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Diferentes enfoques en el análisis de la comunicación




Enviado por ycastrillon2000



    1. Paradigmas en el estudio de la
      comunicación
    2. Conclusión
    3. Bibliografía

    Introducción

    Pese a la complejidad involucrada en la
    comunicación, se puede afirmar que ella primariamente
    es un proceso, o al
    menos implica un proceso en el que un conjunto de acciones
    intencionales o no, actuales o pretéritas de un miembro o
    miembros pertenecientes a un grupo social,
    son percibidas o interpretadas significativamente por otro u
    otros miembros de ese grupo.

    La comunicación es el fundamento de toda la
    vida social. Es un proceso que pone en contacto
    psicológico a dos o más personas, y funciona como
    momento organizador y como escenario de expresión de la
    subjetividad, en el que se intercambian significados y sentidos
    de sujetos concretos donde se construyen la individualidad y
    el
    conocimiento del
    mundo.

    Al decir de Morales Álvarez, "La sociedad como
    realidad objetiva se convierte en realidad subjetiva cuando el
    individuo
    interioriza en su conciencia y
    asume como propio el mundo social producido por el hombre,
    objetivado en significados del lenguaje, como
    externo a él".(Morales Álvarez, J. y Cortés,
    M.T., 1997, p.46)

    Compartimos la visión de la comunicación como un
    proceso que tiene como base fundamental la interacción entre los sujetos involucrados
    en ella, donde interactúan subjetividades, a través
    de los procesos de
    externalización e internalización.

    En este intercambio existe la posibilidad de influencia mutua
    y de una consecuente redefinición y configuración
    de la subjetividad, donde la realidad llega a través del
    otro. Es un proceso de constante producción de sentidos que permite la
    organización y desarrollo de
    toda la vida de los sujetos.

    Como todo fenómeno estudiado por el hombre, la
    comunicación ha sido interpretada a partir de
    disímiles paradigmas que
    organizan el conocimiento
    científico de acuerdo con la construcción de postulados teóricos
    y metodológicos, los cuales posibilitan una
    comprensión del proceso en cuestión.

    Paradigmas en el estudio de
    la comunicación

    Según A. Mucchielli (1998), existen cuatro paradigmas
    principales en el estudio de la comunicación: el
    estructural expresivo, el formal transaccional, el relacional
    sistémico, y el fenomenológico y
    praxiológico.

    El paradigma
    estructural expresivo tiene como objetivo
    revelar los deseos, motivaciones y necesidades de los individuos,
    así como la estructura de
    la
    personalidad, que subyacen en el discurso
    comunicativo.

    Dicho referente teórico utiliza como metodología el análisis de
    contenido; dicho análisis parte de las expresiones y se
    remonta a la estructura psicológica, y tiene como
    finalidad la búsqueda de explicación a los
    fenómenos, verbalizaciones en los conflictos
    pulsionales y estructurales de la personalidad,
    y sitúa la sexualidad en
    su centro configurador debido al origen psicoanalítico de
    este enfoque.

    El paradigma formal transaccional, también influido por
    el psicoanálisis, tiene como base el
    análisis transaccional desarrollado en la década
    del 60, nueva orientación de análisis
    comunicacional que estudia las interacciones de las personas y el
    marco situacional en el que estas operan. El concepto de
    retroalimentación es fundamental en estos
    estudios que buscan conocer la articulación de los
    procesos de comunicación interpersonal.

    Este modelo se
    centra en la forma de la comunicación, en la cual,
    según Mucchielli, se manifiestan tres niveles de realidad,
    y se apoya en tres tipos de actitudes
    corporales y de mensajes paraverbales. Estos niveles y actitudes
    son explicables a través de imágenes:
    Pa (padre) es concebido como un estado
    normativo moral, donde
    se encuentran las actitudes y los paralenguajes más bien
    cristalizados y neutros, que toman formas tradicionales como
    consejos o injunciones morales; A (adulto) descrito como las
    actitudes que definen una comunicación lógica
    y madura, donde aparecen las actitudes y los paralenguajes
    originados por el control de los
    sentimientos pero que, en este caso, acompañan comunicaciones
    lógicas y racionales, y N (niño) manifiesta
    sentimientos y estados fisiológicos, donde aparecen las
    actitudes y los paralenguajes que dejan que se manifiesten los
    sentimientos y los estados psicológicos que
    acompañan las expresiones espontáneas de un
    niño. (Mucchielli, A., 1998, pp.
    2728).

    El análisis transaccional aparece como un enfoque
    novedoso y racional para la comprensión del comportamiento
    humano, y aunque inicialmente fue un instrumento para terapia
    sociológica, sus principios pueden
    ser aplicados en los ámbitos laboral,
    familiar, educacional y comunitario, donde la buena
    relación entre las personas tiene la mayor
    importancia.

    En este enfoque resultan relevantes los siguientes aspectos:
    el concepto que cada persona tiene de
    sí misma y las interpretaciones que hace de la realidad;
    relevancia de la interacción simbólica, proceso por
    el cual crea, conviene, asigna, comparte significados con los
    demás; importancia de las experiencias pasadas que, al
    momento de interactuar, se actualizan; los papeles o roles y los
    juegos que los
    individuos desarrollan socialmente dentro de las distintas
    interacciones.

    El paradigma de relación sistémico tiene como
    objetivo fundamental el estudio de las relaciones. Su fundador,
    G.H. Mead, parte de la concepción de las interacciones
    sociales y el principio del otro generalizado, "la capacidad de
    abstracción y generalización de las actitudes y
    roles de los otros miembros de la sociedad que el niño
    internaliza en su conciencia y con lo cual configura su
    subjetividad significativa". (Morales Álvarez, J. y
    Cortés, M.T., 1997, p.48)

    La Escuela de Palo
    Alto comparte esta concepción de la primacía de la
    relación. Basada en la Teoría de
    sistemas, plantea estudios de tipo holístico, que
    incluyen los procesos comunicacionales del individuo y los que se
    desprenden del sistema en el que
    está inmerso. Este paradigma analiza la
    comunicación como un sistema de interacciones a partir de
    la definición de sí mismo, de la relación y
    del otro formando un todo. Para Watzlawick todo comportamiento
    frente a una persona constituye, en definitiva, una
    comunicación del modo en que una percibe la
    relación con dicha persona y, por tanto, la influencia
    (Mucchielli, A., 1998, p. 44).

    Es decir, el comportamiento del sujeto y su
    comunicación deben ser comprendidos en el marco de
    relación en el que se expresan.

    Para esta Escuela, lo verbal es una parte, un subsistema del
    sistema comunicacional. Otro subsistema comunicacional
    incluiría la comunicación no verbal, dentro de la
    cual se considera desde las características físicas
    de los interlocutores, hasta las condiciones del entorno, pasando
    por los gestos, las miradas, los adornos y el manejo de las
    distancias, entre otros.

    Los integrantes de la Escuela de Palo Alto definen las
    propiedades simples de la comunicación. "No hay nada que
    sea contrario de conducta […] no
    hay no conducta […] es imposible no comportarse […]

    Ahora bien, si se acepta que toda conducta en una
    situación de interacción tiene un valor de
    mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por
    mucho que uno lo intente no puede dejar de comunicarse"
    (Watzlawick, P.J., Beavin, B. y Jackson, D.D., 1987, p. 50). De
    este modo, toda actividad, acción
    o comportamiento es una forma de comunicación.

    Algunas premisas teóricas importantes de este enfoque
    son: solo ciertos aspectos del proceso de comunicación
    humana son conscientes, muchos escapan al control consciente; la
    comunicación se sirve de señales
    tanto presentes como ausentes; la comunicación es
    paradójica y el mensaje escapa al fin esperado por quien
    lo elabora; determinados contextos y aprendizajes pueden
    convertir en patógena la comunicación.

    El paradigma de programación
    neurolingüística aparece por los años 70 y
    se desarrolla en los 80. Su fundamento es la observación, y su objetivo es mejorar la
    interacción humana.

    Sus iniciadores, John Grinder y Richard Bandler, en una
    primera etapa buscan identificar las pautas y claves esenciales
    del trabajo de
    célebres y exitosos terapeutas comunicacionales como,
    Virginia Satir, Milton Erickson y Fritz Perls, para crear los
    inicios de una base teórica que, basada en la lingüística, diera cuenta de los
    mecanismos básicos de la comunicación
    interpersonal.

    Posteriormente elaboraron modelos para
    aplicar estas destrezas y habilidades, que luego de una
    práctica consciente podrían facilitar a otras
    personas la realización exitosa de lo que los terapeutas
    eficaces hacían en forma intuitiva.

    Los creadores de la programación neurolingüística
    identificaron modelos que permiten a los terapeutas obtener
    indicios relevantes de la representación de mundo de sus
    interlocutores, a través de sus conductas y sus lenguajes
    (verbal y no verbal). Lo anterior debiera facilitar el conocimiento
    de la evolución de su estado interno.

    La programación neurolingüística intenta
    ser, finalmente, un instrumento de comunicación y de
    transformación basado en la adaptación a los valores y
    especificidades del otro.

    El paradigma fenomenológico y praxiológico tiene
    como base la fenomenología, y su objetivo es el estudio
    de los significados subjetivos, que son construidos a
    través del intercambio. Los métodos de
    análisis utilizados desde este referente teórico
    son descritos por A. Mucchielli (1998, pp. 58.64):

    • Análisis fenomenológico: se ocupa de
      describir e interpretar las vivencias experimentadas por los
      sujetos buscando penetrar los contenidos y significados de su
      conciencia.
    • Método de comprensión: alude al estudio del
      sentido subjetivo e intersubjetivo en una determinada
      actividad, a partir de nuestra experiencia vivida.
    • Análisis etnometodológico: es el estudio de
      los métodos empleados por las personas para
      desarrollar una vida social explicable; por tanto, una de las
      principales áreas de estudio es la variedad de
      métodos empleados por las personas para producir y
      comprender descripciones factuales.(Potter, J., 1998)

    Este análisis etnometodológico tiene su origen
    en la disciplina de
    la Etnometodología, la cual contiene, a nuestro juicio,
    aspectos relevantes para el estudio de la comunicación y
    la argumentación.

    Existen tres conceptos básicos desarrollados por la
    Etnometodología: la indicación, la reflexividad y
    el método
    documental de interpretación, los cuales son utilizados
    por el análisis conversacional.

    La idea fundamental de la indicación es que el
    significado de una palabra o expresión depende del
    contexto donde se use. Se destacan los detalles
    específicos de la interacción en la que intervienen
    los participantes.

    La comprensión del lenguaje no es el producto de
    unas representaciones semánticas compartidas, sino que es
    la consecuencia de compartir unos procedimientos
    para generar significados dentro de contextos. (Edwards, D.,
    1996, citado en Potter, J., 1998)

    La reflexividad destaca el hecho de que las descripciones no
    son solo acerca de algo, sino que también hacen algo; es
    decir, no se limitan a representar alguna faceta del mundo,
    también intervienen en ese mundo de alguna manera
    práctica.

    La descripción es una referencia a algo, y
    también forma parte de ese algo. El sentido de los sucesos
    está constituido, en parte, por la descripción.

    En relación con el modelo documental de
    interpretación, se afirma que las personas emplean un
    método para comprender el mundo. Se destaca que cuando las
    personas llegan a comprender sucesos y acciones lo hacen en
    función
    de expectativas, modelos e ideas previas. Sin embargo, estas
    expectativas, a su vez, son modificadas por la comprensión
    que se obtiene. Por lo que se produce una especie de proceso
    circular continuo.

    El análisis conversacional se concibe como un
    desarrollo de la Etnometodología, que ha aplicado las
    ideas de la naturaleza
    indicativa y reflexiva de la acción al estudio
    específico de la interacción conversacional
    (Potter, J., 1998)

    Estos autores al estudiar la conversación parten de la
    presuposición de que lo que se dice no se dice por
    accidente, que la forma de las palabras no son imprecisas ni
    improvisadas, sino que están diseñadas con todo
    detalle para que sean sensibles a su contexto secuencial y a su
    rol en la interacción. (Sacks, J.,1992; Sacks, J., y
    otros, 1974, citado en Potter, J., 1998)

    La ventaja de los trabajos hechos desde la perspectivas del
    análisis conversacional es que trata los relatos en su
    contexto. Entendido el relato como una descripción en la
    que se exponen determinadas razones o argumentos que justifican
    el rechazo o aceptación de acciones que una de las
    personas propone en la comunicación.

    Esta idea resalta que una misma expresión o
    término puede adquirir segundos o terceros significados e
    interpretaciones según el contexto y las significaciones
    nuevas que se construyan culturalmente.

    Las descripciones están diseñadas de una manera
    estratégica e intencional por quienes las expresan, con el
    objetivo de satisfacer sus propios intereses. No siempre ocurre
    así en la dinámica real en que se produce el proceso
    de la comunicación. Para los analistas conversacionales es
    muy difícil distinguir los pasos en los que se da una
    planificación estratégica de
    aquellos en los que no se da (Potter, J., 1998)

    Cuando examinamos alguna descripción o algún
    informe, el
    énfasis en la indicación nos conduce siempre a
    preguntar cuál es el contexto y cómo se ha
    ocasionado la descripción. El énfasis en la
    reflexividad nos insta a considerar los informes y las
    descripciones en relación con el sujeto o acción
    que describen y, al mismo tiempo, en
    relación con lo que hacen, de qué acciones forman
    parte. El método documental destaca que las personas
    revisan continuamente sus percepciones pasadas y sus expectativas
    futuras basándose en su comprensión actual.

    Conclusión

    Los diferentes enfoques de la comunicación ofrecen un
    valioso aporte teórico y metodológico del proceso
    de comunicación.

    En los paradigmas analizados podemos percatarnos de dos
    posiciones opuestas: por una parte (los dos primeros) aluden a
    una psicología
    de los procesos intrapsíquicos con las limitaciones
    propias de sus enfoques teóricos, y por otra (los dos
    últimos), a una psicología de las relaciones.

    A pesar de las limitaciones teóricas y
    metodológicas, y de la visión parcial que cada uno
    de ellos podría tener en un análisis particular,
    resultan útiles las distintas aportaciones que realizan a
    la teoría
    de la comunicación.

    Bibliografía

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      Barcelona: Editorial Herder, Sexta Edición

    Yadira López Castrillón

    Lic. Psicología. Universidad de
    Camagüey. Cuba.

    24 de mayo de 2005.

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