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¿Podría existir la moral pública?



    1. Introducción a la
      moral
    2. Filosofía de la
      moral
    3. Existe la doble
      moral
    4. ¿Existe la moral
      pública?
    5. Conclusión
    6. Bibliografía

    1.
    Introducción

    El tema que se revisará mediante este ensayo, es el
    intentar dar respuesta a la pregunta en la cultura
    política
    ¿podría existir la moral
    pública? Y en consecuencia, si ésta existe
    ¿estamos ante un solo tipo de moral ó ante un
    concepto
    teórico de doble moral?; en otras palabras, reconocer y
    aceptar la existencia de una moral individual y una moral
    pública.

    Hablar de moral y cultura, siempre resulta
    difícil, ya que estos conceptos son sumamente abstractos e
    inespecíficos; porque dependiendo de la persona en
    particular y de la sociedad en
    que esta se encuentre inmersa, tendrá su propia
    concepción del significado de moral, viéndose
    influenciado, sobre la base de la educación que
    recibió, de su formación académica y del
    momento histórico; por aspectos de carácter geográfico, cultural y de
    formación religiosa.

    La teoría
    del relativismo nos dice que la moral, o los principios
    varían de acuerdo a la época en que se este
    viviendo o el lugar. La cultura influye mucho. Una persona
    podría decir que matar es una moral universal, tratando de
    justificar el hecho con el argumento como el de que nosotros
    matamos para vivir, inclusive se puede robustecer diciendo que es
    un instinto como el de los animales. Lo
    anterior ¿será suficiente para poder aceptar
    como correcto el matar a nuestra propia especie?; tratemos de
    visualizar la siguiente escena: "Si pones a dos personas en un
    cuarto sin alimento lo más posible es que luchen por
    sobrevivir matando al otro"; ¿esto se puede aceptar
    justificable?.
    El matar, en ciertas culturas fue un rito, por lo que ello
    podría haber parecido como una moral pública o
    universal. Pero al mismo tiempo, otras
    culturas consideran el no matar como parte de una moral
    pública o universal. Todo individuo,
    cualquiera que sea su ideología religiosa y filosófica,
    requiere y adquiere una moral y una cultura, aunque esta sea
    distorsionada de los parámetros considerados como
    ordinarios . Esto nos obliga, a que resulte indispensable tratar
    de constituir un concepto de moral que sea aceptable.

    Esta idea de moral en conjunto con los valores de la
    cultura política entendiéndose esta como parte del
    participación dentro de un gobierno
    democrático, aspira a que mediante su aplicación,
    "el hombre se
    convierta en un mejor ciudadano" y que con ello, venga a resolver
    el conflicto de
    que "aunque no exista amor, por lo
    menos deje existir a la justicia".
    Porque independientemente del concepto que tenga la persona de su
    propia moralidad,
    como un concepto autónomo, parte de una proyección
    de carácter social y que constituye una valoración
    ético-social , de carácter normativo-cultural, que
    vendría a ser la respuesta para que el Estado, como
    encargado de tutelar los derechos de la sociedad,
    pueda establecer principios de moral pública o de buenas
    costumbres, que no serían otra cosa, sino la
    elaboración de un conjunto de normas
    consuetudinarias de convivencia civil, ya que " la única
    manera de pasar de súbdito a ciudadano es la de
    atribuírsele aquellos derechos llamados activae civitatis"
    .

    2. Introducción a la moral

    2.1 Concepto de Cultura Política

    Entendiéndose como cultura el conjunto de hechos
    simbólicos presentes en una determinada sociedad y la
    cultura política a la situación de la instancia
    política con la gestación del poder ( o con la
    oposición a la misma) bajo la invocación de ciertos
    valores o principios "supremos y en vista de un determinado
    proyecto,
    teniendo que ver con la simbólica que envuelve y da
    sentido a la gestación del poder.

    2.2 Concepto de moral

    La moral según el diccionario
    enciclopédico Salvat, la define como un adjetivo que
    significa entre otras cosas:

    • De las costumbres o de las normas de conducta;
    • Que concierne al respeto
      humano o fuero interno y no al orden jurídico;
    • Ciencia que trata de las acciones
      humanas en orden a su bondad o malicia;
    • Conjunto de normas doctrinales de conducta, o inherentes a
      determinada condición; y
    • Moralidad, cualidad o condición de moral.

    2.3 La moral, a partir de la ley
    natural

    Podemos afirmar que la moral, tiene sus orígenes sobre
    las bases que le estableció la ley natural o "ius
    naturalismo"; esta ley natural sirve de fundamento a la
    Ética, a los actos morales y tiende a expresarse por medio
    de principios que se fundamentan en que "se debe hacer el bien y
    evitar el mal", del cual se derivan de manera lógica,
    toda una serie de postulados morales, que bien pueden ser
    cumplidos ó no cumplidos, por la voluntad libre de los
    actos de los seres humanos.
    Según Santo Tomas, la participación o cumplimiento
    del orden eterno que regula el libre albedrío es racional,
    esto es, que resulta voluntario, activo, libre y que la ley que
    los obliga, es una ley ética
    natural: "Lex ethica naturalis", esta ley rige su conducta,
    resultando ser a la que se deben sujetar los hombres en su
    actividad, constituyendo una forma voluntaria de
    participación de los seres humanos en el orden eterno del
    universo.

    Esta ley eterna, definida como la luz de la
    razón natural por medio de la cual distinguimos lo que es
    bueno y lo que es malo.

    Por lo tanto esa ley no se encuentra recopilada o escrita en
    ningún código,
    sino que es como una impresión de la luz divina en nuestra
    mente o como expreso San Agustín, la ley natural se
    encuentra escrita en el corazón de
    los hombres: "Lex naturalis est scripta in cordibus hominum".
    Bajo este mismo tenor de ideas, podemos afirmar que la moral,
    partiendo de un término concreto,
    expresa la exigencia de una forma de vida social; se convierte en
    la voz de la sociedad y de los miembros de esa sociedad. Su
    función
    es guiar la conducta, según maneras que estén en
    consonancia con la forma de vida social.

    3. Filosofía
    moral

    La filosofía moral que también podría
    llamarse simplemente moral, es el estudio de la ciencia del
    bien o el estudio de la ciencia del
    deber y de los deberes.
    El escritor francés Félicien Challaye, en su obra
    filosofía moral dice que: "Se le puede considerar como la
    psicología
    del hombre honrado y también del sabio, del santo, del
    héroe".

    La filosofía moral, tiene una cercana identidad con
    la filosofía científica ya que se identifican con
    la lógica aplicada o metodología, por ello es que la
    filosofía moral se identifica con la moral. Pudiendo
    afirmar que la moral manifiesta un notorio interés en
    establecer como propósito principal ¿Cuál es
    la mejor manera de obrar?, y ¿Cuál es la mejor
    manera de vivir?.
    Podemos definirla "como el estudio o la ciencia del bien", porque
    se dedica a oponer el bien y el mal; también se le puede
    definir, "como el estudio o la ciencia del deber y de los
    deberes", con lo anterior, nos trata de dar a conocer cuál
    debe ser nuestra manera de comportarnos o de obrar; o
    también, como dice el moralista francés
    contemporáneo Rauh, "la ciencia del orden ideal de la
    vida".

    3.1 La moral teórica.

    La moral teórica, según algunos autores, se
    encarga de estudiar el deber en general; esto dicho en otras
    palabras, intenta describir los hechos esenciales de la vida
    moral o también, todo lo que se refiere a la conciencia moral;
    un ejemplo de lo anterior, serían los sentimientos y los
    juicios morales.

    3.2 Moral Práctica

    La moral práctica estudia la manera como el hombre debe
    obrar con relación a sí mismo, a hacia los
    demás hombres y grupos de hombres
    y con similitud a otras realidades. Es el estudio de los deberes.
    Estos deberes no son, en general, opuestos ni verdaderamente
    distintos.
    Sin embargo, en ciertas circunstancias puede existir alguna
    oposición entre ciertos deberes. Entonces se presenta lo
    que se llama un caso de conciencia.

    La casuística es el estudio de los casos de conciencia.
    Se distinguen en la moral práctica: la moral personal, la
    moral doméstica, la moral cívica – política
    y la moral social.
    Como ya antes se había mencionado, la moral
    práctica se encarga del estudio de los deberes y estos
    deberes, en principio, no deberían de oponerse unos con
    otros; ejemplo, la propiedad es
    el reflejo de un deber del hombre para consigo mismo y para con
    los demás. La justicia es un deber del individuo para
    consigo mismo y también parea con los demás, porque
    la injusticia representa una inferioridad, un rebajamiento;
    destacando que este deber, se tiene al mismo tiempo para con
    el Estado, que
    se ejercita mediante el respeto de los derechos de los
    demás; también se traduce entonces, en un deber
    para con la comunidad, ya que
    no resulta lícito causar daño
    alguno a sus iguales.

    Esta distinción clásica de deberes nos resulta
    moda, porque nos
    permite describir la vida moral en todas sus acepciones; pero
    resulta discutible, que esos deberes resultasen diferentes. La
    vida moral, debería ser un todo armonioso, un progreso,
    una accesión.

    La moral práctica no resulta indispensable para la
    práctica de la misma moral. El conocimiento
    de esta moral, no lleva consigo necesariamente la práctica
    de la misma; Sócrates y
    sus discípulos afirmaban que no se podía conocer el
    bien sin antes amarle. De ahí nace la fórmula:
    "Nadie es voluntariamente malo"; esto resulta así, porque
    todos los hombres buscan la felicidad y tratan de encontrar una
    identidad entre la moralidad como sinónimo de verdadera
    felicidad.
    Como tesis
    contraria, afirman los moralistas cristianos, que el hombre puede
    conocer el bien y hacer el mal. "No hago el bien que
    querría hacer; hago el mal que no querría ser",
    esto es dicho por San Pablo.
    Partiendo de los conceptos antes mencionados, la vida por la
    experiencia que nos da, tiende a confirmar la segunda tesis antes
    expuesta. Los deseos egoístas generalmente triunfan sobre
    las aspiraciones morales. Resulta necesario haber avanzado mucho
    en la vida moral para comprender, para sentir la identidad entre
    la virtud y la beatitud.

    En síntesis,
    la moral práctica nos enseña a veces donde esta el
    deber y mediante este conocimiento nos hace comprender mejor
    todos los motivos para obrar bien; es decir, nos ayuda a hacer el
    bien y evitar el mal.

    4. Existe la doble
    moral

    La esfera de lo privado y lo público es de tomarse en
    consideración que toda sociedad ha definido siempre cierta
    distancia entre la esfera de lo público, con
    relación de lo privado, desplazándose desde un
    contexto de la realidad social.

    No obstante lo anterior, divergen mucho las maneras como se ha
    entendido la distinción antes hecha, no sólo por lo
    que se refiere a qué clase de
    actividades son específicamente públicas o
    privadas; un ejemplo de lo anterior, podría ser que
    pudieran existir sociedades en
    donde las relaciones de una pareja de esposos, se
    considerarán como parte de lo público, pero que en
    otras, se determinen que son relativos a la vida privada de dicha
    pareja.
    En este apartado, la pretensión del mismo, es sugerir o
    responder a la interrogante ¿si existen dos concepciones
    de la moral en el mundo moderno? o lo que seria igual ¿si
    existe la doble moral?; debemos entender, que podemos aceptar la
    existencia de una moral propia de la vida pública, y otra
    moral propia de la vida privada.

    Las dos morales podemos aceptar de manera general y sin entrar
    en un análisis detallado de las mismas, que se
    pueden oponer a menudo una a otra; aunque en un sentido profundo,
    se pueden considerar complementarias.

    4.1¿Existen dos morales?

    Los valores y
    la moral enmarcados dentro del ámbito de la sociedad, se
    pueden considerar que forman parte de la cara pública y
    resulta muy probable que éstos, estén en contraste
    con los valores y la moral privada. Dentro de la sociedad, se
    supone que la identidad de cada individuo es independientemente
    de sus actividades o relaciones especificas; es decir, el
    valor que
    induce el actuar del individuo es el interés
    instrumentalmente racional con miras al propio bienestar a largo
    plazo.
    Hablar de la moral, dentro del ámbito público en
    una sociedad capitalista, respecto de un individuo que pertenezca
    a la misma, su motivación
    será la de llevar al máximo su poder; es decir, su
    capacidad de actuar sobre el mundo, de controlar y organizar a
    los demás, dentro de sus actividades de consumo.

    Estas relaciones siempre serán impersonales, por cuanto
    a los individuos que tengan relación entre sí, su
    estandarte será la cantidad de propiedades que posean y
    por consecuencia el poder que ejerza sobre ellas. Por tanto,
    preferentemente, sólo tendrá relaciones con otros
    individuos con posesiones o poderes semejantes.

    En este caso la moral, será determinada
    específicamente sobre la base de los derechos y deberes
    que se pudieran establecer entre los poseedores de dichos
    bienes. Su
    componente de mayor peso será el principio de justicia
    formal que exigirá el reconocimiento recíproco de
    esos mismos derechos y deberes. Hará abstracción
    de las relaciones personales en que puedan hallarse los
    individuos y de las emociones que
    puedan sentir unos respecto de otros.

    En contraparte, en este mismo tipo de sociedad, en la esfera
    de lo privado, las cosas serán muy distintas. Las
    relaciones de tipo personal, serán objeto de emociones
    intransferibles y, en particular, por cuanto son depositarios de
    valores y compromisos especiales. La individualidad del hombre
    aquí no es necesariamente la de la característica
    específica, resaltada por medio del pronombre posesivo
    personal "mi hijo", "mi mujer", "mi
    amigo". Paradójicamente, la esfera de lo impersonal y
    universal es también el ámbito del egoísmo
    más rampante; mientras que la esfera de la vida privada,
    egocéntricamente delimitada de la manera indicada, es el
    ámbito en el que el egoísmo, en principio, es
    trascendido.
    Determinadas relaciones, por ejemplo la de la amistad, no son
    posibles en la esfera de lo público y por consiguiente,
    hallan su sitio dentro del ámbito de lo privado. En el
    ámbito público, a los demás se les valora
    sólo en cuanto son medios para
    determinados fines diferenciables. Pero ser amigo de alguien
    implica, entre otras cosas, que uno esté dispuesto a
    actuar respecto de esa persona solo en atención a ella. La actuación es,
    por lo menos normalmente, un medio para un fin que uno tiene: por
    lo general, ayudar a un amigo es causa de satisfacción.
    Pero ayudar a un amigo para obtener satisfacción no es lo
    mismo que ayudar a un amigo por amor del amigo; y ésta es
    la motivación que fundamenta necesariamente la
    amistad.

    Cómo podemos darnos cuenta en lo antes mencionado,
    tanto en el ámbito público como en el privado, no
    resultan ser independientes; de hecho, cada uno presupone al
    otro. Pero estas dos concepciones morales existen en
    situación de tensión; se refieren de forma distinta
    a las motivaciones de quienes están sometidos a ellas y
    por lo menos, les proponen exigencias incompatibles.
    De lo antes podemos deducir, que es precisamente en ello donde
    radica su esencial complementariedad y que sólo esta se
    encuentra segura cuando la esfera de lo privado se subordina
    debidamente a las concepciones públicas de la razón
    y de la justicia.

    Otra forma de poder encontrar estos contrastes de las dos
    moralidades, es mediante el reconocimiento de que la moral
    pública adopta la forma de deber y como tal, se tiende a
    imponer sobre las inclinaciones no morales de los sometidos a
    ella. El cursar esta frontera puede
    significar castigo y hasta culpabilidad,
    implicando una verdadera amenaza a la identidad individual.

    5.
    ¿Existe la moral pública?

    Dentro del concepto de moral pública,
    independientemente de que exista o no, por las tesis
    anteriormente expuestas podemos entender que ésta se
    encargaría de estudiar los deberes del hombre para con la
    misma sociedad en la que vive, para con su nación,
    para la patria y el Estado.
    Dentro del concepto sociedad como nación,
    se puede entender que es el grupo de
    individuos que radican en una misma situación
    geográfica y que por lo tanto estarían sometidos a
    las mismas leyes;
    considerando lo anterior desde un punto de vista sentimental, la
    nación se le podría llamar patria; considerada
    desde un punto de vista administrativo y jurídico, a la
    nación se le llama Estado.
    La sociología enseña que han existido
    diversos tipos de organización política: clan
    totémico, tribu, pueblo, nación. Todos estos
    tipos de
    organización política antes mencionados,
    obligan a los individuos que pertenecen a las mismas a vivir en
    sociedad y ello da origen a la creación de una posible
    moral pública que se manifestaría mediante el
    dictado de ciertos deberes que se deberán de respetar
    entre sí y que por voluntad propia se someten a ellos.

    5.1 La sociedad y los deberes de justicia.

    La moral pública si existiera, se aplicaría a la
    convivencia en sociedad, se encargaría de estudiar los
    deberes de los miembros de esa sociedad hacia con la misma
    sociedad, justificando dichos deberes, en una especie de solidaridad que
    uniría al ser individual con todos los demás que
    conforman esa sociedad.
    Estos deberes se suelen confundir con los, deberes de justicia y
    deberes de caridad. La justicia sería el sentimiento que
    nos impulsaría a no causar daño a otros; la
    caridad, sería el sentimiento que nos llevará a
    hacer el bien. La justicia, sería el respeto del derecho o
    de los derechos de otro y otros; la caridad, que no responde a un
    derecho es el amor fraternal para con el prójimo. Estos
    sentimientos deben soldarse en la conciencia. Por lo
    demás, algunos deberes de caridad han llegado a
    convertirse en el pasado, y otros llegarán tal vez a
    convertirse en el porvenir, en deberes de justicia.

    Algunas personas y escritores suponen que la caridad no es
    más que una justicia reparadora; otros creen que la
    caridad, cuando es inteligente y sincera, lleva aparejada la
    justicia. Existen serías diferencias entre la justicia
    conmutativa, que dirige los cambios de cosas; la justicia
    distributiva, que se aplica a las personas y la equidad, que
    sería la misma justicia pero moderada por la bondad.
    En la actualidad la ley ha sido mal llamado poder moral. Lo
    anterior es porque la libertad del
    individuo se encuentra definida o limitada por la ley de la
    sociedad; bajo este contexto, el punto de referencia de la
    legalidad y el
    de la moralidad son distintos; pero los deberes consisten en
    respetar los derechos del prójimo.

    5.2 La justicia y la caridad.

    En cuanto este tema y tomado por referencia que la caridad
    equivaldría a la moral tendríamos entonces que el
    sentimiento que nos lleva a no perjudicar a otro es el de la
    justicia. El sentimiento que nos impulsa a hacer el bien a los
    demás, bien se le puede llamar caridad; este sentimiento,
    puede también llamarse bondad o fraternidad.

    Los deberes de justicia se consideran negativos, esto es, que
    se expresan por medio de generaciones: no hacer mal, no matar, no
    robar. En contrapartida los deberes de caridad son positivos; es
    decir, se expresan por afirmaciones: hacer el bien, amar, ayudar.
    Esta forma de distinción resulta de aplicación y
    ejecución verdadera en la mayoría de los casos,
    salvo como en todo con sus excepciones.

    La justicia siempre nos obliga a cumplir cabalmente con los
    que nos obligamos, esto es porque son actos que ella misma nos
    impone; la caridad en contrapartida, nos prohíbe la
    ironía que puede causar algún dolor. Esto es, se
    nos ordena una abstención.

    Finalmente, los deberes de justicia suelen ser estrictos,
    rigurosamente definidos; mientras que los deberes de caridad,
    generalmente son amplios y no por ello, dejan de ser moralmente
    obligatorios, pero siempre esta generalidad nos permite llevar a
    cabo una interpretación personal y es aquí
    entonces, en donde surge la teoría de la posible
    existencia de una moral pública o doble moral.
    "La justicia es el respeto al derecho o a los derechos de otro.
    La caridad es el amor
    fraternal de otro".

    6.
    Conclusión

    Ahora bien, de todos los conceptos e ideas que con
    anterioridad se señalaron, podemos hacernos las preguntas
    que dieron origen a la exposición
    de este tema, en primer término ¿Existe la moral
    publica?, la que de acuerdo a las concepciones que ya se
    expusieron, "no existe", sino más bien tiende a ser
    confundida con ciertos principios, deberes y derechos que la
    sociedad impone a sus integrantes, y que se encuentran inmersos
    en el ámbito de la justicia (igualdad entre
    las personas), derecho (leyes que rigen la convivencia y el
    respeto entre los individuos) y caridad (hacer el bien a los
    demás), siendo entonces que dependiendo de las
    circunstancias particulares de cada individuo será la
    moral privada que se aplique, en la que cada ser influenciado por
    su ideología, cultura, creencias religiosas, estatus
    económico, determinara la actitud y
    tendencia de la conducta que manifestará ante la sociedad,
    lo que manifestara como resultado de un comportamiento
    dentro de la cultura polítca de su sistema y
    subsistema integrado.

    El individuo como ser, es reconocido en una existencia propia,
    en tanto que la sociedad es una ficción humana creada para
    el terreno de lo colectivo, lo que la hace carecer de una
    existencia real tangible, por que en todo momento una sociedad es
    el resultado de la integración de sus individuos, y es la
    conducta definida en un campo determinado de estos individuos lo
    que produce una conducta específica, así la
    conducta del individuo podrá revestir o no un
    carácter moral, pero la sociedad se determina por la
    conducta de sus propios individuos, de aquí que no
    podrá ver dualidad, en defecto, lo que se puede llamar
    para efectos de estudio y análisis como moral
    pública es el resultado de la conducta en el terreno moral
    de sus miembros en conjunto.

    Por lo que es imposible el manejo de una doble moral, ya que
    estaríamos ante la situación de que una moral
    (pública) se enfrentaría con la otra (privada), ya
    que el actuar del individuo tendiente a hacer ambas le
    daría un descontrol al grado de que sería rechazado
    por la sociedad además de llevar consigo el estigma de
    inadaptado.

    La regulación de las Instituciones
    de Estado son creaciones que tienden al equilibrio de
    la convivencia y que en sus normas reflejan las conductas morales
    que los ciudadanos deben de preservar, regulados y coaccionadas a
    restricciones de orden institucional, pero las leyes y las normas
    son la materialización de la necesidad de la convivencia
    social que procure reafirma la moral individual.

    Pero toda ley individualmente puede ser moral o no, pero es
    ante todo un precepto de orden positivo que regula una conducta,
    ya sea por acuerdo o imposición de un orden social
    planeado. Lo que en consecuencia, puede entenderse como la
    acción
    de un individuo o un grupo de individuos (gobernantes) que
    establecen las reglas del juego, aunque
    su propia participación esta sujeta a un desempeño de orden moral, así la ley
    se difiere de la moral, para convertirse de un valor de tipo
    subjetivo, a un dispositivo de orden
    coercitivo.

    Teniendo entonces que determinar que el rol que el individuo
    juega ante la moral es unipersonal, siendo el único
    responsable de su actuar y consecuencias que este conlleva para
    consigo mismo porque solo su conciencia puede reclamarle el
    acatamiento de lo ordenado.
    La sociedad en tal situación no puede intervenir o
    castigar por la violación que el individuo haga de su
    propia moral, ya que esta como lo dijimos con anterioridad
    conlleva su propio castigo en la conciencia, pero si puede
    señalar y condenar por dejar de hacer o no hacer los
    principios y deberes que ella misma establece para sus
    integrantes.

    Pudiendo concluir que todo individuo que pretenda vivir en
    sociedad deberá de tener una moral propia y de respetar
    los derechos del prójimo, para poder vivir en sana
    convivencia entre sí. Ya que si no existiera la moral no
    podría desarrollarse una sociedad con principios y mucho
    menos con derechos y obligaciones,
    es decir la moral rige la conducta humana en todos los sentidos
    de coexistencia social.
    Ahora bien de existir la doble moral ¿cuál
    sería el equilibrio o punto de partida de una sociedad
    hacía una fusión con
    diferentes principios y directrices en la que no exista un
    proyecto de vida en común, con una total y notoria
    inestabilidad entre sus integrantes sin augurar un futuro
    prospero como sociedad?

    Bibliografía

    ¿Existe la moral pública? Abog.
    Alberto Solorio Becerra. Guadalajara, Jalisco México.
    http://www.monografias.com/trabajos7/expu/expu

    Juan Carlos B. Ramirez

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