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Análisis Narrativo – Libro de Tobías




Enviado por Trabajos _



    1. Tipo de relato
    2. Funciones del lenguaje en el
      relato
    3. Resumen de la
      trama
    4. Delimitación de las
      unidades narrativas
    5. Resonancias
    6. Punto de
      vista
    7. El tiempo en el
      relato
    8. Ambiente
    9. Sentido y
      Tema
    10. Conclusión
    11. Bibliografía

    Tipo de
    relato:

    Los capítulos elegidos del libro de
    Tobías, tienen una finalidad estrictamente religiosa. En
    efecto, el autor de Tobías expone un estilo narrativo en
    la interpretación que él hace de la
    vida desde el punto de vista del israelita creyente: Dios, bueno
    y justo, prueba a los que le temen, los justos. Su providencia
    amorosa, los acompaña en la tribulación, los
    sostiene y los libera de ella, devolviéndoles la
    felicidad, expresada por una vida larga y segura en la
    abundancia.

    Es un relato didáctico, que contiene consejos
    morales, plegarias breves, esperanzas históricas,
    motivaciones religiosas. La preocupación por
    enseñar, por edificar, afecta el relato. Hay muchas
    páginas del Testamento Anterior que enseñan
    contando con discreción.

    Funciones
    del lenguaje en el
    relato:

    El lenguaje excepcionalmente tiene una única
    función. Es más acertado afirmar el
    predominio de una función sobre las demás. Reducir
    un texto
    literario a una sola función es una simplificación
    peligrosa.

    Aquí encontramos múltiples funciones que se
    hallan entremezcladas. Los géneros
    literarios dan predominio a una sobre las
    demás.

    El relato de los capítulos escogidos en el libro
    de Tobías, centran la mirada en Tobías y su
    acompañante Rafael en su viaje de Nínive a
    Ecbátana, y en todo lo que acontece en su entorno
    más inmediato. Al compenetrarnos en el texto podemos
    descubrir que predominan tres funciones: la de entretenimiento,
    la histórica y la teológica.

    • Función de entretenimiento: agradar y
      entretener van unidos al objetivo
      estético. Sabe que comunica más y mejor cuando el
      receptor lee con agrado. Todo esto está alimentado por
      mecanismos que mantienen la atención del lector y le hace centrarse
      en el texto.
    • Función histórica: Es similar a lo que
      se conoce como función referencial del lenguaje. El
      elemento comunicativo que se destaca es el mensaje y suele
      tener carácter informativo.
    • Función teológica: Hay que destacar que
      guarda íntima relación con la función
      histórica. Vemos en ella la manera con la cual el
      narrador bíblico atribuye a Dios los grandes hechos
      ocurridos en cada circunstancia. Se pretende interpretar esa
      historia o
      acontecimiento a la luz de Dios y
      de su interacción con el hombre y
      el mundo.

    Resumen de la
    trama

    Tobit ha hecho saber a su hijo Tobías que tiene
    depositada una gran cantidad de dinero en casa
    de Gabael en Ragués de Media; ahora le manifiesta su deseo
    de que vaya a buscar esa fortuna. Para este largo y arriesgado
    viaje se necesita un buen guía que conozca el camino, que
    sea capaz de proteger al joven Tobías y devolverlo sano y
    salvo a sus padres. La excusa es magnífica para introducir
    al ángel del Señor, representante visible de la
    providencia invisible de Dios sobre los hombres, especialmente
    sobre los justos en los momentos más decisivos de sus
    vidas. Todo lo que es el capítulo cinco del libro de
    Tobías es una obra maestra del arte del diálogo.
    El trabajo del
    relator es mínimo: introduce a los personajes y deja que
    hablen por si solos.

    Esta es sólo el resumen general de la trama, pero
    me detendré en relatar el compendio de los
    capítulos que van desde el cinco hasta el once.

    El capítulo seis se centra en el viaje de a
    Ecbátana. La narración se asemeja a un cuaderno de
    viaje, en que se anotan los episodios más relevantes. El
    episodio del pez, es el primero de ellos. Su importancia radica
    en que todo él está orientado a la misión del
    ángel Rafael: la curación de Sara y Tobit . A
    medida que nos acercamos a Ecbátana aparece en el
    horizonte la figura de Sara, la elegida por el Señor desde
    siempre para ser esposa de Tobías: paradigma del
    cumplimiento de los designios de Dios, a pesar de los planes de
    los hombres y de las adversidades superiores a la voluntad
    humana.

    Ecbátana, la gran ciudad de Media, será
    escenario de acontecimientos muy importantes en la vida de
    Tobías, donde el espacio será dentro del
    capítulo siete. El autor conduce magníficamente la
    acción
    de la obra hasta este punto capital, donde
    se encuentra uno de los personajes principales, Sara,
    beneficiaria de la misión curativa del ángel
    Rafael.

    El capítulo ocho se centra en la victoria de
    Rafael sobre Asmodeo donde se cumple una parte principal del
    plan de Dios
    sobre Sara: su curación.

    El capítulo nueve es el último de los
    episodios del libro centrados en Ecbátana, la ciudad de
    Raguel y de Sara. Es importante decir esta afirmación
    porque allí se celebra el banquete de bodas, allí
    se queda Tobías, de allí parte Azarías con
    la comitiva para recoger la plata depositada en casa de Gabael en
    Ragués, y de Ragués vuelven todos otra vez a
    Ecbátana, donde todavía pueden acompañar a
    los novios en la fiesta de bodas.

    Es un magnífico interludio el que presenta el
    capítulo diez en el que se manifiestan como son Tobit y
    Ana: caracteres muy diferentes no solo como hombre y
    mujer, sino
    personalmente como padre y como madre. Es normal que Raguel y
    Edna quieran retrasar lo más posible la despedida, porque
    saben que será muy difícil volver a verlos; pero no
    lo es menos que Tobías intente partir cuanto antes, pues
    sabe que sus padres cuentan los días y las horas que
    faltan para abrazarlo. Al final Raguel y Edna entran en
    razón y los dejan marchar con su bendición y la
    mitad de sus bienes.

    El reencuentro con los padres de Tobías y la
    curación de Tobit se concentran en el capítulo
    once. Esta reunión de los padres con el hijo está
    organizado por el compañero de viaje de Tobías, por
    Azarías, es decir, por Rafael, el mensajero del
    Señor. Desde que recuperó el dinero de
    la casa de Gabael, Rafael ha pasado a un segundo plano. En este
    capítulo toma un protagonismo grandísimo,
    precisamente para cumplir la misión que aún no
    había realizado en forma total, a saber, la
    curación de Tobit.

    Delimitación de las unidades
    narrativas

    En el trabajo
    expuesto sobre los capítulos que van del cinco al once del
    libro de Tobías. Señalo diez unidades o instancias
    narrativas. Ateniéndome a ciertos criterios de tipo
    dramático (cambio de
    ambiente
    físico, de tiempo, lugar,
    entrada de nuevos personajes, etc.) y literario (giros de
    frases, conclusiones, etc.). Estas son las siguientes:

    1. Tb. 4, 20 – 5, 9

    20 También quiero decirte que dejé en
    depósito a Gabael, hijo de Gabrí, en Ragués
    de Media, diez talentos de plata.

    21 No debes preocuparte, hijo, porque seamos pobres.
    Muchos bienes posees si temes a Dios, huye de todo pecado y haces
    lo que es bueno ante el Señor tu
    Dios.

    1 Entonces Tobías respondió a su padre
    Tobit: «Haré cuanto me has mandado,
    padre.

    2 Pero ¿cómo podré recuperar el
    depósito? Ni él me conoce a mí ni yo a
    él. ¿Qué señal debo darle para que me
    reconozca, me crea y me devuelva el dinero? Por otra parte,
    desconozco la ruta que conduce a Media».

    3 Tobit, entonces, respondió a su hijo
    Tobías: «Él me dio un recibo y yo a él
    otro; lo partí en dos, tomé una parte y dejé
    la otra con el dinero. ¡Ya va para veinte años que
    deposité esta suma! Ahora, hijo, busca un hombre de
    confianza que vaya contigo, y le tomaremos a sueldo hasta tu
    vuelta, y vete a recuperar esta plata».

    4 Salió Tobías a buscar un hombre que
    conociera la ruta y fuera con él a Media. En saliendo,
    encontró a Rafael, el ángel, parado ante él;
    pero no sabía que era un ángel de
    Dios.

    5 Díjole, pues: « ¿De
    dónde eres, joven?» Le respondió: «De
    los israelitas, tus hermanos y ando en busca de trabajo».
    Díjole Tobías: « ¿Conoces la ruta de
    Media?»

    6 Respondió: «Sí; he estado
    allá muchas veces y conozco al detalle todos los caminos.
    He ido a Media con frecuencia y he sido huésped de Gabael,
    nuestro hermano, el que vive en Ragués de Media. Hay dos
    jornadas de camino entre Ecbátana y Ragués, pues
    Ragués está en la montaña y Ecbátana
    en el llano».

    7 Tobías le dijo: «Espérame,
    joven, que voy a decírselo a mi padre, porque necesito que
    vengas conmigo; y yo te pagaré
    tu sueldo».

    8 Él le dijo: «Te espero, pero no
    tardes».

    9 Fuese Tobías a informar a su padre y le
    dijo: «Ya he encontrado un hombre, que es israelita,
    hermano nuestro».

    Contestóle Tobit: «Llámale, para
    que yo sepa a qué familia y tribu
    pertenece, y si es digno de confianza para que te
    acompañe, hijo». Salió Tobías, le
    llamó y le dijo: «Joven, mi padre te
    llama».

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    Situación inicial v. 20 – 3

    En la situación inicial de esta primera unidad
    narrativa ( 4,20-5,3) se plantean unos datos que nos dan
    un primer panorama de la situación: el porqué del
    viaje a Media. Naturalmente Tobit da esta inesperada noticia para
    que Tobías vaya a recoger los diez talentos de plata a
    Ragués de Media. Así justifica el autor el nuevo
    rumbo de la narración. La búsqueda del
    acompañante a ese viaje engloba de una forma más
    general esta situación. Tobías aparece como un
    joven inexperto en los asuntos importante de la vida. El no hace
    nada por pura iniciativa suya: en casa está bajo la
    autoridad del
    padre. El aumento de interés de
    genera en los versículos 4 y 5 porque Tobías se
    encuentra con Rafael ni bien saliendo de la casa. No será
    difícil encontrar un buen conocedor del camino en una
    ciudad tan importante como Nínive, metrópoli del
    imperio asirio. Algo especial debió de ver Tobías
    en el joven hombre que tenía delante, por ejemplo, su
    atuendo, que le movió a preguntarle: ¿de
    dónde eres muchacho?.
    ¿Pregunta Tobías
    por su lugar de origen o por su familia?. El joven muchacho
    responde por su origen familiar: De los israelitas, tus
    hermanos.
    ¿Cómo sabe él que
    Tobías es "hijo de Israel". Da la
    impresión que el autor abrevia en los diálogos, y
    no quiere aburrir al lector ya que conoce estos detalles. El
    punto álgido se encuentra en v. 6 porque Rafael describe
    de una manera amplia su conocimiento
    hacia Media. Para Tobías es guía experto que busca
    trabajo, precisamente lo que él necesita. Pero lo
    más sorprendente del caso es que hasta conoce el lugar y
    la persona
    depositaria del dinero que tiene que recoger:"…he sido
    huésped de Gabael, nuestro hermano, el que vive en
    Ragués de Media".
    ¿Ha hablado ya Tobías
    al desconocido del viaje que está preparando y del destino
    final?. El autor ha creado los personajes de la obra,
    según las necesidades de la trama. Entre los
    versículos 7 y 8 va decreciendo la acción porque ya
    conseguido al guía seguro, lo
    asegura con su padre Tobit. Acá Tobías cree haber
    encontrado al guía seguro, pero debe esperar a su padre
    para que confirme su certeza.

    1. 10 Entró el ángel y Tobit se
      adelantó a saludarle; el ángel contestó:
      «Que disfrutes de mucha alegría».
      Replicó Tobit: « ¿Qué
      alegría puedo disfrutar ya? Estoy ciego y no puedo ver
      la luz del cielo; yazgo en tinieblas como los muertos, que no
      contemplan la luz; vivo como un muerto; oigo la voz de los
      hombres, pero no los veo». Le dijo el ángel:
      «Ten confianza, que Dios te curará dentro de
      poco. Ten confianza». Tobit le dijo: «Mi hijo
      Tobías quiere ir a Media. ¿Puedes ir con
      él y servirle de guía? Yo te daría tu
      salario,
      hermano». Él respondió: «Puedo ir
      con él, pues conozco al detalle todos los caminos y he
      viajado a Media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos
      y sus montes y tengo conocimiento de todas sus
      rutas».

      11 Tobit le dijo: «¿Querrías
      decirme, hermano, a qué familia y tribu
      perteneces?

      12 Le respondió el ángel:
      «¿Qué puede importar mi tribu?»
      Tobit insistió: «Me gustaría, hermano,
      saber con seguridad
      tu tribu y nombre».

      13 Respondió el ángel: «Yo
      soy Azarías, hijo del gran Ananías, uno de tus
      hermanos».

      14 Le dijo Tobit: «Seas venido sano y
      salvo, hermano; y no lleves a mal, hermano, mi deseo de
      conocer con certeza tu nombre y familia. Resulta ahora que
      eres de mi parentela y que perteneces a un linaje bueno y
      honrado. He conocido a Ananías y a Natán, los
      dos hijos del gran Semeías; ellos iban conmigo a
      Jerusalén y conmigo adoraban allí, sin
      desviarse del buen camino. Tus hermanos son hombres de bien;
      de buen linaje procedes. ¡El gozo sea
      contigo!»

      15 Y añadió: «Te daré
      como sueldo una dracma por día, y en lo demás
      tendrás el mismo trato que mi hijo.

      16 Vete con mi hijo y después te
      añadiré un sobresueldo».

      17 Le dijo el ángel: «Partiré
      con él y no abrigues temor; sanos partimos y sanos
      regresaremos a ti, porque la ruta es segura». Le
      respondió Tobit: «Bendito seas, hermano».
      Y llamando a su hijo le anunció: «Hijo, prepara
      las cosas para el camino y emprende la marcha con tu hermano;
      que el Dios que está en los cielos os proteja
      allí y os devuelva a mí sanos; y su
      ángel os acompañe con su protección,
      hijo». Tobías se dispuso a emprender la marcha y
      besó a su padre y a su madre. Tobit le dijo: «
      ¡Que tengáis buen viaje!»

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      En el versículo 10 encontramos la
      situación inicial donde Tobías va a preguntara
      su padre: Tobit averiguando si el ángel es persona de
      confianza con un tono de ironía
      dramática.

      Las preguntas sobre el origen de Rafael hacen crecer
      el interés en v. 11 – 12. El saber sobre el
      origen de Rafael, sabiendo que es de su propia "parentela".
      El punto álgido de esta unidad narrativa se encuentra
      en v. 13 donde Azarías, es decir, el ángel
      Rafael se manifiesta como uno de la parentela de Tobit. Desde
      el v 14 hasta el 17, hay un decrecimiento de tensión,
      donde le confía a su hijo para ir a Media mediante una
      añadidura de sobresueldo. La seguridad que transmite
      Rafael hace certeza de un retorno seguro, es lo que hace que
      Tobit haga preparar las provisiones para el viaje. Las
      palabras sanos y salvos juegan de nuevo con la
      etimología de Rafael.

    2. Tb. 5, 10 – 17

      18 Pero su madre lloraba y dijo a Tobit: «
      ¿Por qué has hecho que se vaya mi hijo?
      ¿No era él el bastón de nuestra mano,
      que siempre va y viene con nosotros?

      19 ¡Que no sea el dinero lo primero de
      todo! Que no se convierta en el precio de
      nuestro hijo!

      20 ¡Con lo que el Señor nos daba
      para vivir teníamos bastante!»

      21 Él le dijo: «No pienses tal cosa;
      sano ha partido nuestro hijo y sano volverá a
      nosotros; con tus propios ojos lo verás el día
      que regrese sano junto a ti.

      22 No pienses tal cosa ni te atormentes por
      ellos, hermana; porque un ángel bueno le
      acompañará, le dará un viaje
      fácil y le devolverá
      sano».

      1 Y ella dejó de llorar.

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      El ingreso al relato de la madre de Tobías
      hace comenzar una unidad narrativa nueva en v. 18. La madre
      añade un poco de dramatismo a un desarrollo
      demasiado fácil y feliz. En v. 19 aparece una
      complicación donde existe una réplica por parte
      de Ana a Tobit, diciéndole que lo material es lo
      más importante que la vida del hijo. La confianza de
      Ana en el Señor hace el punto álgido en el
      v.20. Vemos una confianza plena en la providencia de Dios
      sobre su familia. Lo negativo que apareció en el v.19
      hace que aparezca una reversión en el v. 21, donde
      Tobit pone su total confianza en Dios más allá
      de lo material. Tobit ha ganado confianza con la
      intervención del ángel. Su ceguera suena en
      sordina cuando dice a la mujer
      "tus ojos lo verán".

      En el v. 22 la disponibilidad de Tobit hacia Dios,
      manifestando la presencia de un ángel que
      acompaña a su hijo, hace decrecer la tensión ,
      donde en el versículo primero del capítulo
      seis, se revierte la situación mediante una
      resolución: el dejar de llorar de Ana.

    3. Tb. 5,18 – 6,1
    4. Tb. 6, 2 – 10

    2 Partió el muchacho en compañía
    del ángel, y el perro les seguía. Yendo de camino,
    aconteció que una noche acamparon junto al río
    Tigris.

    3 Bajó el muchacho al río a lavarse los
    pies, cuando saltó del agua un gran
    pez que quería devorar el pie del muchacho. Este
    gritó

    4 pero el ángel le dijo: « ¡Agarra
    el pez y tenlo bien sujeto!» El muchacho se apoderó
    del pez y lo arrastró a tierra.

    5 El ángel añadió: «Abre
    el pez, sácale la hiel, el corazón y
    el hígado y guárdatelo, y tira los intestinos;
    porque su hiel, su corazón y su hígado son remedios
    útiles».

    6 El joven abrió el pez y tomó la hiel,
    el corazón y el hígado. Asó parte del pez y
    lo comió, salando el resto. Luego continuaron su camino,
    los dos juntos, hasta cerca de Media.

    7 Preguntó entonces el muchacho al
    ángel: «Hermano Azarías, ¿qué
    remedios hay en el corazón, el hígado y la hiel del
    pez?»

    8 Le respondió: «Si se quema el
    corazón o el hígado del pez ante un hombre o una
    mujer atormentados por un demonio o un espíritu malo, el
    humo ahuyenta todo mal y le hace desaparecer para
    siempre.

    9 Cuanto a la hiel, untando con ella los ojos de un
    hombre atacado por manchas blancas, y soplando sobre las manchas,
    queda curado».

    10 Cuando entraron en Media, y estando ya cerca de
    Ecbátana,

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    Los dos caminantes emprenden el viaje a la localidad de
    Media. Durante el primer día no se separarán de la
    rivera del río Tigris, donde al anochecer tiene lugar la
    captura del gran pez, que tanta importancia va a tener en el
    resto del relato. Comienza el relato en el v. 2 donde la pareja
    de caminantes salen de la casa de Tobit en Nínive con la
    compañía de un perro que es nombrado en solo dos
    versículos en todo el libro de Tobías. El aumento
    de interés comienza a partir del versículo 3, donde
    dice que un gran pez quería devorarle el pié de
    Tobías, hasta el versículo 7. Al grito de auxilio
    responde Azarías en su ayuda. Azarías se comporta
    como un hermano mayor para Tobías ya que asume con total
    responsabilidad el cuidado de Tobías. El
    pez, entretanto, no debería haber sido de gran
    tamaño, cuando el muchacho se apoderó de él
    y lo sacó a tierra, sin ayuda material de Azarías.
    El autor se sirve de las opiniones populares de su tiempo sobre
    la virtud curativa de la hiel, del corazón y del
    hígado, y las incorpora en el relato. Sin duda el autor
    está pensando en el curso de su historia; por eso el
    ángel ordena a Tobías que los guarde consigo. La
    parte restante la guardó Tobías después de
    haberla salado, es decir, la guardó en sal, para que no se
    corrompiera y pudiera servir de alimento en los días
    sucesivos, mientras durara el viaje. El punto álgido lo
    encontramos en los versículos ocho y nueve donde el autor
    manifiesta en este pasaje lo que decía la medicina
    popular de aquel tiempo a propósito de estos tres
    elementos del pez. Para dar más fuerza a esas
    creencias, el autor lo pone en boca del ángel lo que
    corría entre la gente vulgar y la más culta acerca
    del poder curativo
    del corazón, el hígado y la hiel de ciertos
    peces. En su
    respuesta el ángel distingue entre los efectos que produce
    el humo, procedente del corazón y del hígado
    quemados, sobre los enfermos que se creen dominados por
    espíritus impuros y malos, y los que produce la
    aplicación de la hiel en los ojos enfermos, como si fuera
    un colirio. Tanto la fumigación surtirá sus efectos
    en caso de Sara (6,17-18; 8,2-3), como la hiel en el de Tobit
    (11,7-8.11-13). El relato del autor se acomoda en todo a la forma
    de pensar de los hombres de su tiempo. Ya en el versículo
    10 decrece la tensión a causa de encontrarse cerca de
    Ecbátana donde comienza la unidad narrativa
    siguiente.

    5) Tb. 6, 11 – 19

    11 dijo Rafael al joven: «Hermano
    Tobías». Le respondió: «
    ¿Qué deseas?» Contestó él:
    «Pararemos esta noche en casa de Ragüel; es pariente
    tuyo y tiene una hija que se llama Sara;

    12 fuera de ella no tiene más hijos ni hijas;
    tú eres el más cercano, tienes más derechos sobre ella que
    todos los demás y es justo que heredes la hacienda de su
    padre; la muchacha es prudente, valerosa y muy bella y su padre
    la ama».

    13 Y añadió: «Es justo que la
    tomes para ti. Escúchame, hermano. Yo hablaré esta
    noche al padre acerca de la muchacha para que te la conceda como
    prometida, y a nuestro regreso de Ragués celebraremos la
    boda. Estoy seguro de que Ragüel no puede negártela,
    ni dársela a otro, pues se haría reo de muerte,
    según la sentencia del libro de Moisés, pues
    él sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por
    mujer. Así pues, óyeme bien, hermano; hablaremos
    esta noche sobre la muchacha y que la den como prometida; y
    cuando volvamos de Ragués, la tomaremos y la llevaremos
    con nosotros a tu casa».

    14 Tobías respondió a Rafael:
    «Hermano Azarías, he oído decir
    que ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la
    noche de bodas; que cuando entraban donde ella, morían;
    también he oído decir que un demonio los
    mataba;

    15 así que tengo miedo, pues a ella no le hace
    ningún daño,
    porque la ama; pero al que intenta acercarse a ella, le mata; yo
    soy hijo único, y si muero, haré bajar en tristeza
    al sepulcro, por mi causa, la vida de mi padre y de mi madre.
    Ellos no tienen otro hijo que les dé
    sepultura».

    16 Respondió el ángel: «
    ¿Has olvidado las recomendaciones de tu padre, que te
    mandó tomar mujer de la casa de tu padre? Escúchame
    bien, hermano: no tengas miedo a ese demonio y tómala;
    sé bien que esta noche te la darán por
    mujer.

    17 Cuando entres en la cámara nupcial, tomas
    el corazón del pez y parte del hígado y lo pones
    sobre las brasas de los perfumes. Se difundirá el aroma y
    cuando el demonio lo huela, huirá y nunca aparecerá
    ya a su lado.

    18 y cuando vayas a unirte a ella, levantaos primero
    los dos y haced oración y suplicad al Señor del
    cielo que se apiade de vosotros y os salve. Y no tengas miedo,
    porque para ti esta destinada desde el principio; tu la
    salvarás; ella se vendrá contigo y te aseguro que
    te dará hijos que serán para ti como hermanos. No
    te preocupes.

    19 Cuando Tobías oyó las razones de
    Rafael y que era hermana suya, del linaje de la casa de su padre,
    se enamoró de tal modo que se le apegó el
    corazón a ella.

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    Casi al final de la segunda jornada, bien entrados ya en
    Media, y a las puertas de la ciudad de Ecbátana, tiene
    lugar el diálogo entre Rafael y Tobías. En
    él Rafael tiene la iniciativa y se muestra bien
    informado de todo lo referente a la familia de
    Ragûel, donde pasarán la próxima noche. En el
    plan del autor, el viaje a Media tiene varios fines, que se van
    descubriendo poco a poco. Con esta información se da comienzo a la nueva
    instancia narrativa en los v. 11 y 12. Desde el versículo
    13 hasta el 17 se da paso al aumento de interés. El v. 13
    repite en gran parte lo que ya sabe Tobías y nosotros
    también: el derecho que tiene Tobías de casarse con
    Sara; pero el autor ha querido añadirlo a lo anterior,
    porque desea llamar la atención sobre la importancia del
    asunto. Su intención la consigue el autor de manera
    excelente con la estructura
    quiástica que ha creado y que tiene la siguiente forma:
    a b c D a´ b´ c´. Como se verá,
    las repeticiones de los temas son esenciales para que la
    estructura sea perfecta. El centro de esta estructura literaria:
    D, lo ocupa lo más importante del verso, la
    apelación a la sentencia del libro de Moisés sobre
    el casamiento de las hijas únicas y herederas, es decir,
    sobre la obligación que tiene Ragûel de desposar a
    su hija Sara con Tobías bajo pena de
    muerte. La cláusula a: Es justo que la tomes
    para ti,
    tiene una réplica en con
    alguna matización y aclaración: pues él
    sabe que te asiste el derecho a tomar a su hija por mujer.
    La
    siguiente pareja b y repite literalmente
    algunos vocablos y el sentido del resto. b: Escúchame,
    hermano. Yo hablaré esta noche al padre acerca de la
    muchacha para que te la conceda como prometida, b´:
    óyeme bien, hermano; hablaremos esta noche sobre la
    muchacha y que la den como prometida.
    Es digno de notarse que
    en b habla en ángel Rafael en primera persona:
    hablaré, y en se dice en plural
    hablaremos. Las otras variantes se explican
    fácilmente por razón de estilo. En cuanto a la
    última bina c y coinciden
    plenamente en la primera parte: a nuestro regreso de
    Ragués;
    discrepan en la segunda al hablarse de la boda
    en c: celebraremos la boda, y de la vuelta ya casados a
    casa en c´: la tomaremos y la llevaremos con nosotros a
    tu casa.
    El programa de actos
    que propone Rafael y Tobías, es completo, razonable y
    factible. El ángel Rafael da por hecho en el v. 13 que
    Tobías se casará con Sara: ha pensado ya en la boda
    y en la vuelta a casa con ella como mujer de Tobías. Pero
    Tobías no está seguro de eso, pues han llegado
    rumores a sus oídos sobre muertes en el lecho nupcial,
    cosa que el ángel Rafael no comenta. Tobías tiene
    miedo de morir si se casa con Sara, y se lo manifiesta al hermano
    Azarías. Según su opinión, el demonio mata
    por celos, porque la ama: a ella no le hace ningún
    daño, porque la ama.
    Pero la gran preocupación
    de Tobías no es el de morir como la repercusión que
    su muerte puede tener en sus padres. La causa de cualquier hijo
    es un gran dolor para los padres, pero si se trata de un hijo
    único como lo es el caso de Tobías, el dolor no
    tendría medida. El lector sabe más que
    Tobías, sabe que es el enviado de Dios, el amigo fiel, que
    sus palabras descubren los planes secretos del Señor.
    Rafael se apresura en serenar el ánimo de Tobías y
    lo consigue; habla con verdadera autoridad y sin titubeos,
    recordando la recomendaciones que le dio Tobit a su hijo sobre la
    esposa que tenía que tomar (cfr. Tb. 4,12). El punto
    álgido se encuentra en el v. 18b donde se revela la
    voluntad de Dios. Tobías salva a Sara, porque con la
    unión de ambos se cumple el plan divino sobre ella.
    Horizonte de esperanzas y de vida familiar entrañable, en
    que padres e hijos se tratarán y se querrán como
    hermanos.
    Con la confianza que manifiesta Tobías hace
    que le v. 19 halla un decrecimiento de la
    tensión.

    1. 1 Cuando entraron en Ecbátana dijo
      Tobías: «Hermano Azarías, guíame
      en derechura a casa de Ragüel, nuestro hermano».
      Le condujo, pues a casa de Ragüel y le encontraron
      sentado a la puerta del patio. Le saludaron ellos primero y
      él les contestó: «Mucha dicha os deseo,
      hermanos, y en buena salud
      vengáis». Los llevó a su
      casa

      2 y dijo a su mujer Edna: «
      ¡Cómo se parece este muchacho a mi hermano
      Tobit!»

      3 Edna les preguntó: « ¿De
      dónde sois, hermanos?» Respondieron:
      «Somos de los hijos de Neftalí, de los
      deportados de Nínive».

      4 Les dijo: « ¿Conocéis a
      Tobit, nuestro hermano?» Ellos contestaron:
      «Sí, le conocemos». –
      «¿Está bien?» –

      5 «Vive y está bien». Y
      Tobías añadió: «Es mi
      padre».

      6 Ragüel se puso en pie de un salto, le
      besó, lloró y le dijo: «¡Bendito
      seas, hijo! Tienes un padre honrado y bueno.
      ¡Qué gran desgracia, haberse quedado ciego un
      hombre tan justo y tan limosnero!» Y echándose
      al cuello de su hermano Tobías, rompió a
      llorar.

      7 También lloró su mujer Edna y su
      hija Sarra.

      8 Mató luego un carnero del rebaño
      y los acogió con toda cordialidad.

      9 Después de lavarse y bañarse, se
      pusieron a comer. Tobías dijo entonces a Rafael:
      «Hermano Azarías, di a Ragüel que me
      dé por mujer a mi hermana Sarra».

      10 Al oír Ragüel estas palabras dijo
      al joven: «Come, bebe y disfruta esta noche, porque
      ningún hombre hay, fuera de ti, que tenga derecho a
      tomar a mi hija Sarra, de modo que ni yo mismo estoy
      facultado para darla a otro, si no es a ti, que eres mi
      pariente más próximo. Pero voy a hablarte con
      franqueza, muchacho.

      11 Ya la he dado a siete maridos, de nuestros
      hermanos, y todos murieron la misma noche que entraron donde
      ella. Así que, muchacho, ahora come y bebe y el
      Señor os dará su gracia y su paz». Pero
      Tobías replicó: «No comeré ni
      beberé hasta que no hayas tomado una decisión
      acerca de lo que te he pedido». Ragüel le dijo:
      « ¡Está bien! A ti se te debe dar,
      según la sentencia del libro de Moisés, y el
      Cielo decreta que te sea dada. Recibe a tu hermana. A partir
      de ahora, tú eres su hermano y ella es tu hermana.
      Tuya es desde hoy por siempre. Que el Señor del Cielo
      os guíe a buen fin esta noche, hijo, y os dé su
      gracia y su paz».

      12 Llamó Ragüel a su hija Sarra, y
      cuando ella se presentó, la tomó de la mano y
      se la entregó a Tobías, diciendo:
      «Recíbela, pues se te da por mujer, según
      la ley y la
      sentencia escrita en el libro de Moisés. Tómala
      y llévala con bien a la casa de tu padre. Y que el
      Dios del Cielo os guíe en paz por el buen
      camino».

      13 Llamó luego a la madre, mandó
      traer una hoja de papiro y escribió el contrato
      matrimonial, con lo cual se la entregó por mujer,
      conforme a la sentencia de la ley de
      Moisés.

      14 Y acabado esto, empezaron a comer y
      beber.

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      Decrece la tensión v 14

      Desde el enamoramiento hasta la consumación
      del matrimonio no
      pasarán ni veinticuatro horas. Esta es la primera vez
      que el joven Tobías da órdenes a su amigo y
      guía Azarías; como acuciando por el amor
      repentino que siente. La entrada en escena de Raguel y Edna
      en los versículos uno y dos, hace cambiar de unidad
      narrativa y con éstos la situación inicial da
      comienzo. Como vimos en capítulos anteriores
      Azarías conoce a Raguel, lo reconoció en
      seguida; se lo indicaría a Tobías y así
      lo saludaron ellos primero. La cortesía
      pedía que fuera el anfitrión el que saludara
      primero a los huéspedes o extranjeros. La respuesta de
      Raguel no se hizo esperar. Por el modo de saludar los
      viajeros, por la manera de hablar, o por el porte o las
      vestimentas reconoció Raguel en ellos a unos
      connacionales; por esto les responde con el
      característico saludo de bienvenida: Os saludo,
      hermanos. Seáis bienvenidos sanos y salvos.
      Y
      ejerciendo la hospitalidad, les abrió la puerta de su
      casa y les hizo pasar al interior de ella. Cabe
      destacar que en la persona de Raguel encontramos a un hombre
      muy observador y fisonomista. Desde que los dos
      jóvenes se presentaron ante él y lo saludaron,
      una imagen
      familiar ronda en su memoria. Ya
      nosotros tenemos datos sobre el parentesco, ya que
      Azarías informó a Tobías sobre su
      parentesco. Desde los versículos tres a diez hay un
      aumento de interés por las preguntas que hace Raguel y
      Edna al joven Tobías refiriéndose a su familia.
      Es una caso parecido al interrogatorio que tuvo
      Azarías cuando Tobit le pregunta sobre su tribu antes
      de contratarlo como guía de su hijo Tobías.
      Aquí es muy importante el protagonismo de Edna, ya que
      es ella y no Raguel la que lleva adelante el interrogatorio.
      Los judíos deportados a países
      extranjeros formaban comunidades nacionales en los lugares
      donde se reunía un número considerable de
      ellos. Esto sucedía especialmente en las grandes
      ciudades como en el caso de Nínive. En estas
      comunidades se conocían entre todos entre sí.
      Considerando lo expuesto antes, tiene sentido la segunda
      pregunta de Edna: "¿Conocéis a Tobit,
      nuestro hermano?".
      Raguel había seguido muy
      atentamente el diálogo entre su mujer Edna y los dos
      muchachos.

      La lamentación de Raguel:
      "¡Qué gran desgracia, haberse quedado ciego
      un hombre tan justo y tan limosnero!"
      , supone que
      él está informado de la desgracia de Tobit,
      aunque en el relato nada se diga de esto. La
      celebración de las nupcias entre Tobías y Sara
      tiene lugar durante la comida que ofrece el anfitrión
      Raguel a los huéspedes Tobías y Azarías.
      La escena es de mucha importancia en el libro y para los
      historiadores ya que es el mejor testimonio bíblico de
      cómo se celebraba en la antigüedad el matrimonio
      entre los judíos de la diáspora; literalmente el autor
      construye una escena ejemplar que mantiene el interés
      por varios versículos: hasta el 10.

      La complicación que vemos en el
      versículo once en sus tres cuartas partes se debe a
      que Tobías no accede a comer hasta que Raguel no
      apruebe a entregar a su hija Sara como su esposa. Al acceder
      Raguel en la ultima parte del versículo (11d). Raguel
      expresa la fórmula del casamiento, sin que la novia
      esté presente, para explicar el profundo sentido
      religioso y humano del matrimonio: "Recibe a tu hermana. A
      partir de ahora, tú eres su hermano y ella es tu
      hermana".
      Es cierto que en el pasaje varias veces se
      repite la primacía del varón sobre la mujer:
      ella es entregada a él y no él a ella. Esta es
      una concepción milenaria. Pero, en este mundo de
      desigualdades, es sorprendente el pensamiento igualitario del auto, para el cual
      marido y mujer no son dueño y esclava, superior e
      inferior, sino dos personas iguales en la dignidad
      como son un hermano y una hermana. El matrimonio
      además, es una unión y entrega sin límites en el tiempo: "A partir de
      ahora,
      a partir del momento de la celebración,
      tú eres su hermano y ella es tu hermana. Tuya es
      desde hoy por siempre".
      Pero el corazón de Raguel
      le dice que esta noche va a ser distinta a las demás,
      porque el Señor se va a compadecer de ellos y les va a
      conceder misericordia y paz.

      En el versículo 12 se realiza una
      reversión de la situación ya que Raguel
      presenta a su hija como esposa de Tobías. Con el gesto
      de tomarla de la mano y de entregarla se está
      significando el cambio de la situación legal de Sara y
      Tobías. El rito oral termina con la oración de
      Raguel por los nuevos esposos: "Y que el Dios del Cielo os
      guíe en paz por el buen camino".
      Edna, la madre de
      Sara, ha estado ausente en esta primera parte de la
      ceremonia, pero no en la segunda en que firma el contrato
      matrimonial. Raguel llamó luego a la madre,
      mandó traer una hoja de papiro
      . En él
      escribió el contrato matrimonial. Los contratos
      matrimoniales existen prácticamente en todos los
      pueblos antiguos que conocen la escritura.
      Es célebre el decreto 128 del código de Hammurabi.

      La tensión decrece cuando, en el
      versículo 14, vemos que la comida comienza cuando se
      ha realizado todos los requisitos legales. El banquete
      nupcial tendrá lugar el día
      siguiente.

    2. Tb. 7, 1 – 14
    3. Tb. 7, 15 – 8, 9a

    15 Ragüel llamó a su mujer Edna y le
    dijo: «Hermana, prepara la otra habitación y lleva
    allí a Sara».

    16 Ella fue y preparó un lecho en la
    habitación, tal como se lo había ordenado, y
    llevó allí a Sara. Lloró ella y luego,
    secándose las lágrimas, le dijo: «Ten
    confianza, hija: que el Señor del Cielo te dé
    alegría en vez de esta tristeza. Ten confianza,
    hija». Y salió.

    1 Cuando acabaron de comer y beber, decidieron
    acostarse, y tomando al joven le llevaron al
    aposento.

    2 Recordó Tobías las palabras de Rafael
    y, tomando el hígado y el corazón del pez de la
    bolsa donde los tenía, los puso sobre las brasas de los
    perfumes.

    3 El olor del pez expulsó al demonio que
    escapó por los aires hacia la región de Egipto. Fuese
    Rafael a su alcance, le ató de pies y manos y en un
    instante le encadenó.

    4 Los padres salieron y cerraron la puerta de la
    habitación. Entonces Tobías se levantó del
    lecho y le dijo: «Levántate, hermana, y oremos y
    pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos
    salve».

    5 Ella se levantó y empezaron a suplicar y a
    pedir el poder quedar a salvo. Comenzó él diciendo:
    ¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres, y bendito
    sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos!
    Bendígante los cielos, y tu creación entera, por
    los siglos todos.

    6 Tú creaste a Adán, y para él
    creaste a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que
    de ambos proviniera la raza de los hombres. Tú mismo
    dijiste: No es bueno que el hombre se halle solo;
    hagámosle una ayuda semejante a él.

    7 Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro, mas
    con recta intención. Ten piedad de mí y de ella y
    podamos llegar juntos a nuestra ancianidad.

    8 Y dijeron a coro: «Amén,
    amén».

    9a Y se acostaron para pasar la noche.

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    Rafael trae como misiones principales curar a Tobit de
    su ceguera y librar a Sara del influjo maligno de Asmodeo. Para
    conseguir lo segundo será necesario que se cumpla el plan
    de Dios sobre Tobías y Sara: su casamiento. Tobías
    y Sara ya son marido y mujer. En la próxima
    sucesión de escenas de la presente unidad narrativa vamos
    a ser testigos de la curación de Sara y de la felicidad de
    una familia como consecuencia de ello. La situación
    inicial se da con la entrada de Sara, junto con su madre, a la
    habitación matrimonial. Toda noche de bodas es especial,
    pero esta es especialísima. El recuerdo de Sara de sus
    noches matrimoniales anteriores, hace aumentar el interés
    entre los versículos 16b y 2 de la narración. En su
    corazón espera que esta noche no sea como las
    demás, pues Tobías, su esposo, no se parece nada a
    los anteriores maridos. Se mezclan lágrimas tristes y
    lágrimas de alegría. El hombro de la madre es el
    mejor lugar para derramar sus lágrimas y recuperar la
    serenidad y la paz. La madre corresponde cariñosamente a
    la confianza de la hija. Le enjuga las lágrimas con mimo y
    cuidado infinitos, y la anima con toda su alma y con una
    oración, salida del corazón: «Ten
    confianza, hija: que el Señor del Cielo te dé
    alegría en vez de esta tristeza. Ten confianza,
    hija».
    Le dará un abrazo y un beso. Y
    salió de la habitación, dejándola sola con
    sus pensamientos. La primera cosa que hizo Tobías al
    entrar en la pieza matrimonial fue poner en práctica lo
    que le aconsejó Azarías cuando venían de
    viaje (6, 17-18 a). El punto álgido lo encontramos en el
    versículo tres donde la victoria de Rafael sobre Asmodeo
    es total. El olor del pez alejó al demonio no puede ser
    interpretado en su sentido literal, como si el demonio huyera del
    mal olor, como hacen los insectos al oler un insecticida, sino en
    sentido simbólico y espiritual: el bien vence al mal. Con
    esta victoria de Rafael sobre Asmodeo se cumple una parte
    principal del plan de Dios sobre Sara: su curación,
    encomendada por Dios al ángel Rafael.

    Hasta ahora Tobías ha seguido al pié de la
    letra todo lo encomendado por Rafael. Desde el versículo
    cuatro hasta la primera parte del versículo 9 (v. 9 a) va
    a aparecer un decrecimiento de la acción dentro de la
    unidad narrativa. Ya ha quemado parte del hígado del pez y
    el corazón, el rito del sahumerio; ahora le toca realizar
    lo siguiente: "y cuando vayas a unirte a ella, levantaos
    primero los dos y haced oración y suplicad al Señor
    del cielo que se apiade de vosotros y os salve",
    aludiendo,
    naturalmente, a la unión matrimonial ó
    consumación del matrimonio. El autor quiere proponer al
    joven Tobías como modelo de
    oración de israelita, que debe acudir al Señor en
    los momentos clave de su vida. El matrimonio es uno de ellos, y
    la primera noche de casados, uno de los hitos más
    importantes de la vida de una pareja en común. Por esto la
    oración a Dios, nuestro Señor, debe ser pan
    cotidiano que alimente la unión y el amor en los
    esposos. Sara se levantó y comenzaron a pedir y suplicar
    se les concediera la salvación. La escena es conmovedora e
    impresionante: los dos estaban de pié, probablemente con
    los brazos extendidos, con un mismo deseo, en actitud
    orante. El final de la oración que realizan juntamente
    Sara y Tobías es solemnísimo: Amén,
    amén.
    Ellos habían hecho lo que estaba en sus
    manos para que todo saliera bien y no se repitiera la tragedia de
    noches dignas de olvido. Porque los dos estaban pensando en lo
    mismo, como Raguel y todos los de la casa. Con la conciencia muy
    tranquila y la confianza puesta en Dios, no tardaron mucho en
    dormirse aquella noche trascendental para ellos, especialmente
    para Sara.

    8) Tb. 8, 9b – 21

    9b Se levantó Ragüel y, llamando a los
    criados que tenía en casa, fueron a cavar una
    tumba,

    10 porque se decía: «No sea que haya
    muerto y nos sirva de mofa y escarnio».

    11 Cuando tuvieron cavada la tumba, volvió
    Ragüel a casa, llamó a su mujer

    12 y le dijo: «Manda a una criada que entre a
    ver si vive; y si ha muerto, le enterraremos sin que nadie se
    entere».

    13 Mandaron a la criada, encendieron la
    lámpara y abrieron la puerta; y entrando ella vio que
    estaban acostados juntos y dormidos.

    14 Salió la criada y les anunció:
    «Vive, nada malo ha ocurrido».

    15 Ragüel bendijo al Dios del Cielo, diciendo:
    ¡Bendito seas, oh Dios, con toda pura bendición y
    seas bendecido por los siglos todos!

    16 Seas bendecido por haberme alegrado y no haber
    ocurrido el mal que temía, sino que has hecho con nosotros
    según tu gran piedad.

    17 Seas bendecido por tener compasión de dos
    hijos únicos. Ten, Señor, piedad de ellos y dales
    tu salvación, y haz que su vida transcurra en
    alegría y piedad.

    18 Después ordenó a sus criados que
    rellenasen la fosa antes que amaneciera.

    19 Mandó a su mujer cocer una gran hornada; y
    él fue al establo, tomó dos bueyes y cuatro
    carneros y ordenó que los aderezaran. Y comenzaron los
    preparativos.

    20 Hizo llamar a Tobías y le dijo:
    «Durante catorce días no te moverás de
    aquí; te quedarás conmigo comiendo y bebiendo y
    llenarás de gozo el corazón de mi hija por sus
    tristezas pasadas.

    21 Luego, tomarás la mitad de todo cuanto
    aquí poseo y te volverás con felicidad a casa de tu
    padre. Cuando mi mujer y yo hayamos muerto, también
    será para vosotros la otra mitad. Ten confianza, hijo; yo
    soy tu padre y Edna tu madre; junto a ti estaremos y junto a tu
    hermana desde ahora en adelante. Ten confianza,
    hijo».

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    Raguel, padre de Sara, no tenía el temple de
    Tobías. Probablemente aquella noche no pudo dormir ni un
    solo momento. Se levantó y llamó a los criados y se
    fueron a cavar una tumba. Con estas escenas damos comienzo de una
    nueva unidad narrativa. La operación de cavar una tumba se
    suele hacer después de que ha muerto el que va a ser
    enterrado. Algunos familiares y amigos van al lugar del
    enterramiento y cavan la fosa a la medida del difunto. Pero en
    este caso Raguel se adelanta a los acontecimientos, porque
    temía que a Tobías le hubiera sucedido lo mismo que
    a los otros siete maridos que se habían acercado a Sara.
    Esto lo pensaba Raguel y los demás muy probablemente. Es
    cruel pensar que una desgracia tan grande, como la muerte
    repentina de tantas personas, sea motivo de burlas. Vemos que
    entre los versículos once y trece comienza un aumento de
    interés, por el hecho de mandar a una criada para ver si
    el esposo de Sara está muerto. Ragüel da por supuesto
    que a su hija Sara, no le ha pasado nada como en los casos
    anteriores. En el temido caso de que Tobías sea la octava
    víctima, lo enterrarán a escondidas y casi nadie se
    enterará. Edna, que estaba tan interesada o más que
    su marido en conocer lo que había pasado aquella noche en
    la alcoba de su hija. Como aún no había amanecido,
    encendió la lámpara, abrió la puerta de la
    alcoba que anteriormente habían cerrado, después de
    salir todos de ella, y se encontró con la más feliz
    de las escenas que se podía soñar en aquellas
    circunstancias: "estaban acostados juntos y dormidos". El
    punto álgido lo encontramos en el versículo catorce
    donde la criada sale de la alcoba matrimonial y anuncia que nada
    malo había pasado.

    Luego desde los versículos quince a diecinueve
    hay un decrecer de la tensión al saber que no había
    pasado nada malo con Tobías, y la reacción de
    Ragüel es bendecir a Dios. El autor pone en boca de
    Ragüel las palabras que expresan la alegría
    inenarrable de los allí presentes. Estas palabras
    adquieren la estructura de una aclamación a Dios en forma
    de bendiciones, como requiere el momento psicológico de
    Ragüel, que, rebosante de felicidad, habla directamente con
    Dios. La ocasión de todas las acciones de
    gracias a Dios, y de todas sus bendiciones, es que Tobías
    vive y Sara ha sido curada. Los dos hijos únicos, han sido
    objeto de la piedad del Señor, origen de la
    vida, de la salud y de la felicidad. Ragüel termina su
    oración con la petición que todo buen padre hace al
    Señor en el momento de casar a su hijo o a su hija:
    "Ten, Señor, piedad de ellos y dales tu
    salvación, y haz que su vida transcurra en alegría
    y piedad".
    Terminada la oración, Ragüel, ordena
    inmediatamente a los mismos criados, que habían ayudado a
    abrir la fosa durante la noche, que la rellenen de nuevo, antes
    de que rompiese el alba, para que
    no quede muestra alguna de sus dudas y temores, y no fuera objeto
    de burlas y de escarnio por parte de los vecinos al enterarse de
    su gran fiasco. La tierra que
    rellena la fosa hace desaparecer un pasado terrible y espantoso,
    que hay que olvidar rápidamente. La fiesta que se prepara
    servirá para ello.

    La reversión se la situación angustiante
    anterior, se da en los versículos veinte y veintiuno,
    donde la celebración, como acontecimiento importante, hace
    revertir las situaciones de dolor vividas.

    9) Tb. 9, 1- 6

    1 Entonces Tobías llamó a Rafael y le
    dijo:

    2 «Hermano Azarías, toma contigo cuatro
    criados y dos camellos y vete a Ragués.

    3 Dirígete a Gabael, dale el recibo y hazte
    cargo del dinero; invítale también a que se venga
    contigo a la boda.

    4 Tú sabes que mi padre lleva cuenta de los
    días, y uno solo que demore, le doy un gran
    disgusto;

    5 ya ves que Ragüel me ha conjurado, y que no
    puedo desatender su deseo». Rafael se puso en camino para
    Ragués de Media con los cuatro criados y los dos camellos
    y fueron a pernoctar en casa de Gabael. Le presentó el
    recibo y le dio la noticia de que Tobías, hijo de Tobit,
    se había casado y le invitaba a la boda. Gabael se
    levantó, le entregó todos los sacos de dinero, con
    los sellos intactos, y los cargaron sobre los
    camellos.

    6 Levantándose de madrugada, partieron juntos
    para la boda y llegados a casa de Ragüel encontraron a
    Tobías puesto a la mesa. Y como se levantara a toda prisa
    para saludarle, Gabael rompió a llorar y le bendijo
    diciendo: «¡Hombre bueno y honrado, hijo de un hombre
    honrado y bueno, justo y limosnero!. Que el Señor te
    conceda las bendiciones del cielo a ti, a tu mujer, al padre y a
    la madre de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha
    permitido ver un vivo retrato de mi primo
    Tobit!»

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    Este es el último de los episodios del libro
    centrados en Ecbátana, la ciudad de Ragüel y de Sara.
    Decimos que el episodio está centrado en Ecbátana
    porque allí se celebra el banquete de bodas, allí
    se queda Tobías, de allí parte Azarías con
    la comitiva para recoger la plata depositada en casa de Gabael en
    Ragués, y de Ragués vuelven todos otra vez a
    Ecbátana, donde todavía pueden acompañar a
    los novios en la fiesta de bodas.

    El ingreso a la nueva escena, hace comenzar una nueva
    unidad narrativa en el versículo uno, que sigue hasta el
    tres. Esta es la primera vez que Tobías se manifiesta como
    una persona adulta, responsable, con relación a
    Azarías. Durante todo el viaje y en casa de Ragüel
    las relaciones de Tobías con Azarías han sido las
    de una persona menor con su tutor, la de un discípulo con
    su maestro. En este momento Tobías parece seguro de
    sí mismo: da órdenes a Azarías sin titubear,
    aunque respetuosamente. Con toda esta escena da comienzo a un
    aumento de interés que parte desde el versículo
    cuatro hasta el versículo cinco c. El haber adquirido de
    repente gran responsabilidad, como la de tener que respetar la
    palabra o un juramento, ha hecho que Tobías madure
    psicológicamente como persona, y se comporte como tal en
    todo este episodio. Por eso llama a Rafael y le transmite el
    encargo que su padre le había dado a él; tanta es
    la confianza que se ha ganado Azarías, que Tobías
    no duda en poner en sus manos el recibo de la deuda y, con ello,
    la posibilidad de cobrar la inmensa cantidad de dinero (diez
    talentos de plata), y de quedarse con ella. Tobías da las
    órdenes pertinentes para que Azarías forme una
    pequeña caravana de dos camellos y cuatro criados, parta
    de inmediato rumbo a Ragués y se llegue a casa de Gabael,
    que él conoce perfectamente. Una vez allí, le
    entregará el recibo que justifica el depósito que
    Tobit le había entregado, y así recuperará
    el dinero. A parte Tobías le encarga a Azarías que
    comunique a Gabael que se ha casado y que lo invita a participar
    de las fiestas de su boda. El punto álgido de esta unidad
    narrativa la encontramos en el versículo cinco d, donde se
    hace efectiva la entrega del dinero a Azarías.

    Decrece la acción en el versículo seis a y
    b, donde Gabael acepta con gusto la invitación a la boda
    de Tobías, que Rafael le había comunicado. Sin
    tiempo que perder, "levantándose de madrugada,
    partieron juntos para la boda".
    De Ragués
    partiría la caravana de los camellos y criados por parte
    de Rafael, más otros tantos camellos y criados por parte
    de Gabael. La distancia real entre Ragués y
    Ecbátana era de unos 340 Km.. Pero para el autor eso no
    crea problema alguno. El autor cuanta con una libertad
    soberana para confeccionar su relato y el ritmo que a él
    le parezca más conveniente.

    La reversión la encontramos en el
    versículo seis c y d, donde Tobías de un salto
    saluda a Gabael que no se conocían mutuamente, sin
    embargo, el autor no cree necesario consignar las presentaciones.
    El abrazo y los besos pertenecían al rito de los saludos
    entre parientes; así mismo manifestar ruidosamente la
    alegría con lágrimas y llantos.

    1. 1 Tobit, mientras tanto, llevaba cuenta, uno por
      uno, de los días de ida y vuelta. Cuando se
      cumplió el plazo sin que el hijo hubiera
      regresado,

      2 pensó: «¿Habrá algo
      que le retenga allí? ¡Acaso haya muerto Gabael y
      no haya nadie que le entregue el
      dinero!»

      3 Y empezó a ponerse
      triste.

      4 Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha
      muerto y ya no se cuenta entre los vivos». Y
      rompió a llorar y a lamentarse por su hijo,
      diciendo:

      5 «¡Ay de mí, hijo mío!
      ¡Que te dejé marchar a ti, luz de mis
      ojos!»

      6 Tobit le dijo: «Calla, hermana, no
      pienses eso. El está bien. Habrán tenido
      algún contratiempo allí, pero su
      compañero es hombre de fiar y uno de los nuestros; no
      te inquietes por él, que debe estar
      cerca».

      7 Ella le replicó: «Déjame,
      no intentes engañarme. Mi hijo ha muerto». Y
      todos los días se iba a mirar el camino por donde su
      hijo había marchado. No creía a nadie. Y cuando
      se ponía el sol,
      entraba en casa y pasaba las noches gimiendo y llorando, sin
      poder dormir.

      8 Cuando se pasaron los catorce días con
      que Ragüel había determinado celebrar la boda de
      su hija, se dirigió a él Tobías y le
      dijo: «Déjame regresar, porque estoy seguro que
      mi padre y mi madre están pensando que ya no van a
      volver a verme. Así que te ruego, padre, que me
      permitas regresar al lado de mi padre. Ya te dije en
      qué situación le he
      dejado».

      9 Ragüel respondió a Tobías:
      «Quédate, hijo; quédate conmigo y yo
      enviaré mensajeros a tu padre Tobit para que le den
      noticias
      tuyas». Pero Tobías replicó: «No.
      Te ruego que me permitas volver al lado de mi
      padre».

      10 Entonces Ragüel se levantó y
      entregó a Tobías su mujer Sara y la mitad de
      todos sus bienes, criados, criadas, bueyes y carneros, asnos
      y camellos, vestidos, plata y utensilios,

      11 y les dejó partir gozosos. Al
      despedirse de Tobías le dijo: «¡Salud,
      hijo, y buen viaje! El Señor del Cielo os guíe
      a vosotros y a tu mujer Sara por buen camino y que pueda yo
      ver vuestros hijos antes de morir».

      12 A su hija Sara le dijo: «Vas al lado de
      tu suegro, pues desde ahora ellos son padres tuyos igual que
      los que te han engendrado. Vete en paz, hija. Que tenga
      buenas noticias de ti, mientras yo viva». Y
      saludándoles, se despidió de
      ellos.

      13 Edna dijo a Tobías: «Hijo y
      hermano queridísimo: Que el Señor te devuelva y
      que yo viva hasta ver tus hijos y de mi hija Sara antes de
      morir. En presencia del Señor te entrego a mi hija en
      custodia; no le causes tristeza en todos los días de
      tu vida. Vete en paz, hijo. A partir de ahora, yo soy tu
      madre y Sara es tu hermana. ¡Ojalá
      pudiéramos vivir juntos todos los días de
      nuestra vida!» Y besando a los dos, los dejó
      partir llenos de gozo.

      14 Tobías salió de casa de
      Ragüel contento y gozoso, y bendiciendo al Señor
      del Cielo y de la tierra, rey de todas las cosas, porque
      había llevado a buen término su viaje. Bendijo
      a Ragüel y a su mujer Edna y les dijo: «Que pueda
      yo honraros todos los días de mi
      vida».

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      El cambio de escenario da comienzo a la nueva unidad
      narrativa, donde a partir del versículo uno del
      capítulo nos pone en una nueva situación
      inicial. El autor se traslada a Nínive, a la casa de
      Tobit. A medida que pasa el tiempo, crece la ansiedad y el
      nerviosismo de los padres que sólo viven para el hijo,
      su único consuelo y esperanza en la vida. Tobit sabe
      bien el tiempo que se tarda para ir y volver desde la casa de
      Gabael. Por eso él "llevaba cuenta, uno por uno, de
      los días de ida y
      vuelta
      ". Pasaban y pasaban los
      días, demasiado de prisa al principio, más
      lentos después, y Tobit seguía haciendo
      cuentas.
      El aumento de interés se da entre los
      versículos dos y tres, cuando Tobit comienza a hacerse
      preguntas sobre el paradero de su hijo que tanto tardaba del
      viaje. Esas preguntas podrían multiplicarse sin nunca
      acabar y sin obtener respuestas. Ya han pasado veinte
      años desde que dejó el dinero a Gabaely, por
      tanto, es muy probable que haya muerto. En esta hipótesis, ¿quién le va a
      dar el dinero?, ¿no habrá sido todo en vano? Es
      curioso que Tobit no se preocupe por la posible muerte de su
      hijo. ¿Lo piensa y no lo quiere formular?. El autor
      distingue claramente la psicología del
      padre de la de la madre. La muerte del hijo es el centro de
      las lamentaciones de la madre. Como Tobit no encuentra
      respuesta a sus preguntas explícitas e
      implícitas, "empezó a ponerse triste".
      Su temperamento, sin embargo es fuerte, y ahora más
      que nunca no puede venirse abajo, porque lo necesita su
      mujer. La complicación comienza desde el
      versículo cuatro hasta el nueve, donde Ana llora sin
      consuelo por la pérdida de su hijo y Tobit que trata
      de reanimarla. Ana es consecuente consigo misma. No estaba de
      acuerdo con que el hijo emprendiera el largo viaje a lo
      desconocido, y así se lo reprocha a Tobit en sus
      lamentaciones. Ahora su llanto se convierte en
      lamentación por el hijo que considera perdido: "Mi
      hijo ha muerto".
      La posibilidad remota para ella es una
      realidad presente; si no es así ¿por qué
      se retrasa?. Tobit, a pesar de su profunda tristeza, se
      mantiene íntegro. Su función ahora es la de
      levantar el ánimo de su mujer. Por eso no quiere
      oírla decir que su hijo haya muerto: «Calla,
      hermana, no pienses eso. El está bien.».
      Es
      su mujer y la llama hermana, como otras veces; pero esta vez
      el apelativo
      "hermana" los iguala
      en el dolor. La segunda razón que aduce Tobit, para
      consolar a su mujer, es de más peso y, en realidad, la
      única en que él confía: "su
      compañero es hombre de fiar y uno de los
      nuestros".
      Por esto confía Tobit plenamente en
      Azarías, y porque tiene experiencia en largos viajes y
      conoce todos los caminos. Tobit cree que estas razones, que
      en otro tiempo hicieron que Ana consintiera en dejar marchar
      a su hijo, la convencerán ahora para dejar de
      preocuparse tanto por la vida de su hijo.

    2. Tb. 10, 1 – 14
    3. Tb. 11, 1 – 15

    1 Cuando llegaron cerca de Kaserín, que
    está frente a Nínive,

    2 dijo Rafael: «Tú sabes bien en
    qué situación dejamos a tu padre;

    3 vamos a adelantarnos nosotros a tu mujer para
    preparar la casa, mientras llegan los
    demás».

    4 Prosiguieron, pues, los dos juntos; el ángel
    le dijo: «Toma contigo la hiel». El perro
    seguía detrás de ellos.

    5 Estaba Ana sentada, con la mirada fija en el camino
    de su hijo.

    6 Tuvo la corazonada de que él venía y
    dijo al padre: «Mira, ya viene tu hijo y el hombre que le
    acompañaba».

    7 Rafael iba diciendo a Tobías, mientras se
    acercaban al padre: «Tengo por seguro que se abrirán
    los ojos de tu padre.

    8 Úntale los ojos con la hiel del pez, y el
    remedio hará que las manchas blancas se contraigan y se le
    caerán como escamas de los ojos. Y así tu padre
    podrá mirar y ver la luz».

    9 Corrió Ana y se echó al cuello de su
    hijo, diciendo: «¡Ya te he visto, hijo! ¡Ya
    puedo morir!» Y rompió a llorar.

    10 Tobit se levantó y trompicando salió
    a la puerta del patio.

    11 Corrió hacia él Tobías,
    llevando en la mano la hiel del pez; le sopló en los ojos
    y abrazándole estrechamente le dijo: «¡Ten
    confianza, padre!» Y le aplicó el remedio y
    esperó;

    12 y luego, con ambas manos le quitó las
    escamas de la comisura de los ojos.

    13 Entonces él se arrojó a su cuello,
    lloró y le dijo: «¡Ahora te veo, hijo, luz de
    mis ojos!»

    14 Y añadió: "Bendito sea Dios, Bendito
    su gran Nombre, Bendito sus santos ángeles, Bendito su
    gran Nombre por todos los siglos.

    15 a Porque me había azotado, pero me tiene
    piedad y ahora veo a mi hijo Tobías".

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    El círculo de la acción narrativa se va
    cerrando a medida que le viaje se acerca a su fin; pero el
    interés literario no decrece a causa del reencuentro. Este
    reencuentro de los padres con el hijo está organizado por
    el compañero de viaje de Tobías, por
    Azarías, es decir, por Rafael, el mensajero del
    Señor. Desde que recuperó el dinero de casa de
    Gabael, Rafael ha pasado a un puesto muy secundario. Sólo
    se ha hablado de él una vez en 10,6 y ha sido incluido con
    todos los demás en los saludos de despedida. En esta
    unidad narrativa recupera protagonismoprecisamente para cumplir
    la misión que aún no había realizado, a
    saber la curación de Tobit.

    Los lugares y los desplazamientos de esta unidad
    narrativa son muy importantes: en las afuera de Nínive, en
    el camino intermedio, el lugar donde se colocaba Ana oteando el
    camino, la casa de Tobit, la puerta de su patio. También
    alcanzan un nivel alto las palabras que se pronuncian: las del
    ángel Rafael a Tobías, las de Ana a Tobit y las que
    dirige a su hijo. La acción es rápida y viva, tanto
    que las escenas se solapan.

    La situación inicial de esta unidad narrativa la
    encontramos en los primeros cuatro versículos del
    capítulo once. La caravana que ha salido de
    Ecbátana, en las que van Tobías, Sara y
    Azarías y una servidumbre numerosa al cuidado de los
    animales y de
    gran impedimenta, ha llegado a Caserín, frente a
    Nínive no lejos de la gran ciudad. En este momento entra
    en acción Rafael, que piensa ya en cómo deben
    desarrollarse los acontecimientos que van a seguir en cadena. La
    razón fundamental que propone Rafael a Tobías es
    el estado de
    ceguera de su padre, bien sea que afirme o que pregunte. Lo que
    Rafael pretende es hacer hincapié en que el estado en que
    se encuentra Tobit no es el mejor para recibir a Sara, su nuera,
    con la mayor alegría y el más grande gozo que se
    merece. Las palabras de Rafael "adelantarnos nosotros a tu
    mujer para preparar la casa",
    no es sólo en sentido
    material de limpieza, orden, etc., sino, sobre todo, la casa en
    sentido espiritual. El encuentro de Tobit con Sara, su nueva hija
    por se la esposa de su hijo, tiene que ser el comienzo de una
    nueva vida, llena de esperanza, como en realidad es la
    descendencia biológica: la prolongación en el
    tiempo de sí mismos y de sus ilusiones. El pasaje
    "mientras llegan los demás", se supone que la
    distancia es aún considerable, como para poder contar con
    el tiempo necesario para realizarlo todo despacio. Tobías
    avisará convenientemente a Sara de lo que iba a hacer, y
    se adelantaron al gran grupo
    sólo ellos dos: Rafael y Tobías. Como Rafael lo
    tenía todo previsto, le recordó lo de la hiel del
    pez: "Toma contigo la hiel". Tobías sabía ya
    por qué se lo decía, pues en el camino de ida
    Azarías le había informado para qué
    servía la hiel del pez. "El perro seguía
    detrás de ellos",
    desde que salieron de viaje desde
    Nínive no se ha nombrado en ningún momento el perro
    que los acompañaba. Al echar a andar Tobías, su
    amo, delante de la comitiva, el perro fiel compañero, lo
    ha seguido de inmediato. El aumento de interés lo
    encontramos a partir del versículo cinco, donde aparece en
    escena nuevamente Ana, y se desarrolla hasta el final del
    versículo doce, donde Tobías que ya ha aplicado la
    hiel del pez en los ojos de su padre, le saca las escamas de los
    extremos de los ojos. En los versículos cinco y seis, Ana
    la madre de Tobías, como todos los días,
    salía de casa y observaba atentamente el camino por el que
    se había ido su hijo. En un momento dado el corazón
    le dio un vuelco: un bulto lejano, a medida que se acercaba, se
    le hacía cada vez más familiar, hasta que
    advirtió que él venía. Era el momento
    más esperado por ella. Tal vez haya que pensar que, al ser
    tan grande la alegría, quisiera hacer partícipe de
    ella lo antes posible a su marido, que también ha sufrido
    como ella en la ausencia de su hijo y la tardanza en volver, pero
    en silencio. El relato vuelve a los caminantes en los
    versículos siete y ocho. Rafael deseoso de que todo salga
    bien, recuerda a Tobías el modo de usar el medicamento
    para curar los ojos de su padre, Tobit. Con una gran seguridad,
    que desea transmitir a Tobías, afirma sin titubear:
    "Tengo por seguro que se abrirán los
    ojos de tu padre".
    El autor se adelanta a la
    acción real, porque él si sabe que los
    acontecimientos están en manos del Señor, y que
    Rafael es sólo un instrumento, del que él mismo se
    vale para plasmar esa fe inquebrantable en Dios, que es el que
    cura de verdad. El efecto de esta unción se hará
    sentir en los ojos dañados: las manchas blancas se
    contraerán y fácilmente podrán ser
    extraídas. En los versículos once y doce,
    encontramos uno de los momentos culpen en lo que se refiere al
    aumento de interés dentro de las unidades narrativas.
    Tobías le aplica la hiel del pez en los ojos de su padre.
    Es interesante subrayar el gesto del hijo que agarra a su padre
    para darle ánimos:
    "¡Ten confianza, qarsei
    padre!".
    ¿En quién o en qué
    tiene que tener confianza Tobit?, ¿en la medicina que le
    va a aplicar Tobías?, ¿en sí mismo,
    animándose y deseando con firmeza la curación?. La
    experiencia enseña que le enfermo que no quiere curarse,
    difícilmente se cura; pero si el enfermo desea y quiere
    ser curado, y colabora con el buen ánimo que aumenta su
    esperanza, es casi seguro que hasta las medicinas multiplican sus
    efectos saludables. Creo que no podemos ni debemos excluir
    ninguno de los motivos que Tobit tiene para confiar en que va a
    ser curado; todos sumados hacen que la aplicación de la
    hiel del pez sobre los ojos apagados de Tobit no sea un rito
    mágico, que realiza Tobías, sino la
    aplicación de un remedio saludable, generalmente aceptado
    en aquel tiempo por los médicos y los profanos de la
    medicina. En cuanto al proceso de
    curación, nuestro texto es bastante parco, solamente habla
    de las escamas que Tobías quita con su sumo cuidado de los
    lagrimales con las dos manos. El punto álgido lo
    encontramos en el versículo trece donde, ya Tobit curado
    de su ceguera, ve a su hijo Tobías. Tobit recupera su
    vista y eso es para él como volver a vivir, como volver de
    la muerte a la vida. Qué mayor alegría para un
    ciego que poder ver. Tobit ve de golpe y perfectamente. La
    primera imagen que ven sus ojos es la esbelta figura de su hijo,
    que, en poco tiempo, se ha convertido en un hombre. En la
    alabanza de Tobit a Dios, que observamos en el versículo
    catorce y quince a, podemos distinguirla por dos motivos: porque
    se ha compadecido de él devolviéndole la vista, y
    porque le ha concedido lo que para él no tiene precio, ver
    a su hijo Tobías.

    Caracterización:

    De acuerdo al estudio de los personajes en el relato de
    Tb. 4,20 – 11,15 no encontramos con:

    Tobías: Es el personaje "protagonista" ya que se
    desarrolla con el progreso de la narrativa. Parece colocado para
    ejecutar órdenes paternas (5,1.9.17c) ó
    instrucciones del compañero del viaje (6,10.11b.16-19.
    7,1.9). Otras veces su función es hacer preguntas de
    escolar para que su compañero pueda administrar sus
    enseñanzas (6,7). Todo se lo dan hecho, no tiene
    obstáculos que superar. Su enamoramiento de oídas
    no convence (6,19). Y casi me irrita que, sin haber luchado,
    llegue al colmo de la dicha heredando a suegros y a
    padres.

    Tobit: Es un protagonista "secundario" del relato, ya
    que aparece en la trama sin llegar a ser el punto focal de la
    atención. Es el ideal del padre de toda familia israelita
    en la diáspora o en el destierro. Fiel en tener presente
    al Señor, aunque falten templo y culto, solidario de sus
    compatriotas, especialmente en la limosna. Es una pieza que
    enlaza el pasado en la patria, el presente, en el destierro, el
    futuro próximo de la descendencia, el futuro remoto
    entrevisto. Es el hombre honrado y probado: en los bienes
    materiales,
    que son confiscados, en la vida familiar, por la actitud de la
    esposa, en la integridad física de la ceguera.
    Tiene que transmitir la herencia
    material: dinero y no tierras, porque no las poseen los
    desterrados (4,20). Más aún, una herencia
    espiritual de religiosidad y observancia de la ley.

    Rafael: Acapara el relato para dirigir la acción
    y para dar explicaciones al lector. Es presentado como un
    personaje "dinámico" en un primer momento (5,4b –
    8,3b), y como un personaje "secundario" en una segunda parte de
    la narrativa (8,4 – 11,13). El nombre Rafael
    significa "Dios cura".
    El narrador traslada al ángel poderes divinos. Su
    función en el relato es avasalladora. Siendo tan experto,
    todo lo explica por adelantado (6,13.16c-18); menos su verdadera
    personalidad.
    Es guía de viaje (5,6), casamentero (6,16c) y
    médico (6,8-9).

    Ana: Aparece en el relato con un papel "inmóvil".
    Disputando con el marido por el viaje que emprendió
    Tobías (5,18-20), lamentándose porque su hijo no
    llega de Ecbátana y piensa que ya había muerto
    (10,4-5. 7) y con las características de una madre feliz
    de ver nuevamente a su hijo después de un tiempo sin saber
    nada de él (11,6b.9)

    Sara: Es un personaje "secundario" dentro de la trama,
    porque domina ciertos modos y momentos diversos. Es una de los
    dos destinatarios de la causa que ha sido enviado el ángel
    Rafael: para ella: que se case con Tobías
    (7,12).

    Edna: Tiene un papel "inmóvil" porque no se
    desarrolla dentro de la narración y siempre reacciona de
    la misma forma: obedeciendo (7,13.15) y como una madre que
    consuela y alienta a la confianza (7,16b)

    Asmodeo: Es presentado en el relato como el
    "antagonista". En el Testamento Anterior encontramos los
    shedim de origen babilónico, los
    sae´irim ó sátiros, y animales
    demoníacos ó demonizados, como siyyim,
    ´iyyim
    y el femenino lilit. Otros son enfermedades o epidemias
    concebidas como seres malignos: qeteb, reshep, deber. El
    Testamento Anterior tiende a limitar y aún minimizar esos
    poderes. Por tanto, cuando el autor de este libro concede a
    Asmodeo un papel tan importante, está cediendo a nuevos
    gustos literarios o quiere aleccionar a sus lectores.

    Hay que pensar en otros influjos. El nombre Asmodeo es
    candidato a dos explicaciones. Una semítica:
    formación artificial de la raíz shmd = destruir,
    aniquilar.
    Tendría parentesco con el "aniquilador",
    con funciones más modestas. También podemos
    remitirnos a una explicación persa: Asmodeo es una
    adaptación de Aeshma Deva, uno de los siete
    espíritus malignos. Es posible y aún probable que
    el autor haya jugado con la resonancia: la forma tiene
    resonancias hebreas y persas.

    El texto no dice que si el demonio está enamorado
    de Sara y que mata por celos; sí dice que está
    frustrando su vida familiar y su anhelada maternidad.

    Raguel: Es un personaje "opaco", ya que da a conocer la
    superficie de su personalidad. Es padre de Sara a quien la da en
    matrimonio a Tobías (7,12b – c) y es quien da
    órdenes en la casa (8,9b.12).

    Los criados: Aparecen sólo en muy pocas escenas
    (8,9b.12-14.18.9,2.5b.10,10). Por este motivo, lo ubicaría
    tan sólo como personajes "extras" ya que no le aportan
    nada al corazón de la narrativa con su
    intervención.

    Gabael: Es un personaje más bien "inmóvil"
    porque no se desarrolla dentro de la narración. Su
    intervención es muy pobre: cuando entrega el dinero a
    Azarías (9,9d), y cuando encuentra a Tobías en el
    día de la boda (9,6b-d).

    Resonancias

    A continuación presentaré las primeras
    afirmaciones que surgen del análisis del relato de los capítulos
    que van desde el cinco hasta el once del libro de
    Tobías:

    • ¿Cuál es el mensaje
      central?

    El mensaje del relato se centra en la actuación y
    en la manifestación de Dios que se observa en los
    más débiles y pequeños, en los
    últimos, en los excluidos socialmente. La superioridad de
    Yahvé sobre cualquier dificultad humana se percibe en
    estos acontecimientos. La providencia de Dios a favor de sus
    fieles se manifiesta en acción a pesar de las apariencias
    contradictorias, a pesar de las desgracias. El autor desarrolla
    la trama de su historia de forma ingenua, pero no exenta de
    hondura humana y hasta de lirismo.

    La confianza puesta en Dios, a pesar de las adversidades
    de la vida, es un rasgo fundamental que no pasa de largo en el
    libro de Tobías. Dios camina a nuestro lado, es él
    que nos acompaña en el camino de la vida, nos sostiene y
    nos escucha en todos los momentos, especialmente cuando las
    adversidades de la vida se hacen sentir más. A veces esto
    no es tan fácil como se describe, pero la seguridad en
    Dios hace revertir cualquier corazón.

    • ¿Qué quiere demostrar?

    Considero que el relato quiere demostrar el amor y la
    preferencia de Dios por los débiles, por los que la
    sociedad tiene
    por nada, por aquellos que muchas veces son mirados con
    desprecio, cómo Dios actúa providencialmente, su
    mirada privilegiada hacia las personas marginadas,
    frágiles, indefensas y con necesidades insatisfechas. La
    clave radica en la confianza puesta en El y como sostiene y
    acompaña en todas las circunstancias de la vida,
    aún en los acontecimientos que nos dejan anonadados, sin
    palabra alguna, sin saber que rumbo tomar.

    • ¿Cuál es el protagonista?

    El protagonista principal es Tobías. Este
    personaje, que en un primer momento es una persona sin
    personalidad, donde espera y decide a través de los
    más cercanos, y por un segundo momento es una persona
    decidida que imparte órdenes y proyectos, nos
    introduce en una clara experiencia de fe y confianza en Dios.
    Sabe que su compañero de viaje a Ecbátana es una
    persona de confianza porque su padre lo ha evaluado como un
    hombre de buena estirpe. Con el protagonista podemos ser cada uno
    de nosotros desde la condición que nos toca vivir. Es
    reconocerse como seres limitados y necesitados permanentemente
    del actuar de Dios en nuestras vidas. Muchas veces solemos tener
    necesidad de Dios cuando las cosas no salen como nosotros
    queremos, pero cuando las cosas andan bien, ni nos acordamos de
    Dios: ¿por qué esa actitud?. Si tenemos tanto
    valor en
    pedirle a Dios lo que necesitamos, y a veces ni nosotros sabemos
    que le pedimos, ¿por qué no agradecer
    también por los acontecimientos maravillosos de la vida?,
    ¿por qué no tener un proceder como el de Tobit, el
    padre de Tobías, que aún en la desgracia
    siguió siendo fiel a Dios?.

    Punto de
    vista:

    Encuadrándonos en narración de los
    capítulos que van desde el cinco hasta el once del libro
    de Tobías encontramos:

    • En la primera escena (Tb. 4,20 –
      5,9):

    Toda esta primera escena la focalización es
    externa. El narrador se pone desde afuera del texto y nos
    cuenta lo que observa: el diálogo entre Tobit y su hijo
    Tobías. Tobit le revela que hay un dinero guardado en
    Ragués de Media, en la casa de Gabael. Tobías le
    expone a su padre su incapacidad de hacer ese pedido porque no
    conoce a Gabael ni tampoco el camino que lleva a Ragués
    de Media. A esa exposición de parte de Tobías,
    Tobit le aclara más todavía sobre la manera en
    que se dividió el comprobante de ese dinero, y ahora le
    pide que vaya a buscar a un hombre fiel que lo acompañe.
    En el encuentro de Tobías con el ángel Rafael la
    focalización se desvía hacia el diálogo
    entre ellos, donde Rafael relata su experiencia de viajes hacia
    ese lugar. Nuevamente en el v.9 el foco se centra entre Tobit y
    Tobías, donde este último le dice a su padre que
    ha encontrado un buen guía que es un israelita, uno de
    sus hermanos.

    • En la segunda escena (Tb. 5,10 –
      17):

    Ahora el narrador nos centra en el diálogo que
    mantiene Rafael con Tobit. La focalización es externa v.
    12 – 13, porque de cierta manera Rafael responde a Tobit quien
    es él. A partir del v. 15 hasta el v. 17, el narrador va
    tomando distancia de la conversación al saber del viaje
    inminente que realizarán Azarías y Tobías
    a Ragués de Media.

    • En la tercera escena (Tb. 5,18 –
      6,1):

    Toda esta escena, el narrador nos centra en el
    diálogo que mantienen Tobit y su esposa Ana. Los v. 18
    – 20, la focalización es interna, porque describe
    los sentimientos de Ana sobre su hijo Tobías. A partir
    del v. 21 hasta el v. 1, la focalización es externa
    porque aquí el narrador pone en labios de Tobit palabras
    de serenidad que se dirigen a Ana y la hace
    consolar.

    • En la cuarta escena (Tb. 6,2 – 10):

    El narrador va relatando la salida de Rafael y
    Tobías de Nínive a Ecbátana. Uno de los
    hechos más importantes que se relata es el episodio del
    pez. Su importancia radica en que todo él, está
    orientado a la misión fundamental de Rafael que es la
    curación de Sara y Tobit. La focalización es
    externa porque el narrador relata, estando él mismo como
    observador, el poder curativo de algunas partes del pez que lo
    pone en boca de Rafael.

    • En la quinta escena (Tb. 6,11 – 19)

    Poco antes de entrar a la ciudad de Ecbátana,
    el ángel Rafael da un informe
    detalladísimo a Tobías sobre la joven Sara. El
    narrador tiene un punto de vista interno, ya que pone en boca
    del ángel Rafael todo sobre la vida de Sara. Esto se
    puede ver en los v. 11-13. Los v. 14-15 relatan el temor de
    Tobías sobre lo que él había escuchado
    decir sobre la muerte de esposos anteriores de Sara. Con el v.
    18 f, el narrador tiene una actitud de omnisciente ya que es
    capaz de describir que hizo y que sintió Tobías
    con todo el interludio realizado por el ángel
    Rafael.

    • En la sexta escena (Tb. 7, 1 -14)

    Los v. 1-6 se centran en el diálogo que tiene
    Raguel y Edna con Tobías. Los v 7-9 el narrador toma un
    poco de distancia de la escena y se centra en Raguel en el v.
    10 – 11b donde éste le comenta a Tobías la
    verdad de lo que ha acontecido con los otros esposos de Sara en
    la noche de bodas. Al ver Ragüel la negativa de
    Tobías v.11 c, en seguir con la cena, Ragüel accede
    en entregar a su hija Sara en matrimonio. Hasta el v. 14 la
    focalización es externa porque el narrador nos va
    describiendo todo el desarrollo del enlace matrimonial entre
    Tobías y Sara.

    • En la séptima escena (Tb. 7,15 – 8,9
      a)

    En los v. 15 – 17, el narrador desde afuera nos
    informa del diálogo que mantuvo Edna con su hija Sara en
    la habitación matrimonial. Los v. 1-3 a, el narrador
    sostiene su punto de vista externo, contándonos como
    pone en práctica Tobías lo aconsejado por
    Azarías sobre el hígado y el corazón del
    pez. En el v 3 b, el narrador focaliza su atención en la
    persecución de Asmodeo por parte de Azarías. En
    los v. 4-9 a, el narrador nos focaliza en la oración que
    realizan Sara y Tobías antes de ir a dormir.

    • En la octava escena (Tb. 8, 9b –
      21)

    El narrador toma una focalización externa en
    toda esta escena. En los v. 9b-12, nos relata las actividades
    nocturnas que realizan los criados al cavar una fosa, por orden
    de Ragüel. A partir del v. 13-14 el foco de
    atención se centra en la noticia de la criada al ver que
    Tobías y Sara están vivos. En los v. 15-17 el
    narrador nos cuenta las alabanzas de Ragüel que escucha.
    Luego en el v. 18, imprevistamente el foco de atención
    se centra en los criados, realizando la orden que le
    Ragüel en rellenar la fosa.

    • En la novena escena (Tb. 9, 1 – 6)

    En los v. 1-4 el narrador toma focalización
    externa, ya que relata la conversación mantenida entre
    Tobías y Azarías, donde el primero le da la orden
    para que el segundo vaya a recoger el dinero a la casa de
    Gabael.

    En el v. 5, el narrador relata el viaje que realiza
    Rafael hacia Ragués de Media en busca del dinero e
    invita a Gabael al casamiento de Tobías. En el v. 6, el
    narrador desde afuera nos relata el encuentro entre Gabael y
    Tobías en Ecbátana.

    • En la décima escena (Tb. 10, 1-14)

    En los vv. 1-3, la actitud del narrador es más
    bien omnisciente ya que es capaz de describir lo que hizo y lo
    que sintió Tobit pensando en su hijo Tobías.
    Entre los vv. 4-6, el narrador pone su foco de atención
    en el diálogo entre Ana y Tobit. En el v. 7 a, el
    narrador toma una postura nuevamente omnisciente porque
    describe los sentimientos y las actitudes
    que tiene Ana en su angustiosa espera de su hijo
    Tobías.

    Imprevistamente en el v. 7b, el foco de
    atención se desvía hacia la casa de Ragüel,
    donde en el vv. 8-9, el narrador nos comenta el diálogo
    mantenido entre Ragüel y Tobías. En los vv. 10-14,
    el narrador focaliza la atención en el diálogo
    que mantienen los padres de Sara con Tobías y su
    esposa.

    • En la undécima escena (Tb. 11,1-15
      a)

    El narrador va tomando distancia de la escena anterior
    para centrarse en el viaje de vuelta hacia la casa de los
    padres de Tobías. En los vv. 1-4, el narrador tiene un
    punto de vista interno ya que nos narra el diálogo que
    mantiene Rafael y Tobías. Imprevistamente en los vv.
    5-6, el narrador focaliza su atención en la casa de
    Tobías, donde su madre lo está esperando
    ansiosamente. En los vv. 7-8 El narrador vuelve su mirada hacia
    el diálogo entre Rafael y Tobías antes de que
    Tobías se encuentre con su padre Tobit. En los vv. 9-15
    a, el narrador nos centra en el encuentro de Tobías con
    sus padres y en la curación de la ceguera de
    Tobit.

    El tiempo en el
    relato:

    La historia narrada entre los capítulos cinco al
    once, está escrita en tiempo pasado (tiempo
    narrante)

    En la primera unidad narrativa ubicada en Tb. 4,20
    – 5, 9, el narrador sigue el normal desarrollo de los
    acontecimientos . El tiempo del relato transparenta el
    diálogo entre Tobit y Tobías donde se da a saber el
    motivo del viaje a Media. En el v. 3, la sucesión de
    palabras en boca de Tobit, nos muestra a un narrador que busca
    manejar el tiempo de lectura porque
    se dan una sucesión rápida de formas verbales.
    Estas formas verbales apuran la presentación de la
    problemática al resaltar la forma en que fue guardado el
    dinero en Ragués y provoca una rápida lectura por
    parte del lector. Entre los vv. 4-9b, el encuentro de Rafael con
    Tobías sigue un desarrollo rápido de los
    acontecimientos porque el suspenso de la narrativa es mayor y por
    lo tanto la lectura es
    más rápida.

    En la segunda unidad narrativa ubicada en Tb. 5, 10
    – 17, el narrador nos muestra el diálogo que tiene
    Tobit con Rafael. Sigue un ritmo lento del desarrollo de los
    acontecimientos en los vv. 10-14c, porque el narrador cuenta al
    detalle el contenido de esa conversación. En el v. 14 d
    –f, hay una analepsis, donde Tobit señala los
    tiempos pasados. En los vv. 15-17 el narrador busca manejar el
    tiempo de lectura porque la conversación es
    rápida.

    En la tercera unidad narrativa ubicada en Tb. 5,18- 6,1,
    el narrador al detallar el contenido de la conversación
    mantenida entre Tobit y Ana, provoca el retraso en la lectura del
    relato.

    En la cuarta unidad narrativa ubicada en Tb. 6,2-10, el
    narrador en los vv. 2-3 sigue el normal desarrollo de los
    acontecimientos. En los vv. 4-7 el narrador retrasa el ritmo de
    lectura al relatar al detalle la conversación mantenida
    entre Tobías y Rafael. En los vv. 8-10 hay una prolepsis
    donde el narrador pone en boca del ángel las futuras
    curaciones que se producirán con el uso de algunas partes
    del pez.

    En la quinta unidad narrativa ubicada en Tb. 6, 11-19,
    el narrador maneja el tiempo de lectura ya que lo va retrasando
    con la conversación que mantienen Rafael y Tobías.
    En el v. 13 hay una prolepsis donde Rafael adelanta
    acontecimientos futuros. En los vv. 14-15 hay una analepsis donde
    el narrador pone en boca de Tobías los acontecimientos
    oídos por Tobías sobre las muertes repentinas de
    los esposos de Sara. En los vv. 16-18 hay una prolepsis donde el
    narrador pone en boca de Rafael los acontecimientos que
    sucederán próximamente. En el v. 19 el narrador
    retoma el ritmo normal de la conversación.

    En la sexta unidad narrativa ubicada en Tb. 7, 1-14, el
    narrador retrasa el ritmo de lectura en los la totalidad de los
    versículos de esta unidad narrativa, al describir con
    grandes detalles la conversación entre Tobías y
    Rafael con Ana y Ragüel.

    En la séptima unidad narrativa ubicada en Tb.
    7,15-8,9 a, observamos como la intención del narrador
    busca poder seguir el normal desarrollo de los
    acontecimientos.

    En la octava unidad narrativa ubicada en Tb. 8,9b-21, el
    narrador en pocos segundos nos describe en los vv. 9b-14 una
    noche en el lecho nupcial. En los vv. 15-17 busca manejar el
    ritmo de lectura donde es lento por incluir dentro del relato una
    oración de acción de gracias puesta en boca de
    Ragüel. En los vv. 18-21 el narrador se da una
    sucesión rápida de los hechos que hace una lectura
    rápida.

    En la novena unidad narrativa ubicaba en Tb. 9,1-6, el
    narrador nos describe en pocos segundos el viaje de ida y vuelta
    desde Ecbátana hacia Ragués que realiza Rafael por
    orden de Tobías y el encuentro de Gabael con
    Tobías.

    En la décima unidad narrativa ubicada en Tb.
    10,1-14, el narrador en los vv. 1-6 describe una
    conversación entre Ana y Tobit donde retrasa el ritmo de
    lectura por el largo diálogo mantenido entre ellos. En los
    vv. 7-14 vemos la intención del narrador en buscar un
    ritmo normal de lectura.

    En la undécima unidad narrativa ubicada en Tb.
    11,1-15 a, el narrador continúa con un ritmo normal de
    desarrollo en los acontecimientos al describirnos el
    diálogo entre Tobías y Rafael en los vv. 1-6. En
    los vv. 7-8 hay una prolepsis donde el narrador pone en boca de
    Rafael los próximos acontecimientos que sucederán:
    la curación de Tobit. En los vv. 9-15 a, el narrador busca
    un desarrollo de acontecimientos normales en el proceso de
    curación de Tobit.

    Ambiente:

    Según el desarrollo llevado a cabo por el
    narrador en el relato de los capítulo 5 al 11 del libro de
    Tobías podemos afirmar que hay descripciones de los
    lugares físicos. Estos lugares físicos son indicadores de
    los intereses perseguidos por el autor, demostrándolo como
    enraizado en una realidad concreta e histórica. Este
    enraizamiento lo constatamos a partir de los acontecimientos de
    diálogo, donde algunos personajes relatan el territorio
    donde acontecen los eventos.

    Los lugares mencionados son:

    • Nínive, donde viven Ana, Tobit y
      Tobías.
    • Ecbátana, donde viven Ragüel, Sara y
      Edna.
    • Ragués, donde vive Gabael. En este lugar
      está el dinero guardado.
    • Río Tigris: donde acampan una noche
      Tobías y Rafael. Allí se da el hecho del
      pez.

    En el desarrollo de la trama, en cada uno de sus
    aspectos tenemos como escenario un espacio totalmente natural
    enclavado en zonas de montañas, valles, ríos y
    llanuras.

    Entre los elementos u objetos descriptos, utilizados por
    los personajes centrales, que llegan a tener valor
    simbólico dentro del relato se destacan: el
    corazón, el hígado y la hiel del pez con los cuales
    curarán la ceguera de Tobit y la desaparición del
    demonio que atormenta a Sara en las noches de boda.

    Sentido y
    Tema:

    No caben dudas de que el autor del libro de
    Tobías era un judío, con una formación
    humana y cultural exquisita. El ha debido de vivir en el seno de
    una familia, probablemente de la diáspora oriental. Como
    un árbol se alimenta de la tierra de sus raíces
    profundas y del medio ambiente
    por sus ramas verdes y frondosas, así el autor del libro
    de Tobías de su comunidad y de su
    ambiente que en él se respira; él está
    arraigado en una comunidad de personas, que cuida de sus
    miembros: las familias y sus hijos, conservando en ellos las
    tradiciones de su pueblo, la lengua, la
    cultura, la fe
    y las costumbres de sus mayores.

    La providencia de Dios a favor de sus fieles se
    manifiesta en acción a pesar de las apariencias
    contradictorias, a pesar de las desgracias. El autor desarrolla
    la trama de su historia de forma ingenua, pero no exenta de
    hondura humana y hasta de lirismo. El autor construye un relato
    fantástico con personajes de la tierra y del cielo; el
    ángel Rafael solo lo reconocen él y los lectores.
    El sentido del relato es estrictamente religioso. El hombre
    propone y Dios dispone suave y eficazmente de los hilos de la
    historia que los hombres tejen y destejen, unas libremente y otra
    por necesidad.

    En todo momento la actitud de Tobit deja entrever su
    plena confianza en Dios, quien siempre ha estado a su lado en
    distintas circunstancias. Esta confianza se la transmite a su
    hijo Tobías y a su esposa Ana.

    En Tobías hemos de descubrir que su éxito
    manifiesta que Dios estaba con él. En él podemos
    vislumbrar una nueva realización de la alianza que toma la
    forma de un reino de Dios en la tierra. Recibe de esta manera la
    historia de Tobías un valor inminente profético
    para su pueblo. Su recuerdo nos sirve para expresar una fe y una
    expectativa orientadas hacia la realización futura de
    ciertos valores.

    Conclusión:

    Considero que este punto es tan dificultoso como el
    resto del trabajo. Aquí debo plasmar sintéticamente
    lo que experimenté y vivencié a lo largo de la
    elaboración del análisis literario del relato de
    los capítulos 5-11 del libro de Tobías.

    El trabajo por momentos me deparó etapas de
    dificultad que me obligaron a remitirme una y otra vez a la
    lectura comprensiva del relato en forma minuciosa. Entre los
    puntos más complejos que he encontrado está el
    análisis de cada una de las unidades narrativas, el punto
    de vista y el tiempo del relato. Este tipo de trabajo
    práctico, aporta una gran riqueza a nuestra persona como
    creyentes, ya sea en lo intelectual como en lo espiritual que por
    cierto en tantas oportunidades se disocian.

    Retomaré algunas afirmaciones hechas al principio
    del trabajo. Son las que han calado hondo o estuvieron de fondo
    en mí en todo momento:

    • Dios actúa y se manifiesta en los más
      débiles. La narración del libro de Tobías
      compuesta con intención teológica, subraya la
      maravillosa actuación de Dios en las vidas de Tobit y
      Sara.
    • En el manifestar de Yahvé, por medio de
      Rafael, nos pone en sintonía con el mensaje
      profético de Jesús en que estará con
      nosotros todos los días hasta el fin del
      mundo.
    • La actitud de Dios para con Tobit, sirve de modelo
      ejemplar de su actuación presente. Muestra como Tobit es
      capaz de tener una actitud optimista, de elevar su mirada
      más allá de su persona y centrarla en el
      Señor quien cuida y protege en todo acontecer de la
      vida.

    Por último, me pregunto: ¿hasta qué
    punto soy capaz de descubrir la actuación y la
    manifestación de Dios en mi vida y en la vida de los
    demás?, ¿ó me dejo socavar interiormente por
    el pesimismo actual que nos envuelve como sociedad?, ¿en
    qué circunstancias deposito mi confianza en el
    Señor y soy capaz de reconocer su obrar en mi favor?,
    ¿soy conciente del beneficio recibido en el bautismo, del
    llamado que se me ha hecho?, ¿mi actuar plasma la actitud
    de creyente?.

    Bibliografía:

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      ceguera
      , Madrid,
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    • J. Prado, La índole literaria de Tobit,
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    • J. Vílchez, Tobit, Traducción y comentario. Antiguo
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    • Grabner – A. Haider, Vocabulario
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    • Biblia Sacra iuxta latinam vulgatam versionem, Vol V,
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    Autor:

    Fernando G. Contarino

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