Revista Electrónica Roca. El uso de retrotransparencias y de diapositivas en Power Point
El uso de un medio de enseñanza para la docencia o
presentaciones de ponencias no siempre logra los resultados
esperados si no se tienen en cuenta las elementales reglas de
para su empleo. El no
cumplimiento de estas puede traer resultados diametralmente
opuestos al deseado. Entre los también llamados Mediadores
Didácticos es muy común encontrar los
retroproyectores desde décadas atrás, y más
reciente, las presentaciones en Power Point
que, con la tecnología
computarizada, es un apoyo recurrente con muchos adeptos, y que
no ha logrado desplazar a las retrotransparencias. Tan amplia
aceptación hace muy evidentes las deficiencias en su uso.
Aquí se presentan algunas recomendaciones.
Desde décadas atrás el retroproyector ha
sido un valioso medio de enseñanza que apoya las
exposiciones del contenido en las clases, y de igual manera en
eventos donde
se presentan ponencias que son el resultado de trabajos
científicos y/o técnicos.
En los últimos años, aunque el
retroproyector mantiene su aceptación, se ha incorporado
un novedoso medio –la
computadora– que con el uso de las presentaciones en
Power Point, si bien no ha logrado eliminar el uso del
retroproyector, sí ha ganado muchísimos adeptos
dadas sus amplias posibilidades, variedad de opciones que motivan
la atención, y su facilidad de programación.
Cada vez son más las personas que recurren a
estos medios y ello
se evidencia en el número de ponentes que los solicitan
previamente ante la preparación de cualquier
evento.
Sin embargo, no es suficiente sus empleos como medios
auxiliares si no se tienen en cuenta determinados requerimientos
que en su defecto dejan muchas insatisfacciones, mayormente entre
el auditorio, motivado por su uso indiscriminado en ocasiones, y
en otras por su deficiente utilización.
Tales deficiencias -presentadas más adelante- no
discriminan a personas de experiencia y noveles, tanto en las
ponencias como en la docencia. No es ínfimo el
número de alumnos (durante las defensas o presentaciones
de sus trabajos científico-estudiantiles), y de profesores
de una reconocida capacidad intelectual (con grados
científicos y académicos), que no escapan al uso
deficiente de los mediadores didácticos en
cuestión.
A través de particiones en tribunales de defensa
de TCE (Trabajo
Científico-Estudiantil) o de otros eventos
científico–técnicos, es perceptible el uso
inapropiado de retrotransparencias, y de las dispositivas en
microcomputadoras, sin dejar de mencionar que aún se
perciben en las teleclases presentadas por la
televisión.
Uno de los requisitos elementales para el uso de estos
medios es dominar al menos su manejo. Saber cómo encender
y apagar el retroproyector, conocer con certeza la
ubicación del botón interruptor, o cómo
cambiar de diapositiva o volver a alguna ya presentada por el
ponente, es algo tan elemental como sencillo. A veces con el
loable ánimo de hacer una exposición
de efecto positivo y perdurable se recurre al uso de un medio que
no solemos utilizar, aunque sabemos que es sumamente fácil
y práctico, mas el poco hábito en su uso nos hace
pasar momentos no deseables ante un público que observa
cada detalle de nuestro desenvolvimiento en la
exposición.
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Figura
1: Ubicación de los elementos en el aula
para el uso del
retroproyector o presentaciones en Power
Point.
Es recomendable previamente ensayar el uso del medio,
que nos permita rectificar posibles errores, y dominar los pasos
elementales para su empleo en la exposición. Esta
preparación debe incluir la revisión meticulosa de
la ortografía, por demás imperdonable
para un profesor, pues
de escaparse podría tener consecuencias incalculables,
más si se presenta en un medio de difusión
masiva.
En el uso de escritura
manual para la
elaboración de retrotransparencias, una adecuada
caligrafía es indispensable (tal como lo es para el
pizarrón). Lo preferible es el uso de caracteres impresos,
o rotulados por especialistas. También se puede recurrir
al ejemplo de plantillas para letras y números, plumas
para dibujar, plumones, etc. Solo en última instancia se
recurre a la confección manual pero con una
caligrafía elegante y legible. No cumplir con esto denota
descuido.
También, previamente para el uso de cualquiera de
estos medios, debe comprobarse la posibilidad de legibilidad de
la información a presentar, fundamentalmente
en las diapositivas en Power Point. Para ello debemos contar con
el tamaño pequeño de la pantalla de la computadora lo
cual reduce significativamente su uso si se trata de un auditorio
numeroso en un local amplio. En tal caso, de no disponerse de un
Data-Show –equipo que amplía la imagen de la
pantalla-, que por demás es un medio de limitada
disponibilidad y sumamente costoso, es recomendable acudir al
retroproyector.
En cualquiera de los casos debe preverse la
ubicación correcta de la pantalla, visible para
todos (figuras 1 y
2), y que no deberá nunca situarse con su
borde inferior por debajo de la altura aproximada de los hombros
de un observador sentado (preferentemente por encima). De igual
forma deberá buscarse la posición acertada del
ponente de manera que no interfiera en la visibilidad del
tribunal y del resto de los presentes. Estos son elementos que no
deben improvisarse en el momento de la exposición so pena
de demostrar bajo dominio del
empleo de estos medios.
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Figura
2: Altura recomendable para la
ubicación de la pantalla.
Un detalle que no debe pasarse por alto es el tiempo de
presentación ininterrumpida de una retrotransparencia. El
retroproyector es un equipo de alto consumo
eléctrico, notable por su significativo desprendimiento de
calor. La
permanencia de su lámpara encendida la afecta
considerablemente. Es por ello que los de fabricación
más reciente poseen un dispositivo para su
desconexión automática que los protege. Algunos
autores consideran que para la exposición de una
retrotransparencia es suficiente 30 segundos.
Aspectos muy importantes en la confección de
retrotransparencias o diapositivas para el Power Point son el uso
adecuado de los colores,
así como la cantidad de información que se incluye
en cada una de ellas.
Hay una marcada tendencia a sobrecargar de textos las
retrotransparencias o diapositivas, lo cual conduce a lograr un
efecto de incomodidad en el auditorio. La cantidad de
información en cada una de las ilustraciones no debe
propiciar el desinterés o el cansancio de los observadores
por un excesivo uso de datos que no
permitan seguir la idea central de lo que se expone. Es frecuente
ver la presentación de párrafos extensos o multitud
de cifras cuando en su lugar debieron reflejarse sólo los
datos estrictamente significativos que lleven a los presentes a
asimilar la esencia de la información. Tal es el caso de
tablas con resultados estadísticos de las investigaciones,
informes de
promoción, relación de
características de un objeto o fenómeno con los
detalles explicativos de cada una de ellas.
El ponente, en este indeseable caso, suele emplear cada
presentación como teleprompter, equipo utilizado por los
locutores de la televisión
donde todo lo que expresan ante la cámara pasa por una
pantalla frente a sus ojos. En el mejor de los casos, toma la
presentación como una guía para su ponencia, la
cual deja de serlo puesto que en realidad sólo lee lo que
se muestra,
denotando un aparente bajo dominio de lo que expone.
Podrían hacerse las siguientes preguntas: ¿No es
capaz el auditorio de leer igualmente lo presentado en pantalla,
si tiene en este caso una buena visibilidad?… ¿No se
pudiera pensar que el ponente subvalora el nivel académico
de quienes lo escuchan y observan?…
Está probado por investigaciones de carácter internacional que la
asimilación eficiente del contenido se logra con
representaciones no complejas, alejadas de complejas estructuras o
efectos especiales que, en todo caso, propician la
aparición de influencias negativas. También algunos
autores que han abordado la materia en
cuestión aseguran que el uso desproporcionado de un medio
de enseñanza, por eficiente que sea, puede conducir a una
saturación con resultados insatisfactorios; así
como que la cantidad de información que puede ser
trasmitida a una persona es
limitada (3).
El uso de gráficos (ver página 7) y de cuadros
sinópticos (figura
3) ayudan a evitar sustancialmente estos
detalles improcedentes. Estos últimos resumen la esencia
de los elementos componentes de determinado contenido. De cada
recuadro que lo compone pueden derivarse otros cuadros
secundarios. Como puede observarse, resultan una verdadera
guía para el ponente y un adecuado resumen para el
auditorio que recibirá la información de manera
más asequible y agradable.
Como se dijo anteriormente, también los colores
son elementos que, de poderse emplear, deben hacerse
racionalmente. Una pantalla de texto matizada
con una excesiva variedad de colores denota mal gusto
estético. Es recomendable no usar más de tres
colores uno de los cuales servirá para resaltar aquellos
términos que así lo ameriten. Un cuarto color debe ser
para el fondo de la pantalla en el caso de las diapositivas para
el Power Point. Este ha de ser contrastante con los utilizados
para los caracteres, de manera que pueda lograrse una adecuada
visibilidad y legibilidad de las palabras y cifras que se
presentan.
Muchos de los aspectos expuestos hasta ahora pudieran
resultar inconcebibles para el desarrollo
docente actual, sin embargo basta con poner atención a
ellos durante los eventos científicos en los que se
participa, obsérvese las clases de pregrado y postgrado
donde se emplean tales medios de enseñanza, póngase
la vista en los forum de TCE, incluso algunas teleclases y otras
importantes formas docentes a
cualquier nivel.
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opción "Descargar" del menú superior
Figura
3: Cuadro sinóptico para un tema de la
asignatura Dibujo
Técnico.
En los planes de estudio actuales de los ISP (Institutos
Superiores pedagógicos) ya no existe una asignatura que se
dedique plenamente al estudio y práctica de los medios de
enseñanza como lo fue con los planes A y B, y la
práctica cotidiana actual resalta que es recomendable
retomar el estudio de estos medios durante el
pregrado.
Por otra parte cada ponente, principalmente si es
docente, debe poner todo su empeño en superar sus posibles
deficiencias en el empleo de estos medios pues, además de
lograr trasmitir la información adecuada con su
exposición, evita sobremanera la desagradable
impresión que queda en un auditorio que constantemente
evalúa y pone toda su atención en la
maestría de aquellos que tienen la importante misión de
impartir postgrados, como es el caso de los profesores de los CES
(Centros de Enseñanza Superior).
Durante observaciones realizadas a 24 ponencias y
clases, en las que fueron utilizados indistintamente estos medios
de enseñanza, se tomaron las frecuencias en las que se
incurría en las deficiencias relacionadas a
continuación.
DEFICIENCIAS MÁS COMUNES EN EL
USO DE LAS RETROTRANSPARENCIAS Y DE DIAPOSITIVAS EN POWER POINT
(Véase gráfico).
- Evidencia del insuficiente dominio del manejo del
medio en el momento de la exposición. - Diapositivas o retrotransparencias sumamente cargadas
de información. - Presentaciones ilegibles para el auditorio dado el
tamaño de los caracteres. - Útil solamente para el ponente como pantalla
de lectura. - Ubicación inapropiada del medio respecto a los
observadores. - Uso de colores no contrastantes donde se confunden
caracteres y fondo. - Uso excesivo de variedad de colores para
textos. - No tener en cuenta el tamaño de la pantalla
según la conformación del local y el
número de miembros de auditorio. - Inadecuada ubicación del ponente respecto a
los observadores. - Exposición muy prolongada de una
retrotransparencia. - Caligrafía deficiente en retrotransparencias
elaboradas con escritura manual. - Inadmisible aparición de errores
ortográficos.
Gráfico: Casos de mal uso de
las retrotransparencias o diapositivas en Power Point
en
clases y ponencias observadas (24).
- BARRERO YANES, RAFAEL, Del objetivo
al guión interactivo. / Rafael Barrero Yanes La
Habana. Revista
GIGA, Número 1, año 1998, p. 36-41. - FROLOV, G. Elementos de Informática. /G. Frolov. Moscú,
Editorial MIR, 1990. - FUENTES GONZÁLEZ, HOMERO
CALIXTO. Didáctica de la Educación Superior. / H. C. Fuentes
González. Cuba,
2001. - GONZÄLEZ CASTRO, VICENTE. Teoría y Práctica de los Medios
de Enseñanza. / Vicente González Castro.
EDITORIAL: Pueblo y Educación, Ciudad de La Habana,
1986. - PARCERISA ARAN, ARTUR. Materiales
curriculares: Cómo elaborarlos, seleccionarlos y
usarlos. / Artur Parcerisa Aran. Barcelona: Editorial Grao.
Biblioteca
de Aula, 1996. - RIVERO ERRICO, ALFONSO. El uso de las computadoras como medio de enseñanza:
Curso 25. / Alonso Rivero Errico. La Habana: Ed. IPLAC:
UNESCO, 1997. 10 p.
Autor:
Jesús F. Velázquez Pérez
*
Profesor auxiliar
Reynaldo Estrada Cingualbres **
Profesor auxiliar
Virgilio Herrera Rondón *
Profesor asistente
* Instituto Superior Pedagógico "Blas Roca
Calderío" Manzanillo, Granma
** Universidad de
Granma
Noviembre de 2004