- Resumen
- Marco
Teórico - Método
- Resultados
- Discusión
- Conclusiones
- Recomendaciones para estudios
futuros - Referencias
Se estudia las relaciones entre el grado de severidad
de las distorsiones cognitivas y las variables
sexo, nivel
de escolaridad, tiempo de
diagnóstico y percepción de sus relaciones familiares
en Personas que Viven con el VIH (PVVS) en una muestra
accesible de 70 VIH positivas (45 mujeres y 25 hombres) con
edades entre 20 y 63 años. Se aplica el Inventario de
Pensamientos Automáticos y la Escala de
Depresión de Beck. Los datos son
analizados a través de las pruebas de
Kruskal-Wallis, Mann-Whitney, correlación de Pearson,
regresión múltiple y análisis factorial. Los resultados
muestran que las PVVS que percibieron sus relaciones familiares
"iguales" después del diagnóstico VIH positivo
tendían más a distorsiones cognitivas que quienes
habían percibido algún cambio. Las
distorsiones que más efecto tuvieron en la
depresión fueron la "Falacia de Cambio" y la "Falacia
de Justicia". Se encontró la presencia
de tres Factores en las distorsiones: Catastrofismo,
Perfeccionismo y Externalidad. En la depresión
resultaron los Factores: "Vacío Existencial,
Auto-destructividad y Desgaste
Psicofisiológico. Los hombres mostraron una mayor
tendencia a deprimirse, siendo las distorsiones de Falacia de
Control,
Razonamiento Emocional y Culpabilidad
significativamente mayores en los mismos. Variables como el
sexo y la percepción que tienen las PVVS de sus
relaciones familiares influyen considerablemente en el grado de
las distorsiones cognitivas.
La psicología
cognitiva es el estudio científico de los procesos
mentales como la percepción, el pensamiento,
la memoria y
la atención. Entre los psicólogos
más destacados en la aplicación de este modelo al
campo de la psicología clínica se encuentran Albert
Ellis (1962) y Aarón Beck (1963) quienes han propuesto
modelos
teóricos para el estudio de la
personalidad y tratamientos para el abordaje
terapéutico en la psicopatología.
Unos de los postulados planteados por el modelo cognitivo se
refiere a que: "los problemas
emocionales como la depresión y la ansiedad, surgen a
partir de la interpretación (comúnmente
inadecuada) que la persona dé
a los eventos que le
preocupan" (Navas, 1998). A esas interpretaciones exageradas e
incongruentes de la realidad, Beck (1967) las ha denominado
distorsiones cognitivas. A los eventos capaces de suscitar
emociones y de
activar determinados procesos de pensamientos acerca de los
cuales las personas tienden a perturbarse a sí mismas se
les ha llamado eventos activadores (Ellis, 1987).
El diagnóstico VIH positivo puede ser considerado como
un acontecimiento potencialmente estresante y traumático,
al estar asociado con un proceso de
enfermedad de carácter crónico, irreversible y
mortal que involucra, además, sentimientos de
vergüenza, rechazo social, posible pérdida de
trabajo y
desprestigio social (Castillo y Cols, 1997). Es un evento que
podría activar en las personas actitudes
disfuncionales, esquemas inadaptados de pensamiento, en virtud de
percibir su vida en un "peligro eminente".
El VIH afecta cada día a más personas, es un
problema de proporciones epidémicas en el mundo,
particularmente en el Caribe y República Dominicana. Para
finales del 2000, se estimó que en República
Dominicana existirían 130,000 casos en adultos. Se ha
notificado un total de 4,658 casos de infección por VIH
para una tasa de incidencia anual de 54.4 casos por 100,000
habitantes (SESPAS/DIGECITSS, 2001).
El presente estudio propone conocer la prevalencia de
distorsiones cognitivas en personas que viven con el VIH (PVVS)
de ambos sexos que fueron a consultarse por primera vez o en
consultas de seguimiento al Centro Sanitario de Santo Domingo
durante el mes de abril del 2003. Se busca además,
observar las relaciones existentes entre las distorsiones
cognitivas y el sexo, el tiempo de haber recibido el
diagnóstico, la atención psicológica
recibida, la percepción del apoyo familiar después
del diagnóstico VIH positivo, así como analizar el
efecto de las distorsiones cognitivas en la depresión.
Las distorsiones cognitivas
Antes de definir el concepto de
distorsiones cognitivas centrémonos en el término
esquemas.
Una definición de esquemas extraída de un
consenso de investigadores (Segal, 1988) es la siguiente:
"elementos organizados de reacciones y experiencias pasadas que
forman un cuerpo de conocimientos relativamente cohesivo y
persistente, capaz de guiar percepciones y evaluaciones
subsecuentes" (p.147). Más tarde, Young (1999) introduce
el concepto de "esquemas inadaptados tempranos" para
referirse a temas extremadamente estables y duraderos que se
desarrollan durante la infancia,
elaborados a través de la vida del individuo, y
son disfuncionales en un grado significativo.
Young (1999) identifica tres procesos principales de esquemas:
1) el mantenimiento
de esquemas, 2) la evitación de esquemas y 3) la
compensación de esquemas. El mantenimiento de los esquemas
se refiere a los procesos por los cuales estos esquemas
inadaptados tempranos son reforzados. El mantenimiento de los
esquemas es usualmente logrado exagerando la información que confirma el esquema, o de
lo contrario negando, minimizando o rechazando información
que contradice el esquema. Muchos de estos procesos de
mantenimiento de esquemas han sido descritos como distorsiones
cognitivas (Beck, 1967).
Las distorsiones cognitivas comúnmente causan las
emociones o conductas disfuncionales caracterizadas por:
- Causar un sufrimiento innecesario o desproporcionado con
respecto a la situación. - Llevar a (o implicar) comportamientos auto-saboteadores
(contrarios a los propios intereses u objetivos). - Dificultar o impedir la realización de las conductas
necesarias para lograr los objetivos propios. - Asociarse a demandas absolutistas y otras distorsiones
cognitivas.
Varios autores (Beck, 1979; Navas, 1998; Ruiz, 1991) han
enumerado distintos tipos de distorsiones cognitivas. A
continuación presentamos las más mencionadas:
- Sobre-generalización:
Son juicios abarcadores, extremistas o predicciones basadas en
un solo incidente (Navas, 1998). Según Álvarez
(1997), la sobre-generalización consiste en extraer una
conclusión general de un simple incidente.
Sobre-generalizamos cuando decimos "nadie me quiere"; "nunca
tendré otra oportunidad".
2. Visión Catastrófica:
Hace referencia a un sobre-énfasis irreal en las
consecuencias más negativas y displacenteras de una
situación actual o potencial (Navas, 1998). Álvarez
(1997) dice que su manifestación característica es
la expresión: "y si" ¿y si salgo a la calle y me
atracan…?. Es la tendencia a esperar siempre lo peor.
3. Pensamiento Polarizado o Pensamiento de Todo o
Nada:
Conlleva el englobar toda información en una o dos
categorías dicotómicas; bueno-malo,
aceptación-rechazo, y así por consiguiente, no
admiten matices intermedios; "esta forma de pensamiento
está en la raíz del perfeccionismo"; uno ha de ser
perfecto o es un fracasado… (Navas, 1998).
4. La Abstracción Selectiva o Filtro Mental:
Consiste en focalizar un detalle del contexto (por lo general
un aspecto negativo y lo exageramos), a la vez que se hace a un
lado el significado de la situación total. Conocida
también como la "descalificación de lo positivo"
(Navas, 1998).
5. La Personalización:
Es tomar los aspectos de una situación a un nivel
personal
innecesario. La persona se considera el centro del universo y cree
que todo lo que la gente hace o dice es una forma de
reacción hacia ella (Álvarez 1997).
6. Razonamiento Emocional:
Consiste en asumir que nuestras emociones,
sobre todo las negativas, necesariamente reflejan la forma en que
somos realmente. Tomamos los sentimientos como hechos o verdad
(Álvarez, 1997).
7. Falacia de Justicia:
Son códigos personales de justicia, que dictan a
la persona en cada momento lo que "debería" y "no
debería" ser; lo decepcionante e irritante es que los
demás parecen guiarse por códigos diferentes
(Navas, 1998).
8. Los Deberías:
Son auto-mandatos imperiosos que representan
requerimientos normativos excesivos (a menudo perfeccionistas),
así como actitudes irrealistas sobre el comportamiento
humano y /o eventos del diario vivir (Navas,
1998).
9. Falacia de Control:
Consiste en cómo la persona se ve a sí
misma de manera extrema acerca del grado de control que tiene
sobre los acontecimientos de su vida. O bien la persona se suele
creer muy competente, o bien en el otro extremo se ve impotente y
sin ningún control sobre los acontecimientos de su vida
(Álvarez 1997).
10. Falacia de Recompensa Divina:
Tendencia a no buscar solución a
problemas y dificultades actuales suponiendo que la
situación mejorará en el futuro, o uno
tendrá una recompensa si la deja tal cual. El efecto suele
ser el acumular un gran malestar innecesario, el resentimiento y
el no buscar soluciones que
podrían ser factibles en la actualidad (Álvarez
1997).
11. Falacia de la Razón:
Tendencia a probar de manera frecuente, ante un
desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el
correcto y cierto. No importan los argumentos del otro,
simplemente se ignoran y no se escuchan (Álvarez
1997).
12. Falacia de Cambio:
Actitud en
creer que el bienestar de uno mismo depende de manera exclusiva
de los actos de los demás. La persona suele creer que para
cubrir sus necesidades son los otros quienes han de cambiar
primero su conducta. Las
palabras claves son: "Si tal cambiara tal cosa, entonces yo
podría tal cosa" (Álvarez 1997).
13. Interpretación del
Pensamiento:
Consiste en creer adivinar exactamente lo que los
demás están pensando, cuando "conocemos"
perfectamente sus motivos o intenciones más ocultas o
profetizamos acerca de las reacciones que la gente
exhibirá en un momento dado (Navas, 1998).
14. Culpabilidad:
Es la actitud de empeñarse en buscar culpables
cuando las cosas no van como estaba previsto (Álvarez
1997).
15. Etiquetas Globales:
Consiste en definir de modo simplista y rígido a
los demás o a uno mismo a partir de un detalle aislado o
por un aspecto parcial de su comportamiento
(Navas, 1998).
Aspectos básicos del VIH
El virus de
inmunodeficiencia humana (VIH) es el agente causal del
Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA). Fue
aislado por primera vez en 1983, en el Instituto Pasteur de
París. La infección por el VIH se caracteriza por
producir un cuadro de deterioro profundo, progresivo e
irreversible de la función
inmune que conlleva secundariamente el desarrollo de
infecciones oportunistas tales como neumonía por Pneumocystis carinii,
candidiasis, tuberculosis
pulmonar y extrapulmonar, meningitis por criptococcos,
toxoplasmosis cerebral (OPS /OMS, 1994).
Mecanismos de transmisión
Las evidencias
epidemiológicas reconocen únicamente tres
mecanismos implicados en la transmisión del virus (Costa,
1992).
- Por vía sexual.
El contacto sexual, a través del semen y las
secreciones cérvico-vaginales en relaciones homosexuales,
bisexuales o heterosexuales.
- Por vía sanguínea.
A través de la sangre y
derivados de la misma, como ocurre en los receptores de
transfusiones, en los usuarios de drogas
endovenosas (UDEV) que generalmente comparten jeringuillas y
agujas no esterilizadas, accidentes de
laboratorio
(contagios profesionales) y en transplantes de
órganos.
- Por vía vertical.
De la madre infectada al hijo recién nacido,
durante el parto, por
medio de la lactancia, o
contagio perinatal. No existen evidencias de transmisión
por medio de alimentos,
agua,
insectos, dentro de los contactos familiares o sociales, ni por
un contacto casual.
Clasificación de la infección del
VIH
Las manifestaciones clínicas de la
infección por el VIH, separa cuatro grupos de
pacientes, mutuamente excluyentes, designados en números
romanos, en 1986 por los CDC de Estados
Unidos.
Sistema de Clasificación de la Infección
por el VIH:
Grupo I Infección aguda
Grupo II Infección asintomática
Grupo III Linfadenopatia persistente
generalizada
Grupo IV Otras enfermedades asociadas a la
infección VIH
Subgrupo A Síndrome constitucional
Subgrupo B Enfermedades neurológicas
Subgrupo C Enfermedades infecciosas
secundarias
Categoría C-1 Enfermedades infecciosas
secundarias definitorias de SIDA
Categoría C-2 Otras enfermedades infecciosas
secundarias
Subgrupo D Neoplasias secundarias
Subgrupo E Otras condiciones
Descripción de la población y muestra
Los participantes del estudio son personas que viven con
el VIH (PVVS), que asistieron al Centro Sanitario de Santo
Domingo durante el mes de abril del 2003. De un total de 426
personas con VIH positivo que se consultaron durante ese mes
tanto nuevos como de seguimiento, se tomó una muestra de
70 personas, 45 mujeres y 25 hombres, de 20 a 63 años de
edad.
Descripción del instrumento de
investigación
Se utilizó el Inventario de Pensamientos
Automáticos (IPA), (Ruiz, 1996), la Escala de
Depresión de Beck (EDB), (Beck, 1979) y una entrevista
compuesta por cinco preguntas
semi-estructuradas.
El Inventario de Pensamientos Automáticos es un
cuestionario
desarrollado por los psicólogos españoles, Juan
Ruiz y José Luján (Ruiz, 1996) a partir de las
descripciones hechas por McKay (1985). Diseñado para medir
15 distorsiones cognitivas. Los autores del inventario de
pensamientos automáticos han encontrado que éste es
útil para medir depresión y ansiedad (Ruiz,
2003).
La EDB fue seleccionada por incluir varios
síntomas de depresión y ha sido usada ampliamente
por psicólogos y psiquiatras como un instrumento
útil para explorar los síntomas depresivos. Fue
diseñada para medir los diferentes síntomas
presentes en la depresión. Del inventario se obtiene una
puntuación general que permite conocer el grado de
depresión en base a 4 valoraciones: Ausente, Leve,
Moderado y Severo. Está compuesto por 21 items que
describen síntomas cognitivos, motivacionales, afectivos,
conductuales y fisiológicos.
Con la entrevista
inicial se completaban los datos sociodemográficos y se
identificaba si la persona había recibido alguna
atención psicológica, por quiénes se
había sentido apoyada, el tiempo de conocer el diagnostico
VIH positivo. Por medio de la entrevista se pudo establecer el
rapport con la persona, creando un ambiente de
confianza adecuado.
Procedimiento
La entrevista y aplicación de los cuestionarios
fueron realizadas al final de la consulta médica de los
pacientes nuevos y de seguimiento. Los médicos se
encargaban de enviar los casos que calificaran como VIH positivos
(descartando los casos de SIDA). Los médicos y las
psicólogas les señalaban a los pacientes sobre la
investigación que se estaba llevando a
cabo. Al ser presentado al investigador, se le informaba todo lo
relativo al estudio, en qué consistía y los fines
del mismo. Se les comunicó que sólo iban a
responder a unas preguntas donde los investigadores se
comprometían a asegurar la confidencialidad de la
información y sólo usarla con los fines
señalados, no se requería nombre ni ningún
dato que pudiera comprometer su identidad. Se
requería llenar un formulario de consentimiento informado
donde constara su aceptación voluntaria a participar en el
estudio.
Las entrevistas se
realizaron en cubículos individuales debidamente
iluminados, ventilados y privados. El cuestionario se llenaba
oralmente, empezando por las preguntas demográficas y
cualitativas, colocando las respuestas como el paciente las
informaba; luego se leían las instrucciones, las preguntas
del inventario de pensamientos automáticos una a una,
seguidas por la escala de depresión utilizando el mismo
procedimiento,
dándoles al final un referimiento y/o apoyo emocional a
las personas de acuerdo con su condición. Este proceso
tuvo una duración de 20 a 30 minutos por
persona.
Las evaluaciones se realizaron del 2 al 15 de abril del
2003, en horario de 2:00 p.m. a 4:30 p.m.
Plan de análisis
Los datos fueron analizados con el programa
estadístico computarizado SPSS 11.0 (Statistical Package
for the Social Sciences).
Análisis descriptivo
Incluye frecuencias, porcentajes, y promedios en las
variables: sexo, edad, escolaridad, ocupación, tiempo de
enterarse del diagnóstico, vía de
transmisión, atención psicológica,
relación familiar, grado de depresión.
Análisis bivariado
- Se utilizó el Análisis de Varianza de
Kruskal-Wallis en el análisis de las relaciones entre
las distorsiones cognitivas y escolaridad, relación
familiar y apoyo psicológico recibido. - La correlación de Pearson, para determinar el
grado de relación entre las distorsiones cognitivas, el
tiempo de haber recibido el diagnostico VIH positivo, y los
síntomas específicos de
depresión. - La prueba U de Mann-Whitney, para buscar diferencia
significativa en el grado de severidad de las distorsiones
cognitivas entre hombres y mujeres y los que habían o no
recibido apoyo psicológico.
Análisis multivariado
- Análisis factorial de componente principal
para identificar la presencia de factores en las distorsiones
cognitivas y en los síntomas de
depresión. - Análisis de regresión múltiple
entre las distorsiones cognitivas y la
depresión.
Variable criterio:
Distorsiones Cognitivas
Definición conceptual:
Son errores de razonamiento debido a la operación
cognitiva utilizada para llegar a una conclusión (Navas,
1998).
Grado de severidad de las distorsiones
cognitivas:
Es la puntuación obtenida en cada
distorsión, con un mínimo de cero y un
máximo de seis (min. = 0, máx. = 6).
Dimensiones de la variable:
Sobre-generalización, Debería,
Abstracción Selectiva o Filtro Mental, Falacia de Control,
Culpabilidad, Etiquetación, Visión
Catastrófica, Pensamiento Polarizado, La
Personalización, Razonamiento Emocional, Falacia de
Justicia, Falacia de Recompensa Divina, Falacia de la
Razón, Falacia de Cambio, Interpretación del
Pensamiento.
Variables predictoras:
Sexo, edad, escolaridad, ocupación,
tiempo de conocimiento
del diagnóstico, percepción del cambio
en la relación familiar posterior al diagnóstico
VIH positivo, apoyo psicológico recibido
luego de enterarse del diagnóstico, grado de
depresión y sus síntomas.
Presentación de los
resultados
Datos descriptivos
La edad de los participantes osciló desde los 20
hasta los 63 años, con un promedio de 33.87 y una
desviación estándar de 9.27. Los casos femeninos
fueron 45 mujeres (64%) frente a 25 hombres (34%). La mayor parte
(36 personas 52%) lo constituye el grupo de los
que cursan educación
básica o los que no llegaron al bachillerato, seguidos por
los que han alcanzado el nivel del bachillerato (23 personas
33%), los que cursaron estudios superiores (5 personas 7%), y los
profesionales (3 personas 4%).
La mayoría de las personas han recibido
atención psicológica (55 personas). Sin embargo,
sigue preocupando el hecho de que más de un 20% (14
personas) no recibió ayuda de un
psicólogo.
Con una serie de análisis descriptivos se
constató que existe una alta variabilidad del tiempo en
que los participantes conocen su diagnóstico como VIH
positivo. La media de los tiempos es de 49.85 meses (4
años y un mes) y la mediana es de 30 meses (2 años
y 6 meses).
Ante la pregunta sobre cómo era la
relación con la familia
antes de ser diagnosticado VIH positivo y cómo es ahora,
los participantes respondieron en gran medida que
permanecía igual (44 personas, 63%). Sólo 8
personas (12%) dijeron haber sido rechazados y 17 personas (24%)
expresaron que sus relaciones habían mejorado.
Relaciones entre las escalas de distorsiones
cognitivas y variables generales
En relación con el sexo de los participantes
encontramos que las distorsiones de la "Falacia de Control" (384,
Sig. 0.26), el "Razonamiento Emocional" (350.5, Sig. 0.008) y la
"Culpabilidad" (390.5, Sig. 0.029) fueron significativamente
mayores en los hombres que en las mujeres. Este análisis
fue realizado utilizando la prueba U de Mann-Whitney debido a que
no podían sostenerse varias de las suposiciones para un
análisis paramétrico, especialmente la homogeneidad
de las varianzas.
En cuanto al tiempo del conocimiento del
diagnóstico y su relación con las distorsiones
cognitivas se realizó un análisis de
correlación de Pearson sin encontrarse relaciones
significativas, la Falacia de Justicia obtuvo el nivel de
significación de .220.
Siguiendo el análisis con las distorsiones
cognitivas y las variables generales, se aplicó la prueba
U de Mann-Whitney entre cada una de las distorsiones cognitivas y
la variable apoyo psicológico. Nos encontramos con una
relación estadísticamente significativa entre el
Apoyo Psicológico y la Falacia de Razonamiento, U= 350.5,
Z=2.663, Sig .008 p<0.05.
Los que no recibieron atención psicológica
fueron más propensos a la falacia que los que
habían recibido asistencia (la media de rangos para los
que recibieron asistencia fue de 32.65, mientras que para los que
no la recibieron fue de 44.21).
Con respecto a los cambios percibidos por los
participantes en sus relaciones familiares y las distorsiones
cognitivas, se realizó un análisis de varianza con
la prueba de Kruskal-Wallis. Los resultados sugieren que muchas
distorsiones cognitivas son una función de las
percepciones de los cambios ocurridos en sus relaciones con la
familia
después de enterarse de la infección con el VIH.
Los que perciben que sus relaciones familiares han seguido
"igual que antes", suelen tener una tendencia mayor a las
distorsiones cognitivas que los que responden que su
relación familiar ha mejorado y éstos a su vez
mayor que el grupo que percibió rechazo familiar, pero
cabe recordar que no son grupos homogéneos (24% relaciones
familiares mejoradas y 12% rechazo).
Explorando también a los participantes en cuanto
a sus niveles de depresión, se realizó un
análisis de frecuencias donde el 44% de los
hombres y el 20% de las mujeres infectadas están
deprimidos con niveles desde moderado a severo, mientras el 56%
de los hombres reportan depresión leve o ausente y las
mujeres reportan un 80%.
Relaciones entre las escalas de distorsiones
cognitivas y la depresión
Un análisis de la relación entre la IPA de
Ruiz & Lujan (1991) y la EDB (Beck, 1978)
mediante el coeficiente de correlación de Pearson
reveló una fuerte relación entre ambas variables.
La correlación resultante fue de r = .53 con un nivel de
significación de p = .000.
Se llevó a cabo un análisis de
regresión múltiple por el método de
entrada utilizando los puntajes de las distorsiones cognitivas
como variables predictoras de la depresión. Se
encontró que la Falacia de Justicia (t = -2.17, p = .03) y
la Falacia de Cambio (t = 3.67, p = .001) fueron los
únicos factores que predijeron significativamente la
depresión de los participantes. El coeficiente de
correlación múltiple fue de R = .80, con una
varianza explicada de R2 = .64 siendo altamente
significativa, F = 6.43 (15, 54), p = .000.
Se efectuó un análisis factorial de
componente principal con cada una de las escalas de distorsiones
cognitivas. Todas las cargas de factores fueron resultado de una
rotación varimax para aclarar la estructura
factorial. En todas las escalas sólo se conservaron
aquellos valores
propios (eigenvalue) de 1.0 o más.
Se extrajeron tres factores del IPA. El Factor I
implicó ocho distorsiones: Filtraje, Pensamiento
Polarizado, Sobre-generalización, Catastrofismo,
Personalización, Falacia de Control, Razonamiento
Emocional, Etiquetas Globales y Culpabilidad. Para fines de este
estudio, se identificó como "Catastrofismo".
Alrededor del Factor II se agruparon las distorsiones:
Interpretación del Pensamiento, Falacia de Justicia,
Falacia de Cambio, Debería y Falacia de Razonamiento.
Tomando en cuenta estas distorsiones, este segundo factor se
identificó con el nombre de "Perfeccionismo". Las
distorsiones del Factor III implicaron la Falacia de la
Recompensa Divina. Se identificó con el nombre de
"Externalidad".
Del mismo modo, se efectuó un análisis
factorial de componente principal con cada uno de los
síntomas de depresión.
Se extrajeron cuatro factores de la EDB. El Factor I
implicó los síntomas de Tristeza, Fracaso,
Aburrimiento, Decepción, Ideas Suicidas, Irritabilidad,
Disminución en el Interés
por los demás, Preocupación por el Aspecto
Físico. Se identificó aquí como
"Vacío Existencial".
Los síntomas de depresión agrupados en el
Factor II implicaron Culpabilidad, Castigo, Critica, Tomar
Decisiones, Decepción, Preocupación por la Salud. Este factor se
identificó con el nombre de
"Auto-destructividad". Los
síntomas del factor III implicaron Horas de Sueño,
Disminución del Apetito, Pérdida del Apetito,
Preocupación por la Salud, Esfuerzo para Trabajar,
Cansancio, identificando este factor con el nombre de
"Desgaste
Psicofisiológico". El cuarto factor con
el nombre de Residual compuesto por los síntomas:
Llanto y Disminución del sexo.
El hecho de que las personas que manifestaron que sus
relaciones familiares siguieron igual después del
diagnóstico positivo al VIH tendieran a tener mayor grado
de severidad de las distorsiones cognitivas que los que sintieron
rechazo podría deberse al fenómeno descrito por
Young (1999) como "Evitación Cognitiva o Evitación
Afectiva", mecanismo por el cual los pensamientos y sentimientos
a menudo son evitados o bloqueados porque son dolorosos. Es una
forma de auto-engañarse, de postergación de
conflictos. Al
parecer estas familias no tocan el tema, el problema no existe,
por lo que afirma De Moya (2003) podríamos estar en medio
de un "tabú familiar".
La Falacia de Cambio y la Falacia de Justicia son las
distorsiones que más influyen en la depresión. Esto
significa que la depresión de las personas que viven con
el VIH podría corresponderse con la imposibilidad e
impotencia de poder revertir
su situación al percibirla como irreversible, un reclamo
hacia sí mismos, hacia la vida, ¿Por qué a
mí?, ¡No es justo! ¡No lo merezco!
En el análisis factorial de las distorsiones
encontramos la presencia de tres factores. En el primer factor,
"Catastrofismo", encontramos que las distorsiones
presentes en éste engloban una visión extrema hacia
lo negativo, esperando lo peor de las situaciones. Este factor es
muy similar a la "visión túnel" mencionada por
(Beck, 2000) como la manera en que las personas tienden a ver lo
que les sucede por un filtro catastrófico, un
desvío sistemático en la forma de procesar el
conocimiento.
El segundo factor, "Perfeccionismo" aglutina
claramente un grupo de distorsiones referentes al deber, al
derecho, la razón, a lo justo, a concepciones
predeterminadas de cómo debería funcionar el mundo
y a lo injusto que resulta cuando estas reglas no se cumplen.
Pensamientos como: "No debió pasarme esto a mí",
"Debería estar bien y no tener estos problemas" pueden
suscitar este tipo de distorsiones en las PVVS.
El último factor, "Externalidad",
está relacionado con la idea de que el presente y el
destino están dominados por factores externos. Algunas de
estas personas posiblemente han creído que están a
merced del virus, que es inútil esperar algo distinto a
la muerte.
Seligman estudió el efecto de la Indefensión al
Cambio en los síntomas depresivos (Seligman, et al
1979). Esta creencia está muy relacionada con la creencia
por parte de la persona de que puede hacer muy poco por sí
misma para cambiar las circunstancias e influir en los
acontecimientos de su vida (Calvete y Caldeñoso,
1999).
En el primer factor "Vacío Existencial" de
la estructura factorial de los síntomas de
depresión predominan los síntomas afectivos; un
estado de
desesperanza, frustración, pesimismo, desilusión,
cólera,
rabia, ira, enojo, enfado. Un factor similar fue evidenciado en
el estudio de la estructura factorial del CES-D (Escala de
Depresión para el Centro de Estudios
Epidemiológicos en España)
realizado por Calvete y Caldeñoso (1999) quienes lo
denominaron "Afecto Depresivo".
Los componentes del segundo factor definido como
"Auto-destructividad" están relacionados con hechos
que supuestamente merecen ser castigados por haber roto con
algunas reglas o normas morales;
sentimientos que resultan en una dificultad de la persona para
tomar decisiones por temor al rechazo, a la critica. Calvete y
Caldeñoso (1999) en un análisis factorial de
creencias irracionales encontraron un factor que denominaron
"Tendencia a Culpabilizar" que podría ser
equivalente a este factor.
El tercer factor recibe la etiqueta de "Desgaste
Psicofisiológico". Los síntomas
fisiológicos de la depresión están
ampliamente descritos por Beck, y aquí se evidencia la
fuerza de
estos síntomas de la depresión. Este factor
fisiológico tiene una importancia de primer orden en el
mantenimiento de la salud física y
psicológica de las personas con VIH y ha sido
señalada anteriormente; por ejemplo, la alimentación
adecuada, el mantenimiento de relaciones
sexuales eróticas satisfactorias han sido resaltadas
como "armas de guerra" contra
la infección del VIH/SIDA (De Moya, 2003).
El factor "Residual", incluyó los
síntomas de disminución del interés por el
sexo y el llanto. La relación entre estos
síntomas no queda evidenciada fácilmente, pues no
se conoce de estudios anteriores donde hayan encontrado tal
relación.
En cuanto a diferencia en el grado de severidad de las
distorsiones cognitivas entre hombres y mujeres, se
encontró que los hombres tendían más al
razonamiento emocional, la falacia de control y la
culpabilidad. Estos hallazgos son congruentes con
los hallazgos de otros investigadores dominicanos que han
encontrado que las mujeres se adaptan mejor al diagnóstico
VIH positivo que los hombres, los hombres amenazan con cometer
actos de violencia
contra sí y contra otros (De Moya y cols., 1998;
Cáceres y cols., 1998; García y cols.,
1994).
Estudiando la relación existente entre las
distorsiones cognitivas y el nivel educativo, se encontró
que la personalización fue característica de
personas con niveles educativos bajos (1ro – 5to de
primaria). Acerca de la personalización, Álvarez
(1997) ha manifestado que: "utilizamos esta forma de
distorsión cuando nos consideramos el centro del universo
y creemos que lo que la gente hace o dice es una forma de
reacción hacia nosotros". Este hallazgo sugiere que las
personas con niveles educativos bajos son más propensas a
relacionar sus problemas con una situación
particular.
El hecho de no encontrar ninguna relación
entre el tiempo de enterarse del diagnóstico y el grado de
severidad de las distorsiones cognitivas podría deberse a
que no todas las personas tuvieron la misma reacción al
diagnóstico de la enfermedad; además, a lo largo
del proceso de enfermedad son muchos y variados los
acontecimientos que pueden activar o desactivar esquemas
inadaptados y generar diferentes emociones en las personas con
VIH.
En relación con la influencia de la
atención psicológica en la severidad de las
distorsiones resultó significativa la Falacia de
Razonamiento. Al parecer, las personas que no han recibido
ninguna orientación psicológica tienden a ser
más resistentes y a empeñarse en demostrar que
tienen la razón. Probablemente el no recibir orientaciones
apropiadas sobre el VIH los hace después más
reticentes a expresar sus emociones en forma adecuada.
Limitaciones del
estudio
Entre las limitaciones del estudio se encuentran la no
homogeneidad de los grupos en relación al sexo
dificultando las comparaciones en el grado de severidad de las
distorsiones cognitivas entre hombres y mujeres.
Las conclusiones a las que se llega en este trabajo de
investigación son las siguientes:
- La percepción que tienen las personas con VIH
de su relación familiar, influye sobre su estado
emocional y psicológico; cuando perciben una
situación de indiferencia, es cuando más
consecuencias negativas se tienen. - La Falacia de Cambio y la Falacia de Justicia son las
distorsiones cognitivas que más influyen en las personas
con VIH. - El Catastrofismo, el Perfeccionismo y la Externalidad
son los factores de distorsiones cognitivas involucrados en las
personas con VIH. - El Vacío Existencial, la Auto-destructividad y
el Desgaste Psicofisiológico son los factores que
están involucrados en la depresión de las
PVVS. - Las distorsiones cognitivas y la depresión se
encuentran altamente correlacionadas. - Las distorsiones de Razonamiento Emocional, Falacia
de Control y Culpabilidad son significativamente más
severas en los hombres que en las mujeres. Los hombres con VIH
tienden a tener mayor grado de distorsiones cognitivas que las
mujeres. - Las personas con menor nivel académico
probablemente presenten mayor grado de severidad de
distorsiones cognitivas que aquellas personas que tienen un
mayor grado académico. - Los psicólogos pueden contribuir a aliviar el
sufrimiento de las PVVS y de sus familiares ofreciendo un
espacio que promueva la auto-aceptación y
enseñándoles a no ocultar sus sentimientos sino a
expresarlos adecuadamente. La importancia de la atención
psicológica a las PVVS radica en poder brindarles el
apoyo emocional auténtico, disponible y confiable que ha
sido descrito como un arma de guerra en contra de la
infección (De Moya, 2002).
Recomendaciones para
estudios futuros
- Homogeneizar losgrupos de manera que puedan
compararse en relación al sexo, la edad, el nivel
académico, y el tiempo de enterarse del
diagnóstico de manera que pueda profundizarse en las
relaciones entre el grado de severidad de las distorsiones
cognitivas y el sexo. - Verificar si el nivel académico predice
ciertos tipos de distorsiones cognitivas. - Reducir las escalas del IPA para el uso
terapéutico de las consejeras y psicólogos que
atienden a las PVVS permitiéndoles diagnosticar los
pensamientos automáticos más frecuentes
relacionados con la infección y encaminar la terapia
hacia sus necesidades. - Diseñar estrategias de
intervención que involucren a la familia de las PVVS,
educándolos e informándoles sobre la enfermedad y
cómo brindarles apoyo a sus familiares.
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Datos de los Autores
Julio Arturo Canario
Psicólogo Clínico
Maria Esther Báez
Psicóloga Clínica
Tesis de grado realizada en el 2003
Universidad Autónoma de Santo Domingo