1994; Levett, 2001. (Modificado)

    Los seroprupos no poseen taxonómia propia ni se
    encuentran definidos, pero tienen importancia
    epidemiológica (Dikken y Kmety, 1978; Faine, 1991). El
    serovar es el taxón básico (Timoney et al., 1988).
    Dikken y Kmety (1978); Kmety y Dikken (1993) y Johnson y Faine
    (1984b) platean que para la determinación de los serovares
    tanto de, L. interrogans como, L. biflexa se logra por la
    aglutinación después de una absorción
    cruzada con antígenos homólogos. Dentro de cada
    especie de Leptospira, se incluyen uno o más serovares,
    que se diferencian entre si por su composición
    antigénica. La definición de serovares fue
    formulada por vez primera en 1954 por Wolff y Broom, no ha sido
    para la clasificación sistémica solamente sino para
    su aplicación práctica y la descripción de
    la relación entre hospedero- parásito. La
    clasificación reciente todavía utiliza lo que estos
    dos autores dejaron planteado acerca de la determinación
    de los serogrupos y serovares (Hartskeerl et al.,
    2000)

    Por razones prácticas, los serovares relacionados
    antigenicamente se clasifican bajo el mismo serogrupo (Regalado
    et al., 1992; Kmety y Dikken, 1993). También hay
    reacción cruzadas entre algunos serogrupos.

    Esquena # 2: REACCIÓN CRUZADAS ENTRE ALGUNOS
    SEROGRUPOS
    .

     Para ver el
    gráfico seleccione la opción "Descargar" del
    menú superior

     (Hartskeerl et al., 2000)

    Esta forma de clasificación también se
    refiere como la clasificación clásica u oficial. Se
    basa en las técnicas
    de aglutinación cruzada y aglutinación cruzada tras
    absorción utilizando el método de prueba de
    Aglutinación Microscópica (MAT).

    Clasificación
    Alternativa

    La aparición de nuevos métodos de
    clasificación e identificación de Leptospira,
    responde a la necesidad de encontrar métodos más
    fiables y de menos subjetividad que el método
    clásico que además está considerado como
    lento y difícil de estandarizar (Ellis et al., 1988). En
    la reunión de "Subcomité para la Taxonomía
    del género Leptospira" ( TSCL) en Praga en 1994
    Anónimo,(1994), aunque se recomienda el sistema de
    clasificación taxonómica siga basándose en
    el serovar , se permite la utilización de otros
    métodos opcionales para la identificación y
    clasificación, como: anticuerpos monoclonales, el análisis de factor e investigación de los patrones de fragmentos
    de ácidos
    nucleicos obtenidos por tratamiento con enzimas de
    restricción mediante sonda de ADN, estudios de la
    actividad aminopeptidasa, microscopia electrónica, etc.(Dikken , 1986;
    Houvin-Hougen, 1986; Terpstra et al., 1987; Korver et al., 1988;
    Yan et al., 1999) . También se la llama
    clasificación genotípica donde la
    clasificación ha sido remplazada por el genotipo. Esto
    incluye todos los serovares de las dos especies más
    estudiadas. La reclasificación de Leptospiras a base de
    genetipos, taxonomicamente es correcto y promueve un fundamento
    científico para la futura clasificación. Sin
    embargo, la clasificación molecular es problemática
    para los microbiólogos, clínicos y
    epidemiólogos porque no se comparte con el sistema ya
    utilizados por esos especialistas hace varios años
    (Levett, 2001)

    ETIOLOGÍA

    El termino "Leptospira" procede del griego lepto (fino)
    y spira (espiral). Las Leptospiras son espiroquetas aerobios
    obligados, flexibles, muy finos, helicoidalmente enrollados, y de
    gran movilidad, de 5 a 20µm de largo por 0,1 a 0,5µm
    de ancho (Faine et al, 1999), ambos extremos semicirculares de
    forma de gancho, aunque a veces uno de los dos extremos
    está doblado y el otro se mantiene recto o ambos rectos
    (Hoeprich, 1980; Faine y Stallman, 1982; Hartskeerl et al.,
    2000). Poseen un movimiento
    activo flexuoso de rotación, ondulatorio y
    translucidación (Berg et al, 1978) que se produce en
    ausencia de flagelos externos y depende de dos flagelos
    piroplasmáticos (filamento axial), que están
    insertados en ambos extremos de la bacteria (Swain, 1957). Son
    agentes tan finos que pueden pasar filtros que retienen otras
    bacterias
    (0,1- 0,45µm) (Swain, 1957; Dikken y Kmety, 1978; Baseman,
    1990; Faine, 1991). Las Leptospiras solo pueden ser visible por
    microscopía de campo oscuro o de contraste de fase, pero
    no por microscopía de luz de campo
    brillante (Johnson y Faine, 1984; González, 1989). No se
    tiñan con facilidad con los colorantes de anilina aunque
    son gramnegativo; mas pueden impregnarse por plata (Fontana
    – Tribondeau, Levatidi, Rojo Congo, Tinta China), por
    fluoresceína, peroxidaxa conjugada más reactivos
    coloreados o por hibridación del ADN con reactivos
    coloreados biotina–avidit (DAB) (Winn, 1998).

    En medio de cultivo líquido, el movimiento de las
    Leptospiras es de rotación rápida sobre su eje
    longitudinal. En medios
    semisólidos, el movimiento es en serpentina y
    horadación y en medio sólidos reptan por la
    superficie (Ginebra, 2001)

    Al microscopio
    electrónico se observa que están
    constituídas por: una membrana externa o envoltura (
    lípidos,
    proteínas, LPS) ( esta envoltura externa es
    de gran importancia antigénica) que rodea la pared celular
    de peptidoglucano, dos flagelos periplasmáticos
    (filamentos axiales) situados entre la membrana externa y la
    pared celular fijos en ambos extremos de la bacteria, cuyos
    extremos libres se extienden hacia la parte media y no se
    superponen, un cilindro protoplasmático de forma
    helicoidal con el contenido celular-material nuclear, ribosomas,
    mesosomas y cuerpos de inclusión celular -( Faine,1991;
    Haake, 2000; Harstkeerl et al., 2000). Los cuerpos basales
    flagelares semejan los de las bacterias gramnegativas, con la
    excepción de L. illini, una especie de ubicación
    incierta (incertae sedis), los cuales son similares a los de las
    bacterias grampositivas. La denominación de esta especie
    está basada en que el cuerpo basal del flagelo
    piroplasmático es similar a los de las bacterias
    grampositivas y a que poseen un mechón de túbulos
    citoplasmáticos, presentes en Treponema pero no en
    Borrelia (Russel et al., 1999; Ginebra, 2001).

    Estos agentes poseen actividad oxidasa, catalasa,
    peroxidasa y estreasa (Smibert, 1977; Dikken y Kmety, 1978); en
    condiciones de laboratorio
    crecen en medio cultivos simples a un pH de 7,2 – 7,6 y una
    temperatura de 15 -18 0C Faine, 1991) utilizando los
    ácido grasos de cadena larga (Tween) como fuente de
    carbono y las
    sales de amonio como fuente de aminoácidos metabolizados
    por Beta Oxidación (Smibert, 1977). También estos
    medios son enriquecidos con Vit.B2 y B12
    que estimulan el crecimiento (Johnson y Faine, 1984; Benhnet y
    Plum, 1998). Además, necesitan fósforo y algunos
    iones metálicos durante un periódo de
    incubación entre 4-14 días, aunque para
    determinadas cepas o serovares puede ser superior a cuatro
    semanas (Faine y Stallman, 1982; Faine, 1991). El piruvato puede
    estimular el inicio del crecimiento en el caso de algunas cepas
    (Johnson et al., 1973; Faine, 1982).

    Los medios de cultivo pueden presentarse de tres formas:
    líquido, semisólido y sólido. Los medios
    sólidos (Cox) son en general de uso menos frecuente que
    los otros dos. La mayoría del medio liquido (Korrthoff,
    Stuart, Ellinghausen y McCullough, Johnson y Harris EMJH)
    habitualmente utilizado para el mantenimiento de cepas utilizadas
    en las pruebas
    serológicas, fue descrita por vez primera por Fletcher,
    Korthoff, Noguchi y Stuart (Turner, 1970). El medio
    semisólido (Fletcher) resulta adecuado para el
    mantenimiento de cepas de referencia. Tanto uno como el otro, son
    utilizados para el aislamiento a partir de muestras sospechosas.
    Basándose en sus componentes, los medios se pueden
    clasificar en tres grandes grupos: con suero
    de conejo, con ‘Tween’ y seroalbumina bovina
    Ellinghausen, McCulleugh, Johnson y Harris (EMJH) y sin
    proteínas (Shemberg) (Ellinghausen, 1960; Bey y Johnson,
    1978; Thiermann, 1981; Faine, 1982; Hartskeerl et al., 2000;
    Ginebra, 2001).

    Los medios clásicos fueron modificados por
    Johnson y Harris en 1976 (EMJH), son perfectamente validos para
    el cultivo de los serovares menos exigentes como
    icterohaemoarrhaegiae y pomona, pero no son útiles para
    los más exigentes como hardjo en bovino. Para el
    aislamiento de este serovar, se han descrito medios más
    aptos como el EMJH suplementado con 1% se suero de conejo o el
    medio con Tween 80/40 (Ellis, 1986).

    RESISTENCIA DEL AGENTE
    ETIOLÓGICO

    Las Leptospiras son microorganismos que sus
    supervivencias dependen ampliamente sobre variaciones del pH del
    suelo y las condiciones ambientales ya sea temperatura o humedad
    relativa. Particularmente, son muy sensibles a la
    desecación, luz solar directo, pH ácido y alcalino
    ya que un pH menor que 6 o mayor que 8 tiene carácter
    inhibitorio sobre el microorganismo. Una temperatura <= 13
    0C o => 35 0C provoca la muerte
    rápidamente (Blood et al., 1982; Marga, 2004).
    Además, existen distintas substancias químicas de
    carácter leptospiricidas: fenol al 5 %, alcohol al 70
    %, formol al 2%, ácido clorhídrico 2%,
    emulsión de creolina al 5%, sosa cáustica al 2%,
    durante 5 minutos, solución al 0,05 % de ácido
    sulfúrico, en 5 minutos (Arzumania, 1970; Hellstrom y
    Marshall, 1978; Regalado et al., 1992). Son muy sensible a la
    solución hipertónica de sal común (2,8%),
    bilis, putrefacción y a la mayoría de los
    antibióticos in vitro o in vivo como la penicilina,
    estreptomicina, aureomicina y los grupos macrólidos (van
    der Hoeden, 1958; Michna, 1970; Thiermann, 1984). Sensible
    tambien a una temperatura de menos 70 0C liquido
    N2 (Marga, 2004).

    Si la orina de por sí, tiene una reacción
    ácida las Leptospiras presentes en ellas, pronto sucumben.
    Esta probabilidad es
    la principal razón por la cual la orina human no disemina
    la infección y la orina de ratas, mientras no sea
    diluída, no tiene mucho riesgo (van der Hoeden, 1958).
    Pero las leptospiras viven en orina débilmente
    básica como: del cerdo, vaca y equino durante diferente
    período, sin embargo, en orina ácida
    (carnívoros) mueren rápidamente (Halasa,
    1967).

    Para la supervivencia en el medio ambiente
    necesita una humedad alta del suelo, una temperatura de 25
    0C, con agua de un pH neutro o ligeramente alcalino y
    la presencia de materia
    orgánica (Timoney et al. 1988; Prescott, 1993). En suelo
    con todas estas condiciones y saturado, pueden vivir hasta 183
    días y suelo seco 30 minutos (Hellstrom y Marshall, 1978).
    En agua estéril pueden vivir hasta 3 meses o más,
    en aguas alcalinas en semanas, en lagunas varias semanas, en
    orina alcalina más de 16 días y en nitrógeno
    liquido 32 meses (Bombinbre y López, 1998). También
    hay reportes de sobrevivencia en leche refrigerada por los menos
    3 días (Michna, 1970) y leche adulterada con agua puede
    sobrevivir hasta 60 días (van de Heoden, 1958). En
    tejidos no
    contaminados y guardados a 4 0C pueden sobrevivir a
    varias semanas, en sangre no
    coagolada y desfibrinada mantenida a temperatura ambiente
    (20–25 0C) sobreviven durante semanas. En las
    congelaciones rápida y a -70 oC pueden
    mantenerse más de 5 años en cultivos, así
    como en sangre y tejidos contaminados (Ginebra, 2001). Se ha
    demostrado que las Leptospiras pueden sobrevivir: 9 días
    en músculo, 13 días en los riñones, 12
    días en el hígado y 8 días en el bazo luego
    de la muerte del
    animal (Wesselinoff et al., 1962). Se han incluido las garrapatas
    en este campo ya que, Michna, (1970) pudo hallar que las
    Leptospiras eran capaces de sobrevivir 518 días en el
    interior de Ornithodoros turicata y por lo menos 26 días
    en el intestino de moscas no hematófagos.

    Las Leptospiras son resistentes al ácido
    nalidíxico, propiedad que
    puede utilizarse en la elaboración de medios de
    crecimiento para controlar la proliferación de otros
    microorganismos. Además, no incorporan el 5-fluoracilo del
    medio, por lo que puede añadirse a los medios para el
    aislamiento a partir de muestras patológicas. La tenacidad
    de este agente está avalada por algunas condiciones
    ambientales ya mencionadas.

    Cuba siendo un país subtropical no es
    excepción ya que Cabezas et al., (1981) pudieron demostrar
    que la L. pomona y L. canicola superan los 10 días de
    supervivencia en orina de cerdo y aguas contaminadas, mientras en
    aguas naturales es superior a 20 días.

    EPIDEMIOLOGÍA

    La Leptospirosis es considerada la zooantroponosis de
    gran distribución mundial (WHO, 1999). El estudio de la
    epidemiología es complejo debido al gran número de
    factores que influyen en su presentación, lo cual
    dificulta la extrapolación entre las diferentes regiones
    geográficas y obliga el
    conocimiento individualizado de cada continente, país,
    región o zona. Las distintas cepas patógenas de
    Leptospira pueden afectar potencialmente a los mamíferos,
    donde algunos actuarán como hospederos de mantenimiento o
    accidental en función
    del serovar considerado.

    ESPECIES SUSCEPTIBLES

    Las especies de mayor importancia económica son:
    bovinos, equinos, cerdos, ovejas y cabras; también afecta
    en mayor o menor grado a otros animales domésticos y
    salvajes como: perros, gatos, venados, mofetas, mapiches,
    zurigüeyas, musarañas, nusos, canguros, mangostas,
    murciélagos, peces,
    reptiles, ranas, conejos,, zorros, erizos,
    chacales , nonatos, ratas y ratones, etc.(Sullina,1974; Blood, et
    al., 1982; Thiermann, 1984; Bofill, et al., 1996) y por
    último contribuye una zooantroponosis (Levett,
    2001).

    HOSPEDERO DE MANTENIMIENTO: Es aquel que asegura la
    perpetuación de una población determinada de parásitos
    sensus lato, sin la intervención de ningún
    hospedero accidental. Por lo tanto, la población de
    mantenimiento será aquella especie animal que actúa
    como un reservorio continuo de un serovar, en un ecosistema
    determinado (Little, 1986). Una o varias especies de
    mamíferos domésticos o salvajes actúan de
    hospederos de mantenimiento de cada serovar o serogrupo de
    Leptospira patógena (WHO, 1965), donde una especie animal
    puede ser reservorio de varios serovares y diferentes especies
    animales serlo de un mismo serovar (Trap, 1988). La complejidad
    de la epidemiología de la Leptospirosis es basada sobre el
    gran número de especies de diversas familias de
    mamíferos (roedores, carnívoros, marsupiales,
    etc.), que tienen la capacidad de mantener una amplia variedad de
    serovares (Michna, 1970). Los hospederos de mantenimiento se
    caracterizan por los siguientes elementos:

    • Gran receptividad a la infección por el
      serovar frente al que mantiene como hospedaderos ( dosis
      infectiva es menor)
    • Relativa baja patogenicidad del microorganismo en el
      hospedero.
    • Presencia de infección renal con leptospiruria
      prolongada.
    • Infección crónica
    • Transmisión eficaz de la infección a
      los animales de la misma especie por contacto
      directo.
    • En algunos hospederos, se mantiene la Leptospira en
      el tracto genital

    (Babudieri, 1958; Ellis, 1983; Ellis, 1986; Little,
    1986; Pritchard, 1986; Timoney et al., 1988; Prescott,
    1993)

    La transmisión de la infección entre
    hospederos de mantenimiento se realiza independientemente de las
    condiciones climáticas y ambientales. Sin embargo, en el
    caso de la transmisión entre hospederos de mantenimiento y
    accidental o entre accidentales hace necesario la supervivencia
    del agente en el medio ambiente para poder efectuar
    la infección (Thiermann, 1984; Prescott, 1993; Ellis,
    1994).

    Hay algunas especies silvestres que actúan como
    hospedero de mantenimiento en algunos países europeos:
    Rata gris (Rattus norvegicus) de icterohaemorrhagiae en toda
    Europa ( Salt y Little, 1977; Trap, 1988; Harstkeerl y Terpstra,
    1996), rata negra (Rattus rattus) de icterohaemorrhagiae en todo
    Europa ( Trap, 1988; Heath y Johnson, 1994; Hartskeerl y
    Terpstra, 1996), Topillo (Microtus arvalis) de grippotyphosa en
    Holanda y Francia ( Trap, 1988; Hartskeerl y Terpstra, 1996),
    erizo (Erinaceus europaeus) de bratislava y australis en Francia
    ( Trap, 1988). Heath y Johnson, (1994) apuntan el ciervo y al
    mapache como reservorios silvestres de pomona. Mientras Heath y
    Johnson, (1994) y Bolin, (2000) declararon las ratas como
    hospederos de mantenimiento principalmente al serogrupo
    icterohaemorrhagiae y ballum; cerdo de pomona, tarassovi y
    bratislava (Quinn et al., 2002), oveja puede ser hardjo y pomona;
    ovino serogrupo australis, especialmente serovar bratislava
    (Little et al, 1981; Songer y Thiermann, 1988) y el perro
    canicola. Ellis et al., (1981; 1982) proclamaron al ganado bovino
    como hospedero de mantenimiento del serovar hardjo y
    también puede ser de pomona y grippotyphosa (Ris et al.,
    1973), siendo en EE.UU pomona (Timoney et al., 1988) al contrario
    de lo que ocurre en Europa (Little, 1986). Quinn et al., (2002)
    señalan al especie equina como posible especie de
    mantemiento al serovar bratislava.

    HOSPEDEROS ACCIDENTALES

    Cualquier mamífero puede ser, potencialmente,
    hospedero accidental de las Leptospiras (Thiermann, 1984; Heath y
    Johnson, 1994). Las características de mayor importancia
    de un hospedero accidental durante la infección de
    leptospira son:

    • La transmisión es intraespecie y
      esporádica
    • Signos de forma aguda grave ( hepatitis,
      crisis
      hemolítica)
    • Duración de la leptospiruria es apenas
      semanas
    • Muestra para el diagnóstico es el animal
      enfermo
    • Bajo porcentaje de animales seropositivos

    Ejemplo de serovares accidentales según especie
    animal.

    ESPECIE SEROVAR

    Bovinos grippotyphosa, pomona,
    icterohaemorrgagiae

    Porcinos autumnalis, icterohaemorrgagiae,
    grippotyphosa

    Perro icterohaemorrhagiae

    Caballo pomona

    Ciervo hardjo

    (Heath y Johnson, 1994).

    DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA Y
    PREVALENCIA

    La Leptospirosis es una enfermedad cosmopolita
    (Sullivan, 1974; Thiermann, 1984).

    Teóricamente, cualquier mamífero puede
    infectarse por cualquier serovar; pero en realidad, solo algunos
    serovares pueden ser considerados como endémicos y/o
    enzoóticos en una región (Thiermann, 1984;
    Prescott, 1993; Ellis, 1994). A nivel internacional los
    países endémicos son: España,
    Barbados, Hollanda, Francia, Russia, Perú, Argentina,
    Chile, Canada,
    Eslovaquia, Escocia, Pakistan, Tailandia, Nigeria, Costa Rica,
    Alemania,
    Dinamarca, Italia, Cuba,
    Australia, Zaire, Yugoslavia, Irlanda del Norte, Bangla Desh,
    Gabon, Japon, Venezuela.

    Epidemicos: Brazil, China, India,
    Puerto Rico y
    casos ailados Estados Unidos de las Americas (Colin et al.,
    2004). En este sentido, serovares como: pomona,
    icterohaemorrhagiae, canicola y grippotyphosa se consideran de
    distribución mundial (Sullivan, 1974; Prescott, 1993). La
    presencia de uno u otros serovares dependen de la existencia de
    mamíferos silvestres en esta región (WHO, 1965).
    Pero van der Hoeden (1958) declaró que tanto la
    distribución como la incidencia de la enfermedad depende
    del tipo del suelo y su pH, la temperatura y condición
    ambiental y de la capacidad de las aguas naturales de mantener a
    los microorganismos sin dañarlos.

    PREVALENCIA

    La prevalencia de la enfermedad varia notablemente entre
    los distintos continentes, países e incluso, entre los
    diferentes regiones de un mismo país así como entre
    las especies y edades de éstas.

    García-Carullo, (1966); Verma, (1977); Carpio y
    Iverson,(1979) y Perdomo y Garin (2002) afirman que en la especie
    equina la prevalencia puede llegar hasta 30 %. En caso de bovino
    también hay esta gran variabilidad como : España,
    Espí, (1995) obtuvo 10,4 % en Asturias mientras Alonso-
    Andicoberry el et.,(2001) diagnosticaron 7,6 % en animales
    individuales y 42,8 % en un rebaño, y 4,7 % de
    (Bohórquez et al. 2000); Ellis y Michna, (1976) y
    Pritchartd, (1986) publicaron un 49,1 % y 34,4 % respectivamente
    de Reino Unido , donde algunos le considera el país
    europeo de alta prevalencia; Francia se considera como el
    país con baja prevalencia en Europa con 1,8 % (Trap y
    Gaumont, 1986) pero a diferencia del 17,8 % obtenido en un zona
    de Loira en este mismo país ( André –
    Fontaine et al., 1988); Rocha, (1998) obtuvo 15,3 % en Portugal;
    Kingscote, (1985) reveló 15,3 % y en 1988, el estudio
    realizado por Albert dió a conocer un 8,3 %
    (Kingscote,1988), mientras Millar et al.,(1991) reflejaron una
    prevalencia de 49 % después de realizar un trabajo que
    comprendió a 49 estados. García-Carullo, (1966)
    obtuvo un 14,7 % en Colombia.
    .

    En el continente africano se han realizado varios
    estudios, Ndarathi et al., (1991) publicaron una prevalencia de
    18,3 % y 28,5 % referente a Kenya. También existen
    datos como:
    79,2 % por Sudáfrica (Turner, 1988); 1,9 %, 58,3 %, 72 % y
    74,6 % de (Wanyangu et al., 1988; King, 1991) respectivamente. De
    forma particular, Paparamborda, (2001) publicó una
    prevalencia de 24 % en seres humanos, 61 % en bovinos y 40 % en
    los cerdos.

    En humanos también tasa de incidencia tiene su
    variabilidad de acuerdo a los elementos ya mencionados. La OMS.
    ha estimado una tasa de incidencia en humanos entre 4-100 casos
    por 100 000 habitantes en casos de países tropicales y
    subtropicales y ha descrito un brote en China con una incidencia
    de 1300 casos por 100 000 habitantes (OMS., 1998). En el
    continente americano, ha sido publicado la prevalencia en algunos
    países como: México
    14,1 % (Zavala et al., 1984); Argentina 38 % (Suárez y
    Bustelo, 1986); Brasil 9,8 %
    (Souza, 1988); Cuba 12 % (Suárez et al., 1989); Salvador
    17,5 % (Sebek et al., 1989) y Colombia 18,5 % (Sebek et al.,
    1989). Pero se debe saber que ni el tamaño de muestra ni el
    grupo de alto
    riesgo se tomó encuenta. En octubre de 1995, en Achuapa,
    Nicaragua, se registraron 2 000 casos y 40 defunciones en humanos
    que representaban una enfermedad febril hemorrágica;
    inicialmente se estableció un diagnóstico de
    dengue
    hemorrágico, pero las pruebas serológicas fueron
    negativas para esta enfermedad y posteriormente se
    confirmó el diagnóstico de Leptospirosis (Kaki y
    Shich, 1996; Ochoa et al., 2001). En este mismo país, en
    el periódo posterior al huracán Mitch se
    registraron 523 casos sospechosos de Leptospirosis, con 7
    personas muertas por esta causa, lo cual representa una tasa de
    letalidad de 1,3 % (Mitch, 1998).

    En Cuba, la mayor tasa de incidencia en la
    población humana fue en 1994 cuando el paiz obtuvo una
    tasa de 25,6 por cada 100 000 habitantes, siendo en 2003 1,9 por
    cada 100 000 habitantes (Cruz de la Paz, 2004).

    FUENTES DE INFECCIÓN

    La principal fuente de contagio para el hombre
    constituye, la orina de animales enfermos, reservorios naturales
    así como el contacto directo con estos animales.
    También las aguas contaminadas, leche cruda, descarga
    vaginal, feto de
    animales infectados y fetos abortos etc. Siendo considerada como
    enfermedad profesional (Waitkins, 1986). La infección en
    granjeros, veterinarios, trabajadores de mataderos,
    médicos de inspección de carne, trabajadores de
    control de roedores (Chung et al., 1958; Blackmore et al., 1979;
    Chan et al., 1987; Campagnolo et al., 2000; Terry et al.,
    2000)

    Ocupaciones que requieren contactos con animales
    (Anderson et al., 1978; Looke, 1986). El contacto directo y/o
    indirecto es importante para alcantarillados, mineros, soldados (
    Johnston et al., 1983), trabajadores de higiene y de
    pesca (Gill et
    al, 1985; Robertson et al., 1981), trabajadores de ferias de
    animales y de canal (André-Fontaine et al., 1992),
    arroceros (Wang et al.,1965; Famatiga, et al., 1972; Padre et
    al., 1988), trabajadores de platanales (Smythe et al., 2000) y
    cortadores de caña de azúcar
    (Cotter, 1936).

    Para los animales, constituye la orina de animales
    infectados, asintomáticos y portadores; también
    el agua,
    leche, forrajes, pastos, tejidos de animales, descargas posparto,
    saliva, semen, instrumentos quirúrgicos así como
    vectores
    siendo los roedores (ratas y ratones) los más importantes
    por su condición de reservorio natural (van der Hoeden,
    1958; Michna, 1970; Timoney et al., 1988; Prescott, 1993; Ellis,
    1994; Benhnet y Plum, 1998). Algunos autores han considerado las
    garrapatas, aves y
    insectos como; moscas, mosquitos, etc. (van der Hoeden, 1958;
    Bofill, et al., 1996).

    AGUA: Para que ocurra la infección en el
    medio, las Leptospiras necesitan una supervivencia en este medio
    primero, la cual tiene una vinculación tremenda con la
    humedad relativa alta y la temperatura a su punto óptimo
    en el lugar de aparición. La temperatura del agua tiene un
    efecto benefioso, ya sea baja o alta. Las bajas diminuyen la
    multiplicación de los microorganismos, pero el tiempo de
    supervivencia aumenta y las altas temperaturas favorecen la
    multiplicación, pero con menos tiempo de supervivencia.
    Esto permite que las Leptospiras puedan sobrevivir y mantener sus
    capacidades infectantes en el agua durante 22 días y en el
    barro 5 – 6 días (van der Hoeden, 1958). Como las
    infecciones por este agente ocurren principalmente en zonas con
    abundante cantidad de agua; en áreas pantanosas o de campo
    anegado, los brotes son frecuentan en épocas de lluvia y
    en clímas templados (Covaleda et al., 1953; Prescott,
    1993). A pesar de todo esto, no todas las aguas son favorables
    para la supervivencia de las Leptospiras, ya que éstas
    también se ve afectados por el pH y la salinidad (van der
    Hoeden, 1958).

    ORINA: Muchas infecciones en última
    instancia se deben a la
    contaminación con la orina de los animales enfermos,
    portadores o reservorios; siendo el pH el factor determinante de
    la supervivencia de las Leptospiras en la orina (Michna, 1970).
    Ellas no pueden sobrevivir en pH ácido, por eso, algunos
    autores plantean que la orina del hombre y la de los ratones y
    ratas no son fuentes de
    excelencia para la infección al no ser que sean diluida
    por agua (van der Hoeden, 1958). La orina de los bovinos se
    considera como la de mayor excelencia para una fuente de
    infección ya que su orina es de pH alcalino lo que
    favorece la supervivencia del germen y en 1 ml de orina puede
    contener hasta 100 millones de microorganismos de Leptospira
    (Gillespie y Ryno, 1963). Además, la orina de muchos
    animales presenta aglutininas y lisinas especificas, cuya
    presencia causan una disminución en el tiempo y del
    número de microorganismos (Ellis, 1994).

    LECHE: Los animales infectados, muchos eliminan
    Leptospiras a través de la leche (Thiermann, 1984; Songer
    y Thiermann, 1988; Prescott, 1993; Guijarro y Calvo, 1999).
    Debido a la presencia de sustancias antimicrobianas, la
    supervivencia en la leche cruda es muy corta (Amatredjo y
    Campbell, 1975). La infección humana por el consumo de la
    leche cruda de animales infectados y/o convalecientes hasta tres
    días después del ordeño ha sido notificada
    (Michna, 1970; Skillbeck y Millar, 1986; Levine,
    1989).

    TEJIDO ANIMAL: El tiempo de supervivencia de las
    Leptospiras en los tejidos es dependiente del pH postmortem y el
    efecto antagónico que supone la contaminación con otras bacterias. Lo que
    avala la capacidad infectante de los tejidos del animal
    principalmente en los mataderos y al parto (van der
    Hoeden, 1958; Michna, 1970; Timoney et al., 1988).

    DESCARGAS POSPARTO: Ellis (1983) demostró
    que las descargas posabortos pueden mantener sus capacidades
    infectantes pasado 8 días de éste, mientras Ellis,
    (1983); Prescott, (1993); Ellis, (1994); Guijarro y Calvo, (1999)
    diagnosticaron la posibilidad de infección por contacto
    con las descargas uterinas posparto y pos- abortos.

    SALIVA: Desde que fue comprobada la
    infección en el humano tras mordeduras de animales como la
    rata o el perro, la saliva ha sido considerada como posible
    fuente de infección. También se sospecha los
    lamidos de los perros a los niños,
    con la lengua
    contamida mecánicamente, podría ser una forma
    más (van der Hoeden, 1958).

    AVES: Desde que en algunas zonas de España
    y Francia ocurrieron brotes de Leptospira en humanos en los
    años 50 del siglo XX del, serovar ballum y con la
    coincidencia de que ciertas aves cuya ruta migratoria afectaba
    tanto al Delta del Ebro en España, como al Delta de
    Ródano en Francia, dio lugar para que algunos
    científicos las consideren como posible fuente de
    infección (Covaleda et al., 1953; van der Hoeden, 1958).
    Por la posibilidad de que estas aves consumieran ratones
    infectados y probablemente, se convirtieran ellas mismas en
    vectores mediante la eliminación de las Leptospiras en sus
    fluidos (van der Hoeden, 1958). Algunos han considerado que
    podría ser las garrapatas que funcionaron como posible
    transmisores hacia los lugares (WHO, 1965).

    FACTORES ASOCIADOS A LA
    INFECCIÓN

    DEPENDIENTES DEL AGENTE
    ETIOLÓGICO

    A) Resistencia a
    condiciones medioambientales: referido en (Pág. 9 ), la
    supervivencia del agente depende de la existencia de una humedad
    relativa alta, temperatura óptima entre 24-25
    0C (Grell, et al., 1971), pH neutro o ligeramente
    alcalino y presencia de materia orgánica (van der Hoeden,
    1958; Michna, 1970; Thiermann, 1984; Timoney et al., 1988;
    Prescott, 1993). Siendo estas condiciones indispensables para la
    existencia de la infección en una región
    geográfica. Por ello, las áreas con lagunas,
    riachualos (bebederos en general) donde se congregan un gran
    número de animales, son las que más frecuentemente
    están implicadas en los focos de Leptospirosis (Thiermann,
    1984; Ellis, 1994). En este sentido, existen diferencias entre
    serogrupos o serovares como pomona que es más capaz de
    sobrevivir mejor en zonas áridas que hardjo (Elder et al.,
    1986).

    Estos factores ambientales propicia la existencia de una
    cierta estacionalidad en la presencia de la enfermedad, siendo
    más frecuente en otoño en países templados y
    en invierno en los países tropicales y
    subtropícales; épocas ambas de lluvias (Sullivan,
    1974; Thiermann, 1984; Carrol y Campbell, 1987; Millar et al.,
    1991; Prescott, 1993).

    B) Capacidad infectante: los estudios han demostrado que
    la capacidad infectante y la patogenicidad varían en
    función del serogrupo o serovar en cuestión (van
    der Hoeden, 1958)

    DEPENDIENTE DEL HOSPEDERO

    A). EDAD: Los estudios realizado por Ellis y Michna,
    (1976) revelaron un 40 % de seropositividad con anticuerpos
    leptospirales en terneros hasta un año de edad y 72 % en
    los adultos de hasta tres años de edad, donde ésta
    ha sido relacionada con el estado de
    portador renal en la última; mientras los animales
    pequeños se caracterizan por eliminar mayor cantidad de
    Leptospiras en su orina. En bovino, la morbilidad se calcula
    hasta 75 % en los adultos y hasta 100 % en los terneros, donde en
    este último la letalidad es de 5 % (Fernández et
    al., 1991). En los seres humanos la presentación se
    frecuenta en las edades entre 20-40 años (Acosta, et al.,
    1994) mientras López et al., (2002) pronostican entre 20-
    49 años. En humano la mayoria de los autores platean que
    entre 90-95 % de los casos de Leptospirosis corresponde a la
    forma anicterica (Acosta et al., 1994) y de 5-10 % representa la
    forma ictérica (Síndrome de Weil) (Arean et al.,
    1964; Heath et al., 1965; Feigin y Anderson, 1974).

    B). GESTACION: Las publicaciones disponible demuestra
    que el aborto por
    Leptospirosis se produce principalmente en los últimos
    estadio de la gestación entre los 6 y 9 meses,
    además, se supone que la infección parece
    producirse varias semanas antes, ya que el período de
    incubación en los casos de abortos suele ser largo, ademas
    el aborta csi siempre en l amyoaria de las especies es provocado
    por serovares acidentales. ( Ellis y Michna, 1977; Ellis,
    1983)

    C). ESTADO INMUNITARIO: En sentido general, un animal
    expuesto previamente, es refractario a la reinfeccion de este
    mismo serovar aunque los niveles de anticuerpos en sangre hayan
    bajado (Ellis, 1983). También tiene relación con el
    nivel se inmunoglobulina (IgA e IgG) ya que aumento de estos en
    la orina hace disminuir la cantidad de Leptospira que se elimina
    en ella (Leonard, et al., 1993).

    D). FACTORES GENETICOS: Van der Hoeden, (1958) plantea
    que algunas cepas de ratones parecen tener más resistencia
    a la infección siendo la letalidad baja en este grupo y la
    protección que se desarrolla es más duradera.
    También esta conclusión fue hecha en terneros de
    diferentes grupos donde algunos mostraron signos
    benignos transitorios mientras hubo letalidad en los
    otros.

    DEPENDIENTES DEL MEDIO

    1. ALIMENTACION: Algunos autores han considerado este
      factor, ya Leonard et al., (1992a, 1993) demostraron que, en
      los animales alimentados con ensilaje de grano como suplemento,
      provocaba que el pH bajára más al nivel
      ácido, reflejando en la orina la eliminación de
      poca cantidad de leptospira.
    2. INFECCIONES CONCURRENTES: Ha quedado demostrado que
      después de una infección cualquiera, aumenta la
      receptividad de estos animales en contraer al leptospirosis, lo
      que Van der Hoeden, (1958) descubrió en un brote grave
      de Leptospirosis por L. canicola en cerdos, de los que se
      aisló simultáneamente Salmonella
      suipestifer.
    3. APTITUD Y MANEJO: En la explotación ganadera,
      se plantea que por la separación temprana de los
      terneros de sus madres en la industria
      lechera hace que en estos animales la Leptospirosis sea
      más frecuente que en los de carne, una vez introducida
      en la explotación, convierten en alto factor de riesgo
      para ellos. Además el sistema intensivo que se practica
      favorece la transmisión entre ellos por el hacinamiento
      (Ellis, 1983; Leonard et al., 1993, Lilenbaum et al.,
      1996).

    VIAS DE
    TRANSMISION

    Las principales vías de transmisión se
    clasifican en: Directa e Indirecta (Ingraham e Ingraham
    1998).

    Horizontal directa: Esta forma de transmisión es
    la más frecuente en los casos de serovares adoptados como
    hardjo (Ellis, 1994)

    1. Contacto directo: Esta vía es la más
      estudiada además de tener diversas formas. La forma
      venérea fue tomada en consideración
      después que fue demostrada la presencia de Leptospira el
      en semen de un toro (van der Hoeden. 1958). Se considera como
      la fundamental en algunas especies cuyos habitats se encuentran
      en áreas de condiciones climáticas favorables o
      de densidad
      poblacional desfavorables para la transmisión de la
      enfermedad de otra manera como ocurre con la musaraña
      común en zonas de Polonia o Rusia, donde
      se han observados varia epizootias de Leptospirosis en estos
      animales; asociadas a las épocas más secas del
      año, que por lo general, coincide con la época de
      la reproducción ( Little , 1986). En humanos se
      diagnosticó la infección de una mujer luego
      de contacto sexual con su pareja durante la fase de
      leptospiruria (van der Hoeden, 1958). Además de la
      venérea, la costumbre de los bovinos y perros de lamer
      los genitales y/o otras áreas corporales de sus
      compañeros, puede permitir también la
      transmisión de la infección (Amatredjo y
      Campbell, 1975).
    2. Núcleos goticulares: Tienen importancia ya que
      las gotas de orina dispersan a varios metros del animal que
      orina (Michna, 1970; Amatrdjo y Campbell, 1975), pudiendo
      penetrar las Leptospiras procedentes de animales con
      leptospiruria, tanto por inhalación como por vía
      conjuntival (Amatedjo y Campbell, 1975; Thiermann y Haudsaker,
      1985; Vanasco y Sequeiro, 2000).

    HORIZONTAL INDIRECTA:

    Esta desempeña un papel fundamental en las
    infecciones accidentales ya que se produce tras la exposición
    al ambiente contaminado con material infectante (Ellis,
    1994)

    1. Fomites: El agua, alimentos,
      pastos y suelos
      contaminados pueden facilitar el contacto entre el animal-
      humano y el agente. La forma importante y más frecuente
      para la infección humana y animal es el contacto de la
      piel o las
      mucosas con aguas o barro contaminados con orina (Michna, 1970;
      Amatredjo y Campbell, 1975) y el contacto con órganos de
      animales enfermos en el matadero (Terry et al., 2000). Los
      pastos contaminados juegan un papel importante para la
      transmisión intra e interespecie (Amatredjo y Campbell,
      1975; Jiménez et al., 1996).
    2. Vectores: Diversos autores han evaluado la hipótesis de que los artrópodos
      podríanjugar un papel relevante en la transmisión
      mecánica del agente (Michna,
      1970).

    VERTICAL

    1. Transplacentaria: El agente puede atravesar la
      placenta durante el período de leptospiremia (Amatredjo
      y Campbell, 1975), tal y como se ha demostrado tanto en el
      ganado bovino, el cerdo y en el ser humano (Coghlam y Bain,
      1969; Michna, 1970; Faine et al., 1984). Un caso especial
      sería la posibilidad de la infección del feto en
      el momento del parto, si esto no ha ocurrido anteriormente
      durante la gestación (Ellis et al., 1983).
    2. Galactófora: Puesto que la infección
      por L. hardjo y L. pomona pueden producir una mastitis
      clínica , los microorganismos presentes en la
      glándula mamaria podrian ser excretada con la leche e
      infectar al ternero por vía oral (Amatredjo y Campbell,
      1975). En caso de ser humano, esta forma de transmisión
      es poco estudiado , pero sí hay informes al
      respecto ( Bolin, 1989)
    3. Vía oral: En humano, por la ingestión
      de alimentos contaminados con la orina de animales enfermos o
      de reservorios. Antes se consideraba como una vía
      importante, pero hoy se le da poco valor como modo de
      transmisión (Acosta et al., 1994).

    PATOGENÍA E INMUNIDAD

    Las Leptospiras son muy invasivas debido a la
    producción de enzimas o a factores mecánicos, como
    la motilidad por excavación y a su tropismo
    orgánico. Ambas causas se han sugerido como mecanismos por
    los que éstas alcanzan sitios normalmente protegidos del
    organismo, como el líquido cefaloraquideo (LCR) y el ojo.
    La capacidad lesional de estos gérmenes puede ser debida a
    factores tóxicos (hemosilina, fibrolisinas, lipasas) y
    endotoxinas (catalasa, hialuronidasa) (Pumarola, 1994;
    Rodríguez-Torres, 1994; Ginebra, 2001).

    Las Leptospiras penetran en el organismo animal o
    humano, mediante la ingestión de los alimentos
    contaminados o agua, o a través de las membranas mucosas
    de ojo, boca, fosas nasales, vagina y pene, o a través de
    la piel dañada o reblandecida por el agua, piel escoriada
    (Sullivan, 1974; Thiermann,1 984; Timoney et al., 1988;, Ellis ,
    1994; Chamizo, 1997). El agente se difunde a partir del punto sin
    dejar lesión, invadiendo la torrente sanguíneo,
    multiplicándose en éste y en el parénquima
    hepático durante un período de incubación
    entre 2-30 días según sea el caso, circulando en la
    sangre provocando leptospiremia por al menos 7 días
    (Syfres,1976; Thiermann, 1984; Ellis, 1994), produciendo pirexia,
    eliminación de leptospiras en la leche, anorexia, daño
    funcional de algunos órganos (hígado, bazo o
    celebro) (Thiermann, 1984; Timoney et al,1988; Ellis, 1994),
    especialmente en animales jóvenes (Ellis, 1994). La
    aparición de anticuerpos específicos detectables
    aproximadamente a los 10 días de la infección (
    Ellis, 1994) junto a la acción
    leptospiricida de las beta-macroglobulinas del suero y la
    acción del complemento y la lisozima ( Timoney et al.,
    1988), hacen que desaparezcan las leptospiras en torrente
    sanguíneo ( Michna,1970; Ellis, 1994) pero, se localizan
    en diferentes órganos, tales como: la cámara
    enterior del ojo, las meninges y el riñón donde los
    anticuerpos tienen poco acceso y en el útero
    grávido (esto hace que se produzca aborto).

    Los signos de la enfermedad aguda generalmente coinciden
    con la fase de leptospiremia (Ellis, 1994; Heath y Johnson,
    1994), donde estos pueden atribuirse a la existencia de
    determinados factores de patogenecidad bacteriana, como las
    hemosilina y las lipasas (Timoney et al., 1988; Heath y Johnson,
    1994) siendo la primera causa de la anemia
    (Timoney et al., 1988; Prescott, 1993). Estos factores son
    más frecuentes en determinados serovares como: pomona o
    grippotyphosa (Timoney et al., 1988). Más tarde, se le
    suma la acción de los anticuerpos situados en la
    superficie eritrocitaria que sensibilizan al eritrocito, causando
    su rotura-anemia- (Timoney et al., 1988; Prescott, 1993). Durante
    esta fase (leptospiremia) ocurre una reacción inflamatoria
    en la mama (mastitis). La hemólisis producida por la
    hemosilina y por el daño hepatocelular se le atribuye a
    las causas isquemicas y toxicas –ictericia- (Prescott,
    1993).

    Tras esta fase, las leptospiras se acantonan en el
    riñón, lugar de difícil accesos para los
    anticuerpos, la ubicación en los túbulos renales se
    ve facilitada por la producción de ureasa por parte de las
    Leptospiras (Kadis y Pugh, 1974). Posteriormente, se
    multiplicaran en la luz de los túbulos contorneados
    renales ( Michna, 1970; Timoney et al.,1988), principalmente en
    las proximidades de la microvillocidades ( Timoney et al., 1988),
    donde la nefritis esta provocada por el daño capilar y la
    producción de determinadas endotixinas y hemosilinas , que
    terminan por producir anoxia y nefrosis hemoglobinuria, por la
    posible isquemia debida a la agregación intravascular de
    hemoglobina que obstruiría los capilares y también
    por la presencia de mononucleares infiltrados por una
    reacción autoinmune ( Thompson y Manktelos, 1989), lo que
    da lugar a la tercera fase (leptospiruria) que puede tener
    carácter continuo o intermitente y de duración
    variable según la especie afectada (Jawetz et al., 1985;
    Ellis, 1994; Bofill et al., 1996). El bovino puede tener una
    leptospiruria hasta 7 meses; equino de 2-3 meses, el cerdo hasta
    un año; perro hasta 6 meses o más; roedores toda la
    vida (Pelezary, 1976; Jawetz et al., 1985; Bofill et al.,
    1996).

    La localización de agentes patógenas en el
    hígado y humor acuoso complica el cuadro y el
    desenvolvimiento clínicos, también el aborto es
    causa de la fiebre y la reacción sistémica general,
    por el paso de hemosilina y otras toxinas a través de la
    placenta destruyendo los eritrocitos fetales y los cambios
    degenerativos microscópicos en la placenta interfieren en
    le intercambio fisiológico entre la madre y el feto,
    pudiendo originar la muerte fetal (Baskerville, 1986). Siempre
    hay que tener en cuenta que, en algunos casos, la
    aparición del aborto es muy posterior al momento de la
    infección (Timoney et al., 1988; Ellis, 1994; Heath y
    Johnson, 1994).

    Por último, la uveítis recurrente en
    equinos parece involucrar la producción de anticuerpos
    contra el antígeno leptospiral en reacción cruzada
    con tejidos oculares (Parma et al., 1987; Luchéis y Parma,
    1999). El daño de la retina con uveítis tiene una
    relación con la presencia de linfocito B en la retina
    (Kalsow y Dwyer, 1998).

    SINTOMATOLOGÍA

    El período de incubación generalmente es
    de 2-30 días, que a veces es de 5-14, los síntomas
    son muy variables (van
    Thiel, 1948), dependiendo de la especie animal, el serovar
    infectante, la virulencia del germen y la inmunidad del hospedero
    (Bofill et al., 1996 Chamizo, 1998; Ginebra, 2001).

    HUMANO: Las manifestaciones van desde
    infección subclínica (común en veterinarios
    y cuidadores de animales), o un cuadro anictérico leve que
    ocurre en la mayoría de un 90-95 % hasta una forma
    ictérica severa llamada enfermedad de Weil en un 5-10 % de
    los casos (Heath et al., 1965; Lee, 1985).

    Forma Anictérica: Esta fase siempre
    presenta de forma brusca que suele sólo durar una semana
    (7dias) con los signos siguientes: fiebre que puede ser (
    bifásica) cefalea, escalofriós, postración ,
    mialgias (principalmente de pantorrillas y región lumbar,
    náuseas o vómitos, dolor
    abdominal, diarrea y
    artralgia (Alexander et al., 1963; Kelley, 1998 ;Benhnet y Plum,
    1998; O.M.S.,2001) y a veces meningitis aséptica en menos
    de 25 % (Schaeffer, 1951; Beeson, 1952; Gauld et al., 1952;
    Bernal, 2003), dolor ocular, proceso
    respiratorio, hepatomegalia y esplenomegalia ( Machado et al.,
    1998).

    Forma Ictérica: Es la forma más
    severa de la enfermedad dependiendo del serogrupo de la bacteria
    infectante. Entre sus síntomas , se pueden mencionar:
    irritación conjuntival, irritación meníngea
    y rígidez de la nuca, insuficiencia
    renal, ictericia, manifestación hemorrágica
    intestinal o pulmonar, arritmia o insuficiencia cardiaca o disnea
    y a veces hemorragia generalizado (Weil, 1886; Van Thiel, 1948;
    Chiu y Liu, 1959; Ramos-Morales et al., 1959; Cinco y Banfi,
    1983; Edwards et al., 1986, Watt et al., 1990; O’Neil et
    al., 1991; Ruiz, 1995; Levett, 1999)

    BOVINO

    Frustrada: Cursa con hemoglobinuria, sin
    ictérica y cura posteriormente.

    Sobreaguda: Se caracteriza por la
    aparición repentina de fiebre alta, hemoglobinuria,
    ictericia (Prescott, 1993; Ellis, 1994), disnea por
    congestión pulmonar (Prescott, 1993, Guijarro y Calvo,
    1999), anorexia, altos niveles de urea en sangre y de
    albúmina y bilirrubina en orina (Michna, 1970; Prescott,
    1993; Ellis, 1994; Heath y Johnson, 1994). Generalmente, acaba
    con la muerte del animal en 3-5 días, siendo los terneros
    los más afectados; aunque en hembras preñadas
    provoca aborto por la pirexia y la desaparición
    prácticamente de la producción láctea
    (síndrome de la caída de la leche) (Michna ,1970;
    Bofill et al.,1996; Perdomo y Garin, 2002). Los serovares que
    más causan esta forma son: L. grippotyphosa, L. pomona, L.
    icterohaemorrhagiae y L. autumnalis, por lo que nunca se producen
    el portador crónica; por ser clasificado como serovares no
    adaptados (Guijarro y Calvo, 1999).

    Aguda: Es frecuente en los terneros, casi siempre
    mortal. Presenta: anorexia, laxitud, fiebre, 40,5-41,5
    0C. , posteriormente se presenta la
    hemoglobinuria, ictericia, septicemia, hemorragias petequiales en
    todas las membrana mucosas, anemia (Blood et al., 1982; Chamizo,
    1997 y 1998; Merck, 2000). Al principio, se puede presentar
    diarrea, en algunos casos sanguinolentas y/o amarillentas y con
    olor fétido, pero más tarde puede haber
    estreñimiento (Patterson, 2003) .Rara vez afecta a los
    adultos.

    Subaguda: Lo mismo que la forma aguda pero de
    menos severidad, puede ser subclínica excepto en los
    animales gestantes y/o en lactación, en los que pueden aparecer
    abortos y síndrome de la caída de la leche (Michna,
    1970; Ellis, 1983) y a veces la leche parece el calostro, o
    contener coágulos de sangre y el recuento de sus células
    blancas son muy altos. A la palpación las ubres blandas y
    los cuatro cuartos afectados pueden parecer normales.
    También aparece ictericia o no, disminución de la
    rumia, fiebre (39-40,5 0 C ) y anorexia ( Ellis, 1978;
    Ellis, 1983; Chamizo, 1998). En algunos casos, también se
    ha observado meningitis y dermatitis
    necrotica (Thiermann, 1984; Vanasco et al., 2000). El aborto
    puede ocurrir de 3-4 semanas después de la
    infección.

    Forma crónica: Casi siempre está
    relacionado con L. hardjo y en algunos casos L. pomona sin
    manifestación clínica (Blood et al., 1982; Chamizo,
    1998). Caracterizada por la aparición de abortos,
    retención de placenta, mortinatos, nacimientos de animales
    débiles (Michna, 1970, Ellis, 1994; Bofill et al., 1996;
    Vanasco et al., 2000). El aborto puede ocurrir en esta
    última etapa de la gestación entre 6-9 meses y el
    animal elimina el germen por la orina durante un largo
    período (Chamizo, 1998).

    CERDO: La mayoria de los casos es inaparente o
    subclínica. Presenta síntomas como: anorexia,
    perturbación del equilibro, rara ictericia,
    hemoglobinuria, convulsión, trastornos gastrointestinales,
    parálisis progresiva, disminución del peso y
    producción láctea (Fernández, 1999; Perdomo
    y Garin, 2002)

    La forma aguda tiene una similitud de
    presentación como lo descrito en terneros en caso de un
    brote, con la única excepción cuando sea L.
    icterohaemorrhagiae presenta alta letalidad (Blood et al., 1982;
    Quinn et al., 2002).

    La forma crónica es la de más
    connotación en esta especie por presentar: aborto,
    nacimiento de crías débiles, infertilidad (Blood et
    al, 1982; Chamizo, 1998) casi siempre provocado por L.
    pomona.

    OVINO – CAPRINO: Las epizootías en
    estas especies son muy raros, especialmente en el caprino. Muchos
    de los animales afectados aparecen muertos, aparentemente por
    septicemia (Davidson y Hirsh, 1980). Animales enfermos presentan:
    fiebre, anorexia, disnea, alguna ictérica, hemoglobinuria,
    palidez de la mucosas, infertilidad, nacimiento de crías
    débiles o muertos y aborto (Perdomo y Garin,
    2002).

    Pueden presentarse forma crónica con perdida de
    la condición corporal, pero el aborto parece ser una
    manifestación exclusivamente asociada a la forma aguda de
    la infección por los serovares pomona y hardjo (Andreani
    et al., 1975).

    CANINOS ( PERRO Y GATO): Los síntomas son
    variables, desde la ausencia total de signos clínicos
    hasta un síndrome icterohaemorrhágico casi ausente
    en gatos, con la instalación repentina de
    hemorragía con fiebre de 3-4 días seguida por
    rígidez y mialgía en miembros posteriores,
    hemorragía en la cavidad bucal con tendencia a necrosis y
    faringitis. En una etapa posterior puede haber gastroenteritis
    hemorrágica y nefritis aguda (Perdomo y Garin,
    2002).

    En la forma subaguda o crónica se desarrolla
    vómito,
    inapetencia, postración y anemia debido al fallo renal
    progresivo (Chamizo, 1998).

    EQUINO: En esta especie, los síntomas son
    variables y en la mayoría de los casos la enfermedad cursa
    de modo asintomático aunque puede producirse fiebre,
    ictericia, hemoglobinuria, necrosis de la piel y los labios,
    conjuntivitis con edema en los párpados, lagrimeo y
    fotofobia donde se puede observar hepato-nefritis, muchas veces
    se presenta abortos en el último tercio de la
    gestación (Kemenes et al., 1984; González, et al.,
    1990; Hudson, 2000).

    La oftalmia periódica está considerada
    como una complicación de la Leptospirosis y se caracteriza
    por irridociclitis (Kemenes et al., 1984; Dotres y Pérez,
    1998)

    LESIONES ANATOMOPATOLOGICAS: Las lesiones que
    aparecen en la Leptospirosis no son patognomónicas, por lo
    que no puede basarse en ellas para el diagnóstico de la
    enfermedad (Baskerville, 1986). Tambien las lesiones pocas
    observables depende del serovar implicado así como; los
    órganos y especie afectadas.

    El cadáver animal revela ictericia manifiesta,
    necrosis de la piel; de los ollares, de la cavidad nasal y bucal
    (Benhnet y Plum, 1998).

    En la necropsia se observa acúmulo de
    líquido serolo-gelatiliforo rojizo en el tejido
    subcutáneo, hígado hipertrófico y palidez
    hepática, o color
    amarillenta, vesícula billiar llena, espesa y viscosa de
    color pardo o verde oscuro (Pérez et al., 1982), bazo de
    tamaño normal o ligero de color amarillento (Pérez
    et al., 1982), lesiones muy variables desde lesiones blanco
    amarillento en la superficie o focos hemorrágicos en
    pulmón (Pérez et al., 1982; Thiesmann,
    1984).

    El músculo cardíaco degenerado y en
    algunos puntos hay hemorragias. Los riñones están
    edematosos de color rojizo o pardo oscuro con nefritis
    interticial, lesiones necróticas e ictéricas por
    toda la superficie, también hemorragia (Pérez et
    al., 1982; Thiermann, 1982). La vejiga, llena de orina turbia o
    rosada, los ganglios tumefactos y las mucosas intestinales pueden
    estar inflamadas (Chamizo, 1997).

    En los fetos abortados se observan congestión
    generalizada y deposiciones líquida (Ellis, 1994;
    Fernández, 1999).

    También se puede encontrar ictericia, mastitis,
    fluído libre en cavidades corporales, lesiones petequiales
    dispersas, edema perirenal, nódulos linfáticos
    aumentados de tamaño, bilis de consistencia pastosa y
    color negrusco (Michna, 1970; Pérez et al., 1982; Thompson
    y Manktelow, 1989).

    RESPUESTA INMUNE

    La mayoría de los estudios realizados se basa,
    únicamente, en la investigación de la inmunidad
    humoral (Thiermann, 1984; Heath y Johnson, 1994).

    Tras la infección, inicialmente se produce una
    elevación de las IgM, que alcanzan niveles detectables a
    los pocos días de la desaparición del periodo
    febril que acontecen durante la fase de bacteriemia, es decir a
    los 2-5 días de la aparición de los signos de la
    enfermedad aguda (Hanson, 1977; Timoney et al., 1988, Leonard et
    al., 1992b). Los anticuerpos IgM dificultan la
    multiplicación de las leptospiras, pero no las destruyen
    (Heath y Johnson, 1994), disminuyen poco después de la
    aparición de las IgM, comienzan a detectarse las IgG
    específicos, que producen la lisis de las leptospiras
    (Heath y Johnson, 1994). Estos anticuerpos persisten durante
    años en el animal (Hanson ,1977; Timoney et al., 1988).
    Las IgM alcanzan su pico máximo a las 3- 4 semanas
    (Michna, 1970; Leonard et al., 1992a; Smith et al., 1994) y las
    IgG a las 4- 12 semanas tras la infección (Leonard et al.,
    1992b; Smith et al., 1994).

    Durante toda la fase de leptospiruria, los niveles de
    IgM pueden no detectarse en sangre (Hanson, 1977). En cambio, se
    puede detectar las IgG en orina, aproximadamente a las 6 semanas
    después de la infección. Además, los
    animales suelen presentar una respuesta inmune local, lo que
    provoca la aparición de IgA en la orina, hacia las 12
    semanas de la infección. Esta presencia de IgA y la
    aparición de IgG en la orina, parece tener un efecto
    negativo sobre la variabilidad de las leptospiras en ésta,
    tal y como lo demostraron (Leonard et al., 1993).

    En la mayoría de los casos, en el momento del
    aborto los niveles de anticuerpos son bajos, incluso negativos
    (Ellis, 1986). Esto redunda en una dificultad a la hora de
    realizar el diagnóstico de los abortos por
    leptospiras.

    DIAGNÓSTICO

    El diagnóstico de los casos de Leptospirosis
    humana y animal puede ser complicado o difícil, debido,
    principalmente, a las características intrínsecas
    de las leptospiras y a la epidemiología de la pantema
    (Ellis, 1994). En la actualidad, se cuenta con un gran
    número de técnicas de laboratorios distintos, pero
    su realización previa, es conveniente recabar información sobre una serie de datos que
    puedan orientar en el diagnóstico. Para ello, se debe
    combinar los siguientes: el diagnóstico
    epidemiológico, clínico y de
    laboratorio.

    El diagnóstico real debería basarse en el
    aislamiento , cultivo e identificación , pero las
    peculiares características de las leptospiras tales como
    crecimiento difícil y lento, hacen que esta metodología esté indicada en
    aquellos casos que otros más sencillos, como los
    serológicos, carecen de confiabilidad ( Faine, 1991;
    Ellis, 1994)

    En el caso de los estudios epidemiológicos , en
    los que se cuenta un gran número de muestras y el objetivo es la
    obtención de un resultado de prevalencia, las
    técnicas indicadas son , las serológicas, a pesar
    de que su interpretación es muchas veces subjetivas (
    Ellis, 1996).

    DIAGNÓSTICO
    EPIDEMIOLÓGICO

    En aquella aparición tanto humana como animal, en
    las que se encuentran con cuadros sintomatológicos
    compatibles con un caso de Leptospirosis, se debe enfatizar en
    las anamnesis de los aspectos siguientes:

    Humanos: edad, sexo, dirección, ocupación,
    síntomas clínicos, hospitalización
    (sí/no), antecedentes y lugar de exposición
    (contactos con animales, ambiente), factores climáticos:
    precipitación, temperatura, inundación, desastres
    naturales, número de casos, fecha del
    diagnóstico, datos microbiológicos y
    serológicos (Savio y Lindner, 2002).

    Animales:

    • Época del año en la que ha aparecido el
      brote, con especial atención a las climáticas:
      precipitación, temperatura, humedad relativa
    • Aptitud del rebaño, manejo y estado sanitario
      de la explotación incluyendo, entrada de animales
      nuevos, manejo de la recría, alimentación, si
      hay monta natural o inseminación artificial
      etc.
    • Presencia de otras especies domésticas
      ejemplo. ovejas, perros, cerdos etc.
    • Control de animales silvestres
      portadores.
    • Si el rebaño comparte el bebedero con otros
      animales silvestres
    • Edad y sexo de los animales afectados
    • Sintomatologías predominantes y
      características de los signos
      clínicos
    • Antecedentes de leptospiras
    • Si se realiza vacunación contra la
      Leptospirosis.

    (Alonso – Andicoberry et al., 2001).

    DIAGNÓSTICO CLÍNICO

    Tiene un carácter presuntivo y se realiza
    fundamentalmente a través de los signos y síntomas
    que presenten los animales y el humano. Además las
    lesiones anatomopatológicas características de la
    enfermedad que aportan una gran contribución (Schaeffer,
    1951; Heath et al., 1965; Ellis, 1994; 1996; Kelley, 1998;
    Guijarro y Calvo, 1999).

    DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO

    Las técnicas bacteriológicas son las
    más complejas, pero nos briandan resultados muy
    importantes, tales como: la observación, el aislamiento y
    la identificación del microorganismo (Adler,
    1986).

    El diagnóstico debe basarse en el conocimiento de
    la patogenía del microorganismo, así como de sus
    propiedades. Estos métodos se pueden dividir en :
    técnicas indirectas ,que detectan anticuerpos frente a las
    leptospiras y técnicas directas encaminadas a la
    detección de leptospiras o sus antigenos y/o ácidos
    nucleicos en los tejidos y/o fluidos corporales. En caso de
    muestras procedentes de fetos, las técnicas directas
    están más indicadas que las indirectas, ya que el
    diagnóstico individual cobra mayor importancia. Para las
    muestras procedentes de animales adultos, las técnicas
    indirectas se utilizan más frecuentemente pues son
    más sencillas de realizar y su costo es menor
    (Ellis, 1996).
    Los animales vivos, se enviará sangre y leche en fase
    aguda de la enfermedad y orina en la crónica. De los
    fetos, los órganos de elección son: hígado,
    riñón, cerebro, glándula adrenal y
    pulmón, así como cualquier fluido interno (Ellis,
    1996). Los animales muertos y sacrificados, las muestras que se
    deben enviar son: cerebro, médula espinal, LCR y ojo
    cuando hay síntomas nerviosos, y la mayoría de los
    órganos parenquimatosos en los casos que cursan con
    ictericia (hígado, riñón, bazo etc.) (NRAG.,
    1983; Ellis, 1986; Chamizo, 1997) y la vejiga y su contenido,
    humor acuoso, aborto y contenido estomacal (Bofill et al.,
    1996)

    En humanos durante el período de leptospiremia,
    los productos
    patológicos útiles son sangre (pareadas) y
    líquido cefalorraquídeo (durante la primera semana)
    y la orina en la segunda o tercera semana.

    Las muestras postmortem más adecuada son:
    riñón (parte cortical), hígado, bazo,
    así como sangre de corazón o
    liquido cefalorraquídeo, humor acuoso, líquido
    peritoneal, cerebro, fetos abortados, semen y leche materna,
    deben preservarse congelados en glicerol a partes iguales
    (Ginebra, 2001).

    Para propósitos epidemiológicos, pueden
    obtenerse muestras de agua y suelo, y en caso de epidemias o
    epizootias, sangre, riñón, hígado de
    animales capturados (roedores u otros animales
    silvestres)

    TÉCNICAS INDIRECTAS

    Los métodos serológicos nos brindan un
    diagnóstico en corto tiempo y son capaces de detectar
    anticuerpos antileptospirales (que pueden ser de la clase IgM e
    IgG), las que constituyen las técnicas de elección
    (Mazzonelli, 1994). Además, son las pruebas de laboratorio
    más utilizadas en el diagnóstico de la
    Leptospirosis, al igual que para la realización de
    estudios epidemiológicos. El mayor problema que presenta
    es los niveles de anticuerpos , aunque se mantengan durante
    años, alcanzan niveles tan bajos en animales y personas
    infectados crónicamente que no siempre se detectan ,
    además en los casos de infección por serovares
    adaptados un porcentaje de los animales pueden no presentar
    respuestas con anticuerpos ( Ellis, 1996).

    Para el diagnóstico serológico se ha
    utilizado técnicas tales como: prueba de
    aglutinación microscópica (MAT), prueba de
    microaglutinación microscópica con antigeno muerto
    (MSAT), aglutinación macroscópica, prueba
    hemolítica, fijación de complemento, ensayo
    inmunoenzimatico (ELISA) y PCR ( Heinemann et al., 2000; Veloso
    et al.,2000; Arias et al., 2002; Fernández et al., 2002;
    Greenlee,2002).

    A). MAT.

    Es el método serológico de referencia a la
    hora de evaluar otras pruebas para el diagnóstico de
    Leptospirosis. Se emplea para detectar anticuerpos en sueros de
    sospechosos o enfermos (humanos y animales) donde el suero del
    paciente sospechos o enfermo reacciona con antígenos vivos
    de leptospiras de 10 días de crecimiento en medio
    líquido de EMJH con enrequicimineto, y es el más
    utilizado cotidianamente (Ellis, 1986; Hartman, 1986; Timoney et
    al., 1988; Ellis, 1994; Heath y Jonson, 1994; Ellis, 1996).
    Además es la prueba oficial para la exportación e importación de animales (Ellis, 1996). El
    MAT fue ideado por Martin et al., en 1917 y en 1918, Martin y
    Pettit lograron describir el fenómeno de
    aglutinación y "lisis" con suero (Hartskeerl et al.,
    2000). Desde entonces, el método ha sido modificado y
    mejorado por (Schüffner y Mochtar, 1926; Borg-Peterson y
    Fagroeus, 1949; Wolff, 1954; Carbrey, 1960; Galton et al., 1965;
    Cole et al., 1973; Sulzer y Jones, 1973). Ellos trataron de
    estandarizar factores como: tiempo y temperatura de
    incubación, el punto de corte, la concentración del
    antígeno y la edad de siembra.

    Antiguamente, era conocido como la prueba de
    aglutinación lisis por la formación lisis de las
    bolas (Schüffner y Mochtar, 1927) o lisis de glóbulos
    (van Thiel, 1948) de despojos o ruinas celular en la presencia de
    alto títulos de antisuero, pero Borg-Peterson, Wolff et
    al., (1954) demostraron que no se producía una lisis sino
    una aglutinación. En la actualidad, para obtener una
    adecuada sensibilidad, se recomienda utilizar cepas
    representativas de todos los serogrupos presentes en un lugar
    determinado concreto y de
    la especie objeto de estudio (Ellis, 1986; Prescott, 1993; Smith
    et al., 1994). También hay reportes de una sensibilidad y
    especificad de MAT hasta 92 % y 95 %, respectivamente, con un
    valor predictivo positivo de 95 % y negativo 100 % (Hickey,
    2002).

    Para la realización de la prueba se
    útilizan cultivos de cuatro a ocho días de edad
    cuya suspensión produzca una transmitancia del 60-70 % en
    un espectofometro a 400nm de longitud de onda (Ellis, 1996).
    Además, es necesario determinar el punto de corte,
    título por debajo del cual es considerado que la
    aglutinación es debido a reacciones inespecíficas.
    El título de anticuerpos del suero será la
    dilución más alta en la cual aun encontramos 50 %
    de aglutinación (Faine, 1982; Myers, 1985; Kmety y Dikken,
    1993; Herrera, 2002). El punto de corte más recomendado es
    el título 1:100 en bovino (Ellis, 1986, Timoney et al.,
    1988, Heath y Johnson, 1994); para los perros, felinos, ovinos,
    suinos y equinos se considera positivo un resultado superior a
    1:50 (Herrera, 2002), Blood et al., (1982) consideraron 1:100
    positivo para porcino también, pero casi siempre estos
    valores difieren de laboratorios. Pero el 1:100 en bovinos no
    siempre resulta adecuado, principalmente en infecciones por
    serovar adaptado como L.hardjo (Ellis, 1986; Prescott, 1993;
    Smith et al., 1994). En caso de abortos en bovino 1:40 se
    considera diagnóstico, aunque el porcentaje de fetos que
    presentan reacción de inmunidad humoral es bajo. (Barr y
    Anderson, 1993).

    En seres humanos para este método se considera lo
    siguiente:

    En caso de una sola muestra, el título
    serológico ≤ 1:800 confirma el diagnóstico. Los
    títulos comprendidos entre 1:50 y 1:800 deben ser
    interpretados en el marco de la situación
    clínico-epidemiológico del paciente. Para las
    muestras pareadas, 1:1600 o más es confirmativo (Cole et
    al., 1973; Sulzer y Jones, 1973; Herrera, 2002).

    Al igual que otras pruebas serologicas, para
    diagnosticar una infección individual mediante MAT, se
    requiere estudiar dos muestras pareadas de 7-14 días de
    intervalo de la primera y si se observa que ha habido
    seroconversión, se considera de valor diagnóstico
    un cambio en el titulo de al menos, cuatro veces el titulo
    inicial (Pappas et al., 1985; Ellis, 1996; Harskeerl et al.,
    2000). Es una prueba principalmente de rebaños, pues la
    obtención de títulos individuales frente a las
    leptospiras, se considera poco significativo (Hathaway et al.,
    1986; Ellis, 1994; Ellis, 1996).

    A pesar de ser la prueba más recomendada y
    extendida, presenta una serie de desventajas: no distingue
    anticuerpos vacunales de los de infección (Ellis et
    al.,1981), resulta difícil su estandarización ya
    que su valoración es subjetiva ( Faine, 1982; Thiermann,
    1984; Heath y Johnson, 1994), requiere el mantenimiento de
    cultivos de leptospiras ( Thiermann, 1983) y no siempre detecta a
    los animales infectados, en especial cuando el serovar implicado
    es L. hardjo, que presenta como características ser poco
    antigénico ( Thiermann, 1984; Heath y Johnson,
    1994).

    B). Prueba de Aglutinación Microscópica
    con Antígeno Muerto (MSAT
    ) útiliza leptospiras
    formoladas y centrifugadas, resuspendidas a una cierta densidad
    estándar, con un "pool" de antígenos de varios
    serogrupos. La aglutinación que se produce es
    semicuantitativa y puede leerse a simple vista. Esta
    reacción es menos especifica que MAT, menor nivel de
    títulos obtenido, mayor reacción cruzada (Wolff,
    1954; Manev, 1976; Sulzer y Jones, 1973; Faine, 1982), los
    antigenos son estables a 4 0C por lo menos un
    año , es especie específica y de la misma forma que
    MAT, no diferencia reacción entre anticuerpos de la
    infección reciente y tardía, pero tiene una buena
    reacción temprana de la enfermedad que MAT.( Myers, 1985;
    Harskeerl et al., 2000)

    1. Fijación del Complemento (FC). Es una
      prueba género-específica que emplea como
      antígenos de L. biflexa, considera tan fiable como el
      MAT para la detección de animales con leptospiruria,
      pero, detecta infección reciente, es útil en el
      pesquesaje de grandes cantidades de sueros ya que puede
      semiautomatizarse. Es una herramienta epidemiológica
      para diagnóstico rápido, menos laboriosa que el
      MAT. Las desventajas son las sustancias anticomplementarias del
      suero, la corta vida e inestabilidad del antígeno, no
      permite la diferenciación de serovares y no detecta
      niveles bajos de anticuerpos (Ellis, 1986; Smith et al., 1994;
      Ginebra, 2001).
    2. ELISA: Las deficiencias que permite el MAT ha
      obligado a los científicos emplear esta técnica
      que ayude a la detección de anticuerpos tanto en tanque
      de leche (Guijarro y Calvo, 1999) como en el suero. Ella es
      capaz de detectar la IgM durante la primera semana de la
      enfermedad (Adler et al., 1980; Edelweiss y Mailloux, 1982;
      Watt et al., 1988) y la detección tardía de IgG
      que permite diferenciar infecciones recientes de pasadas (Smith
      et al., 1994). La detección de anticuerpos
      específicos IgM con una sola muestra es confirmatoria de
      una infección reciente por leptospiras. Además ,
      se considera como más sensible que MAT ( Thiermann,1983;
      Thiermann y Garret, 1983; ; Ribeiro et al., 1994;Winslow et
      al., 1997; Wooward et al.,, 1997; Cumberland et al., 1999), es
      fácil de estandarizar los antígenos, pueden
      almacenar durante meses, no tiene ningún riesgo para los
      técnicos ( Hartmann, 1986) y poca reacciones cruzadas
      (Thiermann y Garret, 1983), tampoco diferencia los anticuerpos
      vacunales de las infecciones (Thiermann, 1983). A pesar de que
      es una prueba muy eficaz, aun no está considerada como
      prueba oficial.
    3. Aglutinación macroscópica: Se
      desarrolló para evitar los problemas
      derivados del mantenimiento de cepas vivas de leptospiras en el
      laboratorio. Poco autores la recomiendan debida a su falta de
      sensibilidad y porque no es capaz de determinar el serovar (
      Faine, 1982; Elli, 1986)
    4. Aglutinación en microcápsula: Es
      una técnica que se presentó como posible
      opción a las utilizadas habitualmente. En ella, se
      utiliza antígeno leptospiral transportado en
      microcápsulas de un polímero sintético.
      Los autores la consideran como una prueba muy específica
      y sensible (Arimitsu et al., 1982). En una evaluación
      internacional fue más sensible que MAT o ELISA-IgM en la
      fase aguda de la enfermedad (Arimitsu et al., 1994), pero no
      puede detectar infecciones causada por otros serovares
      (Arimitsu et al., 1994; Sehgal et al., 1997). Se puede trabajar
      sin la modificación del suero de otras especie animal
      (Arimitsu et al., 1989)
    5. Hemoaglutinación indirecta (HA): Es una
      prueba serológica género-específica de
      alta sensibilidad y solamente detecta las IgM (Sulzer, 1975).
      Utiliza eritrocitos de ovejas o del grupo sanguíneo O
      humano. A pesar de que siempre se ha considerado de utilidad, no ha
      llegado a desplazar al MAT y de hecho, se utiliza de manera
      paralela a él. Resulta de valor para el cribado de
      sueros y para la detección de infecciones recientes
      (Faine, 1982). Es técnica desarrollada por CDC (Sulzer y
      Jones, 1973), reveló una sensibilidad y especificad de
      92 % y 95 % comparado con MAT respectivamente (Sulzer et al.,
      1975). Por estos altos valores en el territorio cubano es la
      técnica elegida para el diagnóstico de
      Leptospirosis humana (Obregón et al., 2001).
      Además, al inicio demostraró una sensibilidad de
      92-100 % durante la fase aguda y de convalecencia y 95-97 % de
      especificidad (Levett, 1999; Effler et al., 2000; Hickey,
      2002), pero algunos autores obtuvieron una sensibilidad de 81 %
      al séptimo día (Adler y Faine, 1978) de media y
      al 100 % al octavo día de promedio. Estos niveles
      contradice lo obtenido por Effler et al., (2000) el 15 % de
      sensibilidad al 14 día y 68 % de convalecencia
      después de 14 día.

    TÉCNICAS DIRECTAS

    La demostración de la presencia de Leptospiras, o
    sus componentes en la sangre, tejidos y/o leche de animales y
    humanos con signos clínicos es de gran valor
    diagnóstico (Ellis, 1996)

    1. Observación en microscopio de campo
      oscuro:
      Este método se realiza para la
      observación de leptospiras en los fluidos
      orgánicos. Es difícil debido al gran
      número de artefactos que, por su parecido con las
      leptospiras, pueden crear confusión (Ellis, 1986; Ellis,
      1994). Además precisa que haya un gran número de
      microorganismos en las muestras (Ellis, 1986, Timoney et al.,
      1988; Ellis, 1994).
    2. Tinción Argénica: Dentro de este
      grupo podemos considerar diferentes técnicas, como: la
      técnica de Warthing-Starry y sus modificaciones y la
      técnica de Steiner y Steiner (Faine, 1982). Se utiliza
      para la demostración de Leptospiras en los
      órganos de animales presumiblemente muertos por
      leptospiras (Amatredjo y Campbell, 1975; Ellis, 1996). La
      presencia de leptospiras en fetos abortados y mortinatos son
      indicadores
      claros de que es una infección activa en el feto y
      crónica en la madre, considerando de valor
      diagnóstico (Ellis, 1996). Además de su baja
      especificidad y sensibilidad (Baskerville, 1986; Ellis, 1996),
      presenta las mismas inconveniencias que la
      anterior.
    3. Técnicas de tinción
      Inmunohistoquimica:
      Tienen baja sensibilidad, por lo que
      son poco adecuados para el diagnóstico de portadores
      crónicos, lo que depende del número de
      microorganismos en la muestra ( Ellis, 1996)
    • Inmunofluoresencia: Es más adecuada
      para la detección de leptospiras que las anteriores
      (Torten et al., 1966; Baskerville, 1986; Ellis, 1986; Timoney
      et al., 1988; Appassakij et al., 1995). Casi siempre se utiliza
      en el diagnóstico para los casos de abortos (Ellis,
      1986; Timoney et al, 1988, Ellis, 1994) y de la presencia de
      Leptospiras en sedimentos de orina (Timmoney et al., 1988). Su
      mayor desventaja es que requiere la producción de
      antisueros policlonales de buena calidad y
      necesita la utilización de microscopio de fluorescencia.
      (Ellis, 1986 y 1994)
    • Inmunoperoxidasa: Es más rápida
      y asequible que la anterior ya que no precisa de un microscopio
      de fluorescencia (Ellis, 1983 y 1986; Terpstra et al.,
      1986).
    • Marcado de partículas de oro ( Skilbeck
      y Chappel, 1987): Al igual que las anteriores , depende del
      número de microorganismos y poco sensible ( Ellis, 1994
      y 1996)
    1. Técnicas de detección y estudio de
      ácidos nucleicos
      : Son pruebas relativamente modernas
      que aun precisan más estudios sobre su efectividad y
      utilidad (Ellis, 1996). Comprende: marcado con sondas de ADN,
      hibridación de ARN, marcado con radio y PCR con
      mayor efectividad en la orina (van Eys et al., 1989; Arimitsu
      et al., 1994; Brown et al., 1995; Zuerner et al., 1995;
      Wagenaar et al., 2000).
    2. Aislamiento: Para muchos autores, es la
      técnica más sensible para el diagnóstico
      de leptospiras, además es la que confirma la presencia
      del germen, tanto en casos agudos como crónicos
      (Thiermann, 1983 y 1994; Ellis, 1986; Timoney et al., 1988,
      Ellis, 1996), a pesar de que requiere mucho tiempo y de
      laboratorios especializados (Thiermann, 1983; Ellis,
      1994).

    La inoculación en animales de
    experimentación puede considerarse una forma especial del
    aislamiento y está considerada como la técnica
    más sensible por algunos científicos (Timoney et
    al., 1988).

    Tambien hay existen otros metodos pero no de amplio uso
    en en mundo como: Prueba Hemolitica (HL),
    Contrainmunoelectroforesis (CIE), Inmunoabsorcion Magnetica,
    Hibridizacionde ADN., Absorción de antigeno
    inmunomagnetica etc.

    DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

    Para llegar al diagnóstico diferencial, es
    necesaria una buena anamnesis que abarque los antecedentes
    particulares y/o animales patológicos de 15-20 días
    anteriores a la presentación de la enfermedad. Dada las
    diversas presentaciónes, se deben diferenciar de algunas
    pantemas por especies según las manifestaciones
    clínicas predominantes (Savio, 2002).

    Bovinos: Se deben diferenciar con cuadros que cursan
    con: hemoglubinuria, hematuria, hemólisis, aborto, Mamitis
    y disminución de la producción láctea como:
    Anaplasmosis, Babesiosis, Pasteurellosis, Brucelosis,
    Listeriosis, Vibriosis, Trichomoniasis, Toxoplasmosis, IHBB.,
    intoxicación por cobre y
    "rapum", hemoglubinuria posparto (Blood et al., 1982;
    Baskerville, 1986; Ellis, 1986; Bofill et al., 1996) y trastornos
    alimentarios.

    Ovino-caprino: Similar al bovino.

    Porcino: Brucelosis, Peste porcina, Aujezky,
    Listeriosis, Salmonelosis, SMEDI virus,
    Parvovirusis porcina, Encefalitis viral japonesa, Erisipela
    porcina, deficiencia nutricional, etc. (Wrathall, 1975; Ellis,
    1978; Blood et al., 1982)

    Equino: Anemia Infecciosa Equina, Salmonelosis,
    Babesiosis, Tripanosomiasis, Artritis viral equina,
    Rinoneumonitis viral equina y la causada por streptococcu
    genitalium (Blood et al., 1982).

    Canino: Hepatitis canina, trastornos
    gastrointestinales.

    Humano: Dengue, Malaria
    (paludismo),
    Influenza, Hepatitis viral, Fiebre hemorrágico
    epidémica, hantavirus, septicemia con ictericia, Fiebre Q,
    tifus, Brucelosis, Borreliosis, Toxoplasmosis, Fiebre Amarrilla,
    Piolonefretis, Gripe, síndrome de disfunción
    orgánica múltiple (Díaz et al., 2000; Villar
    et al., 2000; Everret, 2002; Savio , 2002; Torales,
    2002).

    PROFILAXIS Y TRATAMIENTO

    Para que las medidas que se quieren tomar sean efectivas
    para el control de la enfermedad en cuestión, es sumamente
    imprescindible la identificación lo antes posible de los
    animales afectados, así como el serogrupo y/o serovar
    actuante, puesto que la presencia de un serovar u otro depende
    principalmente de la existencia de su hospedero de mantenimiento
    específico y según sea el hospedador, las medidas
    de control serán diferentes (van der Hoeden, 1958; Ellis,
    1994; Heath y Johnson, 1994).

    PROFILAXIS

    Desde el punto de vista epidemiológico, la
    Leptospirosis es una enfermedad difícil de controlar ya
    que el microorganismo se puede albergar en el riñon y ser
    eliminado en la orina de muchos animales, perpetuándose
    entre ellos el estado de portador. Sin embargo, se deben realizar
    esfuerzos para conocer la prevalencia de serotipos
    específicos en una determinada población y
    describir los focos de contagio a fin de evitar aparición
    de nuevos casos (WHO, 1982)

    INMUNOPROFILAXIS

    Dentro de la inmunoprofilaxis se puede considerar tanto
    la vacunación como la inmunización pasiva con suero
    hiperinmune (Michna, 1970)

    La vacunación es una práctica muy
    extendida en muchos países (Thiermann, 1984), siendo, para
    algunos autores, la mejor herramienta de control (Ellis, 1994).
    Sin embargo, presenta una serie de inconveniencias en primer
    lugar: las vacunas
    comerciales son baterinas (Ellis, 1996) y no proporcionan
    inmunidad cruzada entre serovares distintos y sola permiten una
    protección limitada frente a cepas distintas de un mismo
    serovar. Los serovares y las cepas varían entre
    países, por lo que la protección ofrecida por las
    vacunas elaboradas con cepas de otro país o región,
    en otras regiones puede ser poca eficaz (Thiermann, 1984). En
    segundo lugar, diversos estudios sobre las vacunas existentes,
    han demostrado que tanto monovalente, bi y hasta pentavalente, no
    evitan la infección, la migración
    al útero y oviducto ni la persistencia de la
    infección renal y por con siguiente, tampoco evitan la
    leptospiruria ni el nacimientos de algunas crías
    débiles y mortinatos (Bolin et al., 1989; Bolin et al.,
    1991).

    A pesar de estas limitaciones, la vacunación
    sigue siendo parte importante del sistema control en los
    rebaños (Heath y Johnson, 1994)

    Little et al., (1992) demostraron que un programa de
    vacunación de todo un rebaño (bovino) durante cinco
    años, es posible el control de las infecciones por L.
    hardjo y su eliminación del rebaño. Tambien, se
    considera que el calendario de vacunación debe ser al
    principio del período seco y en el parto, puede disminuir
    las pérdidas económicas por abortos (Hanson, 1977;
    Heath y Johnson, 1994)

    Primo vacunación: se vacunan todos los animales
    del rebaño, machos, hembras y terneros.

    Segunda dosis a los 21 días de la
    primero.

    Revacunación en forma anual o semestral de
    acuerdo al productor.

    Machos: vacunar antes de entrar al servicio para
    proteger al rodeo.

    Hembras: vacunar antes del servicio y previo al
    parto.

    Terneros: vacunar a los 2 meses de edad y luego
    revacunar en dependencia del productor (Faine, 1982; WHO, 1986;
    Ellis, 1992; Bielansk y Surjballi, 1998).

    La otra variante es la vacunación total del
    rebaño y luego tratar con dihidroiestreptomicina 2 mg/kg.
    a todas las vacas preñadas (South y Stoenner,
    1974).

    Tambien hay programa de vacunación cuando se que
    aplica en los cerdos y perros.

    Enlos seres humanos las vacunas se aplican de modo
    más restrictivo, a las poblaciones de alto riesgo y /o en
    zonas endémicas. La inmunización casi siempre en
    humano utiliza vacunas polivalentes en trabajadores de arrozales,
    cañeros, etc. en China (Chen, 1985). En Cuba se utiliza
    una vacuna trivalente de pomona, canicola e icterohaemorrhagiae
    (Martinez et al., 1998).En los últimos años en
    Cuba, se utiliza la vacuna Vex-Spiral en dos dosis de intervalo
    de 6 semanas (Ginebra, 2001).

    La quimioprofilaxis mediante la aplicación de
    doxiciclina en la dosis de 200 mg una vez a la semana durante 4-6
    semanas ha tenido efectividad de 95 % en los adultos de alto
    riesgo (Hickey, 2002) y también en los animales, sobre
    todo en ganado porcino en combinación con la
    vacuna.

    PROFILAXIS HIGIÉNICO-SANITARIO

    La profilaxis higiénico-sanitario es esencial en
    el control de la leptospirosis en una población humana y
    animal, pero siempre ha de formar parte de un sistema general de
    control, junto con la vacunación y el tratamiento, ya que
    ninguna de estas medidas son eficaces por separado (Ellis, 1994).
    Las medidas higiénicas- sanitarias deben basarse en dos
    puntos esenciales: el control de hospedadores de mantenimiento
    silvestres y el control de hospedaderos domésticos (Ellis,
    1994; Heath y Johnson, 1994). Tambien los factores
    ecológicos que influyen en la epizootiología de la
    Leptospirosis como: densidad alta de población animal, su
    migración natural o planeada, las características
    geográficas, agronómicas y meteorológicas
    del ambiente y los cambios estacionales deben tomar encuenta
    (Ginebra, 2001).

    Algunas de las medidas principales recomendadas por
    varios autores son:

    • Educación y difusión a las poblaciones
      en especial las de alto riesgo sobre la forma de contagio y
      como evitar la enfermedad.
    • Protección individual de los trabajadores
      como: ganaderos, trabajadores de alcantarillados, abreros
      agrícolas veterinarios, arrozales, cañeros etc.
      mediante el uso de calzado y vestimentas apropiadas (botas,
      delantales guantes, antiparras, tapaboca) según la tarea
      que se desempeñen.
    • Higiene personal y del ambiente doméstico, se
      debe impedir el ingreso de animales al interior de los
      domicilios así como a los galpones de producción
      o almacenamiento de alimento se debe hacer hincape
      en la higiene y desinfección en los locales de
      ordeño etc., con hipoclorito de sodio.
    • Buen drenaje o relleno de terrenos bajos o
      fácilmente inundables de residuos líquidos y agua
      pluviales.
    • Se debe prohibir tanto a la población humana
      como animal beber o bañarse en agua de ríos,
      charcos y lagunas posiblemente contaminados con el
      agente.
    • Disposición, colecta y eliminación de
      los residuos (recipientes apropiados, colecta permanente y
      coordinada con la población, relleno sanitario correcto
      y en condiciones).
    • Control ecológico de la población
      animal salvaje.
    • Aislamiento de los animales
      domésticos.
    • Tratamiento especifico de personas y animales
      enfermos según los esquemas
      terapéuticos.
    • Drenaje, canalización de cursos o espejos de
      agua que tienden a provocar inundaciones o que representen
      posible focos de esta enfermedad.
    • Realizar estudios epidemiológicos para tener
      noción sobre prevalencia de la enfermedad en la especies
      así como para saber que serogrupo o serovar esta
      circulando.
    • Desratización general de la explotación
      y construcción de edificio ‘ a prueba
      de roedores’.
    • Reducir el pastoreo conjunto con otras especies
      domésticas y con otros rebaños.
    • Mantener una política de ciclo
      cerrado y en su defecto someter a la cuarentena estricta a los
      animales de reposición que entran nuevos en la
      explotación.
    • No separar las crías de las madres
      después de parto (bovino).
    • Evitar el uso de machos enfermos para la monta
      directa.
    • Las mascotas deben vacunarse anualmente.
    • Realizar informe
      anual sobre la situación de la enfermedad en el
      territorio.

    (Faine, 1982; OIE., 1992; WHO., 1993; Ellis, 1994; Heath
    y Johnson, 1994; Fenga et al., 2000; Acha y Syfres, 2001; Lyford
    y Herrera, 2002; Willat, 2002)

    TRATAMIENTO: El objetivo premodial para el
    tratamiento contra la infección por Leptospirosis, es
    controlar la infección antes del daño irreparable
    que puede ocurrir en el hígado y riñón.
    Prácticamente todos los antimicrobianos tienen efecto
    sobre la infección por leptospiras, excepto de las
    sulfanamidas y el cloranfenicol en animales (van der Hoeden,
    1958). Los antibióticos más recomendados son:
    dihidroestreptomicina, penicilina, estreptomicina,
    oxytetraciclina, tetraciclina, etc. (Michna, 1970; South y
    Stoenner, 1974; Amatredjo y Campbell, 1975; Thiermann, 1984;
    Ellis et al., 1985; Instituto, 1997; Labiofam, 1997; Fajardo et
    al., 1998; Guijarro y Calvo, 1999; Merck, 2000)

    Para los bovinos:

    Dihidriestreptomicina: 25mg/kg./5 días
    /IM.

    Estreptomicina: 12-25mg/kg./ dos veces al día por
    3 dias / IM.

    Estreptomicina: 25mg/Kg. una sola vez durante la fase de
    leptospiruria.

    Clorhidrato de tetraciclina: 11mg/kg./5
    días

    Tetraciclina: 15-25 ml/kg./4 días /
    IM.

    Oximicina: 100g/5 días / IM.

    Transfusión sanguínea 5-10 L/450kg en caso
    de anemia hemolítica.

    Para equinos y caninos:

    Dihidriestreptomicina: 20-25mg/kg./24h durante 4-6
    días / IM.

    Tetraciclina: 15-25mg/kg./12h durante 4-6 días
    /IM.

    Penicilina en caso agudo: 10000-20000UI/kg./12h durante
    5-7 días /IM.

    Corticosteriodis por vía parenteral en caso de
    oftalmia periódica en equino

    Pomada de atropina en equino tres veces
    diario.

    Para los cerdos:

    Tetraciclina: 6,6 mg/kg./día/5dias/IM

    Oxytetraciclina: 800g/ tonelada de pienso de 8-11
    días

    Estreptomicina: 40-50mg/kg./dic/4-6 dias/IM

    Oximicina: 20-30mg/kg./4-6dias/IM

    Ovino-caprino:

    Dihidroestreptomicina: 20-25/kg./4-6dias/IM

    Oxytetraciclina: 20-30mg/kg./4-6dias/IM

    Estreptomicina: 40-50mg/kg./día/4-6
    días/IM

    Además de los antibióticos, en dependencia
    de la gravedad y sintomatología se admite la
    aplicación de: transfusión sanguínea,
    analgésicos, sueros hiperinmunes y
    gammaglobulinas.

    En bovino, un trabajo relativamente reciente propone la
    amoxiclina como opción a la dihidroestreptomicina en el
    tratamiento de ganado infectado con L. hardjo (Smith et al,
    1997)

    Tratamiento en humanos:

    Tomando en cuenta que la Leptospirosis humana, tiene una
    evolución clínica sumamente variable
    y suele ser una enfermedad fatal cuando se tarda en su
    reconocimiento temprano. Resulta difícil evaluar con
    precisión la eficacia del
    tratamiento antimicrobiono; por lo que de considerar estos
    elementos de gran importancia en su manejo (Grell et al., 1971;
    Kobayashi et al., 1984; Tan et al., 1986; Muthusethupati y
    Shivakumar, 1987; Dupont et al., 1997; Ginebra, 2001).

    Antibióticos, soporte respiratorio y
    cardiovascular, diálisis (peritoneal o
    hemodiálisis) y transfusión sanguínea en
    casos muy graves.

    Existe un grupo de antibióticos con grado
    variable de efectividad contra la leptospira. Los más
    importantes son: penicilina, doxiciclina, tetraciclina,
    eritromicina, ampicilina, amoxacilina y estreptomicina. De estos,
    la penicilina y la doxiciclina son los más utilizados y
    aceptados en la práctica clínicas (Okuzaki y
    Ringen, 1975; McClain et al., 1984; Alexander y Rule, 1986). El
    tratamiento siempre se indicara de inmediato y en correspondencia
    con los síntomas que presente el paciente.

    Las cefaloporinas de tercera generación
    (cefotaxina, ceftizoxina) han tenido buenos resultados en Cuba
    (Ginebra, 2001). Tambien algunos autores proponen la misma
    cefaloporina un gramo por vía endovenosa de cada 4 horas
    durante las primeras 72 horas y continuar posteriormente con un
    gramo diario por vía intramuscular durante 7 días
    (Russell, 1958; McClain et al., 1984; Peña, 1999; Rusell
    et al., 1999; Guidugli et al., 2002; Hickey, 2002).

    BIBLIOGRAFÍA

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    Kujoti Sandow

    Waldo Ramírez
    Sánchez

    Centro de Estudios Prevención y Mitigación
    de Desastres

    Fac. Med. Vet. Universidad de
    Granma.

    Carretera de Manzanillo km.17 1/2, Paralejo, Bayamo.
    Granma, Cuba.

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