"El oráculo había determinado que
NARCISO viviría muchos años únicamente si
se abstenía de contemplarse a sí mismo. Pero como
entonces no existía espejos se supuso que nada
perturbaría su sereno envejecimiento. Sin embargo no
encontraba sosiego, pues su belleza provocaba amores
turbulentos que él no retribuía de tan ocupado
que estaba en preocuparse por sí mismo. Hasta que una de
las ninfas rechazadas clamó venganza a los dioses y sus
plegarias encontraron eco. Narciso fue atraído al centro
de una laguna espejada, se inclinó fascinado ante el
reflejo de su propia imagen y se
precipitó en ella. El presagio se cumplió, por
contemplarse murió."
El Autismo y la
falsedad del Narciso posmoderno
Dentro de cinco años, la Argentina
conmemorará dos siglos de la Revolución
de Mayo, que le dio la entidad de país libre, y
éste nuestro país, la Argentina: viene arrastrando
más dudas que respuestas, hasta a veces parece que
sólo de un hilo pende su esperanza de progreso.
Aquí confluyeron diversos pueblos, cada uno con
su cultura, cada
uno con una cosmovisión diferente para construir una
nación
bajo los preceptos que la revolución
francesa instaurara.
Un tiempo antes
se pensó en América
como el paraíso, como el edén bíblico; las
nueva Europa.
Pero pocos tomaron en cuenta la cosmovisión del
aborigen; los pormenores del choque de culturas o bien el
sometimiento de una sobre la otra.
Una América, ya errante, busca su independencia
y su identidad en
las luchas internas; batallas, héroes revestidos de
gloria, la emancipación, el grito de los pueblos libres,
¿y luego qué?
No hay libertad para
América, ella sigue siendo esclava de otros dominios, de
otros opresores, que ni rostro tienen.
En el pueblo argentino nada ha tenido más
fuerza, que el
síndrome de la FATALIDAD y el complejo de la MINUSVALIA.
Pero un país se construye más en consensos que en
el enfrentamiento; más allá del resentimiento de
vencedores y vencidos, con las conquistas, con las miserias, que
la historia oficial
cubrió en pos crear la imagen del patriota ejemplar para
un país que se pensaba ejemplar.
Es cierto "La revolución
es un sueño eterno", una utopía afincada en los
pueblos, como tantas otras para que el vivir orgullosamente en el
terruño y cumplir con los deberes y derechos de la patria tenga
sentido.
¿Y el progreso y la felicidad de los pueblos?:
son las utopías postergadas, que se subordina al
sueño de la revolución, ¿lo otro?, aun se
hace esperar en cada esquina del tiempo, en cada promesa, que
dudosa se escucha en las épocas electorales, como un
juego donde el
orador y los receptores ya no se pueden creer, sino acogerse al
oportunismo y a la hipocresía.
En otro tiempo se buscaron soluciones en
los cuarteles, de los cuales solo salieron a cometer atrocidades
en las calles, o como también el accionar de algunos
gobernantes, que incapaces y mediocres solo supieron ganarse
causas judiciales de malversación y enriquecimiento; pero
esto es otra pasión nacional: siempre será
maravilloso sentirse victimas; de los malos gobernantes, del
imperialismo,
de la
globalización, del destino, del demonio,
etc.
Siendo victimas seremos amados desde la lastima,
¡pobre Argentina! ¡Pobres argentinos!
Como es en este tiempo, antes también la DUDA
ahuyentaba los sueños y esperanzas; nuestros
próceres prefieren el retiro o en todo caso el exilio
forzoso que los lleva al exilio europeo, en el primer caso: el
abatimiento, la desazón, la lucha infructuosa, terminan
por desacreditar la
empresa.
Simón Bolivar
expresó "en América no hay fe entre los hombres y
sus naciones. Los tratados son
papeles; las constituciones, libros; las
elecciones son combates; libertad, anarquía Y la vida un
tormento".
Descartes decía: "yo había advertido,
desde hacía mucho tiempo, que a veces es necesario seguir
opiniones inciertas como si fueran indudables. Pero como
sólo deseaba investigar la verdad, pensaba que lo dudoso
era absolutamente falso".
La seguridad nace en
el yo, en la conciencia del
individuo,
mediante la cual cada persona se hace
cargo de su propia identidad y de sus relaciones con el
medio.
El individualismo se opone al pensamiento
social, y pone en duda los valores
establecidos; hoy ya nada sorprende, la perdida de valores no es
una novedad, la minusvalía se apoderó del hombre
argentino, la capacidad ya no se valora, estos son fundamentales
en una sociedad. El
valor del
esfuerzo, de la jerarquía, del conocimiento,
son resultantes de una buena educación. En la
argentina eso no es tan importante:
En Hong Kong, China: Leung
FungY. Es un estudiante secundario que dedica un promedio de
sesenta horas semanales al estudio. En época de
exámenes escapa de su ruidoso departamento y no encuentra
lugar en la biblioteca de su
escuela, atestada
a toda hora.
Por ello se refugia en los salones de tránsito
del aeropuerto internacional KAI TAK, donde puede estudiar en
paz.
Sin embargo, como casi la mitad de sus
compañeros, Leung piensa que sus esfuerzos nunca bastan:
sólo uno de cada veinte consigue un lugar en la universidad.
En Jujuy, el ministerio de Educación promueve de
manera automática a los alumnos primarios y secundarios de
la provincia debido a los escasos setenta días de clase que han
tenido en el año por huelgas y otros problemas. No
es la primera vez que en las jurisdicciones provinciales se
recurre a esta fácil solución.
En SEUL, COREA DEL SUR Frente al edificio de la
Universidad Sung Kyun Kwan, en una madrugada de invierno, los
padres rezan abrazados a sus hijos antes del examen, para el cual
los jóvenes se prepararon durante un año durmiendo
cuatro horas diarias (dormir cinco equivale al fracaso). Al cabo
de ese examen, ingresarán a la universidad uno de cada
cuatro aspirantes.
En Mendoza, la familia
R.M. está indignada. Rolo, el hijo mayor, acaba de ser
reprobado en el examen de física del curso de
ingreso a la facultad de Medicina.
Aunque reconoce que al hijo nunca le gustó la
física (¿Para qué sirve la física?,
piensan tanto el padre como el hijo), el señor R.M. se
reúne con otros padres igualmente enfurecidos por la
dificultad del examen. Deliberan, se asesoran ¿con un
profesor de
física? No, con un abogado.
Deciden presentarse ante el juez y pedir su amparo. Motivo:
"examen difícil". Reacciones semejantes se han producido
en Tucumán y La Plata.
Es frecuente escuchar que un alumno consigue éxito
porque es inteligente o tiene suerte. En consecuencia, tampoco su
fracaso depende de él. La culpa esta afuera, se debe a
causas inmanejables.
Pero no se piensa así en otros países; el
éxito depende en primer lugar del esfuerzo y el trabajo
sistemático, la "suerte" no participaba de esta
ecuación. Si algo no marcha bien como se desea, pues hay
que redoblar el esfuerzo.
Esto mismo se ve en la música, en lenguaje
actual, que mantiene una perpetua relación
dialéctica con la sociedad; sus caminos se cruzan e
influyen de tal forma que resulta imposible determinar las
direcciones que toma, Borges
decía "así como habla la gente, así es la
gente".
Volviendo a nuestra situación actual, puede
decirse que la presente crisis es el
fruto amargo de la quiebra o
hundimiento de los subsistemas, que son base y coronamiento de la
economía,
el derecho y la política, que define
los caracteres fundacionales de la nación
argentina, su conformación como comunidad
diferenciada en un territorio (como el moral -en
concreto, los
usos y costumbres sociales) han mostrado crudamente sus profundas
fracturas y deficiencias. No es exagerado afirmar que está
en juego la identidad diferencial de los argentinos.
Pero tampoco parece necesario recordar el rico
significado de la palabra crisis. Dice Hölderlin que
allí donde está el peligro, está la
salvación.
La Argentina se encuentra en peligro, precisamente por
las mismas razones por las que puede salir renovada y
victoriosa.
Este doble carácter de las situaciones de
desequilibrio y riesgo, permite
hacer dos lecturas de la situación, y trazar sendas
líneas de evolución.
Existe la perspectiva sombría, pesimista, que
augura mayores males al pueblo del Plata, en razón de
constantes históricas que no parecen haber sido realmente
superadas. También existe la perspectiva luminosa, que
apuesta a las capacidades de reacción y de
regeneración de una población bien dotada
individualmente.
Cabe preguntarse si alguna vez hubo un SUEÑO O UN
IDEAL ARGENTINO, es decir, no exclusivamente porteño, sino
argentino en toda su diversidad. Cada afirmación parece
desacreditar esa postura, la Argentina es en su esencia una suma
de relaciones antagónicas, que no se aúnan en los
grandes objetivos,
sino que se busca desentrañar en su pasado, en la actitud de
cada ser, no por nada la cantidad de psicólogos argentinos
se estima en 38.000: 949 habitantes por cada psicólogo, o
105 psicólogos cada 100.000 habitante, si lo comparamos
con países desarrollados, donde hay entre 24 y 45
psicólogos cada cien mil habitantes.
Un pais confuso, que a veces se expresa mediante las
letras de sus artistas, como por ejemplo en el tango, Enrique
Santos Discépolo describió a esa sociedad
desmoronada en sus valores
morales.
En su tango Cambalache denunció que ya es lo
mismo ser derecho que traidor/ ignorantes, sabio, chorro,
generoso, estafador. El siglo veinte / es un despliegue de maldad
insolente… el que no llora no mama / ¡y el que no
afana es un gil!… Es lo mismo el que labura / noche y
día como un buey, / el que vive de los otros, / que el que
mata, que el que cura / o está fuera de la ley.
Predomina en nuestra mentalidad un individualismo poco
fecundo, porque estimula una incesante hostilidad que impide
acercar hombros y reconocer en el otro un modelo, un
colega o un auxiliar.
Argentina, como Narciso, parece contemplarse a sí
misma, este egocentrismo enfermizo, solo le deja ver sus fracasos
más que sus victorias, más en su falsa
superioridad, que en su miseria; parece que en algunas fechas
patrias la nostalgia se apoderara del ideal de porvenir
venturoso, de querer repetir lo que fue y ya no es
A doscientos años del sueño
independentista, debemos comprender que la salida no esta
pareciéndonos más en el país del norte, ni
mucho menos más allá del Atlántico, sino en
los anhelos y el esfuerzo masivo, en los valores que las Instituciones
infundan en la sociedad. Porque no todo en este largo tiempo ha
sido tan bueno como muchas veces creíamos, pero tampoco
tan malo como pensamos; retomar las utopías desde nuestra
realidad con trabajo y
esfuerzo alejará los pensamientos fatídicos, que
rondan nuestro presente; el futuro depende más de nosotros
que de nuestra suerte; mas en mirar hacia delante que buscar
respuestas en el pasado.
Busco en la muerte la
vida
Salud en la enfermedad.
En la pasión la libertad,
En lo cerrado la salida.
Y en el traidor lealtad.
Pero mi suerte, de quien jamás espero
algún bien,
Con el cielo ha estatuido. Que, pues lo
imposible
Pido, lo posible aún no me den.-
JORGE RAUL CHOROLQUE