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Inmigración y literatura: Poesía 1872 – 2004 (página 2)



Partes: 1, 2

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos", Alfredo Bufano dice "Salud!" "también a
vosotros, hombres de la vieja Alemania" (2).

Notas

  1. Pedroni, Josè: "Peter y Anna", en Hacecillo
    de Elena
    . Santa Fe, Colmegna, 1987. Pág.
    112.
  2. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo
    argentino
    . Buenos Aires, Clarín.

Armenios

Eduardo Bedrossian canta a la inmigración de ese
origen. En su novela Hayrig
Detrás del silencio de un millón y medio de
voces
incluyó el poema "Armenia", que transcribimos
parcialmente: "Aquellos que dejando el amparo de tus
manos,/ en la tarde oscura del invierno se marcharon/ peregrinos,
a otras tierras, otros mares,/ grabando en tu alma el
recuerdo/ de sus risas frescas de días lejanos.//
Preguntas al viento si vuelven los tiempos pasados, y su
tímida brisa, acaricia; y la caricia: suspiro/ y el
suspiro de amor un respiro,/ como unja esperanza cercana, con
toda certeza, contesta:/ ¡Volverán tus hijos
errantes!".

Notas

  1. Bedrossian, Eduardo: Hayrig. Buenos Aires,
    1991.

Búlgaros

Paulina Vinderman habla a su padre en un poema: "-Anoche
soñé que sacaba un pasaje para Bulgaria-/ quiero
decirle./ Llego a una ciudad amplia y resuelta, apoyada en un/
mar interior (un mar de manual, con
muchos barcos enhiestos.)/ Inexplicablemente la ciudad
está callada/ y resuenan mis pasos sobre las
calles".

Notas

  1. Vinderman, Paulina: "Bulgaria", en Bulgaria.
    Biblioteca
    Virtual Beat 57.

Españoles

Andaluces

En su poema "En el patio" (1), Evaristo Carriego elogia
a una inmigrante andaluza: "Me gusta verte así, bajo la
parra,/ resguardada del sol de mediodía,/
risueñamente audaz, gentil, bizarra,/ como una
evocación de Andalucía".

Cántabros

A su abuela española canta Baldomero
Fernández Moreno, en "Inicial de oro" (2):
"Nací, hermanos, en esta dulce tierra argentina,/ pero el
primer recuerdo nítido de mi infancia/ es
éste: una mañana de oro y de neblina,/ un camino
muy blanco y una calesa rancia".

Castellanos

En "Regreso" (3), Rubén Benítez canta a su
madre española: "Pobre madre,/ portaba en su mirada/
distante y abatida/ la luz del
desencanto/ triste flor de su tierra prometida".

Gallegos

En "El espiante" (4), escribe Bartolomé R.
Aprile: "Se junaban con bronca las viejabas/ -gaitas tolas,
cabreras por un cuento-/ y se
fajaban a lo potro biabas/ al lado ‘e la pileta del
convento".

Navarrine, en su tango
"Galleguita" (5), de 1924, dice: "Juntar mucha platita/ para tu
pobre viejita/ que allá en la aldea
quedó".

Francisco Luis Bernárdez (6) llora a su madre
gallega: "El silencio de mis hermanos era el eco de la soledad de
sus almas./ Yo sentía sobre mis hombros algo parecido al
peso de una montaña./ El paisaje abría los ojos
como si no se hubiera enterado de nada./ Nunca olvidaré
que en el monte de Corzos había un ruiseñor que
cantaba./ Al llegar a Dacón oímos el nombre querido
en la voz de la campana./ Mamá y el mundo habían
muerto para siempre y sólo aquella voz los
lloraba".

En el poema "Cuando mi padre habló de su
infancia" (7), José González Carbalho enumera las
posesiones que el niño inmigrante tenía en Galicia:
un río, un monte, un horizonte, su perro y sus canciones.
En América, ya nada tiene de eso, y se
lamenta: "Ay, el dueño de valles/ y misteriosos bosques/
por el que andaba yo/ mi perro y mis canciones./ Mis canciones
que vuelven sólo para que llore/ Mi perro ya olvidado/ de
obedecer al nombre./ Yo, que perdí mis cielos,/ ¡y
soy tan pobre!".

En "Tríptico a Galicia" (8), Enrique Urbina
García canta la nostalgia del inmigrante de esa
región: "Y aquel que por Vigo, apabulló su sombra;/
en su misterio –pompas de luna- ocultará olvido/ y
por las vides de Galicia como raíz sangrante/
tendrá su mente endulzando retornos
válidos".

El protagonista de "El abuelo" (9), una canción
con letra y música de Alberto
Cortez, conoció Galicia cumpliendo una promesa: "El abuelo
un día/ cuando era muy joven/ allá en su Galicia,/
miró el horizonte/ y pensó que otra senda/ tal vez
existía".

Carlos Penelas es el autor del poema "Los trasterrados"
(10), que dedica a sus abuelos Pedro Penelas y Tomás Abad,
en el que dice: "No preguntaron nada./ Vinieron en los barcos del
hambre y la tristeza,/ traían calderos, baúles,
rezos./ Viajaron desde el bosque sobre el mar de la noche./
Campesinos absortos, insurrectos./ Eran hijos de viejos
labradores,/ de fraguas y neblinas,/ de encinas que engendraron
los dioses del destierro".

"El señor Santiago" (11) se titula uno de los
poemas de tema gallego de María Rosa Lojo: "Por todos los
caminos -te han dicho- se llega a Santiago. Pero las brujas
siempre llegan antes, montadas en antiguas escobas de toxo y
cubiertas con el sombrero redondo de las campesinas. El
Apóstol las espera encaramado en el Pórtico de la
Gloria y en la Quintana Dos Mortos, y sentado en el altar mayor y
acostado en la urna de su sepultura, y ofrecido como una
estatuita de piedra molida en las mesas de recuerdos
turísticos, y pintado en las marquesinas de los
restaurantes.

Manuel Castro Cambeiro y Eliseo Mauas Pinto son los
autores de Legado Celta. En el poema "Soy el llamado
ancestral" (12), incluido en ese libro
bilingüe, expresan:"Soy el llamado ancestral,/ el fuego
encendido/ por los antepasados;// el guerrero que resurge,/ el
que tiene las sandalias de cuero
calzadas,/ ceñidos el escudo y la espada".

En su poema "Madre gallega" (13), Ricardo Ares escribe:
"Noche infinita/ encastrada en la singer,/ bajo la parra
encendida de enero/ viajabas a Lugo,/ montada en tu infancia/ y
te perdías…"

A mi abuela, que murió añorando su tierra
entrañable, dediqué "Como al principio" (14): "Se
fue, Dios quiera, a su aldea,/ sus rías y su falar
galego
./Su herencia pervive
en los momentos/ en que las miradas se ensombrecen/ y el destino,
esquivo, nos une otra vez,/ como al principio".

Vascos

En Martín Fierro (15), de José
Hernández, aparece el vasco pulpero: "Se tiró al
suelo; al dentrar/ le dio un empellón a un vasco/ y me
alargó un medio frasco/ diciendo: «Beba,
cuñao»./ «Por su hermana»,
contesté,/ «que por la mía no hay
cuidao»".

Leopoldo Lugones, en "la ‘Oda a los ganados y las
mieses’ (16), canta al vasco: "¡Oh alegre vasco
matinal, que hacía/ Con su jamelgo hirsuto y con su boina/
La entrada del suburbio adormecido/ Bajo la aguda escarcha de la
aurora!:

Sefaradíes

En "Imagino" (17), Luis León evoca un exilio de
siglos: "Un pueblo entero partido en muchos pueblos, soltado como
palomas en alta mar, ante la incertidumbre de hallar una isla
donde detenerse. / Así el pueblo sefaradí se hizo
varios y a la vez continuó siendo uno. Misterio
ejemplificador el de los judíos
españoles: Holanda por acá, regiones otomanas por
allá, Marruecos por el otro lado. Muchos pueblos con una
sola lengua…permanecieron un solo pueblo. /Largo
deambular y una agonía que quizá, duraría
más de quinientos años, o a lo mejor sólo
las pocas horas que tardaron en renovar la ilusión de
revivir en otra tierra, hacer suyos los nuevos vecinos, conocer
palabras de los otros, para regar la propia lengua".

Varios

Enrique Larreta canta, en "Las criadas y el niño"
(18), a las domésticas españolas: "Que otros digan
de escuelas y de universidades./ Yo canto el cuarto aquel de
plancha y de costura/ y sus buenas mujeres. ¡Galicia!
¡Extremadura!/ y las que me enseñaban a palmear
soledades".

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" (19), Alfredo Bufano homenajea a la
inmigración española: "¡Salud, nietos sin
mengua de Francisco Pizarro/ y de Ruy Díaz de Vivar;/
hijosdalgo de Avila de los Caballeros,/ sudorosos hacheros de
Ontoria del Pinar,/ labriegos de las rudas mesetas castellanas,/
pescadores galaicos de las rías y el mar,/ hortelanos de
Murcia, vascos roblizos, fuertes/ extremeños: ¡larga
gloria tengáis/ todos vosotros, hijos de las viejas
Españas,/ hombres de eterna y recia y heroica mocedad,/ en
cuyas venas corre la misma sangre nuestra/ y
cuyas bocas se abren con nuestro mismo hablar!".

A sus abuelas, inhumadas en tierra americana, canta
Ricardo Adúriz en "Los rostros del olvido" (20): "Dulces
abuelas trashumadas/ desde estos cielos/ a aquellos cementerios./
Que vuestros nombres, en medio del océano/ de sombra,
sajados vivos de la noche larga,/ os devuelvan la luz de un
tiempo suave/
en Freas de Eiras –tierra de Galicia-/ y en el Madrid de fin
de siglo".

Leonie J. Fournier (21) evoca a los hispanos en un poema
acerca de la Avenida de Mayo: "La Avenida donde están/ Las
agencias del lotero,/ Los hoteles, los cafés/ Donde nunca van de
acuerdo/ Los que discuten ‘sus cosas’, /andaluces,
madrileños/ que la Avenida de Mayo/ es como la casa de
ellos".

Notas

  1. Carriego, Evaristo: "En el patio", fragmento incluido
    en Wolf, Ema (texto) y
    Patriarca, Cristina (investigación): La gran
    inmigración
    . Ilustraciones de Daniel Rabanal. Buenos
    Aires, Sudamericana, 1997. Sexta edición. 226 páginas.
    (Sudamericana Joven Ensayo).
    Pág- 53.
  2. Fernández Moreno, Baldomero: "Inicial de oro",
    en Cantan los pueblos americanos. Selección de
    Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos
    Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  3. Benítez, Rubén: "Regreso", en La
    Nueva Provincia
    , Bahía Blanca, 3 de septiembre de
    1998..
  4. Aprile, Bartolomé R.: "El espiante", citado en
    Páez, Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL,
    1970.
  5. Navarrine, A. y Petorossi, H.: "Galleguita", citado
    por Gustavo Cirigliano, en El Tiempo,
  6. Bernárdez, Francisco Luis: "Poema de las
    cuatro fechas", en Cielo de tierra. Buenos Aires,
    Editorial Sudamericana, 1948. Ilustraciones de Horacio
    Butler.
  7. González Carbalho, José: "Cuando mi
    padre habló de su infancia", en Requeni, Antonio: Un
    poeta arxentino en Galicia: González Carbalho
    .
    Separata del Boletín Galego de
    Literatura
    .
  8. Urbina García, Eugenio: "Tríptico a
    Galicia", en La Capital, Mar del Plata, 28 de febrero de
    1999.
  9. Cortez, Alberto (Letra y música): "El abuelo",
    en www.albertocortez.com,
    citado en www.galespa.com.ar.
  10. Penelas, Carlos: "Los trasterrados", en El mirador
    de Espenuca
    . Buenos Aires, Torres Agüero Editor,
    1995.
  11. Lojo, María Rosa: "El señor Santiago",
    en Esperan la mañana verde. Buenos Aires, El
    Francotirador, 1998.
  12. Castro, Manuel, y Mauas Pinto, Eliseo: Legado
    Celta
    . 1993.
  13. Ares, Ricardo: "Madre Gallega", en El Barrio Villa
    Pueyrredón
    , Año VI, Septiembre 2004, N°
    65.
  14. González Rouco, María: "Herencia",
    poema inédito.
  15. Hernández, José: Martín
    Fierro
    . Buenos Aires, CEAL, 1980.
  16. Lugones, Leopoldo: "Oda a los ganados y las mieses",
    en Antología poética. Buenos Aires,
    Espasa, 1965.
  17. León, Luis: "Imagino", en Sefaraires,
    N° 33, enero de 2005,
    sefaraires[arroba]fibertel.com.ar.
  18. Larreta, Enrique: "Las criadas y el niño", en
    Cantan los pueblos americanos. Selección de
    Germán Berdiales; ilustraciones de David Cohen. Buenos
    Aires, Ediciones Peuser, 1957.
  19. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.
  20. Adúriz, Ricardo: "Los rostros del olvido", en
    Torre del homenaje (1963-1978). Madrid, Ediciones
    Cultura
    Hispánica del Centro Iberoamericano de
    Cooperación, 1979. Pág. 47.
  21. Fournier, Leonie J.: "Mi Argentina", incluido en
    Wolf, Ema (texto) y Patriarca, Cristina (investigación):
    La gran inmigración. Ilustraciones de Daniel
    Rabanal. Buenos Aires, Sudamericana, 1997. Sexta
    edición. 226 páginas. (Sudamericana Joven
    Ensayo). Pág. 48.

Estadounidenses

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" Alfredo Bufano saluda a los hombres "de la tierra
de los rascacielos/ que dio a Whitman y a Poe a la inmortalidad"
(1).

Notas

  1. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.

Franceses

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos", Alfredo Bufano canta a la inmigración
francesa: "Salud, hijos de las Galias gloriosas/ que
sabéis abrir surcos y leer a Ronsard,/ hijos de aquella
tierra que oyó la voz de Hugo/ y que derrama
pródiga su vasta claridad./ ¡Salud, hijos del Arco
de Triunfo, hijos magníficos/ de la sabiduría y de
la libertad!"

En uno de los poemas reunidos en Monsieur Jaquin
(2), José Pedroni evoca, a partir del relato de una
colonizadora, la muerte de
Ana Esser en el litoral, al desembarcar: "El Paraná, boca
arriba,/ tres días que la miraba,/ los ojos llenos de
peces,/
ofreciéndole naranjas.// De un lado estaba el recuerdo;/
del otro lado la pampa./ Entre la tierra y el mar/ Ana Esser en
el
agua".

En el tango "Madame Ivonne", musicalizado por Eduardo
Pereira, escribe Enrique Cadícamo: "Han pasao diez
años que zarpó de Francia…/
Mamuasel Ivone hoy es sólo Madam;/ la que al ver que hoy
todo quedó en la distancia/ con ojos muy tristes bebe su
champán…"

Notas

  1. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.
  2. Pedroni, José: "Ana Esser", en Hacecillo de
    Elena
    . Santa Fe, Colmegna, 1987. Pág.
    109.
  3. Cadícamo, Enrique: "Madame Ivonne", en F.
    García Jiménez, H. Manzi, C. Castillo y otros:
    Tangos antología. Volumen 2.
    Selección, prólogo y notas por Idea
    Vilariño. Buenos Aires, CEAL, 1981. (Capítulo,
    vol.121).

Galeses

El 31 de julio de 2004, en el Eisteddfod Mimosa, Puerto
Madryn, Chubut, Competencia
Principal Ballena Dorada, fue distinguido con una Mención
Especial el poema (1) que Celia Amanda Sala Davies dedica "A
Elizabeth Adams y a su hija María Humphreys, al cacique
Francisco y a su tribu tehuelche, hacedores de Paz", en el que
expresa: "Desde el Tiempo/ y desde Todos los Tiempos/ fuiste la
elegida/ para el distante y brumoso Sur/ en el misterio de tu
concepción/ allá en la sojuzgada Gales/ en el
multitudinario arco iris de tu gestación/ en el
histórico "Mimosa"

Notas

  1. Sala Davies, Celia Amanda: "Poesía
    Principal".

Ingleses

En el Martín Fierro (1), José
Hernández se refiere a un inglés:
"Hasta un Inglés sanjiador/ Que decía en la
última guerra,/ Que
él era de Inca la perra/ Y que no quería servir,/
Tuvo también que juir/ A guarecerse en la
Sierra".

Como puede habla castellano el
inglés que evoca Leopoldo Lugones en la "Oda a los ganados
y las mieses" (2). No obstante, ejerce una beneficiosa influencia
en los ganaderos a los que aconseja: "lo cierto es que en su
media lengua trajo/ artes y ciencias que
el paisano ignora./ El transformó los bárbaros
corrales,/ las torpes hierras, las feroces domas,/ y
aseguró en las chacras invernizas/ que al pronto
parecieron anacrónicas,/ forraje fresco a los costosos
padres,/ que entienden sus maneras y su idioma".

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" (3), Alfredo Bufano evoca a la inmigración
inglesa, relacionándola con el tendido de los
ferrocarriles: "Hombre rubio
de la isla de Kipling/ que llenaste de sierpes de acero nuestra
vasta heredad,/ y que hendiste los aires con fragores de ruedas/
y de émbolos y dínamos en hondo trepidar/ y que
llevaste el himno ronco de las locomotoras/ por toda nuestra
ubérrima/ fecunda y proteiforme inmensidad".

Notas

  1. Hernández, José: Martín
    Fierro
    . Buenos Aires, CEAL, 1979. (Capítulo, vol.
    23).
  2. Lugones, Leopoldo: "Oda a los ganados y las mieses",
    en Antología poética. Buenos Aires,
    Espasa-Calpe, 1965.
  3. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.

Italianos

Calabria

Adelina C. Cela, en el poema "Madre Patria" (1), imagina
el sentimiento de su tierra: "Tú clamabas por mí/
como una madre divina,/ con lágrimas derramadas/ en
nostálgica partida.// Como un susurro tu lengua/ me
acunó toda la vida/ y no le diste abandono/ a tu hija en
lejanía".

Alfredo Conte (2) homenajea a su padre, que llegó
desde Cosenza en 1887: "Mi viejo, vos hiciste el mundo nuevo/
abriste surcos, criaste hijos/ y fuiste solamente un inmigrante/
No sé cómo decirlo en dos palabras".

A sus abuelos calabreses evoca Griselda García
(3): "mi abuela obligándonos a terminar el plato,/
haciendo bocaditos fritos con las sobras porque/ ‘ustedes
por suerte no conocen lo que es la guerra, el hambre…’;/
(…) / mi abuelo que para todas las actividades cotidianas/
produce un sonido distinto
con la boca;/ que en los sesenta era sastre en Aerolíneas/
y hacía los trajes de azafatas y pilotos,"

Campania

En el Martín Fierro (4) encontramos muchas
referencias al inmigrante. Transcribo uno de estos pasajes: "Un
nápoles mercachifle/ Que andaba con un arpista,/
Cayó también en la lista/ Sin dificultá
ninguna:/ Lo agarré a la treinta y una/ Y le daba bola
vista".

José Portogalo evoca, en "Los pájaros
ciegos" (5), a un napolitano: "Mi padre, violinista,
fracasó en Buenos Aires.// Sin embargo su nombre
–Pierángelo- traía/ "gli uccelli" luminosos
de las calles de Nápoles;/ Doménico Scarlatti,
heraldo de sus pájaros,/ clareaba el mundo denso de su
infancia y sus lágrimas".

Friuli

En "Otra vez las dolomitas" (6), Syria Poletti evoca el
paisaje de su infancia: "Aún remonto la picada sobre el
abismo,/ sin cuerda./ Pero algo ha cambiado:/ ya no añoro
tu mano".

Lombardía

En el poema "Antiguo Almacén
‘A la ciudad de Génova’" (7), Olivari evoca al
italiano Miquelín: "Miquelín, grande como una
estatua,/ que se iba a la cosecha y volvía rico dos
semanas/ -apenas para pagar la vuelta a todo el barrio-./
Mientras le duraba la plata cantaba,/ cantaba las lejanas
canciones milanesas de su tierra/ y hombreaba recuerdos como
hombreando cereal…"

Cerca de Lombardía, en el Cantón Ticino,
un cantón suizo de habla italiana, nació Alfonsina
Storni, la autora de Palabras a mi madre (8): "No las
grandes verdades yo te pregunto, que/ no las contestarías;
solamente investigo/ si, cuando me gestaste, fue la luna
testigo,/ por los oscuros patios en flor, paseándose.// Y
si, cuando, en tu seno de fervores latinos,/ yo escuchando
dormía, un ronco mar sonoro/ te adormeció las
noches, y miraste, en el oro/ del crepúsculo, hundirse los
pájaros marinos".

Piamonte

Juan Ricardo Nervi incluye en Aldea Gringa, un
poema acerca de Juan Bautista Bairoleto, hijo de piamonteses
(9).

Enrique Omar Rodríguez es el autor de la mlonga
"Lo llamaban Bairoletto" (10), en la que canta: "Nadie conoce a
esa abuela/ de dónde es, ni con quien vino,/ ignorando
qué caminos/ o qué vientos la han
traido…"

María Teresa Andruetto evoca, en "Citröen"
(11), a su padre inmigrante: "Regresábamos en un
Citröen/ rojo, desde una laguna de sal,/ un pueblo ahora de
fantasmas,/ a
nuestra casa, en la luz. Y él/ cantaba, de viva voz, como/
nunca cantaba, voglio vivere/ cosí, con il sole in fronte,
y/ mi madre y nosotras también/
cantábamos".

Veneto

Gigliola Zecchin –Canela- es la autora de
Paese (12), obra que incluye el poema "Calle de la
infancia": "toda felicidad/ horada la memoria// afuera
cae la nieve// aiuto! Il lupo! Il lupo! // nena tonta/ hay
que limpiar la respiración triste// mi lugar para dormir/
vagamente celeste".

Sicilia

Oscar González, en "La anunciación" (13),
evoca a una mujer italiana: "Llegó a Puerto Nuevo/ En otro
fin de siglo/ Confiando en la arcilla de estas playas/ Y abierta
como un surco,/ Se dio a la tarea de procrear
espigas".

Sin mención de origen

En "Canzoneta" (14), con letra de Enrique Lary y
música de Ema Suárez, se evoca la nostalgia de
Genaro: "Canzoneta gris de ausencia,/ Cuando escucho
‘¡O sole mío!/ Senza mamma e senza
amore’/ Siento un frio acá en el cuore/ que me llena
de ansiedad./ Será el alma de mi mamma,/ que dejé
cuando era niño./ ¡Llora!… ¡Llora! ¡Oh
sole mío!/ Yo también quiero llorar!".

"Giusseppe el zapatero" protagoniza un tango (15) de
Guillermo del Ciancio: "E tique, tuque, taque,/ se pasa todo el
día/ Guiseppe el zapatero,/ alegre remendón;/
masticando el toscano/ y haciendo economía,/ pues
quiere que su hijo/ estudie de doctor".

De Villoldo (16) son estos versos: "Sos para el canto,
che, gringo/ como para el bofe el gato/ tomá una grapa
d’Italia/ y
descansemos un rato".

En "La violeta" (17), con letra de Nicolas Olivari y
música de Catulo Castillo, aparece el italiano
nostálgico: "Con el codo en la mesa mugrienta/ y la vista
clavada en un sueño,/ piensa el tano Domingo Polenta/ en
el drama de su inmigración./ Y en la sucia cantina que
canta/ la nostalgia del viejo paese/ desafina su ronca garganta/
ya curtida de vino carlon".

Gustavo Riccio, en el poema "Elogio de los albañiles italianos" (18), evoca la
realidad social de los inmigrantes: "Hacen subir las puntas de
agudos rascacielos,/ Trepan por los andamios; y en lo alto
sienten ellos/ que una canción de Italia se les viene al
encuentro.// Más líricos que el pájaro son
estos que yo elogio: /el nido que construyen no es para su
reposo,/ el lecho que levantan no es para sus retoños…//
¡Ellos cantan haciendo las casas de los otros!."

A un trabajador peninsular, establecido en Mar del
Plata, evoca Eduardo Martín La Rosa (19): "Probaste todos
los trabajos./ Al fin, la cal y el rojo ladrillo/ se metieron en
tu sangre./ Volabas por los andamios./ Tu silbido triste,
enamoraba a las nubes./ Mirabas el mar… Siempre… el
mar…".

Alvaro Yunque es el autor de "Una familia de
inmigrantes por la Avenida" (20): "A la cabeza el padre, un
hombrachote/ que lleva un chiquitiño entre sus brazos;
atrás de él dos muchachas, dos gringuitas/ de
trenzas rubias y de ojos garzos;/ detrás la madre cuyo
vientre elévase/ con la promesa de algún nuevo
vástago;/ y aún detrás cansadamente marchan/
dos chicuelos cogidos de la mano;"

Roberto Cossa escribió, en El Sur y
después
(21): "Allá murió la infancia/
una caricia, una canción,/ una plaza, una fragancia./ Los
brazos viajaron, el corazón quedó./ Pero una
estrella nos llama del sur./ Y un barco de esperanzas cruza el
mar./ América, la tierra del sueño azul./ Es un
vaso de vino, es un trozo de pan".

En su poema "La Condra" (22), Fulvio Milano canta:
"Así la llamaba el abuelo italiano. No sé/
qué significa este nombre. Condra,/ la yegua blanca que
atábamos al sulky.// ¿Qué voy a hacer, Dios
mío, con este/ nombre raro/ a través de la gente, a
través del olvido?".

Alberto Luis Ponzo expresa en "Dibujos de
papá" (23): "Seguí durante horas/ la cabeza/ que
viajaba desde Italia/ dejando olas y vientos/ navegando en la
piel".

Rubén Héctor Rodríguez evoca, en
"Extraño chamuyo" (24), al propietario de un conventillo:
"En el conventiyo del tano Giacumín/ se armó la de
San Quintín/ a causa de extraño y sórdido
chamuyo./ Entonces, cada cual aportó lo suyo./ (…) / Por
culpa de estas quilomberas/ volaron las palomas mensajeras./ Me
buchonearon con el patrón/ y, cabrero, desalojó el
jaulón".

Lava la italiana que evoca Amalia Olga Lavira en
"Estampita" (25): "Friega lienzos, camisas y vestidos,/ en el
fondo, la donna, en la pileta/ y en fuentones y tachos
florecidos/ hormiguitas de sol hacen gambeta".

Habla a su padre Alberto Perrone (26), cuando llega a la
casa europea del inmigrante: "Padre hoy conocí tu tierra
de vides y olivos./ Conocí a tu hermana y encontré
tu joven retrato/ que aún preside allá, la
casa".

En "Ochenta" (27), Orlando Mario Punzi evoca a sus
mayores: "A Dios, conmigo se le fue la mano.// Me dio todo: la
mamma de primera,/ los amigos en tanda y un hermano,/ y ya de
pibe le saqué temprano/ cien sonetos, o más de la
galera".

Carlos de la Púa evoca, en su poema "Los bueyes"
(28), la frustración de algunos inmigrantes: "Vinieron de
Italia, tenían veinte años,/ con un bagayito por
toda fortuna/ y, sin aliviadas, entre desengaños,/
llegaron a viejos sin ventaja alguna.// Mas nunca a sus labios
los abrió el reproche./ Siempre consecuentes, siempre
laburando,/ pasaron los días, pasaban las noches/ el viejo
en la fragua, la vieja lavando".

También encontramos un inmigrante en "El alma del
suburbio" (29), de Evaristo Carriego: "Soñoliento, con
cara de taciturno,/ cruzando lentamente los arrabales,/
allá va el gringo… ¡Pobre Chopin nocturno/ de las
costureritas sentimentales!// ¡Allá va el gringo!
¡Cómo bestia paciente/ que uncida a un viejo carro
de la Harmonía/ arrastrase en silencio, pesadamente,/ el
alma del suburbio, ruda y sombría!"

En "Celestes ojos italianos" (30), el poeta Francisco de
Madariaga habla a su madre fallecida: "¿Estarás
cantando la canción que cantaban/ tus celestes ojos
italianos?/ ¿O estarás escuchando cómo canta
mi corazón,/ que fue la única maravilla en tu
terror a/ los viejos gauchos
bandoleros y en tu/ fracaso?"

En conjunto

Alfredo Bufano canta a los italianos (31): "¡Salud
a ti, fuerte hijo de la loba romana,/ hijo del heroísmo y
de la santidad,/ el que a su espada, dueña de milenaria
gloria,/ trueca en armas benditas de
trabajo y de paz!/ ¡Salud a ti, el de la estirpe de
César/ y de Virgilio, el que pone el mismo afán/ al
labrar tierra propia y al labrar tierra ajena,/ o al esparcir
semillas que otros cosecharán!/ ¡Salud a ti que
derramas el resplandor de Roma/ por los
caminos del mundo con manos de eternidad!".

Notas

  1. Cela, Adelina: "Madre Patria", en La Capital,
    Mar del Plata, 5 de septiembre de 1999.
  1. Conte, Alfredo: Pascualino. Edición
    homenaje. Buenos Aires, 2001.
  2. García, Griselda. Poema
    inédito.
  3. Hernández, José: Martín
    Fierro
    . Testo originale con traduzione, commenti e note di
    Giovanni Meo Zilio. Buenos Aires, Asociación Dante
    Alighieri, 1985.
  4. Portogalo, José: "Los pájaros ciegos"
    (Fragmento), en L. Lugones, B. Fernández Moreno, R.
    Molinari y otros: La poesía argentina. Buenos
    Aires, CEAL, 1979. Pág. 111. (Capítulo, Vol.
    4).
  5. Poletti, Syria: "Otra vez las Dolomitas", en
    Letras de Buenos Aires.
  6. Olivari, Nicolás: "Antiguo Almacén
    ‘A la ciudad de Génova’", en L. Lugones, B.
    Fernández Moreno, R. Molinari y otros: La
    poesía argentina.
    Antología, prólogo y
    notas por Alberto M. Perrone. Buenos Aires, CEAL, 1980.
    (Capítulo, Vol. 4).
  7. Storni, Alfonsina: "Palabras a mi madre", en Storni,
    Alfonsina: Antología poética.
    Selección por Alfredo Veiravé. Prólogo y
    notas por Alejandro Fontenla. Buenos Aires, CEAL, 1980.
    Pág. 44. (Capítulo, vol. 51).
  8. Nervi, J. Ricardo: "El Barrilete", en Aldea
    gringa
    , Buenos Aires, Plus Ultra, 1983. Citado en Chumbita,
    Hugo: Ultima frontera.
    Vairoleto: Vida y leyenda de un bandolero
    . Buenos Aires,
    Planeta, 1999.
  9. Rodríguez, Enrique Omar: "Lo llamaban
    Bairoletto", citado por Hugo Chumbita.
  10. Andruetto, María Teresa: "Citröen", en
    Kodak. Córdoba, Ediciones Argos,
    2001.
  11. Zecchin, Gigliola (Canela): Paese. Buenos
    Aires, De la Flor, 2000.
  12. González, Oscar: "La anunciación", en
    El Tiempo, Azul, 16 de abril de 2000.
  13. Lary, Enrique: "Canzoneta", citado en Azzi,
    María Susana: "La contribución de la
    inmigración italiana al tango", en Archivo
    Histórico Alberto y Fernando Valverde, Municipalidad de
    Olavarría, Secretaría de Gobierno,
    Año 2000, Revista
    N° 4.
  14. Ciancio, Guillermo del: "Giuseppe el zapatero",
    citado en Azzi, María Susana: "La contribución de
    la inmigración italiana al tango", en Archivo
    Histórico Alberto y Fernando Valverde, Municipalidad de
    Olavarría, Secretaría de Gobierno, Año
    2000, Revista N° 4.
  15. Villoldo, incluido en "Literatura inmigrante",
    www.oniescuelas.edu.ar
  16. Olivari, Nicolás: "La violeta", citado por
    Cirigliano, Gustavo, en "Disquisiciones tangueras", en El
    Tiempo
    , Azul, 30 de septiembre de 2001.
  17. Riccio, Gustavo: "Elogio de los albañiles
    italianos", en J.L. Borges, L.
    Marechal, C. Mastronardi y otros: La generación
    poética de 1922 antología
    . Selección,
    prólogo y notas de María Raquel Llagostera.
    Buenos Aires, CEAL, 1980. (Capítulo, vol.
    69).
  18. La Rosa, Eduardo: "El sueño de don Juan (un
    inmigrante)", en La Capital, Mar del Plata, 10 de
    septiembre de 2000.
  19. Yunque, Alvaro: "Una familia de inmigrantes por la
    Avenida", en Versos de la calle. Buenos Aires,
    Editorial Claridad, 1924.
  20. Cossa, Roberto: El Sur y después.
    Citado en Colegio Schönthal: Bajaron de los barcos.
    Historia de la
    inmigración en la Argentina
    , www.monografias.com.
  21. Milano, Fulvio: "La Condra", en El Tiempo,
    Azul, 12 de noviembre de 2000.
  22. Ponzo, Alberto Luis: "Dibujos de papá", en
    El Tiempo, Azul, 20 de junio de 1999.
  23. Rodríguez, Rubén Héctor:
    "Extraño chamuyo", en La Nación Revista, Buenos Aires, 13 de
    diciembre de 1998.
  24. Lavira, Amalia Olga: "Estampita", en ¡Che,
    barrio!.
    Buenos Aires, Gente de Letras, 1998.
  25. Perrone, Alberto: "Amores por la vuelta. El que una
    vez partió", en Hotel de Inmigrantes,
    2002.
  26. Punzi, Orlando Mario: "Ochenta", en La Nación Revista, Buenos Aires, 26 de
    octubre de 1997.
  27. De la Púa, Carlos: "Los bueyes", en L.
    Lugones, B. Fernández Moreno, R. Molinari y otros: La
    poesía argentina
    . Buenos Aires, CEAL, 1979.
    Pág. 89. (Capítulo, Vol. 4).
  28. Carriego, Evaristo: "El alma del suburbio", en
    Evaristo Carriego y otros poetas: Poemas
    Antología
    . Selección de Beatriz Sarlo,
    prólogo y notas por Adriana Barrandeguy. Buenos Aires,
    CEAL, 1980. (Capítulo, vol. 47).
  29. Madariaga, Francisco: en La Nación,
    Buenos Aires, 10 de mayo de 1998.
  30. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín..

Japoneses

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" (1), Alfredo Bufano canta a la inmigración
japonesa: "Y también a vosotros hombres de los ojos
oblícuos,/ raza poderosa y tenaz/ de las islas en donde
florecen los almendros/ y los crisantemos, hombres que
trabajáis/ junto a nosotros con el mismo amor/ que
allá en tierras niponas, vuestra antigua heredad,/
mientras las dulces garzas decoraban las aguas/ y las geishas
cantaban su amor crepuscular".

Notas

  1. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.

Libaneses

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" (1), Bufano expresó: "Salud, hombres
morenos que escuchásteis/ a los cedros del Líbano
sonar,/ y que hoy en nuestros vientos creéis oír
las voces/ de la patria que acaso ya no veréis
jamás./ Hombres de los desiertos remotos/ a quienes en las
pampas hoy vemos galopar/ luciendo nuestro escudo en el
pañuelo gaucho/ o en la rastra de plata o el mango del
puñal./ ¡Hombres de ojos negros y lejanos;/ hermanos
árabes que lloráis/ cuando en las noches nuestras
agobiadas de estrellas,/ oís una guitarra gemir y sollozar
(1).

Notas

  1. Bufano, Alfredo: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    del mundo que quieran habitar el suelo argentino
    . Buenos
    Aires, Clarín.

Lituanos

En su poemario Las huecos de tu cuerpo (1),
Manuela Fingueret dice a su madre: "tus pies se arrastran/ en la
noche/ como una alucinación/ que se desliza/ por las
paredes/ del hotel de inmigrantes y/ tu cuerpo se estremece/ hija
entre tantas/ en una aldea/ de Lituania".

Notas

  1. Fingueret, Manuela: Los huecos de tu cuerpo.
    Buenos Aires, Grupo Editor
    Latinoamericano, 1992. Págs. 11-4.

Noruegos

Norah Lange es la autora de "Poema", en el que escribe:
"Estás en mi recuerdo, Noruega,/ inquebrantable como un
viking/ que no calmó su sed de guerra./ / Sueño
pausado el de tenerte siempre/ dentro del corazón libro
vivido/ que se hojea diariamente".

Notas:

  1. Lange, Norah: "Poema", en J.L. Borges, L. Marechal,
    C. Mastronardi y otros: La generación poética
    de 1922 antología
    . Selección, prólogo
    y notas de María Raquel Llagostera. Buenos Aires, CEAL,
    1980. (Capítulo, vol. 69).

Polacos

La madre de Susana Szwarc, nacida en Polonia,
vivió en Siberia. En "Declive", la poeta expresa: "Por el
ojo de la cerradura vemos/ cómo deja la palangana en el
suelo: tiene agua.
Ahora

no se ve. Hasta que levanta la mano/ blanca, la misma
con que la prisionera (jovencita/ en Siberia) llevaba maderos
hacia el barco".

En "Corrientes esquina gueto" (2), Manuela Fingueret
evoca la realidad del inmigrante polaco: "Una tierra prometida/
untada sobre pan Goldstein/ entre pastrom caliente/ y el mar rojo
atravesado/ por Corrientes/ o por Serrano/ a la espera de
Moisés/ que no sabe idish/ para descifrar los
mandamientos".

En "La última carga de los jinetes polacos"(3),
poema incluido en Las Edades/ The Ages, Ricardo Feierstein
se refiere al doloroso desarraigo del abuelo que emigra a la
Argentina: "Esto contó, hace años, Moishe
Búrej/ judío orgulloso y/ polaco de veinte
generaciones/ que huyó hacia América, desde esa/
tierra bordada por antisemitas.// Y él, mi abuelo, hacia
su final/ Adivinó el momento en que iba a
irse".

Notas

  1. Szwarc, Susana: "Declive", en Bailen las
    estepas
    . Buenos Aires, Ediciones de la Flor,
    1999.
  2. Fingueret, Manuela: "Corrientes esquina gueto", en
    Esquinas. Catálogos. Buenos Aires,
    2001.
  3. Feierstein, Ricardo: "La última carga de los
    jinetes polacos/ The Last Charge of the Polish Cavalry",
    en Las Edades/ The Ages. Traducido del español por Jim Kates y Stephen A. Sadow.
    Buenos Aires, Milá, 2004. 240 pp.
    (Poesía).

Rusos

En la "Oda a los ganados y las mieses" (1), Leopoldo
Lugones canta al ruso Elìas, que vive en paz en la nueva
tierra: "Pasa por el camino el ruso Elías/ Con su
gabán eslavo y con sus botas,/ En la yegua cebruna que ha
vendido/ Al cartero rural de la colonia,/ Manso vecino que
fielmente guarda/ Su sábado y sus raras ceremonias,/ Con
sencillez sumisa que respetan/ Porque es trabajador y a nadie
estorba".

En su poema "En el día de la recolección
de los frutos" (2), Alfredo Bufano homenajea a los rusos con
estos versos: "Salud, hijos del Volga y de Siberia, /y de todas
las tierras que ayer fueron del Zar;/ salud, mas no al que viene/
haciendo tremolar/ banderas empapadas de sangre, fuego y muerte/ sino
al que viene a amar y a trabajar,/ y al que llega con sed de
justicia/ o
fatigado en busca de un regazo cordial;/ porque esta tierra
nuestra, grande, sagrada y bella,/ también la damos para
descansar".

De Rusia parte
Jacobo Fijman, a los cuatro años de edad, en 1898. Mucho
tiempo después escribiría (3): "¡Ah! Yo soy
uno de esos caminantes/ Que aún no han encontrado su
camino;/ Pero he gustado un luminoso vino/ en huertos generosos y
fragantes".

Kehos Kliguer escribió "Las cenizas de mi
hermanita" (4), texto incluido en un poemario referido por
completo a la Shoá: "Tráeme viento las cenizas de
mi hermanita,/ quiero enterrarlas en mi corazón;/
búscalas bien, están mezcladas/ con cenizas de
ancianos y ancianas./ Voy a guardar esas cenizas como un
talismán,/ hasta el fin de mis días./
Después voy a dárselas/ al Señor del mundo
como obsequio".

Tamara Kamenszain, descendiente de rusos, es la autora
de El ghetto. Ese libro, dedicado a su padre, incluye el
poema "Arbol de la vida" (5), en el que expresa: "Mi duelo, lo
que estoy viendo/ es el Gran Buenos Aires desde un cementerio
judío./ (…) / Mi duelo, lo que estoy viendo/ será
de aquí en más este verdor que te dedico./ Hoy
florecen en las copas de los árboles
todas mis raíces".

Notas

  1. Lugones, Leopoldo: "Oda a los ganados y las mieses",
    en Antología Poética. Buenos Aires,
    Espasa-Calpe, 1965.
  2. Bufano, Alfredo R.: "En el día de la
    recolección de los frutos", en Para todos los hombres
    que quieran habitar el suelo
    argentino, Buenos Aires,
    Clarín.
  3. Fijman, Jacobo: "Caminante" (poema inédito) en
    Clarín, Buenos Aires, 14 de diciembre de
    2002.
  4. Kliguer, Kehos: "Las cenizas de mi hermanita", en
    Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: "La rama argentina de la
    literatura ídish, y rama ídish de la liteatura
    argentina", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: La letra
    ídish en tierra argentina Bío-bibliografía de sus
    autores literarios
    . Buenos Aires, Milá, 2004.
    Traducción de Eliahu Toker.
  5. Kamenszain, Tamara: "El árbol de la vida", en
    El ghetto. Buenos Aires, Sudamericana, 2003.

Sirios

Lugones canta al buhonero sirio, que ofrece su
mercaderìa, en la "Oda a los ganados y las mieses" (1):
"Más allá viene el sirio buhonero,/ Balanceando a
la espalda su bicoca,/ Al canto gutural de la sabida/ "Cosa linda
barata" que pregona".

Notas

  1. Lugones, Leopoldo: "Oda a los ganados y las mieses",
    en Antología poética. Buenos Aires,
    Espasa, 1965.

Ucranios

De 1987 es el schotis titulado "El Gringo Creñuk"
(1), con letra de Teresa Parodi y música de Antonio
Tarrago Ros, que transcribimos: "Si voltea un tronco, siente/ que
voltea su dolor/ con las mismas manos tala/ árbol, pena y
corazón./ Y le arranca melodías/ torpemente al
acordeón/ mientras canta para todos/ con ternura esta
canción".

En un poema inédito (2), Griselda García
evoca a los ucranios de su barrio: "Hacia mediodía el aire
se agita,/ olor a carne asada desde casas vecinas,/ niños
llorando,/ familias de Ucrania discutiendo a gritos,".

Notas

  1. Parodi, Teresa y Tarrago Ros, Antonio: "El Gringo
    Creñuk", en www.tarrago-ros.com.ar.
  2. García, Griselda. Poema
    inédito.

Sin
mención de origen

Enrique Novick describe, en "Balada para un padre
ausente" (1), el efecto que la música de su tierra
tenía en el padre enfermo de Alzheimer, a
quien le cantaba: "canciones/ antiguas,/ sin nombre/ ni
dueño,/ que hablan/ de una aldea/ con hornos/ de
piedra".

En "Los ojos de la noche" (2), poema de Marcos Silber,
se evoca la amargura de los que, en la nueva tierra,
sabían que los suyos eran víctimas de la
persecución. Desde la Argentina, quienes emigraron
observan impotentes el genocidio. La angustia y la
desolación son presentadas por medio de imágenes
de los adultos, a los que un niño comprende desde su
infinita sabiduría: "Mamá llorándole toda la
cabeza al pequeño. Regándole/ el sueño, todo
el juego.
Mamá que regresa con papeles./ Cartas, papeles
de adiós y tormento. Avisos de nuevos/ silencios.
1940".

Mónica Sifrim escribe (3): "No señor. En
mis antepasados no hay diabéticos, hipertensos,/
cardíacos ¿Cómo explicarle? De cada diez
antepasados míos,/ uno moría en las revoluciones,
otro en las cámaras de gas/ y cuatro o
cinco de melancolía./ Ya sé que no se heredan tales
males. La mandrágora deja/ ese letargo de naranjas agrias.
Luego talco, y a mover los/ genes fresquecitos".

Notas

  1. Novick, Enrique: "Balada para un padre ausente", en
    La Prensa, Buenos
    Aires, 10 de enero de 1999.
  2. Silber, Marcos: "Los ojos de la noche", en
    Doloratas. Buenos Aires, Milá, 2001. (en
    colaboración con Carlos Levy).
  3. Sifrim, Mónica: "XXXI", en Novela
    familiar
    . Buenos Aires, Ediciones Ultimo Reino, 1990.
    Pág. 27.

Varios

El conventillo fue el escenario del sainete, como lo
afirma Vacarezza en un conocido soneto (1): "La escena representa
un conventillo./ Personajes: un grébano amarrete,/ un
gallego que en todo se entromete,/ dos guapos, una paica y un
vivillo".

En "Oro muerto" (2), canta Julio Navarrine: "El
dueño de la casa/ atiende a las visitas,/ los pibes del
convento/ gritan en derredor,/ jugando a la "rayuela",/ "al
salto", "a las bolitas",/ mientras un gringo curda/ las va de
payador…

Carlos Paoli es el autor de estos versos (3): "Me
procuro primero un compadrito/ un ruso, un francés, un
cocoliche,/ una vieja chismosa, un garabito,/ un conventillo, una
calle y un boliche./ Con estos elementos y una mina/ que la va de
cascarrienta y coqueta/ que se cree gran señora y es una
rea,/ un taita que afila y un obrero,/ que atrás de ella
con el taita la camina/ y se charla por la paica y es cabrero./
Ya con eso tiene bastante el sainetero".

Raúl González Tuñón es el
autor del "Poema del conventillo" (4), que comienza así:
"A la luz de tu farol cansado,/ conventillo/ yo también
quiero cantar/ tu cosmopolitismo abigarrado,/ el turbio biombo
amarillo/ de tu fachada, tu babélico altar,/ y tu vestido
gris y verde y rosa".

"Conventillos" (5) es el poema de José Rabinovich
que dice: "Una ciudad tan luminosa/ y yo andando a tientas./ Para
ver su rostro/ alzo sobre mi cabeza a mi hijo.// Por la ciudad
anda el sol/ pero
aquí reina el barro./ En fila, como corrales,/ casas de
lata y sin vidrios./ ¿Afuera será de noche?/
¿Ya habrá amanecido?"

En su poema "En el conventillo" (6), Jevel Katz alude a
las diferentes nacionalidades que lo habitaban, y su vida en
común: "Cada uno habla allí su propia lengua,/ no
sea que otro la entienda./ sólo hablan entre sí
castellano/ cuando se mandan a los antepasados./ Y da gusto
cuando empiezan a pelearse/ no hay entonces pobres ni ricos,/
grandes ni chicos,/ entonces están todos
igualados".

El poeta y ensayista César Fernández
Moreno es el autor del poema "Argentino hasta la muerte" (7), en
el que se refiere a su condición de descendiente de
europeos y criollos: "a buenos aires la fundaron dos veces/ a
mí me fundaron dieciséis/ ustedes han visto
cuántos tatarabuelos tiene uno/ yo acuso siete
españoles seis criollos y tres franceses/ el partido
termina así/ combinado hispanoargentino 13 franceses 3/
suerte que los franceses en principe son franceses/ si no
que haría yo tan español".

En "Canción a Berisso" (8), que dedica "A
León mi buen hermano", Matilde Alba Swann alude a
diferentes nacionalidades: "Yo le canto a tus niñas
saliendo de la escuela:/
alemanas, rusitas, italianas, armenias,/ distintas lenguas todas
e idéntico candor;/ y canto a las pequeñas hijas de
mi tierra/ "made in argentina" levadura extrajera,/ raíces
que se prenden a un destino mejor".

En "La invasión gringa" (9), uno de los poemas
reunidos en Monsieur Jaquín, Pedroni evoca la
inmigración traída por Castellanos: "Hoy nadie
llegaría./ Pero ellos llegaron./ Sumaban mil doscientos./
Cruzaron el Salado.// Al cruzarlo, afanosos,/ lo probaron./ Y los
hombres dijeron:/
-¡Amargo!-".

Notas

  1. Vacarezza, : "Un sainete en un soneto", en Cantos
    de la vida y de la tierra
    . 1944.
  1. Navarrine, Julio: "Oro muerto", en Páez,
    Jorge: El conventillo. Buenos Aires, CEAL, 1970. 85
    pp.
  2. Paoli, Carlos: "Sainetes argentinos"
  3. González Tuñón, Raúl:
    "Poema del conventillo", en Violín del diablo,
    citado en Páez, Jorge: El conventillo. Buenos
    Aires, CEAL, 1970. 85 pp.
  4. Rabinovich, José: "Conventillos", en
    Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: "La rama argentina de la
    literatura ídish, y rama ídish de la liteatura
    argentina", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: La letra
    ídish en tierra argentina Bío-bibliografía
    de sus autores literarios
    . Buenos Aires, Milá, 2004.
    Traducción de Eliahu Toker.
  5. Katz, Jevel: "En el conventillo" (fragmento), en
    Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: "La rama argentina de la
    literatura ídish, y rama ídish de la liteatura
    argentina", en Weinstein, Ana E. y Toker, Eliahu: La letra
    ídish en tierra argentina Bío-bibliografía
    de sus autores literarios
    . Buenos Aires, Milá, 2004.
    Traducción de Eliahu Toker.
  6. Fernández Moreno, César: "Argentino
    hasta la muerte", en L. Lugones, B. Fernández Moreno, R.
    Molinari y otros: La poesía argentina.
    Antología, prólogo y notas por Alberto M.
    Perrone. Buenos Aires, CEAL, 1979. (Capítulo, Vol.
    4).
  7. Swann, Matilde Alba: "Canción a Berisso", en
    Canción y grito, 1955. Incluido en
    www.matildealbaswann.com.ar.
  8. Pedroni, José: "La invasión gringa", en
    Hacecillo de Elena. Santa Fe, Colmegna, 1987.
    Págs. 103-4.

…..

Los poemas tambièn han sido el medio elegido por
los escritores para cantar a su tierra, o para evocar a los
inmigrantes, entre los que se cuentan, a veces, sus mayores. En
la lìrica se eternizan el homenaje, la gratitud y la
añoranza.

Trabajo enviado por

María González Rouco

Licenciada en Letras UNBA, Periodista

Partes: 1, 2
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