- Ampliación del sufragio
universal - Conflictos y movilidad
social - Política y sociedad
durante los gobiernos radicales - Reforma
universitaria
* Ampliación del sufragio
universal
La reforma electoral de 1912 le agregó al
existente sufragio universal su carácter de obligatorio y secreto. Con ello
el Estado dio
un empujón, casi le ordenó a la sociedad que
se hiciera ciudadana. No había en 1912 un gran reclamo por
la purificación del sufragio, estaban los radicales y
socialistas, pero su envergadura era por entonces menor, de modo
que la reforma democrática fue mucho más concedida
que conseguida.
Pero de inmediato hubo un rapidísimo aprendizaje y un
gran entusiasmo por la democracia. En
una sociedad compleja como la Argentina el aprendizaje se
hizo por distintos caminos y de distintas maneras, fue entonces
cuando Hipólito Irigoyen se transformó en un
líder
nacional y para enfrentar esto, la clase
dirigente tradicional trató de crear un partido moderno,
capaz de movilizar la opinión
pública y ganar las elecciones presidenciales.
Se fundó el partido Demócrata Progresista
equivalente a la Liga de gobernadores de 1880, pero la Capital
Federal y la Provincia de Buenos Aires
tomaron distancia de este proyecto y
prefirieron plantear su propia alternativa.
Entonces se frustró la idea de crear un partido
conservador. Así en los comicios de 1916 se impusieron los
radicales e Hipólito Irigoyen fue el primer presidente
electo por medio del sufragio universal.
En la primera presidencia de Irigoyen (1916-1922), los
enfrentamientos entre radicales y conservadores se fueron
exacerbando, agravados por una situación económica
perturbada por el impacto de la guerra europea
desencadenada en 1914, (el país tomó
posición neutral), que se manifestó en el
país a través de serias dificultades para mantener
la continuidad del comercio
internacional y de una inflación que afectó la
distribución del ingreso en perjuicio de
los asalariados.
Por la vulnerabilidad de la economía es que las
inversiones de
EEUU pasan a ocupar el lugar de los países europeos, pero
eran diferentes a las inversiones británicas, ya que las
de EEUU no generaban exportaciones
(divisas), solo
las máquinas
agrícolas, y tampoco nuestro productos
podían insertarse en el mercado de ellos
ya que la producción era autosuficiente. Esto fue un
desequilibrio en la balanza de pagos,
es decir, problemas
difíciles de resolver. Esto generaba un comercio
triangular, entre Argentina (vértice más
débil), EEUU (el comercio era siempre deficitario) y Gran
Bretaña (al ser el principal comprador imponía las
condiciones).
La situación que se estaba viviendo era absolutamente
nueva. Las protestas sociales no fueron inicialmente resueltas
por la represión.
Frente a ellas, el Estado
intentó asumir el papel de árbitro en las
fricciones entre el capital y el trabajo. La
política
gubernamental frente a los conflictos
originados por las consecuencias de la guerra, experimentó
un giro a partir de 1919. Los radicales en el poder dejaron
la posición de árbitros por la presión de
los propietarios. El vuelco hacia la represión se
manifestó en la llamada "semana trágica" (enero de
1919), la misma se desató por una huelga en una
fábrica metalúrgica de capital, al sembrar el caos
en la ciudad, el ejercito reprimió la situación y
persiguió a los revolucionarios.
Esta utilización de las armas como en la
semana trágica o en el caso de la represión
patagónica de 1921, llevaron a que el gobierno se
debilitara perdiendo en gran medida el apoyo de los obreros. Los
sectores medios y
conservadores pedían más mano firme para lograr la
paz social.
Esto llevo a que se formaran organizaciones de
derecha como la Liga Patriótica y para esta época
había tantos radicales como conservadores. El Estado, en
principio, apoyo esto con el objetivo de
que defendieran el orden, la propiedad y la
nacionalidad
que estaba amenazada.
Uno de los intentos renovadores de la primera presidencia
radical, fue la Reforma Universitaria, un movimiento
estudiantil surgido en Córdoba en 1918. se exigía
representación estudiantil en el gobierno de la
institución.
El apoyo del gobierno a la demanda
estudiantil, mostró la conexión de los radicales
con las expectativas de las clases medias en ascenso.
El sucesor de Irigoyen fue Marcelo T. de Alvear, que si bien era
radical, pertenecía a una de las familias más ricas
del país, por lo que fue electo, casi sin
oposición. Si bien Alvear se vio favorecido por la mejora
de la situación que caracterizo a los años
centrales de la década, los limites alcanzados por las
fronteras agropecuarias, el encarecimiento de la tierra, la
escasez de
inversiones, entre otras cuestiones, mostraban que el empuje
exportador del país estaba declinando.
La política de Alvear se diferenció de la de su
correligionario en lo que se refiere a las relaciones con el
Parlamento. Cuidó las relaciones y además no
dispuso intervenciones federales por decreto. Es así como
comenzó a dividirse el radicalismo en dos corrientes muy
marcadas:
1) "Personalistas" (partidarios de Irigoyen), que veían
una desviación conservadora en el gobierno.
2) "Anti personalistas" (partidarios de Alvear), que cuestionaban
el manejo del partido como el culto a un caudillo. Es por esta
diferencia que en 1924 la figura de Irigoyen creció por
todo el país y la actividad partidaria permitió una
movilización que lo instaló como candidato a la
presidencia, pero la derecha conservadora no estaba dispuesta
consentirlo.
Mientras tanto, las fuerzas armadas anudaban relaciones tanto
con la derecha liberal como con los sectores nacionalistas.
Ya en 1928 Irigoyen vuelve a triunfar en las elecciones con el
57% de los votos. Este segundo mandato se vio caracterizado por
la lucha de Irigoyen y los conservadores, había una
relación muy tensa. En el nuevo gabinete vio la
desaparición de los miembros de las familias
tradicionales, reemplazados por abogados de clase media, esto fue
un golpe muy duro contra los conservadores.
En esta presidencia se destacaron dos cuestiones:
1) El gobierno llevó adelante un proyecto de
nacionalización del petróleo. Se trataba de crear un monopolio
nacional de los recursos
petroleros. El debate se
extendió hasta la sociedad y la situación se
complicó por la presencia del gobierno soviético,
que ofreció petróleo
por debajo de los niveles internacionales, a cambio de
productos agrícolas.
2) La crisis mundial
de 1929 se manifestó con gran fuerza en la
Argentina y produjo la caída de los precios de los
productos agropecuarios en el mercado mundial. A ello se le
sumó el hecho de que el flujo de capitales externos, un
componente fundamental de la balanza de pagos Argentina
experimentó un descenso brusco.
A partir de estos elementos fue creándose un clima favorable a
quienes buscaban la interrupción del orden
constitucional.
El clima de golpe militar iba creciendo. Entre los jóvenes
se hacían fuertes las ideas nacionalistas, anticomunistas
y anti judías, que se fueron agrupando en diversos
círculos para enfrentar a quienes alteraban el orden. La
crisis invadió el gobierno y los partidos. El 6 de
septiembre de 1930, un grupo del
ejército liderado por el general José F. Uriburu
concreta un golpe militar.
Los radicales no lograron traducir institucionalmente ese
proceso de
incorporación de vastos sectores de la sociedad a los
beneficios de la prosperidad y a la vida política; no
lograron que para la sociedad esas instituciones
aparecieran como un valor a ser
defendido. No pudieron desprenderse de las antiguas
prácticas y subordinaron las nuevas a las antiguas
costumbres.
* Conflictos y
movilidad social
Con esto se llego al
último punto de esta etapa de la Argentina constructiva,
pero evidentemente llena de factores y procesos que
no van en sentido constructivo. A principios del
siglo XX empezó a ser fuerte la preocupación sobre
cuál era la nacionalidad
Argentina. Era una preocupación mundial, que en la
Argentina tiene una dimensión particular, porque estaban
llenos de extranjeros y todo el mundo buscaba el elemento
común que pudiera cohesionar todo esto, algo
sólido, consistente e indudable que asegurara que la
Argentina tenía una nacionalidad, cosa muy difícil
en un país tan variado. Hay quienes lo buscaban en el
gaucho, en el español,
en el indio.
De ese modo el nacionalismo,
que debería ser el punto de unión de la comunidad
política, en realidad se convirtió en la gran
piedra de la discordia. Fue un nacionalismo traumático,
exacerbado, y en la discusión cada uno descalificaba
cualquier otra versión de nacionalidad.
Al principio se limitó a un debate de intelectuales.
En la década del 20 y sobre todo en la del 30, aparecen
voces más organizadas, más fuertes para entender la
cultura
política. Algunas son los movimientos políticos, el
radicalismo y el peronismo,
consideraban que una de sus tareas era definir la identidad
nacional, la nacionalidad radical o la nacionalidad
peronista. El anti peronismo revirtió el discurso, sin
cambiar su forma. Se trataba de identidades nacionales facciosas
y excluyentes, que implicaban un elemento de violencia
política, violencia verbal, pero violencia al fin.
Más atrás viene la Iglesia
Católica, que crece mucho en la Argentina del siglo XX,
una de sus tareas es definir la identidad
Argentina como identidad católica, cosa "chocante" en un
país con tanta inmigración y tanto énfasis en la
libertad de
ideas y de creencias.
Junto con ella aparece el Ejército, que decide entrar
en la política colocándose por encima de los
partidos, de los intereses particulares y asociándose con
la Nación.
El Ejército se considera el guardián de los
intereses de la Nación
y también tiene su propia definición, a veces pone
el acento en la soberanía, en la autarquía
económica y a veces en esos valores
esenciales. Aquí es donde el entrelazamiento entre la
Iglesia y el Ejército, que ocurrió en la
década del 30, fue bastante decisivo, la idea de una
Nación católica, cuyo Ejército consagra y
defiende, caracterizó la presencia de ambos, desde 1930
hasta 1976.
Las identidades excluyentes, rabiosamente excluyentes, tienen que
ver con un juego verbal,
el enemigo está afuera, quien no encaja en esta identidad
no es auténticamente argentino. Desde 1955 en adelante
esto comenzó a transformarse en una práctica. Hay
un hecho que significa un corte fuerte en la historia
Argentina.
En 1956 el gobierno de la Revolución
Libertadora, que enfrentaba un levantamiento peronista,
decidió fusilar públicamente a los jefes militares
amotinados, y secretamente a una gran cantidad de militantes
civiles peronistas. La violencia física se instala
como herramienta normal en la política. La incorporan
luego las organizaciones armadas, que toman el modelo cubano,
y también el Ejército, cuyos oficiales se educan en
la escuelas de contrainsurgencia de Panamá.
Una organización revolucionaria no solamente
apelaba a la violencia como instrumento, sino que su acta de
fundación fuese un asesinato.
* Política y
sociedad durante los gobiernos radicales
La UCR resulta
un caso atípico en el mapa de los partidos
políticos (sobre todo en América
Latina) dada su persistencia, a lo largo de más de 100
años en la escena política, pero también
porque solo se le pueden contar 27 años en el gobierno, ya
que el resto lo vieron en la oposición o directamente
excluido del sistema
político. "El radicalismo ofrece, por consiguiente,
una característica de obstinada permanencia en el
escenario político argentino, y la misma debe atribuirse a
que ha llenado y sigue llenando una necesidad ideológica y
social que le ha permitido sobrellevar divisiones, fracasos y
derrotas, para reaparecer cíclicamente como una
opción valedera para la sociedad Argentina".
Tarea difícil parece, a simple vista, lograr una
definición sobre el radicalismo que abarque la mayor parte
de los aspectos que le son característicos
Aún cuando el termino Radicalismo ha sido usado en
América
Latina, desde fines del siglo XIX fue adquiriendo una
connotación más precisa y referida casi con
exclusividad a aquellas formaciones políticas
de centro izquierda que tenían su base social y su
clientela electoral entre las clases medias urbanas y en parte
rurales, la intelectualidad burguesa progresista y las
burocracias estatales en expansión.
Su crecimiento y organicidad política evidenció
el proceso de descomposición del bloque oligárquico
que orientó la construcción de las formaciones estatales
emergentes de la ruptura del orden colonial y el desplazamiento
de las corrientes más democráticas y liberales de
la sociedad hacia la formación de un nuevo bloque social y
político basado en la incorporación de las masas
populares a la vida política nacional. fuertemente deudor
de las experiencias de las revoluciones Mexicana y Rusa y del
movimiento de la reforma universitaria, fue el partido radical
argentino, la expresión más significativa y
original de ese tipo de corrientes.
* Reforma
universitaria
Este acontecimiento esta íntimamente
ligado al gobierno de Irigoyen, con el nombre de La Reforma
Universitaria se conoce la movilización estudiantil, que
comenzada en Córdoba, se expandió hacia las
restantes universidades del país y luego de Latinoamérica. Este movimiento produjo
reformas de tal magnitud en la universidad, que
hasta el día de hoy mantienen una sólida
vigencia.
El radicalismo, a través del gobierno, de sus
militantes e intelectuales mantuvo una gran afinidad y solidaridad con
los estudiantes cordobeses y sus reclamos. Hoy, la
agrupación radical universitaria Franja Morada,
triunfadora en las elecciones estudiantiles desde el año
1982 hasta la fecha, se reconoce heredera directa de aquellos
sucesos.
La Universidad no podía quedar relegada del fabuloso
impulso democratizador que estaba recorriendo a la sociedad, los
nombramientos a dedo, los cargos vitalicios, el autoritarismo
como única arma pedagógica, la presencia permanente
de la iglesia en las decisiones académicas, la falta de
actualización en los conocimientos y el aislamiento con
respecto a la sociedad y sus problemas fueron algunos de los
motivos de las primeras revueltas.
Los grupos juveniles
que se insubordinaban contra sus maestros, se levantaban, en
rigor, contra la generación de sus padres, contra el
estilo de vida
que se les ofrecía como impuesto por la
tradición, contra el ambiente que
predominaba en el país, y que parecía cortar sus
posibilidades futuras.
En lo que coincidían todos fue en la incapacidad de los
profesores, su insolvencia intelectual, su tendencia
dogmática, su indiferencia frente a los problemas nuevos
de la vida y de la cultura.
Pero sobre todo enjuició el régimen del
profesorado, que constituía a sus ojos una casta que
detentaba las cátedras universitarias y los cargos
directivos como si los poseyeran por derecho divino. En primer
término, el soplo democrático, bien entendido, por
todas las cláusulas circulaba en su fuerza. En segundo
lugar, la necesidad de ponerse en contacto con el dolor y la
ignorancia del pueblo, ya sea abriéndole las puertas de la
universidad o desbordándola sobre él.
Directamente conectados con los promotores de Córdoba, que
formaron lo que llamaron el comité pro reforma, pensaban
en que podían tomar a cargo la constitución de la Federación
Universitaria Argentina (FUA), con delegados representativos de
los estudiantes de las cinco Universidades, entidad por lo tanto
encargada del apoyo al movimiento cordobés y de la amplia
nacionalización del conflicto.
El 11 de abril se fundó la federación con delegados
directos. En la reunión se aprobó, convocar al
Primer Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios. Se
dispuso que la Universidad era una comunidad constituida por
todos sus miembros, y son miembros de la Universidad los
profesores, los estudiantes, y los graduados vinculados.
Pero el pronunciamiento del 15 de Junio, dirigido "A los
hombres libres de Sudamérica", según el manifiesto
que fue emitido días después, mostró el
vigor que llevaba latente, (hasta que punto había crecido
su fuerza conceptual y no sólo con relación a la
Universidad).
El Manifiesto reclamó un "gobierno estrictamente
democrático". Si es que en nombre del orden se quiere
seguir burlando y embruteciendo a la juventud
estudiosa, el sacrificio será el mejor estimulo para la
acción.
La única recompensa a que los estudiantes aspiran, es a la
redención espiritual de las juventudes americanas, se sabe
que en nuestras verdades lo son, y dolorosas, de todo el
Continente. Proclamaba "una revolución espiritual", "una
hora americana".
La Reforma influenció a todos los partidos
políticos (a favor y en contra), derivo en la
creación de nuevos agrupamientos, de entre sus
participantes emergieron gran cantidad de dirigentes
políticos e intelectuales, influenció
también, hasta el día de hoy, la
constitución de la Universidad Argentina, y penetró
fuertemente en las vanguardias literarias de la época.
Por ultimo este movimiento fue visto con agrado desde el gobierno
radical, quien prontamente lo
apoya.
Karina Kowalskyj