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El Modelo de Black-Scholes-Merton




Enviado por lfranco



    1. Resumen
    2. Orígenes del
      modelo
    3. El modelo
      Black-Scholes-Merton
    4. Aplicaciones
    5. Bibliografía

    "LA INVESTIGACIÓN MÁS PURA
    NACE DE LOS ESFUERZOS DE RESOLVER PROBLEMAS
    PRÁCTICOS Y LA MEJOR INVESTIGACIÓN
    APLICADA

    NACE DE LA CURIOSIDAD INTELECTUAL".
    FISHER BLACK

    RESUMEN

    Este artículo tiene como propósito hacer
    una presentación, sin excesivos formalismos
    matemáticos, pero con fidelidad histórica y
    suficiente profundidad conceptual, de un modelo de
    valoración de derivados financieros publicado en el
    Journal of Political Economy de mayo/junio de 1973, conocido en
    el ámbito financiero como el modelo de
    Black-Scholes-Merton, y aceptado desde entonces, como uno de los
    modelos
    matemáticos más influyentes en grandes decisiones
    financieras a nivel mundial. Se pretende también hacer una
    divulgación de ese modelo, que acaba de cumplir 30
    exitosos años de vida, como un homenaje a sus
    autores.

    Palabras clave:

    Derivado Financiero, Proceso
    estocástico, Proceso Wiener, Proceso Itô, Modelo de
    Black Scholes Merton.

    INTRODUCCIÓN

    Un derivado financiero es un contrato, cuyo
    valor es
    función
    -se deriva- del precio de otro
    objeto financiero, que puede ser un activo, una tasa de
    referencia o un índice, tales como una acción,
    una divisa o un producto
    físico. En todos los casos el activo del cual se deriva el
    precio, es llamado activo subyacente.

    Aunque actualmente se utiliza en el mundo una
    amplísima gama de derivados financieros y múltiples
    combinaciones entre ellos, los derivados básicos, y
    más conocidos, siguen siendo las opciones, los forwards,
    los futuros y los swaps. Por ejemplo, si se tiene una
    opción sobre una acción, la opción es el
    derivado financiero, y el activo subyacente es la
    acción.

    Los llamados productos
    derivados financieros han sido utilizados con diversos objetivos,
    pero, dependiendo de la intención que se tenga al
    utilizarlos, los agentes u operadores que intervienen en su uso
    siempre se pueden enmarcar dentro alguna de las siguientes
    categorías: coberturistas, especuladores o
    arbitrajistas.

    El objetivo de un
    coberturista (hedger) es cubrir el riesgo que
    afronta ante potenciales movimientos en un mercado variable.
    Los especuladores, utilizan los derivados para apostar acerca de
    la dirección futura de los mercados y tratar
    de obtener beneficio de esas tendencias "previstas". Los
    arbitrajistas toman posiciones compensatorias sobre dos o
    más activos o
    derivados, asegurándose un beneficio sin riesgo, y
    aprovechando situaciones coyunturales de los mercados.

    ORIGENES DEL
    MODELO

    Los orígenes de los modelos para la
    valoración de derivados financieros se encuentran en la
    ecuación de difusión, cuyo autor fue Joseph Fourier
    (1768-1830). Fourier publicó la Théorie Analitique
    de la Chaleur en 1822; pero desde 1807, aspirando al premio anual
    de la Academia de Ciencias,
    había presentado el primer trabajo
    relativo al tema de la conducción del calor.
    Ilustres matemáticos puros de la época, tales como
    Laplace,
    Lagrange y Legendre, que evaluaron la investigación, manifestaron sus reservas
    sobre el rigor lógico de algunas de sus deducciones, ya
    que por su condición de físico-matemático,
    los procedimientos de
    Fourier eran más empíricos que
    lógico-deductivos. Pero lo animaron a continuar su
    investigación, hasta que su persistencia y la relevancia
    de su teoría
    lo hicieron acreedor al Gran Premio de la Academia de Ciencias de
    París en 1812.

    En 1827 el botánico inglés
    Robert Brown, analizó el movimiento de
    partículas de polen en el agua, y lo
    asoció a las teorías
    vitalistas de la vida, argumentando que ese movimiento era propio
    de la materia
    viviente, y relacionado con los mecanismos de la reproducción. Sin embargo, en sus trabajos
    finales, concluye que el movimiento errático observado era
    de naturaleza
    mecánica y no dependía del carácter orgánico ni
    inorgánico de los objetos considerados.

    En 1905, casi un siglo después, Albert
    Einstein construyó un modelo matemático para
    explicar ese fenómeno, y lo denomina "movimiento
    Browniano" en honor a su descubridor.

    Las hipótesis básicas de ese modelo de
    Einstein eran que el desplazamiento de la partícula entre
    dos instantes es independiente de las posiciones anteriores que
    haya tenido, y que la ley de probabilidad que
    rige el movimiento de la partícula sólo depende de
    distancia temporal. Con estas hipótesis,
    Einstein llegó a demostrar que la función de
    distribución f de la posición
    de la partícula tenía que verificar la siguiente
    ecuación en derivadas
    parciales:

    , donde
    x es la variable espacial, t la variable temporal y
    D es una constante adecuada.

    Esta ecuación, que ya era conocida como la
    ecuación de difusión, se ha constituido
    posteriormente en una de las vías a través de las
    cuales, haciendo algunos cambios de variables, se
    encuentran soluciones a
    la Ecuación de Black-Scholes-Merton.

    Por otro lado, el 29 de marzo de 1900, Louis Bachelier
    defendió exitosamente en la Universidad de la
    Sorbona su tesis "Theorie de la Spéculation" para optar al
    Ph.D, bajo la
    supervisión de Henri Poincaré. En
    ella proponía un movimiento Browniano como modelo asociado
    a los precios de las
    acciones.

    El objetivo del modelo de Bachelier era determinar el
    valor de opciones accionarias, y aunque fue un buen principio
    para esa valoración, la fórmula que dedujo estaba
    basada en supuestos no realistas, ya que asumía la
    inexistencia de tasas de
    interés y utilizaba un proceso
    estocástico(movimiento browniano) que permitía que
    los precios de las acciones tomaran valores
    negativos. Posiblemente ésta fue una razón para que
    ese modelo fuera olvidado durante mucho tiempo.

    Posteriormente, autores como Paul Samuelson y James
    Boness, se ocuparon de superar algunas de los
    inconvenientes del modelo de Bachelier, asumiendo la existencia
    de tasas de interés y
    una distribución de probabilidad más realista para
    los precios de las acciones; además tuvieron en cuenta que
    los inversores son adversos al riesgo, y que posiblemente
    estén dispuestos a asumirlo, pero a cambio de
    algún premio.

    En particular, en 1960, el economista norteamericano
    Samuelson(premio Nobel de economía en 1970)
    propuso el movimiento browniano geométrico como modelo
    para los precios que están sujetos a incertidumbre. En
    1964, Boness sugirió una fórmula más cercana
    a la de Black-Scholes, pero que todavía contaba con una
    tasa de
    interés desconocida, que Boness incluía como
    compensación por el riesgo asociado con el valor de la
    acción.

    Para el modelo de Black-Scholes-Merton, el movimiento
    Browniano geométrico es el modelo básico asociado a
    los movimientos de los precios. Pero además estos autores
    tuvieron en cuenta, y esto fue determinante, que el movimiento
    Browniano está asociado con la teoría matemática
    avanzada del cálculo
    estocástico o cálculo de Ito, desarrollado por el
    matemático japonés Kiyosi Ito desde 1940, que
    considera aspectos análogos a los del cálculo
    clásico de Newton y
    Leibtniz, pero en condiciones aleatorias.

    EL MODELO
    BLACK-SCHOLES-MERTON

    En esta sección vamos a deducir la
    ecuación diferencial en derivadas parciales que desde su
    descubrimiento en 1973 ha sido denominada como el modelo de Black
    Scholes Merton.

    Supongamos que el valor de una acción, que se
    toma como activo subyacente, es S y satisface la siguiente
    ecuación diferencial estocástica:

    ,

    donde es la tasa promedio de
    rendimiento, t es el tiempo, es la
    volatilidad y dx es un proceso de Wiener, que satisface
    una distribución normal N(0,). La igualdad
    planteada se conoce como movimiento browniano
    geométrico
    . El valor de una opción sobre aquel
    activo subyacente, lo denotaremos por V = V(S,t), y es una
    función del valor de ese activo S, y del tiempo
    t.

    Usando el lema de Itô (que es una conocida
    fórmula del cálculo estocástico) se tiene
    que:

    En este caso, igual que en el caso discreto, se puede
    valorar el precio de la opción comparando con un
    portafolio apropiado, que elimine la aleatoriedad del movimiento
    browniano. Como S y V están correlacionados,
    esto puede hacerse construyendo un portafolio que consiste de una
    opción y un número de acciones. El valor de este portafolio
    estará dado por:

    Por lo tanto el cambio del valor del portafolio
    será:

    Que combinando con las expresiones dadas para dS
    y dV se convierte en:

    Además la ganancia de invertir  a una
    tasa sin riesgo r, durante un intervalo de tiempo
    dt, sería rdt. Entonces
    asumiendo que no existe oportunidad de arbitraje y que
    no hay costos de
    transacción, se tendría que,

    Sustituyendo en la expresión anterior y dividiendo por
    t se obtiene la

    ecuación diferencial de
    Black–Scholes:

    El valor de cualquier derivado financiero debe
    satisfacer esta ecuación básica.

    Como la mayoría de las ecuaciones
    diferenciales, la ecuación de B-S-M tiene muchas
    soluciones, que dependen de las condiciones iniciales y de
    frontera, y
    que corresponden a la multitud de posibles instrumentos derivados
    financieros. En muchos casos prácticos, los procedimientos
    no permiten una solución analítica, y se hace
    necesario recurrir a métodos
    numéricos.

    En el caso de una opción call Europea, con
    precio de ejercicio E, y término de
    expiración T, al final del período la
    opción debe valer exactamente máx(S-E, 0)
    cuando t= T. Para este derivado en particular y con
    la condición dada, el valor de esa opción, generado
    por el modelo está dado por:

    Esta es la llamada fórmula de Black Scholes
    Merton
    . En ella N(x) es el valor de la función de
    probabilidad acumulada de una distribución normal
    estándar, es decir:

    y

    De
    acuerdo con la fórmula, el valor de la opción de
    Call C puede ser explicada por la diferencia entre el
    precio esperado de la acción -el primer término del
    miembro derecho- y el costo esperado
    -el segundo término del segundo miembro- si la
    opción es ejercida.

    El valor de la opción es mayor cuanto más
    alto sea el precio presente de la acción S; cuanto
    más alta sea la volatilidad del precio de la acción
    -medida por la desviación estándar -; cuanto más alta
    sea la tasa de interés libre de riesgo r; cuanto
    más largo sea el tiempo hasta la madurez T, y
    cuanto más bajo sea el precio de ejercicio E, ya
    que entonces aumenta la probabilidad de que la opción sea
    ejercida. Esta probabilidad es, bajo la hipótesis de
    neutralidad del riesgo, evaluada por la función de
    distribución normal estandarizada N, en el segundo
    término del segundo miembro.

    En la ecuación todos los parámetros son
    observables, excepto la volatilidad. Ésta debe estimarse a
    partir de datos
    históricos del mercado. Alternativamente, si se sabe el
    precio de la opción call, puede utilizarse para
    calcular la volatilidad estimada por el mercado, también
    llamada "volatilidad implícita".

    Con frecuencia se confunden el modelo y la
    fórmula. Es importante aclarar que el modelo B-S-M es la
    ecuación diferencial en derivadas parciales; y la
    fórmula de B-S-M, aunque es muy aplicada, sólo es
    una solución particular, válida para condiciones
    iniciales o de frontera muy específicas.

    Fisher Black y Myron Scholes, quienes fueron los
    creadores originales del modelo, lograron plasmarlo en un
    artículo en octubre de 1970, que titularon "A Theoretical
    Valuation Formula for Options, Warrants and Other
    Securities".

    Al tratar de publicarlo en el Journal of Political
    Economy, de la Universidad de Chicago, el trabajo fue
    rechazado por ser excesivamente especializado. Posteriormente
    intentaron de nuevo publicarlo en Review of Economic and
    Statistics, de Harvard, y volvieron a fracasar. Reescribieron el
    artículo en enero de 1971, con nuevo título
    -"Capital Market
    Equilibrium and the Pricing of Corporate Liabilities"- pero, otra
    vez tuvieron una respuesta negativa.

    Pero insistieron, y triunfó su persistencia:
    Lograron que la versión final, de mayo de 1972, titulada
    "The Pricing of Options and Corporate Liabilities", apareciera en
    el Journal of Political Economy de mayo/junio de 1973, un
    año después de que, en un artículo del
    Journal of Finance, Black y Scholes explicaran que su
    fórmula había sido verificada
    empíricamente.

    El modelo toma su nombre de Black y Scholes porque
    fueron ellos los primeros en deducirlo, basando sus estudios en
    el Capital Asset Pricing Model (CAPM), por el cual Sharpe
    ganó el premio Nobel de economía en
    1990.

    Pero mientras preparaban su trabajo de 1973, la
    influencia de Robert C. Merton resultó decisiva. "Las
    sugerencias de Merton, que también trabajaba en la
    valuación de opciones -dice Black en un artículo de
    1989-, mejoraron nuestro paper. En particular, Merton
    señaló que si se asume un trading continuo
    entre la opción y la acción, puede mantenerse entre
    ellas una relación que esté, literalmente, libre de
    riesgo. En la versión final del modelo, Black y Sholes,
    tuvieron en cuenta los aportes de Merton.

    Por lo tanto , fue Merton quien advirtió que el
    equilibrio de
    mercado no es un requisito para la valuación de la
    opción; basta con que no exista oportunidad alguna de
    arbitraje. El método
    descrito en el caso particular mencionado se basa, precisamente,
    en la ausencia de arbitraje y en el cálculo
    estocástico. Esta idea puede ser generalizada para la
    valuación de otros tipos de derivados.

    En un trabajo de 1973, Merton publicó un
    paper en el que incluyó la fórmula de
    Black-Scholes, generalizada a otras cuestiones: por ejemplo,
    dejó que la tasa de interés fuera
    estocástica. Cuatro años más tarde,
    también desarrolló un método más
    general de derivar la fórmula, al basarse en la
    posibilidad de crear opciones, sintéticamente, mediante el
    trading de la acción subyacente y un bono libre de
    riesgo. Estas son las razones por las cuales es usual mencionar a
    los tres autores cuando se hace alguna referencia al modelo,
    aunque Black y Scholes publicaron sus resultados tres meses antes
    que Merton.

    Merton y Scholes recibieron en 1997 el Premio Nobel de
    Ciencias Económicas por su trabajo sobre la
    valoración. El jurado que otorgó dicho
    galardón también reconoció las aportaciones
    de Black, que no pudo compartir el premio con sus colegas por
    haber fallecido el 30 de agosto de 1995.

    APLICACIONES

    El modelo de valoración de opciones era la
    solución a un problema de más de 70 años. Y
    constituyó, por ende, un importante logro
    científico. Sin embargo, la principal contribución
    de Black, Merton y Scholes está vinculada a la importancia
    teórica y práctica de su método de análisis, presente en la resolución
    de muchos otros problemas económicos.

    El método -que después se aplicaría
    a otras áreas de la economía, tales como crecimiento
    económico neoclásico en un contexto incierto,
    empresa
    competitiva con precio incierto, tasas estocásticas de
    inflación y crecimiento en una economía abierta en
    ambiente de
    incertidumbre- produjo un impresionante auge de nuevos
    instrumentos financieros y facilitó un manejo más
    eficaz del riesgo, no solo entre los agentes económicos
    que se sienten inclinados a tomarlo, sino también entre
    aquellos que son adversos a él. La importancia
    práctica del modelo radica en que ha hecho posible una
    administración científica del riesgo, y
    ésta a su vez, ha generado un rápido crecimiento,
    en las tres últimas décadas, de los mercados de
    derivados.

    El modelo de Black-Scholes-Merton B-S-M, desde su
    aparición, produjo un impresionante auge en el uso de
    derivados para diseñar innovadoras estrategias de
    negociación para protegerse contra los
    riesgos
    financieros o para especular con ellos en los mercados modernos,
    y ha sido reconocido como la herramienta matemática capaz
    de generar millones de dólares de rendimientos en
    pequeños períodos de tiempo; pero también,
    como culpable de pérdidas astronómicas en
    cuestión de horas.

    En este punto es necesario hacer una digresión
    sobre la utilización de los modelos matemáticos en
    todos los campos, y su "culpabilidad"
    de resultados no esperados. Todo modelo es una
    representación de un fenómeno real. En particular,
    al modelar matemáticamente una situación real se
    pretende facilitar su análisis y disponer de un soporte
    que permita tomar decisiones racionales en torno a esa
    situación. Por esta razón es ideal que el modelo
    represente tan fielmente como sea posible el fenómeno
    real. Pero la aproximación entre el modelo y la realidad
    tiene un precio: Normalmente mientras más fidelidad se
    pretenda en el modelo, éste será más
    complejo. La complejidad del modelo implica aspectos como las
    condiciones, hipótesis o supuestos, bajo las cuales
    él es aplicable.

    En muchas situaciones reales han ocurrido
    "catástrofes" financieras al utilizar ciertos modelos
    matemáticos, pero los especialistas están
    absolutamente de acuerdo sobre la razón de esos fracasos:
    Se utilizan modelos en situaciones en las cuales no se cumplen
    los supuestos, se asignan todas las decisiones trascendentes a
    una sola persona, el
    modelo no se conoce suficientemente o se confía sin recelo
    en algún modelo o software específico,
    ignorando sus limitaciones. En algunos casos, seguramente la
    ambición desmedida de poder
    económico, haya sido la razón de estruendosos
    fracasos financieros. Pero definitivamente no es la
    matemática o los modelos los que fallan, sino el uso
    indiscriminado de ellos
    .

    Pero la importancia práctica de la labor
    científica desarrollada por Black, Merton y Scholes se
    refleja, también, en otros hechos. El Chicago Board
    Options Exchange introdujo el negocio de opciones en abril de
    1973, un mes antes de la publicación de la fórmula
    de valuación de opciones. En 1975, los traders ya
    habían comenzado a aplicarla para valuar y proteger sus
    posiciones. Actualmente, miles de traders e inversores la usan a
    diario en distintos mercados de todo el mundo. Tan rápida
    y extendida aplicación de un resultado teórico fue
    una novedad para la economía, fundamentalmente porque el
    ambiente matemático en el que descansa la fórmula
    no formaba parte de la instrucción práctica o
    académica de los economistas de aquellos
    tiempos.

    Hoy en día, la habilidad para usar opciones y
    otros derivados, con miras a manejar riesgos, es un activo muy
    valioso. Las innovaciones financieras se orientan
    fundamentalmente hacia una efectiva compra-venta de
    volatilidad
    . Los portfolio managers, por ejemplo, compran
    puts(otro tipo de opciones) con el fin de reducir el riesgo de
    grandes bajas en los precios de los activos
    financieros.

    Las compañías usan opciones y otros
    instrumentos derivados para reducir sus propios riesgos. Los
    bancos y otras
    instituciones
    financieras apelan al método desarrollado por Black,
    Merton y Scholes para desarrollar y determinar el valor de nuevos
    productos, o vender soluciones financieras a la medida a sus
    clientes. Pero
    también lo aprovechan para reducir los riesgos que surgen
    de su actuación en los mercados
    financieros.

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    Autor:

    Luis Ceferino Franco Arbeláez

     Matemático Universidad Nacional de Colombia.
    Magíster en Matemáticas Aplicadas Universidad Eafit.
    Especialista en Finanzas y
    Mercado de Capitales Universidad de Medellín. Docente
    Investigador de la Facultad de Ingeniería Financiera de la Universidad de
    Medellín. Dirección electrónica: lfranco[arroba]udem.edu.co
    Teléfono: 3 40 54 20

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