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El EZLN y sus laberintos




Enviado por martinretamozo



    Acción y discurso. El
    papel de la "rebeldía" en la construcción del zapatismo

    1. Resumen
    2. Acción y discurso en el
      EZLN
    3. El levantamiento zapatista:
      ¿Entre la guerrilla clásica y una guerrilla
      republicana?
    4. Cambio de estrategia:
      Construyendo interlocutores para construirse a sí
      mismo
    5. La rebeldía como
      significante vacío
    6. Notas
    7. Bibliografía

    "Empuñe un arma porque busco la
    palabra justa"

    (Francisco "Paco" Urondo,

    poeta argentino asesinado por la dictadura en
    1976)

    "Y en buena parte el futuro del
    zapatismo está en el
    lenguaje.

    No quiero decir que el zapatismo
    está en el lenguaje.

    No quiero decir que el zapatismo va a
    desaparecer,

    pero su futuro y su quehacer tiene que
    ver con el quehacer de su lenguaje
    ."

    (Subcomandante Marcos, entrevistado por
    Juan Gelman 1996)

    Resumen

    Desde su irrupción, el zapatismo ha sido definido
    como un sujeto político extraordinario para América
    Latina. Uno de sus rasgos más singulares ha
    sido el plano discursivo ya que junto a categorías
    clásicas para las guerrillas latinoamericanas, hicieron
    uso novedoso de otras como Sociedad Civil y
    Neoliberalismo que aportan en la constitución de un nuevo sujeto
    político al identificar un "Nosotros" y un "Otro".En este
    sentido, la categoría de Rebeldía como
    significante vacío le permitió al zapatismo
    articular una serie de demandas de grupos
    subalternos que lo constituyen como un sujeto capaz de
    hegemonizar a otros sectores y abrir un proceso de
    subjetivación colectiva.

    1. El levantamiento zapatista del primero de enero de
      1994 marcó un hecho histórico para América
      Latina en cuanto "síntoma" en medio de la
      hegemonía del pensamiento económico, político
      y cultural del neoliberalismo. A partir de allí, se
      sucedieron varias y disímiles experiencias subalternas
      en Latinoamérica protagonizada por
      campesinos, indígenas, desocupados y otros sujetos que
      pusieron en cuestión un orden social
      excluyente para grandes mayorías en la
      región. El zapatismo, como todo proceso novedoso de
      movilización popular tuvo que construir nuevos
      imaginarios, alteridades, discursos
      y formas de lucha para articularlos con las viejas e
      historizadas prácticas, narraciones e identidades
      subalternas. De esta manera, mientras se preconizaba el fin
      de la historia y
      la muerte
      de las utopías y, en particular en América
      Latina, el sinsentido de los proyectos
      emancipatorios radicales, el EZ se hizo visible en armas, y en
      un proceso de construcción de un sujeto social que
      pone en cuestión tanto al orden social como al
      régimen político mexicano.

      El presente ensayo
      busca analizar el proceso discursivo de construcción
      del sujeto "zapatista", (la construcción de un
      "nosotros") para así aproximarnos a indagar en
      "¿Quién habla cuando habla el
      zapatismo
      ?". La idea que presentaremos, y que someteremos
      a debate, es
      que si bien el levantamiento en 1994 retoma casi todas las
      características en cuanto acción y discurso de las luchas de
      "liberación nacional" en América Latina, el
      mismo proceso de configuración de un sujeto y la
      necesidad de dar nuevas respuestas discursivas a la
      situación de enfrentamiento hizo que el EZ inicie un
      proceso novedoso de constitución subjetiva. En este
      proceso el papel de la rebeldía como
      categoría articuladora frente a otras como revolución, reforma,
      resistencia e insurgencia, es una clave para
      explicar la constitución del zapatismo tal como lo
      conocemos hoy.

    2. Introducción:
    3. Acción y
      discurso en el EZLN:

    Para Hanna Arendt (1993) no hay nada que necesite tanto
    del discurso como la acción humana. El zapatismo
    llevó este aspecto en el corazón y
    radicalizó el precepto entendiendo que la palabra es una
    forma de acción que en ocasiones puede ser más
    efectiva que la acción armada. Con esto no queremos decir
    que en todo momento las palabras zapatistas puedan reemplazar a
    las armas, justamente las armas insurgentes son -para decirlo
    kantianamente- "condición de posibilidad" de la palabra
    del sureste mexicano. Las palabras no hubieran sido escuchadas si
    no fuera por la acción que le precedió y que
    instaló un campo semántico propicio.

    Así como la guerra supone
    un nosotros, el acto ilocuciario supone la conformación de
    un sujeto que es el hablante y un público que es a
    quién se dirige la palabra. El EZ tuvo muy claro desde el
    comienzo que gran parte de su éxito
    sería encontrar formas de comunicación, el público y los
    destinatarios, adecuados para instalar sus demandas. Así,
    éstos se fueron reconfigurando, a la par de una
    también redimensión de las demandas que se
    desplazaron hasta incorporar una armonía-tensión
    entre reclamos particularistas y universalistas.

    III. El
    levantamiento zapatista: ¿Entre la guerrilla
    clásica y una guerrilla republicana?

    El primer comunicado del EZLN, elaborado en 1993 y
    divulgado luego del levantamiento, es clave para entender el
    inicio de un camino de construcción de un sujeto colectivo
    en el espacio público porque permite inferir
    quién habla, a quiénes se les habla y
    a quiénes se les exige. Si leemos la Primera
    Declaración de la Selva Lacandona
    encontramos que el
    "nosotros" que habla es "el pueblo" que luchó como
    subalterno frene a las clases dominantes y el imperialismo
    en todas su formas desde la conquista; mientras que los
    destinatarios de la exigencia son los poderes de la nación,
    a quienes se piden depongan al tirano (Salinas de Gortari) para
    garantizar la vigencia del Estado de
    derecho.

    En función
    misma de la defensa de la constitución (el artículo
    39) que reconoce en el pueblo la fuente de la soberanía y el derecho de cambiar la forma
    de gobierno, el EZLN
    realiza su declaración de guerra. Los testigos son el
    pueblo de México
    (hermanos y hermanas). Progresivamente serán "hermanos y
    hermanas" los destinatarios del diálogo
    del zapatismo y el pueblo abandonará un rol central en la
    estrategia
    discursiva del EZ, quién creará otro espacio de
    interlocución: "la sociedad civil".
    Sin embargo, el pueblo mexicano, en los primeros pasos del EZ es
    hablante y destinatario del mensaje. Es el pueblo en armas el que
    se dirige al pueblo desarmado en búsqueda de reparaciones
    históricas y con un proyecto que
    satisfaga los reclamos de: tierra, techo,
    alimentación, salud,
    educación, independencia, libertad,
    democracia, justicia y paz. El reclamo,
    más que de una lógica
    de reforma o revolución tiene un tinte de corte
    republicano, aunque sea por profundizar las "reformas de la
    Revolución
    Mexicana".

    En este sentido, el primer discurso del zapatismo se
    inscribe en la larga tradición del nacionalismo
    popular revolucionario y su objetivo es
    volver a llevar los sueños de incorporación de las
    masas populares, como el 6 de diciembre de 1914 cuando entraron
    triunfantes los ejércitos de Francisco Villa y
    Emiliano
    Zapata al Distrito Federal.

    Precisamente, lo que el discurso zapatista denuncia en
    un comienzo es la postergación del sujeto-pueblo
    consagrado en la constitución. Es decir, para sostener la
    comunidad
    política
    el constituyente ejerce su poder
    (Consagrado por la Constitución) y reclama a los otros
    poderes constituidos (Legislativo y Judicial) que reestablezcan
    el orden republicano, frente a la dictadura encabezada por el
    Partido Revolucionario Institucional (PRI), que el EZ
    denuncia.

    La tensión del zapatismo, en este aspecto, se sitúa en
    basar la desobediencia-insurgencia en un artículo
    constitucional que sanciona positivamente un aspecto
    constituyente: el derecho del pueblo a cambiar sus leyes y su forma
    de gobierno.

    Éste es un elemento con atributos "meta
    constitucionales" puesto que faculta al pueblo para alterar las
    leyes y también a desafiar las mismas bases de la validez
    de las normas en base a
    un "derecho consagrado en la constitución".

    Independientemente de esta lectura
    republicana de algunos de los argumentos justificatorios del
    levantamiento zapatista, es evidente que en tanto en la praxis como en
    la retórica del EZ aparecen componentes clásicos de
    las guerrillas nacionalistas populares de América Latina.
    La referencia al pueblo como sujeto de la soberanía, a una
    lucha histórica de ese sujeto-pueblo en sus diferentes
    formas contra el imperialismo y los traidores vernáculos
    se articulan con los elementos propios de la "liberación
    nacional". Sin embargo, como dice Marcos, la experiencia del EZLN
    es una pedagogía política donde el aprendizaje de
    los actores y el proceso abierto de construcción del
    sujeto colectivo abren nuevos horizontes.

    IV. Cambio de
    estrategia: Construyendo interlocutores para construirse a
    sí mismo

    Frente a la respuesta represiva del Estado
    mexicano y el impacto mundial –en gran medida inesperado-
    del levantamiento, el EZ viró sus interlocutores e
    incluyó a los otros pueblos del mundo. Sin embargo, para
    incorporar como partícipes activos de la
    lucha zapatista a "otros" internacionales (individuos o
    colectivos) y superar la mera "solidaridad"
    internacional presente en la historia de las luchas de
    liberación fue necesario articular un discurso que integre
    "lo nacional" con "lo global". Allí aparece la sociedad civil
    en el discurso zapatista, "La Sociedad Civil asumió el
    deber de preservar a nuestra patria, ella manifestó su
    desacuerdo con la masacre y obligó a dialogar" (Segunda
    Declaración
    ). En solo seis meses el EZ encontró
    un interlocutor novedoso para la política insurgente
    latinoamericana: se conformó discursivamente una sociedad
    civil que obligó al diálogo en un papel de tercer
    actor, pero que aparece ligado (y a veces confundido) con el
    pueblo.

    En la historia de los disímiles movimientos de
    liberación nacional que germinaron en América
    Latina, jamás el interlocutor o el sujeto fue la "sociedad
    civil", sino el pueblo, la clase o
    algún tipo de agrupamiento subalterno con intereses
    materiales
    contradictorios con el bloque dominante. El concepto de
    sociedad civil, si bien de larga data y central en el pensamiento
    político clásico, nunca fue un actor o espacio que
    las organizaciones
    populares hayan identificado como valioso. Sólo fue
    incorporado en el debate teórico en la década del
    ochenta por los investigadores de las llamadas transiciones a la
    democracia.
    Allí, funcionaba como categoría explicativa para
    dar cuenta del éxito o fracaso de los procesos de
    consolidación de las democracias liberales en
    América Latina. No obstante, el discurso zapatista
    reconoció ese espacio como lugar de organización. En la Segunda
    Declaración
    la orden del cese del fuego pronunciada
    por la Comandancia General del EZLN tiene el fin de que esta
    sociedad civil que se reconoce (y se funda) discursivamente se
    organice de la mejor manera posible.

    De lo anterior podemos hacer dos observaciones. En
    primer lugar, en este proceso el zapatismo logra situar un eje de
    debate entre la dicotomía reforma-revolución.
    Progresivamente la lucha abandona el objetivo de la toma del
    poder y se sitúa en una "lucha por el reconocimiento"
    (Taylor, 1993)
    y que supone abrir nuevos espacios de interlocución como
    la Sociedad Civil. A su vez, la centralidad del pueblo (sujeto de
    la historia de América Latina para los Movimientos de
    Liberación Nacional va dejando lugar a esa difusa idea de
    Sociedad Civil.

    Si podemos identificar en el discurso de la Primera
    Declaración
    fuertes componentes republicanos a la par
    de una recuperación de la retórica nacionalista
    popular existente en la historia política América
    Latina, la Segunda llama a una nueva constitución
    de la nación
    profundizando la idea de un poder constituyente que exige la
    constitución de un orden que garantice la inclusión
    de los diversos sectores (poetizado en la consigna "hacer un
    mundo en que quepan muchos mundos"). El llamado es a la Sociedad
    Civil para que a través de un proceso democrático
    asuma los destinos y pueda elegir su forma de gobierno y
    organización social entre las opciones "socialismo,
    capitalismo,
    socialdemocracia, liberalismo,
    democracia cristiana, etcétera" (Segunda
    Declaración
    ). La forma de organización
    propuesta por el EZ para tales fines es una Convención
    Nacional Democrática (CND) que a partir de devolver el
    poder constituyente al pueblo-sociedad civil genere una
    nueva institucionalidad constitucional democrática. Lo que
    permite el llamado es la definición del régimen
    político como usurpación y por lo tanto plantear la
    necesidad de refundar el proceso de la Revolución Mexicana
    acabando con el sistema de
    partido de Estado (Subcomandante Marcos, 1995)

    El llamado a la CND, a mediados de 1995 para la
    comandancia zapatista debería tener por resultado la
    confección de un programa
    revolucionario tal como lo han planteado en la historia de
    América los diferentes movimientos de liberación
    nacional. Así, se insita a pasar de una fase de resistencia a una
    de ofensiva que constituya un orden nacional que incluya a los
    habitantes originarios y demás sectores oprimidos (las
    llamadas "minorías"). Así, el discurso zapatista de
    la Tercera Declaración, mantiene componentes de la
    lógica de acumulación política tradicional.
    De esta manera, puede entenderse el llamado a la
    conformación de un Movimiento de
    Liberación Nacional que tiene elementos de lo que
    tradicionalmente se llamó la táctica de "Frente
    Único o Frente Popular" y que pregonaron los partidos de
    izquierda para enfrentar al fascismo en
    Europa.

    No obstante, a un año el levantamiento zapatista
    el argumento se mueve en un doble plano discursivo. Por un lado,
    sigue una estrategia de acumulación más o menos
    clásica con un enemigo representado por el "mal gobierno".
    Por otro lado, y vinculado a lo primero pero dotando al EZLN de
    una capacidad de implicancia internacional se refuerza al
    neoliberalismo como el gran enemigo, ese gran Otro al que hay que
    enfrentar y frente al cuál nos identificamos como
    "nosotros". La relación con la alteridad es fundamental en
    el proceso de formación en tanto, como argumenta Ranciere,
    "es la formación de un uno que no es un yo o uno mismo si
    no que es la relación de un yo o uno mismo con otro"
    (Ranciere 2004:30)

    No es casual que la introducción del Neoliberalismo como
    referente de la lucha del zapatismo esté asociada a la
    profundización de lo literario en el discurso del EZ. Es
    decir, forman parte de un proceso de nuevas formas de
    comunicación y articulación discursiva. En
    repetidas oportunidades el Subcomandante Marcos ha referido al
    aprendizaje
    político-cultural que supuso la experiencia zapatista y,
    en este proceso frente a la vieja retórica revolucionaria
    (y en muchos casos juntos a ella), aparecen nuevos imaginarios,
    conceptos, discursos para articular lo viejo en un nuevo juego de
    lenguaje que asigna otros significados a viejos significantes y
    produce nuevos. El caso de la Rebelión, como
    concepto vertebrador del discurso zapatista es un ejemplo de
    ello.

    V. La
    rebeldía como significante
    vacío

    En la Tercera Declaración, a un año del
    levantamiento, es finalmente donde aparece la palabra
    rebeldía en referencia al levantamiento en Chiapas y
    frente a los intentos de cooptación del gobierno. Y apenas
    es la Cuarta Declaración (enero de 1996) la que
    pone en primer lugar a la "dignidad
    rebelde" y avanza en la construcción de una
    retórica ligada a la rebeldía. Ese aspecto es de
    vital importancia para el argumento final de este ensayo:
    rebeldía ha funcionado como lo que Ernesto Laclau
    (1996) definió como un "significante vacío"
    . Un
    significante vacío no es un término que
    varía de significación según su contexto (es
    decir, no es aristotélicamente equívoco) sino que
    nos habla de una imposibilidad estructural que exige una
    subversión de la estructura del
    signo. Es decir, desafía límites
    que –advierte Laclau- no son nunca neutrales porque hablan
    de una operación de exclusión. El zapatismo,
    excluido del sistema, debe subvertir la estructura para hacerse
    presente. La operación del sistema genera un tipo de
    exclusión que es en definitiva negación del otro
    identificando "la pura amenaza que ese más allá
    presenta al sistema (amenaza que a su vez, sin embargo, lo
    constituye)" (Laclau 1996:74). Es decir, hay una operación
    de negación-exclusión de los que no entran en el
    sistema, sin embargo eso produce la posibilidad de que las
    categorías excluidas cancelen la diferenciación
    impuesta "a través de la formación de una cadena de
    equivalencias de aquello que el sistema demoniza a los efectos de
    significarse a sí mismo" (Laclau 1996:74).

    La categoría de "Rebeldía" funciona como
    punto de fijación en una cadena de equivalencias que puede
    articular identidades (luchas) para romper con la
    dispersión y la fragmentación. La ruptura con la
    idea de una fundamentación ontológica del sujeto de
    la historia (ya sea la clase obrera o el pueblo) produce una
    multiplicidad de antagonismos fragmentados que constituyen
    identidades que es necesario suturar con una operación
    hegemónica.

    Rebeldía, en el discurso zapatista, es ese punto
    de convergencia donde las diferentes luchas encuentran referencia
    y el que genera condiciones de emergencia del Sujeto. Primero
    porque la decisión de construir sobre "rebeldía"
    como significante es una decisión, y esa decisión
    es "el momento del sujeto antes de la subjetivación"
    (Laclau 2003:85). Segundo, porque el movimiento de corrimiento y
    subversión del orden es el lugar mismo de la emergencia
    del Sujeto.

    El proceso de construcción hegemónica
    supone la producción social de significantes
    vacíos que articulen los esfuerzos y las identidades
    subalternas de amplios sectores populares, aún, con sus
    reivindicaciones particulares. El EZ realiza esta
    operación hegemónica al incorporar en sí
    mismo reivindicaciones particulares (étnicas, de género, de
    clase, generacionales, sexuales) y presenta "la particularidad de
    un grupo como la
    encarnación del significante vacío que hace
    referencia al orden comunitario como ausencia, como objetivo no
    realizado" (Laclau 1996:83).

    La hegemonía requiere "una generalización
    de las relaciones de representación, pero de modo tal que
    el proceso de representación mismo crea retrospectivamente
    el ente que debe ser representado" (Laclau 2003:70) así,
    la rebeldía es una clave en la construcción del
    sujeto. Dos años le costó al EZ encontrar en el
    significante rebeldía el lugar para suturar una
    multiplicidad de significados que no podía articular. Esto
    no supone que cualquier categoría hubiera podido ser
    articulatoria sino que sólo podía serlo aquella que
    se inserta legítimamente en los discursos de otros grupos
    subalternos, de manera tal que pueda enraizarse en las historias,
    relatos e imaginarios propios de esos sujetos.

    El EZ en la tarea de constituirse como sujeto en
    encontró un enemigo (el Neoliberalismo) y un discurso que
    ligado a la rebeldía (aunque también a la justicia y a
    la democracia) que podía oficiar de lugar de encuentro
    para identidades insurgentes heterogéneas.

    Así, la construcción argumentativa de
    "nosotros" ya no es el pueblo sino los "rebeldes" los que
    constituyen ese "Uno" que a la vez es múltiple (como la
    multitud que deviene en pueblo para volver a ser multitud) el que
    se relaciona contra los enemigos "el mal gobierno" y el
    neoliberalismo.

    La potentia de la categoría de
    rebeldía reside en su capacidad abarcadora. Mientras la
    insurgencia es una práctica que no puede realizarse
    individualmente, la rebeldía puede ejercitarse individual
    o colectivamente. La rebelión tienen la postestad del no,
    del oponerse al avance y generar un espacio de disputa en
    espacios microfísicos (Foucault 1993).
    Mientras la insurgencia busca derrotar un proyecto con otro, la
    rebeldía es un acto realizable por una multiplicidad de
    sujetos en momentos, tiempos y lugares distintos.

    A su vez la rebeldía es una actitud que no
    deviene de la clase. Mientras el marxismo
    pregonaba la dialéctica de la historia y los intereses
    contradictorios de clase, el discurso de la rebeldía
    concierne una especie de voluntad de serlo. No es necesario
    pertenecer a la clase portadora del sentido de la historia, ni
    estar poseído del Volksgeist, sino simplemente "ser
    rebelde", hacerse rebelde, como una cuestión de voluntad
    de lucha contra el enemigo en común que habita en todas
    partes y en ninguna. A su vez, la rebeldía tiene la
    característica de ser un principio moral que
    deviene de la actitud de aquellos que "no soportan" la injusticia
    y que conforman un momento propio de una ética
    universalista.

    De esta manera el discurso de la rebeldía permite
    trascender el propósito de la "liberación nacional"
    para recuperarlo desde otro lugar. Allí la importancia de
    la Rebeldía en tanto aparece como un significante que
    engloba dimensiones ético-normativas y actitudinales de
    las cuales pueden ser partícipes todos los diferentes
    grupos subalternos e identidades que habitan el cosmos de la
    Sociedad Civil. El zapatismo en su operación
    hegemónica supone una sutura de esas identidades
    fragmentarias para la disputa política. En este aspecto el
    papel de la producción social de significantes
    vacíos –como el zapatismo produjo "Rebeldía"-
    es fundamental como condición de posibilidad de una
    articulación popular- democrática que dispute la
    producción del orden social en América
    Latina.

    El futuro del EZLN como el de las múltiples
    articulaciones
    subalternas que irrumpen periódicamente en
    Latinoamérica no está escrito. No obstante, mucho
    de su futuro como proyecto contrahegemónico se juega en el
    terreno de la articulación discursiva y en la
    producción de imaginarios y significantes convocantes para
    un proceso popular y democrático que busque transformar la
    utopía en historia.

    Notas:

    1. Entendemos que la emergencia del EZLN se inserta en
      otro hecho crucial para entender el proceso: la puesta en
      vigencia del TLCAN.
    2. Esto no debe interpretarse como una asignación
      de causalidad del zapatismo sobre otras movilizaciones sociales
      en América Latina.
    3. La referencia la sociedad civil es relativamente
      temprana en el discurso zapatista. Sin embargo, la
      valoración de la misma cambia radicalmente. En un
      comunicado de enero de 1994 Marcos lanza "yo estoy dispuesto a
      sacarme el pasamontañas si la sociedad mexicana se quita
      la máscara que ansias con vocación extranjera le
      han colocado. ¿Qué pasará? (…) la
      sociedad civil mexicana se dará cuenta, con un impacto
      mayor que la imagen que le
      han vendido de sí misma es falsa y que la realidad es
      bastante más aterradora" (Carta del 25 de
      enero de 1994) Mientras que en la Quinta Declaración se
      plasma que "La sociedad civil nacional ha sido el factor
      fundamental para que las justas demandas de los zapatistas y de
      los indígenas de todo el país continúen
      por el camino de las movilizaciones pacíficas. La
      sociedad civil internacional ha sido sensible y ha tenido
      oídos y ojos atentos para que la respuesta a las
      exigencias no sean más muertes o prisiones"
    4. El los diferentes comunicados zapatistas se invocan
      distintos principios
      legitimadores de la acción, por ejemplo en la Primera
      Declaración (1994) el acento está puesto en la
      continuidad de las luchas de los sujetos subalternos (esclavos,
      independentistas, revolucionarios) mientras que en la Segunda
      Declaración (1995) se dice "Detrás de nuestras
      armas de fuego hay otras armas, las de la
      razón"
    5. "Tantas veces Marcos ha contado la historia de
      cómo el grupo original de revolucionarios quería
      hablar a la gente de la selva Lacandona del capitalismo, de la
      opresión y la revolución, y de cómo
      entonces, en lugar de hablar, aprendieron a escuchar y
      descubrieron que la gente ya era rebelde" (John Holloway. 2004:
      2)
    6. Esto es reconocido por los voceros zapatistas
      "Quién tiene la voz y los oídos del EZLN se ha
      equivocado en no pocas ocasiones, en su palabra y en sus
      interlocutores" (Carta del 19 de noviembre de
      1994)".
    7. La Tercera Declaración es clave, en este
      aspecto. Allí se argumenta a favor de la
      autonomía como forma de integración de los indígenas a la
      sociedad mexicana, a la vez que la crisis
      económica permite situar otro enemigo: "el
      neoliberalismo". Mientras el enemigo político del EZ era
      representado exclusivamente por el "mal gobierno" (El
      régimen político) la lucha zapatista solo
      podría ser llevada a cabo en el seno del territorio
      mexicano y los apoyos internacionales se articulaban en
      función de la empresa de
      deponer el régimen usurpador. Ahora bien, al identificar
      el neoliberalismo como causa de los males y enemigo a vencer la
      lucha puede internacionalizarse. Ya no es un régimen
      localizado en un país sino una forma de
      dominación mundial.
    8. Por ejemplo cuando el EZ argumenta que "Es en la
      SOCIEDAD CIVIL, en quien reside nuestra soberanía, es el
      pueblo quien puede, en todo tiempo,
      alterar o modificar nuestra forma de gobierno y lo ha asumido
      ya" (Segunda declaración). El artículo 39
      de la constitución mexicana al que hace referencia el EZ
      en su primer comunicado, claro, no habla de la sociedad civil,
      sino del pueblo.
    9. Para una revisión el concepto Cfr. Cohen y
      Arato (2000)
    10. El EZLN define a la sociedad civil como "conformada
      por personas de los más diversos estratos sociales e
      ideologías políticas" (Carta por el Aniversario de
      la formación del EZLN, 19 de noviembre de 1994) Para un
      análisis mas detallado (y una crítica) de la utilización de la
      categoría "sociedad civil" en el discurso zapatista ver
      Borón (2002)
    11. "La resistencia civil se convierte en insurgencia
      civil cuando se lleva adelante la lucha, por todos los medios
      posibles, por el cumplimiento de los derechos y la
      satisfacción de las demandas populares (…) La
      insurgencia civil es la movilización en torno a un
      programa popular y insurgencia civil es la movilización
      en torno a un programa popular y revolucionario que rebasa a un
      programa de gobierno" (Propuesta del EZLN al Programa de la
      CND, 8 de octubre de 1994)
    12. Es "Durito" el caballero andante y alter ego de
      Marcos quién expone en un diálogo "Tu problema es
      el mismo que tienen muchos. Se refiere a la doctrina
      económica y social conocida como
      ‘neoliberalismo’" (Durito II, 1995).
    13. Para una aproximación al concepto
      Neoliberalismo desde una perspectiva cercana a la zapatista ver
      Ceceña (1997)
    14. "nuestra cuadrada concepción del mundo y de la
      revolución quedó bastante abollada en la
      confrontación con la realidad indígena
      chiapaneca", (Sup Marcos, Carta de octubre de 1994)
    15. Para Laclau la decisión tiene también
      "una función ontológica de proveer un cierto
      cierre a lo que estaba estructuralmente abierto"
      (2003:85)
    16. El concepto de hegemonía que utilizamos es el
      que precisa Ernesto Laclau a partir de las elaboraciones de
      Antonio
      Gramsci (Laclau y Mouffe 1987 y Laclau 2003)
    17. Las identidades negadas por el sistema como la
      indígena, la homosexual, la de género, juvenil,
      pudieron establecer equivalencias con la "rebeldía" por
      lo tanto fue posible la articulación
      discursiva.
    18. Una de las características en las que se
      asemejan los discursos del Subcomandante Marcos y del Che Guevara
      es justamente una apelación a la voluntad como valor. Sin
      embargo, mientras que el Che mantenía una seriedad
      marcial embebida de moral revolucionaria, Marcos juega con la
      voluntad y los fracasos, frustraciones o situaciones irrisorias
      a las que conduce. Esto puede leerse como una
      desdramatización de la voluntad y la moral
      revolucionaria.
    19. No deja de ser llamativo que una de las primeras
      referencias a la "rebeldía" que hace Marcos es en una
      carta de octubre de 1994 a Adolfo Gilly, donde en referencia al
      pasamontaña dice "es un símbolo de
      rebeldía. Apenas ayer era un símbolo de
      criminalidad o terrorismo".
      El acto, rebelde, entonces depende más de un acto
      voluntario y de un símbolo más que de una
      acción directa.

    Bibliografía:

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      Paidós. Buenos
      Aires
    • BORÓN, A (2002) "La selva y la
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      Interrogantes en torno a la teoría política del zapatismo".
      Revista Chiapas N 12
    • CECEÑA, A. E. (1997) Neoliberalismo e
      Insubordinación. Revista
      Chiapas N° 4.
    • COHEN; J.; ARATO, A.: (2000) Sociedad civil y
      teoría política
      , Fondo de Cultura
      Económica, México.
    • FOUCAULT Michel (1993) Microfísica del
      poder
      de Ediciones La Piqueta, Madrid.
    • HOLLOWAY, J. (2004) "Gente común, es
      decir, rebelde
      Mucho más que una respuesta a
      Atilio Boron" Revista Chiapas N° 16,
    • LACLAU, E., (1996) "¿Por qué los
      significantes vacíos son importantes para la
      política? en Emancipación y diferencia,
      Ariel, Buenos Aires.
    • LACLAU, ZIZEK, BUTLER (2003) Contingencia,
      Hegemonía y Universalidad
      . FCE. Buenos
      Aires
    • TAYLOR, C., (1993) El multiculturalismo y la
      política del reconocimiento
      , Fondo de Cultura
      Económica, México.

    Documentos y comunicados del EZLN

    • EZLN Documentos y
      Comunicados. Tomo I(1994) Ediciones ERA.
      México
    • EZLN documentos y Comunicados Tomo II (1995)
      Ediciones ERA. México
    • Primera Declaración de la Selva Lacandona
      (1993) Difundida en enero de 1994.
    • Segunda Declaración de la Selva Lacandona, 10
      de junio de 1994.
    • Tercera Declaración de la Selva Lacandona,
      enero de 1995
    • Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, 1 de
      enero de 1996
    • Quinta Declaración de la Selva Lacandona,
      julio de 1998
    • Subcomandante Marcos Carta del 19 de noviembre de
      1994
    • Durito II, El neoliberalismo visto desde la Selva
      Lacandona, 11 de marzo de 1995)
    • Subcomandante Marcos Carta de octubre de 1994. EZLN
      documentos y Comunicados Tomo II (1995) Ediciones ERA.
      México¿
    • Subcomandante Marcos Carta 25 de enero de 1994.
      Comunicados y Documentoes ERA. Tomo I
    • Propuesta del EZLN al Programa de la CND, 8 de
      octubre de 1994

    Martín Retamozo

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