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Enfoques alternativos de política económica y su aplicabilidad a cada etapa del ciclo económico




Enviado por maricris



Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. El
      problema
    3. Marco
      teórico
    4. Marco
      metodológico
    5. Aplicabilidad
      de los enfoques de política a cada etapa del ciclo
      económico caso Venezuela
    6. Conclusiones
      y recomendaciones
    7. Bibliografía
    8. Anexos. I
      Glosario. II Aprender dos o tres veces

    El Núcleo
    de la Ciencia
    Económica.

    Por ello, me centraré específicamente
    en el núcleo de la teoría económica, es decir, la
    macroeconomía y la microeconomía, que representan el nivel
    superior de la elaboración analítica de la
    disciplina. Cada ciencia,
    en efecto, tiene un núcleo y una periferia cercana o
    lejana, y se estará cada vez más lejos del
    núcleo cuanto menos se necesite de sus conocimientos
    para poder
    examinar un problema; así el primer nivel
    estaría en la microeconomía y la
    macroeconomía, el segundo nivel estaría en la
    teoría monetaria, en la teoría del comercio
    internacional; en la teoría aplicada a la política económica. El tercer
    nivel en la teoría del desarrollo, y el cuarto nivel es un amplio
    campo donde pudiera encontrarse por ejemplo la historia
    económica. Así nos vamos moviendo cada vez
    más hacia la periferia lejana en la medida en que
    necesitamos cada vez menos los elementos del núcleo
    para poder explicar un problema. Por lo demás, al
    hablar de los dominios de la ciencia económica me
    reduzco a la microeconomía y la macroeconomía
    por razones de método, no porque no interesen las
    otras áreas sino porque lo que está ocurriendo
    en la micro y en la macro es decisivo para configurar el
    conjunto de la ciencia económica.

    Texto tomado de Antonio Jesús Bejarano, 1999,
    p.2

    RESUMEN

    La situación problemática de este estudio
    gira en torno a definir
    qué enfoques de pensamiento
    económico están vigentes en la actualidad, dado el
    grado de fragmentación y confusión en esta
    área; cuáles son las recomendaciones de
    política de los enfoques vigentes para cada fase del ciclo
    económico. Por otro lado, la problemática
    también se refiere a en qué fase del ciclo
    económico se encuentra la actividad interna venezolana y
    por tanto, que enfoque orientaría mejor un conjunto de
    recomendaciones de política, dadas sus
    características. El objetivo
    general es examinar los enfoques alternativos de política
    económica y su aplicabilidad según cada etapa del
    ciclo económico, para el caso Venezuela. El
    marco
    teórico se conformó con el análisis de los enfoques de pensamiento
    económico desde el liberalismo
    hasta la nueva economía
    clásica y keynesiana, teoría de la política
    económica y teoría de los ciclos económicos.
    Desde el punto de vista metodológico, el diseño
    correspondió a una Investigación Monográfica
    Documental, según las Normas para la
    Realización de Trabajos de Ascenso del Personal Docente
    y de Investigación de la Universidad
    Centroccidental Lisandro Alvarado. El trabajo se
    justifica en la importancia que tiene conocer cual es la fase del
    ciclo económico y cual es el enfoque de pensamiento cuyas
    recomendaciones son más adecuadas al país. La
    principal conclusión fue que los enfoques de pensamiento
    vigentes son la Nueva Economía Clásica y Keynesiana
    y que la recomendación para la economía venezolana
    sería en concordancia con la Nueva Economía
    Keynesiana, un ciclo económico causado por shocks externos
    y factores internos, tanto monetarios como reales, por lo que se
    deben aplicar políticas
    fiscales y monetarias que conjuren las causas de la crisis y
    logren encaminar al país hacia el logro del pleno empleo, la
    cual sería la principal recomendación del trabajo.

    Palabras clave: enfoques de pensamiento
    económico, teoría de la política
    económica, ciclos económicos, ciclo
    económico político, expectativas
    racionales.

    INTRODUCCIÓN

    Tras un largo periodo de estabilidad económica,
    que abarcó desde el final de la Segunda Guerra
    Mundial hasta principios de los
    años setenta, en el que las economías occidentales
    disfrutaron de unas tasas de crecimiento sin precedentes, la
    primera crisis del petróleo supuso un reencuentro con tasas de
    inflación elevadas y altas tasas de desempleo,
    generando una situación difícilmente explicable con
    los modelos
    macroeconómicos que hasta entonces se venían
    utilizando.

    Andrés y Doménech (2004), señalan
    que a partir de ese momento, el debate
    macroeconómico se amplió considerablemente en su
    contenido, por lo que distintas teorías
    macroeconómicas han competido en la explicación del
    ciclo económico.

    Es así como las teorías del ciclo
    económico tienen por objeto explicar las fluctuaciones que
    se observan en la actividad económica a nivel agregado.
    Según los autores citados, los ciclos económicos
    consisten en expansiones, que ocurren en muchos sectores
    económicos al mismo tiempo,
    seguidas por recesiones generalizadas, que a su vez terminan con
    el inicio de la fase de expansión de un nuevo ciclo
    económico.

    Por lo tanto, la característica principal del
    ciclo económico, es la de un aumento del producto,
    seguido por una posterior reducción, de manera recurrente
    aunque de forma no periódica.

    El desarrollo del capitalismo
    industrial estuvo acompañado por una gran inestabilidad, y
    a los periodos de prosperidad y expansión de la producción, seguían períodos
    de depresión
    y desempleo.

    Se trataba de la recurrencia de los ciclos
    económicos que, hasta 1860, habían sido estudiados
    como accidentes
    aislados en el desarrollo del sistema. Gracias
    a los aportes de Juglar en 1860, de Kondratieff en 1926, y de
    Kitchin en 1929; quienes describieron las causas y la
    duración media de los ciclos, no existió la menor
    duda de que existía regularidad de expansión y
    depresión en las economías occidentales.

    La internacionalización creciente de las
    economías nacionales favoreció, por otra parte, la
    difusión de los efectos de estos ciclos, que afectaban no
    solo a los países industrializados, sino también a
    los que estaban situados en su periferia. Esos ciclos, que
    evidencian oscilaciones del Producto Interno
    Bruto real (Samuelson y Northaus, 1989), cobraron gran
    importancia cuando Wesley Clair Michell demostró que
    variables
    económicas claves, tales como producción y precios,
    tendían a cambiar sistemáticamente en el transcurso
    de un ciclo económico típico (Sachs y
    Larraín, 1994).

    Al entrar en depresión, los países
    industrializados disminuyeron su demanda de
    materias primas y productos
    alimentarios importados, lo que afectó severamente las
    economías de los países productores y exportadores
    de esos bienes.

    Ahora bien, tal y como sostiene Cartay (1996), existe
    una estrecha relación entre los ciclos económicos
    internacionales y la economía venezolana. Venezuela, dada
    su condición de país monoproductor, (en el siglo
    XIX, con los cultivos de café y
    cacao y en el siglo XX, con sus exportaciones
    petroleras); dependiente del comercio
    exterior, es muy vulnerable a las fluctuaciones de los
    precios de tales productos en el mercado
    internacional.

    En ese escenario, en que se registran periódicas
    crisis, por la recurrencia de los ciclos económicos, las
    consecuencias de tales crisis se reflejan en el desarrollo de la
    economía venezolana, agregándose a los enormes
    desajustes internos provocados por la constante inestabilidad
    política y las desacertadas políticas
    económicas.

    Cada vez que el sistema capitalista mundial se resiente,
    los coletazos de ese malestar repercuten directamente sobre
    Venezuela a través de las fluctuaciones de su comercio
    exterior, del cual ha sido tan dependiente, tanto en el siglo XIX
    como en el XX. Así, a través del comercio exterior
    y los movimientos internacionales de capital, las
    consecuencias de las crisis capitalistas se trasladan a
    Venezuela.

    A parte de estos factores de origen a la ocurrencia de
    la crisis, contribuyen también factores de orden interno,
    tales como las desacertadas políticas económicas y
    sociales y la inestabilidad política existente en
    Venezuela, o la aparente vigencia de la teoría del ciclo
    económico político en Venezuela, según la
    cual, las autoridades se verían tentadas a utilizar las
    políticas fiscales, monetarias y cambiarias, para mejorar
    el escenario económico antes de unas elecciones y tomar
    medidas de ajuste severas en los primeros años de gobierno.

    En resumen, el ingreso petrolero disminuye la necesidad
    o el interés
    del gobierno en conocer la etapa del ciclo económico para
    tomar decisiones de política, distorsiona la etapa del
    ciclo, que ya no se comporta como se le ha descrito en la
    teoría y observaciones empíricas. La falta de
    tipicidad en las fases del ciclo, dificulta las decisiones en
    materia de
    política económica; en consecuencia, los gobiernos
    aplican medidas de política tomando en cuenta criterios
    como la urgencia, la disponibilidad de ingresos
    petroleros, la imposición de modelos
    económicos foráneos, o de acuerdo a las
    necesidades políticas del gobierno de turno, en
    concordancia con la Teoría del Ciclo Económico
    Político.

    Es por tal motivo que el propósito general de la
    presente investigación es examinar los enfoques
    alternativos de política económica y su
    aplicabilidad en cada etapa del ciclo económico para el
    caso venezolano; el cual se encuentra justificado en el entendido
    que las medidas de política que se tomen consideren las
    condiciones de la economía doméstica de manera tal
    que la orientación de las decisiones en materia de
    política
    fiscal y monetaria, favorezcan realmente el crecimiento
    interno y permitan aprovechar los recursos
    provenientes del petróleo
    en el desarrollo del país.

    Para lograr los objetivos
    propuestos, el trabajo se ha estructurado en cinco
    capítulos, referencias bibliográficas y anexos. El
    Capítulo I, denominado "El Problema", se refiere al
    planteamiento del
    problema objeto de estudio el cual está representado
    por el examen a los enfoques de pensamiento vigentes en la
    actualidad y su incidencia en las recomendaciones de
    política a la luz de las
    fluctuaciones cíclicas, el objetivo general y los
    específicos, la justificación y el alcance de la
    investigación.

    El Capítulo II, "Marco Teórico", contiene
    las bases referenciales consultadas para fundamentar la
    propuesta, las cuales se refieren a los antecedentes de la
    investigación, los enfoques de pensamiento
    económico desde el liberalismo hasta la nueva
    economía, la teoría de la política
    económica y la teoría de los ciclos
    económicos.

    En el Capítulo III, se plantea la metodología seguida para lograr los
    objetivos de la investigación. Desde el punto de vista
    metodológico, el Trabajo de Ascenso se circunscribe en la
    modalidad de Investigación Monográfica Documental,
    por lo cual su estructura se
    adecua a la de este tipo de trabajos y a las Normas para la
    Realización de Trabajos de Ascenso del Personal Docente y
    de Investigación de la Universidad Centroccidental
    Lisandro Alvarado de Benítez et al (1991).

    Se establece la modalidad, tipo de investigación,
    técnicas para la recolección
    de datos y análisis de los mismos. La
    investigación se realizó mediante referencias
    previamente elaboradas por diferentes especialistas en la
    materia, y se desarrolló por medio de la
    recopilación y estudio de libros o
    material impreso, con el objeto de recoger y considerar la
    información en ellos contenida, la cual, se
    organizó e interpretó de acuerdo con los procedimientos
    estudiados, con el fin de obtener las conclusiones del
    caso.

    En el Capítulo IV, denominado "Aplicabilidad de
    los Enfoques de Política a cada Etapa del Ciclo
    Económico para el Caso Venezuela", donde se presenta el
    desarrollo de los elementos necesarios determinar las
    recomendaciones específicas de política de cada
    enfoque de pensamiento en cuanto a las fluctuaciones
    cíclicas, la determinación del ciclo
    económico venezolano durante el período 1984-2003 y
    los eventos de
    política económica más resaltantes durante
    ese período de estudio.

    En el Capítulo V, se presentan las conclusiones y
    recomendaciones del trabajo. Por último, se ponen a
    disposición del lector las referencias
    bibliográficas que sirvieron de base para elaborar el
    presente trabajo, y los anexos que complementan la
    información referencial del mismo.

    CAPÍTULO I.
    EL PROBLEMA

    1. Se escucha decir con bastante frecuencia en los
      ámbitos financieros privados, empresariales, medios de
      comunicación especializados en materia
      económica y hasta académicos, así como
      de diversos profesionales de las Ciencias
      Económicas y Sociales, que en los actuales momentos,
      la economía venezolana enfrenta, entre muchos problemas,
      los de liquidación de inventarios,
      cierre de empresas y
      desempleo, de una manera recurrente, agravándose en
      una espiral descendente, que, si no fuera por la
      pérdida acelerada en el poder adquisitivo,
      tendría todas las características de la fase
      depresiva del ciclo económico.

      Identificada, así, una etapa del ciclo en la
      economía venezolana, como por ejemplo, la
      depresión o recesión, arriba acotada; se tiene
      el problema de que ésta no es la depresión
      típica descrita para las economías de los
      países capitalistas. En efecto, en Venezuela, las
      características típicas de la depresión
      no se cumplen, puesto que en lugar de tener deflación,
      hay inflación; consecuencia, entre otros
      determinantes, de los ingresos petroleros. En otras palabras,
      aunque todos las demás variables clave indicaran que
      la economía atraviesa una etapa de depresión,
      conviviría la inflación con el desempleo, lo
      cual dificulta de manera suma la toma de
      decisiones en materia de política
      económica.

      En lo que se refiere a medidas de política, a
      pesar de que la economía interna presenta algunas de
      las características más importantes de la
      depresión económica, las medidas de
      política fiscal y
      monetaria aplicadas, corresponden más bien con las
      recomendadas para etapas de auge económico o,
      sencillamente, no se corresponden con las políticas
      recomendadas para ninguna fase y por ninguna escuela.

      Concretamente, dadas las características
      acotadas, si se aplicaran las medidas recomendadas por la
      escuela keynesiana para ayudar a la economía a salir
      de la recesión, resumidas en una orientación
      expansiva en materia fiscal y monetaria; a través de
      la reducción de impuestos,
      aumento del gasto
      público de inversión, compra de títulos
      valores,
      reducción del encaje legal, etc.; los resultados
      podrían ser contrarios a lo deseado. La
      expansión monetaria podría agravar la
      inflación, mientras que la política fiscal
      expansiva, además de agravar las presiones
      inflacionarias por la vía del incremento del gasto,
      podría no obtener los resultados esperados en cuanto a
      empleo y producto, dadas las rigideces estructurales del
      mercado laboral, el
      sistema
      tributario y el sistema de seguridad
      social, que presenta la economía
      nacional.

      Al respecto, Spencer (1987), sostiene que hay
      consenso en afirmar que la teoría keynesiana se
      comporta bien cuando se aplica a la deflación y a la
      depresión, pues en ese caso, los gastos y
      el poder adquisitivo, pueden aumentarse para estimular la
      demanda
      agregada, promoviendo niveles más altos de empleo
      y producción. Sin embargo, el modelo
      keynesiano no parece adecuado para enfrentar la
      inflación, en especial, si se quiere mantener un alto
      nivel de empleo. Las medidas propuestas por la corriente de
      pensamiento clásico y liberal, tampoco funcionan, pues
      se fundamentan en la negativa a la intervención
      gubernamental la cual "sólo empeora las cosas"
      (Dornbusch y Fischer, 1985).

      Por el contrario, tal y como lo sostiene Ríos
      (1992), en la sociedad
      actual, absolutamente nadie se atrevería a afirmar que
      el Estado
      es un ente ajeno, abstracto, sin interés alguno en el
      acontecer cotidiano de la sociedad. Parece haber "un consenso
      unánime respecto a la responsabilidad del Estado
      como director, coordinador y promotor de las relaciones
      sociales y por hacer que éstas fluyan en un clima de
      armonía y progreso constante para un mayor bienestar
      colectivo". (p. 7)

      Si bien existe consenso en cuanto a la necesidad y
      vigencia de la intervención del gobierno en la
      actividad económica, existen matices y posiciones
      encontradas referentes a las formas, metodologías,
      objetivos y resultados de esta
      intervención.

      Dornbusch y Fischer (1985), sostienen que desde hace
      bastante tiempo existen dos tradiciones intelectuales en macroeconomía. La
      escuela monetarista, de tendencia liberal, sostiene que los
      mercados
      funcionan mejor si el gobierno no interviene; mientras que la
      escuela keynesiana opina que la intervención del
      gobierno puede mejorar notablemente el funcionamiento de la
      economía.

      Posteriormente, el debate sobre casi los mismos
      temas convirtió en protagonistas a un nuevo grupo
      –los nuevos macroeconomistas clásicos, quienes
      comparten con los monetaristas muchos puntos de vista sobre
      la política económica. Para la Nueva
      Economía Clásica, los individuos actúan
      racionalmente buscando su propio interés en mercados
      que se ajustan rápidamente a condiciones cambiantes.
      Esta escuela considera probable que la intervención
      del gobierno sólo consiga empeorar las cosas y, por
      tanto, constituye un reto para la escuela keynesiana, la cual
      sostiene que la intervención del gobierno es
      útil en una economía dominada por ajustes
      lentos, rigideces, falta de información y
      hábitos sociales que impiden el rápido equilibrio
      de los mercados.

      Así, pareciera que los conflictos
      entre las escuelas de pensamiento económico fueran
      insalvables; sin embargo, también hay espacio para el
      acuerdo, mediante la discusión y la
      investigación. Aún así, no parece
      sencillo determinar qué medidas de política
      tomar en condiciones de inflación y desempleo.
      Pareciera no haber una escuela con propuestas adecuadas las
      condiciones de la economía venezolana.

      Adicionalmente a la problemática planteada
      hasta este punto, se presenta el de la problemática
      teórica que enfrenta la ciencia económica.
      Según Bejarano (1999), la metodología
      positivista de la ciencia económica junto con el
      programa de
      equilibrio walrasiano, "terminaron por expulsar la
      política de la economía desde el punto de vista
      del núcleo y fue incapaz de tender un puente, desde el
      punto de vista práctico, al proceso
      político". (p. 5) Según este
      autor, desde comienzos de los años setenta, con la
      revolución del enfoque de las
      expectativas racionales, los supuestos básicos del
      núcleo teórico se vieron seriamente
      cuestionados, dado que este enfoque cuestiona la capacidad
      misma de la política económica para resolver
      los problemas de los desequilibrios
      macroeconómicos.

      Lo anterior no significa que los gobiernos de los
      países subdesarrollados, no tomen medidas de
      política económica. En Venezuela, los gobiernos
      actúan en política económica de acuerdo
      a la disponibilidad de los ingresos petroleros; o se
      comportan en la forma que describe la Teoría del Ciclo
      Económico Político.

      Según lo explican Larraín y Assael
      (1997), la teoría del Ciclo Político
      Económico (CPE) predice que los gobiernos de
      regímenes democráticos, utilizan la política monetaria, fiscal y cambiaria
      para mejorar las condiciones económicas en el
      período anterior a las elecciones, de modo de
      influenciar positivamente en el electorado con el
      propósito de obtener más votos.

      Esta observación de hechos de reciente data,
      no es sin embargo, algo que viene ocurriendo de poco tiempo a
      la actualidad. Todo lo contrario, en Venezuela, la
      aplicación de políticas económicas no se
      ha correspondido con lo recomendado por las escuelas de
      pensamiento económico más ortodoxas. Algunas
      veces, con razón de promover el cambio de
      un modelo importador a uno de sustitución de importaciones (década de 1950 a 1960),
      o al modelo reformista neoliberal de la década de los
      1990, se han aplicado políticas fiscales y monetarias
      que no se correspondían con las etapas del ciclo
      económico que atravesaba la economía
      interna.

      En otras oportunidades de la historia
      económica contemporánea de Venezuela, se han
      aplicado las políticas económicas, simplemente
      tomando como indicador el nivel de ingresos petroleros: si
      éstos eran altos, el gasto público era alto,
      los impuestos bajos; si éstos eran bajos, bajaba el
      gasto público y se incrementaban los
      impuestos.

      En otras palabras, las políticas
      económicas que principalmente influencian la actividad
      económica interna, como son la fiscal y monetaria, no
      se toman considerando como afectarán a los sectores
      productivos internos, al empleo, el consumo o
      la inversión nacionales.

      Este hecho, trae innumerables consecuencias en
      materia económica, entre las cuales las más
      importantes para la autora del presente trabajo, es la
      incertidumbre que le imprimen a todas las decisiones de los
      agentes económicos con respecto al futuro y al rumbo
      económico que tomarán los gobernantes del
      país. Descartando los problemas políticos que
      pudieran ocasionar la inestabilidad económica, de
      manera sucinta se quiere describir una serie de consecuencias
      que sufre la economía interna al no ser tomada en
      cuenta a la hora de la aplicación de políticas
      económicas.

      El hecho de que las autoridades en materia
      económica del país no tomen en cuenta la fase
      del ciclo económico por la que atraviesa la
      economía interna, genera, en primer lugar,
      incertidumbre, la cual a su vez, tiene, por citar algunas,
      las siguientes consecuencias: alto riesgo
      país, altas tasas de
      interés, reducción de la inversión
      privada interna y foránea, lo que a su vez genera
      desempleo.

      A su vez, la no consideración de la
      economía interna para la toma de decisiones en materia
      de política, ha hecho que tradicionalmente, los
      sectores productivos se alineen con el gobierno de turno,
      como medio para reducir la incertidumbre en materia de
      política económica, pero esto a su vez, trae
      las siguientes consecuencias: la satisfacción de los
      intereses del partido gobernante, que por su propia naturaleza
      obedece a lineamientos partidistas propios; sólo ven
      una cara o una óptica de la realidad
      incapacitándolos para ver en su conjunto los males que
      impiden la consecución del bien
      común.

      Podría asegurarse, que una variable
      tradicionalmente coyuntural en la mayoría de los
      países, especialmente en los de alto desarrollo
      económico, como es el equipo gobernante; en
      Venezuela, se vuelve una variable estructural, necesaria para
      la toma de decisiones de los agentes en materia de
      producción e inversiones por parte del sector productivo
      nacional.

      En opinión de la autora del presente trabajo,
      la no consideración de las condiciones internas para
      la toma de decisiones se debe al efecto distorsionante de los
      ingresos petroleros. La industria
      petrolera se rige por determinantes de la economía internacional, sus precios se
      fijan en mercados bursátiles internacionales y por el
      cártel petrolero, formado por los países
      petroleros que así lo convinieron. Así, todas
      sus decisiones en materia de inversiones, producción,
      planes futuros, vienen determinadas por variables
      internacionales, no domésticas.

      De esta manera, cuando la economía interna se
      encuentra deprimida, pero los precios del petróleo
      están altos, entra una ingente cantidad de ingresos
      petroleros que distorsiona la fase depresiva de la
      economía interna, introduciendo la inflación en
      el cuadro y causando que el gobierno dirija el gasto hacia el
      consumo corriente y no hacia la inversión, debido a lo
      inestable de los niveles de precios petroleros, lo que
      acrecienta la inflación, el cierre de empresas, la
      liquidación de inventarios y el desempleo en la
      economía doméstica.

      De aquí que, las decisiones en materia de
      política económica, no toman en cuenta las
      verdaderas condiciones de la economía interna, puesto
      que están distorsionadas por los ingresos petroleros,
      los cuales introducen incertidumbre, falta de planificación y visión errada en
      cuanto a las necesidades de la economía interna, en un
      círculo vicioso que aleja a Venezuela, cada vez
      más de la ruta del crecimiento
      económico y del desarrollo.

      Lo anteriormente expresado lleva a la urgente
      necesidad de instrumentar las políticas del gobierno.
      Tal y como lo sostiene Ríos (1992), existe una
      importante vinculación entre las decisiones
      gubernamentales y la actividad económica, pero es una
      relación sumamente compleja. La no disposición
      de información oportuna y completa referida a las
      múltiples variables y problemas que deben enfrentar
      los gestores económicos, los lleva a tomar decisiones
      con información incompleta, en un contexto
      dinámico, cambiante, donde el comportamiento de una variable o
      política económica, individualmente
      considerada, es muchas veces contradictorio al de esa
      variable cuando se inserta en un conjunto global.

      Tal y como lo señala Ríos (1992), lo
      anterior obliga a aceptar que "las políticas del
      gobierno se deben instrumentar en función de metodologías que
      obedezcan a criterios razonables para la selección de objetivos, normas de
      medición de eficiencia y
      eficacia y el
      establecimiento de mecanismos de control de
      la acción pública". (p.
      30)

      Esta instrumentación se puede lograr a
      través de la planificación, cuyo producto
      visible es el Plan de
      Desarrollo Nacional, proyectado al largo, mediano y
      corto plazo y por la vía del Presupuesto de Programas, aplicados con
      seriedad, sinceridad y según las normas
      técnicas en vigor.

      En resumen, el ingreso petrolero disminuye la
      necesidad o el interés del gobierno en conocer la
      etapa del ciclo económico para tomar decisiones en
      materia de política, además distorsiona la
      etapa del ciclo, que ya no se comporta como se le ha descrito
      en la teoría y se observa en los países
      desarrollados. La falta de tipicidad en las fases del ciclo,
      dificulta las decisiones en materia de política
      económica; en consecuencia, los gobiernos aplican
      medidas de política tomando en cuenta criterios como
      la urgencia, la disponibilidad de ingresos petroleros, la
      imposición de modelos económicos
      foráneos, o de acuerdo a las necesidades
      políticas del gobierno de turno, en concordancia con
      la Teoría del Ciclo Económico
      Político.

      En suma, no existen recomendaciones de
      política a adoptar dadas las características de
      la economía venezolana y el efecto es agravar la
      situación desfavorable de la economía interna y
      alejar al país de la senda del crecimiento
      económico.

      Por lo anteriormente expuesto, el propósito
      general de la presente investigación es examinar los
      enfoques alternativos de política económica y
      su aplicabilidad a cada etapa del ciclo económico no
      petrolero venezolano, para orientar las decisiones en materia
      de política fiscal y monetaria, que realmente
      favorezcan el crecimiento interno y permitan aprovechar los
      recursos provenientes del petróleo en el desarrollo
      del país.

    2. Planteamiento
      del Problema.

      1. Examinar los enfoques alternativos de
        política económica y su aplicabilidad
        según cada etapa del ciclo económico para
        el caso Venezuela.

      2. Objetivo
        General
      3. Objetivos
        Específicos
    3. Objetivos
    • Caracterizar las recomendaciones de política
      según los enfoques de pensamiento económico
      vigentes.
    • Determinar las recomendaciones de política
      adecuadas a las características de la economía
      venezolana.
    • Determinar el ciclo económico que represente
      mejor las características de la actividad
      económica interna venezolana; durante el período
      1984-2003.
    • Identificar la etapa del ciclo económico en la
      que se encuentra la economía interna
      venezolana.
    1. Conocer cuál es el ciclo económico del
      país en cada momento y la combinación de
      políticas correspondientes, favorece el crecimiento
      económico, estimula la inversión nacional y
      extranjera, reduce la incertidumbre, al brindar
      información a los agentes económicos sobre la
      orientación del gestor de políticas en funciones.

      La aplicación de políticas
      económicas acertadas en el momento correcto, brinda
      estabilidad a la gestión económica y
      política, y le otorga a los agentes económicos
      la información del entorno necesaria para la toma de
      decisiones en el corto, mediano y largo plazo.
      Específicamente, esta información es de vital
      importancia para empresarios y grandes inversionistas,
      quienes requieren instrumentos y material de apoyo que los
      guíe en la interpretación de las medidas de
      política gubernamental, pues las decisiones en materia
      de gasto público, impuestos y tasas de interés,
      entre otras, afectan el devenir de sus negocios
      futuros.

      El hecho de que, tanto los agentes económicos
      privados nacionales y extranjeros, como la academia, como el
      tren ejecutivo conozcan la combinación de
      políticas económicas a aplicar, disminuye
      sensiblemente la incertidumbre en esta materia y, en
      opinión de los autores del presente trabajo,
      proporciona una base cierta para la toma de decisiones en
      materia de producción, inversiones, etc.

      En cuanto a los aportes, el presente trabajo
      contiene un resumen de los enfoques de pensamiento
      económico con respecto a las causas de origen del
      ciclo y sus recomendaciones de política. Se aporta
      también un resumen de las medidas de política
      económica a las que se ha sometido la economía
      venezolana a la luz del ciclo económico construido
      para el período 1984-2003.

      Según Tijerina (2002), resumir las escuelas
      de pensamiento económico desde sus orígenes en
      el siglo XVIII hasta la actualidad, resulta de gran utilidad,
      "dadas las confusiones, la fragmentación del
      pensamiento económico contemporáneo y la
      escasez de
      estudios amplios y sintéticos que faciliten una
      comprensión mas integradora y eventualmente, un nuevo
      paradigma"
      (p. 2)

      Se espera que la presente investigación sirva
      de marco referencial a profesionales, estudiantes y a todo
      aquel que sienta interés por profundizar sus
      conocimientos en los diferentes enfoques en materia de
      política económica, la relación de la
      política fiscal y monetaria y la teoría de los
      ciclos económicos. También se espera que sea
      una contribución para la Universidad Centroccidental
      "Lisandro Alvarado", institución académica
      donde se presenta, y que sirva de referencia y guía a
      profesionales y estudiantes interesados en conocer el tema
      aquí desarrollado.

    2. Justificación.

      El presente Trabajo de Ascenso pretende ser un
      estudio teórico sobre los enfoques en materia de
      política y escuelas de pensamiento económico;
      sin embargo, no se estudia la corriente del Desarrollo
      Endógeno.

      En cuanto a la delimitación temporal, se
      determinó como plazo para el ciclo económico el
      período 1984-2003, en virtud de existir suficiente
      información para construirlo.

      El trabajo no pretende defender ninguna escuela de
      pensamiento económico particular, sino indagar las
      recomendaciones más idóneas para Venezuela,
      desde el punto de vista teórico, estableciendo
      qué escuelas de pensamiento permanecen vigentes en la
      actualidad, cuáles son sus postulados y si
      éstos podrían adoptarse en Venezuela,
      después de rigurosos estudios que escapan del alcance
      del presente trabajo.

      También escapa de los alcances del presente
      trabajo la concepción, diseño, simulación y formulación de una
      política económica para Venezuela.

      Tan solo se pretende aclarar cuales son los enfoques
      de política vigente y apenas esbozar cuál
      sería la etapa del ciclo económico en la que se
      encuentra la actividad interna, lo que en opinión de
      la autora, apenas constituyen elementos previos para el
      posterior diseño e implementación de
      políticas económicas.

      En este estudio no se pretende caracterizar la
      economía venezolana, sólo se representa el
      ciclo económico básico diseñado a
      través del producto en términos reales. Es
      importante aclarar que la caracterización de la
      economía venezolana requiere una serie de indicadores económicos que no se
      consideraron en el presente trabajo, por no consistir en su
      objeto de estudio.

      CAPÍTULO II. MARCO
      TEÓRICO.

    3. Alcances y Delimitación de la
      Investigación

      Con la finalidad de ofrecer soporte al tema objeto
      de la presente investigación, se exponen algunos
      antecedentes de estudios previos relacionados con enfoques de
      política y ciclos económicos.

      En este sentido, se cita a los autores Madrigal
      Badilla, Solera Ramírez, Villalobos Moreno, Villanueva
      Sánchez y Zúñiga Fallas, coordinador
      (1997), con su trabajo "Aspectos Teóricos para el
      Diseño de la Política Monetaria",
      documento
      de trabajo del Banco Central
      de Costa Rica,
      elaborado para contribuir a clarificar los principales
      conceptos que, desde una perspectiva teórica,
      deberían considerarse para diseñar la
      política monetaria.

      Reseñan los autores que este documento
      constituye una primera etapa y, aunque no es totalmente
      exhaustivo, en su opinión, aborda los principales
      temas que se discuten en la actualidad, por lo que representa
      un primer intento que podría ser de utilidad para
      empezar a cuestionar algunos de los enfoques que se siguen en
      Costa Rica a la hora de diseñar la política
      monetaria.

      Durante los últimos años, la mayor
      parte de las economías del mundo han experimentado
      profundas transformaciones que han influido en el
      desenvolvimiento de sus sistemas
      financieros. Como consecuencia, tal y como señala
      Zúñiga Fallas, coord. (1997), en muchos de
      ellos se ha presentado inestabilidad en la demanda de
      dinero y
      dificultades para controlar los agregados monetarios, lo que
      complica el diseño e implementación de la
      política monetaria, obligando a las autoridades
      monetarias a realizar un profundo análisis sobre su
      labor con el propósito de adoptar enfoques
      alternativos o complementarios.

      La economía costarricense no ha estado ajena
      al proceso de cambio descrito; de hecho, este país ha
      sufrido una serie de transformaciones que se han reflejado,
      entre otros, en desregulación del sistema
      financiero, surgimiento de innovaciones financieras,
      mayor participación de intermediarios no bancarios y
      en una mayor apertura de la cuenta de capitales. Estas
      transformaciones representan una clara señal de las
      dificultades que se experimentan al ejecutar una adecuada
      política monetaria. Por esta razón, los autores
      reseñados han considerado conveniente realizar un
      comprensivo estudio que contribuya a mejorar el diseño
      actual de la política monetaria.

      Las conclusiones del documento realizado con la
      coordinación de Zúñiga
      Fallas (1997), giraron en torno a temas indispensables de la
      política monetaria, tales como la definición
      teórica y empírica de dinero y su importancia
      en el diseño de política, condiciones
      necesarias para realizar una política monetaria
      activa, efectividad de la política monetaria,
      implicaciones con respecto al tipo de
      cambio (fijo o variable) y la política monetaria;
      en fin, estos y otros aspectos clave para la
      formulación de una política monetaria efectiva.
      Empero, a objeto del presente trabajo de
      investigación, la conclusión más
      pertinente es la que se refiere a la relación entre el
      ciclo y la política monetaria.

      Sostienen los autores citados lo siguiente: "2. La
      política monetaria se puede utilizar para estabilizar
      los ciclos de la actividad económica; su principal
      función, sin embargo, está íntimamente
      ligada a la estabilización del nivel de precios y de
      la inflación." (p. 28) En el presente Trabajo de
      Ascenso, se analiza el papel de la política monetaria
      al tratar de estabilizar los ciclos. De aquí, que los
      aportes del documento coordinado por Zúñiga
      Fallas (1997) al presente Trabajo de Ascenso se refieran a
      los fundamentos de la política monetaria y,
      especialmente, la vinculación entre ésta y los
      ciclos económicos.

      En segundo lugar, se consultó el estudio de
      González i Calvet (1998), denominado "Los ciclos:
      aspectos reales y financieros
      ", en el cual el autor
      explica como el sistema económico capitalista, desde
      sus orígenes, "se ha caracterizado por tener una
      poderosa capacidad expansiva que ha dado lugar a un
      crecimiento económico sostenido a largo plazo mucho
      más rápido que en cualquier época o
      sistema económico anterior" (p. 1). Sin embargo, esta
      evolución expansiva no ha sido
      uniforme, sino que ha seguido una trayectoria de
      fluctuaciones persistentes e irregulares manifiestas en la
      actividad productiva (producto, inversión, empleo,
      renta) y en la actividad monetaria y financiera (precios,
      tipos de interés, endeudamiento, activos
      financieros).

      La conclusión fundamental de González
      i Calvet (1998) se refiere a las causas de la inestabilidad
      de la acumulación capitalista, que son la base de las
      teorías de los ciclos económicos; las cuales se
      pueden clasificar en perturbaciones exógenas y
      endógenas o aquéllas que el sistema genera por
      sí mismo.

      Las fuentes de
      inestabilidad endógena explican las diferentes
      teorías que se han formulado sobre las causas de los
      ciclos económicos; entre las cuales se encuentran la
      teoría de Marx, donde
      la explicación de los ciclos estaría en los
      problemas de demanda efectiva (realización de la
      plusvalía) asociados a la dinámica de la distribución de la renta (lucha de
      clases) de Marx; la teoría monetaria; según la
      cual los ciclos son causados por inestabilidad del sistema
      financiero; o la teoría de las causas reales,
      según la cual la inestabilidad sería causada
      por cambios en las variables reales y aparece cuando las
      autoridades monetarias actúan en un papel
      estabilizador.

      Por último, los cambios estructurales pueden
      introducir inestabilidad en el sistema. Esta teoría
      está específicamente referida a cambios en la
      estructura de los tipos de interés, sobre todo cuando
      el tipo de interés promedio tiene un importante
      componente endógeno. El autor proporciona evidencia
      empírica de que la actividad financiera es
      corresponsable u origina la aparición de fluctuaciones
      económicas, proporcionando base para los mecanismos de
      acción de las crisis financieras de Kindleberger
      (1991) o los mecanismos financieros a través de los
      cuales se propaga la inestabilidad de la acumulación
      tal como aboga Minsky (1996).

      Por último, se consultó el trabajo de
      Rosende (2002), denominado "La Nueva Síntesis Keynesiana: Análisis e
      Implicancias de Política Monetaria
      ". El cual
      expone como, durante la última década, se han
      configurado algunos consensos entre los economistas. El
      primero de ellos se refiere a la
      administración de la política monetaria y
      el segundo, se refiere a la hipótesis de la inestabilidad de la
      demanda de dinero.

      Según el consenso referido a la forma en que
      debe administrarse la política monetaria; se requiere
      que ésta apunte al logro de ciertos objetivos de
      inflación; éste es el enfoque de "metas de
      inflación". Sin embargo, el supuesto de que
      existiría algún grado de inflexibilidad de
      precios en el corto plazo haría recomendable la
      utilización de esta política para acomodar el
      impacto real de shocks agregados imprevistos.

      El segundo consenso, relativo a la
      hipótesis de
      inestabilidad de la demanda por dinero, requiere enfocar el
      diseño de política monetaria en el movimiento
      de las tasas de interés de corto plazo.

      El propósito del estudio de Rosende (2002)
      fue realizar una revisión crítica del enfoque de "metas de
      inflación". Para el presente trabajo, el trabajo de
      Rosende (2002) aportó bases teóricas al enfoque
      de "metas de inflación", así como útiles
      comparaciones entre las escuelas de pensamiento
      económico en sus formas de aplicar política
      monetaria.

    4. Antecedentes
      Relacionados con la Investigación

      En esta sección, se analizan las diferentes
      escuelas de pensamiento económico haciendo
      énfasis en sus enfoques de política. Con este
      propósito, se inicia la sección con una breve
      historia del pensamiento económico, la cual abarca
      desde los griegos hasta los enfoques revisionistas de los
      enfoques neoclásico y keynesiano: la nueva
      economía clásica y la nueva economía
      keynesiana.

      Reseña el Glosario
      del Banco de la República, que los griegos fueron los
      primeros que trataron de tener un conocimiento sobre el funcionamiento de la
      economía. Los autores que se destacaron por buscar
      explicación a los fenómenos económicos
      que acontecían en su época, fueron Hesiodo,
      Jenofonte, Platón y Aristóteles.

      Durante los siglos VIII y XIII, la denominada era
      feudal, se empezaron a presentar dos fenómenos que,
      posteriormente, Douglas North llamaría las relaciones
      sociales y los derechos de
      propiedad.

      Los escolásticos, filosofía surgida a
      partir del año 1300, permitió el avance en el
      desarrollo de los temas económicos. Estos eran monjes
      que se dedicaban a escribir, entre otros temas, sobre los
      fundamentos de la economía feudal,
      reglamentándolos de tal forma que los resultados de
      sus escritos fueran coherentes con la doctrina religiosa
      cristiana. El principal exponente de la escuela
      escolástica fue santo
      Tomás de Aquino. Esta escuela existió en el
      periodo comprendido entre la caída de Roma y la
      escuela mercantilista, apareciendo esta última
      aproximadamente en el año 1600.

      Entre los años 1500 y 1750, surge la
      economía mercantilista, la cual marca una
      pauta importante en el desarrollo de la ciencia
      económica. Tuvo sus inicios en Inglaterra
      y Francia.
      Los mercantilistas consideraban que la riqueza en el mundo
      era fija, y estaba representada por la cantidad de metales
      preciosos y semipreciosos que se poseyeran. Esta idea los
      llevó a tomar medidas proteccionistas para evitar que
      la riqueza pudiera salir de un país. El comercio
      exterior, a través de una balanza
      comercial positiva (exportando más de lo que se
      importara), se convirtió en la clave para obtener
      poder y riqueza.

      La fisiocracia surge en la segunda mitad del siglo
      XVIII, como una reacción de tipo intelectual a la
      común concepción intervencionista del
      pensamiento mercantil. Para ahondar más las
      diferencias, los fisiocratas estudiaron las fuerzas reales
      que conducen al desarrollo; es decir, estudiaron la
      creación del valor
      físico, concluyendo que el origen de la riqueza era la
      agricultura, y que la manufactura era una actividad estéril.
      Este movimiento se desarrolló únicamente en
      Francia, a lo largo de treinta años, gracias a
      François Quesnay y a su obra Le Tableau
      Économique. En ella, Quesnay, gracias al
      análisis de los flujos de los ingresos monetarios en
      los tres sectores de la economía (agricultores,
      terratenientes y artesanos/sirvientes), muestra la
      creación y la circulación del producto neto (la
      ganancia).

      Los fisiócratas sientan las bases
      según las cuales los esfuerzos personales estaban de
      alguna manera conectados entre sí, gracias al sistema
      de precios de la economía. Esto obedecía
      también a un orden natural superior, que hacía
      que se concibiera el sistema económico como un
      mecanismo autorregulable. De aquí surge la idea
      central del laissez faire, lassez passer
      –dejar hacer, dejar pasar- o dejar las cosas a su libre
      albedrío de las personas, disminuyendo las funciones
      del gobierno, porque los obstáculos al crecimiento
      eran el resultado de las restricciones mercantilistas al
      comercio internacional y al mercado interno.

      El liberalismo surge a finales del siglo XVIII,
      debido a que las tesis fisiócratas ya no eran
      consideradas adecuadas para asumir un análisis
      profundo y consciente, dadas las nuevas realidades de la
      sociedad capitalista. El liberalismo se erige como una nueva
      doctrina que responde a las exigentes expectativas, fruto de
      la profunda transformación socioeconómica de la
      época.

      La doctrina liberal da lugar a la ciencia
      económica; cuyos representantes más renombrados
      son Adam Smith
      y David
      Ricardo; se preocupaban por las relaciones sociales, la
      intervención del Estado y las consecuencias de
      éstas en variables tales como el consumo, la
      producción y la distribución de la riqueza; por
      ello, trataron de encontrar respuestas a estas cuestiones en
      medio de la revolución industrial, especialmente en
      Gran Bretaña.

      La visión de Marx también giraba en
      torno a las relaciones sociales de la producción
      industrial. Es una visión contemporánea y
      radicalmente opuesta al liberalismo. Para Marx, la
      producción industrial generaba un excedente que no se
      redistribuía en el salario de
      los trabajadores, sino que era acumulado por el propietario
      del capital y de los medios de
      producción.

      Durante el último cuarto del siglo XIX,
      surgió en Europa y
      América un sistema de pensamiento
      económico conocido como la escuela
      neoclásica.

      El movimiento neoclásico perdurará
      hasta mediados del siglo XX, para defender fuertemente al
      liberalismo y al individualismo. March Poquet (2004),
      reseña como la escuela neoclásica mantuvo su
      hegemonía desde la revolución marginalista
      (1870) hasta el surgimiento del keynesianismo (1930). Uno de
      sus principales expositores es Marshall, con su teoría
      del equilibrio general.

      El enfoque de Keynes
      revolucionó la teoría económica. Cuando
      apareció su libro
      "Teoría general de la ocupación, el
      interés y el
      dinero", en 1936, ya se había consolidado su
      prestigio. Marcado por la crisis de 1929, sobre todo por el
      espectáculo de los dos millones de desocupados que
      llegó a haber en Inglaterra en 1932 y 1933, Keynes se
      dedicó a indagar su génesis y el modo de que no
      se repitiera, o al menos a ver cómo se reducían
      sus efectos devastadores. El punto de partida de su
      análisis era preciso: no debía esperarse que
      los mecanismos automáticos del mercado en materia de
      salud social
      u ocupación plena. De ese modo justificaba una
      resuelta intervención del Estado. Haciéndose
      eco de la necesaria retribución del trabajo, Keynes se
      constituyó en personero del alza de los salarios,
      pues su investigación sobre la crisis de 1929
      concluía que el aumento de los salarios era requisito
      ineludible para la elevación de la demanda efectiva, y
      por medio del progreso de ésta se excita a que haya
      mayores inversiones y por ende, ocupación total. La
      macroeconomía keynesiana fue prevaleciente durante los
      años 1950 y 1960.

      A mediados del siglo XX, surge una escuela de
      pensamiento económico, denominada la de los
      neo-neoclásicos (Banco de la República, 2004).
      Los neo-neoclásicos agrupan varias corrientes, entre
      las cuales destacan los monetaristas y los
      neoinstitucionalistas.

      Los monetaristas son conocidos gracias a Milton
      Friedman, quien afirmaba que las fallas en el mercado se
      debían, en buena parte, a la intervención del
      Estado. Los neoinstitucionalistas se centran en los
      fenómenos sociales y en la cooperación
      económica. Gran parte de sus ideas son una
      crítica al neoclásico Marshall, argumentando
      que, para que la distribución de la riqueza sea
      eficiente, son necesarias las instituciones.

      Según Tijerina (2002), del monetarismo se pasó a la
      economía de la oferta y
      la curva de Laffer, luego a las expectativas racionales, la
      nueva economía clásica y la nueva
      economía keynesiana. Una de sus tesis principales fue
      la de que las nuevas
      tecnologías habían eliminado las
      recesiones, sólo para ser desmentida
      categóricamente por la brutal caída del
      precio de
      las acciones
      de las nuevas empresas tecnológicas de mayo 2000 a
      mayo 2001. En la actualidad, hay un interés mundial
      por enfoques menos dogmáticos, que aboguen por una
      economía de mercado con responsabilidad social.

      Los enfoques más recientes se refieren a la
      macroeconomía "tradicional", la macroeconomía
      keynesiana del desequilibrio, la nueva macroeconomía
      clásica y la nueva macroecomía keynesiana. La
      denominada por Febrero Devesa (1998) "macroeconomía
      tradicional", fue dominante hasta la década de 1970 y
      utiliza como estrategia
      de modelaje de la economía el marco IS-LM-mercado de
      trabajo, que engloba como caso particular a los modelos
      monetaristas.

      Para Febrero Devesa (1998), entre las diversas
      estrategias de fundamentación
      microeconómica de la macroeconomía, se
      encuentran la macroeconomía keynesiana del
      desequilibrio, también denominada nueva
      macroeconomía clásica o macroeconomía
      del equilibrio y la nueva macroeconomía
      keynesiana.

      En resumen, las etapas que serán brevemente
      tratadas a continuación, destacando sus
      recomendaciones en materia de política
      económica, se refieren al liberalismo
      económico, a la escuela neoclásica, el
      keynesianismo, a la escuela monetarista, y a las denominadas
      "reconstrucciones macroeconómicas" (Bejarano, 1999) o
      Nueva Economía Clásica y la Nueva
      Economía Keynesiana. A continuación, se
      presenta un gráfico resumen de los enfoques que se
      abordan en este estudio.

      Gráfico 1. ESCUELAS DE PENSAMIENTO
      ECONÓMICO.

      CLÁSICOS

      NEOCLASICOS KEYNESIANOS

      SÍNTESIS
      NEOCLÁSICA POSTKEYNESIANISMO

      Nueva Economía
      Clásica Nueva Economía
      Keynesiana

       Fuente: March Poquet (2004), p. 1.
      Adaptado por la autora.

      1. La teoría económica clásica
        del ingreso y del empleo dominó en el mundo
        occidental desde finales del siglo XVIII hasta la
        revolución marginalista (1870). Sus creadores
        principales fueron Adam Smith (1723-1790), Jean Baptiste
        Say (1767-1832) y David Ricardo (1772-1823).

        Esta teoría ponía el acento en el
        interés propio de cada hombre
        y en el automatismo de las leyes
        económicas universales, que tienden a llevar la
        economía hacia el equilibrio del pleno empleo si
        el gobierno adopta la política del
        laissez-faire, es decir, de la no
        intervención.

        Según el punto de vista de los
        economistas clásicos, el capitalismo es un sistema
        económico autorregulable, el capitalismo se
        ajustará automáticamente al pleno
        empleo a través del libre juego
        del sistema de precios. Por ello, las funciones del
        gobierno, deberían limitarse a la defensa
        nacional, a la administración de la justicia, a la promoción del comercio y la
        realización de determinadas obras públicas,
        o lo que se vino a denominar "Estado Gendarme" (Estado
        Policía), en la concepción de Adam Smith.
        La adhesión a esta política,
        convertiría el laissez faire en la divisa
        del capitalismo, situando al gobierno en una actitud neutral, es decir, dejando a la
        economía que asigne sus recursos de modo
        óptimo como si estuviera guiada por una "mano
        invisible".

        La teoría clásica del ingreso y el
        empleo, sostiene que, en un sistema capitalista
        competitivo, toda oferta crea su propia demanda: la
        demanda agregada es igual al ingreso o producto agregado.
        Por tanto, la economía tiende
        automáticamente al pleno empleo a través
        del funcionamiento del sistema de mercado en el que los
        precios, salarios y tasas de interés, son libres
        para ajustarse a sus niveles de pleno empleo.

        Bases Filosóficas del Liberalismo.
        El liberalismo fue la doctrina política que
        logró expresar las relaciones del sistema
        capitalista con el Estado, con la opinión pública, con
        el
        hombre mismo como sujeto de derechos y con otros
        Estados. Este debía en primer término
        interpretar el hecho de que el nuevo sistema
        económico exigía una amplia apertura hacia
        el individualismo.

        Por esta razón, esta doctrina
        presentó la ofensiva intelectual contra dos
        instituciones fundamentales: las viejas formas de
        organización social y el papado.
        Las viejas formas de organización social colocaban
        al individuo dentro de una telaraña de
        reglamentaciones, le quitaba toda libertad de movimiento. Al papado, pues
        éste mediante las redes
        restrictivas del dogma o la inmovilización de
        inmensas propiedades, reducía el juego del
        espíritu creador y el ámbito en que se
        mueven las fuerzas productivas: es decir, el hombre que
        el liberalismo tenía por delante era un ser lleno
        de iniciativas y de atrevimiento. De ese modo, dice Laski
        (1939):

        Los fundamentos de una doctrina liberal, por
        decirlo así, se establecen en el siglo XVI. Existe
        una disciplina social cuyas sanciones son independientes
        del ideal religioso. Hay un Estado que se basta a
        sí mismo. Una disposición intelectual
        consciente, quizá un poco inquietamente consciente
        de que una limitación del derecho especulativo es
        también una merma al derecho del poder material.
        Tenemos un nuevo mundo físico, tanto en el sentido
        geográfico como en el ideológico. Puesto
        que el contenido de la experiencia es nuevo
        también, se requieren postulados nuevos para su
        interpretación. Su carácter se está definiendo
        en el campo de la teoría social no menos que en
        los de la ciencia y de la filosofía. Su contenido
        es material y de este mundo, en vez de serlo espiritual y
        del venidero. Es expansivo, utilitario, confiado en
        sí mismo. Pone adelante el ideal del dominio sobre la naturaleza por
        razón de la tranquilidad y comodidad que
        conferirá tal dominio. Es en su esencia el punto
        de vista de una nueva clase
        que, con la autoridad, está convencida de que
        puede remoldear los destinos del hombre en forma mejor
        que en el pasado. Ha apuntado la filosofía sobre
        la que se propone proceder. (p. 111)

        En forma abreviada, hacía falta una
        doctrina que legitimara tantas oportunidades de riqueza
        que había venido creando el proceso capitalista.
        El liberalismo es, por tanto, la justificación
        filosófica y política de las
        prácticas y expectativas creadas por el sistema
        capitalista.

        El liberalismo así basado en la
        evolución de la época vino al mundo con el
        vigor y con el peso que le daban antecedentes de cinco
        siglos. Respirando el aire de
        su tiempo, se fusionó desde sus orígenes
        con la noción de libertad, lo que le dio desde
        entonces la predisposición a enfrentarse a todas
        las modalidades del privilegio, y a las pretensiones de
        la autoridad de salirse de ciertos límites. Se esbozaba así el
        Estado constitucional y el catálogo de derechos
        sin los cuales no se concibe la acción del hombre
        en la sociedad.

        Sin embargo, el problema de concepción
        del liberalismo está, precisamente, en la
        definición de beneficiarios de la tabla de
        derechos y libertades que propugnaba. Según Molina
        (2000), naturalmente beneficiaba a los miembros de las
        clases poseedoras, circunstancia que en aquel momento no
        empañaba el lustre de la doctrina liberal, pero
        que le traería innumerables dificultades cuando en
        el seno de las clases trabajadoras comenzaran a brotar
        reclamaciones dictadas por el afán igualitario y
        por el sentimiento de la dignidad.

        El liberalismo, además de un conjunto
        doctrinario, es un modo de ser, una conducta: en ese sentido ha sido
        escéptico por naturaleza, tolerante y enemigo de
        todos los expedientes que conduzcan a la
        regimentación y al unanimismo. Molina (2000),
        define exactamente el pensamiento liberal frente a las
        libertades, con dos frases. En la Edad Media regía
        el principio de que "sólo puede hacerse lo que
        está permitido expresamente"; mientras que en el
        Liberalismo regía el siguiente: "Es permitido todo
        lo que no está prohibido expresamente".

        El vasto complejo de libertades y derechos
        defendidos por el liberalismo se formó por la
        confluencia de las tres corrientes enumeradas por Sombart
        (1916): Una corriente de derecho
        natural, o sea, la apelación a los
        inalienables derechos económicos del hombre; una
        corriente filosófica-metafísica, consistente en la
        creencia en una armonía preestablecida dentro de
        una comunidad formada por seres independientes
        unos de otros, y una corriente utilitaria constituida por
        los intereses del empresario capitalista, del comerciante y
        del artesano que ha logrado independizarse de su
        gremio.

        Para ser más concretos, esas libertades
        pueden reducirse a dos series: las de carácter
        económico, que en una u otra forma provienen de la
        propiedad privada. Las principales son:

        1) La libertad de industria, o lo que es lo
        mismo, la libertad de ejercer la actividad que uno
        quiera, como quiera y donde quiera; 2) La libertad de
        contratación, y 3) La libertad de
        apropiación, que se descompone en la libertad de
        utilización de bienes, en la de enajenación y en la de
        sucesión hereditaria, que es tanto como decir la
        libertad de extender el derecho de
        propiedad más allá de la
        muerte. Para Molina (2000), debido a que estas
        libertades conllevan a la explotación del hombre
        por el hombre, se enfrentaron con la doctrina socialista,
        según la cual es concebible una sociedad en la que
        este tipo de libertades desaparezca sin ningún
        deterioro para el hombre, antes con positivas ventajas
        para su desarrollo.

        En cambio, las libertades individuales y
        políticas, deben subsistir en el tiempo, aunque
        cambie el sistema económico. Las principales
        son:

        a) La libertad de pensamiento, de conciencia y de
        expresión;

        b) El derecho a la vida y a la seguridad;

        c) La inviolabilidad del domicilio y de la
        correspondencia;

        d) La libertad de conciencia, de pensamiento y
        de expresión;

        e) El derecho a no ser condenado sin ser
        oído y vencido en
        juicio;

        f) el derecho a tener una nacionalidad, a salir de su país y
        a volver a él;

        g) La libertad de asociación y de
        organización;

        h) El derecho al sufragio y a las diversas formas de
        participación ciudadana, y

        i) El derecho a la existencia de las
        minorías y de la libertad de la
        oposición.

        Estos y otros derechos que los han enriquecido,
        forman hoy en día parte de las declaraciones de
        derechos del hombre, sean éstas de carácter
        universal, regional o nacional.

        El
        liberalismo y el Estado
        .
        Era la época de
        Locke, filósofo que hablaba de derechos naturales,
        de la vida, de la libertad y de la propiedad, tocando los
        predios del poder político. Esta época
        sólo podía sentirse bien con una
        filosofía que implicara el mínimo de
        intervencionismo estatal. El rechazo de las
        reglamentaciones excesivas de la época medieval
        debía contar mucho en ese modo de
        pensar.

        La monarquía constitucional
        realizaría el cambio hacia el nuevo orden, en
        alianza con los comerciantes y manufactureros. Para poder
        adelantar las obras que exigía la economía
        en expansión, los comerciantes y de manufactureros
        se aliaron con el poder público para liquidar las
        fuerzas sobrevivientes del feudalismo. Era una alianza en la cual la
        burguesía dictaba las condiciones: los impuestos
        serían votados por el Parlamento, la judicatura
        sería independiente del Ejecutivo, y el
        ejército estaría bajo la dependencia del
        órgano legislativo. Sería, pues, una
        monarquía limitada la que los mercaderes e
        industriales aceptaban, y por eso oportuna e
        inoportunamente le recordaban al rey la lección
        explosiva de Locke: hay derecho a la insurrección
        cuando quiera que el monarca viole las normas
        preestablecidas.

        Era la tesis del Estado Abstencionista, Estado
        Gendarme o Policía de Adam Smith. Si bien, no era
        una verdad absoluta. Puesto que el capitalismo incipiente
        que, por un lado le reclamaba al Estado su excesiva
        intervención, le pedía que interviniera
        para que la actividad del empresario pudiera
        realizarse.

        Ríos (1992), resume la concepción
        clásica del Estado respecto a las funciones que
        éste debía cumplir en la sociedad. Los
        principales expositores del papel del Estado en el
        Liberalismo fueron Adam Smith, Jean Baptiste Say y John
        Stuart Mill. Sus teorías respecto a la
        función del Estado pueden ser presentadas en forma
        resumida a continuación:

        En primer lugar, la vida económica, la
        producción y la riqueza de las naciones son el
        resultado del libre juego de la iniciativa privada dentro
        de las leyes del mercado de libre competencia, esto es, bajo el imperio de
        la ley o
        principio de equilibrio al conjugarse misteriosamente las
        funciones de la oferta y la demanda.

        En segundo lugar, dentro de esta sociedad, el
        Estado actúa como perturbador del crecimiento
        económico, pues, a través de los tributos que exige, distrae recursos
        útiles a la producción,
        constituyéndose en una carga social sobre el
        Ingreso Nacional al disminuir la capacidad de
        inversión de los particulares que ven menguadas
        sus ganancias.

        Por tal motivo, los efectos de esta carga social
        se manifiestan en perturbaciones económicas, pero
        sobre todo, en pobreza colectiva, al disminuir la
        producción por desaliento de los particulares a la
        inversión y reinversión, lo que en
        definitiva causan el terrible fantasma del desempleo de
        la población.

        Por tal razón, es absolutamente
        necesario, limitar las funciones del Estado a la
        mínima expresión posible, de forma tal que
        a menores funciones, se tenga que recurrir en menores
        gastos; y a menores gastos, se corresponderá con
        una menor necesidad de procurarse recursos, y así
        como los recursos el Estado se los procura con los
        tributos, definitivamente, la carga tributaria tan
        dañina para la sociedad, necesariamente
        deberá ser la menor. En resumen, las funciones que
        el Estado debe limitarse a cumplir son: Defensa Nacional,
        Seguridad Interna y Administración de
        Justicia.

      2. Liberalismo.

        Esta corriente del pensamiento fue, como se
        indicó en la breve reseña histórica,
        una corriente hegemónica vigente desde 1870 hasta
        la década de 1930. Se inicia con la
        revolución marginalista y culmina con los
        postulados keynesianos. Sus principales expositores
        fueron Marshall (equilibrio parcial) y Jevons
        (teoría marginalista).

        Uno de los más prestigiosos historiadores
        contemporáneos del pensamiento económico ha
        descrito recientemente al neoliberalismo "como un resurgimiento del
        liberalismo clásico, liberalismo combatido por
        Keynes" (Dostaler, 1998, p. 5).

        Por su parte, March Poquet (2004), explica las
        tres escuelas que componían este sistema de
        pensamiento: la escuela de Lausana, o de la Universidad
        de Lausana en Suiza, cuyos representantes son Walras y
        Pareto; la escuela inglesa, la más importante, a
        la cabeza con Marshall, Jevons, Edgeworth, Wicksteed; y
        por último, la austriaca o escuela de Viena, con
        sus representantes Menger, Von Wieser, Böhm-Bawerk,
        Von Mises, Hayek.

        Con respecto a al escuela inglesa, resalta uno
        de los dirigentes de la misma, el profesor británico Alfred Marshall,
        cuya obra fundamental "Principles of Economics"
        (1890), ("Principios de Economía"), será
        siempre considerada como una obra maestra. Su principal
        aporte es la teoría del equilibrio
        parcial.

        Esta escuela surgió en Europa y
        América, con el fin de defender fuertemente al
        liberalismo y al individualismo. Según Molina
        (2000), el liberalismo se percató de los cambios
        operados en la sociedad y en la economía de
        finales del siglo XIX y principios del XX.

        Estos cambios se referían al surgimiento
        de los sindicatos y las exigencias del
        proletariado convertido ahora en grupo de presión, por lo que procedió
        a renovar su ideología. Sin embargo, aunque
        enriqueció su pensamiento con algunas ideas
        socialistas, tales como la relación entre la
        plusvalía y la maximización de los
        beneficios; aunque renovó su vocabulario para
        darle un nuevo valor simbólico a ciertas palabras;
        en opinión de Molina (2000), se siguió
        moviendo en sus líneas básicas: defensa de
        la propiedad privada sobre los medios de
        producción, de la que apenas se admitía que
        debe tener una función social, respeto a la ganancia como elemento motriz
        de la actividad económica y consideración
        del Estado como entidad situada por encima de las
        clases.

        Tal y como lo sostienen Dornbusch y Fischer
        (1985), para la escuela neoclásica los mercados
        funcionan mejor si no se interviene en ellos; como lo
        creían sus antecesores los clásicos.
        Bejarano (1999), sostiene que el paradigma
        neoclásico es la justificación intelectual
        de un sistema que ve a la economía funcionando
        según las leyes del universo descritas por Newton, es decir, armoniosamente,
        regularmente, son contradicciones y sin
        conflictos.

        En cuanto a sus aportes, a esta escuela se le
        atribuye la denominada revolución marginalista
        (1870) y la teoría del Equilibrio Parcial de
        Marshall. En cuanto a la revolución marginalista,
        William Stanley Jevons, teórico de la utilidad
        marginal, sostenía:

        Repetidas reflexiones y pesquisas me han llevado
        hasta la opinión, en cierto modo nueva, de que
        el valor depende por completo de la utilidad. Las
        opiniones imperantes consideraban el trabajo, en lugar de
        la utilidad, como el origen del valor, y hay algunos que
        llegan a afirmar, de modo concluyente que el trabajo es
        la causa del valor. Por el contrario, yo demuestro
        que solamente necesitamos indagar cuidadosamente las
        leyes naturales de la variación de la utilidad,
        que depende de la cantidad que poseemos de un bien, para
        llegar a una teoría satisfactoria del intercambio
        de la cual las leyes ordinarias de oferta y
        demanda son la consecuencia necesaria. (Spencer,
        1987, p. 407)

        Según Varo (1998), la irrupción de
        la denominada Revolución Marginalista en la
        década de 1870, ocurrió
        simultáneamente en las tres escuelas
        neoclásicas; esto es, en Inglaterra, Viena y
        Lausana. En opinión de este autor, el
        fenómeno estuvo determinado en parte por la
        generalizada insatisfacción teórica que
        había proporcionado los autores clásicos,
        incluidos John Stuart Mill y Carlos
        Marx.

        A continuación, algunas proposiciones
        claves de la teoría macroeconómica
        neoclásica. En el corto plazo, la
        corrección automática del desempleo o
        inflación, descansa en estas cuatro proposiciones
        claves: 1) la Ley de Say; 2) la flexibilidad de los tipos
        de interés; 3) la flexibilidad de precios y
        salarios y 4) la teoría cuantitativa del
        dinero.

        La revolución marginalista de la
        década de 1870 sembró la semilla de una
        economía política renovada
        en cuanto a la teoría del consumidor y de la
        empresa. Sin embargo, a pesar de los grandes aportes
        de la escuela neoclásica, se le puede hacer una
        crítica con respecto al papel del
        dinero.

        Si bien la escuela neoclásica
        prestó atención al comportamiento de los
        precios relativos, no así al análisis del
        dinero y del nivel de precios. Se intentó aplicar
        al dinero el mismo tipo de análisis de la utilidad
        microeconómica que se había utilizado para
        todos los bienes en general, pero estos intentos tuvieron
        por resultado el de subestimar el papel representado por
        el dinero en la economía, en lugar de ponerlo en
        primer plano. Esta estructura se parecía mucho
        más a una imaginaria economía de trueque
        que a la economía monetaria del mundo
        moderno.

        El dinero era considerado normalmente como
        "neutro" y no como un instrumento que afectara al nivel
        de producción y a la distribución de la
        renta.

      3. Escuela
        Neoclásica
    5. Escuelas de
      Pensamiento Económico.

    Partes: 1, 2

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