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Los estilos de aprendizaje: una aproximación para su estudio




Enviado por jgarcia



    1. Importancia del conocimiento de
      los estilos de aprendizaje para la labor del
      docente
    2. Estrategias y estilos de
      aprendizaje. Definición, relaciones y
      diferencias
    3. Algunos ejemplos de
      tipologías de estilos

    Importancia del
    conocimiento
    de los estilos de aprendizaje para la labor del
    docente

    Hoy por hoy se habla de la necesidad de aprender a
    aprender. Nuestros tiempos exigen de un hombre
    reflexivo, analítico, autónomo, crítico,
    capaz de apropiarse no solo de conocimientos específicos,
    sino también, de verdaderas estrategias para
    aprender eficazmente, que le permitan asimilar y gestionar sus
    propios aprendizajes a lo largo de toda la vida.

    Uno de los mayores retos que tiene el profesor en la
    actualidad, consiste en asumir la atención a la diversidad del alumnado. Sin
    embargo, aun cuando la atención a las diferencias
    individuales es uno de los principios
    pedagógicos más importantes, delimitado en el
    cuerpo teórico de la ciencia
    desde su surgimiento, lamentablemente su concreción en la
    práctica educativa, en todos los niveles y tipos de
    enseñanza, es aún insuficiente.
    Pienso que una ilustración evidente de esto radica en que
    los docentes somos
    inconsecuentes, en nuestro accionar cotidiano, con la necesidad
    de tomar en consideración los estilos cognitivos de
    nuestros estudiantes y particularmente sus estilos de
    aprendizaje, para hacer nuestra labor más
    productiva.

    En los últimos tiempos ha proliferado el interés
    por elevar la calidad del
    aprendizaje de los alumnos, por dirigir de manera más
    eficaz el proceso del
    aprendizaje escolar. Una dirección del aprendizaje efectiva supone,
    entre otros elementos, tomar en consideración los estilos
    de aprendizaje de los educandos (y por supuesto, los del
    maestro).

    Para todos nosotros queda claro que la misión de
    la escuela
    contemporánea no radica en exigir al alumno que se adecue
    a las demandas de una enseñanza homogénea y
    preconcebida por los encargados de su conducción. Todo lo
    contrario, de lo que se trata, es de lograr que sean la escuela y
    el sistema escolar
    quienes se adapten a las particularidades de los alumnos, para
    satisfacer a plenitud sus disímiles necesidades en
    términos educativos y proporcionar a cada cual el tipo de
    ayuda específica que demande.

    Desde mi punto de vista, esta idea anterior supone
    compatibilizar o armonizar estilos comunicativos del docente y el
    discente, estrategias de enseñanza y de aprendizaje y
    estilos para enseñar y para aprender. En este caso me voy
    a centrar en la categoría de estilos, aunque por
    ser su relación con el de estrategias muy evidente
    (lo que conduce, a menudo, a confundirlos o emplearlos
    indistintamente), quisiera hacer una breve referencia al
    vínculo y a la distinción entre estos.

    Estrategias y
    estilos de aprendizaje. Definición, relaciones y
    diferencias

    Como todos conocemos, el término de estrategias
    alude al empleo
    consciente, reflexivo y regulativo de procedimientos
    (de enseñanza o de aprendizaje, según el caso), en
    condiciones específicas. Procedimientos esencialmente
    heurísticos (más que algorítmicos) y
    esencialmente interdisciplinares (sin negar la importancia de los
    disciplinares), que sirven para resolver un problema o tarea, o
    para dar respuesta a un objetivo
    relacionado con el aprendizaje.
    La línea correspondiente a las estrategias de aprendizaje,
    ha sido designada, atinadamente por J. I. Pozo (1999), como "el
    tema estrella de la psicopedagogía actual" (referido por
    M. T. Moreno, 2001, pág. 2).

    Son instrumentos, recursos,
    herramientas
    de la actividad intelectual, de utilidad
    considerable para aprender. Secuencias integradas de
    procedimientos escogidos con un determinado
    propósito.

    ¿Qué son los estilos y qué
    relación guardan con las estrategias?

    Estilo cognitivo: Es una categoría
    más general que se refiere al modo peculiar en que los
    sujetos reciben, analizan y estructuran mentalmente los
    estímulos para comprender mejor su entorno (Luis Bravo,
    1991, pág. 105-111).

    Indica las características de los sujetos para
    abordar el procesamiento de la información, el modo en que un individuo
    elabora y transforma el estímulo para lograr una
    información relevante y duradera (S. Blackman, M.
    Goldstein, referidos por L. Bravo, 1991, pág.
    105).

    Los estilos cognitivos son modos relativamente estables
    con los cuales un individuo percibe, conceptualiza y organiza la
    información de que dispone (M. Wittrock, referido por L.
    Bravo, 1991, pág. 105) ).

    Son los modos de pensamiento
    que utilizamos cotidianamente en diversas situaciones (Rosa
    María Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
    pág. 99).

    El estilo cognitivo, intelectual o de pensamiento se
    emplea para estudiar las diferencias individuales respecto a la
    percepción, la
    personalidad, el procesamiento y la estructuración de
    la información (Witkin, Oltman, Raskin y Kar; referidos
    por R. M. Hervás en M. D. Prieto, 1997,
    págs. 105-106).

    Indica los modos de funcionamiento mental (mecanismos
    intelectuales)
    que diferencian a los sujetos por su modo prevalente de percibir
    el medio, procesar información, pensar, resolver problemas,
    enseñar, aprender o actuar (Saturnino de la Torre, 1993,
    pág. 277).

    S. de la Torre considera el estilo cognitivo como el
    conjunto de estrategias típicas del sujeto para procesar
    la información. L. Bravo también identifica la
    diversidad de estilos con las estrategias cognitivas
    intelectuales, los que determinan el aprendizaje escolar al hacer
    que cada aprendiz procese de manera diferente el material
    docente, lo que explica las diferencias en el rendimiento, la
    superdotación y las dificultades para aprender (Saturnino
    de la Torre, 1993, pág. 277 y Luis Bravo, 1991,
    pág. 105).

    Como señala con acierto L. Bravo, "el estudio del
    estilo cognitivo tiende a relacionar los modos de pensar con las
    maneras de aprender. El modo de pensar podría dar una
    explicación de por qué muchos niños
    no aprenden a pesar de utilizarse una metodología correcta o que los objetivos del
    curso estén bien determinados" (Luis Bravo, 1991,
    pág. 106).

    Se ha determinado que las diferencias individuales en
    los estilos cognitivos
    guardan relación
    con:

    • La manera cómo el sujeto procesa
      cerebralmente la información.
    • Las experiencias de aprendizaje previas
      (¿Estrategias y estilos instruccionales?).
    • Las condiciones socioeconómicas y culturales
      en que se desenvuelve el escolar y que impactan su
      aprendizaje.
    • Los estilos educativos familiares (en especial, de
      las madres): verbales no verbales, autoritarios reflexivos,
      permisivos controladores.

    El estilo de aprendizaje es una variante del
    estilo cognitivo aplicado al proceso de aprender. Es el modo o
    tendencia prevalente del discente para recoger
    información, organizarla, recordarla, realizar tareas,
    estudiar o responder (Saturnino de la Torre, 1993, pág.
    277).

    El estilo docente, de enseñanza o
    instruccional, alude al modo de enseñar o tendencia
    prevalente del docente al planificar, ejecutar y evaluar la
    acción
    formativa (S. de la Torre, ibidem). Ejemplos:
    analítico>
    < globalizador,
    reproductor >
    <
    innovador.

    El estilo instruccional se refiere al modo que tiene el
    profesor para enseñar, incluyendo las condiciones sobre
    las que se fundamenta su instrucción, áreas de
    interés, modos de enseñar y creencias sobre la
    influencia o no que tienen los métodos en
    el rendimiento (Myers-Myers, Gregorc, Canfield y Canfield;
    referidos por R. M. Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
    págs. 99-100).

    Se entiende como estilo de aprendizaje al "modo
    distintivo y habitual de adquirir conocimientos, habilidades y
    actitudes a
    través del estudio o la experiencia" (Sadler-Smith, 1996;
    referido por M. C. García y cols., s/a, pág. 4).
    Aunque el estilo de aprendizaje se considera relativamente
    estable puede variar, evolucionar, mejorarse y
    optimizarse.

    ¿Qué relación existe entre
    estrategias y estilos?

    1. Como hemos visto, algunos autores identifican estos
      términos (S. de la Torre, 1993, pág. 277 y L.
      Bravo, 1991, pág. 105).
    2. El estilo consiste en la consolidación de
      estrategias alternativas que le permiten al sujeto
      opcionalmente aplicarlas de acuerdo con las exigencias de cada
      contexto (Batenson, referido por A. Gayle y S. Guerra,
      2001, pág. 3).
    3. El estilo de aprendizaje es la disposición por
      parte del alumno para adoptar determinada estrategia
      cuando se enfrenta a un conjunto de actividades o a la
      solución de un problema (Myers-Myers, Gregorc, Canfield
      y Canfield; referidos por R. M. Hervás, en M. D.
      Prieto, 1997, págs. 99-100)).
    4. Es la predisposición por parte de los alumnos
      a adoptar una estrategia de aprendizaje particular, con
      independencia de las demandas específicas
      de la tarea en cuestión (Schmeck, referido por A. Gayle
      y S. Guerra, 2001, pág. 3).
    5. El estilo de aprendizaje es la forma en que se
      organizan las estrategias y son utilizadas por un sujeto de
      manera preferente. (Manuel Esteban Fuensanta,
      ibidem).

    Para concluir el análisis anterior, me parece importante
    ofrecer la consideración de que el estilo de aprendizaje
    es una categoría integradora que caracteriza la manera en
    que cada alumno, como sujeto particular, afronta y resuelve las
    tareas de aprendizaje.

    El estilo de aprendizaje determina

    • La tendencia del alumno a seleccionar y utilizar
      determinadas estrategias para aprender.
    • La preferencia de ciertas estrategias respecto a
      otras.
    • El modo de operar con las estrategias por el
      aprendiz.

    Usted puede tomar apuntes, confeccionar
    resúmenes, preparar una entrevista o
    planear una clase.
    Obviamente, las estrategias serán diferentes en cada caso.
    Sin embargo, en su accionar para cumplir con estas tareas,
    aflorarán sus estilos propios. Por ejemplo: interno o
    externo, global o analítico, reproductivo o innovador,
    impulsivo o reflexivo, activo o pasivo.

    En el contexto educativo, el estilo intelectual del
    profesor (instruccional-intelectual) posee un papel relevante en
    la determinación de la eficacia del
    aprendizaje. El estilo de aprendizaje de cada educando debe ser
    tomado en cuenta para ofrecer a este estrategias instruccionales
    acordes al mismo. El profesor debe brindar una enseñanza
    que se adapte a los estilos de los estudiantes.

    Una enseñanza que tome en consideración
    las características de los alumnos (personalizada,
    diferenciada, individualizada), debe considerar como variable
    relevante el estilo intelectual de profesores y alumnos.
    Así, señala Rosa María Hervás: "La
    adaptación de los estilos y métodos instruccionales
    a las características cognitivas de los estudiantes
    conlleva una atención a la diversidad que se supone afecta
    al proceso enseñanza-aprendizaje del alumno y que se
    manifiesta tanto en su satisfacción con el tipo de
    enseñanza que recibe como con los logros conseguidos" (R.
    M. Hervás, en M. D. Prieto, 1997, pág.
    99).

    Así, la instrucción idónea para un
    estilo de aprendizaje, no lo es tanto para el otro. Esto
    constituye un reto grandísimo, para nosotros los
    profesores, en cuanto a la capacitación que requerimos para un
    desempeño profesional óptimo. Las
    preferencias instruccionales existen y los logros
    académicos son superiores cuando coinciden estilo de
    aprendizaje y de instrucción.

    Por ejemplo, valdría la pena preguntarse por
    qué, si todos sabemos la importancia del
    protagonìsmo estudiantil, la importancia de la postura
    activa del sujeto cognoscente para el aprendizaje, los docentes
    en muchos casos seguimos centrados en llevar la voz cantante en
    el proceso pedagógico, en dirigirlo todo, en monologar.
    ¿No será que las personas que escogemos el
    magisterio tenemos determinados estilos, que nos gusta mucho
    oírnos, que somos un poco autoritarios y limitamos el
    espacio y la creación del alumnado? Sería
    interesante reflexionar al respecto.

    Si un alumno es consciente de su propio estilo, esto
    hace que pueda tratar de mejorar o intentar optimizar aquellos
    estilos en los que su preferencia es baja (sobre la base de que
    la estabilidad de los estilos no significa la imposibilidad de
    cambio. Los
    estilos se pueden aprender y cambiar, en dependencia de las
    condiciones ambientales en que se desenvuelve la actividad de
    cada sujeto, particularmente las situaciones
    educativas.

    Es tarea del profesor ayudar a que los alumnos tengan en
    cuenta las disposiciones individuales hacia el aprendizaje que
    diagnostican los estilos y desarrollen sus puntos fuertes y
    superen los débiles.

    El estilo de un centro educativo incide en el de sus
    alumnos, de la misma manera en que un tipo de trabajo
    produce cambios y adaptaciones en el estilo de quien lo
    desempeña.

    Los alumnos talentosos o superdotados son, como
    tendencia, más legislativos, judiciales y globales que los
    no talentosos. Además, manifiestan preferencia por un
    estilo de aprendizaje perceptivo-táctil y en movimiento,
    con tareas poco estructuradas que les permitan planificar su
    aprendizaje. Son persistentes en el trabajo,
    tienen una alta motivación
    intrínseca y aprenden mejor individualmente.

    En cambio, los educandos con bajo rendimiento tienden a
    ser perceptivamente dependientes del medio, menos reflexivos,
    críticos y originales y más pasivos ante el
    aprendizaje. En ellos se aprecia una mayor impulsividad, en
    contraste con la reflexividad predominante del discente con
    aprendizaje normal Esta impulsividad aparece relacionada con una
    disminución de la atención (distractilidad). La
    menor atención a estímulos verbales repercute
    negativamente en la asimilación del material escolar.
    Estos alumnos abordan las tareas de aprendizaje de modo
    desorganizado y pasivo ("aprendedor inactivo").Como consecuencia
    de carecer de una postura activa, no utilizan adecuadamente su
    experiencia del fracaso-error para adquirir nuevas estrategias de
    aprendizaje.

    Las instituciones
    educativas deben potenciar no solo estilos en los alumnos
    útiles y funcionales para el presente, sino también
    necesarios para el futuro. Nos quejamos a menudo de que nuestros
    alumnos no crean, no innovan, pero sin embargo, es muy frecuente
    que los docentes prefieran a los estudiantes que hacen las cosas
    que ellos dicen y como ellos las dicen, les gusta que sigan las
    reglas impuestas y les disgusta que se les cuestione, increpe,
    que se polemice con ellos por considerar que eso afecta su
    imagen, su
    prestigio frente al alumnado. Esto hace que los alumnos nos vean
    autoritarios, hipercríticos, aplastadores de ideas y que
    la
    comunicación en el proceso docente continúe
    siendo prevalentemente unilateral. Sin embargo, como decía
    nuestro singular José Martí,
    "La conferencia es
    monólogo y estamos en tiempos de diálogo
    (J. Martí,
    1975, pág. 16)

    Arturo Gayle y Sonia Guerra reconocen rasgos
    básicos
    en algunas de las definiciones sobre estilos
    de aprendizaje. Entre estos, me parece muy importante
    destacar:

    • El carácter individual personalizado de
      estos estilos.
    • Su carácter estable (a lo que prefiero
      precisar: relativamente estable).
    • El hecho de que estos implican la apropiación
      de estrategias de aprendizaje.
    • Su vínculo con la resolución de tareas
      de aprendizaje.
    • La concreción, a través del estilo, de
      acciones de
      planificación, organización, ejecución y control de
      la actividad por parte del sujeto que aprende (A. Gayle y S.
      Guerra, 2001, pág. 4).

    A lo anterior me parece importante añadir
    que

    • El estilo de aprendizaje indica las preferencias de
      los alumnos en términos de aprendizaje: a qué
      tareas de aprendizaje se inclinan más, qué
      áreas del conocimiento y tipos de actividades les
      resultan más atrayentes, por qué modalidad de
      interacción optan para trabajar
      más cómodamente, qué estrategias
      cognitivas eligen utilizar a los fines del aprendizaje, a
      qué ayudas pedagógicas responden más
      eficientemente.

    No se considera ningún estilo de pensamiento o de
    aprendizaje superior a otro. Todos son distintos y válidos
    para resolver tareas concretas.

    Para los autores antes mencionados, la
    identificación de los estilos de aprendizaje de los
    alumnos, que resulta factible entre los 11-12 años de
    edad, reporta beneficios considerables para los profesores.
    Así, permiten:

    1. Determinar las potencialidades y preferencias para
      aprender de los estudiantes.
    2. Eliminar barreras para el aprendizaje.
    3. Reforzar elementos positivos del estilo y revertir lo
      negativo.
    4. Dotar a los alumnos de estrategias de aprendizaje que
      les ayuden a sacar mejor partido de su forma de
      aprender.
    5. Flexibilizar la atención individual,
      diferenciada y grupal del alumnado.
    6. Hacer las adecuaciones curriculares necesarias (A.
      Gayle y S. Guerra, 2001, pág. 13).

    Existen diferentes tipologías de estilos
    en correspondencia con diferentes modelos
    explicativos de los estilos de
    enseñanza-aprendizaje.

    Así, las clasificaciones han tomado en cuenta los
    siguientes criterios como referentes principales:

    • La dominancia de los hemisferios
      cerebrales.
    • Las preferencias sensoriales para acceder a la
      información.
    • La personalidad
      (relación cognición-personalidad).
    • Las características emocionales del
      sujeto.
    • Las características sociológicas (o
      sociales).
    • Las características fisiológicas (Por
      ejemplo: las preferencias del discente acerca de si comer o no
      durante su actividad de estudio y su rendimiento en una u otra
      condición, las influencias para el aprendizaje de
      trabajar durante la noche o temprano en la
      mañana).
    • Los componentes medioambientales (Por ejemplo: la
      tendencia a optar por un ambiente
      formal e informal para aprender; por un ambiente silencioso o
      sonoro, como pudiera ser el musical).
    • La inteligencia
      ( según la teoría de Sternberg, que analiza la
      analogía entre estilos y gobiernos; referida por Rosa
      Ma. Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
      105-111).

    Algunos ejemplos de tipologías de
    estilos.

    • Según las funciones del
      autogobierno mental
      , se distinguen tres tipos de estilos
      individuales (Sternberg; referido por Rosa Ma. Hervás,
      en M. D. Prieto, 1997, págs.
      107-108).
    1. Estilo legislativo. Atiende a la
      creación, formulación, imaginación y
      planificación de ideas. Al enfrentarse a un problema o
      tarea, las personas con estilo legislativo lo definen,
      seleccionan una estrategia coherente, precisan los recursos
      necesarios para resolverlo y representan mentalmente toda la
      información. Disfrutan creando y planificando la
      solución de problemas. Se sienten cómodos
      produciendo sus propias normas y
      haciendo las cosas a su manera. Prefieren las actividades no
      estructuradas y se interesan por los ejercicios de desarrollo
      libre y las actividades constructivas.
    2. Estilo ejecutivo. Es el "hacedor". El
      discente con este estilo procura hacer su trabajo lo mejor
      posible. Prefiere que se le dé todo planificado, poner
      en práctica las ideas utilizando procedimientos ya
      conocidos. Prefiere seguir las normas, realizar tareas
      estructuradas y con objetivos bien definidos. Además,
      con frecuencia sienten agrado por el trabajo
      cooperativo.
    3. Estilo judicial. Es propio de los
      estudiantes a los que les gusta evaluar reglas y
      procedimientos, disfrutan analizando y juzgando ideas y
      acciones que han emprendido otros, prefieren trabajar con
      problemas cuya solución exige analizar y evaluar
      hechos e ideas. A los alumnos con este estilo les gustan las
      tareas en las que hay que contrastar diferentes puntos de
      vista (la valoración, evaluación y comparación son sus
      fortalezas). Se inclinan a trabajos de tipo analítico,
      realizan con soltura la corrección y control de sus
      propios errores. Son críticos y rigurosos al opinar o
      emitir juicios.
    • Según el ámbito del autogobierno
      mental
      (el contexto, según Sternberg; referido por
      Rosa Ma. Hervás, en M. D. Prieto, 1997,
      págs. 105-111), o según la valoración
      pedagógica o las características emocionales

      (a partir del criterio de Gayle y Guerra, 2001, págs. 8,
      10-11 ), se pueden identificar dos tipos básicos de
      estilos:
    1. Coincide este estilo en gran medida con el
      denominado independiente de campo, que sigue más los
      referentes internos, responde mejor a las motivaciones
      intrínsecas. El alumno con independencia de campo
      tiene capacidad para asumir roles activos;
      desarrolla habilidades de planificación, autocontrol
      y autoevaluación de sus trabajos (aun en ausencia de
      otros). Prefiere desarrollar sus propias estrategias de
      aprendizaje, puede monitorear sus propios objetivos si
      conoce los propósitos de la actividad docente y
      demuestra dominio y
      posibilidades de transferir conocimientos y
      habilidades.

    2. Estilo interno. Es propio de los estudiantes
      reservados, introvertidos, con inclinación hacia
      aquellos problemas cuya solución exige la
      aplicación aislada e individual de la inteligencia.
      Los alumnos con este estilo son menos sensibles desde el
      punto de vista social. Les gusta trabajar solos, prefieren
      aplicar su inteligencia a situaciones, sin el concurso de
      otras personas. Disfrutan trabajando por su cuenta cualquier
      actividad escolar, pero tal vez se sientan incómodos
      cuando tengan que trabajar en grupo, en
      tareas de aprendizaje cooperativo.
    3. Estilo externo. Es propio de los estudiantes
      extrovertidos, que establecen buenas relaciones y son
      socialmente más sensibles. Estos muestran
      interés especial por resolver problemas relacionados
      con el mundo externo y se centran en actividades que
      requieren de trabajo cooperativo, en mantener la amistad y
      en desarrollar relaciones íntimas.

    Este estilo se asemeja al denominado dependiente de
    campo, caracterizado por una mayor sensibilidad a las claves
    externas, preferencia por aprender en grupos y por la
    interacción frecuente con otros compañeros y con
    el profesor. Tienen estos alumnos buenas habilidades sociales,
    siguen las pautas dadas, requieren de instrucciones y ayudas
    constantes externas. Aprenden mejor por motivaciones
    extrínsecas, cuando reciben instrucciones
    explícitas sobre qué estrategias utilizar para
    resolver problemas o tareas y qué tipo de resultados se
    esperan de ellos. Necesitan de constante retroalimentación por parte de otras
    personas.

    • Según la dominancia cerebral, se
      distinguen los siguientes tipos de estilos.

    1. Estilo impulsivo. Los discentes con
      predominancia de este estilo se inclinan a trabajar
      rápidamente, aunque la planificación y control
      de sus estrategias suelen ser insuficientes. Se arriesgan
      para abordar tareas por tanteos, en cascada, sin importarles
      muchas veces los reveses. Su atención suele ser difusa
      y lábil. Aceptan de modo escasamente crítico
      las hipótesis primarias que acuden a su
      mente, no reexaminan posibles soluciones
      ante respuestas incorrectas. Como generalidad suelen alcanzar
      mayor éxito en tareas que reclaman una
      visión de conjunto, utilizan estrategias más
      globales y procesan bloques informativos de más amplio
      espectro. El procesamiento de estos sujetos es más
      difuso y simultáneo.

    La impulsividad aparece relacionada con la
    disminución de la atención y es
    característica de los escolares con dificultades para
    aprender. El estilo "derecho" (denominado así porque se
    vincula a la dominancia del hemisferio derecho) caracteriza a
    los estudiantes que son generalmente globales, que aprenden con
    más facilidad en ambientes informales, escuchando
    música e
    interrumpiendo la tarea con frecuencia para comer o levantarse.
    El hemisferio derecho parece estar más ligado a las
    emociones y
    las habilidades espaciales.

    7) Estilo reflexivo. Los alumnos con este
    estilo tienen mayor capacidad de concentración y una
    atención más mantenida. Son sujetos que
    preguntan, plantean dudas y hacen cuestionamientos. Tienen una
    actitud
    básicamente investigativa, indagadora y metacognitiva.
    Dedican más tiempo al
    examen del modelo y al
    procesamiento de información. Sopesan diferentes
    alternativas posibles antes de accionar. Emplean estrategias
    más analíticas, se benefician con tareas de
    detalles y analizan sistemáticamente todos los datos del
    problema para intentar su solución correcta sin errores
    aparentes. Manejan bloques informativos más
    pequeños.

    El sujeto reflexivo tiende a emplear un estilo
    cognitivo analítico, propio del hemisferio izquierdo.
    Este hemisferio está más asociado a las
    habilidades verbales y a la independencia de campo. Tienen una
    actitud más crítica, original, creativa y divergente
    del modelo escolar.

    • Los anteriores estilos guardan relación con
      los estilos local o analítico (propio de la prevalencia
      del hemisferio izquierdo) y sintético o global (del
      hemisferio derecho). Según Sternberg, estos se refieren
      a los niveles del autogobierno mental. A. Gayle y S.
      Guerra los clasifican así tomando como punto de vista
      el enfoque pedagógico (Rosa Ma. Hervás,
      en M. D. Prieto, 1997, págs. 108-109; Gayle y
      Guerra, 2001, págs. 8, 10-11 ).

    8) Estilo global. Es propio de los alumnos que
    prefieren tratar las cuestiones relativamente amplias y
    abstractas, ignorando con esto los detalles. Les gusta
    conceptuar y trabajar en el mundo de las ideas. Su
    abstracción puede llevarles "a contemplar el bosque,
    pero no siempre los árboles"( Rosa Ma. Hervás,
    en M. D. Prieto, 1997, págs. 108-109). Se sienten
    cómodos resolviendo tareas que requieren considerar una
    obra de gran tamaño (por ejemplo, una teoría
    científica, una novela en su
    integridad o una época histórica), pero tienen
    problemas para trabajar con unidades menores de la misma
    novela, con espacios de tiempo reducidos de un período
    de la historia o
    con parcelas de esa teoría. El estilo global es un
    elemento clave para el pensamiento creativo.

    9) Estilo local. Los sujetos con esta modalidad
    de estilo prefieren tareas que suponen problemas concretos y
    requieren cierto trabajo minucioso, actividades de detalles. El
    local se orienta de forma pragmática, disfruta con
    actividades en las que haya que resolver múltiples
    ejercicios sobre pequeños problemas. Las personas
    locales pueden ser creativas, pero en cosas pequeñas. De
    manera ideal la persona
    creativa debería ser más global que local, aunque
    sin ser totalmente global. Las personas que son muy locales o
    globales son más efectivas si trabajan con alguien que
    les complemente.

    • Se diferencian estilos, según las
      tendencias del autogobierno mental. Según
      Sternberg (referido por Rosa Ma. Hervás, en M. D.
      Prieto, 1997, págs. 110-111), existen dos modos
      fundamentales de afrontar los problemas: flexibilidad (o
      liberalismo)
      y procedimiento
      (o conservadurismo). Estos estilos también han sido
      llamados innovador/ creativo/ divergente Vs reproductivo/
      tradicionalista/ convergente.

    10)Estilo conservador. Es característico
    de aquellos alumnos a quienes les gusta seguir las reglas y
    procedimientos establecidos, minimizar los cambios y rechazar
    en lo posible las situaciones ambiguas. Tales estudiantes
    prefieren la familiaridad en la vida y el trabajo. Su
    inclinación a los modos de hacer establecidos puede
    interferir con las posibilidades de encontrar formas
    creativas.

    11)Estilo liberal. Es propio de los estudiantes
    a quienes gusta ir más allá de los procedimientos
    y reglas existentes, que maximizan los cambios y aceptan las
    situaciones ambiguas. Estos prefieren cierto grado de novedad
    en la vida y el trabajo, disfrutan con las situaciones
    difíciles y riesgosas que exigen de la aplicación
    de procedimientos inusuales. Es un estilo creativo.

    • Se alude a las diferencias del aprendizaje
      según la postura o actitud del aprendiz y
      así se habla de

    12)Estilo activo. Se habla de este estilo
    cuando el sujeto asume una posición activa frente al
    contenido de la materia (al
    percibir, atender, memorizar, etc.). La posición activa
    frente al aprendizaje sería una consecuencia de la
    conciencia
    cognitiva general y de la
    motivación para aprender. Se manifiesta en un
    esfuerzo mantenido y organizado para aprender, la selectividad
    permanente de la información recibida, la
    aplicación de categorías verbales para memorizar
    adecuadamente y una actitud más crítica frente al
    contenido de la materia que debe aprender el alumno. Los
    alumnos con estilo activo son curiosos, indagadores, con
    iniciativas, formuladores de hipótesis.

    13)Estilo pasivo. El estudiante con este estilo
    es un "aprendedor inactivo", que no utiliza atinadamente su
    experiencia del fracaso-error para adquirir nuevas estrategias
    de aprendizaje. Son apáticos, retraídos, poco
    comprometidos con sus aprendizajes. Las dificultades para
    aprender de estos discentes, son evidentes.

    • Según las preferencias sensoriales (o
      sistemas representativos dominantes) en los alumnos se
      distinguen:

    14)Estilo visual. Los alumnos con prevalencia
    de este sistema representativo entienden mejor las
    órdenes si se les dice y les son mostradas. Miran
    atentamente a su interlocutor, siguen con los ojos a su maestro
    mientras se mueve. Recuerdan mejor la información
    obtenida a través de una fuente visual, consideran
    detalles y son muy refinados en la presentación escrita
    de materiales.
    Su producción oral tiende a ser más
    limitada. Utilizan repertorios de palabras que evidencian su
    preferencia por la información que llega por un canal
    visual (por ejemplo: "tienes una apariencia brillante", "me
    gusta cómo me veo", "lo que más llama la
    atención es el contraste de colores", "se
    observan con toda nitidez tales detalles",etc.).

    15)Estilo auditivo. Los alumnos en los que
    predomina este estilo pueden ser mediocres al escribir pero son
    brillantes en la obra oral. Saben escuchar, charlan, murmuran,
    son buenos contadores de historias, anécdotas y relatos.
    Son considerados estudiantes agradables y líderes de
    grupos. Retienen y reproducen mejor la información que
    recepcionan por la vía auditiva, por lo que pueden
    memorizar relativamente bien si repiten en voz alta el
    contenido del material de estudios. Utilizan verbalizaciones
    que evidencian su predilección por el canal auditivo
    (así, "me sorprende escuchar eso", "se oye bonito", "es
    un problema agudo", "habla con un tono agradable").

    16)Estilo kinestésico. Los sujetos con
    este estilo prefieren hacer para aprender, moverse y vivenciar
    las cosas. Se favorecen con experiencias que los comprometen.
    Son sensibles, imaginativos y vivenciales. Utilizan
    movimientos, rutinas rítmicas o poner las manos en el
    trabajo para aprender. Este estilo generalmente integra las
    "bondades" de los estilos táctil, cinestésico,
    olfativo y gustativo, aunque algunos autores diferencian estas
    cuatro modalidades de estilos. En su repertorio verbal emplean
    frases que denotan su predilección por estos sistemas de
    representaciones (por ejemplo: "su piel es
    suave como terciopelo", "eres áspero como un tronco",
    "me huele mal la demora en la toma de esa decisión", "lo
    que más siento es su ausencia").

    • Por último quisiera aludir a aquella
      tipología de estilos que guarda relación con
      la personalida
      d y vincula esta a la
      cognición. Según esta tipología,
      los educandos aprenden mejor si enfatizan en la
      aplicación práctica de las ideas
      (experimentación activa), en las teorías abstractas
      (conceptualización abstracta), en la experiencia
      concreta (sensibles) o en la observación reflexiva (reflexivos).
      Partiendo de estos indicadores,
      Kolb, Rubin y Osland (referidos por María del C.
      García, s/a, pág. 6) consideraron los siguientes
      estilos:

    17)Estilo convergente. Funciona mejor donde la
    deducción conduce a la respuesta
    correcta. Hace énfasis en la aplicación
    práctica de las ideas, la toma de
    decisiones y la resolución de problemas. Los sujetos
    con este estilo prefieren situaciones no emotivas, tales como
    tareas técnicas
    en lugar de tareas sociales e impersonales.

    18)Estilo divergente. El énfasis en los
    discentes con este estilo está en la imaginación.
    Son capaces de analizar situaciones concretas desde todos los
    ángulos y percibir relaciones. Generan alternativas con
    facilidad y les resulta cómodo utilizar la
    imaginación y los sentimientos.

    19)Estilo asimilador. Los alumnos con este
    estilo agrupan las observaciones dentro de las explicaciones
    integradas y modelos teóricos. El énfasis radica
    en las ideas, conceptos y teorías abstractas, con menor
    interés en el valor
    práctico.

    20)Estilo acomodador. Enfatiza en la
    realización de tareas, la implementación de
    planes y la involucración en situaciones nuevas. Es un
    estilo orientado hacia la acción, que implica riesgos y la
    búsqueda de oportunidades. Los alumnos con este estilo
    tienen tendencia a la intuición y al empleo de
    métodos para la resolución de problemas de
    "ensayo y
    error". Son capaces de ajustarse rápidamente al
    cambio.

    Rasgos de los
    estilos de aprendizaje

    La importancia de combinar en equipos de
    trabajo diferentes tipos de estilos de cognición
    enriquece el trabajo intelectual del alumnado y resulta
    extraordinaria desde el ángulo del aprendizaje. De igual
    manera, resulta particularmente valioso para el docente, la
    asimilación de nuevos estilos cognitivos o algunas de sus
    facetas, de modo tal que se favorezca por este la
    dirección del aprendizaje escolar.

    Con el fin de identificar los estilos de
    cognición de docentes y discentes y particularmente los
    estilos para enseñar y aprender, se sugiere la
    aplicación de instrumentos especializados como los
    siguientes:

    • Inventario de estilos intelectuales del alumno (F.
      Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
      Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
      113-114).
    • Cuestionario de estilos de los profesores (F.
      Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
      Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
      114-115).
    • Cuestionario de profesores sobre alumnos (F.
      Martínez Moreno, 1996; (referido por Rosa Ma.
      Hervás, en M. D. Prieto, 1997, pág.
      115).
    • Cuestionario de estilos de los alumnos en
      relación con el desarrollo de tareas abiertas (F.
      Martínez Moreno, 1996; referido por Rosa Ma.
      Hervás, en M. D. Prieto, 1997, págs.
      116-117).
    • Midiendo tu estilo de aprendizaje (tipo escala,
      Honey y Mumford, 1992; referida por María del C.
      García y cols., s/a, págs. 6-7).
    • Test para evaluar el potencial comunicativo y
      adaptación infantil (L. Ribeiro, 1999; S. Colunga y
      otros, 1999).
    • Inventario de estilos de aprendizaje de D. A. Kolb
      (D. A. Kolb , revisión de 1985)..
    • Técnica "Cómo aprender mejor" (S.
      Colunga, 2000, pág. 178).

    BIBLIOGRAFÍA

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    dificultades de aprendizaje. En Psicología de las
    dificultades del aprendizaje escolar. Ed. Universitaria,
    Santiago de Chile, 1991, páginas 105-111.

    Colunga, Silvia. Intervención educativa
    destinada al incremento de la autoestima
    de escolares con dificultades para aprender. Tesis de Doctorado
    en Ciencias
    Pedagógicas. Universidad
    de Camagüey, 2000, 118 páginas.

    Colunga, Silvia y otros. Potencial comunicativo,
    técnicas de imaginería mental e incremento de la
    autoestima en escolares con dificultades para aprender".
    En Actas II, VI Simposio
    Internacional de Comunicación
    Social, Santiago de Cuba, enero
    de 1999, páginas 896-899.

    De la Torre, Saturnino. Glosario de
    términos. En Didáctica y Currículo. Dykinson, S. L., Madrid,
    1993, páginas 271-280.

    García, María del C. y colaboradores.
    Concepción de una estrategia didáctica que considere los estilos de
    aprendizaje. Instituto Superior Pedagógico de
    Holguín (en soporte electrónico).

    Gayle, Arturo y Sonia Guerra. El estilo de
    aprendizaje, un espacio para el ajuste de la respuesta
    pedagógica, la modificación y el crecimiento
    personal.
    Conferencia en soporte electrónico.

    Hervás, Rosa María. Estilos
    instruccionales y de aprendizaje como variables de
    atención a la diversidad del superdotado. En
    Identificación, Evaluación y Atención a la
    Diversidad del Superdotado/ María Dolores Prieto
    (Coordinadora), Ediciones Aljibe, Málaga, España,
    1997.

    Kolb, David A. Inventario de
    los Estilos de Aprendizaje, Copyright 1981, revisión de
    1985, McBer and Company.

    Martí, José. Obras Completas, Tomo II,
    Editorial de Ciencias
    Sociales, La Habana, 1975.

    Monereo, Carlos. Estrategias de enseñanza y
    aprendizaje, Editorial Graó, Barcelona, 1995.

    Moreno Valdés, María Teresa. Estrategias
    de aprendizaje en niños con necesidades educativas
    especiales. Ponencia presentada en IX Conferencia
    Científica Latinoamericana de Educación Especial, La Habana,
    2000.

    Nisbet, John y Janet Shucksmith. Estrategias de
    aprendizaje. Santillana, Aula XXI, España,
    1987.

    O`Connor, J. y J. Seymour. Introducción a la Programación
    Neurolingüística. Ediciones Urano, Barcelona,
    1995.

    Ribeiro, Lair. La comunicación eficaz. Ediciones Urano,
    España, 1994.

    UNAM. Laboratorio
    de Desarrollo Cognitivo e Innovación tecnológica. Inventario
    de Estilos de Aprendizaje y Orientación Motivacional.
    Postgrado de la Facultad de Psicología (en soporte
    electrónico).

    Autores de este trabajo:

    Dra. C. Silvia Colunga Santos

    Profesora Titular e Investigadora del Centro de Estudios
    de Ciencias de la
    Educación "Enrique José Varona" de la
    Universidad de Camagüey, Cuba.

    Dr. C. Jorge García Ruiz

    Profesor Auxiliar. Decano de la Facultad de Profesores
    Generales Integrales de
    Secundaria Básica. Instituto Superior Pedagógico
    "José Martí" de Camagüey, Cuba.

    jorgegarciaruiz[arroba]yahoo.com

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