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Libro: Drogas inteligentes. Plantas, nutrientes y fármacos para potenciar el intelecto




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    1. Introducción a las Smart
      drugs
    2. ¿Pueden mejorar mi
      rendimiento intelectual?
    3. ¿Son seguras y
      eficaces?
    4. Tipos de Smart
      drugs
    5. Algo de historia y
      filosofía
    6. Las mejores
      sustancias
    7. El deanol, un buen
      suplemento
    8. Consejos rápidos de
      nutrición
    9. El ginkgo
      biloba
    10. Sulbutiamina
    11. La
      cafeína
    12. Potenciadores
      cognitivos
    13. Proteínas,
      carbohidratos y grasas
    14. Sustancias
      perjudiciales
    15. Alimentos
      perjudiciales
    16. Advertencia
    17. Copyright

    Publicado por Editorial Paidotribo
    (http://www.paidotribo.com)

    Disponible en librerías y en http://www.paidotribo.com/ficha.asp?codart=00791


    Gran cantidad de material
    inédito sobre nootrópicos y suplementos para el
    rendimiento intelectual

    Índice del libro "Drogas
    Inteligentes"
    (Consultar http://www.drogasinteligentes.com
    para más información)

    1. Introducción
      1.1.
      Presentación del tema
      1.2. ¿Qué son las drogas
      inteligentes?
      1.3. El término "droga"
    2. Seguridad y eficacia de las
      smart drugs
    3. Neurotransmisores y aminoácidos

      5. Vademécum de drogas
      inteligentes

      1. i. Nutrientes y plantas
        ii. Vitaminas y minerales
        iii. Aminoácidos
        iv. Sustancias de
        síntesis y más
        potentes

      2. Sustancias tranquilizantes

        1. Nutrientes y plantas
        2. Vitaminas y minerales
        3. Aminoácidos
        4. Sustancias de síntesis y más
          potentes
      3. Sustancias estimulantes

        1. Nutrientes y plantas
        2. Vitaminas y minerales
        3. Aminoácidos
        4. Sustancias de síntesis y más
          potentes
      4. Potenciadores cognitivos
    4. Historia de las drogas
      inteligentes

    6. Miscelánea de productos

    1. Vademécum de vitaminas
    2. Minerales
    3. Lista de sustancias varias

    7. Dietética

    DROGAS INTELIGENTES
    (Selección de artículos publicados en
    revistas y en Internet)

    0.
    Prólogo

    En este mini-libro les presentamos algunos de los
    artículos publicados sobre el tema de nutrición y
    suplementos para mejorar el rendimiento intelectual. Todos han
    sido revisados, aunque me temo que no definitivamente, ahora que
    el libro sobre drogas inteligentes ha sido publicado por
    Editorial Paidotribo.

    1.Introducción


    Al hombre
    moderno, sea cual sea su ocupación, le interesa mejorar su
    rendimiento físico e intelectual. Hay una serie de
    fármacos y suplementos nutricionales que le pueden ayudar
    a superarse. Se trata de las smart drugs, las
    drogas inteligentes, denominación bajo la que se engloba
    una gran cantidad de productos con
    ciertas características comunes: aumentan el rendimiento,
    no son adictivos, carecen prácticamente de efectos
    adversos y pueden adquirirse más o menos
    fácilmente. A pesar de esto, se trata de sustancias poco
    conocidas. Nuestro objetivo es
    hablar de ellas e informar sobre sus propiedades y sobre
    cómo usarlas. Por eso, espero que la información
    aquí ofrecida les sea de utilidad.

    Hace ya tiempo
    publiqué en algunos medios
    relacionados con el ajedrez varios
    artículos sobre las sustancias que pueden mejorar el
    rendimiento intelectual. Mi relación
    con este deporte, la
    aparición de los primeros controles antidopaje y el hecho
    de que sin duda constituye una competición deportiva en la
    que existe lucha y confrontación fue lo que me hizo
    introducir el tema a través de él antes que con
    otra actividad intelectual. Ahora que estoy terminando de
    redactar un libro sobre este tema, me parece interesante volver a
    tratarlo. Reconozco que en algunos lugares de aquellos escritos
    fui algo radical y que me dejé llevar por las emociones para
    compensar y contrarrestar la influencia de la opinión
    pública y de los estamentos oficiales. No es momento ahora
    de corregir o moderar mis palabras, por lo que quedarán
    tal como fueron elaborados y la publicación que pronto
    presentaré será más tranquila a la vez que
    más rica en contenidos y mucho más
    extensa.

    Sé que puede resultar polémico hablar
    sobre este tipo de productos, aunque quizás la
    mayoría de las personas se escandalizan al oír
    sobre él debido a la utilización del término
    "droga", que es indudablemente feo. El hombre de la calle,
    término tantas veces utilizado para referirse a los no
    especialistas, lo asocia inmediatamente a delincuencia y
    marginalidad.
    Lo cierto es que la culpa no es suya, o al menos no toda.
    Los medios de
    comunicación no dejan de informarnos sobre delitos
    cometidos por personas que supuestamente consumen algún
    tipo de droga perjudicial, que es la que les impulsa a delinquir.
    Este es un tema ya demasiado tratado y del que podríamos
    hablar y discutir sin parar, así que me limitaré a
    señalar que posiblemente no sea la droga en sí la
    que crea el problema, sino el uso que se hace de ella, uso que
    viene condicionado por una multitud de factores, tales como
    la
    educación del sujeto, su entorno, la sociedad en la
    que vive, y, por qué no decirlo, las legislaciones de los
    estados, que son las que deciden si una sustancia debe ser
    considerada maligna o benigna. Me gustaría remitir al
    lector a la magnífica y enciclopédica obra de
    Antonio Escohotado para aclarar este tema.

    En nuestro caso nos ocupamos las denominadas
    drogas inteligentes, traducción del término inglés
    smart drugs, comúnmente utilizado para
    designar este tipo de productos. Es también frecuente el
    uso de la palabra nootrópicos, que procede
    del griego noús (mente) y trópos
    (movimiento),
    dando a entender que se trata de sustancias cuyo objetivo es
    actuar sobre las capacidades cognitivas. Es cierto que se trata
    de una definición muy amplia, que podría aplicarse
    a la gran mayoría de drogas, así que nos parece
    más apropiado decir que se trata de sustancias que mejoran
    la inteligencia,
    el
    aprendizaje, la memorización y el recuerdo sin efectos
    importantes a nivel del sistema nervioso
    central y con un poder
    tóxico bajo. Para tranquilidad del lector, no estamos
    hablando de drogas con poder de adicción, sino que estamos
    utilizando el significado de este término tal como era
    antes de la grandiosa cruzada que los gobiernos de casi todos los
    países emprendieron hace tiempo contra esas sustancias que
    no les reportan beneficios económicos porque no se venden
    en farmacias. Mientras todos los bienpensantes se
    escandalizan al oír hablar de drogas, no veo que nadie se
    eche las manos a la cabeza cuando alguien acude a la
    farmacia con una receta de Valium, Nolotil,
    Prozac, Torecán o Clamoxyl, por
    nombrar algunos de los fármacos de venta legal
    más consumidos. Tengan en cuenta que la ingesta de unos 15
    comprimidos de un fármaco tan popular y considerado
    inofensivo como es la Aspirina pondría en peligro la vida
    de cualquiera. Sin embargo, no veo a nadie escandalizarse por ver
    Aspirina en cualquier hogar o botiquín, ni que nadie llame
    drogadicto a quienes la consumen día tras
    día. Frente a ese potencial tóxico del más
    famoso analgésico, la mayoría de las drogas
    inteligentes no harían ningún daño
    importante en caso de ingestión masiva. 

    Quiero dejar bien claro que mi intención no es
    convencer a nadie de nada, sino simplemente informar. Una vez el
    sujeto está informado, es libre de elegir como persona que es.
    La actitud
    contraria, la oficial y predominante, es criticar y censurar sin
    antes conocer y aceptar los estereotipos que nos inculcan los
    gobiernos y quienes están a su lado y de ellos maman. De
    ahí el motivo de estos artículos y del libro
    próximo a aparecer: algunos de los que utilizan el
    órgano con el que piensan, su cerebro, pueden
    estar interesados en conocer la manera de aumentar su rendimiento
    sin poner en peligro su cuerpo.

    El hombre siempre ha buscado productos naturales a fin
    de solucionar problemas de
    salud, pero
    también para recibir algún tipo de estímulo
    que modifique su estado de
    ánimo, que le produzca sensaciones de placer,
    relajación o euforia. En años recientes esta
    tendencia parece tomar nuevo auge, a partir de las llamadas
    drogas inteligentes. Comparadas con la mayoría de
    las medicinas, incluso las smart drugs más
    fuertes carecen relativamente de efectos secundarios
    cuando se toman en dosis normales.

    2. ¿Puede una
    droga mejorar mis capacidades intelectuales?

    La pregunta que inmediatamente surgirá en el
    lector es: "Pero, ¿es esto posible? ¿Realmente una
    sustancia química puede hacer
    que mis pensamientos sean mejores?" La respuesta es afirmativa:
    el cerebro es el órgano encargado de los procesos
    cognitivos y, como tal, tiene una determinada estructura
    físico-química susceptible de ser alterada (para
    bien o para mal) por medio de determinadas sustancias que, por
    tener esta propiedad, son
    llamadas psicoactivas

    Es grande la cantidad de productos, plantas, alimentos, etc,
    que influyen de alguna forma sobre nuestro cerebro, incluidos
    alcohol,
    tabaco y
    sustancias no legales. En nuestro caso tratamos las denominadas
    drogas inteligentes, traducción del
    término inglés smart drugs,
    comúnmente utilizado para designar este tipo de productos.
    Es también frecuente el uso de la palabra
    nootrópicos, que procede del griego
    noús (mente) y trópos (movimiento),
    dando a entender que se trata de sustancias cuyo objetivo es
    actuar sobre las capacidades cognitivas.
    3. ¿Son de
    verdad eficaces y seguras estas sustancias?
    Hay que
    empezar avisando que no estamos ante la panacea universal. Hay
    muchas afirmaciones no comprobadas y propiedades que se atribuyen
    a estas sustancias difíciles de demostrar. Sin embargo, es
    un hecho que funcionan, unas en mayor medida que
    otras. 

    Hablando sobre la seguridad en su
    uso, comparadas con la mayoría de las medicinas
    comúnmente recetadas, incluso las smart drugs
    más fuertes carecen relativamente de efectos secundarios
    cuando se toman en dosis normales, y la mayoría de las
    veces sus problemas no proceden de ellas en sí, sino de
    adulteraciones o usos inadecuados, como por ejemplo el famoso
    caso del triptófano adulterado en 1989 que produjo
    bastantes casos de eosinofilia-mialgia. Este aminoácido es
    inofensivo, y fue su adulteración lo que provocó
    los problemas sanitarios. Casualmente, el triptófano fue
    prohibido poco antes de salir al mercado el
    antidepresivo más popular, el Prozac, que
    tiene las mismas indicaciones terapéuticas que nuestro
    aminoácido natural y muchos más efectos
    secundarios.

    4. Tipos de smart
    drugs

    Establecer una división de este tipo de
    sustancias basándose en sus efectos es tarea complicada,
    sobre todo porque solemos referirnos a una droga mencionando sus
    propiedades tranquilizantes o estimulantes, cuando muchas de
    ellas se caracterizan no por tranquilizar o estimular, sino por
    estabilizar el ánimo llevándolo a su justo
    medio. Si el sujeto antes de su ingesta se encuentra bajo de
    ánimo, la droga le llevará al equilibrio
    estimulándole; si por el contrario la persona padece de
    ansiedad o nerviosismo, el mismo producto le
    equilibrará tranquilizándole. 

    Es más fácil establecer una
    división en lo que respecta a su composición.
    Así, podemos distinguir entre nutrientes
    inteligentes
    y drogas inteligentes propiamente dichas.
    Los primeros serían sustancias naturales, es decir,
    podemos encontrarlos de alguna forma en la naturaleza.
    Los segundos serían obtenidos exclusivamente tras
    algún tipo de síntesis química, no
    existiendo de otra manera. Sin embargo, a efectos de mejor
    comprensión y manejo de la información, parece
    adecuado enmarcar cada sustancia dentro del efecto aparente que
    produce. Así, hablaremos de:

    1. Sustancias tranquilizantes o relajantes.

    2. Sustancias euforizantes o estimulantes.

    3. Potenciadores cognitivos, que mejoran las funciones
    intelectuales al influir favorablemente en alguno de sus
    procesos.

    En esta ocasión nos limitaremos a dar una breve
    lista de los tranquilizantes, estableciendo varias
    subdivisiones:

    1.a. Plantas y alimentos

    Kawa kawa, hipérico, valeriana y similares
    (passiflora, flor de azahar, melisa, amapola californiana…),
    ginseng, avena sativa, gotu kola, lecitina, glúcidos
    (tomados por la noche para favorecer el sueño)

    1.b. Vitaminas y minerales

    Vitamina B3, magnesio, taurina, calcio, colina,
    fosfatidilcolina, fosfatidilserina, …

    1.c. Aminoácidos

    Triptófano, GABA, …

    1.d. Sustancias más potentes

    Betabloqueantes, melatonina, deanol,
    benzodiacepinas…

    En nuestro libro, de inminente aparición,
    trataremos todos estos suplementos de forma detallada.

    5. Algo de historia y
    filosofía

    Algunas personas pueden pensar que el uso de suplementos
    para las actividades intelectuales no es de ningún
    valor, dado
    que, piensan ellos, los procesos mentales no pueden ser
    controlados por medio de la química. Esta creencia,
    bastante arraigada en nuestra cultura
    occidental, cuyo fundamento es la unión de platonismo y
    cristianismo
    , puede no ser más que un error
    histórico, y el plantearse las relaciones mente-cuerpo tan
    sólo un pseudoproblema alimentado por nuestro lenguaje
    cotidiano, que distingue entre entidades y sucesos físicos
    por un lado, y mentales (o espirituales) por otro. El mero hecho
    de decir "mi cuerpo….." parece dar a entender que somos alguien
    que posee un cuerpo, cuando la experiencia cotidiana parece
    indicarnos que somos un cuerpo.

    Permítanme hablar un poco de filosofía.
    Platón fue quien, recogiendo las tradiciones de las
    sectas esotéricas, popularizó el concepto de
    alma
    inmaterial, en el siglo -V. El cristianismo
    antiguo, igual que su origen, el judaísmo, no creía
    en ningún tipo de entidad incorpórea. Fue
    Agustín de Hipona quien, por su filiación
    neoplatónica antes de convertirse al cristianismo,
    introdujo en esta religión la idea de
    un alma inmaterial, ya en los siglos IV y V. Después, en
    el siglo XVII, Descartes, quien había estudiado en
    un colegio religioso, habló de la existencia de dos
    entidades en el ser humano: la mente, inmaterial, y el cuerpo,
    material. Aparece así la concepción del ser humano
    como un compuesto de un cuerpo totalmente semejante a una
    máquina, dentro del cual existe una mente, inmaterial,
    creada por el dios cristiano. Es una forma de ver al hombre que
    se sigue teniendo hoy día. Así nació el
    dualismo (mente-cuerpo, alma-cuerpo o
    espíritu-materia,
    según se quiera) hoy día presente en nuestra
    cultura, en nuestra ciencia, en
    nuestra filosofía, en el sentido común y en las
    cabezas de casi todos los occidentales. Por eso, la
    mayoría, habiendo recibido una educación cristiana,
    o por lo menos con la impregnación de cristianismo que
    tiene toda nuestra cultura, duda de que un producto
    químico pueda influir en un proceso
    mental. La realidad es que el concepto de mente puede no ser
    más que un error filosófico-religioso que ha hecho
    historia y que la mayoría de las personas creen
    ciegamente, tal y como sucede con todas las ideas
    religiosas. 

    Las neurociencias han avanzado muchísimo
    en los últimos años, y está comprobado que
    nuestra conducta,
    nuestras emociones y nuestros pensamientos son controlados por
    unas sustancias llamadas neurotransmisores. Su mayor o menor
    concentración en el cerebro, y su mejor o peor
    funcionamiento, implica contar con un mejor o peor estado de
    ánimo y con una mejor o peor actividad intelectual. Los
    fundamentos del dopaje intelectual (o cerebral) parten del
    control de estos
    neurotransmisores. 

    Existe la opción de mejorar la
    neurotransmisión por medio de sustancias naturales, no
    perjudiciales para la salud. Un ejemplo de mejora de la
    neurotransmisión es la toma de antidepresivos para
    aumentar el tiempo que están en contacto ciertos
    neurotransmisores con sus receptores. La mayoría de las
    veces ese neurotransmisor es la serotonina, la encargada de
    estabilizarnos. Pero los antidepresivos, algunos de los cuales se
    utilizan para mejorar el rendimiento intelectual, y están
    prohibidos por ello por el COI (por ejemplo, el amineptino, el
    cual aumenta el tiempo de contacto de la dopamina con sus
    receptores, con lo que se consigue un estado de euforia, de
    agresividad, de ganas de luchar) tienen todos efectos
    secundarios.

    La opción que aquí planteamos, y tal es el
    objetivo de nuestra información, es usar otro tipo de
    productos que mejoren los procesos intelectuales con métodos no
    agresivos para el organismo. Después de recibir la
    información, cada uno hará lo que crea más
    conveniente, pero lo que no se puede es adoptar la táctica
    del avestruz y esconder la cabeza ante todos los avances
    científicos sólo porque nos escandalizan
    moralmente. Siempre habrá sujetos que tengan esa
    información y que la usen en su propio beneficio. Y si los
    demás no la tienen, competirán en inferioridad de
    condiciones.

    6. Las mejores
    sustancias para el cerebro

    Seguiremos tratando este tema en la edición
    del libro que hemos mencionado. Ahora nos limitaremos a
    señalar las que John Morgentaler, uno de los
    gurús del movimiento de las drogas inteligentes, y coautor
    de las publicaciones Smart Drugs y Smart Drugs II,
    cita como mejores sustancias nootrópicas.
    Personalmente haría algunos cambios en esta lista. El
    mayor problema con que nos encontramos los abanderados de esta
    causa es que hay pocos ensayos
    fiables, puesto que los laboratorios y marcas
    farmacéuticas están más interesados en
    investigar y promover las sustancias que recetan los
    médicos, es decir, las drogas oficiales. Además, de
    estos productos no puede haber patente ya que se trata de
    sustancias que existen en la naturaleza, así que no hay
    tanto interés
    comercial por estudiar algo que no puede tener copyright como por
    moléculas de síntesis con patente exclusiva que
    reporten pingües beneficios.

    Acetil-L-Carnitina
    Es un aminoácido
    natural que tiene gran diversidad de efectos sobre varios
    órganos del cuerpo. Ejerce efectos beneficiosos sobre la
    depresión y protege las neuronas.
    También tiene un efecto antienvejecimiento. Mejora el
    metabolismo
    celular, la memoria, el
    tiempo de reacción y otras funciones cognitivas. Se puede
    encontrar en herbolarios, tiendas de dietética y
    establecimientos de suplementos para deportistas.
    DHEA
    Es una hormona esteroidea producida por la
    glándula adrenal. Se trata del esteroide más
    abundante en el torrente sanguíneo. Sirve para luchar
    contra la obesidad.
    Produce importantes mejoras cognitivas y tiene un efecto
    anti-envejecimiento. Se puede adquirir en los mismos comercios
    citados anteriormente.
    Ginkgo Biloba

    Mejora muchas funciones cerebrales, incluyendo memoria, atención y concentración. Se puede
    encontrar en farmacias, con el nombre comercial de
    Tanakene.

    Fosfatidilserina
    Nutre las membranas
    celulares del cerebro y es a la vez un componente suyo.
    Suplementándose con ella se mejoran muchas funciones
    cognitivas que tienden a declinar con la edad: memoria, aprendizaje,
    concentración, estado de ánimo y alerta.
    Además, mantiene bajos los niveles de cortisol, la hormona
    interna más destructiva, que se segrega en momentos de
    tensión y sensación de peligro. Hay productos que
    la contienen, como por ejemplo Policolinosil y
    Mederebro, de venta en farmacias, pero creo que la forma
    más segura y barata de obtenerla es consumiendo lecitina
    de soja, que de
    paso servirá para reducir colesterol.

    Pregnenolona
    Algunos autores la consideran
    uno de los suplementos más efectivos. Tiene por
    detrás décadas de eficacia clínica y
    seguridad. Sus efectos incluyen: aliviar el estrés,
    mejorar y prolongar los niveles de energía, reducir las
    inflamaciones articulares, mejorar la memoria. Es también
    antidepresivo. Es difícil de encontrar en España,
    por lo que para obtenerla hay que acudir a alguna de las smart
    shops
    que hay en la Red.

    Deprenyl
    Es, según algunos, la terapia
    más prometedora en la lucha contra el envejecimiento.
    Antidepresivo, estimulante sexual y eficaz contra el Parkinson y
    contra el Alzheimer.
    Para obtenerla, lo mismo que en el caso anterior.

    Hydergina (dihidroergotoxina)

    Es una de las smart drugs más importantes
    porque mejora de diversas maneras las capacidades intelectuales y
    ralentiza el preceso de envejecimiento. Se encuentra en farmacias
    españolas con el primer nombre indicado.

    Vinpocetina
    Mejora la oxigenación
    cerebral y la asimilación de energía. Para
    conseguirla, acudir a smart shops.

    Centrofenoxina
    Es una droga
    antienvejecimiento. Estimula la actividad química del
    cerebro, en particular la asimilación de glucosa.
    Acudir a smart shops

    7. El deanol, uno de
    los mejores suplementos

    Hay una serie de sustancias que, sin perjudicarnos (o
    sólo haciéndolo en casos aislados), pueden
    ayudarnos a mejorar el rendimiento intelectual. Creo que una de
    las más interesante es el deanol. Aumenta y mejora
    la acción
    de la acetilcolina, el neurotransmisor de la memoria, la
    concentración y la inteligencia, y que se encarga de
    mantenernos calmados para permitir una buena actividad cerebral.
    Es una molécula natural que se encuentra en peces como las
    anchoas y las sardinas. Los experimentos
    realizados indican que mejora la atención y el
    aprendizaje. También mejora la coordinación motriz y la resistencia a la
    fatiga muscular. Los prospectos que acompañan a sus
    presentaciones en el mercado lo recomiendan para la astenia
    psíquica y psicogénica, trastornos de la memoria,
    atención y vigilancia, y para la apatía y
    depresión consecutivas al uso de tranquilizantes y
    sedantes. Por supuesto, hay posibles efectos secundarios:
    prurito, insomnio, dolor de cabeza y tensión muscular,
    sobre todo en dosis altas.

    En España podemos conseguir deanol en varios
    productos farmacéuticos, de los cuales
    Denubil y Acticinco son los
    más valiosos. El Denubil es el más
    recomendable. Se podría empezar con una ampolla diaria, y
    subir la dosis hasta tres al día, siempre antes de las
    comidas. Como ocurre con todos los suplementos naturales, los
    efectos no son inmediatos, sino que hay que ser constante en su
    consumo
    durante varias semanas para notar efectos plenos.

    Hay un problema con el Denubil, que deben tener
    en cuenta los deportistas: contiene una pequeña dosis de
    heptaminol, un estimulante suave prohibido por el
    reglamento de control de dopaje de todas las federaciones
    deportivas, algo que debe ser tenido en cuenta por
    algunos.

    El Acticinco no tiene ese problema que menciono,
    pero cada ampolla de este producto contiene 100 mgs de deanol
    frente a los 250 del Denubil, por lo que tendrá que
    ingerir una mayor cantidad de ampollas. Sin embargo, no puede
    haber efectos secundarios relacionados con los otros componentes,
    puesto que se trata de la lisina, un aminoácido esencial,
    y del glucoheptonato de calcio.

    Los dos productos mencionados son de venta libre en
    farmacias y a un precio
    reducido. Si alguien deseara el deanol sin ninguna otra sustancia
    asociada, en Internet hay muchas webs en las que puede
    adquirirse. Basta con darse un paseo por los newsgroup
    dedicados a la nutrición o utilizar algún buscador
    para dar con alguna de estas tiendas de vitaminas on
    line.

    8. Consejos
    rápidos de nutrición

    Lo más importante y básico a la hora de
    querer mejorar el rendimiento intelectual mediante ayudas
    externas es controlar la nutrición. Pasemos a dar algunos
    consejos fundamentales en lo que concierne a la alimentación. Primero
    de todo, antes de realizar cualquier tipo de actividad, no se
    debe comer copiosamente. Después, hablando de la
    composición de la comida, se deben tomar los carbohidratos
    justos para mantener un rendimiento cerebral óptimo (la
    glucosa es el alimento del cerebro), siempre sin excederse. Nada
    de carbohidratos de alto índice glucémico
    (azúcar
    de mesa, dulces, cereales refinados, pan, etc), puesto que se
    transforman rápidamente en glucosa, lo cual provoca una
    gran producción de insulina, que a su vez
    hará descender rápidamente el azúcar en
    sangre, con el
    consiguiente cansancio y aletargamiento. También ocurre
    así una elevación en los niveles de
    serotonina, el neurotransmisor tranquilizador y
    estabilizador, que puede producir más adormecimiento.
    Antes de la actividad necesitamos lo contrario, elevar los
    niveles de dopamina y noradrenalina, neurotransmisores
    activadores, lo cual se consigue con una comida rica en
    proteínas con poca grasa, para no dificultar la
    digestión (carne de pollo, pavo, claras de huevo, pescado
    blanco, etc). Es evidente que tenemos que consumir una cierta
    cantidad de carbohidratos, pero deben ser de bajo índice
    glucémico, como por ejemplo legumbres, frutas, verduras,
    para evitar lo expuesto antes.

    9. El ginkgo
    biloba

    Se extrae de las hojas del ginkgo, un árbol
    antiquísimo, conocido por la medicina
    china desde
    hace milenios. Su propiedad más conocida es la mejora
    acusada de la circulación sanguínea, por
    frenar la acumulación de plaquetas y relajar los vasos
    sanguíneos, motivo por el cual fue introducido en la
    medicina occidental. De todas formas, es muy ignorado por la
    medicina convencional, más preocupada por recetar
    fármacos fuertes elaborados y patentados por laboratorios
    farmacéuticos, mientras el ginkgo, por ser sustancia
    natural, no puede ser objeto de patente. La mejora de la
    circulación se ejerce fundamentalmente sobre dos zonas
    interesantes para todos: el cerebro y los órganos
    sexuales. Al mejorar la irrigación cerebral, mejora las
    capacidades disminuidas del anciano y potencia las
    todavía no tan disminuidas del adulto. Parece ser que
    activa la producción de neurotransmisores encargados de la
    actividad física
    e intelectual: dopamina, noradrenalina y acetilcolina. Por eso es
    un suplemento interesante para el trabajador intelectual, ya que
    mejorará su rendimiento, vivacidad mental y
    memoria.

    En cuanto a la otra indicación (el sexo), al
    mejorar la circulación en los genitales mejora las
    erecciones en los varones y aumenta el flujo sanguíneo en
    el aparato
    reproductor femenino, con mayor facilidad para excitarse.
    También aumenta la producción de ATP, la
    molécula que proporciona energía a todas las
    células, y se ha demostrado que tiene
    propiedades antioxidantes
    frente a una gran cantidad de radicales libres.

    Como siempre decimos, no hay que esperar resultados
    milagrosos en un solo día. No se trata de estimulantes ni
    de Viagra, por lo que se debe tomar regularmente durante
    largos periodos de tiempo, preferentemente con el estómago
    vacío, 15 minutos antes de las comidas, 2-3 veces al
    día. Es muy difícil que sea tóxico, incluso
    ingerido en grandes cantidades. En caso de ingerir un frasco
    completo, algo muy raro por su sabor amargo, podría darse
    dolor de cabeza por la vasodilatación, pero raramente algo
    más grave. Siempre hay que advertir que puede haber
    personas alérgicas al producto.

    Hay varios nombres de marca. El
    más conocido es Tanakene, de venta libre en
    farmacias españolas, aunque si se consigue receta de
    algún médico amigo saldrá más
    barato.

    10.
    Sulbutiamina

     La sulbutiamina es una molécula de
    síntesis similar a la tiamina (vitamina B1), pero
    con efectos más marcados. Actúa sobre los centros
    cerebrales del despertar y aumenta la resistencia a la fatiga
    física e intelectual y la memoria. Igual que la tiamina,
    es neurotropa (interviene en el metabolismo de las neuronas). En
    España se vende libremente en farmacias con varias
    denominaciones, de las cuales la más conocida es
    Arcalión 200, en envases de 30 grageas, al
    precio de 900 pesetas aproximadamente (4.5 $). El prospecto
    recomienda el producto para astenia, apatía, estados
    depresivos, trastornos de la memoria y psicosomáticos y
    para la deficiencia intelectual. Se recomienda, en el caso del
    niño, para casos de inestabilidad, alteraciones de la
    atención y del comportamiento
    y psicoastenia. Como ocurre con todos los suplementos que no son
    drogas, la toma ha de ser continuada durante un largo periodo de
    tiempo para notar un efecto pleno. La dosis habitual es de dos
    comprimidos en el desayuno. No se debe tomar después del
    mediodía porque podría dificultar el
    sueño.

    Hay que advertir que toda sustancia, por muy natural que
    sea, tiene posibles efectos secundarios. Se desaconseja su
    uso en personas que padezcan ansiedad y/o insomnio y en
    individuos de temperamento nervioso.

    En caso de problemas, desaparecen en poco tiempo, puesto
    que la vitamina B1 es hidrosoluble y su exceso se elimina, no
    acumulándose en el organismo. Siempre es posible una
    reacción alérgica en alguna persona sensible al
    componente.

    En resumen, creo que se trata de un producto muy
    indicado para aquellos a los que les hace falta un poco de
    motivación, que quieren estar más
    concentrados o que desean mejorar sus facultades
    intelectuales.

    No olviden que en el fondo todo el mundo desea mejorar.
    Si hay algo que puede ayudarnos sin afectar a nuestra salud
    ¿Por qué no hacerlo? Es cierto que siempre
    habrá moralistas que dirán que toda ayuda
    exógena es inaceptable. La realidad es que la ciencia
    avanza y que podemos utilizarla para beneficiarnos.

    11. La cafeína

    La cafeína es el principal alcaloide del café y
    el que le confiere sus propiedades características. Se
    trata de una de las sustancias incluidas en los reglamentos de
    dopaje de todas las federaciones deportivas. En ellos aparece
    como una sustancia restringida, es decir, su uso está
    permitido siempre que no se llegue a una concentración de
    12 microgramos por mililitro. Como este dato puede decir poco,
    hay que avisar de que unos pocos cafés pueden, dependiendo
    de su contenido en cafeína, producir este nivel de
    concentración en orina hasta dos-tres horas después
    de su ingestión. 

    Hay que advertir que no sólo hay cafeína
    en el café. También está presente, en
    cantidad variable, en refrescos de cola, té y
    guaraná (un producto vendido como vigorizante en
    herbolarios, y que no es más que cafeína de
    liberación lenta).

    La cafeína facilita la actividad intelectual y la
    creatividad,
    manteniendo despierto y en estado de alerta a su consumidor. En
    esta acción está también implicado un
    incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina. Sin
    embargo, tiene una serie de efectos no deseados. Activa la
    secreción de noradrenalina, pero no ayuda a renovar la que
    se va agotando, por lo que después de un largo periodo de
    consumo (tras la toma de varios cafés en un mismo
    día) el organismo siente que necesita reposo y cae en
    estado de aletargamiento para reponer las energías
    gastadas. Si el sujeto, para evitar esta fase de agotamiento,
    vuelve a tomar café (es lo que se suele hacer al
    día siguiente, cuando se experimenta el cansancio), se va
    incrementando la dosis necesaria para conseguir los efectos
    deseados. Tarde o temprano la droga pasa factura. Si el
    periodo de consumo ha sido muy largo, se pueden pasar muchos
    días en el citado estado de aletargamiento, durante el
    cual las glándulas suprarrenales se recuperan del
    sobreesfuerzo por la cantidad de adrenalina y noradrenalina
    producida. Puede suceder que la persona en cuestión no
    quiera pasar esta fase de recuperación, y prefiera seguir
    acudiendo a tan preciado líquido diariamente. Las
    consecuencias sobre la salud en este caso son más graves:
    desmineralización por su efecto diurético
    (pérdida de agua con
    minerales),
    problemas cardiovasculares (hipertensión, taquicardia), problemas
    gastrointestinales (úlceras), etc.

    12. Potenciadores
    cognitivos

    Se trata de suplementos indicados para mejorar los
    procesos cognitivos (memoria, estado de alerta,
    concentración…) que no tienen un marcado efecto
    tranquilizante o euforizante, es decir, predomina en ellos el
    factor de mejora intelectual por encima de lo que puedan
    apaciguar o estimular. Sin embargo, es difícil que exista
    un nootrópico puro (nous = mente;
    tropos = movimiento), ya que la acción sobre uno o
    varios neurotransmisores (los mensajeros de los procesos
    nerviosos y cerebrales) afecta también al estado de
    ánimo.

    Como ya hemos dicho otras veces, las sustancias
    aquí descritas tienen menos posibles efectos secundarios
    que otras drogas comúnmente utilizadas, como los
    analgésicos, café, alcohol o tabaco, por no hablar
    ya de tranquilizantes, antidiarreicos, antibióticos y
    demás. Algunas no son más que nutrientes que se
    encuentran en algunos alimentos. Sin embargo, nunca es de
    descartar una reacción adversa en individuos especialmente
    sensibles o alérgicos a sus componentes. Por ello, si uno
    quiere utilizarlas, hay que ser prudente, empezar con dosis bajas
    y observarse a sí mismo. Se recomienda la supervisión de un doctor o especialista en
    la materia, ya que la automedicación indiscriminada nunca es
    aconsejable. Nosotros no promocionamos el uso de estas
    sustancias, sino que informamos de sus propiedades. Siempre
    intentamos no ser categóricos en nuestras explicaciones,
    extraídas principalmente de nuestra propia experiencia con
    este tipo de productos. Lamentablemente, cada vez es más
    difícil conseguirlos en establecimientos fiables. En unos
    casos, porque las farmacias se niegan a venderlos
    basándose en una legislación cada día
    más restrictiva; en otros, porque dejan de fabricarse por
    ser poco conocidos y no prescritos por médicos, más
    partidarios de las sustancias oficiales; en otros, porque a los
    herbolarios y tiendas de dietética se les prohíbe
    comercializarlos.
     Comenzamos por lo más básico y simple y
    seguiremos con suplementos más potentes o puramente
    químicos. La lecitina es un alimento rico en
    colina, la cual ayuda a las grasas y al
    colesterol a circular y a que no se acumulen en el hígado.
    Ayuda a sintetizar el neurotransmisor acetilcolina, implicado en
    todas los procesos cognitivos, que mejora la memoria y favorece
    el sueño, ya que estabiliza el ánimo y
    relaja.

    El ginkgo biloba es una planta con una larga
    historia de uso, cuyas propiedades ya hemos descrito en otro
    apartado.

    Trofimilina es el nombre de marca de un
    interesante producto que se comercializa en farmacias
    españolas y que parece haber desaparecido. Contiene
    fosfolípidos (fosfatidilcolina, fosfatidilserina y otros).
    Facilita la transmisión nerviosa y mejora la acción
    de la acetilcolina, el neurotransmisor de la
    inteligencia.

    Mederebro y Nucleserina son
    nombres de marcas de productos que se venden en farmacias
    españolas. Contienen neuropéptidos, ácido
    ribonucleico y vitaminas que favorecen la actividad
    intelectual.

    La cafeína es el principio activo del
    café y de otras bebidas, comúnmente utilizada como
    estimulante de la actividad física e intelectual. Es
    cierto que ayuda a conseguir una mejora del ánimo y una
    ligera euforia que incita al trabajo. Como
    sucede en muchos casos, cada persona tiene que decidir si algo le
    resulta beneficioso o no, por la información
    contradictoria que existe acerca de ciertos productos.

    El piracetam es el nootrópico
    standard y más popular, además de barato. Se
    usa tradicionalmente para tratar alcoholismo y
    demencia, pero también puede potenciar la memoria y el
    aprendizaje. Se supone que mejora el flujo de información
    entre los hemisferios cerebrales, ayudando en la
    resolución de problemas, afirmación que está
    por demostrar. No tiene efectos secundarios serios, aunque son
    posibles insomnio, dolor de cabeza y otros problemas leves.
    Contienen piracetam: Ciclofalina, Genogris,
    Nootropil, Anacervix, Dienil,
    Memorino.

    Los vasodilatadores cerebrales han sido muy
    utilizados, porque se pensó que uno de los factores que
    intervienen en un mejor funcionamiento de las capacidades
    cognitivas es el riego cerebral. Siguiendo este supuesto, si un
    producto químico es vasodilatador cerebral y ayuda a
    enfermos con problemas de riego sanguíneo, entonces esa
    vasodilatación en individuos sanos mejoraría sus
    facultades intelectuales. Esta hipótesis es discutible desde su base, pero
    los ensayos realizados parecen indicar que muchos individuos ven
    una notable mejora con la toma de este tipo de sustancias, que se
    piensa mejoran la cognición por permitir un mayor aflujo
    sanguíneo al cerebro y la consiguiente mejor
    oxigenación.

    Pasando a otro tipo de productos,
    Saurán, Somazina y similares
    -ingrediente activo: citicolina- son comercializados en farmacias
    españolas. Mejoran la acción y eficacia de la
    acetilcolina, el neurotransmisor de la memoria y la
    inteligencia.

    Deanol (DMAE). Suplemento recomendable y con
    escasos efectos secundarios.

    La dihidroergotoxina (nombre de marca:
    Hydergina) ha demostrado mejorar el aprendizaje, la
    memoria y el aporte de sangre y oxígeno
    al cerebro. Incrementa el nivel de neurotransmisores, mejora la
    oxigenación y el metabolismo del cerebro y protege a las
    neuronas de los radicales libres. También aumenta el nivel
    de serotonina, el neurotransmisor de la estabilidad, y el
    número de receptores de la acetilcolina. Es uno de los
    productos con más años de uso en su haber y de los
    más populares

     13.
    Sobre proteínas,
    carbohidratos y grasas

    Ofrecemos ahora algunas recomendaciones generales sobre
    nutrición. Insistiremos siempre en que se debe partir de
    una correcta alimentación antes de plantearse tomar
    ningún tipo de ayuda química, por muy natural que
    sea. 

    En líneas generales, cualquier persona que desee
    gozar de buena salud y de una sensación de energía
    durante todo el día, al igual que todo deportista que
    quiera mejorar su rendimiento -físico o intelectual-
    debería repartir su ingestión de alimentos en unas
    cuatro o cinco tomas diarias, y no seguir la típica dieta
    de la persona que prácticamente no desayuna, toma algo
    dulce a media mañana, hace la comida de mediodía de
    cualquier manera y luego se infla en la cena. El objetivo
    de hacer más comidas es doble: mantener los niveles de
    glucosa en sangre estables todo el día (evitando las
    bruscas subidas y bajadas de azúcar de unas comidas
    copiosas seguidas de cinco o más horas de ayuno), y evitar
    la somnolencia y la bajada del rendimiento producidos por las
    comidas abundantes, que también conllevan más
    obesidad. Así pues, comer cada tres horas y media o cuatro
    horas es un buen punto de partida.

    Hablando de la composición de las
    comidas
    , la moda actual es
    evitar las grasas, porque se cree que son perjudiciales para la
    salud y engordan. Esto no es del todo cierto. Lo que engordan no
    son las grasas, sino la brusca elevación de insulina
    producida por una ingestión de carbohidratos de alto
    índice glucémico (los que se convierten
    rápidamente en glucosa en la sangre: el azúcar de
    mesa, los dulces, el pan blanco, las pastas). Si se siguiera una
    dieta a base de grasas y proteínas exclusivamente no se
    engordaría, puesto que nunca estaría presente la
    descarga de insulina responsable de llevar la grasa a los
    adipocitos de nuestro cuerpo.

    Algunas tendencias actuales en dietética
    aconsejan una proporción de un 40% de las calorías procedentes de los carbohidratos
    (alimentos energéticos), un 30% de proteínas, y un
    30% de grasas. Los carbohidratos deben ser, en su mayoría,
    de bajo índice glucémico, como las verduras, las
    legumbres o las frutas. Las grasas deberían ser
    principalmente no saturadas, es decir, no procedentes de fuentes
    animales

    Puede parecer que un 30% de proteínas sobre el
    total de los alimentos ingeridos es demasiado. Esta, al parecer
    de muchos, elevada ingestión de proteínas (carne,
    huevos, pescado, lácteos),
    hace que se eleven nuestros niveles de dopamina y noradrenalina
    en el cerebro, neurotransmisor activadores, lo cual
    favorecerá a todo aquel que tiene que realizar una tarea
    intelectual. En especial deberá tenerse cuidado en seguir
    estas reglas en la comida previa al periodo de actividad.
    Sería recomendable comer unas dos horas antes, y, como ya
    he mencionado, no consumir pan, azúcar, pastas o
    similares, sino frutas, verduras y legumbres. Además, una
    fuente de proteínas con bajo contenido en grasa, para
    evitar la sensación de somnolencia provocada por la
    ingestión de lípidos y
    glúcidos, lo cual es adecuado para estimular la
    producción de dopamina, que nos mantendrá
    despiertos, concentrados y en estado de alerta. Durante la
    actividad, para evitar posibles bajadas de azúcar en
    sangre (y de energía), se pueden consumir frutas (excepto
    plátanos y uvas, ricos en glucosa) como fuente de
    carbohidratos, y un batido de proteínas en polvo de las
    que se comercializan para deportistas, fáciles de
    asimilar. Después de la tarea, y antes de ir a dormir, se
    puede elevar la cantidad de carbohidratos, lo cual
    producirá somnolencia, ideal para un adecuado descanso de
    cara al día siguiente.

    14. Sustancias
    perjudiciales para el intelecto

    Describamos algunas sustancias y productos consumidos
    usualmente por un elevado porcentaje de la población, y que perjudican a nuestro
    rendimiento intelectual y a nuestra salud

    Empezamos por las bebidas alcohólicas, tan
    utilizadas en nuestra cultura cristiana. Una pequeña
    cantidad de alcohol produce desinhibición, lo cual nos
    hace olvidar de momento timidez, problemas personales y
    complejos. Sin embargo, en cuanto se sobrepase un cierto
    límite, que puede ser bastante bajo, el alcohol produce
    depresión del sistema nervioso
    central, con disminución de las facultades. Además,
    destruye una larga lista de vitaminas en el organismo.

    El tabaco, otra de las drogas legales, es
    también perjudicial. Produce una estimulación
    momentánea, deseada en algunos momentos, debido a la
    estimulación que produce la nicotina sobre los receptores
    nicotínicos del cerebro. Pero ya saben que todo lo que
    sube baja, así que después de esa
    estimulación artificial viene la caída, que puede
    evitarse tomando otra dosis, y así hasta el tabaquismo
    crónico, con sus problemas pulmonares y cardiovasculares.
    Además, destruye varias vitaminas, como en el caso del
    alcohol.

    La píldora anticonceptiva, el método
    contraceptivo más seguro y usado
    por las mujeres, es también perjudicial en la medida en
    que destruye algunas vitaminas. El mecanismo de la píldora
    es bastante simple: tomar hormonas
    femeninas para que, ante un exceso en el cuerpo, no se produzca
    la ovulación por efecto rebote. Ese exceso de hormonas
    femeninas provoca un descenso en la ya baja cantidad de
    testosterona que tiene la mujer, con lo
    que disminuye su agresividad, capacidad de decisión, ganas
    de luchar, competitividad, etc.

    Los antibióticos perjudican, porque
    destruyen la flora bacteriana del colon, la cual sintetiza, en
    condiciones normales, algunas vitaminas. A ello se debe el
    cansancio que se siente cuando se toman tales medicamentos,
    usados indiscriminadamente en todo tipo de resfriados y gripes,
    cuando el agente causante es un virus, contra los
    que no pueden hacer nada, puesto que su acción es
    antibacteriana.

    Los antidiabéticos orales son
    también perjudiciales, por destruir vitamina
    B12
    .
    Los antiepilépticos destruyen ácido
    fólico y vitamina D
    .

    Cuidado también con algunos antidiarreicos
    y antitusígenos (medicamentos para la tos) bastante
    populares, porque contienen opio o derivados suyos. La
    especialidad Salvacolina contiene opio; algunas
    otras marcas para el mismo padecimiento contienen derivados
    opiáceos. Lo mismo ocurre con los jarabes para la tos del
    tipo Inistón (no sólo contiene
    codeína, un opiáceo, sino también
    pseudoefedrina, estimulante).

    Acabamos citando algunos alimentos que contienen
    antivitaminas. La clara de huevo cruda contiene
    avidina, que destruye biotina (vitamina B8). El
    pescado crudo contiene tiaminasa, la cual destruye tiamina
    (vitamina B1).

    Eviten también seguir regímenes
    adelgazantes inapropiados, tan de moda. El consumo de productos
    light lleva a tomar lácteos desnatados, los cuales
    pierden la vitamina D. El esfuerzo de algunos fabricantes por
    reintroducir después esta vitamina es infructuoso, por
    mucho que digan en los envases, puesto que es liposoluble y
    sólo puede existir en un medio graso. La ausencia de
    vitamina D hará que el calcio no se fije en los huesos,
    así que por mucho calcio artificial que añadan a
    los lácteos desnatados, no se consigue nada. Con el
    proceso de desgrasado también se pierde la vitamina A,
    fundamental para la vista y la piel. No
    olviden que lo que engorda no es la grasa, la cual circula por el
    torrente sanguíneo durante bastante tiempo antes de
    acumularse, sino la hipersecreción de insulina producida
    por la ingestión de carbohidratos de alto índice
    glucémico (pan, pastas, cereales refinados, dulces). Ese
    exceso de insulina es lo que lleva la grasa circulante a los
    adipocitos, engordando. Si se tomara sólo grasa, sin
    carbohidratos, nunca se engordaría. Pero no caigan en el
    extremo de las dietas a base de grasas y proteínas
    exclusivamente. Es cierto que hacen perder peso de forma
    dramática, pero en su mayoría es tejido proteico y
    agua. Además, cuando el organismo no recibe la cantidad de
    carbohidratos necesaria para el cerebro (96 gramos de glucosa
    diarios) y para mantener el metabolismo activo, obtiene la
    glucosa de las proteínas, produciendo durante el proceso
    una gran cantidad de toxinas y cayendo en un estado de cetosis,
    intoxicación que pasa factura a la larga. Es mejor obtener
    la glucosa necesaria para el organismo de las frutas, verduras,
    legumbres y cereales sin refinar, con lo que se consigue un
    estado plenamente energético y de paso se evita la
    hipersecreción de insulina, con los problemas que
    conlleva: obesidad, enfermedades
    cardiovasculares y diabetes del
    adulto, sin olvidar un estado de somnolencia y de apatía
    que perjudica a toda actividad.

    15. Alimentos
    perjudiciales para el intelecto

    Citamos ahora algunos tipos de alimentos que no por ser
    comúnmente ingeridos dejan de ser nocivos para el
    funcionamiento de nuestro cerebro.

    1. Carbohidratos de alto índice
    glucémico
    (dulces, pan, pastas, chocolate y
    derivados, y, en general, todos los productos ricos en glucosa
    y/o sacarosa).

    El índice glucémico es la velocidad con
    que un carbohidrato (alimento fuente de energía) se
    convierte en glucosa en el torrente sanguíneo (la glucosa
    es el azúcar directamente utilizable por el organismo y el
    combustible del cerebro). A la glucosa se le da el valor
    estándard de 100. La ingestión de glucosa pura
    produce una elevación brusca de su nivel en sangre, lo
    cual incita al páncreas a producir una elevada cantidad de
    insulina para metabolizarla (los diabéticos necesitan
    inyectarse la insulina para absorber ese azúcar
    sanguíneo). El resultado es que poco tiempo
    después, dependiendo de la sensibilidad del individuo a la
    glucosa, el nivel de azúcar en sangre está
    más bajo de como estaba antes de la comida, con la
    consiguiente sensación de cansancio, adormecimiento y bajo
    rendimiento. No olvidemos que si hay poca glucosa en sangre, el
    cerebro lo nota rápidamente y tiende a
    aletargarse. 

    Los alimentos con índice glucémico cercano
    a 100 tienen este efecto sobre el organismo. Entre ellos tenemos
    a la sacarosa (el azúcar común de mesa, con la cual
    se fabrican todos los productos dulces al paladar). Pero no es el
    azúcar el único malo de la película. Hasta
    hace unos años era comúnmente creído que la
    clasificación fundamental de los glúcidos era
    dividirlos en carbohidratos simples y carbohidratos complejos.
    Entre los primeros están la citada sacarosa, la fructosa y
    la glucosa. Los últimos son los polisacáridos,
    entre los que se incluyen féculas y almidones. Se
    decía que estos últimos, puesto que están
    formados por una gran cantidad de los primeros y tienen que
    descomponerse en azúcares simples, tenían un paso
    gradual a la sangre, con lo que no provocaban esa excesiva
    producción de insulina, nefasta como hemos dicho. La
    realidad es bien distinta. Hay un azúcar simple, la
    fructosa, que se convierte lentamente en glucosa, y no incita a
    esa reacción corporal tan perjudicial. Su índice
    glucémico es alrededor de 20. En cambio, las
    pastas (macarrones, spaguettis, etc) están compuestas de
    polisacáridos, pero su índice glucémico
    ronda el valor de 70, por lo que van a perjudicarnos de la manera
    en que hemos explicado.

    Los carbohidratos de alto índice glucémico
    tienen aún otro efecto adverso sobre el rendimiento
    intelectual. Se trata de que todos nuestros procesos cerebrales
    (cognitivos y emotivos) están dirigidos por unas
    sustancias llamadas neurotransmisores. El organismo los produce a
    partir de unos determinados aminoácidos, llamados
    precursores. Los aminoácidos son los componentes de las
    proteínas, el principio alimenticio encargado, entre otras
    funciones, de aportar la materia prima
    para construir y regenerar el organismo. Son alimentos ricos en
    proteínas la leche, los
    huevos, la carne y el pescado. Los productos vegetales
    también aportan proteínas (algunos en cantidades
    considerables, como la soja), pero estas proteínas son
    incompletas porque son deficitarias en alguno de los
    aminoácidos esenciales, los cuales tienen que estar
    presentes todos a la vez en el momento de la absorción
    para que el cuerpo vuelva a ensamblarlos, junto con los no
    esenciales, que pueden no estar presentes en la comida, para
    formar tejido proteico, células, etc. Es decir, todas las
    proteínas vegetales tienen una cantidad muy pequeña
    de alguno o algunos de los aminoácidos esenciales, con lo
    cual no hay prácticamente síntesis proteica. La
    opción para los vegetarianos consiste en mezclar un
    alimento al que le falte un determinado aminoácido con
    otro que sea una buena fuente suya, y que el primero, a su vez,
    supla las deficiencias del segundo. Se trata de una tarea
    difícil, y que requiere estar bien informado de la
    composición de cada tipo de proteína vegetal . De
    lo contrario, pueden aparecer problemas de salud y, por supuesto,
    bajo rendimiento intelectual.

    Paradójicamente, el triptófano,
    aminoácido precursor del neurotransmisor encargado del
    sueño y de la estabilidad emocional (serotonina), no
    atraviesa la barrera sangre/cerebro al ingerir proteínas,
    aunque esté contenido en éstas, porque siempre
    llegan antes los aminoácidos precursores de los
    neurotransmisores activadores (tirosina y fenilalanina) y los
    aminoácidos neutros. Esto impide que el triptófano
    acceda al cerebro y que se eleven significativamente nuestros
    niveles de serotonina. El triptófano llega al cerebro
    cuando se ingiere un alimento con una cantidad
    prácticamente nula de proteínas y rico en
    carbohidratos de alto índice glucémico. Así,
    cuando comemos dulces, patatas, pan o pastas, si no tomamos una
    cierta cantidad de proteínas, el aletargamiento
    será doble: por un lado, el producido por la bajada de la
    glucosa sanguína y, por otro, el provocado por el acceso
    del triptófano al cerebro, ahora no dificultado por los
    otros aminoácidos, que va a elevarnos significativamente
    nuestro nivel de serotonina, la cual nos va a incitar a dormir, y
    no a jugar al ajedrez.

    Debemos indicar que el índice glucémico de
    un carbohidrato se reduce al acompañarlo de otro alimento,
    puesto que se retarda la absorción. Es difícil
    calcular el índice de una comida compleja, pero lo dicho
    anteriormente vale como esquema a seguir.

    Me van a permitir hacer un comentario curioso. Los
    famosos productos light, a los que se les quita casi todo su
    contenido en grasa, pueden engordar más que su origen no
    desgrasado, ya que el índice glucémico se eleva al
    eliminar la grasa. Se produce más insulina y, por tanto,
    más almacenamiento en
    el tejido adiposo. No olvidemos que la grasa se almacena por la
    acción de la insulina. No es la grasa la que engorda, sino
    la insulina producida por los carbohidratos ingeridos. Eso
    explica que nuestra sociedad esté cada día
    más mentalizada en un bajo consumo de grasa y, sin
    embargo, haya cada vez más obesidad.

    2. Exceso de grasas en la
    dieta.

    Los alimentos ricos en grasa son los que más
    tiempo tardan en pasar del estómago al intestino, donde
    son absorbidos. Requieren de una digestión lenta, por lo
    que se envía una gran cantidad de sangre a la zona
    abdominal, para facilitar la tarea. Por tanto, va a llegar menos
    sangre al cerebro. Al estar peor irrigado, su funcionamiento no
    va a ser óptimo. Igual que en el apartado anterior, en
    lugar de jugar al ajedrez, tendremos ganas de echarnos la
    siesta.

    3.Una dieta baja en
    proteínas

    Los médicos llevan décadas
    diciéndonos que un exceso de proteínas es
    perjudicial porque satura los riñones. Se ha venido
    recomendando una ingestión de aproximadamente un 15-20% de
    proteínas del total de calorías, incluso en
    deportistas. 

    No vamos a tratar aquí, porque no es el lugar
    apropiado para hacerlo, cuál debería ser el reparto
    del total de calorías entre proteínas,
    carbohidratos y grasas. Se trata de un tema muy debatido en
    nutrición, aparte de que no me gusta hacer afirmaciones
    dogmáticas sobre ningún tema, porque cada individuo
    es distinto, y lo que funciona para uno, puede no servir para
    otro. 

    Me limito a señalar que las tendencias actuales
    recomiendan un reparto de un 40% para los carbohidratos, un 30%
    para las proteínas, y un 30% para las grasas. Entre los
    dietistas que defienden esta postura está Barry Sears,
    quien describe en sus obras cómo de esta forma puede
    regularse la secreción de insulina y de glucagón
    (su hormona antagónica: si la insulina se encarga de
    llevar la glucosa hacia los depósitos corporales, ya sea
    en forma de glucógeno, ya sea en forma de grasa cuando los
    depósitos están llenos, el glucagón, por su
    parte, se encarga de liberar glucosa en sangre cuando se
    necesita) de manera que tengamos una buena salud, un perfecto
    rendimiento físico e intelectual, y evitemos la obesidad y
    el exceso de insulina, causas de los males del hombre
    moderno.

    Lo que importa para nuestros propósitos es
    consumir una cantidad suficiente de proteínas completas
    para asegurarnos la producción de los neurotransmisores
    activadores (dopamina y noradrenalina).

    16.
    Advertencia

    Los contenidos aquí expresados tienen un carácter puramente informativo. No
    fomentamos el consumo de las sustancias aquí descritas ni
    tenemos relación alguna con sus fabricantes o
    distribuidores, por lo que nuestro propósito no es nunca
    publicitario. No nos hacemos responsables de las consecuencias de
    la toma sin control de cualquiera de los productos tratados en el
    presente escrito. Antes de pensar en utilizar cualquier
    sustancia, debe consultar a su médico

    17.
    Copyright

    La información de este documento puede ser
    libremente copiada, distribuida y ofrecida en forma de
    publicación impresa, en web o para
    descargar, de cualquier forma y en cualquier medio, total o
    parcialmente, siempre que sea de manera gratuita y mencionando la
    fuente (nombre del autor, tema, título y dirección de la web http://www.drogasinteligentes.com/).
    Para cualquier cuestión relativa a este tema, pueden
    escribir a

    18. Sobre el autor

    Juan Carlos Ruiz Franco cursó la carrera de
    Filosofía en la Universidad
    Complutense de Madrid y es
    profesor de
    Filosofía de Enseñanza Secundaria. Cuenta también
    con los títulos de Especialista Universitario en "Ciencia,
    Técnica y Sociedad" por la Facultad de Sociología de la UNED, de diplomado en
    Nutrición Deportiva por varias escuelas de Educación
    Física. En la actualidad estudia la licenciatura de
    Psicología.

    Sus aficiones son la cultura física y el ajedrez.
    Es entrenador nacional de fisicoculturismo y monitor
    autonómico de ajedrez, aplicando los conocimientos de
    nutrición y farmacología a las actividades
    físicas e intelectuales, habiendo publicado numerosos
    artículos en distintos medios impresos y en portales de
    Internet.

    Es también webmaster y co-director del portal de
    ajedrez Hechiceros del Tablero http://www.hechiceros.net 

    Editorial Paidotribo http://www.paidotribo.com
    ha publicado su libro sobre drogas inteligentes. En la
    web http://www.drogasinteligentes.com
    pueden ver más información.

    Para cualquier cuestión relativa al tema de esta
    selección de artículos o al libro "Drogas
    Inteligentes", pueden contactar en la dirección

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    El autor (derecha), con Viswanathan Anand,
    campeón del mundo de ajedrez año 2000

    Juan Carlos Ruiz Franco

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