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"La Religión sobre el Cuerpo Americano"




Enviado por maarat



    Seminario de Informática y Sociedad

    1. En el
      principio…
    2. La religión y el
      cuerpo
    3. Políticas del
      cuerpo
    4. "El sexo es
      satánico"
    5. Actualidad
    6. Bibliografía
      consultada

    "Hoy mi madre no me quiso.
    /

    La he rondado horas
    enteras / vestido de capitán /

    de mago, de marinero, /
    pero nada, no me quiso, /

    no me ha pegado siquiera.
    /

    Salgo a morir al
    baldío / volteando todas las puertas.

    Arde el sol en el
    silencio / amarillo de la siesta /

    Ni gatos ni vigilantes. /
    Sólo la calle desierta. /

    ¿Cómo me voy
    a morir / sin que mi madre me vea?

    Primera Soledad, Armando Tejada
    Gómez

    Introducción

    Las sociedades de control están
    reemplazando a las sociedades disciplinarias. Vivimos una
    crisis
    generalizada de todos los lugares de encierro: prisión,
    hospital, fábrica, escuela, familia. La familia es
    un "interior" en crisis como todos los interiores, escolares,
    profesionales, etc. Los políticos anuncian reformas, pero
    estas instituciones
    están terminadas, a más o menos corto plazo.
    Sólo se trata de administrar su agonía y de ocupar
    a la gente hasta la instalación de las nuevas fuerzas que
    están golpeando la puerta.

    Es Foucault quien
    había introducido la noción de sociedad
    disciplinaria. Ésta se caracterizaba por el despliegue de
    un vasto sistema de
    control sobre los
    individuos. La formación de este tipo de sociedades se
    halla, según Foucault, en la reforma y
    reorganización del sistema judicial y penal en diferentes
    países de Europa y del
    mundo
    . Él reconocía al "control" como futuro
    próximo.

    Pero antes de las prisiones, de las escuelas, de los
    hospitales, en nuestras tierras no había ciudades
    –al menos como las conocemos hoy en día-. Ni
    tampoco, con toda seguridad,
    existían formas de dominación tan crueles y
    salvajes como las que llegaron con el descubrimiento de
    América.

    Muchas son las formas a través de la cual se
    somete y domina a los pueblos, desde el poder
    político al dolor físico. Pero, sin lugar a dudas,
    uno de los más importantes factores de dominio y
    disciplinamiento del cuerpo es la religión. Si bien
    Foucault habla de esquemas de "represión social de lo
    corporal" en Europa, me tomaré la libertad de
    extrapolar sus termino-logías -junto con las de Norbert
    Elías y otros- para una comprensión, no total por
    supuesto, de estas formas de dominación en América
    Latina.

    Y así trataré de demostrar que las
    sociedades, el control actual del cuerpo y las nuevas formas de
    poder, surgieron como resultado de esas viejas formas de
    dominación, en las cuales la Iglesia tuvo
    un papel fundamental.

    En el
    principio…

    "¿Habéis pecado con
    alguna mujer?

    ¿Era casada, soltera, viuda o
    niña?

    ¿O con algún hombre
    casado, soltero o viudo?

    ¿Habéis pecado con tu
    pariente?

    ¿Habéis pecado en la
    Santa Iglesia o en lugar sagrado de Dios?

    ¿Habéis pecado cuando
    eras chico con tus hermanos o parientes?

    ¿Habéis pecado con
    algún animal como yegua o perra o mula o
    marrana?

    ¿Habéis hecho pecado con
    tu comadre o habéis tenido pleito con ella [por
    hacerlo]?

    ¿Habéis deseado la mujer de
    tus próximos?

    ¿Habéis abrazado, besado
    o tentado los pechos de alguna mujer para que hagáis
    [sic] pecado con vos?

    ¿Habéis enseñado
    a pecar a otros?

    ¿Habéis pecado a vista
    de los muchachos?

    ¿Habéis llegado con tu
    mujer delante de tus hijos?

    ¿Habéis enseñado
    a pecar a algún muchacho o muchacha que no sabe lo del
    mundo?"

    Foucault dice que podría construirse una
    "historia de los
    espacios" que sería a su vez una "historia de los
    poderes". Ésta comprendería desde las grandes
    estrategias de la
    geopolítica hasta las pequeñas
    tácticas del hábitat, de la arquitectura
    institucional, de la sala de clases o la iglesia. El
    espacio predetermina una historia la cual, a su vez, lo remodela
    y se sedimenta en él.

    Los primitivos habitantes del suelo americano
    se vieron invadidos por una nueva con-cepción edilicia, en
    términos de Claudia Kozak: "un espacio técnico
    que modela los cuerpos de las personas, sus maneras de habitar y
    de ser sujetos de experiencia (…) Urbanismo, en cierto sentido,
    implica planificación, mapa, cuadrícula
    (…)"
    De repente, donde antes había llanura, ganado y
    chozas, ahora había hospitales y "misiones", lugares desde
    donde los "envia-dos de Dios" reeducaban a los nativos. Si antes
    adorábamos a nuestras propias figuras ahora
    importábamos un Dios ajeno; si antes nos curábamos
    en nuestras chozas con medicinas case-ras y afecto materno, ahora
    teníamos hospitales. Y también con ellos llegaban
    una serie de cas-tigos para los que desobedecían la
    ley impuesta
    por los foráneos, o para quienes calumniaban a su Dios
    Todopoderoso.

    Este esquema hace pensar en la visibilidad
    panóptica propia de las sociedades discipli-narias
    analizadas por Foucault, la que permite una
    internalización del control social al punto de que
    éste llega a convertirse en control de potencialidades o
    virtualidades. "El panóptico, mirada total, forma
    económica de control y castigo a los criminales. Se trata
    de una torre cen-tral de vigilancia desde la cual una sola
    persona puede
    vigilar a un montón de presos colocados cada uno en una
    celdilla. Una cuestión de óptica,
    de economía
    visual".
    Los trazados de las ciudades jesuíticas, por
    ejemplo, bien pueden responder a estas concepciones.

    La
    religión y el cuerpo

    Son interesantes algunas consideraciones acerca de los
    confesionarios en lenguas indí-genas de la época
    colonial. Por ejemplo, la información sobre el cuerpo humano
    y la repro-ducción, que contienen este tipo de materiales, da
    luz sobre
    múltiples tópicos: desde pro-blemas vinculados con
    un parto, hasta
    expresiones de la sexualidad
    aborígen.

    La información más valiosa sobre
    sexualidad y reproducción se encuentra en los
    inte-rrogatorios relativos al sexto y noveno mandamiento, en los
    cuales se habla de la "codicia" de otro cuerpo, las relaciones
    extramaritales -insistiendo si se efectuaron con parientes o
    mujeres vírgenes-, los "tocamientos" considerados
    impuros"¿abrazástela o la asiste de las
    tetas o la retocaste deseando y codiciando tener parte con ella?"
    , la masturbación, las prácticas
    homo-sexuales, la infidelidad, las prácticas
    contraceptivas, el adulterio, la
    práctica sexual durante la menstruación o por
    vías no vaginales -"no en el devido vaso" idem
    cita anterior
    -, etc.

    Todos estos mandamientos aluden, por lo general, a los
    conceptos cristianos que se pretendían imponer sobre la
    población indígena -de hecho, se
    traducían de confesionarios es-pañoles-.

    David Le Bretón sostiene que antes "la
    religión buscaba el dominio del espíritu sobre la
    ‘carne’. Nuestras sociedades ya no consideran el
    cuerpo como un destino sino más bien co-mo una materia prima
    y su fragilidad, su vulnerabilidad a la enfermedad o a la
    vejez, es
    intole-rable en la actualidad"
    Él sostiene que el
    cuerpo siempre le recordó al hombre la humildad de su
    condición, pero que la voluntad de poder de nuestras
    sociedades actuales ya no soporta estos límites en
    los que estamos encerrados. Esto produjo la aparición de
    un discurso
    religioso que Le Bretón llama neo-gnóstico,
    el cual produce la idea de que hemos llegado a un mundo en el
    cual la técnica puede retocar al cuerpo y reconstruirlo
    para volverlo eficaz, rendidor y duradero.

    El que la sociedad moderna haya llegado a este
    estadío es producto de
    todos los sistemas de
    control, no solamente de la Iglesia.

    Políticas
    del cuerpo

    ¿Cómo y desde qué lugares se
    idearon las políticas
    del cuerpo? Principalmente desde la "racionalidad" moderna de
    Occidente. Tal racionalidad tendió a ser una teoría
    formal y ge-neralizada de las "ideas de razón" aplicables
    científicamente al caso individual. Pero tal
    su-puesta cientificidad fue valorativa, pues la racionalidad
    moderna tiene principios
    prefijados en torno a lo que
    debe ser el cuerpo y rechaza, castiga, lo que considera
    "desviado" –como la ho-mosexualidad-. Además, la
    racionalidad moderna se considera justa y, por lo tanto,
    desarrolla instituciones y normas que se
    ocupan de castigar -las cárceles, por citar un
    ejemplo-.

    "La racionalidad moderna obviamente está
    inmersa en la cosmovisión del desencanto weberiano. Este
    desencanto tiene dos caras: la de la liberación de la
    magia, la superioridad de la explicación
    científica; y la del reconocimiento de que se ha perdido
    ‘algo’: el carácter único de la existencia
    corporal, la capacidad de captar la maravilla del Cuerpo que
    existe sólo una vez".

    Por otra parte, las políticas del cuerpo -y de la
    forma de vivir en general- impuestas por los llegados a América
    eran crueles y déspotas. Los nativos eran "seres
    incivilizados" a los cuales había que educar,
    enseñar normas de conducta, de
    vestimenta y de desenvolvimiento social. La misión de
    los colonizadores era transformar a los indígenas en
    réplicas de su civiliza-ción, pero siempre
    manteniendo el dominio y la esclavitud
    encubierta. Civilizar, según como ellos entendían a
    la civilización.

    Norbert Elías dice que todo proceso
    civilizatorio supone una transformación del
    com-portamiento y la sensibilidad humanos en una dirección determinada. Pero añade
    que esta transformación no es racional ni premeditada,
    sino que es un largo proceso inconsciente. ¿Pe-ro
    qué hay del choque de "civilizaciones"? Un pueblo europeo
    se encuentra frente a frente con seres iguales en aspecto
    físico, pero con otra cultura y
    valores.
    ¿Es correcto educarlos, a la vez que reeducan sus cuerpos
    acorde a otras necesidades? Elías explica esto diciendo
    que "el término (civilización) es
    encarnación de una sociedad que, en su calidad de etapa
    en la evo-lución, en su calidad de matriz para la
    configuración específica de las costumbres
    occidentales, fue tan importante como antes lo había sido
    la sociedad feudal"
    . Él añade, además,
    que la so-ciedad europea occidental llevó a cabo sus
    guerras
    coloniales y expansivas en nombre de la Cruz en la Edad Media,
    como más tarde lo haría en nombre de la
    civilización.

    Foucault, en "Vigilar y Castigar", introduce el concepto de
    anatomía política para de-signar las
    marcas que
    deja impresa en el cuerpo la aplicación disciplinaria, y a
    cuyo arreglo, es capaz de modelar una anatomía corporal
    puesta al servicio de
    ciertas operaciones,
    ejercicios y técnicas
    orientadas a la eficacia y la
    rapidez. La disciplina
    fabrica cuerpos sometidos y ejer-citados, es decir, "cuerpos
    dóciles", maleables, utilizables con fines precisos. La
    anatomía po-lítica es entonces, el resultado en el
    plano corporal del conjunto de disciplinas y técnicas
    apli-cadas a los cuerpos. La anatomía del cuerpo ingresa
    en un circuito de simbolización, en un es-pacio de
    significación que está puesto al servicio de una
    tarea (trabajar en las minas, recolectar frutos, construir
    iglesias). La anatomía política cincela y
    modela los cuerpos con arreglo a la ta-rea que debe llevarse a
    cabo según ciertos criterio de eficacia
    predeterminados.

    "El sexo es
    satánico"

    Elías sostiene que el hombre
    necesita una autovigilancia constante, una
    auto-rregulación del comportamiento. La constancia y
    diferenciación de las autocoacciones están en
    perfecta correspondencia con la diferenciación de las
    funciones
    sociales y con la multiplicidad de los actos, que han de
    adaptarse mutuamente de un modo permanente.

    La estabilidad del aparato de autocoacción
    psíquica, que es un rasgo común a todos los
    individuos llamados "civilizados", se encuentra en íntima
    relación con la violencia
    física y
    con la estabilidad creciente de los órganos sociales
    centrales. Solamente con este monopolio se
    crea un "aparato formativo" que sirve para inculcar al individuo
    desde pequeño la costumbre permanente de dominarse.
    Así, el autocontrol funciona, según Elías,
    de manera automática. "Se trata de una
    modificación del comportamiento en el sentido de la
    civilización"

    La dominación religiosa y política, por
    mecanismos de imposición, sea mediante edu-cación,
    violencia u otro medio, funciona de forma similar a lo descripto
    por Elías. Así, según él, acaba por
    constituirse un conjunto de costumbres que funciona adecuada,
    instintiva y repe-tidamente y al mismo tiempo un
    equilibrio
    positivo, mediante la fuerte y estable regulación del
    aparato psíquico de los individuos.

    La iglesia sostiene que el cuerpo humano "no es
    sólo el campo de reacciones de carác-ter sexual,
    sino que es, al mismo tiempo, el medio de expresión del
    hombre integral, de la per-sona, que se revela a sí misma
    a través del lenguaje del
    cuerpo"
    . Dominando la libertad sexual de los
    indígenas, la educación y las
    formas de castigo, se moldeó poco a poco al pueblo. Para
    acabar con las transgresiones al sexto y noveno mandamiento de
    Moisés, los eclesiásticos em-prendieron una
    campaña tenaz para institucionalizar el matrimonio
    monogámico, variar el pa-trón de residencia e
    inculcar en sus feligreses la connotación "pecaminosa" de
    ciertas cos-tumbres sexuales. Para esto último tuvieron
    que trastocar en forma profunda los valores
    in-dígenas, pues si bien las transgresiones sexuales eran
    severamente castigadas en la época pre-hispánica
    -incluso con la muerte-, la
    calidad de "trasgresión" no era aplicable a las mismas
    conductas en los dos sistemas
    ideológico-jurídicos. Es así como La iglesia
    se dedicó, desde el púlpito y el confesionario, a
    "satanizar" prácticas sexuales nativas, como relaciones
    prematri-moniales, homosexualidad, poligamia o la costumbre azteca de
    casar a la viuda con su cuñado –levirato-, al mismo
    tiempo que exaltaban la idoneidad de sus propios
    valores.

    Sería, en términos de Foucault, un
    espacio educativo, donde los indígenas
    absorbían la cultura foránea a la vez que
    reeducaban su cuerpo. Éste es el espacio donde tiene lugar
    un conjunto de procesos y
    procedimientos
    de instrucción, conforme a una serie de reglas estrictas
    de transmisión y adquisición de los aprendizajes.
    La actividad que garantiza el éxito
    en la enseñanza de actitudes o
    tipos de comportamientos, es desarrollada allí por medio
    de series de comunicaciones
    reguladas -lecciones, preguntas y respuestas, órdenes,
    exhortaciones, signos
    codificados de obediencia, calificaciones diferenciales del
    "valor" de cada
    persona y los niveles de conocimiento.
    También por medio de series completas de procesos de
    poder, encierro, vigilancia, recompensa y castigo, las
    jerarquías piramidales-. La religión ha hecho
    funcionar el espacio escolar como una máquina de aprender,
    pero también de vigilar, jerarquizar o
    recom-pensar.

    Es el llamado mecanismo disciplinario
    foucaultiano, el cual designa el conjunto de prácticas y
    tecnologías correctivas orientadas a la regulación
    de la actividad corporal, con miras a extraer el mayor provecho
    de los cuerpos concebidos en el marco de "fuerza
    física útil". El privilegio del "cuerpo
    útil" será un signo predominante de las sociedades
    de control y dis-ciplinarias de fines del siglo XVII y principios
    del siglo XVIII. El resultado de estas disciplinas modeladoras
    dejarán sus rastros en el cuerpo bajo la forma de la
    anatomía política más arriba
    descripta.

    Otra costumbre problemática para los religiosos
    de Latinoamérica fue la escasa ropa que
    portaba buena parte de sus nuevos feligreses, en particular los
    pertenecientes a los estratos sociales más bajos -el
    atavío era signo de posición social-. Con el
    interés
    de propiciar al máximo la diferenciación de los
    naturales con fines de control, y a excepción de algunos
    que obtuvieron "merced" especial para portarlas, el empleo de las
    ropas españolas estuvo vedado para los indígenas.
    Por ello se influyó en el diseño
    de vestimentas que sirvieran tanto para identificar por poblados
    a los fieles como para cubrir sus cuerpos -para evitar lo que a
    juicio de los frailes eran "tentaciones de la carne"- e
    introducirlos a la civilización.

    Los religiosos introdujeron en estas sociedades los
    conceptos de pecado y culpa. Y crearon los
    confesionarios, orales y escritos, en los cuales o bien
    eximían o castigaban al indí-gena, o bien tomaban
    nota de todas las "atrocidades sexuales" que contemplaban -aunque
    muchas veces algunos frailes debían enfrentar a sus
    propios coterráneos españoles, los cuales
    también practicaban el sexo en forma abusiva y muchas
    veces más aberrantes, a sus ojos, que la de los
    nativos-.

    En términos relacionales, Foucault habla de
    tecnologías de la confesión, designando a un
    conjunto de prácticas, discursos,
    saberes y enunciados orientados a provocar la emergencia de la
    verdad oculta del sujeto. Este método fue
    utilizado por los religiosos con los indígenas, pero en
    muchas sociedades sigue aplicándose hoy en día. La
    tecnología
    de la confesión crea el supuesto de "una verdad" que se
    oculta tras las distorsiones o falsificaciones con las que el
    su-jeto pretende condicionar o demorar su revelación, es
    el mismo que ha inspirado a las tec-nologías de interpretación hermeneútica.
    Foucault dice que la confesión, tal como él la
    con-cibe, no sólo existió en la religión
    sino también en todos los ámbitos:
    jurídicos, educativos y hasta amorosos; unos confiesan
    pecados, otros crímenes, enfermedades o
    infidelidades.

    La tecnología de la confesión se inserta
    dentro de la serie "confesión-poder-verdad" y forma parte
    de estructuras
    más complejas de dominación.

    Actualidad

    La Iglesia basa su dominación sobre los métodos
    antes mencionados desde la más re-mota noche de los
    tiempos. Y aún hoy utiliza su dominación para crear
    consenso en la so-ciedad y seguir, a pesar de estar en el Siglo
    XXI, condicionando el cuerpo de los hombres.

    Un ejemplo de la situación actual es la que se da
    sobre el comportamiento homo-sexual, uno de los puntos más
    criticados por esta institución. Es en la actualidad
    cuando los movimientos homosexuales más se hacen escuchar
    y este momento de la liberación gay es, de alguna forma,
    similar al momento que otras comunidades han experimentado en el
    pasado de la Nación.
    Al mismo tiempo, este movimiento ha
    atraído un apoyo considerable de hetero-sexuales, que
    aceptan este llamado como uno de justicia y
    tolerancia
    social.

    Las comunidades religiosas que en las últimas
    décadas han tolerado la promiscuidad -aún entre
    curas- no pueden condenar con integridad el comportamiento
    homosexual, a me-nos que estén dispuestos a reafirmar la
    norma heterosexual en una forma más creíble y
    efec-tiva. Una razón del descontento de los líderes
    religiosos frente a este movimiento es la antigua y continua
    incapacidad de ofrecer atención pastoral bien fundamentada que
    ayude a las per-sonas que se enfrentan con los problemas de
    su homosexualidad. Al enfrentarse con las ten-taciones de la
    vida, las comunidades religiosas deberían estar mejor
    entrenadas para apoyar a la gente en su lucha por vivir
    castamente. La comunidades religiosas en particular, deben apoyar
    a todos sus fieles en la batalla contra la tentación,
    insistiendo al mismo tiempo que precisa-mente por su bien debemos
    considerar pecaminoso el comportamiento homosexual y el
    extra-marital heterosexual.

    Foucault se refiere al poder pastoral ejercido
    sistemáticamente durante todo el pe-ríodo medieval.
    Dice que éste ha construido una matriz de la subjetividad,
    cuya crisis es expresada por aquel vasto movimiento de la Reforma
    que propone una participación más di-recta y
    más espiritual en lo concerniente a la salvación de
    las almas. Este poder es comparable al de los misiones en la
    América indígena o al de los curas actuales. La
    matriz sigue en pie, con menor o mayor fuerza.

    Las características más importantes del
    poder pastoral son:

    1. Es una forma de poder que tiene como último
      objetivo la
      salvación indivi-dual en el otro mundo.
    2. No es meramente una forma de poder que guía,
      sino que debe ser prepara-do para sacrificarse a sí
      mismo por la vida y la salvación de la carne. Es
      más, este poder es diferente al poder real que demanda un
      sacrificio de sus suje-tos para salvar el trono.
    3. Es una forma de poder que no atiende solamente a la
      comunidad en
      su glo-balidad, sino a cada individuo en particular durante su
      vida entera.
    4. Es una forma de poder que no puede ser ejercida sin
      el
      conocimiento de las mentes humanas, sin explorar sus almas,
      sin hacerles revelar sus más ínti-mos secretos.
      Esto implica un conocimiento de la conciencia y
      la habilidad para dirigirla

    Sobre todos los preceptos mencionados en este trabajo se
    basó el poder de la Iglesia. Foucault asegura que si el
    poder pastoral no ha desaparecido, al menos ha perdido gran parte
    de su eficiencia. Sin
    embargo, deben distinguirse dos aspectos del poder pastoral; el
    de la insti-tucionalización eclesiástica, la que ha
    desaparecido o al menos ha perdido su propia vitalidad a partir
    del Siglo XVIII, y el de su propia función,
    que se ha diseminado y multiplicado más allá de la
    institución eclesiástica.

    Bibliografía consultada:

    *Albano, Sergio; Michel Foucault: glosario de
    aplicaciones; Editorial Quadrata, Buenos Aires,
    2004

    *Camposeco, Marcial; "Confesionario"; en Ruz, Mario
    Humberto, Estudios Mayas; Instituto
    de Investigaciones
    Filológicas, UNAM, México

    * Deleuze, Gilles; "Posdata sobre las sociedades de
    control" (traducción de Martín
    Caparrós); en Ferrer, Christian (Comp.) El lenguaje
    literario, Tº 2, Editorial Nordan, Montevideo,
    1991.

    *Elías, Norbert; El Proceso de la
    Civilización; F.C.E., México,
    1994

    *Entel, Alicia, "Cuerpo y Comunicación", Facultad de Ciencias
    Sociales, material de la cátedra Entel de Teorías
    y Prácticas de la
    Comunicación I.

    *Ferrer, Christian; "Teórico número 11";
    Buenos Aires, material de la Cátedra

    *Foucault, Michel; Vigilar y Castigar; Siglo XXI
    editores, México, 1987

    *Kozak, Claudia; "Teórico número 08";
    Buenos Aires, material de la Cátedra

    *Le Bretón, David; "La Tiranía de la
    Apariencia", en Revista Viva,
    Noviembre 2004

    Mariano Aratta

    Facultad de Ciencias
    Sociales ~ U.B.A. ~

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