- Generalidades y conceptos
teóricos - Ética y
Moral - Ética y
Religión - La bioética desde la
epistemología y la historia
médicas - Salud y enfermedad,
evolución de conceptos - Medicina y
positivismo - Medicina
antropológica - Bioética en la
educación médica - Ética y
enseñanza de las ciencias de la
salud - Principales teorías
éticas - Bibliografía
Generalidades y
conceptos teóricos
El enfermo tiene una infinidad de derechos, pero lo que
espera del médico es que él haga lo mejor, es decir
que le brinde una atención concienzuda, diligente y conforme
al estado de los
conocimientos médicos.
Ética y derechos humanos
se confunden: respeto a la
decisión libre e informada del paciente, pero
también respeto a su elección en cuanto al
facultativo y a la libertad de
tratamiento, que dan un sentido al consentimiento informado en la
medida en que esas elecciones suponen una alternativa, el respeto
a la vida, el respeto a la dignidad de la
persona, el
respeto a la vida privada y al secreto profesional.
"El médico deberá respetar los derechos de
los pacientes". Pero la ética
sobrepasa el derecho porque un derecho es satisfecho por el
respeto a la norma en el marco de una interpretación estricta. La ética
exige del médico que sea igualmente bueno, honesto y
desinteresado, en la interpretación más amplia del
concepto, lo
que ningún derecho puede garantizar.
Los términos ética y
moral tan solo se pueden considerar sinónimos de un
modo superficial y relativo.
Ética- alude a aquel comportamiento
de los individuos que puede ser derivado de su propio carácter.
Quien declara que "lo esta haciendo por motivos
éticos", esta aludiendo a un deber que ha emanado de la
propia "intimidad" de su conciencia
subjetiva y no y no de la inercia de una presión
exterior de la sociedad en la
que vive.
Moral- alude a las costumbres que regulan los
comportamientos de los individuos humanos en tanto son miembros
de un grupo
social.
Supone, de algún modo, la presión de unas
normas
vigentes en un grupo social dado.
Por lo tanto:
MORAL:
Conjunto de normas aceptadas como válidas y que
conforman un catálogo de deberes de los integrantes de un
grupo social que comparten cultura,
creencias y valores, y que
permite catalogar los actos humanos como buenos o malos en
función
de que se adapten o no a lo establecido en dichas
normas.
ÉTICA:
Es la ciencia que
estudia el comportamiento moral de los
hombres en sociedad. Se establece una línea divisoria
entre lo bueno y lo malo.
Otro desafío ético que se presenta
en la medicina son
las creencias religiosas de los pacientes. Son un claro ejemplo
de esto los Testigos de Jehová. La característica
más importante que puede entorpecer la relación
médico paciente está dada por la negativa a recibir
transfusiones de sangre y sus
derivados, lo que afecta al personal de
salud en su
actitud
asistencial, ética, moral y legal.
Sin embargo el hecho de que no acepten la
transfusión de hemoderivados no implica que no busquen una
atención médica de alta calidad y sientan
una profunda preocupación por la medicina; asimismo desean
que los tratamientos médicos que van a recibir no afecten
su integridad física y espiritual.
Es por ello que aceptan la restauración del volumen sin usar
sangre ni plasma pero mediante la
administración de soluciones
salinas.
. ¿Qué decir entonces cuando la muerte (el
deseo de morir) es expresado por la propia voz del paciente? En
efecto el Testigo solicita que antes que ser transfundido con
sangre o con sus derivados se le permita morir. La
reacción primaria del médico o aún de otras
personas es la de "luchar por la vida" puesto que éste es
el cometido de la profesión médica mientras que la
no aceptación es una actitud que se asemeja a la del
acompañamiento al suicidio, figura
tan penada por la religión como por la
ley.
Sin embrago es bueno recordar que nadie puede ser
obligado a someterse en contra de su voluntad a un tratamiento
clínico, quirúrgico o a un examen médico.
Nadie tiene el derecho de elevarse por encima de la
autodeterminación de una persona.
El consentimiento informado es la herramienta que
intenta preservar los derechos del paciente y del médico y
se basa en dos valores primordiales: el primero es que todo
paciente se encuentra capacitado para decidir sobre lo que
constituye su bienestar personal; el segundo nos marca el derecho
del paciente a la autodeterminación. Esta
aceptación del consentimiento informado expresa la
aceptación razonada, libre y conforme al propio sistema de
valores, lo que en definitiva manifiesta el ejercicio pleno de su
autonomía.
Cuando el paciente rechaza un tratamiento está
ejerciendo el derecho de aceptar o rechazar intervenciones
terapéuticas sobre la base de sus propios valores y para
promover sus propias metas personales. De alguna manera, si los
pacientes tienen derecho al consentimiento informado,
también tienen derecho a negar dicho consentimiento. No
cabe por lo tanto administrarle por la fuerza sangre
a un paciente si éste no lo desea.
El Testigo está ejerciendo en este acto el
derecho a la libertad de conciencia y el derecho a la libertad,
ambos garantizados por la Constitución Nacional, por lo que no pueden
subordinarse a ninguna otra ley argentina. La libertad religiosa
es un derecho
natural e inviolable de la persona por lo que nadie puede ser
obligado a actuar en contra de su conciencia.
En el caso que el médico sienta que la
atención de los Testigos de Jehová atenta a su
conciencia, puede rehusarse a atenderlo siempre y cuando tenga la
posibilidad de referirlo a otro profesional. Esto implica que las
instituciones
que acepten la atención de los Testigos de Jehová
deben establecer un esquema de atención en todas las
especialidades que garanticen la aceptación de las
condiciones expresadas por los Testigos.
Otra postura es la que presenta la Iglesia
Católica, que muchas veces no concuerda con la medicina
moderna y los avances
tecnológicos. Sobre la base de este valor de la
corporeidad, la vida física es considerada como valor
fundamental en relación con los otros valores, incluidos
aquellos superiores en dignidad (la libertad, la solidaridad, por
ejemplo), dado que todos los otros valores de la persona suponen
la existencia física del individuo. Por
ello, la oposición de la Iglesia católica al
aborto
voluntario y a la eutanasia,
porque la vida física es considerada como un valor sagrado
y fundamental.
. En cuanto al respeto a la vida naciente, y dada la
continuidad del desarrollo del
ser humano desde la fecundación, es central la
afirmación de que el embrión humano, desde un punto
de vista ético, debe ser respetado y tratado como una
persona humana.
En lo que concierne a la aplicación de
tecnologías en los procedimientos de
la procreación, son declaradas lícitas todas las
técnicas que contribuyen con el acto
conyugal, cumplido naturalmente y en sí fecundo; son
declaradas ilícitas todas las técnicas que
sustituyen al acto conyugal, sean intracorporales
(inseminación) o extracorporales (fecundación in
vitro y transferencia embrionaria), ya sea en el marco de la
pareja casada, ya sea con el recurso de un donante.
La bioética
desde la epistemología y la historia
médicas
La medicina ha existido como una profesión
misteriosa desde los mismos orígenes de la
civilización, pero a pesar del progreso en el
conocimiento de la Anatomía y la
fisiología, tanto en la época
antigua como en la moderna, el medico poca cosa mas podía
hacer que aliviar el dolor, mitigar la ansiedad de los pacientes
y predecir con mayor o menor exactitud los progresos de la
enfermedad. Como los seres humanos se recuperan de un modo
natural de muchas enfermedades, los cuidados
prestados por el medico eran retribuidos. El formidable aparato
de drogas que
integraba la farmacopea se había compilado parcialmente a
partir de las sustancias simples de la medicina antigua, basada
en una mezcla de magia y medicina popular, y en parte de las drogas
metálicas de efectos más violentos introducidas por
Paracelso en el renacimiento.
Casi todas ellas eran inútiles.
Aquí y allá, por ejemplo, con el empleo de la
química
para la malaria y de la vacuna contra la viruela se habían
descubierto algunas pocas medidas preventivas especificas que
habían tenido éxito
en virtud de afortunados accidentes,
pero la falta de una experimentación o de una teoría
adecuada hacia imposible su generalización.
Los descubrimientos se suscitaron inicialmente de la
aplicación de la química a las antiguas industrias
biológicas de la fabricación de cerveza y
elaboración de vino, cosa que permitió entender por
primera vez que algunas enfermedades mortales, como carbunco, la
hidrofobia, el cólera
y la peste, son el resultado de la invasión del cuerpo por
organismos vivos que provienen del exterior, revelando incluso de
prevenir el contagio. A partir de entonces, y al menos en
principio, estaba abierto el camino para el dominio de la
enfermedad.
Durante mucho tiempo la
medicina fue solamente empírica: se diagnosticaba por los
síntomas y se aliviaba el dolor aunque no se curase la
dolencia o la enfermedad. Hasta el siglo pasado toda la medicina
era la clínica médica.
En nuestro siglo, irrumpen en el campo medico las
biotecnologías que aplican las nuevas técnicas al
progreso de paciencia y a las practicas experimentales,
profundizando el estudio de las etiologías, precisando los
diagnósticos y aconsejando las terapias apropiadas a las
más diversas enfermedades, especialmente los tratamientos
medicamentosos y quirúrgicos. La practica de la medicina
que es la ciencia y el
arte de curar
a los los enfermos y preservar su salud, significa para el
profesional, el deber de desplegar una actividad
técnicamente perfecta y someterse a la disciplina
ética propia de su profesión.
Las cuestiones que abarca hoy la investigación científica en el campo
de la teoría y practica de asistencia de pacientes
mediante el uso de una avanzada tecnología,
demuestran que la ética medica de hoy excede las normas de
la deontología contenida en los códigos de
Ética profesional cuyo incumplimiento conduce a los
infractores ante tribunales respectivos integrados por sus
pares.
El presente siglo XX estuvo caracterizado por grandes
progresos de la ciencia médica desde los tiempos de
Hipócrates, tratando de llegar a los orígenes de la
vida misma, investigando los misterios de las enfermedades
funcionales y corporales, los mecanismos metabólicos,
escrutando las cavidades más íntimas del organismo,
sintetizando varias substancias para contrarrestar los efectos
letales de las enfermedades, creando la célula
viva en el laboratorio,
reemplazando órganos vitales (riñón,
corazón, pulmón) con la
cirugía, practicando la vídeo cirugía de
invasión mínima. Para llegar a este objetivo tuvo
que asociarse con otras ciencias como
la física que le ofrece sus equipos electrónicos,
la bioquímica
para los métodos de
diagnóstico, la sociología y la antropología para el estudio de las
enfermedades del hombre en su
medio o hábitat.
Así, el curandero arcaico dio paso
respectivamente a la medicina primitiva, medieval, renacentista,
del barroco, de
la
ilustración, la contemporánea, la
atómica para ingresar a la cibernética y ve tú a saber que
otras cosas nos esperan en el futuro.
Salud y enfermedad,
evolución de conceptos:
En la medicina primitiva el concepto de la enfermedad es
mágico y misterioso, difícil de separar de las
creencias espirituales y de conformación del mundo, ya que
estas y las ideas médicas están íntimamente
relacionadas. Tras un análisis etiológico de la enfermedad
entre los pueblos primitivos se puede reconocer como causa de la
enfermedad, el hechizo dañino (algo así como el mal
de ojos), la influencia de un espíritu maligno, la
intrusión mágica de un cuerpo extraño y la
perdida del alma. Se puede
enfermar y perder el alma por el miedo súbito o por un
accidente imprevisto.
Se puede definir enfermedad como una alteración
mas o menos grave en la fisiología o el funcionamiento del
cuerpo, se puede definir salud al estar libre de enfermedad, pero
para nuestro efecto, la enfermedad no es únicamente dolor
y la salud no es únicamente ausencia de enfermedad sino un
proceso
complejo de adaptación que confluyen factores
biológicos, psicológicos y sociales.
La salud del hombre es un proceso complejo sustentado
sobre la base de un equilibrio
entre factores biopsicosociales. Lograr que el hombre se
adapte a su medio implica la manutención de un equilibrio
de la adecuada sincronización de las funciones de los
sistemas de su
organismo y en caso de surgimiento de un desbalance, esta
adaptación depende del restablecimiento de ese
equilibrio.
La enfermedad afecte tanto a la mente y ante todo
debemos aceptarla y cada cual debe tomar la dirección y la responsabilidad de su salud.
Preguntar que es la salud y que es la enfermedad es como
preguntar y preguntarse sobre que es la vida, etc. Es una
pregunta difícil de dilucidar y con un sin numero de
condicionamiento sociales, culturales, económicos,
religiosos, políticos. Pero debemos conocer cual es
nuestro prejuicio, el
que consciente o inconscientemente va a influir en y sobre
nuestro trabajo como
profesionales.
Necesitamos de un concepto de salud que sea
relativamente independiente de nuestros prejuicios, es decir,
necesitamos en cierto sentido una psicopatología diferente
a la clásica.
Es a partir de 1956, cuando la
Organización Mundial de la Salud (OMS., 1956) define
salud como: "El estado de
completo bienestar físico, mental y social, y no
sólo la ausencia de enfermedad".
Esta definición de salud incorpora el factor social como
elemento que también conforma el bienestar de las
personas, además de los factores, físico y mental,
tradicionalmente considerados. El factor social es además
un elemento determinante de la calidad de
vida y el bienestar de las personas que pasa a depender, no
sólo del mundo de la sanidad, sino también del
mundo social. En esta época, la prevención de las
enfermedades, la curación y la rehabilitación se
convierten en las actividades más idóneas para
proporcionar salud a los ciudadanos.
Medicina y
positivismo:
El positivismo es una escuela
filosófica, nacida del empirismo, fue
fundada por Augusto Compte (1789-1857) en la época de la
revolución
industrial: en un mundo en que se valoraron por sobre todo la
ciencia y la técnica. Partiendo de la tesis del
empirismo de que la fuente del conocimiento
es la percepción
sensorial, el positivismo amplía la validez de dicha
percepción tanto a la inmediata como a la mediata, esta
última, a través de registros y
medidas instrumentales. Se afirma que no es posible conocer los
principios y
primeras causas de los fenómenos y que el intelecto humano
en el campo de la ciencia ha de centrarse en establecer
relaciones de causa-efecto, en lo posible, cuantitativas que
permitan enunciar leyes
científicas. Así, el positivismo elimina de su
horizonte la metafísica.
Las normas de la metodología del conocimiento positivista
fueron enunciadas por Stuart Mill.
En la concepción comptiana, la ciencia y la idea
de la humanidad creadora se alzan a la altura de una
religión. A pesar de algunas reacciones en contra de esta
visión del hombre, el positivismo dominó el
desarrollo de las ciencias de esa época, en medicina, la
era de la bacteriología y de las
especialidades.
El positivismo hace su aparición en la facultad
de medicina. Se impone de la mano de los partidarios de una
fisiología materialista, que ponía a la materia como
base de la vida y del actuar humano, en contraposición con
la visión teleológica y teológica. Parten de
lo mas especifico y mesurable, tomando a esto como punto
principal de esta corriente, desechando las otras visiones donde
se hablaba de conocimientos y saberes que nada tenían que
ver con lo empírico, sino con lo imperativo desde el punto
de vista religioso y de la
moral.
Empezaremos por ubicar la medicina
antropológica.
Sus elementos primordiales son:
1. La base científica incluye ciencias
biológicas y ciencias sociales, conformando la denominada
"ciencia única de la persona"; asociación de
biología y
antropología. "El objetivo primario de las ciencias
sociales es lograr un conocimiento organizado de la realidad
social, que vendría a ser la suma total de los objetos y
sucesos dentro del mundo sociocultural como los experimenta el
pensamiento
del sentido común de los hombres que viven su existencia
cotidiana dentro del mundo, interactuando con sus
semejantes"
2. El hombre, y precisamente el hombre enfermo, debe ser
considerado como una integridad con individualidad.
3. La medicina es fundamentalmente una función
social; de esta caracterización provienen, sus obligaciones
para con la población y, a su vez, las obligaciones del
Estado con los profesionales de la salud.
4. Se suman derechos individuales y derechos de la
sociedad. La sociedad debe asegurar la vigencia plena de los
primeros. Se consagran los derechos de los enfermos, su
autonomía, a cuyo servicio deben
estar los trabajadores de la salud.
5. La medicina debe responder a una serie de normas de
ética, que en conjunto configuran lo que hoy se denomina
bioética
6. Así visto, el ejercicio de la medicina
requiere:
- Los estudios sistemáticos de las relaciones
entre los factores sociales, psicológicos y
biológicos que determinan la distancia entre salud y
enfermedad; - La aplicación de los principios
científicos al estudio de los fenómenos
subpersonales que afectan la salud; y - El enfoque integral y humanitario de la
práctica médica.
Este enfoque unitario de la medicina, como medicina
antropológica no debe ser considerada como una nueva
especialidad, sino como la imperiosa necesidad de resolver un
problema que ha suscitado amplios debates en el estudio y
ejercicio de la medicina, que debe ser encarado decididamente en
la instrucción y formación de los estudiantes de
medicina y residentes, de modo que desde un principio podamos
absorber la ineludible obligación de ejercer una medicina
de la persona en nuestra tarea científica y asistencial
futura.
Este pensamiento de unidad debe ser agregado al
minucioso estudio clínico del enfermo, e incluir el
interés
del médico tratante por él, tendiente a desarrollar
una relación interpersonal que sin perder su poder de
convicción -sin paternalismo ni autoritarismo perjudicial-
establece una estrecha y comprensiva relación
médico-paciente que le permita aprovechar positivamente la
indudable intuición del enfermo que se debe tener siempre
presente, así como de la racionalidad que será
necesario utilizar en el enfoque de su personalidad
total. Ello es en general difícil de lograr con el simple
interrogatorio de rutina despersonalizado y protocolar que sin
duda crea en el paciente la inhibición de manifestarse
abiertamente sobre su intimidad que incluye datos de singular
valor para valorar el curso de toda enfermedad, y de tanta
importancia desde el punto de vista médico para obtener
pautas invalorables para el diagnóstico y detectar las
reales y variadas causa etiológicas del proceso
patológico en desarrollo.
Los trastornos se constituyen como enfermedad cuando un
sujeto les asigna el significado de síntomas, quedando
así implicados los sistemas socioculturales y las
representaciones sociales e institucionales de una
sociedad.
Tales representaciones (modos de percibir, categorizar y
significar) y las conductas, constituyen la materia prima
de interrogación antropológica. Es decir, analizar
al proceso salud- enfermedad- atención en función
de su propia historia, su propia cultura, del estado de sus
relaciones familiares y sociales en un contexto político-
económico.
Ello no implica negar la dimensión propiamente
biológica del mal ni proceder a un estudio de caso
psicológico
La antropología médica. pretende restituir
a los actores sociales y a los especialistas del campo este
conjunto hecho de relaciones y representaciones, que la medicina
habitualmente expulsa hacia la periferia.
Bioética en la educación
médica:
La bioética juega un papel preponderante en la
educación
médica ante el avasallante, progresivo y constante avance
tecnológico. La responsabilidad de los docentes en
compartir los conocimientos y nuevas técnicas significa,
principalmente, ayudar en la formación de la
personalidad del futuro médico con desarrollo de las
cualidades deseables y advertir un aprendizaje
integral extendido a la docencia e
investigación biomédica.
Sin embargo, plantear que el importante desarrollo de la
Bioética se deba exclusivamente a una reacción a
los problemas
presentados por los avances científicos, nos parece una
explicación interesante pero incompleta del
fenómeno, porque también puede ser interpretada
como la renovación del cultivo de una antigua y siempre
permanente dimensión de la medicina, que de este modo
resurge como una necesidad intrínseca de su desarrollo y
maduración. En todo caso, sea como fuese, debe tenerse
presente que estamos ante un problema educacional de la medicina,
profundo y complejo.
La médicos siempre han aceptado la
responsabilidad moral que conlleva el ejercicio del poder
médico sobre los pacientes. Tradicionalmente, la ética
médica he expresado esta responsabilidad en forma de
códigos y tratados
éticos publicados por las propias asociaciones de
médicos. Todo poder profesional autorizado socialmente, y
especialmente el poder médico, lleva aparejada una
responsabilidad pública. El derecho a practicar la
medicina implica restricciones morales tanto internas como
externas.
El meollo de la situación es analizar el problema
de las relaciones entre libertad y enseñanza, lo que constituye una
cuestión vasta y compleja. Se trata, en definitiva, de
considerar la enseñanza de la Bioética como la
educación de la inteligencia y
de la voluntad del estudiante y del médico en
relación a una profunda aspiración de su naturaleza
espiritual de amor a la
verdad.
Ética y
enseñanza de las ciencias de la salud:
La enseñanza de la Ética Médica
debe jugar un papel decisivo e insustituible en la
formación, tanto del estudiante, sea este de pre o
postgrado, como del profesor de
medicina. Porque, tal como se ha dicho, la Ética
Médica forma parte inseparable del trabajo médico y
no solamente en ciertas condiciones especiales o excepcionales.
De ahí la importancia de la tarea que en este sentido debe
cumplir la Facultad de Medicina.
Por supuesto que no podemos olvidar que esta
formación moral, tarea que debe cumplir la Facultad de
Medicina, es complementaria de aquella, aún más
fundamental, que entrega la familia del
estudiante y la educación básica y
media.
Por tanto, para organizar la docencia de la Ética
Clínica debiera reflexionarse sobre un aspecto
indispensable: no basta una enseñanza formal de la
ética, aunque esté bien diseñada y sea
dictada por profesores idóneos, sino que este esfuerzo
educacional debe ser dirigido, en primer lugar, a la
formación moral del estudiante y de los futuros docentes,
demostrándole el valor de una vida virtuosa y en
particular estimulándole en la adquisición de
aquellas virtudes necesarias en su relación con los
pacientes y con los miembros del equipo de salud. De ahí
la importancia del buen ejemplo que en su comportamiento deben
dar los docentes de una Facultad de Medicina y en particular de
los hospitales universitarios, el que debe concordar con sus
enseñanzas.
Los principios éticos fundamentales de la
medicina, que fueron expuestos tan claramente en el Juramento
Hipocrático, actualmente están siendo puestos en
duda y, con ellos, muchos otros que han sido considerados durante
mucho tiempo igualmente válidos. En efecto, la medicina se
ha ido impregnando en los últimos tiempos con un
relativismo moral cada vez más acentuado.
La medicina actual necesita hoy no tanta ciencia como
sabiduría, que es la ciencia suprema de las últimas
causas, eminentemente ordenadora y que no es tal si no va unida a
un modo de vida inseparable del conocer mismo.
Por todo lo dicho, parece que actualmente se hace un
deber rescatar algunos principios morales fundamentales que
surgen de la propia naturaleza
humana, que en ella tienen su raíz y con la ayuda de
ellos restablecer una sana ética médica.
En resumen, hay acuerdo en considerar que hay dos
aspectos indisociables en la enseñanza de la Ética
Médica. El primero es aquel que considera la importancia
de la formación que recibe el estudiante en el medio
social constituido por la Facultad de Medicina y hospitales
universitarios, por medio de relaciones
interpersonales y actitudes
ejemplarizadoras que debieran dar un sello de familia a la
Institución Universitaria y en cuyo molde debiera el
estudiante formar su carácter de médico. El
segundo, es la enseñanza formal, en la que debiera darse a
conocer los criterios que lo ayudarán a discernir el bien
del mal y sobre todo, a descubrir el valor primordial del amor,
del bien y de la verdad.
Principales
teorías
éticas
Existen diversas teorías
éticas, cada una de ellas tiene un fundamento en el
cual se basa para tratar al paciente y hacen hincapié en
distintos aspectos (ya sea bienestar individual, social, etc).
Haremos una breve reseña de algunas teorías y luego
ampliaremos mas en las teorías de deontologismo y
consecuencialismo.
Casuística
Esta se centra en la toma de
decisiones ante casos concretos. Formulan que conociendo las
circunstancias y haciendo una reseña histórica de
casos similares se puede llegar a un juicio moral adecuado. El
objetivo consiste en actuar de acuerdo al consenso social a casos
anteriores tanto médicos como legislativos.
Consideran a la ética como un conjunto de
practicas y juicios basados en la experiencia, sabiduría y
prudencia. Establecen una tiranía de los principios cuando
estos son utilizados sin adentrarse en la situación
puntual.
Ética del cuidado
Se define cuidado como la preocupación por el
compromiso y el deseo de actuar por el beneficio de las personas
con las que se tiene una relación estrecha. Establece que
en muchas relaciones
humanas las condiciones no son equitativas y que para que la
respuesta moral sea deseable, lo importante es atender las
necesidades humanas y no tanto respetar estrictamente sus
derechos. Así, es necesaria una identificación con
el sujeto en toda relación moral.
Las ética del cuidado le otorga a las emociones un
papel moral, basándose en que tener una actitud emocional
determinada y expresar la emoción apropiada es moralmente
relevante. Los agentes morales deben tener en cuenta
también los sentimientos de las personas con las que se
interactúa, pensando en sus necesidades y
circunstancias.
Comunitarismo
Consideran que todo lo básico para la
ética deriva de los valores
comunitarios, del bien común, de los objetivos
sociales, de las practicas tradicionales y de las virtudes de la
cooperación. Estos proponen el abandono de los principios,
la política y
los derechos a favor de los principios, bien común y
estilo de vida
de la comunidad. Se
asume que el consenso comunitario constituye la base para las
reglas moralmente aceptables y que los acuerdos intersubjetivos
no pueden cuestionarse poniéndose como base la
racionalidad.
Individualismo liberal
Abarcaremos en este punto a la teoría de los
derechos para la cual en toda sociedad democrática el
individuo debe estar protegido y tener posibilidad de luchar por
sus proyectos
personales. Los derechos son peticiones que los individuos
reclaman a otros o a la sociedad. Tener un derecho implica estar
capacitado para determinar, de acuerdo a un sistema de elecciones
propias, que es lo que los otros deben o no hacer. Los derechos
morales son reclamos justificados por principios y reglas
morales.
Ética del carácter
La virtud es un carácter socialmente valorado.
Una virtud moral debe basarse en razones morales. Y se define
como la disposición para actuar de acuerdo a los
principios, las obligaciones o las ideas morales. Pero no hay que
dejar de lado al motivo. Entonces redefinimos una virtud moral
como la
motivación a actuar de acuerdo a un principio moral.
Una persona moralmente buena, con la adecuada
configuración de deseos y motivos, tiene mas posibilidades
de entender lo que debe hacer, de realizar los actos necesarios y
de crear y actuar según los ideales morales.
Deontologismo
La deontología está formada por un
conjunto de normas que sirven para guiar la conducta humana
individual y social con un carácter pragmático.
Sería en la Ilustración cuando se desarrolló la
Teoría de lo Pragmático: aquella que selecciona
entre diversas posibilidades aquella más eficaz para
alcanzar el fin propuesto.
Bentham define la "deontología"
etimológicamente como: ciencia de lo que es conveniente y
justo, de los deberes (deber / obligación + ciencia).
Según este autor, de la ética clásica hemos
heredado la obligación y el deber, pero ninguna de las dos
cosas motivan a la persona. La motivación
de lo ético parte de la motivación del interés, no del
deber. Bentham opina que nuestros deberes serán aquellos
que se identifiquen con nuestros intereses, ya que el hombre se
mueve siempre en función de dos variables:
placer y dolor, y lo hará de un modo mecanicista (buscamos
placer, huimos del dolor) y asociacionista (lo que asociamos al
dolor nos repele). El único motivo por el que acatamos las
normas es por el placer que obtenemos de ello, y por el dolor que
nos provoca la desobediencia.
La deontología ayuda a la inteligencia, de modo
que ésta pueda guiar a la voluntad en busca del bienestar,
y lo hace poniendo a su disposición los medios
más adecuados. Entiende que la voluntad se somete siempre
a la razón, y que la deontología también es
una forma de vida que podemos asumir.
La deontología se basa principalmente en el
pensamiento de Immanuel Kant. Para quien
el juicio moral se basa principalmente en razones que puedan ser
generalizadas para casos similares. Así, la moral esta
basada en la razón pura y no en la tradición,
intuición, conciencia, emoción o compasión.
El valor moral de un acto es dependiente de la aceptabilidad
moral de la regla en la que este basada, y la obligación
moral es dependiente de la regla que determina la voluntad del
individuo. Kant define el imperativo categórico como una
prueba a la que deben someterse las acciones:
"debo actuar en toda ocasión de forma que siempre desee
que mi máxima se convierta en regla universal", y la toma
como criterio para determinar la aceptabilidad de las
máximas que dirigen los actos.
La segunda norma kantiana dice que debemos actuar
considerando a toda persona un fin y no un simple medio. Con esto
remarca que deben ser tratadas con respeto y dignidad moral a
todas las personas a las que utilizamos como medios para lograr
un fin.
Consecuencialismo
Rama filosófica que basa sus teorías en la
consideración de que un accionar es correcto o incorrecto
en función de sus consecuencias. Así, un accionar
siempre será correcto en función de un buen fin.
Siempre deberíamos obrar para obtener el máximo
beneficio o el menor perjuicio posible.
El utilitarismo es la rama mas fuerte de las
teorías consecuencialistas. Fue formada por Bentham y Mill
a mediados del siglo XIX. Quienes concebían la utilidad en
función de la felicidad o placer. La filosofía
utilitarista actual considera otros valores como la amistad, el
saber, la belleza, la autonomía, los logros personales,
etc.
Dentro del sistema utilitarista podemos encontrar
utilitarismo de actos y de principios.
Los utilitaristas de actos considera a las reglas
morales útiles para guiar el accionar, pero no
imprescindibles. Serán consideradas prescindibles en caso
de que no favorezcan la utilidad. Cumplir una regla como la
veracidad no siempre maximiza el bien general.
Para los utilitaristas de principios (o de reglas) un
acto es correcto conforme este de acuerdo con una regla
justificada por la utilidad. En este caso no se maximiza la
utilidad sino cumplir las reglas morales que la rigen, en
creencia de que finalmente el cumplimiento de las reglas morales
será beneficioso para la sociedad.
Hay que cuestionar que el utilitarismo no siempre moral.
Así, se pueden considerar muchísimos actos de la
practica biomédica útiles pero no por eso morales o
aun mas, legales. Sobre la base de que la mayoría de los
actos utilitaristas tienen como consecuencia una mejoría,
se podría decir que la teoría se basa en el
principio de la beneficencia.
Principialismo
Se basa en que los principios son una guia de acción
normativa que establece las condiciones de permisividad,
obligatoriedad, corrección o incorrección de los
actos que estas abarcan.
Según Hume: "los principios en los que los
hombres se basan moralmente son siempre los mismos, aunque las
conclusiones sean a menudo muy diferentes". Esto esta dado porque
al plantearse un conflicto, el
Principialismo deja lugar a una mediación, evitando la
intransigencia de una normativa rígida, siempre y cuando
se establezcan buenas razones para el accionar.
Luego de haber realizado esta monografía, considero que muchos conceptos
que no entendía como esenciales para la práctica
médica me han demostrado cuan importantes son en la
formación de los médicos.
La formación médica no es solamente
conceptos teóricos, fisiológicos o estudios
complejos de patologías, es importante que éste
este capacitado para respetar los derechos del paciente, sabiendo
que nadie puede ser obligado a someterse en contra de su voluntad
a un tratamiento clínico, como en el caso de los
religiosos ortodoxos, pero ello es parte de la profesión y
en el caso de que esta actitud atente contra la conciencia del
médico tiene la posibilidad de negarse a atenderlo siempre
y cuando lo pueda derivar a otro profesional, para que no sea
considerado abandono de persona.
Es esencial asumir el papel que cumple la
bioética como regulador de los avances
tecnológicos, tratando de llegar a un punto de acuerdo
entre la ética y los beneficios que puede obtener la
sociedad, nunca descuidando que se transformen en beneficios
personales.
BLANCO, Luis G.: Muerte digna.
Consideraciones bioético-jurídicas, Ad-Hoc,
Buenos Aires,
1997
BLANCO, Luis G. "Algunas consideraciones acerca del
"bioderecho" en la Argentina"., en Cuadernos de Bioética,
año 3, n° 2, Ad Hoc, Buenos Aires, 1998.
OUTOMURO, D.; ¿Qué es esa cosa llamada
"Bioética"? Rev. Medicina Interna (Sociedad de Medicina
Interna de Bs. As. – AMA) vol. 1, n º 2, pp 40 – 50,
nov-dic, 1999.
Agustina Paoletta
Materia: Bioética I