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La tercerización de los conflictos




Enviado por Adalberto C. AGOZINO



    1. Los nuevos
      mercenarios
    2. Las ventajas de los
      ejércitos privados
    3. Las transnacionales de la
      guerra
    4. El impacto de la
      privatización de los conflictos sobre los Derechos
      Humanos
    5. Conclusiones

    En los primeros años de la Post Guerra
    Fría las principales potencias militares iniciaron un
    proceso de
    reducción del personal de sus
    fuerzas armadas. Los Estados Unidos,
    por ejemplo, en ese período redujeron sus efectivos
    militares de 2.100.000 a 1.400.000 hombres. Esta reducción
    acompañaba el proceso de distensión que
    siguió a los primeros años de la caída del
    Muro de
    Berlín, cuando se anunciaba el "fin de la historia" y algunos
    pensadores especulaban en con un brusco descenso del
    número de conflictos
    internacionales.

    También incidió en este proceso el
    empleo de
    nuevas
    tecnologías, en especial de armas
    inteligentes operadas por un número reducido de hombres,
    como por ejemplos los dispositivos electrónicos de
    vigilancia y exploración.

    Pronto fue evidente, sin embargo, que los conflictos
    bélicos mutaban su naturaleza
    pero no descendía ni en número ni en la virulencia
    de los enfrentamientos. Cuando el choque ideológico se
    transformó en choque de civilizaciones la violencia
    étnico – religiosa degeneró en cruentos
    conflictos en regiones de escaso valor
    estratégico pero que terminaron involucrando a las
    potencias occidentales. Más aún, comenzaron a
    multiplicarse las denominadas "misiones de paz" y
    "actividades humanitarias" implementadas por los
    ejércitos que, aunque en raras ocasiones demandaban el
    empleo efectivo de la fuerza,
    implicaban el despliegue de numerosos contingentes militares en
    las más remotas geografías y su mantenimiento
    por períodos prolongados.

    La multiplicación de sus compromisos militares
    globales ha obligado a varios países, pero especialmente a
    los Estados Unidos, a replantear el número de efectivos de
    sus fuerzas armadas e incluso a incrementar el reclutamiento
    de soldados. Pero, la incorporación de nuevos reclutas no
    ha sido un proceso sencillo pese a que el gobierno
    americano ha aumentado los incentivos
    económicos.

    En una artículo elaborado por Rosendo Fraga,
    director del Centro de Estudios Nueva Mayoría, uno de los
    portales de análisis
    político más importantes de
    Iberoamérica, el autor nos brinda un detallado resumen de
    la política
    de reclutamiento implementada por la
    Administración Bush: "Los
    nuevos reclutadores –popularizados
    cinematográficamente por Michael Moore en Fahrenheit
    09/11- forman una parte clave de la campaña. Para
    persuadir a los futuros soldados, el Ejército
    incrementará el número de reclutas para el servicio
    activo y la reserva de aproximadamente 6.000 a 7.000 para fines
    de año. La fuerza de los reclutadores en servicio activo
    aumentará de 5.111 a 6.029, y el número de
    reclutadores para la Reserva del Ejército aumentará
    de 954 a 1.062."

    "Funcionarios del Comando de
    Reclutamiento del Ejército dicen que las bonificaciones
    aumentarán a un máximo de 15.000 dólares
    para los soldados que estén dispuestos a registrarse para
    prestar servicios por
    tres años en ocupaciones en las que el personal escasea
    (más que duplicando las anteriores bonificaciones de 6.000
    dólares)."

    "Muchos de esos cargos se encuentran en
    las zonas de guerra. Los
    soldados pueden ganar hasta 9.000 dólares en
    bonificaciones, trabajando como especialistas en el suministro de
    petróleo y operadores en el servicio de
    comidas".

    "Hay también bonificaciones por
    nivel alcanzando: 8.000 dólares para los soldados que
    tengan una licenciatura, 7.000 para los que cuenten con un
    título otorgado después de dos años de
    estudios universitarios, y 6.000 para los que tengan el diploma
    de la escuela
    secundaria. Según el trabajo
    asignado, las bonificaciones de hasta 9.000 dólares
    serán pagadas a reclutas que se presentan al entrenamiento
    básico antes del 27 de septiembre (2004). Los civiles que
    tengan habilidades especiales podrán ganar una suma
    adicional de 3.000 dólares."

    "En los primeros meses de la guerra en
    Irak, el
    Ejército dio órdenes de impedir a las tropas partir
    durante la guerra. Luego aplicó las bonificaciones. A
    continuación, el Ejército adelantó las
    fechas fijadas de las tropas que debían comenzar el
    entrenamiento en 2005 y ofreció otros
    incentivos."

    "El Ejército está
    superando sus objetivos de
    reclutamiento para el 2004, a pesar de que fueron elevados de
    72.500 a 77.000 efectivos, con una excepción: la Guardia
    Nacional del Ejército estima que sólo
    llegará a cumplir con el 88% de su objetivo de
    reclutamiento fijado para el 2004."

    Las necesidades de mayor personal militar y otras
    consideraciones de orden político, como la de sortear
    algunas de las limitaciones que el Congreso de los Estados Unidos
    ha impuesto al
    empleo de las fuerzas armadas en cierto tipo de conflictos
    internacionales o los problemas de
    posibles violaciones a los derechos humanos
    en ciertas operaciones
    militares –especialmente en las tareas de inteligencia
    han llevado a las sucesivas administraciones estadounidenses a la
    contratación de empresas de
    seguridad e
    inteligencia, a las que se denomina "empresas de servicios
    militares"
    , que operando bajo la cobertura legal
    "consultores", "especialistas" y "expertos",
    constituyen verdaderas fuerzas mercenarias.

    Los Estados Unidos incrementaron el uso de contratos
    militares externos durante los años noventa, debido a la
    citada reducción de sus efectivos militares, cuando el
    estallido de numerosos conflictos étnicos y regionales
    aumentó bruscamente la demanda de
    personal militar. Durante la operación "Tormenta del
    Desierto"
    el Ejército estadounidense empleo a un
    "especialista" civil por cada cincuenta soldados
    regulares. Los conflictos étnicos de Bosnia Herzegovina, a
    mediados de esa década, y el de Kósovo, en 1999,
    hicieron que la proporción aumentara a uno cada diez,
    cifra que se mantuvo en ese nivel durante la Guerra del Golfo en
    2003.

    Las empresas de servicios militares comenzaron a crecer
    cuando durante la presidencia de George Bush, su secretario de
    Defensa Dick Cheney ordenó la realización de un
    estudio que determinó la conveniencia para los Estados
    Unidos de impulsar la privatización de su ejército. Aquel
    informe fue
    elaborado precisamente por una consultora de servicios militares
    Brown & Root Services -filial de Halliburton, que luego
    dirigiría el propio Cheney desde 1994 hasta que se
    incorporó a la vicepresidencia-, el estudio, que costo un total de
    nueve millones de dólares, demostraba que era mucho
    más rentable, tanto en términos económicos
    como políticos- delegar ciertas tareas militares en
    empresas privadas.

    Una década más tarde, tal como estima
    Peter Singer, analista del Brookings Institution, un prestigioso
    centro de estudios internacionales de los Estados Unidos, las
    empresas de servicios militares manejan un negocio de 100.000
    millones de dólares anuales –algunos estiman que en
    la próxima década este tipo de empresas duplicaran
    el volumen de sus
    negocios– y
    sus servicios incluyen el mantenimiento de sistemas de
    defensa o la modernización de las fuerzas armadas en
    países de los cinco continentes, la protección de
    minas de diamantes y pozos petroleros en las más remotas
    geografías del mundo.

    Tal como afirma Rosa Towsend, corresponsal en Miami del
    diario español
    "El País", las empresas de servicios
    militares "se encargan esencialmente
    de lo que los estados ricos no quieren hacer o los pobres no
    pueden hacer. Permiten a los ricos reducir sus presupuestos
    de defensa concentrándose en guerras
    prioritarias para su seguridad y subcontratando el resto, y hacen
    asequible a los pobres un nivel de poderío
    militar del que carecen".

    LOS NUEVOS
    MERCENARIOS

    El empleo de fuerzas mercenarias es tan antiguo como la
    guerra misma. Si nos remontamos en la historia al nacimiento de
    los tiempos modernos –para no ir más atrás-,
    en tiempos de las "Guerras Dinásticas" las tropas
    mercenarias constituían una parte sustancias de los
    Ejércitos de la época. A partir del Siglo II y
    hasta la paz de Westfalia, en 1648, los contratistas militares
    solían emplear soldados formados en las estructuras
    feudales y los enviaban a quienes estuvieran dispuestos a pagar
    por ellos, fueran ciudades – estado o
    príncipes italianos o hasta el mismo Vaticano. Aquellas
    fuerzas mercenarias llevaban a cabo tareas militares como librar
    guerras, o políticas:
    mantener el poder y recaudar impuestos.
    Algunos historiadores vinculan el ascenso de las tropas
    contratadas a finales de la Edad Media con
    la incapacidad del sistema feudal de
    hacer frente a las necesidades, cada vez más complejas, de
    una sociedad en
    pleno proceso de modernización.

    No han faltado desde entonces quienes condenaban el
    empleo de este tipo de fuerzas militares. En pleno Renacimiento
    italiano, Nicolás Maquiavelo,
    dedicaba el Capítulo XII de su libro
    "El
    príncipe" al análisis: "De las diferentes especies de
    milicias y de los soldados mercenarios"
    .

    En esta obra escrita en 1513, por el genial florentino
    podemos leer: "Las tropas que sirven
    para la defensa de un Estado son: o mercenarias, o extranjeras, o
    mixtas. Las de la segunda clase, bien
    sirven en calidad de
    auxiliares o como mercenarios, son inútiles y peligrosas,
    y el Príncipe que se confía en tales soldados
    jamás estará en seguridad, a causa de estar siempre
    desunidos, ser ambiciosos, carecer de disciplina y
    tener poca fidelidad; valerosos contra los amigos, cobardes en
    presencia del enemigo, y no tener ni temor de Dios ni buena fe
    respecto a los hombres. A causa de todo ello, un Príncipe
    no puede retardar su caída sino lo que tarde en poner su
    valor a prueba. O sea, por decirlo todo en pocas palabras:
    saquean al Estado en tiempos de paz como lo haría el
    enemigo en tiempos de guerra. ¿Cómo podría
    ocurrir esto de otro modo? Esta clase de tropas no sirven a un
    Estado sino por el interés de
    una soldada que jamás es suficientemente fuerte como para
    permitirles comprar lo que necesitan para vivir. Naturalmente, si
    no tienen inconveniente en servir mientras dura la paz (pues por
    no hacer nada se encuentran con algo), apenas la guerra ha sido
    declarada huyen o tan sólo piensan en hacerlo."

    Pese al paso de los siglos, la visión negativa
    con respecto a las tropas mercenarias no ha disminuido. Es
    así, como tras nueve años de arduas negociaciones
    la Asamblea General de las Naciones Unidas,
    aprobó el 4 de diciembre de 1989, la "Convención
    Internacional contra el reclutamiento, la utilización, la
    financiación y el entrenamiento de
    mercenarios"
    .

    Este documento internacional establece importantes
    precisiones en su Artículo 1º sobre a que se denomina
    "mercenario". Dice exactamente:

    "1º se entenderá por
    "mercenario" toda persona
    que:

    1. Que haya sido especialmente
      reclutada, localmente o en el extranjero, para combatir en un
      conflicto
      armado;
    2. Que tome parte en las hostilidades
      animada esencialmente por el deseo de obtener un proyecto
      personal y a la que se haga efectivamente la promesa, por una
      Parte en conflicto o en nombre de ella, de una
      retribución material considerablemente superior a la
      prometida a abonada a los combatientes de grado y funciones
      similares en las fuerzas armadas de esa Parte;
    3. Que no sea nacional de una Parte en
      conflicto ni residente en un territorio controlado por una
      Parte en conflicto;

    2º Se entenderá
    también por "mercenario" toda persona en cualquier otra
    situación:

    1. Que haya sido especialmente
      reclutada, localmente o en el extranjero, para participar en un
      acto concertado de violencia con el propósito
      de:
    1. Derrocar a un gobierno o socavar de
      alguna manera el orden constitucional de un Estado, o
      de,
    2. Socavar la integridad territorial
      de un Estado;
    1. Que tome parte en ese acto animada
      esencialmente por el deseo de obtener un provecho personal
      significativo y la incite a ello la promesa o el pago de una
      retribución material;
    2. Que no sea nacional o residente del
      Estado contra el que se perpetre ese acto;
    3. Que no haya sido enviada por un
      Estado en misión
      oficial; y
    4. Que no sea miembro de las fuerzas
      armadas del Estado en cuyo territorio se perpetre el
      acto."

    También resulta de particular interés el
    Artículo 5º de dicha convención que
    establece:

    "1. Los Estados Partes no
    reclutarán, utilizarán, financiarán ni
    entrenarán mercenarios y prohibirán ese tipo de
    actividades de conformidad con disposiciones de la presente
    Convención.

    2. Los Estados Partes no
    reclutarán, utilizarán, financiarán ni
    entrenarán mercenarios con el objeto de oponerse al
    legítimo ejercicio del derecho inalienable de los pueblos
    a la libre determinación reconocido por el derecho
    internacional y tomarán, de conformidad en el derecho
    internacional, las medidas apropiadas para prevenir el
    reclutamiento, la utilización, la financiación o el
    entrenamiento de mercenarios para tal objeto.

    3.- Los Estados Partes
    establecerán penas adecuadas para los delitos
    previstos en la presente Convención en las que se tenga en
    cuenta su carácter grave."

    Conscientes de la mala imagen que su
    actividad tiene en la opinión
    pública internacional, una docena de empresas de
    servicios militares han creado la denominada Asociación
    Internacional para las Operaciones de Paz. Según su
    director, Doug Brooks, no se trata de despistar ni de lavar la
    imagen de las controvertidas corporaciones militares. "La paz
    y la estabilidad son siempre más rentables que las
    guerras
    –afirma Brooks- pero las guerras existen, y
    nosotros salimos al encuentro de unas necesidades que
    están ahí"
    . Lo cierto es que tan sólo en
    2001, las corporaciones de servicios militares invirtieron
    treinta y dos millones de dólares en los distintos lobbys
    de Washington, aportando por igual a demócratas que a
    republicanos.

    No obstante la visión negativa y hasta
    jurídicamente condenatoria que rodea a este tipo de
    cuerpos militares, muchas veces totalmente acertada y
    justificada, actualmente existen razones para la creciente
    utilización de empresas de servicios militares, entre las
    que figuran las presiones del mercado, la
    generalización del crimen
    organizado transnacional, la inseguridad en
    amplias regiones del Tercer Mundo, la industria del
    secuestro, el
    terrorismo
    internacional, las nuevas tecnologías, y el cambio social,
    entre otros riesgos y
    amenazas a la seguridad de un mundo globalizado crean
    múltiples demandas que a los cuerpos militares y de
    seguridad les resulta sumamente difíciles
    resolver.

    En la actualidad, las empresas de servicios militares
    son compañías multinacionales que se encargan del
    apoyo logístico, labores de formación, seguridad,
    información, análisis de riesgos y
    mucho más. Operan en el contexto de un mercado abierto,
    trabajan varios "contratos" al mismo tiempo y
    presumen de su profesionalidad. Sus proyectos los
    llevan a cabo no personal permanente entrenado y formado por
    ellas sino agentes reclutados de bases de datos
    sobre personal con experiencia militar y antiguos miembros de las
    fuerzas del orden, en general se prefiere a individuos que
    registren experiencia de combate, que han prestado servicio en
    ejércitos nacionales en zonas de conflicto y que por tanto
    han demostrado su idoneidad en situaciones de alto riesgo.

    Muchos de estos expertos figuran en varias bases de
    datos, pasan
    rápidamente de un contrato –y
    de una empresa– a
    otra, llegando en ocasiones trabajar como "contratistas"
    independientes llegado el caso. Aunque la mayoría de ellos
    muestra una
    alta capacitación técnica y dominan la
    utilización de elementos tecnológicos de
    última generación, otros recuerdan peligrosamente a
    los mercenarios de los años sesenta. En esa época
    los mercenarios se movían al borde de la legalidad
    cuando prestaban servicios en Biafra o en el Congo y se
    reclutaban por avisos en la revista
    "Soldier of Fortune".

    LAS VENTAJAS DE LOS
    EJÉRCITOS PRIVADOS

    Los defensores del empleo de empresas de servicios
    militares señalan que las mismas permiten a los gobiernos
    contar con personal con conocimientos técnicos
    especializados, su empleo no demanda de autorizaciones
    políticas especiales para enviar personal a regiones
    conflictivas. En 1994, Estados Unidos contrató a la empresa
    Military Profesional Resources International –MPRI- para
    que "asesorara" al gobierno croata. De esa manera, el
    presidente del país, Franjo Tudjman, obtuvo las ventajas
    de la ayuda militar estadounidense a través de una
    empresa
    privada. Londres también ha promovido contratos, de este
    tipo en países donde empresas británicas
    tenían intereses comerciales. Algo similar ocurrió
    en Colombia, cuando
    el Congreso estadounidense aceptó proporcionar 1.300
    millones de dólares en asistencia para la seguridad en el
    marco del "Plan
    Colombia"
    , pero impuso una cláusula, estableció
    que no podían permanecer en forma simultánea
    más de 500 soldados estadounidenses y 300 empleados
    civiles en territorio colombiano, tampoco podían
    participar directamente en combates. El gobierno norteamericano
    burló estas limitaciones empleando personal de diversas
    empresas de servicios militares que incluso en ocasiones se
    vieron involucrados en acciones
    militares directas.

    Por último, según otras informaciones, la
    empresa Lagie Aviation Service and Technology, Inc. –LAST-,
    subcontratada por la DynCopr, ayudo al teniente coronel Oliver
    North, durante el escándalo Irán – Contras de
    los años ochenta, a transportar armas y municiones para
    los insurgentes nicaragüenses en su lucha contra el gobierno
    sandinistas.

    Por último, el empleo de estas empresas en tareas
    logísticas o de protección de objetivos secundarios
    permite que las fuerzas nacionales que son escasas estén
    disponibles para su utilización en operaciones
    estratégicas de mayor relevancia.

    Los gobiernos que emplean a empresas de servicios
    militares suelen afirmar que los expertos privados resultan
    más económicos. Sin embargo, los informes
    existentes sobre la Guerra del Golfo indican que los civiles
    contratados para tareas de seguridad reciben sueldos muy elevados
    –20.000 dólares mensuales- que triplican lo
    percibido por un soldado reclutado. Otros afirman que las
    empresas privadas resultan más económicas porque
    los gobiernos ahorran los gastos de
    reclutamiento, formación y especialización del
    personal militar. Sin embargo, la mayoría de los civiles
    contratados han adquirido su capacidad para el trabajo
    militar y de seguridad cumpliendo funciones dentro de
    algún ejército nacional. Incluso algunos gobiernos
    han mostrado preocupación porque el atractivo de los altos
    sueldos abonados por las empresas privadas de seguridad atenta
    contra la capacidad de los ejércitos nacionales para
    retener al personal más calificado, en especial a cuerpos
    elite, de lucha antiterrorista, expertos en contramedidas
    electrónicas, etc.

    Probablemente, la mayor ventaja económica resida
    en el hecho de que la empresa privada de seguridad trabaja por
    contrato y una vez finalizado el mismo cesan los costos que ellas
    ocasionan. Mientras que los soldados reclutados deben conservarse
    aún en periodos de paz y luego ocasionan erogaciones en
    forma de jubilaciones, pensiones, gastos médicos y otras
    compensaciones por las lesiones sufridas.

    Por último, la actividad de especialistas
    privados disminuye las repercusiones sobre la opinión
    pública del empleo de personal militar. Tal como ha
    admitido la ex embajadora de los Estados Unidos en Colombia, Anne
    Peterson, si un especialista militar contratado por una empresa
    internacional de seguridad fallece en el transcurso de alguna
    operación la repercusión es mínima, es un
    empleado más que muere en un "accidente de
    trabajo"
    , mientras que si el caído es un militar
    estadounidense llegará a Washington un ataúd con
    una bandera estadounidense y mucha gente comenzará ha
    hacer preguntas y se llevará a cabo una investigación de cómo y bajo que
    circunstancias se produjo su deceso.

    Tal como veremos a continuación, las empresas
    privadas de seguridad constituyen en verdad filiales de holdings
    mayores que ofrecen también tecnología de
    computación, servicios de aviación,
    asesoría financiera y de administración. Por lo general, su
    directorio está integrado por antiguos y brillantes jefes
    militares, ex diplomáticos y ex funcionarios de organismos
    internacionales y hasta algún ex jefe de Estado en
    retiro.

    En la mayoría de los casos, estas empresas son
    contratadas por gobiernos débiles. Su propuesta comercial
    es realmente atractiva: guardar la seguridad interna, aniquilar
    grupos
    sediciosos armados, formar e instruir a las fuerzas de seguridad
    y militares locales, crear e instruir los servicios de
    inteligencia, conformar cuerpos de elite o guardias de seguridad
    para los dirigentes locales, etc.

    Las empresas de servicios militares firman contratos
    legales con organismos internacionales o gobiernos
    constitucionales. Sus dirigentes argumentan siempre que gran
    parte de sus tareas están al servicio de gobiernos
    legítimamente elegidos y constituidos o que desarrollan
    misiones "humanitarias" de mantenimiento de la
    paz.

    LAS TRANSNACIONALES
    DE LA GUERRA

    Un conjunto de importantes empresas multinacionales de
    seguridad consiguen los principales contratos del sector, para
    ellas trabajan un gran número de "especialistas"
    militares, cuentan con importantes instalaciones, centros de
    entrenamiento y sofisticado equipamiento. Veamos algunos
    ejemplos:

    a) MILITARY PROFESIONAL RESOURCES INCORPORATED
    –MPRI-:

    Su presidente Ed Soyster, fue jefe de inteligencia
    militar del Pentágono. Uno de sus vicepresidentes, el
    general de dos estrellas retirado Carl E. Vuono, un veterano de
    la guerra del Golfo, firmó un nuevo contrato con el
    gobierno de Croacia, país en el que funciona desde 1994.
    En esa época por petición y bajo
    contratación del ministerio de Defensa de los Estados
    Unidos entrenó al ejército croata. Meses
    después, el ejército croata, lanzó la
    "Operación Tormenta". En el curso de la cual
    ingresó a las zonas de seguridad controlada por la
    ONU en Krajina
    y efectuó la limpieza étnica de la zona. Se estima
    que unos doscientos mil servios fueron forzados a desplazarse y
    centenares resultaron muertos. La publicación
    especializada Jane’s Inteligence Review ha señalado
    que su intervención fue clave en los éxitos
    militares del ejército croatas contra los serbios.
    También entrenó a las fuerzas armadas de Bosnia y
    Herzegovina para hacer frente a las tropas de
    Milosevic.

    En septiembre de 1999, el Departamento de Defensa de los
    Estados Unidos contrató, por un monto de seis millones de
    dólares, a la empresa MPRI, para trabajar con el
    Ejército colombiano en planeamiento de
    operativos, inteligencia, logística y entrenamiento.

    b) EXECUTIVE OUTCOMES:

    Tenía su sede en Pretoria, capital de
    Sudáfrica. Surgida después de la
    desaparición del gobierno blanco del apartheid, fue
    organizada por ex militares. Cuando sus actividades fueron
    prohibidas en Sudáfrica trasladó sus oficinas a
    Londres. Tiene capacidad para movilizar en naves propias a 2.000
    hombres armados y equipados. Presta sus servicios en Sierra
    Leona, Colombia, Croacia, Bosnia, Congo, Nigeria y Guinea
    Ecuatorial. Se especializa en la protección de minas de
    diamantes y pozos de petróleo
    en Angola

    Un documental del Canal 4 de Londres –titulado The
    War Business- difundió que, en mayo de 1998, los
    mercenarios de Executive Outcomes bombardearon con NAPALM el
    mercado de un pueblo africano, matando a 500 civiles en un solo
    día.

    Sandline International habría enviado
    helicópteros y equipo militar a Sierra Leona, en febrero
    de 1998, y en esta forma habría violado un embargo de
    armas decretado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un
    año antes. Al parecer, esta acción
    contó con el apoyo del gobierno británico, por lo
    que el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara
    de Comunes habría efectuado una investigación al
    respecto.

    Luego, esta empresa asesoró a la fuerza para
    militar de Kamajor –leal al presidente restituido Tejan
    Kabbah- que combatía a los depuestos golpistas de la Junta
    Militar. Pero sus procedimientos
    han sido condenados por los organismos internacionales quienes
    los responsabilizan de la aplicación de torturas y
    crímenes contra los prisioneros. Por ejemplo, tan
    sólo en una semana, en noviembre de 1998, 70 personas
    –acusadas de ser combatientes rebeldes- habrían
    resultado muertos en el combate de Gberay, llevado a cabo a unos
    cien kilómetros al norte de la ciudad capital de Freetown,
    y sus cuerpos mutilados fueron incendiados.

    El gobierno de Sierra Leona retribuyó a Executive
    Outcomes con importantes contratos de explotación de los
    recursos
    naturales del país para las empresas ligadas al
    holding: Branch Energy, Heritage Oil and Gas y Diamond
    Works. Esta última empresa fue constituida en 1996, en
    Vancouver, y es una de las más grandes productoras de
    diamantes, además de tener líneas aéreas,
    como Ibis Air, y otras empresas de transporte,
    logística y servicios.

    c) SANDLINE INTERNATIONAL:

    Registrada de Bahamas, tiene sus oficinas centrales en
    la ciudad de Londres. Operó junto a Executive Outcomes en
    Sierra Leona derrocando a la junta militar integrada por el
    Consejo Revolucionario de las Fuerzas Armadas –AFRC- y por
    el Frente Unido Revolucionario –RUF-, permitiendo la
    restauración del derrocado presidente Tejan
    Kabbah.

    d) DYNCORP:

    Según consigna su publicidad en
    Internet:
    "es una de las más grandes
    compañías tecnológicas y de servicios de los
    Estados Unidos. Es reconocida por sus innovaciones en las
    áreas de ciencia,
    ingeniería, administración tecnológica y apoyo
    técnico. Es considerada la número 65 dentro de las
    100 principales firmas sobre actividades de defensa en todo el
    mundo".

    La empresa fue creada en 1946, bajo el nombre de
    "California Easter Airways Inc." Por un grupo de
    pilotos norteamericanos que después de la Segunda Guerra
    Mundial decidieron fundar una empresa aérea de carga.
    Desde 1987 lleva su nombre actual. Prestó sus servicios en
    la guerra de Corea, Vietnam, en la Operación Tormenta del
    Desierto, en tareas de contrainsurgencia en El Salvador, Bosnia y
    actualmente son conocidas sus operaciones en Colombia e
    Irak.

    Su casa matriz
    está en Reston, Virginia. Tiene aproximadamente
    veintitrés mil empleados desplegados en varias partes del
    mundo, cuenta con 550 clientes y sus
    ventas anuales
    rondarían los 1.960 millones de dólares. El 98% de
    sus ingresos
    provienen de 34 instituciones
    gubernamentales estadounidenses, tales como el Departamento de
    Estado, el Departamento de Defensa, el FBI, la DEA, el
    ejército, el departamento de prisiones, etc.

    Tan sólo la dirección aeroespacial de DynCorp se ocupa
    del mantenimiento de 80% de las naves de la NASA y de 60% del
    parque de helicópteros con que cuenta el ejército
    estadounidense.

    Desde 1997, la empresa tiene un contrato de seiscientos
    millones de dólares con el Departamento de Estado de los
    Estados Unidos. En la llamada "guerra contra las drogas",
    fumiga desde el aire los cultivos
    de coca en Colombia con el herbicida glifosato, entrena a los
    pilotos de las fuerzas armadas colombianas, peruanas y
    bolivianas, y es responsable del mantenimiento de los
    helicópteros.

    El contrato con el Departamento de Estado no establece
    que el personal de DynCorp deban participar de operaciones de
    combate en Colombia, mientras el personal militar estadounidense
    permanece como entrenadores en las bases militares. Sin embargo,
    fueron empleados de la DynCorp quienes intervinieron el 18 de
    febrero de 2003, cuando los guerrilleros de las FARC obligaron
    a un helicóptero de las Fuerzas Armadas Colombianas que
    realizaba fumigaciones a un aterrizaje forzoso en la
    región de Cáqueta, los mercenarios, con uniforme
    estadounidense, arribaron al lugar en tres helicóptero
    Huey II para rescatar al piloto colombiano, Giancarlo Cotrino, y
    mientras uno de ellos aterrizó, los otros dos le brindaban
    cobertura de fuego. Después de este incidente, el gobierno
    de Washington declaró que se trató un ataque de la
    guerrilla contra personal civil.

    En Ecuador, tal
    como informó Juan Miguel Maúrtua, jefe del Puesto
    de Operaciones de Avanzada, la DynCorp está presente en la
    base militar estadounidense en la costa ecuatoriana de Manta
    desde marzo de 2003. El trabajo de los 117 empleados,
    según Maúrtua, consiste en barrer las pistas del
    aeropuerto, en la limpieza de las oficinas y la alimentación de los
    soldados estadounidenses. Aunque esta explicación resulta
    bastante dudosa, dado que la DynCorp insiste en su propaganda que
    presta servicios y proporciona personal de alta
    calificación que naturalmente no hace referencia a tareas
    de limpieza.

    Sin embargo, la alta especialización del personal
    de DynCorp no parece impedir que sus hombres cometan errores,
    violaciones a los derechos humanos o se vean
    involucrados en hechos delictivos. En 1999, empleados de DynCorp
    en Bosnia fueron acusados de comprar y traficar niñas,
    para utilizarlas como esclavas sexuales, y en Colombia, en el
    2000, sus hombres se involucraron el tráfico de drogas.

    e) DUNN AND MCDONALD INC –BDM-:

    Es un consorcio dedicado a la ingeniería.
    Consiguió en los años ochenta contratos importantes
    con el gobierno norteamericano: los bombarderos Stealth, la
    Iniciativa de la Defensa Estratégica y el análisis
    de las lecciones de estrategia de la
    guerra de
    Vietnam.

    Dicha compañía –que hasta 1990 era
    parte de la Ford- fue comprada por la Carlyle Group, uno de cuyos
    socios es el ex secretario de Defensa de presidente Ronald
    Reagan, Frank C. Carlucci. Emplea además como asesores,
    entre otros importantes personajes, a James Baker, ex secretario
    de Estado; a John Major, ex primer ministro británico, y a
    Karl Otto Pohl, ex presidente del Bundesbank
    alemán.

    En noviembre de 1997, Carlyle Group vendió BDM a
    la firma TRW System Integration Group, de Cleveland, Ohio,
    fabricante de equipo espacial y de defensa, así como de
    partes automotrices. En enero de 1998, ambas empresas se
    fusionaron en TRW Systems and Information Technology Group.
    TRW-BDW ocupa el décimo lugar en la lista de los
    más importantes contratistas del departamento de Defensa
    de los Estados Unidos, sus contratos alcanzan un monto de 1.346
    millones de dólares.

    f) GLOBAL RISK STRATEGIES:

    Una de las mayores empresas de servicios
    militares que opera en Irak, sus efectivos en ese país
    alcanzan a 1.100 hombres, esa cifra la sitúa en sexto
    lugar entre las potencias de coalición, exactamente entre
    Italia y España.
    Muchos de sus empleados son ex soldados gurkas, quienes gozan de
    una merecida fama por su ferocidad en combate.

    EL IMPACTO DE LA
    PRIVATIZACIÓN DE LOS CONFLICTOS SOBRE LOS DERECHOS
    HUMANOS.

    La actividad de estas multinacionales de la seguridad
    suele provocar importantes violaciones de los derechos humanos.
    En estos casos, los estados contratantes suelen descargar sus
    responsabilidades sobre las empresas y estas a su vez sobre su
    personal aduciendo que actuaron bajo su exclusiva responsabilidad, que excedieron las órdenes
    recibidas o que aprovecharon la situación para cometer
    delitos.

    Uno de los mayores problemas al momento de controlar la
    actividad de las empresas privadas dedicadas a brindar servicios
    militarizados de seguridad suele ser la falta de
    legislación al respecto. Salvo Sudáfrica,
    ningún gobierno ha aprobado de manera reciente una
    legislación que sancione como delito la
    actividad mercenaria. Gran Bretaña e Irlanda del Norte
    tienen una ley que
    prohíbe a sus ciudadanos convertirse en mercenarios, pero
    el último caso de una persona sometida a proceso judicial
    por esta causa se remonta al año 1896.

    El Protocolo
    Adicional 1 de 1977 de los Convenios de Ginebra se limita a
    definir que se entiende por "mercenario" desde la
    perspectiva del derecho
    humanitario. Y la Convención Internacional contra el
    Reclutamiento, Utilización, Financiación y
    Entrenamiento de Mercenarios, a que hemos hecho referencia, no
    está en vigor debido a que sólo la han suscrito 16
    de los 22 gobiernos que, como mínimo, se requieren para su
    puesta en práctica.

    Según señala Enrique Bernales Ballesteros,
    relator especial de Naciones Unidas sobre la utilización
    de mercenarios como medio de violar los derechos humanos y
    obstaculizar el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre
    determinación de los pueblos, señalaba en un
    informe de 1999: "La Comisión
    de Derechos Humanos debe prestar prioritaria atención al hecho de que una especie de
    privatización de la guerra está siendo alentada a
    través de posiciones unilaterales que se despliegan a
    través de estas empresas. La comunidad
    internacional no puede aceptar, sin lesionar principios que
    sustentan su existencia, que el mercado libre y globalizado
    también funcione para operaciones de venta de
    asistencia militar y operaciones de construcción y mantenimiento de la paz que
    corresponden a organizaciones
    internacionales. Lo contrario sería admitir, en la
    práctica, la intervención en asuntos internos de
    fuerzas paramilitares donde el componente mercenario está
    presente".

    CONCLUSIONES

    La tercerización de los conflictos es una muestra
    más del retroceso de los estados nacionales frente a
    la
    globalización. Los ejércitos nacionales que
    desde los tiempos de la Revolución
    Francesa fueron un símbolo de soberanía hoy son reemplazados en algunos
    conflictos por empresas privadas.

    Las empresas de servicios militares, cuando los
    países más importantes del mundo se encuentran en
    plena "guerra contra el terrorismo y el narcotráfico" son uno de los sectores
    empresariales de mayor expansión en la presente
    década. Estas empresas crecen incluso a un ritmo mayor que
    las empresas de Internet o las de biotecnología.

    La tercerización de los conflictos permite a los
    gobiernos eludir las limitaciones que les imponen sus propios
    pueblos, las disposiciones del derecho humanitario y la presión de
    la opinión pública internacional desplazando su
    responsabilidad sobre las acciones militares y las eventuales
    violaciones a los derechos humanos sobre empresas privadas
    aprovechando las falencias que presenta la legislación
    internacional.

    La difusión del empleo de mercenarios a
    través de empresas de servicios militares constituye una
    forma racional de aprovechar y "reciclar" al personal de
    militar de alta capacitación -tropas de elite,
    especialistas en guerra electrónica, pilotos, expertos en lucha
    antiterrorista, etc.- impidiendo que preste sus servicios en
    países que desafíen el orden internacional vigente
    o incluso que se conviertan en "soldados" de las
    organizaciones criminales, tal como ocurrió con algunos de
    ellos en los países del antiguo Bloque
    Socialista.

    Este proceso parece destinado a incrementarse en la
    medida que el estado
    sigue retrocediendo, el número de conflictos
    incrementándose y los pobladores de los países de
    mayor desarrollo,
    que disponen de un alto estándar de vida, no muestran
    mayor predisposición para involucrarse en cruentas guerras
    en escenarios geográficos remotos y adversos. En
    consecuencia, su lugar será ocupado cada día
    más por soldados profesionales que aceptarán tomar
    grandes riesgos a cambio de altas remuneraciones e
    impunidad
    frente a la justicia
    internacional.

    También resulta evidente de este análisis,
    que la falta de "mano de obra militar" que evidencian
    tanto los Estados Unidos como otros países europeos no
    sólo impulsará el crecimiento de las empresas de
    servicios militares sino que incrementará las presiones
    políticas para que los estados del tercer mundo se
    involucren a través de "misiones de paz" en los
    numerosos conflictos que agotan las energías de las
    potencias que están actuando como "policías
    Internacionales".

    Por el

    Dr. Adalberto C. Agozino

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