- Objetivos
- Introducción
- La importancia de la
autoestima - Autoestima
- Auto
conocimiento - Auto
concepto - Auto
evaluación - Auto
aceptación - Auto
respeto - Autoestima
- ¿Cómo se
forma la autoestima? - Auto eficacia y auto
dignidad - Barreras de la
autoestima - Autoestima, "Necesidad
fundamental del ser humano" - El poder de la autoestima en el
lugar de trabajo - Confiar en usted
mismo - La capacidad de tomar
decisiones - Pautas para tomar
decisiones - Acercarse a los demás
con espíritu benevolente - La convicción de que
somos dignos de éxito - Desafiar, estimular y
exigir - El impacto de la
autoestima - Conclusión
- Bibliografía
Objetivos:
1. Crear un ambiente
positivo, de confianza y respeto entre
todos los participantes.
2. Descubrir la importancia de la auto-aceptación y la
autoestima en
el desarrollo
personal.
3. Aprender técnicas
de auto ayuda para propiciar la introspección, inculcar la
auto-aceptación y aumentar la autoestima.
4. Experimentar en un espacio seguro, una
comunicación más abierta y analizar
las propias creencias.
5. Brindar herramientas
para disfrutar más de la vida y de ser uno
mismo.
Requerimientos:
1. Una actitud
abierta a nuevas posibilidades.
2. Mostrar respeto por todos los participantes.
3. Ganas de disfrutar más de la vida.
4. Edad suficiente para hacerse responsable de sí
mismo.
"Aquel que se ama a sí mismo no tiene rival
alguno"
Benjamín Franklin.
El padre de la psicología
norteamericana es William James, y en su libro Principios de
Psicología, cuya primera edición
se publicó en 1890, hallamos el primer intento de definir
la autoestima. Lo primero que James nos dice sobre sí
mismos es que basa su autoestima en cómo se compara con
los demás en cualquier tema que elige. Si nadie más
puede estar a la par de su pericia, su autoestima queda
satisfecha. Si alguien lo supera, se destruye. Esta no es la
fórmula para una autoestima positiva sino una receta para
la ansiedad.
La autoestima cobró fuerza en la
década de los ochenta. No sólo empezaron a
publicarse cada vez más libros que
hacían referencia a la palabra y se extendían sobre
el tema en grado diverso, sino que comenzaron a aparecer estudios
más científicos. Sin embargo, aún hoy no hay
consenso en cuanto a lo que significa el
término.
El propósito de este curso no es tratar
exhaustivamente el gran tema de lo que podemos hacer para curar o
reconstruir una autoestima dañada, sino fundamentalmente
explorar qué es la autoestima.
Este es el punto de partida necesario. Si bien
actualmente se habla mucho del tema, no hay comprensión
compartida del significado de la autoestima o de las razones por
las cuales es tan importante para nuestro bienestar.
Una de las propuestas es observar el poderoso rol que
juega la autoestima para todos nosotros en las elecciones y
decisiones claves que dan forma a nuestras vidas.
Se describe la buena autoestima y se indica las operaciones
mentales de las que ésta depende.
Se hacen observaciones acerca de las fuentes de la
autoestima positiva, en la medida en que depende de nuestras
propias elecciones y comportamiento.
Así mismo, se trata de la aplicación de
los principios de la autoestima al lugar de trabajo.
Esperamos que deseen ir más allá y
aprender más acerca de la autoestima ya que de todos los
juicios que emitimos en la vida, ninguno es más importante
que el juicio que emitimos sobre nosotros mismos.
LA PROPIA IMAGEN ES EL
DESTINO.
Lic. Martha Noemí Caraveo
Pacheco.
"No hay peligro en mirar en el interior" Louise L.
Hay
LA IMPORTANCIA
DE LA AUTOESTIMA
El modo como nos sentimos con respecto a nosotros mismos
afecta en forma decisiva virtualmente todos los aspectos de
nuestra experiencia, desde la manera en que funcionamos en
el trabajo,
el amor, el
sexo, hasta
nuestro proceder como padres y las posibilidades que tenemos de
progresar en la vida. Nuestras respuestas ante diversos
acontecimientos que dependen de quiénes y qué
pensamos que somos. Los dramas de nuestra vida son los reflejos
de nuestra visión íntima de nosotros mismos. Por lo
tanto, la autoestima es la clave del éxito o
del fracaso. También es la clave para comprendernos y
comprender a los demás. La autoestima es una necesidad
psicológica básica. La autoestima es estar
dispuestos a ser conscientes de que somos capaces de ser
competentes para enfrentarnos a los desafíos
básicos de la vida y de que somos merecedores de la
felicidad. Esto está compuesto por dos ideas
básicas: a)Autoeficacia, es decir confianza en nuestra
capacidad de pensar, aprender, elegir y tomar las decisiones
adecuadas, y b) auto respeto, es decir, confianza en nuestro
derecho a ser felices. Los desafíos básicos de la
vida incluyen aspectos tan fundamentales como ser capaz de
ganarse la vida y cuidar de uno mismo; ser competente en las
relaciones
humanas, es decir, capaz de mantener relaciones
mayoritariamente satisfactorias para ambas partes; y tener
resistencia que
nos permite recuperarnos de la adversidad y perseverar en
nuestras aspiraciones.
Refleja "el juicio implícito que cada uno hace
acerca de su habilidad para enfrentar los desafíos de su
vida (para comprender y superar sus problemas) y
acerca de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus
intereses y necesidades).
Tener una alta autoestima es sentirse confiadamente apto
para la vida, es decir, capaz y valioso. Tener una autoestima
baja es sentirse inepto para la vida; desacertado, no con
respecto a esto o aquello, sino desacertado como persona. Tener
autoestima término medio es fluctuar entre sentirse apto e
inepto, acertado y desacertado como persona, y manifestar estas
incoherencias en la conducta
–actuar a veces con sensatez, a veces tontamente-,
reforzando, con ello, la inseguridad.
Desarrollar la autoestima es desarrollar la
convicción de que uno es competente para vivir y digno de
ser feliz, y por lo tanto equivale a enfrentar la vida con mayor
confianza, benevolencia y optimismo, lo que nos ayuda a alcanzar
nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la
autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser
felices.
Cuando apreciamos la verdadera naturaleza de
la autoestima, vemos que no es competitiva ni
comparativa.
La genuina autoestima no se expresa por la auto
glorificación a expensas de los otros, o por el
afán de ser superior a los otros o de rebajarlos para
elevarse uno mismo. La arrogancia, la jactancia y la
sobrestimación de nuestras capacidades refleja más
bien una autoestima equivocada y no, como imaginan algunos, un
exceso de autoestima.
Una de las características más
significativas de la autoestima saludable es que es el estado de
una persona que no está en guerra ni
consigo mismo ni con los demás.
La importancia de una autoestima saludable reside en que
es la base de nuestra capacidad para responder de manera activa y
positiva a las oportunidades que se nos presentan en el trabajo,
en el amor y en la
diversión. Es también la base de esa serenidad de
espíritu que hace posible disfrutar de la vida. La
autoestima nos fortalece, nos da energía y nos motiva. Nos
anima a tener éxito y nos permite disfrutar y estar
orgullosos de nuestros logros. La autoestima es una experiencia
íntima: reside en el centro de nuestro ser. Es lo que
pienso y lo que siento sobre sí mismo, no lo que piensa o
siente alguna otra persona acerca de mí. Mi familia, mi
pareja y mis amigos pueden amarme, y aún así puede
que yo no me ame.
"La autoestima es lo que te impulsa a lograr tus
más altos objetivos y lo
que te sostiene en los momentos difíciles. Si aumentas el
amor por ti mismo, tu vida cambiará por completo"
Francisco J. Angel
A la capacidad de tener confianza y respeto por
uno mismo se le llama autoestima. (Susan Pick, Planeando tu vida,
p. 277).
Es propiciada desde el nacimiento, o tal vez antes, ya
que el hecho de que el niño o la niña se sientan
deseados por sus padres les va a dar la posibilidad de sentirse
esperados y queridos. De lo contrario, crecerá con un
sentimiento de rechazo y baja estima. Es en el núcleo
familiar en donde el niño adquiere las bases que necesita
para una autoestima adecuada, que le permita sentirse apto para
la vida, o con una autoestima inadecuada que lo haga percibirse
como un ser inepto para enfrentarse al futuro.
Tanto la actitud de la madre como sus
características personales son de suma importancia en el
desarrollo de
la confianza y el sentimiento de valía en los hijos; por
lo tanto, es ella quien con su constancia, responsabilidad, interés,
presencia y como satisfactora de necesidades, genera en los hijos
el sentimiento interno de seguridad, de
confianza en sí mismos y de sentirse dignos de la
confianza de los demás.
Los padres tendrán que ser "espejos" que reflejen
al hijo sus cualidades y logros, ayudándole así a
crear un sentido de auto confianza dentro de su familia y dentro
de la sociedad. Esta
confianza en sí mismo y en los que le rodean, le
ofrecerá una base firme para desarrollar su identidad con
la certeza de ser aceptado, valioso y capaz.
Asimismo, los padres deben creer en los hijos (as) y
producir en ellos la convicción de que lo que hacen tiene
un significado; esto se logra a través de la
empatía. O sea, percibir la necesidad del otro y responder
adecuadamente de tal manera que el niño se sienta
realmente comprendido.
Durante el crecimiento del niño (a), y
posteriormente en la adolescencia,
será el medio ambiente
familiar el que ayudará a reafirmar su autoestima. Si
ésta no se desarrolló de manera favorable dentro
del núcleo familiar, probablemente el individuo
tendrá sentimientos de soledad y rechazo, lo que se
traducirá en minusvalía, lo cual le impedirá
sentirse apto (a) para alcanzar sus metas.
En algunas ocasiones los padres frustran la posibilidad
de una fuerte autoestima con base en la creencia de que sus hijos
(as) serán adultos presumidos. Esto es un error, lejos de
la presunción, estos niños
(as) serán seres humanos seguros de
sí mismos (as) y fuertes ante la adversidad. En otras
ocasiones, la misma sociedad no permite que las personas muestren
sus cualidades. Existen prejuicios tales como: "No debes mostrar
tus cualidades, eso es presunción". "Una cualidad
importante es la modestia". "Debes ser humilde". Éstas son
frases que escuchamos comúnmente y corresponden a las
necesidades sociales. Los individuos con una baja autoestima
están más sometidos a patrones vigentes, mientras
que una adecuada autoestima se asocia con un reconocimiento de
cualidades y defectos y una mayor conciencia de los
alcances y limitaciones para luchar y obtener condiciones de
vida.
La autoestima deberá ser sentida como la esencia
interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos
externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento
interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a
través del amor, el respeto y la fe con la que nos
nutrieron desde niños.
Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres,
creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con
capacidad de dar y recibir.
La palabra autoestima nos habla de cuánto nos
valoramos y queremos a nosotros mismos. No todas las personas nos
sentimos satisfechas con nuestra apariencia física, con nuestro
carácter, con la forma en que nos
comportamos, con lo que hemos logrado en la escuela, con
nuestros amigos o dentro de la familia.
Estos factores determinan cómo nos sentimos con nosotros
mismos, qué tan contentos estamos con ser como somos,
qué tanto nos aceptamos y que tanto nos
queremos.
¿Qué es la
autoestima?
La autoestima está directamente relacionada con
la auto imagen o el auto concepto, y que
son los conocimientos y sentimientos que el individuo tiene sobre
sí mismo. Tanto el desarrollo de la realidad individual
como la capacidad de autoestima, están consideradas como
un proceso. Ambos
factores han de avanzar simultáneamente. La autoestima y
el desarrollo personal se
complementan entre sí; es imposible avanzar en el camino
de la evolución
humana sin una estima correcta y sin un crecimiento adecuado.
La autoestima implica necesariamente que sintamos que somos
valiosos, pero también que somos eficientes.
"La autoestima es una parte fundamental para que
el hombre
alcance la plenitud y la autorrealización en la salud física y
mental, productividad y
creatividad,
es decir, es la plena expresión de sí mismo". Es
apreciar el valor e
importancia propios, y tener el carácter para ser
responsable de sí y de actuar responsablemente hacia los
demás.
"El hombre tiene
capacidad para elegir la actitud personal ante cualquier reto o
un conjunto de circunstancias y así decidir su propio
camino. Lo que el hombre llega a ser lo tiene que ser por
sí mismo" (Nathaniel Branden).
A la autoestima se le ha llamado la clave del
éxito personal, porque "ese sí mismo" a veces
está oculto y sumergido en la inconsciencia o en la
ignorancia.
Autoestima es la "suma de la confianza y respeto por uno
mismo". En ella hay un sentimiento:
. Me siento capaz de lograr cosas, de superar problemas,
de salir adelante. Confío en mis capacidades para
enfrentar la vida a pesar de mis límites.
. Me siento valioso y con derecho a ser feliz, y por lo
tanto estoy pendiente de mis emociones, deseos
y necesidades.
La autoestima influye en cada situación y acto de
nuestra vida: en el trabajo, el estudio. La relación de
pareja, la diversión y, por supuesto, la sexualidad.
La autoestima es el puente entre quién es y
qué hace, entre el éxito interno y el externo. La
autoestima significa creer en ti. Se ha definido la autoestima
como apreciar sus puntos fuertes y destrezas, tener un
sentimiento de poder y
responsabilidad por sus propias acciones; un
sentido de afecto mutuo entre usted y los demás y un
sentido de dedicación a la sociedad ( Lynn
Silton).
La autoestima es el antídoto más eficaz contra la
depresión, la ansiedad o el estrés. Le
permite actuar. La acción
sigue al pensamiento.
Pensar en lo que no puede hacer a menudo hace que fracase.
Quedarse en los ensayos del
pasado es un ensayo para
repetir la actuación. Por otro lado, la acción
positiva puede hacer realidad sus sueños. La
energía y dirección centradas conducen a la mejor
autoestima y éxito. La autoestima es una experiencia
íntima; habita en mi alma. Es lo
que yo pienso y siento respecto a mí mismo, no lo que otra
persona piensa o siente respecto a mi.
La principal tarea del hombre en la vida es darse
nacimiento a sí mismo, llegar a ser lo que potencialmente
es. El producto
más importante de este esfuerzo es su propia personalidad
(Erich Fromm, el Arte de
Amar).
Por tanto la autoestima la podemos definir como el
conjunto de creencias (limitantes o desarrolladoras) y valores
(virtuosos o viciosos) que el sujeto tiene acerca de quién
es, de sus capacidades, habilidades, recursos y
potencialidades, pasadas, presentes y futuras, que le han
conducido hasta donde está y que le llevarán hasta
donde crea que puede llegar.
La autoestima adecuada no es algo con lo que nacemos ni
es posible comprarla en un puesto de revistas ni en una tienda de
videos; no se adquiere por ir a una conferencia ni
por asistir a un taller; es, sencillamente, el resultado del
esfuerzo personal y cotidiano por alcanzarla, y una vez alcanzada
por mantenerla, pues tampoco es un estado que se
adquiera de una vez y para siempre: sube, baja, se cuestiona,
peligra, se recobra.
Cuando la autoestima es alta, nos sentimos llenos de
energía y entusiasmo, nos sentimos capaces de todo, nos
sentimos seguros de nuestro propio valer y nuestra importancia.
La alta autoestima busca el desafío y el estímulo
de los objetivos difíciles y que merecen la pena. Alcanzar
dichos objetivos nutre la buena autoestima.
Una persona con autoestima alta piensa que su vida hace
una diferencia importante en el mundo y en las personas que le
rodean. Tiene confianza en sus capacidades. Se caracteriza por su
honestidad, su
amor hacia sí misma y hacia los demás y porque
expresa su libertad.
Demuestra integridad entre sus valores y sus acciones, entre lo
que siente y lo que dice, entre su comunicación verbal y
no-verbal. Está bien consciente de que su mejor recurso es
su propia persona. Sabe que puede contar con ella misma para todo
lo que sea necesario. Tiene confianza en su presente y esperanza
en el futuro. Se acepta tal como es y, al mismo tiempo, desea
mejorar. Disfruta cuando logra mejorar, pero entiende que no
siempre es posible.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima, mejor
preparados estaremos para enfrentar las adversidades; cuanto
más flexibles seamos, más resistiremos las
presiones que nos hacen sucumbir a la desesperación o a la
derrota. Cuanto más alta sea nuestra autoestima, nuestras
comunicaciones
tendrán la posibilidad de ser más abiertas,
sinceras y adecuadas, porque creeremos que nuestros pensamientos
son valiosos y por lo tanto aceptaremos la claridad en lugar de
temerla.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima,
más ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en
nuestra carrera o profesión o en un sentido
económico, sino en términos de lo que esperamos
experimentar en la vida en el plano emocional, creativo,
espiritual.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima,
más posibilidades tendremos de entablar relaciones
enriquecedoras y no destructivas, ya que lo semejante se atrae,
la salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de
ánimo son más apetecibles que el vacío
afectivo y la tendencia a explotar a los demás. Cuanto
más alta sea nuestra autoestima, tendremos más
disposición a establecer relaciones positivas en lugar de
tóxicas. Esto se debe a que los que se parecen se atraen,
y la salud se siente atraída por la salud. La vitalidad y
la extroversión de los demás son, naturalmente,
más atractivas para las personas con buena autoestima que
la vacuidad y la dependencia. Los hombres y mujeres que
confían en ellos mismos se sienten atraídos unos
por otros de una forma natural. A la inversa, las mujeres y los
hombres inseguros también se sienten atraídos y
establecen relaciones destructivas.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima,
más nos inclinaremos a tratar a los demás con
respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los
percibiremos como amenaza, no nos sentiremos "extraños y
asustados en un mundo que nunca hicimos" (citando el poema de A.
E. Housman),y porque el respeto por uno mismo es la base del
respeto por los demás.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima,
más alegría experimentaremos por el solo hecho de
ser, de despertarnos a la mañana, de vivir dentro de
nuestros cuerpos. Cuanto más alta sea nuestra autoestima,
más ambiciosos seremos, no sólo en sentido
profesional o financiero, sino en materia de lo
que esperamos experimentar en nuestras vidas: emocional,
romántica, intelectual, creativa y espiritualmente. Cuanto
más alta sea nuestra autoestima, mayor será el
deseo de expresarnos, reflejando nuestra riqueza interior
.
Cuando la autoestima es baja, estamos cansados, nada nos
entusiasma, nos sentimos inseguros de lo que somos capaces de
hacer, sentimos que valemos poco. La baja autoestima busca la
seguridad de lo conocido y lo fácil. Confinarse a lo
conocido y lo fácil sirve para debilitar la autoestima.
Cuanto más baja sea nuestra autoestima, más urgente
será la necesidad de "probarnos" a nosotros mismos o de
olvidarnos de nuestras necesidades viviendo de manera mecánica e inconsciente.
La baja autoestima tiende a generar depresión y
ansiedad. Si nos sentimos significativamente carentes de eficacia y valor,
casi con seguridad sentiremos que la existencia es aterradora e
infructuosa.
Una persona con autoestima baja piensa que es
insignificante. Se pasa la vida esperando que le ocurran las
peores catástrofes, hasta que le ocurren. Vive sus
días aislada del mundo. La soledad parece perseguirla.
Tiene enormes dificultades para comunicarse. Cuanto más
baja sea nuestra autoestima, nuestras comunicaciones
tenderán a ser más turbias, evasivas e inadecuadas
debido a la desconfianza en nuestros propios pensamientos y
sentimientos, así como a la ansiedad ante la respuesta de
nuestros interlocutores.
Puesto que la autoestima se aprende, podemos
también cambiarla y volverla más
positiva.
Un especialista en relaciones humanas, Satir (1981) ha
dicho:
"Siempre hay esperanza de que la vida cambie porque
siempre se pueden aprender cosas nuevas."
Los principales pasos para mejorar la autoestima
son:
- Reconocer que nuestra autoestima es
baja. - Convencerse de que la autoestima se puede
cambiar. - Decidir cambiarla.
Otras ideas que ayudarán a mejorar la
autoestima son:
- Reconocer que solamente nosotros mismos podemos hacer
el cambio. En
realidad, nadie más tiene esa responsabilidad ni esa
capacidad. Quizás hay algunos de nosotros que creemos
que la autoestima la produjeron otros (casi siempre es
más fácil culpar al resto del mundo). - Hacer un balance de las virtudes y los defectos.
Todos tenemos cualidades y defectos y todos podemos sacarle
partido a nuestras cualidades y cambiar algunas de las
características propias que nos disgustan. - Empecemos primero por uno de los defectos. Debemos
estar conscientes de que no todo lo que disgusta se
podrá modificar. Pero siempre hay esperanza. Algunas
cosas que disgustan no pueden ser cambiadas. Por ejemplo, es
poco probable que alguno pueda aumentar su estatura, cambiar la
forma o el tamaño de sus orejas, estrenar un nuevo
color de ojos.
Pero, está dentro del alcance de la mayoría de
nosotros cambiar algunos defectos. Por ejemplo, con dietas o
ejercicios podemos mejorar el cuerpo, con un especialista en
cortes de cabello podemos cambiar su forma o el estilo de
peinado. - Para aprender una nueva actitud personal, comencemos
con lo sencillo. Y, por supuesto, premiémonos
generosamente al alcanzar una meta, por pequeña que
ésta sea. - Cualquier cambio que planeemos hacer,
hagámoslo para complacernos a nosotros mismos. Podemos
complacer a algunas personas por cierto tiempo, pero no podemos
complacer a todo el mundo todo el tiempo. Ni tiene caso
hacerlo. Nadie puede caerle bien a todos.
Tener una buena autoestima significa ver
verdaderamente quien soy, autónomo, capaz de poner
límites, orgulloso de ser quien soy y, por
último, absolutamente abierto a recibir del universo lo que
me he ganado. La autoestima se aprende de los padres, si yo he
recibido valoración dela fuera, si mis padres me
consideraban valioso, me aceptaban como era, me daban cierta
autonomía, respetaban mi privacidad; si estaban
orgullosos de mí y me hacían sentir reconocido,
sin que me quedara endeudado o culpable cuando me daban algo
(vamos recorriendo el esquema de la palabra valor), entonces es
más fácil para mí darme cuenta de que soy
valioso.
VERDADERO (autoaceptado
verdaderamente)
AUTÓNOMO (libre de fijar sus propias
normas)
LIMITANTE (capaz de poner
límites)
ORGULLOSO (contento de ser quien
es)
RECEPTIVO (aceptador del reconocimiento del
medio)
Para algunos autores es como una escalera que se
construye con distintos escalones. Estos escalones
son:
-Auto conocimiento
-Auto concepto
-Auto evaluación
-Auto aceptación
-Auto respeto
-Auto estima
"Cuando aprendemos a conocernos en verdad vivimos"
(Schüller).
El auto conocimiento
es conocer las partes que componen al "yo". Cuáles son sus
manifestaciones, necesidades y habilidades; los papeles que vive
el individuo y a través de los cuales es; conocer por
qué y cómo actúa y siente.
Es imposible amar algo que no conozco. No puedo amarme y
respetarme si no conozco los aspectos que me integran.
Conocerme significa percibirme completo: mi cuerpo, mis
pensamientos y sentimientos, y mi capacidad de relacionarme con
otros.
Conocerme es descubrirme con capacidades, habilidades y
virtudes, pero también con límites, defectos,
errores.
Conocerme es darme cuenta de que cambio, no siempre soy
igual, soy alguien dinámico y cambiante como cambiante y
dinámica es la vida. Es conocer las partes
que componen el yo, cuáles son sus manifestaciones,
necesidades, y habilidades; los papeles que vive el individuo y a
través de los cuales es; conocer por qué y
cómo actúa y siente. Al conocer todos sus
elementos, que desde luego no funcionan por separado sino que se
entrelazan para apoyarse uno al otro, el individuo logrará
tener una personalidad fuerte y unificada; si una de estas partes
funciona de manera deficiente, las otras se verán
afectadas y su personalidad será débil y dividida,
con sentimientos de ineficiencia y
devaloración.
"Dale a un hombre una auto imagen pobre y
acabará siendo un siervo" R.
Schüller).
El auto concepto es una serie de creencias acerca de uno
mismo, que se manifiestan en la conducta. Si alguien se cree
tonto, actuará como tonto; si se cree inteligente o apto,
actuará como tal.
Es la visión o la imagen que tengo de mí
mismo. Si digo: "Yo creo que soy…" todo lo que diga acerca de
mí, es mi auto concepto. Todos tenemos una idea de lo que
somos y de cómo somos. A veces, esa idea es real, pero a
veces no lo es . Esa idea depende mucho de las etiquetas que las
demás personas nos han puesto a lo largo de nuestra vida.
El auto concepto es el conjunto de creencias que una persona
tiene acerca de lo que es ella misma. Cada persona se forma, a lo
largo de su vida, una serie de ideas o imágenes
que la llevan a creer que así es. Hay personas que creen
firmemente en su capacidad para ganar dinero o para
vencer en la vida, y también, por desgracia, existen las
que se han formado un auto concepto negativo, de manera que
están convencidas de su incapacidad para triunfar o para
aprender y progresar. Si una persona cree que no es apta para las
matemáticas, aunque tenga cualidades para
ellas, será inútil. Ninguna persona ha nacido para
tapete ni para víctima. Nadie ha nacido fracasado, ni
pecador sin esperanzas.
"El sentirse devaluado e indeseable es en la
mayoría de los casos la base de los problemas humanos" (C.
Rogers).
La auto evaluación
refleja la capacidad interna de evaluar las cosas como buenas si
lo son para el individuo, le satisfacen, son interesantes,
enriquecedoras, le hacen sentir bien y le permiten crecer y
aprender; y considerarlas como malas, si para la persona lo son,
no le satisfacen, carecen de interés, le hacen daño y
no le permiten crecer.
Es la capacidad de evaluar como positivo o negativo
aquello que sea positivo o negativo para mí, reflexionando
al mismo tiempo sobre normas y valores
de la sociedad. Poco a poco vamos a encontrar los puntos que van
a guiar nuestra conducta, desarrollaremos nuestro propio juicio y
aprenderemos a confiar en él, en lugar de basarnos
solamente en lo que piensan las demás personas. Y es
así, porque confío en mi propio juicio. La auto
evaluación requiere estar consciente de sí mismo.
El Dr. Elkins dice: "El darse cuenta de uno mismo es la llave
para cambiar y crecer". Cada uno tiene que encontrar e ir
haciendo su camino, el que lo lleve a ser una persona valiosa
para sí mismo y los demás. El "darse cuenta",
según la teoría
de la Gestalt, es
prestar más atención a las propias vivencias para
comprenderlas y así comprender la existencia; "darse
cuenta" de lo que está pasando en ese momento a su
alrededor, cómo y qué se percibe, qué siente
y cómo queda consigo mismo con la decisión que
está tomando. Todo aquello que fue grabado es susceptible
de transformarse y cambiar si hay voluntad: "Somos los
arquitectos de nuestro propio destino", "los escultores de
nuestra más importante cultura".
"La actitud del individuo hacia sí mismo y el
aprecio por su propio valer juega un papel de primer orden en el
proceso creador" (M. Rodríguez).
La auto aceptación es admitir y reconocer todas
las partes de sí mismo como un hecho, como la forma de ser
y sentir, ya que sólo a través de la
aceptación se puede transformar lo que es susceptible de
ello. Sin auto aceptación la autoestima es imposible. Nos
quedamos bloqueados en un hábito de conducta de
autorrechazo, el crecimiento personal se ve reprimido y no
podemos ser felices.
Aceptar, es experimentar la realidad de una manera
completa, sin negarla ni evitarla. Es admitir y vivir como un
hecho todas las partes que hay en mí. Aceptarme es ser
capaz de sentir y decir: soy todas estas características;
mi cuerpo, emociones, deseos, ideas, son partes de mí,
independientemente de que algunas me gustarán y otras no.
Fíjate: aceptarme no es necesariamente gustarme, sino
reconocerme que soy como soy.
Para aceptarme no tengo que negar que soy, al contrario,
se tata de aprender a amarme y respetarme con todas mis
características: lo positivo y lo negativo, mis
capacidades y mis limitaciones, mis aciertos y mis errores. Es
necesario rodearse de una atmósfera donde se
promueva la confianza, el afecto, el respeto, y la
aceptación, y no seguir en una donde estos valores son
ignorados o rechazados; tener actividades donde sea posible el
éxito, y no aquéllas en que se sabe de antemano que
se va a fracasar. Auto aceptarme no significa estar en guerra con
nosotros mismos, no negar nuestra realidad actual, en este
momento de nuestra existencia. La autoaceptación es
negarse a tener una relación de enfrentamiento con uno
mismo. Es uno de los fundamentos indispensables para construir
una autoestima saludable.
"La autoestima es un silencioso respeto por uno
mismo" (Dr. Elkins).
Auto respetarse es atender, hacer caso a las propias
necesidades para satisfacerlas, vivir según nuestros
propios valores, y expresar nuestros sentimientos y emociones,
sin hacernos daño ni culparnos. Buscar y valorar todo
aquello que lo haga a uno sentirse orgulloso de sí
mismo.
Si me respeto, estoy al tanto de lo que deseo y necesito
para estar bien, pero no solo me doy cuenta: actúo para
lograrlo.
Si me respeto defiendo –aún ante mí
mismo- mi derecho a ser la persona que realmente soy. El auto
respeto es entender las propias necesidades y valores para
satisfacerlos; expresar y manejar en forma conveniente los
sentimientos y emociones, sin hacerse daño ni culparse:
buscar y valorar todo aquello que lo lleve a sentirse una persona
orgullosa de sí misma. Sólo en la medida de este
auto respeto se atenderán las necesidades y valores de los
demás; no se hará daño, juzgará ni
culpará. Se valorarán gracias a las propias
necesidades y valores, se entenderá que así como
uno tiene los suyos y los necesita, así el otro tiene los
suyos y los necesita.
"Solo podemos amar cuando nos hemos amado a nosotros
mismos".
Quien se quiere a sí mismo se conoce y se acepta
tal como es, conoce sus cualidades y sus limitaciones. Todas las
personas valemos por nosotras mismas. No es necesario ser el o la
mejor. Lo importante es hacer nuestro mejor esfuerzo y sentirnos
satisfechos con nuestros logros. La autoestima es la síntesis
de todos los pasos anteriores. La autoestima es el aprecio que
tenemos por nosotros mismos, de nuestra forma de pensar, actuar y
sentir. Ella nos permite reconocer nuestras capacidades y confiar
en nosotros mismos. Nuestra persona con las propias virtudes,
defectos, emociones, sentimientos, necesidades, etc., es el
equipo que tenemos para vivir y así como somos debemos
aceptarnos y querernos incondicionalmente, tomando en cuenta que
hay cosas de nosotros que podemos modificar.
"El pasado no tiene poder sobre mí" L.
Hay
El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la
infancia.
Desde niños pequeños interactuamos con
otras personas : nos sentimos apoyados en menor o mayor grado,
recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e
indirectamente de los padres y de otras personas. De las
experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a
formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie
de balanza en la que comparamos nuestro propio valer contra el
que nos ha dado el mundo adulto.
A través de estas primeras comunicaciones
recibimos: ideas de lo que otros sienten hacia nosotros, diversas
opiniones sobre qué tan capaces somos para hacer o no las
cosas, qué tan agradables o desagradables somos,
qué tanta confianza nos tienen, qué tan
independientes o dependientes quieren que seamos. Al transcurrir
el tiempo, vamos asimilando el concepto que los otros nos
transmiten y le vamos asignando una calificación a este
concepto. Esta "calificación" es la autoestima.
Ésta representa qué tanto nos queremos a nosotros
mismos.
Existen varias razones para desarrollar una autoestima
positiva:
- En la medida en que nos conocemos y aceptamos,
estaremos más contentos, satisfechos y
tranquilos. - Si estamos contentos con nosotros mismos,
interactuaremos más constructivamente con otros y
lograremos más y mejores metas. - Será más probable que otros nos vean,
respeten y admiren, de una manera más positiva, si nos
aceptamos como somos. Si tenemos autoestima será
más fácil que otros también nos
quieran. - La autoestima positiva es un motivador poderoso de
nuestra conducta que trabaja para mantener la propia
estabilidad y nos brinda una serie de expectativas (metas) de
logro y éxito. El autor, Rob Solomón, nos
ofrece siete claves para construir y mantener un
posición de sólidos valores personales y de una
autoestima positiva.
1. Haz una revisión realista de ti
mismo.
¿Cuáles son tus posibilidades y tus
limitaciones? ¿Qué sabes hacer bien y hasta
dónde está tu alcance?
Para poner límite necesito:
Comunicar claramente mis ideas.
Saber cuáles son mis necesidades.
Expresar límites y consecuencias
claramente.
Sobreponernos a nuestras limitaciones.
2. Sé congruente con tus valores
personales.
Como los valores
vienen de fuera, éstos siempre se hayan a prueba, ya sea
por nuestras experiencias o por el juicio que hagamos de cada uno
de ellos con el paso del tiempo. Lo importante de los valores es
que tú debes aceptar los que se adapten a tu persona,
siempre pensando en un sistema de
valores o código
ético.
Si me respeto:
Me quiero y valoro.
Exijo un trato adecuado.
Respeto a los demás.
Mantengo una comunicación
abierta.
No me engaño a mí
mismo.
3. Desarrolla y mantén un sólido sistema
de apoyo personal.
Recuerda que la gente necesita de la gente. Cuando
necesites apoyo o te encuentres en una grave crisis
personal, no dudes en recurrir a quienes te estiman.
4. Proponte metas realistas.
Que tus metas sean claras y específicas. No te
impongas metas que no puedas medir.
5. Sé firme.
Aférrate a lo que crees, o lo que consideras
correcto y a aceptar o tomar en cuenta las necesidades,
sentimientos e ideas de los demás.
6. Acéptate tal como eres (aprende a
perdonarte).
Acepta a los demás como son, con sus virtudes y
sus defectos y acéptate también a ti mismo. La
aceptación de sí mismo es producto de una auto
evaluación realista.
7. Date siempre oportunidades de
estímulo.
Una pequeña alabanza a favor de uno mismo siempre
constituirá una aportación para nuestro desarrollo.
"Buen trabajo", ¡Lo hiciste realmente muy bien!, son
palabras que te ayudarán a mantener en pie tu motivación. Dilas de vez en
cuando.
Los sentimientos positivos hacia nosotros mismos
sólo pueden crecer en un ambiente de libertad, en donde
reconocemos y respetamos las diferencias individuales, en donde
decimos las cosas tal como son y donde escuchamos sin criticar,
prejuzgar o enjuiciar. ¿Qué podemos hacer?
Propiciar un ambiente enriquecedor como el descrito. Un lugar en
que la otra persona se sienta realmente estimada, necesaria,
amada. Un tiempo en el que no hay prisas para compartir, y en
donde se reconozcan las cualidades del otro.
La autoestima deberá ser sentida como la esencia
interna de sí mismo (a). No necesita reconocimientos
externos; la verdadera autoestima posee el reconocimiento
interno, es la fe y respeto por nosotros mismos y es captada a
través del amor, el respeto y la fe con la que nos
nutrieron desde niños.
Una buena autoestima nos permite crecer, ser libres,
creativos, alegres, amistosos, amorosos, sentirnos plenos y con
capacidad de dar y recibir.
La autoestima es la experiencia de ser aptos para la
vida y para sus requerimientos. Más concretamente consiste
en:
- Confianza en nuestra capacidad de pensar y de
afrontar los desafíos de la vida - Confianza en nuestro derecho a ser felices, el
sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a
afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de
nuestros esfuerzos.
La autoestima es una necesidad muy importante para el
ser humano. Es básica y efectúa una
contribución esencial al proceso de la vida; es
indispensable para el desarrollo normal y sano; tiene valor de
supervivencia.
El no tener una autoestima positiva impide nuestro
crecimiento psicológico. Cuando se posee actúa como
el sistema inmunológico de la conciencia,
dándole resistencia, fortaleza y capacidad de
regeneración. Cuando es baja, disminuye nuestra
resistencia fuerte a las adversidades de la vida. Nos derrumbamos
ante las vicisitudes que un sentido más positivo del uno
mismo podría vencer. Tendemos a estar más influidos
por el deseo de evitar el dolor que de experimentar la
alegría. Lo negativo ejerce más poder sobre
nosotros que lo positivo.
La autoestima tiene dos aspectos
interrelacionados:
- Un sentido de eficacia personal (auto
eficacia) - Un sentido de mérito personal (auto dignidad)
Como experiencia psicológica realizada
plenamente, es la suma integrada de estos dos
aspectos.
Auto eficacia significa confianza en el
funcionamiento de mi mente, en mi capacidad de pensar, en los
procesos por
los cuales juzgo, elijo, decido; confianza en mi capacidad de
comprender los hechos de la realidad que entran en la esfera de
mis intereses y necesidades; confianza cognoscitiva de mí
mismo.
Auto dignidad quiere decir seguridad de mi valor;
una actitud afirmativa hacia mi derecho de vivir y de ser feliz;
comodidad al expresar propiamente mis pensamientos, deseos y
necesidades; sentir que la alegría es mi derecho
natural.
Partamos de la premisa de que si un individuo se
sintiera inepto para enfrentar los desafíos de la vida, si
careciera de confianza fundamental en sí mismo, en su
mente, reconoceríamos una deficiencia de autoestima, sin
importar qué otras ventajas poseyera. O si careciera de un
sentido básico de auto dignidad, se sintiera indigno del
amor o respeto de los demás, sin derecho a la felicidad,
temeroso de expresar pensamientos, deseos o necesidades,
nuevamente reconoceríamos una deficiencia de autoestima,
sin importar qué otros atributos positivos
exhiba.
Los pilares duales de la autoestima
Auto eficacia y auto dignidad son los pilares
duales de la autoestima positiva. La falta de cualquiera de ellos
la menoscaba. Son las características que definen al
término debido a que son fundamentales. No representan
significados derivados o secundarios sino la esencia de la
autoestima.
La experiencia de la auto eficacia genera el
sentido de control sobre la
propia vida, que asociamos con el bienestar psicológico,
la sensación de estar en el centro vital de la propia
existencia, a diferencia de ser un espectador pasivo o
víctima de los acontecimientos.
La experiencia de la auto dignidad posibilita un
sentido benevolente no neurótico de comunidad con
otros individuos, la fraternidad de la independencia
y la consideración mutua, a diferencia del aislamiento del
resto de los humanos, por un lado, o del hundimiento en la tribu,
por el otro.
Dentro de una persona, habrá fluctuaciones
inevitables en los niveles de autoestima, así como las hay
en todos los estados psicológicos. Necesitamos pensar en
términos del nivel promedio de autoestima de una
persona.
¿Cómo experimentamos nuestra
autoestima?
Si bien a veces hablamos de la autoestima como de una
convicción sobre uno mismo, es más exacto hablar de
una predisposición a experimentarse de una manera
particular. ¿De qué manera?
Recapitulando:
- Como fundamentalmente competente para afrontar los
desafíos de la vida; en consecuencia, confianza en la
propia mente y en sus proceso; auto eficacia. - Como digno de éxito y felicidad; en
consecuencia, la percepción de nosotros mismos como
personas para quienes el logro, el éxito, el respeto,
la amistad y
el amor son apropiados; auto dignidad.
Para lograr un cambio significativo en tu vida antes de
querer cambiar las situaciones externas sería conveniente
cambiar lo que pasa dentro de tu mente. Llenarte de pensamientos
positivos sobre ti y sobre todo lo que te rodea.
Si en tu mente tienes la creencia de que no mereces
estar bien o de que nunca recibes lo que quieres, no importa
cuánto trabajes y cuánto te esfuerces, tu mente
trabajará para cumplir la creencia.
Si tienes la creencia de que vales poco o de que nunca
conseguirás lo que te propones, puedes estar seguro de que
sin importar cuantos cambios externos hagas, tu vida será
la de alguien que vale poco.
Hay primero que cambiar esos pensamientos que detienen
tu desarrollo; ponerlos a trabajar a tu favor y no en tu
contra.
Lograr convencerte de que mereces lo mejor, que eres una
buena persona digna de amar y de ser amada, tienes que estar
seguro de que puedes resolver los problemas que tengas y de que
debes ser tratado con respeto, que tienes derecho a pedir lo que
quieres y que la vida quiere darte todo lo que deseas.
La autoestima es el motor de tu
desarrollo, si aumentas tu amor propio, tus expectativas
apuntarán a lo más alto, tendrás la fuerza
suficiente para enfrentar las situaciones difíciles y
mejorarás tu vida en todos los aspectos.
Una definición formal de autoestima
Resumiendo en una definición formal: La
autoestima es la predisposición a experimentarse como
competente para afrontar los desafíos de la vida y como
merecedor de la felicidad. Branden, (1993). Obsérvese
que esta definición no especifica las influencias del
ambiente durante la infancia que sustentan la autoestima positiva
(por ejemplo, seguridad física, educación, etc.) no
los generadores internos posteriores (por ejemplo, vivir
consciente, responsablemente con respecto a sí mismo,
etc.), ni las consecuencias emocionales o de comportamiento (por
ejemplo, compasión, deseo de ser responsable, etc.).
Simplemente identifica a qué se refiere y en qué
consiste la auto evaluación.
El concepto de "competencia"
utilizado en la definición es metafísico, no
"occidental". Es decir, atañe a la naturaleza misma de las
cosas, a nuestra relación fundamental con la realidad. No
es el producto de una "opción por un valor" cultural en
particular. No hay sociedad en la tierra, ni
siquiera puede concebirse una cuyos miembros no enfrenten los
desafíos de satisfacer sus necesidades, de la
adaptación apropiada a la naturaleza y al mundo de los
seres humanos. La idea de eficacia en este sentido fundamental
(que incluye la competencia en las relaciones humanas) no es un
"artificio occidental", como se ha sugerido.
Nos engañamos a nosotros mismos si imaginamos que
existe una cultura o sociedad en la cual no tengamos que
enfrentarnos al desafío de adecuarnos a la
vida.
La docena mágica de la autoestima (Branden,
1988)
- Saber y aceptar que todos tenemos cualidades y
defectos. - Saber que todos tenemos algo bueno de lo cual podemos
estar orgullosos. - Poder liberarnos de conceptos negativos sobre
nosotros mismos. - Aceptar que todos somos importantes.
- Vivir responsablemente de acuerdo con la realidad,
reconociendo lo que nos gusta y lo que no nos
gusta. - Aprender a aceptarnos a través de lo que
sentimos y de lo que somos. - Liberarnos de la culpa al evaluar lo que queremos y
pensamos. - Actuar de acuerdo con lo que deseamos, sentimos y
pensamos, sin tener como base la aprobación o
desaprobación de los demás. - Sentirnos responsables de nosotros mismos, ya que el
hacernos responsables de la propia existencia genera confianza
en nosotros mismos y en los demás. - Vivir auténticamente al aprender a ser
congruentes entre la forma de sentir y de actuar. - Fomentar la autoestima en los otros, ya que la
honestidad al fomentar la autoestima de las personas que nos
rodean, refleja nuestra propia autoestima. - Hallar la valentía de amarnos como personas y
comprender que ése es un derecho propio que todos
tenemos.
La autoestima es una poderosa fuerza dentro de cada
uno de nosotros. Comprende mucho más que ese sentido
innato de auto valía que presumiblemente es nuestro
derecho al nacer, esa chispa que los psicoterapeutas o maestros
intentamos avivar en aquellos con quienes trabajamos, y que es
sólo la antesala de la autoestima.
La autoestima es la experiencia de ser aptos para la
vida y para las necesidades de la vida. Más
específicamente, consiste en:
- Confianza en nuestra capacidad de pensar y de
afrontar los desafíos básicos de la
vida. - Confianza en nuestro derecho a ser felices, el
sentimiento de ser dignos, de merecer, de tener derecho a
afirmar nuestras necesidades y a gozar de los frutos de
nuestros esfuerzos.
Para comprender la autoestima debemos
preguntarnos:¿Por qué surge la necesidad de la
autoestima?
La cuestión de la eficacia de la conciencia o de
la dignidad de su ser no existe en los animales
inferiores.
Pero los seres humanos se preguntan: ¿Puedo
confiar en mi mente? ¿Soy capaz de pensar? ¿Soy
adecuado? ¿Soy suficiente? ¿Soy una buena persona?
¿Tengo integridad, es decir, hay congruencia entre mis
ideales y mi práctica? ¿Soy digno de respeto, amor,
éxito, felicidad? No es evidente por qué surgen
estas preguntas?.
Nuestra necesidad de autoestima es el resultado de dos
hechos básicos, ambos inherentes a nuestra especie. El
primero es que nuestra supervivencia y nuestro dominio del medio
ambiente dependen del uso apropiado de nuestra conciencia.
Nuestras vidas y bienestar dependen de nuestra capacidad de
pensar. El segundo es que el uso correcto de nuestra conciencia
no es automático, no está "construido" por la
naturaleza. Existe un elemento crucial de elección en la
regulación de su actividad y, por lo tanto, de
responsabilidad personal.
Cambiar es fácil, ¡lo difícil
es que entiendas que es tan fácil!
Leonardo Stemberg
Cuando hablamos de
Contraanálisis, estamos hablando de que
antes de empezar a hurgar en mi pasado, tengo que tener mi mente
en el presente, para que aprenda a desplazar en mis
búsquedas esa negatividad que me hace seguir
utilizando las experiencias vividas para llorar y no para
aprender.
Esto se logra con un simple pero constante entrenamiento
mental para adquirir como respuesta automática de nuestra
mente una constante construcción de pensamientos, desplazando
esa poderosísima negatividad que hizo que el hombre
utilizara el pasado para justificar el presente.
Contraanálisis es NO aplicar
excesivamente los procesos analíticos. Es la NO
complicidad con nuestros problemas. Es la posibilidad de levantar
esa poderosa máscara que me he puesto ante mí mismo
y que impide ver la realidad en que vivo. Es el NO culpar
a los demás de mis responsabilidades. Es un reencuentro
con nuestras reales predisposiciones. Es el punto de partida para
recuperar nuestra vocación y creatividad. Es la
posibilidad de adaptarme al medio sin que el medio me desadapte.
Es la búsqueda del equilibrio
entre la razón y la intuición. Es la
aceptación lógica
de que todo efecto tiene una causa. Es la búsqueda de las
causas para no justificar los efectos. Es la posibilidad de
entender que lo único sobrenatural es la estupidez humana
que no le permite al hombre entender, que puede entender, que hay
algo más allá de lo que su mente limitada le
permite entender. Es una opción de vida.
Esto se logra con un simple pero constante entrenamiento
mental para adquirir como respuesta automática de nuestra
mente una constante construcción de pensamientos,
desplazando esa poderosísima negatividad que hizo que el
hombre utilizara el pasado para justificar el
presente.
Todos los que dicen que buscan cambiar creen que tienen
que encontrar en el cambio lo que dicen que buscan, pero siguen
buscando con la misma lógica que selecciona todo lo que
hace, escucha, ve o aprende y no le permite entender que el
cambio es factible.
Consumimos cientos de cursos, leemos cientos de libros
de auto superación y motivación, pero seguimos buscando a
través de nuestros mismos lentes
empañados.
Mi verdad es mi verdad, no "la verdad". Si mi actitud no
me permite transitar por esta vida con felicidad, el mundo no
tiene que cambiar, el que tiene que cambiar soy yo.
Quien canaliza toda su energía y pensamientos
para experimentar el miedo a que le roben, lo más probable
es que le roben. Quien vive angustiado por la enfermedad, se
enferma. Quien se obsesiona por la mala suerte, no hace sino
generarla. Quien se afirma incapaz de resolver sus conflictos, no
aprende a resolverlos.
Para poder cambiar:
" No basta con querer. Es mentira que hay que tener
fuerza de voluntad. No bastan los milagros. Hay que saber
cómo".
El como está solamente en ti; lo importante es
que en el comienzo de tu búsqueda ante el cambio tomes
conciencia de que si tú dices que quieres pero no sabes
qué quieres, el cambio no se concreta.
Lo único importante es entender que si mi mente
cambia una actitud, esa actitud me va a hacer cambiar toda mi
asociación de pensamientos. Si uno cambia, cambia el mundo
para uno. Nadie es capaz de amar a nadie, si cree que amar es lo
que cree. Nadie es capaz de amar a nadie, si no sabe lo que es la
autoestima.
"La mente está en su propio lugar y puede
hacer en sí misma, del cielo un infierno y del infierno
un cielo" John Milton
La mente es la herramienta básica de la
supervivencia
Al igual que todas las demás especies capaces de
tener conciencia, nuestra supervivencia y bienestar dependen de
la guía de nuestra forma particular de conciencia,
únicamente humana, nuestra facultad conceptual: la
facultad de abstracción, generalización e integración.
A esta forma de conciencia se denomina mente. Su esencia
es nuestra capacidad de razonar, que implica captar relaciones.
Nuestras vidas y bienestar dependen de la ejercitación
apropiada de nuestras mentes.
La mente es algo más que la conciencia
explícita inmediata. Es una compleja arquitectura de
estructuras y
procesos. Abarca más que los procesos verbales lineales,
analíticos, a veces popularmente descritos de forma
confusa como actividad del "hemisferio izquierdo del cerebro". Abarca
la totalidad de la vida mental, incluyendo lo subconsciente, lo
intuitivo, lo simbólico, todo lo que a veces se asocia con
el "hemisferio derecho". La mente es todo aquello por medio de lo
cual nos abrimos al mundo y lo aprehendemos.
Tu cerebro es como una potente grabadora, de hecho
la memoria
trabaja igual que los casettes y los disquetes de computadora;
guardando información por medio de impulsos
eléctricos. Tu cerebro está formado por billones de
células
llamadas neuronas y que guardan todo lo que sabes. La diferencia
es que no se guarda la información acomodando las neuronas
sino, conectándolas unas con otras (esta conexión
es llamada sinapsis).
Conectando varios millones de neuronas aprendiste a
leer, conectando otros millones aprendiste a escribir y
conectando otros cuantos has aprendido todo lo que sabes
hoy.
El proceso de pensamiento
Aprender a cultivar verduras, construir un puente,
aprovechar la electricidad,
descubrir las posibilidades curativas de alguna sustancia,
detectar recursos para elevar la productividad al máximo,
descubrir posibilidades de producir riquezas donde antes no
habían sido descubiertas, dirigir un experimento
científico, crear: todo requiere un proceso de
pensamiento. Responder apropiadamente a las quejas de un
niño o un marido, reconocer que hay disparidad entre
nuestro comportamiento y nuestros sentimientos, descubrir
cómo afrontar el dolor y la ira de forma que curen y no
destruyan: todo requiere un proceso de pensamiento.
Aún saber cuándo se deben abandonar los
esfuerzos conscientes para resolver problemas y trasladar la
tarea al subconsciente, cuándo detener el pensamiento
consciente o cuándo prestar una atención más
estrecha a los sentimientos o intuición (percepciones o
integraciones subconscientes), todo requiere un proceso de
pensamiento, un proceso de conexión racional.
Tenemos dos tipos de
memoria, una temporal o de corto plazo y una definitiva, de
largo plazo. En la de corto plazo, se guarda todo lo que oyes,
hueles, sientes, ves, haces y piensas, pero que después se
olvida.
¿Cómo se olvida?
Muy sencillo, la conexión hecha de neuronas no es
tan fuerte.
Esto es indispensable para poder sobrevivir porque cada
día recibes muchísima información.
Imagínate que un día pudieras recordar todo lo que
viste en la
televisión, todas las conversaciones que tuviste,
todos los anuncios en la calle, todo lo que leíste en
el
periódico, todos los autos que
viste y sus números de matrícula, la cara de cada
una de las personas que viste en el subterráneo y
cómo iban vestidos, en fin, te volverías loco en
menos de lo que imaginas.
La memoria temporal
te ayuda a funcionar bien en el mundo porque necesitas recordar
dónde dejaste las llaves o que tienes una cita a las
cuatro.
En cambio, la memoria de largo plazo guarda toda la
información que es indispensable para ti, lo que es
realmente importante.
¿Cómo es que esto no lo olvido
fácilmente?
Ese es el secreto del aprendizaje:
La primera vez que aprendes algo se crea una
conexión de neuronas, esto se llama cordón
neuronal. Imagínatelo como un cable muy delgado y
delicado. Cuando repites eso que aprendiste, este cordón
se hace más grueso y resistente, y cada vez que lo
repites, se le suma una capa más y luego otra.
Tu cerebro no permitirá que se pierda
información importante, por eso, además de hacer
cordones más gruesos y resistentes, los recubre de una
sustancia llamada mielina que los aísla y los protege. Lo
que hacías cuando repetías una y otra vez las
tablas de multiplicar era crear estos cables y hacerlos
más fuertes para que no se te olvidaran.
De esta forma aprendiste absolutamente todo lo que
sabes. En tu mente está guardado lo más importante
para ti. Ahí está lo que sabes de la vida y
más importante: lo que sabes de ti
mismo.
Estos cordones neuronales siguen fortaleciéndose
todo el tiempo.
Cada experiencia que tú mismo provocas que
confirme que eres tonto hace los cordones más fuertes.
Así trabajan las profecías
auto-cumplidoras.
Hay que crear nuevos cables. Estas nuevas
conexiones neuronales, en lugar de frenar tu desarrollo, te
llenarán de fuerza y de confianza en ti mismo.
Estarás creando unos cables positivos, fuertes y gruesos
que se fortalezcan a sí mismos con cada nueva
experiencia.
El secreto para una reacción en cadena son
repetir las afirmaciones. Lo que queremos es restarle fuerza a
esas creencias negativas que frenan tu desarrollo y que han
estado contigo demasiado tiempo. Ya es hora de que dejen de
gobernar tu vida. Lo mejor es repetir tus afirmaciones con
convicción, sintiendo lo que dices, imaginando que ya es
real, si tu afirmación es: me amo a mí
mismo, siéntelo, siente que te quieres más que
a nadie y que estás dispuesto a cuidar de ti y darte lo
mejor.
La mayoría de las veces, nuestras deficiencias
están "enganchadas" a ciertas experiencias tempranas
(archivadas subjetivamente), que tienen relación como
miembros de nuestra familia. Esto es lo que se llama barreras
de la autoestima. Tales barreras, con frecuencia mantienen
ciertas cargas emocionales muy perjudiciales. Me refiero a la
culpa, al rencor, por lo que creemos que nos hicieron; miedo,
miedo a ser nosotros mismos, a conseguir lo que nos proponemos, y
a la dependencia emocional de personas, y a la dependencia de
cosas con las que creemos sentirnos superiores o mejores; estados
emocionales todos ellos, que bloquean nuestro potencial de
autoestima, y nuestro desarrollo como seres humanos
completos.
El miedo, la dependencia y la culpa, son las
peores barreras con las que nos encontramos en nuestro camino de
progreso, y tenemos que deshacerlas, desmontarlas,
derribarlas.
La responsabilidad es de cada uno de nosotros, ya no
podemos seguir culpando a nada ni a nadie de lo que nos ocurre.
Cualquier cosa que nos sucede en la vida, somos nosotros los
únicos responsables.
El miedo es un terrible enemigo que nos acecha, que nos
impide actuar, que nos bloquea, ese enemigo que no es nada, tan
solo miedo.
Pero, ¿miedo a qué?
Miedo al cambio, porque otro tipo de miedos reales o
traumáticos tienen una solución mucho más
concreta. El miedo al cambio, es mucho más traidor, dada
su dificultad de identificarlo y derribarlo.
Temor a perder el control de la situación, temor
a no saber lo que va a ocurrir, temor a los retos, temor a no
saber actuar correctamente, temor al fracaso, temor al
éxito.
El miedo al éxito nos hace pensar que si
cambiamos nos vamos a tener que enfrentar a situaciones nuevas, o
a responsabilidades, o a tener que ser nosotros mismos. Es miedo
a la acción, a la independencia, al compromiso. El miedo
al éxito tiene en definitiva mucho que ver con la pereza,
la negligencia, la parsimonia y la comodidad.
La realidad de la vida está en lo más
profundo de nosotros mismos, en un "lugar secreto" donde reside.
H. Cayla
"Las respuestas que hay en mi interior llegan a mi
conciencia con facilidad" L. Hay
AFIRMACIONES.- éstas son algunas de las
afirmaciones. Todas ellas han sido seleccionadas cuidadosamente
de manera que fortalezcan los aprendizajes en todos los aspectos
relacionados con tu autoestima.
Recuerda que al repetirlas con emoción y
realmente sintiendo lo que dices, creas nuevos cordones
neuronales, en realidad, estás haciendo cambios en tu
cerebro a nivel fisiológico. Estas nuevas sinapsis,
influirán en tu comportamiento para lograr ese cambio que
quieres en tu vida. Aprende a pensar con afirmaciones positivas.
Las afirmaciones son las declaraciones que haces. Haz
declaraciones positivas continuamente acerca de cómo
quieres que sea tu vida. Sin embargo, hay algo muy importante en
esto: Siempre debes hacer tus declaraciones en el Tiempo
Presente, por ejemplo: "Soy" o "Tengo". Tu subconsciente
es un servidor tan
obediente, que si declaras en el tiempo futuro: "Quiero" o
"Tendré", pues entonces allí se quedará
siempre -¡fuera de tu alcance en el futuro!
-Me acepto como soy.
-Me gusta mi forma de ser.
-Me amo y soy amado.
-Estoy creciendo y mejorando.
-Soy libre.
-Puedo lograr y tener lo que yo quiera.
-Estoy contento de ser yo mismo.
-Puedo y quiero perdonar mis errores.
-Puedo y quiero perdonar a los
demás.
-Mi vida marcha mejor cada día.
-Soy una buena persona.
-Soy honesto.
-Soy decente.
-Soy responsable.
-Practico lo que predico.
-Trabajo duro por lo que quiero.
-Confío en mi futuro.
-Soy entusiasta.
-Tengo confianza en mí.
-La vida es buena conmigo.
-Agradezco lo que recibo.
-Estoy saliendo adelante.
-Si me amo, puedo amar a mis semejantes.
-Soy amable.
-Soy positivo
-Soy único y especial.
-Veo lo bueno en mí y en otros.
-Me respeto.
-Reconozco mi valía.
-Hoy elijo estar bien.
-El mundo es seguro y amable. Estoy seguro (a). Estoy
en paz con la vida.
-Me amo y me apruebo. Me veo y veo todo lo que hago
con ojos de amor. Estoy seguro (a).
-Con amor dejo el pasado. Ellos son libres y yo
también. Ahora, todo está bien en mi corazón.
"Merezco lo mejor y ahora acepto lo
mejor".
Pensar o no pensar: una elección
El problema y el desafío es que, aunque pensar
sea una necesidad para una existencia con éxito, no
estamos "programados" para hacerlo automáticamente.
Podemos elegir.
No somos responsables del control de las actividades de
nuestro corazón, pulmones, hígados o
riñones. Forman todos parte del sistema autorregulador del
cuerpo (aunque estamos empezando a aprender que podemos ejercer
algún grado de control sobre estas actividades). Tampoco
estamos obligados a supervisar los procesos homeostáticos
por los cuales, por ejemplo, se mantiene una temperatura
más o menos constante. La naturaleza ha diseñado
los órganos y sistemas de
nuestro cuerpo para funcionar automáticamente al servicio de
nuestra vida sin nuestra intervención volitiva. Pero
nuestra mente opera de forma diferente.
Nuestra mente no bombea conocimientos como nuestro
corazón sangre, cuando y
según se la necesite. No nos guía
automáticamente a actuar según nuestro
entendimiento del modo mejor, más racional e informado,
aun cuando esto sería claramente beneficioso. No
comenzamos a pensar "instintivamente" simplemente porque el no
hacerlo, en una situación dada, se ha vuelto peligroso
para nosotros.
La conciencia no se expande "de forma refleja" frente a
lo nuevo y desconocido; por el contrario, a veces la contraemos.
La naturaleza nos ha otorgado una extraordinaria responsabilidad:
la opción de aumentar o disminuir la luz de la
conciencia. Existen diversas opciones: buscar la conciencia, no
intentar buscarla o eludirla activamente; pensar o no pensar.
Esta es la raíz de nuestra libertad y de nuestra
responsabilidad.
AUTOESTIMA, "NECESIDAD FUNDAMENTAL DEL SER
HUMANO"
El hombre es un conjunto de cuerpo, mente y
espíritu y tiene necesidades en cada uno de estos niveles.
Tiene necesidades físicas como el comer y el dormir;
espirituales como el creer en algo trascendente y
psicológicas como el sentirse aceptado por su grupo y en su
ambiente. La frustración en cualquiera de estos niveles
puede producirle angustia y hacer que se sienta mal.
Sin embargo hay una necesidad tan fundamental y tan
esencial que si la llenamos de todo lo demás estará
en armonía y nos sentiremos felices.
Esta necesidad es un profundo y sincero amor a nosotros
mismos, una aceptación incondicional a nuestra persona,
una genuina amistad conmigo mismo. Pensar "Es muy bueno ser yo
mismo, me acepto en todos los aspectos, estoy contento con ser
quien soy. Soy amigo de mi cuerpo, me gusta como pienso, me
quiero".
Al oírlo me puedo sentir un poco incómodo,
no estamos acostumbrados a esto. Parece como si fuéramos
alérgicos a cualquier cosa que hable de amor a uno mismo.
Lo asociamos con egoísmo, vanidad, pero no es así,
lo que nos hace que sea tan difícil pensar bien de
nosotros mismos es la reacción de los demás,
pensamos que nos van a rechazar.
Un hombre no podrá estar en paz con los otros
hombres hasta que haya aprendido a estar en paz consigo
mismo.
Ámate y cree en ti mismo y amarás y
creerás en el otro.
Dentro de la creación el hombre es el
único que tiene el poder de contemplar su vida, su
actividad y el privilegio de la conciencia, ésta lo lleva
a buscar, transformar, escoger, y decidir lo que para él
es significativo, pero el que no se ama a sí mismo no
puede ser libre, no se tiene confianza para atreverse a serlo.
(Schüller).
Hay que pensar que tenemos la capacidad para elegir
nuestra actitud en cada circunstancia y decidir de esta manera a
nuestro propio camino. Lo que llegamos a ser es lo que tenemos
que ser por nosotros mismos. Si nos queremos y nos estimamos y,
conocemos nuestras virtudes y defectos, saldremos
adelante.
Soy dueño de mis fantasías, mis
sueños, mis esperanzas, mis triunfos, mis fracasos y
errores, puesto que lo mío me pertenece puedo llegar a
conocerme íntimamente, puedo llegar a quererme y sentir
amistad hacia todas mis partes, puedo hacer por lo tanto todo lo
que me concierne y funcione para mis mejores
intereses.
Puedo oír, ver, sentir, pensar, decir, hacer.
Tengo los medios para
sobrevivir, para acercarme a los demás, para ser
productivo y para lograr darle sentido y orden al mundo que me
rodea, tanto de personas como de cosas. Me pertenezco y
así puedo estructurarme.
Todas las personas podemos mejorar nuestra autoestima,
no importa qué tan alta o baja sea. Para mejorarla podemos
tomar en cuenta las siguientes sugerencias:
-Reconocer que queremos mejorar nuestra
autoestima.
-Aceptar que sólo nosotros podemos hacer ese
cambio. No podemos echarle la culpa a otras personas.
-Hacer un balance de las partes que nos gustan y que nos
disgustan de nosotros mismos o nosotras mismas.
-Sacarle provecho a las partes que nos gustan y
optimizar nuestras capacidades y habilidades.
-Identificar cuáles de las que nos disgustan
podemos cambiar.
-Pensar cómo podemos cambiar, buscar sugerencias
y apoyo para cambiar.
-Llevar a cabo las acciones que nos
proponemos.
-Sentirnos orgullosas y orgullosos de nuestros
logros.
AFIRMACIONES:
-Soy lo que quiero ser.
-Yo puedo moldear mi personalidad.
-El pasado se fue y no volverá.
-Puedo cambiar aquí y ahora.
-Yo decido que hacer con mi vida.
-Estoy al pendiente de mis pensamientos.
-Cualquier pensamiento negativo sobre mí es
falso.
-Soy como quiero ser.
-Mi poder es ilimitado.
-Hoy dejo salir mi potencial.
-Quiero ser yo mismo.
-Cuido de mi salud.
-Soy bueno, honesto y trabajador.
-Soy el dueño de mi vida
-Mis pensamientos construyen mi realidad.
-Soy lo que decido ser.
-Hoy puedo decidir ser mejor.
-Soy digno de amor.
-Los demás me aceptan como soy.
-La gente disfruta de mi
compañía.
-Soy inteligente.
-Soy trabajador.
-Soy capaz.
-Me amo, por eso me hago responsable de mi
vida.
-Puedo perdonar.
-Estoy mejorando mi forma de ser.
-La vida quiere darme todo lo que deseo.
-Confío en los demás.
-Si yo estoy bien, ¡Todo está
bien!
YO QUIERO, YO PUEDO, ¡LO VOY A
LOGRAR!
La respuesta a todos nuestros problemas grandes o
pequeños, están dentro de nosotros mismos.
¿Hay algo que te gustaría hacer o ser y que te haya
faltado mucho por realizarlo? ¿Has fracasado en tu deseo
de expresar la vida o de hacer lo que sientes que realmente eres
en el control de tu mundo? La respuesta a esto y el poder de
resolverlo está dentro de ti mismo, está en la
realización de querer y de lo que eres.
Emerson en su ensayo
"Confianza en sí mismo" dice: "Aunque el ancho universo
esté lleno de bien, ningún grano de maíz
nutritivo llegará hasta él si no es por medio del
trabajo de alguien ejecutado en esa parcela de terreno que le es
dado para cultivar. El poder que reside en cada hombre es nuevo
en la naturaleza, y nadie sino cada uno sabe lo que con él
puede hacer hasta que lo haya ensayado".
Nosotros creemos algo de nosotros mismos y por esto
estamos plantando semillas de pensamiento en nuestro suelo
subconsciente. Estas semillas se desarrollarán en una
forma marcada por el patrón dentro de la semilla. Las
semillas de malas hierbas producen malas hierbas y las de
vegetales llegan a ser vegetales. Los pensamientos negativos de
enfermedad, pobreza e
infelicidad si se les deja echar raíces se convierten en
experiencias de su clase.
Debemos sembrar semillas de pensamiento positivo y
aprender a trabajar y a cultivar las plantas de modo
que den frutos de experiencia sana. Nuestras ideas, creencias e
imágenes mentales son las semillas y se
reproducirán de acuerdo a su clase.
Cuando decimos: "Yo soy desafortunado" o "Yo estoy
enfermo" estamos, sin darnos cuenta, haciéndonos
daño. Si decimos y creemos "Yo soy un fracaso",
inconscientemente estamos formándonos una imagen mental de
fracaso y el poder creador de esas imágenes procede a
realizar esa imagen. Ningún hombre triunfante pensó
y dijo alguna vez que él era un fracaso.
En lugar de identificarnos con ideas negativas
aprendamos a hacerlo con ideas positivas, pues llegaremos a ser
aquello con lo cual nos identificamos. Debemos identificarnos con
el más alto ideal que conozcamos y podamos
comprender.
Sabiendo esto yo tengo la inteligencia y
el poder de decir: "Yo soy, yo puedo, yo quiero". Siempre
que tengamos un problema sigamos estos tres pasos
mentales.
Cuando lo aceptamos, encontramos que la situación
que se nos presenta no es un obstáculo sino un
estímulo.
AFIRMACIONES:
-Soy como quiero ser.
-Soy único.
-Puedo lograr lo que me propongo.
-El pasado se fue y no volverá.
-Nada influye en mi forma de ser.
-Yo controlo mis pensamientos.
-Soy lo que quiero ser.
-Soy libre.
-Estoy bien como soy.
-Aprendo de mis errores.
-Ser imperfecto está perfectamente
bien.
-Hago siempre lo mejor que puedo.
-Me caigo bien.
-Tomo buenas decisiones.
-Confío en mi realización.
-Soy bueno.
-Me gusto.
-Gusto a los demás.
-Mis seres queridos me admiran.
-El cambio se logra aquí y ahora.
-Me permito ser más yo.
-Mi vida es valiosa.
-Todo está bien en mi vida.
-Dejo ir el rencor.
-Dejo ir el pasado.
-Me cuido porque me quiero.
-Lo que hago es valioso.
-Valoro mis momentos presentes.
-Disfruto de la vida.
-Soy importante.
-Cuido de mis cosas.
-Puedo amar libre y plenamente.
-Soy honrado.
-Disfruto de lo que hago.
-¡Qué suerte tengo de ser yo
mismo!
"Me siento profundamente realizado con todo lo que
hago"
EL PODER DE LA
AUTOESTIMA EN EL LUGAR DE TRABAJO
"Me siento profundamente realizado con todo lo que
hago".
La autoestima puede ser el recurso psicológico
más importante que tenemos para ayudarnos a afrontar los
desafíos del futuro. Estos son especialmente evidentes en
el lugar de trabajo, donde empieza a verse claramente que la
autoestima no es un lujo emocional sino un requisito para la
supervivencia.
Las investigaciones
recientes contribuyen a esclarecer el importante rol que juega la
autoestima en nuestra capacidad para asumir riesgos,
adquirir nuevas aptitudes, ser creativos, recibir
realimentación, relacionarnos con los demás con
justicia y
benevolencia, ser productivos y positivos. Necesitamos cultivar
estos rasgos tan importantes para funcionar realmente bien en
nuestras familias, organizaciones y
comunidades.
Hemos llegado a un momento de la historia en el que la
autoestima, que siempre ha sido una necesidad psicológica
para la supervivencia sumamente importante, también es una
necesidad económica para esa supervivencia.
Hemos sido testigos de la transformación de una
sociedad industrial a una sociedad de información y de una
economía
interna a una global. Vivimos en una época de cambios
extraordinariamente rápidos, de adelantos
científicos y psicológicos fabulosos. El trabajo
físico se está convirtiendo en una parte cada vez
más pequeña de la actividad económica; el
intelectual está creciendo. Este es el momento del
trabajador del conocimiento. Deben desarrollarse nuevas
técnicas de administración que sean apropiadas para
dirigir una fuerza de trabajo mejor educada, más
independiente y creativa. Incluso los psicoterapeutas y asesores
necesitan tener más conciencia de estos temas, ya que ven
cada vez más pacientes con estrés relacionado con
el trabajo.
Los desarrollos en el lugar de trabajo en esta
época de cambio acelerado, elecciones y desafíos
exigen una mayor capacidad de innovación, autonomía,
responsabilidad personal e independencia, todas ellas cualidades
de la autoestima positiva.
Branden, (1997), menciona que EL TRABAJO
PRODUCTIVO es cualquier actividad con un fin determinado, que
implique la mente, la fuerza y la capacidad de prestar servicio a
los propósitos de la vida: desde cavar una zanja, conducir
un tractor, diseñar un edificio y llevar adelante un
negocio, hasta emprender una investigación científica.
Cada logro es un valor en sí mismo, pero cada
nuevo paso también nos abre un espectro de acción y
logro de objetivos más amplio, creando la necesidad de su
realización. La supervivencia exige un crecimiento y
creatividad constantes. No existe un límite final y
definitivo.
El amor, la amistad, el ocio, la diversión,
constituyen elementos vitales para una existencia completa. Pero
si no descubrimos la necesidad y el placer de utilizar nuestra
capacidad productiva y creativa, nos perderemos una de las
más valiosas recompensas con la que cuenta nuestra
especie: nos privaremos de una de las grandes experiencias
específicamente humanas.
El primer placer de generación propia en la vida
de una persona es el placer de la sensación de control.
Cuando un niño aprende a mover su cuerpo, a gatear, a
caminar, a golpear una cuchara contra una mesa para producir un
sonido, a
hacer construcciones con bloques, a pronunciar palabras, el
placer que muestra es el de
un organismo viviente que adquiere poder sobre su propia
existencia.
El logro productivo es una consecuencia y
expresión de la alta autoestima y no su causa fundamental.
Quizás una persona con mucho talento y eficiente en su
trabajo, pero irracional e irresponsable en su vida privada,
desee desesperadamente creer que el único criterio de
virtud es la realización productiva, que ninguna otra
esfera de acción tiene importancia desde el punto de vista
moral o de la
autoestima. Quizá se escude en el trabajo para evadir los
sentimientos de vergüenza y culpa emergentes de otras
áreas de su vida, de manera que el logro productivo se
transforme, ya no en una sana pasión, sino en un valor de
defensa, en una estrategia de
evitación, en un refugio de la realidad y del juicio del
propio yo. Es más, si una persona comete el error de
identificar el sí-mismo como su trabajo, con sus logros,
éxitos o ingresos, o con
ser un buen cabeza de familia, las circunstancias
económicas que escapen al control del individuo y lo
conduzcan al fracaso en un negocio o la pérdida de un
trabajo, también pueden llevarlo a la depresión o a
una gran desmoralización.
Uno de los errores más comunes que cometen las
personas de baja autoestima con respecto a las personas de
elevada autoestima es suponer que éstas siempre se sienten
contentas, seguras, que nunca se sienten ni ansiosas ni
desmoralizadas, que no conocen la angustia y la
desesperación, y que siempre están seguras de lo
que hacen. No todas las angustias son angustia de la autoestima,
y no siempre la desesperación tiene que ver con dudar del
valor personal. Poseer una sana autoestima no significa ser
inmune a las vicisitudes de la vida o al dolor de la
lucha.
Una de las formas del heroísmo psicológico
es la voluntad de tolerar la ansiedad y la inseguridad en la
búsqueda de nuestros valores, seas éstos objetivos
del trabajo, el amor de otro ser humano, la educación de los
hijos o la madurez personal.
La persona de alta autoestima incluso puede encontrar
placer en la lucha, a pesar de todos los sentimientos
desagradables que pueden surgir; la gente de alta autoestima
tiende a preservar un punto espiritual que permanece intacto,
incluso frente a su propio sufrimiento.
Una de las actitudes
más importantes que diferencia a los individuos de alta
autoestima de aquellos de baja autoestima consiste en aceptar el
proceso de la lucha como parte de la vida, aceptarlo todo,
incluso los peores momentos de angustia (lo cual implica la
motivación por el amor, en vez de motivación
por la inseguridad). El deseo de evitar el miedo y el dolor no
representa el motivo que rige las vidas de los hombres y mujeres
muy evolucionados. El móvil, en cambio es la fuerza en la
vida intrínseca que impulsa su única forma de
expresión: la realización de valores
personales.
Si te encuentras trabajando en un empleo que no
te agrada, si quieres cambiar tu puesto, si tienes problemas en
el trabajo y sino tienes empleo, la mejor manera de manejarlo es
la siguiente: empieza por bendecir tu puesto actual con amor.
Date cuenta de que sólo es un trampolín en el
camino. Te encuentras en donde estás debido a tus propios
patrones de pensamientos. Si "ellos" no te están tratando
como te gustaría que te trataran, entonces hay un
patrón en tu conciencia que está atrayendo este
comportamiento. De modo que, en tu mente, examina tu empleo
actual o el último empleo que tuviste y comienza a
bendecir todo con amor –el edificio, el elevador o las
escaleras, los cuartos, los muebles y equipo, la gente para quien
trabajas. Empieza a afirmar: "Siempre trabajo para los jefes
más maravillosos". "Mi jefe siempre me trata con respeto y
cortesía", y "Mi jefe es generoso y es muy fácil
trabajar con él". Todo esto estará contigo toda la
vida y cuando seas jefe, tú también serás
así. Tu conciencia te colocó donde te encuentras
ahora. Tu conciencia te mantendrá allí o te
elevará a un mejor puesto. De ti
depende.
El significado más importante de la autoestima es
la confianza en su propia mente, en sus propios procesos intelectuales.
En consecuencia, la confianza en su capacidad de aprender, de
juzgar, de decidir. Para los seres humanos, la mente o conciencia
es el medio básico de supervivencia en el que confiamos
para mantenernos en contacto con la realidad y orientar nuestro
comportamiento de forma apropiada. Esta es la forma primaria como
podemos considerar a la autoestima como una necesidad de
supervivencia.
Un individuo que desconfía de su propia mente
está en grave desventaja para enfrentarse a las elecciones
y opciones que presenta la vida.
Considere a la autoestima positiva como el sistema
inmunológico de la conciencia, que proporciona
resistencia, fuerza y capacidad de regeneración para
enfrentar los desafíos de la vida. Para alimentar nuestra
autoestima necesitamos buscar formas de satisfacer nuestras
necesidades físicas, emocionales, intelectuales y
sociales. Alimentar nuestra autoestima es una manera de
"consentirnos a nosotros mismos", a la vez que buscamos nuestro
bienestar físico y mental. Esto significa que las
actividades que favorecen nuestra autoestima y desarrollo
personal no perjudican nuestra salud, no ponen en riesgo nuestra
seguridad y además de beneficiarnos a nosotros como
personas beneficiarán nuestro medio social. Todas las
personas requerimos alimento en el sentido amplio del
término: además de comida y las vitaminas que
conocemos, debemos procurarnos alimento físico ("Mente
sana en cuerpo sano"), social (convivencia con otros), emocional
(consentirnos y darnos oportunidad de sentirnos bien), e
intelectual (aprender por el placer de aprender no por
obligación), para crecer y desarrollarnos de manera
personal; de ahí el antiguo dicho: "No solo de pan vive el
hombre".
AFIRMACIONES:
-Si me acepto como soy, acepto a otros.
-Todos hacemos lo mejor que podemos.
-La gente es buena.
-Puedo dar y recibir amor.
-Prefiero ver lo positivo.
-Veo lo bueno en mí y en otros.
-Tengo confianza en la humanidad.
-Hay en cada ser humano un ser digno de
amor.
-Puedo entender, puedo perdonar.
-Hoy dejo ir el rencor y la culpa.
-Yo moldeo mis relaciones.
-Me gusta dar y recibir.
-Creo en la gente, creo en mí.
-Estamos progresando juntos.
-Dejo ir la envidia.
-Yo trabajo por lo que quiero.
-Me gusta la gente.
-La gente reconoce mi bondad.
-Soy cálido y amable.
-Prefiero ser compasivo.
-Siento compasión por los
demás.
-Me gusta ayudar.
-Puedo pedir ayuda cuando lo necesito.
-Mis relaciones mejoran cada día.
-Lleno mi vida de amor.
-Antes de juzgar me pongo en el lugar de los
demás.
-Prefiero ver lo bueno y lo positivo.
-Siento amor por mí y por los que me
rodean.
-Dejo de exigir y de exigirme.
-La gente es hermosa.
-Prefiero ser comprensivo.
-Soy cariñoso.
-Elijo ser solidario.
-Los demás cooperan conmigo.
-Mis faltas han
sido perdonadas.
-Dejo ir la culpa.
-Nada tengo que demostrarle a nadie.
-Puedo ser feliz.
-Me gusta compartir.
LA CAPACIDAD
DE TOMAR DECISIONES
Estudios realizados entre ejecutivos sugieren que una de
las principales causas del fracaso es la incapacidad para tomar
decisiones. Esa incapacidad se debe a una autoestima con
problemas, a la desconfianza en la propia mente y
juicio.
En muchas situaciones, debe obtenerse y analizarse mucha
información a fin de que los gerentes tomen decisiones
acertadas, y lo que aportan los demás es un factor que
contribuye a ello. Se ha escrito mucho acerca del valor de tomar
decisiones "equilibradas", pero eso debe significar algo
más que reunir adhesiones. La búsqueda de consenso
puede en realidad desviarnos de elecciones
innovadoras.
A mi juicio, el tomar decisiones se refiere a observar
el contexto más amplio posible en el momento de hacerlo.
Se trata de preguntarse:
- ¿Cuáles son todos los factores que,
presumiblemente, pueden atañer a mi
decisión? - ¿Cuáles son todas las consecuencias
predecibles de mi decisión? - ¿Quién puede verse afectado y
cómo?
En otras palabras, una persona muy consciente busca la
mayor cantidad de aportaciones relevantes que pueda encontrar
para orientar el proceso de tomar decisiones. No se trata de mi
decisión versus la de otra persona. Es una
cuestión de respeto por los hechos, de respeto a la
verdad. Uno de los distintivos de la autoestima positiva s una
fuerte orientación hacia la realidad y luego la
confianza en que su mente tomará la decisión
correcta.
En algunos contextos la autoestima positiva incluye o,
aun exige, las aportaciones de otras personas, aunque esto no
implica necesariamente realizar encuestas de
opinión. Alguien puede estar muy adelantado al resto de
personas involucradas y ver cosas que otros no pueden ver. Los
hermanos Wrigth, por ejemplo, no se molestaron en realizar una
encuesta.
El modelo del
consenso en la toma de
decisiones tiene su lugar, pero depende en alguna medida de
la capacidad de los innovadores o visionarios para lograr que
se comprendan sus ideas. Algunos no pueden explicar su
visión de forma suficientemente clara como para obtener
el respaldo para la que podría ser la mejor
decisión. Algunas ideas muy importantes se pierden
debido a esta incapacidad.
Un nivel alto de autoestima es de inestimable valor
para que un innovador logre llevar adelante el nuevo producto o
técnica o método
de gerencia.
La responsabilidad de nosotros mismos es claramente
indispensable para la autoestima positiva. Si eludimos ese
compromiso nos transformamos en víctimas de nuestras
propias vidas. Nos deja impotentes. Fortalece a unos mismo el
declarar (¡y proponérselo!):
"Soy responsable del cumplimiento de mis deseos y
metas."
"Soy responsable de mis elecciones y
acciones."
"Soy responsable de cómo me relaciono con las
personas."
"Soy responsable del nivel de conciencia y
atención con que afronto mi trabajo."
"Soy responsable de las decisiones según las
cuales vivo."
"Soy responsable de mi felicidad personal."
AFIRMACI0NES: (Cambiar la programación en tu mente, sigue el
ejemplo)
–Eres una buena persona. Sí, soy
una buena persona.
–Eres amable.
–Eres confiable.
–Eres simpático.
–Eres alegre y positivo.
-Estás lleno de energía.
-Eres muy especial.
-Estás lleno de amor.
-Eres lo máximo.
-Eres muy agradable.
-Eres seguro de ti mismo.
-Eres admirable.
-Eres emprendedor.
-Estás lleno de bondad.
-Eres exitoso.
-Eres creativo.
-Estás saliendo adelante.
-Te gusta sobresalir.
-Eres valiente.
-Eres fuerte.
-Eres considerado con los demás.
ACERCARSE A LOS
DEMAS CON ESPÍRITU BENEVOLENTE
Las personas que están felices de ser como son,
que confían en sí mismas y que están en
paz con ellas mismas, son libres emocional y
psicológicamente para acercarse a los demás con
espíritu benevolente. Quienes tienen una autoestima
positiva tienden a generar cooperación, entusiasmo
compartido y consenso más fácilmente que aquellos
que dudan más de sí mismos, son inseguros y
piensan en términos de un modelo de relaciones humanas
del tipo yo versus tú, ganador/perdedor.
Ya sea que se piense en las personas en el contexto de
una organización grande o de sus propias
vidas, las que confían en sí mismas suelen tratar
a los demás con mucho más respeto y benevolencia
que aquellas que no lo hacen, con resultados predecibles en
cuanto a su capacidad de lograr consenso.
Cuando nuestras interacciones humanas tienen dignidad,
las gozamos más; y cuando nosotros manifestamos
dignidad, nos gustamos más a nosotros mismos.
Cuando nos comportamos de maneras que sostienen la
autoestima de los otros, sostenemos la nuestra.
¿Qué le da una persona a otra? Da de si misma, de
lo más precioso que tiene, de su propia vida. Ello no
significa necesariamente que sacrifica su vida por la otra,
sino que da lo que está vivo en él –da de
su alegría, de su interés, de su
comprensión, de su conocimiento, de su humor, de su
tristeza-, de todas las expresiones y manifestaciones de lo que
está vivo en él. Al dar así su vida,
enriquece a la otra persona, realza el sentimiento de vida de
la otra al exaltar el suyo propio. No da con el fin de recibir;
dar es de por si una dicha exquisita. Algo nace en el acto de
dar; y las dos personas involucradas se sienten agradecidas a
la vida que nace para ambas.
Si deseamos nutrir la autoestima de otra persona,
hemos de relacionarnos con ella desde nuestra visión de
lo que merece y lo que vale, proporcionándole una
experiencia de aceptación y respeto.
Si tenemos el coraje de permitir que los demás
vean nuestro entusiasmo o nuestra pasión,
implícitamente les estamos comunicando que la
pasión es un valor y que ellos no deberían
reprimir la suya. Si les dejamos que vean con qué
pasión perseguimos nuestras metas, transmitimos
implícitamente nuestra aprobación de su aptitud
para afanarse apasionadamente por alcanzar una meta. Si
honramos con orgullo nuestros valores e intereses,
señalamos a los demás que tienen derecho a honrar
los suyos. Si tenemos integridad de ser quienes somos, podemos
inspirar esa integridad en los demás. Y así, al
honrar al sí-mismo, ayudamos a construir una comunidad
de personas con una saludable autoestima. El individuo no es el
adversario de la comunidad, sino su pilar más
vital.
LA
CONVICCIÓN DE QUE SOMOS DIGNOS DE
ÉXITO
"Cada experiencia es un éxito"
Esto se relaciona también con el componente de
dignidad de la autoestima, esa convicción de que somos
dignos y merecemos éxito, felicidad, confianza, respeto
y amor.
Toda la vida consiste en perseguir valores. Para ello
tengo que valorar al último beneficiario, es decir a
mí mismo. Si en mi interior no me siento digno de
éxito o felicidad, lo más probable es que no los
alcance y si lo hago seguramente no los disfrute. Solemos ver a
personas que trabajando se sienten capaces pero no dignas. En
consecuencia, trabajan y trabajan y nunca se sienten con
derecho a descansar y disfrutar de lo que han hecho.
Los que dudan de su eficacia y dignidad tienden a
experimentar temor hacia otras personas y, en consecuencia,
pueden llegar a caer en relaciones de enemistad con ellas.
Perciben a los demás como una amenaza.
Si por el contrario, confiamos en nuestra eficacia y
dignidad, tendremos menos posibilidades de caer en una
mentalidad del tipo "yo versus tú". Es más
probable que formemos relaciones cooperativas
y que seamos hábiles para crear consenso.
El arte de ser es el arte de conocernos, de
aceptarnos, de vivir en armonía con nosotros mismos y de
desarrollar, en la práctica, las más altas
posibilidades de nuestra naturaleza. Incluye tres conceptos
básicos: la conciencia de sí mismo, la auto
aceptación y la afirmación personal.
La conciencia de sí mismo, se refiere al
conocimiento de las continuas necesidades, deseos, emociones,
valores, aspiraciones, capacidades, estados mentales y
comportamientos que experimentamos.
Con el auto aceptación sobreviene el deseo de
experimentar, en vez de ignorar, cualquiera que sea la realidad
de nuestra existencia en un momento dado. La auto
aceptación es mi negativa a establecer una
relación de oposición conmigo mismo.
La afirmación personal afianza nuestra
relación con la realidad, ya que expresamos nuestra vida
interior a través de palabras y acciones. La
afirmación personal implica respetar las propias
necesidades, el propio juicio, de la misma manera en que
respetamos nuestros valores y reconocemos que para vivir
plenamente es necesario traducir el sí-mismo en
acción.
Creo que tenemos derecho de ir de éxito en
éxito a lo largo de nuestra vida. Si no lo estamos
logrando, no estamos sintonizados con nuestras habilidades
innatas, o no creemos que esto sea cierto para nosotros o no
reconocemos nuestros éxitos.
La autoestima trae consigo la sensación de
control sobre nuestra propia existencia. Tenemos una brújula interior que nos guía y
marca nuestra
dirección, de manera que sentimos el centro del control
de nuestro interior, en lugar de creer que se encuentra en
cualquier lugar del mundo exterior. Por el contrario, una
persona con una autoestima baja se siente fundamentalmente bajo
el control de los acontecimientos externos, es decir, las
decisiones y las acciones de los demás. Esta diferencia
en la manera de vivir es un reflejo del grado en que la mujer
actúa por su propia intención consciente. Los
estudios sugieren que obtenemos lo mejor de las personas cuando
les pedimos algo más de lo que piensan que pueden dar.
En otras palabras, les exigimos. Fijemos nuestras miras altas
pero no tanto que resulten paralizantes. Creo que el mismo
principio puede aplicarse a nosotros mismos.
La expectativa positiva puede ayudar a las personas a
ver más allá de sus propias
limitaciones.
Realmente no hay atajos hacia la autoestima positiva;
no podemos engañar a la realidad. Si no vivimos de forma
consciente, auténtica, responsable y con integridad,
podremos tener éxito, ser populares, ricos y pertenecer
a todos los clubes adecuados, pero sólo tendremos pseudo
autoestima. La autoestima es siempre una experiencia
íntima; es lo que pensamos y sentimos con respecto a
nosotros mismos, no lo que otra persona piensa y siente con
respecto a nosotros.
La autoestima es realmente la reputación que
obtenemos ante nosotros mismos.
Debemos recordar que la autoestima no es una
determinación por el éxito mundano, el aspecto
físico, la popularidad o cualquier otro valor que no se
halle directamente bajo el control de nuestra voluntad. Mas bien,
dependen de nuestra racionalidad, honestidad e integridad, que
son procesos volitivos, operaciones de la mente de las cuales
somos responsables.
El siguiente ejercicio de completar oraciones lo
ayudará a ubicar bien en qué lugar se halla, en
este aspecto, en el presente. En verdad, este ejercicio y los
posteriores le informarán bastante bien en qué
medida absorbió el curso hasta ahora, y quizá le
señalen los puntos que necesita elaborar
más.
Si considero los criterios con los que me juzgo a
mí mismo…
Si nadie más que yo puedo proporcionarme una
buena autoestima…
Si quisiera comprender de qué depende la
autoestima…
Una de las cosas que puedo hacer para elevar mi
autoestima es…
Ya que la autoestima positiva es el sentimiento, la
experiencia y la convicción de ser apto para la vida y sus
desafíos, y ya que nuestra mente es nuestra herramienta
básica de supervivencia, el pilar central de una
autoestima saludable es la política de vivir
conscientemente (lo cual incluye racionalidad, honestidad e
integridad). Vivir conscientemente es vivir responsablemente
hacia la realidad, con respeto por los hechos, el conocimiento y
la verdad, con la intención de generar un nivel de
percatamiento apropiado a nuestras acciones.
Si me permito entender el significado de vivir
conscientemente…
Si todavía no estoy plenamente preparado para
vivir conscientemente…
Si estuviera dispuesto a entender lo que hago cuando
actúo…
Si estuviera dispuesto a ver lo que veo y saber lo que
sé…
El auto aceptación es un rechazo a negar o
desestimar cualquier aspecto del sí-mismo: nuestros
pensamientos, emociones, recuerdos, atributos físicos,
subpersonalidades o acciones. El auto aceptación es la
negativa a mantener una relación de rivalidad con nuestra
propia experiencia. Es la base de todo crecimiento y de todo
cambio. Es, en su sentido último, el coraje de ser para
nosotros mismos. El nivel de nuestra autoestima no puede ser
más alto que el nivel de nuestro auto
aceptación.
A medida que aprendo a aceptarme…
Una de las cosas que necesito aprender a aceptar
es…
A medida que dejo de combatirme…
A medida que aspiro mis sentimientos en lugar de
resistirme a incorporarlos…
A medida que aprendo a admitir mis acciones como
propias…
Comienzo a percatarme de…
Para proteger nuestra autoestima, es menester que
sepamos evaluar nuestra conducta de la manera apropiada. Esto
incluye, primero, tener la certeza de que los parámetros
con los cuales juzgamos son verdaderamente nuestros, no meramente
los valores de los demás, con los cuales nos sentimos
obligados a aparentar que estamos de acuerdo. Segundo,
necesitamos efectuar nuestras evaluaciones con una actitud no
sólo de honestidad sino de compasión –una
voluntad de considerar el contexto y las circunstancias de
nuestras acciones, así como las opciones o alternativas
que percibimos como accesibles-. En aquellos asuntos en los que
nos sintamos verdadera y justificadamente culpables, es preciso
que tomemos las medidas específicas para resolver la culpa
en lugar de limitarnos a sufrir pasivamente.
Si vivir con culpa es una
claudicación…
Si estuviera dispuesto a perdonarme…
A medida que trato de comprender por qué
actúo como actúo…
A medida que aprendo a vivir según mis propios
parámetros…
Debemos aprender a no disculparnos nunca por nuestras
virtudes, ni reprocharnos por ellas, ni tratar de desestimarlas.
Debemos tener el coraje de reconocer nuestros puntos fuertes y
nuestros aciertos. De otro modo, inevitablemente traicionamos a
nuestra autoestima.
Si me niego a disculparme por mis virtudes…
Si soy honesto con respecto a mis aciertos…
Si disfruto de mí mismo…
Si admito que me gusto a mí mismo…
Es necesario que reconozcamos a nuestros
sub-sí-mismos o sub-personalidades, que nos hagamos amigos
de ellos, dialoguemos con ellos y, en definitiva, que los
admitamos, para poder sentirnos enteros, no divididos, sino
integrados.
A medida que aprendo a admitir a mi sí-mismo
niño…
A medida que aprendo a admitir a mi sí-mismo
adolescente…
Si desestimo a la persona que fui alguna
vez…
Si me hago amigo de todas las partes de mí
mismo…
Estoy comenzando a ver que…
Necesitamos vivir activa y no pasivamente, asumir la
responsabilidad de nuestras elecciones, sentimientos, acciones y
bienestar –asumir la responsabilidad del cumplimiento de
nuestros deseos- para así hacernos responsables de nuestra
propia existencia. Como la independencia, la productividad es una
virtud básica de la autoestima, y el trabajo es una de las
formas prácticas de manifestar la auto
responsabilidad.
Si me hago plenamente responsable de mis
acciones…
Si me hago plenamente responsable de las cosas que
digo…
Si insisto en culpar a los demás…
Si insisto en verme como una
víctima…
Si acepto que sólo yo puedo lograr mi
felicidad…
La auto confianza y el auto respeto se sostienen
viviendo auténticamente. En esto consiste el coraje de ser
quienes somos, preservando la coherencia entre nuestro
sí-mismo interior y el sí-mismo que presentamos al
mundo. En sentido literal, significa vivir auto afirmativamente;
que manifestemos al mundo aquello que pensamos, valoramos y
sentimos. No nos entregamos al submundo de lo inexpresado y de lo
no vivido.
A medida que aprendo a ser más sincero acerca de
lo que pienso y siento…
A medida que aprendo a ser sincero acerca de mis
deseos…
Cuando pienso en algunas de las mentiras según
las cuales he vivido…
Cuando esté preparado para abandonar esas
mentiras…
Si necesito tiempo para aprender a vivir con
integridad…
Si estuviera dispuesto a darme el tiempo que necesito
para aprender…
Si estuviera dispuesto a comunicar a la gente lo que
siento por dentro…
Si estuviera dispuesto a mostrar a la gente quién
soy…
A medida que aprendo a ser sencillamente yo
mismo…
Al apoyar la autoestima de los otros, apoyamos la
nuestra. Así, el vivir con benevolencia sirve a la
autoestima.
Si trato a los demás con respeto y
benevolencia…
Si ofrezco a los otros la buena voluntad que pretendo de
ellos…
Si me permito comprender lo que he estado
leyendo…
Si acepto que quizás aún no esté
preparado para absorber todos estos conocimientos…
Si me doy permiso para crecer a mi propio
ritmo…
Si éste es el comienzo de una gran
aventura…
Necesitamos comprender que, como ideal ético,
psicológico, la autoestima implica y presupone el supremo
valor de una vida individual. Descansa sobre una visión
moral que ve en cada persona un fin en sí misma y
–en oposición a la doctrina de la autorrenuncia y el
auto sacrificio- defiendo como principio rector el interés
racional por uno mismo.
Si no vivo para servir a los otros…
Si los otros no viven para servirme…
Si mi vida me pertenece a mí…
Si realmente tengo derecho a existir…
Si el auto sacrificio no me brindara la
autoestima…
Si hace falta coraje para ser honorablemente
egoísta…
Comienzo a percatarme de…
¿Cómo podemos elevar nuestra autoestima?
Practicando estas conductas. Viviendo conscientemente,
aceptándonos a nosotros mismos, con responsabilidad,
autenticidad, benevolencia e integridad.
Además, a medida que usted crezca en
autoestima:
-Su rostro, sus gestos y su manera de hablar y de
moverse tenderán naturalmente a proyectar el placer que le
causa estar vivo.
-En algún momento notará que es
más capaz de hablar de sus logros o de sus
imperfecciones de manera directa y honesta, puesto que
mantendrá una buena relación con los
hechos.
-Quizás descubra que se siente más
cómodo al dar y recibir elogios, expresiones de afecto,
aprecio, etc.
-Tenderá a estar abierto a la crítica
y a sentirse bien al reconocer equivocaciones, pues su autoestima
no está atada a una imagen de
"perfección".
-Sus palabras y movimientos tenderán a ser
desenvueltos y espontáneos, ya que usted no está en
guerra con usted mismo.
-Habrá cada vez más armonía entre
lo que usted diga y haga, y su aspecto, su modo de hablar y de
moverse.
-Descubrirá que tiene una actitud cada vez
más abierta y curiosa hacia las ideas y experiencias
nuevas, las nuevas posibilidades que le ofrece la vida, puesto
que para usted ésta se ha convertido en una
aventura.
-Los sentimientos de angustia o inseguridad, si se
presentan, tendrán menos posibilidades de intimidarlo o
abrumarlo, ya que manejarlos y elevarse por encima de ellos le
parecerá más fácil.
-Es muy probable que descubra que disfruta de los
aspectos risueños de la vida, en usted y en los
otros.
-Será más flexible al responder a
situaciones y desafíos, movido por un espíritu de
inventiva e incluso una capacidad lúdica, ya que
confía en su mente y no ve la vida como una fatalidad o
una derrota.
-Se sentirá más cómodo con una
conducta enérgica (aunque no beligerante); será
más rápido para defenderse y hablar por usted
mismo.
-Tenderá a preservar la armonía y la
dignidad en situaciones de estrés, ya que cada vez le
resultará más natural sentirse centrado.
¿Sufrirá cambios en su vinculación
con la gente, el trabajo y las actividades recreativas?
Será casi inevitable. ¿Conocerá momentos de
conflicto,
crisis, decisiones difíciles? Desde luego; son
intrínsecos a la vida. ¿Se sentirá
dueño de mayores recursos para responder a esos
desafíos? Rotundamente sí.
Incluso en el nivel físico, pueden producirse
cambios notables a medida que desarrolla su auto confianza y su
auto respeto:
-Sus ojos se volverán más alertas,
brillantes y vivaces.
-En algún momento su rostro se tornará
más relajado y (salvo en caso de enfermedad)
tenderá a mostrar un color natural, más en
línea con su cuerpo.
-Su mandíbula tenderá a estar más
relajada.
-Sus manos tenderán a estar más relajadas,
elegantes y tranquilas.
-Sus brazos tenderán a pender de una forma
natural y relajada.
-Su postura tenderá a ser relajada, erecta, bien
equilibrada.
-Su modo de caminar será resuelto (sin ser
agresivo ni arrogante).
-Su voz tenderá a adquirir modulaciones adecuadas
a las diversas situaciones, y su pronunciación será
clara.
Lo más probable es que exhiba estos rasgos cada
vez en mayor medida, como se ha observado en hombres y mujeres
que gozan de una alta autoestima, en los cuales se nota la
presencia de estas características físicas,
así como de las psicológicas mencionadas
antes.
Hay que recapacitar en lo siguiente:
- Tus pensamientos afectan tu estado de ánimo y
hasta la forma en que reacciona tu cuerpo. - Tus creencias, reales o imaginarias afectan tus
pensamientos.. - Cualquier cosa que imaginas es real para ti y
reaccionas como si fuera tal.
No importa cual sea la realidad, tú actúas
conforme a lo que pasa, sino a lo que tú crees que
pasa.
El aumento de la autoestima torna las cosas
diferentes. Cuando usted tenga claro en qué consiste esa
diferencia, sabrá que obtenerla vale la
pena.
Y al comprometerse a realizar el viaje,
descubrirá que el viaje ha comenzado.
La autoestima es una evaluación de mi mente, mi
conciencia y, en un sentido profundo, de mi persona. No se trata
de una evaluación de determinados éxitos o
fracasos, tampoco de determinados conocimientos o habilidades. Es
decir, puedo estar muy seguro de mí mismo en el nivel
fundamental, y sin embargo sentirme inseguro de mis capacidades
en situaciones sociales específicas. De la misma manera,
puedo desenvolverme bien en el trato social y, aun así,
ser inseguro y dubitativo en mi interior. La autoestima es
contagiosa. Trata siempre de tener una persona de apoyo, alguien
en quien confiar, con quien compartir tus logros.
Más aún, puedo ser amado por todo el mundo
y no amarme a mí mismo. Puedo ser mundialmente admirado y,
sin embargo, no admirarme. Puedo considerarme brillante, pero yo
pensar que soy intelectualmente nulo. La autoestima es amor.
Cuando aprendemos a querernos a nosotros mismos, estamos listos
para querer a los demás y a los que nos rodean.
Puedo ser una persona de grandes éxitos y aun
así sentirme un fracaso, por no haber cumplido mis propias
expectativas. La autoestima es auto descubrimiento. Cuando
tenemos autoestima descubrimos nuestro interior, esto nos da la
base para conocer quiénes somos y cuáles son
nuestras capacidades; nuestro verdadero "yo" sale a
flote.
Sentirse competente para vivir significa tener confianza
en el funcionamiento de la propia mente. Sentirse merecedor de la
vida quiere decir tener una actitud afirmativa hacia el propio
derecho de vivir y ser feliz. La autoestima es cósmica.
Sí, es cósmica porque todo el potencial del
universo está dentro de nosotros mismos. Todo ser humano
lleva dentro un universo, sólo es cuestión que
busquemos en nosotros esa grandeza.
El primer paso que tiene que dar cualquier persona que
pretenda superarse o desarrollar al máximo su potencial o
mejorar cualquier aspecto de su vida, es el aceptarse tal y como
es; Darse cuenta que lo que es en este momento es el resultado de
su historia, de una serie de circunstancias que rodearon su
infancia y de las decisiones que ha tomado hasta
ahora.
Ya es tiempo de ser tu amigo y no tu enemigo, deja
atrás las exigencias, las comparaciones, la
frustración, la tristeza, el rencor y todo lo que detiene
tu desarrollo. Es tiempo de quererte mucho y de reconocer que
tú tienes el poder de estar más feliz, más
satisfecho, más en paz.
Llegó el momento de reconocer que nadie lo
hará por ti, nadie te dará lo que quieres o lo que
necesitas, todo depende de ti y de cuánto te
quieras.
Haz todo lo que puedas para que tu cambio
transformacional sea una alegría y un placer.
¡Diviértete!
AVILA, C. Y Virgilio Muñoz (1999).
Formación Cívica y ética
2. México:
Trillas.
ÁNGEL REAL, Francisco (1999). Autoestima:La
llave del éxito. Programación mental positiva.
México.
ARREOLA y et. Al (2000). Manual de desarrollo
humano. Instituto Politécnico
Nacional.
BRANDEN, N. (1997). Cómo mejorar su
autoestima. México: Paidós.
BRANDEN, N. (1990). El respeto hacia uno
mismo. México: Paidós.
BRANDEN, N. (1993). El poder de la autoestima.
México: Paidós.
BRANDEN, N. (1999). La autoestima de la mujer.
México:Paidós.
BUCAY, JORGE (2002). De la autoestima al
egoísmo. México: Océano.
COVEY, F. (1997). Los siete hábitos de la
gente altamente efectiva. México:
Paidós
DIF-ASUME. Desarrollo integral del adolescente,
superación personal. 7ª ed.
FROMM, E. (1981). El arte de amar.
México: Paidós Studio.
HAY, L. (1991). Tú puedes sanar tu
vida. México: Diana.
PALLADINO, C. (1998). Cómo desarrollar la
autoestima. México:
Iberoamérica.
PICK, S., Martha Givaudan y Ángela
Martínez (1995). Aprendiendo a ser papá y
mamá. México: Ariel escolar.
PICK, S y Martha Givaudan (1995). Yo papá,
yo mamá. México: Ariel Escolar.
PICK, Susan y et al. (1995). Planeando tu
vida. 7ª. Edición. México: Ariel
Escolar.
PICK, S., y et al (1999). Formación
cívica y ética, segundo grado.
México:Limusa
RIVEIRO, L. (1997). Aumente su autoestima.
Barcelona: Urano, S. A.
RODRÍGUEZ, M. (1988). Comunicación y
superación personal. México: Manual
Moderno.
SERIE: Capacitación integral.
México: El Manual Moderno, S. A. De C.V.
STEMBERG, l. (1999). Contraanálisis.
11a. Edición. Plaza & Janés Editores:
México
LIC. MARTHA N. CARAVEO PACHECO
Campeche, Cam.,
SECUD
SUBSECRETARIA DE COORDINACIÓN
EDUCATIVA
DIRECCIÓN DE FORMACIÓN Y
ACTUALIZACIÓN DOCENTE
DEPARTAMENTO DE ACTUALIZACION DOCENTE
CENTRO DE ACTUALIZACION DEL MAGISTERIO
CURSO-TALLER