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El azar




Enviado por crismablanco



    1. Resumen
    2. Problema
    3. Objetivos
    4. Variables
    5. Tipo de
      investigación
    6. Glosario
    7. Marco
      teórico
    8. Los sentidos del
      alma
    9. Metafísica
    10. Diálogo
    11. Noticia que trae
      "suerte"
    12. Una historia
      sencilla
    13. Conclusión
    14. Bibliografía

    RESUMEN (para
    presentar en los resultados de la búsqueda)

    Casualidad o causalidad. Un motivo de discusión
    casi permanente entre filósofos, teólogos y
    físicos. Una es la antítesis de la
    otra; irreconciliables conceptos que, de una manera u otra, rigen
    nuestra vida y nuestros actos. ¿Por qué nos pasa lo
    que nos pasa? Desentrañar este misterio equivaldría
    a echar un vistazo a la esencia misma del Universo.

    El azar, es una de las cuestiones que por tantas
    noche ha desvelado al ser humano; sin llegar aun a una
    determinación científica de carácter universal. Esta
    problemática es la causa del proyecto de
    investigación aquí planteado, en el
    cual se tratará de dar respuesta a la pregunta:
    ¿Existe realmente el azar?

    PROBLEMA:

    Casualidad o causalidad. Un motivo de discusión
    casi permanente entre filósofos, teólogos y
    físicos. Una es la antítesis de la otra;
    irreconciliables conceptos que, de una manera u otra, rigen
    nuestra vida y nuestros actos. ¿Por qué nos pasa lo
    que nos pasa? Desentrañar este misterio equivaldría
    a echar un vistazo a la esencia misma del Universo, un sistema en el que
    se cree que reina el caos, más allá de las leyes
    fundamentales que lo rigen.

    Todo está predestinado: lo que tiene que ser,
    será, y no se puede escapar al destino, arguyen unos. Las
    cosas ocurren por azar: es el único Dios que nos gobierna,
    aseguran otros.

    Sin embargo, ni unos ni otros disipan ciertas dudas.
    ¿Por qué ocurre que, por ejemplo, alguien piensa en
    una persona a la que
    hace mucho tiempo que no
    ve y ese mismo día recibe una llamada de ella? ¿O
    que el colectivo, que a último momento decidió no
    tomar, minutos más tarde sufrió un accidente de
    tránsito?

    Este tema tratado tanto por físicos,
    astrónomos, y hasta por quienes no son científicos,
    el azar, es una de las tantas cuestiones cotidianas que por
    más de una noche ha desvelado al ser humano; sin llegar
    aun a una determinación científica de
    carácter universal. Esta problemática es la causa
    del proyecto de
    investigación aquí planteado, en el cual se
    tratará de dar respuesta a la pregunta: ¿Existe
    realmente el azar?

    OBJETIVOS:

    Demostrar la inexistencia del azar haciendo
    alusión a grandes pensadores y científicos que
    están a favor y en contra de tal postulado.

    Refutar con solidez los argumentos utilizados por
    aquellos que están a favor de un Universo a la deriva
    guiado y/o creado por azar, los cuales inhiben toda posibilidad
    de libertad del
    ser humano.

    Aportar teorías
    que puedan ser utilizadas por otros para la comprensión de
    cuestiones controversiales, tales como el azar, la
    creación, etc.

    NOTA:

    Solo las palabras escritas en letra cursiva, pertenecen
    a autores ajenos a la autoría de este esquema de
    investigación.

    HIPÓTESIS:

    Cada hecho tiene una causa real.

    Dichas causas pueden ser materiales o
    inmateriales. La inmaterialidad de una causa no implica la
    abstracción de la misma.

    Los acontecimientos atribuidos por el hombre "al
    azar" no son más que una incapacidad física y mental de
    este para dominar todas las variables que
    gobiernan tales hechos.

    La creación

    Las casualidades, o hechos que no tienen
    explicación aparente, como el estar pensando en alguien
    justo en el momento en que nos llama, son atribuibles a las
    inimaginables capacidades que la mente posee para forzar
    acontecimientos. Algunas de estas capacidades (latentes en cada
    ser humano), que al llamarlas poderes extra sensoriales, suelen
    ser tomadas por el vulgo como algo mágico, han sido
    reconocidas científicamente. Muchas de ellas son
    estudiadas por la psicología
    transpersonal y la Metafísica.

    VARIABLES

    Las variables empleadas en este proyecto de
    investigación son las distintas opiniones de los autores,
    a favor y en contra de la existencia del azar. A su vez pueden
    estar en contra del azar en lo que respecta a los juegos pero a
    favor de la creación por azar.

    También las teorías varían en el
    transcurso de la historia, y las sociedades
    adoptan diferentes posturas acordes a las situaciones
    históricas en la que se encuentran.

    Depende del contexto en que se incluya el concepto del
    azar, de este se tomará una u otra acepción, y se
    captará mayor o menor cantidad de adeptos. (El azar en los
    juegos, las situaciones diarias, la creación, la
    física, etc.).

    TIPO DE
    INVESTIGACIÓN

    Es una investigación explicativa ya que se
    intenta probar vínculos causales entre las variables. Se
    utiliza a la argumentación como método de
    prueba, utilizando bibliografía y aplicando conceptos
    personales que concuerdan con la misma.

    GLOSARIO

    Antes de comenzar voy a plantar ciertas bases que son
    meramente relevantes para la comprensión del proyecto de
    investigación. Aquí se verá el significado
    de algunas palabras esenciales para que no se produzca
    confusión alguna cerca de las posibles acepciones del
    contenido.

    Azar: casualidad caso fortuito. Que no tiene
    causa.

    Casualidad: combinación de circunstancias
    que no se pueden prever ni evitar. Toda causa debe ser lógica.
    Una causa ilógica no es causa aceptable para argüir
    el hecho.

    Predicción: Afirmación acerca de un
    suceso futuro, asignando una confianza total a la
    afirmación.

    Esperanza o Predicción Estadística o Predicción en forma de
    probabilidad
    : Afirmación acerca de un suceso futuro en
    forma de probabilidad.

    Sistema caótico: aquel tan sensible a las
    condiciones iniciales que pequeños cambios en el estado
    inicial se traducen en grandes cambios en el estado
    final

    Aleatorio: Impredecible, excepto en forma de
    probabilidad o esperanza. Para ser impredecible, debe ser sin
    causa. Sin embargo, el opuesto no es rigurosamente cierto:
    podría ser sin causa y predecible (aquello sin causa e
    inmutable). Sin embargo, en este último caso el concepto
    de causa se torna borroso: aunque el suceso no tenga una causa,
    al ser predecible, es posible identificar como causa el requisito
    indicado por su predicción.

    Pseudo aleatorio: con causa, pero aparentemente
    impredecible, o impredecible en la práctica debido a la
    propagación de errores iniciales propia de un sistema
    caótico, pero predecible en forma de probabilidad o
    esperanza.

    Determinista: con una causa, y por tanto,
    teóricamente predecible, si se conociera la causa. Suceso
    determinista es aquel que es efecto de alguna causa, producido
    como consecuencia de otro, cuya aparición es regida por
    una ley.

    Proceso aleatorio: proceso cuyo
    resultado es impredecible, excepto en forma de
    probabilidad

    Proceso pseudo aleatorio: proceso cuyo resultado
    es aparentemente impredecible, excepto en forma de
    probabilidad

    Proceso determinista: Proceso en el que se
    suceden causas y efectos consecutivos. Proceso formado por
    sucesos deterministas, y por ello, su resultado es
    teóricamente predecible. En estas definiciones
    "Teóricamente predecible" quiere indicar que sería
    posible realizar una predicción cierta del resultado del
    proceso, suponiendo una disponibilidad ilimitada (infinita) de
    recursos del
    universo (tiempo, espacio, materia,
    energía).

    Algoritmo: Procedimiento,
    secuencia de pasos

    Finito: Con un final, No infinito.

    MARCO
    TEÓRICO:

    HISTORIA DEL AZAR

    ¿Qué es el
    azar?

    El término " azar" deriva del
    árabe "az-zahr", que es el dado utilizado en el
    juego. El
    concepto de "azar" ha sido definido de maneras diversas.
    Según el Diccionario de
    la Lengua
    Española, significa "casualidad, caso fortuito",
    o "desgracia imprevista". Otra definición es la
    "supuesta causa de los sucesos no debidos a una necesidad
    natural ni a una intervención intencionada humana o
    divina"
    . En las publicaciones biomédicas se invoca
    con gran frecuencia al azar tanto como herramienta de trabajo
    ("se muestreó al azar…"), o como responsable de
    los resultados de determinado experimento ("los resultados
    obtenidos son atribuibles al azar")
    . Gran parte del
    método estadístico se basa en el muestreo
    aleatorio, es decir, la obtención de una muestra que sea
    representativa de una determinada población.

    Entre la fortuna y la desgracia, el
    hombre, desde
    su origen, se ha enfrentado a condiciones adversas, lo
    desconocido se convierte en un reto obligado de supervivencia, en
    una necesidad que encuentra explicaciones en los mecanismos de
    autodefensa y es efecto evolutivo de la especie
    humana.

    A lo largo de la historia, diversas culturas han tratado
    de responder a la interrogante del azar con argumentos
    filosóficos y teológicos, sin embargo, el azar no
    se origina en la filosofía ni en la teología sino
    en una institución más remota y elemental: el
    juego
    , según señala Johab Huzinga, en Homo
    Ludens.

    En el plano de la condición humana, el juego es
    una pasión misteriosa compuesta por un material de
    sueños y una fuerza ciega
    de trasgresión. "En la vida y en el amor
    -escribe Quevedo, vale más perder que nunca haber jugado".
    Finalmente, quien no arriesga no gana.

    Cada cultura se
    entrega a la suerte de una manera sin gular o diversa. En
    Roma, hacia el
    siglo II d. C., cuando surgen las primeras loterías
    públicas, tenían significados eminentemente
    distintos a los que movían a la lúdica corte del
    siglo de Oro Español en
    sus entremeses de naipes y oca.

    El antiguo Patolli de los aztecas era un
    juego entre los hombres y los dioses. La ruleta moderna es un
    entretenimiento, en ocasiones muy costoso de individuos
    solitarios. En síntesis,
    la historia del azar no es más que la historia de la
    experiencia del riesgo. Una
    experiencia que no tiene rostros, signos ni
    lenguajes que varían de acuerdo al lugar y al contexto
    histórico determinado.

    Como conclusión se puede decir que el azar surge
    con los juegos a los que la voluntad humana no puede dominar, por
    ejemplo los dados; por más que queramos, si no tiramos de
    tal o cual forma no ganaremos.

    "AZAR
    INOFENSIVO" O JUEGOS DE AZAR:

    El azar que al común de la gente tiene más
    preocupada es el que refiere a los juegos, de los cuales se cree
    que al hacer una apuesta y acertar en la predicción, se
    tuvo "suerte".

    En el juego de los dados no hay muchas reglas para
    participar. No se puede planear una estrategia para
    ganar. Para el hombre, la única variable que interviene es
    la suerte. Pero en realidad esa "suerte" engloba una cantidad
    enorme de variables que no se tienen en cuenta, las cuales hacen
    que la esa suerte desaparezca y que la física tome parte
    en el caso. Cuanta más "suerte" se necesite para ganar un
    juego más variables están actuando para determinar
    un resultado. Cuanta menos "suerte" rija sobre los resultados
    más de uno hay que poner para ganar.

    Entonces al necesitar más suerte para ganar,
    existen más variables involucradas, por lo tanto menos
    capacidad aun de controlarlas (por ser tantas), y por
    consecuencia inmediata obtenemos menos probabilidad de tener
    éxito
    en la jugada.

    Notemos ahora un nuevo concepto que aquí se
    incluye, "las probabilidades". La probabilidad esta muy
    relacionada con la posibilidad ya que el diccionario define
    probabilidad como mayor o menor posibilidad de que una cosa
    suceda o no.

    El azar como se lo define es totalmente aleatorio, por
    lo tanto no se puede hacer ninguna predicción acerca de
    que resultado se obtendrá en la próxima jugada.
    Siempre se podría esperar que salga cualquier
    número. El hombre ha estudiado este fenómeno de
    aleatoriedad y ha acotado las posibilidades de resultados con
    probabilidades. Pero al lograr acotar las posibilidades de los
    resultados estamos afirmando que con seguridad
    determinados valores no
    saldrán. Y si bien recordamos, al ser el azar la causa de
    los resultados, no se puede obviar ninguna posibilidad de estos,
    pues ya dijimos que se puede esperar siempre cualquier resultado.
    De esto se deduce que al lograr acotar con certeza las
    posibilidades de los resultados con probabilidades nos damos
    cuenta de que la verdadera causa del resultado no fue el
    azar.

    Realmente es probable que alguien gane jugando a los
    dados, de hecho muchos ganan, de lo contrario nadie
    jugaría. Pero el ganar es "casual". En sí la
    verdadera razón de haber acertado un número es que
    las condiciones espacio-temporales así lo determinaron; si
    bien esta explicación no denota casualidad, sino
    causalidad, al estar las condiciones que determinaron el
    resultado, tan lejos de poder ser
    dominadas por un ser humano (debido a la inimaginable complejidad
    que acarrea, más aun si tenemos en cuenta que en el juego
    del casino se tiran dos dados), se atribuye el logro a la "buena
    suerte".

    SOBRE LA BUENA SUERTE

    Hay que tener realmente muy "buena suerte" para acertar
    el número deseado. De esta forma podemos tomar a la buena
    suerte como una determinada cantidad de acontecimientos
    favorables en situaciones acotadas por un marco de
    espacio-tiempo. Pero la suerte también es una idea
    abstracta que solo sirve para auto convencerse de tener un
    supuesto "toque" de gracia, cuando en realidad quedaría
    desvanecido todo teatro de
    supersticiones al tomar conciencia de que
    el verdadero causante de que saliera, por ejemplo un 6, no es ni
    más ni menos que la forma en que tiramos el dado.
    ¿Por qué para algunos es tan difícil
    comprenderlo? Y ni hablar de aplicar su correspondiente
    analogía en la vida cotidiana.

    Las cosas tangibles tienen causas. Un libro no es un
    incausado. Algo o alguien es la causa de la existencia de tal
    libro

    Si algo que sucede por azar es algo que ocurre sin causa
    definida ¿cómo es posible que a un hecho tangible,
    como un valor
    determinado de un dado, que realmente ha sido causado por
    determinados factores que lo condenaron a cumplirse, se le
    atribuya como causa el azar? Esto querría decir que nunca
    podré saber que número saldrá en la
    próxima tirada ¿No hay algo que lo determine?
    Puesto que si es el azar no hay una causa por la cual mi dado
    salió con un seis o un uno. Pues quedaos tranquilos que si
    existe una causa. Sois vosotros mismos al lanzar de tal forma que
    los dados den o no con el resultado deseado. Y aunque sea
    humanamente imposible dar en la tecla con el calculo necesario
    para ganar, pueden seguir practicando tiro tras tiro y atinarle a
    una determinada forma, tal vez tengan "suerte"J . Pero no os
    engrandezcáis pues su pseudo cálculo no
    es merecedor de elogios.

    La ecuación causa-efecto sostiene que todo ocurre
    debido a una causa, en el que las casualidades no intervienen.
    Mientras que las disquisiciones filosóficas y
    teológicas no terminan de ponerse de acuerdo, la
    física intenta construir fórmulas para explicar lo
    inexplicable. La ciencia
    clásica ha tratado de buscar el orden en un mundo
    aparentemente incoherente.

    Dentro del mundo del azar y del juego existe un elemento
    fundamental encargado de producir emociones de
    satisfacción y ansiedad entre los jugadores. En este caso
    la suerte al igual que al azar se les ha tratado de dar un
    significado Carlos Monsivais la define en "La Rueda del Azar
    Juegos y Jugadores en la Historia de México"
    como "la idea de la suerte como ese don que no se desprende de
    nosotros o siempre nos rehuye, yace en el origen de muchas de las
    creencias que llamamos supersticiones. De ahí, que la
    buena o mala suerte se localizan en el género de
    géneros, el melodrama", donde por accidente los individuos
    se topan con su fortuna o su perdición.

    Dentro de una compilación editada por Pronósticos para la Asistencia
    Pública, el escritor y periodista considera que "la suerte
    es aquello situado fuera de nuestra voluntad, pero no del poder
    de atracción o rechazo de nuestras vibraciones.

    LOS "AMULETOS DE LA SUERTE"

    Desde los más alejados tiempos de la historia,
    estoy hablando de muchos miles de años, el hombre ha
    necesitado una "ayuda extra" para satisfacer sus necesidades en
    aquellos campos en los que se le complicaron las cosas o mejor
    dicho en los aspectos en los cuales, para tener éxito,
    otra voluntad podría interponerse. Las personas no usan o
    usaban amuletos, talismanes, etc. para cosas que ellos
    están o estaban seguros de que
    pueden realizar por sus propios medios. No se
    usa un amuleto para poder levantar algo del suelo, porque es
    muy fácil agacharse, o para hacer las compras diarias
    correctamente, porque depende exclusivamente de nosotros. Pese a
    ser muy tonto el ejemplo, también es útil pues no
    se presta a confusión. Se suelen usar amuletos cuando uno
    está en aprietos, de los que cree no poder salir o al
    menos le es difícil. Me atrevería a decir que en un
    99% de las veces que alguien utiliza un amuleto, los problemas que
    a esta persona le atañen son solucionables por otros
    métodos.
    Aplicando la fuerza, fe o esperanza que se tiene en la materia
    para realizar la tarea uno mismos.

    Es imposible que la materia nos cumpla deseos, o
    satisfaga necesidades a menos que sean deseos o necesidades de
    poseer materia. Y aun en este caso no es la materia la que nos
    "cumple", sino el método empleado para obtener esa
    materia.

    Tener amuletos de la "buena suerte" no es del todo malo
    si lo tomamos del punto de vista que a la gente le hace bien
    creer que teniendo determinada porción de materia hasta
    con alguna forma específica obtendrá los resultados
    que ella espera para su porvenir. Suelen ser muy utilizados para
    cuestiones amorosas, de dinero,
    salud, trabajo,
    etc. Notemos que las cuestiones que atañen a estas
    personas son en su mayoría peticiones que incumben al
    estado material, ya que aquellos que los utilizan (a los
    amuletos) están aun arraigados a la necesidad de
    interceder al ser, a través de la materia, lo cual es
    innecesario.

    La forma en que funcionan es la siguiente:

    1. Un amuleto es sólo materia y posee las
      propiedades características del tipo y estado de materia
      que lo constituye.
    2. La materia no puede obrar por si misma. Debe
      accionarla una voluntad.
    3. La materia solo actúa sobre
      materia.
    4. La voluntad y deseo, empleado para alcanzar una meta
      a través del objeto material son tan grandes que suelen
      movilizar fuerzas inmateriales, estudiadas por la
      metafísica, que ayudan a la resolución del
      problema en cuestión.
    5. Si a una persona se la logra convencer de que un
      pedazo de papel es tan valioso como un rosario, piedra
      preciosa, tótem, o cualquier otro objeto material al que
      se le pueda rendir culto para que a través de este se
      cumplan determinadas cosas, ese papel cumplirá la misma
      función para con la persona, así
      como lo hicieren los otros objetos.
    6. Conclusión: la razón de que se cumpla
      algo o no está fuera de la materia. Está en el
      mismo ser, en su voluntad y actitud.
      Ajeno al azar.

    DIOS NO JUEGA A LOS DADOS

    Tal como dijo Albert
    Einstein refiriéndose a que este mundo es así
    porque es así, la Física nos dice que hay otros
    mundos posibles, diferentes modos de transformación de la
    energía, que podrían haber muchas maneras distintas
    de vida y tan diversas formas de existencia que podrían no
    parecerse en nada a la actual, la nuestra. Einstein, en su
    rotunda frase quiere dar a entender de que NO EXISTE EL AZAR, el
    mundo no es una formación al azar de las
    prácticamente infinitas posibilidades que existen. Existe
    un solo Universo, o un solo Universo de universos, y éste
    es así por que sí, por que más allá
    ya no hay respuesta para el hombre. Lo que hay más
    allá del Hombre y del Universo ES lo que ES. Afirma que no
    es la Nada, ni el Vacío ni el Caos que ha originado al
    mundo sensible, tal como lo vemos o podemos
    interpretarlo.

    NADA no puede transformarse y evolucionar hacia ALGO,
    de otra manera nosotros seríamos una Nada que no
    comprende ni puede llegar a comprender Nada.

    Lo cual se contradice con la Historia humana; miles de
    años de observaciones astronómicas ha llevado al
    Hombre a comprender algunas de las razones de la Vida. Desde el
    rápido movimiento
    mensual de la Luna hasta el casi imperceptible movimiento de los
    cúmulos de galaxias, desde el interior del átomo de
    hidrógeno hasta el ser humano, todo refleja
    un orden, una ley, una harmonía, que nos expande hacia el
    gran infinito de donde venimos.

    Más pruebas sobre
    la existencia de las leyes que rigen todas las cosas, desde las
    partículas hasta las galaxias.

    SOBRE LA AFIRMACIÓN "LO QUE EXISTE
    AZAROSAMENTE EXISTE IMPOSIBLEMENTE".

    El autor del siguiente texto,
    argumenta su teoría
    sobre la inexistencia del azar. Estoy a favor del mismo, quien
    fue uno de los primeros textos que me motivaron a realizar este
    proyecto, al cotejar las coincidencias respecto de mi ideología sobre el tema tratado.

    Azar es ausencia de causa; imposibilidad es ausencia de
    posibilidad. Ahora bien, el diccionario define "posibilidad" como
    la "aptitud, potencia u
    ocasión para que algo exista o suceda"; mientras que en la
    entrada de "causa" leemos: "motivo, fundamento u
    origen".

    ¿Puede algo imposible (o sea, no apto para la
    existencia) ser causado (es decir, con fundamento)? Evidentemente
    no, ya que si tuviera fundamento existiría, y si existiera
    no sería imposible.

    ¿Puede algo incausado (es decir, sin fundamento)
    ser posible (esto es, apto para la existencia)? Sólo si es
    substancia. Sin embargo, la noción de "azar" no conlleva
    simplemente espontaneidad, sino también desorden, caos. En
    este sentido, ni siquiera la substancia sería azarosa, con
    lo que el azar, además de incausado, es imposible e
    indemostrable.

    ANAXÁGORAS
    dijo:"La inteligencia
    está en el origen y en el orden de todas las cosas, como
    un opuesto al azar".

    Respecto a esta frase, la interpretación que hago es la siguiente:
    Todas las cosas tienen una causa inteligente. Contienen
    esencialmente ese potencial inteligente que las ha creado. En
    cualquier ámbito se manifiesta esa inteligencia creadora.
    Esa inteligencia se encentra absolutamente opuesta a la
    noción que se tiene del azar, pues podemos tomar,
    didácticamente, a la inteligencia como un antónimo
    del azar.

    DIOS, CIENCIA Y
    AZAR.

    El autor, en una interesante integración de argumentos
    científicos y filosóficos nos recuerda la futilidad
    de intentar explicar el origen del
    Universo por fuerzas aleatorias, impersonales.

    ¿Azar?

    En sentido estricto, ¿que es el azar?
    Heinz Pagels (catedrático de física teórica
    en Rockefeller), en su libro "El código
    del Universo", dice:

    Los matemáticos nunca han tenido éxito al
    dar una definición matemática
    de lo aleatorio", "…simplemente no existe". "Tenemos que los
    matemáticos no saben lo que es la aleatoriedad, pero
    pueden decir si una secuencia de números finita no es
    aleatoria al incumplir alguno de los test de
    aleatoriedad". "Pero incluso en el caso de que una secuencia de
    números cumpla todos los test, nunca podríamos
    estar seguros de que sea aleatoria". "¿cómo podemos
    estar seguros de que un número es realmente aleatorio? No
    podemos. Lo máximo que podemos llegar a conseguir es
    establecer cuándo no es aleatorio si incumple alguno de
    los test.

    Con esto concluyo que el título de azar no es
    más que la tapadera científica con la que se
    pretende cubrir la vasta laguna de la ignorancia. Cuando el
    científico desconoce las causas de algo, lo llama azar y
    todo explicado.
    Lo peor es que muchos lo creen, pensando que es irracional creer
    en Dios, cuando lo irracional es creer cualquier cosa vestida de
    ciencia con tal de no creer en Dios. Creerlo todo para decir que
    no creen en nada. Se vive adorando la ciencia, que es el Dios
    impersonal de los que no quieren un Dios personal, y
    quienes lo hacen se convierten en "cienciolatras"
    irracionales.

    Freman Dyson, profesor de
    física en Princeton, dice: "Es cierto que aparecimos en
    este Universo por azar, pero la idea de azar es solo un disfraz
    de nuestra ignorancia", que es tanto como decir que
    científicamente no sabemos el porque estamos aquí.
    y si no sabemos porque estamos aquí, ¿podemos saber
    para que estamos?, ¿podemos estar por nada y para nada o
    nuestra breve existencia terrenal tiene un valor que la
    trasciende? Ciertamente, la vida tiene un sentido, pero no
    está en el ámbito de la ciencia el dárselo,
    pues el conocimiento
    científico no lo abarca todo como algunos creen
    ingenuamente. Toda prueba contra el azar es un tanto a favor del
    argumento teleológico (el objetivo y
    finalidad de la naturaleza era
    conocida y planeada de antemano). En esta línea recojo la
    frase del reconocido divulgador científico, Paul Davies,
    físico-matemático, en su libro "proyecto
    cósmico":

    Es posible imaginarse un universo completamente
    determinista y que su futuro sea, no obstante, desconocido e
    incognoscible. Esta implicación tiene un significado
    profundo. Aunque las leyes de la física sean estrictamente
    deterministas dejan lugar para que el Universo sea
    creador y genere innovaciones impredecibles.

    La pruebas que utiliza para llegar a está
    posibilidad es demasiado extensa y complicada para tratarla
    aquí, es mejor remitirse a su libro.

    La mecánica
    cuántica, que es una teoría que predice
    probabilidades, y cuyo potencial de predicción es
    estadístico más que puntual y concreto,
    está siendo puesta en tela de juicio por sus
    incompatibilidades con la relatividad de Einstein y por sus
    extrañas implicaciones metafísicas.

    David Z. Albert explica en "Investigación y
    Ciencia" de julio -1994, como la teoría de D. Bohm
    constituye un auténtico desafío a la
    concepción probabilística y subjetiva de la
    realidad en mecánica cuántica. Aunque no es
    nueva esta teoría, vuelve a poner sobre la mesa el
    determinismo.

    El azar no es más que la ausencia de toda ley,
    norma o regla, y cuan evidente es que ésta no es la
    propiedad de
    nuestro Universo. Como vamos a ver, si dependiéramos del
    azar para existir, que duda cabe que no estaríamos
    aquí para discutirlo.

    Azar y Probabilidades

    Jean Guitton nos explica en su libro "Dios y la Ciencia"
    que una molécula orgánica de varios cientos de
    átomos (las hay de miles) tiene alrededor de
    1080 isómeros posibles. Sin embargo,
    según las dimensiones del Universo (diámetro de
    1028 cm.) y densidad crítica
    (un átomo de H por m2), tal y como conoce hoy el hombre,
    el número de átomos del vasto Universo conocido es
    muy inferior a 1080. ¡Ni todo el Universo
    contiene materia suficiente para abarcar esos isómeros!
    Pero además, aunque el azar rastreara las posibilidades a
    la vertiginosa velocidad de
    100.000 millones de isómeros por segundo , aun
    tardaría más de 3×1061 años en
    hacerlo , cuando al Universo se le calcula una edad de
    15×109 años, que es muchísimo menos. Si
    el azar tuviera que constituir las moléculas precisas y
    necesarias y en el momento justo y en el lugar adecuado para
    asociarlas correctamente, las posibilidades serían
    verdaderamente ridículas.

    Paul Davies, en su libro ya citado, nos explica que la
    probabilidad matemática de que el azar diera lugar a una
    molécula simple de ARN auto replicante (como alguna
    teoría propone que surgió la vida) es de 1 frente a
    102000.000, que es tanto como decir; ¡imposible!
    Hoy día, los científicos aún se maravillan
    de la extraordinaria complejidad de una simple bacteria, bastante
    mayor que la de una molécula de ARN. ¿Se imagina
    cuál es la probabilidad de que mil enzimas se unan
    ordenadamente para constituir una célula en
    una evolución de millones de años? Es de
    1 frente a 101000 . Algunas células
    pueden llegar a tener alrededor de las 2000 enzimas y realizar
    más de 1000 reacciones
    químicas distintas a la vez.

    Pues sepa el lector que cuanto más intrincado es
    un sistema complejo, más delicado y vulnerable es a la
    degradación por cambios al azar. Es decir, el azar,
    además de no dar ninguna posibilidad al surgir de la vida,
    destruiría ésta, más rápida y
    fácilmente cuanto más compleja fuese. (Insisto en
    que esto no refuta la evolución pero si un mecanismo por
    azar)

    Paul Davies reconoce que el origen de la vida
    permanece en un profundo misterio y añade que es poco
    probable que surja de accidentes
    puramente aleatorios, pues es un mecanismo que falla a la hora de
    explicar la flecha evolutiva del tiempo, que más
    probablemente ha surgido por transiciones abruptas no aleatorias
    hacia estados de mayor complejidad en sistemas forzados
    a abandonar el equilibrio y
    que encuentran puntos críticos.

    El requerimiento de leyes, ¿no exige un
    legislador? Como dice Jean Guitton; "No estamos aquí
    porque un par de dados cósmicos hayan caído
    bien".

    Si científicamente es imposible sostener que la
    vida, la inteligencia, la conciencia, la voluntad o el libre
    albedrío hayan podido surgir por azar o acontecimientos
    aleatorios ¿no estaría dada la finalidad de tan
    extraordinario propósito?
    Por ésta y más razones, muchos científicos
    han tratado, inútilmente, concluir la cadena de causas sin
    llegar a Dios y afirman que el Universo no tiene causa,
    simplemente es. Y que surgió de la nada. O lo que
    sería igual; ¡El Universo es su propia causa!
    ¿Hay razones auténticas para sostener esto, o es un
    rechazo lleno de prejuicios?

    Precisión milimétrica… ¿de la
    nada?

    Hoy conocemos el impresionante ajuste que tienen las
    algo más de media docena de constantes fundamentales del
    Universo, como la masa y carga de las partículas
    atómicas, la constante de Planck o la de Boltzman…cuyos
    valores son conocidos, pero no están explicados.
    Además, la colosal variedad de combinaciones de valores
    posibles para dichas constantes no permitirían que el
    Universo se pareciera a lo que es y existiera la vida. Lo mismo
    ocurre con las leyes, pues las que se conocen
    ¿Porqué existen? ¿Y porqué no otras
    distintas? Por ejemplo: si la fuerza nuclear fuerte hubiera sido
    algo más débil, todo el Universo sería de
    hidrógeno. Si algo más intensa, habría
    más helio y elementos pesados, pero no hidrógeno.
    En ambos casos no viviríamos para contarlo. Si la fuerza
    electromagnética fuese mayor, las reacciones
    químicas no serían posibles. Si la expansión
    del Universo hubiera experimentado al principio una
    desviación del orden de 10-40, el Universo se
    habría desparramado sin germinar la vida.

    Una pequeña variación en el exceso de
    protones en relación a los antiprotones (uno más en
    mil millones) habría producido un Universo sin materia
    bariónica o una cantidad desastrosa de ella. Si la
    gravedad hubiera sido más débil, las nubes de
    gas no se
    habrían condensado en estrellas como nuestro sol. Si
    hubiera sido algo mayor, las estrellas se habrían
    consumido tan rápidamente, al tiempo que se
    engullirían unas a otras en una descontrolada furia
    abrasadora, que la vida no habría tenido ni la más
    mínima oportunidad siquiera de asomarse tímidamente
    a este Universo.

    La densidad experimental del Universo es un
    décimo de la crítica, y el resultado de dividir la
    primera entre la segunda recibe el nombre de Omega y su valor es
    0,1. Esa aparente falta de un 90% de masa puede no existir o
    estar oculta a nuestras técnicas,
    pero de acuerdo con la teoría, Omega debió
    encontrarse al comienzo, muy próximo a 1, con un ajuste
    tan fabuloso como decir que debió estar dentro
    10-60 de 1. Lo que es un ajuste impresionante. Pero
    aún hoy debería estar muy próximo a 1, pues
    solo ello permitiría explicar lo que experimentalmente es
    indudable, y es la extraordinaria estructuración de la
    materia en galaxias, cúmulos y supercúmulos, en el
    espacio, cuya disposición no es al azar como bien saben
    los astrónomos. Cualquier desviación de 1, por
    pequeña que fuera en la era inflacionaria (de los
    10-43 seg. A los 10-34 seg.) no
    habría llevado al universo actual. Si inferior a 1, pocas
    regiones acumularían materia suficiente como para dar
    alguna estrella. Si mayor que 1, todo colapsaría
    brutalmente. La más mínima desviación
    habría condenado al Universo al olvido.

    Una vez más, no hay lugar para la casualidad, y a
    pesar de ello el Universo está condenado a extinguirse
    inexorablemente. Entonces… ¿todo para nada? Es
    lógico, dirán algunos, ya que venimos de la nada.
    No espere mucho, pronto le dirán que usted tampoco es
    nada.

    Hoy se postula el origen del Universo a partir de una
    fluctuación cuántica, pero esto requiere leyes, y
    eso ya es algo.
    ¿De donde surgieron, por que no otras leyes? ¿Puede
    la nada tener capacidad creadora?… Pero entonces ya es algo.
    ¿Puede la nada tener necesidad lógica de la
    existencia? Pero la condición de necesidad lógica,
    que ya es algo, no obliga a la existencia
    física.

    Semejante aberración del pensamiento
    científico para la creación ex nihilo del Universo
    debe apoyarse en una teoría cuántica de la
    gravedad; pero eso a pesar de los inmensos esfuerzos por
    hallarla, no existe aún.
    Adelantar conclusiones, y muy absurdas, sin suficiente base es
    desacreditar el método
    científico, y engañar a los profanos.
    Si el Universo fuera autocreador de si mismo, a partir de la
    nada, siendo todo lo que existe, debe ser autoconsistente,
    autocontenido y no precisaría nada externo a él
    para existir. Debería contener la explicación de si
    mismo, sin carencias. ¿Tiene esto apoyo
    científico?

    Matemáticos como D. Hilbert, G. Frege y B.
    Russell intentaron dotar a las matemáticas de un carácter absoluto
    y totalmente consistente. Pero hacia 1931, el matemático
    Kurt Gödel publicó un impresionante artículo
    donde demostraba la imposibilidad del intento de sus colegas,
    pues las matemáticas ni pueden ser totalmente consistentes
    ni totalmente completas, siempre se deberán aceptar
    principios por
    fe. Y la ciencia expresada en lenguaje
    matemático nunca estará totalmente concluida, no lo
    podrá explicar todo. Del teorema de Gödel se deduce
    lo siguiente:

    En cualquier ciencia, la ausencia de
    contradicción es indemostrable.

    Ninguna ciencia tiene carácter
    absoluto.

    Una teoría del todo que justifique la existencia
    del Universo y el porque es como es, es imposible
    La ciencia absoluta requiere una jerarquía infinita de
    sistemas formales de complejidad creciente, sin que ninguno de
    ellos pueda servir de base a la estructura
    global

    La ciencia absoluta tendría que ser
    infinita.

    Una teoría de la naturaleza nunca puede ser
    final

    La teoría del Todo está condenada al
    fracaso por razones de consistencia lógica. Es una
    quimera. El Universo no puede explicarse a si mismo; la salida a
    su contingencia debe buscarse fuera de él, a lo que yo
    llamo Dios. El mismo B. Russell decía en 1959: "La
    espléndida certeza que siempre había esperado
    encontrar en las matemáticas se perdió en un
    laberinto desconcertante"

    Es curioso que el Universo, que es finito así
    como sus propiedades, tenga que ser explicado por una ciencia
    infinita, y eso, que no es posible, testimonia lúcidamente
    como de constate nuestra mente debe rendirse a la fe (entendida
    en sentido genérico) la cual nunca será vencida por
    la razón por cuanto ésta se halla cimentada sobre
    principios aceptados a priori (por fe).

    Si un Universo físico y finito tiene que ser
    explicado por una ciencia infinita ¿no es obvio que
    semejante paradoja sólo se resuelve si reconocemos que su
    razón de ser está fuera de él?

    También fue B. Russell quien dijo: "Las
    matemáticas pueden ser definidas como una materia en la
    cual nunca sabemos de que estamos hablando ni si es verdad lo que
    decimos".

    En pocas palabras: la ciencia nunca nos proveerá
    de argumentos, siquiera mínimos, para excluir a Dios de la
    creación del Universo. Por tanto, no resulta lógico
    tratar de sustituirlo, y menos por la nada.

    Francisco Javier

    Esta es una clara prueba que refuta totalmente la
    teoría de la creación a través de un sistema
    caótico regido por situaciones imprevistas y azarosas.
    Estoy completamente a favor del autor. La idea de la
    creación por azar escapa a mi razón, lo considero
    inconcebible.

    LOS SENTIDOS DEL
    ALMA

    Las casualidades, o hechos que no tienen
    explicación aparente, como el estar pensando en alguien
    justo en el momento en que nos llama, son atribuibles a las
    inimaginables capacidades que la mente posee para forzar
    acontecimientos. Algunas de estas capacidades (latentes en cada
    ser humano), que al llamarlas poderes extra sensoriales, suelen
    ser tomadas por el vulgo como algo mágico, han sido
    reconocidas científicamente. Muchas de ellas son
    estudiadas por la psicología transpersonal y la
    metafísica, entre otras disciplinas.

    Los supuestos poderes extrasensoriales son llamados
    así por ser ajenos a los cinco sentidos "normales" (vista,
    oído,
    olfato, gusto y tacto). El diccionario define sentido como cada
    una de las aptitudes del alma propias
    para recibir, por medio de ciertos órganos corporales las
    impresiones externas. ¿Qué pasa cuando sentimos
    miedo, amor,
    tristeza, etc.? Cualquier persona que es pinchada con un alfiler
    sentirá dolor físico, pero que hay acerca esos
    dolores que "nos llegan hasta el corazón".

    La materia sólo causa un determinado efecto sobre
    otro elemento material, como el efecto que causa un alfiler al
    pincharnos la piel.
    Físicamente se produce, en la zona afectada de la piel, un
    impulso nervioso captado por las células allí
    situadas (neuronas), quienes emiten una corriente
    eléctrica-química que, previo
    paso por la médula, llega hasta el cerebro, quien es
    el órgano corporal encargado de codificar y procesar la
    información recibida; luego este emite una
    señal de respuesta hacia el músculo que controla la
    zona afectada (nuevamente a través de las células
    nerviosas) con instrucciones para que este se mueva. Esto, a
    grandes rasgos, es lo que sucede cuando alguien nos pincha y
    sacamos la mano.

    Todo lo que nos rodea, nos afecta de una u otra forma.
    ¿Qué sucede con nuestra reacción "interna"
    sobre ese pinchazo? Y cuál es ese interior al que nos
    referimos cuando nos hacemos esa pregunta. ¿Acaso se
    está hablando de algo más allá de lo
    interior propiamente físico? A todos nos duele
    (físicamente), pero qué es lo que nos hace
    reaccionar de tal u cual forma ante el agresor. A parte del
    efecto físico que nos causó hay otros efectos
    aún más importantes que regulan nuestras actitudes. Un
    efecto emocional que no puede ser captado por la piel.
    Definitivamente tenemos otra forma, a parte de los cinco
    sentidos, de captar lo ajeno a nuestra persona. Y no es motivo de
    preocupación que esto sea así. Al contrario, esta
    forma de ver las cosas puede ayudarnos a comprender mejor ciertos
    hechos. Los cuales no encuentran lugar alguno en el campo
    material.

    METAFÍSICA

    La ciencia encargada del estudio de estas percepciones,
    entre otras cosas, es la Metafísica.

    Metafísica es la composición de cuatro
    vocablos griegos: "Ta metá ta fisicá" que quiere
    decir "después de la física".

    Estudia lo que está más allá de la
    física, más allá de lo perceptible por
    los sentidos
    de los sentidos. Técnicamente hablando, la
    metafísica es la ciencia que estudia la realidad
    suprasensible; lo que se encuentra más allá de lo
    físico, captable sólo por la
    razón.

    Para que una ciencia, y por lo tanto la
    metafísica, sea posible, se necesita cumplir tres
    requisitos:

    (1)- Que la ciencia tenga un objeto propio; (2)- que
    exista una facultad cognoscitiva apta para conocerlo; (3)- que
    realmente esa facultad produzca la relación noetica entre
    ella y el objeto. Negar la posibilidad de una ciencia es negar
    uno o más de estos tres requisitos.

    El ser en cuanto móvil o material, es objeto de
    la filosofía natural o cosmología; pero estudiar al
    ser material en cuanto ser, es objeto de la metafísica; el
    ser en cuanto cantidad, es objeto dee la matemática, pero
    estudiar al "ser cuanto" o cantidad, como ser, es objeto de la
    metafísica.

    La psicología sostiene la existencia de una
    facultad = espiritual = intelectiva esencialmente distinta de las
    facultades sensitivas e irreductibles entre sí.

    La facultad intelectiva ejerce las tres funciones del
    conocimiento
    espiritual, que son: concepto, juicio y razonamiento y finalmente
    la existencia del alma con sus cualidades de espiritualidad,
    simplicidad, etc.

    Entitativamente se da un orden cronológico por el
    cual primero existe la entidad (el alma humana) luego las
    facultades (inteligencia), luego los actos de esa facultad
    (concepto, juicio, razonamiento) y finalmente el objeto de esos
    actos.

    Pero desde el punto de vista del conocimiento el orden
    es a la inversa.

    Teniendo en cuenta que el objeto conocido lo es
    según la naturaleza del que conoce, demostrando que el
    hombre conoce objetos inmateriales, queda demostrado que posee
    una facultad inmaterial capaz de ello.

    Maquart F. dice:

    El ser humano capta las nociones de posibilidad,
    de causa y efecto, necesidad y contingencia, etc.

    Además percibimos la identidad
    entre dos conceptos; el nexo causal entre varias
    proposiciones.

    También conocemos la naturaleza de las cosas que
    nos rodean.

    Pasemos conocimientos abstractos, universales, como lo
    son todos los conocimientos científicos.

    Ahora bien, los sentimientos no tienen conocimientos
    abstractos, inmateriales, porque sólo conocen lo concreto
    y singular.

    Luego existe en el hombre una facultad capaz de conocer
    lo inmaterial.

    Queda en consecuencia la segunda cuestión
    demostrada.

    Para terminar, resta aun considerar si existe la
    relación cognoscitiva entre el objeto y la
    facultad.

    Hemos hablado del objeto de la metafísica; hemos
    hablado de la facultad espiritual con capacidad para conocer
    objetos inmateriales.

    Si hemos llegado a demostrar esos dos extremos quiere
    decir que la relación noética entre facultad y
    objeto es posible. Recordamos nuevamente aquel principio: "de la
    realidad a la posibilidad es legítima inferencia". Si por
    el hecho de conocer se da la relación noética entre
    objeto y facultad, podemos inferir, luego es posible.

    Pero no me explayaré más en este tema ya
    que no ayuda mucho a esclarecer a la cuestión del
    azar.

    DIÁLOGO

    En el siguiente diálogo
    (didáctico, fácil de comprender, aunque no muy
    científico) sacado de Internet, textualmente
    trascripto de su original vemos la explicación de la
    inexistencia del azar en lo referido a los juegos.

    ¿EXISTE EL AZAR?

    -¿Cómo no va a existir? ¿Usted
    nunca tiró una moneda a cara o cruz? ¿A mí
    me lo pregunta? ¿A mí, que me he pasado la vida
    junto a una mesa de póker, que me he arrastrado por los
    suburbios de Montecarlo mendigando una ficha y que me descorchado
    en Biarritz dos mil botellas de champagne después de una
    noche de suerte?

    – Pero no, hombre, ese azar que a usted lo tiene
    atrapado es un azar inofensivo, casi ingenuo. Cualquier
    físico podría explicarle que conociendo exactamente
    todos los datos sobre la
    ruleta y la bolita que rueda sobre ella) la fuerza con que el
    croupier la arroja, el rozamiento, los movimientos del aire, y todo lo
    que contribuye, aunque sea en ínfima proporción, a
    construir su trayectoria) se puede calcular con absoluta
    precisión el lugar donde la bolita caerá. Lo mismo
    que con el mazo de cartas: si usted
    conociera la distribución del mazo, puede predecir
    exactamente qué carta
    habría de salir. Así de sencillo: lo que se suele
    llamar azar es pura y simple falta de información. La
    trayectoria de la bolita y la carta que ha
    de salir están perfectamente determinadas.

    – Determinadas, dice usted. Pero no sea ingenuo, por
    favor. Yo he apostado mis campos petrolíferos a las patas
    de una potranca y he perdido. He jugado minas de diamante al cero
    en Las Vegas y he ganado. ¡Y usted me habla de que todo
    está determinado!

    – Sí, sí. Determinado, determinismo,
    ésa es la palabra clave. Toda la ciencia que va desde
    Newton a
    Einstein es firmemente determinista: si pasa tal cosa, entonces
    pasará tal otra. Así nomás: si esta
    partícula tiene esta posición y esta velocidad
    ahora, y sobre ella actúan tales y cuales fuerzas, se
    moverá así y asá, y no puede hacerlo de otra
    manera: puedo calcular su trayectoria futura desde ahora hasta el
    fin de los tiempos, puedo predecir todo, absolutamente todo lo
    que le ocurrirá.

    – No me hable de la ciencia, por favor. Recorra el
    desierto del Sahara y apueste su última cantimplora de
    agua a los
    caprichos de un dado; allí aprenderá lo que es la
    ciencia.

    – Pero, ¿qué es un dado sino un conjunto
    de partículas? ¿Qué fue la batalla de
    Maipú sino un choque entre los átomos que formaban
    a los patriotas y los enemigos átomos que presumiblemente
    formaba a los españoles? Usted y yo estamos formados por
    átomos, ¿o no? Y las estrellas, el oro, las
    neuronas, un libro, los árboles, las ruletas, los naipes, es decir,
    el inagotable universo, no es más que una complicada
    colección de partículas dispuestas de cierta
    manera. Bastaría saber cómo se están
    comportando todas ellas ahora para poder calcular cómo se
    comportarán en adelante.

    – Trate usted de saber cómo se comportarán
    todos los naipes de Las Vegas. Inténtelo y verá.
    ¿Sabe lo que le puede pasar? ¿Nunca ve televisión?

    – El hecho de que tener todos los datos sea humanamente
    imposible es una objeción sin importancia, puramente
    técnica y lamentablemente humana: el asunto es – o
    era – que, teóricamente, el futuro se podría
    predecir, calcular. Ya lo había resumido Laplace en una
    frase omnipotente: "si se conocieran las posiciones y las
    velocidades de todas las partículas del universo, todo el
    futuro quedaría explicado".

    – No me hable de la plaza. La plaza financiera es un
    verdadero garito. – Laplace, Laplace, dije yo. El universo es
    como la ruleta, y si la quiniela el color que
    tendrá el pájaro que se cruzará en mi
    camino, lo que pensaré de aquí a un mes, el
    contenido de un sueño, el instante en que estallará
    una estrella parecen azarosos, es que no tengo los datos
    suficientes para predecirlos.

    – Usted es pura poesía,
    don. Le hace falta dedicarse a algo útil. Si tiene unos
    pesos en el bolsillo puedo recomendarle un lugar
    que…

    – Tal es el credo determinista: el azar no existe; es,
    pura y simplemente, falta de información. El futuro se
    deduce del presente como se deduce el valor de la
    incógnita en una ecuación.

    – No me venga con ecuaciones. Le
    apuesto lo que quiera a que eso no funciona.

    – Y tal vez ganaría. Porque resulta que en este
    universo determinista apareció el azar apenas se quiso
    explicar el microcosmos.

    – ¿Vio? Yo le decía.

    – Las leyes que rigen el comportamiento
    del mundo atómico (dadas especialmente por la mecánica cuántica) están
    formuladas en términos de probabilidades, y las
    partículas son descritas en términos
    probabilísticos. Se puede saber con qué
    probabilidad un electrón será encontrado
    aquí o allá, pero n o dónde está
    exactamente. Se puede saber en cuánto tiempo un gramo de
    uranio se reducirá aproximadamente a la mitad, pero no
    cuándo un determinado átomo se desintegrará.
    La desintegración de un átomo en particular parece
    ocurrir de manera totalmente azarosa. Pero ya no es un azar
    debido al desconocimiento, como en el caso de la ruleta, sino que
    es un azar intrínseco, inherente a la naturaleza. O, por
    lo menos, eso parece.

    – ¿Usted me quiere decir que tenemos que
    reunirnos alrededor de una mesa, agarrar un átomo
    radiactivo y apostar al momento en que se desintegrará
    para tener el verdadero azar?

    – Eso es exactamente lo que le quiero decir. Para un
    determinista, es un hueso duro de roer este asunto del azar
    metido en la naturaleza con entidad propia. Es difícil de
    aceptar: no todos lo aceptan y entre quienes nunca lo aceptaron
    estuvo, notoriamente, nada menos que Einstein, quien
    resumió sus críticas a la interpolación del
    azar en la naturaleza en una frase: "Dios no juega a los
    dados".

    – ¿Qué no juega a los dados?
    ¿Cómo que no juega a los dados? Pero… y entonces,
    ¿qué hace?

    Con respecto a la opinión del autor, estoy de
    acuerdo con respecto a la existencia de las variables que
    determinan los futuros resultados en un juego, como puede ser el
    de los dados, cartas, etc.

    Cuando cita la frase de Laplace entro en desacuerdo
    parcial con la misma; recordemos la frase:

    "Si se conocieran las posiciones y las velocidades de
    todas las partículas del universo, todo el futuro
    quedaría explicado".

    Si literalmente nos limitamos a la frase de Laplace,
    estamos a favor del llamado "destino" que nos priva de la
    libertad (la principal característica del ser
    humano).

    Este concepto erróneo parte de la creencia de que
    el pensamiento puede ser tan predecible como la
    materia.

    La trayectoria de una porción de materia es
    predecible debido a que se conocen las variables que
    actúan sobre ella, ya sea el peso, volumen, estado
    de la materia, etc. y las fuerzas que la gobiernan,
    aceleración, gravedad, etc.

    La frase que considero correcta es la siguiente: "Si se
    conocieran las posiciones y las velocidades de todas las
    partículas del universo, a las cuales ninguna voluntad,
    originada posteriormente al conocimiento de las posiciones y las
    velocidades, pueda intermediarlas, todo el futuro, de dichas
    partículas, quedaría explicado".

    NOTICIA QUE TRAE
    "SUERTE"

    El siguiente texto, extraído de Internet, es
    dedicado a aquellas personas que creen que las cosas que le pasan
    están marcadas por el "destino", o creen tener mala
    suerte, o que el azar domina sus vidas haciéndolas
    caóticas e incapacitándolos de obrar
    libremente.

    Sois vosotros mismos los causantes de vuestras
    desgracias. Es una noticia extraída de Internet en la que
    una vez más personas de renombre mundial comprenden y
    prueban fehacientemente la inexistencia del azar y las
    posibilidades que tenemos de cambiar nuestra "suerte".

    Hace apenas seis meses, los españoles
    Fernando Trías De Bes y Alex Rovira Celma publicaron La
    Buena Suerte, una pequeña historia que busca develar los
    secretos de las leyes del azar. Mal no les fue. En este tiempo el
    libro se tradujo a 21 idiomas (y hay posibilidades de sumar 8
    más), fue número uno de ventas en
    España
    y sus autores son convocados para dar conferencias con gente de
    la talla de Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva
    York.

    ‘La vida es como una caja de bombones… Nunca
    sabes lo que te va a tocar’. Instantáneamente, la
    frase remite a Forrest Gump, sin lugar a dudas, el norteamericano
    con más suerte en la historia de la cinematografía
    mundial. Pareciera ser que la vida del personaje que interpreta
    Tom Hanks en la película homónima, hubiera estado
    signada por el visto bueno del destino. Pero claro, es
    ficción. En la vida real, ¿la suerte se hace, o con
    suerte se nace?

    Esa fue la pregunta que se plantearon los
    españoles Fernando Trías De Bes (37) y Alex Rovira
    Celma (35) allá por el año 1999, cuando decidieron
    escribir el libro La Buena Suerte. Claves para la prosperidad
    (véase Una historia sencilla). Lo que probablemente
    jamás imaginaron es que aquello que nació como una
    pequeña aventura, iba a terminar en lo que
    podríamos llamar un nuevo fenómeno de la industria
    literaria: a menos de un mes de su publicación (octubre de
    2003) eran número uno de ventas en España, tanto en
    español como en catalán y en la actualidad, ya ha
    sido traducido a 21 idiomas y probablemente se sumen 8
    más. Nada mal para ser el comienzo, ¿no?
    Mientras los autores se dedican a dar charlas y conferencias con
    personalidades de renombre a lo largo y ancho del mundo, queda
    preguntarse por qué se generan este tipo de sucesos. Jorge
    González, director comercial de las librerías
    Yenny-El Ateneo, lo analiza así: "El hecho de que se
    publiquen libros que
    hablan sobre las situaciones humanas no es nuevo. Pero este
    fenómeno, similar a lo que sucedió hace algunos
    años con Quién se ha llevado mi queso, es que los
    autores encuentran una forma creativa de exponer los problemas
    que son permanentes. La llave para tener éxito con estos
    libros es la metáfora que utililizan para abordar el
    tema". Y agrega: "En los últimos años, y debido
    también al éxito, ha habido un aumento en la
    demanda y el
    consumo de
    estos textos que podríamos agrupar en el universo
    –mal llamado– de la autoayuda, ya que en esta
    categoría conviven desde las recetas americanas para vivir
    mejor hasta las publicaciones de los distintos pensadores y
    libros como La Buena Suerte o Quién se ha
    llevado…".

    EN PRIMERA PERSONA

    A esta altura de la nota, muchos podrán pensar
    que se trata, justamente, de una dupla de camaradas afortunados
    que simplemente dieron en la tecla. "Somos amigos y socios. Nos
    conocimos a través de un compañero y desde entonces
    hemos compartido muchas horas de trabajo, proyectos y una
    profunda amistad", se
    presentan Fernando y Alex vía mail desde España, en
    exclusiva para la revista. Una
    ojeada rápida por su curriculum
    basta para darse cuenta de que son bastante más que eso
    (véase Con antecedentes).

    –¿En qué circunstancias surge la
    idea de escribir La Buena Suerte?

    –Fue hace unos cinco, años cuando
    oímos a un importante catedrático de
    matemáticas decir que ‘la suerte es una
    función los parámetros de la cual
    desconocemos’, o sea, la suerte no puede ser explicada por
    ningún factor concreto; se trata simplemente de azar. La
    afirmación nos parecía cargada de sentido
    común, pero en cierta medida nos resultaba intrigante
    pensar que eso a lo que llamamos ‘suerte’
    podía ser explicado por un conjunto de variables o
    elementos que hasta la fecha no se habían estudiado, de
    modo que decidimos llevar a cabo nuestra propia
    investigación.

    –¿Cómo fue el proceso?

    –Relativamente simple: hablamos con personas que
    consideraban que habían tenido buena suerte en la vida.
    Además, decidimos complementarlo con el estudio de
    biografías
    de personajes ‘prósperos’ en el sentido amplio
    del término, no sólo gente que gozara de riqueza
    patrimonial y financiera, sino a personas que habían hecho
    aportes positivos a la sociedad, como
    artistas, científicos o deportistas. Lo que descubrimos se
    puede resumir en una sola frase: ‘tú eres la causa
    de tu buena suerte’.
    –¿Pero realmente existe la suerte?

    –Creemos que conviene diferenciar
    ‘suerte’ de ‘buena. La ‘suerte’
    entendemos que es el azar, y que por lo tanto, no depende de uno
    mismo. Puede ser favorable o desfavorable, pero en cualquier caso
    su presencia es ocasional, efímera. Más del 90% de
    las personas que han obtenido un gran premio en juegos de azar
    han perdido todo lo ganado al cabo de entre cuatro y siete
    años y, además, su red de afectos ha salido
    gravemente afectada por ello. Por otro lado la ‘Buena
    Suerte’, dicen aquellos que se sienten creadores de la
    misma, la crea uno mismo. Uno es la causa de su Buena Suerte. Lo
    que ocurre es que a menudo parecemos olvidarnos de viejos
    principios, absolutamente vinculados al sentido común, que
    vienen a decirnos que debemos trabajar y ser conscientes de
    nuestras actuaciones.
    –En diversos artículos ustedes mencionan el concepto
    de Psiconomía. ¿En qué se basa?
    ¿Cómo se aplicaría?
    –Se trata de un neologismo inventado por Alex a partir de
    la combinación de dos conceptos: psicología y
    economía,
    donde ‘Psiké’ significa alma y
    ‘Oeconomía’, administración. Por lo tanto la
    Psiconomía es la disciplina que
    trata sobre la ‘administración del alma’, lo que
    podríamos llamar la ‘gestión
    del yo’ o utilizando un anglicismo, el ‘self
    management’. La idea nace a partir de la siguiente
    reflexión. Hoy, en las escuelas de ciencias
    económicas y empresariales y en los centros donde se
    imparten posgrados, se forma a los futuros emprendedores,
    directivos y empresarios desde afuera hacia adentro, y no desde
    adentro hacia afuera. Se les explica cómo hacer un
    plan de
    marketing, cómo realizar un cálculo financiero,
    se les habla de logística o de gestión de operaciones
    teorías y autores clásicos y prácticos,
    herramientas
    que se pueden encontrar escritas en un manual. Pero si
    se hace un cálculo del número de horas destinadas a
    trabajar con la mejor ‘materia
    prima’ de la que disponen: ellos mismos, sus
    capacidades y talentos naturales, su potencial como personas y
    sobre todo, como futuros gestores de otros, nos encontramos que
    no llega al diez por ciento de las cargas lectivas. No hay apenas
    formación en la experiencia de lo personal, de lo
    íntimo, de un ir hacia adentro para poder volcar hacia
    afuera. Dicho de otra manera, no se aplica ningún enfoque
    de autoconocimiento derivado de herramientas psicológicas
    que permita desarrollar cualidades hoy tan necesarias como la
    empatía. Y hay otro argumento que se suma a los
    anteriores: es una evidencia para el sector editorial que su
    público más rentable son los profesionales que
    buscan respuestas que no les fueron ni tan sólo enunciadas
    en su época de estudiantes, convirtiéndose hoy en
    consumidores de libros de lo que se ha venido a llamar
    ‘autoayuda’, donde la psicología y la
    espiritualidad se presentan en cócteles más o menos
    acertados y más o menos rigurosos. Precisamente hablar de
    Buena Suerte implica hablar de una serie de principios
    estrechamente vinculados a la Psiconomía: Responsabilidad, Aprendizaje del
    Error, Cooperación, Perseverancia y Confianza, que
    están presentados bajo la forma de reglas de la Buena
    Suerte en el libro.

    –¿Esperaban el fenómeno que se
    generó?

    –En absoluto. Nuestras más alegres
    expectativas pasaban por ser editados en España. Lo que no
    esperábamos en ningún caso que el libro se
    convirtiera en el fenómeno que se ha convertido tanto a
    nivel de agentes y de editoriales ni tampoco en cuanto a acogida
    del público.

    –¿A qué atribuyen el
    éxito?

    –Creemos que se debe a que se trata de un libro
    fácil, que no intimida, muy simple, pero a la vez profundo
    y que le habla al niño interior de todos cuanto lo leen,
    sea cual sea su edad y que, en consecuencia, provoca
    identificación del lector a la vez que conmueve por su
    final inesperado. Es un libro de lectura
    rápida (para muchos, en menos de una hora está
    leído) y que según nos comentan los lectores,
    atrapa desde el inicio e invita a la lectura en
    una sentada.

    No sabemos si con suerte se nace. Pero si usted es de
    esos que después de una lluvia pisa con sus zapatos nuevos
    la única baldosa floja de la cuadra o se le suele cortar
    la luz, justo antes
    de grabar el informe que
    estaba preparando en la
    computadora, dese una vuelta por la librería. Al fin y
    al cabo, al azar nunca está de más darle una
    mano.

    CON ANTECEDENTES

    Fernando Trías De Bes y Alex Rovira Celma son
    licenciados en Administración y Dirección de Empresas y MBA
    por ESADE (Escuela Superior
    de Administración y Dirección de Empresas) expertos
    en estrategia empresarial, inteligencia de marketing,
    innovación y liderazgo; y
    que además de su tarea académica en diferentes
    instituciones
    reconocidas –llevan 15 años formando ejecutivos y
    directivos–, son consultores y socios en la firma Salvetti
    & Llombart, especializada en investigación e
    innovación. Como si fuera poco, Fernando es coautor con
    Philip Kotler de Lateral Marketing: New Techniques for finding
    breakthrough ideas y Alex de un libro sobre innovación,
    editado en todo el mundo. Por su parte, Alex publicó el
    libro La brújula
    interior, y es coautor junto con Bernard Dubois del libro
    Comportamiento del
    Consumidor utilizado como manual de referencia en diversas
    universidades de España y América
    latina.

    EN LA FERIA

    En nuestro país, La Buena Suerte. Claves para la
    prosperidad será presentado en la 30* Feria del Libro de
    Buenos Aires.
    La exposición, que se realizará en el
    predio de La Rural, (Sarmiento y Av. Santa Fe de Capital
    Federal) abrirá sus puertas al público el viernes
    16 de abril, a las 14 horas, y se podrá visitar hasta el 9
    de mayo. Algunos de los principales intelectuales
    que participarán del evento, son Bernardo Kliksberg y
    Rodrigo Fresán (Argentina); Fernando Savater, Arturo
    Pérez Reverte y Jesús Ferrero (España);
    Lygia Fagundes Telles e Ivan Junqueira (Brasil); Antonio
    Skármeta (Chile); y el polaco Ryszard Kapuscinski, ganador
    del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2003, entre
    otros escritores y pensadores. En esta oportunidad, se
    realizará también el noveno Encuentro Internacional
    de Narración Oral Cuenteros y cuentacuentos. Más
    información en: www.el-libro.com.ar

    UNA HISTORIA
    SENCILLA.

    Fernando y Alex cuentan que aprovecharon una tarde libre
    en la oficina para
    escribir las 130 páginas del libro y aseguran que el
    éxito llegó porque se trata de una historia
    sencilla, que se lee rápido. Es la fábula de dos
    caballeros que son desafiados por el mago Merlín: deben
    encontrar en el Bosque Encantado un trébol de cuatro
    hojas. El trébol en cuestión, les dará
    suerte ilimitada. De ahí en más, las aventuras de
    estos dos protagonistas, que terminarán descubriendo que
    para que la buena suerte llegue, hay que generar las condiciones
    necesarias. Como resumen los autores al final del texto: "Este
    libro se escribió en ocho horas, de un solo tirón.
    Sin embargo, nos llevó más de tres años
    identificar las reglas de la buena suerte. Algunos sólo
    recordarán lo primero, otros lo segundo. Los primeros
    pensarán que tuvimos suerte. Los otros, pensarán
    que trabajamos y aprendimos para crear Buena Suerte".

    CONCLUSIÓN

    De lo argumentado en los textos anteriores se concluye
    que el azar no existe tal como se lo define.

    "El azar es un ente con voluntad propia al que nada se
    le puede cuestionar ya que sin razón aparente siempre nos
    da los resultados que él quiere; su voluntad caprichosa
    domina lo que nosotros no. Y gracias a Dios no existe". —
    Anónimo –.

    "La mente es pura energía; lograr, como tantos lo
    hacen, dominar este gran potencial con responsabilidad es crucial
    para el progreso físico-espiritual". – Leon Denis

    BIBLIOGRAFÍA
    EMPLEADA

    Diccionario ARISTOS. Diccionario Ilustrado de la Lengua
    Española. Editorial SOPENA.

    Curso de Filosofía. Carlos F LOMBARDI. Editorial
    PLUS ULTRA.

    www.redcientifica.com

    INVESTIGACIÓN Y CIENCIA oct. 1994, paginas
    73-74.

    Arrugas en el Tiempo de George Smoot.

    Los Científicos y Dios de Antonio F.
    Rañada.

    LA BIBLIA.

    www.teoriza.com

    www.elnidodelescorpion.com

    www.mat.puc.cl/~rrebolle/Azar/Trabajos/yuhan.pdf

    www.leapuesto.com.co

    www.menteabierta.org/html/
    articulos/ar_diosciencia_y_azar.htm

    www.hotelesmexicanos.ws/561/azar.htm

    www.revistanueva.com.ar/00666/nota03/


    http://sameens.dia.uned.es/Trabajos4/T5/T5_HensPerezMJ/significacion.htm

    http://www.redcientifica.com/doc/doc199904260013.html


    http://www.ciencia.net/VerArticulo/Albert-Einstein?idArticulo=dse5opab1m6zphd8c16h6bc

    CRISTIAN MATÍAS DAMIÁN
    BLANCO

    PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

    METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

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