Enfoques alternativos de política económica y su aplicabilidad a cada etapa del ciclo económico
- Resumen
- El
problema - Marco
teórico - Marco
metodológico - Aplicabilidad
de los enfoques de política a cada etapa del ciclo
económico caso Venezuela - Conclusiones
y recomendaciones - Bibliografía
- Anexos. I
Glosario. II Aprender dos o tres veces
El Núcleo
de la Ciencia
Económica.
Por ello, me centraré específicamente
en el núcleo de la teoría económica, es decir, la
macroeconomía y la microeconomía, que representan el nivel
superior de la elaboración analítica de la
disciplina. Cada ciencia,
en efecto, tiene un núcleo y una periferia cercana o
lejana, y se estará cada vez más lejos del
núcleo cuanto menos se necesite de sus conocimientos
para poder
examinar un problema; así el primer nivel
estaría en la microeconomía y la
macroeconomía, el segundo nivel estaría en la
teoría monetaria, en la teoría del comercio
internacional; en la teoría aplicada a la política económica. El tercer
nivel en la teoría del desarrollo, y el cuarto nivel es un amplio
campo donde pudiera encontrarse por ejemplo la historia
económica. Así nos vamos moviendo cada vez
más hacia la periferia lejana en la medida en que
necesitamos cada vez menos los elementos del núcleo
para poder explicar un problema. Por lo demás, al
hablar de los dominios de la ciencia económica me
reduzco a la microeconomía y la macroeconomía
por razones de método, no porque no interesen las
otras áreas sino porque lo que está ocurriendo
en la micro y en la macro es decisivo para configurar el
conjunto de la ciencia económica.
Texto tomado de Antonio Jesús Bejarano, 1999,
p.2
La situación problemática de este estudio
gira en torno a definir
qué enfoques de pensamiento
económico están vigentes en la actualidad, dado el
grado de fragmentación y confusión en esta
área; cuáles son las recomendaciones de
política de los enfoques vigentes para cada fase del ciclo
económico. Por otro lado, la problemática
también se refiere a en qué fase del ciclo
económico se encuentra la actividad interna venezolana y
por tanto, que enfoque orientaría mejor un conjunto de
recomendaciones de política, dadas sus
características. El objetivo
general es examinar los enfoques alternativos de política
económica y su aplicabilidad según cada etapa del
ciclo económico, para el caso Venezuela. El
marco
teórico se conformó con el análisis de los enfoques de pensamiento
económico desde el liberalismo
hasta la nueva economía
clásica y keynesiana, teoría de la política
económica y teoría de los ciclos económicos.
Desde el punto de vista metodológico, el diseño
correspondió a una Investigación Monográfica
Documental, según las Normas para la
Realización de Trabajos de Ascenso del Personal Docente
y de Investigación de la Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado. El trabajo se
justifica en la importancia que tiene conocer cual es la fase del
ciclo económico y cual es el enfoque de pensamiento cuyas
recomendaciones son más adecuadas al país. La
principal conclusión fue que los enfoques de pensamiento
vigentes son la Nueva Economía Clásica y Keynesiana
y que la recomendación para la economía venezolana
sería en concordancia con la Nueva Economía
Keynesiana, un ciclo económico causado por shocks externos
y factores internos, tanto monetarios como reales, por lo que se
deben aplicar políticas
fiscales y monetarias que conjuren las causas de la crisis y
logren encaminar al país hacia el logro del pleno empleo, la
cual sería la principal recomendación del trabajo.
Palabras clave: enfoques de pensamiento
económico, teoría de la política
económica, ciclos económicos, ciclo
económico político, expectativas
racionales.
Tras un largo periodo de estabilidad económica,
que abarcó desde el final de la Segunda Guerra
Mundial hasta principios de los
años setenta, en el que las economías occidentales
disfrutaron de unas tasas de crecimiento sin precedentes, la
primera crisis del petróleo supuso un reencuentro con tasas de
inflación elevadas y altas tasas de desempleo,
generando una situación difícilmente explicable con
los modelos
macroeconómicos que hasta entonces se venían
utilizando.
Andrés y Doménech (2004), señalan
que a partir de ese momento, el debate
macroeconómico se amplió considerablemente en su
contenido, por lo que distintas teorías
macroeconómicas han competido en la explicación del
ciclo económico.
Es así como las teorías del ciclo
económico tienen por objeto explicar las fluctuaciones que
se observan en la actividad económica a nivel agregado.
Según los autores citados, los ciclos económicos
consisten en expansiones, que ocurren en muchos sectores
económicos al mismo tiempo,
seguidas por recesiones generalizadas, que a su vez terminan con
el inicio de la fase de expansión de un nuevo ciclo
económico.
Por lo tanto, la característica principal del
ciclo económico, es la de un aumento del producto,
seguido por una posterior reducción, de manera recurrente
aunque de forma no periódica.
El desarrollo del capitalismo
industrial estuvo acompañado por una gran inestabilidad, y
a los periodos de prosperidad y expansión de la producción, seguían períodos
de depresión
y desempleo.
Se trataba de la recurrencia de los ciclos
económicos que, hasta 1860, habían sido estudiados
como accidentes
aislados en el desarrollo del sistema. Gracias
a los aportes de Juglar en 1860, de Kondratieff en 1926, y de
Kitchin en 1929; quienes describieron las causas y la
duración media de los ciclos, no existió la menor
duda de que existía regularidad de expansión y
depresión en las economías occidentales.
La internacionalización creciente de las
economías nacionales favoreció, por otra parte, la
difusión de los efectos de estos ciclos, que afectaban no
solo a los países industrializados, sino también a
los que estaban situados en su periferia. Esos ciclos, que
evidencian oscilaciones del Producto Interno
Bruto real (Samuelson y Northaus, 1989), cobraron gran
importancia cuando Wesley Clair Michell demostró que
variables
económicas claves, tales como producción y precios,
tendían a cambiar sistemáticamente en el transcurso
de un ciclo económico típico (Sachs y
Larraín, 1994).
Al entrar en depresión, los países
industrializados disminuyeron su demanda de
materias primas y productos
alimentarios importados, lo que afectó severamente las
economías de los países productores y exportadores
de esos bienes.
Ahora bien, tal y como sostiene Cartay (1996), existe
una estrecha relación entre los ciclos económicos
internacionales y la economía venezolana. Venezuela, dada
su condición de país monoproductor, (en el siglo
XIX, con los cultivos de café y
cacao y en el siglo XX, con sus exportaciones
petroleras); dependiente del comercio
exterior, es muy vulnerable a las fluctuaciones de los
precios de tales productos en el mercado
internacional.
En ese escenario, en que se registran periódicas
crisis, por la recurrencia de los ciclos económicos, las
consecuencias de tales crisis se reflejan en el desarrollo de la
economía venezolana, agregándose a los enormes
desajustes internos provocados por la constante inestabilidad
política y las desacertadas políticas
económicas.
Cada vez que el sistema capitalista mundial se resiente,
los coletazos de ese malestar repercuten directamente sobre
Venezuela a través de las fluctuaciones de su comercio
exterior, del cual ha sido tan dependiente, tanto en el siglo XIX
como en el XX. Así, a través del comercio exterior
y los movimientos internacionales de capital, las
consecuencias de las crisis capitalistas se trasladan a
Venezuela.
A parte de estos factores de origen a la ocurrencia de
la crisis, contribuyen también factores de orden interno,
tales como las desacertadas políticas económicas y
sociales y la inestabilidad política existente en
Venezuela, o la aparente vigencia de la teoría del ciclo
económico político en Venezuela, según la
cual, las autoridades se verían tentadas a utilizar las
políticas fiscales, monetarias y cambiarias, para mejorar
el escenario económico antes de unas elecciones y tomar
medidas de ajuste severas en los primeros años de gobierno.
En resumen, el ingreso petrolero disminuye la necesidad
o el interés
del gobierno en conocer la etapa del ciclo económico para
tomar decisiones de política, distorsiona la etapa del
ciclo, que ya no se comporta como se le ha descrito en la
teoría y observaciones empíricas. La falta de
tipicidad en las fases del ciclo, dificulta las decisiones en
materia de
política económica; en consecuencia, los gobiernos
aplican medidas de política tomando en cuenta criterios
como la urgencia, la disponibilidad de ingresos
petroleros, la imposición de modelos
económicos foráneos, o de acuerdo a las
necesidades políticas del gobierno de turno, en
concordancia con la Teoría del Ciclo Económico
Político.
Es por tal motivo que el propósito general de la
presente investigación es examinar los enfoques
alternativos de política económica y su
aplicabilidad en cada etapa del ciclo económico para el
caso venezolano; el cual se encuentra justificado en el entendido
que las medidas de política que se tomen consideren las
condiciones de la economía doméstica de manera tal
que la orientación de las decisiones en materia de
política
fiscal y monetaria, favorezcan realmente el crecimiento
interno y permitan aprovechar los recursos
provenientes del petróleo
en el desarrollo del país.
Para lograr los objetivos
propuestos, el trabajo se ha estructurado en cinco
capítulos, referencias bibliográficas y anexos. El
Capítulo I, denominado "El Problema", se refiere al
planteamiento del
problema objeto de estudio el cual está representado
por el examen a los enfoques de pensamiento vigentes en la
actualidad y su incidencia en las recomendaciones de
política a la luz de las
fluctuaciones cíclicas, el objetivo general y los
específicos, la justificación y el alcance de la
investigación.
El Capítulo II, "Marco Teórico", contiene
las bases referenciales consultadas para fundamentar la
propuesta, las cuales se refieren a los antecedentes de la
investigación, los enfoques de pensamiento
económico desde el liberalismo hasta la nueva
economía, la teoría de la política
económica y la teoría de los ciclos
económicos.
En el Capítulo III, se plantea la metodología seguida para lograr los
objetivos de la investigación. Desde el punto de vista
metodológico, el Trabajo de Ascenso se circunscribe en la
modalidad de Investigación Monográfica Documental,
por lo cual su estructura se
adecua a la de este tipo de trabajos y a las Normas para la
Realización de Trabajos de Ascenso del Personal Docente y
de Investigación de la Universidad Centroccidental
Lisandro Alvarado de Benítez et al (1991).
Se establece la modalidad, tipo de investigación,
técnicas para la recolección
de datos y análisis de los mismos. La
investigación se realizó mediante referencias
previamente elaboradas por diferentes especialistas en la
materia, y se desarrolló por medio de la
recopilación y estudio de libros o
material impreso, con el objeto de recoger y considerar la
información en ellos contenida, la cual, se
organizó e interpretó de acuerdo con los procedimientos
estudiados, con el fin de obtener las conclusiones del
caso.
En el Capítulo IV, denominado "Aplicabilidad de
los Enfoques de Política a cada Etapa del Ciclo
Económico para el Caso Venezuela", donde se presenta el
desarrollo de los elementos necesarios determinar las
recomendaciones específicas de política de cada
enfoque de pensamiento en cuanto a las fluctuaciones
cíclicas, la determinación del ciclo
económico venezolano durante el período 1984-2003 y
los eventos de
política económica más resaltantes durante
ese período de estudio.
En el Capítulo V, se presentan las conclusiones y
recomendaciones del trabajo. Por último, se ponen a
disposición del lector las referencias
bibliográficas que sirvieron de base para elaborar el
presente trabajo, y los anexos que complementan la
información referencial del mismo.
Se escucha decir con bastante frecuencia en los
ámbitos financieros privados, empresariales, medios de
comunicación especializados en materia
económica y hasta académicos, así como
de diversos profesionales de las Ciencias
Económicas y Sociales, que en los actuales momentos,
la economía venezolana enfrenta, entre muchos problemas,
los de liquidación de inventarios,
cierre de empresas y
desempleo, de una manera recurrente, agravándose en
una espiral descendente, que, si no fuera por la
pérdida acelerada en el poder adquisitivo,
tendría todas las características de la fase
depresiva del ciclo económico.Identificada, así, una etapa del ciclo en la
economía venezolana, como por ejemplo, la
depresión o recesión, arriba acotada; se tiene
el problema de que ésta no es la depresión
típica descrita para las economías de los
países capitalistas. En efecto, en Venezuela, las
características típicas de la depresión
no se cumplen, puesto que en lugar de tener deflación,
hay inflación; consecuencia, entre otros
determinantes, de los ingresos petroleros. En otras palabras,
aunque todos las demás variables clave indicaran que
la economía atraviesa una etapa de depresión,
conviviría la inflación con el desempleo, lo
cual dificulta de manera suma la toma de
decisiones en materia de política
económica.En lo que se refiere a medidas de política, a
pesar de que la economía interna presenta algunas de
las características más importantes de la
depresión económica, las medidas de
política fiscal y
monetaria aplicadas, corresponden más bien con las
recomendadas para etapas de auge económico o,
sencillamente, no se corresponden con las políticas
recomendadas para ninguna fase y por ninguna escuela.Concretamente, dadas las características
acotadas, si se aplicaran las medidas recomendadas por la
escuela keynesiana para ayudar a la economía a salir
de la recesión, resumidas en una orientación
expansiva en materia fiscal y monetaria; a través de
la reducción de impuestos,
aumento del gasto
público de inversión, compra de títulos
valores,
reducción del encaje legal, etc.; los resultados
podrían ser contrarios a lo deseado. La
expansión monetaria podría agravar la
inflación, mientras que la política fiscal
expansiva, además de agravar las presiones
inflacionarias por la vía del incremento del gasto,
podría no obtener los resultados esperados en cuanto a
empleo y producto, dadas las rigideces estructurales del
mercado laboral, el
sistema
tributario y el sistema de seguridad
social, que presenta la economía
nacional.Al respecto, Spencer (1987), sostiene que hay
consenso en afirmar que la teoría keynesiana se
comporta bien cuando se aplica a la deflación y a la
depresión, pues en ese caso, los gastos y
el poder adquisitivo, pueden aumentarse para estimular la
demanda
agregada, promoviendo niveles más altos de empleo
y producción. Sin embargo, el modelo
keynesiano no parece adecuado para enfrentar la
inflación, en especial, si se quiere mantener un alto
nivel de empleo. Las medidas propuestas por la corriente de
pensamiento clásico y liberal, tampoco funcionan, pues
se fundamentan en la negativa a la intervención
gubernamental la cual "sólo empeora las cosas"
(Dornbusch y Fischer, 1985).Por el contrario, tal y como lo sostiene Ríos
(1992), en la sociedad
actual, absolutamente nadie se atrevería a afirmar que
el Estado
es un ente ajeno, abstracto, sin interés alguno en el
acontecer cotidiano de la sociedad. Parece haber "un consenso
unánime respecto a la responsabilidad del Estado
como director, coordinador y promotor de las relaciones
sociales y por hacer que éstas fluyan en un clima de
armonía y progreso constante para un mayor bienestar
colectivo". (p. 7)Si bien existe consenso en cuanto a la necesidad y
vigencia de la intervención del gobierno en la
actividad económica, existen matices y posiciones
encontradas referentes a las formas, metodologías,
objetivos y resultados de esta
intervención.Dornbusch y Fischer (1985), sostienen que desde hace
bastante tiempo existen dos tradiciones intelectuales en macroeconomía. La
escuela monetarista, de tendencia liberal, sostiene que los
mercados
funcionan mejor si el gobierno no interviene; mientras que la
escuela keynesiana opina que la intervención del
gobierno puede mejorar notablemente el funcionamiento de la
economía.Posteriormente, el debate sobre casi los mismos
temas convirtió en protagonistas a un nuevo grupo
–los nuevos macroeconomistas clásicos, quienes
comparten con los monetaristas muchos puntos de vista sobre
la política económica. Para la Nueva
Economía Clásica, los individuos actúan
racionalmente buscando su propio interés en mercados
que se ajustan rápidamente a condiciones cambiantes.
Esta escuela considera probable que la intervención
del gobierno sólo consiga empeorar las cosas y, por
tanto, constituye un reto para la escuela keynesiana, la cual
sostiene que la intervención del gobierno es
útil en una economía dominada por ajustes
lentos, rigideces, falta de información y
hábitos sociales que impiden el rápido equilibrio
de los mercados.Así, pareciera que los conflictos
entre las escuelas de pensamiento económico fueran
insalvables; sin embargo, también hay espacio para el
acuerdo, mediante la discusión y la
investigación. Aún así, no parece
sencillo determinar qué medidas de política
tomar en condiciones de inflación y desempleo.
Pareciera no haber una escuela con propuestas adecuadas las
condiciones de la economía venezolana.Adicionalmente a la problemática planteada
hasta este punto, se presenta el de la problemática
teórica que enfrenta la ciencia económica.
Según Bejarano (1999), la metodología
positivista de la ciencia económica junto con el
programa de
equilibrio walrasiano, "terminaron por expulsar la
política de la economía desde el punto de vista
del núcleo y fue incapaz de tender un puente, desde el
punto de vista práctico, al proceso
político". (p. 5) Según este
autor, desde comienzos de los años setenta, con la
revolución del enfoque de las
expectativas racionales, los supuestos básicos del
núcleo teórico se vieron seriamente
cuestionados, dado que este enfoque cuestiona la capacidad
misma de la política económica para resolver
los problemas de los desequilibrios
macroeconómicos.Lo anterior no significa que los gobiernos de los
países subdesarrollados, no tomen medidas de
política económica. En Venezuela, los gobiernos
actúan en política económica de acuerdo
a la disponibilidad de los ingresos petroleros; o se
comportan en la forma que describe la Teoría del Ciclo
Económico Político.Según lo explican Larraín y Assael
(1997), la teoría del Ciclo Político
Económico (CPE) predice que los gobiernos de
regímenes democráticos, utilizan la política monetaria, fiscal y cambiaria
para mejorar las condiciones económicas en el
período anterior a las elecciones, de modo de
influenciar positivamente en el electorado con el
propósito de obtener más votos.Esta observación de hechos de reciente data,
no es sin embargo, algo que viene ocurriendo de poco tiempo a
la actualidad. Todo lo contrario, en Venezuela, la
aplicación de políticas económicas no se
ha correspondido con lo recomendado por las escuelas de
pensamiento económico más ortodoxas. Algunas
veces, con razón de promover el cambio de
un modelo importador a uno de sustitución de importaciones (década de 1950 a 1960),
o al modelo reformista neoliberal de la década de los
1990, se han aplicado políticas fiscales y monetarias
que no se correspondían con las etapas del ciclo
económico que atravesaba la economía
interna.En otras oportunidades de la historia
económica contemporánea de Venezuela, se han
aplicado las políticas económicas, simplemente
tomando como indicador el nivel de ingresos petroleros: si
éstos eran altos, el gasto público era alto,
los impuestos bajos; si éstos eran bajos, bajaba el
gasto público y se incrementaban los
impuestos.En otras palabras, las políticas
económicas que principalmente influencian la actividad
económica interna, como son la fiscal y monetaria, no
se toman considerando como afectarán a los sectores
productivos internos, al empleo, el consumo o
la inversión nacionales.Este hecho, trae innumerables consecuencias en
materia económica, entre las cuales las más
importantes para la autora del presente trabajo, es la
incertidumbre que le imprimen a todas las decisiones de los
agentes económicos con respecto al futuro y al rumbo
económico que tomarán los gobernantes del
país. Descartando los problemas políticos que
pudieran ocasionar la inestabilidad económica, de
manera sucinta se quiere describir una serie de consecuencias
que sufre la economía interna al no ser tomada en
cuenta a la hora de la aplicación de políticas
económicas.El hecho de que las autoridades en materia
económica del país no tomen en cuenta la fase
del ciclo económico por la que atraviesa la
economía interna, genera, en primer lugar,
incertidumbre, la cual a su vez, tiene, por citar algunas,
las siguientes consecuencias: alto riesgo
país, altas tasas de
interés, reducción de la inversión
privada interna y foránea, lo que a su vez genera
desempleo.A su vez, la no consideración de la
economía interna para la toma de decisiones en materia
de política, ha hecho que tradicionalmente, los
sectores productivos se alineen con el gobierno de turno,
como medio para reducir la incertidumbre en materia de
política económica, pero esto a su vez, trae
las siguientes consecuencias: la satisfacción de los
intereses del partido gobernante, que por su propia naturaleza
obedece a lineamientos partidistas propios; sólo ven
una cara o una óptica de la realidad
incapacitándolos para ver en su conjunto los males que
impiden la consecución del bien
común.Podría asegurarse, que una variable
tradicionalmente coyuntural en la mayoría de los
países, especialmente en los de alto desarrollo
económico, como es el equipo gobernante; en
Venezuela, se vuelve una variable estructural, necesaria para
la toma de decisiones de los agentes en materia de
producción e inversiones por parte del sector productivo
nacional.En opinión de la autora del presente trabajo,
la no consideración de las condiciones internas para
la toma de decisiones se debe al efecto distorsionante de los
ingresos petroleros. La industria
petrolera se rige por determinantes de la economía internacional, sus precios se
fijan en mercados bursátiles internacionales y por el
cártel petrolero, formado por los países
petroleros que así lo convinieron. Así, todas
sus decisiones en materia de inversiones, producción,
planes futuros, vienen determinadas por variables
internacionales, no domésticas.De esta manera, cuando la economía interna se
encuentra deprimida, pero los precios del petróleo
están altos, entra una ingente cantidad de ingresos
petroleros que distorsiona la fase depresiva de la
economía interna, introduciendo la inflación en
el cuadro y causando que el gobierno dirija el gasto hacia el
consumo corriente y no hacia la inversión, debido a lo
inestable de los niveles de precios petroleros, lo que
acrecienta la inflación, el cierre de empresas, la
liquidación de inventarios y el desempleo en la
economía doméstica.De aquí que, las decisiones en materia de
política económica, no toman en cuenta las
verdaderas condiciones de la economía interna, puesto
que están distorsionadas por los ingresos petroleros,
los cuales introducen incertidumbre, falta de planificación y visión errada en
cuanto a las necesidades de la economía interna, en un
círculo vicioso que aleja a Venezuela, cada vez
más de la ruta del crecimiento
económico y del desarrollo.Lo anteriormente expresado lleva a la urgente
necesidad de instrumentar las políticas del gobierno.
Tal y como lo sostiene Ríos (1992), existe una
importante vinculación entre las decisiones
gubernamentales y la actividad económica, pero es una
relación sumamente compleja. La no disposición
de información oportuna y completa referida a las
múltiples variables y problemas que deben enfrentar
los gestores económicos, los lleva a tomar decisiones
con información incompleta, en un contexto
dinámico, cambiante, donde el comportamiento de una variable o
política económica, individualmente
considerada, es muchas veces contradictorio al de esa
variable cuando se inserta en un conjunto global.Tal y como lo señala Ríos (1992), lo
anterior obliga a aceptar que "las políticas del
gobierno se deben instrumentar en función de metodologías que
obedezcan a criterios razonables para la selección de objetivos, normas de
medición de eficiencia y
eficacia y el
establecimiento de mecanismos de control de
la acción pública". (p.
30)Esta instrumentación se puede lograr a
través de la planificación, cuyo producto
visible es el Plan de
Desarrollo Nacional, proyectado al largo, mediano y
corto plazo y por la vía del Presupuesto de Programas, aplicados con
seriedad, sinceridad y según las normas
técnicas en vigor.En resumen, el ingreso petrolero disminuye la
necesidad o el interés del gobierno en conocer la
etapa del ciclo económico para tomar decisiones en
materia de política, además distorsiona la
etapa del ciclo, que ya no se comporta como se le ha descrito
en la teoría y se observa en los países
desarrollados. La falta de tipicidad en las fases del ciclo,
dificulta las decisiones en materia de política
económica; en consecuencia, los gobiernos aplican
medidas de política tomando en cuenta criterios como
la urgencia, la disponibilidad de ingresos petroleros, la
imposición de modelos económicos
foráneos, o de acuerdo a las necesidades
políticas del gobierno de turno, en concordancia con
la Teoría del Ciclo Económico
Político.En suma, no existen recomendaciones de
política a adoptar dadas las características de
la economía venezolana y el efecto es agravar la
situación desfavorable de la economía interna y
alejar al país de la senda del crecimiento
económico.Por lo anteriormente expuesto, el propósito
general de la presente investigación es examinar los
enfoques alternativos de política económica y
su aplicabilidad a cada etapa del ciclo económico no
petrolero venezolano, para orientar las decisiones en materia
de política fiscal y monetaria, que realmente
favorezcan el crecimiento interno y permitan aprovechar los
recursos provenientes del petróleo en el desarrollo
del país.- Planteamiento
del Problema.Examinar los enfoques alternativos de
política económica y su aplicabilidad
según cada etapa del ciclo económico para
el caso Venezuela.- Objetivo
General - Objetivos
Específicos
- Objetivos
- Caracterizar las recomendaciones de política
según los enfoques de pensamiento económico
vigentes. - Determinar las recomendaciones de política
adecuadas a las características de la economía
venezolana. - Determinar el ciclo económico que represente
mejor las características de la actividad
económica interna venezolana; durante el período
1984-2003. - Identificar la etapa del ciclo económico en la
que se encuentra la economía interna
venezolana.
Conocer cuál es el ciclo económico del
país en cada momento y la combinación de
políticas correspondientes, favorece el crecimiento
económico, estimula la inversión nacional y
extranjera, reduce la incertidumbre, al brindar
información a los agentes económicos sobre la
orientación del gestor de políticas en funciones.La aplicación de políticas
económicas acertadas en el momento correcto, brinda
estabilidad a la gestión económica y
política, y le otorga a los agentes económicos
la información del entorno necesaria para la toma de
decisiones en el corto, mediano y largo plazo.
Específicamente, esta información es de vital
importancia para empresarios y grandes inversionistas,
quienes requieren instrumentos y material de apoyo que los
guíe en la interpretación de las medidas de
política gubernamental, pues las decisiones en materia
de gasto público, impuestos y tasas de interés,
entre otras, afectan el devenir de sus negocios
futuros.El hecho de que, tanto los agentes económicos
privados nacionales y extranjeros, como la academia, como el
tren ejecutivo conozcan la combinación de
políticas económicas a aplicar, disminuye
sensiblemente la incertidumbre en esta materia y, en
opinión de los autores del presente trabajo,
proporciona una base cierta para la toma de decisiones en
materia de producción, inversiones, etc.En cuanto a los aportes, el presente trabajo
contiene un resumen de los enfoques de pensamiento
económico con respecto a las causas de origen del
ciclo y sus recomendaciones de política. Se aporta
también un resumen de las medidas de política
económica a las que se ha sometido la economía
venezolana a la luz del ciclo económico construido
para el período 1984-2003.Según Tijerina (2002), resumir las escuelas
de pensamiento económico desde sus orígenes en
el siglo XVIII hasta la actualidad, resulta de gran utilidad,
"dadas las confusiones, la fragmentación del
pensamiento económico contemporáneo y la
escasez de
estudios amplios y sintéticos que faciliten una
comprensión mas integradora y eventualmente, un nuevo
paradigma"
(p. 2)Se espera que la presente investigación sirva
de marco referencial a profesionales, estudiantes y a todo
aquel que sienta interés por profundizar sus
conocimientos en los diferentes enfoques en materia de
política económica, la relación de la
política fiscal y monetaria y la teoría de los
ciclos económicos. También se espera que sea
una contribución para la Universidad Centroccidental
"Lisandro Alvarado", institución académica
donde se presenta, y que sirva de referencia y guía a
profesionales y estudiantes interesados en conocer el tema
aquí desarrollado.- Justificación.
El presente Trabajo de Ascenso pretende ser un
estudio teórico sobre los enfoques en materia de
política y escuelas de pensamiento económico;
sin embargo, no se estudia la corriente del Desarrollo
Endógeno.En cuanto a la delimitación temporal, se
determinó como plazo para el ciclo económico el
período 1984-2003, en virtud de existir suficiente
información para construirlo.El trabajo no pretende defender ninguna escuela de
pensamiento económico particular, sino indagar las
recomendaciones más idóneas para Venezuela,
desde el punto de vista teórico, estableciendo
qué escuelas de pensamiento permanecen vigentes en la
actualidad, cuáles son sus postulados y si
éstos podrían adoptarse en Venezuela,
después de rigurosos estudios que escapan del alcance
del presente trabajo.También escapa de los alcances del presente
trabajo la concepción, diseño, simulación y formulación de una
política económica para Venezuela.Tan solo se pretende aclarar cuales son los enfoques
de política vigente y apenas esbozar cuál
sería la etapa del ciclo económico en la que se
encuentra la actividad interna, lo que en opinión de
la autora, apenas constituyen elementos previos para el
posterior diseño e implementación de
políticas económicas.En este estudio no se pretende caracterizar la
economía venezolana, sólo se representa el
ciclo económico básico diseñado a
través del producto en términos reales. Es
importante aclarar que la caracterización de la
economía venezolana requiere una serie de indicadores económicos que no se
consideraron en el presente trabajo, por no consistir en su
objeto de estudio. - Alcances y Delimitación de la
InvestigaciónCon la finalidad de ofrecer soporte al tema objeto
de la presente investigación, se exponen algunos
antecedentes de estudios previos relacionados con enfoques de
política y ciclos económicos.En este sentido, se cita a los autores Madrigal
Badilla, Solera Ramírez, Villalobos Moreno, Villanueva
Sánchez y Zúñiga Fallas, coordinador
(1997), con su trabajo "Aspectos Teóricos para el
Diseño de la Política Monetaria", documento
de trabajo del Banco Central
de Costa Rica,
elaborado para contribuir a clarificar los principales
conceptos que, desde una perspectiva teórica,
deberían considerarse para diseñar la
política monetaria.Reseñan los autores que este documento
constituye una primera etapa y, aunque no es totalmente
exhaustivo, en su opinión, aborda los principales
temas que se discuten en la actualidad, por lo que representa
un primer intento que podría ser de utilidad para
empezar a cuestionar algunos de los enfoques que se siguen en
Costa Rica a la hora de diseñar la política
monetaria.Durante los últimos años, la mayor
parte de las economías del mundo han experimentado
profundas transformaciones que han influido en el
desenvolvimiento de sus sistemas
financieros. Como consecuencia, tal y como señala
Zúñiga Fallas, coord. (1997), en muchos de
ellos se ha presentado inestabilidad en la demanda de
dinero y
dificultades para controlar los agregados monetarios, lo que
complica el diseño e implementación de la
política monetaria, obligando a las autoridades
monetarias a realizar un profundo análisis sobre su
labor con el propósito de adoptar enfoques
alternativos o complementarios.La economía costarricense no ha estado ajena
al proceso de cambio descrito; de hecho, este país ha
sufrido una serie de transformaciones que se han reflejado,
entre otros, en desregulación del sistema
financiero, surgimiento de innovaciones financieras,
mayor participación de intermediarios no bancarios y
en una mayor apertura de la cuenta de capitales. Estas
transformaciones representan una clara señal de las
dificultades que se experimentan al ejecutar una adecuada
política monetaria. Por esta razón, los autores
reseñados han considerado conveniente realizar un
comprensivo estudio que contribuya a mejorar el diseño
actual de la política monetaria.Las conclusiones del documento realizado con la
coordinación de Zúñiga
Fallas (1997), giraron en torno a temas indispensables de la
política monetaria, tales como la definición
teórica y empírica de dinero y su importancia
en el diseño de política, condiciones
necesarias para realizar una política monetaria
activa, efectividad de la política monetaria,
implicaciones con respecto al tipo de
cambio (fijo o variable) y la política monetaria;
en fin, estos y otros aspectos clave para la
formulación de una política monetaria efectiva.
Empero, a objeto del presente trabajo de
investigación, la conclusión más
pertinente es la que se refiere a la relación entre el
ciclo y la política monetaria.Sostienen los autores citados lo siguiente: "2. La
política monetaria se puede utilizar para estabilizar
los ciclos de la actividad económica; su principal
función, sin embargo, está íntimamente
ligada a la estabilización del nivel de precios y de
la inflación." (p. 28) En el presente Trabajo de
Ascenso, se analiza el papel de la política monetaria
al tratar de estabilizar los ciclos. De aquí, que los
aportes del documento coordinado por Zúñiga
Fallas (1997) al presente Trabajo de Ascenso se refieran a
los fundamentos de la política monetaria y,
especialmente, la vinculación entre ésta y los
ciclos económicos.En segundo lugar, se consultó el estudio de
González i Calvet (1998), denominado "Los ciclos:
aspectos reales y financieros", en el cual el autor
explica como el sistema económico capitalista, desde
sus orígenes, "se ha caracterizado por tener una
poderosa capacidad expansiva que ha dado lugar a un
crecimiento económico sostenido a largo plazo mucho
más rápido que en cualquier época o
sistema económico anterior" (p. 1). Sin embargo, esta
evolución expansiva no ha sido
uniforme, sino que ha seguido una trayectoria de
fluctuaciones persistentes e irregulares manifiestas en la
actividad productiva (producto, inversión, empleo,
renta) y en la actividad monetaria y financiera (precios,
tipos de interés, endeudamiento, activos
financieros).La conclusión fundamental de González
i Calvet (1998) se refiere a las causas de la inestabilidad
de la acumulación capitalista, que son la base de las
teorías de los ciclos económicos; las cuales se
pueden clasificar en perturbaciones exógenas y
endógenas o aquéllas que el sistema genera por
sí mismo.Las fuentes de
inestabilidad endógena explican las diferentes
teorías que se han formulado sobre las causas de los
ciclos económicos; entre las cuales se encuentran la
teoría de Marx, donde
la explicación de los ciclos estaría en los
problemas de demanda efectiva (realización de la
plusvalía) asociados a la dinámica de la distribución de la renta (lucha de
clases) de Marx; la teoría monetaria; según la
cual los ciclos son causados por inestabilidad del sistema
financiero; o la teoría de las causas reales,
según la cual la inestabilidad sería causada
por cambios en las variables reales y aparece cuando las
autoridades monetarias actúan en un papel
estabilizador.Por último, los cambios estructurales pueden
introducir inestabilidad en el sistema. Esta teoría
está específicamente referida a cambios en la
estructura de los tipos de interés, sobre todo cuando
el tipo de interés promedio tiene un importante
componente endógeno. El autor proporciona evidencia
empírica de que la actividad financiera es
corresponsable u origina la aparición de fluctuaciones
económicas, proporcionando base para los mecanismos de
acción de las crisis financieras de Kindleberger
(1991) o los mecanismos financieros a través de los
cuales se propaga la inestabilidad de la acumulación
tal como aboga Minsky (1996).Por último, se consultó el trabajo de
Rosende (2002), denominado "La Nueva Síntesis Keynesiana: Análisis e
Implicancias de Política Monetaria". El cual
expone como, durante la última década, se han
configurado algunos consensos entre los economistas. El
primero de ellos se refiere a la
administración de la política monetaria y
el segundo, se refiere a la hipótesis de la inestabilidad de la
demanda de dinero.Según el consenso referido a la forma en que
debe administrarse la política monetaria; se requiere
que ésta apunte al logro de ciertos objetivos de
inflación; éste es el enfoque de "metas de
inflación". Sin embargo, el supuesto de que
existiría algún grado de inflexibilidad de
precios en el corto plazo haría recomendable la
utilización de esta política para acomodar el
impacto real de shocks agregados imprevistos.El segundo consenso, relativo a la
hipótesis de
inestabilidad de la demanda por dinero, requiere enfocar el
diseño de política monetaria en el movimiento
de las tasas de interés de corto plazo.El propósito del estudio de Rosende (2002)
fue realizar una revisión crítica del enfoque de "metas de
inflación". Para el presente trabajo, el trabajo de
Rosende (2002) aportó bases teóricas al enfoque
de "metas de inflación", así como útiles
comparaciones entre las escuelas de pensamiento
económico en sus formas de aplicar política
monetaria. - Antecedentes
Relacionados con la InvestigaciónEn esta sección, se analizan las diferentes
escuelas de pensamiento económico haciendo
énfasis en sus enfoques de política. Con este
propósito, se inicia la sección con una breve
historia del pensamiento económico, la cual abarca
desde los griegos hasta los enfoques revisionistas de los
enfoques neoclásico y keynesiano: la nueva
economía clásica y la nueva economía
keynesiana.Reseña el Glosario
del Banco de la República, que los griegos fueron los
primeros que trataron de tener un conocimiento sobre el funcionamiento de la
economía. Los autores que se destacaron por buscar
explicación a los fenómenos económicos
que acontecían en su época, fueron Hesiodo,
Jenofonte, Platón y Aristóteles.Durante los siglos VIII y XIII, la denominada era
feudal, se empezaron a presentar dos fenómenos que,
posteriormente, Douglas North llamaría las relaciones
sociales y los derechos de
propiedad.Los escolásticos, filosofía surgida a
partir del año 1300, permitió el avance en el
desarrollo de los temas económicos. Estos eran monjes
que se dedicaban a escribir, entre otros temas, sobre los
fundamentos de la economía feudal,
reglamentándolos de tal forma que los resultados de
sus escritos fueran coherentes con la doctrina religiosa
cristiana. El principal exponente de la escuela
escolástica fue santo
Tomás de Aquino. Esta escuela existió en el
periodo comprendido entre la caída de Roma y la
escuela mercantilista, apareciendo esta última
aproximadamente en el año 1600.Entre los años 1500 y 1750, surge la
economía mercantilista, la cual marca una
pauta importante en el desarrollo de la ciencia
económica. Tuvo sus inicios en Inglaterra
y Francia.
Los mercantilistas consideraban que la riqueza en el mundo
era fija, y estaba representada por la cantidad de metales
preciosos y semipreciosos que se poseyeran. Esta idea los
llevó a tomar medidas proteccionistas para evitar que
la riqueza pudiera salir de un país. El comercio
exterior, a través de una balanza
comercial positiva (exportando más de lo que se
importara), se convirtió en la clave para obtener
poder y riqueza.La fisiocracia surge en la segunda mitad del siglo
XVIII, como una reacción de tipo intelectual a la
común concepción intervencionista del
pensamiento mercantil. Para ahondar más las
diferencias, los fisiocratas estudiaron las fuerzas reales
que conducen al desarrollo; es decir, estudiaron la
creación del valor
físico, concluyendo que el origen de la riqueza era la
agricultura, y que la manufactura era una actividad estéril.
Este movimiento se desarrolló únicamente en
Francia, a lo largo de treinta años, gracias a
François Quesnay y a su obra Le Tableau
Économique. En ella, Quesnay, gracias al
análisis de los flujos de los ingresos monetarios en
los tres sectores de la economía (agricultores,
terratenientes y artesanos/sirvientes), muestra la
creación y la circulación del producto neto (la
ganancia).Los fisiócratas sientan las bases
según las cuales los esfuerzos personales estaban de
alguna manera conectados entre sí, gracias al sistema
de precios de la economía. Esto obedecía
también a un orden natural superior, que hacía
que se concibiera el sistema económico como un
mecanismo autorregulable. De aquí surge la idea
central del laissez faire, lassez passer
–dejar hacer, dejar pasar- o dejar las cosas a su libre
albedrío de las personas, disminuyendo las funciones
del gobierno, porque los obstáculos al crecimiento
eran el resultado de las restricciones mercantilistas al
comercio internacional y al mercado interno.El liberalismo surge a finales del siglo XVIII,
debido a que las tesis fisiócratas ya no eran
consideradas adecuadas para asumir un análisis
profundo y consciente, dadas las nuevas realidades de la
sociedad capitalista. El liberalismo se erige como una nueva
doctrina que responde a las exigentes expectativas, fruto de
la profunda transformación socioeconómica de la
época.La doctrina liberal da lugar a la ciencia
económica; cuyos representantes más renombrados
son Adam Smith
y David
Ricardo; se preocupaban por las relaciones sociales, la
intervención del Estado y las consecuencias de
éstas en variables tales como el consumo, la
producción y la distribución de la riqueza; por
ello, trataron de encontrar respuestas a estas cuestiones en
medio de la revolución industrial, especialmente en
Gran Bretaña.La visión de Marx también giraba en
torno a las relaciones sociales de la producción
industrial. Es una visión contemporánea y
radicalmente opuesta al liberalismo. Para Marx, la
producción industrial generaba un excedente que no se
redistribuía en el salario de
los trabajadores, sino que era acumulado por el propietario
del capital y de los medios de
producción.Durante el último cuarto del siglo XIX,
surgió en Europa y
América un sistema de pensamiento
económico conocido como la escuela
neoclásica.El movimiento neoclásico perdurará
hasta mediados del siglo XX, para defender fuertemente al
liberalismo y al individualismo. March Poquet (2004),
reseña como la escuela neoclásica mantuvo su
hegemonía desde la revolución marginalista
(1870) hasta el surgimiento del keynesianismo (1930). Uno de
sus principales expositores es Marshall, con su teoría
del equilibrio general.El enfoque de Keynes
revolucionó la teoría económica. Cuando
apareció su libro
"Teoría general de la ocupación, el
interés y el
dinero", en 1936, ya se había consolidado su
prestigio. Marcado por la crisis de 1929, sobre todo por el
espectáculo de los dos millones de desocupados que
llegó a haber en Inglaterra en 1932 y 1933, Keynes se
dedicó a indagar su génesis y el modo de que no
se repitiera, o al menos a ver cómo se reducían
sus efectos devastadores. El punto de partida de su
análisis era preciso: no debía esperarse que
los mecanismos automáticos del mercado en materia de
salud social
u ocupación plena. De ese modo justificaba una
resuelta intervención del Estado. Haciéndose
eco de la necesaria retribución del trabajo, Keynes se
constituyó en personero del alza de los salarios,
pues su investigación sobre la crisis de 1929
concluía que el aumento de los salarios era requisito
ineludible para la elevación de la demanda efectiva, y
por medio del progreso de ésta se excita a que haya
mayores inversiones y por ende, ocupación total. La
macroeconomía keynesiana fue prevaleciente durante los
años 1950 y 1960.A mediados del siglo XX, surge una escuela de
pensamiento económico, denominada la de los
neo-neoclásicos (Banco de la República, 2004).
Los neo-neoclásicos agrupan varias corrientes, entre
las cuales destacan los monetaristas y los
neoinstitucionalistas.Los monetaristas son conocidos gracias a Milton
Friedman, quien afirmaba que las fallas en el mercado se
debían, en buena parte, a la intervención del
Estado. Los neoinstitucionalistas se centran en los
fenómenos sociales y en la cooperación
económica. Gran parte de sus ideas son una
crítica al neoclásico Marshall, argumentando
que, para que la distribución de la riqueza sea
eficiente, son necesarias las instituciones.Según Tijerina (2002), del monetarismo se pasó a la
economía de la oferta y
la curva de Laffer, luego a las expectativas racionales, la
nueva economía clásica y la nueva
economía keynesiana. Una de sus tesis principales fue
la de que las nuevas
tecnologías habían eliminado las
recesiones, sólo para ser desmentida
categóricamente por la brutal caída del
precio de
las acciones
de las nuevas empresas tecnológicas de mayo 2000 a
mayo 2001. En la actualidad, hay un interés mundial
por enfoques menos dogmáticos, que aboguen por una
economía de mercado con responsabilidad social.Los enfoques más recientes se refieren a la
macroeconomía "tradicional", la macroeconomía
keynesiana del desequilibrio, la nueva macroeconomía
clásica y la nueva macroecomía keynesiana. La
denominada por Febrero Devesa (1998) "macroeconomía
tradicional", fue dominante hasta la década de 1970 y
utiliza como estrategia
de modelaje de la economía el marco IS-LM-mercado de
trabajo, que engloba como caso particular a los modelos
monetaristas.Para Febrero Devesa (1998), entre las diversas
estrategias de fundamentación
microeconómica de la macroeconomía, se
encuentran la macroeconomía keynesiana del
desequilibrio, también denominada nueva
macroeconomía clásica o macroeconomía
del equilibrio y la nueva macroeconomía
keynesiana.En resumen, las etapas que serán brevemente
tratadas a continuación, destacando sus
recomendaciones en materia de política
económica, se refieren al liberalismo
económico, a la escuela neoclásica, el
keynesianismo, a la escuela monetarista, y a las denominadas
"reconstrucciones macroeconómicas" (Bejarano, 1999) o
Nueva Economía Clásica y la Nueva
Economía Keynesiana. A continuación, se
presenta un gráfico resumen de los enfoques que se
abordan en este estudio.Gráfico 1. ESCUELAS DE PENSAMIENTO
ECONÓMICO.CLÁSICOS
NEOCLASICOS KEYNESIANOS
SÍNTESIS
NEOCLÁSICA POSTKEYNESIANISMONueva Economía
Clásica Nueva Economía
KeynesianaFuente: March Poquet (2004), p. 1.
Adaptado por la autora.La teoría económica clásica
del ingreso y del empleo dominó en el mundo
occidental desde finales del siglo XVIII hasta la
revolución marginalista (1870). Sus creadores
principales fueron Adam Smith (1723-1790), Jean Baptiste
Say (1767-1832) y David Ricardo (1772-1823).Esta teoría ponía el acento en el
interés propio de cada hombre
y en el automatismo de las leyes
económicas universales, que tienden a llevar la
economía hacia el equilibrio del pleno empleo si
el gobierno adopta la política del
laissez-faire, es decir, de la no
intervención.Según el punto de vista de los
economistas clásicos, el capitalismo es un sistema
económico autorregulable, el capitalismo se
ajustará automáticamente al pleno
empleo a través del libre juego
del sistema de precios. Por ello, las funciones del
gobierno, deberían limitarse a la defensa
nacional, a la administración de la justicia, a la promoción del comercio y la
realización de determinadas obras públicas,
o lo que se vino a denominar "Estado Gendarme" (Estado
Policía), en la concepción de Adam Smith.
La adhesión a esta política,
convertiría el laissez faire en la divisa
del capitalismo, situando al gobierno en una actitud neutral, es decir, dejando a la
economía que asigne sus recursos de modo
óptimo como si estuviera guiada por una "mano
invisible".La teoría clásica del ingreso y el
empleo, sostiene que, en un sistema capitalista
competitivo, toda oferta crea su propia demanda: la
demanda agregada es igual al ingreso o producto agregado.
Por tanto, la economía tiende
automáticamente al pleno empleo a través
del funcionamiento del sistema de mercado en el que los
precios, salarios y tasas de interés, son libres
para ajustarse a sus niveles de pleno empleo.Bases Filosóficas del Liberalismo.
El liberalismo fue la doctrina política que
logró expresar las relaciones del sistema
capitalista con el Estado, con la opinión pública, con
el
hombre mismo como sujeto de derechos y con otros
Estados. Este debía en primer término
interpretar el hecho de que el nuevo sistema
económico exigía una amplia apertura hacia
el individualismo.Por esta razón, esta doctrina
presentó la ofensiva intelectual contra dos
instituciones fundamentales: las viejas formas de
organización social y el papado.
Las viejas formas de organización social colocaban
al individuo dentro de una telaraña de
reglamentaciones, le quitaba toda libertad de movimiento. Al papado, pues
éste mediante las redes
restrictivas del dogma o la inmovilización de
inmensas propiedades, reducía el juego del
espíritu creador y el ámbito en que se
mueven las fuerzas productivas: es decir, el hombre que
el liberalismo tenía por delante era un ser lleno
de iniciativas y de atrevimiento. De ese modo, dice Laski
(1939):Los fundamentos de una doctrina liberal, por
decirlo así, se establecen en el siglo XVI. Existe
una disciplina social cuyas sanciones son independientes
del ideal religioso. Hay un Estado que se basta a
sí mismo. Una disposición intelectual
consciente, quizá un poco inquietamente consciente
de que una limitación del derecho especulativo es
también una merma al derecho del poder material.
Tenemos un nuevo mundo físico, tanto en el sentido
geográfico como en el ideológico. Puesto
que el contenido de la experiencia es nuevo
también, se requieren postulados nuevos para su
interpretación. Su carácter se está definiendo
en el campo de la teoría social no menos que en
los de la ciencia y de la filosofía. Su contenido
es material y de este mundo, en vez de serlo espiritual y
del venidero. Es expansivo, utilitario, confiado en
sí mismo. Pone adelante el ideal del dominio sobre la naturaleza por
razón de la tranquilidad y comodidad que
conferirá tal dominio. Es en su esencia el punto
de vista de una nueva clase
que, con la autoridad, está convencida de que
puede remoldear los destinos del hombre en forma mejor
que en el pasado. Ha apuntado la filosofía sobre
la que se propone proceder. (p. 111)En forma abreviada, hacía falta una
doctrina que legitimara tantas oportunidades de riqueza
que había venido creando el proceso capitalista.
El liberalismo es, por tanto, la justificación
filosófica y política de las
prácticas y expectativas creadas por el sistema
capitalista.El liberalismo así basado en la
evolución de la época vino al mundo con el
vigor y con el peso que le daban antecedentes de cinco
siglos. Respirando el aire de
su tiempo, se fusionó desde sus orígenes
con la noción de libertad, lo que le dio desde
entonces la predisposición a enfrentarse a todas
las modalidades del privilegio, y a las pretensiones de
la autoridad de salirse de ciertos límites. Se esbozaba así el
Estado constitucional y el catálogo de derechos
sin los cuales no se concibe la acción del hombre
en la sociedad.Sin embargo, el problema de concepción
del liberalismo está, precisamente, en la
definición de beneficiarios de la tabla de
derechos y libertades que propugnaba. Según Molina
(2000), naturalmente beneficiaba a los miembros de las
clases poseedoras, circunstancia que en aquel momento no
empañaba el lustre de la doctrina liberal, pero
que le traería innumerables dificultades cuando en
el seno de las clases trabajadoras comenzaran a brotar
reclamaciones dictadas por el afán igualitario y
por el sentimiento de la dignidad.El liberalismo, además de un conjunto
doctrinario, es un modo de ser, una conducta: en ese sentido ha sido
escéptico por naturaleza, tolerante y enemigo de
todos los expedientes que conduzcan a la
regimentación y al unanimismo. Molina (2000),
define exactamente el pensamiento liberal frente a las
libertades, con dos frases. En la Edad Media regía
el principio de que "sólo puede hacerse lo que
está permitido expresamente"; mientras que en el
Liberalismo regía el siguiente: "Es permitido todo
lo que no está prohibido expresamente".El vasto complejo de libertades y derechos
defendidos por el liberalismo se formó por la
confluencia de las tres corrientes enumeradas por Sombart
(1916): Una corriente de derecho
natural, o sea, la apelación a los
inalienables derechos económicos del hombre; una
corriente filosófica-metafísica, consistente en la
creencia en una armonía preestablecida dentro de
una comunidad formada por seres independientes
unos de otros, y una corriente utilitaria constituida por
los intereses del empresario capitalista, del comerciante y
del artesano que ha logrado independizarse de su
gremio.Para ser más concretos, esas libertades
pueden reducirse a dos series: las de carácter
económico, que en una u otra forma provienen de la
propiedad privada. Las principales son:1) La libertad de industria, o lo que es lo
mismo, la libertad de ejercer la actividad que uno
quiera, como quiera y donde quiera; 2) La libertad de
contratación, y 3) La libertad de
apropiación, que se descompone en la libertad de
utilización de bienes, en la de enajenación y en la de
sucesión hereditaria, que es tanto como decir la
libertad de extender el derecho de
propiedad más allá de la
muerte. Para Molina (2000), debido a que estas
libertades conllevan a la explotación del hombre
por el hombre, se enfrentaron con la doctrina socialista,
según la cual es concebible una sociedad en la que
este tipo de libertades desaparezca sin ningún
deterioro para el hombre, antes con positivas ventajas
para su desarrollo.En cambio, las libertades individuales y
políticas, deben subsistir en el tiempo, aunque
cambie el sistema económico. Las principales
son:a) La libertad de pensamiento, de conciencia y de
expresión;b) El derecho a la vida y a la seguridad;
c) La inviolabilidad del domicilio y de la
correspondencia;d) La libertad de conciencia, de pensamiento y
de expresión;e) El derecho a no ser condenado sin ser
oído y vencido en
juicio;f) el derecho a tener una nacionalidad, a salir de su país y
a volver a él;g) La libertad de asociación y de
organización;h) El derecho al sufragio y a las diversas formas de
participación ciudadana, yi) El derecho a la existencia de las
minorías y de la libertad de la
oposición.Estos y otros derechos que los han enriquecido,
forman hoy en día parte de las declaraciones de
derechos del hombre, sean éstas de carácter
universal, regional o nacional.El
liberalismo y el Estado. Era la época de
Locke, filósofo que hablaba de derechos naturales,
de la vida, de la libertad y de la propiedad, tocando los
predios del poder político. Esta época
sólo podía sentirse bien con una
filosofía que implicara el mínimo de
intervencionismo estatal. El rechazo de las
reglamentaciones excesivas de la época medieval
debía contar mucho en ese modo de
pensar.La monarquía constitucional
realizaría el cambio hacia el nuevo orden, en
alianza con los comerciantes y manufactureros. Para poder
adelantar las obras que exigía la economía
en expansión, los comerciantes y de manufactureros
se aliaron con el poder público para liquidar las
fuerzas sobrevivientes del feudalismo. Era una alianza en la cual la
burguesía dictaba las condiciones: los impuestos
serían votados por el Parlamento, la judicatura
sería independiente del Ejecutivo, y el
ejército estaría bajo la dependencia del
órgano legislativo. Sería, pues, una
monarquía limitada la que los mercaderes e
industriales aceptaban, y por eso oportuna e
inoportunamente le recordaban al rey la lección
explosiva de Locke: hay derecho a la insurrección
cuando quiera que el monarca viole las normas
preestablecidas.Era la tesis del Estado Abstencionista, Estado
Gendarme o Policía de Adam Smith. Si bien, no era
una verdad absoluta. Puesto que el capitalismo incipiente
que, por un lado le reclamaba al Estado su excesiva
intervención, le pedía que interviniera
para que la actividad del empresario pudiera
realizarse.Ríos (1992), resume la concepción
clásica del Estado respecto a las funciones que
éste debía cumplir en la sociedad. Los
principales expositores del papel del Estado en el
Liberalismo fueron Adam Smith, Jean Baptiste Say y John
Stuart Mill. Sus teorías respecto a la
función del Estado pueden ser presentadas en forma
resumida a continuación:En primer lugar, la vida económica, la
producción y la riqueza de las naciones son el
resultado del libre juego de la iniciativa privada dentro
de las leyes del mercado de libre competencia, esto es, bajo el imperio de
la ley o
principio de equilibrio al conjugarse misteriosamente las
funciones de la oferta y la demanda.En segundo lugar, dentro de esta sociedad, el
Estado actúa como perturbador del crecimiento
económico, pues, a través de los tributos que exige, distrae recursos
útiles a la producción,
constituyéndose en una carga social sobre el
Ingreso Nacional al disminuir la capacidad de
inversión de los particulares que ven menguadas
sus ganancias.Por tal motivo, los efectos de esta carga social
se manifiestan en perturbaciones económicas, pero
sobre todo, en pobreza colectiva, al disminuir la
producción por desaliento de los particulares a la
inversión y reinversión, lo que en
definitiva causan el terrible fantasma del desempleo de
la población.Por tal razón, es absolutamente
necesario, limitar las funciones del Estado a la
mínima expresión posible, de forma tal que
a menores funciones, se tenga que recurrir en menores
gastos; y a menores gastos, se corresponderá con
una menor necesidad de procurarse recursos, y así
como los recursos el Estado se los procura con los
tributos, definitivamente, la carga tributaria tan
dañina para la sociedad, necesariamente
deberá ser la menor. En resumen, las funciones que
el Estado debe limitarse a cumplir son: Defensa Nacional,
Seguridad Interna y Administración de
Justicia.- Liberalismo.
Esta corriente del pensamiento fue, como se
indicó en la breve reseña histórica,
una corriente hegemónica vigente desde 1870 hasta
la década de 1930. Se inicia con la
revolución marginalista y culmina con los
postulados keynesianos. Sus principales expositores
fueron Marshall (equilibrio parcial) y Jevons
(teoría marginalista).Uno de los más prestigiosos historiadores
contemporáneos del pensamiento económico ha
descrito recientemente al neoliberalismo "como un resurgimiento del
liberalismo clásico, liberalismo combatido por
Keynes" (Dostaler, 1998, p. 5).Por su parte, March Poquet (2004), explica las
tres escuelas que componían este sistema de
pensamiento: la escuela de Lausana, o de la Universidad
de Lausana en Suiza, cuyos representantes son Walras y
Pareto; la escuela inglesa, la más importante, a
la cabeza con Marshall, Jevons, Edgeworth, Wicksteed; y
por último, la austriaca o escuela de Viena, con
sus representantes Menger, Von Wieser, Böhm-Bawerk,
Von Mises, Hayek.Con respecto a al escuela inglesa, resalta uno
de los dirigentes de la misma, el profesor británico Alfred Marshall,
cuya obra fundamental "Principles of Economics"
(1890), ("Principios de Economía"), será
siempre considerada como una obra maestra. Su principal
aporte es la teoría del equilibrio
parcial.Esta escuela surgió en Europa y
América, con el fin de defender fuertemente al
liberalismo y al individualismo. Según Molina
(2000), el liberalismo se percató de los cambios
operados en la sociedad y en la economía de
finales del siglo XIX y principios del XX.Estos cambios se referían al surgimiento
de los sindicatos y las exigencias del
proletariado convertido ahora en grupo de presión, por lo que procedió
a renovar su ideología. Sin embargo, aunque
enriqueció su pensamiento con algunas ideas
socialistas, tales como la relación entre la
plusvalía y la maximización de los
beneficios; aunque renovó su vocabulario para
darle un nuevo valor simbólico a ciertas palabras;
en opinión de Molina (2000), se siguió
moviendo en sus líneas básicas: defensa de
la propiedad privada sobre los medios de
producción, de la que apenas se admitía que
debe tener una función social, respeto a la ganancia como elemento motriz
de la actividad económica y consideración
del Estado como entidad situada por encima de las
clases.Tal y como lo sostienen Dornbusch y Fischer
(1985), para la escuela neoclásica los mercados
funcionan mejor si no se interviene en ellos; como lo
creían sus antecesores los clásicos.
Bejarano (1999), sostiene que el paradigma
neoclásico es la justificación intelectual
de un sistema que ve a la economía funcionando
según las leyes del universo descritas por Newton, es decir, armoniosamente,
regularmente, son contradicciones y sin
conflictos.En cuanto a sus aportes, a esta escuela se le
atribuye la denominada revolución marginalista
(1870) y la teoría del Equilibrio Parcial de
Marshall. En cuanto a la revolución marginalista,
William Stanley Jevons, teórico de la utilidad
marginal, sostenía:Repetidas reflexiones y pesquisas me han llevado
hasta la opinión, en cierto modo nueva, de que
el valor depende por completo de la utilidad. Las
opiniones imperantes consideraban el trabajo, en lugar de
la utilidad, como el origen del valor, y hay algunos que
llegan a afirmar, de modo concluyente que el trabajo es
la causa del valor. Por el contrario, yo demuestro
que solamente necesitamos indagar cuidadosamente las
leyes naturales de la variación de la utilidad,
que depende de la cantidad que poseemos de un bien, para
llegar a una teoría satisfactoria del intercambio
de la cual las leyes ordinarias de oferta y
demanda son la consecuencia necesaria. (Spencer,
1987, p. 407)Según Varo (1998), la irrupción de
la denominada Revolución Marginalista en la
década de 1870, ocurrió
simultáneamente en las tres escuelas
neoclásicas; esto es, en Inglaterra, Viena y
Lausana. En opinión de este autor, el
fenómeno estuvo determinado en parte por la
generalizada insatisfacción teórica que
había proporcionado los autores clásicos,
incluidos John Stuart Mill y Carlos
Marx.A continuación, algunas proposiciones
claves de la teoría macroeconómica
neoclásica. En el corto plazo, la
corrección automática del desempleo o
inflación, descansa en estas cuatro proposiciones
claves: 1) la Ley de Say; 2) la flexibilidad de los tipos
de interés; 3) la flexibilidad de precios y
salarios y 4) la teoría cuantitativa del
dinero.La revolución marginalista de la
década de 1870 sembró la semilla de una
economía política renovada
en cuanto a la teoría del consumidor y de la
empresa. Sin embargo, a pesar de los grandes aportes
de la escuela neoclásica, se le puede hacer una
crítica con respecto al papel del
dinero.Si bien la escuela neoclásica
prestó atención al comportamiento de los
precios relativos, no así al análisis del
dinero y del nivel de precios. Se intentó aplicar
al dinero el mismo tipo de análisis de la utilidad
microeconómica que se había utilizado para
todos los bienes en general, pero estos intentos tuvieron
por resultado el de subestimar el papel representado por
el dinero en la economía, en lugar de ponerlo en
primer plano. Esta estructura se parecía mucho
más a una imaginaria economía de trueque
que a la economía monetaria del mundo
moderno.El dinero era considerado normalmente como
"neutro" y no como un instrumento que afectara al nivel
de producción y a la distribución de la
renta. - Escuela
Neoclásica
- Escuelas de
Pensamiento Económico.
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