- Confusión
Babilónica y Choque de Culturas - Solución Imperial a la
confusión babilónica - La Alternativa
Libre - Las herramientas en las Empresas
Humanas - Confrontación de
soluciones
La Torre de Babel fue construida por Nimrod en
Babilonia, hace 4500 años. Su arquitectura
era tan compleja que fue llamada Babel (significa
"confusión" en hebreo), y en la Biblia es mencionada
como la alegoría de la falta de comunicación y unión entre los
hombres: "Toda la tierra
tenía una misma lengua y
usaba las mismas palabras. Los hombres en su
emigración hacia oriente hallaron una llanura en la
región de Senaar y se establecieron allí. Y se
dijeron unos a otros: "Ea, hagamos ladrillos y
cozámoslos al fuego". Se sirvieron de los ladrillos en
lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa.
Luego dijeron: "Ea, edifiquemos una ciudad y una torre cuya
cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos
así famosos y no estemos más dispersos sobre la
faz de la tierra".
Pero el dios de los hebreos, Yahvé, descendió
para ver la ciudad y la torre que los hombres estaban
levantando y dijo: "He aquí que todos forman un solo
pueblo y todos hablan una misma lengua, siendo este el
principio de sus empresas.
Nada les impedirá que lleven a cabo todo lo que se
propongan. Pues bien, descendamos y allí mismo
confundamos su lenguaje
de modo que no se entiendan los unos con los otros".
Así, Yahvé los dispersó de allí
sobre toda la faz de la tierra y cesaron en la construcción de la ciudad. Por ello se
la llamó Babel, porque allí confundió
Yahvé la lengua de todos los habitantes de la tierra y
los dispersó por toda la superficie."
(Fragmento del Antiguo Testamento, Génesis
11.)
El arqueólogo Robert Koldewey encontró una
estructura
en las ruinas de Babilonia que son consideradas hoy como los
fundamentos de la Torre de Babel original. A partir de estas
investigaciones, se estima que la primera Torre
de Babel (llamada en realidad Etemenanki, "Casa del Fundamento
del Cielo y de la Tierra") se construyó durante el III
milenio adC. Su base era un rectángulo de 91,55 m de
lado, y su altura original fue extendida en tiempos de
Nabopolasar y Nabucodonosor II (605-592 adC). Excavaciones
arqueológicas y posteriores estudios, determinaron que
esta construcción piramidal pudo llegar a tener entre 60
y 90 m de altura. Hoy solo se conservan ruinas de la misma ya
que su construcción fue hecha con materiales
muy sensibles a la intemperie.
La idea no es discutir sobre la realidad fáctica de la
torre de Babel, ni hacer conjetura sobre las Escrituras como el
reflejo del estado de
ideas de un pueblo. Más bien, se trata de tomar el
mito de la
torre como un símbolo. En la medida en que es un
símbolo polisémico, posee innumerables niveles de
resgitro. En una de las lecturas posibles, este mito tiene en
su seno una idea muy interesante y poderosa, la complejidad de
las sociedades y
el grado de incomunicación, no solo entre sociedades
distintas, sino también dentro de ellas mismas. El
propósito de esto, es preguntarse cuanto de lo hecho por
el hombre
hasta hoy subsana los daños producidos por la
"confusión" babilónica. Y más
concretamente, qué influencia del desarrollo
de las telecomunicaciones y el software
libre en este proceso como
elemento esencial en las nuevas
tecnologías.
CONFUSION BABILONICA Y
CHOQUE DE CULTURAS
Uno de los elementos interesantes de
este mito son las palabras de Yavé: "He aquí que
todos forman un solo pueblo y todos hablan una misma lengua,
siendo este el principio de sus empresas. Nada les
impedirá que lleven a cabo todo lo que se propongan." Al
parecer, la energía de las empresas de los humanos nace
de la asociación entre ellos, la síntesis
de los componentes de la sociedad
(los individuos) generan en virtud de esa misma
composición un flujo de energía que no
existiría de permanecer aislados. La unidad del lenguaje
y la unidad de la sociedad se encuentran fuertemente
relacionadas entre sí en lo que respecta a la
composición de un pueblo, o sociedad. Sin discutir cual
es la causa y cual la consecuencia, ambos constituyen una
condición sine qua non para toda empresa
humana.
Para comprender el presente, es bueno hacer un racconto de
cómo la confusión con respecto a los lenguajes
funcionó hasta hoy y que efectos tuvo. Comprender cual
es este legado es fundamental en la medida en que, en parte,
nacemos en un mundo constituido y se nos impone una cultura y un
lenguaje que no esta inscrito en nuestro código genético o en otras
palabras, en nuestra naturaleza.
Se puede ver esto en la corrección que hacen los adultos
cuando los niños
conjugan "mal" un verbo.
Existen estudios interesantes sobre como la estructura
ósea del cráneo humano permite una mayor
posibilidad de vocalización, lo cual hace posible la
existencia de cierto grado de comunicación complejo, sin
embargo no determina un tipo especifico de lenguaje para esa
comunicación. De todos modos este es un problema que
sólo toca tangencialmente este texto.
Tomamos al lenguaje en este texto como un elemento cultural que
se nos impone desde el momento en que nacemos en virtud de
causas externas a nosotros.
Las civilizaciones antiguas definían su identidad,
entre otras cosas, a partir del lenguaje. Tomemos Grecia
antigua como ejemplo en base a su representatividad y
significado como cuna de la civilización occidental.
Aristóteles definía al hombre como
un ser social por naturaleza, un animal político
(zôon politikón). El lenguaje,
naturalmente dado, posibilitaba su comunicación con sus
pares, condición de posibilidad para integrarse a la
sociedad, pertenecer a ella, funcionar en ella y construirla.
En virtud del mismo principio sostenía que los esclavos
no eran hombres, por ser naturalmente distintos. Los esclavos
de la Grecia antigua eran aquellos capturados durante sus
guerras con
otros pueblos por lo cual hablaban otro idioma. Entonces, en la
época clásica, el lenguaje funcionó como
elemento de cohesión social y como criterio de
distinción y clasificación del "otro", del
enemigo. Era el criterio de distinción entre dos
naturalezas (desde ya leídas en clave binaria como una
superior y otra inferior). El lenguaje daba nacimiento al
pueblo y le otorgaba sus características
definitivas.
Más adelante en el tiempo,
durante el Imperio romano,
sirvió como instrumento de colonización. Todos
aquellos pueblos conquistados, no sólo eran sometidos al
poder
imperial, sino más bien fagocitados por el mismo,
integrados pero en un esquema de sometimiento en función
de los intereses de Roma. Los
niños, al aprender latín, olvidaban sus
raíces y una conexión elemental con su pasado,
extinguiendo ese pueblo en su raíces y semillas,
evitando que reproduzca su cultura y sea enseñada a
futuras generaciones. En este caso, es la imposición de
un pueblo sobre otro el que otorga el lenguaje. La
relación de causalidad se invierte.
En el traspaso hacia la Edad Media,
el lenguaje era la línea de separación en un
esquema de estructura binaria al servicio de
la distinción entre civilización y barbarie. Los
bárbaros eran aquellos que pertenecían a pueblos
no romanos y hablaban otro idioma.
Una vez constituidos los Estados feudales, el idioma funcionaba
como barrera para el acceso al conocimiento. El latín era el idioma de
la reflexión y el pensamiento
occidental por excelencia. El resto era un idioma del vulgo, y
cualquiera que escribiese en idioma vulgar no podría
nunca acceder a una posición prestigiosa. Esta
práctica incluso se extiende hasta el siglo XIX donde
eran necesarias dos tesis para
doctorarse en alguna disciplina,
una en el idioma del autor y otra en latín. Aquellos no
que leyesen latín, nunca podrían acceder al
conocimiento. Se construía de este modo una
clasificación de saberes en la cual el latín era
el criterio de distinción.
En relación con esto, las invasiones de los pueblos
germánicos produjeron otra variante en la función
de la "confusión" de lenguajes. Por ejemplo, en Inglaterra
luego de la invasión de los normandos, el francés
era el idioma exclusivo del código legal. De este modo,
los sajones no poseían acceso al mismo y de hacerlo
sentían el sometimiento de una nación invasora. Esto ocurre de un modo
similar en la Galia romana luego de las invasiones de los
francos (bárbaros). Existen millones de funciones
distintas a lo largo de la historia, pero estas con
las que deseamos destacar. Son las que más
relación tienen con el objetivo que
se plantea en este escrito. Michel Fouacult hace un muy
interesante análisis sobre la codificación en clave binaria para la
cohesión de grupos
sociales a partir de la "construcción" de un
enemigo, y denomina a este fenómeno como racismo
("Genealogía del racismo", Michel Foucault).
En este sentido se puede afirmar que el racismo y las guerras
planteadas en términos de guerra de
razas es una consecuencia de la confusión
babilónica original. En la antigüedad, los
traductores y la diplomacia no eran instituciones muy desarrolladas. Por lo tanto,
el racismo se presenta como la consecuencia última de la
"confusión babilónica".
Frente a esta confusión con sus consecuencias
apocalípticas existen diversas alternativas.
Veamos algunas de ellas.
SOLUCION IMPERIAL A LA
CONFUSIÓN BABILÓNICA
En el mundo
presente, el inglés parece funcionar de un modo
similar al latín durante el imperio romano. El
inglés parece ser un idioma universal que permite
la
comunicación entre muchos de los ciudadanos del
mundo. Sin embargo, esta facultad de comunicación no
estriba en el inglés mismo. Si dos personas hablan
alemán, la comunicación también es
posible. La condición indispensable es que se hable un
mismo idioma, sin importar cual sea éste. El ingles se
impone como el idioma común, nuevamente no por el
inglés en sí mismo sino en virtud de otras
características exteriores a él. Hablando
fácil y rápido, porque este no es el objeto del
escrito, el ingles es al latín, como Inglaterra y,
más acá en el tiempo, Estados Unidos
son al Imperio romano. Es problema no está en el ingles,
en su facilidad de aprendizaje o
una inexistente universalidad inherente, sino en la
imposición forzada y casi obligatoria que se hace de
él. El problema no está en que nos permita
comunicarnos entre los distintos ciudadanos del mundo, eso es
algo maravilloso, sino en que se nos obliga a aprenderlo. Esto
conlleva el peligro de un idioma universal y homogéneo,
que no respete las culturas particulares, sino que las
fagocite. Tal cual ocurría con el latín en el
Imperio romano. Una de las implicancias más peligrosas
de un idioma imperial es que al pensar en el idioma que se
habla, si existe un idioma único, tiende a existir un
pensamiento único. En especial cuando cala tan hondo en
las generaciones jóvenes. Sobre esto nos advierten
Herbert Marcuse, así como George Orwell entre otros.
Esto sería una alternativa posible para solucionar la
"confusión babilónica". El idioma imperial, con
sus implicaciones en el pensamiento, crearía las
condiciones de posibilidad para una coexistencia entre los
hombres casi ideal. Un solo lenguaje, un solo pueblo. Elimina
los conflictos
en la medida en que elimina las diferencias. La empresa
humana vuelve a ser posible. La idea se presenta en toda su
extensión en el concepto de
pax romana, una vez eliminados o sometidos todos los
enemigos, la paz es inevitable. Una critica contra este
concepto es la imposibilidad, desde una perspectiva
técnico-militar. Sin embargo, el desarrollo de las
armas de
destrucción masiva, dejan atrás esta
limitación, dejando como última línea de
defensa contra el Apocalipsis, la voluntad política de los
Estados que las poseen. Esta es una alternativa posible a la
solución de la "confusión babilónica". Sin
embargo existen otras, y delinear una de ellas es el
propósito de este texto.
LA ALTERNATIVA
LIBRE
¿Que relación guarda todo esto con el Software
Libre? El SL guarda una íntima relación con
el estado
actual del desarrollo de las telecomunicaciones. La posibilidad
técnica de reproducir y distribuir información de un punto al otro del
planeta le otorga otra significancia a ciertas bases del SL que
en otro estado de las comunicaciones sólo existían en
forma germinal. Esta correlación entre las posibilidades
técnicas que otorga el desarrollo de las
herramientas
y las formas de pensar que surgen en un sociedades, es una idea
central, no sólo en el movimiento
del software
libre (Richard Stallman menciona el cambio en la
concepción de copyright con el nacimiento de la imprenta)
sino también en toda doctrina que pretenda estudiar las
sociedades humanas y su movimiento en la historia. La
trascendencia de las herramientas en la formación de un
pueblo y un lenguaje es omitida por Yahvé en el mito
babilónico. Y su desarrollo puede ser una
solución posible para la "confusión". El software
juega un papel central en lo que a las herramientas respecta, y
mucho más cuando reviste la forma de software libre.
Pero veamos como se llega a esta conclusión.
LAS HERRAMIENTAS EN LAS
EMPRESAS HUMANAS
Las herramientas son una constante en la
historia de la humanidad. Benjamin Franklin definía al
hombre como un animal capaz de hacer herramientas. La
distinción es bastante interesante y precisa, mientras
que la capacidad de comunicación aristotélica es
un criterio bastante ambiguo. En la relación entre
lenguaje y pueblo, las herramientas son una tercer elemento
importante para la empresa humana.
Tomemos un estado inicial de las herramientas, en su
manifestación más simple y rudimentaria.
Cualquiera puede usar una herramienta como el martillo. No se
requiere mayor conocimiento más allá de una
habilidad practica que se adquiere sin mayor complejidad. A su
vez, para que el martillo cumpla su función en su
relación con el clavo no se requiere mayor
conexión que puntería y fuerza. Sin
embargo, lo que esta época tiene de específica es
el paso intermedio entre la herramienta y el hombre. Entre el
hardware y el
hombre. La complejidad de la herramienta y de su funcionamiento
es tal, que requiere de un intermediario. Ese intermediario es
el software. Es en si mismo una herramienta más, solo
que de otro tipo.
El martillo y el clavo deben hablar el mismo idioma. En el
momento en que el humano no toma cartas en el
asunto como síntesis entre esas herramientas, el clavo
debe especificar al martillo una serie de datos
complejos. El martillo debe entenderlos y actuar acorde a
ellos. A su vez, el hombre debe comunicarse con el martillo. El
idioma que permite ambas comunicaciones es el software
En este punto, la confusión babilónica cobra toda
una nueva relevancia. Imagínense que Yahvé
hubiese dejado el mismo idioma a todos los hombres, pero
hubiese imposibilitado la comunicación entre
éstos y sus herramientas y la comunicación entre
las herramientas. La empresa humana hubiese tan difícil
o incluso más que la confusión original. Vemos
aquí que la confusión de Babel corre por dos
vertientes, una es la confusión en lo que refiere a los
hombres, la otra en lo que refiere a sus herramientas.
Tenía razón Yahvé al decir que el fruto
del poder de los humanos era la comunión de sus fuerzas
posibilitada por la comunión del lenguaje, pero olvido
la trascendencia de las herramientas. En la medida en que el
software es fundamental para la comunicación de las
mismas y requiere cierto grado de conocimiento, el dominio sobre
éste implica un poder enorme. Veremos que la
relación entre las herramientas mediada por el software,
puede ser pensada de modo análogo a la relación
entre los hombres mediada por el lenguaje. Este es el lenguaje
del software libre del cual se habla en estas
páginas.
Ya vimos la solución imperial para la confusión
entre los hombres. Entonces ¿cómo es que funciona
en relación con la confusión con respecto a las
herramientas? La respuesta es simple. Todos poseen el mismo
software. No hay lugar para alternativas. Esta es la faceta
imperial del software. Lo que sucede en el lenguaje, tiene
lugar en el software. Pero la objeción a este argumento
es evidente. Hoy no ocurre eso, existe una serie innumerable de
software distintos entre sí. Es cierto, en parte. Hoy,
no todos usan por ejemplo Microsoft
Windows.
(Cuando se habla de este tema mencionar la empresa de Bill Gates
es inevitable, no por una predisposición negativa hacia
Microsoft, sino que se presenta por sí solo como el
modelo
paradigmático de software hegemónico). Si bien no
todos los usuarios utilizan Ms W, si lo hace la enorme
mayoría, por lo tanto, aquellos programadores que deseen
que su aplicación funcione en este sistema
operativo tienen que desarrollarla en función de
éste. No es necesario poseer las tierras cuando se posee
la única fuente de agua de
riego. Que haya desarrollo de otras aplicaciones no afecta a MS
W. Sigue siendo el emperador. No le molesta que se desarrolle
una aplicación (herramienta) de diseño vectorial, llamado flash. Es
más, le beneficia, todo aquel que desee usar flash, debe
usar MS W. Vemos de este modo como el desarrollo de nuevas
herramientas encuentran un fuerte condicionamiento, que como
más tarde veremos es tanto comercial como
tecnológico. Esta ramificación del poder tiene
lugar en toda disposición imperial del mismo, no lo
contradice para nada. El imperio romano tenía sus
pretores, preceptos, pero todos respondían al Cesar. Sus
acciones
estaban condicionadas por éste. Hasta el déspota
más terrible debe tener sus visires. Sin embargo los
golpes no deben ir contra el tirano, sino contra la
tiranía. De nada sirve eliminar al rey si Hamblet esta
dispuesto a reclamar legítimamente el trono. Nuevamente,
Microsoft no es el problema, sino el software privativo.
CONFRONTACION DE
SOLUCIONES
Entonces si esta solución imperial
funciona, ¿porque cambiarla?. Aboquémonos, en una
primera aproximación al aspecto técnico del
funcionamiento del SP. Este modelo presenta un problema enorme.
Para poder relacionar las herramientas, necesitan un idioma.
Analicémoslo entonces. El software privativo tiene un
primera característica fundamental, no se puede ver su
código fuente. Es decir las instrucciones que sigue,
como funciona. En comparación con el lenguaje seria algo
así como sus reglas gramaticales. No se puede hablar un
idioma si no se conoce como funciona ese lenguaje, que puedo
hacer, que no, sus reglas básicas, etc. Lo que hacen las
empresas de software para diseñar una aplicación,
es solicitar solo una parte del código fuente de un
sistema
operativo privativo. Entonces la comunicación se
restringe solo a aquellas áreas sobre las cuales la
aplicación funciona. Sin embargo, esta
comunicación puede implicar ciertos problemas.
Por ejemplo, un lenguaje del cual no poseo las reglas
gramaticales me impide crear neologismos u alterar las
oraciones de acuerdo a mis necesidades. Por ejemplo pasarla a
voz pasiva. De "La mesa fue corrida por Juan" a "Juan
corrió la mesa" debo saber que el verbo cambia de
tiempo, esto presupone saber que es un verbo y como funciona,
lo mismo con el sujeto de la oración, etc. De modo
similar ocurre con el software privativo. Si deseo que la
aplicación se adapte a necesidades particulares
mías no puedo hacerlo. A su vez, sucede que la
comunicación restringida implica fallas en el uso
tradicional (y limitado) que se hace de la
aplicación.
De este modo, la creación de aplicaciones de software se
encuentra completamente ahogada, al igual que el desarrollo de
las herramientas humanas y de la empresa humana. Las
limitaciones no responden sólo a un estado de desarrollo
de las tecnologías, sino a ciertos prejuicios
comerciales.
Tomemos un caso testigo, las aplicaciones de mensajería
instantánea que están en boga. Además
presentan la curiosa característica de fusionar los dos
tipos de confusión babilónica. Es una herramienta
para comunicarse entre humanos, lo cual presenta una
confusión en tres niveles distintos (desde ya,
simplificando todo el proceso): humano 1-herramienta 1;
herramienta 1-herramienta 2; herramienta 2-humano2 y viceversa.
La comunicación entre los dos humanos sólo es
posible si ambos comparten el mismo lenguaje, en este marco la
interferencia se produce por la confusión
babilónica con respecto a los hombres. Por el momento
centrémonos en la confusión con respecto a las
herramientas. Si deseo comunicarme con alguien que posea msn
debo tener msn, lo mismo para icq o mirc.
Entonces, el problema no consiste en que haya muchos canales,
todo lo contrario, exigir que solo exista un canal seria un
solución imperial. La idea es que existan una pluralidad
de canales, pero es justo y técnicamente más
ventajoso para la comunicación global que pueda usar una
aplicación a mi elección para utilizar esos
canales. Del mismo modo en que no elijo una marca de
radio para
escuchar las ondas AM o
una marca de teléfono para usar la línea
telefónica. En lo que a las restricciones se refiere,
cuando la tecnología permite mejores condiciones de
vida, el mercado
debería mantenerse al margen. Su mano podrá ser
invisible, pero aprieta con fuerza.
En estos aspectos el software propietario, es similar al
latín. La distribución vigente del poder,
cristalizada en una forma concreta de legislación,
permite al software poseer dos características propias
del latín en la Edad Media y en la Antigüedad, su
imposición imperial y su restricción del acceso
al conocimiento. En virtud de la trascendencia de el software
como herramienta, este conocimiento tiene mucho peso, lo cual
puede inclinar la balanza del poder. De este modo, tiene lugar
un fenómeno de retroalimentación. Esta
legislación desarrollada por el poder instituido en
formas de licencias privativas la permite . El poder del
imperio romano impone el latín y sus leyes,
dominando a las generaciones jóvenes de los pueblos
conquistados, y dominando el futuro de ese pueblo,
retroalimentando el poder del Imperio. El poderío naval
de la Inglaterra colonial del siglo XIX permite diseminar e
imponer el inglés por el mundo al mismo tiempo que sus
leyes. El poderío de Estados Unidos (comercial y
militar) renueva el "contrato" del
idioma e impone sus leyes. Estas leyes retroalimentan el poder
de este Estado. Los pactos comerciales con los organismos
internacionales de crédito incluyen entre sus
cláusulas un respaldo a cierto tipo de
legislación en lo que a licencias de propiedad
intelectual se refiere, retroalimentando el poder de
ciertas empresas multinacionales que existen por fuera de los
Estados pero operan a través de ellos.
En este marco intentemos comprender el éxito
de Ms Windows como una imposición imperial. La enorme
mayoría de los usuarios utiliza el sistema operativo de
Microsoft. ¿Es por las virtudes técnicas de
Windows? La discusión es muy interesante, pero no es el
objetivo. Nos limitamos a mencionar las sucesivas fallas, el
recurso del Ctrl+Alt+Del y los innumerables "reset". El dominio
imperial se encuentra desarrollado hasta tal punto, que la
mayoría de los usuarios no sabe lo que es un sistema
operativo en sí mismo hasta que se le menciona como
ejemplo a Windows, así como no conoce lo que es la cinta
durex, pero la reconoce cuando se le dice cinta Scotch y del
mismo modo ocurre con el poliestireno expandido o, luego de su
bautismo, Telgopor. ¿De donde proviene tal éxito?
Quizás en sus comienzos pueda ser atribuido a sus
cualidades técnicas en su momento originales, pero eso
no explica su situación actual. Quizás buscar la
causa en las adquisiciones hostiles y practicas
monopólicas e invasivas de algunas empresas sea una
línea posible. O quizás las políticas internacionales de ciertos
Estados, cuyas balanzas comerciales dependen en gran parte de
las empresas privadas y sus intereses por lo cual ponen al
servicio de estos los medios
públicos, pero esto excede los propósitos de este
texto. Destacamos la imposición imperial como un factor
a considerar.
En lo que respecta a su segunda característica, el
acceso al conocimiento, el software privativo tiene por
atributo esencial la encriptación de su código
fuente (amparado por un sistema legal de licencias, que a su
vez impide la copia sin autorización). Esto constituye
un primer nivel inmediato de restricción, ya que solo
aquel que posea dinero pueda
acceder a esas herramientas. Esto a su vez acelera el
crecimiento económico mediante el continuo pago de
liencencias, aumentando su poderío. Pero las cifras
monetarias requeridas indignan no por su volumen, sino
por su injusticia.
La segunda implicación de la encriptación del
código fuente es la encriptación real y efectiva
del conocimiento, y por ende restricción del mismo. Los
procesos que
transcurren dentro del ordenador deben ser objeto de
conocimiento del usuario. No solo en virtud de superioridad
técnica, sino por el derecho del usuario a saberlo. La
encriptación de este código deja el
conocimiento de esa herramienta (conocimiento fundamental
como se destacó previamente) concentrado en pocas manos,
dispuestas a venderlo al mejor postor. Siempre es preferible
que el poder este diluido más que concentrado, ya que de
este modo responde a intereses más universales en tanto
que es necesario el consenso para utilizarlo. De lo contrario
está al servicio de intereses espurios y
egoístas.
Entonces, el idioma del software privativo, se presenta como el
latín imperial, por esta doble característica.
Imposición y restricción del conocimiento. En
contraposición con eso, el acceso al software libre es
irrestricto y con ello tiene mucho que ver el desarrollo de las
telecomunicaciones. Sin embargo, es gratis por ser libre y no
al revés. El SL no significa gratis (confusión de
las acepciones de la palabra free en ingles "confusión"
que desaparece al pensarla en otros idiomas. Claro ejemplo de
cómo la convivencia de idiomas puede purificar al
pensamiento de las limitaciones lingüísticas, una
gran ventaja contra cualquier idioma imperial, sea el que
sea).
Con respecto a la restricción del conocimiento, el SL
permite al comunicación entre las herramientas de una
manera que el SP nunca podría garantizar. Porque para
hacerlo debería poseer acceso irrestricto al
código fuente, debilitando los cimientos del software
propietario. Es necesario aclarar que no por esto
pasaría a ser software libre, pero este tema es
demasiado complejo para asignarle el espacio que merece en este
escrito. Recomendamos la distinción existente sobre el
tema desarrollada por la Free Software Foundation en http://www.fsf.org. El SL permite el acceso
irrestricto a las reglas gramaticales de cada idioma, a su
código fuente, con lo cual en el caso de que una
herramienta no sepa ya el idioma de otra puede aprenderlo. Una
vez que ambas herramientas pueden comunicarse, la
comunicación entre sus usuarios puede darse a
través de estas. Puede plantearse un idioma universal,
una especie de Esperanto o
interlingua, pero eso seria acercarse al idioma imperial (con
la sustancial diferencia de que estos dos idiomas surgen de la
sociedad, mientras que el idioma imperial se le impone a ella).
Pero es innecesario. Mediante las herramientas se pueden
desarrollar traductores instantáneos, por lo cual la
comunicación es factible aún respetando la
especificidad cultural del otro, a la vez que enriquece la
calidad de la
comunicación. Por ejemplo, el caso de al ambigüedad
del término free en inglés que se soluciona al
pensarlo en otro idioma. Este es un avance técnico para
nada menor en la victoria humana sobre la "confusión"
babilónica. ¿El SP puede hacerlo? Si, pero solo
para aquellos que vivan dentro del imperio. Solo para aquellos
que compartan el uso de SP, una comunicación limitada y
que ocurre en gracias a factores que se desconocen, y de acceso
limitado a aquellos con dinero, (nuevamente, libre no es gratis
pero el dinero es
una traba para nada despreciable en los tiempos que corren).
Técnicamente ambas soluciones
son viables. Alguna puede se considerada mejor que otra en el
marco de la discusión técnica. Sin embargo es
necesario hacer una aclaración. En el momento de la
elección entre dos soluciones, no siempre los criterios
técnicos son los únicos a considerar. La pax
romana es técnicamente viable, pero ¿es
deseable?.
CONCLUSIÓN
Hoy, el acceso a Internet es
prácticamente irrestricto. Los limites corresponden al
hardware y aún así, son pocos. Pero estas
limitaciones existen. ¿Cuantos habitantes del mundo
nunca han hecho o recibido una llamada telefónica en la
era de las telecomunicaciones? Miles de millones. El progreso
que estas herramientas permitan debe ser verdaderamente
universal. Esto no implica imponer formas de vida o de pensar,
sino darles la opción que las tengan si así lo
desean. El deseo solo puede venir de alguien que pudo vivir
gracias a la alimentación y la
salud, y
además pudo generar un pensamiento propio e
independiente, fruto de la
educación. Estos no son los objetivos de
este escrito, pero creíamos necesario hacer la
aclaración porque a veces tiende a olvidarse y obviar
ciertos elementos sin los cuales el software libre no tiene
sentido. Esto no quiere decir que la discusión sobre SL
debe venir solo después de que estas garantías
estén cumplidas, todo lo contrario, es un instrumento
para cumplirlas.
Solo entonces tendremos una verdadera y efectiva
solución a la "confusión" originaria. Sin embargo
solo hablamos de los aspectos técnicos del SL. Existe
otra faceta del mismo. El SP permite la comunicación
técnicamente hablando. Sin embargo, la
comunicación es solo un medio para un fin. El mismo
Aristóteles lo decía. La comunicación
estaba al servicio del las relaciones humana en la polis, al
servicio de la búsqueda de la felicidad. Solo nos
queremos comunicar cuando hay antes y por encima un deseo de
socializar, de entablar relaciones con otros, reflejarnos en
los otros y hermanarnos con ellos. Para este fin, el SP no es
la herramienta adecuada. El uso de SP construye un mundo
distinto a este en base al individualismo, atenta contra la
solidaridad.
Por ejemplo, no permite que se presten las herramientas. Sin
herramientas comunes ninguna torre es posible. Ni siquiera un
castillo de arena. No solo por el error de las herramientas,
sino porque ni siquiera desearíamos unirnos, socializar.
Esa es la verdadera unión, la verdadera solución
a la "confusión". Porque el problema no es si podemos o
no comunicarnos, es si queremos. Hoy en día es posible
vivir prácticamente aislado, podemos comprar por
Internet, ni siquiera ir al mercado, un ámbito de
socialización desde las épocas
medievales. El desarrollo actual de este tipo de herramientas
implica el desarrollo de cierto tipo de sociedad, más
egoísta y eremita que individualista o liberal.
Más allá de respetar los deseos y voluntades
individuales se agota en ellos. Cada día mas nos
escondemos en ámbitos privados, encerrados en nosotros
mismos. Sin embargo al calor de la
construcción de una sociedad de forjan nuevas ideas. Las
herramientas que se utilicen para ellos son fundamentales. Si
su uso es restringido por licencias que prohíben prestar
o compartir, ¿que tipo de sociedad se puede esperar? Al
contrario, si se incita a compartir y a mejorar
comunitariamente, otro tipo de vida es posible. Estos fines no
los discutimos. Es muy difícil hacerlo. La
técnica no puede aportar nada a esto. No es una
decisión técnica. La paz puede ser lograda de
muchos modos. Uno es la pax romana, luego de aniquilar a todos
los enemigos, quizás la paz se logre. Pero ¿es
deseable esta pax? Para aquellos que digan que si, este
articulo no tiene sentido. Para aquellos que digan que no, un
mundo de posibilidades esta a su disposición.
En relación con esto, es necesario plantear otra
cuestión. Cuando se habla de SP no se habla de Microsoft
y mucho menos de Bill Gates. Eso sería confundir la
tiranía con el tirano. Como vimos esta diferencia se
planteaba en los idiomas mismos. El inglés no tienen
anda de malo, si lo tiene las practicas imperiales. En el caso
del idioma del software, el SP no es malo, solo que no
funciona, tiene problemas como seria aprender un idioma
defectuoso para comunicar dos personas que voluntariamente lo
aprenden. La practica imperial puede considerarse mala, y
combatir al software privativo desde esta parte también,
pero es una decisión que se toma sobre la base de
valores y no
cuestiones técnicas certeras. Sin embargo esa ausencia
de criterios absolutos no debe ser una traba. No se puede estar
seguro sobre
lo absoluto de estas creencias, pero nuestras creencias indican
que la pax romana no es preferible. Sobre todo cuando la otra
alternativa es bastante real.
Pocas cosas nos pueden frenar. Babel era el símbolo de
la soberbia humana, contrapuesta siempre con Jerusalén,
la ciudad de la pura sumisión a la deidad. En tanto
símbolos nos indican posturas distintas.
Hoy la altura de la Torre es incierta. Mientras sus bases sean
sólidas siempre se puede construir más hacia
arriba. Somos libres de construirla a nuestra voluntad. Sin
embargo, la libertad
radica en conocer nuestras limitaciones, nadie es menos libre
por estar sujeto a la ley de
gravitación. Pero nuestros limites cambian,
también nuestras necesidades. La noche se nos impone
pero para eso inventamos las luces. Hoy somos mas libres. Desde
el momento en que armamos el mundo a nuestra imagen y
semejanza, debemos ver que mundo construimos.
Por
Felipe González