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Lógica especulativa, experimental y conceptual. En Galileo Galilei




Enviado por gtreboux2002



    1. Los conceptos en
      filosofía
    2. Instrumentos y lenguaje.
      Interpretación y uso
    3. Lenguaje, discurso,
      concepto
    4. El ojo y el
      telescopio
    5. Matemáticas y
      percepción
    6. Galileo: ciencia y
      subjetividad

    En el presente estudio trataré de explorar la
    frontera
    movediza que hay entre filosofía y ciencia.
    Más precisamente, situaré este análisis de la lógica
    especulativa de Galileo Galilei
    en el territorio en que la especulación
    intuitivo-discursiva atraviesa el complejo sistema galileano
    de las ciencias,
    exponiendo y reconstruyendo su posible sentido de la
    especulación epistemológica.

    Para ello consideraré una equivalente
    teórica: los conceptos son a la filosofía lo que
    los instrumentos son a las ciencias. Ambos, concepto e
    instrumento, son yuxtapuestos técnicamente. Mientras que
    el filosofar carece de objetos, son yuxtapuestos
    técnicamente.

    Mientras que el filosofar carece de objetos, las
    ciencias producen muchos: teorías, instrumentos, métodos, y
    razonamientos demostrativos. Los instrumentos son teorías
    materializadas (Bachelard), y, sin ellos, no hay ciencia posible.
    Los conceptos filosóficos son los que permiten a la
    filosofía trazar una y otra vez sus rumbos,
    valiéndose de la historia de la
    filosofía. Si hay instrumentos filosóficos,
    estos son los conceptos, y hay filosofía mientras hay
    pensamiento,
    no equivalente al razonamiento de la lógica demostrativa
    de las ciencias. Es posible, sin embargo, pedirle al
    científico sus constancias: siempre podrá
    exhibirlas, puesto que, en última instancia, no hay
    naturaleza sin
    ciencias.

    Galileo Galilei fundamentó de muchas maneras los
    descubrimientos (inventos?
    creaciones?) que realizó. Pero, a pesar de las
    controversias con relación a sus métodos, el uso
    más eminente es instrumental: Galileo no
    enseñó física y astronomía sin telescopio. Galileo y el
    telescopio son indiscernibles, dicho esto
    estrictamente.

    1. LOS CONCEPTOS EN
      FILOSOFÍA

    Comenzaré por trazar un universo de
    definiciones lo más amplio y preciso posible de lo que
    caracteriza los conceptos en filosofía. A lo largo del
    desarrollo de
    este estudio, siempre podrá volverse sobre este trazado
    para advertir de qué manera tienen valor
    instrumental.

    a.- Los conceptos no son simples sino múltiples
    (Deleuze-Guattari). A diferencia de la "complejidad" conceptual,
    lo múltiple indica que todo concepto es desarticulable, y
    cada nuevo sentido retiene una referencia a la palabra analizada
    desarticulada en lo múltiple.

    b.- Se hallan articulados entre sí (Polanyi),
    esta articulación entre conceptos también sugiere
    los "esquemas" de Kant, Piaget,
    asì como estructuras
    gestàlticas (imágenes
    articulades)

    c.- Provienen de una base empírica
    –estímulo cuyo origen supone una historia o elección
    epistémica (Françoise Whal).

    d.- Resuenan en un contexto de información o biblioteca
    cultural (Umberto Eco), o en el mundo a secas, si renuncia a
    distinguir entre signos y no
    signos (Richard
    Rorty).

    e.- Los conceptos son a la vez ónticos y
    ontológicos (así lo sugieren filosofías como
    las de G.W.F. Hegel, J.D.
    Garcìa Bacca, M.Heidegger, Alain Badiou, Gèrard
    Jorland)

    f.- Tienen operatividad lógico –
    simbólico formal y potencian la
    inteligibilidad.

    g.- Configuran regiones de inteligibilidad
    (epistemologías), que se distribuyen y articulan (Kuhn).
    Hay un estudio de Jean-Charles Sacchi sobre la aporìa de
    la inconmensuabilidad. (Treboux, Universidad
    Nacional del Comahue, 2003)

    h.- Son endo-consistentes y exo-consistentes, con
    relación a otros conceptos o articulaciones.
    Gastón Bachelard llama a esto "el obstáculo
    verbal"

    El estudio de la filosofía a través de los
    filósofos que han escrito sobre toda
    clase de temas
    que han interesado a su pensamiento, se distingue de aquellos
    otros investigadores cuyo interés se
    reconoce más en el campo de la ciencia.
    Sin embargo muchas veces, esta distinción no es clara. Y
    es que, de muchas formas aparecen coexistencias investigativas de
    interés común al filósofo y al
    científico Esto mismo ocurre respecto a la
    filosofía y literatura, filosofía
    y religión,
    filosofía y artes.

    Podemos caracterizar negativamente al pensar
    filosófico, como aquella actividad sin objeto que
    vagabundea con permanente curiosidad por las configuraciones del
    saber e ignorar en busca de un sentido nuevo para otorgarle a sus
    ocasionales objetos.

    Nada hay antes del filosofar, sólo hay algo que
    aparece como producto con
    referencia al objeto filosóficamente tratado.

    Y hay otra forma postulada positivamente, en que la
    filosofía tiene algo de que ocuparse que aparece instalado
    y antepuesto al filosofar: La historia misma de las ideas
    filosóficas. Françoise Whal dice al respecto: "La
    Filosofía –hace falta recordarlo? – en una
    historia. Si suprimimos la sucesión de secuencias
    entrelazadas que va desde Platón
    a Heidegger, qué nos queda de inteligible en el campo de
    los filosofemas?" Por la primera vía, que es negativa o
    indeterminada es donde el pensamiento parece más libre: Se
    ocupa de cualquier cosa, y cualquiera puede ocuparse del
    filosofar. Pero sólo lo parece. A poco de empezar, quien
    filosofe se verá envuelto en las cosas dichas. No se
    podrá ir muy lejos empleando nociones como
    lógica, sin situarse en el territorio de una
    densidad
    semántica . Pero no se trata aquì de
    Wittgenstein, sino de la especulaciones de Galileo Galilei, de
    una lógica especulativa realmente sorprendente, tanto por
    su posible actualidad como por la formación del aparejo
    conceptual que permite reconstruir.

    ¿Qué son los conceptos? Una vez formulada
    la pregunta, toda descripción que busque responder abre
    múltiples vías. Así, para Gilles Deleuze,
    esta multiplicidad es originaria en lo pensado:

    "No hay conceptos simple. Todo concepto tiene sus
    componentes, y se define por ellos. Tiene por tanto una cifra. Se
    trata de una multipicidad aunque no todas las multiplicidades
    sean conceptuales. No existen conceptos de un componente
    único: incluso el primer concepto. Aquel con que una
    filosofía se "inicia", tiene varios componente, ya que, en
    caso que lo determine, haya que añadirle un punto de vista
    o razón"

    En "Personal
    Knowledge" Michael Polanyi describe una teoría
    del conocimiento
    que distingue una inteligencia
    articulada e inarticulada. Es una Psicología de la
    Percepción en tres niveles:

    1.- Conocimiento tácito inefable, que distingue
    de lo inefable místico y que articula con:

    2.- El componente de información: y

    3.- El "Dominio de la
    sofisticación" y las "Operaciones
    simbólicas"

    Polanyi recurre a las analogías de la llamada
    inteligencia animal tomadas de Köller y Skinner, y la
    inteligencia humana, decisivamente caracterizada por la
    dimensión lingüística.

    Una vez instalado el sujeto en el
    lenguaje,todo su campo perceptivo caerá bajo la
    influencia de las palabras y la gramática. Y describe el lenguaje como
    toda forma de representación simbólica: "El
    lenguaje… incluye escritura,
    matemáticas, gráficos y mapas, diagramas y
    pinturas, e resumen, todas las formas de representación
    simbólica, las cuales se usan como lenguaje en el sentido
    de ser susceptible de describir un proceso
    lingüístico".

    En el "Componente tácito" de los aprendizajes,
    conductas y habilidades, hay -según Polanyi-, un
    ámbito no sabido que opera dentro de cada
    contexto.

    Para un ciclista o un pianista eximio ha técnicas
    capaces de sustentar su habilidad, que no son enseñables,
    no son transmisibles. Este saber 2no sabido2 es, sin embargo,
    operativo. Quizá por una razón económica la
    psiquis no disponga los saberes a la manera de una autoconciencia
    hegeliana sino que opera de manera situada y contextualizada, en
    la que –en su integridad- hace un uso simultáneo y
    articulado de un conocimiento que de otra manera sólo se
    explicaría desmenuzándolo por pasos. Un
    conocimiento tácito, pero del que se dispone, es
    también operativo. Es un plano de inarticulación
    – articulación, en cntextos de simultaneidad. Hasta
    aquí Polanyi.

    García Bacca induce a pensar en e registro
    óntico – ontológico de lo conceptual. EN
    Filosofía de la Música –obra
    difícil de compendiar –estudia la música, los
    músicos y los instrumentos, y, os oyentes, como situados
    en un plano físico acústico matematizable y
    formalizable, a la vez que, a través de un concepto
    estético (filosófico), se despliega lo que llama el
    fondo y base perceptiva junto con lo que la subjetividad aporta
    como ontología. Recuerda así las
    Hierofanías y Kratofanías estudiadas por Mircea
    Elide.

    La posibilidad estética es así indiscernible, o
    conjunto
    , idea esta nuclear en este estudio, en el que la
    música exhibe por un contexto de simultaneidad en e que
    el universo
    físico, los instrumentos técnicamente determinados
    a ciertas posibilidades, la destreza del intérprete
    (médium según el propio G. Bacca), y la presencia
    auditiva de los oyentes, todo esto en su particular integridad,
    producen esta ontología, o percepción de la
    configuración óntica, que siempre aparece como
    fondo y base, irrebasable y siempre actuante. Distingue
    así –por caso- las "Orejas filogenéticas, es
    decir, la bio-configuración del oído
    humano y su estancia perceptiva simbólico-conceptual. Lo
    conceptual y los objetos materiales
    técnicos se articulan en indiscernibles
    (inseparable).

    Como ejemplo de una serie de casos innumerables dicho de
    una manera más patente en la que lo conceptual se articula
    con los objetos técnicos de tal manera en que ambos se
    tornan indiscernibles:

    La medicina, en
    los diagnósticos por imágenes, pone en juego su
    conocimiento a través de un diagnóstico cuando se produce una unidad
    –simultaneidad –del/la – médico/a
    – que – observa , en la que va la óntico
    – ontología de su conocimiento articulado –
    con – los informes por
    imàgenes – a – la – vista. Es un cuadro
    integral: no hay nada significativo en las imágenes de
    diagnòstico para la mirada no especializada. Es el
    contexto el que hace posible el diagnóstico. De la misma
    manera, la música es una situación compuesta de
    sonidos y silencios de instrumentos e instrumentistas con su
    audiencia en un cosmos bio-físico acústico
    integral.

    El soporte material de los conceptos los confunde con
    las cosas. Y los conceptos pueden actuar como obstáculos
    verbales ( Bachelard), no implican resistencia, y,
    por tanto, materia? Que
    las palabras impliquen materialidad es a la vez algo fácil
    y difícil de demostrar.

    Es sencillo, si asignamos a la tinta de la escritura, al
    sonido
    físico de la fonación una materialidad
    homogénea (equivalente cualitativa) con la tinta en
    general y los sonidos en general. Pero, precisamente, los textos
    y las voces están simbólicamente percibidos en el
    momento mismo en que pierden su lugar natural entre otros trazos
    de tinta, entre otros sonidos.

    Si un vaso estuviera sumergido en el río,
    difícilmente diríamos hay un vaso con agua en el
    río o, si estuviera sobre la mesa, no sería
    común decir hay un pedazo de río en el vaso, sino
    simplemente hay un vaso con agua sobre la mesa. Pero en nuestra
    ontología básica, sabemos que hay por lo menos, un
    vaso de agua en el río, aunque el vaso mismo no estuviera,
    sino un volumen
    mínimo equivalente al que pueda contener un
    vaso.

    Analizando esta imagen, pronto
    resultará absurda: sugerir un volumen mínimo es
    proponer un criterio de mensurabilidad, o de forma, que no
    aparece connatural al agua del río.

    De la misma manera, una vez instalados en el lenguaje,
    no vemos tinta, ni oímos sonidos, sino que atrapamos-o
    creemos atrapar- a las cosas mismas implicadas en lo que las
    palabras designen. Las palabras dejan de presentarse
    materialmente en el mismo momento que su materialidad es de un
    orden heterogéneo (no equivalencia
    cualitativa).

    II
    LÓGICA

    Popper afirmó que había siempre
    posibilidad de falsar algunas proposiciones, pero no todas a la
    vez. Es una manera de decir que no se puede dudar de todo. Es una
    ciencia anti-cartesiana, en la que siempre habrá presupuestos y
    reformulaciones. Pero quizás habría que restringir
    los asertos contradictorios de Popper y Descartes de
    esta manera:

    No es posible dudar de todas las cosas, pero sí
    dudar de todo, si todo es un-universal-formal-operativo, que no
    es todas las cosas.

    Con este axioma exploratorio, intentaré aproximar
    la versión galileana. Cuáes son los universales
    – formales- operativos indiscernible
    Galileo-telescopio?

    Para ello emplearé tres pasos
    lógicos:

    1. mirada a simple vista u observación con telescopio

    2. Disyunción:

      observación con telescopio

    3. Conjunción:
    4. Conjunto indiscernible:

    observación-telscopio

    En Galileo deben articularse los tres momentos, que son
    su lógica especulativa, su lógica hasta tratarse
    fundamentalmente el tercer paso, la formación
    intuìble de conjunto indiscernible. Es desde ahí
    donde la ciencia galileana alcanza su mayor fuerza como
    programa de
    investigación y como
    conceptualización filosófica. Si hay
    observación galileana en sentido estricto es en la
    bio-física-cuantificable del indiscernible
    galileo-telescopio. Galileo, sin embargo, en sus discursos,
    habla de los tres registros:

    disyunción, conjunción y
    conjunto

    Experiencia: experimentó Gaileo? Empleaba a
    priori? Había una weltangschauung neoplatónica como
    cultura que
    daba el contexto a su física? Estas preguntas fueron
    formuladas y respondidas de manera diversa: Stillman Drake,
    Koyré, los hipotéticos-deductivistas, el positivismo
    evolucionista o progresista de las ciencias dan sus ricas
    elucidaciones.

    Khun introduce la noción de paradigmas, en
    la que mejor se capta el obstáculo verbal y la resistencia
    (materialidad conceptual): Si Copérnico en manos de
    Galileo era inaceptable, no lo era Copérnico como
    teórico, científico y escritor, los conceptos
    copernicanos eran compatibles con los aristotélicos. Estos
    mismos conceptos, en Galileo, inaceptables. Pero se ha descuidado
    una constante: la teoría y experiencia Galileana e el
    conjunto Galileo – telescopio. Ese es el compuesto
    singular. Los cálculos, las descripciones, las
    conceptualizaciones, son derivadas de ese
    conjunto perceptivo. Sin ese conjunto perceptivo, Galileo se
    acomoda a los criterios del empirismo o el
    apriorismo básicos, de la mirada básica.

    Galileo detalla el uso y la interpretación de la experiencia
    teórica a la que su observación se
    atenía.

    1. El mundo visto a simple escala
      perceptiva.

    Ese era el mayor obstáculo epistemológico.
    La escala visual "natural" es una escala visual "cultural",
    puesto que las conceptualizaciones aristotélicas
    servían de guía óptica
    para la percepción de la ciencia física
    básica. Galileo reconstruye esta física
    básica una vez que la ha quebrado. Y la mirada de Galileo
    ya no retorna a esa ‘naturalidad’. Sus
    interlocutores, como Sarsi, se mantienen en esa escala
    perceptiva.

    b)El mundo a la escala de la mirada con
    telescopio.

    Sin estar situados en la escala ‘a’, ni en
    la escala ‘c’, la mirada con telescopio aparece como
    ‘tensión’. La escala ‘b’, el mundo
    a la escala de la mirada con telescopio es el reino de la
    oscuridad y la confusión. Galileo observa siempre desde la
    escala ‘c’: Conjunto indiscernible, pero
    discutía con las escalas ‘a’ y
    ‘b’, puesto que sus interlocutores, salvo unos pocos,
    como Kepler, se sitúan en la difícil
    conjunción de la mirada con telescopio, pero sin estar
    pre-situados en la escala ‘c’, siendo en el discurso y en
    e contexto de justificación, cuestionado ora el uso, ora
    la interpretación de las descripciones galileanas:
    Montañas y valles en a luna, fases de Venus, manchas en
    el sol,
    planetas
    mediceos, nuevas estrellas difíciles de contabilizar y
    situar en algunas formas de registro. Galileo siempre hace
    física y astronomía desde el conjunto
    indiscernible, sus contemporáneos, salvo algunos, se
    sitúan en ‘a’ o en ‘b’, siendo
    precisamente ‘b’ el lugar de la tensión, de la
    dialéctica, del lenguaje saturado y sobredeterminado,
    donde se quiebra el lugar
    natural aristotélico, que, sin duda, excede a la
    física y al físico postulado por ella.

    c)El conjunto indiscernible.

    Si el primer paso es la mirada a simple vista, el
    segundo es la conjunción mirada y telescopio. Cuál
    es el tercero? Es el ojo con experiencia instrumental, a escala
    telescópica, que ha elaborado su observación
    especulativa. el astrónomo galileano puede retorcederr a
    la escala ‘a’. Ya no habrìa más
    ‘a simple vista’, ni puedrìa regresar Galileo
    a esa percepción básica. Galileo dialoga y explica,
    fabrica telescopios para suscitar experiencias análogas de
    esta lógica especulativa, a la vez que explica su propia
    forma de razonamiento, que podría ser considerado
    metodològico. De esta forma pudo desarrollarse un movimiento en
    los conocimientos obtenidos por las observaciones. Los tres
    momentos pueden ser asì reconocidos por distintos
    observadores.

    Instrumentos
    y lenguaje. Interpretación y
    uso

    Hay diferencia – como afirma Umberto. Eco –
    entre uso e interpretación? o son una distinción de
    signos y no –signos necesaria- como afirma R. Rorty-?
    Tomando la equivalencia planteada de concepto e instrumento, la
    pregunta queda formulada de esta manera: El telescopio es un
    concepto que se interpreta o un objeto que se usa? Inversamente:
    el telescopio es un concepto que se usa o un objeto que se
    interpreta? El telescopio fue propuesto por Galileo con una
    intención en apariencia nada científica, a fin de
    hacer interesante su consideración y empleo:
    mediante la observación desde la costa, podían
    avistarse barcos con mercancías o navíos
    bélicos. De esta manera, parece destacarse su función de
    útil, mas ligado a su valor instrumental.

    Pero también envío Galileo a Kepler los
    resultados de sus observaciones por escrito: El Sidereus Nuncius.
    Kepler había diseñado teóricamente un
    telescopio, y considerando muy valiosos los descubrimientos de
    Galileo, sin disponer de un telescopio, interpreta las
    observaciones galileanas –ya que no usa dicho instrumento y
    acepta la teoría galileana. Esto es, la acepta en
    relación a los planetas mediceos y otras cualidades
    referidas al Sol, la Luna, a Venus, y los nuevos datos que Galileo
    describe en cuanto a la posición de los
    planetas.

    Galileo hizo un cuidadoso registro de las posiciones
    planetarias para orientar el rastreo de los planetas
    descubiertos.

    Pero Kepler responde: "…Desearía por encima de
    todo disponer de un anteojo para anticiparme a ti en el
    descubrimiento de otros…"

    En Kepler hay una respuesta con relación al
    ‘instrumento mismo’, y otra con relación a
    ‘su uso’. Dice así: "De este modo, al verse
    refractado por el cristalino, tendrán puntos de
    reunión en la misma retina lo que constituye la
    definición de la visión clara, cosas que he
    demostrado en la página 256 de mi óptica. Esto por
    lo que respecta al instrumento mismo En lo atinente a su uso
    está bien fundamentado tu expediente relativo a averiguar
    la magnitud de la ampliación de las cosas producidas por
    el instrumento y a como se pueden determinar en el cielo minutos
    aislados y partes de minutos".

    Así mismo, no deja Kepler de aludir a J. B.
    Porta, quien, antes de Galileo y él mismo había
    fabricado un telescopio en 1558.

    Pero lo destacable es que tanto la teoría del
    telescopio, como la teoría de su uso, implican
    necesariamente conceptos. Y si, como dijimos "no hay concepto
    simple, sino múltiples", habrá que buscar en
    Galileo como se refería al uso y la conceptualidad que iba
    indiscernible en el conjunto perceptivo
    ‘c’.

    Ese principio axiomático tenía dos
    conceptos fundamentales: uno de ellos era el de infinito (ya
    postulado por Bruno) y otro ligado a esta noción era el
    principio infinito (ya postulado por Bruno) y otro, ligado a esta
    noción era el principio galileano que no podía
    surgir de ‘a’ ni de ‘b’, sino que lo hace
    aparecer instalado bio – física –
    cuantitativamente en el conjunto indiscernible y lo dice
    así:

    "erraría quien dijese: las cosas de mundo son
    grandes o son pequeñas, la cual proposición no
    contiene ni verdad ni falsedad, como tampoco en decir: los
    objetos están próximos o están
    lejanos
    ".

    Cómo podría, la ‘simple vista’
    acceder a este principio? Cómo podría, en la
    conjunción, en el uso del telescopio, llegarse a este
    principio sin tensión dialéctica y oscuridad de
    cualidades observables? Este principio sólo puede
    establecerse en función de conjunto indiscernible, en el
    que, además, la autopercepción del observador lo
    haría aparecer con una configuración incompatible
    con ‘a’.

    Lenguaje,
    discurso, concepto

    Si, como estudió Polanyi, hay un conocimiento
    tácito que es operativo, y, como propongo, ese
    conocimiento tácito se rastrea en Galileo en el estadio
    ‘c’, la teoría, observación y
    experiencia, son algo articulado en lo que se manifiesta el
    descubrir, el inventar y el crear galileanos.

    Ese conocimiento tácito es, además, un
    obstáculo comunicacional y un arte
    dialéctico. Galileo escribe bajo la forma de diálogo su
    "Saggiattore". Que interlocutores tendrá Galileo? Si
    Galileo es fundamentalmente ‘c’, sus interlocutores
    son ‘a’ y ‘b’.

    Así:

    Sarsi (‘a’ a simple vista):

    "… la proximidad de un objeto determina el
    alargamiento del telescopio es causa de un aumento
    mayor".

    Aquí Sarsi, sencillamente, niega el telescopio,
    puesto que niega –tácitamente- el principio de
    proporcionalidad y de escala matemática
    conceptualmente infinita. Niega lo observado y el instrumento de
    observación a la vez. Niega, también, la mirada
    galileana, el conjunto Indiscernible.

    Respuesta de Galileo:

    "La causa por la que se alarga el instrumento al
    observar los objetos cercanos, es la de disipar la niebla en que
    ese objeto se halla inmerso, lo cual se evita con ese
    alargamiento, y, si bien al margen de su primera intención
    que fue clarificar y no aumentar el objeto, a esa proximidad no
    se la puede llamar sino una ocasión, o mejor, una
    remotísima causa por accidente del mayor
    aumento"

    Alli, Galileo suscita la instancia ‘b’:
    observación con telescopio, que aún no es una
    mirada de conjunto indiscernible. Es el lugar de la
    tensión dialéctica, el conflicto de
    intencionalidades: ¿A qué se refiere con "mayor
    claridad"? para Sarsi, para él, o para ambos? Queda
    establecido el lugar de la tensión: a simple vista
    ‘a’ – Sarsi, puede, efectivamente contraponer
    lo claro y lo oscuro, con la mirada galileana ’c’
    conjunto indiscernible, también cabe el criterio de claro
    y oscuro, o de cosas "envueltas en la niebla".

    Pero esta mirada, aunque "terráquea", encuentra
    analogías: montañas en la luna como las que vemos
    en la
    tierra:

    "… la superficie de la luna se halla por doquier
    plagada de protuberancias y oquedades. Resta que tratemos acerca
    de sus magnitudes, demostrando que los relieves terrestres son
    mucho menores que los lunares…"

    En la situación de tensión ‘b’
    la experiencia básica choca con experiencia galileana, que
    no es ‘b’, sino ‘c’, desde el principio.
    Si hay un secreto galileano, éste es que ha olvidado que
    usa (interpreta) un telescopio. En cambio,
    mientras se está en ‘b’, el observador tiene
    permanentemente la tensión de la disyunción
    ‘a’, y la conjunción
    ‘b’.

    En situaciones de ‘b’ están todos los
    interlocutores galileanos, excepto, por lo menos Kepler. Son
    históricamente, sus denostadores e
    inquisidores.

    El empleo de escritura en forma de diálogo,
    además de utilizar un recurso al relato y las posiciones
    argumentativas, exhibe muy bien la situación del
    "obstáculo verbal", o, en la epistemología de Khun, la
    inconmensurabilidad: Sarsi es ‘a’, algunos jesuitas,
    incluido Urbano VII, podrían personificar la
    situación ‘b’, pero el lenguaje galileano, es
    desde el eje de su programa de investigación,
    ‘c’. Interpretación y uso de los
    conceptos/telescopio, son irreversibles respecto de
    ‘a’, posición a la que, sin embargo, alude
    bajo el personaje e interlocución de Sarsi.

    1. EL OJO Y EL
      TELESCOPIO

    "Que el ojo, con todas sus invenciones
    inimitables (…) haya podido formarse por selección natural parece, lo confieso
    libremente, sumamente absurdo"

    Charles Darwin

    El ojo, inevitablemente conceptual, también
    ingresa en lo múltiple. El paso

    ‘a’ (mirada a simple vista) pasa a ser un
    lugar de invisibilidad y ceguera, desde el cual, entre brumas y
    nieblas, recupera su naturaleza.

    La mirada galileana es irrecuperable, sólo la
    teoría puede reconstruirla. Los dibujos que
    Galileo hizo de las manchas solares, de los bordes luminosos y
    claroscuros de la luna son aproximativos y verosímiles a
    las fotografías que fueron tomadas a través de un
    telescopio. Pero ni los dibujos de Galileo, y mucho menos, las
    fotografías tomadas con telescopio, pueden reproducir por
    sí solas la teoría galileana. Sencillamente, la
    mirada de Galileo ha entrado en la región de lo invisible,
    de la que solamente puede ser reconstruida
    teóricamente.

    En cambio, los mapas astronómicos con que
    orientó a Kepler y otros lectores son sus creaciones, sus
    descubrimientos: no apoyan mas que su propia perspectiva
    teórica y son inencontrables, insituables, no tienen lugar
    en el universo ‘a’, de la mirada a simple
    vista.

    Tienen sitio en el lugar de la tensión, en
    ‘b’, en la conjunción. La teoría, sin
    embargo, está en ‘c’, el conjunto que opera
    como universal, forma, matematizable. Algunos quiebres que pueden
    rastrearse, recontruirse, son:

    – Fuera de la escala proporcionalmente ampliatoria, la
    configuración de las cosas mantiene la escala
    básica.

    .- La noción de "lugar natural"
    aristotélica queda sobredeterminada, yuxtapuesta:
    allí donde Aristóteles y Ptolomeo situaban algunas
    estrellas, Galileo encontraba muchísimas otras, salidas de
    una región inescrutable. Así también los
    planetas nuevos y fases de Venus.

    – La objeción de Sarsi es una
    argumentación dialéctica inevitable, que consiste
    en cuestionar el telescopio por el cambio de cualidades en la
    observación. Sarsi, situado en ‘a’, no
    conceptualiza al infinito, podría decirse que matematiza
    al modo pitagórico.

    – La proporcionalidad inversa, mediante el uso del
    microscopio,
    llega a una inflexión incompatible: la
    epistemología mecanicista del universo físico no
    explica al universo orgánico.

    El recurso a las clasificaciones y taxonomías
    "conduce" la mirada de las ciencias
    naturales, en contradicción conceptual con la
    física a pesar de las analogías (microcosmos y
    macrocosmos), conceptos como crecimiento y maduración en
    los animales y
    plantas no tienen
    cabida en la física galileana.

    – Finalmente, el concepto de infinito, de naturaleza
    teórico – formal, ingresa incontestablemente en el
    conjunto ‘c’.

    El telescopio es la posibilidad misma del infinito, y su
    realización instrumental.

    Por acción
    y efecto de estos quiebres, Galileo logra que el imaginar
    constituya una teoría y una empírica, y congruente,
    epistémica, con una matematización.

    IV.-
    MATEMÁTICAS Y PERCEPCIÓN

    Geometría y Silogismo:

    Hay una constante perceptivo-formal que va desde
    Aristóteles a Galileo, pasando por Ptolomeo y
    Copérnico: considerar la figura y el movimiento circular.
    Inductivamente, los cálculos de posiciones planetarias
    fueron acrecentando su precisión, sobre todo en los
    trabajos de Copérnico y Brahe. Los epiciclos Ptolemaicos
    son, metodológicamente, la búsqueda de un
    límite, que será alcanzado en Kepler, con su
    1ª. Y 2ª ley, en la que la
    invariante circular deja paso al razonamiento lógico de la
    elipse, como nueva invariante
    físico-astronómica.

    Como concepto endo-consistente, el movimiento circular
    articulaba una serie de conceptos físicos, y, de manera
    exo-consistente mantenían la invariable ante otras
    físicas, como la de G. Bruno.

    El Silogismo es el universal del movimiento circular y
    los particulares observables, como los planetas. Reducidos a
    dicho movimiento.

    En cambio, la demostración formal
    (geométrica) de la elipse como movimiento, tiene dos
    axiomas demostrativos, congruentes, pero diferentes, en los que
    hay una disyunción operativa:

    1. Si en un cono se proyectan series elípticas,
      en un momento de la progresión elíptica se
      obtiene un círculo. ¿Qué implicancias
      lógicas tiene esto? Fundamentalmente, el
      círculo pasa a ser una elipse, o un momento circular
      de la elipse. Allí hay una situación semejante
      a la del vaso del río. Es un vaso con agua, pero
      resulta impredicable, puesto que es el agua de
      la que contiene al vaso, y no al revés. Aunque "agua"
      tenga por lo menos dos conceptos-formal el delimitado por el
      vaso, y la delimitación del vaso por el agua. En el
      caso de la elipse-círculo se rastrea una
      disyunción – conjunción, que, siendo una
      singularidad, produce un nuevo universal, puesto que
      precisamente las órbitas elípticas de los
      planetas dieron a Kepler sus ecuaciones
      en la 1ª y 2ª ley astronómica. La
      endo-consistencia y la formal, y luego observacional. Un
      telescopio provee una inteligencia y la exo-consistencia del
      telescopio como objeto técnico, reviste
      análogas características a la endo-consistencia
      y exo-consistencia de las teorías.

    2. Figura cónica:
    3. La elipse no deducida de la figura
      cónica:

    En esta segunda operación figural-formal, la
    elipse se obtiene, no de una serie, cuyo plano de
    inflexión es un círculo-elipse, sjno de dos
    centros. El recorrido-límite de una cuerda más
    larga que la distancia entre dos puntos, al tensarse, describe
    una elipse. Este segundo caso de figura elíptica tiene
    la particularidad de no producir elipse-círculo en
    ningún caso. La disyunción respecto del
    círculo es completa, salvo que retengamos
    características comunes que, acaso, intenten un nuevo
    espacio de tensión: Ser ambas figuras cerradas y tener
    eje de simetría, aunque correlativamente cambie el
    radio y pasemos
    de un centro geométrico a dos.

    Se trata de una elipse per se, no derivada. Las
    elipses así trazadas no dependen de un trazo
    cónico y obtienen su infinito conceptual sin pasar por
    un momento circular (elipse-círculo).

    El movimiento lógico interesante es que, de una
    disyunción, se obtiene una conjunción, y luego,
    el conjunto. Ese conjunto obtenido quedará operando en
    otros desarrollos teóricos posteriores, como un
    conocimiento tácito.

    (Elaborado a partir de un desarrollo de Khun en "La
    Revolución Copernicana")

    El plano infinito.

    "Concibo un cuerpo arrojado sobre un plano
    horizontal, excluido todo obstáculo, resultará
    entonces, de lo que en otra parte se dice en forma más
    detallada, que el movimiento de ese cuerpo sobre ese plano
    sería uniforme y perpetuo si el plano se extendiera en
    el infinito"

    Galileo Galilei – Discorsi…

    Galileo dice "concibo". Podría interpretarse
    también "pienso", "imagino"; "represento", "supongo"? en
    todo caso, "si el plano se extendiera en el infinito" es el
    esquema epistémico nuclear. Es el conjunto
    indiscernible, el paso "c" que analizo en este estudio. La
    determinación del condicional "si… entonces" es la
    posibilidad de "concebir" (pensar? Imaginar? Representar? o…
    "percibir"?).

    En Galileo, el uso/interpretación del
    telescopio se torna indiscernible, inseparable de su
    teoría, puesto que lo infinito es implícito
    (conocimiento tácito) al telescopio. Es el
    universal-formal-matematizable del conjunto. Y, además,
    el empleo del condicional, al no afirmar con certeza, al no ser
    un enunciado categórico, solamente abre el pensar (no el
    "razonar silogístico") que deviene una repetición
    que refuerza la singularidad. Así, el condicional,
    deviene apodíctico "si y sólo si".

    Lo infinito es un posible-fáctico, un
    posible-real, un posible-operativo y epistémico, y
    acaso, en dimensión no menor, un
    posible-estético. No hace falta aludir a Kant y su
    estética para instalar perceptivamente la receptividad
    de los datos cualitativos prodigados por el
    uso/interpretación del telescopio/infinito.

    "Ahora bien, de este mismo cuerpo lunar que vemos
    mediante la iluminación del sol afirmo en primer
    lugar, no en virtud de la imaginación, sino por la
    experiencia sensible y por demostración necesaria, que
    es de superficie llena de cavidades y prominencias
    innumerables"

    Galileo niega la imaginación, sólo para
    desplazarla como metáfora conceptualmente, permanece
    idéntica en el texto, alude
    al lector, que puede articular la interpretación en base
    a la "mirada a simple vista" (a), o en la mirada en
    conjunción al telescopio(b).

    Galileo niega su enunciación como "a", puesto
    que sitúa la teoría en "c", donde acaso resulte
    indistinto "concebir", "pensar", "representar", "imaginar" y
    "percibir", puesto que la episteme es formal, tramada como
    ecuación: "si x se extendiera en y…"

    Cuál es la palabra que cabe a "x").

    Así como en el "mismo lugar, en el lugar
    natural" de la física aristotélica se encuentran
    otros objetos y cualidades, en el mismo lugar (x), se
    encuentran distintas palabras.

    Galileo es lógica y matemáticamente,
    no-platónico, puesto que aplicaba lo numérico a
    lo real.

    Trabajaba experimentalmente con las cosas (bolas,
    botellas, líquidos, péndulos, planos inclinados)
    y con sus propias manos (construye un telescopio). Platón,
    en su República, rechazaba a los artesanos u obreros del
    gobierno).

    Si Galileo hubiera sido platónico no hubiera
    rebasado el nivel de la física
    aristotélica.

    Pero, Galileo es platónico en el arte
    dialéctico, y sus obras como II Saggiattore, tienen toda
    las inspiración del logos, no es menor el esfuerzo
    dialéctico (literario), que los modos de proporcionar
    evidencia empírica, aspecto este que pone de manifiesto
    las aporías de la disyunción ("a"), la
    conjunción ("b") y el conjunto (operante inefable
    "c").

    Afirmaba Platón, sin embargo, que:

    "Es ser del instrumento, aún en buen estado, no
    determina el uso (…). En mal estado, determina un
    único uso, el malo, sea cual fuere la voluntad,
    deseo."

    Lo infinito como cualidad y cantidad

    Lo infinito galileano es cualitativo: Sus
    descripciones del Sidereus Nuncius, llenas de analogías
    de los paisajes planetarios con los paisajes terrestres, los
    mapas sobre la posición de los cuatro planetas mediceos,
    registrando posiciones durante dos meses día a
    día, constituyen relatos singulares. En ellos las
    palabras no hablan de sí mismas, no es un relato de tipo
    de las narraciones mitológicas, aunque "el mensajero
    sideral", también "el mensaje sideral", lo haga a
    Galileo una suerte de Virgilio guía y explorador de
    regiones inescrutadas del universo. Los relatos galileanos son
    mapas matematizados, geometrizados, pero cuyo programa de
    investigación puede ser transitado una y otra
    vez.

    La posibilidad de retransitar esos mapas es la
    señalización de los caminos, de los rumbos, de
    los vectores
    ópticos. La física post-galileana ya no retrocede
    de la observación instrumental: aumentará en
    precisión, formalizará nuevas ecuaciones, pero el
    ojo humano filogenético tendrá en la lente
    telescópica un conflicto teórico insoslayable.
    Galileo trabaja con lo infinito observacional, los "datos" se
    acomodan a esquemas conceptuales, y para ello las obras de
    Koyré, S. Drake y Mc. Lachlan, las de Khun, han
    explorado admirablemente todos los componentes que
    interrelacionan las Ciencias con la Historia de las Ciencias,
    los "problemas de
    métodos" de cupo apriorista o experimentalista. La
    narración galileana es un desafío: quienes
    ingresaron en esa trama supieron reconocer los
    obstáculos de lo que Bachelard llama "la experiencia
    básica"

    Lo infinito galileano es cuantitativo: allí
    donde emplea una escala deja una marca, una
    huella. En sentido epistemológico, Galileo rebasa a los
    pitagóricos: para éstos, había
    equivalencia entre unidades-puntos-átomos. Para la nueva
    física un movimiento de ajuste en el telescopio
    significaba, inmediatamente, trasladar el cuadro de una
    región invisible a una región visible, de la
    claridad y niebla de la "mirada a simple vista", a la claridad
    y niebla de la mirada en conjunción. Aún
    así, dice H. Kragh, Galileo "no era claro"

    V.- GALILEO: CIENCIA Y
    SUBJETIVIDAD

    Que nos llega bajo el nombre de la ciencia galileana?
    Es Galileo Galilei un personaje de leyenda, atravesado
    íntegramente por los relatos mitológicos, y en
    cada versión recibe un nuevo gesto, un nuevo
    lugar?

    Bajo diferentes tramas, Galileo obtiene nuevos socios,
    nuevos compañeros de ruta, nuevos destinos, recorriendo
    otras peripecias?

    De la lectura
    directa de Galileo, no surgen Kant, ni Hume, ni Hegel, ni
    Piaget. De la lectura en
    versión historiográfica, como la de L. Geimonat,
    se obtienen todos los aspectos sociales de su vida: Su
    trayectoria académica, su conflictiva relación
    con la curia, con los jesuitas, sus dificultades
    económicas, la dependencia de la consideración
    que le dispensaran los aristócratas (Médicis), su
    correspondencia con Kepler, y, todos los pasos con que la
    Inquisición quiso acallar al Hereje. Galileo, sin
    embargo, venció. Es una épica y una
    Epifanía de la razón galileana, que tiene
    indudables analogías en el estudio sociológico y
    político de muchas épocas.

    Pero, fuera de la historiografía, el Galileo
    reconstruido a través de la Historia de las Ciencias no
    empieza ni termina: le debe algo a sus antecesores, como
    Copérnico, y a sus sucesores, como Kepler y Newton.

    Si Galileo es un físico, no es, sin embargo, la
    física. La Física aparece como una Ciencia
    Historizada, que tiene sus heraldos, pero que está antes
    y después de ellos, es un saber histórico sin
    dueños, apropiado por eminencias (como Einstein, Plank,
    Hawking después de Brahe y los
    pre-galileanos).

    La Física y la Astronomía, la Historia
    de las Ciencias asocia a Galileo con otros físicos que
    él jamás conoció. Pero algo los hace
    aproximarse, algo, la Ciencia. Las versiones
    epistemológicas aproximan a Galileo y Platón, a
    Hume, a Kant, a quienes tampoco les tocó ser sus
    contemporáneos. Ahora que Alexandre Koyré, Thomas
    Kuhn, Stillman. Drake, Pierre Thuillier, Paul Feyerabend,
    Ludovico Geymonat son nuestros contemporèneos y nuestras
    actuales referencias respecto a Galileo, quizás ya no
    podamos comprender muchas explicaciones de època, en que
    ciencia experimental y análisis estaban de tal manera
    entrelazados como puede leerse:

    "Ahora bien, de este mismo cuerpo lunar que vemos
    mediante la iluminación del sol afirmo en primer lugar,
    no en virtud de la imaginación, sino por la experiencia
    sensible y la demostración necesaria, que es de
    superficie llena de cavidades y prominencias, tan acentuadas
    que superan con mucho el relieve
    terrestre.

    No cumple que exponga en este lugar las observaciones
    de las que deduzco mis demostraciones, tanto por las que he
    escrito en otra parte, exponiéndolas oralmente
    muchísimas veces, cuanto por que los adversarios de los
    que ahora se trata no niegan ni aquellas ni tampoco las
    aparentes desigualdades lunares, sino que sus consideraciones
    vienen a decir que en escencia la luna es ahora no sólo
    aquel globo que nosotros vemos y hemos visto hasta ahora con
    los ojos, sino que además de lo visto por los hombres
    hay entorno un cierto medio transparentísimo a guisa de
    cristal o de diamante, totalmente imperceptible a nuestros
    sentidos: el cual, llenando las cavidades y cubriendo las
    más elevadas eminencias lunares, ciñe entorno a
    aquel primitivo y visible cuerpo, terminando en una superficie
    lisa y muy pulida que no impide, sin embargo, el paso de los
    rayos del sol, de modo que puedan reflejarse en las
    montuosidades sumergidas, provocando la proyección de
    las sombras en las partes opuestas, ofreciendo así la
    antigua luna a nuestros sentidos. No cabe duda de que se trata
    de una bella obra de la imaginación, el único
    problema es que no está demostrada ni es demostrable
    (…) más si nos permitimos imaginar lo que se nos da la
    gana, si otros dicen que la luna se halla rodeada
    esféricamente por un cristal transparente aunque
    invisible, lo aceptaré de grado con tal que con igual
    cortesía se me permita decir que dicho cristal posee en
    su superficie un grandísimo número de
    montañas inmensas y treinta veces mayores que las
    terrestres que no podemos ver nosotros por se de una sustancia
    diáfana, de este modo podré imaginar otra luna
    diez veces más montañosa que la
    primera…"

    Guillermo Carlos Treboux

    Historia y filosofia de
    las ciencias

    Universidad nacional del Comahue – Unco –
    Neuquén – Argentina

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