De Sergio Kohan (Buenos Aires,
Argentina)
>Todas las mañanas asoma a mi ventana un
pequeño gorrión parlanchín, yo lo espero
ansiosamente porque me pone al tanto de todas las novedades del
barrio. A cambio yo le
doy unas migas de pan blanco remojado en leche tibia
que devora con pasión inigualable.
El me contó del coche nuevo del dueño de la
carnicería, del accidente de Pedro, el canillita de la
esquina, de la pelea que habían tenido mis vecinos de
enfrente, y hasta me dio un detalle pormenorizado sobre la
clausura del super de mitad de cuadra. Yo le cuento de mi
trabajo, de
las cosas que escribo (prometí escribirle un cuento de
aventuras donde él era el héroe y salvaba una
hermosa alondra de las garras de un tigre feroz que acechaba el
barrio, como si hubiera tigres feroces por el barrio!!), de mis
sueños y mis fantasías y hasta a veces cuando estoy
muy agobiado le cuento de mis frustraciones. Pero esto trato de
hacerlo poco, porque después se va preocupado por mis
problemas y
tengo miedo que se descuide y pueda tener algún
accidente.
Pero en realidad lo que a mi me interesa más es
saber algo de ella. No me animo a preguntarle pero estoy seguro que si la
hubiera visto me lo habría dicho de inmediato.Yo le di
todos los detalles, el color del pelo,
los ojos, le conté de su figura, su forma de caminar, y
hasta del hoyuelo que se le forma al sonreir. No le pude mostrar
ninguna foto, porque las rompí el último
día….y yo soy un mal dibujante. Si pudiera entrar
en mi memoria se
encontraría con una imagen
tridimensional, hasta percibiría su aroma, …..claro
que de eso hace diez años, algo debe haber
cambiado…….Qué hora es? Las diez, ya
tendría que haber aparecido,…nunca
falta…..otra vez el teléfono….me deben estar llamando
del trabajo…yo nunca llego tarde….En una de esas se
atrasó porque la encontró y la sigue para ver donde
vive…si …seguro es
eso…………………..Encima
tengo la entrevista
con el jefe de personal…..bueno me voy, por las dudas le
dejo las migas embebidas en leche (las tendrá que comer
frías) y un anotador con un lápiz para que me
escriba que le
pasó…………….
Un día
después:
>….No
pasó….la leche y el pan estaban sin tocar..el papel en
blanco sin mensaje alguno,..estoy preocupado…,pero seguro
aparece mañana,..me voy a dormir..la cabeza me da
vueltas….Samanta se acurruca a mis pies, escucho la música de su
ronroneo, rítmico, casi como un arrullo, mas fuerte que
nunca,….estoy molesto…..inquieto…..mañana
será otro día y van….si no viene salgo a
buscarlo……el sueño me está invadiendo…..se
apodera de mi preconciente y empieza a jugar con mis
pensamientos.
Está todo oscuro, es como un túnel,
húmedo y frío.., escucho sonido de
agua al caer a
lo lejos, como en cascada, y detrás de mí el sordo
eco de unos pasos. Me preocupo y trato de orientarme pero no se
en qué lugar me encuentro ni qué hora es. Los pasos
se acercan,…me empiezo a apurar en dirección contraria hacia no se
dónde pero tratando de alejarme, los pasos también
se escuchan mas rápido y se multiplican, me agito, mi
corazón
empieza a palpitar cada vez más fuerte, ahora estoy
corriendo….ellos también….son más de una
persona por el
eco, estoy seguro,….aumento la velocidad de
mi carrera cada vez más, …los otros también….no
se ve una luz ni un final,
sólo penumbras y el ruido del agua
al caer que se confunde con los pasos en una especie de danza, es una
sinfonía de la desesperación….ahora me parece ver
un punto de luz allá a lo lejos, a qué distancia?
No puedo precisarlo, apenas un punto en la distancia, pero no
puedo distraerme, …si tropiezo y caigo estoy
perdido…..empiezo a transpirar copiosamente, cuánto
llevo corriendo? , perdí la noción del tiempo, se me
nubla la vista, mi sudor moja mi pelo y cae a chorros por mi
frente, inunda mis ojos, NO PUEDO VER NADA,…están cada
vez mas cerca, estoy exhausto, y ellos están cada vez mas
cerca, los escucho hablar,…no entiendo el idioma pero se
acercan, no puedo correr mas…Dios..dame fuerzas….,las piernas
ya no las siento, tengo puntadas por todas partes, me falta el
aire, tengo que
aguantar, por favor…..ya están casi sobre
mí,…no me quiero dar vuelta, siento sus respiraciones
agitadas, un aliento pestilente me inunda y me da náuseas,
no doy más,….voy a explotar del dolor, ya están
casi encima mío……por Dios…que termine
rápido…..baaaasssssstttttttaaaaaaaaa………,veo la
sombra de una mano de reojo, se está por apoyar sobre mi
hombro…….., me van a
detener…..NNNNOOOOOOO………………………..
>
>Despierto sobresaltado, bañado en sudor, la almohada
parece una esponja……Samanta me pasa su áspera lengua por la
frente…..me mira con sus ojos verde brillante que resaltan
sobre su negro azabache…..no entiende nada…..yo
tampoco…..me esfuerzo por volver a dormir……cansado de
llorar durmiendo………….
Después de un
día infernal: Uf, qué día
>Tuve un día infernal..al salir me olvidé de
cerrar la puerta y Samanta escapó hacia la terraza, cuando
me dí cuenta estaba por saltar al edificio vecino, la
atrapé al vuelo y casi nos caemos los dos al vacío
con todo el riesgo que ello
llevaba (yo estoy en las primeras clases de vuelo y no me tengo
confianza con alguien mas encima), por suerte pude mantener a
duras penas el equilibrio (me
quedé balanceándome en la cornisa como quince
segundos que me parecieron dos horas), con no poca dificultad
apoyé los dos pies sobre el suelo y tratando
de mantener la calma la entré a casa, no sin darle antes
un merecido sermón (no me gusta gritar, porque el gritar
te desvaloriza, pero la situación lo ameritaba) con una
penitencia para todo el día: le prohibí encender el
televisor (es fanática del
cartoonnetwork).
Me fui apurado, lo mejor es tomar el subte me
dije…..para qué….se quedó parado cuarenta y
cinco minutos entre Pueyrredón y Pasteur y ni siquiera nos
abrieron las puertas para recibir un poco de aire. Yo que soy un
poco claustrofóbico empecé con arcadas y me
descompuse (le vomité encima a un señor trajeado
– debía ser abogado- y a una pobre anciana que
llevaba un sombrero con una pluma). Cuando ya me estaban
atendiendo (misteriosamente el vagón había quedado
vacío) dos jóvenes muy amables que decían
ser médicos, arrancó y todo volvió a la
normalidad (si eso es normalidad). Cuando me bajé en la
estación me llamaba la atención que todo el mundo me miraba y se
asomaban por la ventanilla y me hacían gestos que no
llegué a comprender, me debían haber confundido con
un actor famoso.
Llegué tarde al trabajo, me eché un poco
de desodorante de ambientes porque me sentía cierto olor
extraño, discutí con mi jefe, le tiré el
café a
mi compañero de oficina, se me
cayó el celular al inodoro, me desapareció la
billetera (debieron haber sido los médicos del subte que
me hicieron quitar el saco) y me tuve que volver caminando porque
me tocó cerrar la oficina por haber llegado tarde y sin
darme cuenta cerré la puerta con la llave adentro. El
quilombo que se va a armar mañana cuando quieran
entrar!!
>Por suerte (previsor yo, je) tengo un juego de
llaves dentro de casa, me colé cuando abrió el
portón de calle un vecino y en la puerta de mi
departamento tuve que rogarle a Samanta que seguía enojada
que me pasara la llave por debajo de la puerta (no le
enseñé a abrir sola por una cuestión de
seguridad). Una
vez adentro no sin antes agarrar las treinta y tres llaves que me
pasó por debajo de la puerta antes de la verdadera (se ve
que se le había pasado el mal humor y ahora estaba
chistosa) me dirijí corriendo hacia la ventana (primero
tuve que perdonar a Sam como parte del trato por la entrega de
las llaves y permitirle ver el Cartoonnetwork, a veces pienso que
tengo el si fácil y no soy todo lo estricto que
debiera).
Al principio me alegré porque alguien
había comido y bebido pero enseguida me di cuenta que no
podía haber sido él, estaba todo salpicado (es muy
prolijo para comer), había huellas de patas grandes y no
había ninguna nota escrita. Estaba claro, fue una paloma
por el tamaño de las patas y porque ellas no saben
escribir con lápiz. Allí junté coraje y la
llamé a ella…primero me atendió fríamente
y cuando le pregunté si no la había visitado un
gorrión parlanchín se puso como
loca…empezó a gritarme por teléfono si
después de diez años lo único que se me
ocurría era preguntarle semejante boludez, que se ve que
yo no había cambiado nada, que me la pasaba en las nubes
(juro que no le conté que estaba aprendiendo a volar!),
que cuándo iba a madurar y que no la llamara nunca
mas….y me cortó…..Yo le pensaba preguntar por el
hermano y el padre pero no me dio tiempo.Indudablemente ese no
era mi día, angustiado me fui a la cama sin comer, ni
siquiera la acompañé a Samanta con la cena,
borré del grabador la pesadilla del día anterior, y
caí fulminado en el más pesado de los
sueños…..
La maldita
tormenta:
>…alrededor de las tres de la
mañana me sobresaltó el ruido de las ramas de los
árboles
golpeando contra la ventana debido a la furiosa tormenta que se
había desatado….Samanta nerviosa pasaba por encima
mío una y otra vez provocándome gran
fastidio…en un principio pensé en ir a entrar el
plato con el anotador…pero yo los tenía bien
asegurado en una especie de casilla con techito (como las paradas
de colectivos) y realmente estaba muy cansado y quería
seguir durmiendo….con mucho espfuerzo lo logré a
pasar de Los ruidos……me desperté a la hora
de siempre…..no se si por el despertador o por los
maullidos alucinados de Sam. Estaba como loca, nunca se
había puesto así por una tormenta, y ademas ahora
todo era calma y quietud…Basta Sam!!!!!….me
levanté pesadamente, la cama era un revoltijo y antes de
ir a bañarme hice el viaje de rutina (ya sin esperanzas)
hacia la ventana..oh sorpresa….no estaban ni el plato
plástico
ni el block con el lápiz…..preocupado abrí
la ventana de golpe y asomé la mitad de mi cuerpo en busca
de algún rastro en la vereda…..con dificultad (no
tenía los anteojos puestos) pude ver el plato dado vuelta
cerca del árbol de entrada pero no había rastros de
nada mas….que raro….cierro la ventana y me decido a
bañarme cuando Sam empieza de nuevo a maullar a mas no
poder y de un
salto empieza a raspar la ventana….allí veo algo
raro…como una mancha del otro lado…no se ve muy
claro (tendría que ir por mis lentes)…saco la mano
y con gran esfuerzo trato de tocar la
mancha…..parece….sangre?…de
golpe miles de imágenes y
sonidos de la noche pasan a la velocidad de la luz por mi
mente….me dirijo corriendo hacia la puerta, la abro y bajo
corriendo las escaleras descalzo, en pijamas y con las llaves en
la mano….Samanta que me sigue me pasa en velocidad y me
espera desesperada junto a la puerta…..como un idiota sin
los lentes tardo una eternidad en meter la llave y poder abrir,
Sam me empuja como queriendo ayudarme sin darse cuenta que me
pone mas nervioso…al fin la encajo y salimos a la vereda
en un suspiro …yo empiezo a mirar hacia todas partes pero
Sam se dirije como un rayo unos treinta metros hacia la mitad de
cuadra y se detiene bruscamente y empieza a maullar
desesperadamente, yo salgo casi volando hacia
donde…esttaaa ellla….NOOOOOOOOOOOOO….con su
hocico negro está apuntando hacia él,….con
su cabecita destrozada….tirado cerca del
cordón…..Lo tomo entre mis manos con mucho cuidado
y volvemos corriendo a casa, subimos las escaleras (Sam esta vez
no me pasa, me sigue a pesar de mis dificultades para subir),
entramos cerrando la puerta de un portazo y vamos a la
cocina.
Allí lo coloco en medio de la mesa y me siento a
observarlo absorto e incrédulo de lo que estaba viendo.
Sam se sube y con su lengua le limpia la sangre, era como una
especie de rito de purificación. Yo la miro
hacer…..estuve así dos, tres, cinco horas. No fui a
trabajar, no se si sonó el teléfono, no escuchaba
nada, no veía nada, o sólo lo veía a
él.
Había llegado el momento tan temido, no
podía llorar (ya no puedo llorar concientemente,
sólo en sueños o dormido), sólo mirar. Me
fijé en la hora, no era tan tarde, me vestí
rápidamente y fui hasta la maderera más cercana,
(cuando iba a mitad de cuadra vi tirado el block, lo tomé
y en la primera hoja estaba escrito : LA ENCONTRE – era su letra,
yo le había enseñado a escribir en imprenta
mayúscula-) compre todo lo que necesitaba y más por
las dudas. Convencí al fletero que me llevara todo ahora
(tuve que darle una buena propina) y ya en casa dejé las
cosas acomodadas en el living. Primero tenía que resolver
que hacer con su cuerpito, que Sam había limpiado con
devoción y respeto. Ella me
dio la idea, fui en busca de la vieja cajita de música
forrada en terciopelo rojo, lo acomodé allí y
salimos.
Fuimos caminando hasta el parque Centenario, Sam iba a
mi lado sin maullar, íbamos en silencio, como en una
procesión fúnebre, era un rito del dolor y del
silencio, mucho dolor…..Lo enterramos al lado del museo de
Ciencias
Naturales, con la cajita de música, bien
profundamente, y le arrojé bastante cal viva encima, antes
de la tierra,
para evitar que cualquier depredador de la zona intentara
perturbarlo. No le puse cruz ni señal alguna, no se que
religión
tenía, de eso nunca hablamos. Miré por
última vez el lugar, miré a Sam y nos volvimos
caminado lentamente. Llegamos a casa y ahora si a terminar la
tarea. Primero tapé con tablas dobles la ventana y las
clavé con mas de veinte clavos, luego hice lo mismo con la
puerta del lado de adentro, terminé exhausto pero con la
convicción de la tarea cumplida. No tenía hambre ni
ganas de bañarme, fui apagando las luces por el camino y
me dirijí al dormitorio.
Me recosté tranquilo, una sensación de paz
comenzó a invadirme como nunca antes había sentido
en los últimos años, miré a Sam que me
observaba tiernamente con sus ojos verdes, me paso su
áspera lengua por mi frente, sonreí, se
acurrucó a mi lado y apagué la última
luz…….
>NOTA DE UN VECINO: Nunca más se
volvió a ver ni a oír al propietario del tercero
siete, lo raro es que las expensas y los impuestos son
pagados puntualmente. A las reuniones de consorcio viene un tal
Fernandez con un poder general del titular (certificado ante
escribano público) y nunca pone ninguna objeción a
las decisiones de la
administración. Cuando se le pregunta por el
dueño hace un movimiento
extraño con los hombros y esboza una sonrisa. Nos
tomó tres reuniones darnos cuenta que el tal Fernandez era
sordomudo. Algunos vecinos audaces aseguran que de noche si se
apoya el oído sobre
la puerta del departamento se escucha un suave y lejano maullido
y un sonido extraño, que dicen parece el ruido del aleteo
de un pájaro pequeño al volar.
FIN
Referencias:
Este cuento fue publicado en el foro Celcit en cuatro entregas
sucesivas entre los días 25 y 28 de mayo del
2005
Sergio Kohan:
Autor, Director y Actor de las obras: Simonó
(1994), 2032 (2004/05) y Viudas (2005)