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La Etapa Radical (1916 – 1930)




Enviado por kari_kowalskyj



    1. Ampliación del sufragio
      universal
    2. Conflictos y movilidad
      social
    3. Política y sociedad
      durante los gobiernos radicales
    4. Reforma
      universitaria

    * Ampliación del sufragio
    universal

    La reforma electoral de 1912 le agregó al
    existente sufragio universal su carácter de obligatorio y secreto. Con ello
    el Estado dio
    un empujón, casi le ordenó a la sociedad que
    se hiciera ciudadana. No había en 1912 un gran reclamo por
    la purificación del sufragio, estaban los radicales y
    socialistas, pero su envergadura era por entonces menor, de modo
    que la reforma democrática fue mucho más concedida
    que conseguida.

    Pero de inmediato hubo un rapidísimo aprendizaje y un
    gran entusiasmo por la democracia. En
    una sociedad compleja como la Argentina el aprendizaje se
    hizo por distintos caminos y de distintas maneras, fue entonces
    cuando Hipólito Irigoyen se transformó en un
    líder
    nacional y para enfrentar esto, la clase
    dirigente tradicional trató de crear un partido moderno,
    capaz de movilizar la opinión
    pública y ganar las elecciones presidenciales.

    Se fundó el partido Demócrata Progresista
    equivalente a la Liga de gobernadores de 1880, pero la Capital
    Federal y la Provincia de Buenos Aires
    tomaron distancia de este proyecto y
    prefirieron plantear su propia alternativa.

    Entonces se frustró la idea de crear un partido
    conservador. Así en los comicios de 1916 se impusieron los
    radicales e Hipólito Irigoyen fue el primer presidente
    electo por medio del sufragio universal.
    En la primera presidencia de Irigoyen (1916-1922), los
    enfrentamientos entre radicales y conservadores se fueron
    exacerbando, agravados por una situación económica
    perturbada por el impacto de la guerra europea
    desencadenada en 1914, (el país tomó
    posición neutral), que se manifestó en el
    país a través de serias dificultades para mantener
    la continuidad del comercio
    internacional y de una inflación que afectó la
    distribución del ingreso en perjuicio de
    los asalariados.

    Por la vulnerabilidad de la economía es que las
    inversiones de
    EEUU pasan a ocupar el lugar de los países europeos, pero
    eran diferentes a las inversiones británicas, ya que las
    de EEUU no generaban exportaciones
    (divisas), solo
    las máquinas
    agrícolas, y tampoco nuestro productos
    podían insertarse en el mercado de ellos
    ya que la producción era autosuficiente. Esto fue un
    desequilibrio en la balanza de pagos,
    es decir, problemas
    difíciles de resolver. Esto generaba un comercio
    triangular, entre Argentina (vértice más
    débil), EEUU (el comercio era siempre deficitario) y Gran
    Bretaña (al ser el principal comprador imponía las
    condiciones).
    La situación que se estaba viviendo era absolutamente
    nueva. Las protestas sociales no fueron inicialmente resueltas
    por la represión.

    Frente a ellas, el Estado
    intentó asumir el papel de árbitro en las
    fricciones entre el capital y el trabajo. La
    política
    gubernamental frente a los conflictos
    originados por las consecuencias de la guerra, experimentó
    un giro a partir de 1919. Los radicales en el poder dejaron
    la posición de árbitros por la presión de
    los propietarios. El vuelco hacia la represión se
    manifestó en la llamada "semana trágica" (enero de
    1919), la misma se desató por una huelga en una
    fábrica metalúrgica de capital, al sembrar el caos
    en la ciudad, el ejercito reprimió la situación y
    persiguió a los revolucionarios.

    Esta utilización de las armas como en la
    semana trágica o en el caso de la represión
    patagónica de 1921, llevaron a que el gobierno se
    debilitara perdiendo en gran medida el apoyo de los obreros. Los
    sectores medios y
    conservadores pedían más mano firme para lograr la
    paz social.

    Esto llevo a que se formaran organizaciones de
    derecha como la Liga Patriótica y para esta época
    había tantos radicales como conservadores. El Estado, en
    principio, apoyo esto con el objetivo de
    que defendieran el orden, la propiedad y la
    nacionalidad
    que estaba amenazada.
    Uno de los intentos renovadores de la primera presidencia
    radical, fue la Reforma Universitaria, un movimiento
    estudiantil surgido en Córdoba en 1918. se exigía
    representación estudiantil en el gobierno de la
    institución.

    El apoyo del gobierno a la demanda
    estudiantil, mostró la conexión de los radicales
    con las expectativas de las clases medias en ascenso.
    El sucesor de Irigoyen fue Marcelo T. de Alvear, que si bien era
    radical, pertenecía a una de las familias más ricas
    del país, por lo que fue electo, casi sin
    oposición. Si bien Alvear se vio favorecido por la mejora
    de la situación que caracterizo a los años
    centrales de la década, los limites alcanzados por las
    fronteras agropecuarias, el encarecimiento de la tierra, la
    escasez de
    inversiones, entre otras cuestiones, mostraban que el empuje
    exportador del país estaba declinando.
    La política de Alvear se diferenció de la de su
    correligionario en lo que se refiere a las relaciones con el
    Parlamento. Cuidó las relaciones y además no
    dispuso intervenciones federales por decreto. Es así como
    comenzó a dividirse el radicalismo en dos corrientes muy
    marcadas:
    1) "Personalistas" (partidarios de Irigoyen), que veían
    una desviación conservadora en el gobierno.
    2) "Anti personalistas" (partidarios de Alvear), que cuestionaban
    el manejo del partido como el culto a un caudillo. Es por esta
    diferencia que en 1924 la figura de Irigoyen creció por
    todo el país y la actividad partidaria permitió una
    movilización que lo instaló como candidato a la
    presidencia, pero la derecha conservadora no estaba dispuesta
    consentirlo.

    Mientras tanto, las fuerzas armadas anudaban relaciones tanto
    con la derecha liberal como con los sectores nacionalistas.
    Ya en 1928 Irigoyen vuelve a triunfar en las elecciones con el
    57% de los votos. Este segundo mandato se vio caracterizado por
    la lucha de Irigoyen y los conservadores, había una
    relación muy tensa. En el nuevo gabinete vio la
    desaparición de los miembros de las familias
    tradicionales, reemplazados por abogados de clase media, esto fue
    un golpe muy duro contra los conservadores.

    En esta presidencia se destacaron dos cuestiones:
    1) El gobierno llevó adelante un proyecto de
    nacionalización del petróleo. Se trataba de crear un monopolio
    nacional de los recursos
    petroleros. El debate se
    extendió hasta la sociedad y la situación se
    complicó por la presencia del gobierno soviético,
    que ofreció petróleo
    por debajo de los niveles internacionales, a cambio de
    productos agrícolas.
    2) La crisis mundial
    de 1929 se manifestó con gran fuerza en la
    Argentina y produjo la caída de los precios de los
    productos agropecuarios en el mercado mundial. A ello se le
    sumó el hecho de que el flujo de capitales externos, un
    componente fundamental de la balanza de pagos Argentina
    experimentó un descenso brusco.

    A partir de estos elementos fue creándose un clima favorable a
    quienes buscaban la interrupción del orden
    constitucional.
    El clima de golpe militar iba creciendo. Entre los jóvenes
    se hacían fuertes las ideas nacionalistas, anticomunistas
    y anti judías, que se fueron agrupando en diversos
    círculos para enfrentar a quienes alteraban el orden. La
    crisis invadió el gobierno y los partidos. El 6 de
    septiembre de 1930, un grupo del
    ejército liderado por el general José F. Uriburu
    concreta un golpe militar.
    Los radicales no lograron traducir institucionalmente ese
    proceso de
    incorporación de vastos sectores de la sociedad a los
    beneficios de la prosperidad y a la vida política; no
    lograron que para la sociedad esas instituciones
    aparecieran como un valor a ser
    defendido. No pudieron desprenderse de las antiguas
    prácticas y subordinaron las nuevas a las antiguas
    costumbres.

     * Conflictos y
    movilidad social


    Con esto se llego al
    último punto de esta etapa de la Argentina constructiva,
    pero evidentemente llena de factores y procesos que
    no van en sentido constructivo. A principios del
    siglo XX empezó a ser fuerte la preocupación sobre
    cuál era la nacionalidad
    Argentina. Era una preocupación mundial, que en la
    Argentina tiene una dimensión particular, porque estaban
    llenos de extranjeros y todo el mundo buscaba el elemento
    común que pudiera cohesionar todo esto, algo
    sólido, consistente e indudable que asegurara que la
    Argentina tenía una nacionalidad, cosa muy difícil
    en un país tan variado. Hay quienes lo buscaban en el
    gaucho, en el español,
    en el indio.

    De ese modo el nacionalismo,
    que debería ser el punto de unión de la comunidad
    política, en realidad se convirtió en la gran
    piedra de la discordia. Fue un nacionalismo traumático,
    exacerbado, y en la discusión cada uno descalificaba
    cualquier otra versión de nacionalidad.
    Al principio se limitó a un debate de intelectuales.
    En la década del 20 y sobre todo en la del 30, aparecen
    voces más organizadas, más fuertes para entender la
    cultura
    política. Algunas son los movimientos políticos, el
    radicalismo y el peronismo,
    consideraban que una de sus tareas era definir la identidad
    nacional, la nacionalidad radical o la nacionalidad
    peronista. El anti peronismo revirtió el discurso, sin
    cambiar su forma. Se trataba de identidades nacionales facciosas
    y excluyentes, que implicaban un elemento de violencia
    política, violencia verbal, pero violencia al fin.
    Más atrás viene la Iglesia
    Católica, que crece mucho en la Argentina del siglo XX,
    una de sus tareas es definir la identidad
    Argentina como identidad católica, cosa "chocante" en un
    país con tanta inmigración y tanto énfasis en la
    libertad de
    ideas y de creencias.

    Junto con ella aparece el Ejército, que decide entrar
    en la política colocándose por encima de los
    partidos, de los intereses particulares y asociándose con
    la Nación.

    El Ejército se considera el guardián de los
    intereses de la Nación
    y también tiene su propia definición, a veces pone
    el acento en la soberanía, en la autarquía
    económica y a veces en esos valores
    esenciales. Aquí es donde el entrelazamiento entre la
    Iglesia y el Ejército, que ocurrió en la
    década del 30, fue bastante decisivo, la idea de una
    Nación católica, cuyo Ejército consagra y
    defiende, caracterizó la presencia de ambos, desde 1930
    hasta 1976.
    Las identidades excluyentes, rabiosamente excluyentes, tienen que
    ver con un juego verbal,
    el enemigo está afuera, quien no encaja en esta identidad
    no es auténticamente argentino. Desde 1955 en adelante
    esto comenzó a transformarse en una práctica. Hay
    un hecho que significa un corte fuerte en la historia
    Argentina.

    En 1956 el gobierno de la Revolución
    Libertadora, que enfrentaba un levantamiento peronista,
    decidió fusilar públicamente a los jefes militares
    amotinados, y secretamente a una gran cantidad de militantes
    civiles peronistas. La violencia física se instala
    como herramienta normal en la política. La incorporan
    luego las organizaciones armadas, que toman el modelo cubano,
    y también el Ejército, cuyos oficiales se educan en
    la escuelas de contrainsurgencia de Panamá.
    Una organización revolucionaria no solamente
    apelaba a la violencia como instrumento, sino que su acta de
    fundación fuese un asesinato.

     * Política y
    sociedad durante los gobiernos radicales
    La UCR resulta
    un caso atípico en el mapa de los partidos
    políticos (sobre todo en América
    Latina) dada su persistencia, a lo largo de más de 100
    años en la escena política, pero también
    porque solo se le pueden contar 27 años en el gobierno, ya
    que el resto lo vieron en la oposición o directamente
    excluido del sistema
    político. "El radicalismo ofrece, por consiguiente,
    una característica de obstinada permanencia en el
    escenario político argentino, y la misma debe atribuirse a
    que ha llenado y sigue llenando una necesidad ideológica y
    social que le ha permitido sobrellevar divisiones, fracasos y
    derrotas, para reaparecer cíclicamente como una
    opción valedera para la sociedad Argentina".

    Tarea difícil parece, a simple vista, lograr una
    definición sobre el radicalismo que abarque la mayor parte
    de los aspectos que le son característicos
    Aún cuando el termino Radicalismo ha sido usado en
    América
    Latina, desde fines del siglo XIX fue adquiriendo una
    connotación más precisa y referida casi con
    exclusividad a aquellas formaciones políticas
    de centro izquierda que tenían su base social y su
    clientela electoral entre las clases medias urbanas y en parte
    rurales, la intelectualidad burguesa progresista y las
    burocracias estatales en expansión.

    Su crecimiento y organicidad política evidenció
    el proceso de descomposición del bloque oligárquico
    que orientó la construcción de las formaciones estatales
    emergentes de la ruptura del orden colonial y el desplazamiento
    de las corrientes más democráticas y liberales de
    la sociedad hacia la formación de un nuevo bloque social y
    político basado en la incorporación de las masas
    populares a la vida política nacional. fuertemente deudor
    de las experiencias de las revoluciones Mexicana y Rusa y del
    movimiento de la reforma universitaria, fue el partido radical
    argentino, la expresión más significativa y
    original de ese tipo de corrientes.

     * Reforma
    universitaria
    Este acontecimiento esta íntimamente
    ligado al gobierno de Irigoyen, con el nombre de La Reforma
    Universitaria se conoce la movilización estudiantil, que
    comenzada en Córdoba, se expandió hacia las
    restantes universidades del país y luego de Latinoamérica. Este movimiento produjo
    reformas de tal magnitud en la universidad, que
    hasta el día de hoy mantienen una sólida
    vigencia.

    El radicalismo, a través del gobierno, de sus
    militantes e intelectuales mantuvo una gran afinidad y solidaridad con
    los estudiantes cordobeses y sus reclamos. Hoy, la
    agrupación radical universitaria Franja Morada,
    triunfadora en las elecciones estudiantiles desde el año
    1982 hasta la fecha, se reconoce heredera directa de aquellos
    sucesos.

    La Universidad no podía quedar relegada del fabuloso
    impulso democratizador que estaba recorriendo a la sociedad, los
    nombramientos a dedo, los cargos vitalicios, el autoritarismo
    como única arma pedagógica, la presencia permanente
    de la iglesia en las decisiones académicas, la falta de
    actualización en los conocimientos y el aislamiento con
    respecto a la sociedad y sus problemas fueron algunos de los
    motivos de las primeras revueltas.
    Los grupos juveniles
    que se insubordinaban contra sus maestros, se levantaban, en
    rigor, contra la generación de sus padres, contra el
    estilo de vida
    que se les ofrecía como impuesto por la
    tradición, contra el ambiente que
    predominaba en el país, y que parecía cortar sus
    posibilidades futuras.

    En lo que coincidían todos fue en la incapacidad de los
    profesores, su insolvencia intelectual, su tendencia
    dogmática, su indiferencia frente a los problemas nuevos
    de la vida y de la cultura.

    Pero sobre todo enjuició el régimen del
    profesorado, que constituía a sus ojos una casta que
    detentaba las cátedras universitarias y los cargos
    directivos como si los poseyeran por derecho divino. En primer
    término, el soplo democrático, bien entendido, por
    todas las cláusulas circulaba en su fuerza. En segundo
    lugar, la necesidad de ponerse en contacto con el dolor y la
    ignorancia del pueblo, ya sea abriéndole las puertas de la
    universidad o desbordándola sobre él.
    Directamente conectados con los promotores de Córdoba, que
    formaron lo que llamaron el comité pro reforma, pensaban
    en que podían tomar a cargo la constitución de la Federación
    Universitaria Argentina (FUA), con delegados representativos de
    los estudiantes de las cinco Universidades, entidad por lo tanto
    encargada del apoyo al movimiento cordobés y de la amplia
    nacionalización del conflicto.
    El 11 de abril se fundó la federación con delegados
    directos. En la reunión se aprobó, convocar al
    Primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios. Se
    dispuso que la Universidad era una comunidad constituida por
    todos sus miembros, y son miembros de la Universidad los
    profesores, los estudiantes, y los graduados vinculados.

    Pero el pronunciamiento del 15 de Junio, dirigido "A los
    hombres libres de Sudamérica", según el manifiesto
    que fue emitido días después, mostró el
    vigor que llevaba latente, (hasta que punto había crecido
    su fuerza conceptual y no sólo con relación a la
    Universidad).

    El Manifiesto reclamó un "gobierno estrictamente
    democrático". Si es que en nombre del orden se quiere
    seguir burlando y embruteciendo a la juventud
    estudiosa, el sacrificio será el mejor estimulo para la
    acción.
    La única recompensa a que los estudiantes aspiran, es a la
    redención espiritual de las juventudes americanas, se sabe
    que en nuestras verdades lo son, y dolorosas, de todo el
    Continente. Proclamaba "una revolución espiritual", "una
    hora americana".
    La Reforma influenció a todos los partidos
    políticos (a favor y en contra), derivo en la
    creación de nuevos agrupamientos, de entre sus
    participantes emergieron gran cantidad de dirigentes
    políticos e intelectuales, influenció
    también, hasta el día de hoy, la
    constitución de la Universidad Argentina, y penetró
    fuertemente en las vanguardias literarias de la época.
    Por ultimo este movimiento fue visto con agrado desde el gobierno
    radical, quien prontamente lo
    apoya.

     

    Karina Kowalskyj

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