La construcción de la nación
Colombiana, proyecto
emprendido desde el momento mismo de la independencia,
pero que hunde sus raíces en el siglo XVIII, se convierte
en un importante tema de investigación ya que de este parte en gran
medida, la configuración de la sociedad
colombiana.
Los preceptos ideológicos que se manejaban y que
sirvieron de base para la construcción del proyecto
nacional dejan ver claramente la posición del los
ilustrados de la Nueva Granada, en relación con temas tan
importantes como la el tipo de gobierno mejor
para la República, el papel del pueblo con las diferentes
razas que lo componen, en relación con el crecimiento de
la nación, entendiendo este crecimiento no solo en el
campo político, si no también en el
económico y social.
A finales del siglo XVIII y dentro del marco de las
reformas Borbónicas que buscaban impulsar el comercio en
las colonias, se comienzan a postular por parte de los intelectuales
neogranadinos como Antonio de Narváez y la Torre, proyectos
reformistas que buscaban generar comercio tanto interior como
exterior en la Nueva Granada, para el caso del mencionado,
específicamente en la provincias de Santa Marta y
Río Hacha de las que es gobernador en esta
época.
Las propuestas que introduce Narváez son de
perfil reformista y muestran en este un carácter emprendedor, pero con expresa
salvedad de que no contemplaba una separación de España
sino un cambio dentro
del sistema, este
pensamiento es
extensible a otros intelectuales para el mismo
momento.
Las bases de la nación que comienzan a echarse
involuntariamente a finales del siglo XVIII, son apoyadas en esta
época de finales de la colonia, en las ideas liberales
imperantes en el mundo occidental y en el nuevo impulso
monárquico, pero las ideas de la
ilustración europea en relación con el orden
republicano eran evadidas, aunque fuesen obviamente solo de
carácter autonomista, quizás por el recelo que
generaría en la monarquía una exigencia política más
subversora del orden.
Las puntas de lanza del pensamiento político de
los intelectuales "Colombianos", son los proyectos
políticos que buscan modernizar la nación es decir
incluirla en las corrientes mundiales no solo comerciales sino
intelectuales y políticas;
en relación con este propósito lo primero que se
nota en sus textos, es la necesidad de describir el estado
general del país, punto en el que todos coinciden, al
observar las condiciones de pauperización en las que se
encuentra, no tanto en relación con algunas de las otras
nuevas naciones de Hispanoamérica, como con respecto de
Europa, a pesar
de contar con recursos que
podrían impulsar el comercio nacional e internacional de
la nación.
En este punto de la pauperización los autores ven
gran parte del problema en la cantidad, constitución y temperamento de la población, que también se esmeran de
describir en detalle, con un marcado tono peyorativo y racista,
que señala a la población, por medio de un marcado
determinismo racial, como poco o nulamente industriosa, y le
atañe a aquellas personas que no hacen parte de la
población blanca de la nación una imbecilidad
inherente o por lo menos una falta de iniciativa que
también se vincula con una influencia del clima sobre los
hombres, en forma de un marcado determinismo geográfico y
climatológico.
CREACIÓN
DE LA NACIÓN Y TIPO DE
GOBIERNO
A pesar de que los intelectuales de los colombianos del
siglo XIX se adscribían a un tipo de pensamiento moderno
en su mayor parte y buscaban la modernización del
país, no buscaron concientemente en un comienzo,
deshacerse de ciertas herencias coloniales por dos razones que
son fundamentales para el análisis, todos los que aquí se
toman para realizar dicho estudio de una forma u otra pertenecen
a la elite y se benefician así mismo en algunos aspectos,
del orden de cosas, por lo menos en los primeros tiempos de
independencia.
El segundo punto en torno al cual se
reúne el pensamiento de estos intelectuales, es el
pesimismo en relación a la calidad de la
población de base sobre la cual se ha de construir la
república.
Las posturas en cuanto al tipo de gobierno que conviene
a la Gran Colombia en
épocas de la temprana independencia, se dividen en dos
corrientes de las cuales en apariencia una no tuvo mucho impacto
en la
organización del estado, estas
corrientes son: una que estaba de acuerdo con la República
Democrática y la que pensaba que el mejor tipo de organización del gobierno era una
Monarquía Constitucional similar a la inglesa.
En la segunda línea de pensamiento en cuanto al
tipo de gobierno se inscribe Juan García del Río,
intelectual costeño quien en sus meditaciones acerca del
Estado propone la monarquía constitucional.
Este planteamiento se basa en la observación de una incapacidad para ejercer
un gobierno republicano por parte de los colombianos, por el
lastre del pasado colonial que los incapacita para ello, a cambio
propone la monarquía constitucional que como sistema de
gobierno en donde la representación del
estado esta en cabeza de una sola persona,
evitándose así las constantes exaltaciones por
cambios de representantes, pero sobre todo de
mandatarios.
Los intelectuales que a cambio de este están a
favor del gobierno republicano, ven en este las bondades de la
autorepresentación, pero ejercida solo por aquellos que
tienen las luces para hacerlo. A través del anterior
planteamiento se deduce que la nación que se piensa, no
incluye al pueblo más que como instrumento por el cual se
busca mover los motores del
desarrollo
económico, siendo fatalistas aun en este punto por las
razones antes mencionadas. En consonancia con esto se observa que
dentro del proyecto nacional en un comienzo, no se busca
construir al ciudadano moderno, se parte de la base de considerar
quienes, por su ilustración y condición social
pueden ser ciudadanos, dejando al resto de la población en
la condición de minoría de edad y sometidos al
tutelaje de los ilustrados; se concibe "ilustración" o
"modernización" del pueblo como un proyecto de largo plazo
que llegará con la extensión de la educación, pero
este también es un proceso lento
y viciado.
La razón además del grado de educación, estatus
social y la posesión de cierta riqueza, a la que se
apelaba para excluir al pueblo raso del actuar como ciudadano,
era que este estaba conformado en su mayor parte por lo que se
llamaban las castas, es decir por Blancos pobres, Negros, Indios,
Mulatos, Mestizos, Zambos y demás mezclados, que eran
considerados por los hombres ilustrados como razas abyectas que
según estos pensadores no tenían otra
solución que el mestizaje para salir del estado deplorable
en el que se hallaban punto que se profundizará mas
adelante.
Una preocupación más que se sumaba a las
ya mencionadas en estos intelectuales es la necesidad que
observaban hombres como José Maria Samper, de
afirmar la republica con base en el reconocimiento como tal por
parte de las naciones europeas.
Esta necesidad de reconocimiento está justificada
para Samper en que el reconocimiento de las naciones
latinoamericanas como naciones estables políticas y
económicas, generaría confianza en estas y
sería beneficioso para el comercio.
El tema de la raza y su papel en relación con la
nación es muy estudiado por los ilustrados colombianos del
siglo XIX. dentro de estos, hay algunos cono García del
Río, que no analiza e punto, mas allá de observar
al pueblo como una masa de colores de alguna
manera indistintos, que se hallan igualados por la
abyección en la que permanecen, viendo esta como si fuese
una condición natural o buscada por estos grupos;
quizás el silencio en relación con este punto, es
un silencio voluntario por su condición de mulato (aunque
muy claro) perteneciente a la elite, lo que le llevaba a desviar
los análisis hacia otros
puntos.
Los ilustrados comparten el sentimiento de inferioridad,
de distancia y exclusión para con los integrantes de las
castas en cuanto al proyecto nacional, como ya antes se ha
mencionado. la propuesta de estos es va encaminada entonces hacia
el mestizaje, comprendido en lo que para ellos era un "buen
mestizaje" es decir que apuntara hacia el blanqueamiento,
recogiendo a su vez lo mejor de las razas "inferiores", para lo
cual se intentó promover la entrada de europeos y con
Salvador Camacho Roldan de asiáticos al país, a
través de diversas medidas como el ofrecimiento de tierras
a condición de desmontar y establecerse, para tratar, por
este camino de "regenerar las clases embrutecidas" como
consideraba a las castas del país con el espíritu
de laboriosidad que se esperaba encontrar en los inmigrantes y a
través de la mezcla con estos.
Un par de herramientas
importantes usadas en el análisis de autores como
Francisco José de Caldas son los factores
geográfico y climatológico usados para jerarquizar
y determinar la superioridad o inferioridad de las razas y
posibilidades de desarrollo de
las diversas regiones del país, teniendo en cuenta la
condición de sus pobladores influida por estos factores,
en donde, según como este autor lo veía, los climas
templados y fríos eran favorables al desarrollo y en donde
los habitantes de estas son superiores a los de las tierras
cálidas, de clima demasiado agreste para posibilitar el
desarrollo de una buena civilización.
A través de lo que hemos visto podemos concluir
que el deseo de construir una nación encaminada hacia la
modernidad no fue
logrado, por el carácter excluyente hacia algunos
elementos de la sociedad, casi se puede decir que si el proyecto
de nación fue fallido, se debió a su marcado, y las
soluciones
inatinentes que no respondían a las necesidades sociales,
políticas y económicas de la época, dejando
vacíos estructurales a nivel identitario en la
nación colombiana que hasta hoy tienen
repercusiones.
- DE NARVÁEZ Y LA TORRE, Antonio; Provincia de
Santa Marta y Río Hacha del Virreynato de Santa
Fé. En: MÚNERA, Alfonso; Ensayos
Costeños (Comp.) - SAMPER, José Maria; ensayos Sobre las
Revoluciones Políticas y la Condición Social de
Nueva Granada. - CAMACHO ROLDAN, Salvador. Inmigración al valle del Magdalena. En:
Notas de viaje, Edición Bedout. - DE CALDAS, Francisco José; Semanario del Nuevo
Reino de Granada, Bogotá 1942, Biblioteca
Popular de Cultura
Colombiana.
NANCY ROCIO CORREA
MOSQUERA*
CARTAGENA DE INDIAS
NOVIEMBRE 2004