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Hipertensión arterial sistémica




Enviado por lino_leonardosaul



    1. Abreviaturas
    2. Hipertensión arterial
      sistémica
    3. Medición de la
      presión arterial
    4. Etiología
    5. Regulación
      fisiológica de la presión
      arterial
    6. Anatomía
      patológica
    7. Hipertensión
      esencial
    8. Crisis
      hipertensivas
    9. Referencias
    10. Apéndice 1. Formas
      clínicas de la hipertensión
    11. Apéndice 2.
      Fármacos hipotensores
    12. Apéndice 3. Caso
      clínico

    Abreviaturas

    ARA 2: Antagonistas de los
    receptores de Angiotensina II

    BBs: beta bloqueadores

    BCC: Bloqueadores de canales de calcio

    EPOC: Enfermedad pulmonar obstructiva
    crónica

    HAS: Hipertensión arterial
    sistémica

    IECA: Inhibidores de la enzima convertidora de
    angiotensina

    ICC: Insuficiencia cardiaca congestiva

    IAM: Infarto agudo al miocardio

    PA ó TA: presión
    arterial

    PAD: presión arterial
    diastólica

    PAS: Presión arterial
    sistólica

    Hipertensión Arterial Sistémica
    (HAS)

    La hipertensión arterial sistémica,
    (definida como la elevación crónica de la
    presión arterial sistólica y/o diastólica)
    es una de las enfermedades crónicas
    más frecuentes, afectando aproximadamente a 1
    billón de personas en el mundo, y u importancia
    clínica es que indica un futuro riesgo de
    enfermedad vascular.1 El diagnóstico se establece con la medición de la tensión
    arterial.2 Debido a que la forma más frecuente
    de HAS es la hipertensión esencial, esta revisión
    se centrará en esta forma de
    hipertensión.

    Epidemiología

    • El tipo más frecuente de HAS es la forma
      primaria o esencial.
    • El 6-8% del total de la población padece alguna forma de
      hipertensión. 12
    • Prevalencia.
      • A nivel mundial, 20-25% de los adultos presentan
        cifras tensionales consideradas por definición como
        hipertensión, y de ellos el 70% vive en
        países en vías de desarrollo.2, 4, 6
      • En México, según la encuesta
        nacional de salud
        (año 2000) la prevalencia es del 30.05%
        (población de 20-69 años) y es mayor en los
        estados del Norte. Según esta encuesta, 61% de la
        población hipertensa desconocía su
        enfermedad. La prevalencia hasta antes de los 50
        años es mayor para los hombres, pero después
        de esta edad se equiparan.4 (Figura
        1)
    • Mortalidad.
      • La relación entre presión arterial
        y riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD) es continuo,
        consistente e independiente de otros factores de riesgo.
        Para personas normotensas, a los 55 años de edad
        tienen un 90% de riesgo de por vida para desarrollar
        hipertensión. Después de los 40 a70
        años de edad, cada incremento de 20 mmHg en la
        presión sistólica o 10 mm/Hg de la
        diastólica dobla el riesgo de CVD en el rango entero
        de 115/75 a 185/115 mmHg.1
      • En México la HAS para el año 2002
        ocupó la 9ª causa de muerte
        en la población general, con un total de 10, 696
        muertes, con tasa de 10.38 defunciones por cada 100, 000
        habitantes.3 Según el CENSO de
        población y vivienda 2000, habían 49.7
        millones de mexicanos entre los 20 y 69 años, de los
        cuales 15.16 millones (30.05%) fueron hipertensos. Tomando
        a la tasa más baja de mortalidad por HAS (1.5%),
        significó que en el año 2000 ocurrieron
        227,400 muertes atribuibles a HAS y por lo tanto
        potencialmente prevenibles. En otras palabras, una muerte
        cada 2 minutos. Si bien a este número de muertes
        potenciales hay que restar el 14.6% de pacientes
        hipertensos controlados, la cifra se reduciría a
        194,199, es decir una muerte cada 3 minutos.
        4
    • Edad y sexo.
      Aumenta con edad en ambos sexos. La presión arterial
      sistólica aumenta en mayor medida conforme avanza la
      edad que la diastólica, por lo que se incrementa la
      presión del pulso. Es más frecuente en mujeres de
      tercera edad. 1,15
    • Raza. La prevalencia es mayor en la raza negra
      (32.4%) y menor en blancos (23.3%) y Mexicanos Americanos
      (22.6%). 14
    • Herencia. La PA de los familiares de primer
      grado se correlaciona significativamente.
    • Factores ambientales. Estrés,
      ocupación, factores dietéticos, exposición durante mucho tiempo a
      ambientes psicosociales adversos. La prevalencia, morbilidad y
      mortalidad es mayor cuanto más bajo es el nivel
      socioeconómico y educativo.2,14
    • Factores dietéticos. Sobrepeso, esta
      relación es más intensa en individuos
      jóvenes y adultos de mediana edad, y más en
      mujeres que en varones. Los factores más relacionados
      son obesidad
      –especialmente abdominal (se reconoce como el principal
      factor hipertensinógeno), resistencia a
      la insulina, alta ingesta de alcohol,
      alta ingesta de sal, sedentarismo, estrés y
      baja ingesta de potasio y calcio.14 El 25% de los
      hipertensos menores de 60 años presentan resistencia a
      la insulina, intolerancia a la glucosa,
      hiperinsulinemia, hipertrigliceridemia, hiper-colesterolemia y
      descenso del colesterol HDL, asociación conocida como
      síndrome
      metabólico.
      12

    Figura 1. Prevalencia de HAS por
    sexo.

    Velázquez Monroy O et al.
    Hipertensión arterial en México: Resultados de
    la Encuesta Nacional de Salud (ENSA) 2000.
    Arch cardiol Mex
    2002; 72 (1): 75

    Medición de la
    PA

    El control de la
    presión arterial comienza con una adecuada medición
    que lleva a un buen diagnóstico de la misma y a un
    tratamiento adecuado. La importancia de la correcta
    medición reside en el hecho de que con un error
    sistemático de medición, una subestimación
    de la verdadera presión arterial de 5 mm podría
    significar que 21 millones de personas pudieran beneficiarse del
    tratamiento antihipertensivo; y por el contrario, un error
    sistemático de 5 mmHg podría clasificar
    erróneamente a 27 millones de personas como hipertensas
    cuando no lo son y exponerlos a los riesgos de los
    medicamentos antihipertensivos.6

    El "gold standard" para la medición de la
    presión arterial es la medida intraarterial con
    catéter, también llamada presión arterial
    directa;5 sin embargo, por su precisión,
    reproductibilidad, rentabilidad y
    adecuado conocimiento,
    el esfigmomanómetro de mercurio (Riva-Rocci, 1896)
    generalmente se mantiene como el "Gold standard" para la
    medición de la presión arterial en la
    clínica, sobre todo comparándolo contra otro tipo
    de dispositivos para la medición de la presión
    arterial.6 Cuando se comparan los hallazgos de las
    lecturas intraarteriales con la técnica auscultatoria, la
    Fase I de Korotkoff aparece de 3-15 mmHg por debajo de la
    presión sistólica intraarterial (promedio 3mmHg) y
    la fase V desaparece de 3-9 mmHg sobre la presión
    diastólica verdadera (promedio 9 mmHg).5,7 De
    estos dispositivos, el esfigmomanómetro aneroide es el que
    más se acerca al de mercurio en precisión, dando
    lecturas de tan solo 4-7 mmHg menores, pero debe ser calibrado
    con uno de mercurio y con cada uso va perdiendo precisión
    y debe ser calibrado cada 6 meses.5,9 Los dispositivos
    para uso ambulatorio en casa son poco precisos porque no
    están bien estandarizados, son oscilómetros y
    utilizan algoritmos
    para calcular la presión arterial; su principal
    implicación es descartar la hipertensión de bata
    blanca, descartar la HAS cuando los valores
    son limítrofes, identificar hipertensión nocturna,
    resistencia al tratamiento, hipertensión en el embarazo, y
    automonitoreo.5-11 (para mayor información consúltense referencias
    11 y 12).

    Estos métodos
    anteriormente mencionados se conocen como presión arterial
    indirecta o esfigmomanometría; y la técnica usada
    es la descrita por Riva-Rocci y Korotkoff (1910) y lleva
    más de 100 años utilizándose.9
    Sin embargo, hay muchas fuentes de
    error en las mediciones, tanto de los instrumentos, como del
    observador; y la mayor parte de las veces el error lo comete el
    observador.9 Los errores en el equipo son: mal
    calibración, mal uso, mal estado, medida
    inadecuada del brazal (uno muy chico sobreestima la
    presión y uno muy grande la subestima5,7). Los
    errores del observador más frecuentes son:

    • Error sistemático: pobre concentración,
      baja audición, confusiones o desconocimiento,
      desconocimiento de los ruidos de Korotkoff.
    • Preferencia por dígitos: tendencia a redondear
      a 0 ó a 5.
    • Errores en su técnica: excesiva rapidez al
      desinsuflar el manguito, observador no se halla cerca de la
      columna de mercurio con la vista a nivel del
      menisco.
    • Perjuicio del observador o tendencias: tendencia a
      registrar mediciones favorables en jóvenes con valores
      reales limítrofes; categorizar hipertensos a obesos o
      pacientes de edad media
      con valores limítrofes. Este es quizá la fuente
      principal de error.9

    Anchura normal del brazal para adultos es 13-15 cm
    (largo 30-35 cm); pero las dimensiones de la bolsa interior de
    goma es muy importante, debe ser lo bastante ancha para cubrir
    dos tercios de la longitud del brazo y suficientemente larga para
    abarcar al menos 80% de su circunferencia. Debe medir: en
    niños
    (máxima circunferencia del brazo 17 cm) 4 x 13 cm,
    adolescentes y
    adultos muy delgados (circunferencia de brazo 26 cm) 10 x 26 cm,
    la mayoría de los adultos (circunferencia de brazo 33 cm)
    12 x 26 cm y en obesos (circunferencia de brazo 50 cm) 12 x
    40.8

    Consideraciones en la toma de la presión
    arterial

    El tamizaje de adultos para detectar la HAS es altamente
    costo-efectivo.
    Sin embargo, es necesario considerar los factores que hacen que
    varíe la presión arterial. La presión
    arterial sistémica difiere con cada latido cardiaco, con
    el ciclo respiratorio, minuto a minuto (4 mm de presión
    arterial sistólica y 2-3 mmHg de diastólica) y
    día con día (5-12 mmHg de sistólica y 6-8
    mmHg de diastólica) con un ciclo circadiano (15/12 mmHg
    más baja en la noche que en el
    día).5

    Las influencias en la presión arterial pueden ser
    significantes, llevando a incrementos de hasta 20 mmHg , y si son
    ignorados o no reconocidos, se puede diagnosticar
    erróneamente hipertensión.8 Los factores
    bien conocidos que afectan las lecturas en más de 5 mmHg
    son: hablar, exposición aguda al frío, reciente
    ingesta de alcohol, posición incorrecta del brazo,
    tamaño incorrecto del brazal, consumo de
    nicotina.7, 16 Además, el "efecto de bata
    blanca" eleva la toma de presión arterial hasta 20/10
    mmHg7 en hasta 20% de los pacientes.16,17
    La hipertensión de bata blanca es aquella que aparece
    sólo en las ocasiones en las que el paciente visita los
    servicios de
    salud, es mayor a 140/90 mmHg y el promedio de lecturas
    ambulatorias son <135/85 mmHg.16 Claves para
    detectar la presencia de este efecto son: mediciones
    clínicas persistentemente elevados en ausencia de daño
    orgánico por hipertensión, altas mediciones
    relacionadas con síntomas de hipotensión postural,
    marcada discrepancia entre las lecturas obtenidas por el
    clínico y aquellas obtenidas en otras
    situaciones.7 Para demostrarlo, se puede realizar una
    medición ambulatoria de la presión arterial durante
    24 horas.7,10,17 Aunque es asociada con un bajo riesgo
    cardiovascular, es necesaria la evaluación
    posterior de estos pacientes, porque puede progresar a
    hipertensión definitiva.16,17

    Mediciones de la presión arterial en sujetos
    especiales:

    • Niños. Los sonidos de Korotkoff no son
      audibles en todos los niños, sobre todo en los menores
      de 5 años. Por esta razón, si se escuchan, es
      preferible considerar solamente la presión
      sistólica, o se puede realizar detección con
      Doppler, ultrasonido u
      oscilometría.8
    • Adultos mayores. Son más propensos a
      pseudohipertensión, efecto de bata blanca.
      Además, debe tomarse su presión de pié
      rutinariamente, porque son más propensos a
      hipotensión postural. 16
    • Personas obesas. Requieren brazal de tamaño
      adecuado.
    • Arritmias. Hay mayor variación latido a latido
      que dificulta la medición de la presión arterial
      real.16
    • Embarazo. En algunos casos los ruidos de fase IV de
      Korotkoff son audibles hasta los 0 mmHg, entonces, en estos
      casos, es decir, no hay fase V (desaparición de los
      sonidos). Entonces, deberá considerarse la fase IV
      (atenuación y cambio de
      tono de los ruidos) como la medida de presión
      diastólica. 8

    La diferencia de presión entre ambos brazos
    generalmente difieren, pero en 20% de los pacientes se presenta
    una diferencia >10 mmHg.16 Si la diferencia es
    mayora 20 mmHg de sistólica o 10 mmHg de
    diastólica, y son presentes en al menos tres mediciones
    consecutivas el paciente deberá referirse a un centro
    cardiovascular para futura
    evaluación.8

    Técnica para medir la presión
    arterial

    Hay diversas técnicas
    descritas desde principios de
    siglo, pero la tendencia actual a estandarizar las mediciones
    llevó a la elaboración de lineamientos para
    realizar estas mediciones. La técnica que presento a
    continuación es la recomendada por la American Heart
    Association,5,16 establecida desde 1993 y es la
    siguiente:

    1. Sentar al paciente tranquilo, en un ambiente
      calmado, los pies con las plantas en
      el suelo, y la
      espalda recargada en el respaldo , con su brazo en muy ligera
      flexión descansando sobre una superficie dura u otro
      soporte de manera que el paciente no haga fuerza y el
      punto medio del brazo quede a la altura del corazón.
    2. Estimar por inspección la medida del brazal
      que se usará. Se mide en el punto medio entre el acromio
      y el olécranon.
    3. Palpar la arteria braquial y poner el brazal de
      manera que el punto medio de la bolsita inflable quede sobre el
      pulso de la arteria braquial, entonces se ajusta el brazal
      sobre el brazo, sin dejarlo muy flojo, pero sin ajustarlo
      demasiado. El borde inferior del brazal deberá quedar
      2-3 cm sobre el pliegue de la fosa cubital, el sitio donde se
      colocará la cabeza del estetoscopio.
    4. Colocar el manómetro de mercurio o el marcador
      del aneroide en el centro de nuestra visión,
      fácilmente observable. La mirada deberá seguir el
      menisco de la columna de mercurio. No permitir que las
      mangueras choquen o se enreden entre ellas.
    5. Palpar el pulso braquial o radial y comenzar a
      insuflar el brazal rápidamente hasta los 70 mmHg, e
      incrementar a intervalos de 10 mmHg. Notar el nivel al cual el
      pulso desaparece y subsecuentemente reaparece durante la
      desuflación. Este método
      (palpatorio), provee una aproximación preliminar de la
      presión arterial sistólica, para establecer el
      nivel adecuado de insuflación cuando la medición
      se haga por auscultación. El método palpatorio es
      particularmente útil para evitar subinsuflación
      del brazal en pacientes con brecha auscultatoria (silencio
      entre la fase I y II de Korotkoff); y la
      sobreinsuflación en aquellos con presión arterial
      muy baja.
    6. Colocar las piezas para oído del
      estetoscopio en los canales auditivos, cambiar la cabeza del
      estetoscopio a la posición para menor frecuencia
      (campana ó presión leve en los modelos de
      diafragma ajustable), confirmar la posición escuchando
      la cabeza del mismo mientras es golpeada ligeramente.
      También se puede utilizar el diafragma, ya que la
      sensibilidad auditiva es casi tan buena como con la campana
      (que es superior).
    7. colocar la cabeza del estetoscopio sobre la arteria
      braquial, justo sobre la fosa antecubital en su porción
      medial, firmemente pero no apretando, cuidando que toda la
      superficie de la campana o diafragma esté sobre la
      piel y que
      quede debajo del borde del brazal.
    8. Inflar rápidamente el brazal y llevarlo 20-30
      mmHg sobre el nivel previamente establecido mediante
      palpación, luego, abrir parcialmente la válvula y
      desinflar a 2 mmHg/seg cuando se escuche la aparición de
      los ruidos de Korotkoff (fase I).
    9. Escuchar atentamente hasta el nivel en que los ruidos
      comienzan a disminuir en intensidad y frecuencia (Fase IV) y el
      momento en que ellos desaparecen (fase V). Durante el periodo
      en que los ruidos de Korotkoff son audibles, la
      desuflación del brazal no debe ser mayor a 2 mmHg/latido
      del pulso.
    10. Después de la desaparición de los
      sonidos de Korotkoff, el brazalete debe ser desinflado
      lentamente al menos otros 10 mmHg más, para asegurarse
      que no son audibles otros sonidos; entonces, se puede desinflar
      rápidamente y por completo el brazal, y el sujeto
      podrá descansar al menos 30 segundos.
    11. La presión sistólica (Fase I) y
      diastólica (Fase V) deberá anotarse de inmediato,
      redondeando (hacia arriba) a los 2 mmHg más cercanos.
      Anotar la fecha, hora, brazo y posición del
      sujeto.
    12. La medición deberá repetirse
      después de 30 segundos y las 2 lecturas
      promediadas.
    13. En la primera visita deberá tomarse la
      presión de ambos brazos, y en el que se mida mayor
      presión será usado en las visitas
      subsecuentes.
    14. Pueden realizarse mediciones adicionales, en el mismo
      brazo o en el otro, y en posiciones diferentes.

    Etiología

    El 80-95% es idiopática o
    esencial.14,18 Cuando existe una alteración
    específica de un órgano responsable de la
    hipertensión se dice que la hipertensión es
    secundaria, y corresponde hasta un 20% (15% en promedio). Si la
    alteración es funcional o generalizada también se
    define como esencial.2

    Las causas frecuentes de hipertensión secundaria
    se comentan en la tabla 1.

    Causas más frecuentes
    de hipertensión

    1. Hipertensión sistólica y
    diastólica

    -Hipertensión esencial (80-95% de todos
    los casos)

    -Hipertensión secundaria:

    • Renal
      • Enfermedades parenquimatosas
      • Glomerulonefritis aguda y
        crónica
      • Nefritis crónica:
        pielointersticial, hereditaria, irradiación,
        etc.
      • Riñón
        poliquístico
      • Conectivopatías y vasculitis con
        afección renal
      • Tumores secretantes de renina
        (hemangiopericitoma, Wilms)
      • Unilaterales: atrofia renal segmentaria,
        hidronefrosis
      • Vasculorrenal
      • Retención primaria de sodio
        (síndromes de Liddle, y de
        Gordon)
    • Endocrina
      • Hiperfunción
        corticosuprarrenal
      • Síndrome de Cushing
      • Hiperaldosteronismo primario
      • Hiperplasia suprarrenal
        congénita
      • Feocromocitoma y tumores
        afines
      • Acromegalia
      • Hipotiroidismo
      • Hiperparatiroidismo
      • Hemangioendotelioma
    • Exógena
      • Anticonceptivos orales
        (estrógenos)
      • Glucocorticoides
      • Mineralocorticoides: regaliz, pomadas,
        carbenoxolona
      • Simpaticomiméticos
      • Inhibidores de la monoaminoxidasa:
        alimentos con tiramina
      • Antidepresivos
        tricíclicos
      • Ciclosporina
    • Coartación de aorta,
      aortitis
    • Hipertensión inducida por el
      embarazo
    • Neurógena (afecta reflejos
      vasomotores)
    • Psicógena
    • Aumento brusco de la presión
      intracraneal (Triada de Cushing)
    • Acidosis respiratoria
    • Encefalitis
    • Tumor cerebral (secreta
      catecolaminas)
    • Isquemia cerebral
      (vertebrobasilar)
    • Saturnismo
    • Disautonomía familiar (síndrome
      de Riley-Day)
    • Porfiria aguda
    • Sección de la médula
      espinal
    • Síndrome de
      Guillain-Barré
    • Otros
    • Policitemia
    • Aumento del volumen intravascular
    • Quemados
    • Síndrome carcinoide
    • Intoxicación por plomo
    • Abuso de alcohol

    2. Hipertensión sistólica con
    aumento de la presión del pulso

    • Gasto cardíaco aumentado
    • Fístula arteriovenosa
    • Insuficiencia de válvula
      aórtica
    • Tirotoxicosis
    • Enfermedad de Paget
    • Circulación
      hipercinética
    • Distensibilidad disminuida de la aorta
      (arteriosclerosis)

    Tabla 1. Hipertensión
    secundaria. De: Farreras, Rozman. Tratado de medicina interna. 14ª ed, Barcelona,
    Mosby-Doylma, 1996: 670

    Regulación
    fisiológica de la presión arterial

    Determinan la PA: El
    GC y la resistencia vascular
    periférica
    . El GC depende del volumen
    sistólico del ventrículo izquierdo y de la
    frecuencia cardíaca. Sobre el GC influirán el
    retorno venoso, la estimulación simpática, la
    estimulación vagal y la fuerza del miocardio. La
    resistencia vascular al flujo de la sangre depende
    del diámetro de la luz del vaso; las
    pequeñas arterias y arteriolas (diámetro <1 mm)
    las que ofrecen mayor resistencia. Si las arteriolas están
    completamente dilatadas los grandes vasos son los principales
    determinantes. La vasoconstricción periférica
    depende de: 1) tono basal (actividad intrínseca del
    músculo liso vascular); 2) de los metabolitos locales
    (ácido láctico, potasio, CO2, etc.) que
    modifican el flujo sanguíneo según las necesidades
    metabólicas; 3) sistemas
    hormonales locales (prostaglandinas, sistema
    calicreína-bradicinina, sistema renina-angiotensina,
    histamina, serotonina, óxido nítrico, endotelina);
    4) de las hormonas
    sistémicas circulantes (sistema renina-angiotensina,
    catecolaminas) y 5) del SNA.2

    La PA sistémica se mantiene a un nivel que
    permite el buen funcionamiento del cerebro, una
    correcta presión de perfusión renal y una
    perfusión suficiente de las arterias coronarias. Entre los
    sistemas de
    control, cuatro son fundamentales: los barorreceptores
    arteriales, el metabolismo
    hidrosalino, el sistema renina-angiotensina y la
    autorregulación vascular.19

    Con frecuencia se hallan varias anormalidades en una
    misma forma de hipertensión. La hipertensión
    esencial tiene la patogenia más complicada, es
    multifactorial y probablemente intervienen de manera primaria o
    secundaria el riñón.14

    Barorreceptores arteriales. Informan a los
    centros vasomotores medulares, los cuales mantienen la respuesta
    cardiovascular a los cambios circulatorios.

    Existen tres tipos:

    • De alta presión, en el seno carotídeo y
      el cayado aórtico
    • De baja presión, situados en la arteria
      pulmonar y en ambas aurículas,
    • De alta y baja presión, en el
      ventrículo izquierdo y arterias aferentes
      renales.

    El arco aferente lo forman fibras del IX par
    cranealÒ
    impulsos son procesados en tronco encefálico
    alrededor de los núcleos del tracto solitario, en
    conexión con el sistema corticohipotalámico. Las
    fibras eferentes están constituidas por nervios
    simpáticos, que se dirigen hacia el corazón y los
    vasos, moduladas por centros vasomotores
    medulares.19

    La actividad barorreceptora disminuye con la edad
    atribuible a la esclerosis de la pared.

    Metabolismo hidrosalino. La retención de
    sodio con la ingesta elevada de sal provoca inicialmente
    hipertensión con un volumen extracelular elevado, GC alto
    y RVP normales. La hipertensión esencial se asocia casi
    siempre a GC normal y RVP elevadas.13

    El paso de un patrón hemodinámico a otro
    se ha atribuido a: a) vasoconstricción refleja
    (autorregulación); b) liberación del
    inhibidor Na+K+ ATPasa, y c) cambios estructurales en la
    pared de las arterias y las arteriolas.

    Normalmente pequeñas elevaciones de la PA
    producen aumentos de la excreción renal de sodio y
    agua. El
    aumento de la presión de perfusión es transmitido a
    los capilares peritubulares, con lo que se eleva la
    presión hidrostática en éstos y, por tanto,
    se reduce la reabsorción proximal de sodio. En el paciente
    con HAS esencial hay un reajuste de la natriuresis de
    presión, por lo que son necesarios mayores niveles
    tensionales para obtener dicha respuesta natriurética lo
    que equivale a decir que hay cierta retención de
    sodio.

    Entre las formas de HAS por retención hidrosalina
    destaca la enfermedad renal parenquimatosa crónica
    bilateral. En la insuficiencia
    renal crónica por nefropatía tubulointersticial
    (pielonefritis crónica), la retención hidrosalina
    es menos acusada y más tardía, por lo que la HAS es
    menos frecuente. En las glomerulopatías crónicas se
    retiene más sodio y, a la vez, adquiere más
    importancia el sistema renina, por lo que la hipertensión
    es más frecuente y temprana.

    En los hipermineralcorticismos primarios el ion sodio es
    el principal responsable.

    La retención de sodio interviene en HAS por
    estenosis de la arteria renal bilateral o en la de un
    riñón único, porque la secreción de
    renina por isquemia renal queda inhibida por la retención
    de sodio debida a la disminución de la presión de
    perfusión renal. El ion sodio no sólo interviene
    aumentando la PA por mediación de la retención
    hidrosalina, sino que también potencia la
    respuesta presora de cualquier estímulo (hormonal,
    nervioso).2

    La ingesta de sodio modula normalmente las respuestas
    suprarrenal y vascular renal a la angiotensina II. Un aumento del
    5% del sodio intracelular produce aumento de la tensión
    del músculo liso arteriolar del 50%, por aumento del
    calcio libre intracelular. El calcio penetra en las
    células
    a través de canales y movimientos pasivos. Una vez
    aumentado el calcio libre citosólico, se estimula la
    ulterior liberación de calcio procedente del sarcolema y
    del retículo sarcoplásmico. Este calcio
    intracelular, unido a la calmodulina, activa la cinasa de la
    cadena ligera miosínica, la cual, mediante
    fosforilación, hace interaccionar la actina con la miosina
    y origina la contracción muscular.13

    El péptidos natriurético arterial es un
    inhibidor de la bomba Na+K+ATPasa. El origen de este factor es el
    hipotálamo, cerca del III ventrículo, se libera
    ante una expansión de volumen. Este factor
    natriurético y vasoconstrictor no tiene relación
    alguna con los péptidos natriuréticos auriculares
    que también se liberan ante una expansión de
    volumen (distensión auricular). Estos péptidos con
    actividad natriurética y vasodilatadora se hallan
    aumentados en la HAS esencial y constituyen una respuesta
    compensadora a los incrementos de la PA.

    Sistema
    renina-angiotensina-aldosterona
    .

    Renina: enzima proteolítica de 40 kDa
    sintetizada, almacenada y secretada por las células de la
    arteriola aferente próximas al polo vascular del
    glomérulo renal (células epitelioides). Tiene una
    t1/2 de 10-15 min. La renina actúa sólo sobre el
    angiotensinógeno (una
    α2-glucoproteína circulante producida en
    el hígado) para generar el decapéptido angiotensina
    I.

    Sometida a la acción
    de la ECA, la angiotensina I forma el octapéptido
    angiotensina II sobre todo en el pulmón (superficie
    endotelial), aunque en menor cantidad en el riñón y
    el endotelio vascular. La angiotensina II es un potente
    vasoconstrictor arteriolar que actúa sobre receptores AT1
    de la musculatura lisa vascular. Su La t ½ de la
    angiotensina II es de sólo 1-2 min

    La ECA es similar a la Cininasa II que destruye
    bradicinina (sustancia vasodilatadora). Por esto, la ECA puede
    aumentar la PA por formación de angiotensina II e
    inactivación de las bradicininas. Una serie de
    aminopeptidasas convierten la angiotensina II en péptidos
    con menor número de aminoácidos
    biológicamente inactivos. Sólo el
    heptapéptido des-Asp-angiotensina
    II (angiotensina III) desempeña cierto papel.

    La angiotensina II estimula la liberación de
    aldosterona (retiene agua y sodio). La angiotensina II (no cruza
    la barrera hematoencefálica) puede actuar sobre el
    área postrema (libre de dicha barrera), la cual
    está en íntima conexión con el
    hipotálamo, estimulando el centro de la sed y la
    secreción de ACTH y vasopresina; y aumentando el tono
    adrenérgico periférico.19

    Control de la liberación de renina:

    • Disminución de la presión de
      perfusión renal estimula barorreceptores intrarrenales,
      aumentando la liberación de renina.
    • Los quimiorreceptores en la mácula densa son
      sensibles a los cambios de composición del
      líquido intraluminal en ella.
    • Los receptores beta-adrenérgicos intrarrenales
      intervendrían en la respuesta al ortostatismo, al
      ejercicio físico, etc. Las catecolaminas circulantes
      también estimulan estos receptores beta.
    • La propia angiotensina II constituye un mecanismo de
      inhibición de la secreción de renina.
    • La PGI2 y la PGE2 estimulan la
      liberación de renina y actúan como mediadores de
      tal liberación.
    • La indometacina, un inhibidor de la síntesis
      de prostaglandinas, provoca disminución de la actividad
      renina plasmática; al igual que: somatostatina,
      mineralcorticoides, fenobarbital y ciertos hipotensores
      (reserpina, metildopa, clonidina).
    • Incrementan su actividad: glucagón,
      estrógenos, glucocorticoides, ACTH, hormona
      paratiroidea, anestésicos, clorpromazina, cafeína, teofilina y muchos
      hipotensores.

    En la HAS renovascular interviene este sistema
    así:

    1. Elevación de la PA por aumento de la
      secreción de renina debido a la isquemia renal y
      formación de angiotensina II. Habrá
      hiperaldosteronismo secundario. El riñón
      isquémico además de secretar renina
      retendrá sodio. El riñón contralateral
      indemne, bajo el efecto de la hipertensión y el aumento
      de la presión de perfusión, presentará una
      excreción urinaria aumentada de sodio y agua por la
      natriuresis de presión, lo que mantiene las
      concentraciones elevadas de renina. En esta fase, la
      corrección quirúrgica de la estenosis o la
      administración de inhibidores ECA e inhibidores
      competitivos de la angiotensina II normalizan la
      PA.
    2. En una segunda fase se mantienen los mismos niveles
      tensionales, pero con renina normal. Ello se debe a la
      afección vascular del riñón contralateral
      causada por la hipertensión, lo que motiva resistencia
      vascular aumentada que impide la natriuresis de presión.
      La retención de sodio inhibe la secreción de
      renina del riñón estenótico. La
      hipertensión vasculorrenal en un riñón
      único y la estenosis bilateral se comportan de esta
      forma.
    3. Hay una fase aguda dependiente de la renina y una
      fase crónica dependiente de las lesiones vasculares
      contralaterales y de la retención hidrosalina. El paso
      de una a otra, de ser curable quirúrgicamente a no
      serlo, depende del tiempo de evolución, la edad, el grado de
      estenosis, factores constitucionales, hereditarios y
      hemodinámicos.

    Además de la hipertensión renovascular, el
    sistema renina es importante en el hemangiopericitoma (tumor de
    células yuxtaglomerulares) y en la nefropatía
    parenquimatosa crónica.

    En la fase maligna de la hipertensión, las
    concentraciones de renina son habitualmente muy elevadas debido a
    isquemia renal secundaria a las lesiones vasculares (necrosis
    fibrinoide) propias de esta
    hipertensión.2

    Autorregulación vascular. Si la
    presión de perfusión del lecho vascular aumenta, la
    resistencia vascular también lo hace
    (vasoconstricción) a fin de mantener constante el flujo
    sanguíneo, y viceversa. Mientras que el flujo cortical
    renal se mantiene constante ante importantes cambios en la
    presión, el flujo sanguíneo medular está
    directamente relacionado con la presión de
    perfusión. Los metabolitos locales, el sistema hormonal
    (local y sistémico) y la actividad adrenérgica
    pueden modificar este fenómeno. 19

    En los estados hipertensivos en los que existen
    retención hidrosalina y/o aumento del GC se
    producirá hiperemia tisular con aumento del flujo superior
    a las necesidades metabólicas, que determinará como
    mecanismo protector, una vasoconstricción por
    autorregulación, con el consiguiente aumento de las
    resistencias
    periféricas.2

    Hipertrofia vascular. Consecuencia de la
    hipertensión. Determina reducción de la luz del
    vaso con aumento de la resistencia vascular. Puede deberse a un
    mecanismo trófico (efecto mitógeno del
    músculo liso arteriolar), factores como la angiotensina
    II, insulina, hormona del crecimiento, catecolaminas,
    mineralcorticoides, endotelina y factores de crecimiento
    derivados del endotelio.2,18

    Anatomía
    patológica

    Los vasos que sufren el impacto de la
    hipertensión tienen: a) cambios adaptativos
    (funcionales y estructurales) y b) cambios
    patológicos.

    Hipertrofia vascular. Se debe al continuo
    estímulo y a la vasoconstricción y se manifiesta
    por engrosamiento fibroso de la íntima, duplicación
    de la lámina elástica interna e hipertrofia de la
    musculatura lisa. Los cambios estructurales aumentan los límites de
    la autorregulación. Entre estos límites, el flujo
    plasmático no varía a pesar de que se produzcan
    aumentos de PA; por tanto, en un hipertenso, el flujo cerebral
    permanece constante a niveles tensionales superiores a los
    límites de autorregulación de un normotenso. Si la
    PA disminuye bruscamente debajo del límite inferior de la
    autorregulación, puede ocasionar síntomas de
    insuficiencia vascular cerebral.

    Ateriolosclerosis hialina (Degeneración
    hialina
    ). La degeneración hialina se observa sobre
    todo en las arteriolas aferentes del riñón,
    consiste en un engrosamiento irregular de la pared del vaso por
    depósitos de una sustancia eosinófila (hialina) que
    empieza en la región subendotelial y se extiende hacia la
    media. La lesión se observa en el 16,5% de los individuos
    normotensos de más de 50 años (nefrosclerosis). Es
    frecuente en DM. 18

    Arteriolosclerosis hiperplásica (necrosis
    fibrinoide).
    Es el hallazgo anatomopatológico
    característico, aunque no exclusivo, de la
    hipertensión maligna. La pared del vaso está rota y
    presenta necrosis e impregnación por fibrina. Hay
    reacción celular variable. Los vasos expuestos a aumentos
    bruscos de PA que superan el límite superior de la
    autorregulación muestran áreas de dilatación
    con otras de vasoconstricción. Las áreas se dilatan
    donde el músculo liso es menos efectivo para mantener la
    vasoconstricción. El endotelio se rompe, con lo que se
    permite la exudación de plasma hacia la media, con
    destrucción tisular. Estos cambios son reversibles si
    disminuye la PA.18

    Aterogénesis. Aumento de grosor de la
    íntima, con desintegración de las fibras
    elásticas y depósito de lipoproteínas. La
    principal secuela de la placa de ateroma es la trombosis. La HAS
    es uno de sus principales determinantes, junto con la edad, el
    hábito de fumar, la herencia y
    dislipidemias.18

    Hipertensión esencial

    También llamada idiopática, se define como
    una presión arterial alta en la cual las causas
    secundarias como enfermedad renovascular, falla renal,
    feocromocitoma, aldosteronismo u otras causas de
    hipertensión secundaria o formas monogenéticas no
    están presentes.14

    Cuadro clínico

    Historia natural. En las primeras fases hay
    aumento de GC. No es raro observar circulación
    hipercinética, manifestada por taquicardia.

    Cuando la HAS está bien establecida, la
    mayoría de los pacientes muestran GC cardíaco
    normal, con RVP aumentadas. En los estadios tardíos las
    RVP se hallan muy elevadas y el GC disminuido. La HAS sin
    tratamiento acorta la esperanza de vida en 10-20 años
    debido a sus complicaciones.

    Manifestaciones. La mayoría de los
    pacientes son asintomáticos, es un hallazgo casual, por lo
    que se recomienda la toma de PA según el 7º reporte
    del Joint National Committee (2003). Con frecuencia,
    cuando se detecta la hipertensión ésta ya presenta
    repercusiones orgánicas evidentes.

    Los síntomas de HAS como motivo de consulta
    pueden ser: cefalea, disnea, "mareo" y trastornos de la
    visión.

    • La cefalea la mayoría de las veces no tiene
      relación alguna con el nivel tensional; es propia de PA
      diastólicas >110 mmHg; se localiza en la
      región occipital, sobre todo en individuos
      jóvenes, y aparece al despertar por la mañana (a
      veces despierta al paciente) y desaparece a menudo
      espontáneamente al cabo de horas.
    • En ocasiones, los pacientes refieren disnea que puede
      ser secundaria a CI o IC.
    • El mareo es frecuente en hipertensos no tratados.
    • La visión borrosa puede estar causada por una
      retinopatía hipertensiva grave.
    • Otras manifestaciones son epistaxis, acúfenos,
      palpitaciones, fatiga muscular e impotencia. Pueden presentarse
      datos de
      isquemia cerebral transitoria. Muy a menudo el paciente refiere
      nicturia.

    Manifestaciones debidas a complicaciones: disnea,
    ortopnea, edema agudo de pulmón o ICC, IAM, angina de
    pecho o dolor propio de la disección de la aorta, EVC por
    hemorragia subaracnoidea o intracerebral.

    El término encefalopatía
    hipertensiva
    describe un déficit neurológico
    transitorio (edema cerebral focal) en un paciente con
    hipertensión importante; los pacientes tienen niveles
    tensionales muy elevados, con cefalalgia, signos
    neurológicos focales y normalmente transitorios y
    fluctuantes (convulsiones, estupor, disfagia, hemiparesia, etc.).
    Aparece cuando las cifras tensionales superan la capacidad de
    autorregulación cerebral, lo cual puede ser facilitado por
    la coexistencia de anemia.

    Si el déficit neurológico dura varias
    horas y es más intenso o extenso, el diagnóstico de
    EVC es muy probable. Poliuria, polidipsia y debilidad muscular
    debido a la hipopotasemia del hiperaldosteronismo primario;
    palpitaciones, sudación, crisis de
    cefalea y adelgazamiento en el feocromocitoma; la historia previa de
    proteinuria o infecciones urinarias sugiere una nefropatía
    crónica.

    Exploración.

    • La inspección general puede orientar la
      etiología (hábito cushingoide, hipotiroidismo o
      hipertiroidismo, acromegálico).
    • La presión arterial debe medirse en las
      extremidades superiores e inferiores para descartar la
      coartación de la aorta.
    • Un aumento de la presión arterial
      diastólica al pasar de la posición supina a la
      ortostática es más característico de la
      hipertensión esencial. Un descenso sugiere
      hipertensión secundaria.
    • Palpación y la auscultación de las
      arterias carótidas.
    • Auscultación pulmonar y cardíaca en
      busca de hipertrofia y/o fallo miocárdico.
    • Exploración abdominal para investigar el
      tamaño de los riñones (poliquistosis) y buscar
      otras masas, soplos abdominales y/o lumbares (estenosis de la
      A. renal) o dilatación aórtica.
    • Exploración de los pulsos periféricos y del edema de las
      extremidades
    • Exploración neurológica en busca de
      EVC.
    • Fondo de ojo es de importancia capital. Sus
      hallazgos constituyen el mejor índice del tiempo de
      evolución de la enfermedad y de su pronóstico
      (Tabla 2 y 3).

    Para ver las tablas seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    La Retinopatía puede ser una indicación
    para iniciar el tratamiento antihipertensivo, aún en la
    gente con HAS estadio I sin evidencia de daño tisular. La
    prevalencia varía de 1-15%. Los datos de
    retinopatía hipertensiva de adelgazamiento y muescas son
    marcadores de daño vascular por HAS crónica (de 6-8
    años antes). En cambio, las muescas arteriolares focales,
    hemorragias, microaneurismas y exudados algodonosos, se
    relacionan más daño actual, con las cifras
    tensionales actuales y no con las previas.20 La
    evaluación de la retinopatía por un
    oftalmólogo debe recomendarse sólo en los casos de
    retinopatía moderada o grave, o en los casos en los que no
    se pueda realizar la correcta
    exploración.20

    Diagnóstico

    Es un diagnóstico clínico que se realiza
    con la medición de la TA. Generalmente es un
    diagnóstico que se hace por hallazgo. El
    diagnóstico debe ser corroborado con dos o más
    mediciones consecutivas de la TA en diferentes
    días.1 Una vez sospechada o diagnosticada, se
    deber pedir ciertos exámenes complementarios para
    identificar posibles causas de hipertensión secundaria,
    tales estudios son: a) De rutina: Rutina: EGO, EKG, QS (Glucosa,
    Creatinina, BUN), BH, Electrolitos séricos (K+,
    Ca++), Lípidos
    (HDL, LDL, colesterol total, triglicéridos;1,17
    y b) opcional: albúmina en orina.1

    Función renal (BUN y/o creatinina en plasma),
    proteinuria y sedimento, así como ionograma en plasma. La
    cifra de potasio orienta sobre la existencia de un
    hipermineralcorticismo. Una glucemia y una uricemia elevadas
    indican la existencia de enfermedades asociadas que aumentan el
    riesgo cardiovascular y son punto de referencia para un ulterior
    tratamiento antihipertensivo. Puede hallarse hiperglucemia en el
    hiperaldosteronismo primario, sx de Cushing y el feocromocitoma.
    La cifra de colesterol y triglicéridos sirve para
    identificar factores de riesgo para arteriosclerosis. Un Hto bajo
    orienta hacia insuficiencia renal; poliglobulia hacia un
    feocromocitoma.2

    La HAS secundaria se sospecha con:

    a) Inicio antes de los 30 años (mujeres) y
    después de los 50 (varones)

    b) PA diastólica superiores a 120
    mmHg

    c) Lesión orgánica importante:
    fondo de ojo (retinopatía hipertensiva grados III-IV),
    creatinina en plasma de 1,5-3 mg/dL, cardiomegalia, proteinuria,
    etc.

    d) Hipopotasemia, soplo abdominal o lumbar, gran
    ateromatosis en extremidades inferiores, historia familiar de
    nefropatía, asociación de cefalalgias,
    palpitaciones y sudoración, etc

    e) PA diastólica >100 mmHg con dosis
    adecuadas de tres fármacos antihipertensivos
    complementarios.11

    Historia de cefalalgias, palpitaciones, estrés,
    sudación brusca y pérdida de peso obliga a
    determinaciones de catecolaminas; y el hallazgo de masas
    abdominales palpables, a un ultrasonido abdominal. Con cifras de
    creatinina o BUN elevadas, proteinuria positiva y/o
    microhematuria debe sospecharse
    nefropatía.2

    Tratamiento

    El tratamiento de la hipertensión reduce el
    riesgo de EVC, enfermedad arterial coronaria, falla cardiaca,
    así como la morbilidad y la mortalidad por causas
    cardiovasculares.1,17 Sin embargo, sólo 54% de
    los hipertensos reciben medicación, y de ellos,
    sólo 28% tiene un control
    adecuado.17

    El riesgo a 5 años de un evento cardiovascular
    mayor en un hombre de 50
    años con TA de 160/110 mmHg es de 2.5-5%; el riesgo de
    duplica si el hombre
    tiene altos niveles de colesterol y se triplica si
    fuma.17

    Antes de tratar la hipertensión, se deben
    considerar la clasificación y los lineamientos del
    Séptimo Reporte del Comité Nacional Conjunto sobre
    prevención, evaluación, detección y
    tratamiento de la Hipertensión (Tabla 3, Figura
    2).1

    La siguiente exposición está basada en las
    recomendaciones de este comité.

    Objetivo del tratamiento
    Antihipertensivo

    El objetivo de la
    terapia antihipertensiva es la reducción de la morbilidad
    y mortalidad cardiovascular y renal. Aunque la mayoría de
    los pacientes hipertensos, especialmente los mayores de 50
    años, alcanzarán el objetivo de presión
    arterial diastólica (PAD) después de la meta en la
    presión arterial sistólical (PAS), el enfoque
    primario debe ser conseguir el objetivo de PAS, ya que es la
    más íntimamente asociada a enfermedad
    cariovascular.15 Tratando la PAS y la PAD hasta la
    meta de 140/90 mmHg está asociado con un descenso en
    complicaciones cardiovasculares. En hipertensos diabéticos
    o enfermedad renales objetivo de PA es < 130/80
    mmHg.

    Modificaciones en Estilos de Vida

    La adopción
    de estilos de vida saludables en todo el mundo es imprescindible
    para prevenir la elevación de TA y es indispensable en
    hipertensos. La modificación de los estilos de vida
    más importantes bajan la TA, incluyen reducción de
    peso en obesos y sobrepeso, incluyendo la dieta DASH rica en
    potasio y calcio, reducción de sodio en la dieta,
    actividad física
    y moderación en consumo de alcohol (ver tabla 5). La
    modificación de estilos de vida reduce la PA, aumenta la
    eficacia de
    los fármacos antihipertensivos y disminuye el riesgo
    cardiovascular. Por ejemplo, una dieta DASH de 160 mg de sodio
    tiene un efecto similar a un tratamiento farmacológico
    simple. Combinaciones de dos (o más) modificaciones en el
    estilo de vida
    pueden significar mejores resultados.

    Tabla 4. Clasificación de la Presión
    Arterial

    Para ver el gráfico seleccione la
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    Modificado de: Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
    Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA
    2003

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    Modificado de: Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
    Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA
    2003

    Tratamiento farmacológico

    Disponemos de excelentes datos de resultados de estudios
    clínicos que muestran que el descenso de la PA con algunas
    clases de fármacos, incluyendo Inhibidores de la enzima
    convertidora de angiotensina (IECA), Antagonistas de los
    receptores de angiotensina II (ARA2), betabloqueadores (BBs),
    bloqueadores de canales de calcio (BCC) y diuréticos tipo
    tiazida, reducen todas las complicaciones de la HTA. Las tablas 6
    y 7 proporcionan un listado de agentes antihipertensivos usados
    comúnmente; la tabla 8 resume las características
    farmacológicas de cada grupo y en el
    apéndice se mencionan sucintamente las
    características farmacológicas de cada
    grupo.

    Los diuréticos tipo tiazida han sido la base de
    la terapia antihipertensiva en la mayoría de estudios; han
    sido virtualmente insuperados en la prevención de las
    complicaciones cardiovasculares de la HTA. Los diuréticos
    aumentan la eficacia antihipertensiva de múltiples
    regímenes, que pueden ser usados para conseguir el control
    de PA, y son más asequibles que otros agentes
    terapéuticos. A pesar de estos hallazgos los
    diuréticos permanecen infrautilizados.

    Los diuréticos tipo tiazida deberían ser
    usados como terapia inicial en la mayoría de los
    hipertensos, solos o en combinación con agente de las
    otras clases (IECAs, ARA II, BBs, BCC). Si un fármaco no
    es tolerado o está contraindicado, debería usarse
    uno de los de otra clase que haya
    demostrado reducir eventos
    cardiovasculares.

    Consecución de la meta de presión
    arterial

    La mayoría de los hipertensos requieren dos o
    más medicaciones antihipertensivas para conseguir sus
    objetivos de
    PA. La suma de un segundo fármaco de diferente clase
    debería iniciarse cuando la monoterapia en dosis adecuadas
    falla para conseguir el objetivo de PA. Cuando la PA es mayor de
    20/10 mmHg sobre el objetivo, se debería considerar
    iniciar la terapia con dos fármacos, bien como
    prescripciones separadas o combinaciones en dosis fijas. Iniciar
    la terapia farmacológica con más de un agente puede
    incrementar la posibilidad de conseguir el objetivo de PA de
    forma oportuna, pero es precisa una precaución particular
    en aquellos pacientes con riesgo de hipotensión
    ortostática, como diabéticos, disfunción
    autonómica, y algunas personas ancianas. Debería
    considerarse el uso de fármacos genéricos o
    combinaciones de fármacos para reducir el costo de la
    prescripción.

    Seguimiento y monitorización

    La terapia con sólo dieta y ejercicio
    deberá dejarse cuando menos 8 semanas.17 Ya
    iniciada la terapia farmacológica, la mayoría de
    los pacientes deberían volver para seguimiento y ajuste de
    medicación a intervalos mensuales hasta conseguir el
    objetivo de PA. Serán necesarias visitas más
    frecuentes en pacientes en estadio 2 o con complicaciones de
    comorbilidad. El potasio sérico y la creatinina
    deberían ser medidas al menos 1-2 veces al año.
    Después de conseguir el objetivo y la estabilidad en la
    PA, las visitas de seguimiento pueden ser usualmente en
    intervalos de 3 a 6 meses.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Modificado de: Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
    Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA
    2003

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    Modificado de: Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
    Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
    Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. JAMA
    2003

    Tabla 8.- Indicaciones, contraindicaciones y
    efectos adversos de los fármacos
    antihipertensivos

    Para ver la tabla seleccione la
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    Modificado de: August P. Initial treatment of
    Hypertension. N Engl J Med. 2003; 348 (7): 614

    Las patologías concomitantes, como la insuficiencia
    cardíaca, enfermedades asociadas como la diabetes, y la
    necesidad de pruebas de
    laboratorio
    influencian la frecuencia de las visitas. Otros factores de
    riesgo cardiovascular deberían ser tratados para sus
    respectivos objetivos. La terapia con dosis bajas de aspirina
    debería ser considerada solo cuando la PA está
    controlada, porque el riesgo de ictus hemorrágico
    está incrementado en pacientes con HTA no
    controlada.

    Consideraciones especiales en el
    tratamiento

    Enfermedad Isquémica
    Cardíaca

    La enfermedad isquémica es la forma más
    frecuente de daño en órgano diana asociado a la
    HTA. En hipertensos con angina estable, el fármaco de
    elección es un beta-bloqueador; alternativamente pueden
    usarse BCC de acción prolongada. En pacientes con
    síndromes coronarios agudos (angina inestable o infarto de
    miocardio), la HTA debería ser tratada inicialmente con
    BBs o IECA, sumando otros fármacos si es necesario. En
    pacientes postinfartados, los IECA, BBs y antagonistas de la
    aldosterona son benéficos. La terapia intensa en el
    control de lípidos y el uso de aspirina también
    están indicados.

    Insuficiencia Cardíaca

    En individuos asintomáticos con disfunción
    ventricular demostrable, están recomendados los IECA y
    BBs. En disfunción ventricular sintomática o
    enfermedad cardíaca terminal, IECAs, BBs, ARA II y
    antagonistas de la aldosterona son recomendados asociados a
    diuréticos de asa.

    Hipertensión en
    diabéticos

    Usualmente son necesarios dos o más
    fármacos para conseguir el objetivo de <130/80 mmHg.
    Los diuréticos tiazídicos, BBs, IECA, ARA II, y BCC
    son benéficos. Los tratamientos basados en IECAs o ARA II
    afectan favorablemente la progresión de la
    neuropatía diabética y reducen la microalbuminuria,
    y los ARA II reducen la microalbuminuria.

    Enfermedad Renal Crónica

    En las personas con Insuficiencia renal crónica
    (IRC), definida por: (1) Función
    excretoria reducida con IFG por debajo de 60 mL/min por 1.72
    m2 (aproximadamente una creatinina >1.5 mg/dL en
    varones y a >1.3 mg/dL en mujeres), ó (2)
    microalbuminuria (>300 mg/día o 200 mg de índice
    albúmina/creatinina), los objetivos terapéuticos
    son endentecer el deterioro de la función renal y prevenir
    la ECV. Deberían recibir tratamientos agresivos en el
    control de la PA, frecuentemente con tres o más
    fármacos para conseguir los objetivos de valores de PA
    <130/80 mmHg. Los IECA y ARA II son eficaces. Un aumento de
    las cifras de Creatinina sérica de alrededor de un 35 %
    sobre la línea basal con IECA o ARA II es aceptable y no
    hay razón para interrumpir el tratamiento, excepto cuando
    se llega a hiperpotasemia. Con enfermedad renal avanzada (IFG
    <30 mL/min por 1.72 m2, creatinina sérica de
    2.5 a 3 mg/dLl) diuréticos de asa son necesarios
    generalmente en combinación con otras clases de drogas.

    Enfermedad Cerebrovascular

    La frecuencia del ictus recurrente desciende con la
    combinación de IECAs y diuréticos
    tiazídicos.

    Obesidad y Síndrome
    Metabólico

    La obesidad (IMC>30 kg/m2) incrementa el
    desarrollo de HTA y ECV. La guía Adult Treatment Panel III
    para el control del colesterol define el síndrome
    metabólico como la presencia de tres o más de las
    siguientes condiciones: Obesidad abdominal (circunferencia de
    cintura >40 pulgadas en varones o > 35 pulgadas en
    mujeres), intolerancia a la glucosa (glucemia basal >110
    mg/dL), PA>130/85 mmHg, triglicéridos elevados
    (>150mg/dL), o HDL bajo (< 40 mg/dL en varones o <50
    mg/dL en mujeres). La modificación intensa de estilos de
    vida debe enfatizarse en todos los individuos con síndrome
    metabólico, e instituirse terapia farmacológica
    para cada uno de los componentes.

    Hipertrofia Ventricular Izquierda

    La Hipertrofia Ventricular Izquierda es un factor de
    riesgo independiente que incrementa el riesgo de ECV. Con un
    manejo agresivo de la PA se consigue la regresión de la
    HVI, incluyendo pérdida de peso, restricción de
    sodio, y tratamiento con todas las clases de fármacos
    antihipertensivos, excepto vasodilatadores directos hidralacina y
    minoxidil.

    Enfermedad Arterial Periférica

    La enfermedad Arterial Periférica (EAP) es
    equivalente en riesgo a la isquemia coronaria. Algunas clases de
    antihipertensivos pueden usarse en la mayoría de los
    pacientes con EAP. La aspirina debe ser utilizada.

    HTA en ancianos

    Más de dos tercios de las personas mayores de 65
    años son hipertensos. Esta es también la
    población con menores índices de control de la PA.
    Las recomendaciones en el tratamiento de los hipertensos
    ancianos, incluyendo hipertensión sistólica aislada
    (HSA), debe seguir los mismos criterios que en la
    población general hipertensa. En algunos individuos puede
    estar indicado el inicio con dosis bajas para evitar
    síntomas; sin embargo, son necesarios múltiples
    fármacos y dosis estándar para conseguir los
    objetivos apropiados de PA.15

    Hipotensión Postural

    Un descenso de PAS >10 mmHg de pié, asociado a
    mareos y debilidad, es más frecuente en ancianos con HSA,
    diabetes, los que toman diuréticos, vasodilatadores y
    algunos fármacos psicotrópicos. En estas personas
    la PA debería ser monitorizada en posición de
    pié. Precaución para evitar una depleción de
    volumen con dosificación excesivamente rápida de
    antihipertensivos.

    Demencia

    En los hipertensos es más frecuente la demencia y
    el empeoramiento cognitivo. El tratamiento antihipertensivo puede
    mejorar este rubro.

    HTA en mujeres

    Los anticonceptivos orales (AO) pueden incrementar la
    PA, y el riesgo de HTA incrementar con la duración de su
    uso. Las mujeres que toman AO deben controlare su PA
    regularmente. En contraste, la terapia hormonal sustitutiva en la
    menopausia no aumenta la PA.

    Las mujeres hipertensas embarazadas deberían un
    seguimiento exhaustivo por el incremento de riesgo en la madre y
    el feto. La
    metildopa, los BBs y vasodilatadores son preferibles para la
    seguridad del
    feto. IECAs y ARA II no están indicados en el embarazo, y
    deben ser evitados en mujeres que estén tomándolos
    previamente al embarazo. La preeclampsia, suele ocurrir a partir
    de la semana 20 de embarazo, se caracteriza por HTA, albuminuria
    e hiperuricemia, algunas veces con anormalidades de la
    coagulación.

    HTA en niños y adolescentes

    En niños y adolescentes, la HTA se define como
    aquella PA que, en medidas repetidas, se encuentra en el
    percentil 95 o mayor ajustado por edad, estatura y género. Se
    usa el quinto ruido de
    Korotkoff para definir la PAD. Posibilidad de identificar
    hipertensiones secundarias en niños jóvenes. Las
    recomendaciones sobre estilo de vida están fuertemente
    recomendadas, instaurando terapia farmacológica en altas
    cifras de PA o si hay insuficiente respuesta a las
    recomendaciones de estilo de vida. La elección del
    antihipertensivo es similar en niños y adultos, pero las
    dosis en niños son frecuentemente pequeñas. IECA y
    ARA II no deberían usarse en embarazo o en chicas
    sexualmente activas.

    Complicaciones
    de la hipertensión

    Complicaciones renales. Aumento de la resistencia
    vascular renal, con disminución del flujo
    plasmático renal. El riñón suele estar algo
    disminuido de tamaño. En la hipertensión maligna
    acelerada la gravedad de las lesiones renales y la intensidad de
    la hipertensión causan insuficiencia renal. La proteinuria
    puede ser intensa, aunque pocas veces supera 5
    g/día.

    Hay aumento inmediato de la excreción de agua y
    sodio. Este aumento de presión se traduce en incremento
    del flujo y, por tanto, de la presión hidrostática
    en los capilares peritubulares (posglomerulares), con lo que
    disminuye la reabsorción proximal de sodio y agua. La
    elevación de la PA renal determina disminución de
    la secreción de renina.

    Una minoría de pacientes con HAS esencial tienen
    hiperuricemia no debida a diuréticos. Al parecer, es
    secundaria a una disminución de la excreción renal
    de ácido úrico y puede ser un signo temprano de
    nefroangiosclerosis.

    Complicaciones cardíacas. Hipertrofia del
    ventrículo izquierdo, fallo del ventrículo
    izquierdo, insuficiencia cardiaca congestiva, infarto agudo del
    miocardio, angina de pecho.

    Complicaciones del SNC.

    • Encefalopatía hipertensiva (PAM 150-200 mmHg)
      en la HAS de larga evolución; los signos y
      síntomas son transitorios si se desciende
      rápidamente la PA.
    • Infarto cerebral.
    • Aneurismas de Charcot-Bouchard: en las
      pequeñas arterias perforantes de los núcleos
      basales, el tálamo y la cápsula interna; se deben
      a degeneración hialina de la pared.
    • Infartos lacunares: pequeñas cavidades (<4
      mm) en los ganglios basales, puente y la rama posterior de la
      cápsula interna, hallazgo en 10% de las
      autopsias.
    • Otras lesiones: aneurismas en vasos extracerebrales,
      Hemorragia subaracnoidea, trombosis cerebral, embolismo
      cerebral.

    Otros órganos: Las alteraciones
    vasculares hipertensivas (incluida la necrosis fibrinoide) se han
    demostrado también en mesenterio, páncreas, bazo,
    glándulas suprarrenales, piel y vasos musculares de las
    extremidades.

    Crisis
    hipertensivas

    a) Emergencias hipertensivas: aquellas en las que la PA
    ha de descenderse en <1h debido a que hay daño evidente
    a órgano blanco (encefalopatía hipertensiva,
    insuficiencia ventricular izquierda hipertensiva) y que requieren
    una monitorización continua de la PA. b) Urgencias
    hipertensivas: aquellas en las que la hipertensión no
    constituye un riesgo inmediato y deben descenderse los niveles
    tensionales durante las primeras 24 h. 2,13

    Generalmente se trata de hipertensiones con rangos
    >220 mmHg de sistólica y/o >125 mmHg de
    diastólica. El objetivo inmediato debería ser
    alcanzar cifras de 160/100 mmHg.13

    Nifedipino VO es útil para las urgencias
    hipertensivas (crisis hipertensivas), reduce en el 20% las cifras
    iniciales, carece de efectos secundarios importantes y no
    requiere monitorización del enfermo; dosis de 10-20 mg,
    que puede repetirse a los 30 min, con una duración de 4-5
    h o 8 h si se han utilizado 30 mg. Las cápsulas deben
    masticarse.

    Captopril VO también es útil, a
    dosis de 25 mg, que se repite según necesidad. El descenso
    de la PA es más rápido e intenso en la
    hipertensión maligna.

    Clonidina VO a 0,1-0,2 mg/h hasta alcanzar el
    efecto deseado. Por su efecto sedante está contraindicada
    en pacientes con afección del SNC.

    Diazóxido IV a dosis de 50-150 mg en
    inyección rápida (en 10 s), disminuye la PA casi de
    inmediato. Mediante la perfusión de 300 mg en 3-5 min o
    dos bolos de 150 mg, se minimiza la hipotensión brusca.
    Puede administrarse a 10-30 mg/min. A los pocos minutos puede
    repetirse una nueva dosis. Su acción puede durar hasta 12
    h. En niños la dosis es de 1-3 mg/kg de peso corporal. Los
    efectos secundarios son: náuseas, vómitos,
    taquicardia, hiperglucemia, hipotensión, isquemia
    miocárdica o del SNC y retención hidrosalina. Los
    bloqueadores beta potencian mucho su acción. Está
    contraindicado en los casos de aneurismas disecantes, isquemia
    miocárdica (taquicardia y aumento del GC) y hemorragia
    intracraneal.

    Nitroglicerina (dador de óxido
    nítrico), a dosis de 5-100 μg/min, tiene
    un inicio de acciσn rαpido y
    está indicada en pacientes con isquemia miocárdica
    y en la hipotensión controlada durante la anestesia. Entre
    los efectos secundarios destacan cefalea, taquicardia,
    vómitos y metahemoglobinemia.

    Nitroprusiato sódico en perfusión
    continua en solución glucosada al 5%, protegiéndola
    de la luz y preparada recientemente, a 0,5-10
    μg/kg/min (promedio 200 μg/min), segϊn la
    respuesta. En presencia de insuficiencia renal o en perfusiones
    prolongadas puede aparecer intoxicaciσn por
    tiocianato: confusión mental, obnubilación e
    hipotiroidismo.

    Labetalol IV en perfusión lenta (2 mg/min)
    en suero salino o glucosado isotónicos, aunque puede
    usarse en forma de inyección rápida. La sobredosis,
    manifestada por bradicardia, puede tratarse con atropina, y la
    hipotensión, con adrenalina.

    Las crisis de broncospasmo pueden combatirse con
    broncodilatadores selectivos. Una vez alcanzados los niveles
    tensionales deseados debe suspenderse la perfusión, pues
    su efecto dura unas 6 h.

    Verapamilo puede usarse IV en urgencias
    hipertensivas. La dosis es de 5-10 mg, que puede seguirse de
    perfusión de 3-25 mg/h. La acción se inicia a los
    1-5 min, con una duración de 30-60 min. Efectos
    secundarios: bloqueo AV, náusea
    y vómitos.

    Hidralazina está especialmente indicada en
    embarazadas. Sus contraindicaciones son las mismas que las del
    diazóxido. La dosis es de 10 mg IV ó IM cada 10-15
    min hasta obtener el efecto deseado o hasta dosis total de 50 mg.
    Esta dosis puede repetirse cada 4-6 h, si es
    necesario.

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    APÉNDICE 1

    Formas clínicas de la
    hipertensión

    1. Hipertensión maligna o
    acelerada

    Se define así a la HAS rápidamente
    progresiva, caracterizada por una arteritis necrosante con
    degeneración fibrinoide y, clínicamente, por PA muy
    elevada, hemorragias, exudados retinianos y, frecuentemente,
    edema de papila. Ocurre en el 1% de los pacientes con HAS, es
    más frecuente en varones y raza negra.

    La PA diastólica se sitúa con frecuencia
    entre 130 y 170 mmHg, aunque en niños las cifras pueden
    ser inferiores. Si estos aumentos tensionales son suficientemente
    paulatinos para producir hipertrofia y sustitución del
    tejido muscular por el fibroso, la pared vascular puede soportar
    niveles tensionales elevados sin que aparezca la fase
    maligna.

    Clínica: Aumento brusco de PA con
    encefalopatía hipertensiva o sin ella. A menudo se
    acompaña de visión borrosa, cefaleas,
    confusión, somnolencia, náuseas, vómitos,
    pérdida de peso, malestar general, IC, hematuria e
    insuficiencia renal. Hay anemia hemolítica
    microangiopática y signos de coagulación
    intravascular (productos de
    degradación del fibrinógeno,
    trombocitopenia,).

    Hay macrohematuria y/o microhematuria, cilindruria y
    proteinuria, que pueden llegar a cifras del síndrome
    nefrótico. Los elevados niveles tensionales originan
    poliuria, polidipsia, hiponatremia (natriuresis de
    presión) e hipopotasemia (hipertensión
    hiponatrémica hipopotasémica). Los pacientes mueren
    con frecuencia por insuficiencia renal. Si ésta es
    avanzada, aparecen acidosis metabólica e hiperpotasemia.
    El fondo de ojo muestra una
    retinopatía hipertensiva grado III o IV. El LCR es
    hipertenso pero claro, aunque el EVC es también
    frecuente.

    Constituye una verdadera urgencia médica, pero
    con tx inmediato y eficaz es posible lograr la remisión de
    todo el cuadro, tanto clínico como biológico. En un
    principio, la insuficiencia renal empeora, pero la función
    renal puede mejorar después de varios meses de
    tx.

    2. Hipertensión esencial

    Este dx se establece por exclusión y sólo
    cuando se han descartado todas las causas secundarias.
    Quizá, el único dato positivo es la historia
    familiar.

    Todos los estudios generales acerca de la enfermedad
    hipertensiva se basan en pacientes con hipertensión
    esencial debido a su gran predominio sobre las formas
    secundarias.

    3. Prehipertensión

    Según el 7º reporte del JNC para la
    detección, evaluación y tratamiento de la TA, se
    define así a los pacientes con TA sistólica entre
    121-139 mmHg y TA diastólica entre 81-89 mmHg. Estos
    pacientes deben reducir estas cifras tensionales mediante dieta y
    ejercicio.

    4. Hipertensión
    hiperadrenérgica

    Hipertensión paroxística sobre unos
    niveles de normotensión o de hipertensión ligera,
    acompañado de cefaleas a veces pulsátiles,
    sudación, diarrea,
    sofocaciones (sin palidez), taquicardia en ocasiones con
    arritmia, ansiedad, palpitaciones y poliuria; que dificultan su
    diferenciación con feocromocitoma. A diferencia de
    éste, hay buena tolerancia a los
    beta-bloqueadores. Suele aparecer en jóvenes que presentan
    hipertensión con poca o nula repercusión
    sistémica. El cuadro parece deberse a un déficit de
    la sulfoconjugación de las catecolaminas (adrenalina y
    noradrenalina), con concentraciones aumentadas de
    éstas.

    El tratamiento se basa en bloqueadores beta o de
    clonidina o alfametildopa.

    5. Hipertensión
    ortostática

    PA diastólica normal en decúbito, que,
    después de 5-60 min de ortostatismo, se eleva a más
    de 90 mmHg. Se acompaña de taquicardia ortostática,
    poca tolerancia al tratamiento diurético y
    coloración rojiza en las extremidades inferiores durante
    el ortostatismo. Su incidencia es de alrededor del 10% de los
    hipertensos. La patogenia parece radicar en una
    vasoconstricción arteriolar excesiva.

    Hipertensiones
    secundarias

    1. Hipertensión renal

    Es la causa más frecuente de hipertensión
    secundaria. Como mecanismos fisiopatológicos se han
    involucrado el sistema renina-angiotensina, dificultad de
    excreción de agua y sodio, o ambos.

    Enfermedades parenquimatosas. Todas las
    nefropatías crónicas se acompañan de
    incidencia elevada de hipertensión en algún momento
    de su evolución. Una hipertensión descubierta entre
    los 30 y los 50 años de edad puede ser la primera
    manifestación de riñones poliquísticos. Los
    quistes renales rara vez causan hipertensión.

    La esclerodermia, la periarteritis nudosa y LES se
    asocian a hipertensión. Las nefropatías
    crónicas que con mayor frecuencia se acompañan de
    hipertensión son, por orden decreciente:
    nefroangiosclerosis, glomerulopatías y nefropatías
    tubulointersticiales. La pielonefritis es una causa importante de
    hipertensión e insuficiencia renal en el
    niño.

    En la glomerulonefritis aguda la HAS puede requerir tx
    de urgencia. Los tumores renales (nefroblastoma) pueden ser
    responsables de hipertensión, en particular el
    hemangiopericitoma o reninismo primario (tumor secretante de
    renina).

    Hipertensión vasculorrenal. El
    estrechamiento de una arteria renal principal o de una de sus
    ramas en el 50% o más de su luz es responsable del 3-5% de
    las hipertensiones. Las dos causas principales son: a)
    estenosis ateromatosa,
    más frecuente en varones,
    afecta el tercio proximal de la arteria y su incidencia aumenta
    con la edad y en presencia de hipertensión previa, DM y
    tabaquismo, y
    b) displasia fibromuscular, que afecta la íntima,
    la media o la adventicia. Predomina en las mujeres, sobre todo
    <30 años; tiene mayor extensión y con frecuencia
    es bilateral. A menudo se asocia a ptosis renal.

    Otras causas menos frecuentes son: aortitis de Takayasu,
    neurofibromatosis, esclerodermia, poliarteritis nudosa,
    anomalías congénitas, compresión
    extrínseca, radiación,
    trombosis (postraumatismo), embolia, etc.

    Clínicamente es indistinguible de HAS esencial.
    Debe sospecharse ante paciente <30 años, ante un
    aumento tensional brusco después de los 50 años o
    ante una hipertensión rebelde al tratamiento. En
    ocasiones, un dolor súbito en la región lumbar o el
    flanco, con hematuria o no, puede indicar trombosis o embolia de
    la arteria renal. La presencia de un soplo periumbilical es de
    ayuda.

    El laboratorio puede revelar hipopotasemia con alcalosis
    metabólica, propia de hiperaldosteronismo secundario al
    estímulo del sistema renina por la isquemia renal. La
    existencia de aumento de urea y creatinina en plasma puede
    deberse a que la estenosis es bilateral, o bien a que el
    riñón contralateral sufre las consecuencias de la
    HAS. La coexistencia de HAS e insuficiencia renal debe hacer
    pensar, en primer lugar, en etiología
    parenquimatosa.

    Dx: estadio 1-3Ò determinación de la
    actividad renina plasmática y el renograma
    isotópico antes y después de la administración de captopril.

    -Si la hipertensión es muy intensa y/o el fondo
    de ojo es grado III o IV, está indicada
    angiografía. Prueba del captopril: la renina de la
    vena cava por debajo de las venas renales es igual a la de la
    sangre arterial y a la periférica. Al realizar la
    extracción de las muestras de sangre en ambos
    riñones el paciente no debe tomar fármacos que
    desciendan la secreción de renina ni inhibidores de la ECA
    desde 2 semanas antes, debe hallarse en ortostatismo de
    45o, con estimulación durante 3 días
    mediante un diurético tiazídico y/o la administración de captopril (12,5-25 mg)
    unos 30 min antes; se extrae una muestra de sangre para cada
    riñón a la vez y lentamente para evitar aspirar
    sangre de la cava; para medir la actividad renina basal; se
    administran 50 mg VO de captopril y se extraen una segunda y una
    tercera muestras de sangre a los 60 y 120 min . Algunos autores
    admiten como criterios de hipertensión dependiente de
    renina la buena respuesta hipotensora a la administración
    de inhibidores ECA (captopril). La estimulación es
    positiva si: a) la actividad renina es > 12 ng/mL/h;
    b) hay un aumento absoluto > 10 ng/mL/h, o c) un
    incremento > 150% o > 400% si la actividad renina basal es
    inferior a 3 ng/mL/h.

    -El renograma isotópico antes y
    después de 50 mg orales de captopril, alcanza un 80% de
    sensibilidad y 100% de especificidad.

    -El único modo de establecer un criterio
    morfológico es mediante la angiografía de
    sustracción digital y la aortografía., pero un
    hallazgo positivo no asegura que la estenosis sea la causa de la
    hipertensión, ni el grado de estenosis, ni la presencia de
    dilatación postestenótica o circulación
    colateral tiene valor
    suficiente para predecir el resultado de la
    cirugía.

    -Para predecir la curabilidad de la hipertensión
    se ha sugerido demostrar que la renina es liberada por el
    riñón con estenosis de la arteria y no por el
    riñón contralateral. Los criterios de funcionalidad
    unilateral son: a) Actividad de renina periférica
    elevada; b) cociente entre la actividad renina de la vena
    del riñón estenótico y la vena del
    riñón contralateral igual o superior a 1,5; y
    c) cociente entre la actividad renina de la vena del
    riñón contralateral y la cava por debajo de las
    venas renales igual o inferior a 1,2, indica que el
    riñón contralateral no está isquémico
    (flujo sanguíneo normal) y no secreta renina.

    Estos criterios no pueden aplicarse en pacientes con
    estenosis bilateral de las arterias renales o con estenosis en un
    riñón único.

    Tratamiento: restablecer el flujo
    sanguíneo mediante una intervención
    quirúrgica o dilatación transluminal
    percutánea.
    Es necesario un tratamiento antiagregante
    plaquetario durante algunos meses. Los fármacos
    aconsejables en la hipertensión vasculorrenal son los
    inhibidores de ECA y beta-bloqueadores.

    Tumores secretantes de renina (reninismo
    primario).

    El más frecuente es el hemangiopericitoma (tumor
    de células yuxtaglomerulares secretoras de renina); otros
    casos pueden deberse a: tumores de Wilms en niños, Ca
    renal de células claras y Ca secretante de renina. Los
    grandes tumores intrarrenales pueden causar hipertensión y
    concentraciones elevadas de renina por compresión de
    arterias renales.

    Hemangiopericitoma: a) hipertensión
    alta en pacientes relativamente jóvenes; b)
    concentraciones muy elevadas de renina en sangre
    periférica; c) hiperaldosteronismo secundario con
    alcalosis metabólica e hipopotasemia; d) ninguna
    alteración en la urografía intravenosa minutada ni
    en el renograma; e) ausencia de estenosis de las arterias
    renales en la aortografía; f) el tumor debe
    reconocerse en la fase capilar de la angiografía o por TC
    o RM, y h) cura tras la exéresis del tumor o la
    nefrectomía.

    2. Hipertensión
    endocrina

    Hiperfunción
    corticosuprarrenal.

    Hipersecreción de glucocorticoides y
    mineralocorticoides es causa de hipertensión.

    Sx de Cushing. HAS en 80% de los pacientes
    con sx de Cushing espontáneo y 20% en pacientes con
    Cushing iatrogénico. La HAS suele ser de cifras poco
    elevadas, pero puede producir nefroangiosclerosis, EVC o IAM. La
    hiperlipidemia y la hiperglucemia acompañantes aumentan el
    riesgo vascular. El cortisol aumenta la síntesis
    hepática del sustrato de la renina
    (vasoconstricción arteriolar) debido a su actividad
    mineralcorticoide, con la consiguiente retención
    hidrosalina (aumento del GC). Este último mecanismo es muy
    evidente cuando el hipercorticismo depende de la ACTH y de un
    carcinoma de la corteza suprarrenal. En estos casos hay una
    producción concomitante de
    mineralcorticoides (dihidrocorticosterona y corticosterona), por
    lo que es frecuente la hipopotasemia.

    Hiperaldosteronismo primario.
    Secreción excesiva de aldosterona causada por
    hiperfunción autónoma de la corteza suprarrenal y
    cuyo sustrato anatómico es un adenoma en el 65% de los
    casos.

    Los niveles de renina son muy bajos y los de cortisol
    normales. La incidencia es del 0,5% de todos los hipertensos. El
    pico de distribución se sitúa entre la
    tercera y quinta décadas de la vida, con ligero predominio
    en mujeres. La mayoría de las veces es clínicamente
    indistinguible de HAS esencial, aunque a veces aparece debilidad
    muscular generalizada, calambres, tetania, hiperglucemia y
    poliuria por pérdida de la capacidad de
    concentración urinariaÒ hipopotasemia (principal signo de
    sospecha diagnóstica) y alcalosis metabólica
    consecuencia del efecto de la aldosterona en el túbulo
    colector. La hipopotasemia puede faltar (hiperaldosteronismo
    normopotasémico) si el paciente está sometido a una
    dieta hiposódica.

    En ausencia de diuréticos, la potasuria es >30
    mEq/24 h. La hipertensión puede ser importante y es
    frecuente la repercusión sistémica, en
    riñón (insuficiencia renal) ó corazón
    (hipertrofia ventricular izquierda). Para el dx es imprescindible
    saber si es debido a un adenoma o a hiperplasia bilateral
    (hiperaldosteronismo idiopático), el primero cura con la
    exéresis del tumor, la segunda requiere tratamiento
    médico (antialdosterónicos).

    Los adenomas pocas veces son bilaterales y son menores
    de 3 cm. En ocasiones se asocian a hiperplasia difusa del resto
    de la glándula.

    En la forma idiopática el dx es más
    problemático por ser los signos y síntomas
    acompañantes menos evidentes. Raras veces el sustrato
    anatómico es o una hiperplasia unilateral, o hiperplasia
    bilateral sensible a los glucocorticoides de incidencia familiar
    (HAD) y que traduce hipersensibilidad a ACTH, o un carcinoma
    suprarrenal.

    Diagnóstico: TC o RM. El hallazgo de una
    tumoración > 1 cm es suficiente para el
    diagnóstico de adenoma y se procederá a la
    adrenalectomía unilateral. En caso contrario, se procede a
    determinar aldosterona tras 4h de ortostatismo (aumento > 33%
    es diagnóstico de hiperplasia), una gammagrafía con
    131I-colesterol (NP-59 o yodometilnorcolesterol) pre y
    posdexametasona, y/o determinación de aldosterona en
    sangre de ambas venas suprarrenales para demostrar si la
    secreción es unilateral o bilateral.

    Otros mineralcorticismos.

    -Hay dos formas de hiperplasia suprarrenal
    congénita que cursan con hipertensión: deficiencia
    de 11-betahidroxilasa y la de 17-alfahidroxilasa.

    El primero se acompaña de virilización y
    el segundo con retardo de la maduración sexual. La
    hipertensión se produce por exceso de síntesis de
    desoxicorticosterona. También se observan hipopotasemia y
    concentraciones bajas de renina. La secreción de
    aldosterona está disminuida.

    -La ingestión de grandes cantidades de regaliz
    (ácido glucorricínico) o carbenoxolona puede ser
    causa de hipertensión e hipopotasemia debido a la
    actividad mineralcorticoide que puede derivarse. El uso
    tópico de 9-alfafluorprednisolona como antiinflamatorio
    cutáneo puede producir un cuadro similar.

    -Sx de Liddle (enfermedad familiar) caracterizada
    por exagerada retención de sodio y expoliación de
    potasio en el túbulo distal en ausencia de aldosterona,
    cuya secreción está disminuida. Cursa con
    hipertensión, alcalosis hipopotasémica y
    concentraciones de renina bajas. Estos pacientes no responden a
    la espironolactona pero sí al triamtereno. En el
    síndrome de Gordon hay una exagerada
    reabsorción de sodio en el túbulo proximal (no es
    un hipermineralcorticismo), por lo que cursa con
    hipertensión e hiperpotasemia. La renina y aldosterona
    están bajas.

    Hiperfunción de la médula
    suprarrenal.

    Feocromocitomas. Tumores derivados del tejido
    simpático que producen HAS por secreción de
    catecolaminas. Muy poco frecuentes, responsables de <0,1% de
    las hipertensiones. El 80-90% de ellos se encuentran en la
    médula suprarrenal. También el neuroblastoma y el
    ganglioneuroma pueden secretar catecolaminas. El 10% de ellos son
    malignos; el 10%, extradrenales; el 10%, bilaterales o
    múltiples; el 10%, familiares, y el 10% se presenta en
    niños. Su máxima incidencia se sitúa entre
    40-50 años.

    Diagnóstico: es un reto clínico. El
    hallazgo más característico es HAS con paroxismos
    (50% de los casos). El 60% presentan uno o más de estos
    episodios por semana; la mayoría de ellos duran menos de
    una hora y pueden ser desencadenados por opresión
    abdominal, cambios posturales, ansiedad, dolor, ingestión
    de alimentos que contienen tiramina, fármacos
    (beta-bloqueadores), intubación, anestesia, etc. En la
    mitad de los casos la hipertensión es permanente.
    Característico descenso de la PA durante el sueño.
    Los síntomas más frecuentes son cefalea,
    sudación y palpitaciones. Siguen en frecuencia:
    hipotensión ortostática, palidez, ansiedad,
    nerviosismo, náuseas y vómitos, pérdida de
    peso, poliuria, disnea, acrocianosis e incluso fiebre. Los
    pacientes son etiquetados de psiconeuróticos. 6% de los
    casos hay incidencia familiar simple o asociada a una neoplasia
    endocrina múltiple. El feocromocitoma se asocia a veces
    con colelitiasis, DM, policitemia, hipertensión
    vasculorrenal, sx de Cushing o insuficiencia
    suprarrenal.

    Confirmación bioquímica
    mediante determinación de las catecolaminas
    plasmáticas. Las elevaciones de la noradrenalina
    plasmática no debidas a feocromocitoma (ansiedad,
    síndromes hiperadrenérgicos) pueden diagnosticarse
    con la prueba de la clonidina, que desciende las catecolaminas
    del sistema nervioso
    adrenérgico y no altera las de un feocromocitoma. Son
    útiles: nefrotomografía, aortografía, TC,
    gammagrafía con 131I-metayodobencilguanidina (MIBG),
    ecografía.

    Tratamiento: exéresis del tumor. Para
    evitar las crisis hipertensivas se utilizan los bloqueadores alfa
    (fentolamina, fenoxibenzamina). Si predomina la
    sintomatología beta puede utilizarse propranolol;
    éste nunca debe administrarse solo, sino 2 días
    después por lo menos del bloqueo alfa.

    Otras hipertensiones endocrinas

    -El 30-40% de los pacientes con acromegalia
    presenta HAS. La hormona de crecimiento provoca retención
    de sodio. A veces se asocia a adenomas suprarrenales con
    concentraciones elevadas de aldosterona.

    -El mixedema (hipotiroidismo) el filtrado
    glomerular está disminuido, con el consiguiente aumento de
    reabsorción tubular de sodio y agua.

    -20-50% de los pacientes con hiperparatiroidismo
    primario
    tienen HAS. Se debe al estímulo de la renina
    ejercido por la hipercalcemia.

    Hemangioendotelioma, es causa rara de HAS. Es un
    tumor maligno constituido por proliferación intravascular
    de células atípicas endoteliales, descrito en
    cuero
    cabelludo, pulmón o arterias coronarias, y que segrega
    grandes cantidades de endotelina.

    Anticonceptivos orales. Causa más
    frecuente de hipertensión secundaria, aunque aparece
    sólo en 5% de las mujeres que toman anticonceptivos que
    contienen estrógenos durante más de 5
    años.

    En ocasiones evoluciona hacia hipertensión
    maligna y la insuficiencia renal, con síndrome
    urémico-hemolítico. En relación con los
    anticonceptivos orales deben tenerse en cuenta: a) no
    prescribirlos por más de 6 meses; b) la presencia
    de una débil insuficiencia renal previa aumenta la
    incidencia de hipertensión; c) la mitad de las
    mujeres que desarrollan hipertensión tienen antecedentes
    familiares; d) la prevalencia es superior en mujeres
    mayores de 35 años; e) la obesidad; f) una
    historia previa de preeclampsia predispone también a la
    hipertensión, y g) están totalmente
    contraindicados en pacientes hipertensas.

    Si la hipertensión aparece, debe suprimirse el
    tratamiento. Los controles tensionales deben efectuarse cada 1-3
    meses. Los diuréticos, y entre ellos las espironolactonas
    son el tx de elección.

    3. Hipertensión en la
    vejez

    La prevalencia de hipertensión en >60
    años es de alrededor del 60%, debido a la pérdida
    de la elasticidad de
    los vasos. Es un factor de riesgo independiente para CI, EVC y
    enfermedad cardiovascular.

    El inicio súbito de una hipertensión a
    estas edades sugiere la presencia de hipertensión
    vasculorrenal de origen arteriosclerótico. Su sospecha se
    basa en el hallazgo de cifras tensionales muy altas en ausencia
    de repercusión sistémica.

    El tratamiento debe ser menos agresivo: a) a esta
    edad hay una disminución de la sensibilidad de los
    barorreceptores, lo cual facilita la hipotensión
    ortostática con diuréticos; b) el
    aclaramiento hepático y renal de los fármacos
    está reducido; c) la colaboración del
    paciente puede ser escasa; d) con frecuencia la
    hipertensión es resistente al tratamiento; e) el
    número o la intensidad de los efectos secundarios son
    superiores a los de un adulto joven.

    Deben evitarse los agonistas alfa centrales y el
    labetalol por la tendencia a provocar hipotensión
    ortostática.

    Referencias:

    1. Joint National Committee on Prevention, Detection,
      Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
      Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
      Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood
      Pressure.
      JAMA 2003; 289 (19): 2560-72
    2. Botey A, Revert L. Hipertensión
      arterial.
      En: Farreras, Rozman (Editores) Tratado de
      medicina interna.
      14ª ed, Barcelona, Mosby-Doylma,
      1996: 667-89
    3. Chaundry SI, Krumholz HM, Foody LM. Systolic
      Hypertension in Older Persons.
      JAMA. 2004; 292 (9):
      1074-80

    APÉNDICE 2

    Fármacos hipotensores

    1. Diuréticos. Producen depleción
    de agua y, al inhibir su reabsorción tubular renal, de
    electrólitos.

    Diuréticos tiazídicos: los
    más utilizados en el tx de la HAS. Su máximo efecto
    hipotensor es a las 3 semanas. Al principio, hay
    disminución de la volemia y GC. A las pocas semanas, se
    normaliza, y el descenso de la PA se debe a disminución de
    RVP, ocasionada por un descenso del contenido iónico del
    músculo liso vascular. Efectos secundarios: hipopotasemia,
    hiperuricemia, intolerancia a la glucosa e hiperlipidemia. La
    disminución del potasio sérico es de 0,6 mEq/L y
    rara vez alcanza concentraciones que requieran tratamiento (3,3
    mEq/L o inferior). Debe tratarse cualquier pequeño
    descenso de la potasemia si el paciente recibe digital. La
    hiperuricemia por disminución del aclaramiento de
    ácido úrico es muy frecuente, no requiere tx si no
    excede 10 mg/dL, y pocas veces desencadena ataques agudos de
    gota. Otros efectos secundarios son fenómenos de
    hipersensibilidad, impotencia, hipercalcemia e hiperlipemia. Su
    efecto hipotensor se halla limitado por la ingesta de cloruro
    sódico y la estimulación del sistema renina. Los
    nuevos diuréticos, como xipamida,
    indapamida, metolazona y piretanida,
    minimizan estos efectos metabólicos negativos.

    Diuréticos de asa. Furosemida, el
    ácido etacrínico y la bumetadina,
    actúan inhibiendo el cotransporte Na+-K+-2Cl– en la
    porción ascendente del asa de Henle, son menos efectivos
    como hipotensores que las tiazidas y presentan más efectos
    secundarios. Sólo están indicados en insuficiencia
    renal o cardíaca o para contrarrestar la retención
    de sodio de potentes vasodilatadores (diazóxido,
    minoxidilo).

    Espironolactona actúa bloqueando la
    acción de la aldosterona, indicada en el
    hiperaldosteronismo. Produce elevaciones del potasio
    sérico, que adquieren importancia cuando existe
    insuficiencia renal o cuando se combinan con inhibidores ECA o
    con suplementos de potasio. Otros efectos secundarios son
    deterioro de la función renal, acidosis metabólica,
    náuseas y ginecomastia.

    El triamtereno y la amilorida inhiben la
    reabsorción distal de sodio y conservan potasio sin
    requerir la presencia de aldosterona. Los diuréticos que
    retienen potasio se asocian con frecuencia a los otros para
    minimizar las pérdidas de aquél; están
    indicados en pacientes en los cuales un descenso de potasio
    entraña un riesgo elevado (digital).

    2. Beta-Bloqueadores. Antagonizan
    competitivamente el efecto de las catecolaminas sobre receptores
    betadrenérgicos.

    1. Sobre el corazón producen una
    disminución del GC por reducción de la frecuencia y
    de la contractilidad miocárdicas, y un descenso del
    consumo de oxígeno
    miocárdico. Estos efectos aparecen a las pocas horas, la
    PA no desciende inmediatamente. El efecto hipotensor sostenido se
    obtiene después de 2 o 3 días de descenso
    progresivo de RVP por:

    2. Efecto sobre el riñón,
    inhibiendo la secreción de renina.

    3. Efecto en las terminaciones nerviosas
    posganglionares (receptores beta presinápticos). En la
    presinapsis hay receptores alfa, inhibidores de la
    liberación de noradrenalina por parte de las
    vesículas, y receptores beta, estimulantes de dicha
    liberación.

    4. Efecto sobre los receptores beta del SNC
    (hipotálamo y tronco cerebral), produciendo
    disminución de la actividad simpática
    eferente.

    Están contraindicados en los pacientes con IC,
    bradicardia, EPOC y bloqueos AV. Ante IC incipiente pueden
    administrarse si previamente se trata al paciente con digital y
    diuréticos. Es peligroso su uso en presencia de
    concentraciones elevadas de catecolaminas circulantes
    (supresión brusca de clonidina, feocromocitoma) si antes
    no se administran bloqueadores alfa. Otros efectos secundarios
    son hipoglucemia en diabéticos tratados con
    hipoglucemiantes (enmascaran síntomas), fenómeno de
    Raynaud (pueden empeorar la claudicación), náuseas,
    alucinaciones, insomnio, etc.

    Los distintos bloqueadores beta se diferencian por sus
    propiedades farmacológicas.

    • Cardioselectivos
      (β1:
      acebutolol, atenolol, bisoprolol, betaxolol, metoprolol) a
      diferencia de los no selectivos (propranolol, oxprenolol,
      celiprolol, timolol, nadolol), desencadenan con menor
      frecuencia crisis de broncospasmo, hipoglucemia y
      fenómeno de Raynaud con igual efecto hipotensor. El
      grado de selectividad se pierde a dosis elevadas.
    • Actividad simpaticomimética
      intrínseca
      (acebutolol, carteolol, celiprolol,
      oxprenolol) provocan menos bradicardia y menos fenómeno
      de Raynaud.
    • Liposolubles (propranolol, oxprenolol y
      metoprolol) tienen una vida media más corta, su
      metabolismo depende del flujo sanguíneo hepático
      y penetran en el SNC.
    • Hidrosolubles (atenolol, bisoprolol,
      carteolol, celiprolol, nadolol) tienen una vida media
      más larga y su eliminación es renal.

    Ventajas:no producen hipotensión postural
    ni tras el ejercicio y tienen un efecto cardioprotector en
    pacientes con riesgo de CI, disminuyen la recurrencia del IAM y
    la mortalidad súbita postinfarto. Son útiles en
    hipertensiones resistentes, asociados a vasodilatadores y
    diuréticos.El labetalol es un fármaco con
    actividad bloqueadora de receptores alfa y beta. Es útil
    en HAS esencial y está especialmente indicado en la
    hipertensión inducida por el embarazo y en pacientes de
    raza negra. Puede producir hipotensión postural y
    está contraindicado ante el asma bronquial,
    IC y junto con IMAO. Administrado IV resulta útil en
    hipertensiones graves, y no producen taquicardia. Un
    análogo es el carrebidol.

    3. Inhibidores de la enzima de conversión de
    la angiotensina (IECA).
    Estos fármacos son muy
    efectivos ante concentraciones plasmáticas de renina
    elevadas (hipertensión vasculorrenal, hipertensión
    maligna,), pero también en la hipertensión
    esencial. Su acción está también mediada por
    un aumento de las bradicininas y prostaglandinas y por un efecto
    inhibidor sobre la renina vascular y sobre el sistema nervioso
    adrenérgico.

    -El captopril se absorbe con rapidez, debe
    administrarse 1 h antes o 2 h después de la ingesta de
    alimentos.

    Sus efectos secundarios más graves
    (agranulocitosis, nefropatía membranosa) no se observan
    con dosis <150 mg/día. El enalapril y los
    más recientes, excepto lisinopril, son profármacos
    y deben de desesterificarse en el hígado para ser activos. Su
    absorción es independiente de la ingesta de alimentos.
    Todos los IECA tienen tendencia a producir tos, debido al efecto
    farmacológico de inhibir el metabolismo de las
    bradicininas. Efectos adversos: fatiga, dispepsia, exantema,
    leucopenia y edema angioneurótico.

    Ante una insuficiencia renal requieren reducción
    de la dosis (excepto el fosinopril) y al disminuir la aldosterona
    tienen tendencia a producir hiperpotasemia. Están
    contraindicados en la estenosis bilateral de la arteria renal y
    en la estenosis de un riñón único por
    provocar insuficiencia renal. En dosis pequeñas son muy
    útiles en el tx de IC.

    4. Antagonistas del calcio. Provocan
    disminución del calcio intracelular al inhibir sobre todo
    los canales lentos. Este efecto en la fibra muscular lisa
    arteriolar provoca vasodilatación. Hay dos tipos de
    antagonistas del calcio:

    1. Tipo dihidropiridinas (amlodipino, felodipino,
    nifedipino, nitrendipino), que descienden RVP sin afectar la
    conducción AV. No producen bradicardia ni descenso del GC.
    Pueden asociarse a bloqueadores beta y, por tanto, sustituir a la
    hidralazina. Tienen cierto efecto natriurético.

    2. Tipo no dihidropiridinas (verapamilo y
    diltiazem). Además de descender RVP producen bradicardia y
    descenso del GC y enlentecen la conducción AV. Son
    fármacos alternativos a los bloqueadores beta. Favorecen
    la intoxicación digitálica y no deben usarse con
    bloqueadores alfa postsinápticos, puesto que pueden
    incluso provocar intensa hipotensión.

    Efectos secundarios del nifedipino: rubor y edema
    periférico, y entre los del verapamilo destaca el
    estreñimiento. Pueden usarse como fármaco
    único. Indicados en la hipertensión del anciano y
    en hipertensos con CI o vasculopatía
    periférica.

    5. Vasodilatadores. La hidralazina, el minoxidilo
    y el diazóxido actúan directamente relajando la
    musculatura lisa arteriolar. Producen taquicardia refleja y
    aumento del GC, lo que limita su uso en CI.

    Estimulan la liberación de renina. Originan
    retención hidrosalina con formación de edemas. No
    deben usarse solos, sino asociados a diuréticos y
    bloqueadores beta. El nitroprusiato sódico (dador de
    óxido nítrico) al aumentar la capacitancia venosa,
    no produce taquicardia refleja ni aumento GC.

    La hidralazina, por fijarse al músculo de
    la pared vascular, tiene una acción mucho más
    prolongada que su vida media. No pueden administrarse >200
    mg/día sin peligro de desarrollar un síndrome
    parecido al lupus, con artralgias, dolores musculares, fiebre,
    erupción cutánea e incluso nefropatía. La
    taquicardia refleja puede contrarrestarse con la
    administración simultánea de bloqueadores
    beta.

    El minoxidilo es un potente vasodilatador que,
    como el diazóxido, estimula la apertura de ciertos canales
    de potasio y está indicado en hipertensiones muy graves y
    difíciles de controlar con otros fármacos. Sus
    principales efectos secundarios son el hirsutismo y la gran
    retención hidrosalina, que requiere dosis elevadas de
    diuréticos potentes.

    El diazóxido y el nitroprusiato
    sódico
    se utilizan vía intravenosa para
    tratamiento de urgencia.

    6. Bloqueadores de los receptores
    alfadrenérgicos.
    Fentolamina y la
    fenoxibenzamina, de utilidad en la
    hipertensión debida a exceso de catecolaminas circulantes.
    Hay dos tipos de receptores alfa: los presinápticos, que
    tienen una función inhibidora sobre la liberación
    de catecolaminas por parte de las vesículas terminales, y
    los postsinápticos, con la función propia de los
    receptores alfa. Los dos bloqueadores alfa bloquean
    competitivamente ambos receptores.

    La prazosina, que presenta acción
    bloqueadora alfa sólo postsináptica es efectivo en
    el tx de la HAS esencial. La primera dosis puede producir
    hipotensión ortostática, por lo que se recomienda
    que sea pequeña y se ingiera por la noche. A diferencia de
    la fentolamina y de la fenoxibenzamina, no produce taquicardia ni
    aumento del GC. No deben variarse las dosis de prazosina ante
    insuficiencia renal.

    La doxazosina es también un bloqueador
    competitivo y selectivo de los receptores alfa
    postsinápticos que posee acción muy
    prolongada.

    7. Fármacos de acción central. La
    metildopa y la clonidina actúan disminuyendo la cantidad
    de impulsos en los nervios simpáticos periféricos
    (vía eferente), como resultado de acción directa
    estimulante de los receptores alfa del tronco cerebral. Ambos
    fármacos enlentecen la frecuencia
    cardíaca.

    La alfametildopa ejerce su acción al cabo
    de 3-6 h de su administración VO. Su principal efecto
    secundario es el sedante, con depresión
    y pérdida de la capacidad de concentración; otros
    son la fiebre y prueba de Coombs positiva a los 6-12 meses en
    10-25% de los pacientes y que sólo obliga a la
    suspensión del fármaco en unos pocos que
    desarrollan anemia hemolítica, hepatitis por
    hipersensibilidad e hipersensibilidad cutánea. Es
    frecuente la diarrea. Los antidepresivos tricíclicos, la
    anfetamina y la efedrina antagonizan la acción hipotensora
    de la metildopa.

    La clonidina tiene un efecto sedante y de
    sequedad de boca más acusado que la metildopa. La
    suspensión brusca origina aumento agudo de PA con
    sudación, palpitaciones y cefalea. Estos síntomas
    son similares a las crisis del feocromocitoma y se deben a
    concentraciones elevadas de catecolaminas circulantes. Su tx
    consiste en la administración intravenosa de bloqueadores
    alfa (fentolamina) o la reinstauración de la
    clonidina.

    Referencias

    1. Botey A, Revert L. Hipertensión
      arterial.
      En: Farreras, Rozman (Editores) Tratado de
      medicina interna.
      14ª ed, Barcelona, Mosby-Doylma,
      1996: 667-89
    2. Benowitz NL. Antihipertensores. En: Katzung
      BG. Farmacología básica y clínica.
      8a ed, México, Manual Moderno, 2002: 181-209

    APÉNDICE 3

    Caso
    clínico

    Presentación del caso (Visita
    1)

    Una mujer de 75
    años acude a su consultorio por referir cefalalgia leve de
    un mes de evolución, acompañada ocasionalmente de
    mareo, zumbido de oídos, fosfenos y visión
    borrosa.

    La paciente tiene los siguientes antecedentes de
    importancia:

    -Heredofamiliares: madre finada por diabetes mellitus, 2
    hermanos con diabetes mellitus, ambos finados.

    -Personales patológicos: 1) HAS diagnosticada
    hace 30 años, bajo tratamiento farmacológico no
    especificado, el cual fue suspendido desde hace 5 meses debido a
    que sufrió un Infarto Agudo al miocardio. 2) DM tipo 2
    desde hace 4 años, tratado con metformina 850 mg cada 12
    horas. Sin ningún otro dato de importancia.

    -Personales no patológicos. Paciente dedicada a
    vender fritangas, no realiza más actividad física
    que caminar. Alimentación
    deficiente a base de carbohidratos
    y grasas
    saturadas (mucha tortilla, fritangas, refresco) y pobre en
    frutas, verduras y fibra. Resto sin importancia.

    A la exploración física: TA: 160/110 mmHg,
    FC 70 x’, FR 20 x’, T: 37°C, IMC: 32.2, cintura
    102 cm. Ruidos cardiacos rítmicos disminuidos en
    intensidad. Abdomen globoso por panículo adiposo. Retina
    con adelgazamiento de arterias, pequeños exudados
    algodonosos y cruces arteriovenosos. Resto sin
    alteraciones.

    Con los datos anteriores, realizamos los siguientes
    diagnósticos: Hipertensión arterial
    sistémica Estadio II, Obesidad Grado II (norma
    técnica mexicana) predominio abdominal.

    El plan a seguir es
    manejo ambulatorio con recomendaciones dietéticas (dieta
    rica en potasio, calcio, frutas, vegetales, cereales,
    leguminosas, baja en sal, baja en grasas y colesterol, pocas
    carnes rojas) y ejercicio para reducción de peso (caminar
    por lo menos 30-60 minutos el mayor número de veces por
    semana). Iniciamos tratamiento farmacológico con
    Metoprolol 25 mg cada 12 h, Hidroclorotiazida 12.5 mg cada 12 h.
    La razón para tal medida es el estadio de la enfermedad y
    el hecho de que la mayoría d elos pacientes, sobre todo
    los de edad avanzada, responden poco favorable a la monoterapia.
    Elegimos metoprolol por ser un fármaco cardioprotector,
    porque disminuye el consumo miocárdico de oxígeno y
    reduce la tensión arterial al actuar principalmente sobre
    el corazón. La tiazida la elegimos por tener un efecto
    complementario respecto al beta bloqueador, ya que trabaja a
    nivel vascular. Además, es el medicamento que mejor se ha
    asociado con mejor pronóstico, ya que reduce la
    posibilidad de morbimortalidad por enfermedad cardiovascular. Se
    solicita EKG, EGO, Química
    sanguínea (Glucosa, creatinina, BUN, colesterol total,
    LDL, HDL, triglicéridos), electrolitos séricos y
    BH. Se cita a la paciente en 1 mes para
    evaluación.

    Visita 2

    La paciente, de acuerdo a lo acordado, regresa 1 mes
    después con sus exámenes de laboratorio. Los datos
    clínicos relevantes en esta visita son: IMC 32, FC. 55
    x’, TA 140/95 mmHg. En sus estudios encontramos lo
    siguiente: infarto antiguo anteroseptal, glucosa de 119 mg/dL,
    colesterol total 230 mg/dL, LDL 140 mg/dL, HDL 50 mg/dL.
    Proteinuria + en el EGO. Resto normal.

    Al momento de impartir nuestro tratamiento
    antihipertensivo, la meta de TA era llevarla amenos de 130/80, de
    tal manera que no hemos alcanzado tal objetivo. Respecto a los
    exámenes de laboratorio, el EKG hace evidente la presencia
    de enfermedad coronaria, signo de mal pronóstico para
    futuros eventos cardiovasculares; además, la paciente
    presenta niveles de colesterol inadecuados para las
    características de la paciente. Las recomendaciones
    actuales indican que lo ideal para esta paciente es mantener
    niveles de colesterol total por debajo de 200 mg/dL, en especial,
    el colesterol LDL, el cual debe ser menor a 100 mg/dL (y el HDL
    >60 mg/dL). Respecto a la glucemia, el valor nos indica que
    hay cierto grado de intolerancia a los carbohidratos.

    Con los datos anteriores concluimos que: se integra un
    síndrome metabólico, es necesario un ajuste en
    cuanto al tratamiento antihipertensivo, es necesario instaurar
    tratamiento hipolipemiante. El pronóstico de esta paciente
    de acuerdo a la escala de
    puntuación Framingham (20 puntos) es que tiene una
    probabilidad
    de 11% de padecer otro evento cardiovascular en los
    próximos 10 años; pero si consideramos el hecho de
    que padece una enfermedad coronaria (el infarto pasado) esta
    probabilidad podría ser superior al 20%. Por estas razones
    es necesario enfatizar el tratamiento y afrontar nuevas
    líneas.

    Plan: enfatizar dieta y ejercicio, disminuir la dosis
    del beta bloqueador (y considerar la necesidad de
    suspensión gradual) debido a la bradicardia que presenta
    la paciente, agregar un nuevo antihipertensivo (por ejemplo, un
    IECA) y brindar tratamiento farmacológico para disminuir
    el colesterol.

    De tal manera, se cita a la paciente en 2 meses para
    evaluación posterior (con exámenes de Glucemia,
    Colesterol total y LDL, EGO) con las siguientes indicaciones: 1)
    Seguir fomentando los cambios en el estilo de vida, 2) metoprolol
    25 mg por las mañanas, 3) hidroclorotiazida 12.5 mg cada
    12 h, 4) Captopril 25 mg cada 12 h, 5) Pravastatina 40
    mg/día por las tardes antes de ir a la cama (no consumir
    con alimentos).

    Visita 3

    Paciente acude a consulta para control de presión
    arterial y colesterol a los 2 meses como era acordado.

    En esta consulta la paciente presenta TA 130/85, FC: 60
    x’, IMC: 30. Glucosa: 110 mg/dL, Colesterol total 190
    mg/dL, LDL 90 mg/dL.

    Para esta consulta la paciente manifiesta disciplina en
    cuanto a las indicaciones que le fueron dadas. Los niveles de
    colesterol total y LDL están dentro de nuestros niveles
    establecidos como meta y respecto a la presión,
    mejoró bastante y está muy cerca de la meta
    terapéutica. Se considera mismo manejo
    farmacológico, y promoción y reforzamiento de los cambios en
    el estilo de vida. Además, se agrega al tratamiento
    Aspirina 325 mg VO diario.

    Referencias:

    1. Joint National Committee on Prevention, Detection,
      Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure. The
      Seventh Report of the Joint National Committee on Prevention,
      Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood
      Pressure.
      JAMA 2003; 289 (19): 2560-72
    2. Chaundry SI, Krumholz HM, Foody LM. Systolic
      Hypertension in Older Persons.
      JAMA. 2004; 292 (9):
      1074-80
    3. August P. Initial treatment of Hypertension. N
      Engl J Med. 2003; 348 (7): 610-7
    4. Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment
      of High Blood Cholesterol in Adults. Executive Summary of
      the Third Report of the National Cholesterol Education Program
      (NCEP) Expert Panel on Detection, Evaluation, and Treatment of
      High Blood Cholesterol in Adults (Adult Treatment Panel
      III).
      JAMA. 2001; 285(19): 2486-97

    Hipertensión arterial
    sistémica

    Resumen. Revisión de aspectos generales de la
    hipertensión, basado en hipertensión esencial y
    aspectos complementarios como medicamentos antihipertensivos y
    tipos de hipertensión. Trabajo
    actualizado al 18 de enero de 2005 con las guías
    más nuevas sobre toma de presión arterial,
    diagnóstico y tratamiento, énfasis en
    epidemiología en México (2002, INEGI,
    SSA).

    Elaboró:

    Leonardo Saúl Lino Silva

    Médico Interno de Pregrado. Hospital General Dr.
    Manuel Gea González, México, D.F.

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