- Oportunidades y Riesgos de una
Modernización acelerada - Planificando reflexivamente el
desarrollo - Planificando
participativamente
- Oportunidades y
Riesgos de
una Modernización acelerada
La compleja dinámica modernizadora que se esta
imponiendo en la región producto de
los procesos
globales, debe ponernos alerta respecto a los efectos colaterales
y riesgos que se gatillan de tales escenarios
ambivalentes.
Cualquier acción
modernizadora que se emprenda no puede pretender ser
"aséptica "en términos de sus consecuencias
medioambientales, territoriales, económicas, culturales y
sociales.
En la literatura especializada y
en la observación cotidiana hay abundante
evidencia que dan cuenta que los procesos de cambios conllevan
beneficios pero igualmente riesgos, muchos de los cuales se
transforman en costos en el
mediano y largo plazo.
Esto es particularmente evidente en los países
emergentes, donde la presión
por lograr ciertos logros económicos cortoplacistas
hipoteca seriamente la sustentabilidad ambiental, cultural y
social de sus territorios.
En América
Latina , con una incipiente pero drástica apertura a
la economía
abierta, es paradigmática la asimetría que existe
en sus desarrollos regionales y locales.
Tales disparidades de desarrollo territorial, no sólo
son consecuencias de condiciones estructurales e
históricas, también una variable significativa lo
constituye la presencia de las fuerzas de mercado que han
logrado " gobernar la planificación territorial" , provocando un
conjunto complejo de externalidades negativas asociadas
segregación espacial, impactos ambientales graves
,inorgánicos desarrollos urbanos, migraciones aceleradas
ínter territorios , condiciones de habitabilidad precaria
y, por cierto, nuevos desafíos para el sector
público para asumir los costos de una
"modernización" acelerada y desprolija de medidas
mitigadoras.
II. Planificando
reflexivamente el desarrollo
La relación entre globalización y desarrollo urbano se hace
cada vez más estrecha, en la medida que el capital
requiere y privilegia aquellos territorios donde se hallen
implementadas condiciones que aseguren mayor flexibilidad
productiva y, que a la vez, permitan disminuir riesgos de
inversión y otorgar mayores índices
de rentabilidad.
Por cierto que la disminución de ciertos riesgos
—por ejemplo económico— pueden ir
acompañados de le generación de otros, tales como
la
contaminación, una creciente entropía en la planificación
territorial y costos asociados a la calidad de
vida por la disminución de espacios públicos
(parques, plazas, ciclovías, etc) en privilegio de nuevos
"espacios de flujos" que son sustraídas a aquellas
áreas de uso social que apoyan y dan sentido a la
configuración de un habitar humano.
Es evidente que cuando un territorio asume los desafíos
de apoyar e estimular actividades económicas globalizadas,
debe prospectar líneas estratégicas de
planificación que permitan ir construyendo ciudad en un
contexto que identifique y potencie la heterogeneidad de estrategias de
apropiación del territorio, las que emergen de una
reconfiguración que hacen las personas de los espacios
urbanos bajo tales presiones globalizadoras.
Sabemos que las ciudades comienzan a ser complejizadas en su
desarrollo urbano, no siempre guiadas por lógicas
planificadores atingentes a los requerimientos de los ciudadanos.
Más bien, hay bastantes experiencias para señalar
que la lógica
del mercado actúa como catalizador del incremento de
urbanización, incluso a expensas de la seguridad de las
personas; los millones de personas que viven en la total
precariedad y en lugares de alto riesgo por una
agudización de la segregación espacial, son un
claro ejemplo de los "ghettos urbanos" habitados por los
excluidos del sistema y
presionados por el avance de una lógica monetarista del
uso del suelo.
Para el ciudadano común las transformaciones de los
espacios urbanos definen el uso que este le pueda dar al espacio
que habita, uso que demanda una
especialidad cada vez mayor; le exige aumentar sus niveles de
movilidad por crecientes y yuxtapuestos nuevos espacios de
flujos.
Así, el ciudadano urbano se va transformando en un
transeúnte, una persona que
comienza a vivir con una fugacidad extrema.
Como dirá el antropólogo francés Marc
Augé (1993) , lo urbano es el paraíso del
no—lugar, entendiendo esta idea como la espacialidad
opuesta al escenario de lo identificable, lo relacional y lo
histórico. Sería, en consecuencia, una
característica propia de nuestra época, la
sobremodernidad.
III.
Planificando
participativamente
A pesar de las complejidades y contradicciones que muestran
los territorios en nuestros países, aún no es
demasiado tarde para que tales procesos de transformaciones
globales en los territorios sean observados desde otros paradigmas y
énfasis.
Hasta el momento las políticas
públicas se han caracterizado por gestionar una
planificación reactiva a los demandas del mercado , han
sido poco asertivas y, que duda cabe, que una falta de voluntad
política
para "gobernar el mercado".
Es tiempo que
haya espacio para que exista una planificación reflexiva
de la modernización y sus variados efectos, y ella se
construye desde los ciudadanos.
El logro de una participación ciudadana que tenga como
horizonte la búsqueda de un desarrollo territorial
sustentable en los planos social , cultural y ambiental deber
recorrer un camino largo, sinuoso y plagado de
obstáculos.
Pero sin duda un desafío inmediato es potenciar
acciones que
permitan romper la matriz
reduccionista de la élites , para quienes la ciudadanía sólo deber ser convocada
para la recursividad de una democracia
formal , representados por las elecciones.
El hito crucial es avanzar a una democracia de ciudadanos
activos,
reflexivos y movilizados hacia la consecución de
territorios con calidad de
vida.
Territorios en los cuales se puedan articular seria y
prospectivamente las lógicas del mercado y unas
políticas públicas sinergizadas y contundentes que
orienten, regulen y fiscalicen los procesos de
transformación territorial y que no sean simples
espectadores de los procesos de cambio y,
actúen reactivamente solo para hacerse cargo de las costos
cada mas graves de la modernización en las
economías emergentes.
Las políticas públicas con énfasis
territorial se deben sustentar en una reflexión seria y
transdisciplinaria en torno a las
consecuencias del "capitalismo
desorganizado" (Lasch y Urry, 1994) en la calidad de vida de las
personas.
Lograr una articulación de diversos actores para
planificar el desarrollo regional y local con una mirada
prospectiva presenta aristas complejas, pues esta siempre
condicionado por la coyuntura, intereses particulares,
cálculos electorales, burocracia, falta
de visión, inflexibilidades organizativas, recursos, etc,
pero por sobre todo requiere contar con un liderazgo y
animación proactivo que permita el surgimiento de
iniciativas y su integración dentro de objetivos
estratégicos , así como para motivar a la población que participe del proceso.
Esta labor de liderazgo requiere de un tipo de soporte
político o institucional que tome ágilmente la
iniciativa de la dinamización y liderazgos de los procesos
locales.
Especialmente, por la evolución de nuevos escenarios que debemos
enfrentar y las complejidades que como comunidad hay que
resolver.
Por cierto, que sobre estos puntos pueden (y deben) existir
opiniones divergentes; pero lo realmente significativo es activar
procesos endogenos de articulación, pues sin ellos se hace
extremadamente difícil y errático hacer emerger
capacidades que logren revalorizar el conjunto de nuestros
recursos regionales y locales y buscar una utilización
óptima de su potencial.
Augé, Marc (1993) Los `no lugares. Espacios del
anonimato. Gedisa, Barcelona, 1993
Haefner, Carlos (2005) Lo Regional y Local: Un Sistema de
Gestión
Estratégica Pública en Construcción,
En Revista Virtual Gobernabilidad, Desarrollo
Humano e Institucional, marzo, 2005
http://www.gobernabilidad.cl/modules.php?name=News&file=article&sid=821
Lash, S. y Urry, J. (1994). Introduction: After
organized capitalism. En Lash, S. y Urry, J., Economies of
sign and space, 1-11. London: Sage publications.
Carlos Haefner Velásquez
Doctor en Ciencias
Sociales. Académico en universidades de Chile y
México