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Ciguatera




Enviado por emiliodelapenaf



    1. Resumen
    2. Fisiopatología
    3. Mecanismo de
      toxicidad
    4. Anatomía
      patológica
    5. Toxicocinética
    6. Manifestaciones
      clínicas
    7. Incidencia
    8. Características de los
      peces que afectan la respuesta
      clínica
    9. Localización
      geográfica y respuesta
      clínica
    10. Susceptibilidad
      humana
    11. Diagnóstico
      diferencial
    12. Estudios de
      laboratorio
    13. Pronóstico
    14. Tratamiento
    15. Conclusiones
    16. Bibliografía

    Resumen.

    La ciguatera es una forma importante de
    intoxicación alimentaria en humanos causada por la
    ingestión de pescados de mar. Es ocasionada por un
    tóxico producido por un dinoflagelado, particularmente de
    la especie Gambierdiscus toxicus. Se produce por unas toxinas que
    se acumulan en los músculos de algunas especies de
    peces
    tropicales y subtropicales, siendo los humanos el final de la
    cadena
    alimenticia.

    Las manifestaciones clínicas son variables y
    dependen del tipo y la cantidad de toxina presente y de la
    susceptibilidad individual. La enfermedad está
    caracterizada por: disturbios gastrointestinales,
    cardiovasculares, neurológicos, así como
    musculoesqueléticos, que en los casos más graves
    puede producir parálisis, coma y muerte. La
    ciguatera no crea inmunidad. Su epidemiología es compleja;
    afecta a personas de países tropicales y subtropicales
    bañados por las aguas de los océanos Pacifico e
    Indico y del Mar Caribe, aunque la exportación de pescados a otras
    áreas lo están transformando en un problema
    mundial. Los peces afectados tienen aspecto, sabor y olor normal
    contribuyendo a que la detección de la ciguatotoxina sea
    un problema.

    El tratamiento consiste, tradicionalmente, en el tratamiento
    de los síntomas, así como en el tratamiento de
    soporte y de las complicaciones. Los medicamentos usados en el
    tratamiento de la ciguatera incluyen: agentes
    neurológicos, antihistamínicos, analgésicos,
    antipiréticos, y antinflamatorios, vitaminas,
    esteroides, entre otros. Siendo el manitol al 20% la única
    terapia conocida que revierte los síntomas sensoriales y
    los signos
    autonómicos de la ciguatera.

    Introducción.

    La ciguatera es una intoxicación de origen alimentaria
    que se produce en humanos por la ingestión de pescados de
    agua salada
    intoxicados por una Ichthyosarcotoxina generada,
    fundamentalmente, por una microalga dino-flagelada: el
    Gambierdiscus toxicus (Figura 1), asociada con la barrera
    coralina de las zonas tropicales.

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    Figura 1. Gambierdiscus toxicus.

    La primera referencia a la ciguatera se halla en la obra
    del cronista de la India Pedro
    Martyr de Anglería y data de 1555, aunque en la Odisea de
    Homero (800
    A.C.), se hace mención, en el año 600 antes de
    Jesucristo fue descrita esta epidemia en la China, y en la
    época de Alejandro el Grande (323-356 A.C.) se les
    prohibió a los soldados ingerir pescado para evitar
    indisposiciones digestivas y enfermedades durante las
    conquistas.

    Según los entendidos el término proviene
    del siglo XVIII y derivó del vocablo aborigen Cigua, que
    aún perdura y designa a un molusco marino comestible muy
    común en las orillas rocosas de Cuba, debido
    al hecho de que los síntomas de la enfermedad son
    similares a aquellos que se producen por el consumo de
    este caracol.

    En el océano Índico se reporta por primera
    vez en 1601. En el Pacífico Sur el primer caso se
    notificó en 1770 cuando la tripulación de
    Fernández de Quirós comenzó a intoxicarse.
    Cerca de las islas de Nueva Caledonia, en 1774, fue reportada por
    el famoso navegante inglés:
    el capitán James Cook, que describió los
    síntomas entre sus tripulantes enfermos y estos coinciden
    con los descritos hoy en día. En la Polinesia francesa la
    primera referencia se remonta a 1792.

    Desde 1970 muchos científicos han hecho grandes
    progresos en todas las áreas de investigación de la ciguatera, estas
    incluyen: la biología, la química, la
    farmacología, la clínica y el análisis inmunológico.

    Aunque aún existen múltiples puntos
    inciertos en relación con esta enfermedad, haciendo
    difícil su manejo y su control, existen
    pocas dudas sobre la identificación de su causa. Estos
    progresos han sido el resultado de una investigación
    intensiva que se ha extendido cerca de medio siglo. Los puntos
    más trascendentales en la identificación de la
    etiología de la ciguatera fueron:

    • La hipótesis de Randall, en 1959, de que una
      toxina se introducía en la cadena alimentaria a
      través de un pez herbívoro que ingiere microalgas
      toxicas1.
    • La identificación y aislamiento de la
      ciguatotoxina en 1967 por Scheuer2.
    • El descubrimiento por Yamamoto (1977) y colaboradores
      del dinoflagelado productor de la
      ciguatotoxina3.
    • La identificación de la estructura
      de la principal ciguatotoxina del océano Pacífico
      y su precursor en el Gambierdiscus toxicus por Murata y
      colaboradores en 19894.

    Fisiopatología.

    Actualmente se sabe que la ciguatera es ocasionada por
    un tóxico producido por un dinoflagelado (del griego
    dimos que significa giratorio), particularmente de la
    especie Gambierdiscus toxicus (toma este nombre al encontrarse
    por vez primera en muestras tomadas de la superficie de corales
    muertos de las islas Gambier en la Polinesia
    francesa)5. Este es un organismo fotosintético
    que tiene una tasa de crecimiento relativamente lenta (de
    aproximadamente una división cada 3 días) que se
    encuentra usualmente junto con microalgas de la barrera
    coralina6.

    Los dinoflagelados comienzan a ser un problema cuando se
    incrementa su población después de la
    destrucción de los arrecifes de coral, cuando esto ocurre,
    sea por causas naturales (tormentas, temblores de tierra,
    aumentos de la temperatura,
    etc.) o por la mano del hombre
    (trabajos de dragados, construcción de puertos, derrames de
    hidrocarburos
    o metales
    pesados, explosiones submarinas, actividades recreativas y
    militares. etc.), las áreas afectadas son colonizadas por
    microalgas oportunistas que son los huéspedes los
    dinoflagelados.

    Se ha visto que diferentes especies de microalgas están
    asociadas con diferentes especies de dinoflagelados, por ejemplo,
    el G. toxicus crece estimulado por la Turbunaria ornata, Jania
    sp, Spyridia sp, Laurencia sp y potencialmente en algas rojas,
    marronas y verdes.

    Los peces herbívoros consumen los dinoflagelados y sus
    toxinas, convirtiéndose ellos mismos en tóxicos.
    Los peces predadores los ingieren, concentrando y
    biotransformando las toxinas. Más de 425 especies de 60
    familias diferentes se han encontrado que acumulan
    ciguatotoxinas7. Algunos invertebrados y mariscos
    pueden acumular toxinas y transferirlas a la cadena alimentaria.
    Los humanos somos el final de esta cadena.

    Entre las especies de peces de riesgo la
    toxicidad depende grandemente de las áreas donde viven y
    se alimentan. La toxicidad varía de especie a especie, de
    pez a pez, de mar a mar y de localización a
    localización. Los factores que contribuyen a las
    diferentes tasas de toxicidad en los peces incluyen diferentes
    tasas de ciguatotoxinas y sus precursores en la dieta, la tasa de
    ingestión de la dieta, la habilidad de los peces para
    absorberlas, metabolizarlas y excretarlas y la tasa de
    crecimiento del pez8.

    Se incrementa el porciento de peces ciguatos dentro de una
    especie con la talla, esto se debe a que los peces más
    viejos tienen más tiempo para
    consumir y acumular toxinas en sus tejidos. De todas
    maneras un proceso de
    excreción sin una ingesta adicional puede causar que los
    peces mayores sean menos tóxicos, por eso no existe
    evidencia científica que soporte el peso de 2.5 Kg. como
    un "límite seguro" para
    evitar la ciguatera.

    En nuestro medio los peces más frecuentemente
    reportados como presumible causa de la intoxicación son:
    Picua (Sphyraena Barracuda), Gallego (Caranx Latua), Colorado
    (Sedicia Dullerai), Aguají (Myteroperca Bonaci) y Civil
    (Carmanx Ruber) (Figura 2).

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    Figura 2. Algunos de los peces capaces de portar las
    ciguatotoxinas.

    La ciguatera implica múltiples toxinas. La toxina
    principal es de naturaleza
    lipídica y se conoce como ciguatotoxina (CTX), se
    aisló por Scheuer y colaboradores (1967)2. Esta
    toxina permanece estable después de la cocción, de
    la exposición a sustancias ácidas y
    básicas, la congelación y la saladura. En su
    estado
    químicamente puro es uno de los tóxicos conocidos
    más potentes, siendo letal en minutos. La CTX – 1 es
    la principal toxina presente en los peces carnívoros
    afectados, los herbívoros casi siempre acumulan
    Gambiertoxina y otras CTX menos polares.

    Lewis y colaboradores9 aislaron y
    caracterizaron 3 ciguatotoxinas (Figura 3)

    y propusieron los nombres de P-CTX-1, 2, 3. Ellos
    sugirieron que la Gambiertoxina es el percusor de las CTX,
    transformándose en ellas probablemente por
    oxidación a nivel del hígado de los
    peces.

    Las principales CTX tienen diferentes efectos in vivo y
    están presentes en los peces en cantidades diferentes
    contribuyendo a la variabilidad de los síntomas en los
    casos humanos de ciguatera.

    Estudios epidemiológicos sugieren que la CTX del
    Caribe y del océano Índico pueden ser diferentes a
    la del océano Pacífico: los síntomas
    gastrointestinales son más prominentes y los
    neurológicos menos notables en el Caribe, los casos
    fatales son más comunes en el océano Índico
    que la incidencia generalmente reportada en el océano
    Pacífico.

    Figura 3. Estructuras de
    las 3 principales ciguatotoxinas.

    Mecanismo de
    toxicidad.

    Estudios iniciales realizados por Li (1965) concluyeron
    de manera errónea que la CTX poseía actividad
    anticolinesterásica. Rayner en 1972 fue el primero en
    demostrar que su mecanismo de acción
    estaba en relación con sus efectos directos sobre los
    canales de sodio en las membranas excitables, estructuras que son
    críticas en la función
    neuromuscular (fundamentalmente en su habilidad para generar y
    propagar los potenciales de acción).

    Bidard y colaboradores10 mostraron que la CTX
    estimula excesivamente la entrada de sodio a través de una
    unión casi irreversible a los canales de sodio. Los
    efectos fisiológicos de esta unión consisten en un
    incremento de la excitabilidad celular, que produce una potencial
    descarga de acción espontánea y repetitiva, seguida
    de una disminución en la excitabilidad de la membrana
    después de despolarizarse11.

    Cameron y colaboradores12 demostraron que la
    CTX produce enlentecimiento significativo de la velocidad de
    conducción nerviosa y prolongan el periodo refractario
    absoluto y supranormal. Posteriormente (1993) demostraron que el
    disconfort sensitivo, particularmente en relación con el
    frío resulta de una intensa y exagerada
    despolarización de fibras nerviosa mielinisadas
    pequeñas. La sensación de prurito se experimenta
    por activación de fibras C específicas.

    Nakano describió un enlentecimiento difuso de la
    actividad eléctrica celular, un aumento de la presión
    del líquido cefalorraquídeo y una respuesta anormal
    a los potenciales evocados del tallo cerebral en algunos
    pacientes. Los efectos cardiovasculares se cree se produzcan por
    un efecto inotrópico positivo de la toxina sobre el
    miocardio.

    Se cree que las deposiciones diarreicas se producen por
    una acción directa de la toxina sobre los nervios
    autonómicos.

    Anatomía
    patológica.

    Allsop y colaboradores13 encontraron edema en
    el citoplasma de las células de
    Schwann con compresión axonal y degeneración de la
    mielina en biopsia de nervios de pacientes afectados. Recientes
    estudios11 han confirmado que la CTX causa inflamación axonal y de las células
    de Schwann.

    Toxicocinética.

    Existe poca información sobre la toxicocinética
    de las CTX en humanos y otros mamíferos14.
    Debido a que la CTX es liposoluble su absorción desde el
    tracto digestivo es rápida e importante aunque la
    aparición precoz de vómitos y
    deposiciones diarreicas puede ayudar a eliminar parte de la
    toxina antes de ser absorbida. La absorción oral puedes
    ser completa o casi completa.

    Los peces ciguatos pueden causar picazón en las
    manos y al comerlos pueden alterar las sensaciones en la cavidad
    bucal y producir disfagia lo que parece indicar que las CTX
    pueden penetrar por la piel y las
    membranas mucosas.

    La CTX es transportada por proteínas
    plasmáticas como la albúmina. Están
    presentes en la leche materna
    y pueden atravesar la barrera placentaria y afectar al feto. Se ha
    visto que puede excretarse por otros fluidos corporales,
    así como hay aparente transmisión por vía
    sexual, evidenciado por dolor localizado durante el acto sexual
    en parejas afectadas.

    Micción dolorosa y disuria se ha reportado como
    hallazgos clínicos de la enfermedad lo que sugiere que las
    CTX son excretadas en la orina o que los nervios que inervan el
    tracto urinario son sensibilizados por ellas.

    Existen evidencias
    clínicas que sugieren que las CTX se acumulan en el
    cuerpo humano
    y que pueden ser reactivadas de tiempo en tiempo y causar nuevos
    síntomas.

    Se cree que el hígado sea el órgano donde
    fundamentalmente se metabolizan y que se eliminan por
    excreción biliar.

    El músculo esquelético no aparenta ser un
    sitio de metabolismo
    pero sí un compartimiento de almacenamiento,
    del cual la toxina es liberada antes de sufrir aclaración
    por el hígado.

    Manifestaciones
    clínicas.

    Las manifestaciones clínicas son variables y
    dependen del tipo y la cantidad de toxina presente y de la
    susceptibilidad individual.

    El momento de la aparición de los síntomas
    también es variable y como promedio está
    inversamente relacionado con la dosis. Gillespie y col.
    plantearon que el comienzo de los síntomas, es usualmente
    entre 1 y 6 horas, con un 90% de los casos dentro de las primeras
    12 horas; Lewis y col. reportaron entre 1 y 70 horas, con una
    media de 6.4 horas; Galzious y Legrand reportaron que los
    síntomas aparecen entre 2 y 30 horas después de la
    ingestión de un pescado
    tóxico14.

    La enfermedad está caracterizada por: disturbios
    gastrointestinales, cardio-vasculares, neurológicos,
    así como musculoesqueléticos15. Puede
    aparecer en unas personas y en otras no, que hayan comido el
    mismo pescado. Cada individuo
    puede experimentar los síntomas de una forma
    diferente.

    Típicamente se caracteriza inicialmente por la
    aparición de náuseas, vómitos, deposiciones
    diarreicas y dolor abdominal, pocas horas después de
    ingerido el pescado tóxico, se plantea que entre 24 y 36
    horas16. En los casos en los cuales los
    síntomas gastrointestinales están ausentes las
    parestesias son casi siempre el primer síntoma. Una
    inusual y tal vez patognomónica sensación de
    disconfort disparada por estímulos fríos, es
    frecuentemente reportada. Esta se ha descrito como un disturbio
    de la sensibilidad "paradójica" o "inversa" de la percepción
    de la temperatura para estímulos
    fríos17. Otros síntomas incluyen:
    disestesia en brazos y piernas y región perioral,
    mialgias, calambres, debilidad, sudoración y prurito. La
    percepción de pérdidas de los dientes es
    también muy común.

    Los efectos digestivos usualmente consisten en un
    síndrome gastroentérico agudo y autolimitado. Puede
    ser severo pero dura como promedio 8.5 días, aunque puede
    prolongarse. La deshidratación y los trastornos
    hidroelectro-líticos resultantes pueden ser severos
    especialmente en niños.

    Los trastornos de la regulación vasomotora se
    observan en cerca de un 15 % de los pacientes. La tensión
    arterial sistólica puede disminuir a 60 ó 70 mm Hg.
    y seguirse de episodios irregulares de hipertensión. El paciente puede estar
    bradicárdico o taquicárdico, así como
    presentar arritmias.

    Las alteraciones neurológicas usualmente
    resuelven en semanas aunque algunos síntomas pueden
    persistir por meses o años18. Síntomas
    como el prurito, la fatiga y las artralgias pueden también
    persistir por meses o años. r meses o abien, persistir
    lteraciones resuelven en semanas aunque algcialmente en
    ni_________________________________________ El análisis de
    las CTX en muestras de sangre sugiere
    que estas pueden almacenarse en el organismo por años y
    causar recurrencias de los síntomas durante periodos de
    estrés
    tales como: ejercicio, pérdida de peso o consumo excesivo
    de alcohol.

    La ciguatera no solo no deja inmunidad sino que existen
    evidencias que intoxicaciones
    posteriores pueden ser más severas.

    El consumo de alcohol puede incrementar la severidad de
    los síntomas, el por qué de esto no es
    conocido.

    La CTX se ha asociado con otros desordenes, se
    reportó la aparición de polimiositis en 2 personas
    muchos años después de haber sufrido una severa
    intoxicación, se han detectado CTX en la sangre de algunas
    personas diagnosticadas con el síndrome de fatiga
    crónica19,20,22.

    Los casos severos de ciguatera representan menos del 10
    % del total de casos. La completa recuperación se produce
    típicamente en unos pocos días a una semana en los
    casos ligeros y semanas, meses y aún años en los
    severos.

    La muerte, que se produce por fallo respiratorio,
    depresión cardiovascular o choque, ocurre
    casi siempre cuando se consumen las partes mas tóxicas de
    los peces y la tasa de mortalidad es menor de un 0.5
    %.

    El diagnóstico se basa en criterios
    clínicos sin embargo no existe una definición de
    caso disponible.

    Aunque la mayoría de los casos de ciguatera se
    producen por la ingestión de peces tóxicos se han
    descrito varias formas de transmisión de persona a
    persona, estas incluyen la transmisión a través de
    la leche materna21. Varios casos han demostrado que la
    CTX atraviesa la placenta y puede afectar al embrión o al
    feto de forma reversible.

    Incidencia.

    Es la intoxicación más frecuente
    relacionada con el consumo de pescados. Es endémica de la
    región del Caribe y de las zonas tropicales y
    subtropicales de la región indo-pacífica (Figura
    4).

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    Figura 4. Zonas endémicas y de mayor incidencia
    de la ciguatera.

    Se producen entre 10 000 y 50 000 casos de ciguatera
    entre las personas que viven en estas regiones y las que las
    visitan al año14, 22. En algunas islas del
    Caribe y del Pacífico, donde los peces son la fuente
    principal de proteínas, la incidencia anual de la
    intoxicación puede afectar al 10% de su
    población.

    Con el incremento de los viajes y la
    comercialización de peces de las zonas
    tropicales la incidencia de la enfermedad ha aumentado, aunque
    probablemente existe un subregistro.

    La tasa de mortalidad es de 0.1 – 1 %, aunque se
    han reportado tasas tan altas como de un 20% (mueren alrededor de
    250 personas cada año en todo el mundo).

    Características de los peces que afectan la
    respuesta clínica.

    La ingestión de peces herbívoros ciguatos
    causa principalmente síntomas digestivos y
    neurológicos mientras que la ingestión de peces
    carnívoros ciguatos causa un espectro de síntomas
    mayores, incluyendo mayores efectos cardiovasculares. Esto es
    resultado de la diferentes CTX presentes en las diferentes
    especies. Los peces carnívoros son esencialmente
    considerados más tóxicos.

    Se ha encontrado que la concentración de toxinas
    en el hígado y otras vísceras es mayor que en el
    músculo y esto varía en las diferentes especies lo
    que sugiere que el almacenamiento de las CTX se produce por
    diferentes vías en los diferentes peces.

    Se ha estimado que la cantidad de CTX por unidad de peso
    de tejido es 50 veces mayor en el hígado de los peces que
    en el músculo.

    Existe un incremento del porciento de peces
    tóxicos dentro de una especie con el aumento de la talla
    (peso). Esto puede deberse a que los peces más viejos
    tienen un periodo más largo para ingerir las toxinas,
    acumulando una mayor concentración de CTX en sus tejidos.
    No obstante, una lenta excreción de la CTX sin una
    ingestión adicional puede causar una disminución de
    la toxicidad en los peces de mayor tamaño.

    Localización
    geográfica y respuesta clínica.

    La sintomatología de la ciguatera varía de
    un país a otro. Por ejemplo en las Islas Vírgenes
    los síntomas digestivos (91% de los pacientes) son
    más frecuentes que las parestesias (54%) comparado con un
    73 y un 93%, respectivamente, en la Polinesia
    francesa.

    Se ha descrito que la secuencia de los síntomas
    también tiene diferencias geográficas: en el sur
    del Pacífico los síntomas neurológicos
    precedieron los gastrointestinales, mientras que en el Caribe
    ocurre lo contrario. Eso puede atribuirse a la naturaleza de la
    CTX presente en los pescados de las diferentes áreas
    geográficas. Una tercera clase de CTX
    podría explicar los síntomas observados en el
    océano Índico que incluyen: pérdida del
    equilibrio,
    falta de coordinación, alucinaciones,
    depresión mental y pesadillas.

    Susceptibilidad
    humana.

    Los factores humanos que influyen en los reportes de
    severidad y duración de los síntomas de ciguatera
    incluyen: grupo
    étnico, edad, sexo,
    variaciones individuales y ruta de
    intoxicación.

    El patrón sintomático varía entre
    grupos
    étnicos y entre sexos. En el Pacífico los hombres
    son más susceptibles a experimentar deposiciones
    diarreicas y dolor abdominal mientras que las mujeres reportan,
    más frecuentemente, artralgias y mialgias. En
    Vanuatu23 los pacientes refieren dolor abdominal,
    diarreas,
    vómitos y síntomas neurológicos, mientras
    que los europeos aquejan lagrimeo, dolores articulares y
    disestesias, y los chinos presentan con mayor frecuencia,
    deposiciones diarreicas y dolor abdominal. Sí esta
    variación de los síntomas es el resultado de una
    predisposición genética o
    de diferentes hábitos dietéticos, no está
    claro.

    Se ha encontrado asociación entre la edad y la
    enfermedad, viéndose que los enfermos entre 30 y 49
    años son los más afectados y los niños son
    menos susceptibles.

    La severidad de la ciguatera varía acorde a la
    cantidad de toxinas ingeridas y con la susceptibilidad
    individual. El momento en que aparecen los síntomas y
    estos por sí mismos son muy variables, aún entre
    las personas que han consumidos el mismo pescado.

    Subsecuentes episodios de intoxicaciones tienden a ser
    mas severos que el primero, debido a que la toxina e acumula en
    el cuerpo humano.

    Diagnóstico
    diferencial.

    Debe incluir: botulismo, alergias alimentarias,
    escombroidosis, intoxicación por tetradotoxina o fuguismo,
    choque séptico, envenenamiento por serpientes,
    enfermedades cerebrovasculares, toxicidad por: arsénico,
    antiarrítmicos, anticálcicos, carbamazepina,
    disulfiram, isoniazida, litio, mercurio, carbamatos,
    organofosforados, fenitoína,
    etc.24-28.

    Estudios de
    laboratorio.

    Aunque existen muchas creencias de que se puede
    determinar cuando un pez está ciguato, como son: que los
    ojos se tornan rojos, que las escamas se le caen
    fácilmente, que las moscas no se le acercan, que solo se
    debe comer pescado en los meses con "R" (septiembre hasta abril);
    no hay una prueba confirmatoria para saber sí un pez
    está contaminado o no, ya que este se ve, huele y sabe
    normal.

    Los estudios utilizados de rutina no son
    específicos para la ciguatera pero pueden reflejar las
    alteraciones secundarias a la depresión de volumen por la
    pérdida de líquidos. Puede verse un ligero
    incremento de la CPK y de la LDH29.

    Otros métodos
    empleados para la investigación de la CTX son: el método de
    "Stick-Test", el
    método de Inmuno Análisis Enzimático
    (ELISA), radioin-munoensayos (RIA), bioensayos en ratas,
    métodos cromatográficos, entre otros14,
    30-35.

    Pronóstico.

    Se produce la recuperación entre unas horas y dos
    días en los casos más leves, aunque pueden
    persistir algunos síntomas (principalmente
    neurológicos) algunas semanas.

    En el periodo de recuperación se debe evitar el
    consumo de alcohol y de ciertos alimentos (otros
    pescados y mariscos, mantequilla, aceite de
    maní, carnes de pollo y puerco) para evitar las
    recaídas.

    Tratamiento.

    No existe un tratamiento estándar para la
    ciguatera, por lo que el mismo ha consistido tradicionalmente en
    el alivio de los síntomas, en el tratamiento de soporte y
    de las complicaciones36, 37.

    La descontaminación gastrointestinal con
    carbón activado puede ser de valor, para
    disminuir la absorción intestinal de las toxinas,
    sí se realiza dentro de las primeras 3 a 4 horas
    después de la ingestión. Debe evitarse el jarabe de
    ipecacuana por el peligro potencial de la pérdida de
    líquido. El lavado orogástrico no es recomendado,
    el cual no ha demostrado ser beneficioso en la ciguatera. Los
    antieméticos (dimenhidrinato) pueden controlar las nauseas
    y los vómitos.

    La reposición de volumen para el tratamiento de
    la pérdida de líquido y la hipotensión, se
    realiza con solución salina fisiológica,
    solución Ringer-Lactato, e incluso con soluciones
    glucosadas. Raramente los agentes vasopresores se
    necesitan.

    Los casos graves de ciguatera, que se acompañan
    de Síndrome de Distress Respiratorio Agudo, es necesario
    el soporte ventilatorio.

    Las bradiarritmias responden bien a la atropina, la cual
    puede ser útil también en el tratamiento de los
    vómitos y diarreas persistentes. El gluconato de calcio y
    la dopamina se utilizan en caso de choque. No se recomiendan los
    opiáceos y los barbitúricos, ya que pueden producir
    hipotensión, y los primeros pueden interactuar con la
    maitotoxina.

    Los medicamentos usados en el tratamiento de la
    ciguatera incluyen: agentes neurológicos,
    antihistamínicos, analgésicos,
    antipiréticos, y antinflamatorios, vitaminas, esteroides,
    entre otros37.

    Se atribuye a un grupo de científicos
    norteamericanos, encabezados por el Dr. Neal
    Palafox38, en las islas Marshall, el descubrimiento
    del uso del manitol al 20%, para el tratamiento de la
    ciguatera.

    La administración intravenosa de manitol
    produce un rápido efecto en los pacientes afectados de
    ciguatera, disminuyendo dramáticamente o previniendo los
    síntomas neurológicos, siendo más efectivo
    cuando se administra tempranamente en el curso del
    tratamiento39. Es la única terapia conocida que
    revierte los síntomas sensoriales y los signos
    autonómicos de la ciguatera (22). Frecuentemente los
    síntomas neurológicos mejoran en pocos minutos
    luego de instaurado el mismo y resuelven completamente dentro de
    2 días.

    El manitol es un diurético osmótico
    obligatorio, el cual tiene una vida media de 100 minutos, la cual
    puede aumentar a 36 horas en presencia de insuficiencia
    renal aguda40. Está limitado al espacio
    extracelular, aumentando su osmolaridad, lo cual da como
    resultado un desplazamiento de agua del compartimiento
    intracelular al extracelular y al espacio vascular. La base
    farmacológica del uso del manitol permanece en la
    especulación, su efecto se cree que es debido a una
    reducción osmótica del edema neuronal de las
    células de Schwann, pero se ha sugerido una propiedad
    "barredora" de la molécula14, 22,
    41,42.

    La dosis del manitol al 20% es de 1g/Kg. de peso
    ó 10mL/Kg. de peso, administrado en infusión
    intravenosa (IV) lentamente, en no menos de 30 a 45 minutos
    22, 38. Si el paciente está deshidratado, como
    parte de la fase aguda de la enfermedad, esta debe corregirse y
    luego administrar la infusión de manitol. Sí los
    síntomas mejoran, una segunda dosis puede administrarse
    dentro de 3 a 4 horas; y repetirla al día
    siguiente.

    La amitriptilina actúa bloqueando los canales de
    sodio, que son activados por la ciguatotoxina, mejorando los
    síntomas de la ciguatera crónica, como la fatiga y
    las parestesias. La dosis es de 25 a 75 mg al día por
    vía oral.

    Los antihistamínicos se utilizan para tratar los
    síntomas alérgicos tales como el prurito y el
    edema, así como por su efecto sedante. Dentro de estos
    tenemos: Benadrilina, en dosis de 25 a 50 mg cada 6 u 8 horas por
    vía IV, Intramuscular (IM) u oral; Ciproheptadina 4 mg
    cada 8 ó 12 horas por vía oral; Hidroxyzina 0.5-1
    mg/Kg. ó 25-100 mg cada 12 ó 24 horas por
    vía oral ó IM.

    Los analgésicos, antipiréticos y
    antinflamatorios son usados para el alivio de las mialgias, las
    artralgias, así como la cefalea y la fiebre, que
    pueden verse en estos pacientes. Dentro de los medicamentos de
    este grupo más usados tenemos: acetaminofen/paracetamol,
    la indometacina y el ibuprofeno.

    Los esteroides son usados en los casos con
    síntomas y signos inflamatorios graves. La loperamida,
    droga que no
    es de primera línea, sea ha usado como antidiarreico en
    casos graves, y que toleren la vía oral.

    Recientemente sea ha descrito el uso de
    gabapentina43, 400 mg 3 veces al día, para el
    tratamiento de la ciguatera. La gabapentina es una droga
    antiepiléptica estructuralmente relacionada con el
    ácido aminobutírico, el cual se ha usado en el
    tratamiento del dolor neuropático.

    Conclusiones.

    Es la ciguatera una forma importante de
    intoxicación alimentaria causada por la ingestión
    de pescados de mar. Ocasionada por un tóxico producido por
    un dinoflagelado, particularmente de la especie Gambierdiscus
    toxicus. Está caracterizada por: disturbios
    gastrointestinales, cardiovasculares, neurológicos,
    así como musculoesqueléticos, que en los casos
    más graves puede producir parálisis, coma y muerte.
    La ciguatera no crea inmunidad. Su tratamiento consiste,
    tradicionalmente, en el tratamiento de los síntomas,
    así como en el tratamiento de soporte y de las
    complicaciones. Siendo el manitol al 20% la única terapia
    conocida que revierte los síntomas sensoriales y los
    signos autonómicos de la ciguatera.

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     – Dr. Eduardo Márquez Capote.

    Especialista de Primer Grado en Medicina
    Interna. Especialista de Segundo Grado en Medicina Intensiva y
    Emergente. Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Provincial
    Clínico Quirúrgico Docente "Saturnino Lora".
    Santiago de Cuba. Cuba.

    – Dra. Oneiris Cobas Martín.

    Especialista de Primer Grado en Anestesiología y
    Reanimación. Diplomado en Cuidados Intensivos y
    Emergentes. Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Provincial
    Clínico Quirúrgico Docente "Saturnino Lora".
    Santiago de Cuba. Cuba.

    – Dr. Oscar Au Fonseca.

    Especialista de Primer Grado en  Medicina Interna.
    Diplomado en Cuidados Intensivos y Emergentes. Diplomado en
    Cuidados Respiratorios y Ventilación Mecánica. Unidad de Cuidados Intensivos del
    Hospital General Clínico Quirúrgico
    Ginecobstétrico "Santiago de Cuba". Santiago de Cuba.
    Cuba.

    – Lic. Leslie Cid Carrión.

    Licenciada en Enfermería. Diplomado en Cuidados
    Respiratorios y Ventilación Mecánica. Hospital Provincial
    Clínico Quirúrgico Docente "Saturnino Lora".
    Santiago de Cuba. Cuba.

    – Dr. Emilio de la Pena Folgar

    Especialista de Primer Grado en Anestesiología y
    Reanimación. Diplomado en Cuidados Intensivos y
    Emergentes. Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes del Hospital
    Provincial Clínico Quirúrgico Docente "Saturnino
    Lora".

    Correspondencia a:

    Dr. Emilio de la Pena Folgar

    Santiago de Cuba. Cuba.

    Hospital Provincial Docente "Saturnino Lora"

    Santiago de Cuba.

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