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Brucellosis




Enviado por omelioc



    1. Agente
      etiológico
    2. Breve reseña
      histórica
    3. Características
      epizootiológicas de la brucellosis
    4. Especies y biotipos de
      brucellas aisladas en Cuba
    5. Medidas de control y lucha
      contra la brucellosis
    6. Referencia
      bibliográfica

    AGENTE
    ETIOLÓGICO

    CARACTERISTICAS DEL GÉNERO. ESPECIES Y
    BIOTIPOS

    Las Brucellas son parásitos intracelulares del
    hombre y los
    animales,
    poseen las siguientes características: morfología
    de cocos y bacilos cortos, de 0.5-0.7 micras por 0.6-1.5 micras,
    aislados o más raramente en cadenas cortas, carecen de
    cápsula, son inmóviles, no forman endosporas, son
    Gram negativas, no toman la coloración bipolar, presentan
    un contenido de guanina más citosina en el ADN de 56-58
    moles %. Los miembros del grupo se
    parecen mucho en su comportamiento
    cultural, en agar forman colonias pequeñas y
    traslúcidas con moderada turbidez, su crecimiento es lento
    y se estimula por la adición de proteína animal,
    especialmente extracto de hígado y la concentración
    de glucosa al 25%
    en el medio de cultivo favorece el crecimiento. (Wilson y Miles,
    1975).

    Según Boffil et al, (1989) para su crecimiento son
    indispensables las vitaminas
    tales como: tiamina, niacina y biotina; el partotenato de calcio
    tiene con frecuencia un efecto estimulante.

    Las características bioquímicas más
    importantes son: catalaza positiva, oxidasa generalmente
    positiva, (excepto Brucella neotomae y ovis que son oxidasa
    negativa), hidrolizan la urea en grado variable, reducen los
    nitratos a nitritos (excepto Brucella ovis), no utilizan el
    citrato, no producen indol y son negativas a las pruebas del
    rojo de metilo y Vogues-Proskaur. Son gérmenes
    aeróbicos estrictos, la Brucella abortus necesita que se
    le añada de 5 a 10% de anhídrido carbónico,
    la temperatura
    óptima es de 37º C y su pH es de
    6.7-7.4 (Boffil et al, 1989).

    En muchos países europeos esta enfermedad tiene una
    relación epidémica por la Brucella suis biotipo 2
    de la liebre. En Finlandia, Noruega, Gran Bretaña y
    Canadá nunca se presentó. Es probable que muchos de
    los países musulmanes estén libres de la
    infección por Brucella suis ya que la crianza de cerdos es
    limitada debido a motivos religiosos. (Timm, 1982).

    El género
    comprende actualmente 6 especies; Brucella melitensis, abortus,
    suis, neotomae, ovis y canis. Las tres primeras especies
    denominadas como Brucellas clásicas, se han subdividido a
    la vez en biotipos que se distinguen por diferentes
    características bioquímicas y/o comportamiento
    frente a sueros monoespecíficos. A (abortus) y M
    (melitensis). De esta manera la Brucella melitensis se subdivide
    en tres biotipos (1-3), Brucella abortus en 8 (1-9) ya que se
    suprimió el biotipo (8) y Brucella suis en 4 (1-4). En
    esta última especie se ha propuesto un nuevo biotipo para
    cepas aisladas de roedores en la antigua URSS, con
    características que difieren de los cuatro biotipos
    mencionados.

    Hasta ahora en América
    Latina sólo se ha podido comprobar el biotipo 1 de
    Brucella suis que predomina en la mayor parte del mundo y en los
    E.U.A. el biotipo (1-3). El biotipo 2 está limitado a los
    cerdos y liebres de Europa Central y
    Occidental, mientras que el biotipo 3 se aísla en el
    Cinturón Maicero de los E.U.A y algunas áreas de
    Asia y
    Africa (Acha y
    Szyfres, 1986).

    La identificación de los biotipos es importante pues su
    estudio permite determinar las fuentes de
    infección. (Crawfrod et al, 1979) indicaron la necesidad
    de clasificar los biotipos en los aislamientos múltiples
    antes de establecer definitivamente el biotipo de la cepa
    infectante.

    En América
    se ha comprobado la infección de Brucella abortus solo por
    el biotipo 1 y en los Estados Unidos
    por los biotipos 1 y 3. El biotipo 2 desempeña un papel
    importante en Europa. En los países de América
    Latina la enfermedad adquiere una forma enzoótica y se
    considera la zona de más alta prevalencia en el mundo
    según, (Akakpo, 1991).

    Das et al, (1990), reportan la circulación de la
    Brucella abortus biotipo 1 en la masa de búfalos de la
    India, por su
    parte (Srinivasan et al, 1992) plantean que en estudios
    realizados en ese país a perros se
    comprobó la presentación de Brucella canis,
    así como la Brucella abortus. En análisis morfológicos,
    serológicos y en varios casos por pruebas
    bioquímicas adicionales se identificó la Brucella
    suis biotipo 1 en dicha especie. (Thanappa et al, 1992).

    No obstante la O.P.S., (1992) reportó la
    inclusión de un nuevo biotipo de Brucella suis, (5) y
    eliminó el biotipo 7 de la Brucella abortus.

    BREVE RESEÑA
    HISTÓRICA

    Fue en el año 1861 en la mediterránea isla de
    Malta que se describe la enfermedad por primera vez, por Marston,
    veintiséis años después lejos estaba de
    imaginar Bruce que su nombre se inmortalizaría ante la
    historia tras
    obtener por primera vez del bazo de cuatro pacientes una cepa de
    Brucella melitensis.

    Conocida mundialmente como Fiebre de Malta,
    Fiebre de Gibraltar, Fiebre del Mediterráneo, Fiebre de
    Barcelona o Fiebre Ondulante, la brucelosis fue descrita en 1895
    por el danés Bang el cual observó que el aborto contagioso
    en el ganado vacuno se debía a la infección con
    Brucella abortus, por su parte Zammit detectó la
    enfermedad en el hombre causada por la bebida de la leche de cabra
    fresca.

    El nuevo mundo hacia el año 1914 en los Estados Unidos
    de Norteamérica a través de Traum reportó
    Brucella suis de los fetos de marranas que habían
    abortado. (Hoeprich, 1985).

    Otro valioso reporte fue realizado por el doctor Recio en el
    año 1918 quien fue el primero en descubrir la brucelosis
    en el ganado bovino importado de los Estados Unidos.(Curbelo y
    Márquez, 1950); Se inician desde entonces los reportes de
    esta enfermedad en nuestro país de la cual no
    existían referencias durante la colonia española,
    aunque el aborto de las
    vacas fue un signo conocido por los veterinarios de la
    época, pero se atribuía a otras causas.

    En 1935 se realizó el diagnóstico de la enfermedad en un
    niño que presentaba sintomatología clínica
    febril y más tarde, Domingo y Rosell, en el año
    1937, aislaron y tipificaron la cepa a partir del hemocultivo,
    logrando identificarla como Brucella abortus. (Abeledo,
    1981).

    En nuestro país en el año 1939 se creó un
    Comité Nacional con el objetivo de
    organizar la lucha contra la brucelosis, pero este nunca
    cumplió el reglamento elaborado. En el año 1944 se
    designa una comisión conjunta de los Ministerios de
    Salubridad y de Agricultura
    con igual destino.

    Miranda en el año 1953 e independientemente Stinner,
    propusieron planes para el control de la
    enfermedad en el país, pero fracasaron en los intentos,
    entre otras causas por el reducido número de animales y el
    bajo nivel de diagnóstico existente. (Fernández,
    1982).

    Con el triunfo de la Revolución
    se iniciaron verdaderamente los programas de
    control y erradicación de la enfermedad en Cuba, y se
    comienza a conocer la real situación
    epizootiológica de la misma. En los primeros años
    se limitó a la aplicación de la prueba
    rápida en placas y ya en 1962 se realizaron encuestas
    serológicas que permitieron determinar un 5.8% de animales
    positivos. Estas experiencias sirvieron para elaborar un plan de control y
    erradicación de la brucelosis el cual fue puesto en
    práctica a finales de 1963 por primera vez en la historia
    de nuestro país.

    En esta etapa se elaboró el primer reglamento de lucha
    contra la enfermedad y a partir de 1965 se estableció en
    el Laboratorio
    Nacional, algunos provinciales y regionales, empleando la
    Seroaglutinación Lenta (S.A.L.) como la prueba de base
    conjuntamente con la Reacción de Fijación del
    Complemento (R.F.C.) como complementaria. En 1970 se iniciaron
    los ensayos con
    las pruebas de 2-Mercaptoetanol (2-ME), Rivanol en placa,
    Inactivación por el Calor, prueba
    de Coombs, Inmunofluerescencia Indirecta (I.I.) y la Rosa de
    Bengala (R.B.), pero de forma limitada con el objetivo de
    esclarecer casos de interpretación compleja (Fernández,
    1982; Argorte, 1989).

    CARACTERÍSTICAS
    EPIZOOTIOLÓGICAS DE LA BRUCELLOSIS

    La especie porcina es el reservorio natural de la Brucella
    suis, esta infección se propaga (biotipo 1 y 3) directa e
    indirectamente de cerdo a cerdo, en cambio el
    biotipo 2 es trasmitido muchas veces al cerdo por la liebre
    europea. También puede ser afectado por la Brucella
    abortus, pero esta es menos patógena, aparentemente no se
    trasmite de uno a otro animal y la infección es por lo
    general asintomática, limitándose a los ganglios de
    la cabeza y el cuello. Cuando la brucelosis se introduce en una
    piaria indemne adquiere forma de una enfermedad aguda, hay
    abortos, orquitis, epididimitis, infertilidad, nacimiento de
    lechones débiles y artritis. En piaras pequeñas la
    infección tiende a extinguirse o a disminuir de gravedad
    por falta de animales susceptibles.

    La afectación de los lechones suele ser de naturaleza
    temporal, sin embargo pocos pueden mantener la infección y
    convertirse en portadores; es raro que se exprese en forma
    clínica. En las piaras grandes el proceso
    infeccioso es persistente y se trasmite de una generación
    a otra según Rhaway, (1993).La infección en los
    órganos genitales es menos duradera en la hembra que en el
    macho y en éste puede persistir toda la vida.

    Las vías principales de infección son la
    digestiva y la venérea. Los porcinos a causa de sus
    hábitos alimentarios y por las condiciones de su
    explotación tienen grandes posibilidades de infectarse por
    vía oral (Acha y Szyfres, 1986). Aunque raramente se ha
    comunicado transmisión natural desde lechones en destete
    infectados. Algunos lechones lactantes pueden infectarse por
    contacto con las marranas afectadas pero la mayoría
    alcanza la edad del destete sin contagiarse. Los verracos pueden
    trasmitir la enfermedad durante la cópula y el microorganismo
    puede adquirirse por el semen. En múltiples ocasiones se
    ha comprobado que la infección se había introducido
    en una piara por la adquisición de un verraco infectado.
    También es muy probable que se infecten mediante aerosoles
    por vía conjuntival y por el tracto respiratorio
    superior.

    La fuente principal de la infección en los cerdos son
    los animales criados para reproducción; además, los fetos, las
    envolturas y las descargas vaginales contribuyen a la
    diseminación de la infección. Al producirse la
    invasión del sistema
    circulatorio, los animales manifiestan cierta reacción
    térmica, pérdida parcial del apetito, pilo erección y descenso considerable de la
    secreción láctea (8-14 días de la primera
    reacción local). La fase septicémica es muy fugaz,
    los gérmenes se sitúan en los tejidos
    existiendo un bacteriotropismo acusado en las cavidades serosas e
    interticiales, por ofrecer condiciones de hematosis precaria,
    contienen un nivel carbónico elevado, como ocurre en
    vainas subcutáneas sinoviales tendinosas, articulaciones,
    etcétera. (Boffil et al, 1989).

    Giraudo et al. (1997), en consenso mayoritario que posterior
    al control de la brucelosis que impacto negativamente en la
    economía
    de los establecimientos pecuarios, decidieron realizar un estudio
    a los fines de estimar la prevalencia de la brucelosis en rodeos
    lecheros de diferentes unidades administrativas de la estructura de
    vigilancia epidemiológica organizada en la provincia de
    Córdoba; obteniendo como resultado una baja prevalencia,
    generando un escenario favorable para la implementación de
    un plan de control y erradicación de la brucelosis.

    Magnano et al. (1997), realizaron pruebas oficiales para el
    diagnóstico de la brucelosis en 38 tambos de la cuenca
    lechera de Coronel Moldes (Córdoba), obteniendo 44,7% de
    muestras positivas y el 65,23% negativas dando índices
    considerables de la prevalencia de la enfermedad en esta
    región.

    Navarro et al. (1997), realizaron un trabajo en la
    zona sur de Córdoba y determinaron que la Prevalencia de
    la brucelosis bovina fue de 3,58% positivos a la prueba del 2-ME
    individual y a nivel establecimientos del 45,95%.

    Busso, et al. (1997), estudiaron 40 establecimientos de
    producción porcina al aire libre con
    3343 reproductores y mediante la prueba B.P.A. determinaron
    positivos a 653 (19,5%) reproductores, todos los sueros positivos
    fueron procesados con las pruebas complementarias y
    2-Mercaptoetanol. Los datos obtenidos
    son coincidentes con otros autores y permiten presumir la
    factibilidad
    de implementar medidas de control y erradicación
    efectivas.

    De Gea et al. (1997), estudiaron 20 establecimientos de
    producción caprina, ubicadas en el área serrana de
    los Departamentos Calamuchila y Río Cuarto de la Provincia
    de Córdoba, que involucra una cantidad de 2600
    reproductoras. Le realizaron la prueba de B.P.A. a 274 animales
    en distintas condiciones productivas, todos los animales
    positivos fueron procesados con las pruebas complementarias lenta
    en tubo y 2-meracptoetanol resultando positivos a B.P.A. el 4,01%
    mientras que el 100% de las muestras procesadas por Wright y
    2-mercaptoetanol fueron negativa. Concluyeron planteando que la
    brucelosis caprina no representa en la zona de estudio un
    riesgo
    relativamente para la salud humana.

    El crecimiento y multiplicación de la Brucella ocurre
    en la placenta en dos fases:

    – Inicial: En la que difícilmente hay
    multiplicación nociva.

    -Sucesiva: En la que se desarrollan bruscamente atacando a la
    placenta, produciendo septicemia fetal.

    Se establece que el aborto ocurre mayormente a partir de la
    segunda mitad de la gestación favorecido esto por la
    protepoyesis placentaria, que adquiere gran importancia desde el
    4to.-5to. mes de la gestación, y que favorecerá el
    metabolismo
    microbiano.

    ESPECIES Y BIOTIPOS DE
    BRUCELLAS AISLADAS EN CUBA

    En Cuba solamente se ha aislado la Brucella abortus y la
    Brucella suis. La Brucella melitensis no existe en nuestro
    país aunque se han notificados casos en cabras importadas
    en 2 ó 3 ocasiones (Fernández, 1982).

    Troncoso y Rodríguez, (1972) reportaron el aislamiento
    de Brucella abortus biotipo 1 a partir de una yegua gestante con
    el Mal de la Cruz (Ramos, 1977) aisló Brucella suis de un
    equino con fístula de la nuca. En el hombre
    durante el período de 1966 a 1972 se aislaron 14 cepas de
    Brucella suis y una de B. abortus. (MINSAP, 1973).

    Se realizó un estudio de 60 cepas colectadas en los
    últimos 10 años y representativas de la diferentes
    situaciones epizootiológicas de la enfermedad en las
    condiciones de Cuba, aplicando para su caracterización el
    método
    recomendado en el Sexto Informe del
    Comité Mixto de Expertos en brucelosis de la
    (F.A.O./O.M.S., 1986). Las cepas procedían de porcinos
    (31), bovinos (18), equinos (8), ovinos (2) y caninos (1). Los
    resultados de la tipificación fueron los siguientes:
    Brucella suis biotipo 1 (43), Brucella suis atípicas (8),
    Brucella abortus biotipo 1 (8) y Brucella abortus biotipo 2 (1).
    Concluyeron sobre la evidencia del marcado predominio de la
    Brucella suis biotipo 1, presente no sólo en porcino sino
    también en otras especies y destacaron la importancia del
    estudio microbiológico de las cepas que afectan a las
    diferentes especies como elementos básicos dentro de los
    programas nacionales de lucha contra la brucelosis.

    Manso et al, (1991) investigaron bacteriológicamente
    601 cerdos, lográndose el aislamiento de 51 cepas, de las
    cuales al clasificarse 5 eran suis atípica y 7 suis
    biotipo 1. Los resultados obtenidos confirman la factibilidad de
    acometer un programa de este
    tipo incluso en las condiciones de la crianza tradicional.

    En la provincia de Villa Clara durante el período
    1978-1995, se ha trabajado en la serotipificación de las
    cepas de Brucellas aisladas de animales enfermos con brucelosis
    en diferentes especies y fueron aisladas solamente la Brucella
    suis biotipo 1 y la Brucella suis atípica en menor
    cuantía. (González, 1996).

    DIAGNÓSTICO

    El diagnóstico de la brucelosis se realiza mediante la
    utilización de distintos métodos,
    los que de acuerdo con las características de la
    enfermedad, permiten determinar la situación de la misma
    en el hombre, los animales y en el medio
    ambiente.

    Existen métodos y técnicas
    muy variadas las cuales se exponen detalladamente a
    continuación:

    DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y
    EPIZOOTIOLÓGICO

    Según I.M.V. (1996), en la nueva edición
    del Plan de Control y Erradicación de la brucelosis en los
    Animales Domésticos expresa que el diagnóstico
    epizootiológico tiene una gran importancia en la lucha
    contra esta entidad, ya que permite mediante el análisis
    epizootiológico, determinar o confirmar la presencia de la
    enfermedad, aún en aquellos rebaños donde la
    sintomatología clínica no esté definida, o
    donde el resultado de las investigaciones
    del laboratorio no sean las suficientes y exista la tendencia a
    la confusión. Por lo antes expuesto, es necesario que
    siempre se realice un análisis de la situación
    epizootiológica del rebaño que se investiga, con el
    objetivo de poder
    determinar realmente cuales son los principales eslabones de la
    cadena epizoótica y la forma en que estos influyen para
    permitir el desarrollo y
    propagación de la enfermedad.

    El análisis del riesgo epizootiológico depende
    ante todo de la evaluación
    de las características del proceso epizoótico
    amenazante, de la cercanía (distancia) de los focos, del
    grado de exposición
    de los focos y las fuentes próximas al agente
    etiológico respectivos y de sus características, de
    a posibilidad de contactos directos e indirectos con ellos, del
    grado de resistencia y
    susceptibilidad de la población animal, de las medidas
    contraepizoóticas preventivas, etc. Para evaluar el riesgo
    epizoótico se utilizan diversos métodos: Focalidad,
    Morbilidad, Mortalidad y Letalidad. (Kouba, 1987).

    DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO

    El Diagnóstico del Laboratorio tiene una gran
    importancia para la detección precoz de los animales
    enfermos, ya que es lo fundamental para mantener una profilaxis
    sistemática, que tenga como finalidad la
    erradicación final de la enfermedad en el país.

    DIAGNÓSTICO SEROLÓGICO

    El diagnóstico de la brucelosis se basa por lo general
    en las investigaciones serológicas pues es conocido que el
    diagnóstico clínico no es determinante por ser una
    enfermedad que se desarrolla en forma latente con tendencia a la
    cronicidad. Por otra parte el diagnóstico
    bacteriológico a pesar de ser el procedimiento que
    pone en evidencia el agente etiológico, requiere de
    materiales
    libres de contaminación y en general es costoso y
    complicado (Argorte, 1984).

    En los programas de lucha contra la brucelosis porcina tiene
    gran importancia el empleo de los
    métodos serológicos, siendo los más
    utilizados la Seroaglutinación Lenta (S.A.L.), la
    Reacción de Fijación del Complemento (R.F.C.), la
    prueba de Coombs (P.C.) y el 2 Mercaptoetanol (2-ME). Todas estas
    pruebas tienen efectividad cuando se utilizan de manera
    simultánea en los rebaños porcinos, donde se
    requieran valoraciones más complejas, en las que juegan un
    importante papel la epizootiología, los exámenes
    clínicos, la bacteriología y el estudio
    serológico según Betancourt y Sánchez,
    (1991).

    En porcino las pruebas serológicas no son indicadas
    para el diagnóstico individual sino para revelar la
    presencia de la infección en la piara, se pueden utilizar
    las Pruebas de Aglutinación, R.F.C. y Rosa de Bengala.
    Esta última es la preferible pues tiene la ventaja de que
    en piaras con títulos bajos o inespecíficos a la
    aglutinación los resultados son negativos.

    SEROAGLUTINACIÓN RÁPIDA EN
    PLACA.(S.A.R.)

    En 1920 Hudleson describió la (S.A.R.) utilizando un
    antígeno concentrado para pruebas en placas
    o láminas, desde entonces se ha empleado a gran escala en muchos
    países, principalmente en América ya que el
    método presenta la ventaja de ser rápido, sencillo
    y económico lo que permite su uso masivo en la defensa
    preliminar (Casas, 1976).

    Alton et al, (1976) recomendaron elaborar el antígeno
    con cepas lisas de Brucella abortus, ajustándolo de modo
    que la concentración celular medida por el método
    volumétrico sea equivalente al 11% del volumen total, el
    antígeno así obtenido posee una sensibilidad
    comparable con el empleado para S.A.L.; no obstante se ha
    señalado que la prueba es menos sensible y
    específica que la S.A.L. (Chakraborty y Kwatra, 1980).
    Posteriormente (Morgan, 1987) señaló que aunque es
    menos sensible que la S.A.L. está menos influenciada por
    la presencia de anticuerpos incompletos.

    Olivares et al (1993) utilizaron esta prueba en el
    Zoológico de la ciudad Metropolitana de Chile y
    determinaron una alta presencia de títulos de anticuerpos
    en una hembra de Jabalí silvestre, una cabra hembra, en
    dos monos, un tigre y un Jaguar, demostrando su sensibilidad en
    los cursos agudos de brucelosis.

    SEROAGLUTINACIÓN LENTA EN TUBO (S.A.L.)

    El método de diagnóstico de la brucelosis
    más antiguo es la(S.A.L.) y adaptada al diagnóstico
    de la brucelosis por Grinsted en 1909. La (S.A.L.) se ha
    mantenido como prueba básica en los programas de control y
    erradicación de numerosos países no sólo por
    su fácil ejecución sino también por sus
    resultados uniformes, economía y estandarización a
    nivel internacional (Argorte, 1984).

    Fensterbank, (1973) expuso que la S.A.L. presenta dos
    inconvenientes: su falta de sensibilidad que no permite una
    detección precoz y la dificultad en interpretar los
    resultados y en particular los títulos aglutinantes
    bajos.

    El Centro Panamericano de Zoonosis
    recomendó para la obtención de resultados uniformes
    y fidedignos el empleo de antígenos normalizados frente al
    suero patrón internacional Brucella abortus que posee 1000
    (UI/ml) y permite que todas las comunicaciones
    referente a las pruebas se expresen en unidades internacionales
    (UI).

    Muchos investigadores han reportado el aislamiento de
    Brucellas en animales con resultados negativos a la S.A.L. al
    momento del parto o
    aborto. (Tablada y Abeledo, 1979).

    Las reacciones a títulos bajos a esta prueba en
    poblaciones libres o con baja incidencia carecen de
    significación epizootiológica. La (S.A.L.) puede
    ser negativa en las primeras etapas de la infección y en
    infecciones crónicas, además no es capaz de
    diferenciar anticuerpos resultantes de la infección y de
    la vacunación reciente (Raybcould y Chantler, 1980).

    García Carrillo, (1982), manifestó que para el
    diagnóstico serológico es necesario emplear
    antígenos elaborados en fase lisa con
    características aglutinógenas estables
    debiéndose contener un 0,045% de células
    suspendidas en solución salina fenolada al 0,5%. Aunque
    este método ha sido el más utilizado como
    procedimiento básico, se han señalado muchas
    deficiencias en cuanto a sensibilidad y especificidad se
    refiera.

    Fernández, (1982), resaltó la necesidad de
    emplear pruebas complementarias para evaluar las reacciones
    específicas que frecuentemente son detectadas en nuestro
    medio por S.A.L. Las probabilidades de un dudoso a la S.A.L. sea
    un animal enfermo es directamente proporcional a la incidencia en
    la población de procedencia.

    En los últimos años la prueba se ha modificado
    por adición al antígeno del ácido
    tetracético etileno diaminico (EDTA) y otros agentes
    catiónicos divalentes con el objetivo de reducir el
    número de reacciones positivas falsas lo que sería
    conveniente para una erradicación más
    económica y eficiente de la brucelosis.

    Nowlan y Gues, (1985); Gues y Nowlan, (1988) recomendaron la
    modificación para excluir los factores
    inespecíficos que afectan a la reacción
    clásica pero MacMillan y Buel, (1985) señalaron que
    el fenómeno solo se observa en aglutinaciones con
    títulos muy altos en los animales infectados y raramente
    este disminuye por la acción
    de (EDTA) y nunca por debajo de 100 UI; añadieron que la
    modificación debe ser usada e interpretada solamente en
    asociación con la R.F.C.

    Atrape et al (1987), plantean que la Seroaglutinación
    Lenta en Tubo es efectiva, pero el empleo de la
    microaglutinación es mucho más eficiente para
    demostrar la presencia de brucelosis en el ganado bovino.

    REACCIÓN DE FIJACIÓN DEL COMPLEMENTO
    (R.F.C.)

    Esta prueba reapareció nuevamente en la década
    del 60 después de que en 1901 Bordet y Gengou dieran a
    conocer el fundamento de la misma, la que ha tenido grandes
    aplicaciones en el diagnóstico de numerosas enfermedades bacterianas,
    virales y parasitarias. Se usó desde principio de siglo en
    Dinamarca por Hoth y por Mac Fadyean y en Inglaterra por
    Stockclemens simultáneamente con la S.A.L. para el
    diagnóstico de la brucelosis, por su parte en
    América se empleó en 1912, pero posteriormente
    decayó el interés de
    su utilización por lo complicado de la misma.

    Desde la publicación del Tercer Informe del
    Comité de Expertos en Zoonosis (F.A.O./O.M.S., 1986) se le
    ha señalado como una de las principales limitaciones, la
    falta de estandarización internacional del
    antígeno; posteriormente se recomendó evaluar como
    positiva una actividad igual o mayor que 1/24 del patrón
    internacional del suero antibrucella, además del
    establecimiento del mencionado patrón para la
    interpretación de la prueba con el objetivo de ayudar a
    establecer criterios comunes ya que los métodos empleados
    en los diferentes países e incluso en los distintos
    laboratorios de un país son muy diversos.

    Existen dos métodos para la ejecución de esta
    prueba basados en el 100 y 50% de la hemólisis
    señalándose que la R.F.C. al 50% es más
    exacta y ofrece mejores resultados (Abeledo, 1981).

    La mayoría de los investigadores coinciden en
    señalar la sensibilidad de esta prueba sobre todo en
    aquellos casos en que la S.A.L. se muestra
    particularmente ineficaz, recomendándose su
    utilización como método complementario cuando la
    S.A.L. es usada como prueba básica (Fernández,
    1982).

    Alonso, (1982) le confirió poca sensibilidad a la
    R.F.C. comparada con la Rosa de Bengala (R.B.) y el aislamiento
    bacteriológico en nuestro país; (Argorte, 1984)
    planteó que la R.F.C. muestra poca efectividad como prueba
    complementaria y no es apropiada como prueba de base, por ser un
    método más costoso y de menor efectividad para
    clasificar animales positivos.

    Algunos investigadores plantean que la R.F.C. es una prueba
    ligeramente sensible a las IgM que a las IgG, sin embargo se ha
    observado que la IgM es parcialmente inactivada cuando se
    calienta el suero a 60 °C. (Stryszak, 1986).

    Argorte, (1989) señaló que la mayor actividad
    fijadora del complemento está asociada con los anticuerpos
    de la clase IgG1 y
    que por otra parte la IgG2 no es buena fijadora del
    complemento.

    Alonso et al, (1990) compararon la prueba de
    Aglutinación Rápida en Placa, la Rosa de Bengala,
    Rivanol y la prueba de Reacción de Fijación del
    Complemento (R.F.C.) con la técnica de Inmunoensayo en
    papel de celulosa,
    demostrando que la mayor sensibilidad y especificidad se obtuvo a
    favor de esta última prueba; pero muy relacionada con la
    (R.F.C.), por lo que se sugiere que se use conjuntamente la
    (R.F.C.) y la técnica de Inmunoensayo.

    PRUEBA DE ROSA DE BENGALA. (R.B.)

    Se trata de una Aglutinación en porta, utilizada como
    un método rápido de SCREENING. Es muy sensible,
    siendo positiva en un 95-99% de los casos, guarda una buena
    correlación con la Seroaglutinación.

    Según Alton et al, (1976) la Rosa de Bengala es en
    realidad una modificación de la prueba de la tarjeta
    empleada en E.U.A. y las variaciones en cuanto a su sensibilidad
    se deben a modificaciones introducidas por diversos
    laboratorios.

    Una de las dificultades que se ha señalado a la prueba
    es la falta de estandarización internacional del
    antígeno lo que impide que los resultados obtenidos en
    diferentes países sean comparables. (Argorte, 1984).

    Jacobo, (1985) y Pfeifter, (1986) recomendaron emplearla como
    método de pesquisaje atribuyéndole una sensibilidad
    semejante a la conferida por la R.F.C. En algunos sueros los
    resultados de la R.B. y la R.F.C. son positivos cuando la S.A.L.
    es negativa o tienen menos de 30 UI/ml.

    Varios investigadores han señalado la alta sensibilidad
    y especificidad de la Rosa de Bengala lo que unido a su
    fácil manipulación y rápida lectura hacen
    que la misma sea de gran utilidad en el
    diagnóstico masivo de la brucelosis. De este modo
    (Plommet, 1972 y Priadi, 1992) recomendaron su utilización
    en el programa de control y erradicación de la brucelosis
    por ser simple, fiel y económica.

    En investigaciones realizadas en Argentina donde emplearon la
    Rosa de Bengala junto a pruebas de Aglutinación en el
    diagnóstico de la brucelosis porcina detectándose,
    una mayor efectividad con la Rosa de Bengala en un 22.0%.
    (Delgado y Centorbi, 1990).

    Esta prueba es muy utilizada para el diagnóstico de la
    brucelosis porcina pues tiene la ventaja de que en piaras con
    títulos bajos e inespecificos a la aglutinación,
    los resultados son negativos. (Rahway, 1993).

    Samartino et al. (1997), aplicaron la técnica del
    antígeno buferado en placa (BPA) como prueba tamiz en el
    diagnóstico de la brucelosis y obtuvieron mayor
    sensibilidad al compararla con la Rosa de Bengala aunque las dos
    fueron determinante para la condición de animal
    reaccionante.

    PRUEBA DEL 2-MERCAPTOETANOL (2-ME)

    La prueba del 2-ME es colectiva y se basa en el hecho de que
    los anticuerpos IgM se degradan debido a la acción de
    ciertos compuestos que contienen el radical tiol, tales como el 2
    Mercaptoetanol, la cisteina y el dithiveritrol sin producir
    efectos sobre los anticuerpos IgG. (McMahon, 1983).

    En el III Encuentro de Serología, celebrado en Cuba
    (I.M.V., 1981), se reconoció la efectividad de la prueba
    descrita por Hajdu, (1973) para el diagnóstico en
    diferentes especies de animales y se recomendó su
    aprobación en las normas nacionales
    de interpretación diagnóstica. (Valente et al,
    1991) reconocen la superioridad de la detectabilidad de esta
    prueba en el diagnóstico de la Brucella canis.

    Neduchilliyan y Venkataraman (1992), plantean que para el
    estudio de los perrros de la ciudad de Madras se utilizó
    con mucha eficiencia la
    prueba de 2-Mercaptoetanol en comparación con las
    restantes conocidas en el diagnóstico de la Brucella
    canis, abortus y melitensis.

    Según Al Diri et al (1992), en su estudio en la ciudad
    de Camagüey la mayor detectabilidad de las técnicas
    serológicas le correspondió al 2-mercaptoetanol,
    aunque la persistencia de los resultados positivos
    postvacunación fue evidente ante los tres métodos
    de diagnóstico serológico utilizados en su
    experimento.

    PRUEBA DE COOMBS (PRUEBA ANTIGLOBULINICA)

    Esta prueba es especialmente sensible para la detección
    de anticuerpos bloqueadores e incompletos que reaccionan con el
    antígeno, pero no causan aglutinación visible. Los
    anticuerpos incompletos que detecta son IgG, principalmente IgG1.
    (Argorte, 1984).

    El valor de la
    prueba para el diagnóstico de la brucelosis fue comprobado
    por Hajdu (1973), quien señaló su capacidad para
    detectar la enfermedad 2 ó 3 semanas antes del parto y de
    3 a 5 semanas con anterioridad a que se obtengan resultados
    positivos con la S.A.L. Añadieron su capacidad para
    detectar las inmunoglobulinas que se presentan durante los
    primeros síntomas de la enfermedad y aquellas que se
    encuentran en los portadores crónicos con títulos
    bajos a la S.A.L. además posee la ventaja de que nunca
    presenta fenómenos de prozona así como demuestra
    reacciones inespecíficas detectadas por la S.A.L. sin
    embargo, presenta el inconveniente de que conlleva a
    preparaciones previas lo que ha restringido su uso a sueros
    humanos e investigaciones especiales. (Argorte, 1984; Stryszak,
    1986).

    Esta prueba ha tenido como limitación la falta de un
    método estandarizado para la producción de sueros
    antiglobulinicos lo que ha impedido que los resultados obtenidos
    puedan ser comparados.

    PRUEBA DE RIVANOL

    Esta prueba fue descrita por Anderson (1964) y consta de dos
    fases: la primera consiste en la precipitación de las
    proteínas, con excepción de las IgG,
    utilizando una solución de Rivanol, por lo tanto el
    Rivanol sirve para separar las IgG de las IgM detectando
    así el mismo tipo de anticuerpo que el 2-ME y la segunda
    estriba en una aglutinación rápida empleando
    antígeno de aglutinación en placas, especial para
    esta prueba, ajustando el pH de 3.8 – 6.2 y con una
    concentración celular del 4%. Esta menor
    concentración celular determina una mayor sensibilidad que
    compensa la dilusión al 50% del suero, ocasionada por la
    previa adición del Rivanol.

    Las globulinas del sobrenadante están en
    relación con la cantidad de Rivanol añadido y con
    la especie animal de que procede el suero tratado. (Casas,
    1976).

    La principal limitación de la prueba es que solamente
    se puede realizar en laboratorios que posean el antígeno
    especial para su ejecución siendo factible que los
    laboratorios adopten métodos para efectuarla con
    antígeno de Prueba Lenta. (Alton et al, 1976).

    Priadi et al, (1992) plantean que este es el método de
    diagnóstico más utilizado en áreas
    endémicas infectadas por brucelosis en la isla de Java, detectando
    un 20% de positividad.

    PRUEBA DE ANILLO EN LECHE

    Esta prueba pone en evidencia, mediante un método
    diferente del de Wright, las aglutininas contenidas en la leche
    al agregarse una suspensión de Brucella coloreada; en caso
    de reacción positiva, se aglutinan en el primer momento y
    después se enlazan a los corpúsculos de grasa para
    formar en la superficie un anillo de crema coloreado.

    En estos últimos años la Prueba de Anillo ha
    sido objeto de numerosos trabajos y aporta un interés
    práctico indiscutible.

    PRUEBA DE INMUNOFLUORESCENCIA

    Esta prueba tiene la particularidad que se aplica actualmente
    necesitando recursos
    diagnósticos más sofisticados y eficientes, que
    generalmente no están al alcance de muchos países.
    La Inmunofluorescencia permite la diferenciación con
    Clamidias, además se han obtenido resultados
    específicos al emplear un conjugado directo frente a
    diferentes cepas. La detección de antígeno fue
    probada también por la técnica de
    contra-inmunoelectroforesis. (Chand, 1987).

    Esta prueba se basa en la combinación de
    antígenos polisacáridos y lipopolisacáridos
    y resulta práctica en el diagnóstico de la
    brucelosis, según Mande et al, (1993).

    PRUEBA DE INMUNOENSAYO ENZIMÁTICO (ELISA)

    A finales de la década del 70 comienzan a realizarse
    experimentos
    con la Prueba de ELISA, para aplicarla al diagnóstico de
    la brucelosis en varias especies de animales y en el hombre.

    Según los resultados obtenidos por (Hornitzky y
    Searson, 1986) la prueba es un método sensible, especifico
    y económico. (Mateu y Martín Castillo, 1993),
    aplicaron la prueba de ELISA a 177 muestras de suero, con el
    objetivo de diagnósticar la brucelosis canina,
    comparándola con otras pruebas como la (R.F.C.), (2-ME.),
    y (S.A.L.) resultando la prueba de ELISA más
    específica con un 95% de efectividad.

    La Prueba de ELISA es prometedora, sin embargo aún no
    se encuentra al alcance de los Laboratorios de Diagnóstico
    Veterinario a nivel provincial en Cuba, situación que
    ocurre en la gran mayoría de los países del tercer
    mundo y aún en muchos países desarrollados.

    REACCION EN CADENA DE LA POLIMERASA (P.C.R.)

    La Reacción en Cadena de la Polimerasa (P.C.R.) es un
    método in vitro para sintetizar secuencias definidas de
    enzimas de DNA,
    la reacción usa dos oligonucléotidos primarios que
    forma híbridos en cada terminal opuesta y en cada flanco
    de la secuencia de DNA que es el objetivo de la
    amplificación. La prolongación de los primarios es
    catalizada por la polimerasa TaqDNA, una polimerasa DNA
    termoestable que puede ser aislada de la Eubacteria
    termofílica (Thermus aquatiar. Una serie repetitiva de los
    ciclos incluyendo el patrón de la
    desnaturalización, la reacción primaria y la
    extensión de la reacción primaria por la polimerasa
    TaqDNA resulta en una combinación exponencial de un
    fragmento especifico del DNA. Las partes finales del fragmento
    son definido por 5 terminaciones de los primarios 2,3, porque el
    producto
    sintetizado de la extensión primaria en un ciclo dado
    puede servir como un patrón en el próximo ciclo:
    pues 20 ciclos de P.C.R. dan lugar a un millón de copias
    (220) de DNA objetivo.(Boehringer, M. 1995).

    Se ha llegado a significar calidad en el
    campo de las investigaciones científicas. Nuestro acuerdo
    con Heffmaun-La Rochen nos ha permitido formular y probar
    reactivos especialmente para PCR; por ejemplo nuestra Polimerasa
    TaqDNA tiene un nuevo buffer de deposito para mejorar su
    rendimiento en la PCR. La enzima ahora se aprueba para la
    amplificación de una copia única de genes del DNA
    genoma. Se lleva a cabo un ensayo
    riguroso para la estabilidad térmica y la ausencia de
    contaminantes como en la actividad autopreparatoria Dnases y
    RNases. (Boehringer,
    1995).

    Manifiestan estos mismos autores que están
    desarrollando una línea de productos de
    conveniente formulación especial y ensayados para PCR
    Master y la técnica de ELISA PER CDIG Labeling/DIG
    Detection, útil en el diagnóstico de procesos
    morbosos e infecciosos como la brucelosis tanto humana como
    animal, siempre que se disponga de estas técnicas y
    laboratorios.

    DIAGNÓSTICO
    BACTERIOLÓGICO

    Los exámenes bacteriológicos son
    obviamente de uso más restringido, a pesar de brindar un
    diagnóstico irrefutable valido para la confirmación
    de la brucelosis.

    Como materiales más convenientes para la investigación bacteriológica se
    señalan los fetos (contenido estomacal y corazón
    especialmente), envolturas fetales, secreciones vaginales, leche,
    semen, incluso fluidos obtenidos de higromas. Los procedimientos
    bacteriológicos son caros y dan respuestas a más
    largo plazo, además, no siempre se obtiene éxito,
    por lo que de un programa de control se utilizan
    esporádicamente, cuando se requiere de estudios
    epizootiológicos más profundos con vistas a definir
    situaciones complejas o para la investigación de los
    denominados rebaños problemas.

    Para valorar la efectividad de los métodos
    serológicos y bacteriológicos en el
    diagnóstico de la brucelosis porcina se trabajaron 11
    cerdas del sector privado que presentaban reacciones
    serológicas débiles a las pruebas S.A.L. y R.F.C.;
    las mismas fueron sacrificadas e investigadas
    anatomopatológica y bacteriológicamente. De 6 de
    las cerdas se aisló Brucella suis biotipo 1. Se subraya la
    importancia del diagnóstico bacteriológico en la
    definición de las situaciones complejas para brucelosis en
    rebaños porcinos donde los métodos
    serológicos no esclarecen la situación
    epizootiológica. (Betancourt y Sánchez,
    1991).

    MEDIDAS DE CONTROL
    Y LUCHA CONTRA LA BRUCELLOSIS

    Por ser la brucelosis una enfermedad crónica que
    no produce muertes espectaculares y cuyos síntomas no son
    de fácil apreciación sin ayuda técnica,
    tiene una capacidad de propagación grande y difícil
    de controlar. Su condición de zoonosis, habla
    también en grado superlativo de la importancia de su
    control y erradicación.

    El programa de lucha contra la enfermedad que se ha
    venido desarrollando en los últimos años nos ha
    situado en condiciones muy favorables como son: las de
    erradicación en diferentes zonas, así como la
    consolidación del trabajo en los próximos
    años en la especie porcina del sector estatal, los centros
    genéticos y otras regiones o planes ganaderos del
    país. El éxito del trabajo futuro se debe
    principalmente al conocimiento
    que tengan los dirigentes, administradores y trabajadores en
    general de la rama pecuaria, sobre la enfermedad, sus
    características, las medidas que se deben tomar para
    proteger los rebaños sanos y la recuperación de los
    afectados, ya que a medida que se controla la enfermedad en una
    zona, surge la tarea más difícil pero decisiva, la
    "Erradición", que es la meta trazada
    por nuestro Gobierno
    Revolucionario.

    Según Cotrina (1991), las medidas de
    prevención y control tienen como objetivo la
    protección de las personas, los rebaños y las zonas
    saneadas de la enfermedad y la recuperación de
    rebaños y zonas afectadas. El combate contra la enfermedad
    puede comprender tres puntos fundamentales: el control, la
    eliminación y la erradicación. Su alcance
    está en función de
    las posibilidades del país y de los objetivos que
    se tracen al respecto.

    Antes de establecer un programa de control, organizado a
    nivel nacional, es necesario conocer la distribución y la prevalencia de la
    enfermedad en las regiones de cada país. El programa debe
    ser concreto y
    detallado, con una metodología que reglamente y asegure su
    cumplimiento y evaluación. Debe constar con apoyo
    jurídico y el servicio
    veterinario estatal será el encargado de llevarlo a la
    práctica. (CENSA-I.M.V., 1992).

    Puentes et al, (1991), realizaron un estudio del
    Programa de Lucha y Control de la brucelosis porcina,
    contemplándose las dificultades técnico materiales
    confrontadas en la primera etapa y las transformaciones
    tecnológicas en la crianza en el período
    comprendido en los años 1971-1991 en el sector estatal y
    privado, incluyendo el diagnóstico activo y pasivo de los
    rebaños, el cumplimiento de las medidas de saneamiento y
    protección contraepizoótica. Los resultados del
    programa evidencian la disminución paulatina de los
    índices de focalidad y prevalencia, los que en el inicio
    del programa expresaban valores de
    0.48% y 7.8% respectivamente, hasta la total recuperación
    en el sector especializado.

    En estudios realizados por (Manso et al, 1991), se
    dividió el territorio de la provincia de Villa Clara en
    158 zonas incorporándose la masa básica al programa
    de lucha, controlándose todo el trabajo
    mediante expedientes epizootiológicos de las unidades
    comprometidas en cada zona y ubicadas en mapas por el
    sistema de
    cuadrantes. La tasa de examinados se incrementó de 14.3 a
    94.4. La incidencia declinó de 0.50 hasta 0.19 y la
    positividad de 2.24 a 0.35. Próximo a culminar el
    año 1989 se había logrado la liberación de
    120 zonas del total existente, donde están comprendidas
    316 unidades. De 120 607 cerdos sometidos al programa de lucha
    alcanzaron en esa fecha la categoría de libre 109 565
    (86.53%). En total fueron sacrificados 2 979 cerdos con un valor
    estimado de 268 110 pesos.

    Por otra parte Orin y Bulnes, (1991) examinaron un total
    de 98 y 100 por ciento y el porcentaje de reactores se
    comprobó en el 0.11 y 0.10 respectivamente para un grupo
    A. En el municipio o grupo B la tasa de examinados fue del 98 por
    ciento en ambos años y el porcentaje de reactores del 1.2
    y 1.6 respectivamente. La focalidad en el municipio A fue del
    0.09 y 1.6 y en el municipio B, del 50 y 19 por ciento
    respectivamente. Los resultados demuestran la reducción
    progresiva de la incidencia de la brucelosis en el sector
    campesino y en
    el privado de este territorio, lo cual representa un
    pronóstico favorable para la evolución integral del programa de control
    de la enfermedad en el sector estatal, en otras especies animales
    y en el hombre.

    Según I.M.V., (1972) y Al Diri et al, (1992)
    señalaron que entre las deficiencias fundamentales que han
    impedido alcanzar mayores avances en la lucha contra la
    brucelosis las siguientes:

    – Deficiente control veterinario sobre los movimientos
    de animales.

    – Falta de participación del servicio veterinario
    en los programas ganaderos perspectivos.

    – Falta de instalaciones (maternidad, filtros
    biológicos, cepos, cercas perimetrales, incineradores,
    estercoleros).

    – Falta de condiciones higiénico
    sanitarias.

    – Retardo en el sacrificio de los animales
    enfermos.

    – Limitación técnica del servicio
    veterinario.

    – Insuficiencia en medios de
    transporte.

    – Falta de identificación de la masa
    ganadera.

    – Medios de protección al personal con
    riesgo profesional.

    – Carencia de leyes
    veterinarias en el país.

    La mayoría de los países han utilizado
    métodos combinados de lucha, empleando unos la
    vacunación con Cepa-19 ó Cepa-82, otros el
    método radical o sacrificio sanitario para la fase final
    de liquidación; término este relativo en cuanto a
    su interpretación, ya que algunos países se
    consideran libres con una incidencia nacional de 1%, igualmente
    existen países que emplean tanto la vacunación como
    el sacrificio sanitario para declararse "Libres" de la
    brucelosis.

    Las unidades encargadas de la explotación animal
    se clasifican de acuerdo al programa de control y lucha en:
    Unidades o Rebaños bajo plan Intensivo, Unidades o
    Rebaños bajo supervisión y Unidades o Rebaños no
    Controlados.

    Según el I.M.V. (1996), las Unidades Bajo Plan
    Intensivo se clasifican a su vez epidemiológicamente en:
    Unidades Libres, Unidades en Observación, Focos en vías de
    Eliminación, Focos Activos de
    brucelosis y Unidades de Segregación transitoria para
    animales afectados por el proceso infeccioso.

    Las medidas de higiene
    individual y general son tan importantes como los métodos
    específicos de prevención, vigilancia, tratamiento
    y lucha contra las enfermedades originadas en reservorios y
    productos animales, la eficacia de lo
    que hagamos dependerá de la estrecha colaboración
    entre los servicios
    nacionales de salud animal y los de salud humana según
    (Wahdan, 1995).

    Las medidas planificadas y aplicadas
    armónicamente por los servicios de salud han disminuido la
    incidencia de muchas zoónosis, como la rabia, la
    brucelosis, la leptospirosis, y la mayor parte de las infecciones
    e intoxicaciones
    alimentarias.

    En el curso de la vida cotidiana, las personas a menudo
    ayudan a prevenir y combatir esas enfermedades mediante sus
    actitudes
    tradicionales hacia los animales y sus hábitos
    dietéticos; los programas nacionales de mayor éxito
    se basan en la cooperación de la comunidad. Al
    mismo tiempo, la
    legislación nacional e internacional regula muchos
    aspectos del comercio de
    animales y sus productos.

    Los programas nacionales de desarrollo rural y
    urbanización aprovechan aún más las funciones
    intersectoriales de la veterinaria de
    salud
    pública para garantizar el equilibrio
    ecológico adecuado mediante la prevención, el
    tratamiento y la lucha eficaz contra las zoónosis y los
    factores de riesgo con ellas relacionados.

    En el ámbito internacional, la
    Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), mantiene
    sistemas de
    vigilancia para determinadas enfermedades, mientras que una red de más de
    cincuenta centros colaboradores de la O.M.S. prestan servicios
    especializados de preparación y ensayo de
    vacunas y
    ayudan a planificar programas nacionales, formar especialistas y
    coordinar investigaciones sobre veterinaria de
    salud pública. (Wahdan, 1995).

    Para lograr la efectividad en el control sanitario de
    las diferentes especies de animales, con el objetivo de proteger
    los mismos y las Zonas Libres de brucelosis y en
    Observación se establecen las siguientes regulaciones
    según (I.M.V., 1995): mantener un estricto control
    epizootiológico sistemático con el objetivo de
    detectar precozmente cualquier cambio en la situación que
    pueda amenazar la salud de los animales susceptibles de la zona,
    realizar investigaciones serológicas, según las
    clasificaciones epizootiológica de las unidades, recoger
    muestras de todos los abortos y que se controlen para su
    investigación en el Laboratorio de
    Diagnóstico.

    Todos los movimientos de animales que se produzcan deben
    ser autorizados por la Certificación Oficial del Instituto
    Nacional de Medicina
    Veterinaria a su nivel correspondiente y la aprobación de
    la Oficina de
    Control Pecuario.

    Para recuperar los Focos en vías de
    Eliminación se plantea por el Programa de Control y Lucha:
    delimitar la extensión del foco, establecer el programa de
    investigaciones serológicas periódicas y otras. Los
    animales que resulten positivos a las investigaciones se
    trasladaran a las fincas de segregación para ser
    sacrificados en el término no mayor de las 72 horas. Se
    efectuarán desinfecciones corrientes en aquellas unidades
    después de realizar extracciones de sangre y siempre
    que se produzcan partos normales o abortos. Para los partos debe
    habilitarse el cuartón o sala de maternidad,
    destruyéndose por incineración los restos del
    parto. El estiércol será recogido y sometido a
    tratamiento químico. Las crías descendientes de
    madres positivas a Brucella, serán sacrificados junto a
    ellas. La leche producida en estas unidades deben ser
    pasteurizadas. Mantener medidas de saneamiento ambiental
    sistemáticas para evitar la formación de focos
    naturales y la circulación de vectores
    (roedores, insectos, artropodos, etc.) en las unidades y en las
    inmediaciones de los mataderos.

    Medidas dictadas para desactivar focos activos de
    brucelosis: delimitar la extensión del foco. Suspender la
    monta dirigida o la inseminación artificial. Dictar una
    estricta cuarentena en la unidad que impida la entrada de
    animales ajenos al centro y la salida de estos será
    exclusivamente al sacrificio. Sacrificar inmediatamente todos los
    reactores y animales con síntomas clínicos.
    Extremar las medidas higiénico sanitarias, así como
    el control del personal. El transporte que se emplea en el
    traslado y actividad productiva con los animales debe ser
    desinfectado. Las áreas donde existieron animales
    afectados no deben ser utilizadas nuevamente hasta pasado 120
    días.

    Desde hace algunas décadas los procesos
    tecnológicos para la producción animal de alta
    calidad llevan aparejado una elevada concentración de las
    poblaciones animales y un mejoramiento genético cada vez
    más especializado, así como profundos cambios en
    los sistemas de alimentación, manejo
    y otros que influyen de manera directa en el logro de los
    objetivos al cual van encaminado, es decir, la obtención
    cada vez mayor de productos de origen animal que satisfagan las
    necesidades más apremiantes de una población humana
    en constante crecimiento. (Escobar, 1990).

    La brucelosis por su carácter zoonósico y endémico
    para algunas regiones en nuestro país constituye un
    Desastre Biológico, ya que es una situación de
    emergencia sanitaria dada la amenaza que representa para la
    población animal de importancia y los humanos e incluso
    para regiones y países vecinos. En estos casos se
    presentan cambios bruscos significativos en la situación
    del país afectado, con seria repercusión sanitaria,
    productiva, económica, social y política. (Astudillo
    et al, 1990; Suárez, 1994 y Percedo et al,
    1995).

    La presentación de enfermedades graves en la
    población animal y humana en el caso de las zoonosis
    pueden ser: De origen natural, por perturbaciones severas del
    medio ambiente. De
    origen humano, debido a las relaciones políticas,
    económicas, sociales y culturales entre los países
    establecidas por el propio hombre incluso el sabotaje y la
    guerra.

    El ritmo creciente del turismo y el tráfico
    internacional de pasajeros ocasiona riesgos de
    introducción de agentes exóticos,
    vinculados sobre todo con los alimentos crudos
    de origen animal destinados al consumo de los
    viajeros, con los desperdicios de estos productos en puertos,
    aeropuertos y su uso directo en la alimentación animal.
    (Mantovani et al, 1990)

    El transporte de animales y de productos de origen
    animal es de importancia capital en la
    propagación de enfermedades exóticas si se tiene en
    cuenta que, tanto el volumen del comercio, como la velocidad del
    transporte, han aumentado notoriamente en los últimos
    años a consecuencia de lo cual la distancia ya no es una
    barrera importante para la propagación de una
    enfermedad.

    Al margen de los factores de riesgo biológico que
    se producen durante las guerras a
    consecuencia del armamento convencional, el empleo del arma
    biológica sí va directamente dirigida al
    desencadenamiento de procesos morbosos masivos, tanto en la
    población humana como animal. Con iguales intenciones
    pueden realizarse sabotajes que atenten contra la economía
    de los países, a través de la introducción
    intencional de agentes patógenos exóticos o no,
    pero de alta patogenicidad y contagiocidad, a territorios
    indemnes.

    Realmente el Impacto Socioeconómico de los
    Desatres Biológicos en los territorios afectados conlleva
    a consecuencias en muchas ocasiones insospechadas y que influyen
    no sólo en el campo de la primo-producción animal,
    sino que la envergadura de las mismas sobrepasa los niveles
    predecibles sobre todo en los casos de desastres
    biológicos producidos por enfermedades exóticas.
    Las consecuencias de los desastres biológicos y la
    aplicación en muchos casos de programas drásticos
    en la recuperación de los territorios afectados implican
    en ocasiones pérdidas que van más allá del
    costo de los
    animales sacrificados y aquellos derivados del programa de lucha,
    además de que ocasionan pérdidas de
    producción a mediano y largo plazo.

    Entre los factores que determinan el tiempo necesario
    para la repoblación están: edad de madurez
    reproductiva, tiempo de gestación, número de
    crías por parto y otros que condicionan dicha
    recuperación productiva de los rebaños.

    Entre las consecuencias negativas a largo plazo
    están las derivadas de la
    pérdida de credibilidad de los países afectados en
    relación a su situación zoosanitaria real, y la
    consiguiente demora en el restablecimiento de relaciones
    comerciales libres de restricciones por parte de los
    países indemnes, aún de declarar erradicada una
    enfermedad.

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    Autor:

    Dr. C. V. Omelio Cepero Rodríguez

    Profesor Auxiliar

    J’ de la Disciplina
    Salud Pública Veterinaria

    Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento Medicina
    Veterinaria

    Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    Dr. M.V. José Salado

    Profesor de Epizootiología

    Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento de
    Medicina Veterinaria

    Universidad Central "Marta Abreu" de las
    Villas

    Dr. M. V. Julio César Castillo
    Cuenca

    Universitario en Adiestramiento –
    Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento
    Zootecnia

    Universidad Central "Marta Abreu" de las
    Villas

    M. Sc. Ernesto Rodríguez
    Tabarez

    Especialista en Epizootiología

    Epizootiologo Provincial

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    M. Sc. Raúl Casanova
    Pérez

    Especialista en Epizootiología

    Epizootiologo Municipal

    Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

    CATEGORÍA: SALUD, ENFERMEDADES

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