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Las herramientas del investigador y los sistemas de investigación




Enviado por jaimelchor



Partes: 1, 2

    1. La estructura de la
      teoría
    2. Paradigmas y sistemas de
      investigación
    3. Resultados
    4. Fuentes de
      información

    Presentación

    Desde el inicio de su gestión, el actual gobierno federal
    mexicano ha trabajado en un proceso de
    regulación del crecimiento de la matrícula de las
    instituciones
    educativas oficiales que ofrecen programas de
    licenciatura y de posgrado. Aunque se dice que se trata de un
    proceso de apoyo a todas aquellas instituciones que destaquen en
    su actividad académica y de investigación, resulta obvia la inequidad
    que subyace en la forma en que se pretende medir el rendimiento
    de las instituciones situadas, por ejemplo, en la región
    Sur-Sureste de nuestro país, en las cuales se ha dado una
    desatención recurrente en cuanto a los recursos
    asignados para la educación de los
    niveles de referencia.

    En el año 2004, por ejemplo, las instituciones
    educativas ubicadas en la provincia mexicana, se encuentran, como
    ha sucedido históricamente, en desventaja con
    relación a las instituciones situadas en las regiones
    Centro y Norte de la misma República Mexicana.

    La pretensión del gobierno federal de medir el
    rendimiento que han tenido las instituciones educativas de nivel
    superior y de posgrado en México con
    los mismos parámetros se justifica, en el discurso, por
    la necesidad de racionalizar y distribuir objetivamente
    los recursos financieros federales para el fortalecimiento, sobre
    todo, de los programas de posgrado.

    Puede entenderse que, en ese proceso, está la
    intención de establecer claramente las posibilidades de
    que las instituciones que están ubicadas en la
    región Sur-Sureste de nuestro país destaquen de la
    misma forma en que lo han hecho las que están situadas en
    otras regiones más desarrolladas del país,
    pero se olvida que las instituciones que están ubicadas en
    las zonas menos desarrolladas, disponen, por esa razón, de
    menos apoyos financieros destinados a los programas de
    licenciatura, de posgrado y a la investigación. Sin
    embargo, por todos es conocido que las instituciones de educación
    superior y de posgrado ubicadas en la provincia mexicana
    sobreviven no solamente con restricciones presupuestales que no
    padecen otras instituciones situadas en la Capital del
    País o en las grandes ciudades del mismo.

    Éstas últimas, por el tamaño de su
    matrícula y por las relaciones que sus directivos
    sostienen con los grupos de
    poder
    político y económico, no solamente tienen mayores
    posibilidades de obtener más apoyos para la docencia y
    para la investigación, sino que, además, tienen la
    posibilidad de contar con la presencia permanente de
    investigadores destacados que prefieren ubicarse en las grandes
    capitales por las facilidades que encuentran para el desarrollo de
    su trabajo.

    Exigirle a las instituciones de educación superior y
    de posgrado, ubicadas en la provincia mexicana, que se ajusten a
    los mismos parámetros con las que se mide a las
    instituciones más desarrolladas del país, es, a
    todas luces, una inequidad más. Como si lo anterior fuese
    poco, en el proyecto del
    presupuesto
    correspondiente al año 2005, el Gobierno Federal pretende
    disminuir la cuota asignada a las instituciones de
    educación superior del país. De esta forma
    ¿a dónde vamos a parar con gobernantes que no
    alcanzar a entender la importancia de la Ciencia y de
    la investigación?

    En estas circunstancias nos parece que es oportuno
    reflexionar acerca de las categorías, consideradas como
    las herramientas que usan los investigadores y de los sistemas de
    investigación que se utilizan en las instituciones
    educativas. Así mismo, consideramos que es relevante
    reflexionar acerca de la forma en que se realiza la
    investigación en la provincia mexicana y la manera en que
    se redactan las tesis de
    grado. Desde luego que esto no quiere decir que dejemos de
    cuestionar al Gobierno Federal acerca del trato desigual se da a
    las instituciones educativas públicas de la provincia de
    nuestro país.

    Palabras clave: Epistemología, investigación,
    teoría.

    1. La estructura de
    la teoría

    Aunque hay una multitud de definiciones acerca de ella,
    la que establece que la teoría es un entramado
    categórico-conceptual que expresa una concepción de
    lo que es el ser y la realidad, así como la manera de
    plantearse su conocimiento y
    los fines que desean alcanzarse es una de las más
    completas. (Covarrubias, 1999b, p.16.)

    La teoría es producto del
    ser pensante y la validez de ella se establece por la coherencia
    lógica
    con la cual se expresa, por la capacidad explicativa de los
    referentes de la realidad y por la consistencia de lo que se dice
    acerca de un fenómeno y lo que éste es
    (Covarrubias, 1995b, p. 130.) La teoría es consecuencia de
    la aplicación del modo teórico de
    apropiación de lo real que se realiza usando como medio de
    conocimiento a la razón y puede expresarse en forma de
    ciencia o de filosofía, si bien, en términos
    originarios, proviene directamente del modo empírico o del
    mágico/religioso (Covarrubias, 1999b, p. 18.)

    La teoría surge cuando un determinado conjunto de
    observables ha sido constituido en categorías y conceptos
    y la articulación entre ellos, su lógica, ha sido
    descubierta (Covarrubias, 1995b, p. 132.) y no, necesariamente,
    cuando se han comprobado hipótesis, con información primaria de carácter cuantitativo, recopilada y no
    generada, en el proceso de investigación, como
    muchos investigadores lo consideran. Para teorizar es necesario
    que se conozca:

    a) la forma en que se estructura la
    teoría,

    b) las formas que puede asumir la conciencia,

    c) las distintas maneras de apropiación de lo
    real,

    d) la incidencia de los referentes ateóricos en
    el sujeto constructor de conocimiento teórico y

    e) los aspectos onto-epistemológicos y
    teleológicos presentes en quien teoriza.

    Sin embargo, lejos de considerar a los referentes
    ateóricos como algo indeseable en la conciencia del
    teórico o como un obstáculo epistemológico,
    en el sentido en que lo menciona Bachelard, ellos pueden ser
    mecanismos de percepción
    de nuevas formas y contenidos de los procesos
    reales no considerados por la teoría, hasta ese momento
    (Covarrubias, 1999b, p. 22; Vid, Bachelard, 1993.) En
    torno a la
    teoría pueden destacarse los aspectos siguientes: Es
    necesario usar la teoría de manera crítica.

    En este sentido, Zemelman plantea que la
    teorización implica no sólo dificultades en
    sí misma sino que también la necesidad de optar por
    una u otra disyuntiva en lo que se refiere a la construcción del conocimiento: frente a la
    explicación hipotético-deductiva, el razonamiento
    crítico-aprehensivo; 2) frente a la
    acumulación teórica, la exigencia de
    especificación
    ; 3) frente a la exigencia de
    correspondencia con la realidad o prueba, la lógica de
    construcción del objeto
    ; 4) frente al enfoque definido
    por el ciclo dado o el producto cristalizado reconstructivo,
    el razonar desde lo potencial (apertura,
    indeterminación) (Zemelman, 1992a, p. 172.)

    Las teorías
    no son mejores ni, desde luego, peores; pueden ser
    abstractas o concretas, vigentes o desfasadas. Cuando se afirma
    que la teoría puede ser abstracta o concreta y de que la
    que la teoría o es concreta o no es teoría
    (Covarrubias, 1998, p. 8; Hegel, 1996, p.
    29) pareciera que hay inconsistencia. Sin embargo, la
    teoría abstracta, paradójicamente, es concreta y
    está referida a aspectos generales del
    conocimiento. Las teorías se desfasan y, de esta manera,
    por más importante y documentado que pudiera llegar a ser
    un discurso sustantivo, se desfasa por el cambio o
    transformación de la realidad que se explica. Sin embargo,
    el desfase, total o parcial, de la teoría no siempre es
    percibido como tal por quienes las utilizan, sobre todo si con
    ellas se forman marcos teóricos.

    Una teoría presenta un desfase total cuando la
    explicación dada acerca de un fenómeno de la
    realidad y las categorías que se utilizaron para ella ya
    no permiten el
    conocimiento actualizado ni la construcción de lo que
    quiere conocerse. El desfase parcial, en cambio, se presenta
    cuando, con el contenido del discurso, no puede explicarse la
    realidad a la que se alude, sin embargo las categorías con
    las cuales se construyó ese discurso pueden seguir siendo
    utilizadas como tales para explicar la nueva realidad. De hecho,
    los andamiajes categoriales pueden permanecer vigentes durante
    lapsos mayores (Covarrubias, 1995b, pp. 143-150.)

    Percatarse que una teoría ha perdido vigencia de
    manera parcial o total no es una cuestión simple o que
    pueda aprenderse de forma directa en los libros: se
    requiere que el sujeto tenga una sólida formación
    teórica para que pueda entender las categorías que
    se utilizan para la explicación de un
    fenómeno.

    Se teoriza el presente, con las categorías del
    pasado, no el futuro como algunos lo consideran. La teoría
    asume dos modalidades: filosofía y ciencia (Covarrubias,
    1998, p. 8.) El proceso de teorización permite,
    también, percatarse del desfase de la teoría. En
    este sentido, Hegel lo expresó con los siguientes
    términos: La filosofía que ha de refutar a la tuya
    no tardará en presentarse, lo mismo que les ha ocurrido a
    las otras (Hegel, 1996, p. 23.)

    Actualmente, puede considerarse que la teoría
    tiene una estructura formada por cuatro componentes:
    categorías, conceptos, andamiaje y entramado.

    1.1. Categorías y conceptos

    En la mayoría de las instituciones educativas, la
    investigación se realiza encuadrada en un pensamiento
    hipotético-deductivo en el cual las categorías que
    orientan el proceso son las de causa-efecto, que Kant
    destacó (Kant, 1991, p. XXXIX) o la de experimento y
    prueba y no las de lo posible o lo
    nuevo, tal como fue advertido por Bloch (Zemelman,
    1992a, p. 57.)

    Además, algunos investigadores llaman
    categoría a cualquier clasificación. Id est,
    dicen que la categoría de género
    utilizada fue separada en: masculino, femenino; que la
    categoría salarial fue presentada como: alta, media y
    baja. O, como dice Merton: "Se pidió a los trabajadores
    que llevaran un registro de
    cómo distribuían su tiempo entre
    categorías como horas de trabajo, deberes caseros,
    necesidades fisiológicas… y 'trabajo social
    útil'."(Merton, 1992, p. 86.)

    Ordinariamente, las categorías, siendo
    herramientas de la razón, se toman como concretos reales
    sin que sean así. Desde este punto de vista, en
    múltiples ocasiones, en los procesos cotidianos o de
    investigación se percibe una identidad
    entre el pensamiento de un concreto y el
    concreto mismo; entre las categorías que pueden dar cuenta
    de ese concreto y el concreto en sí.

    Aunque no todos los teóricos son
    explícitos para señalar las categorías que
    utilizan en sus explicaciones, los seguidores de Coll proponen
    tres categorías para analizar los procesos constructivos
    de conocimiento: experiencia, herencia y
    maduración (Hidalgo, 1993, p. 10.) Ausubel, otro
    teórico de la educación, considera que existe una
    teoría de la asimilación. Si así fuera, las
    categorías que formarían la teoría de la
    asimilación podrían ser: 1. La inclusión, 2.
    El aprendizaje
    superordinado, 3. La diferenciación progresiva, 4. El
    aprendizaje
    combinatorio, 5. La reconciliación integrativa de
    conceptos y proposiciones, 6. el aprendizaje por habilidades y 7.
    La
    organización secuencial de ideas, sin embargo, los
    teóricos no tienen claridad en ese aspecto ni las utilizan
    con ese carácter: algunas de esas categorías son
    confundidas con principios
    (Ausubel, 1983, pp. 6, 21 y 323), pero el mismo Ausubel confunde
    a las categorías con las variables y
    expresa que una manera obvia de clasificar a las variables del
    aprendizaje consiste en dividirlas en categorías
    interpersonales (factores internos del alumno) y situacionales
    (factores de la situación de aprendizaje.) La
    categoría de los factores internos, dice, incluye las
    variables correspondientes a la Estructura cognoscitiva y a la
    disposición del desarrollo (Ausubel, 1983, p.
    39.)

    Muchos de los investigadores, cuando menos del medio
    oaxaqueño, desconocen que las categorías son las
    herramientas con las cuales la conciencia teorizante puede
    apropiarse de lo real.

    Las categorías han sido consideradas como un
    constructo de pensamiento que, utilizadas como herramienta,
    permiten el conocimiento de lo real. Actualmente disponemos de
    una gran cantidad de categorías, sin embargo, si no se
    tuvieran algunas de ellas para explicar un fenómeno
    social, tendrían que construirse, pero no de una manera
    arbitraria o caprichosa, sino mediante la articulación de
    elementos provenientes de los modos de apropiación de lo
    real (Covarrubias, 1995a, pp. 131-132.)

    Las categorías se engendran en momentos
    históricos en los que otras han alcanzado su
    concreción y algunas de ellas pueden llegar a su
    plenitud en momentos posteriores en que otras declinaron. Id
    est,
    las categorías simples alcanzan su
    concreción en sociedades
    complejas, mientras que la categoría más concreta
    se hallaba plenamente desarrollada en una forma de sociedad
    menos avanzada (Marx, 1984, p.
    53; Covarrubias, 1995a, p. 255.)

    En este sentido, Marx, expresó: no me cabe el
    mérito de haber descubierto la existencia de las clases
    en la sociedad moderna, ni la lucha entre ellas. Mucho antes
    que yo, algunos historiadores burgueses habían expuesto
    ya el desarrollo histórico de esta lucha de clases y
    algunos economistas burgueses, la anatomía
    económica de éstas. Lo que yo he aportado de
    nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases
    sólo va unida a determinadas fases históricas del
    desarrollo de la producción 2) que la lucha de clases
    conduce, necesariamente, a la dictadura
    del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por
    sí más que el tránsito hacia la
    abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin
    clases (Marx, 1971, p. 542.)

    En la teorización, las categorías son
    usadas para conocer un objeto y para explicar lo que ese objeto
    es. En el primer caso, las categorías se usan de manera
    epistemológica y, en el segundo, de manera ontologizadora
    (Covarrubias, 1995b, p. 135.)

    En el paradigma de
    investigación denominado dialéctico-crítico,
    las categorías están presentes desde el momento de
    la elaboración de un proyecto de
    investigación, como concepción del objeto y
    como método de
    apropiación; después están presentes en la
    determinación de las tareas cognoscitivas, en su
    ejecución y en la interpretación de los fenómenos
    observados. De esta manera, la espiral en que el pensamiento va
    apropiándose paulatinamente de lo real tiene su base en un
    juego
    contradictorio entre lo sabido y lo descubierto, contrastando en
    cada momento los entramados conceptuales y categoriales con lo
    percibido y entablando un diálogo
    permanente entre ellos (Covarrubias, 1995a, pp. 262-263.) En ese
    mismo sentido, Zemelman propone la necesidad de "…dar
    preeminencia a la lógica de construcción y uso de
    categorías sobre el manejo de conceptos teóricos en
    sentido estricto." (Zemelman, 1992a, p. 35.)

    Algunas de las categorías usadas por los
    teóricos de la sociedad son las
    siguientes:

    1. Totalidad. La totalidad, como
      categoría, no es, como pudiera pensarse, la
      reunión de todos los hechos, sino una óptica epistemológica desde la que
      se delimitan los campos de observación de la realidad, los cuales
      permiten reconocer la articulación en la que los hechos
      asumen su significación específica. En este
      sentido, puede hablarse de la totalidad como exigencia
      epistemológica del razonamiento analítico. La
      totalidad cumple la función
      de aclarar el significado del concepto
      <<todo>> en la primera acepción utilizada
      por Popper: <<todas las propiedades o aspectos de una
      cosa>>, pues sirve para definir la base desde la cual
      captar lo inclusivo (o indeterminado) de la
      realidad.

    La totalidad concreta cumple por eso la función
    de ser la estructura pertinente para comprender los hechos
    aislados; aunque, por otra, los hechos son a su vez
    construcciones en función de esa pertinencia. Esto no es
    un círculo vicioso en tanto la totalidad concreta se
    conciba y aplique como criterio de articulación de campos
    de articulación de la realidad. […] la totalidad cumple
    una función gnoseológica importante, no solamente
    como crítica a la división en campos
    disciplinarios, sino como fundamento para influir en la realidad,
    pues no se trata de conocer para determinar posibilidades sino de
    plantearse exigencias de <<hacer>> las posibilidades
    del conocimiento en las cuales apoyarse; conocimiento que pueda a
    su vez, enriquecer o modificar el propio contenido de ese
    <<hacer>>. Por lo mismo, si lo que nos preocupa es
    influir,… y hacerlo con base en la posibilidad determinada por
    el conocimiento, entonces nos enfrentamos a un tipo de
    construcción gnoseológica que atiende, más
    que a las diferencias sustantivas de los contenidos
    disciplinarios y teóricos, a los modos como los distintos
    planos de la realidad se articulan con la totalidad social y
    cómo ellos contribuyen a definir prácticas mediante
    las cuales pueda influirse (Zemelman,1992a, pp. 32, 50 y
    51.)

    Hegel, al referirse a la totalidad, dice que los "hechos
    históricos sólo tienen un relieve, una
    significación, cuando se los pone en relación con
    un algo general y a través de su entronque con ello; tener
    ante los ojos este algo general es, por tanto, comprender la
    significación de los hechos en la Historia." (Hegel, 1996,
    p.12.)

    b) Praxis. Sánchez Vásquez, destaca
    la relación teoría-praxis.
    Expresa: La praxis es reconocida como una de las
    categorías centrales de la teoría marxista. "La
    reivindicación de la praxis, como categoría
    central, se había convertido en una tarea indispensable
    para rescatar la médula marxista de sus envolturas
    ontologizantes." (Sánchez, 1972, p. 11.)

    c) Estado. La categoría Estado permite
    pensar el conjunto de relaciones de poder establecido entre las
    clases
    sociales y sus fracciones (Covarrubias, 1999b, p.
    68.)

    d) Sociedad Civil. La categoría Sociedad Civil
    permite pensar el conjunto de relaciones de producción e
    intercambio sostenidas por los sujetos. En la construcción
    de conocimiento teórico de un proceso concreto, las
    categorías Estado y Sociedad Civil pueden ser empleadas
    para la apropiación de las formas y los contenidos de las
    relaciones de poder establecidas entre la producción y el
    intercambio, sostenidas por los sujetos, operando como medio de
    cognición. Sin embargo, la dualidad
    ontognoseológica de esas categorías,
    frecuentemente, conducen al sujeto teorizante a pensarlas como
    expresión óntica y, por tanto, como existencia en
    sí (Covarrubias, 1999b, p. 68.)

    e) Modo de producción. La categoría
    modos de producción expresa una manera completamente
    distinta de pensar el devenir histórico de aquélla
    que se base en una periodización temporal
    cronométrica (Covarrubias, 1999b, p. 68.) Esta
    categoría (al lado de otras como, fuerzas productivas,
    relaciones sociales de producción, etcétera) es, en
    Marx, una herramienta lógica que permite pensar las
    maneras en las que una sociedad se organiza para generar sus
    satisfactores materiales y
    culturales (Covarrubias, 1999b, p. 50.)

    f) Potencialidad. Dice Zemelman: Pensar la
    realidad en movimiento
    constituye, por una parte, una afirmación de la necesidad
    de apropiarse de sus dinamismos, pero también representa
    una de las mayores dificultades para organizar un razonamiento
    con pretensiones de cientificidad, en la medida en que significa
    enfrentarse con los modos establecidos de razonar la realidad que
    [es] expresión de cánones metodológicos
    establecidos desde hace mucho tiempo… Entre estas nuevas
    categorías destacamos la de potencialidad que implica
    entender cualquier determinación como inacabada, abierta a
    las nuevas realidades, susceptible de enriquecer determinaciones
    establecidas. En consecuencia, entendemos la apropiación
    de los dinamismos de la realidad como el desafío abierto a
    lo vigente y aceptado, no con base en una opción
    teórica o ideológica, sino más bien como
    expresión de un movimiento que se está
    transformando en direcciones… [ignotas]… Es lo que constituye
    la base para problematizar los contenidos organizados, por cuanto
    ninguno puede ser conceptualizado dentro de límites
    concebidos como inamovibles (Zemelman, 1992a, p. 23.)

    g) Modos de apropiación de lo real. Los
    modos de apropiación de lo real son categorías
    mediante las cuales es posible entender y explicar el proceso de
    conocimiento desde un punto de vista filosófico y no
    solamente como lo plantean otros educadores. Por mencionar un
    solo caso, véase a Bloom (Bloom, 1990, pp. 24,
    45-77.)

    Por la observación, podemos percibir que algunos
    investigadores no se percatan que investigan sucesos del pasado,
    los ubican en el presente, creen que esos acontecimientos
    seguirán como tales en el futuro y, en el proceso de
    investigación, subordinan la realidad a la
    aprehensión que de ella realizan, olvidándose que
    en la ciencia se
    trae consigo las categorías construidas en el pasado y se
    ve, a través de ellas, el presente y el futuro
    (Covarrubias, 1995b, p. 53.)

    Las categorías mencionadas, lo mismo que el
    análisis, la síntesis y
    otras más, no son llevadas de manera inmediata al
    pensamiento y, como figuras de este último, pueden no ser
    correspondientes con el concreto real que se alude.

    El uso de categorías puede permitir conocer lo
    que un objeto es, sin embargo, al utilizarlas no se tiene, por
    ese solo hecho, la garantía de lograrlo ya que si se
    pierde el carácter mutante de lo real y el carácter
    histórico de las categorías, se cae
    indefectiblemente en una posición fijista y abstracta de
    ellas (Covarrubias, 1995a, p. 268.)

    En el proceso de teorización no sólo el
    uso de categorías para construir explicaciones de lo real
    es un proceso complejo, sino también lo es la
    identificación de las que están presentes en un
    discurso sustantivo.

    En la teorización, Zemelman recomienda "dar
    preeminencia a la lógica de construcción y uso de
    categorías sobre el manejo de conceptos teóricos en
    sentido estricto." (Zemelman, 1992a, p. 35.)

    Refiriéndonos a los conceptos, puede decirse que
    frecuentemente en las aulas en las cuales se atienden alumnos,
    desde preescolar
    hasta posgrado, se tome como inicio del llamado proceso de
    enseñanza-aprendizaje a los conceptos y, a
    partir de ellos, se propicie un aprendizaje que, la
    mayoría de las veces, es de carácter repetitivo
    (Ausubel, 1983, p. 17.)

    En este sentido, Ausubel y Pozo, teóricos de la
    ecuación, consideran que los conceptos pueden ser
    manipulados, comprendidos, transmitidos e identificados como
    ideas unitarias genéricas o categorías. A su vez,
    los conceptos son definidos como objetos, acontecimientos,
    situaciones o propiedades que poseen atributos de criterio
    comunes y están diseñados en cualquier cultura dada
    mediante algún signo o símbolo aceptado. Afirman
    que casa, triángulo, guerra y
    verdad son algunos de los conceptos culturalmente aceptados.
    Ausubel dice que: a) los conceptos pueden ser representadas por
    símbolos, de la misma manera que otros
    referentes unitarios; b) la realidad objetiva, denotada por un
    concepto, determina en gran medida su utilidad tanto en
    la estructura del conocimiento como en actividades de aprendizaje
    de resolución de problemas y de
    comunicación; c) los tópicos,
    ubicados en el índice de contenido de la mayoría de
    los libros, en ocasiones, también son conceptos. Como
    ejemplos se tienen los siguientes: "Célula-estructura y Función" y
    "Mercantilismo". Ausubel reconoce que, en la
    teoría, la tarea primordial, y excesivamente
    difícil, consiste en identificar los conceptos y
    organizarlos dentro de algún esquema jerárquico o
    relacional (Ausubel, 1983, pp. 53, 86, 87, 89 y 317.)

    Coll, al referirse a los conceptos, afirma que en la
    concepción constructivista se considera a la
    enseñanza como un proceso en el que el alumno, gracias a
    la ayuda que recibe de su profesor,
    puede mostrarse progresivamente competente en varios aspectos,
    entre los que destaca, el empleo de
    conceptos (Coll, 1993, p. 18.) ¡Qué
    problemático resulta para quienes, como Pozo, Ausubel y
    Coll se refieren a la teoría del aprendizaje sin tener
    claridad con respecto a las categorías y los conceptos!
    Merton, por su parte, también confunde a los conceptos con
    las categorías. Merton dice que de los "diferentes
    conceptos empleados por los autores de The American Soldier para
    interpretar sus multiformes materiales, hay uno que ocupa un
    lugar prominente… es el de… privación relativa."
    (Merton, 1992, p. 307.)

    Además, considera que los conceptos: a) son
    variables entre las cuales hay que buscar relaciones
    empíricas, b) elegidos para guiar la investigación
    empírica y el análisis de datos son
    decisivos, c) constituyen las definiciones de lo que debe
    observarse, d) pueden cambiar como consecuencia del avance de un
    campo de investigación y e) cuando se relacionan entre
    sí dan origen a la teoría (Merton, 1992, pp. 165,
    180, 307 y 362.)

    Otros investigadores, por su parte, afirman que de los
    conceptos se derivan las variables con las cuales se organiza una
    investigación y se explican los fenómenos
    sociales.

    En el paradigma de investigación denominado
    dialéctico-crítico, los conceptos son los
    contenidos universales de lo concreto, entiendo lo universal en
    su sentido filosófico como lo idéntico a sí
    con significación expresa en el que está contenido
    al mismo tiempo el particular y el singular (Hegel, 1971, pp. 87,
    164) y lo concreto como la síntesis
    de multiplicidad de incidencias de la totalidad. Los conceptos,
    en unión con las categorías, constituyen el
    entramado de la teoría. Aquéllos tienen que
    construirse con el uso de éstas y los que aparecen en los
    documentos se
    toman como parte del andamiaje.

    Para mencionar sólo un ejemplo, en la obra La
    teorización de procesos histórico-sociales se
    construyeron conceptos de: a) los modos de apropiación de
    lo real, b) la ideología, c) la temporalidad, d) la
    estructura de la conciencia, e) la historicidad, entre otros,
    para formar el discurso sustantivo correspondiente. En el
    índice analítico de una investigación seria
    aparecen las categorías y los conceptos utilizados
    (Covarrubias, 1998, p. 114.)

    1.2. Andamiajes y entramados

    No todo lo escrito es teoría ni tampoco discurso
    sustantivo. Un discurso sustantivo es la manera en que el
    investigador organiza la teorización generadora de
    conocimiento
    científico que, desde luego, está organizada
    mediante un entramado categórico-conceptual
    (Álvarez, 1998, p. 81.)

    Un discurso sustantivo es aquel en el cual se expresa la
    forma y el contenido de lo real y para ello se utilizan
    categorías y conceptos enlazados de manera lógica y
    consistente, esto es, mediante un entramado. En un discurso
    sustantivo pueden aludirse múltiples categorías y
    ser una o más de ellas la base con la cual se construye el
    conocimiento del objeto aludido.

    Identificar si un discurso es sustantivo o no lo es,
    puede ser tarea muy difícil, pero construir discursos
    sustantivos la es más. Abundan quienes redactan discursos
    no sustantivos, pero quienes distinguen o redactan discursos
    sustantivos son escasos, aun entre los que se consideran
    investigadores de la ciencia social.

    La distinción entre un discurso sustantivo, y
    otro que no lo es, requiere un proceso inquisitivo para
    preguntarse: ¿la explicación construida da cuenta
    de la lógica ontológica del objeto que se desea
    conocer? Si es así, ¿cuáles son las
    categorías que se utilizan?

    La construcción de discursos no sustantivos es
    propia de los sujetos que carecen de formación
    teórica y de algunos que la adquirieron con base a una
    propuesta hipotético-deductiva de investigación. La
    mayoría de ellos: no identifican las categorías
    como herramienta de la razón; desconocen la
    construcción de conceptos y, en los discursos que
    construyen, brilla por su ausencia el conocimiento de la materia misma
    sobre la que versan (Hegel, 1996, p. 7.)

    En un discurso no sustantivo abundan las gráficas, las figuras, los diagramas, las
    preguntas a profundidad, los porcentajes y los indicadores,
    pero se carece de explicaciones acerca de la lógica
    ontológica del objeto que se alude.

    Por el devenir de la realidad, todos los discursos
    sustantivos, tarde o temprano, se desfasan parcial o totalmente.
    Sin embargo, hay discursos que no sólo se desfasan por
    ello, sino que, desde el momento de su construcción
    están desfasados porque quienes los suscriben no utilizan
    un entramado categórico-conceptual capaz de dar cuenta de
    la lógica ontológica del objeto que se pretende
    explicar.

    De acuerdo con Covarrubias, las categorías y los
    conceptos constituyen el entramado esencial de todo discurso
    teórico sustantivo, el cual puede ser acompañado de
    datos construidos para la apropiación cognoscitiva de la
    lógica del objeto real, con fines de facilitación
    del entendimiento de lo expuesto, pero nunca como entramado
    substitutivo del categórico-conceptual. Y esto ha sido
    dejado en el olvido por los señores científicos
    sociales modernos. Lo actual –sigue diciendo
    Covarrubias– es lo consistente en presentar discursos
    sustantivos integrados por información cuantitativa y
    ayunos de reflexión teórica. Se cree que conocer
    científicamente consiste en construir grandes rosarios
    cuantitativos, sistemáticamente organizados y
    lógicamente orientados a la toma de decisiones. En esta
    concepción neopositivista de la realidad y de la
    construcción de conocimiento teórico, las
    categorías y los conceptos quedan substituidos por los
    indicadores, las cifras y los promedios, olvidando el
    carácter mismo de los recursos utilizados. Los indicadores
    son señales
    de lo real, pero no su conocimiento (Covarrubias, 1999a, p.
    18.)

    Coloquialmente, un andamio es una estructura o soporte
    que permite la construcción de algo, sin que ello se
    integre a lo construido. En el plano de lo
    práctico-utilitario, son conocidos los andamios que
    utilizan los constructores de casas o edificios, los que ocupan
    los limpiadores de ventanas y los que utilizan otros trabajadores
    para realizar sus labores.

    Sin embargo, en el proceso de apropiación de lo
    real y construcción de conocimiento teórico es
    menos frecuente que se piense en la existencia y
    utilización de un andamiaje, a pesar de que en todos los
    casos lo hay, aun cuando no necesariamente son de carácter
    categórico-conceptual.

    El andamiaje en el cual se sustenta un discurso no se
    expresa de manera directa, sin embargo es posible que se
    manifieste en la introducción o que el lector pueda
    deducirlo. En el caso de Ausubel, puede notarse que comparte un
    andamiaje en el cual el pensamiento es igual a la realidad y los
    objetos son llevados de manera directa y lineal a la cabeza del
    sujeto. Ausubel considera que los objetos son llevados a la
    cabeza y que cuando se recuerda lo que se tiene en el pensamiento
    es lo mismo que lo existente en la realidad. Ausubel confunde lo
    pensado con lo existente en la realidad. Por ejemplo, dice que un
    objeto significa simplemente la correspondiente imagen perceptual
    que se evoca cuando se presenta ese objeto o la correspondiente
    imagen de memoria que
    permanece o puede evocarse de otra manera cuando el objeto ya no
    está presente.

    En la perspectiva dialéctica crítica, el
    "andamiaje categorial es el conjunto de categorías
    ónticas y lógicas que expresan la estructura del
    objeto y las relaciones lógicas existentes entre los
    componentes de esa estructura, para constituir las formas
    existenciales del objeto real. El andamiaje conceptual es el
    entramado expresivo de la encarnación de las
    categorías ontológicas en contenidos concretos y
    universales del objeto real."(Covarrubias, 1995b, p.
    205.).

    Según Covarrubias, el andamiaje categorial
    marxista sigue siendo capaz de ser usado en la
    construcción de teorizaciones del capitalismo
    actual y, de él se siguen desprendiendo proposiciones
    epistemológicas y prácticas políticas,
    más allá de las fantasías de los
    sepultureros de la historia y de las contradicciones de clase. La
    teoría kantiana vive como andamiaje categorial en las
    conciencias cultas y como cotidianidad existencial burguesa en
    todos los sujetos; la teoría hegeliana está,
    actualmente, en las conciencias cultas solamente y; la
    teoría marxista vive en las conciencias críticas
    cultas e ingenuas. Una categoría central del andamiaje
    marxista es la de modo de producción, que
    expresa una manera completamente distinta de pensar el devenir
    histórico con base en una periodización temporal
    cronométrica. Esa categoría —al lado de otras
    como formación económico/social,
    fuerzas productivas, relaciones sociales de
    producción
    , etcétera— son, en Marx,
    una herramienta lógica que permite pensar las maneras en
    las que una sociedad se organiza para generar sus satisfactores
    materiales y culturales (Covarrubias, 1999b, pp. 6 y
    50.)

    Las categorías y los conceptos con los cuales fue
    explicado un fenómeno pueden servir de andamiaje para otro
    sujeto que desee construir conocimiento sobre el mismo
    fenómeno u otro.

    De manera similar que en los procesos de
    investigación no se alude a los andamiajes, tampoco se
    hace referencia a lo que es un entramado. En la propuesta
    Dialéctica Crítica un entramado es una especie de
    armazón mediante el cual se presenta una
    teorización (Álvarez, 1998, p. 142.)

    De las formas posibles que hay para investigar,
    sólo en una de ellas se destaca el uso de los entramados.
    Esas formas son: 1. como indagación del pensamiento de
    autores destacados, o como indagación de uno o varios
    conceptos en autores diferentes. En ambos casos, el estudio
    concluye con la exposición
    de la interpretación que el investigador construye,
    pensando en el autor y no con él. Este tipo de trabajos
    tiene una gran utilidad ya que sirve para socializar constructos
    teóricos y, por tanto, se ubica en el terreno de la
    investigación para la docencia; 2. La otra, en la cual, el
    investigador piensa con los autores uno o varios problemas
    determinados. En ésta, el entendimiento de los constructos
    teóricos es punto de partida y, la recuperación de
    los entramados categórico/conceptuales en los que se
    sustentan los discursos sustantivos, es realizada para pensar
    procesos concretos y no para explicar los planteamientos o las
    concepciones del o los autores. El punto de llegada no es la
    explicación de las concepciones de uno o varios autores
    sobre el problema, sino la construcción original de
    explicaciones de ese problema con las categorías y
    conceptos de los autores, activados en un nuevo constructo
    teórico (Covarrubias, 1999b, p. 6.)

    Los entramados categórico-conceptuales
    constituyen la manera en que el investigador organiza la
    práctica investigativa (Álvarez, 1998, p.
    81.)

    Los entramados pueden ser de tres tipos: Categorial.
    Constituido con las herramientas gnoseológicas
    denominadas categorías, cuya articulación
    establece la lógica de apropiación de los objetos
    de investigación; Conceptual. Constituido con los
    contenidos virtuales o construidos en el proceso de
    apropiación, presumiblemente expresivos de concretos
    reales o de figuras de pensamiento y; sustantivo, que es el
    resultante de la puesta en juego de los entramados categoriales
    y conceptuales en la determinación cognoscitiva de uno o
    más concretos reales (Covarrubias, 1995b, pp.
    129-130.)

    En todo momento es importante recordar que el uso de
    categorías, conceptos y entramados para construir
    discursos sustantivos es un elemento necesario pero no la
    garantía para que el discurso construido sea,
    efectivamente, sustantivo.

    2. Paradigmas y
    sistemas de investigación

    La discusión teórica acerca de los
    paradigmas es abundante, pero en los procesos investigativos no
    siempre se establece claramente cuál es la relación
    entre ellos y los sistemas de investigación. La
    categoría paradigma ha sido explicada como
    el marco teórico-metodológico utilizado por el
    investigador para interpretar los fenómenos sociales en el
    contexto de una determinada sociedad (Vasilachis, 1997, p. 79.)
    Según Vasilachis de Gialdino, para que un paradigma pueda
    ser reconocido como tal, debe ser capaz de responder a las
    cuestiones siguientes:

    1) una cosmovisión filosófica,

    2) la determinación de una o varias formas o
    estrategias de
    acceso a la realidad,

    3) la adopción o
    elaboración de conceptos de acuerdo con la o las
    teorías que crea o supone,

    4) un contexto social,

    5) una forma de compromiso existencial y

    6) una elección respecto de los fenómenos
    sociales que analiza (Vasilachis, 1997, p. 81.)

    Las seis concepciones que señala la mencionada
    teórica se han agrupado en cuatro fundamentales que todo
    sujeto que se considere investigador científico debe
    explicar con relación al paradigma de investigación
    que utiliza. Esas concepciones son las siguientes: a)
    concepción ontológica, b) concepción
    gnoseológica, c) concepción epistemológica y
    d) concepción teleológica.

    En este documento, un paradigma se considera como la
    forma en que una comunidad hace
    ciencia, la legitima y la difunde. De esta manera, en los
    procesos de investigación, pueden identificarse al menos
    tres paradigmas y, a cada uno de ellos, le corresponde, un
    sistema de
    investigación. De esta forma, el paradigma positivista se
    operacionaliza por medio del sistema de investigación
    denominado Hipotético-Deductivo, mientras que el
    Dialéctico, también llamado materialista
    histórico lo hace vía el sistema de
    investigación Dialéctico-Crítico y, a su
    vez, el paradigma interpretativo lo hace a través del
    sistema de investigación hermenéutico.

    La concepción ontológica se refiere a la
    forma en que el sujeto, piensa el ser y el existir de la
    realidad. Así, se dice que la reflexión
    ontológica es relevante en cuanto permite la
    percepción y el descubrimiento del conjunto
    heterogéneo integrativo de las conjugaciones de ideas
    sobre el ser actuante en una concepción determinada
    (Covarrubias, 1995b, p. 94); la concepción
    gnoseológica hace alusión a la manera en que se
    concibe cómo un sujeto se apropia de la realidad; la
    concepción epistemológica, por su parte, refiere
    los criterios que legitiman un conocimiento como
    científico y la concepción teleológica
    indica la intencionalidad de construir conocimiento
    científico.

    Paradigma hermenéutico

    Según Beuchot, la hermenéutica es la disciplina de
    la interpretación, en ella se trata de comprender textos;
    lo cual es colocarlos en sus contextos respectivos. Con eso, el
    intérprete los entiende, los comprende, frente a sus
    autores, sus contenidos sus destinatarios, estos últimos
    tanto originales como efectivos (Beuchot, 2002, p. 5.)

    La hermenéutica tiene sus orígenes
    históricos desde los griegos. Aristóteles, en su perihemeneias,
    dejó muchas ideas inapreciables sobre ellas. Los
    medievales, por su parte, con su exégesis bíblica
    de los cuatro sentidos de la escritura,
    fueron afanosos cultivadores suyos. El renacimiento
    llevó al máximo la significación
    simbólica de los textos, al tiempo que originó la
    filología más atenida a la letra. La modernidad lleva
    adelante esa filología con tintes de cientificismo hasta
    que, en la línea del romanticismo,
    Schleiermacher resucita la teorización plenamente
    hermenéutica. La herencia de
    Schleiermacher la recoge Dilthey quien la aplica a la
    filosofía de la cultura y de la historia. De él
    supo recogerla Heidegger, en sus intricadas reflexiones sobre el
    ser y el hombre. La
    transmite a Gadamer. Quien ha influido en otros teóricos
    más recientes, como Ricoeur y Vattimo. Esta
    genealogía de la hermenéutica sigue viva y actuante
    hoy en día. (Beuchot, 2002, p. 5.)

    Beachot dice que un aspecto típico de la
    investigación en las ciencias
    humanas es la interpretación de textos. En estas ciencias
    es donde más tiene lugar ese arte de
    interpretar que nos acerca a documentos, a diálogos y a
    acciones
    significativas. Ciertamente —dice Beachot — se hacen
    otras cosas, por ejemplo, analizar y explicar, pero
    también y sobre todo, se interpreta para comprender.
    Inclusive a veces llegamos a sentir que en estas disciplinas se
    unen y fusionan la comprensión y la explicación y,
    así, llegamos a un recodo del camino que casi puede
    decirse que comprender es explicar y viceversa (Beuchot, 2002, p.
    25.)

    Para el mismo Beachot, la interpretación, tan
    cara a las ciencias humanas, ha sido confiada a la
    hermenéutica. Lo que vemos en las ciencias humanas
    —sigue diciendo Beachot— son cosas hechas por el
    hombre, con
    alguna intencionalidad y ésta puede quedarse sin llegar a
    ser completamente comprendida si sólo aplicamos
    análisis sintéticos y semánticos. La
    aprehensión de la intencionalidad de un texto nos
    obliga a aplicarle la hermenéutica para desentrañar
    esa intencionalidad (Beuchot, 2002, p. 5.)

    Para concluir la información correspondiente a
    este paradigma, es necesario decir que en la ciudad de Oaxaca se
    imparte un programa de
    maestría en ciencias de la
    educación cuyos directivos afirman que, en su proceso
    investigativo, utilizan el sistema
    hermenéutico.

    Paradigma positivista

    Para el positivismo,
    la concepción ontológica consiste en pensar a la
    realidad como un conjunto de cosas tangibles que pueden ser
    estudiadas por separado. Por esa situación, quienes se
    inscriben en este paradigma piensan que no es necesario estudiar
    Filosofía pues dicen que eso ni existe o
    bien, que eso no tiene nada que ver con la Física, la Antropología, la Pedagogía o la
    investigación.

    Según Covarrubias, en el positivismo, la
    relación que la conciencia ingenua establece con la
    realidad propicia que se conciba a los componentes de esa
    realidad como independientes. A su vez, al pensamiento se le
    concibe como mera subjetividad y, por tanto, irrealidad. En esta
    concepción está ausente la reflexión sobre
    el problema del reconocimiento de lo real, i.e., porque
    ¿cómo puede reconocerse lo real sin pensarlo?
    ¿Cómo puede afirmarse la independencia
    del ser respecto del pensar, sin pensar el ser y sin pensar al
    pensamiento? (Covarrubias, 1995b, p. 73.)

    De esta manera, para el positivismo "sólo es
    posible pensar algo que existe o que pudiera no existir
    físicamente como concreto real, pero que está en el
    pensamiento existiendo allí." (Covarrubias, 1995b, 93.)
    Inscribirse en el paradigma positivista implica, pues, suponer
    que la realidad existe independientemente del pensamiento. Me
    parece que es necesario revisar esta
    afirmación.

    Con respecto a las concepciones gnoseológica y
    epistemológica puede decirse que, en el paradigma
    positivista, no se reconoce diferencia alguna entre los planos
    gnoseológico y epistemológico. Esto quiere decir
    que no se admite que la apropiación cognoscitiva del mundo
    pueda realizarse mediante referentes provenientes de la vida
    cotidiana, del arte o de la religión. Así,
    desde este paradigma, sólo puede conocerse la realidad
    mediante referentes científicos, entendiéndose por
    científico sólo aquello susceptible de ser medido y
    comprobado.

    En el positivismo, la concepción
    teleológica tiene como finalidad la solución de
    problemas visibles y mensurables que aquejan a la sociedad, desde
    cada uno de los campos disciplinarios constituidos. Así,
    la Psicología, que estudia la mente del ser
    humano, tiene como objetivo
    primordial ofrecer soluciones a
    los problemas que se le presenten siempre desde su perspectiva y
    nunca desde los enfoques anatómico,
    lingüístico o biológico por citar sólo
    algunos ejemplos.

    En el sistema de investigación
    hipotético-deductivo, el propósito principal es la
    comprobación de hipótesis para
    contribuir, se dice, al establecimiento de leyes y, desde
    luego, al incremento de la teoría. Desde luego que el
    término comprobación de hipótesis es
    incorrecto ya que las hipótesis no se
    comprueban sino que se aceptan o se rechazan. En
    muchas instituciones educativas que se dedican a la
    investigación, a través de este sistema
    hipotético-deductivo, hay una gran cantidad de
    hipótesis que fueron aceptadas y otras tantas que fueron
    rechazadas: Ellas están esperando que algún
    teórico las utilice para construir
    explicaciones.

    Las etapas para investigar con base en ese sistema
    están claramente identificadas, pero varían
    dependiendo del autor que se consulte y de la formación
    profesional de quien dirige el proceso de investigación
    (Hernández, 1991; Rojas, 2002; Dieterich, 1997.)
    Además de lo anterior, no puede negarse que, a partir de
    Kant, abundan los filósofos que han desarrollado los
    fundamentos teóricos de esa propuesta
    investigativa.

    Dos evidencias de
    las limitaciones del sistema de investigación
    hipotético-deductivo son: 1) la gran cantidad de
    profesionales que terminan estudios de posgrado sin concluir una
    investigación en la cual sistematicen los conocimientos
    adquiridos y 2) la escasez de
    explicaciones racionales de los procesos sociales.

    En el positivismo, la secuencia que se sigue para
    investigar aspectos de la realidad consiste en plantear el
    problema o tema de investigación, definir el objetivo que
    desea alcanzarse, justificar la importancia del problema o del
    tema, construir el marco
    teórico, establecer las hipótesis, etc.
    (Hernández, 1991; Rojas, 2002; Dieterich,
    1997.)

    Abundan quienes a todos esos elementos le llaman el
    método científico. Quienes piensan con base
    el llamado método científico descartan otras
    posibilidades de pensar, de investigar y de potenciar el cambio
    de la realidad. Otros teóricos de la investigación,
    entre ellos Serrano, afirman que el método
    científico consiste de las etapas siguientes:

    1. La observación de lo que puede ser
      observado.
    2. La descripción de lo que ha sido
      observado.
    3. La medición de lo que puede ser
      medido.
    4. La aceptación o no aceptación,
      tentativa como hechos, o realidad de los resultados de la
      observación, la descripción y la
      medición.
    5. La generalización inductiva.
    6. La explicación tentativa de los hechos
      singulares aceptados o de las observaciones factuales
      inductivamente alcanzadas.
    7. El razonamiento lógico-deductivo.
    8. La verificación o comprobación de lo
      tentativamente aceptado por sucesivas
      observaciones.
    9. La corrección de la aceptación
      tentativa de las observaciones, descripciones y mediciones
      aceptadas.
    10. La predicción de lo que va a seguirse con todo
      lo anterior.
    11. El rechazo de las proposiciones que no han sido
      obtenidas o confirmadas por este procedimiento
      (Serrano, 1980, 247-248.)

    Con base en la información anterior puede
    notarse, fácilmente, que, en los procesos de
    investigación, algunos investigadores confunden las etapas
    del proyecto de investigación con las del
    método científico.

    Para un gran número de investigadores de nuestro
    país, el sistema de investigación
    hipotético-deductivo, identificado, como ya se dijo, como
    el método científico, es el único
    método posible para hacer investigación y, desde
    luego, que es el de mayor uso en las instituciones educativas y
    centros de investigación, inclusive, en aquellas que
    tienen convenios de trabajo con instituciones de países
    que se afirman de corte anticapitalista. A mediados del Siglo XX,
    Ramos decía que una de las aspiraciones del conocimiento
    humano es reducir la multiplicidad de la realidad a una unidad de
    concepto. Mas, para lograrlo sin artificio, —sigue diciendo
    Ramos— sería preciso que la realidad se prestara a
    ello ofreciendo al conocimiento una estructura idéntica en
    todas partes y sólo variable en sus manifestaciones
    externas, aparentes. Ahora bien, esto es lo que el
    intelectualismo ha postulado siempre como base de sus
    especulaciones y como idea directiva de sus métodos.
    Si, por ejemplo, la realidad psíquica se supone, en el
    fondo, idéntica a la realidad física y sólo
    diversa en apariencia, es lógico que trate de explorarse
    con los mismos métodos de la Física y de explicarse
    con sus mismos principios. De ser cierto aquel supuesto
    ontológico, es decir, de ser cierto que la realidad
    física y la realidad psíquica son idénticas,
    habría un solo método para todas aquellas ciencias
    y un solo sistema de categorías para comprender cualquier
    esfera de la realidad. Esto implicaría que, en el Universo, rige
    un mismo sistema de leyes para toda clase de seres y
    acontecimientos. De hecho éste era el gran punto de vista
    de todas las ciencias particulares al finalizar el siglo XIX y,
    por ello, lo mismo en Biología que en
    Psicología o Sociología se aplicaban exclusivamente
    métodos y principios prestados de la Física. A
    principios del Siglo XXI, esta situación alude
    directamente al método hipotético-deductivo que se
    aplica y se difunde en la investigación social en muchas
    de las instituciones de nuestro país, aclarando que desde
    luego que, en el conocimiento, no se trata de reducir la
    realidad, sino de conocerla y de explicarla (Ramos, 1997, p.
    33.)

    En el sistema de investigación
    hipotético-deductivo, los teóricos diferencian al
    menos cuatro tipos de
    investigación:

    1. Exploratoria,

    2. Descriptiva,

    3. Correlacional y

    4. Explicativa.

    En este caso, se sigue considerando a la
    investigación como un proceso lineal y acumulativo:
    generalmente se recomienda que un trabajo de investigación
    inicie con carácter exploratorio y, a medida que se cuente
    con mayor información se transite hacia investigaciones
    correlacionales o explicativas (Hernández,
    1991.)

    Quienes trabajan con base en ese sistema se identifican
    fácilmente ya que una de las primeras actividades que
    realizan en su proceso de investigación es la
    aplicación de cuestionarios: se pretende encontrar el
    conocimiento en la empiria, antes que en las reflexiones
    personales, de los científicos y los filósofos y se
    toma a los datos como existentes en sí mismos y no como
    elementos para la explicación de la realidad. Por otra
    parte, en los reportes de investigación abundan las
    gráficas, los índices, los mapas y los
    cuadros, pero faltan las explicaciones.

    En nuestro país, el sistema de
    investigación hipotético-deductivo ha cobrado
    factura de
    único e indispensable y, para los investigadores, sobre
    todo para quienes tienen experiencia en procesos de
    investigación resultan impensables otras formas de
    investigar. Esto se debe, sobre todo, a la ausencia de
    formación filosófica y epistemológica que
    permita a los investigadores tener referentes teóricos que
    constituyan su conciencia en un modo científico, de tal
    manera que sean capaces de argumentar las bases del paradigma
    científico que utilizan para construir
    conocimiento.

    Paradójicamente, también es posible
    afirmar que varios de los científicos que han hecho
    aportaciones importantes al conocimiento y que dicen haber
    seguido el sistema hipotético-deductivo, siguieron, en
    realidad otro sistema de investigación, pero no se
    percataron de ello o no quisieron hacerlo explícito
    (Vid., Piaget, 1969.) Quienes siguen el llamado
    método científico no explican cómo es
    que puede generarse conocimiento nuevo si es necesario
    ceñirse a un marco teórico. Es decir, los que
    investigan con base en lo lineamientos del llamado
    método científico no pueden ir más
    allá de que se dice en el marco teórico. La
    posibilidad de cuestionar lo establecido en un marco
    teórico es impensable para quienes se ajustan a ese
    sistema de investigación ya que, entonces, se
    saldrían del marco que les da seguridad en lo
    que afirman.

    Con los antecedentes dados, es posible decir que quienes
    desconocen la existencia de los paradigmas y los sistemas de
    investigación consideran que existen métodos
    cualitativos y cuantitativos de investigación y gastan sus
    energías discutiendo si uno es mejor que el otro. A lo
    cualitativo se le ha considerado como la descripción de la
    cosa y a lo cuantitativo como la verdad de la cosa. Es decir, hay
    una subestimación hacia lo cualitativo y todos aquellos
    que desconocen la Filosofía muestran su desprecio hacia
    él, pensando que sólo lo cuantitativo es importante
    y verdadero.

    La supuesta diferencia entre lo cualitativo y lo
    cuantitativo proviene de los seguidores positivistas de Kant y de
    Hegel se refirieron a la cualidad y a la cantidad
    como categorías del pensamiento, pero esa
    explicación fue transustanciada por quienes, con una
    mentalidad disciplinaria de la realidad, identifican a la
    cualidad con referencia a todo aquello que no tiene
    números o procesos de comprobación de
    hipótesis (Kant, 1991; Hegel, 1978; Hegel, 1971.) En ese
    mismo sentido, abundan quienes identifican a lo cuantitativo con
    todo aquello en el que se utilizan técnicas
    cuantitativas
    , es decir, fórmulas. Se piensa que el
    uso de estas últimas cancela el carácter subjetivo
    de la investigación. Quienes piensan así,
    desconocen que el carácter subjetivo de la
    investigación existe por la intervención del sujeto
    en el proceso de investigación y no por las herramientas
    que él utiliza. Es decir, el carácter subjetivo no
    puede desaparecer de las investigaciones, sólo puede ser
    racionalizado y, tal vez, reducido.

    Por otro lado, quienes han construido explicaciones
    nuevas de los problemas o situaciones complejas no se han ocupado
    de preguntarse si hacen investigación cualitativa o cuantitativa;
    ellos tampoco han seguido la secuencia lineal o cuasi lineal que
    se establece en lo que se identifica como método
    científico. De haberlo hecho así, a los
    científicos no les habría sido posible encontrar
    nuevas respuestas a los problemas, porque ¿cómo
    puede ser posible encontrar explicaciones nuevas basándose
    solamente en lo que ya se conoce y que se expresa en un marco
    teórico? Abundan los casos para ilustrar esa
    situación, pero en ellos destacan el de Newton, el de
    Einstein, el de Kant y el de Hegel, por mencionar sólo
    algunos.

    Por todo lo anterior, puede decirse que quienes se
    inclinan por la llamada investigación cualitativa, en
    menosprecio de la también llamada investigación
    cuantitativa, o a la inversa, sostienen una discusión
    banal, pero que muchos se empeñan en seguir sosteniendo
    (Schmelkes, 2001.) Las dos propuestas, la cualitativa y la
    cuantitativa, están incluidas en lo que se llama sistema
    de investigación hipotético-deductivo. En los
    programas de posgrado, lo importante es construir explicaciones
    que sean potentes, es decir que con base en ellas, los sujetos
    sean capaces de conocer la realidad, de explicarla y de
    contribuir para que cambie hacia estadios de mayor equidad.

    En el proceso de investigación, lo que debe
    destacarse es el conocimiento que se busca porque no se tiene y
    si, en esa secuencia, se requiere conocer aspectos cuantitativos,
    ellos deben incluirse sin temor a ubicarse en uno u otro tipo de
    investigación.

    Paradigma dialéctico

    Para el paradigma dialéctico, la
    concepción ontológica consiste en pensar a la
    realidad como una totalidad
    orgánica en constante devenir, donde el todo
    está en la parte y la parte es condensación
    diferencial del todo. La realidad se concibe como dada y como
    dándose; se concibe como momento del desenvolvimiento de
    lo real producido por el pasado y como presente
    produciéndose (Covarrubias, 1995b, 118.) La
    concepción gnoseológica, a su vez, consiste en
    considerar al hombre en su relación con el mundo por medio
    del pensamiento, es decir, el hombre se apropia de la realidad
    gracias a la función cognitiva que posee todo ser humano.
    En este sentido, desde el paradigma dialéctico se
    considera que la conciencia de un sujeto operará
    dependiendo de la cantidad y potencia de los
    referentes que lleguen a su pensamiento. Dichos referentes pueden
    ser por lo menos de cuatro tipos: el empírico, el
    religioso, el artístico y el teórico. De esta
    forma, una persona que
    cuente con una mayor cantidad de referentes de tipo
    empírico, su conciencia operará con una
    lógica empírica. La conciencia empírica es
    la más simple, siguiéndole las formas religiosa y
    artística y es la conciencia teórica la más
    compleja de todas, la cual puede transitar con una relativa mayor
    facilidad a las formas empírica y mágico-religiosa.
    En resumen, desde el paradigma dialéctico se conciben por
    lo menos cuatro formas de apropiarse cognitivamente de la
    realidad, a diferencia del paradigma positivista, el cual
    sólo considera como conocimiento al proveniente de una
    verificación empírica.

    En el plano epistemológico, el paradigma
    dialéctico demanda una
    actitud
    consistente en una apertura del pensamiento a multiplicidad de
    posibilidades de teorización, una visión de la
    realidad en la que la parte se conciba como condensación
    de múltiples determinaciones y un reconocimiento del
    carácter cambiante de lo real (Covarrubias, 1995b, pp.
    296-297.) Para esto es necesario tomar en cuenta lo que Hegel
    dice que sólo "cuando se vive en las alturas pueden
    contemplarse las cosas en conjunto y también fijarse en
    cada una de ellas; no así cuando desde las capas
    inferiores se lanza una mirada hacia arriba por un mezquino
    agujero." (Hegel, 1978, p. 155.)

    Con respecto a la concepción teleológica,
    Covarrubias apunta que la "potenciación del presente hacia
    un futuro deseado puede tener dos sentidos: a) como contenido no
    manifiesto y b) como contenido emergente. Como contenido no
    manifiesto, el presente puede ser potenciado impulsando las
    fuerzas existentes percibidas, pero que aún no ha
    alcanzado un grado tal de desarrollo que las haga manifiestas.
    Como contenido emergente, el presente puede ser potenciado
    creando fuerzas que no estaban contenidas en el proceso, pero que
    existen condiciones para su generación intencional."
    (Covarrubias, 1995b, p. 118.) En otras palabras, desde la
    perspectiva dialéctica, la intencionalidad de construir
    conocimiento es conocer la realidad para
    transformarla.

    De esta manera, el entendimiento dialéctico del
    presente concibe al objeto como posibilidad de
    potenciación con direccionalidad específica. Al
    aprehender cognoscitivamente al objeto como proceso permanente de
    generación se hace posible establecer las formas, los
    contenidos y los puntos de incidencia que harán posible
    incidir en el ritmo y la direccionalidad del mismo."(Covarrubias,
    1995, pp. 117-118.) Al conocer la lógica ontológica
    de un objeto concreto, es decir, al conocer su forma y contenido,
    será posible identificar las fuerzas que están
    direccionando al concreto y las que pueden direccionarlo en el
    sentido que se proponga el investigador.

    En cuanto a sistema de investigación, los
    fundamentos teóricos del paradigma dialéctico se
    localizan, principalmente, en las obras de Kant, de Hegel, de
    Marx y de otros teóricos contemporáneos como Hugo
    Zemelman y Francisco Covarrubias. Las obras en las cuales se han
    discutido las aportaciones de los filósofos mencionados
    están disponibles en nuestro país y, en ellas, se
    presentan las técnicas y
    los procedimientos
    que permiten entender las tres fases de la investigación
    que, si bien forman un solo proceso, están claramente
    diferenciadas como lógica de apropiación, como
    lógica ontológica y como lógica de
    exposición. Es decir, existe claridad en cuanto a la que
    implica la redacción de un proyecto de
    investigación, en cuanto implica el proceso investigativo
    en sí mismo y en cuanto a la exposición de lo
    investigado (Covarrubias, 1991; Covarrubias, 1995a; Covarrubias,
    1995b; Covarrubias 1998; Covarrubias, 1999b; Covarrubias, 2001;
    Hegel, 1996a; Hegel, 1971; Hegel, 1996; Marx, 1971; Marx, 1974;
    Zemelman, 1992a; Zemelman, 1992b.)

    En complemento a todo lo anterior, puede decirse que, en
    el sistema de investigación
    dialéctico-crítico se destaca la necesidad de que
    los investigadores tengan una formación
    epistémico-metodológica previa al inicio de un
    proceso investigativo. Se trata de que dicha formación
    permita al investigador darse cuenta de la relación que se
    mantiene con una realidad que cambia permanentemente; que se
    percate que se han identificado cuatro tipos de conocimiento:
    empírico, mágico-religioso, artístico y
    teórico; que se de cuenta de la importancia de conocer el
    proceso de constitución de conciencia de los sujetos
    que investigan o que son investigados; que reconozca que la
    educación es un proceso de constitución de
    conciencia en el que la participación de la escuela y
    la familia
    está en desventaja ante otros órganos que, como
    la
    televisión, inciden con mayor fuerza en ese
    proceso; que se conozca la estructura de la teoría y los
    procesos de apropiación y generación de
    conocimiento, como una alternativa a lo que tradicionalmente
    conocemos como proceso de enseñanza
    aprendizaje, y que se percate de lo concerniente a la
    temporalidad con la cual suceden los acontecimientos en la
    realidad (Covarrubias, 1991; Covarrubias, 1995a; Covarrubias,
    1995b; Covarrubias 1998; Covarrubias, 1999b; Covarrubias, 2001;
    Hegel, 1996a; Hegel, 1971; Hegel, 1996; Marx, 1971; Marx, 1974;
    Zemelman, 1992a; Zemelman, 1992b.)

    Desde la perspectiva dialéctica-crítica,
    la explicación que se da acerca de la forma en que se
    construyen las nuevas explicaciones, es decir, acerca de la forma
    en que se construye conocimiento nuevo, es la siguiente: se
    requiere que el interesado realice un proceso de
    apropiación cognitiva acerca de un objeto
    específico y, en este sentido, una de las formas posibles
    para lograr esto es con base en un proyecto de
    investigación. En el proceso mismo de la
    apropiación cognitiva, el investigador se percatará
    de lo que se ha conocido, de la forma en que se ha conocido y de
    lo que falta por conocerse y, sobre todo, se puede percatar de lo
    falta por explicarse. Además de lo anterior, se requiere
    que, en el proceso de apropiación cognitiva, el sujeto
    asuma una actitud crítica, en el sentido en que lo
    señala Kant (Kant, 1991.) Si, con todo lo anterior, el
    sujeto se atreve a pensar lo que no ha sido pensado y se propone
    explicar lo que no ha sido explicado y a su conciencia llegan a
    incorporarse referentes teóricos o ateóricos, puede
    generar conocimiento nuevo. En estas circunstancias, es oportuno
    reconocer que, en el proceso de conocimiento de un objeto
    específico, se requiere abrir la mente a nuevas
    teorizaciones y no dejarse llevar solamente por la
    preocupación de comprobar-aceptar-rechazar
    hipótesis o por el afán de validar
    teorías.

    Cuando se conoce lo que se desconocía, es
    necesario organizar lo que se llegó a conocer. En la
    exposición de los resultados obtenidos se destacan las
    aportaciones nuevas, si es que las hubo. De todas formas, el
    conocimiento obtenido con base en un proceso sistemático y
    con una mentalidad crítica puede ser tan potente como el
    conocimiento nuevo (Covarrubias, 1999a.)

    En el sistema de investigación
    Dialéctico-Crítico el propósito principal es
    el conocimiento de uno o más aspectos de la realidad. De
    las aportaciones de Kant, Hegel y Marx se toma la lógica
    mediante la cual ellos construyeron conocimiento y, en su caso,
    se toman las categorías que se utilizaron y que tienen
    vigencia actualmente y no se toman los discursos sustantivos por
    medio de los cuales esos teóricos explicaron los
    fenómenos sociales de las épocas que vivieron y
    que, comúnmente, son considerados desfasados sin que, en
    algunos casos, sea así.

    Desde el sistema de investigación
    Dialéctico Crítico, un proyecto de
    investigación queda conformado por siete etapas: 1.
    Construcción del objeto de investigación, 2.
    Delimitación, 3. Esquema de investigación, 6
    Fuentes de
    información y 7. Plan de trabajo
    (Covarrubias, 1995b; Covarrubias, 1998.)

    Para el proceso de construcción del objeto de
    investigación se proponen 14 pasos que permiten
    racionalizar las preocupaciones que tiene el investigador
    (Covarrubias, 1995b; Covarrubias, 1998.) Para cada una de las
    demás etapas del proyecto se cuenta con explicaciones que
    permiten entender la función de cada una de ellas y la
    forma en que pueden realizarse en la investigación de un
    objeto concreto o formal. Para la etapa de investigación,
    propiamente dicha, se proponen técnicas y procedimientos
    que permiten tanto la sistematización de la
    información recabada como de las reflexiones generadas en
    el investigador. Por último, para la etapa de
    exposición de resultados, se toma en cuenta el
    conocimiento que adquirió el investigador y no,
    necesariamente, el proceso que siguió para conocer o
    investigar lo que desconocía (Covarrubias, 1995b;
    Covarrubias, 1995a; Covarrubias, 1998.)

    Partes: 1, 2

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