Tesis
- Marco
teórico - Metodología de la
investigación - Análisis del
material empírico - Conclusiones
- Bibliografía
En la presente tesis se
propone:
- ganar familiaridad con el fenómeno de la
profesionalización en el tercer sector, como
también - intentar establecer una descripción del modo en que la
profesionalización se presenta en un conjunto de
organizaciones no gubernamentales que tienen por
sede a la Ciudad de Buenos Aires y, a partir de allí, y
de manera inductiva, - poder acercarnos a la forma en que este
fenómeno se presenta en Argentina(Capital
Federal). Por ello la estrategia de
investigación elegida posee un carácter exploratorio.
Los últimos años han sido testigos del
enorme interés
suscitado por el conjunto de instituciones
sociales, que actúan tanto fuera de los límites
del Estado(Primer
sector) como del mercado(segundo
sector), y que constituyen aquello que se ha dado en llamar:
Tercer Sector.
Hace 25 años las Naciones Unidas
definieron como Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) a
aquellas instituciones de la sociedad civil
que apuestan al desarrollo
social. Este hecho evidenció la idea de que las
personas, más allá de los gobiernos, constituyen un
factor decisorio para los destinos de sus países. A partir
de ese momento, el Tercer Sector se ha desarrollado a escala mundial y
con una identidad
definida, lo que dio lugar a un crecimiento notable de este tipo
de organizaciones. La Argentina no ha sido ajena a este proceso y
consolidó a lo largo de estos años un Tercer Sector
cada vez más fuerte e influyente.
El Tercer Sector, pues, goza hoy de un nivel de
credibilidad muy alto dentro de la sociedad. El
descrédito constante de la clase política y la
desconfianza que genera el capital privado, ubican a estas
instituciones en un lugar privilegiado. En rigor, estas
condiciones constituyen una oportunidad. En otros
términos, el lugar que ocupa el Tercer Sector es
privilegiado en tanto supone posibilidades de crecimiento para
sí mismo.
Este contexto auspicioso contrasta con las dificultades
crecientes para la obtención de recursos, al
mismo tiempo en que
se produce un incremento en la demanda de
todo tipo de servicios
sociales. Lo que parecería promover el desarrollo de
las organizaciones del Tercer Sector, ha provocado que muchas de
ellas tengan serias dificultades para sostener los servicios y la
atención a sus beneficiarios, o que, al no
poder sortear
las dificultades, pierdan una meta clara que las oriente. La
informalidad, tan útil en los primeros pasos de estas
organizaciones, se torna actualmente en una amenaza para su
permanencia.
El agravamiento y la agudización de los conflictos
sociales, la demanda de servicios por parte de la población hacia instancias no estatales
(originada en el fin del estado benefactor) hacen que los
problemas a
enfrentar sean cada vez más complejos. De allí que,
para hacer frente a este tipo de situaciones, sea necesaria la
aplicación de soluciones de
mayor alcance, que incluyan personas calificadas para interactuar
de manera eficaz y eficiente con otras organizaciones, empresas o
el Estado.
Estas capacidades específicas, dispuestas de manera
rentada en la
organización, es lo que damos en llamar
profesionalización. Entendemos que la
consolidación, modernización y afianzamiento del
Tercer Sector se encuentran ligadas a la cuestión de la
profesionalización. Describir las formas concretas que
esta adquiere en las organizaciones, es para nosotros sumamente
importante en virtud de los obstáculos con los que el
Tercer Sector se enfrenta hoy día.
En lo que resta de la Introducción ampliamos lo que hasta el
momento hemos dicho. En primer lugar, ofrecemos una
definición de lo que se ha dado en llamar Tercer Sector;
en segundo término, hacemos un recorrido por lo que se
puede considerar los antecedentes del Tercer Sector en la
Argentina; luego, situamos sus condiciones actuales en el
país, para, por último, plantear el problema de la
profesionalización.
1.1. ¿Qué es el Tercer
Sector?
Aquello que llamamos Tercer Sector es conocido
también bajo otras denominaciones. Las diversas
denominaciones no carecen de relación con la
conceptualización del sector. En otros términos, en
las distintas denominaciones el problema que se juega no es
exclusivamente un problema de nomenclatura;
existen matices teóricos e ideológicos.
Pero, más allá de esos matices, existe
consenso en plantear que el Tercer Sector incluye a un grupo variado
de organizaciones, como por ejemplo hospitales, universidades,
clubes sociales y deportivos, organizaciones profesionales y de
trabajadores, grupos
medioambientales, organismos de asesoramiento familiar,
instituciones de derechos
humanos.
Las organizaciones del Tercer Sector son
instituciones privadas que desarrollan sus tareas gracias al
involucramiento de personas interesadas por la cuestión
pública. Comparten con el Estado la característica
del bien público; pero nacen de la comunidad misma
para dar soluciones específicas a dificultades de la
gente. Sus rasgos distintivos son: el voluntariado como recurso
humano fundamental, su carácter multitemático y
multifórmico y su actividad no
lucrativa.
En la actualidad, no existe prácticamente
ningún área de interés de la sociedad que no
se encuentre abordada por alguna organización del Tercer Sector. Esta
cuestión no debe extrañar, ya que estas
instituciones surgen de la misma sociedad civil al detectar
demandas insatisfechas y se organizan para reducir la brecha
existente entre la realidad y lo deseado. Sus áreas de
acción
son: ciencia y
tecnología, cultura,
deportes y
recreación, economía, educación, justicia,
vivienda, medio
ambiente, salud, educación,
derechos humanos,
trabajo,
infraestructura y servicios
públicos, entre otras.
Caracterizadas por una marcada heterogeneidad, poseen
denominadores comunes que permiten agruparlas en un mismo
conjunto.
En el estudio Nuevo estudio del sector emergente
(1992), liderado por Lester Salomon de la Universidad John
Hopkins, se describen los rasgos comunes que comparten las
entidades del Tercer Sector:
– son organizaciones, es decir, poseen una
presencia y una estructura
institucionales;
– poseen carácter privado: están separadas
institucionalmente del estado;
– no reparten ni generan beneficios para sus gestores o
para el conjunto de " titulares" de las mismas, es decir, no
constituyen lucro;
– tienen autonomía, es decir, controlan
esencialmente sus actividades;
– la pertenencia a ellas no se encuentra legalmente
impuesta y atraen un cierto nivel de aportaciones de particulares
en tiempo y dinero;
participan en ellas voluntarios.
En un intento de sintetizar el origen y la función de
las organizaciones del Tercer Sector, pues, se las puede
describir como organizaciones sin fines de lucro que, a partir
del ámbito privado, persiguen propósitos de
interés público. Un grupo de personas que,
movilizadas por una idea, hecho o situación, deciden aunar
esfuerzos en pos de una solución o mejora para ellos o
terceros.
El trabajo, Hacia la constitución del Tercer Sector en
Argentina (1997) realizado por el CENOC, establece una
división en dos grandes conjuntos, de
acuerdo a los objetivos que
persiguen estas organizaciones y a los destinatarios de las
tareas que realizan. Se conforman así las denominadas
organizaciones de BASE y de APOYO. Las primeras se constituyen
con integrantes de la propia comunidad en la que actúan y
tienen como destinatarios de sus actividades, por lo general, a
sus propios miembros, aunque es común que incluyan a otros
integrantes de su comunidad (Campetella, Bombal y Roitter, 2000).
En las de apoyo, frecuentemente, los miembros que la constituyen
no forman parte de la comunidad en la que actúan y los
destinatarios de sus actividades no son sus miembros.
Una cuestión decisiva a la hora de abordar el
estudio del Tercer Sector es la cuestión del financiamiento. Por lo general, las organizaciones
sin fines de lucro son más conscientes del dinero que las
empresas comerciales. En El gran poder de las pequeñas
ideas (1963) Peter Drucker, sostiene que estas organizaciones
están en forma permanente buscando fondos (que siempre les
son escasos) para cumplimentar sus objetivos y proyectos. Sin
embargo, no basan su estrategia en el dinero como
lo hacen las empresas; comienzan por el cumplimiento de la
misión,
lo que les permite tener bien definido cuáles son los
parámetros del éxito y
qué es lo que deben brindarle a sus "clientes",
aspecto que, por lo demás, debería ser aprendido
por las entidades comerciales.
Para llevar adelante sus iniciativas, las organizaciones
del Tercer Sector recurren a cuatro vías de
financiamiento.
– Aportes de particulares. Pueden ser de
individuos que por afinidad (afectiva, personal o
ideológica) con la causa aportan dinero, insumos o
infraestructura para el sostenimiento de las mismas. Las empresas
también aportan recursos al sector por diferentes motivos,
en algunos casos, por beneficios impositivos, en otros,
capitalizan la buena imagen que poseen
en la opinión
pública (marketing
filantrópico)
– Financiamiento externo. Tanto el Estado, como
los distintos organismos de crédito
internacional, aportan dinero para la ejecución de
proyectos puntuales. Esto supone delegar en las ONG´s (dado
el
conocimiento que poseen en las temáticas particulares
en las que intervienen) la implementación de los
mismos.
– Venta de servicios/productos. El sostenimiento
de muchas organizaciones esta basado en los ingresos por la
venta y/o
comercialización de productos o
servicios que ellas mismas generan. Un ejemplo
característico son aquellas que venden remeras, pins, etc.
con sus logos o bien con mensajes vinculados con su
misión
– Aportes de sus miembros: En muchos casos, los
ingresos más significativos de una organización
provienen de sus propios miembros, a través del aporte
periódico que los mismos realizan a la
organización como contraprestación de los servicios
que reciben de ella. Los clubes sociales y deportivos
ejemplifican claramente esta situación.
Como se dijo anteriormente, en el presente se acrecienta
cada vez más el desarrollo del Tercer Sector como un
instrumento efectivo de atención de las cuestiones
sociales. Para ello existen variadas razones. En primer lugar, el
nivel de especialización en relación a las tareas
que llevan adelante. En segundo término, por su
cercanía a los beneficiarios; estas organizaciones en
general se encuentran y trabajan dentro del mismo campo que
atienden. En tercer lugar, por su gran masa de voluntariado; sus
costos de
funcionamiento por programa son
mucho más bajos a los del Estado. A estas razones, que
tienen que ver con las características endógenas de
las organizaciones, hay que agregar otra, pero que posee
carácter exógeno. Nos referimos a la
cuestión del Estado. El desarrollo del Tercer Sector a
nivel mundial se encuentra en relación directa con la
declinación del Estado como instancia interviniente en
todas las esferas de la vida de las sociedades
contemporáneas. Dicho con otras palabras, lo que se ha
dado en llamar corrimiento del Estado es condición del
desarrollo del Tercer Sector. Al respecto vale agregar, que el
corrimiento del Estado Nación
de sus obligaciones
frente a los problemas
sociales y su progresiva delegación de planes y tareas
a las organizaciones del Tercer Sector, es definido por algunos
como una "privatización de la pobreza", a
través de la cual el sector
público se desentiende de una obligación
indelegable y, por otro, pone en juego "el
producto de lo
social" como una mercancía por la cual pelear,
estableciendo así, nuevas reglas de convivencia entre las
organizaciones del Tercer Sector.
Ahora bien, más allá de la
discusión de qué responsabilidades le incumben a
qué sector, y a modo de síntesis
de lo expuesto en el párrafo
anterior, lo cierto es que el desarrollo del Tercer Sector se
encuadra en una valorización positiva de la iniciativa de
la sociedad civil, frente a una devaluación del poder real del Estado y de
la representatividad de otros actores políticos para
orientar patrones equitativos de desarrollo y promover el
fortalecimiento de sistemas de
integración social.
1.2. Antecedentes históricos en la
Argentina
Las organizaciones civiles en nuestro país
están conformadas por una variada gama de instituciones,
las cuales fueron surgiendo a lo largo de toda la historia
Argentina. En este sentido, si bien no es pertinente hablar
propiamente de Tercer Sector antes de la existencia del Estado
Nación,
es posible detectar antecedentes del Tercer Sector desde antes de
la Revolución de Mayo. Por ello, previamente
al abordaje de las condiciones específicas que configuran
el Tercer Sector en la Argentina en la actualidad, consideramos
relevante consignar algunos antecedentes
históricos.
Aún con anterioridad a la constitución del
Estado Nacional, diversas congregaciones religiosas asumieron
tareas vinculadas con la cobertura de las necesidades de los
más pobres, como así también distintas
actividades educativas y culturales. Así, se le
imprimió un sentido religioso a la ayuda social. Esta
característica continuará con altibajos a lo largo
de toda la historia, hasta nuestros
días (Thompson, 1995, P. 59)
La revolución
de mayo y la constitución del Estado Argentino dieron
lugar a las primeras acciones
tendientes a la atención de las distintas
problemáticas sociales. Estas generaron un desplazamiento
de lo religioso hacia lo estatal respecto de los temas
concernientes a lo social. Puede visualizarse esto en la ley de 1822 de
"reforma del clero".
En esta nueva modalidad de intervención del
Estado en las cuestiones sociales es que nace la Sociedad de
Beneficencia (1823-1948). A pesar de su naturaleza
ambigua (origen estatal / acción privada, fondos privados
y públicos) la Sociedad de Beneficencia es considerada
como un hito de las asociaciones civiles en el país. La
Sociedad de Beneficencia fue liderada fundamentalmente por
mujeres, esposas o parientes de terratenientes, comerciantes y
grandes propietarios de la Ciudad de Buenos Aires.
La secularización de la acción de
beneficencia y la vinculación entre las elites dominantes,
el alto grado de involucramiento femenino y la contradictoria
demanda entre autonomía y financiamiento del Estado, se
convirtieron en las marcas de origen
de las Asociaciones Civiles en la Argentina.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se desarrolla
una cantidad importante de asociaciones no lucrativas, entre las
cuales se destacan aquellas que marcan el resurgimiento del
catolicismo social. En este caso, impulsadas por Felix
Frías, quien entendía a la caridad privada como
complementaria a la oficial. En ese movimiento, se
establecen organizaciones como: Hermanas de la Caridad, las
Conferencias de San Vicente y los Círculos Obreros. Todas
estas organizaciones, con un claro fundamento religioso,
realizaron tareas asistenciales tales como ayuda material,
alimentaria y espiritual a los pobres, asesoramiento legal,
farmacéutico y médico a obreros.
Hacia fines del siglo XIX, el crecimiento
económico y la modernización del país,
impulsaron el fortalecimiento de un Estado central y más
tarde un sistema de
partidos. Se crearon asociaciones civiles de una elite social
enriquecida, desde las cuales estos sectores podían
influir políticamente; ejemplos de ellas son el Jockey
Club, el Club de Armas y el Club
de Progreso. El accionar de estas instituciones combinaba un
fuerte trabajo en el campo de la política con
prestación de servicios sociales a grupos necesitados.
Así, el clientelismo político se arraigó en
la acción social.
El crecimiento poblacional y su concentración en
centros urbanos, la consolidación de diferentes
comunidades producto de la inmigración, fueron dando lugar, a principios del
siglo XX a nuevas asociaciones mutuales y barriales. Motivados
por sentimientos de raza, etnia,
religión,
o bien por necesidades vecinales, el asociacionismo solidario
creció fuertemente en todo el país. Estas nuevas
organizaciones planteaban un modelo
alternativo al de la beneficencia tradicional. Ello se reconoce
en dos características de las nuevas organizaciones: sus
beneficiarios eran sus propios miembros (lo cual hacía de
ellas lo que hoy denominaríamos ‘organizaciones de
base’), y se encontraban lideradas por hombres. Estas dos
características situaban a estas organizaciones en franca
contraposición a la beneficencia original, que era
direccionada hacia "los otros" y encabezada por
mujeres.
En la ayuda filantrópica y asociacionista en la
Argentina hasta ese momento, se conjugan motivaciones
individuales (como el altruismo, la generosidad, valores
religiosos, de solidaridad) y
motivaciones políticas,
orientadas al control social.
La necesidad de control social y moralización de sectores
emergentes se alternaron con la promoción de ideas liberales, positivistas
e iluministas y con la búsqueda de canales alternativos de
acción política.
Con la irrupción del peronismo a
mediados del siglo XX en la escena política nacional y el
surgimiento de la figura de Eva Perón y la
tarea de su Fundación, se amalgamaron ambas dimensiones.
Movida por profundas convicciones personales, pero a la vez
cumpliendo un mandato político del Estado peronista,
Eva
Perón revolucionó las reglas de juego de la
filantropía privada. El Estado, así, obtuvo el
monopolio de
la ayuda social a través de la Fundación Eva
Perón, ensombreciendo la tarea de otras organizaciones
sociales.
Luego del derrocamiento del segundo gobierno
peronista en 1955, el Estado continuó aglutinando la gran
mayoría de las acciones de bien público, relegando
a una escasa participación al resto de las organizaciones
sociales. Este modelo del Estado Benefactor y centralista se
mantuvo durante los años 60’ y 70’. Es posible
decir, entonces, que el modelo actual emerge allí donde
aquel modelo declina.
1.3. Las condiciones actuales del Tercer Sector en
la Argentina
Como se dijo, el Tercer Sector tal cual hoy lo conocemos
puede ser planteado como el producto de un proceso
histórico. Ahora bien, su existencia actual esta influida
por dos hechos ocurridos en la historia reciente del país
que se configuraron en las dos décadas
precedentes.
En un texto que
lleva por nombre ¿Entre el estado y el mercado? Las
ONG´s y sociedad civil en la Argentina (1995),
Inés González Bombal dice que "la historia reciente
nos mostró dos momentos claves, aunque por cierto muy
contrapuestos entre sí, en los que la crisis del
sistema
político y la parálisis del Estado brindaron
condiciones para la expresión más o menos
autónoma de la sociedad: en el período pos-Malvinas en el
que la política fue casi puro espacio público y en
la enloquecida etapa de la hiperinflación donde el Estado se
rindió al cruento juego del sálvese quien pueda.
Uno alimentó el entusiasmo democrático que
revitalizó el tejido asociativo en los orígenes de
la transición, el otro tuvo un efecto disolvente de
desorganización social y precipitó un vertiginoso
proceso de reforma del Estado y de pasaje a una economía
de Mercado". De esos dos momentos claves decantan la
restauración de la democracia y
la serie de políticas de reforma implementadas por el
gobierno del entonces Presidente Carlos Menem. El
resurgimiento de las organizaciones civiles como actores de la
realidad social, tal cual hoy las conocemos, es el resultado de
esos dos quiebres, que transformaron, ampliaron y redefinieron lo
que hoy denominamos Tercer Sector.
El primero se ubica, pues, en el año 1983, con la
finalización de la dictadura militar
y el advenimiento de la democracia. A partir de ese año,
se reestablecen todos los derechos constitucionales. El proceso
de facto había destruido el tejido institucional de la
Argentina, enterrando a nuestro país en una de sus
épocas más oscuras, en la cual el pensamiento
opositor al régimen y la organización social,
fueron brutalmente prohibidos y reprimidos. El retorno de la
democracia implicó la instauración de un marco
institucional, político y cultural propicio para el
funcionamiento y consolidación de las organizaciones de la
sociedad civil.
Vueltas a establecer las libertades individuales y de
asociación, la comunidad toda comienza a reorganizarse,
constituyendo nuevas redes sociales y
organizaciones, que permitieron comenzar a dar respuesta a las
inquietudes y necesidades de la población. Se crearon
durante esos años, gran cantidad de organizaciones
vinculadas a la educación, salud,
derechos humanos, etc., generando, mas allá de su
nacimiento, un pasaje de autoridad y
autonomía del Estado a la comunidad.
Sin embargo, resulta significativo destacar que, con
anterioridad al reestablecimiento de la democracia, durante los
años 70’ y los 80’ fueron surgiendo en la
Argentina distintos movimientos sociales. Estos movimientos de
carácter "local", constituyeron vías alternativas y
válvulas
de expresión de una sociedad que encontraba todos los
canales institucionales cerrados, víctima de una
represión y violencia
estatal sin precedentes. Sin duda estos actores, nacidos en la
sombra del régimen militar, son los antecedentes y pilares
del "florecimiento" de las organizaciones civiles una vez
recuperada la democracia.
El segundo quiebre puede ubicarse a comienzos de la
década del 90’ y sus efectos tienen alcances de
distinta índole a los del primero. La instauración
del modelo socio-económico neoliberal, caracterizado en
forma emblemática por el denominado "achicamiento del
Estado", hizo tender a que el espacio que el Estado dejaba
vacante fuera siendo ocupado por el Tercer Sector. A su vez, la
denominada "apertura al mundo" y su consecuente acceso a las
nuevas
tecnologías, la privatización de las grandes
empresas estatales, la modernización de las comunicaciones, trajeron consigo concepciones y
modelos hasta
entonces desconocidos tendientes a garantizar la eficiencia a un
costo menor.
Surgieron así nuevos parámetros y conceptos como
calidad,
eficiencia, resultado, relación costo beneficio, gestión, que fueron redefiniendo las reglas
de juego para las empresas, organizaciones y la sociedad toda.
Estos nuevos parámetros instauraron un nuevo lenguaje para
las organizaciones civiles, aspecto muy significativo si tenemos
en cuenta la capacidad de estructuración del lenguaje
sobre los fenómenos sociales.
Si el primer quiebre libera a la sociedad civil de las
restricciones que impuso el Proceso de Reorganización
Nacional a su dinámica, el segundo abre, vía
ausencia del Estado, un terreno nítido en el que el Tercer
Sector puede operar y constituirse.
Por lo dicho, podemos decir que aquello que hoy
denominamos Tercer Sector en la Argentina, si bien tiene
antecedentes aún antes de la Revolución de Mayo, se
encuentra caracterizado por los quiebres recién
mencionados ocurridos en las últimas dos décadas.
El primero de ellos fue la condición de posibilidad
para su surgimiento; el segundo fue el condicionante
decisivo de la redefinición de sus características,
denominación y modo de funcionamiento.
1.4. Planteamiento del
problema: La profesionalización del Tercer
Sector
La presente tesis intentará despejar los
siguientes interrogantes:
1. ¿Cuáles son las condiciones en -y por-
las cuales organizaciones del Tercer Sector incluyen
profesionales, es decir, se profesionalizan?;
2. ¿Cuál es el perfil de los profesionales
incorporados?
3. ¿Qué resultados, efectos o
consecuencias ha producido la incorporación de
profesionales en las organizaciones del Tercer Sector
estudiadas?
En resumen, procuramos investigar, de manera
exploratoria, cómo se da la incorporación y
qué efectos produce la inclusión de profesionales
en las organizaciones del Tercer Sector.
Como se sugirió en los apartados anteriores, las
circunstancias son cada vez más complejas, lo cual hace
que los desafíos sean crecientes. Como todas las crisis,
la que estamos atravesando provoca una aceleración de
cambios que en circunstancias no críticas se van gestando
en forma paulatina. Modelos y mecanismos que fueran adecuados y
funcionales a determinada etapa y/o situación, se
convierten en obsoletos poco tiempo después. Así,
las crisis desnudan en forma descarnada el retraso en la
detección de los indicadores
para el cambio.
Es por ello que la incorporación de profesionales
dentro de las organizaciones se impone como un factor decisivo
para abordarlas. Consideramos que la profesionalización de
los RRHH de las entidades del Tercer Sector debe ser comprendida
como un desafío estratégico para la
consolidación del sector en la Argentina; la responsabilidad
social que ha adquirido en los últimos tiempos pone de
manifiesto la necesidad de mejorar la capacidad institucional con
el fin de maximizar su impacto social. Es por ello que hay que
considerar cuidadosamente al principal recurso con que ellas
cuentan: las personas.
Ahora bien, acaso porque en lo que refiere a los
recursos
humanos el rasgo más destacado de las organizaciones
del Tercer Sector tiene que ver con el voluntariado, la figura
del profesional ha sido desatendida en materia de
investigación. Sobre las razones que inciden en este
hecho, la discusión está abierta.
Nuestro interés, no obstante, se conecta con esa
discusión, es otro. Se trata de investigar las condiciones
en las que se da y las características que posee la
incorporación de profesionales en el Tercer
Sector.
Según lo expuesto arriba, consideramos que en la
profesionalización se juega la consolidación y el
mejoramiento de la dinámica del Tercer Sector. La
afirmación precedente, constituye aquello que inspira este
trabajo. Si se quiere, esas ideas son el punto de partida de la
investigación. El recorrido de la misma constituirá
una puesta a prueba de esas ideas.
1.5. Justificación
Al iniciar un trabajo de investigación como el
presente, consideramos necesario explicitar cuál ha sido
la
motivación de tomar un tema como el de la
profesionalización del Tercer Sector en la argentina.
Más allá del interés teórico que
pueda suscitar, el acercamiento a esta problemática se
originó a partir de un largo recorrido laboral dentro de
organizaciones del Tercer Sector y de la constatación de
un hecho significativo: por más que desde hace un tiempo
los profesionales son un elemento cotidiano y vital en las
organizaciones del Tercer Sector, su existencia no está
problematizada.
La presencia de profesionales en las organizaciones del
Tercer Sector aparece como un hecho en sí mismo, o como un
tema que se discute de manera acotada. Pese a su importancia y
crecimiento en los últimos años, no se ha dado una
discusión sistemática acerca de la
profesionalización en la Argentina. Esto ha sido
ratificado a partir de la búsqueda bibliográfica
llevada a cabo. Diversos tópicos, como el voluntariado, el
financiamiento, el modelo organizacional, han sido y
continúan siendo extensamente tratados. Los
profesionales, por otra parte, apenas se enuncian como algo
existente. En lo que hemos podido rastrear de la bibliografía, no se cuentan
en la Argentina con trabajos de investigación sobre este
tema.
Es a partir de esa percepción
que comenzó a generarse la idea de indagar este aspecto en
las organizaciones del Tercer Sector. Dado el estado de la
cuestión, la presente investigación se propone
ganar familiaridad con el fenómeno de la
profesionalización en el tercer sector, como
también intentar establecer una descripción del
modo en que la profesionalización se presenta en un
conjunto de organizaciones no gubernamentales que tienen por sede
a la
Ciudad de Buenos Aires y, a partir de
allí, y de manera inductiva, poder acercarnos a la
forma en que este fenómeno podría presentarse en
Argentina. Por ello la estrategia de investigación
elegida posee un carácter exploratorio.
La ausencia de datos e investigaciones
previas hace casi imposible plantear hipótesis. Por ello, la
investigación apunta a conocer la dinámica y los
modos con que la profesionalización se da en el Tercer
Sector para, luego, procurar realizar una
caracterización/descripción de lo que al respecto
ocurre.
2.1. La profesionalización como
problema de investigación: entre una ausencia
teórica y una presencia práctica
El problema de la profesionalización,
según el relevamiento bibliográfico que hemos
realizado, no ha sido abordado en los estudios sobre el Tercer
Sector. ¿A qué se debe esa ausencia? La pregunta
podría ser tomada como problema de investigación,
y, si bien se conecta con las que organizan esta
investigación, la dejaremos a un lado. En efecto, nuestra
preocupación no concierne a por qué la
profesionalización no ha sido abordada por los estudios
hasta el momento efectuados sobre el Tercer Sector en la
Argentina. Pero, a pesar de ello, es posible indicar algunos
factores que, conjeturamos, han incidido en dicha ausencia. En
primer lugar, el Tercer Sector como tal es un fenómeno
reciente; a medida que se desarrolla suscita preguntas de
investigación. Cuando un campo de investigación se
abre, las preguntas que va suscitando aparecen gradualmente. En
segundo lugar, el Tercer Sector actualmente, en tanto tal,
está siendo problematizado, su definición
todavía se encuentra en discusión. Si el Tercer
Sector como tal aun es materia de discusión, no debe
sorprender que un problema tan específico como el de la
profesionalización quede al margen. En tercer lugar,
mientras que la figura del voluntario es connatural a la
existencia del Tercer Sector, la del profesional no. Al respecto,
vale la pena señalar que en el análisis veremos que hay organizaciones
profesionalizadas desde su origen. Pero se trata de
organizaciones que presentan aspectos novedosos. En suma, si se
considera que la profesionalización constituye un
fenómeno reciente, se hace más comprensible que no
haya sido tratado.
Ahora bien, la profesionalización, pero ya no
como problema de investigación, se encuentra en boca de
todos los que componen el Tercer Sector. Se habla de la
profesionalización y se habla de cuestiones relacionadas:
la capacitación, la búsqueda de mejores
resultados, etcétera. Como muestra de la
presencia de la cuestión de la profesionalización
vale lo siguiente. La Fundación Compromiso, que se
encuentra abocada a la capacitación y a la motivación
para el alcance de resultados exitosos de las organizaciones del
Tercer Sector, realiza anualmente jornadas que trabajan problemas
que le son propios. La primera jornada que llevó a cabo
tuvo por título "De las buenas intenciones a los buenos
resultados". El título sugiere que el problema de los
resultados no se liga necesariamente con las buenas intenciones.
La cuestión de la profesionalización se encuentra
aquí, pues, sugerida. En todo caso, no sería
arriesgado señalar que es un factor clave para garantizar
que las buenas intenciones puedan traducirse en buenos
resultados. La profesionalización, en este sentido,
sería mediadora entre las buenas intenciones y los buenos
resultados.
Pero el modo en que la profesionalización es
encarada hace o tiende a hacer de ella una cuestión
valorativa. Es por ello que lo que procuramos hacer con este
trabajo es llegar a ganar familiaridad con algo que, si bien esta
en boca de todos, no por ello favorece su
esclarecimiento.
Esta ausencia teórica pone un fuerte
condicionamiento con respecto a la estrategia metodológica
de la investigación. En efecto, puesto que no existen
planteos fundados en la investigación, el abordaje al
problema de la profesionalización sólo puede ser
exploratorio. Buscamos relevar rasgos que permitan situar algunos
factores que organizan el proceso. ¿Cuáles son las
condiciones que mueven a profesionalizar? ¿Cuál es
el perfil de los profesionales en el Tercer Sector?
¿Qué efectos libera la profesionalización?
Se trata de preguntas que buscan hacer legible un fenómeno
en curso. Y hacerlo legible va en el sentido de detectar
fortalezas y debilidades, es decir equivale a detectar la mayor
potencialidad posible del fenómeno.
Andrés Thompson (1995) afirma que, dentro del
espectro del análisis y desarrollo
organizacional, las entidades que componen el Tercer Sector
(con personal voluntario o profesional) han comenzado a ser
revisadas en sus aspectos gerenciales y operativos, intentando, a
veces sin éxito, rescatar su identidad institucional, sin
traspolar automáticamente enfoques y/o recetas del mundo
empresario o
de las administraciones gubernamentales. Según Thompson,
en el esfuerzo por generar una organización más
eficiente, se corre el peligro de imitar lógicas aptas
para otros sectores, pero no necesariamente funcionales a la
esencia del Tercer Sector. Del argumento de Thompson retenemos la
idea de que existe una especificidad del Tercer Sector que puede
ser afectada si se toman para abordarlo esquemas
(organizacionales, analíticos, etc.) exógenos. Es
por ello que, para encarar la cuestión de la
profesionalización, no tomamos marcos analíticos
que corresponden a otros campos. Utilizar esquemas de otros
ámbitos tornaría nubosa la especificidad del que
nos interesa. Familiarizarnos con el proceso requiere tomar con
cautela elementos de otros ámbitos.
2.2. ¿Qué se dice de la
profesionalización?
Tal como señalamos en el apartado anterior, la
profesionalización no ha sido abordada como problema de
indagación empírica. De allí la
imposibilidad de encontrar un marco
teórico consolidado con el que avanzar en la
investigación. La existencia de cierto marco
teórico para el problema de la profesionalización
es algo que resultará de sucesivas investigaciones.
Efectivamente, entendemos que la investigación que hemos
emprendido, junto con otras, en un futuro cercano
habilitarán establecer un conjunto de proposiciones que
sirvan de sustento teórico para otros estudios
empíricos.
Asimismo, en el apartado anterior dijimos que dentro del
Sector circulan algunas ideas y algunos argumentos en torno a la
profesionalización. En lo que sigue sintetizaremos esas
ideas y esos argumentos, que, en virtud de la ausencia de un
conjunto de proposiciones que nos sirva de marco teórico,
encuadran nuestro abordaje al problema. Estas ideas y estos
argumentos servirán pues como marco de referencia en el
transcurso de la investigación.
Richard Schubert (1998 ) sostiene que, para las
entidades sin fines de lucro, la gente es un recurso fundamental.
Al analizar los factores críticos del éxito y sus
componentes esenciales para el Sector, el autor menciona la
importancia de las personas y de las articulaciones
que estas sostienen. Ante la realidad del crecimiento de muchas
organizaciones del Tercer Sector, se vuelve cada vez más
imperioso coordinar el trabajo de
las personas que participan en ellas, garantizar la
dinámica cotidiana de la organización y orientar
adecuadamente los proyectos que llevan adelante. Esto sólo
puede lograrse mediante la intervención de personas que
posean conocimiento
específico para resolver los problemas que se
presentan.
Schubert plantea que ninguna organización puede
funcionar mejor que la gente que tiene. La correcta selección
de las personas para la función que ocuparán es
condición necesaria para el éxito de cualquier
proceso institucional.
Las opciones de financiamiento presentan también
un terreno dificultoso. Al ser cada vez más escasas, junto
con el aumento de la demanda social respecto a los servicios que
prestan las organizaciones del Tercer Sector, la forma en que se
utilizan los recursos requiere de un mayor cuidado.
Quien aporta dinero, tiempo o experiencia exige altos
niveles de eficiencia y efectividad en la utilización de
los mismos. Como lo afirman Cardarelli, Kessler y Rosenfeld
(1993) "tanto los nuevos programas
sociales gubernamentales, financiados o no con recursos externos,
como la racionalidad de la incipiente filantropía social,
parecen exigir a sus socios o donatarios el conocimiento y
aplicación de las tecnologías sustantivas y de
gestión que aseguren el cumplimiento de resultados
claramente evaluables y costo-eficaces"
Uno de los capitales más importantes que poseen
las ONG´s son su credibilidad y transparencia, pero para
sostenerlas e incrementarlas no sólo se requieren buenas
intenciones. Hace falta desarrollar un proyecto adecuado
a los objetivos y establecer estrategias
apropiadas para llevarlo
adelante. En el informe del CENOC
de 1997 se afirma: "Las organizaciones de la sociedad civil
deberán profesionalizarse aún más para poder
dar respuestas y tomar conciencia de que
pertenecen a un sector que tiene representatividad e identidad
dentro de la comunidad. Dar ejemplo de transparencia y accionar
ético es vital para poder mantener el alto nivel de
credibilidad del Sector."
Cualquier donante debe percibir que la
organización destinataria de su colaboración es
sustentable en el tiempo. Nadie aporta en donde crea que su apoyo
no perdure, ni trascienda. Arboleya y López (
2000 ) afirman que la transparencia y la legitimidad social son
atributos fundamentales de la credibilidad y un factor clave para
la sustentabilidad. A su vez, sostienen que a muchas
ONG´s les cuesta llevar una contabilidad
actualizada, prolija y en regla y que a la hora de rendir
cuentas a sus
donantes utilizan métodos
extracontables, incluso informan resultados diferentes a los
volcados en los estados contables. Tarde o temprano estas
prácticas conducen a la falta de transparencia y por ende
al derrumbe de su credibilidad y legitimidad social.
Gabriel Berger ( CENOC ) destaca una serie de aspectos
que resultan críticos para el desarrollo de la
profesionalización del Sector. Entre podemos
señalar: la existencia de una capacidad técnica
experta; la posibilidad de registrar y transmitir experiencias
exitosas que resulten de profesionalizar la organización;
y la concientización hacia los voluntarios para que
comprendan el rol de los profesionales en el fortalecimiento del
Tercer Sector.
A su vez, Peter Drucker ( 1963 ) ofrece otra mirada
sobre la cuestión. Hace 20 años, el término
‘gerencia’ era una mala palabra para las
ONG´s. Se lo vinculaba a la función y el cargo con
las organizaciones comerciales. Con el tiempo se fue percibiendo
la necesidad de la gerencia en las organizaciones del Tercer
Sector. Estas organizaciones han comenzado a percibir que con las
buenas intenciones no alcanza y que la posibilidad de funcionar
depende cada vez más de la introducción de una
instancia profesional de dirección.
2.3. Organización, reflexividad e
intervención
Es bueno explicitar ahora algunos aspectos del concepto de
organización. Si bien en el apartado anterior se
aludió a las organizaciones del Tercer Sector en
términos generales, creemos necesario realizar una serie
de precisiones. La organización supone, para el problema
de investigación que desarrollamos aquí, dos
aspectos diferentes. Por un lado, la organización es el
terreno en el que la profesionalización se lleva adelante.
El profesional desarrolla sus tareas en una organización
específica. Si bien existen profesionales ligados al
Tercer Sector en general, por ejemplo, aquellos que se dedican a
su relevamiento e investigación, aquí prestamos
atención sólo a los que se vinculan con una
organización particular, es decir, aquellos que pasan a
formar parte de la organización bajo el establecimiento de
alguna figura vincular. Se presenta aquí el segundo
aspecto. ¿Cómo conceptualizar ese terreno? Es
necesario en este punto volver al diseño
de investigación para cuidar la fidelidad con él.
El diseño que elaboramos en este trabajo tiene un
carácter exploratorio. La forma en que conceptualicemos
las organizaciones tiene que estar dispuesta a no obturar la
mirada sobre la profesionalización; por el contrario,
tiene que posibilitar su exploración.
La teoría
de las organizaciones ha tenido un desarrollo de gran envergadura
desde comienzos del siglo XX hasta el presente. Un camino posible
podría ser entonces tratar de encontrar una
definición de organización e incorporarla al
presente trabajo. Pero esto no es tan sencillo. Jeffrey Pfeffer
(1982) decía que las teorías
de las organizaciones se parecen cada vez más a un
abigarrado matorral que a un jardín cuidado con esmero.
Este autor llama la atención acerca del hecho de que el
crecimiento del interés por las organizaciones no produjo
un ordenamiento del campo, sino su dispersión. Si bien
esto supone una dificultad importante a la hora de dar una
definición de organización, es necesario explicitar
que no es la definición en sí misma lo que nos
preocupa. Es por ello que avanzaremos en el establecimiento de
algunos rasgos de las Organi-zaciones, en tanto los suponemos
relevantes al problema de la
profesionalización.
José Bleger (1987) hace referencia a un rasgo que
queremos resaltar aquí. Para el autor, las organizaciones
cuentan con dos dimensiones. Por un lado la que denomina
organización; esta dimensión supone el
soporte material a partir de la cual es posible realizar las
tareas necesarias para el funcionamiento de la
organización misma. La otra dimensión que
señala es la de institución. Esta supone el
objetivo,
la meta o el
fin de la organización, el para qué. Ambas
dimensiones deben trabajar juntas. Por más que tenga un
objetivo, si no cuento con los
medios
materiales
para tender a él, jamás podré lograrlo. Si
cuento con medios materiales, pero no tiendo hacia un objetivo
claro, estaré en la pura reproducción burocrática. Estas dos
dimensiones, y su articulación, son una
problemática que toda organización debe resolver de
manera continua. Esto se acentúa en el caso de las
organizaciones del Tercer Sector, dado que estas casi
perderían sentido, desde la mirada exclusiva
burocrática.
Vale subrayar aquí que Bleger con las expresiones
"organizacional" e "institucional" alude a dimensiones interiores
a las organizaciones concretas. En otros términos, se
trata de una diferenciación teórica que permite
caracterizar la dinámica de las organizaciones. A su vez
aclaramos que respecto del uso que le damos en este apartado y en
el resto de esta investigación, y ateniéndonos al
uso habitual de "organizaciones" del tercer sector, homologamos
los términos de organización e
institución.
Emilio Mira y López (1947) plantea que las
organizaciones nunca tienen garantizada su existencia. Siempre
tienen que estar atentas, tanto a los cambios internos que operan
en ella, como a los cambio externos del medio en el que operan.
Es aquí donde se hace necesario señalar otro rasgo
fuerte en el que descansa nuestra conceptualización de las
organizaciones. Asumimos que estas poseen una capacidad reflexiva
a partir de la cual se organizan y reorganizan de manera
continua. Al indagar por las condiciones de incorporación
de profesionales, los perfiles que estos poseen, y los efectos
que su incorporación conlleva, puede decirse que indagamos
algo del orden de la reflexividad organizacional. Aquí se
puede señalar como referente teórico al
sociólogo Anthony Giddens (1993). Sus trabajos
insistentemente llaman la atención sobre el hecho de que
los procesos
sociales, dentro de los cuales se puede incluir a las
dinámicas organizacionales, no son procesos que poseen un
sentido unívoco, sino que descansan en un monitoreo
permanente de sus condiciones y de los efectos que van generando.
Si la mayor riqueza de las organizaciones tiene que ver con los
recursos humanos que poseen, en esa línea hay que
añadir que la riqueza de los recursos humanos
dependerá de su capacidad de pensar la
práctica.
Puede surgir en este punto un interrogante. La
profesionalización supone para nosotros una
alteración en la organización. Las razones por las
cuales se incorpora un profesional y los cambios que este genera
en la organización, aluden a los objetivos que nos hemos
dispuesto explorar. Pero sean como sean estos, la
profesionalización implica para nosotros un cambio. Este
es otro supuesto fuerte. Hay un antes y un después de la
profesionalización.
Ahora bien, ¿de qué manera
conceptualizamos el cambio? J.J. Ader (1990) propone dos figuras,
que creemos de utilidad en el
presente trabajo, que sirven para enmarcar el cambio en las
organizaciones. Por un lado está lo que denomina cambio
por evolución. En este caso, las alteraciones se
producen de manera gradual y pausada. La organización se
modifica sin perder un marco estable de funcionamiento. Por otro
lado está lo que denomina cambio por
revolución. En este caso, la situación es
más complicada. Generalmente, en el medio externo de la
organización se producen acontecimientos que son
dificultosos de encuadrar en su dimensión precisa. Esto
lleva a la organización a la necesidad de producir un
cambio de envergadura, tanto en lo que hace a los medios
materiales que dispone, como en lo que hace a los objetivos que
sostiene.
Por lo referido al contexto histórico de la
Argentina de las últimas dos décadas, no es de
extrañar que una situación de cambio, como la
referida en último término, pudo haberse producido.
Creemos de todas formas que estas dos maneras de conceptualizar
el cambio orientan la posibilidad de comprender la
dimensión de las causas de la profesionalización y
sus efectos.
Se presenta en este punto el interrogante por la figura
del profesional. Es necesario hacer aquí un
señalamiento antes enunciado. El diseño
exploratorio refiere a que el rol profesional dentro del Tercer
Sector no ha sido investigado hacia el presente. Sin embargo,
creemos que es necesario establecer ciertos lineamientos al
respecto. J. C. Carballeda (2002) brinda un buen marco para ello.
Para el autor, la situación contemporánea reviste
una serie de cambios de gran envergadura sobre los que se hace
necesario operar. Estos cambios se relacionan de manera
fundamental con la reorientación del rol del Estado
durante la década del ‘90. El profesional tiene en
este contexto, dos roles diferenciales. Por un lado, el
profesional interviene en la organización incorporando la
serie de saberes específicos que hacen a su bagaje
disciplinario. Frente a determinados problemas, el profesional
puede aportar la serie de herramientas
que contribuyan a su solución. Por otro lado, el
profesional puede intervenir en el esclarecimiento de una
situación de cambios más amplios y profundos, que
obligan a la organización a redefinir el contexto en que
actúa y los objetivos que se propone en
él.
Sintetizando lo dicho hasta aquí, hemos
establecido una serie de rasgos, que si bien no constituyen una
definición de organización, suponen para esta
investigación ejes pertinentes a partir de los cuales
avanzar en la dimensión de la profesionalización en
el Tercer Sector en la Argentina. La diferenciación entre
la dimensión organizacional e institucional, los dos
esquemas de cambio y los ejes para la intervención del
profesional en la organización estarán presentes,
de manera explícita o implícita, a lo largo el
presente trabajo.
3. METODOLOGÍA
DE LA INVESTIGACIÓN
Una de las etapas que demandó mayor
atención, cuidado y tiempo acerca de los pasos a dar y las
decisiones implicadas en ellos ha sido la metodológica. Lo
cual es comprensible: es la metodología la que traza el camino a
recorrer.
En este capítulo exponemos las decisiones
metodológicas en las que se sustenta la presente
investigación. En primer lugar, indicamos las razones que
fundamentan el carácter exploratorio y de tipo cualitativo
de la investigación; en segundo lugar fundamentamos
el universo de
análisis; en tercer lugar, explicitamos la unidad de
análisis de la investigación; en cuarto lugar,
consignamos algunas cuestiones relativas al trabajo de campo. En
el último punto de este capítulo se presenta el
instrumento utilizado.
Al momento de llevar adelante un trabajo de
investigación, se hace necesario tomar una serie de
decisiones que direccionen el trabajo en un sentido. La
investigación supone que uno sale del terreno ideal de la
teoría para, sin abandonar ésta completamente,
componer con una serie de condiciones prácticas que
posibiliten la producción de conocimiento. Pensar y
delimitar estas condiciones y determinaciones es un elemento
central de la investigación. Hacerlas explícitas
nos parece fundamental para que el lector pueda evaluarlas
según su propio criterio.
Como se planteó en la Introducción, el
presente es un trabajo exploratorio que indaga la forma en que la
profesionalización se presenta en el Tercer Sector en la
Argentina. El carácter exploratorio de la
investigación no fue una decisión inicial; se
llegó a ella luego de aproximarnos al estado del arte en materia
de profesionalización del Tercer Sector.
Esta revisión de la literatura especializada nos
permitió constatar que:
- No existían antecedentes de investigaciones
sobre el tema. - Que la problemática delimitada
constituía una oportunidad para producir conocimiento
sobre la Profesionalización del Tercer
Sector. - Que este conocimiento exploratorio permitiría
identificar atributos, dimensiones, modalidades de
variación y, en última instancia comprender
conceptualmente los datos empíricos
recogidos. - Que los resultados del análisis e interpretación de los datos
empíricos permitirían formular proposiciones que
sintetizaran las conclusiones obtenidas, sentar las bases
preliminares para nuevos estudios.
A continuación, exponemos entonces las decisiones
que se fueron tomando para definir el tipo de diseño con
el que trabajamos.
La falta de trabajos de investigación sobre el
tema que dispusiesen el campo y a partir de los cuales poder
abordar el problema de manera específica, resultó
un hecho de gran relevancia. Al avanzar en el estado del arte
vimos, para nuestra sorpresa, que la profesionalización no
era abordada como problema de investigación.
Carecíamos entonces de una estructura de trabajos que nos
permitiese avanzar sobre un terreno ya constituido. Esta falta de
señalización respecto del terreno sobre el que
queríamos avanzar comprometió tomar un conjunto de
decisiones para definir la estrategia metodológica y el
diseño de la investigación.
La falta de un mapa que estructurara el terreno
hacía imposible, dados los medios con que contaba la
investigación, embarcarse en el intento de construir una
muestra. La institución estatal encargada de centralizar
la información sobre el Tercer Sector en la
Argentina es el Centro Nacional de las Organizaciones de la
Comunidad (CENOC). Lo que hace esta institución es
centralizar la información que le acercan las mismas
organizaciones. Lo cual no equivale a manejar un registro
exhaustivo de las organizaciones del Tercer Sector. De
allí la imposibilidad de tomar los datos que provee el
CENOC como marco muestral. Asimismo, respecto de la
temática aquí abordada, la única discriminación que aporta el CENOC es por
la existencia o no de rentados (sin discriminación de categoría) en las
organizaciones. De la característica de los rentados, su
definición, la diferencia entre rentados y profesionales,
la manera en que están vinculados a la
organización, las tareas que realizan, no hay
información estadística alguna.
Otros elementos se sumaron, luego, a la decisión
con respecto al diseño. A partir de la experiencia laboral
de quien suscribe esta investigación, el reconocimiento
del problema de la profesionalización era algo que
atravesaba la práctica cotidiana. Pero no sólo en
la organización en la que desarrollo mis actividades, sino
en el contacto con personas de diferentes instituciones del
Tercer Sector. Había una implicación directa con el
tema que alentaba a no dejarlo, a sostenerlo como problema. La
falta de abordajes anteriores sobre la profesionalización
alentaba esta decisión. Pero junto con esos aspectos que
nos incitaban a seguir, aparecía también la
cuestión de los recursos. Siendo una sola persona, los
recursos concretos con los que contaba eran limitados. Se trataba
entonces de ponderar estos aspectos. Por un lado, la relevancia
del tema en tanto no había sido tratado aún
por los especialistas de la cuestión y en referencia
a su importancia cotidiana dentro del campo del Tercer Sector.
Por otro, los recursos concretos con los que se contaba. El
desafío era construir el mejor diseño de
investigación posible.
Queremos explicitar, aunque luego de lo dicho pudiese
parecer redundante, que la investigación responde a un
diseño cualitativo. Y añadimos que la
metodología de relevamiento de datos seleccionada fue la
de entrevista.
Consideramos que lo decisivo, dado el conocimiento disponible
sobre la profesionalización, no era tanto la cantidad de
profesionales en las organizaciones, como el peso (el peso no en
un sentido numérico sino en el sentido de la importancia)
de estos en ellas. Los cambios que han implicado, las tareas que
realizan, los conflictos que pueden ocasionar, el registro
discursivo acerca de su participación en las
organizaciones.
La investigación tampoco se propone dar cuenta de
la evolución diacrónica del
fenómeno, sino estudiar las circunstancias en las que
tiene lugar en las organizaciones seleccionadas del Tercer
Sector. Si se analiza el cuestionario
se verá que hay referencias a dos momentos recientes de la
historia argentina: 1983 como comienzo de la democracia; 1991
como el momento en que comienzan las reformas estructurales
introducidas durante la Presidencia del Dr. Carlos
Menem. No se trata de indagar centralmente los cambios que
esos momentos supusieron para las organizaciones, sino entrever
qué registro hay de ellos. Fueron incluidos para
establecer su posible importancia en el futuro.
Una de las decisiones más importantes que estaban
en juego tenía que ver con la forma en la cual hacer el
recorte de las organizaciones con las que íbamos a
trabajar. Esta decisión se veía dificultada por una
característica propia del Tercer Sector como objeto de
investigación: su gran heterogeneidad.
El principal problema a resolver era el del recorte de
las organizaciones. Más precisamente: con qué
organizaciones íbamos a trabajar. Por lo dicho
anteriormente, el carácter exploratorio de la
investigación que encarábamos y la falta de
información para poder construir una muestra
probabilística,
hacían que abandonásemos esta posibilidad. En
el Tercer Sector conviven ONG´s, cooperadoras, fundaciones,
mutuales, sindicatos,
asociaciones barriales, etc. Se hacía necesario entonces
determinar con precisión cuál será el
conjunto significativo de organizaciones para la presente
investigación.
Teniendo en cuentas estas restricciones y el tipo de
estudio exploratorio que se encaraba se adoptó un tipo de
muestreo no
probabilístico. Específicamente, un muestreo de
tipo intencional, y razonado. Fue intencional, porque
deliberadamente se seleccionaron determinados segmentos de
organizaciones del Tercer Sector, y fue razonado, porque para su
selección se siguieron determinadas condiciones que
aquellas deberían cumplir para ser incluidas en la muestra
cualitativa.
En base a lo expuesto, tomamos la decisión de
trabajar con un conjunto limitado de organizaciones, ver de
qué manera se desplegaba allí la cuestión de
la profesionalización y a partir de lo analizado y de
manera inductiva, plantear un esquema posible para el tipo de
organizaciones con el que habíamos decidido
trabajar.
Definiendo el sector sin fines de lucro en
Argentina (Campetella, Bombal y Roitter, 2000) propone una
modalidad de segmentación del Tercer Sector, a partir de
la cual agregamos algunos parámetros específicos
para la investigación en concordancia con el problema de
la profesionalización.
En ese trabajo, los autores, retoman lo que en
Defining the nonprofit sector: the quetions of definitions
(Salomon y Anehier, 1992) llaman ‘definición
estructural operacional’ para poder aplicarla en la
Argentina. Esta definición supone que las organizaciones
sin fines de lucro son aquellas que cumplen con las siguientes
cinco condiciones.
- Estructuradas: lo cual implica cierto grado de
formalidad y de permanencia en el tiempo aunque no es
indispensable que cuenten con personería
jurídica; - Privadas: que estén formalmente
separadas del Estado; - Autogobernadas: que tengan autonomía
para dirigir sus acciones y elegir sus autoridades; - Que no distribuyan beneficios entre sus
miembros: lo cual comporta que los beneficios obtenidos en
virtud de sus actividad no deben ser distribuidos entre quienes
las componen; - Voluntarias: de libre
afiliación.
A partir del planteo de estas condiciones que definen el
conjunto que compone el Tercer Sector, Campetella, Bombal y
Roitter introducen dos criterios para su segmentación.
Estos criterios refieren a dos dimensiones -una legal y una de
uso social- que permiten diferenciar las organizaciones que
componen el Tercer Sector. Así, arman una tipología
de organizaciones en la cual se incluyen seis tipos posibles.
Esta primer segmentación del Tercer Sector la
efectúan a partir de lo que denominan criterio
legal. Se trata de asociaciones civiles, fundaciones,
mutuales, cooperativas,
obras sociales y sindicatos. Esta tipología es
complejizada a partir de hacer intervenir lo que llaman uso
social. De acuerdo al interés de la
investigación que aquí se presenta, el trabajo
estuvo focalizado en algunas organizaciones que surgen de la
conjugación de los dos criterios mencionados: ONG´s,
Organizaciones de Base y Fundaciones.
Ahora bien, en función del problema de
investigación propuesto y teniendo en cuenta el problema
de su factibilidad, se
hizo preciso añadir otros tantos criterios a partir de los
cuales diferenciar, dentro de los tres tipos de organizaciones
mencionadas, aquellas que eran susceptibles de ser interrogadas
en función del fenómeno de la
profesionalización.
En síntesis, las organizaciones que fueron
tomadas como unidad de análisis debían cumplir con
los siguientes requisitos:
- Tener entidad legal, lo que supone la presencia de
cierto grado de formalidad y permanencia en el
tiempo. - Estar formalmente separadas del Estado; los fondos
que reciben para su funcionamiento no pueden provenir
totalmente de aquel. - Tener la capacidad de manejar sus propias actividades
y de elegir sus autoridades. - No distribuir beneficios entre sus
miembros. - Actuar prestando o intermediando servicios o
advocacy, trabajando en desarrollo social o en la
defensa de derechos. - Tener profesionales rentados en su estructura o por
lo menos haber incorporado un profesional rentado en un
área específica en algún momento de su
desarrollo. - Estar ubicadas, o poseer una sede, en la Ciudad de
Buenos Aires y zonas aledañas. Lo cual no
impediría trabajar con organizaciones que tuviesen un
alcance que excediera los límites geográficos de
la ciudad.
De acuerdo a lo dicho anteriormente, establecimos un
conjunto de condiciones que nos parecieron relevantes para la
selección de los casos. Dijimos también que, a
raíz de las características del Tercer Sector y de
la falta de información sobre el mismo, se optó por
trabajar de manera exploratoria. La selección razonada de
los casos apareció entonces como la mejor opción,
que fue la que finalmente se llevó adelante. Quedaba
definir entonces un aspecto importante, a saber: la cantidad de
casos que tomaríamos. El esquema o marco muestral
había sido abandonado, por lo tanto el criterio de
selección probabilística no era el que
intervenía en este aspecto. Habíamos abandonado la
idea de representar por la de describir y a partir de
allí, una vez que contásemos con mejores elementos,
estaríamos en condiciones generalizar inductivamente
algunos de los rasgos relevados, al conjunto de organizaciones
que compartieran las características de las organizaciones
investigadas. Creemos, en este punto, que la investigación
presente resulta un buen soporte para realizar dicho
trabajo.
Entonces, ¿cuántos casos?. Una de las
estrategias era operar según el esquema de la
saturación. Esta es una estrategia que se utiliza para
estudios cualitativos como el presente. En ella se trata de ir
relevando los casos, bajo el supuesto de que luego de una
cantidad de estos, las respuestas
comenzarán a caer bajo ciertos registros. Es
decir, si el rasgo sobre el que se indaga está presente,
en tanto tiene capacidad de estructurar el campo, llegará
un momento que se logre determinar la forma en que lo
estructura.
En el caso de la investigación presente, se
abordó el problema de la cantidad de casos desde la
lógica
de la saturación. Aparecieron en este punto las
limitaciones surgidas de los medios con los que se contaba. Se
tomó entonces una decisión. Se trabajaría en
base a diez casos (n = 10 Organizaciones del Tercer Sector) y se
evaluaría luego, a partir de lo relevado en el material de
campo, si se podía tramar un esquema de la
profesionalización en esas organizaciones. Es decir, si se
podía relevar a partir de esa cantidad de casos las
características con que la profesionalización se
estructuraba en ese tipo de organizaciones. Creemos, y
será desarrollado al momento de realizar el
análisis acerca del material empírico, que la
profesionalización se estructura en una serie de aspectos
consistentes que pudieron ser relevados a partir de este
número de casos.
Para ver la tabla seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
3.4. Hacia el trabajo de campo
Hasta aquí hablamos de las razones que nos
condujeron a llevar adelante una investigación
exploratoria de tipo cualitativo. Asimismo realizamos unas
indicaciones en cuanto al universo de análisis y a la
selección de casos. Acotado así el terreno de
trabajo, se planteó una pregunta relativa a la
definición de la unidad entrevistada o respondente, es
decir, qué figura, dentro de las organizaciones
seleccionadas. sería entrevistada.
¿Cuál sería el referente dentro de
esas organizaciones al que ir a contactar de modo que sea un
responderte válido a los interrogantes que se le iban a
plantear? O de otra forma, y dicho en términos más
concretos: ¿a quién realizar la entrevista
dentro de la organización para obtener los datos
necesarios y válidos? Esto fue objeto de un cuidadoso
análisis. Las posibilidades que se presentaron fueron dos.
Una de ella era tomar como referente al profesional a cargo de la
organización: Director Ejecutivo. Pero esto se
descartó por varias razones. En primer lugar, porque no
estaba en la perspectiva de la investigación que todas las
organizaciones tuviesen Director Ejecutivo. Por otro,
interpretamos que un profesional podría tener hacia la
profesionalización, y en vista de sus intereses concretos,
una visión sesgada de su participación dentro de
ella. De modo que se tomó la decisión de
entrevistar a los Presidentes de las organizaciones. En
relación a esta decisión, vale aclarar que, si bien
consideramos que fue apropiada, también es cierto que
retrasó de manera significativa el tiempo dedicado al
trabajo de campo, dadas las dificultades para contactar las
entrevistas.
La otra cuestión que en este aspecto
dificultó el trabajo fue el tiempo que las entrevistas
requerían. Si bien la guía de entrevista
pudo ser aplicada sin mayores dificultades, la falta de
tiempo de estas personas constituyó uno de los mayores
problemas de la
administración de los mismos.
Como un primer paso al desarrollar el trabajo de campo,
se decidió realizar una primer entrevista piloto. La
organización seleccionada a tal fin fue Médicos del
Mundo. La entrevista piloto se realizó a mediados del mes
de Junio de 2003. Este contacto fue muy importante para el armado
final del guía de entrevista, dado que
señaló la importancia de una serie de dimensiones
relevantes que no se habían ponderado adecuadamente hasta
ese momento. El trabajo de campo fue retomado a mediados del mes
de Julio y continuó hasta mediados del mes de Septiembre
de 2003.
3.5. Presentación del diseño de la
guía de entrevista
Adjuntamos en este apartado la guía de entrevista
definitiva luego de las modificaciones realizadas tras el
contacto con Médicos del Mundo. Adjuntamos también
algunos interrogantes de profundización que
acompañaban a las pautas de la guía. Como puede
verse se trata de una guía para una entrevista
semi-estructurada.
Consigna y presentación: "Mi nombre es
Daniel Korin. Me encuentro realizando una tesis, para un Master
en Recursos Humanos que he concluido de cursar en la Universidad
de Ciencias
Empresariales y Sociales. La misma versa sobre la
profesionalización en el Tercer Sector. Para indagar sobre
este aspecto en su organización he preparado la siguiente
guía de preguntas, que le solicito tenga a bien poder
contestar. Desde ya muchas gracias."
- ¿Puede hacer una breve reseña de la
historia de la organización y de las tareas que
realiza?
Pautas de profundización:
-Cuál es la causa de la
organización?-A qué se dedica?
-Qué fin persigue?
-Desde cuándo funciona?
-Requerir material institucional?
Pautas de profundización:
-Cuándo se incorporó a la
organización?-Qué cargo ocupa?
-Qué tareas realizó y realiza en
ella?- ¿Cuál ha sido su recorrido personal
en esta organización? - ¿Con qué recursos humanos cuenta la
organización?
Pautas de profundización:
-Voluntarios
-Profesionales
-Otros
4. En el caso de los
profesionales:
Pautas de profundización:
4.1¿Cuántos son?
4.2¿Qué tareas
realizan?
4.3¿Desde cuándo se desempeñan
en la institución?
4.4¿Cuál en su vínculo laboral
con la organización?
4.5¿Están ligados a un proyecto en
particular?
5. ¿Qué decidió la
incorporación de un profesional o de
profesionales a la organización?
6. ¿Cómo se llegó a la
decisión de incorporar
profesionales?
Pautas de profundización:
-Por un problema?
-Por recomendación?
-Por ser un procedimiento
habitual?
7. En términos generales, ¿qué
piensa acerca de la decisión de una ONG´S de
incorporar profesionales?
8. ¿Cuáles son los requisitos que la
organización dispone para la incorporación de los
profesionales que trabajan o trabajaron en ella?
Pautas de profundización:
-Experiencia laboral
-Experiencia en la organización
(participación como voluntario al interior de la
organización)
-Certificación
académica
-Recomendaciones
9. En concreto,
¿cómo se lleva adelante la búsqueda de un
profesional?, ¿es esta la forma que utilizan
habitualmente?
Pautas de profundización:
-Dónde se busca?
-Dónde se establecen
contactos?
-Es un mecanismo establecido o hay
improvisación?
10. ¿Cuál es la relación de los
profesionales con el resto de los grupos que conforman los RRHH
de la organización?
Pautas de profundización:
-Qué prejuicios o estereotipos se disponen
hacia los profesionales?
-Requieren estos de un trato especial por su
condición y sus expectativas?
11. ¿Cuál piensa que es la expectativa
que el profesional tiene respecto de desempeñarse
en la organización?
12. ¿Esa expectativa es satisfecha por la
organización?
Pautas de profundización:
-Qué tipo de retribución se espera:
económica, curricular a nivel del
prestigio?
13. ¿Qué expectativa tiene la
organización respecto de los profesionales?
14. ¿Qué cosas modificó la
inclusión de profesionales a la
organización?
15. ¿Cómo evalúa esas
modificaciones en función de las expectativas de la
organización?
16. ¿Dispone la organización de
algún procedimiento para evaluar dichos
cambios?
Pautas de profundización:
-Existe un procedimiento de evaluación
sistemático?
-Se considera necesaria la
evaluación?
-De qué forma se realiza?
17. ¿Cómo cree que sería la
organización de no haber incorporado
profesionales?
18. ¿Cuáles son las dificultades y los
desafíos a los que se enfrenta en estas circunstancias la
organización?
19. ¿En qué medida las circunstancias
actuales inciden o no a la incorporación de profesionales
en estas organizaciones?
20. Si no existiesen limitaciones presupuestarias ni
desde el punto de vista de los recursos humanos,
¿cómo imagina que sería la estructura ideal
para llevar adelante los objetivos de la
organización?
21. ¿Esa estructura, sería la misma
para la situación Argentina en 1983 o en
1991?
22. ¿De no serlo, en qué
cambiaría?
Página siguiente |