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Wolverine




Enviado por maarat



    1. El porqué de la
      elección
    2. "Yo soy el mejor en lo que hago,
      aunque eso no sea agradable"
    3. Ni madre ni
      padre
    4. Los tiranos de
      Freud
    5. El
      líder
    6. El ser y las identidades de
      Wolverine
    7. Bibliografía
      consultada

    El porqué de
    la elección

    Cuando se dispuso como parte fundamental de la consigna
    la elección de un "superhéroe", mi mente
    viajó hacia mi infancia y
    pubertad y
    hacia los personajes de las historietas que solía consumir
    con más frecuencia -los cuales luego abandoné por
    otros, pero que siguen perteneciendo al género-.
    Recuerdo con claridad que de todo el compendio de encapuchados
    que llegaba en las revistas sólo dos captaban mi atención: Batman y Wolverine, el
    "antihéroe" al cual aludiré en este trabajo.

    Wolverine formaba parte de un grupo de
    héroes al servicio de la
    humanidad conocido como "X-Men". Estos eran mutantes que por
    alguna razón habían escogido usar sus poderes para
    el bien a pesar de que los humanos "normales" los considerasen
    aberraciones y los discriminen por su "condición
    especial".

    Los mutantes podían elegir entre el bien -formar
    parte de la escuela del
    Profesor
    Xavier y ayudar a los "normales" para lograr un mundo en el que
    convivan humanos y mutantes-, o el mal -formar parte de las filas
    del ejército de Magneto, un hijo de prisioneros judíos
    asesinados por los nazis en la Segunda Guerra
    Mundial, el cual quiere pagar con la misma moneda a los
    humanos "inferiores"-. Lo curioso de estos héroes es que
    más de una vez fluctúan entre un bando y otro, no
    pudiendo discernir si realmente Xavier predica el bien o es
    sólo un idealista romántico -por lo que en realidad
    Magneto tendría la razón y su prédica
    sí sería el bien para los mutantes, más
    allá de lo que suceda con los demás
    hombres-.

    Wolverine es uno de estos casos. En un principio aparece
    como un agente del gobierno
    canadiense el cual tiene como misión
    detener a Hulk en una lucha -por lo tanto su primera
    aparición en historieta es como "villano"-. Luego se une a
    los "X-Men" y, finalmente, en una excelente historieta titulada
    "Arma X" -la cual es un tomo íntegro de buceo en la mente
    del personaje mientras está dentro de un gran tubo de
    ensayo– se
    descubre parte de su pasado y el porqué de sus poderes,
    como así también el misterio que envuelve a sus
    garras y a sus huesos, cubiertos
    del metal indestructible conocido como
    adamantium.

    1. Wolverine es una persona que
      se enoja facilmente, orgulloso y pedante, un adicto a los
      cigarrillos y la cerveza.
      Tiene un complejo con su estatura -odia que le digan
      "enano"-. Muchos lectores creen que el poder
      mutante que posee son sus garras pero en realidad él
      tiene un extraordinario poder de autocuración y
      los sentidos
      muy desarrollados, como un lobo -de ahí su nombre-.
      Aprovechando su poder el ejército puso el
      adamantium en sus huesos y de allí surgieron
      sus afiladas garras. Este metal también le otorga una
      resistencia extra contra sus enemigos.
      Además es muy agresivo, en gran parte por su
      desconfianza en las instituciones que tantas veces lo han
      traicionado.

      Al ser un mutante él se siente un paria de la
      sociedad,
      su "don" le desgarra por dentro, y no es sólo porque
      la comunidad lo
      rechace por su "monstruosidad" sino que él mismo se
      cuestiona, se siente escindido entre dos naturalezas, la
      humana y la animal. Es consciente de su mezcla entre
      humanidad y bestialidad, entre razón e instinto.
      Así intenta reprimir al lugar más oscuro de su
      inconsciente las pulsiones instintivas que lo emparientan con
      los animales.

      No sabe casi nada de su pasado, sus recuerdos
      comienzan el día que el ejército
      experimentó con él. Se cuestiona constantemente
      de dónde viene, quién es y hacia dónde
      va, preguntas que importan a todas las personas sobre
      la Tierra.
      Sobre su niñez poco se sabe, salvo que no
      conoció a su madre. En "Arma X" es raptado por alguien
      conocido como "El Profesor", quien junto con sus ayudantes
      experimenta en sus huesos con adamantium. Allí
      descubren que es un mutante con un extraordinario poder de
      autosanación y una resistencia suprahumana. Esta
      historieta es sólo la tortura física y
      psíquica de Wolverine en cuadritos. Tortura que tiene
      como fin transformarlo en un "supersoldado", de lo cual luego
      renegará.

      Wolverine es, de cierta forma, la historia de
      "Frankenstein" vuelta a contar de otra manera.

    2. "Yo soy el mejor en lo que
      hago, aunque eso no sea agradable"

      Si Lacan postula que lo que anuda a la gente a los
      padecimientos son representaciones, formas de las que quiere
      escapar pero termina reproduciendo, Wolverine es el claro
      ejemplo de esto. Él termina reproduciendo actitudes
      de sus enemigos más acérrimos, incluso realiza,
      bajo la tutela de
      Xavier, acciones
      que el gobierno canadiense le ordenó ejecutar y
      él se negó; sufre constantemente en la
      búsqueda de su pasado y de las explicaciones sobre su
      propio cuerpo -en una historia llamada "Atracciones Fatales"
      él monologa varias páginas sobre el
      porqué de sus garras y si estas están en su
      cuerpo desde que nació o desde el experimento del
      ejército-.

      Lacan dice que el significante se obtiene a
      través de la cultura,
      encarnada por agentes -los padres-. El niño nace como
      un cachorro y es objeto de deseo de otro, que lo aloja
      simbólicamente. Así ese niño se va a
      "enfermar" de lenguaje,
      el Otro "lo significa" -"violencia
      simbólica", según Lacan-, ese Otro encarna a la
      cultura. Esta es la forma del "esquema Z".

      ¿A Wolverine quién lo alojó
      simbólicamente? Toda la historia de este
      antihéroe es la búsqueda de cómo
      llegó a ser lo que es. Como agentes no funcionaron los
      padres, pues no re-cuerda haberlos tenido. El Profesor Xavier
      opera como padre de todos los "X-Men", Wolverine llega a su
      escuela en busca de contención y, aunque lo niegue,
      figuras paternas, alguien que lo "enferme" de cultura, que
      domestique el lobo salvaje que es y lo haga útil para
      la sociedad.

      Wolverine se mueve en su vida por impulsos y deseos.
      Toda su historia es un deseo tras otro: conocer a su familia,
      recordar el pasado, vencer a los malos, encontrar una
      mujer,
      etc. Lacan dice que el deseo humano salta de significante en
      significante, de representación en
      representación, y no se agota nunca, porque al llegar
      a una representación aparece otra que es mejor: no hay
      punto de llegada en el deseo humano -salvo la muerte,
      la cual Wolverine busca consciente y constantemente en cada
      episodio-.

      Este juego de
      buscar la muerte
      siempre lo lleva también a producir la muerte de los
      demás sin ningún resquemor. Cuando Wolverine
      encuentra un objetivo
      sólo muerte y sangre queda
      entre el blanco y él. Claro está que se trata
      siempre de criminales, pero la diferencia la marca en
      cuanto a su manera de deshacerse de ellos: si Batman los
      golpea y los deja hechos un prolijo paquete para la
      policía, Wolverine los destripa -literalmente-. Se
      ignora qué idea tiene él acerca del bien o el
      mal; al parecer carece de reflexiones internas sobre estos
      temas. Sólo mata.

    3. Ni madre ni
      padre

      En términos de Freud,
      Wolverine fue privado de todos sus goces: separado de su
      madre, imposibilitado de tener niños amigos en su infancia, obligado a
      trabajar para el gobierno, meti-do en un tubo de ensayo, y
      mucho más. Así perdió goces y a medida
      que se fue construyendo la represión se fue creando su
      esquema libidinal. Fue obligado a ocultarse entre la gente,
      se odia a sí mismo por ser mutante, reprime sus
      instintos animales y desconfía de todo el mundo
      -inclusive de sus compañeros en la Escuela de
      Xavier-.

      A medida que perdió los goces ganó
      símbolos, por ejemplo, el
      lenguaje; pero no ganó una posición en la
      sociedad: Wolverine fuera de la escuela no es
      nadie.

      Wolverine está sometido por los tres tiranos
      de Freud, quizás en forma más salvaje que el
      resto de los mortales: la REALIDAD le indica que existe un
      límite, que hay cosas que no se pueden hacer, no puede
      ser normal, por ejemplo, ni amar a una mujer sin lastimarla
      con sus garras, ni tener un hijo sin hacerlo víctima
      de extraños poderes hereditarios que lo van a condenar
      toda la vida como un paria, entre otras cosas; el
      SUPERYÓ le dice qué está bien y
      qué está mal, no puede andar cortando cabezas
      por la vida como si fuera normal -mucho de lo que se
      encuentra en su superyó fue gracias a las largas
      charlas de Xavier, quien hace reflexionar a menudo Wolverine
      como si fuera su padre y le ha enseñado cuestiones
      éticas y morales que él no había querido
      incorporar antes-; finalmente, el otro tirano freudiano es el
      ELLO, que tiene que ver con el deseo de otra cosa y, como se
      expresó más arriba, Wolverine se mueve por
      deseos, pulsiones que intenta ocultar porque revelan su
      animalidad. Pero siempre le queda una a la vista, la cual no
      puede esconder: la pulsión de muerte.

    4. Los tiranos de
      Freud

      Los "X-Men" son un grupo de mutantes, hombres y
      mujeres, con poderes suprahumanos. Pero no pueden ser
      héroes a la antigua, como Superman, pues la sociedad
      los rechaza. La di-ferencia, el "plus", no es un don, sino
      una mancha, por ella son perseguidos y deben ocultarse de los
      "normales" -por supuesto, la normalidad es una
      cuestión estadística: cuando los "anormales"
      sobrepasan en número a los "normales" los papeles se
      invierten-, hasta que, por fin, un líder, el profesor Xavier, les da un
      lugar, no en la sociedad en la que viven sino en una posible,
      donde puedan convivir, armónicamente, humanos y
      mutantes.

      Wolverine es uno de los pocos mutantes en la escuela
      que no se identifica, en términos de Freud, con su
      líder. Lo escucha y acepta sus consejos y planes
      muchas veces -no todas-, pero él es independiente, no
      es un "X-Men", entra y sale al grupo de forma
      sistemática. Quizás ese no es su lugar en el
      mundo, no se siente en situación de masa con sus
      compañeros ni se identifica con su líder.
      Sí deposita en sus compañeros confianza y
      expectativas, pero no espera nada de ellos, o al menos eso
      aparenta. Tampoco Xavier es su ' ideal del yo' , Wolverine no
      se identifica verticalmente con él, ni horizontalmente
      con sus compañeros.

    5. El
      líder
    6. El ser y las
      identidades de Wolverine

    Existir, dice Lévinas, es un peso y no una
    gracia. Es un encadenamiento de uno mismo con uno mismo, es para
    el yo el hecho de estar sin cesar estorbado por sí mismo,
    atascado en sí mismo. La existencia se impone con todo el
    peso de un contrato
    irrescindible. Wolverine no soporta su existencia, le es una
    carga pesada, constantemente se ataca a sí mismo a
    través del tabaco y el
    alcohol, y
    también de la búsqueda de la propia muerte. Sin
    embargo, ante los demás mantiene el orgullo bien alto y se
    siente "el mejor en lo que hace".

    Wolverine no comprende lo que Sartre llama
    "servidumbre original". Quien la impone no es el otro, sino el
    ser, pues el primer amo es el sí mismo que estorba sin
    remisión al yo, y el lazo inicial en el que la conciencia se
    descubre cautiva es el lazo de la identidad.
    Más profundo y más determinante quizás que
    el deseo de ser uno mismo, de encontrarse, de purificarse de las
    escorias extrañas, es el sueño de verse liberado de
    su sí mismo, de escapar de la fatalidad de retornar a uno
    mismo.

    Ya fue comentado que Wolverine representa los
    principales conflictos del
    hombre. En la
    historia "Arma X" esto llega al punto máximo. Así,
    a la ya mencionada vuelta de tuerca sobre el mito de
    "Frankenstein" -el científico, el "Profesor", como creador
    de vida en este caso de un hombre "mejor", un soldado con sus
    huesos forrados de adamantium, sigue la rebelión de
    la creación contra su creador. Tras ser purgado con fuego,
    Wolverine dice al Profesor: "¿Estoy muerto?¿Eso es
    lo que tú… me hiciste?¿Muerto que camina?"- se
    agrega una revisión de la problemática de la
    monstruosidad -"El Hombre
    Elefante" es otro ejemplo, la historieta en cues-tión
    posee guiños a la película de Lynch, como cuando el
    Profesor le dice a Wolverine "Tú eres un animal", a lo que
    el personaje responde: "¡Yo soy Logan! ¡Logan!
    ¡Soy un hombre!"-

    Él es Logan, efectivamente, tal el nombre que
    posee en su documento de identidad. Esa es su identidad primera.
    Pero también tiene otra identidad, obtenida gracias a sus
    poderes sobrehumanos, aunque a él no le guste es
    Wolverine.

    Bibliografía
    consultada:

    • Dor, Joël, "Introducción a la lectura
      de Lacan", Capítulos 17 y 18, Gedisa Edit., México, 1989
    • Freud, Sigmund, "Psicología de las
      Masas y análisis del Yo", Ed. Paidós,
      Barcelona, 1993.
    • Increíble Hulk, Número 181, Marvel
      Cómics
    • Finkielkraut, Alain, "La Sabiduría del
      Amor",
      Gedisa Edit., México, 1989.
    • Lévinas, Emmanuel, "Ética e Infinito",
      Capítulos 4 y 8, Ed. Paidós, Barcelona,
      1993.
    • Wolverine, "Arma X", Marvel
      Cómics.
    • X –Men, "Atracciones Fatales", tomo 2, Marvel
      Cómics

    Por

    Mariano Aratta

    Carrera Ciencias de
    la
    Comunicación, UBA ~ Octubre 2004 ~

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