(Capitulo del libro en
Colombia
sí hay guerra, editado por insumisos latinoamericanos y
dirigido por Robinson Salazar y Cesar Velásquez
Monroy,
próxima edición
en )
- El gran negocio de la
guerra - El nuevo perfil del plan Colombia
en la era Bush II - Anexos
- Bibliografía
El mundo, a partir de la década de los ochenta
del siglo pasado, entró en una nueva fase de
confrontación bélica que denominamos Nueva Guerra.
Es nueva en la medida que supedita el carácter político-militar a los
intereses económicos, no confronta a un enemigo en
particular, sino que busca apropiarse de los recursos
estratégicos y necesarios para el desarrollo y
expansión del capitalismo;
es una guerra no creada para el propósito de contrarrestar
a un ejército subversivo y con proyecto
antisistémico, puesto que no existe, más bien su
orientación está en confrontar a todo aquello que
se opone o resiste a la privatización y usurpación de
recursos previamente focalizados (gas, petróleo, agua y
biodiversidad), lo cual le da el distintivo de
guerra privatizadora o expropiadora.
El caudal de recursos descansa en una base amplia que
liga tres elementos importantes: tecnología, comunicación digital/satelital y nueva
forma de combates que evitan la confrontación
directa.
Estamos ante una nueva organización y operatividad logística que no es manejada por intereses
geopolíticos y geoestratégicos, donde el
territorio, el lugar, el sitio era preponderante para el dominio
territorial; ahora interesa más la alianza militar para
controlar, privatizar o usurpar recursos estratégicos que
den más vida al capitalismo, bajo el domo convergente de
la producción de las empresas
transnacionales, el comercio
internacional, el capital
especulativo y otras formas de cooperación que se mueven
alrededor de los intereses de la economía capitalista
y que funcionan como poder de
facto.
Se magnifica y se observa con mayor contundencia la
nueva guerra en lugares o naciones donde el Estado
abandonó su papel protagónico, se erosionó
el control de la
violencia
legítima, las fuerzas militares entraron en el circuito de
la colaboración internacional y las policías
antinarcóticos entraron a remplazar a la inteligencia
nacional.
Lo anterior se fundamenta en la teoría
de los norteamericanos que afirma que su nación
no será segura mientras no lo esté el
aprovisionamiento mundial de energía, de ahí que la
intención del manejo de la política
internacional que coloca a la economiílla como centro de
su quehacer diplomático, denominado como ejercicio
"econocentrico", cuya finalidad es priorizar las relaciones y
control en zonas en donde la riqueza estratégica le
permite asegurar un funcionamiento como modelo
capitalista y base de la industrialización
(1)
De esta tesis se
desprende una afirmación clarificadora del sentido de los
conflictos de
hoy, en especial de Latinoamérica, que abunda en la importancia
de los recursos estratégicos como signo y propósito
de las nuevas guerras, donde
el velo ideológico no es enarbolado, sino la defensa,
mediante el imaginario antiterrorista, de las materias que
permitan prolongar el control de la energía y
consubstancialmente del modelo de dominación de las
grandes potencias sobre las naciones pobres que concentran
riquezas naturales.
Ahora bien, EE.UU. es el principal agente
protagónico de esta nueva guerra en la medida que requiere
el 30% de la energía consumida por la humanidad,
disputándose este consumo con la
tendencia industrializante del capitalismo que día tras
día incrementa el consumo de energía.
Cifras que nos facilitan esta comprensión es el
crecimiento inusitado de la población mundial que se aproxima a
más 6 mil millones de habitantes en el planeta; los cuales
consumen energía para desplazar a más de 520
millones de autos
particulares; asimismo son mayores los hogares que cuentan con
televisores, refrigeradores, aire
acondicionado, calefacción, ordenadores personales que
van consumiendo mayores cantidad de petróleo,
agua, gas y elementos de la biodiversidad que ponen a la
humanidad en un predicamento y a incitar los conflictos por
controlar los recursos. A todo esto hay que agregar la
industrialización acelerada de China y la
India, que
demandan cada día mayor consumo de energía y otros
recursos como hierro,
acero, aluminio,
etc.(2)
Todo lo expuesto, imposibilitó a los Estados
Nacionales a actuar o usar la fuerza, en el
ámbito internacional o contra otro Estado de
manera unilateral, desestructurando la autonomía o poca
independencia
que tenían antes de los ochenta del Siglo XX, pero las
vinculo a la orbita de las decisiones de los centros
hegemónicos y usurpadores de recursos
estratégicos.
Otro aspecto digno de destacar en la nueva guerra, es la
forma de operar en el escenario de la confrontación, no
interesa el territorio, sino el recurso, que puede ser, mineral,
hídrico y/o estratégico; humano o poblacional para
desestructurar al enemigo, por lo que el espacio territorio no es
una pieza importante en el ajedrez de la
confrontación.
Esta nueva guerra requiere de alianzas, no porque el
poderío militar de los EE.UU. esté en decadencia,
sino porque en el control de la energía están
implicados varios estados que son parte del dominio imperial.
Europa y Asia no cuentan
con recursos estratégicos importantes; EE.UU. cuenta con
ellos de manera limitada y Medio Oriente los posee, la zona del
mar Caspio concentra una gran parte al igual que América
Latina, de ahí que en esas regiones poseedora de
recursos los conflictos estuvieren a la orden del día y
los provocadores serán las santas alianzas de las grandes
potencias.
La alianza es pieza fundamental en la medida que la
sociedad
industrial acelera su desarrollo, puesto que cada incremento
tecnológico abre una válvula más de consumo.
Hagamos un ejercicio con el agua y
el
petróleo.
Las reservas del petróleo, según cifras
del Departamento de Energía norteamericano, estipula que
para mediado del Siglo XXI no alcance a cubrir la demanda
mundial. Si para el año 2000 eran calculadas en 1.033
billones de barriles, estos cubrirían unos 40 años
más si se mantiene el ritmo de consumo de 73 millones de
barriles diarios, pero si se incrementa 2% anual como
prevé, se acorta la vida de la reserva. La esperanza
puestas en los nuevos descubrimientos no es alegría en la
medida que no existe en la actualidad la tecnología
adecuada para extraerlo.
Lo mismo sucede con el agua, la reserva potable y dulce
del liquido apta para consumo humano es de 3% del total
existente, la mayor parte de ese 3% esta en los glaciares y
casquetes polares, por lo que el volumen accesible
es de 12 mil kilómetros cúbicos, y la mitad la
consume la humanidad. En los próximos años de
pronostica un consumo de 100% y la escasez se asoma
como nueva amenaza, amén de que este recurso por su
naturaleza
recorre muchos tramos de territorios que permite ser compartido
por varias naciones, al ejercer el control para garantizar el
abastecimiento, desanuda conflictos por el agua como ya se
observa en varios lugares del mapa mundial. (3)
A partir de 1990, con la invasión de Kuwait por
parte de Irak, EE.UU.
entro en la etapa de alerta y comenzó a instrumentar la
nueva estrategia de
guerra global, militarizando las principales regiones petroleras
y de agua, lo mismo hizo Rusia con el
Cáucaso y el mar Caspio y los Chinos en el mar de China
meridional, cuyo fin es el de brindar una seguridad
petrolera a las potencias económicas. Para el caso de
América
Latina, hay países que ameritaban ser incorporado al
cinturón militar por las reservas de materia
estratégicas, esos países son: Venezuela y
México
como productores de petróleo, Colombia por carbón y
agua para producir energía a través de
hidroeléctricas, Argentina y Paraguay por el
manto de aguas del Iguazú y Centroamérica por la
reserva potencial de petróleo en el Petén de
Guatemala y en
la región del Limón de Costa Rica, las
cuales no están explotadas pero si exploradas y registrado
su potencial; además, las construcciones en estudios y en
curso de represas como la hidroeléctrica de Chixoy en
Guatemala, Central Hidroeléctrica "Bonyic" de Panamá que
se agrega a las ya legendarias de Miraflores, Madden, y
Gatún; el Chaparral de El Salvador entre otras de la misma
o mayor importancia que se unen a la interconexión
eléctrica que se tiene pensado montar.
El caudal de aguas que recorren las tierras
latinoamericanas abren la posibilidad de abastecer de
energía a las grandes empresas con hidroeléctricas,
construidas por capital privado, al margen del Estado y contra
las comunidades que la defienden.
Mapa 1.
Represas Hidroeléctricas en
MesoAmérica/ Por Agustín Tevalán
Hernández
http://www.ecoportal.net/contenido/temas_especiales/energ_as/represas_hidroel_ctricas_en_mesoam_rica
El Agua es el otro recurso que aparece como botín
de la nueva guerra y presenta un cuadro desalentador, los
cálculos de las Naciones Unidas
indica que en el 2025, unos 2.500 millones de personas no
tendrán acceso al agua potable y
a los servicios
sanitarios; que la distribución del agua y la población
no es uniforme, en Asia se reúne el 60% de la
población mundial y sólo tiene el 36% de recursos
hídricos; Europa con el 13% de la población tiene
el 11% de agua; América del Norte y Central con el 8% de
la población dispone del 15% del agua. América del
Sur, con 6% de la población universal dispone del 26% de
agua y por último, Oceanía
con el 1% de población cuenta con el 4% de agua.
(4)
Como nos ilustran las cifras, el agua es un recurso
importante para ejercer el dominio político, dado que ese
liquido nutre a muchas empresas trasnacionales ligadas a las
bebidas, provee energía a través de las represas,
es indispensable para la producción agrícola y
vital para el consumo humano; sus aristas posicionan al agua como
un recurso que genera dinero, de
ahí que una de las pretensiones del Área de
Libre Comercio
de las América, ALCA. Estados Unidos y
de las corporaciones transnacionales es provocar las privatizaciones de los recursos
hídricos.
El interés
que denotan los megaproyectos hidroeléctricos están
delineados en tres planes de infraestructura: la North American
Water and Power Alliance (NAWAPA), el Plan Puebla
Panamá (PPP) y la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional
de Suramérica (IIRSA. NAWAPA pretende desviar los vastos
recursos hídricos de Alaska y el oeste de Canadá a
Estados Unidos. El PPP por su parte, tiene proyectadas variadas
obras de infraestructura a lo largo del istmo mesoamericano,
incluyendo la explotación de las abundantes provisiones de
agua fresca del Petén guatemalteco y del sur de
México. El IIRSA, el más ambicioso de los tres,
propone corredores industriales y enormes proyectos
hidroeléctricos y de hidrovía por todo el
continente suramericano. (5)
Para garantizar que los objetivos del
ALCA, el Plan Puebla Panamá, el Plan Colombia y el Plan
antiterrorista del MERCOSUR militar
norteamericano se plasmen, se han tomado las medidas necesarias
para controlar el recurso a través de
militarización, de ahí que la escalada que se da
actualmente sea consecuencia de la nueva guerra, de ahí se
desprende que el Plan Colombia, el Plan Puebla Panamá, el
Plan Dignidad en
Bolivia y
ahora el recién instrumentado Plan antiterrorista del Cono
Sur o MERCOSUR MILITAR no son planes de desarrollo regional, sino
segmentalizaciones de poder que el imperio diseña para
controlar y dominar esta parte del hemisferio.
Estos planes militaristas se exhiben en áreas
donde el agua abunda, el petróleo existe y el gas se
asoma, tales son los caso de Colombia, México, Venezuela,
Amazonas, Bolivia y el área del Iguazú, sin restar
intensidad a otros lunares de conflictos
confrontativo.
Mapa 2. Recursos de petroleros
Mapa 3. recursos hídricos y
biodiversidad
Mapa 4. Presencia y bases militares
Mapa de recursos petroleros, hídricos,
biodiversidad y territorios militarizados
Para ver los gráficos seleccione la opción
"Descargar" del menú superior
http://www.visionesalternativas.com/militarizacion/mapas/mapahegem.htm
Las razones de carácter militar para la
ocupación de los territorios a través de los Planes
mencionados, son las estimaciones que se han realizado sobre las
reservas petrolíferas en Latinoamérica, las cuales
nos ofrecen un cuadro de riesgo;
México, por ejemplo, cuenta con un potencial de
petróleo extraíble con la tecnología vigente
hasta el año 2012, y el gas hasta el 2007; Venezuela tiene
30 años más para seguir explotando pero cuenta,
además, con petróleo asfáltico, lo cual le
prolonga más sus reservas; Colombia enfrenta escasez de
autosuficiencia petrolera; Bolivia cuenta con recursos de gas
voluminosos, 27 trillones de pies cúbicos (TCF) que
alcanzaría para exportar hasta el 2024; y aparecen otros
sitios donde puede existir grandes reservas, como el Peten en
Guatemala, Costa Rica y Ecuador.
Sin embargo, analistas y expertos plantean que la
producción de gas toca techo en el 2020, donde
países como Canadá asumiría la crisis en 2005
y EE.UU. dependería más del gas que del
petróleo, pasando del 14% de hoy a más de 55%, si
tomamos en cuenta la construcción de 272 centrales
hidroeléctricas de gas en ese país.
Sudamérica es, por la cantidad de recursos
hídricos, un espacio de guerra en la lógica
expropiadora del capitalismo vigente.
Tabla 1.
Reservas de petróleo mundiales*
(Miles de millones de barriles)
Arabia Saudí 265,3
Irak 115
Kuwait 98
Irán 96,4
Emiratos Árabes
Unidos 62,8
Rusia 54,3
Venezuela 47,6
China 30,6
Libia 30
México 26,9
Nigeria 24,1
Estados Unidos 22
Argelia 12,7
Noruega 10,1
*Países con más de
10.000 millones de barriles Fuente: US Energy Information
Administration. Enero 2001
Otro lado de la geometría de la nueva guerra, es que la
obcecada búsqueda por privatizar el agua tiene un objetivo
definido, usar el recurso para lucrar ante la nueva demanda del
líquido vital; además, la privatización
posibilita la construcción de hidroeléctricas que
incrementaría el valor de la
expropiación en tanto que genera energía, misma que
escasea por el desbasto de petróleo.
Bajo esta lógica, aparecen los planes
intervensionistas, Plan Dignidad, Plan Colombia y Plan Puebla
Panamá; aunados a ellos los planes segmentados como la
militarización y privatizaciones en el sur de Argentina,
el Iguazú, las represas en Centroamérica y la
focalización de los ríos que faciliten la
interconexión eléctrica entre Colombia y
Panamá pasando por el Darién.
El Plan Puebla Panamá deja de ser un proyecto
regional y traspasa las líneas fronterizas iniciales y se
conecta con el Plan Colombia a través del proyecto que
anuncia el Sistema de
Interconexión Eléctrica de los Países de
América Central –SIEPAC- cuya orientación es
la de construir una línea eléctrica de 500 Km que
costaría aproximadamente $200 millones de dólares y
conectaría el extremo panameño de la red de energía que
enlazará Centroamérica y México con los
países andinos, ya sea a través del Tapón
del Darién o del Golfo de Urabá, financiado por el
Banco
Interamericano para el Desarrollo, BID. (6)
La apertura del Darién para la
interconexión de los dos planes militares tiene un
costo de US$
231 millones, los cuales se utilizarán para terminar de
construir 110 kilómetros para unir la Carretera
Panamericana, mismos que completarían los 25 mil 500
kilómetros que unirían a la América del
Norte, Centroamérica y Sudamérica.
Este anillo de inversiones
para la militarización se cierra con la
construcción de un megapuerto" ubicado en la salida del
Canal, en el Pacífico, que tendrá un costo de 600
millones de dólares, en esa zona se puede apreciar al lado
de derecho de esta vista aérea el sector de Howard y la
playa de Veracruz. En el centro se construirá el proyecto.
A la izquierda se encuentra el Hospital de Palo Seco. (7)
la cual hará enlace con la base militar que
se construirá en Nicaragua, cuyas dimensiones en el
proyecto muestran que será más grande que la de
Palmerola de Honduras y servirá del "gran paraguas
geopolítico" de la doctrina de seguridad
nacional.
Ahora bien, el estudio elaborado por Ecology and
Environment Inc. e Hidromecánicas Ltda. mostró 13
posibles rutas, y recomendó 6 como las más viables,
veámosla:
Ruta 1: Es la más corta y barata pues usa
una parte de camino existente (40 Kms. afirmados entre El Tigre y
Lomas Las Aisladas. Sin embargo es la que menos recursos afecta
36 hs. de bosques y 40 de tierras ya deterioradas o potreros) y
no atraviesa resguardos, su mayor inconveniente es que pasa por
el Parque Nacional Los Katíos, de gran valor
biológico. Ese paso se evitaría con la
construcción de una carretera de 90 Kms. hacia el sur. El
problema de esa variante es que atraviesa 28 Kms. de pantanos, lo
que incrementa costos en 30
millones de dólares.
Ruta 2: Es similar a la anterior y aunque no pasa
por Los Katíos, afecta más áreas sensibles
(humedales y resguardos). Su trayecto es más largo en
Colombia y en Panamá. Es 13 por ciento más costosa
que la 1, atraviesa terrenos montañosos y pantanos y
requiere un puente más largo para cruzar el río
Atrato. La ventaja es que su paso cerca de Mutatá
integraría el eje Turbo-Mutatá con Riosucio
(Chocó), y daría impulso al desarrollo
económico de la región. Es la segunda
más opcionada.
Ruta 3: Tiene el mismo trazado de la 1 desde El
Tigre hasta el Atrato, en el parque Los Katíos. Es la
menos recomendada desde el punto de vista ambiental (atraviesa
unos 55 cuerpos de agua, áreas inundables, de alta
biodiversidad y cubiertas de bosque y de humedales.
Además, partiría en dos uno de los resguardos.
Pasaría por zonas desfavorables por sus condiciones
geológicas (suelos altamente
erosionables y orgánicos. Es más larga que las
otras y 38 por ciento más costosa que la 1; requiere 10
puentes más que ésta y el viaducto sobre el Atrato
también son más extensos. Al igual que la 2,
requeriría que Panamá cambiara sus planes. Es la
menos opcionada desde el punto de vista de la ingeniería.
Ruta 4: Tiene el mismo trazado de la 2
(sería una variación), hasta el sur de Los
Katíos, en donde se desvía al norte, y se une al
corredor de la ruta 1, justo al salir del parque. Evita las
reservas indígenas y varios ríos. Su ventaja es que
no atraviesa ni parques ni reservas ni afecta comunidades
indígenas pero, por su mayor longitud, atraviesa casi el
doble de bosque primario que la 1 en los que hay gran
biodiversidad. Físicamente tiene más ventajas que
la 2 y la 3. Entre Mutatá y Bocachica pasaría por
tierras ganaderas y podría convertirse en eje de
desarrollo como la 2 y de turismo ecológico. No
obstante, atraviesa áreas de conflicto
social y generaría peligro de colonización en el
parque.
Ruta 5: Se la incluyó para mantener una
opción de conexión con un puerto en el
Pacífico, pero no es el eslabón que falta en la
vía Panamericana. Si bien comunicaría el occidente
y el oriente de Colombia, requiere enormes inversiones en
infraestructuras. Tarda más tiempo, sus
costos son mayores y es la más vulnerable a impactos
directos o secundarios y abriría las puertas a la
extracción indiscriminada de recursos en un área
antes inaccesible. Pasa por áreas montañosas
cubiertas por bosques, reservas forestales y cerca de los
resguardos y de los terrenos usados por los indígenas para
su subsistencia. Por sus costos, por no conectar la Panamericana
y por el daño
que causaría, no está opcionada.
Ruta 6: No pasa por Los Katíos pero
sí por resguardos. No afecta recursos del golfo de
Urabá. Ayudaría a conectar las zonas bananeras y a
Chocó con Medellín mediante la carretera al mar.
Aunque tendría un tiempo similar de viaje a la 1, pese a
que es mucho más larga, su construcción se
dificulta por las mayores distancias entre ciénagas;
requeriría 14 puentes más que la 1, incluyendo uno
de 38 Kms. sobre pantanos y atravesaría terrenos de
condiciones muy difíciles. Su costo sería de
más del doble que la 1, y no se uniría con ninguna
de las carreteras planeadas en Panamá. Los expertos creen
que se debe descartar de tajo(8.
Pero no todo es gloria y desarrollo, todo esto viene
acompañado con la reubicación y supuesto desarme de
las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, ejercito paramilitar
creado en Colombia en la década de los ochenta del Siglo
XX en la región del Magdalena Medio con el objeto de
confrontar a un IV Frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarais
de Colombia –FARC– y
más tarde se extendió a varios puntos vitales del
territorio colombiano. Hoy día se negocia el desarme y se
les reubica en zonas estratégicas para la lucha
contrainsurgente y la limpieza social, tales como el Departamento
de Antioquia en zonas que colindan con el Departamento del Choco,
mismo que es frontera con
Panamá.
Se estima que son 8 mil los paramilitares en su total,
de los cuales un 40% de los desarmados se han reubicado en la
punta del Chocó biogeográfico catalogado a nivel
mundial como un "hotspot", líder
en biodiversidad en el que de forma consecutiva las actividades
de extracción mecanizada de madera,
seguidas por los cultivos de palma aceitera y ahora los proyectos
de infraestructura están ya de hecho convirtiendo en un
territorio estéril (9); asimismo existen minas de
Molibdeno, cobre,
oro, plata y
platino; abundante biodiversidad, el río Atrato que
atraviesa al Chocó es la cabeza del proyecto
norteamericano que busca el control de la Red Fluvial
Suramericana (SARS-IFSA) que unirá el río Orinoco
con los ríos Negro, Amazonas, Madeira,
Mamoré-Guaporé, Paraguay, Tiete, Paraná y de
La Plata; que permitirá el transporte de
Venezuela hasta Buenos Aires
(10)
¿Qué relación tienen todos estos
proyectos con el escenario de la desmovilización
paramilitar y de desplazamiento de comunidades civiles que se
está dando en Urabá?. Ya han sido declarados de
forma explicita los objetivos de incorporar a los "desmovilizados
paramilitares" en todos estos proyectos, especialmente en las
plantaciones de palma aceitera. No sería nada
extraño o no es difícil imaginar que posiblemente
la "protección" de la carretera y la ejecución de
lideres comunitarios será una tarea adjudicada a los
"nuevos reinsertados" para que no olviden su oficio de ejercitar
la limpieza social; también nos quita el velo para conocer
las razones que tiene el imperio para militarizar la zona de La
Balsa, en Río Sucio, lugar valioso por la riqueza que
guarda el Parque de los Katios. (11)
Ahora bien, la mayor inversión pública del Estado en
infraestructura se ha realizado en zonas de intensa violencia y
desplazamientos forzosos, fundamental en la región que
entronca el Plan Colombia con el Plan Puebla Panamá, donde
los corredores viales han crecido significativamente. La
interconexión de Puerto Berrio
–Arboletes-Medellín; Guaviare-Arauca;
Medellín-Pereira; el vínculo de los Departamentos
de Chocó con Risaralda es muestra del
interés económico que guarda el Plan Colombia para
ofrecérselo a los inversores de las
transnacionales.
Otro punto neurálgico para el proyecto de dominio
imperial es la Amazonía que está constituida en uno
de los ecosistemas
más ricos y diversos de la tierra con
aproximadamente 7 millones 160 mil kilómetros cuadrados.
La cuenca amazónica es depositaria de la mayor
extensión de bosques tropicales del planeta (56%) y de una
gran variedad biológica de ecosistemas, especies y
recursos genéticos. Hay cerca de un millón y medio
de especies conocidas y se estima que pueden ser más de
diez millones. Un somero inventario nos
indica la presencia de 50.000 variedades de mamíferos; 20.000 de reptiles, anfibios y
aves; 21.000
de peces; 140.000
de vertebrados; 90.000 de invertebrados y artrópodos;
90.000 de plantas
inferiores; 270.000 de plantas superiores y 55.000 de
microorganismos. Por el Amazonas y sus más de 7.000
tributarios corren 6.000 billones de metros cúbicos de
agua por segundo. Además es la zona que más
oxígeno
provee (40% del oxígeno del mundo) y mayor cantidad de
carbono capta.
Por eso se conoce como el pulmón de la humanidad
(12.
Por esos motivos y es estar ubicado en límites
con Perú y Brasil, se ha
reforzado el cinturón blindado militar en la
región, la cual almacena la siguiente
infraestructura
* Radar y base terrestre en Marandúa,
Vichada
* Brigada 24 del Ejército en el
Putumayo
* Brigada Oriental del Ejercito en Pto. Carreño y
el Dpto. de Vichada
* Radar y base terrestre en San José del Guaviare
y Escuela de
entrenamiento
de
Barrancón
* Brigada del Ejercito en Caquetá
* Base Militar Tres Esquinas, Putumayo
* Brigada de patrullaje fluvial en Puerto
Leguízamo, Putumayo
* Radar con base terrestre en Leticia, Amazonas
(13)
Todo ello es parte del El plan Colombia cuyo costo fue
al inicio, de 7.500 millones de dólares, de los cuales e
aportaron así: Estados Unidos abonó 1.500 millones,
la Unión
Europea 1.500 millones y los 4.500 millones restantes es un
préstamo a la banca mundial que
tiene que hacer el Estado colombiano, la suma de los 7.500
millones de dólares fue aplicada a la guerra
interna.
La aplicación del Plan Colombia en su aspecto
militar contrainsurgente, ligado al accionar de los paramilitares
y las alianzas perentorias y estratégicas en algunas zonas
del Ejercito de Liberación Nacional, ELN y las FARC, hizo
más complejo el panorama del conflicto y agregó
otro ingrediente inédito en la guerra, el desplazamiento
forzoso en varios departamentos de Colombia, siendo los
más afectados, de acuerdo con un documento suministrado
por la Oficina de Paz y
Convivencia del Departamento del Magdalena, El Carmen de Bolívar,
con un 3.9 por ciento; Santa Marta, 3.4 por ciento;
Fundación, en el Magdalena, con 3.1 por ciento;
Buenaventura, 2.1 por ciento; San Luis, 1.8 por ciento y Tierra Alta,
Córdoba, con 1.7 por ciento.
Los principales municipios de llegada son: Bogotá
13.19 %; Santa Marta 4%; Valledupar 2.8%; Medellín 2.7%,
Sincelejo 2.5%; Quibdo 2.4%. De la misma forma explica el
informe que en
Colombia, 20 micro regiones expulsan el 68 por ciento y reciben
el 62 por ciento de la población. Son ellas: La Sierra
Nevada de Santa Marta (expulsa el 10.5% y recibe el 12%); El
oriente antioqueño (expulsa el 9.4% y recibe el 9%);
Montes de María (expulsa el 8% y recibe el 6%);
Urabá ampliado (expulsa el 5.6% y recibe el 2.2%) y Centro
del Chocó (expulsa el 4.6% y recibe el 4%
(14.
Analizadas estas cifras, se determina que por grupos
poblacionales afectados, en los últimos dos años,
el 47.1 % de las personas desplazadas son mujeres y el 40.4%
menores de edad.
Del total de la población desplazada del
país, se estima que el 19.1% corresponde a
población negra y un 4.4% a población
indígena. Así, el 23.5% de la población
desplazada corresponde a grupos étnicos.
En las zonas abandonadas se están reubicando a
los paramilitares que están negociando el desarme, pero
algo que debemos resaltar es que no todos los paramilitares en
Colombia van a ser reubicados, los más diestros y afines
al gobierno de
Álvaro Uribe y a la
administración Bush serán contratados como
efectivos por empresas privadas y por el Pentágono para
integrarlos a las fuerzas civiles que resguardan la seguridad en
Irak, con sueldos de 7 mil dólares mensuales, bonos,
pólizas de seguro y otros
beneficios importantes; asimismo serán parte de empresas
similares a Executive Outcomes sudafricana, la Belarús de
Bielorrusia y Sandline International las cuales ofertan su
concurso para resolver conflictos que tengan que ver con la
defensa de empresas extractoras de recursos estratégicos
como ha sucedido en Angola, Bougainville en Nueva
Guinea.
Lo expuesto nos permite concluir parcialmente, que el
desarme paramilitar en Colombia va a enrarecer el panorama
conflictual y abrirá nuevos escenarios de guerra y
confrontaciones armadas en los sitios fronterizos, dado que la
profesionalización de los paramilitares en
ejércitos privados servirá para intervenir en
asuntos internos de países vecinos, vender su fuerza
represora a las empresas trasnacionales para instrumentar obras
de limpieza social cuando comunidades y pueblos se enfrenten a
las expropiaciones y brazo ejecutor de la criminalizacion de las
protestas populares en la región.
La parte operativa de los tres Planes no ha sido tarea
fácil, ha encontrado resistencia en
los pueblos indígenas y las comunidades campesinas,
especialmente en segmentos aborígenes, no obstante la
violencia ha existido como el recurso más eficaz para
resolver las diferencias y los conflictos de intereses, muchas
veces al margen del ámbito estatal pero más cercano
a la esfera paramilitar, a causa de que al encontrarse en una
reestructuración las distintas fracciones y grupos de la
vieja clase
dominante, los controles político-sociales se han
desajustado y no funcionan con eficacia, por lo
que han echado mano a la conformación, contratación
y operatividad de los grupos paramilitares para resolver toda
contingencia que ponga en riesgo los intereses de las empresas y
los nuevos propietarios. Es por ello que de los 22 mil 855
oficiales entrenados por el Pentágono en 2003, nueve mil
210 eran colombianos, y según expertos de la LAWGEF
(15) (según destaca un informe del Grupo de
Trabajo para
Asuntos Latinoamericanos LAWGEF, por sus siglas en ingles) y
otras entidades independientes norteamericanas, la mayoría
recibió sólo adiestramiento
"contrainsurgente".
Indudablemente que todo este trabajo no es posible sin
la complicidad de los gobiernos latinoamericanos, cuya
pusilanimidad los ha orillado a aceptar la estrategia militar
norteamericana. En Sudamérica, los 13 países tienen
1.006.500 efectivos que integran las Fuerzas Armadas, sin
considerar infantería marina, lo que equivale al 81 por
ciento de los militares de Estados Unidos, según un
informe basado en datos
oficiales.
El Balance Militar de América del Sur, elaborado
por el Centro de Estudios Nueva Mayoría de Argentina,
determinó que este año el número de tropas
no tendrá variantes sustanciales en la región, de
acuerdo con los presupuestos
aprobados en 2004.
Brasil, donde vive la mitad de la población de la
región, posee el 31 por ciento del total de fuerzas
militares, Colombia el 21 por ciento y Perú el 11 por
ciento, mientras que el resto de los países no llegan a
reunir individualmente el 10 por ciento.
En el Mercado
Común del Sur (MERCOSUR), cuya población casi
duplica a la de la Comunidad
Andina de Naciones (CAN), existen 19 militares por cada mil
habitantes, mientras que en el otro bloque regional hay 40
militares por millar de civiles.
A pesar de que el MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay
y Uruguay)
triplica en superficie al CAN (Bolivia, Colombia, Ecuador,
Perú y Venezuela), el tamaño relativo de sus
Fuerzas Armadas es casi tres veces menor.
En cuanto a la composición interna de esas
fuerzas, la rama mayoritaria es el Ejército, con un 70 por
ciento del total, mientras que el de la Armada ronda el 18 por
ciento y el de la Fuerza Aérea el 12 por ciento restante
(16.
Los militares en Sudamérica, en especial los de
Colombia, no se preparan de manera autonómica, sino que
aún reciben instrucciones en los EE.UU., en el año
2002 se adiestraron 34.013 soldados del mundo, de los cuales
13.076 eran latinoamericanos; los colombianos fueron capacitados
para desempeñar labores en ejercicios
antinarcóticos en la selva, operaciones
ribereñas, inteligencia militar y despliegue de comandos
inmediatos de élite.
De esta manera funcionan el Plan Colombia y el Plan
Dignidad en Bolivia, con la nueva de que ya se asoman los mismos
recursos paramilitares y de violencia en el corredor del Plan
Puebla Panamá, lo cual nos indica que nos acercamos a una
problemática compleja donde la violencia provocada por
grupos armados que actúan al margen del Estado va ir
incrementándose en la medida que vayan aplicándose
los recursos de la privatización de las empresas que
manejan el agua, la energía y en las poblaciones donde se
sitúan los bancos
biológicos.
Desde la aprobación del Plan Colombia, el
Congreso de los Estados Unidos restringió la presencia de
militares de ese país en Colombia a 500 y un máximo
de 300 contratistas privados, por ese motivo en Colombia no
existe autoridad
alguna para controlar la idoneidad de los contratistas, de sus
pilotos, y menos del tipo de operaciones que se ejecutan en el
país.
Ni la Aeronáutica Civil, el Ministerio de Defensa
o la Policía Nacional reconocen tener conocimiento
de cuántos contratistas extranjeros operan en el
país, y menos saben de sus actividades, sin embargo,
varios documentos de
inteligencia dan cuenta que la DynCorp administra al menos dos
programas en
Colombia, Colar (Colombian Army) y Helas (Helicopter
Assimilation-UH-IN). En su labor ha contratado un centenar de
pilotos.
Para evitar, inicialmente, el desarrollo de cualquier
tipo de controles colombianos, incluidos los fiscales, DynCorp
contrató originalmente a los pilotos por intermedio de
una empresa de
servicios temporales en Bogotá, Manpower de
Colombia.
DynCorp figura en Colombia registrada como una sociedad
originaria de la Gran Bretaña, con sede en Aldershot
Hampshire, sujeta a las leyes inglesas.
Su apoderado en Colombia es Jaime Trujillo Caicedo y el
representante, Kinney Dreher.
En el contrato
celebrado con el Departamento de Estado aparece registrada como
una sociedad estadounidense y sujeta a sus leyes. El contrato
S-Opraq-98-C-051 relaciona a la Patrick Support Division de
DynCorp Technical Services, que tiene sede en una base militar de
la Florida, con la operación en Colombia.
La práctica de subcontratar la guerra en Colombia
se ha replicado, y ya empresas nacionales de helicópteros
vinculan pilotos comerciales para operar en las zonas de
conflicto. DynCorp viene de dos países, una de las
empresas que entrena a los militares colombianos, tiene sede
declarada en los Estados Unidos. En Colombia, sin embargo, figura
registrada como de origen inglés
y desde el 27 de octubre de 2000, DynCorp Aerospace Operations UK
Ltd. se incorporó a la legislación colombiana con
el objeto social de "suministrar servicios de apoyo para
programas bilaterales contra los narcóticos entre el
Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno de la
República de Colombia".
De acuerdo con uno de los contratos en
poder de Periodismo de
Investigación de El Espectador (PIE), el
contrato de DynCorp con el Departamento de Estado se
celebró para tener como base de operaciones en los Estados
Unidos la Patrick Air Force Base, de la Florida, con Keith
Sparqke como "gerente de
locación" respecto del proyecto en Colombia
(17).
Hay otras empresas privadas, algunas de ellas
íntimamente relacionadas con los círculos de poder
de Washington, trabajando para el gobierno de Estados Unidos
(Lockheed Martin, ARINC, Northrop Grumman, MPRI…), pero por el
volumen de negocios, el
paradigma lo
representa DynCorp. Sus contratistas rocían campos de
coca, operan aviones y helicópteros del Departamento del
Estado, organizan programas de desarrollo alternativos, reparan
las avionetas y asesoran en materia de inteligencia al Ministerio
de Defensa colombiano. Este mini ejército norteamericano,
proporciona además pilotos, técnicos, y casi
cualquier clase de personal
requerido para realizar la guerra en Colombia, incluyendo
personal administrativo (18).
DynCorp, que suministra hasta cocineros. La Arinc
construye sistemas de
reabastecimiento de combustible para las pistas de aterrizaje. El
Grupo Rendon enseña a los oficiales de la policía y
del ejército cómo explicar el Plan Colombia. ACS
Defensa brinda apoyo logística y asesoramiento al personal
de la embajada (implicado en el Plan). La Lockheed-Martin ofrece
–entre otras prestaciones—
asistencia a los helicópteros de combate y a los aviones
de transporte de tropas. Northrop instaló y maneja siete
poderosos radares, coordinados con un sofisticado sistema de
espionaje aéreo. Esa compañía entrena
además a militares y paramilitares para "operaciones
especiales". Otras firmas como MariTech, TRW, Matcom o Alion,
utilizan avanzadas tecnologías para fotografiar desde el
espacio, interceptar las comunicaciones
y analizarlas. Esa información es transmitida al Sistema de
Reconocimiento del Comando Sur del Ejército de Estados
Unidos (Southcom) y a la CIA, que la tratan y la redistribuyen a
las instancias que eligen. Las fuerzas armadas colombianas son
las últimas en ser informadas. Ver anexos 1 y
2.
La esfera bélica de los planes en
ejecución es el verdadero negocio de la guerra, puesto que
detrás de cada incursión de carácter militar
está una empresa y un
grupo de inversionistas que lucran con el dolor de los pueblos
latinoamericanos.
El soporte militar está dividido en dos aspectos,
los que proporcionan el equipo de software y el hardware.
Veámoslo
EMPRESAS INVOLUCRADAS
Military Professional Resources
Inc.
MPRI
DynCorp
Lockheed Martín (sistema de
radar para mejorar tareas de aviación P-3 AEW/Radares
APS-138 y actualizarlos en APS45.
Costo: 68 millones de
dólares
Ayres Corporation (Optimizar en OV11 los
apararos OV10 de la Fuerza Aérea colombiana y modernizar
los programa de
Interdiction Aircraft, A37, OV10 y Tucan.
Facturaron 54.5 millones de
dólares, de los cuales 20 fueron para adquirir una nave
AyreS2r T-65 para la dispersión de herbicidas y a la vez
sirve para actuar en una guerra química con
defoliantes
Bell Helicopter Textron
(facilitará 42 Helicópteros Huey II equipados con
un motor T53, para
uso policial y militar a cambio de 75.6
millones de dólares.
United Technologies
Corporation
Sikorsky Aircraft
Facturaron 234 millones de
dólares
Vendieron: 18 Helicópteros
Blackhawk
5 Helicópteros K-Max y su
respectivo mantenimiento
por cuatro años proporcionado por Kaman Aerospace
Corporation
Northrop Grumman
Corporation
Aporta un avión NOC/RC-7 de
reconocimiento aéreo (ARL-M) a cambio de 30 millones de
dólares
Schweizer Aircraft Corporation
vendió un avión de alta tecnología con
sensores
infrarrojos Schweizer SA 2-37 equipado
Dupont, Monsanto y Agricultural
Biological Control (Ag/Bio.Con)
Facturan los herbicidas para fumigar
plantíos de coca.
Monto transado: Desconocido
EL NUEVO PERFIL DEL
PLAN COLOMBIA EN LA ERA BUSH II
Con la administración Bush la guerra en Colombia
entra en la fase de degradación, las confrontaciones han
abierto otros frentes de combate, la trilogía de la cual
nos habla Clausewitz (táctica-estrategia y
determinación del centro de gravedad) se ha desvanecido,
el recurso moral entra en
el circulo de la corrupción
y atrajo a su seno a todos los segmentos sociales de la nación.
Gobierno, fuerzas militares estatal, fuerzas insurgentes,
paramilitares, policías privadas, ejercito irregular de
denunciantes anónimos, complicidad del delito en todos
los rincones sociales y comercialización con la muerte ha
llevado al país a un desfiladero que no se otea un
horizonte de paz en los próximos 20
años.
El hecho de conectar el Plan Colombia con el Plan Puebla
Panamá y la ampliación o regionalización del
conflicto hasta llevarlo a las fronteras de Perú, Ecuador,
Brasil y Venezuela, es la égida de una búsqueda de
mantener seguras las reservas de petróleo que en
América Latina y El Caribe existen, las cuales cifran
alrededor del 13% de las reservas mundiales, siendo México
y Venezuela los dos países con mayores
recursos.
La tendencia incremental de las fricciones y
desencuentros entre el gobierno de Álvaro Uribe de
Colombia y Hugo
Chávez de Venezuela no es más que la
expresión de los intereses norteamericanos en asegurar el
suministro de petróleo venezolano, sirviendo el gobierno
colombiano de herramienta hostil para desarreglar las relaciones
entre los dos países y abrir una brecha para agilizar la
ingerencia directa en Venezuela.
Desde septiembre del año 2003, el gobierno
colombiano anunció el desplazamiento de un batallón
de 400 efectivos de elite hacia las fronteras con Venezuela,
mismas que se encuentran infectadas de micro células de
paramilitares a lo largo de la Sierra del Perijá, actuando
desde Maracaibo hasta San Antonio
del Táchira, secuestrando, extorsionando, asaltando y
provocando roces interfronterizos a lo largo de los 2,219 Kms de
línea de demarcación. Esta movilización
militar cuenta con 46 tanques AMX30 que Colombia adquirió
a España;
también dotó de nuevos recursos
humanos y logísticos la línea que va de
Castillete, Guajira hasta Río oro, en la zona de la
Gabarra en el Norte de Santander para que hagan
inspección, sin tener un punto fijo de vigilancia, sin
embargo, sirven de soporte a las células paramilitares del
Perijá.
Como auxilio para la labor de los militares, se han
establecido siete radares localizados en Turbo, Antioquia, San
José del Guaviare en Guaviare, Marandúa en
Guainía, la Guajira, Tres Equinas en Caquetá, el
Chocó y en la zona fronteriza de Venezuela. Estos radares
emiten las señales
a través de coordenadas a los aviones A37, OV10, Kfir y
Mirage las 24 horas del día a fin de ejercer un control
sobre los movimientos en las regiones de conflicto.
Indudablemente que el circulo se cierra con los 17 radares de
Aeronáutica Civil para vigilar el espacio aéreo,
esto sin mencionar los cinco adicionales que Aeronáutica
Civil está instalando en Leticia, Amazonas, El Picacho de
Bucaramanga, Cerro Belalcázar en Pereira, El Tablazo de
Bogotá y Carepa en el Urabá de
Antioquia.
Como se observa, el conflicto no es focal, sino guerra
nacional, aunque no se confronte bélicamente en las
regiones urbanas, los remanentes de la guerra si llegan al
entorno urbano, donde se ejecutan los secuestros, denuncia contra
lideres comunitarios o sindicalistas, ejecuciones contra
críticos del gobierno y silencio absoluto de lo que ocurre
cotidianamente.
Para agudizar la confrontación, a mediados de
2004, el presidente Bush, bajo la lógica confrontacional
exigió al Congreso incrementar el número de
militares norteamericanos, de 400 a 800, sin embargo le fue
autorizado 500 en total, cien más de los que venían
actuando, a la par brindó un apoyo económico mayor
a un nuevo segmento de la guerra, el Plan Patriota, cuyo
resultado es generar una metamorfosis en el Plan Colombia
inyectándole $110 millones en el año 2004 y se
enviarán entre 14 mil y 15 mil soldados al sur de
Colombia.
Plan Patriota tiene una definición dual, patriota
en tanto profundiza el nacionalismo y
coloca a Colombia como país asediado por las naciones
fronterizas que dan alojamiento a las guerrillas; regional, en
cuento
confronta a gobiernos que no apoyan la política
exterminadora de Uribe.
El objetivo es llevar la guerra más allá
de las fronteras de Colombia bajo el lema de llevar la
persecución de los insurgentes en territorio
interfronterizo, incluso, en estrecha colaboración con
agentes y corporaciones militares de las naciones que colindan
con Colombia, producto de
ello son las aprehensiones de dos dirigentes de las FARC, Juvenal
Ricardo Palmera, Comandante "Simón Trinidad" en enero de
2004 en Ecuador y Rodrigo Granda, "Comandante" en diciembre de
2004 en Venezuela, ambos cumplían labor de
divulgación y solidaridad
internacional, una, lo que ha derivado en un conflicto entre los
gobiernos de Chávez y Uribe.
Aquí se abre una ventana analítica para
disolver el engrudo de la política internacional y
nacional de la administración Uribe.
La política interna no se desvincula de la
externa, sino que conforman anillos concéntricos, donde
los nexos o enlaces entre los círculos son las dimensiones
que le da al concepto de
seguridad, cuyo objetivo es complejizarlo de tal manera que
incorpore el mayor numero de variables que
afecten la subjetividad colectiva de la ciudadanía con el objeto de colocarlas en
el terreno de la predisposición en contra de las fuerzas
insurgentes.
Las piezas discursivas buscan esa interconexión,
conectan lo global con lo local, lo mismo es el terrorismo que
acusa Bush en Irak que las FARC en Colombia, no hay
límite, distinción ni particularidad alguna, la
intención es hacer de esa amalgama una nueva amenaza en
contra de la seguridad humana, resaltando los temas
domésticos como el secuestro, el
robo, el asesinato, el miedo colectivo y la inseguridad de
los espacios públicos.
Esa seguridad humana vulnerada por el narcotráfico y los terroristas, no
sólo atentan contra las colectividades humanas, sino que
ponen en riesgo la seguridad económica, donde el
empleo, la
política publica, los ingresos al
fisco, las inversiones que generan empleo sufren deterioro y no
se ponen al servicio de
las comunidades, lo que genera desempleo,
miseria, hambre y pobreza. La seguridad económica
es otro lado del fenómeno que debe cuidar el Estado pero
solo no puede, dado que el narcotráfico y el terrorismo
actúan en ámbitos internacionales y combatir su
accionar requiere la cooperación de los países
aliados, de ahí la seguridad internacional es un
pilar para derrotar al enemigo.
El concepto de seguridad tiene tres dimensiones, donde
las acciones para
combatirlos tienen fronteras porosas entre cada dimensión.
Ahora bien, mostrarlo complejo pero relacionado con
ámbitos domésticos le ha permitido al gobierno de
Uribe la construcción de un imaginario del miedo que se
ubica como manto o domo que cubre la subjetividad colectiva de
los colombianos, donde todo aquello que atente contra la
seguridad (en sus tres dimensiones) pone en riesgo su salud, seguridad individual,
el trabajo,
los ingresos, la familia,
sus desplazamientos y sus pertenencias.
Ese discurso ha
permeado a muchos sectores sociales de Colombia y lo
estructuraron justo cuando los conflictos, por la
desintegración de la Unión Soviética, se
desideologizaron y se tuvo que reinventar un enemigo para seguir
apropiándose de los recursos estratégicos, de
ahí surgieron las nuevas amenazas, de las cuales, dos son
las que se priorizan en Colombia: Narcotráfico y
Terrorismo; en esta vertiente política surge la seguridad
democrática, como un afluente del pensamiento
neo-conservador norteamericano que se fecunda en
Colombia.
La Seguridad Democrática es un instrumento
discursivo para acusar a todo aquel que piensa o actúa
distinto al gobierno; es parte del conjunto de la caja de
herramientas
que contiene, además de la seguridad democrática,
la ley de armas, la
creación de redes de informantes y los
soldados campesinos, todo ello significa que el paramilitarismo
se queda y se acepta como un fenómeno de
paranormalización, donde el objetivo es hacer extensional
el concepto de terrorismo con el propósito de que sea tan
abarcativo que cualquier conducta crítica
u opositora cae dentro de ese apartado, significando un atentado
contra los derechos
humanos.
Lo extensional en la definición del terrorismo le
permite ver lo que no se observa; esto es, como el terrorista es
un enemigo invisible, desconocido, que actúa de manera
súbita y casi de manera individualizada, dificulta
combatirlo. Para no perder la batalla contra un enemigo
inventado, lo magnifican y cualquier persona puede ser
potencialmente un terrorista, de ahí que mediante la
seguridad democrática hayan asesinado miles de colombianos
que se dedican a la academia, a la política y a la defensa
de los derechos
humanos en comunidades desprotegidas.
Lo anterior es la explicación de lo que acontece
en Colombia, donde el terror es la forma totalitaria de la guerra
y de la política. Vuela por los aires la convención
bélica y el código
político traspasa los límites morales y una vez
cruzado el umbral no parece ya posible establecer
limitación alguna (19).
Otra orientación práctica del Plan
Patriota es la de cooptar el territorio del sur de Colombia, el
20% del territorio nacional, cuya localización es una zona
estratégica por dos razones: 1).- Como escenario para
definir la guerra en Colombia, entre asesores militares y
contratistas -mercenarios- norteamericanos, aliados al
ejército regular y paramilitares colombianos, que en
conjunto intentan derrotar a las FARC-UP y al ELN., por temor a
que se extiendan sus frentes de guerra, hacia la selva
amazónica y la cuenca del Pacifico en donde les
será imposible vencerlos como pretenden. 2).- Es una zona
estratégica por su riqueza en recursos
naturales, biodiversidad, agua dulce, oxígeno,
minerales
preciosos y estratégicos, especialmente
petróleo.
En la zona en mencionada existen intereses particulares
de George W. Bush, propietario de la empresa
petrolera Harken Energy, que desde tiempo atrás realizaba
labores de exploración y de explotación del
petróleo con una inversión de más de 300
millones de dólares (20); igualmente operaciones
petroleras y de vigilancia en el oleoducto de la transnacional
norteamericana Occidental Petroleum.
Otra importancia de la región sur es La Base de
Manta en Ecuador, la Estación de Radar en San Lorenzo, y
una base militar en el Oriente que sirve para entrenamiento de
soldados del cono sur, y está planeada la
construcción de una nueva base militar en la isla de
Baltra, ubicada en el Archipiélago de Galápagos
para la utilización de la marina y aviación
norteamericana. Esta guirnalda de bases se sumarían a las
que se encuentran en Perú en el Alto Huallaga e Equitos,
en Brasil disponen de la base de Alcántara, con las cuales
cercan y monitorean a las FARC-UP y al ELN. Tres Esquinas, en
Colombia; Manta, en Ecuador; Urabá y su base Reina
Beatriz; Curazao con la base Hato Rey; El Salvador: Comalapa; en
Costa Rica: se encuentran negociando la instalación de una
base que se llamará Liberia; Honduras: Palmerola y Soto
Cano.
El escenario bélico y la ubicación
estratégicas de las bases militares, son un significado e
ilustración de cómo las empresas
transnacionales son acompañadas por gestiones de gobiernos
y Estados proclives a la guerra, negando con su comportamiento
que en ningún momento el Estado abandono la
economía, ni se retiró del mercado, antes por el
contrario, le abre caminos, la garantiza su seguridad, violenta
los derechos humanos y sociales, arremete violentamente sembrando
el terror para que la ciudadanía y los trabajadores no
reclamen sus derechos y sirve en la mesa a los grandes intereses
empresariales.
En conclusión, la guerra en Colombia tiene varios
sentidos, la multidimensionalidad del conflicto hace que pensemos
que la paz o pacificación esté lejos, los
acercamientos que se dieron con gobiernos anteriores no se dibuja
en el mapa mental del gobernante Uribe ni en Bush, puesto que
sería reconocer a las FARC como fuerza política.
Las reuniones de Tlaxcala, México y la del Cagúan
se perciben como signos de
debilidad del Estado ante los insurgentes, de ahí que no
se convoque a una nueva mesa de negociación, sino que se aspira a la
rendición del adversario, lo cual es inverosímil
pensarlo.
La guerra es frontal, amplia, extensiva y va más
allá de las líneas fronterizas, dado que muchos de
los recursos estratégicos no se concentran sólo en
Colombia, sino que los comparte con países vecinos, de
ahí que la región esta en peligro de convulsionarse
y serán muchos los roces y los desencuentros entre los
gobernantes andinos, las violaciones de las fronteras y las
formas contestatarias que se opondrán a la
explotación indiscriminada de las riquezas
naturales.
Las siguientes son las firmas a Lockheed-Martin 1. Apoyo logístico para las operaciones de 2. Personal para mantener y apoyar la flotilla de 3. Personal para mantenimiento y logística 4. Conseguir instructores para entrenar a pilotos 5. Instructores para entrenar a pilotos del 6. Dos instructores para el entrenamiento de un 7. Instalar y mantener simuladores de vuelo tipo 8. Instalación de sistemas para la DynCorp Aerospace Technologies, 1. Pilotos, personal técnico y de 2. Entrenar a pilotos del Ejército en el DynCorp Aerospace Operations, Asesores para el programa de entrenamiento de Arinc, Inc. 1. Mantenimiento y apoyo logístico para el 2. Pilotos y personal en tierra. Entrenamiento y 3. Construir sistemas para aprovisionamiento de TRW Adquirir, instalar, integrar, ensayar, documentar Matcom Coordina actividades entre las Fuerzas Cambridge Communications Mover radares y equipos desde Leticia hasta la Virginia Electronic Systems, Inc. Instalar equipos en botes de la Armada que Air Park Sales and Service, Inc. Entregar e instalar equipos de comunicaciones para Integrated AeroSystems, Inc. 1. Entrenar a la FAC en el uso del avión 2. Proveer repuestos y componentes del LANAS. 3. Entrenamiento a pilotos de las FAC en manejo de ARINC Engineering Services, LLC Repotenciar seis aviones 0-47 de la FAC para Northrop Grumman California Microwave Operan un sistema aéreo para recolectar Alion, LLC Consultores que se encargan de mejorar la El Grupo Rendon Asesora al Ministerio de Defensa en manejo y ACS Defense 1. Proporciona apoyo logístico y 2. Apoyo logístico a un funcionario de alto Science Applications International Corp. Análisis de imágenes de ManTech Maneja bases de información de diferentes [Fuente: Diario El Tiempo, Bogotá, |
Empresas multinacionales hacen de la guerra un buen
negocio.
La guerra, otro negocio mortal del libre mercado
capitalista.
Hendrik Vaneeckhaute
http://www.pangea.org/hendrik/imagenes/elnegociodelaguerra.htm
En estos meses se ha escrito mucho sobre
las guerras y los intereses detrás. Materia prima
(petróleo – Irak, diamantes – Angola, coltán –
Congo), los intereses de las multinacionales armamentistas, la
dominación del dólar frente al euro, el negocio de
la reconstrucción, etc. Hasta intereses
geopolíticas, como por ejemplo rodear militarmente a China
(con bases estadounidenses en Afganistán, Iraq, Corea
del Sur y las nuevas repúblicas de la antigua Asia Central
Soviética) para controlar su crecimiento
económico y abastecimiento.
Poca atención recibió la guerra como
negocio en sí: las empresas multinacionales que hacen de
la guerra su negocio. En el actual campo de la guerra combaten
mercenarios de todo tipo, de ‘simples’ combatientes
(contratados en los estados empobrecidos), hasta experimentados
veteranos, verdaderas ‘máquinas
de guerra’. Empresas dirigidas por ex-generales y
anteriores altos cargos políticos, vestidos en elegantes
trajes que viajen en ‘Business-class’ y se alojan en
las suites más exclusivas.
Estas empresas de mercenarios son contratadas y
utilizadas por las multinacionales para proteger sus intereses
económicos (sobre todo instalaciones de petróleo y
minas de oro y diamantes) y por estados criminales para evitar la
implicación directa sus militares oficiales. De esta forma
logran ocultar su implicación directa en diferentes
guerras sucias y evitar ser considerados como responsables
directos. También se evitan controles parlamentarios o
limites presupuestarios, como es el caso con EEUU.
Según ‘Fortune Magazine’ las empresas
de ‘seguridad militar’ (con sede en el Reino Unido o
Estados Unidos) pertenecen al grupo de las 100 empresas con mayor
crecimiento. Se estima que el negocio en todo el mundo es de
100.000 millones de dólares anualmente.
Unos ejemplos.
MPRI, Military Professional
Resources Incorporation, ‘trabaja’ o
‘trabajó’ (entrena militares, hace
inteligencia con alta tecnología y participa en combates)
en Colombia, Croacia, Bosnia, Congo, Nigeria y Guinea Ecuatorial
(entre otros estados). La empresa es dirigida principalmente por
ex-generales del ejército estadounidense. En Croacia, por
ejemplo, entrenó al nuevo ejército en 1994, por
petición y bajo contratación del ministerio de
defensa de EEUU. Meses después, el ejército croata
invadió (con conocimiento previo del gobierno de EEUU) las
‘zonas de seguridad de NNUU’ en Krajina y
efectuó la limpieza étnica de la zona. (Unos
200.000 servios fueron desplazados y centenares asesinados). La
impunidad (y
el silencio mediático) con la cual se ‘limpió
étnicamente’ esta zona bajo control de los
‘Cascos Azules’ de NNUU (y con el silencio
cómplice de Europa y EEUU), dio paso al ejército
serbio de hacer lo mismo en Srebrenica.
Dyncorp, una empresa con sede en
EEUU (aunque a veces se presenta como empresa británica),
es una de las mayores y más antiguas. La empresa fue
creada en 1946, bajo nombre 'California Easter Airways Inc.' y
desde 1987 lleva su nombre actual. Prestó sus 'servicios'
en la guerra de Corea, en Vietnam, en la guerra del Golfo (1991),
en la guerra contrainsurgente en El Salvador, en Bosnia y
actualmente por ejemplo en Colombia y Irak. Los ingresos de
DynCorp superan los mil millones de dólares. En 1999,
empleados de DynCorp en Bosnia fueron acusados de comprar y
traficar niñas, para utilizarlas como esclavas sexuales. Y
en Colombia (en el 2000) estaba involucrado en el tráfico
de heroína.
Colombia es uno de los estados de
mayor negocio de guerra. Dentro del llamado ‘Plan
Colombia’, diferentes empresas estadounidenses de
mercenarios forman parte de los múltiples
‘ejércitos’. Los paramilitares (que a su vez
representan diferentes intereses regionales), el ejército
colombiano, los entrenadores oficiales del ejército
estadounidense, la CIA y las diferentes multinacionales se
combinan en la medida que conviene en las diferentes guerras que
se liberan. Una contra la guerrilla, otra contra la
población campesina en zonas de interés
económico, otra contra el movimiento
social y sindical y otra contra la oposición
política. Las diferentes empresas estadounidenses, bajo
contrato del gobierno estadounidense, prestan su
‘apoyo’ militar a través de un número
no-determinado de mercenarios utilizando el más
sofisticado material. (En el 2002, casi la mitad de los fondos
destinados al Plan Colombia, en realidad fueron utilizados para
la contratación de estas empresas.) Fueron mercenarios
estadounidenses (entre ellos al menos un militar en activo) que
guiaron al helicóptero colombiano que dejó caer las
bombas sobre
Santo Domingo, causando una masacre de 18 personas, ente ellas 7
niños.
Fue una empresa privada británica, contratada por BP, que
se sirvió del apoyo de paramilitares para asegurar la
‘seguridad’ de la empresa. Son empresas
estadounidenses con personal ‘militar’ que fumigan
con glifosato, causando enfermedades diversas (hasta
la muerte) en la
población rural y el desplazamiento masivo de
campesinos.
‘Executive Outcome’, es
otra empresa de ‘seguridad’ militar. Nació
después de la caída del régimen de Apartheid
en Sudáfrica. Ex-militares formaron un ejército
privado al servicio de las multinacionales. Protegieron, por
ejemplo, las minas de diamantes y campos de petróleo en
Angola en los años ’90. Llegaron a ser activos en
más de 30 estados. Cuando la empresa fue prohibida en
Sudáfrica, simplemente se trasladó a Gran
Bretaña, donde goza de buena salud e impunidad.
1/ Klare T. M. 2001,Guerras por los recursos,
Editorial Tenencias, España, pp.25.
2/ Ibidem, pp. 34-35.
3/. Maurits W. 1989, Mac Kienzie, 1996. En
Klare T., Op. Cit, Pág. 286,
4/ Datos obtenidos en varias publicaciones del sitio
Tema especial el agua: http://www.ecoportal.net/content/view/full/212)
5/ Marrero Ruiz Carmelo, 2004, El Agua y el
ALCA. www.ecoportal.net,
http://www.ecoportal.net/content/view/full/36376
6/ InterAction, 2004, Línea
de Transmisión Eléctrica en el Tapón del
Darién, http://www.ecoportal.net/content/view/full/36961
7/ SOMARRIBA JOSE ,2004,Especial
para La Prensa, 30
diciembre http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2004/12/30/
8/Justicia y
Paz, ¿A quién
beneficiará la Panamericana?
Indymedia,2004,
http://colombia.indymedia.org/news/2004/12/19861.php
9/Antropacifico, texto sin
fecha
http://purace.unicauca.edu.co/antropacifico/contexto.pdf
10/ Pinzón Sánchez,
Alberto. 2004, La Amazonia en el Plan Colombia,
citado por Stella Calloni en La Triple
Frontera en la mira de los planes, Resumen Latinoamericano /
Diario de urgencia n. 373 14 de enero de 2004,
http://www.latinoamerica-online.info/soc04/natura06.04.html
11/Para mayor información sobre Los
Katios
http://www.unesco.org/delegates/colombia/katios.htm
12/ Guillermo Navarro Jiménez,
2001, Plan Colombia: ABC de una tragedia
Ediciones Zitra, Quito, febrero
del 2001, Págs. 134-135).
13/ Salazar Robinson, 2003,LA REMILITARIZACIÓN
DE AMÉRICA LATINA
(Especial para ARGENPRESS. Publicado el 22 de
abril
http://www.encuentropopular.org/areas/militarizacion/artic001.htm)
14/Organización Internacional para las
Migraciones-OIM-(2003) Colombia,
http://www.oim.org.co/scripts/boletin_prensa.php?id_art=34
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Sandra Bibiana Flórez
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Ramentol Santiago, 2004, Teorías
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Rotker Susana, 2000, Ciudadanías del
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Robinson Salazar Pérez
Investigador en la Universidad Autónoma de
Sinaloa
Doctor en Ciencias
Políticas y Sociales y en
Antropología
Investigador en la Universidad Autónoma de
Sinaloa/México
Autor del libro Diálogos por la Paz;
Convergencias democráticas en América
Latina
Coordinador de Comportamiento de la sociedad civil
latinoamericana
Sujetos y alternativas contra hegemónicas en el
espacio Andino Amazónico
Lectura crítica del Plan Puebla
Panamá
Venezuela: horizonte democrático e l Siglo
XXI
Democracias en riesgo en América
Latina
América Latina: Conflicto, violencia y paz en el
Siglo XXI
Director de la Red de Investigadores Latinoamericanos
por la Democracia y
la Paz