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Azul




Enviado por amarilyslp



    1. Objetivos del
      trabajo
    2. Resumen
    3. Antecedentes
    4. Desarrollo
    5. Características del
      concurso
    6. Las obras
    7. Beneficiarios
    8. Conclusiones
    9. Gracias
    10. Recomendaciones
    11. Bibliografía

    Objetivos:

    1-Enriquecer el
    conocimiento, sobre el desarrollo de
    música
    infantil en nuestro territorio, a partir del impulso que se da a
    la misma con el evento "Planeta Azul".

    2- Valorar la situación actual de la
    creación musical infantil en el territorio y su
    interrelación con el evento "Planeta Azul".

    Resumen:

    La temática musical infantil en nuestro
    territorio, adquiere grandes dimensiones a partir de 1989, con la
    realización del evento "Planeta Azul", sin embargo se
    carece de un instrumento en el que se resuman los éxitos
    de este , motivo por el cual este trabajo
    está dirigido especialmente al logro de la
    divulgación de la música infantil, aunque
    además de esto se puede apreciar en el mismo
    características, desarrollo y deficiencias que el concurso
    ha presentado de forma general, así como los diversos
    valores
    expresados en las obras premiadas. Finalmente podemos decir que
    esta labor constituye un llamado a la conciencia de
    todas aquellas personas que guarden un pedacito de niñez
    en su corazón.

    Introducción

    La música para niños,
    niñas y adolescentes
    siempre ha constituido una polémica a todo lo largo del
    proceso
    histórico-cultural de los pueblos, por la poca importancia
    que se le ha concedido, logrando de esa forma que la joven parte
    de nuestra sociedad
    pierda lo que debería constituir sus raíces para
    posterior desarrollo en la vida, es decir, los valores
    vitales insertados en su música.

    A través de la presente investigación queremos demostrar el
    verdadero valor que
    contiene lo antes expuesto y el papel fundamental que juega en
    ello el concurso internacional de música infantil "Planeta
    Azul", que tiene su surgimiento y cede en nuestra
    provincia.

    La promoción, divulgación, el apego por
    parte de nuestros niños con sus letras es nuestro
    verdadero objetivo; para
    lograrlo daremos a conocer una breve reseña sobre la
    esencia de este concurso y las medidas que deben ser tomadas para
    conservarlo y enriquecerlo después de analizar a
    profundidad datos precisos
    sobre el mismo.

    Ayudar en la construcción del entorno infantil es
    nuestro lema: "HÁGANLO SUYO TAMBIÉN".

    Antecedentes:

    A modo de reseña o trayectoria del evento podemos
    plantear que en el período de los años 80 se
    comenzó a pensar en la necesidad de crear canciones
    encaminadas a preservar el planeta, desde que era una etapa
    preñada de amenazas, peligros y rencillas políticas,
    de exterminio de la humanidad a partir de guerras
    nucleares y bacteriológicas. El deterioro de la ecología mundial y
    los abandonos propios de cada nación
    al respecto, hizo pensar en la necesidad de contribuir con las
    manifestaciones del arte y la
    literatura a la
    sensibilización de estos problemas.

    ¿Quién mejor que los niños y
    jóvenes para transmitir este mensaje? En estos años
    no se conocían antecedentes de un trabajo
    sistemático para la creación e interpretación de la música para
    niños de diferentes edades, existía un escaso
    repertorio infantil y solo se interpretaban canciones
    transmitidas por la radio y
    la
    televisión nacional.

    La temática de música infantil, aunque se
    ha trabajado de forma fortuita, no contaba en nuestra provincia
    con un espacio organizado y coherente que diera la posibilidad a
    creadores y artistas de trabajar sistemáticamente, con
    ritmos, música y textos que reflejaran intereses
    infantiles y que a su vez fueran fáciles, contagiosos y
    motivadores a los gustos de niños y
    adolescentes.

    Así surge en 1989 la primera edición
    de Planeta Azul, la cual, como se esperaba, tuvo una gran acogida
    y aceptación por parte de la grey infantil en particular y
    en términos generales por todo nuestro pueblo.

    Desarrollo:

    Se ha comprobado que no es amplio el repertorio
    cancionístico infantil, por lo que es evidente la
    necesidad de que infantes puedan disfrutar de un abanico musical
    variado y ameno, adecuado a sus edades, con lo que se
    evitaría que los mismos se vean en la necesidad de repetir
    incesantemente ritmos de adultos que les enseñan y
    adentran en un mundo que no les pertenece, y simultánea e
    indiscriminadamente les alejan de su mundo, donde tantas cosas
    bellas les quedan por aprender.

    De todo ello se infiere la necesidad de crear ritmos,
    música y textos que reflejen intereses infantiles y que a
    su vez tengan el don de ser fáciles y motivadores para
    contrarrestar la influencia propagandística de canciones
    de adultos que se escuchan más. El doloroso escuchar en
    labios de niños canciones que hablan de amor, sexo,
    traición y demás, y cuyo significado incluso
    desconocen.

    Se conocía de la existencia de autores con
    inquietudes con respecto a la creación infantil, solo les
    faltaba el espacio que las instituciones
    culturales podían brindarle y de ahí surgió
    la determinación de su creador, el especialista de
    música Pedro Luis Rodríguez Arencibia, de crear un
    espacio para un evento de música infantil, que
    llevaría el nombre de "Planeta Azul", inspirado en un
    cuadro del conocido pintor pinareño Miguel Angel Ceuret,
    su fundador, Pedro Luis ha sido un creador constante de la
    música para niños en sus diferentes acepciones,
    musicalizando obras de teatro para sus
    compañeros instructores, tales como: "Conejín",
    "Doñita Bella y Doñita Abeja", y además la
    musicalización de las obras "El Cochero Azul", de Dora
    Alonso y "Cuentos de
    Valle Grande" de Aurora Martínez y la "Canción del
    Pionero", con la que obtuvo 4 premios nacionales.

    La primera edición de concurso "Planeta Azul", se
    convoca en 1989 con un carácter municipal, al que fueron invitados
    autores de otros municipios.

    En esta oportunidad se recibieron 87 obras, quedando
    seleccionadas 15 de ellas para la realización del
    espectáculo competitivo, ya en esta primera edición
    se observó la aceptación que tuvo el evento, con el
    que colaboraron muchos factores que se entusiasmaron con la
    iniciativa.

    Agrupaciones y músicos se brindaron para
    orquestar las obras: la selección
    de los intérpretes fue una experiencia positiva y
    agradable, pues se convocaron muchos niños de los niveles
    de primaria y secundaria que se presentaron para defender las
    obras finalistas. Esta acción
    incrementó la cantera de solistas infantiles,
    estableciendo un movimiento
    grande en la formación y promoción de niños
    que optan por una plaza en cada edición que se convoca,
    otro logro a destacar de la 1era edición y que se mantiene
    como puntal de solidez fue la colaboración de los
    organismos y empresas, con
    aportes modestos logrando que la premiación del concurso
    cumpla grandes objetivos,
    pues cada niño, además del estímulo moral que le
    proporciona la participación en el evento, es premiado
    además con un incentivo material.

    A partir de ese entonces, el concurso se ha hecho una
    realidad y aunque se tienen deficiencias y dificultades sobre las
    cuales se deben trabajar, es cierto que el evento ha contribuido
    a resolver ese gran problema que constituía la
    creación y difusión de música infantil,
    además de incentivar a los creadores del género que
    encuentran en Planeta Azul, el marco propicio para dar a conocer
    sus obras.

    Tales ediciones del evento que han transcurrido nos
    ponen en condiciones de contar hoy día con un conjunto
    considerable de creadores y artistas que de manera
    sistemática cultivan el género y para los cuales el
    evento se ha convertido en el motor que impulsa
    y estimula a trabajar cada vez, con más ahínco, lo
    cual los pone ansiosos por la llegada del certamen;
    además, ello ha contribuido al crecimiento y
    probación del concurso, que felizmente, en la actualidad,
    se ha convertido en Evento Internacional, aprobado por el Palacio
    de las Convenciones.

    A ello debemos sumar que colateralmente a la
    música, que constituye el objetivo básico del
    mismo, se le han ido incorporando las demás
    manifestaciones del arte y la literatura.

    Características del
    concurso

    El mismo se caracteriza por estimular a los autores y
    exponentes de la música infantil, de forma tal que se
    propone un espacio de promoción musical infantil a los
    cultivadores del género, carentes de este tipo de
    espectáculo, que tanto bien le hace a los seres humanos en
    las edades tempranas.

    Otra de las características del evento es que
    alrededor de la música, que constituye el plato fuerte del
    mismo, participan otras manifestaciones del Arte que posibilitan
    fomentar el gusto estético en los niños, lo que da
    un carácter integrador y multidisciplinario al
    certamen.

    Estos certámenes han servido de estímulo y
    satisfacción, pues algunos de sus participantes integran
    hoy grupos musicales
    de nuestra provincia, como es el grupo
    "Atabey", así como muchos han derivado en reconocidos
    solistas.

    En cuanto a los jurados de este evento, se han ido
    fortaleciendo cada vez más, integrándose a ellos
    personalidades destacadas del arte y la literatura de la
    provincia y la nación.

    Muchas experiencias positivas han venido transformando
    las concepciones iniciales del evento, entre las que podemos
    destacar:

    – La ampliación de la convocatoria a nivel
    municipal primero, después provincial y actualmente,
    internacional.

    – La ampliación de los géneros musicales
    que representan la cubana, como el son, la guajira, la habanera.
    El uso de la orquesta acompañante, que en sus inicios se
    enriqueció mucho, agregándole a su formato
    instrumentos tales como la trompa, y los clarinetes, y sobre todo
    el coro de apoyo.

    Desde la 7ma edición hacia acá, las
    orquestaciones se hacen con máquinas
    de ritmo, lo cual facilita el desarrollo general del
    evento.

    Las
    obras

    Los textos de las obras que se presentan en este
    concurso deben indicar como ven los niños su planeta,
    especialmente si se hace énfasis a la delicadeza,
    expresividad y fantasías que ellos emanan a esta temprana
    edad.

    Ejemplos que verifican lo antes expuesto hay muchos y
    dentro de ellos podemos citar: Amanecer una obra compuesta
    por Remberto Rico y Samuel Concepción. La misma constituye
    una dulce tonada que inspira un mensaje matizado de lo
    autóctono, de lo cubano, cuando se refiere a la palma, al
    café,
    al gallo. Con mucha ternura nos invita a todos a cantar, se
    remonta a nuestras raíces cuando hace del campo su amigo.
    Finalmente demuestra esa gama de cariño que emanan los
    niños cuando canta por la perdurabilidad del amor. Existen
    otras donde se hace alusión a la fealdad de las mentiras y
    a la sublimidad de la paz. Estas son : Rehilete y
    Chupetín y Por la paz, ambas premiadas en 1999.
    La primera con un encantamiento sin igual, ya que nos demuestra a
    través de un muñeco que los niños no porque
    se caractericen por su ingenuidad son tontos y nadie tiene el
    derecho a engañarlos. La otra con una sensibilidad
    especial le canta a ese conjunto de tranquilidad, armonía
    y sosiego que nos trasmite a todos la paz y que tan necesaria es
    actualmente en el mundo para el mejoramiento de la vida
    humana.

    Duende Montuno es otra de las galardonadas, esta
    en el año 2000, compuesta por Marcelina Rodríguez y
    Luis, la misma aborda el tema de un pequeñín que
    llama a un duende montuno durante la noche para jugar y que le
    brinde alegría. Aquí podemos apreciar la
    fantasía y la magia que nos demuestra su potencialidad
    imaginativa.

    Otras están cubiertas de ilusiones de mundos
    encantadores e irreales, que son propios en la mente de los
    amiguitos a quienes se dedican. Un ejemplo es: Después
    de la lluvia, cuyos autores son Yenia M. González y
    José Iván Careaga, premiada en el 2001.La misma
    infunde sentimientos de igualdad,
    amistad,
    sencillez. Esta canción nos inunda de afecto y lo
    más importante trasmite la idea de que las cosas buenas
    reinen por encima de las malas. En fin es una exhortación
    a luchar por un mundo menos contaminado y más
    puro.

    Otras han coincidido en su premiación no solo por
    el contenido de su letra sino también por ser la preferida
    del público asistente, un ejemplo de esto lo es :
    Espantapájaros de la autoría de
    Néstor Montes de Oca y Makiel Torres. La misma nos
    demuestra que en la vida todo posee algo hermoso aún
    más si se mira con los ojos del corazón y para un
    niño esto es mucho más fácil y cotidiano.
    Además podemos apreciar como este muñeco que
    relativamente aporta sensaciones de fealdad y miedo
    también puede sentir amor.

    Estos son algunos entre los cuantiosos ejemplos que se
    pudieran citar y analizar, donde quedan reflejados la gama de
    valores y sentimientos que se pueden infundir dentro de una
    canción a un infante.

    Beneficiarios:

    Este evento, abarca sin embargo, un espectro mucho
    más amplio, ya que con su realización se consagra
    la obra de creadores y artistas que encuentran en el concurso el
    marco propicio para desarrollarse y dejar una obra que pase a
    engrosar nuestro universo de
    música infantil.

    Los mayores de la casa, incluyendo los de la 3era edad,
    encuentran en la realización del evento, el lugar ideal
    donde pasar un rato de solaz esparcimiento, al tiempo que nos
    recreamos con todo lo valioso que hacen nuestros niños y
    vuelve inevitablemente a despertar en cada uno de nosotros, ese
    poquito de muchacho que todos llevamos dentro.

    Nuestra población infantil, que son los primeros
    destinatarios del Concurso, disfrutarán de un espacio que
    refleje los intereses infantiles y que a su vez tenga la propiedad de
    contagiar y motivar a nuestros infantes.

    Los artistas del género tendrán un espacio
    donde dar a conocer sus obras, lo cual sin dudas,
    constituirá motivo suficiente para estimular la
    creación del género. Por tanto, podemos decir que
    hay motivos suficientes para que creadores y artistas esperen
    ansiosos la llegada de cada una de las ediciones de Planeta
    Azul.

    Conclusiones

    Este trabajo constituye una pequeña y sencilla
    muestra
    investigativa a la que le atribuímos una importancia de
    gran magnitud, ya que nos demuestra lo que ocurre actualmente con
    la música infantil en nuestro territorio.

    Ha quedado plasmado el valor imperecedero que se le debe
    conceder a esta parte de la cultura que
    forma el antecedente del pensamiento de
    esta parte de la sociedad para su posterior
    desarrollo.

    Hacemos hincapié en la divulgación y
    promoción de estas obras, ya que constituyen un factor
    fundamental para lograr un mayor desempeño de las mismas .

    Este evento que es algo más que un concurso , es
    una verdadera fiesta de sonido, color y
    alegría para esos "locos bajitos" y para todos los que de
    una u otra forma, vivimos los momentos anuales en la magia de
    "Planeta Azul". Por eso los invitamos a que contribuyan para que
    este mundo de sueños y fantasías que se fabrica
    todos los años durante tres días primaverales logre
    alcanzar sus metas y cumplir sus objetivos.

    Gracias

    Hay criterios que dichos públicamente pueden
    parecer ofensivos para algunos, como por ejemplo las
    críticas realizadas a la duodécima edición
    del Concurso Internacional de Música para niños y
    adolescentes, Planeta Azul por René Valdés y
    Miriela Mijares.

    Cita de las críticas textualmente por:

    René Valdés:

    Lo primero que debo decir es que la preselección
    de las obras finalistas no fue la mejor pues adoleció de
    simplista y reiterativa en cuanto a textos, y no sobrepasó
    el manido y edulcorado lenguaje de
    ediciones anteriores; no basta la perfección formal si el
    contenido no ofrece una dosis de creatividad y
    emoción que lleve al niño a repetir una
    canción.

    Lo segundo está dirigido a los evidentes
    descuidos en el vestuario de los intérpretes que, en
    algunos casos, resultó frívolo, ajeno a los
    presupuestos
    del evento y al espíritu de las canciones; pienso que la
    dirección artística debe ser
    más exigente en próximas oportunidades, en este
    sentido.

    El audio intentó en todo momento contra la
    calidad sonora
    y no creo que siempre haya sido culpa de los equipos
    técnicos sino, más bien de impericia
    humana.

    La tercera cuestión que menciono, a pesar de no
    ser un especialista musical, es referida a la línea
    melódica y los arreglos orquestales. Parece que alguien
    olvidó que se trata de un concurso de música para
    niños y no de un festival de la OTI, pues hubo casos en
    que las exigencias vocales sobrepasaron las facultades de los
    intérpretes.

    El absoluto triunfo de Espantapájaros, de la
    autoría de Néstor Montes de Oca y Makiel
    Gonzáles lo demuestra; número lleno de
    fantasía, humor y alegría infantil; pensado no para
    sí sino desde el niño que habita en los corazones
    de quienes nunca dejarán de serlo.

    El tributo a Luis Rodríguez, creador del
    concurso, constituyó el momento más alto de las
    tres noches del concurso; bien pensado, sin estridencias ni
    sentimentalismos inciertos, emotivo, con buen gusto;
    adoleció sin embargo, del necesario anuncio de que las
    obras interpretadas respondían a su
    creación.

    Hemos logrado uno de los festivales de música de
    niños más importante del país, no permitamos
    que condescendencias y fragilidades a la hora de exigir manchen
    un planeta azul que ya es amado y defendido por todos.

    Miriela Mijares:

    Todo nace un día. Y todo lo que nace, si quiere
    un lugar en lo hermoso y duradero, debe pasar de semilla a flor y
    de flor a fruto. Dicho de un modo más popular, si las
    cosas van a hacerse, mejor hacerlas bien, por ejemplo la
    duodécima edición del concurso Planeta Azul
    debió haber estado al
    menos en flor.

    A estas alturas hablar de los defectos del audio o del
    horario que considero inapropiado sería rondar la
    superficialidad.

    Estos problemas de forma no pueden compararse con un
    arrastre de errores que atentan contra la calidad final del
    evento cultural más esperado de la provincia.

    La organización en general, con doce
    años de experiencia, debió haber sido
    óptima. El divorcio
    evidente entre las instituciones que coauspician este evento,
    hace cada vez más insalvable la distancia entre la noche
    de presentación y el corazón satisfecho.

    Quien esté frente a un escenario oscuro
    aún, no puede saber como sabemos los que por diversas
    razones estamos detrás de las cortinas, del sacrificio
    innombrable que es ya cantar, componer, actuar, dirigir, bailar
    en el concurso Planeta Azul: ensayos
    superficiales de los coros, problemas con el tiempo de entrega de
    los backgrounds, agotadoras y apresuradas jornadas de
    grabación, desatención a las condiciones
    mínimas de descanso y alimentación de los
    niños, adaptación a última hora de un
    guión que debe entregarse, inexplicablemente, antes de la
    selección de las obras finalistas, unidos a los
    improvistos a los que nada escapa, explican la agonía si
    el deseo de brindar un espectáculo digno para "los que
    saben querer", es mayor que nuestras fuerzas.

    Si existe un presupuesto, si
    el talento de nuestros niños y profesionales es meritorio
    y garantiza ya desde un inicio la calidad de cualquier empresa que
    podamos proponernos; si tantos esperan durante un año por
    nosotros, ¿qué nos cuesta ser más serios y
    más responsables?

    ¿Es tan difícil hacer las cosas en el
    tiempo requerido y lograr que nuestro trabajo se convierta desde
    el primer momento, en un acto de amor ? ¿Porqué
    dejarlo todo para la última semana, para el último
    día, para el último minuto?

    Este concurso ha ido creciendo enfermo. Son
    raquíticos los temas que abordan las canciones finalistas.
    La falta de imaginación, la reiteración, la
    banalidad y la simpleza nada tienen que ver con los anhelos y
    sueños infantiles. Se confunde la
    ñoñería con la ternura. No siempre la
    fantasía, los duendes, las mariposas o símbolos como el ala de la flor nos llevan
    justamente al corazón de los niños. Ni tampoco un
    evento de música para ellos puede convertirse en un
    derroche de tecnicismos ni leyes formales,
    ajenos a la sensibilidad infantil. ¡ Deténganse
    cuando un niño canta mientras juega o baña su
    perro¡ Esa es la verdadera canción para ellos: la
    que pueden recordar aún después que se cerró
    la puerta del teatro. Así, sin grandilocuencias, un
    sencillo espantapájaros alzará los brazos de las
    niñas y los niños y cuidarán juntos las
    hortalizas de Juan.

    Textos realmente bellos pueden perderse en la madeja de
    una música inadecuada como es el caso de la canción
    Duende Descalzo y quizás, en una oportunidad más
    conveniente, Tío Luis reciba su justicia para
    su fina y sencilla poesía.

    Por estar tan alejada de nuestra realidad, en
    temática y sonoridad, una obra como Romance de
    Germán y Cristina debió cederle el puesto a otras
    en el concurso que quedaron fuera. En algunos textos primó
    el mal gusto y la banalidad, algo inexplicable en este tipo de
    concursos, entablando una polémica contradicción
    con lo planteado en el ya tradicional evento teórico que
    se celebra entre el jurado y los autores.

    Con todo lo dicho pensarán que abogo por la
    desaparición del Planeta Azul. Ese criterio ronda
    sombrío, entre dientes y no lo comparto. No
    haríamos nada con cambiar el nombre o la
    escenografía si los problemas de fondo tienen más
    salud que
    nuestros propósitos.

    No se trata de plegarnos ante el facilismo y la
    irresponsabilidad: mientras nos acompañen, seguiremos
    cometiendo los mismos errores. No se trata de complicarnos: todo
    es más sencillo cuando se piensa y se organiza bien, con
    sensatez y amor. No se trata de cruzarnos de brazos, ni de
    ofendernos, ni dolernos con la crítica
    que toca nuestro hombro y nos hace volver la cabeza: en el pasado
    están también los éxitos, los de todos los
    años, que han logrado que la sala del teatro Zaidén
    se colme con sonada algarabía.

    Un vestuario más o menos vistoso o apropiado, un
    audio que estruja los sonidos o un pequeño error en el
    bocadillo de cualquier personaje, apenas importan cuando el
    corazón del Planeta comienza a palpitar levemente. Cabe
    preguntarse, como en la canción ¿Adónde va
    el azul?, y la respuesta nos responsabiliza a todos.

    El Planeta no puede conformarse con haber nacido. Tiene
    que alcanzar la madurez de la fruta. Hoy tiene un nombre pero
    mañana, como tantos otros concursos que no encontraron el
    modo de perdurar, podría ser solo un recuerdo. ¡Y
    eso no nos lo perdonarían jamás nuestros
    niños!

    A pesar del esfuerzo de mochos, si dejamos que avance
    por un camino incierto, no tendrá otro destino que
    desaparecer porque dentro de cinco años ya no serán
    montañas, sino universos de problemas y esa carga si es
    imposible de soportar, ¿qué palabras
    podríamos decir, entonces, a la memoria de
    Luis, cómo esconderíamos la culpa, si vamos con el
    sueño de su vida entre las
    manos…¡roto!?

    Como resultado de unas entrevistas
    realizadas a algunos pioneros y encuestas a un
    grupo de ellos en la escuela"Antonio
    Maceo"de nuestra localidad, específicamente de quinto
    grado, nos ha posibilitado palpar aún más la
    realidad en cuanto a logros y deficiencias que ha tenido en el
    transcurso de los años Planeta Azul.

    El 40٪ de estos desconocía totalmente hasta
    ese momento en que conversamos con ellos, de la existencia del
    concurso. Los demás aunque incluso han sido parte del
    público en las ediciones pasadas, nos comentaron que
    dichas canciones prácticamente donde solo las han
    escuchado es en el teatro y con muy poca frecuencia en el parque
    de diversiones "Paquito González", en Tele Pinar y en
    Radio
    Guamá.

    Ellos nos decían muy convencionalmente que
    preferían una fiesta con música para adultos
    (reggae, pop, salsa, baladas) que las propias de su
    edad.

    Descubrimos en nuestra visita que existen muchos
    niños que les gustaría concursar y que
    además tienen cualidades para hacerlo.

    Además de percatarnos de la situación
    existente respecto a la música infantil en esta edad
    escolar, nos dimos a la tarea de investigar que ocurría en
    los círculos infantiles y para ello entrevistamos a
    algunas titas de los mismos, las cuales nos comunicaron que
    poseían grabaciones con música infantil
    especialmente para determinadas actividades; pero que la
    mayoría de estas canciones eran pertenecientes al concurso
    "Cantándole al Sol" y que solo una minoría
    representaban a Planeta Azul.

    Después de analizar toda esta serie de
    dificultades proponemos que la música infantil gane en
    divulgación, que se haga más habitual en la radio,
    en nuestro telecentro, en las instituciones infantiles. Que se
    creen más peñas en los centros culturales, parques
    u otros lugares donde sea posible que los menores amen la
    música de los sueños y las
    fantasías.

    Otra opción puede ser la creación de
    talleres en las escuelas donde cada niño pueda descubrir
    los talentos que guarda en su interior para aportar su granito de
    arena en el desarrollo de la música infantil.

    En síntesis,
    debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para
    lograr que este concurso no muera, sino, que perdure y que sus
    canciones sean tarareadas, para que nuestros niños
    aprendan a vivir con ellas y a amarlas.

    Recomendaciones:

    Recomendamos a todas las personas que conocen de la
    existencia de este concurso, que concienticen en la importancia
    que tiene que los niños canten sus canciones y
    ayúdennos en esa difícil tarea que es
    lograrlo.

    Bibliografía:

    • Proyecto Planeta Azul
    • Cancioneros correspondientes a los años: 1998,
      1999, 2000, 2001, 2002.
    • Tabloide de crítica Arpón
    • Entrevistas realizadas a personas instruidas en el
      tema (compositores, trabajadores de la casa de cultura: Pedro
      Junco )
    • Encuestas a pioneros de la escuela primaria "Antonio
      Maceo"

    Queremos brindar un agradecimiento especial al jefe
    del departamento de Planificación y Control del
    Programa
    Cultural en la casa de la cultura Pedro Junco: Alejandro Medero
    Valdés.

    Autoras:

    Lic. Amarilis León Paredes

    Lic. Tomasita Cruz Vigoa

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