- Importancia del conocimiento de
los estilos de aprendizaje para la labor del
docente - Estrategias y estilos de
aprendizaje. Definición, relaciones y
diferencias - Algunos ejemplos de
tipologías de estilos
Importancia del
conocimiento
de los estilos de aprendizaje para la labor del
docente
Hoy por hoy se habla de la necesidad de aprender a
aprender. Nuestros tiempos exigen de un hombre
reflexivo, analítico, autónomo, crítico,
capaz de apropiarse no solo de conocimientos específicos,
sino también, de verdaderas estrategias para
aprender eficazmente, que le permitan asimilar y gestionar sus
propios aprendizajes a lo largo de toda la vida.
Uno de los mayores retos que tiene el profesor en la
actualidad, consiste en asumir la atención a la diversidad del alumnado. Sin
embargo, aun cuando la atención a las diferencias
individuales es uno de los principios
pedagógicos más importantes, delimitado en el
cuerpo teórico de la ciencia
desde su surgimiento, lamentablemente su concreción en la
práctica educativa, en todos los niveles y tipos de
enseñanza, es aún insuficiente.
Pienso que una ilustración evidente de esto radica en que
los docentes somos
inconsecuentes, en nuestro accionar cotidiano, con la necesidad
de tomar en consideración los estilos cognitivos de
nuestros estudiantes y particularmente sus estilos de
aprendizaje, para hacer nuestra labor más
productiva.
En los últimos tiempos ha proliferado el interés
por elevar la calidad del
aprendizaje de los alumnos, por dirigir de manera más
eficaz el proceso del
aprendizaje escolar. Una dirección del aprendizaje efectiva supone,
entre otros elementos, tomar en consideración los estilos
de aprendizaje de los educandos (y por supuesto, los del
maestro).
Para todos nosotros queda claro que la misión de
la escuela
contemporánea no radica en exigir al alumno que se adecue
a las demandas de una enseñanza homogénea y
preconcebida por los encargados de su conducción. Todo lo
contrario, de lo que se trata, es de lograr que sean la escuela y
el sistema escolar
quienes se adapten a las particularidades de los alumnos, para
satisfacer a plenitud sus disímiles necesidades en
términos educativos y proporcionar a cada cual el tipo de
ayuda específica que demande.
Desde mi punto de vista, esta idea anterior supone
compatibilizar o armonizar estilos comunicativos del docente y el
discente, estrategias de enseñanza y de aprendizaje y
estilos para enseñar y para aprender. En este caso me voy
a centrar en la categoría de estilos, aunque por
ser su relación con el de estrategias muy evidente
(lo que conduce, a menudo, a confundirlos o emplearlos
indistintamente), quisiera hacer una breve referencia al
vínculo y a la distinción entre estos.
Estrategias y
estilos de aprendizaje. Definición, relaciones y
diferencias
Como todos conocemos, el término de estrategias
alude al empleo
consciente, reflexivo y regulativo de procedimientos
(de enseñanza o de aprendizaje, según el caso), en
condiciones específicas. Procedimientos esencialmente
heurísticos (más que algorítmicos) y
esencialmente interdisciplinares (sin negar la importancia de los
disciplinares), que sirven para resolver un problema o tarea, o
para dar respuesta a un objetivo
relacionado con el aprendizaje.
La línea correspondiente a las estrategias de aprendizaje,
ha sido designada, atinadamente por J. I. Pozo (1999), como "el
tema estrella de la psicopedagogía actual" (referido por
M. T. Moreno, 2001, pág. 2).
Son instrumentos, recursos,
herramientas
de la actividad intelectual, de utilidad
considerable para aprender. Secuencias integradas de
procedimientos escogidos con un determinado
propósito.
¿Qué son los estilos y qué
relación guardan con las estrategias?
Estilo cognitivo: Es una categoría
más general que se refiere al modo peculiar en que los
sujetos reciben, analizan y estructuran mentalmente los
estímulos para comprender mejor su entorno (Luis Bravo,
1991, pág. 105-111).
Indica las características de los sujetos para
abordar el procesamiento de la información, el modo en que un individuo
elabora y transforma el estímulo para lograr una
información relevante y duradera (S. Blackman, M.
Goldstein, referidos por L. Bravo, 1991, pág.
105).
Los estilos cognitivos son modos relativamente estables
con los cuales un individuo percibe, conceptualiza y organiza la
información de que dispone (M. Wittrock, referido por L.
Bravo, 1991, pág. 105) ).
Son los modos de pensamiento
que utilizamos cotidianamente en diversas situaciones (Rosa
María Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
pág. 99).
El estilo cognitivo, intelectual o de pensamiento se
emplea para estudiar las diferencias individuales respecto a la
percepción, la
personalidad, el procesamiento y la estructuración de
la información (Witkin, Oltman, Raskin y Kar; referidos
por R. M. Hervás en M. D. Prieto, 1997,
págs. 105-106).
Indica los modos de funcionamiento mental (mecanismos
intelectuales)
que diferencian a los sujetos por su modo prevalente de percibir
el medio, procesar información, pensar, resolver problemas,
enseñar, aprender o actuar (Saturnino de la Torre, 1993,
pág. 277).
S. de la Torre considera el estilo cognitivo como el
conjunto de estrategias típicas del sujeto para procesar
la información. L. Bravo también identifica la
diversidad de estilos con las estrategias cognitivas
intelectuales, los que determinan el aprendizaje escolar al hacer
que cada aprendiz procese de manera diferente el material
docente, lo que explica las diferencias en el rendimiento, la
superdotación y las dificultades para aprender (Saturnino
de la Torre, 1993, pág. 277 y Luis Bravo, 1991,
pág. 105).
Como señala con acierto L. Bravo, "el estudio del
estilo cognitivo tiende a relacionar los modos de pensar con las
maneras de aprender. El modo de pensar podría dar una
explicación de por qué muchos niños
no aprenden a pesar de utilizarse una metodología correcta o que los objetivos del
curso estén bien determinados" (Luis Bravo, 1991,
pág. 106).
Se ha determinado que las diferencias individuales en
los estilos cognitivos guardan relación
con:
- La manera cómo el sujeto procesa
cerebralmente la información. - Las experiencias de aprendizaje previas
(¿Estrategias y estilos instruccionales?). - Las condiciones socioeconómicas y culturales
en que se desenvuelve el escolar y que impactan su
aprendizaje. - Los estilos educativos familiares (en especial, de
las madres): verbales no verbales, autoritarios reflexivos,
permisivos controladores.
El estilo de aprendizaje es una variante del
estilo cognitivo aplicado al proceso de aprender. Es el modo o
tendencia prevalente del discente para recoger
información, organizarla, recordarla, realizar tareas,
estudiar o responder (Saturnino de la Torre, 1993, pág.
277).
El estilo docente, de enseñanza o
instruccional, alude al modo de enseñar o tendencia
prevalente del docente al planificar, ejecutar y evaluar la
acción
formativa (S. de la Torre, ibidem). Ejemplos:
analítico>
< globalizador,
reproductor >
<
innovador.
El estilo instruccional se refiere al modo que tiene el
profesor para enseñar, incluyendo las condiciones sobre
las que se fundamenta su instrucción, áreas de
interés, modos de enseñar y creencias sobre la
influencia o no que tienen los métodos en
el rendimiento (Myers-Myers, Gregorc, Canfield y Canfield;
referidos por R. M. Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
págs. 99-100).
Se entiende como estilo de aprendizaje al "modo
distintivo y habitual de adquirir conocimientos, habilidades y
actitudes a
través del estudio o la experiencia" (Sadler-Smith, 1996;
referido por M. C. García y cols., s/a, pág. 4).
Aunque el estilo de aprendizaje se considera relativamente
estable puede variar, evolucionar, mejorarse y
optimizarse.
¿Qué relación existe entre
estrategias y estilos?
- Como hemos visto, algunos autores identifican estos
términos (S. de la Torre, 1993, pág. 277 y L.
Bravo, 1991, pág. 105). - El estilo consiste en la consolidación de
estrategias alternativas que le permiten al sujeto
opcionalmente aplicarlas de acuerdo con las exigencias de cada
contexto (Batenson, referido por A. Gayle y S. Guerra,
2001, pág. 3). - El estilo de aprendizaje es la disposición por
parte del alumno para adoptar determinada estrategia
cuando se enfrenta a un conjunto de actividades o a la
solución de un problema (Myers-Myers, Gregorc, Canfield
y Canfield; referidos por R. M. Hervás, en M. D.
Prieto, 1997, págs. 99-100)). - Es la predisposición por parte de los alumnos
a adoptar una estrategia de aprendizaje particular, con
independencia de las demandas específicas
de la tarea en cuestión (Schmeck, referido por A. Gayle
y S. Guerra, 2001, pág. 3). - El estilo de aprendizaje es la forma en que se
organizan las estrategias y son utilizadas por un sujeto de
manera preferente. (Manuel Esteban Fuensanta,
ibidem).
Para concluir el análisis anterior, me parece importante
ofrecer la consideración de que el estilo de aprendizaje
es una categoría integradora que caracteriza la manera en
que cada alumno, como sujeto particular, afronta y resuelve las
tareas de aprendizaje.
El estilo de aprendizaje determina
- La tendencia del alumno a seleccionar y utilizar
determinadas estrategias para aprender. - La preferencia de ciertas estrategias respecto a
otras. - El modo de operar con las estrategias por el
aprendiz.
Usted puede tomar apuntes, confeccionar
resúmenes, preparar una entrevista o
planear una clase.
Obviamente, las estrategias serán diferentes en cada caso.
Sin embargo, en su accionar para cumplir con estas tareas,
aflorarán sus estilos propios. Por ejemplo: interno o
externo, global o analítico, reproductivo o innovador,
impulsivo o reflexivo, activo o pasivo.
En el contexto educativo, el estilo intelectual del
profesor (instruccional-intelectual) posee un papel relevante en
la determinación de la eficacia del
aprendizaje. El estilo de aprendizaje de cada educando debe ser
tomado en cuenta para ofrecer a este estrategias instruccionales
acordes al mismo. El profesor debe brindar una enseñanza
que se adapte a los estilos de los estudiantes.
Una enseñanza que tome en consideración
las características de los alumnos (personalizada,
diferenciada, individualizada), debe considerar como variable
relevante el estilo intelectual de profesores y alumnos.
Así, señala Rosa María Hervás: "La
adaptación de los estilos y métodos instruccionales
a las características cognitivas de los estudiantes
conlleva una atención a la diversidad que se supone afecta
al proceso enseñanza-aprendizaje del alumno y que se
manifiesta tanto en su satisfacción con el tipo de
enseñanza que recibe como con los logros conseguidos" (R.
M. Hervás, en M. D. Prieto, 1997, pág.
99).
Así, la instrucción idónea para un
estilo de aprendizaje, no lo es tanto para el otro. Esto
constituye un reto grandísimo, para nosotros los
profesores, en cuanto a la capacitación que requerimos para un
desempeño profesional óptimo. Las
preferencias instruccionales existen y los logros
académicos son superiores cuando coinciden estilo de
aprendizaje y de instrucción.
Por ejemplo, valdría la pena preguntarse por
qué, si todos sabemos la importancia del
protagonìsmo estudiantil, la importancia de la postura
activa del sujeto cognoscente para el aprendizaje, los docentes
en muchos casos seguimos centrados en llevar la voz cantante en
el proceso pedagógico, en dirigirlo todo, en monologar.
¿No será que las personas que escogemos el
magisterio tenemos determinados estilos, que nos gusta mucho
oírnos, que somos un poco autoritarios y limitamos el
espacio y la creación del alumnado? Sería
interesante reflexionar al respecto.
Si un alumno es consciente de su propio estilo, esto
hace que pueda tratar de mejorar o intentar optimizar aquellos
estilos en los que su preferencia es baja (sobre la base de que
la estabilidad de los estilos no significa la imposibilidad de
cambio. Los
estilos se pueden aprender y cambiar, en dependencia de las
condiciones ambientales en que se desenvuelve la actividad de
cada sujeto, particularmente las situaciones
educativas.
Es tarea del profesor ayudar a que los alumnos tengan en
cuenta las disposiciones individuales hacia el aprendizaje que
diagnostican los estilos y desarrollen sus puntos fuertes y
superen los débiles.
El estilo de un centro educativo incide en el de sus
alumnos, de la misma manera en que un tipo de trabajo
produce cambios y adaptaciones en el estilo de quien lo
desempeña.
Los alumnos talentosos o superdotados son, como
tendencia, más legislativos, judiciales y globales que los
no talentosos. Además, manifiestan preferencia por un
estilo de aprendizaje perceptivo-táctil y en movimiento,
con tareas poco estructuradas que les permitan planificar su
aprendizaje. Son persistentes en el trabajo,
tienen una alta motivación
intrínseca y aprenden mejor individualmente.
En cambio, los educandos con bajo rendimiento tienden a
ser perceptivamente dependientes del medio, menos reflexivos,
críticos y originales y más pasivos ante el
aprendizaje. En ellos se aprecia una mayor impulsividad, en
contraste con la reflexividad predominante del discente con
aprendizaje normal Esta impulsividad aparece relacionada con una
disminución de la atención (distractilidad). La
menor atención a estímulos verbales repercute
negativamente en la asimilación del material escolar.
Estos alumnos abordan las tareas de aprendizaje de modo
desorganizado y pasivo ("aprendedor inactivo").Como consecuencia
de carecer de una postura activa, no utilizan adecuadamente su
experiencia del fracaso-error para adquirir nuevas estrategias de
aprendizaje.
Las instituciones
educativas deben potenciar no solo estilos en los alumnos
útiles y funcionales para el presente, sino también
necesarios para el futuro. Nos quejamos a menudo de que nuestros
alumnos no crean, no innovan, pero sin embargo, es muy frecuente
que los docentes prefieran a los estudiantes que hacen las cosas
que ellos dicen y como ellos las dicen, les gusta que sigan las
reglas impuestas y les disgusta que se les cuestione, increpe,
que se polemice con ellos por considerar que eso afecta su
imagen, su
prestigio frente al alumnado. Esto hace que los alumnos nos vean
autoritarios, hipercríticos, aplastadores de ideas y que
la
comunicación en el proceso docente continúe
siendo prevalentemente unilateral. Sin embargo, como decía
nuestro singular José Martí,
"La conferencia es
monólogo y estamos en tiempos de diálogo
(J. Martí,
1975, pág. 16)
Arturo Gayle y Sonia Guerra reconocen rasgos
básicos en algunas de las definiciones sobre estilos
de aprendizaje. Entre estos, me parece muy importante
destacar:
- El carácter individual personalizado de
estos estilos. - Su carácter estable (a lo que prefiero
precisar: relativamente estable). - El hecho de que estos implican la apropiación
de estrategias de aprendizaje. - Su vínculo con la resolución de tareas
de aprendizaje. - La concreción, a través del estilo, de
acciones de
planificación, organización, ejecución y control de
la actividad por parte del sujeto que aprende (A. Gayle y S.
Guerra, 2001, pág. 4).
A lo anterior me parece importante añadir
que
- El estilo de aprendizaje indica las preferencias de
los alumnos en términos de aprendizaje: a qué
tareas de aprendizaje se inclinan más, qué
áreas del conocimiento y tipos de actividades les
resultan más atrayentes, por qué modalidad de
interacción optan para trabajar
más cómodamente, qué estrategias
cognitivas eligen utilizar a los fines del aprendizaje, a
qué ayudas pedagógicas responden más
eficientemente.
No se considera ningún estilo de pensamiento o de
aprendizaje superior a otro. Todos son distintos y válidos
para resolver tareas concretas.
Para los autores antes mencionados, la
identificación de los estilos de aprendizaje de los
alumnos, que resulta factible entre los 11-12 años de
edad, reporta beneficios considerables para los profesores.
Así, permiten:
- Determinar las potencialidades y preferencias para
aprender de los estudiantes. - Eliminar barreras para el aprendizaje.
- Reforzar elementos positivos del estilo y revertir lo
negativo. - Dotar a los alumnos de estrategias de aprendizaje que
les ayuden a sacar mejor partido de su forma de
aprender. - Flexibilizar la atención individual,
diferenciada y grupal del alumnado. - Hacer las adecuaciones curriculares necesarias (A.
Gayle y S. Guerra, 2001, pág. 13).
Existen diferentes tipologías de estilos
en correspondencia con diferentes modelos
explicativos de los estilos de
enseñanza-aprendizaje.
Así, las clasificaciones han tomado en cuenta los
siguientes criterios como referentes principales:
- La dominancia de los hemisferios
cerebrales. - Las preferencias sensoriales para acceder a la
información. - La personalidad
(relación cognición-personalidad). - Las características emocionales del
sujeto. - Las características sociológicas (o
sociales). - Las características fisiológicas (Por
ejemplo: las preferencias del discente acerca de si comer o no
durante su actividad de estudio y su rendimiento en una u otra
condición, las influencias para el aprendizaje de
trabajar durante la noche o temprano en la
mañana). - Los componentes medioambientales (Por ejemplo: la
tendencia a optar por un ambiente
formal e informal para aprender; por un ambiente silencioso o
sonoro, como pudiera ser el musical). - La inteligencia
( según la teoría de Sternberg, que analiza la
analogía entre estilos y gobiernos; referida por Rosa
Ma. Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
105-111).
Algunos ejemplos de tipologías de
estilos.
- Según las funciones del
autogobierno mental, se distinguen tres tipos de estilos
individuales (Sternberg; referido por Rosa Ma. Hervás,
en M. D. Prieto, 1997, págs.
107-108).
- Estilo legislativo. Atiende a la
creación, formulación, imaginación y
planificación de ideas. Al enfrentarse a un problema o
tarea, las personas con estilo legislativo lo definen,
seleccionan una estrategia coherente, precisan los recursos
necesarios para resolverlo y representan mentalmente toda la
información. Disfrutan creando y planificando la
solución de problemas. Se sienten cómodos
produciendo sus propias normas y
haciendo las cosas a su manera. Prefieren las actividades no
estructuradas y se interesan por los ejercicios de desarrollo
libre y las actividades constructivas. - Estilo ejecutivo. Es el "hacedor". El
discente con este estilo procura hacer su trabajo lo mejor
posible. Prefiere que se le dé todo planificado, poner
en práctica las ideas utilizando procedimientos ya
conocidos. Prefiere seguir las normas, realizar tareas
estructuradas y con objetivos bien definidos. Además,
con frecuencia sienten agrado por el trabajo
cooperativo. - Estilo judicial. Es propio de los
estudiantes a los que les gusta evaluar reglas y
procedimientos, disfrutan analizando y juzgando ideas y
acciones que han emprendido otros, prefieren trabajar con
problemas cuya solución exige analizar y evaluar
hechos e ideas. A los alumnos con este estilo les gustan las
tareas en las que hay que contrastar diferentes puntos de
vista (la valoración, evaluación y comparación son sus
fortalezas). Se inclinan a trabajos de tipo analítico,
realizan con soltura la corrección y control de sus
propios errores. Son críticos y rigurosos al opinar o
emitir juicios.
- Según el ámbito del autogobierno
mental (el contexto, según Sternberg; referido por
Rosa Ma. Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
págs. 105-111), o según la valoración
pedagógica o las características emocionales
(a partir del criterio de Gayle y Guerra, 2001, págs. 8,
10-11 ), se pueden identificar dos tipos básicos de
estilos:
Coincide este estilo en gran medida con el
denominado independiente de campo, que sigue más los
referentes internos, responde mejor a las motivaciones
intrínsecas. El alumno con independencia de campo
tiene capacidad para asumir roles activos;
desarrolla habilidades de planificación, autocontrol
y autoevaluación de sus trabajos (aun en ausencia de
otros). Prefiere desarrollar sus propias estrategias de
aprendizaje, puede monitorear sus propios objetivos si
conoce los propósitos de la actividad docente y
demuestra dominio y
posibilidades de transferir conocimientos y
habilidades.- Estilo interno. Es propio de los estudiantes
reservados, introvertidos, con inclinación hacia
aquellos problemas cuya solución exige la
aplicación aislada e individual de la inteligencia.
Los alumnos con este estilo son menos sensibles desde el
punto de vista social. Les gusta trabajar solos, prefieren
aplicar su inteligencia a situaciones, sin el concurso de
otras personas. Disfrutan trabajando por su cuenta cualquier
actividad escolar, pero tal vez se sientan incómodos
cuando tengan que trabajar en grupo, en
tareas de aprendizaje cooperativo. - Estilo externo. Es propio de los estudiantes
extrovertidos, que establecen buenas relaciones y son
socialmente más sensibles. Estos muestran
interés especial por resolver problemas relacionados
con el mundo externo y se centran en actividades que
requieren de trabajo cooperativo, en mantener la amistad y
en desarrollar relaciones íntimas.
Este estilo se asemeja al denominado dependiente de
campo, caracterizado por una mayor sensibilidad a las claves
externas, preferencia por aprender en grupos y por la
interacción frecuente con otros compañeros y con
el profesor. Tienen estos alumnos buenas habilidades sociales,
siguen las pautas dadas, requieren de instrucciones y ayudas
constantes externas. Aprenden mejor por motivaciones
extrínsecas, cuando reciben instrucciones
explícitas sobre qué estrategias utilizar para
resolver problemas o tareas y qué tipo de resultados se
esperan de ellos. Necesitan de constante retroalimentación por parte de otras
personas.
- Según la dominancia cerebral, se
distinguen los siguientes tipos de estilos.
- Estilo impulsivo. Los discentes con
predominancia de este estilo se inclinan a trabajar
rápidamente, aunque la planificación y control
de sus estrategias suelen ser insuficientes. Se arriesgan
para abordar tareas por tanteos, en cascada, sin importarles
muchas veces los reveses. Su atención suele ser difusa
y lábil. Aceptan de modo escasamente crítico
las hipótesis primarias que acuden a su
mente, no reexaminan posibles soluciones
ante respuestas incorrectas. Como generalidad suelen alcanzar
mayor éxito en tareas que reclaman una
visión de conjunto, utilizan estrategias más
globales y procesan bloques informativos de más amplio
espectro. El procesamiento de estos sujetos es más
difuso y simultáneo.
La impulsividad aparece relacionada con la
disminución de la atención y es
característica de los escolares con dificultades para
aprender. El estilo "derecho" (denominado así porque se
vincula a la dominancia del hemisferio derecho) caracteriza a
los estudiantes que son generalmente globales, que aprenden con
más facilidad en ambientes informales, escuchando
música e
interrumpiendo la tarea con frecuencia para comer o levantarse.
El hemisferio derecho parece estar más ligado a las
emociones y
las habilidades espaciales.
7) Estilo reflexivo. Los alumnos con este
estilo tienen mayor capacidad de concentración y una
atención más mantenida. Son sujetos que
preguntan, plantean dudas y hacen cuestionamientos. Tienen una
actitud
básicamente investigativa, indagadora y metacognitiva.
Dedican más tiempo al
examen del modelo y al
procesamiento de información. Sopesan diferentes
alternativas posibles antes de accionar. Emplean estrategias
más analíticas, se benefician con tareas de
detalles y analizan sistemáticamente todos los datos del
problema para intentar su solución correcta sin errores
aparentes. Manejan bloques informativos más
pequeños.
El sujeto reflexivo tiende a emplear un estilo
cognitivo analítico, propio del hemisferio izquierdo.
Este hemisferio está más asociado a las
habilidades verbales y a la independencia de campo. Tienen una
actitud más crítica, original, creativa y divergente
del modelo escolar.
- Los anteriores estilos guardan relación con
los estilos local o analítico (propio de la prevalencia
del hemisferio izquierdo) y sintético o global (del
hemisferio derecho). Según Sternberg, estos se refieren
a los niveles del autogobierno mental. A. Gayle y S.
Guerra los clasifican así tomando como punto de vista
el enfoque pedagógico (Rosa Ma. Hervás,
en M. D. Prieto, 1997, págs. 108-109; Gayle y
Guerra, 2001, págs. 8, 10-11 ).
8) Estilo global. Es propio de los alumnos que
prefieren tratar las cuestiones relativamente amplias y
abstractas, ignorando con esto los detalles. Les gusta
conceptuar y trabajar en el mundo de las ideas. Su
abstracción puede llevarles "a contemplar el bosque,
pero no siempre los árboles"( Rosa Ma. Hervás,
en M. D. Prieto, 1997, págs. 108-109). Se sienten
cómodos resolviendo tareas que requieren considerar una
obra de gran tamaño (por ejemplo, una teoría
científica, una novela en su
integridad o una época histórica), pero tienen
problemas para trabajar con unidades menores de la misma
novela, con espacios de tiempo reducidos de un período
de la historia o
con parcelas de esa teoría. El estilo global es un
elemento clave para el pensamiento creativo.
9) Estilo local. Los sujetos con esta modalidad
de estilo prefieren tareas que suponen problemas concretos y
requieren cierto trabajo minucioso, actividades de detalles. El
local se orienta de forma pragmática, disfruta con
actividades en las que haya que resolver múltiples
ejercicios sobre pequeños problemas. Las personas
locales pueden ser creativas, pero en cosas pequeñas. De
manera ideal la persona
creativa debería ser más global que local, aunque
sin ser totalmente global. Las personas que son muy locales o
globales son más efectivas si trabajan con alguien que
les complemente.
- Se diferencian estilos, según las
tendencias del autogobierno mental. Según
Sternberg (referido por Rosa Ma. Hervás, en M. D.
Prieto, 1997, págs. 110-111), existen dos modos
fundamentales de afrontar los problemas: flexibilidad (o
liberalismo)
y procedimiento
(o conservadurismo). Estos estilos también han sido
llamados innovador/ creativo/ divergente Vs reproductivo/
tradicionalista/ convergente.
10)Estilo conservador. Es característico
de aquellos alumnos a quienes les gusta seguir las reglas y
procedimientos establecidos, minimizar los cambios y rechazar
en lo posible las situaciones ambiguas. Tales estudiantes
prefieren la familiaridad en la vida y el trabajo. Su
inclinación a los modos de hacer establecidos puede
interferir con las posibilidades de encontrar formas
creativas.
11)Estilo liberal. Es propio de los estudiantes
a quienes gusta ir más allá de los procedimientos
y reglas existentes, que maximizan los cambios y aceptan las
situaciones ambiguas. Estos prefieren cierto grado de novedad
en la vida y el trabajo, disfrutan con las situaciones
difíciles y riesgosas que exigen de la aplicación
de procedimientos inusuales. Es un estilo creativo.
- Se alude a las diferencias del aprendizaje
según la postura o actitud del aprendiz y
así se habla de
12)Estilo activo. Se habla de este estilo
cuando el sujeto asume una posición activa frente al
contenido de la materia (al
percibir, atender, memorizar, etc.). La posición activa
frente al aprendizaje sería una consecuencia de la
conciencia
cognitiva general y de la
motivación para aprender. Se manifiesta en un
esfuerzo mantenido y organizado para aprender, la selectividad
permanente de la información recibida, la
aplicación de categorías verbales para memorizar
adecuadamente y una actitud más crítica frente al
contenido de la materia que debe aprender el alumno. Los
alumnos con estilo activo son curiosos, indagadores, con
iniciativas, formuladores de hipótesis.
13)Estilo pasivo. El estudiante con este estilo
es un "aprendedor inactivo", que no utiliza atinadamente su
experiencia del fracaso-error para adquirir nuevas estrategias
de aprendizaje. Son apáticos, retraídos, poco
comprometidos con sus aprendizajes. Las dificultades para
aprender de estos discentes, son evidentes.
- Según las preferencias sensoriales (o
sistemas representativos dominantes) en los alumnos se
distinguen:
14)Estilo visual. Los alumnos con prevalencia
de este sistema representativo entienden mejor las
órdenes si se les dice y les son mostradas. Miran
atentamente a su interlocutor, siguen con los ojos a su maestro
mientras se mueve. Recuerdan mejor la información
obtenida a través de una fuente visual, consideran
detalles y son muy refinados en la presentación escrita
de materiales.
Su producción oral tiende a ser más
limitada. Utilizan repertorios de palabras que evidencian su
preferencia por la información que llega por un canal
visual (por ejemplo: "tienes una apariencia brillante", "me
gusta cómo me veo", "lo que más llama la
atención es el contraste de colores", "se
observan con toda nitidez tales detalles",etc.).
15)Estilo auditivo. Los alumnos en los que
predomina este estilo pueden ser mediocres al escribir pero son
brillantes en la obra oral. Saben escuchar, charlan, murmuran,
son buenos contadores de historias, anécdotas y relatos.
Son considerados estudiantes agradables y líderes de
grupos. Retienen y reproducen mejor la información que
recepcionan por la vía auditiva, por lo que pueden
memorizar relativamente bien si repiten en voz alta el
contenido del material de estudios. Utilizan verbalizaciones
que evidencian su predilección por el canal auditivo
(así, "me sorprende escuchar eso", "se oye bonito", "es
un problema agudo", "habla con un tono agradable").
16)Estilo kinestésico. Los sujetos con
este estilo prefieren hacer para aprender, moverse y vivenciar
las cosas. Se favorecen con experiencias que los comprometen.
Son sensibles, imaginativos y vivenciales. Utilizan
movimientos, rutinas rítmicas o poner las manos en el
trabajo para aprender. Este estilo generalmente integra las
"bondades" de los estilos táctil, cinestésico,
olfativo y gustativo, aunque algunos autores diferencian estas
cuatro modalidades de estilos. En su repertorio verbal emplean
frases que denotan su predilección por estos sistemas de
representaciones (por ejemplo: "su piel es
suave como terciopelo", "eres áspero como un tronco",
"me huele mal la demora en la toma de esa decisión", "lo
que más siento es su ausencia").
- Por último quisiera aludir a aquella
tipología de estilos que guarda relación con
la personalidad y vincula esta a la
cognición. Según esta tipología,
los educandos aprenden mejor si enfatizan en la
aplicación práctica de las ideas
(experimentación activa), en las teorías abstractas
(conceptualización abstracta), en la experiencia
concreta (sensibles) o en la observación reflexiva (reflexivos).
Partiendo de estos indicadores,
Kolb, Rubin y Osland (referidos por María del C.
García, s/a, pág. 6) consideraron los siguientes
estilos:
17)Estilo convergente. Funciona mejor donde la
deducción conduce a la respuesta
correcta. Hace énfasis en la aplicación
práctica de las ideas, la toma de
decisiones y la resolución de problemas. Los sujetos
con este estilo prefieren situaciones no emotivas, tales como
tareas técnicas
en lugar de tareas sociales e impersonales.
18)Estilo divergente. El énfasis en los
discentes con este estilo está en la imaginación.
Son capaces de analizar situaciones concretas desde todos los
ángulos y percibir relaciones. Generan alternativas con
facilidad y les resulta cómodo utilizar la
imaginación y los sentimientos.
19)Estilo asimilador. Los alumnos con este
estilo agrupan las observaciones dentro de las explicaciones
integradas y modelos teóricos. El énfasis radica
en las ideas, conceptos y teorías abstractas, con menor
interés en el valor
práctico.
20)Estilo acomodador. Enfatiza en la
realización de tareas, la implementación de
planes y la involucración en situaciones nuevas. Es un
estilo orientado hacia la acción, que implica riesgos y la
búsqueda de oportunidades. Los alumnos con este estilo
tienen tendencia a la intuición y al empleo de
métodos para la resolución de problemas de
"ensayo y
error". Son capaces de ajustarse rápidamente al
cambio.
Rasgos de los
estilos de aprendizaje
La importancia de combinar en equipos de
trabajo diferentes tipos de estilos de cognición
enriquece el trabajo intelectual del alumnado y resulta
extraordinaria desde el ángulo del aprendizaje. De igual
manera, resulta particularmente valioso para el docente, la
asimilación de nuevos estilos cognitivos o algunas de sus
facetas, de modo tal que se favorezca por este la
dirección del aprendizaje escolar.
Con el fin de identificar los estilos de
cognición de docentes y discentes y particularmente los
estilos para enseñar y aprender, se sugiere la
aplicación de instrumentos especializados como los
siguientes:
- Inventario de estilos intelectuales del alumno (F.
Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
113-114). - Cuestionario de estilos de los profesores (F.
Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
114-115). - Cuestionario de profesores sobre alumnos (F.
Martínez Moreno, 1996; (referido por Rosa Ma.
Hervás, en M. D. Prieto, 1997, pág.
115). - Cuestionario de estilos de los alumnos en
relación con el desarrollo de tareas abiertas (F.
Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
116-117). - Midiendo tu estilo de aprendizaje (tipo escala,
Honey y Mumford, 1992; referida por María del C.
García y cols., s/a, págs. 6-7). - Test para evaluar el potencial comunicativo y
adaptación infantil (L. Ribeiro, 1999; S. Colunga y
otros, 1999). - Inventario de estilos de aprendizaje de D. A. Kolb
(D. A. Kolb , revisión de 1985).. - Técnica "Cómo aprender mejor" (S.
Colunga, 2000, pág. 178).
Bravo, Luis. Estilos y estrategias cognitivas en las
dificultades de aprendizaje. En Psicología de las
dificultades del aprendizaje escolar. Ed. Universitaria,
Santiago de Chile, 1991, páginas 105-111.
Colunga, Silvia. Intervención educativa
destinada al incremento de la autoestima
de escolares con dificultades para aprender. Tesis de Doctorado
en Ciencias
Pedagógicas. Universidad
de Camagüey, 2000, 118 páginas.
Colunga, Silvia y otros. Potencial comunicativo,
técnicas de imaginería mental e incremento de la
autoestima en escolares con dificultades para aprender".
En Actas II, VI Simposio
Internacional de Comunicación
Social, Santiago de Cuba, enero
de 1999, páginas 896-899.
De la Torre, Saturnino. Glosario de
términos. En Didáctica y Currículo. Dykinson, S. L., Madrid,
1993, páginas 271-280.
García, María del C. y colaboradores.
Concepción de una estrategia didáctica que considere los estilos de
aprendizaje. Instituto Superior Pedagógico de
Holguín (en soporte electrónico).
Gayle, Arturo y Sonia Guerra. El estilo de
aprendizaje, un espacio para el ajuste de la respuesta
pedagógica, la modificación y el crecimiento
personal.
Conferencia en soporte electrónico.
Hervás, Rosa María. Estilos
instruccionales y de aprendizaje como variables de
atención a la diversidad del superdotado. En
Identificación, Evaluación y Atención a la
Diversidad del Superdotado/ María Dolores Prieto
(Coordinadora), Ediciones Aljibe, Málaga, España,
1997.
Kolb, David A. Inventario de
los Estilos de Aprendizaje, Copyright 1981, revisión de
1985, McBer and Company.
Martí, José. Obras Completas, Tomo II,
Editorial de Ciencias
Sociales, La Habana, 1975.
Monereo, Carlos. Estrategias de enseñanza y
aprendizaje, Editorial Graó, Barcelona, 1995.
Moreno Valdés, María Teresa. Estrategias
de aprendizaje en niños con necesidades educativas
especiales. Ponencia presentada en IX Conferencia
Científica Latinoamericana de Educación Especial, La Habana,
2000.
Nisbet, John y Janet Shucksmith. Estrategias de
aprendizaje. Santillana, Aula XXI, España,
1987.
O`Connor, J. y J. Seymour. Introducción a la Programación
Neurolingüística. Ediciones Urano, Barcelona,
1995.
Ribeiro, Lair. La comunicación eficaz. Ediciones Urano,
España, 1994.
UNAM. Laboratorio
de Desarrollo Cognitivo e Innovación tecnológica. Inventario
de Estilos de Aprendizaje y Orientación Motivacional.
Postgrado de la Facultad de Psicología (en soporte
electrónico).
Autores de este trabajo:
Dra. C. Silvia Colunga Santos
Profesora Titular e Investigadora del Centro de Estudios
de Ciencias de la
Educación "Enrique José Varona" de la
Universidad de Camagüey, Cuba.
Dr. C. Jorge García Ruiz
Profesor Auxiliar. Decano de la Facultad de Profesores
Generales Integrales de
Secundaria Básica. Instituto Superior Pedagógico
"José Martí" de Camagüey, Cuba.