- Los conceptos en
filosofía - Instrumentos y lenguaje.
Interpretación y uso - Lenguaje, discurso,
concepto - El ojo y el
telescopio - Matemáticas y
percepción - Galileo: ciencia y
subjetividad
En el presente estudio trataré de explorar la
frontera
movediza que hay entre filosofía y ciencia.
Más precisamente, situaré este análisis de la lógica
especulativa de Galileo Galilei
en el territorio en que la especulación
intuitivo-discursiva atraviesa el complejo sistema galileano
de las ciencias,
exponiendo y reconstruyendo su posible sentido de la
especulación epistemológica.
Para ello consideraré una equivalente
teórica: los conceptos son a la filosofía lo que
los instrumentos son a las ciencias. Ambos, concepto e
instrumento, son yuxtapuestos técnicamente. Mientras que
el filosofar carece de objetos, son yuxtapuestos
técnicamente.
Mientras que el filosofar carece de objetos, las
ciencias producen muchos: teorías, instrumentos, métodos, y
razonamientos demostrativos. Los instrumentos son teorías
materializadas (Bachelard), y, sin ellos, no hay ciencia posible.
Los conceptos filosóficos son los que permiten a la
filosofía trazar una y otra vez sus rumbos,
valiéndose de la historia de la
filosofía. Si hay instrumentos filosóficos,
estos son los conceptos, y hay filosofía mientras hay
pensamiento,
no equivalente al razonamiento de la lógica demostrativa
de las ciencias. Es posible, sin embargo, pedirle al
científico sus constancias: siempre podrá
exhibirlas, puesto que, en última instancia, no hay
naturaleza sin
ciencias.
Galileo Galilei fundamentó de muchas maneras los
descubrimientos (inventos?
creaciones?) que realizó. Pero, a pesar de las
controversias con relación a sus métodos, el uso
más eminente es instrumental: Galileo no
enseñó física y astronomía sin telescopio. Galileo y el
telescopio son indiscernibles, dicho esto
estrictamente.
Comenzaré por trazar un universo de
definiciones lo más amplio y preciso posible de lo que
caracteriza los conceptos en filosofía. A lo largo del
desarrollo de
este estudio, siempre podrá volverse sobre este trazado
para advertir de qué manera tienen valor
instrumental.
a.- Los conceptos no son simples sino múltiples
(Deleuze-Guattari). A diferencia de la "complejidad" conceptual,
lo múltiple indica que todo concepto es desarticulable, y
cada nuevo sentido retiene una referencia a la palabra analizada
desarticulada en lo múltiple.
b.- Se hallan articulados entre sí (Polanyi),
esta articulación entre conceptos también sugiere
los "esquemas" de Kant, Piaget,
asì como estructuras
gestàlticas (imágenes
articulades)
c.- Provienen de una base empírica
–estímulo cuyo origen supone una historia o elección
epistémica (Françoise Whal).
d.- Resuenan en un contexto de información o biblioteca
cultural (Umberto Eco), o en el mundo a secas, si renuncia a
distinguir entre signos y no
signos (Richard
Rorty).
e.- Los conceptos son a la vez ónticos y
ontológicos (así lo sugieren filosofías como
las de G.W.F. Hegel, J.D.
Garcìa Bacca, M.Heidegger, Alain Badiou, Gèrard
Jorland)
f.- Tienen operatividad lógico –
simbólico formal y potencian la
inteligibilidad.
g.- Configuran regiones de inteligibilidad
(epistemologías), que se distribuyen y articulan (Kuhn).
Hay un estudio de Jean-Charles Sacchi sobre la aporìa de
la inconmensuabilidad. (Treboux, Universidad
Nacional del Comahue, 2003)
h.- Son endo-consistentes y exo-consistentes, con
relación a otros conceptos o articulaciones.
Gastón Bachelard llama a esto "el obstáculo
verbal"
El estudio de la filosofía a través de los
filósofos que han escrito sobre toda
clase de temas
que han interesado a su pensamiento, se distingue de aquellos
otros investigadores cuyo interés se
reconoce más en el campo de la ciencia.
Sin embargo muchas veces, esta distinción no es clara. Y
es que, de muchas formas aparecen coexistencias investigativas de
interés común al filósofo y al
científico Esto mismo ocurre respecto a la
filosofía y literatura, filosofía
y religión,
filosofía y artes.
Podemos caracterizar negativamente al pensar
filosófico, como aquella actividad sin objeto que
vagabundea con permanente curiosidad por las configuraciones del
saber e ignorar en busca de un sentido nuevo para otorgarle a sus
ocasionales objetos.
Nada hay antes del filosofar, sólo hay algo que
aparece como producto con
referencia al objeto filosóficamente tratado.
Y hay otra forma postulada positivamente, en que la
filosofía tiene algo de que ocuparse que aparece instalado
y antepuesto al filosofar: La historia misma de las ideas
filosóficas. Françoise Whal dice al respecto: "La
Filosofía –hace falta recordarlo? – en una
historia. Si suprimimos la sucesión de secuencias
entrelazadas que va desde Platón
a Heidegger, qué nos queda de inteligible en el campo de
los filosofemas?" Por la primera vía, que es negativa o
indeterminada es donde el pensamiento parece más libre: Se
ocupa de cualquier cosa, y cualquiera puede ocuparse del
filosofar. Pero sólo lo parece. A poco de empezar, quien
filosofe se verá envuelto en las cosas dichas. No se
podrá ir muy lejos empleando nociones como
lógica, sin situarse en el territorio de una
densidad
semántica . Pero no se trata aquì de
Wittgenstein, sino de la especulaciones de Galileo Galilei, de
una lógica especulativa realmente sorprendente, tanto por
su posible actualidad como por la formación del aparejo
conceptual que permite reconstruir.
¿Qué son los conceptos? Una vez formulada
la pregunta, toda descripción que busque responder abre
múltiples vías. Así, para Gilles Deleuze,
esta multiplicidad es originaria en lo pensado:
"No hay conceptos simple. Todo concepto tiene sus
componentes, y se define por ellos. Tiene por tanto una cifra. Se
trata de una multipicidad aunque no todas las multiplicidades
sean conceptuales. No existen conceptos de un componente
único: incluso el primer concepto. Aquel con que una
filosofía se "inicia", tiene varios componente, ya que, en
caso que lo determine, haya que añadirle un punto de vista
o razón"
En "Personal
Knowledge" Michael Polanyi describe una teoría
del conocimiento
que distingue una inteligencia
articulada e inarticulada. Es una Psicología de la
Percepción en tres niveles:
1.- Conocimiento tácito inefable, que distingue
de lo inefable místico y que articula con:
2.- El componente de información: y
3.- El "Dominio de la
sofisticación" y las "Operaciones
simbólicas"
Polanyi recurre a las analogías de la llamada
inteligencia animal tomadas de Köller y Skinner, y la
inteligencia humana, decisivamente caracterizada por la
dimensión lingüística.
Una vez instalado el sujeto en el
lenguaje,todo su campo perceptivo caerá bajo la
influencia de las palabras y la gramática. Y describe el lenguaje como
toda forma de representación simbólica: "El
lenguaje… incluye escritura,
matemáticas, gráficos y mapas, diagramas y
pinturas, e resumen, todas las formas de representación
simbólica, las cuales se usan como lenguaje en el sentido
de ser susceptible de describir un proceso
lingüístico".
En el "Componente tácito" de los aprendizajes,
conductas y habilidades, hay -según Polanyi-, un
ámbito no sabido que opera dentro de cada
contexto.
Para un ciclista o un pianista eximio ha técnicas
capaces de sustentar su habilidad, que no son enseñables,
no son transmisibles. Este saber 2no sabido2 es, sin embargo,
operativo. Quizá por una razón económica la
psiquis no disponga los saberes a la manera de una autoconciencia
hegeliana sino que opera de manera situada y contextualizada, en
la que –en su integridad- hace un uso simultáneo y
articulado de un conocimiento que de otra manera sólo se
explicaría desmenuzándolo por pasos. Un
conocimiento tácito, pero del que se dispone, es
también operativo. Es un plano de inarticulación
– articulación, en cntextos de simultaneidad. Hasta
aquí Polanyi.
García Bacca induce a pensar en e registro
óntico – ontológico de lo conceptual. EN
Filosofía de la Música –obra
difícil de compendiar –estudia la música, los
músicos y los instrumentos, y, os oyentes, como situados
en un plano físico acústico matematizable y
formalizable, a la vez que, a través de un concepto
estético (filosófico), se despliega lo que llama el
fondo y base perceptiva junto con lo que la subjetividad aporta
como ontología. Recuerda así las
Hierofanías y Kratofanías estudiadas por Mircea
Elide.
La posibilidad estética es así indiscernible, o
conjunto, idea esta nuclear en este estudio, en el que la
música exhibe por un contexto de simultaneidad en e que
el universo
físico, los instrumentos técnicamente determinados
a ciertas posibilidades, la destreza del intérprete
(médium según el propio G. Bacca), y la presencia
auditiva de los oyentes, todo esto en su particular integridad,
producen esta ontología, o percepción de la
configuración óntica, que siempre aparece como
fondo y base, irrebasable y siempre actuante. Distingue
así –por caso- las "Orejas filogenéticas, es
decir, la bio-configuración del oído
humano y su estancia perceptiva simbólico-conceptual. Lo
conceptual y los objetos materiales
técnicos se articulan en indiscernibles
(inseparable).
Como ejemplo de una serie de casos innumerables dicho de
una manera más patente en la que lo conceptual se articula
con los objetos técnicos de tal manera en que ambos se
tornan indiscernibles:
La medicina, en
los diagnósticos por imágenes, pone en juego su
conocimiento a través de un diagnóstico cuando se produce una unidad
–simultaneidad –del/la – médico/a
– que – observa , en la que va la óntico
– ontología de su conocimiento articulado –
con – los informes por
imàgenes – a – la – vista. Es un cuadro
integral: no hay nada significativo en las imágenes de
diagnòstico para la mirada no especializada. Es el
contexto el que hace posible el diagnóstico. De la misma
manera, la música es una situación compuesta de
sonidos y silencios de instrumentos e instrumentistas con su
audiencia en un cosmos bio-físico acústico
integral.
El soporte material de los conceptos los confunde con
las cosas. Y los conceptos pueden actuar como obstáculos
verbales ( Bachelard), no implican resistencia, y,
por tanto, materia? Que
las palabras impliquen materialidad es a la vez algo fácil
y difícil de demostrar.
Es sencillo, si asignamos a la tinta de la escritura, al
sonido
físico de la fonación una materialidad
homogénea (equivalente cualitativa) con la tinta en
general y los sonidos en general. Pero, precisamente, los textos
y las voces están simbólicamente percibidos en el
momento mismo en que pierden su lugar natural entre otros trazos
de tinta, entre otros sonidos.
Si un vaso estuviera sumergido en el río,
difícilmente diríamos hay un vaso con agua en el
río o, si estuviera sobre la mesa, no sería
común decir hay un pedazo de río en el vaso, sino
simplemente hay un vaso con agua sobre la mesa. Pero en nuestra
ontología básica, sabemos que hay por lo menos, un
vaso de agua en el río, aunque el vaso mismo no estuviera,
sino un volumen
mínimo equivalente al que pueda contener un
vaso.
Analizando esta imagen, pronto
resultará absurda: sugerir un volumen mínimo es
proponer un criterio de mensurabilidad, o de forma, que no
aparece connatural al agua del río.
De la misma manera, una vez instalados en el lenguaje,
no vemos tinta, ni oímos sonidos, sino que atrapamos-o
creemos atrapar- a las cosas mismas implicadas en lo que las
palabras designen. Las palabras dejan de presentarse
materialmente en el mismo momento que su materialidad es de un
orden heterogéneo (no equivalencia
cualitativa).
Popper afirmó que había siempre
posibilidad de falsar algunas proposiciones, pero no todas a la
vez. Es una manera de decir que no se puede dudar de todo. Es una
ciencia anti-cartesiana, en la que siempre habrá presupuestos y
reformulaciones. Pero quizás habría que restringir
los asertos contradictorios de Popper y Descartes de
esta manera:
No es posible dudar de todas las cosas, pero sí
dudar de todo, si todo es un-universal-formal-operativo, que no
es todas las cosas.
Con este axioma exploratorio, intentaré aproximar
la versión galileana. Cuáes son los universales
– formales- operativos indiscernible
Galileo-telescopio?
Para ello emplearé tres pasos
lógicos:
mirada a simple vista u observación con telescopio
- Disyunción:
observación con telescopio
- Conjunción:
- Conjunto indiscernible:
observación-telscopio
En Galileo deben articularse los tres momentos, que son
su lógica especulativa, su lógica hasta tratarse
fundamentalmente el tercer paso, la formación
intuìble de conjunto indiscernible. Es desde ahí
donde la ciencia galileana alcanza su mayor fuerza como
programa de
investigación y como
conceptualización filosófica. Si hay
observación galileana en sentido estricto es en la
bio-física-cuantificable del indiscernible
galileo-telescopio. Galileo, sin embargo, en sus discursos,
habla de los tres registros:
disyunción, conjunción y
conjunto
Experiencia: experimentó Gaileo? Empleaba a
priori? Había una weltangschauung neoplatónica como
cultura que
daba el contexto a su física? Estas preguntas fueron
formuladas y respondidas de manera diversa: Stillman Drake,
Koyré, los hipotéticos-deductivistas, el positivismo
evolucionista o progresista de las ciencias dan sus ricas
elucidaciones.
Khun introduce la noción de paradigmas, en
la que mejor se capta el obstáculo verbal y la resistencia
(materialidad conceptual): Si Copérnico en manos de
Galileo era inaceptable, no lo era Copérnico como
teórico, científico y escritor, los conceptos
copernicanos eran compatibles con los aristotélicos. Estos
mismos conceptos, en Galileo, inaceptables. Pero se ha descuidado
una constante: la teoría y experiencia Galileana e el
conjunto Galileo – telescopio. Ese es el compuesto
singular. Los cálculos, las descripciones, las
conceptualizaciones, son derivadas de ese
conjunto perceptivo. Sin ese conjunto perceptivo, Galileo se
acomoda a los criterios del empirismo o el
apriorismo básicos, de la mirada básica.
Galileo detalla el uso y la interpretación de la experiencia
teórica a la que su observación se
atenía.
- El mundo visto a simple escala
perceptiva.
Ese era el mayor obstáculo epistemológico.
La escala visual "natural" es una escala visual "cultural",
puesto que las conceptualizaciones aristotélicas
servían de guía óptica
para la percepción de la ciencia física
básica. Galileo reconstruye esta física
básica una vez que la ha quebrado. Y la mirada de Galileo
ya no retorna a esa ‘naturalidad’. Sus
interlocutores, como Sarsi, se mantienen en esa escala
perceptiva.
b)El mundo a la escala de la mirada con
telescopio.
Sin estar situados en la escala ‘a’, ni en
la escala ‘c’, la mirada con telescopio aparece como
‘tensión’. La escala ‘b’, el mundo
a la escala de la mirada con telescopio es el reino de la
oscuridad y la confusión. Galileo observa siempre desde la
escala ‘c’: Conjunto indiscernible, pero
discutía con las escalas ‘a’ y
‘b’, puesto que sus interlocutores, salvo unos pocos,
como Kepler, se sitúan en la difícil
conjunción de la mirada con telescopio, pero sin estar
pre-situados en la escala ‘c’, siendo en el discurso y en
e contexto de justificación, cuestionado ora el uso, ora
la interpretación de las descripciones galileanas:
Montañas y valles en a luna, fases de Venus, manchas en
el sol,
planetas
mediceos, nuevas estrellas difíciles de contabilizar y
situar en algunas formas de registro. Galileo siempre hace
física y astronomía desde el conjunto
indiscernible, sus contemporáneos, salvo algunos, se
sitúan en ‘a’ o en ‘b’, siendo
precisamente ‘b’ el lugar de la tensión, de la
dialéctica, del lenguaje saturado y sobredeterminado,
donde se quiebra el lugar
natural aristotélico, que, sin duda, excede a la
física y al físico postulado por ella.
c)El conjunto indiscernible.
Si el primer paso es la mirada a simple vista, el
segundo es la conjunción mirada y telescopio. Cuál
es el tercero? Es el ojo con experiencia instrumental, a escala
telescópica, que ha elaborado su observación
especulativa. el astrónomo galileano puede retorcederr a
la escala ‘a’. Ya no habrìa más
‘a simple vista’, ni puedrìa regresar Galileo
a esa percepción básica. Galileo dialoga y explica,
fabrica telescopios para suscitar experiencias análogas de
esta lógica especulativa, a la vez que explica su propia
forma de razonamiento, que podría ser considerado
metodològico. De esta forma pudo desarrollarse un movimiento en
los conocimientos obtenidos por las observaciones. Los tres
momentos pueden ser asì reconocidos por distintos
observadores.
Instrumentos
y lenguaje. Interpretación y
uso
Hay diferencia – como afirma Umberto. Eco –
entre uso e interpretación? o son una distinción de
signos y no –signos necesaria- como afirma R. Rorty-?
Tomando la equivalencia planteada de concepto e instrumento, la
pregunta queda formulada de esta manera: El telescopio es un
concepto que se interpreta o un objeto que se usa? Inversamente:
el telescopio es un concepto que se usa o un objeto que se
interpreta? El telescopio fue propuesto por Galileo con una
intención en apariencia nada científica, a fin de
hacer interesante su consideración y empleo:
mediante la observación desde la costa, podían
avistarse barcos con mercancías o navíos
bélicos. De esta manera, parece destacarse su función de
útil, mas ligado a su valor instrumental.
Pero también envío Galileo a Kepler los
resultados de sus observaciones por escrito: El Sidereus Nuncius.
Kepler había diseñado teóricamente un
telescopio, y considerando muy valiosos los descubrimientos de
Galileo, sin disponer de un telescopio, interpreta las
observaciones galileanas –ya que no usa dicho instrumento y
acepta la teoría galileana. Esto es, la acepta en
relación a los planetas mediceos y otras cualidades
referidas al Sol, la Luna, a Venus, y los nuevos datos que Galileo
describe en cuanto a la posición de los
planetas.
Galileo hizo un cuidadoso registro de las posiciones
planetarias para orientar el rastreo de los planetas
descubiertos.
Pero Kepler responde: "…Desearía por encima de
todo disponer de un anteojo para anticiparme a ti en el
descubrimiento de otros…"
En Kepler hay una respuesta con relación al
‘instrumento mismo’, y otra con relación a
‘su uso’. Dice así: "De este modo, al verse
refractado por el cristalino, tendrán puntos de
reunión en la misma retina lo que constituye la
definición de la visión clara, cosas que he
demostrado en la página 256 de mi óptica. Esto por
lo que respecta al instrumento mismo En lo atinente a su uso
está bien fundamentado tu expediente relativo a averiguar
la magnitud de la ampliación de las cosas producidas por
el instrumento y a como se pueden determinar en el cielo minutos
aislados y partes de minutos".
Así mismo, no deja Kepler de aludir a J. B.
Porta, quien, antes de Galileo y él mismo había
fabricado un telescopio en 1558.
Pero lo destacable es que tanto la teoría del
telescopio, como la teoría de su uso, implican
necesariamente conceptos. Y si, como dijimos "no hay concepto
simple, sino múltiples", habrá que buscar en
Galileo como se refería al uso y la conceptualidad que iba
indiscernible en el conjunto perceptivo
‘c’.
Ese principio axiomático tenía dos
conceptos fundamentales: uno de ellos era el de infinito (ya
postulado por Bruno) y otro ligado a esta noción era el
principio infinito (ya postulado por Bruno) y otro, ligado a esta
noción era el principio galileano que no podía
surgir de ‘a’ ni de ‘b’, sino que lo hace
aparecer instalado bio – física –
cuantitativamente en el conjunto indiscernible y lo dice
así:
"erraría quien dijese: las cosas de mundo son
grandes o son pequeñas, la cual proposición no
contiene ni verdad ni falsedad, como tampoco en decir: los
objetos están próximos o están
lejanos".
Cómo podría, la ‘simple vista’
acceder a este principio? Cómo podría, en la
conjunción, en el uso del telescopio, llegarse a este
principio sin tensión dialéctica y oscuridad de
cualidades observables? Este principio sólo puede
establecerse en función de conjunto indiscernible, en el
que, además, la autopercepción del observador lo
haría aparecer con una configuración incompatible
con ‘a’.
Si, como estudió Polanyi, hay un conocimiento
tácito que es operativo, y, como propongo, ese
conocimiento tácito se rastrea en Galileo en el estadio
‘c’, la teoría, observación y
experiencia, son algo articulado en lo que se manifiesta el
descubrir, el inventar y el crear galileanos.
Ese conocimiento tácito es, además, un
obstáculo comunicacional y un arte
dialéctico. Galileo escribe bajo la forma de diálogo su
"Saggiattore". Que interlocutores tendrá Galileo? Si
Galileo es fundamentalmente ‘c’, sus interlocutores
son ‘a’ y ‘b’.
Así:
Sarsi (‘a’ a simple vista):
"… la proximidad de un objeto determina el
alargamiento del telescopio es causa de un aumento
mayor".
Aquí Sarsi, sencillamente, niega el telescopio,
puesto que niega –tácitamente- el principio de
proporcionalidad y de escala matemática
conceptualmente infinita. Niega lo observado y el instrumento de
observación a la vez. Niega, también, la mirada
galileana, el conjunto Indiscernible.
Respuesta de Galileo:
"La causa por la que se alarga el instrumento al
observar los objetos cercanos, es la de disipar la niebla en que
ese objeto se halla inmerso, lo cual se evita con ese
alargamiento, y, si bien al margen de su primera intención
que fue clarificar y no aumentar el objeto, a esa proximidad no
se la puede llamar sino una ocasión, o mejor, una
remotísima causa por accidente del mayor
aumento"
Alli, Galileo suscita la instancia ‘b’:
observación con telescopio, que aún no es una
mirada de conjunto indiscernible. Es el lugar de la
tensión dialéctica, el conflicto de
intencionalidades: ¿A qué se refiere con "mayor
claridad"? para Sarsi, para él, o para ambos? Queda
establecido el lugar de la tensión: a simple vista
‘a’ – Sarsi, puede, efectivamente contraponer
lo claro y lo oscuro, con la mirada galileana ’c’
conjunto indiscernible, también cabe el criterio de claro
y oscuro, o de cosas "envueltas en la niebla".
Pero esta mirada, aunque "terráquea", encuentra
analogías: montañas en la luna como las que vemos
en la
tierra:
"… la superficie de la luna se halla por doquier
plagada de protuberancias y oquedades. Resta que tratemos acerca
de sus magnitudes, demostrando que los relieves terrestres son
mucho menores que los lunares…"
En la situación de tensión ‘b’
la experiencia básica choca con experiencia galileana, que
no es ‘b’, sino ‘c’, desde el principio.
Si hay un secreto galileano, éste es que ha olvidado que
usa (interpreta) un telescopio. En cambio,
mientras se está en ‘b’, el observador tiene
permanentemente la tensión de la disyunción
‘a’, y la conjunción
‘b’.
En situaciones de ‘b’ están todos los
interlocutores galileanos, excepto, por lo menos Kepler. Son
históricamente, sus denostadores e
inquisidores.
El empleo de escritura en forma de diálogo,
además de utilizar un recurso al relato y las posiciones
argumentativas, exhibe muy bien la situación del
"obstáculo verbal", o, en la epistemología de Khun, la
inconmensurabilidad: Sarsi es ‘a’, algunos jesuitas,
incluido Urbano VII, podrían personificar la
situación ‘b’, pero el lenguaje galileano, es
desde el eje de su programa de investigación,
‘c’. Interpretación y uso de los
conceptos/telescopio, son irreversibles respecto de
‘a’, posición a la que, sin embargo, alude
bajo el personaje e interlocución de Sarsi.
"Que el ojo, con todas sus invenciones
inimitables (…) haya podido formarse por selección natural parece, lo confieso
libremente, sumamente absurdo"
Charles Darwin
El ojo, inevitablemente conceptual, también
ingresa en lo múltiple. El paso
‘a’ (mirada a simple vista) pasa a ser un
lugar de invisibilidad y ceguera, desde el cual, entre brumas y
nieblas, recupera su naturaleza.
La mirada galileana es irrecuperable, sólo la
teoría puede reconstruirla. Los dibujos que
Galileo hizo de las manchas solares, de los bordes luminosos y
claroscuros de la luna son aproximativos y verosímiles a
las fotografías que fueron tomadas a través de un
telescopio. Pero ni los dibujos de Galileo, y mucho menos, las
fotografías tomadas con telescopio, pueden reproducir por
sí solas la teoría galileana. Sencillamente, la
mirada de Galileo ha entrado en la región de lo invisible,
de la que solamente puede ser reconstruida
teóricamente.
En cambio, los mapas astronómicos con que
orientó a Kepler y otros lectores son sus creaciones, sus
descubrimientos: no apoyan mas que su propia perspectiva
teórica y son inencontrables, insituables, no tienen lugar
en el universo ‘a’, de la mirada a simple
vista.
Tienen sitio en el lugar de la tensión, en
‘b’, en la conjunción. La teoría, sin
embargo, está en ‘c’, el conjunto que opera
como universal, forma, matematizable. Algunos quiebres que pueden
rastrearse, recontruirse, son:
– Fuera de la escala proporcionalmente ampliatoria, la
configuración de las cosas mantiene la escala
básica.
.- La noción de "lugar natural"
aristotélica queda sobredeterminada, yuxtapuesta:
allí donde Aristóteles y Ptolomeo situaban algunas
estrellas, Galileo encontraba muchísimas otras, salidas de
una región inescrutable. Así también los
planetas nuevos y fases de Venus.
– La objeción de Sarsi es una
argumentación dialéctica inevitable, que consiste
en cuestionar el telescopio por el cambio de cualidades en la
observación. Sarsi, situado en ‘a’, no
conceptualiza al infinito, podría decirse que matematiza
al modo pitagórico.
– La proporcionalidad inversa, mediante el uso del
microscopio,
llega a una inflexión incompatible: la
epistemología mecanicista del universo físico no
explica al universo orgánico.
El recurso a las clasificaciones y taxonomías
"conduce" la mirada de las ciencias
naturales, en contradicción conceptual con la
física a pesar de las analogías (microcosmos y
macrocosmos), conceptos como crecimiento y maduración en
los animales y
plantas no tienen
cabida en la física galileana.
– Finalmente, el concepto de infinito, de naturaleza
teórico – formal, ingresa incontestablemente en el
conjunto ‘c’.
El telescopio es la posibilidad misma del infinito, y su
realización instrumental.
Por acción
y efecto de estos quiebres, Galileo logra que el imaginar
constituya una teoría y una empírica, y congruente,
epistémica, con una matematización.
Geometría y Silogismo:
Hay una constante perceptivo-formal que va desde
Aristóteles a Galileo, pasando por Ptolomeo y
Copérnico: considerar la figura y el movimiento circular.
Inductivamente, los cálculos de posiciones planetarias
fueron acrecentando su precisión, sobre todo en los
trabajos de Copérnico y Brahe. Los epiciclos Ptolemaicos
son, metodológicamente, la búsqueda de un
límite, que será alcanzado en Kepler, con su
1ª. Y 2ª ley, en la que la
invariante circular deja paso al razonamiento lógico de la
elipse, como nueva invariante
físico-astronómica.
Como concepto endo-consistente, el movimiento circular
articulaba una serie de conceptos físicos, y, de manera
exo-consistente mantenían la invariable ante otras
físicas, como la de G. Bruno.
El Silogismo es el universal del movimiento circular y
los particulares observables, como los planetas. Reducidos a
dicho movimiento.
En cambio, la demostración formal
(geométrica) de la elipse como movimiento, tiene dos
axiomas demostrativos, congruentes, pero diferentes, en los que
hay una disyunción operativa:
Si en un cono se proyectan series elípticas,
en un momento de la progresión elíptica se
obtiene un círculo. ¿Qué implicancias
lógicas tiene esto? Fundamentalmente, el
círculo pasa a ser una elipse, o un momento circular
de la elipse. Allí hay una situación semejante
a la del vaso del río. Es un vaso con agua, pero
resulta impredicable, puesto que es el agua de
la que contiene al vaso, y no al revés. Aunque "agua"
tenga por lo menos dos conceptos-formal el delimitado por el
vaso, y la delimitación del vaso por el agua. En el
caso de la elipse-círculo se rastrea una
disyunción – conjunción, que, siendo una
singularidad, produce un nuevo universal, puesto que
precisamente las órbitas elípticas de los
planetas dieron a Kepler sus ecuaciones
en la 1ª y 2ª ley astronómica. La
endo-consistencia y la formal, y luego observacional. Un
telescopio provee una inteligencia y la exo-consistencia del
telescopio como objeto técnico, reviste
análogas características a la endo-consistencia
y exo-consistencia de las teorías.- Figura cónica:
- La elipse no deducida de la figura
cónica:
En esta segunda operación figural-formal, la
elipse se obtiene, no de una serie, cuyo plano de
inflexión es un círculo-elipse, sjno de dos
centros. El recorrido-límite de una cuerda más
larga que la distancia entre dos puntos, al tensarse, describe
una elipse. Este segundo caso de figura elíptica tiene
la particularidad de no producir elipse-círculo en
ningún caso. La disyunción respecto del
círculo es completa, salvo que retengamos
características comunes que, acaso, intenten un nuevo
espacio de tensión: Ser ambas figuras cerradas y tener
eje de simetría, aunque correlativamente cambie el
radio y pasemos
de un centro geométrico a dos.
Se trata de una elipse per se, no derivada. Las
elipses así trazadas no dependen de un trazo
cónico y obtienen su infinito conceptual sin pasar por
un momento circular (elipse-círculo).
El movimiento lógico interesante es que, de una
disyunción, se obtiene una conjunción, y luego,
el conjunto. Ese conjunto obtenido quedará operando en
otros desarrollos teóricos posteriores, como un
conocimiento tácito.
(Elaborado a partir de un desarrollo de Khun en "La
Revolución Copernicana")
El plano infinito.
"Concibo un cuerpo arrojado sobre un plano
horizontal, excluido todo obstáculo, resultará
entonces, de lo que en otra parte se dice en forma más
detallada, que el movimiento de ese cuerpo sobre ese plano
sería uniforme y perpetuo si el plano se extendiera en
el infinito"
Galileo Galilei – Discorsi…
Galileo dice "concibo". Podría interpretarse
también "pienso", "imagino"; "represento", "supongo"? en
todo caso, "si el plano se extendiera en el infinito" es el
esquema epistémico nuclear. Es el conjunto
indiscernible, el paso "c" que analizo en este estudio. La
determinación del condicional "si… entonces" es la
posibilidad de "concebir" (pensar? Imaginar? Representar? o…
"percibir"?).
En Galileo, el uso/interpretación del
telescopio se torna indiscernible, inseparable de su
teoría, puesto que lo infinito es implícito
(conocimiento tácito) al telescopio. Es el
universal-formal-matematizable del conjunto. Y, además,
el empleo del condicional, al no afirmar con certeza, al no ser
un enunciado categórico, solamente abre el pensar (no el
"razonar silogístico") que deviene una repetición
que refuerza la singularidad. Así, el condicional,
deviene apodíctico "si y sólo si".
Lo infinito es un posible-fáctico, un
posible-real, un posible-operativo y epistémico, y
acaso, en dimensión no menor, un
posible-estético. No hace falta aludir a Kant y su
estética para instalar perceptivamente la receptividad
de los datos cualitativos prodigados por el
uso/interpretación del telescopio/infinito.
"Ahora bien, de este mismo cuerpo lunar que vemos
mediante la iluminación del sol afirmo en primer
lugar, no en virtud de la imaginación, sino por la
experiencia sensible y por demostración necesaria, que
es de superficie llena de cavidades y prominencias
innumerables"
Galileo niega la imaginación, sólo para
desplazarla como metáfora conceptualmente, permanece
idéntica en el texto, alude
al lector, que puede articular la interpretación en base
a la "mirada a simple vista" (a), o en la mirada en
conjunción al telescopio(b).
Galileo niega su enunciación como "a", puesto
que sitúa la teoría en "c", donde acaso resulte
indistinto "concebir", "pensar", "representar", "imaginar" y
"percibir", puesto que la episteme es formal, tramada como
ecuación: "si x se extendiera en y…"
Cuál es la palabra que cabe a "x").
Así como en el "mismo lugar, en el lugar
natural" de la física aristotélica se encuentran
otros objetos y cualidades, en el mismo lugar (x), se
encuentran distintas palabras.
Galileo es lógica y matemáticamente,
no-platónico, puesto que aplicaba lo numérico a
lo real.
Trabajaba experimentalmente con las cosas (bolas,
botellas, líquidos, péndulos, planos inclinados)
y con sus propias manos (construye un telescopio). Platón,
en su República, rechazaba a los artesanos u obreros del
gobierno).
Si Galileo hubiera sido platónico no hubiera
rebasado el nivel de la física
aristotélica.
Pero, Galileo es platónico en el arte
dialéctico, y sus obras como II Saggiattore, tienen toda
las inspiración del logos, no es menor el esfuerzo
dialéctico (literario), que los modos de proporcionar
evidencia empírica, aspecto este que pone de manifiesto
las aporías de la disyunción ("a"), la
conjunción ("b") y el conjunto (operante inefable
"c").
Afirmaba Platón, sin embargo, que:
"Es ser del instrumento, aún en buen estado, no
determina el uso (…). En mal estado, determina un
único uso, el malo, sea cual fuere la voluntad,
deseo."
Lo infinito como cualidad y cantidad
Lo infinito galileano es cualitativo: Sus
descripciones del Sidereus Nuncius, llenas de analogías
de los paisajes planetarios con los paisajes terrestres, los
mapas sobre la posición de los cuatro planetas mediceos,
registrando posiciones durante dos meses día a
día, constituyen relatos singulares. En ellos las
palabras no hablan de sí mismas, no es un relato de tipo
de las narraciones mitológicas, aunque "el mensajero
sideral", también "el mensaje sideral", lo haga a
Galileo una suerte de Virgilio guía y explorador de
regiones inescrutadas del universo. Los relatos galileanos son
mapas matematizados, geometrizados, pero cuyo programa de
investigación puede ser transitado una y otra
vez.
La posibilidad de retransitar esos mapas es la
señalización de los caminos, de los rumbos, de
los vectores
ópticos. La física post-galileana ya no retrocede
de la observación instrumental: aumentará en
precisión, formalizará nuevas ecuaciones, pero el
ojo humano filogenético tendrá en la lente
telescópica un conflicto teórico insoslayable.
Galileo trabaja con lo infinito observacional, los "datos" se
acomodan a esquemas conceptuales, y para ello las obras de
Koyré, S. Drake y Mc. Lachlan, las de Khun, han
explorado admirablemente todos los componentes que
interrelacionan las Ciencias con la Historia de las Ciencias,
los "problemas de
métodos" de cupo apriorista o experimentalista. La
narración galileana es un desafío: quienes
ingresaron en esa trama supieron reconocer los
obstáculos de lo que Bachelard llama "la experiencia
básica"
Lo infinito galileano es cuantitativo: allí
donde emplea una escala deja una marca, una
huella. En sentido epistemológico, Galileo rebasa a los
pitagóricos: para éstos, había
equivalencia entre unidades-puntos-átomos. Para la nueva
física un movimiento de ajuste en el telescopio
significaba, inmediatamente, trasladar el cuadro de una
región invisible a una región visible, de la
claridad y niebla de la "mirada a simple vista", a la claridad
y niebla de la mirada en conjunción. Aún
así, dice H. Kragh, Galileo "no era claro"
V.- GALILEO: CIENCIA Y
SUBJETIVIDAD
Que nos llega bajo el nombre de la ciencia galileana?
Es Galileo Galilei un personaje de leyenda, atravesado
íntegramente por los relatos mitológicos, y en
cada versión recibe un nuevo gesto, un nuevo
lugar?
Bajo diferentes tramas, Galileo obtiene nuevos socios,
nuevos compañeros de ruta, nuevos destinos, recorriendo
otras peripecias?
De la lectura
directa de Galileo, no surgen Kant, ni Hume, ni Hegel, ni
Piaget. De la lectura en
versión historiográfica, como la de L. Geimonat,
se obtienen todos los aspectos sociales de su vida: Su
trayectoria académica, su conflictiva relación
con la curia, con los jesuitas, sus dificultades
económicas, la dependencia de la consideración
que le dispensaran los aristócratas (Médicis), su
correspondencia con Kepler, y, todos los pasos con que la
Inquisición quiso acallar al Hereje. Galileo, sin
embargo, venció. Es una épica y una
Epifanía de la razón galileana, que tiene
indudables analogías en el estudio sociológico y
político de muchas épocas.
Pero, fuera de la historiografía, el Galileo
reconstruido a través de la Historia de las Ciencias no
empieza ni termina: le debe algo a sus antecesores, como
Copérnico, y a sus sucesores, como Kepler y Newton.
Si Galileo es un físico, no es, sin embargo, la
física. La Física aparece como una Ciencia
Historizada, que tiene sus heraldos, pero que está antes
y después de ellos, es un saber histórico sin
dueños, apropiado por eminencias (como Einstein, Plank,
Hawking después de Brahe y los
pre-galileanos).
La Física y la Astronomía, la Historia
de las Ciencias asocia a Galileo con otros físicos que
él jamás conoció. Pero algo los hace
aproximarse, algo, la Ciencia. Las versiones
epistemológicas aproximan a Galileo y Platón, a
Hume, a Kant, a quienes tampoco les tocó ser sus
contemporáneos. Ahora que Alexandre Koyré, Thomas
Kuhn, Stillman. Drake, Pierre Thuillier, Paul Feyerabend,
Ludovico Geymonat son nuestros contemporèneos y nuestras
actuales referencias respecto a Galileo, quizás ya no
podamos comprender muchas explicaciones de època, en que
ciencia experimental y análisis estaban de tal manera
entrelazados como puede leerse:
"Ahora bien, de este mismo cuerpo lunar que vemos
mediante la iluminación del sol afirmo en primer lugar,
no en virtud de la imaginación, sino por la experiencia
sensible y la demostración necesaria, que es de
superficie llena de cavidades y prominencias, tan acentuadas
que superan con mucho el relieve
terrestre.
No cumple que exponga en este lugar las observaciones
de las que deduzco mis demostraciones, tanto por las que he
escrito en otra parte, exponiéndolas oralmente
muchísimas veces, cuanto por que los adversarios de los
que ahora se trata no niegan ni aquellas ni tampoco las
aparentes desigualdades lunares, sino que sus consideraciones
vienen a decir que en escencia la luna es ahora no sólo
aquel globo que nosotros vemos y hemos visto hasta ahora con
los ojos, sino que además de lo visto por los hombres
hay entorno un cierto medio transparentísimo a guisa de
cristal o de diamante, totalmente imperceptible a nuestros
sentidos: el cual, llenando las cavidades y cubriendo las
más elevadas eminencias lunares, ciñe entorno a
aquel primitivo y visible cuerpo, terminando en una superficie
lisa y muy pulida que no impide, sin embargo, el paso de los
rayos del sol, de modo que puedan reflejarse en las
montuosidades sumergidas, provocando la proyección de
las sombras en las partes opuestas, ofreciendo así la
antigua luna a nuestros sentidos. No cabe duda de que se trata
de una bella obra de la imaginación, el único
problema es que no está demostrada ni es demostrable
(…) más si nos permitimos imaginar lo que se nos da la
gana, si otros dicen que la luna se halla rodeada
esféricamente por un cristal transparente aunque
invisible, lo aceptaré de grado con tal que con igual
cortesía se me permita decir que dicho cristal posee en
su superficie un grandísimo número de
montañas inmensas y treinta veces mayores que las
terrestres que no podemos ver nosotros por se de una sustancia
diáfana, de este modo podré imaginar otra luna
diez veces más montañosa que la
primera…"
Guillermo Carlos Treboux
Historia y filosofia de
las ciencias
Universidad nacional del Comahue – Unco –
Neuquén – Argentina
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