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Importancia de la interacción profesor – alumno/a




Enviado por vaporeta



    1. Objetivos
    2. Niveles de
      aplicación
    3. Métodos
    4. Material
    5. Aula

    1.-
    INTRODUCCION

    En la enseñanza, tanto pública como
    privada, existe un factor esencial para potenciar el aprendizaje de
    cualquier tema, aplicable a cualquier nivel de enseñanza,
    desde preescolar
    hasta los últimos cursos de bachillerato: la
    relación profesor – alumno
    .

    Esta relación, que evidentemente existe siempre,
    tiene que ir más allá de la parte docente que les
    une. En los cursos iniciales, los alumnos/as se encuentran de
    pronto en un medio hostil, desconocido, sin su vínculo
    familiar y se sienten perdidos.

    Esto puede causar un bloqueo que impide el procesamiento
    de todas las nuevas informaciones que se les suministra. La
    única figura permanente que tienen en el centro es el/la
    profesor/a y por eso tiene que crearse un clima de
    comprensión, protección, apoyo y complicidad entre
    las dos partes para dar seguridad al
    alumno/a y facilitar así el inicio de su aprendizaje.

    Según se va avanzando en los cursos, aparecen
    nuevos problemas en
    los alumnos/as. Una relación profunda entre los profesores
    y los alumnos/as ayudará a allanar el terreno, a encontrar
    las causas de los problemas y a solucionarlos. Llegada la etapa
    adolescente, la relación entre profesores y alumnos/as,
    lejos de ser distante, debe ser incluso de más complicidad
    y comprensión, participando de las cosas nuevas y de los
    problemas reales de los estudiantes. Esto creará un clima
    de confianza que ayudará a reforzar la autoestima y a
    mejorar en el rendimiento escolar.

    Para todo esto es necesario tener objetivos
    claros, métodos
    bien estructurados y personalizados y material y aulas adaptados
    a cada edad y necesidad. Es obvio que la familia
    juega un papel importantísimo en esta relación
    profesor – alumno, por lo que deben estar
    íntimamente implicados en todo el proceso de
    aprendizaje, hasta el final.

    2.-
    OBJETIVOS

    Hay una serie de objetivos claros que se deben tener
    siempre en el punto de mira. Esto tal vez implique un cambio de
    metodología, de comportamiento
    o de forma de pensar de ambas partes, dependiendo de las
    necesidades de cada uno de los alumnos.

    1. Se pretende crear una atmósfera de entendimiento entre ambas
      partes.
    2. Se pretende que el/la alumno/a se sienta protegido y
      respaldado por el profesorado.
    3. Se pretende crear un desarrollo
      autosuficiente de los alumnos/as.
    4. Se pretende crear en ellos un espíritu curioso
      y sociable.
    5. Se pretende crear un clima de confianza y comunicación mutua.
    6. Se pretende fomentar la autoestima en los
      alumnos/as.

    3.-
    NIVELES DE Aplicación

    El sistema es
    básicamente el mismo para todos los niveles de
    enseñanza pero podemos distinguir tres
    importantes:

    1. PRIMER NIVEL : Educación Infantil.- Comprende los
      alumnos de 3, 4 y 5 años. Se puede incluir aquí
      también a los alumnos de 0 a 3 años ya que cada
      vez están más escolarizados.
    2. SEGUNDO NIVEL: Educación Primaria.-
      Aquí se pueden distinguir los alumnos de 6 a 10
      años y los de 10 a 12, estos últimos en un
      grupo
      separado porque entran ya en la etapa pre-adolescente, con sus
      características particulares.
    3. TERCER NIVEL: Educación hasta los 18
      años.- Aquí entran todos los alumnos de los
      institutos de secundaria y bachillerato, con la
      problemática particular de los adolescentes.

    4.-
    METODOS

    Más que métodos propiamente dichos, se
    trata de una serie de pautas de conducta,
    principalmente por parte del profesorado, que ayudarán a
    crear este clima de confianza. Es difícil para muchos
    maestros/as considerar a sus alumnos/as como individuos iguales a
    ellos, personas independientes, diferentes, con capacidades e
    inteligencia y
    con opiniones que no siempre tienen que ser las del
    maestro.

    Hay que partir, pues, de la base de que el profesor/a es
    igual que al alumno/a, solo que con más años y
    más conocimientos adquiridos por la experiencia y el
    estudio. Es imprescindible que el profesorado tenga un nivel
    cultural aceptable. Ser maestro no significa tener cultura. Hay
    que leer mucho, constantemente, reciclarse, aprender cosas
    nuevas, saber un poco de todo, porque los niños/as sienten una curiosidad tremenda
    por todo y hay que saber dar respuestas hasta de lo más
    insospechadas. No hay más diferencia. El sistema es
    básicamente el mismo para todos los niveles, pero con
    algunas pequeñas diferencias.

    1. Este nivel quizás sea el más
      importante porque aquí se establecerán las
      bases sobre las que el niño/a construirá su
      desarrollo físico y cognitivo. Lo primero que hay que
      tener en cuenta es que los niños que empiezan la
      educación infantil ya NO SON BEBES. Por lo tanto
      no se les debe tratar como tal. Es importantísimo que
      esto sea una labor conjunta entre los padres y los
      educadores. Hablar a los niños como si fuesen
      "tontos", utilizando vocabulario mal dicho porque así
      hablan los pequeños frenará su expresión
      oral. Repiten lo que oyen, por lo que si decimos, por
      ejemplo, "el nene tere mucho a papi", en lugar de decir "mi
      niño quiere mucho a papá", no le estamos
      ayudando a utilizar correctamente su vocabulario y nunca
      sabrá cómo se dice realmente. Y si en el
      colegio se hace y en casa no, habrá una información contradictoria que
      confundirá al alumno y frenará su desarrollo.
      Igual que si le ponemos los calcetines o le lavamos las
      manos, nunca sabrá ponérselos y nunca se
      ocupará de su aseo. Tienen que empezar a ocuparse de
      sus cosas.

      Otro aspecto importante en esta etapa es la
      ORGANIZACIÓN. Un aula organizada correctamente, el
      orden de los materiales
      y juegos, un
      horario prefijado, una silla propia, un perchero propio y,
      naturalmente, un aspecto personal de
      higiene y
      vestuario adecuado, ayudarán a que la mente del
      alumno/a esté igualmente organizada.

      En este nivel, es imprescindible que el profesor
      ESCUCHE lo que el alumno/a le cuente. Todo es importante. Y
      se debe establecer, además, la posibilidad de que cada
      uno de los niños/as se exprese libremente, contando
      una experiencia, una canción o un cuento
      ante los demás compañeros de la clase.

      Esto fomentará su capacidad de socialización, de compañerismo y
      de respeto
      por las opiniones ajenas. Para esto es necesario que el
      profesor/a sea el primero en compartir sus propias
      experiencias con los alumnos, contándoles cosas
      cotidianas que le pasen, porque estas son cosas que acercan
      la figura del profesor al nivel de comprensión de los
      niños/as.

      Igualmente es imprescindible que el profesor/a
      PARTICIPE en todas aquellas actividades y juegos que se
      realicen en el aula: si se trata de imprimir las manos con
      pintura,
      el primero que debe hacerlo es el profesor. Alguien que
      permanece distante, dando órdenes pero no "jugando"
      con los niños/as, nunca podrá penetrar en su
      círculo y no podrá llegar a ellos de verdad. Si
      se trata de bailar o cantar, lo mismo; muchos profesores
      tienen demasiado arraigado el sentido del ridículo y
      es un error grandísimo porque en estas edades, los
      alumnos/as no prejuzgan. Naturalmente hay que saber donde
      está el límite. Jugar con ellos, revolcarse por
      el suelo, cantar
      y bailar está bien. El profesor se convierte en su
      compañero de juegos y se establece un clima de
      confianza. Pero luego hay que saber imponerse con
      cariño para la hora de recoger, cambiar de actividad o
      reprender algún comportamiento equivocado.

      Hay que crear unos hábitos de PARTICIPACION,
      que incluyen al profesorado. Si se distribuyen tareas:
      recoger los colores,
      colocar las sillas, guardar las construcciones, etc., el
      profesor/a debe estar incluido en dicho reparto y ser uno
      más. Esto, además de dar buen ejemplo, acerca
      la figura del "profe" a los niños/as.

      Hay que convencerse de que cualquier niño/a
      siempre puede enseñar a los adultos algo. Y hay que
      ser humildes y aceptar dichas enseñanzas. No por ser
      mayores se sabe de todo y los pequeños sorprenden a
      veces con muchas cosas.

      Cada alumno/a es una persona con
      un POTENCIAL INDIVIDUAL. Hay que conocer dicho potencial y
      fomentarlo. Todos tienen capacidades innatas que pueden
      desarrollar. Hay que intentar definirlas y darles empuje.
      Esto hará que se sientan valorados y que comprendan
      que, aunque todos somos diferentes, con distintas
      capacidades, formamos parte de un colectivo y se nos reconoce
      el trabajo
      realizado.

      El profesor/a no es un super-héroe que todo
      lo hace bien. Hay que enseñarles que también
      los mayores nos equivocamos y que así es como
      aprendemos; y que podemos tener un día malo, o que nos
      duele la tripa o que estamos tristes. Eso nos acerca a ellos,
      nos hace más asequibles y humanos.

      Finalmente, tenemos que hacer que nuestra amistad y
      nuestro cariño sirva para algo. Los niños/as
      tienen que sentirse queridos. Crear un clima de paz y
      tranquilidad en la clase, con flores, música
      agradable, alegría, creará un ambiente
      de concordia que ayudará a fomentar las relaciones
      entre profesores y alumnos. Y nunca rechazar un regalito,
      aunque sea una piedrecita cogida del campo, porque tal vez el
      significado que tiene esa piedra para el niño/a sea
      mucho más profundo que el que podamos imaginar. El
      hecho de la piedrecita no es el objeto en sí, sino la
      acción de la entrega y de que se
      acordó del profesor/a en su vida cotidiana y eso es lo
      que hay que valorar.

      El conocimiento de la situación familiar
      de cada alumno es imprescindible para establecer un contacto
      positivo. Por eso los padres deben mantener un vínculo
      estrecho con los educadores, para detectar así
      cualquier problema que pudiese surgir.

    2. PRIMER NIVEL: Educación Infantil.

      Este nivel tiene a su vez dos partes: podemos fijar
      la primera hasta los diez años y la segunda, la etapa
      pre-adolescente, hasta los doce años. En primera parte
      de la educación primaria, los métodos son una
      continuación de lo iniciado en la educación preescolar. No hay que
      relajarse porque sería contraproducente para ambas
      partes. Hay que dar cariño pero establecer disciplina, escuchar todas sus opiniones,
      valorarlas y responder a cuantas preguntas planteen, aunque
      no correspondan al temario que se esté trabajando en
      ese momento.

      En esta parte es cuando pueden aparecer problemas de
      logopedia, psicomotricidad, coordinación por lo que hay que estar
      muy atento a cualquier problema detectado. Aquí
      empiezan a plantear preguntas de tipo sexual, espiritual,
      etc. Hay que tener una noción muy clara de lo que se
      les puede decir, por lo que hablar de ello con los padres es
      imprescindible.

      Los padres deberán confiar plenamente en el
      criterio del profesor/a a la hora de responder a las
      preguntas de cualquier índole que los niños/as
      planteen, haciéndolo con la mayor naturalidad y con
      el
      lenguaje adecuado a sus conocimientos.

      En la segunda parte, el proceso será algo
      más duro. Los alumnos/as empiezan una fase
      pre-adolescente donde quieren ver hasta dónde pueden
      llegar. Sus conversaciones se hacen en corrillos, las
      niñas empiezan a destacar sobre los niños y se
      crean los "piques" entre los sexos. El profesor/a debe estar
      atento a todos estos cambios y ser cómplice de ambos
      "bandos": seguir el tema de los juegos con los muchachos,
      interesados en deportes, juegos,
      ordenadores, etc., y con las niñas, hablando de cosas
      que les preocupan en ese momento.

      Pero independientemente de esto, se debe seguir
      potenciando cada una de las habilidades individuales de los
      alumnos, para que, aunque haya una diferencia física notable,
      en el aula se establezca un clima de igualdad y
      de valoración, respeto y confianza.

    3. SEGUNDO NIVEL: Educación Primaria.
    4. TERCER NIVEL: Hasta los 18 años.

    Si hemos desarrollado este clima de confianza entre el
    profesorado y los alumnos, no habrá dificultad al llegar
    a esta etapa. Muchos alumnos fracasan debido a que no conocen
    su potencial, ni su capacidad para aprender ni qué
    método
    de aprendizaje utilizar. Con estos alumnos lo primero que hay
    que hacer es PERDER TIEMPO.

    No se trata realmente de un tiempo perdido. Se trata
    de ganarse la confianza de unos chicos/as que generalmente
    desconfían de todo lo que provenga del mundo de los
    adultos. Y para eso hay que invertir tiempo. No se puede hacer
    de golpe. Poco a poco hay que hablarles de uno mismo. Parece
    difícil porque muchos profesores piensan que no tienen
    que contar nada a sus alumnos de su vida privada.

    Pero no es así. Necesitan saber que su
    profesor/a tiene problemas igual que todos. Que si un
    día viene de mal humor, existe una causa. Que un
    día se puede ir con ellos a la discoteca y ser el/la
    más enrrollado. Es lo mismo que con los infantiles, pero
    las actividades cambian. Hablar de música, intentar que
    te expliquen qué significa para ellos alguna
    canción que les guste, o hablar de la moda, que
    forma parte de la cultura juvenil. Incluso explicarles tus
    propias experiencias de pareja cuando viene al caso, para
    ayudarles a comprender sus propios problemas. Esto ayuda muchas
    veces a que algunos alumnos con verdaderos problemas, se hayan
    acercado al profesor en busca de ayuda. Han visto en la figura
    del profesor a un amigo/a que tal vez pueda ayudarles sin
    juzgarles o sin echarles una bronca, que es lo que la
    mayoría espera tener de sus padres. Los padres
    aquí son un problema importante. Como sus hijos ya son
    mayores, no suelen implicarse demasiado en la vida escolar.
    Pero eso es un error.

    Tal vez es cuando más desorientados
    están los alumnos y cuando más respuestas
    necesitan. Unos padres excesivamente autoritarios y opresores
    solo conseguirán perder la confianza de sus hijos/as.
    Las escuelas de padres, lejos de ser una tontería, son
    muy importantes para volver a establecer la relación con
    sus hijos.

    Su música tal vez no nos guste, ni su
    vocabulario, ni su ropa, pero es su vida. Naturalmente siempre
    hay que respetar unas normas de
    convivencia y de respeto que estarán establecidas por
    los padres y educadores, pero sus cosas son IMPORTANTES, al
    igual que sus problemas y, como siempre, hay que ESCUCHAR y
    tratar de DIALOGAR. A veces parece que se habla a una pared,
    pero luego todo lo que se dice sale a flote y sirve. Pero hay
    que estar a su nivel. Ya son adultos y pueden perfectamente
    razonar un argumento aunque sea para decir algo que es la
    opinión contraria a la del profesor. No tiene que
    importar que nos lleve la contraria, sino que sepa defender sus
    argumentos y, por desgracia, muy pocos profesores aceptan que
    sus alumnos les lleven la contraria o les corrijan. Muchas
    veces los profesores se sorprenderían y tendrían
    que pensar sobre ideas frescas que salen de las mentes
    jóvenes. Es importantísimo también en esta
    etapa el poder de la
    COMUNICACIÓN. Muchos profesores saben muchísimo
    sobre la materia que
    imparten, pero no saben comunicárselo a los alumnos/as,
    no hablan el lenguaje de
    la juventud y
    eso frena el aprendizaje.

    5.- MATERIAL

    Realmente las necesidades de material
    específico para desarrollar una interacción entre
    los profesores y los alumnos no es necesario. Siempre hay que
    crear un clima de confianza y respeto. Recomendamos, no
    obstante, que el profesorado esté al día en
    cuanto a literatura
    infantil y juvenil, juegos de lógica e ingenio, material de juegos
    (construcciones, disfraces, cocinitas, comidas, rompecabezas),
    música de todo tipo, material fungible de todo tipo. Y
    que, naturalmente, esté al corriente de los avances
    tecnológicos y científicos que tanto
    interesan a los jóvenes, así como de las
    músicas de moda, forma de vestir, lugares interesantes
    que visitar, etc.

    Recomendamos que el profesor/a tenga uno o dos
    archivadores separados por temas, en los que vaya recopilando
    cuanta información pueda serle de utilidad:
    recortes de prensa,
    artículos de revistas, fotografías, proyectos para
    realización de trabajos; temas para investigación; actividades de arte y
    manualidades; música (letras actuales,
    información sobre grupos, CDs);
    información de distintos centros para visitar (museos,
    galerías, teatros, IMAX, Fábrica de Vidrio, centros
    naturales – CENEAN); información de organismos
    oficiales y privados que gestionen actividades para los
    jóvenes (excursiones, intercambios, campamentos de
    verano, cursos en el extranjero); todas las páginas
    WEB que puedan
    ofrecer información educativa, cultural y
    artística; cuanta información pueda recopilar
    sobre problemas de aprendizaje, problemas psicológicos
    que afecten al desarrollo cognitivo, problemas sociales o
    familiares, detección de problemas etc.

    Después de unos años de
    recopilación se contará con un buen elemento
    práctico para desarrollar una clase amena y siempre con
    distintas actividades, adaptadas a cada nivel. Contar con un
    buen archivo de
    datos personal
    es muy valioso para desarrollar un buen trabajo.

    6.-
    AULA

    El espacio en el que deben desarrollarse las clases
    deberá estar adaptado a las necesidades de cada grupo.
    En principio, para los alumnos de Educación Infantil, la
    clase debe contar con espacios bien diferenciados, para
    permitir la buena organización.

    Así, deberá tener un rincón de
    los números (murales con números, construcciones,
    juegos con figuras geométricas), un rincón de la
    lengua
    (murales con el abecedario, rincón de lectura con
    mesitas y sillas, juegos con letras); rincón de las
    ciencias
    (murales para exponer los trabajos temáticos, balanzas,
    semilleros, cubetas con agua,
    arenero); rincón de los juegos (disfraces, casitas,
    peluches, muñecos). Además de estos cuatro
    rincones principales, deberá contar con un rincón
    para el deporte y la
    música y un mural para exponer todas las creaciones
    artísticas de los alumnos.

    Es importante que haya una zona para trabajar sentados
    (mesitas redondas , pentagonales o hexagonales y sillas para
    poder trabajar en grupos pequeños), donde podrán
    comenzar sus trabajos de grafomotricidad. También
    deberá contar con una zona diáfana, con la
    alfombra, donde se sentarán en grupo para hacer asamblea
    diaria, contar cuentos o
    escuchar cualquier cosa que se tenga que contar en
    clase.

    Es muy importante que el ambiente de la clase sea
    alegre y con mucho colorido. Cada alumno/a tendrá una
    percha con una identificación personal, un
    cajetín para sus trabajos, bolsitas personalizadas para
    colocar sus meriendas y se podrán colgar los trabajos en
    cintas que irán colgadas de un lado a otro de la clase,
    sujetándolos con pinzas, a modo de
    banderines.

    Cada zona de la clase tiene que ser variable, es
    decir, que los decorados de los murales deberán variar
    en función
    del tema tratado.

    Esto hace que la clase sea un lugar nuevo
    constantemente, dinámico; será una clase
    móvil, siempre divertida y nueva, manteniendo el orden
    habitual. Esto implica mucho esfuerzo por parte del
    profesorado. Recomendamos pues que todos los decorados se
    conserven plastificados de un año para otro, lo que
    agilizará la preparación.

    Las clases de Educación Primaria deberán
    ser más serias, sin legar al extremo. Deberán
    contar con menos espacio de juego aunque
    también es necesario que existan rincones de lectura y
    un espacio de ocio, para hacer construcciones, rompecabezas o
    juegos de mesa diversos. Existirán murales para cada
    sección: lengua, ciencias y matemáticas y habrá un lugar para
    la expresión artística. No por ser más
    mayores la clase debe ser aburrida.

    Los murales y el resto de la decoración ha de
    ser alegre y dinámica. Las mesas ya deben colocarse en
    grupos durante los dos primeros cursos pero luego en parejas
    para aprender a trabajar individualmente. Esto resta espacio a
    la clase pero supone una mayor concentración para
    trabajar.

    En los cursos de mayores se tiende a olvidar la
    decoración de la clase y eso hace del aula un lugar
    frío y hostil. Los murales deberán tener dos
    secciones: una sección meramente didáctica, con trabajos sobre los temas
    estudiados; la otra sección se destinará a
    trabajos libres elegidos por los alumnos, como un tablón
    de información con lo que ellos/as quieran poner: fechas
    de conciertos, información interesante sobre juegos,
    sobre informática, posters de sus grupos o
    deportistas favoritos, fotografías, convocatorias,
    anuncios de compra-venta de
    segunda mano, quejas y sugerencias al centro, etc.

    Esto les hará sentirse dueños de su aula
    y partícipes de la vida escolar. En centros donde las
    clases son rotatorias y los alumnos cambian de aula para cada
    asignatura, se puede crear una zona en cada clase para los
    trabajos sobre esta materia y en el aula en la que realicen su
    tutoría será donde pongan sus tablones
    personales.

    Es muy importante en los tres niveles el poder crear
    días especiales para que los alumnos puedan expresar
    toda su creatividad:
    día del libro,
    día de la música, día del teatro,
    día solidario, día de las ciencias, exposiciones
    de final de curso, además de las celebraciones
    características como la adoptada festividad de Halloween,
    la Navidad,
    carnavales,
    Semana Santa, especial fin de curso, día de la madre y
    día del padre.

    Pueden incluirse cuantas celebraciones sean necesarias
    porque conllevan un trabajo diferente, una colaboración
    de todos los componentes de la vida escolar y un reconocimiento
    al trabajo y, siendo todas las celebraciones muy variadas,
    siempre pueden destacar en cada una los alumnos con más
    habilidades en el tema específico.

    Para ello, el profesor deberá contar con
    proyectos elaborados para cada celebración o elaborar
    uno nuevo conjuntamente con los alumnos, escuchando e
    incorporando sus ideas y opiniones. Un periódico escolar también es una
    herramienta de expresión libre, de trabajo en equipo y
    de uso de la informática para los alumnos.


    Carmen Mellizo Sanz

    26 de diciembre de 2004

    Más de 26 años de experiencia como
    profesora de inglés, en niveles desde preescolar hasta
    post – universitarios y como traductora y redactora
    bilingüe.

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