- Agente
etiológico - Breve reseña
histórica - Características
epizootiológicas de la brucellosis - Especies y biotipos de
brucellas aisladas en Cuba - Medidas de control y lucha
contra la brucellosis - Referencia
bibliográfica
CARACTERISTICAS DEL GÉNERO. ESPECIES Y
BIOTIPOS
Las Brucellas son parásitos intracelulares del
hombre y los
animales,
poseen las siguientes características: morfología
de cocos y bacilos cortos, de 0.5-0.7 micras por 0.6-1.5 micras,
aislados o más raramente en cadenas cortas, carecen de
cápsula, son inmóviles, no forman endosporas, son
Gram negativas, no toman la coloración bipolar, presentan
un contenido de guanina más citosina en el ADN de 56-58
moles %. Los miembros del grupo se
parecen mucho en su comportamiento
cultural, en agar forman colonias pequeñas y
traslúcidas con moderada turbidez, su crecimiento es lento
y se estimula por la adición de proteína animal,
especialmente extracto de hígado y la concentración
de glucosa al 25%
en el medio de cultivo favorece el crecimiento. (Wilson y Miles,
1975).
Según Boffil et al, (1989) para su crecimiento son
indispensables las vitaminas
tales como: tiamina, niacina y biotina; el partotenato de calcio
tiene con frecuencia un efecto estimulante.
Las características bioquímicas más
importantes son: catalaza positiva, oxidasa generalmente
positiva, (excepto Brucella neotomae y ovis que son oxidasa
negativa), hidrolizan la urea en grado variable, reducen los
nitratos a nitritos (excepto Brucella ovis), no utilizan el
citrato, no producen indol y son negativas a las pruebas del
rojo de metilo y Vogues-Proskaur. Son gérmenes
aeróbicos estrictos, la Brucella abortus necesita que se
le añada de 5 a 10% de anhídrido carbónico,
la temperatura
óptima es de 37º C y su pH es de
6.7-7.4 (Boffil et al, 1989).
En muchos países europeos esta enfermedad tiene una
relación epidémica por la Brucella suis biotipo 2
de la liebre. En Finlandia, Noruega, Gran Bretaña y
Canadá nunca se presentó. Es probable que muchos de
los países musulmanes estén libres de la
infección por Brucella suis ya que la crianza de cerdos es
limitada debido a motivos religiosos. (Timm, 1982).
El género
comprende actualmente 6 especies; Brucella melitensis, abortus,
suis, neotomae, ovis y canis. Las tres primeras especies
denominadas como Brucellas clásicas, se han subdividido a
la vez en biotipos que se distinguen por diferentes
características bioquímicas y/o comportamiento
frente a sueros monoespecíficos. A (abortus) y M
(melitensis). De esta manera la Brucella melitensis se subdivide
en tres biotipos (1-3), Brucella abortus en 8 (1-9) ya que se
suprimió el biotipo (8) y Brucella suis en 4 (1-4). En
esta última especie se ha propuesto un nuevo biotipo para
cepas aisladas de roedores en la antigua URSS, con
características que difieren de los cuatro biotipos
mencionados.
Hasta ahora en América
Latina sólo se ha podido comprobar el biotipo 1 de
Brucella suis que predomina en la mayor parte del mundo y en los
E.U.A. el biotipo (1-3). El biotipo 2 está limitado a los
cerdos y liebres de Europa Central y
Occidental, mientras que el biotipo 3 se aísla en el
Cinturón Maicero de los E.U.A y algunas áreas de
Asia y
Africa (Acha y
Szyfres, 1986).
La identificación de los biotipos es importante pues su
estudio permite determinar las fuentes de
infección. (Crawfrod et al, 1979) indicaron la necesidad
de clasificar los biotipos en los aislamientos múltiples
antes de establecer definitivamente el biotipo de la cepa
infectante.
En América
se ha comprobado la infección de Brucella abortus solo por
el biotipo 1 y en los Estados Unidos
por los biotipos 1 y 3. El biotipo 2 desempeña un papel
importante en Europa. En los países de América
Latina la enfermedad adquiere una forma enzoótica y se
considera la zona de más alta prevalencia en el mundo
según, (Akakpo, 1991).
Das et al, (1990), reportan la circulación de la
Brucella abortus biotipo 1 en la masa de búfalos de la
India, por su
parte (Srinivasan et al, 1992) plantean que en estudios
realizados en ese país a perros se
comprobó la presentación de Brucella canis,
así como la Brucella abortus. En análisis morfológicos,
serológicos y en varios casos por pruebas
bioquímicas adicionales se identificó la Brucella
suis biotipo 1 en dicha especie. (Thanappa et al, 1992).
No obstante la O.P.S., (1992) reportó la
inclusión de un nuevo biotipo de Brucella suis, (5) y
eliminó el biotipo 7 de la Brucella abortus.
Fue en el año 1861 en la mediterránea isla de
Malta que se describe la enfermedad por primera vez, por Marston,
veintiséis años después lejos estaba de
imaginar Bruce que su nombre se inmortalizaría ante la
historia tras
obtener por primera vez del bazo de cuatro pacientes una cepa de
Brucella melitensis.
Conocida mundialmente como Fiebre de Malta,
Fiebre de Gibraltar, Fiebre del Mediterráneo, Fiebre de
Barcelona o Fiebre Ondulante, la brucelosis fue descrita en 1895
por el danés Bang el cual observó que el aborto contagioso
en el ganado vacuno se debía a la infección con
Brucella abortus, por su parte Zammit detectó la
enfermedad en el hombre causada por la bebida de la leche de cabra
fresca.
El nuevo mundo hacia el año 1914 en los Estados Unidos
de Norteamérica a través de Traum reportó
Brucella suis de los fetos de marranas que habían
abortado. (Hoeprich, 1985).
Otro valioso reporte fue realizado por el doctor Recio en el
año 1918 quien fue el primero en descubrir la brucelosis
en el ganado bovino importado de los Estados Unidos.(Curbelo y
Márquez, 1950); Se inician desde entonces los reportes de
esta enfermedad en nuestro país de la cual no
existían referencias durante la colonia española,
aunque el aborto de las
vacas fue un signo conocido por los veterinarios de la
época, pero se atribuía a otras causas.
En 1935 se realizó el diagnóstico de la enfermedad en un
niño que presentaba sintomatología clínica
febril y más tarde, Domingo y Rosell, en el año
1937, aislaron y tipificaron la cepa a partir del hemocultivo,
logrando identificarla como Brucella abortus. (Abeledo,
1981).
En nuestro país en el año 1939 se creó un
Comité Nacional con el objetivo de
organizar la lucha contra la brucelosis, pero este nunca
cumplió el reglamento elaborado. En el año 1944 se
designa una comisión conjunta de los Ministerios de
Salubridad y de Agricultura
con igual destino.
Miranda en el año 1953 e independientemente Stinner,
propusieron planes para el control de la
enfermedad en el país, pero fracasaron en los intentos,
entre otras causas por el reducido número de animales y el
bajo nivel de diagnóstico existente. (Fernández,
1982).
Con el triunfo de la Revolución
se iniciaron verdaderamente los programas de
control y erradicación de la enfermedad en Cuba, y se
comienza a conocer la real situación
epizootiológica de la misma. En los primeros años
se limitó a la aplicación de la prueba
rápida en placas y ya en 1962 se realizaron encuestas
serológicas que permitieron determinar un 5.8% de animales
positivos. Estas experiencias sirvieron para elaborar un plan de control y
erradicación de la brucelosis el cual fue puesto en
práctica a finales de 1963 por primera vez en la historia
de nuestro país.
En esta etapa se elaboró el primer reglamento de lucha
contra la enfermedad y a partir de 1965 se estableció en
el Laboratorio
Nacional, algunos provinciales y regionales, empleando la
Seroaglutinación Lenta (S.A.L.) como la prueba de base
conjuntamente con la Reacción de Fijación del
Complemento (R.F.C.) como complementaria. En 1970 se iniciaron
los ensayos con
las pruebas de 2-Mercaptoetanol (2-ME), Rivanol en placa,
Inactivación por el Calor, prueba
de Coombs, Inmunofluerescencia Indirecta (I.I.) y la Rosa de
Bengala (R.B.), pero de forma limitada con el objetivo de
esclarecer casos de interpretación compleja (Fernández,
1982; Argorte, 1989).
CARACTERÍSTICAS
EPIZOOTIOLÓGICAS DE LA BRUCELLOSIS
La especie porcina es el reservorio natural de la Brucella
suis, esta infección se propaga (biotipo 1 y 3) directa e
indirectamente de cerdo a cerdo, en cambio el
biotipo 2 es trasmitido muchas veces al cerdo por la liebre
europea. También puede ser afectado por la Brucella
abortus, pero esta es menos patógena, aparentemente no se
trasmite de uno a otro animal y la infección es por lo
general asintomática, limitándose a los ganglios de
la cabeza y el cuello. Cuando la brucelosis se introduce en una
piaria indemne adquiere forma de una enfermedad aguda, hay
abortos, orquitis, epididimitis, infertilidad, nacimiento de
lechones débiles y artritis. En piaras pequeñas la
infección tiende a extinguirse o a disminuir de gravedad
por falta de animales susceptibles.
La afectación de los lechones suele ser de naturaleza
temporal, sin embargo pocos pueden mantener la infección y
convertirse en portadores; es raro que se exprese en forma
clínica. En las piaras grandes el proceso
infeccioso es persistente y se trasmite de una generación
a otra según Rhaway, (1993).La infección en los
órganos genitales es menos duradera en la hembra que en el
macho y en éste puede persistir toda la vida.
Las vías principales de infección son la
digestiva y la venérea. Los porcinos a causa de sus
hábitos alimentarios y por las condiciones de su
explotación tienen grandes posibilidades de infectarse por
vía oral (Acha y Szyfres, 1986). Aunque raramente se ha
comunicado transmisión natural desde lechones en destete
infectados. Algunos lechones lactantes pueden infectarse por
contacto con las marranas afectadas pero la mayoría
alcanza la edad del destete sin contagiarse. Los verracos pueden
trasmitir la enfermedad durante la cópula y el microorganismo
puede adquirirse por el semen. En múltiples ocasiones se
ha comprobado que la infección se había introducido
en una piara por la adquisición de un verraco infectado.
También es muy probable que se infecten mediante aerosoles
por vía conjuntival y por el tracto respiratorio
superior.
La fuente principal de la infección en los cerdos son
los animales criados para reproducción; además, los fetos, las
envolturas y las descargas vaginales contribuyen a la
diseminación de la infección. Al producirse la
invasión del sistema
circulatorio, los animales manifiestan cierta reacción
térmica, pérdida parcial del apetito, pilo erección y descenso considerable de la
secreción láctea (8-14 días de la primera
reacción local). La fase septicémica es muy fugaz,
los gérmenes se sitúan en los tejidos
existiendo un bacteriotropismo acusado en las cavidades serosas e
interticiales, por ofrecer condiciones de hematosis precaria,
contienen un nivel carbónico elevado, como ocurre en
vainas subcutáneas sinoviales tendinosas, articulaciones,
etcétera. (Boffil et al, 1989).
Giraudo et al. (1997), en consenso mayoritario que posterior
al control de la brucelosis que impacto negativamente en la
economía
de los establecimientos pecuarios, decidieron realizar un estudio
a los fines de estimar la prevalencia de la brucelosis en rodeos
lecheros de diferentes unidades administrativas de la estructura de
vigilancia epidemiológica organizada en la provincia de
Córdoba; obteniendo como resultado una baja prevalencia,
generando un escenario favorable para la implementación de
un plan de control y erradicación de la brucelosis.
Magnano et al. (1997), realizaron pruebas oficiales para el
diagnóstico de la brucelosis en 38 tambos de la cuenca
lechera de Coronel Moldes (Córdoba), obteniendo 44,7% de
muestras positivas y el 65,23% negativas dando índices
considerables de la prevalencia de la enfermedad en esta
región.
Navarro et al. (1997), realizaron un trabajo en la
zona sur de Córdoba y determinaron que la Prevalencia de
la brucelosis bovina fue de 3,58% positivos a la prueba del 2-ME
individual y a nivel establecimientos del 45,95%.
Busso, et al. (1997), estudiaron 40 establecimientos de
producción porcina al aire libre con
3343 reproductores y mediante la prueba B.P.A. determinaron
positivos a 653 (19,5%) reproductores, todos los sueros positivos
fueron procesados con las pruebas complementarias y
2-Mercaptoetanol. Los datos obtenidos
son coincidentes con otros autores y permiten presumir la
factibilidad
de implementar medidas de control y erradicación
efectivas.
De Gea et al. (1997), estudiaron 20 establecimientos de
producción caprina, ubicadas en el área serrana de
los Departamentos Calamuchila y Río Cuarto de la Provincia
de Córdoba, que involucra una cantidad de 2600
reproductoras. Le realizaron la prueba de B.P.A. a 274 animales
en distintas condiciones productivas, todos los animales
positivos fueron procesados con las pruebas complementarias lenta
en tubo y 2-meracptoetanol resultando positivos a B.P.A. el 4,01%
mientras que el 100% de las muestras procesadas por Wright y
2-mercaptoetanol fueron negativa. Concluyeron planteando que la
brucelosis caprina no representa en la zona de estudio un
riesgo
relativamente para la salud humana.
El crecimiento y multiplicación de la Brucella ocurre
en la placenta en dos fases:
– Inicial: En la que difícilmente hay
multiplicación nociva.
-Sucesiva: En la que se desarrollan bruscamente atacando a la
placenta, produciendo septicemia fetal.
Se establece que el aborto ocurre mayormente a partir de la
segunda mitad de la gestación favorecido esto por la
protepoyesis placentaria, que adquiere gran importancia desde el
4to.-5to. mes de la gestación, y que favorecerá el
metabolismo
microbiano.
ESPECIES Y BIOTIPOS DE
BRUCELLAS AISLADAS EN CUBA
En Cuba solamente se ha aislado la Brucella abortus y la
Brucella suis. La Brucella melitensis no existe en nuestro
país aunque se han notificados casos en cabras importadas
en 2 ó 3 ocasiones (Fernández, 1982).
Troncoso y Rodríguez, (1972) reportaron el aislamiento
de Brucella abortus biotipo 1 a partir de una yegua gestante con
el Mal de la Cruz (Ramos, 1977) aisló Brucella suis de un
equino con fístula de la nuca. En el hombre
durante el período de 1966 a 1972 se aislaron 14 cepas de
Brucella suis y una de B. abortus. (MINSAP, 1973).
Se realizó un estudio de 60 cepas colectadas en los
últimos 10 años y representativas de la diferentes
situaciones epizootiológicas de la enfermedad en las
condiciones de Cuba, aplicando para su caracterización el
método
recomendado en el Sexto Informe del
Comité Mixto de Expertos en brucelosis de la
(F.A.O./O.M.S., 1986). Las cepas procedían de porcinos
(31), bovinos (18), equinos (8), ovinos (2) y caninos (1). Los
resultados de la tipificación fueron los siguientes:
Brucella suis biotipo 1 (43), Brucella suis atípicas (8),
Brucella abortus biotipo 1 (8) y Brucella abortus biotipo 2 (1).
Concluyeron sobre la evidencia del marcado predominio de la
Brucella suis biotipo 1, presente no sólo en porcino sino
también en otras especies y destacaron la importancia del
estudio microbiológico de las cepas que afectan a las
diferentes especies como elementos básicos dentro de los
programas nacionales de lucha contra la brucelosis.
Manso et al, (1991) investigaron bacteriológicamente
601 cerdos, lográndose el aislamiento de 51 cepas, de las
cuales al clasificarse 5 eran suis atípica y 7 suis
biotipo 1. Los resultados obtenidos confirman la factibilidad de
acometer un programa de este
tipo incluso en las condiciones de la crianza tradicional.
En la provincia de Villa Clara durante el período
1978-1995, se ha trabajado en la serotipificación de las
cepas de Brucellas aisladas de animales enfermos con brucelosis
en diferentes especies y fueron aisladas solamente la Brucella
suis biotipo 1 y la Brucella suis atípica en menor
cuantía. (González, 1996).
El diagnóstico de la brucelosis se realiza mediante la
utilización de distintos métodos,
los que de acuerdo con las características de la
enfermedad, permiten determinar la situación de la misma
en el hombre, los animales y en el medio
ambiente.
Existen métodos y técnicas
muy variadas las cuales se exponen detalladamente a
continuación:
DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y
EPIZOOTIOLÓGICO
Según I.M.V. (1996), en la nueva edición
del Plan de Control y Erradicación de la brucelosis en los
Animales Domésticos expresa que el diagnóstico
epizootiológico tiene una gran importancia en la lucha
contra esta entidad, ya que permite mediante el análisis
epizootiológico, determinar o confirmar la presencia de la
enfermedad, aún en aquellos rebaños donde la
sintomatología clínica no esté definida, o
donde el resultado de las investigaciones
del laboratorio no sean las suficientes y exista la tendencia a
la confusión. Por lo antes expuesto, es necesario que
siempre se realice un análisis de la situación
epizootiológica del rebaño que se investiga, con el
objetivo de poder
determinar realmente cuales son los principales eslabones de la
cadena epizoótica y la forma en que estos influyen para
permitir el desarrollo y
propagación de la enfermedad.
El análisis del riesgo epizootiológico depende
ante todo de la evaluación
de las características del proceso epizoótico
amenazante, de la cercanía (distancia) de los focos, del
grado de exposición
de los focos y las fuentes próximas al agente
etiológico respectivos y de sus características, de
a posibilidad de contactos directos e indirectos con ellos, del
grado de resistencia y
susceptibilidad de la población animal, de las medidas
contraepizoóticas preventivas, etc. Para evaluar el riesgo
epizoótico se utilizan diversos métodos: Focalidad,
Morbilidad, Mortalidad y Letalidad. (Kouba, 1987).
DIAGNÓSTICO DE LABORATORIO
El Diagnóstico del Laboratorio tiene una gran
importancia para la detección precoz de los animales
enfermos, ya que es lo fundamental para mantener una profilaxis
sistemática, que tenga como finalidad la
erradicación final de la enfermedad en el país.
DIAGNÓSTICO SEROLÓGICO
El diagnóstico de la brucelosis se basa por lo general
en las investigaciones serológicas pues es conocido que el
diagnóstico clínico no es determinante por ser una
enfermedad que se desarrolla en forma latente con tendencia a la
cronicidad. Por otra parte el diagnóstico
bacteriológico a pesar de ser el procedimiento que
pone en evidencia el agente etiológico, requiere de
materiales
libres de contaminación y en general es costoso y
complicado (Argorte, 1984).
En los programas de lucha contra la brucelosis porcina tiene
gran importancia el empleo de los
métodos serológicos, siendo los más
utilizados la Seroaglutinación Lenta (S.A.L.), la
Reacción de Fijación del Complemento (R.F.C.), la
prueba de Coombs (P.C.) y el 2 Mercaptoetanol (2-ME). Todas estas
pruebas tienen efectividad cuando se utilizan de manera
simultánea en los rebaños porcinos, donde se
requieran valoraciones más complejas, en las que juegan un
importante papel la epizootiología, los exámenes
clínicos, la bacteriología y el estudio
serológico según Betancourt y Sánchez,
(1991).
En porcino las pruebas serológicas no son indicadas
para el diagnóstico individual sino para revelar la
presencia de la infección en la piara, se pueden utilizar
las Pruebas de Aglutinación, R.F.C. y Rosa de Bengala.
Esta última es la preferible pues tiene la ventaja de que
en piaras con títulos bajos o inespecíficos a la
aglutinación los resultados son negativos.
SEROAGLUTINACIÓN RÁPIDA EN
PLACA.(S.A.R.)
En 1920 Hudleson describió la (S.A.R.) utilizando un
antígeno concentrado para pruebas en placas
o láminas, desde entonces se ha empleado a gran escala en muchos
países, principalmente en América ya que el
método presenta la ventaja de ser rápido, sencillo
y económico lo que permite su uso masivo en la defensa
preliminar (Casas, 1976).
Alton et al, (1976) recomendaron elaborar el antígeno
con cepas lisas de Brucella abortus, ajustándolo de modo
que la concentración celular medida por el método
volumétrico sea equivalente al 11% del volumen total, el
antígeno así obtenido posee una sensibilidad
comparable con el empleado para S.A.L.; no obstante se ha
señalado que la prueba es menos sensible y
específica que la S.A.L. (Chakraborty y Kwatra, 1980).
Posteriormente (Morgan, 1987) señaló que aunque es
menos sensible que la S.A.L. está menos influenciada por
la presencia de anticuerpos incompletos.
Olivares et al (1993) utilizaron esta prueba en el
Zoológico de la ciudad Metropolitana de Chile y
determinaron una alta presencia de títulos de anticuerpos
en una hembra de Jabalí silvestre, una cabra hembra, en
dos monos, un tigre y un Jaguar, demostrando su sensibilidad en
los cursos agudos de brucelosis.
SEROAGLUTINACIÓN LENTA EN TUBO (S.A.L.)
El método de diagnóstico de la brucelosis
más antiguo es la(S.A.L.) y adaptada al diagnóstico
de la brucelosis por Grinsted en 1909. La (S.A.L.) se ha
mantenido como prueba básica en los programas de control y
erradicación de numerosos países no sólo por
su fácil ejecución sino también por sus
resultados uniformes, economía y estandarización a
nivel internacional (Argorte, 1984).
Fensterbank, (1973) expuso que la S.A.L. presenta dos
inconvenientes: su falta de sensibilidad que no permite una
detección precoz y la dificultad en interpretar los
resultados y en particular los títulos aglutinantes
bajos.
El Centro Panamericano de Zoonosis
recomendó para la obtención de resultados uniformes
y fidedignos el empleo de antígenos normalizados frente al
suero patrón internacional Brucella abortus que posee 1000
(UI/ml) y permite que todas las comunicaciones
referente a las pruebas se expresen en unidades internacionales
(UI).
Muchos investigadores han reportado el aislamiento de
Brucellas en animales con resultados negativos a la S.A.L. al
momento del parto o
aborto. (Tablada y Abeledo, 1979).
Las reacciones a títulos bajos a esta prueba en
poblaciones libres o con baja incidencia carecen de
significación epizootiológica. La (S.A.L.) puede
ser negativa en las primeras etapas de la infección y en
infecciones crónicas, además no es capaz de
diferenciar anticuerpos resultantes de la infección y de
la vacunación reciente (Raybcould y Chantler, 1980).
García Carrillo, (1982), manifestó que para el
diagnóstico serológico es necesario emplear
antígenos elaborados en fase lisa con
características aglutinógenas estables
debiéndose contener un 0,045% de células
suspendidas en solución salina fenolada al 0,5%. Aunque
este método ha sido el más utilizado como
procedimiento básico, se han señalado muchas
deficiencias en cuanto a sensibilidad y especificidad se
refiera.
Fernández, (1982), resaltó la necesidad de
emplear pruebas complementarias para evaluar las reacciones
específicas que frecuentemente son detectadas en nuestro
medio por S.A.L. Las probabilidades de un dudoso a la S.A.L. sea
un animal enfermo es directamente proporcional a la incidencia en
la población de procedencia.
En los últimos años la prueba se ha modificado
por adición al antígeno del ácido
tetracético etileno diaminico (EDTA) y otros agentes
catiónicos divalentes con el objetivo de reducir el
número de reacciones positivas falsas lo que sería
conveniente para una erradicación más
económica y eficiente de la brucelosis.
Nowlan y Gues, (1985); Gues y Nowlan, (1988) recomendaron la
modificación para excluir los factores
inespecíficos que afectan a la reacción
clásica pero MacMillan y Buel, (1985) señalaron que
el fenómeno solo se observa en aglutinaciones con
títulos muy altos en los animales infectados y raramente
este disminuye por la acción
de (EDTA) y nunca por debajo de 100 UI; añadieron que la
modificación debe ser usada e interpretada solamente en
asociación con la R.F.C.
Atrape et al (1987), plantean que la Seroaglutinación
Lenta en Tubo es efectiva, pero el empleo de la
microaglutinación es mucho más eficiente para
demostrar la presencia de brucelosis en el ganado bovino.
REACCIÓN DE FIJACIÓN DEL COMPLEMENTO
(R.F.C.)
Esta prueba reapareció nuevamente en la década
del 60 después de que en 1901 Bordet y Gengou dieran a
conocer el fundamento de la misma, la que ha tenido grandes
aplicaciones en el diagnóstico de numerosas enfermedades bacterianas,
virales y parasitarias. Se usó desde principio de siglo en
Dinamarca por Hoth y por Mac Fadyean y en Inglaterra por
Stockclemens simultáneamente con la S.A.L. para el
diagnóstico de la brucelosis, por su parte en
América se empleó en 1912, pero posteriormente
decayó el interés de
su utilización por lo complicado de la misma.
Desde la publicación del Tercer Informe del
Comité de Expertos en Zoonosis (F.A.O./O.M.S., 1986) se le
ha señalado como una de las principales limitaciones, la
falta de estandarización internacional del
antígeno; posteriormente se recomendó evaluar como
positiva una actividad igual o mayor que 1/24 del patrón
internacional del suero antibrucella, además del
establecimiento del mencionado patrón para la
interpretación de la prueba con el objetivo de ayudar a
establecer criterios comunes ya que los métodos empleados
en los diferentes países e incluso en los distintos
laboratorios de un país son muy diversos.
Existen dos métodos para la ejecución de esta
prueba basados en el 100 y 50% de la hemólisis
señalándose que la R.F.C. al 50% es más
exacta y ofrece mejores resultados (Abeledo, 1981).
La mayoría de los investigadores coinciden en
señalar la sensibilidad de esta prueba sobre todo en
aquellos casos en que la S.A.L. se muestra
particularmente ineficaz, recomendándose su
utilización como método complementario cuando la
S.A.L. es usada como prueba básica (Fernández,
1982).
Alonso, (1982) le confirió poca sensibilidad a la
R.F.C. comparada con la Rosa de Bengala (R.B.) y el aislamiento
bacteriológico en nuestro país; (Argorte, 1984)
planteó que la R.F.C. muestra poca efectividad como prueba
complementaria y no es apropiada como prueba de base, por ser un
método más costoso y de menor efectividad para
clasificar animales positivos.
Algunos investigadores plantean que la R.F.C. es una prueba
ligeramente sensible a las IgM que a las IgG, sin embargo se ha
observado que la IgM es parcialmente inactivada cuando se
calienta el suero a 60 °C. (Stryszak, 1986).
Argorte, (1989) señaló que la mayor actividad
fijadora del complemento está asociada con los anticuerpos
de la clase IgG1 y
que por otra parte la IgG2 no es buena fijadora del
complemento.
Alonso et al, (1990) compararon la prueba de
Aglutinación Rápida en Placa, la Rosa de Bengala,
Rivanol y la prueba de Reacción de Fijación del
Complemento (R.F.C.) con la técnica de Inmunoensayo en
papel de celulosa,
demostrando que la mayor sensibilidad y especificidad se obtuvo a
favor de esta última prueba; pero muy relacionada con la
(R.F.C.), por lo que se sugiere que se use conjuntamente la
(R.F.C.) y la técnica de Inmunoensayo.
PRUEBA DE ROSA DE BENGALA. (R.B.)
Se trata de una Aglutinación en porta, utilizada como
un método rápido de SCREENING. Es muy sensible,
siendo positiva en un 95-99% de los casos, guarda una buena
correlación con la Seroaglutinación.
Según Alton et al, (1976) la Rosa de Bengala es en
realidad una modificación de la prueba de la tarjeta
empleada en E.U.A. y las variaciones en cuanto a su sensibilidad
se deben a modificaciones introducidas por diversos
laboratorios.
Una de las dificultades que se ha señalado a la prueba
es la falta de estandarización internacional del
antígeno lo que impide que los resultados obtenidos en
diferentes países sean comparables. (Argorte, 1984).
Jacobo, (1985) y Pfeifter, (1986) recomendaron emplearla como
método de pesquisaje atribuyéndole una sensibilidad
semejante a la conferida por la R.F.C. En algunos sueros los
resultados de la R.B. y la R.F.C. son positivos cuando la S.A.L.
es negativa o tienen menos de 30 UI/ml.
Varios investigadores han señalado la alta sensibilidad
y especificidad de la Rosa de Bengala lo que unido a su
fácil manipulación y rápida lectura hacen
que la misma sea de gran utilidad en el
diagnóstico masivo de la brucelosis. De este modo
(Plommet, 1972 y Priadi, 1992) recomendaron su utilización
en el programa de control y erradicación de la brucelosis
por ser simple, fiel y económica.
En investigaciones realizadas en Argentina donde emplearon la
Rosa de Bengala junto a pruebas de Aglutinación en el
diagnóstico de la brucelosis porcina detectándose,
una mayor efectividad con la Rosa de Bengala en un 22.0%.
(Delgado y Centorbi, 1990).
Esta prueba es muy utilizada para el diagnóstico de la
brucelosis porcina pues tiene la ventaja de que en piaras con
títulos bajos e inespecificos a la aglutinación,
los resultados son negativos. (Rahway, 1993).
Samartino et al. (1997), aplicaron la técnica del
antígeno buferado en placa (BPA) como prueba tamiz en el
diagnóstico de la brucelosis y obtuvieron mayor
sensibilidad al compararla con la Rosa de Bengala aunque las dos
fueron determinante para la condición de animal
reaccionante.
PRUEBA DEL 2-MERCAPTOETANOL (2-ME)
La prueba del 2-ME es colectiva y se basa en el hecho de que
los anticuerpos IgM se degradan debido a la acción de
ciertos compuestos que contienen el radical tiol, tales como el 2
Mercaptoetanol, la cisteina y el dithiveritrol sin producir
efectos sobre los anticuerpos IgG. (McMahon, 1983).
En el III Encuentro de Serología, celebrado en Cuba
(I.M.V., 1981), se reconoció la efectividad de la prueba
descrita por Hajdu, (1973) para el diagnóstico en
diferentes especies de animales y se recomendó su
aprobación en las normas nacionales
de interpretación diagnóstica. (Valente et al,
1991) reconocen la superioridad de la detectabilidad de esta
prueba en el diagnóstico de la Brucella canis.
Neduchilliyan y Venkataraman (1992), plantean que para el
estudio de los perrros de la ciudad de Madras se utilizó
con mucha eficiencia la
prueba de 2-Mercaptoetanol en comparación con las
restantes conocidas en el diagnóstico de la Brucella
canis, abortus y melitensis.
Según Al Diri et al (1992), en su estudio en la ciudad
de Camagüey la mayor detectabilidad de las técnicas
serológicas le correspondió al 2-mercaptoetanol,
aunque la persistencia de los resultados positivos
postvacunación fue evidente ante los tres métodos
de diagnóstico serológico utilizados en su
experimento.
PRUEBA DE COOMBS (PRUEBA ANTIGLOBULINICA)
Esta prueba es especialmente sensible para la detección
de anticuerpos bloqueadores e incompletos que reaccionan con el
antígeno, pero no causan aglutinación visible. Los
anticuerpos incompletos que detecta son IgG, principalmente IgG1.
(Argorte, 1984).
El valor de la
prueba para el diagnóstico de la brucelosis fue comprobado
por Hajdu (1973), quien señaló su capacidad para
detectar la enfermedad 2 ó 3 semanas antes del parto y de
3 a 5 semanas con anterioridad a que se obtengan resultados
positivos con la S.A.L. Añadieron su capacidad para
detectar las inmunoglobulinas que se presentan durante los
primeros síntomas de la enfermedad y aquellas que se
encuentran en los portadores crónicos con títulos
bajos a la S.A.L. además posee la ventaja de que nunca
presenta fenómenos de prozona así como demuestra
reacciones inespecíficas detectadas por la S.A.L. sin
embargo, presenta el inconveniente de que conlleva a
preparaciones previas lo que ha restringido su uso a sueros
humanos e investigaciones especiales. (Argorte, 1984; Stryszak,
1986).
Esta prueba ha tenido como limitación la falta de un
método estandarizado para la producción de sueros
antiglobulinicos lo que ha impedido que los resultados obtenidos
puedan ser comparados.
PRUEBA DE RIVANOL
Esta prueba fue descrita por Anderson (1964) y consta de dos
fases: la primera consiste en la precipitación de las
proteínas, con excepción de las IgG,
utilizando una solución de Rivanol, por lo tanto el
Rivanol sirve para separar las IgG de las IgM detectando
así el mismo tipo de anticuerpo que el 2-ME y la segunda
estriba en una aglutinación rápida empleando
antígeno de aglutinación en placas, especial para
esta prueba, ajustando el pH de 3.8 – 6.2 y con una
concentración celular del 4%. Esta menor
concentración celular determina una mayor sensibilidad que
compensa la dilusión al 50% del suero, ocasionada por la
previa adición del Rivanol.
Las globulinas del sobrenadante están en
relación con la cantidad de Rivanol añadido y con
la especie animal de que procede el suero tratado. (Casas,
1976).
La principal limitación de la prueba es que solamente
se puede realizar en laboratorios que posean el antígeno
especial para su ejecución siendo factible que los
laboratorios adopten métodos para efectuarla con
antígeno de Prueba Lenta. (Alton et al, 1976).
Priadi et al, (1992) plantean que este es el método de
diagnóstico más utilizado en áreas
endémicas infectadas por brucelosis en la isla de Java, detectando
un 20% de positividad.
PRUEBA DE ANILLO EN LECHE
Esta prueba pone en evidencia, mediante un método
diferente del de Wright, las aglutininas contenidas en la leche
al agregarse una suspensión de Brucella coloreada; en caso
de reacción positiva, se aglutinan en el primer momento y
después se enlazan a los corpúsculos de grasa para
formar en la superficie un anillo de crema coloreado.
En estos últimos años la Prueba de Anillo ha
sido objeto de numerosos trabajos y aporta un interés
práctico indiscutible.
PRUEBA DE INMUNOFLUORESCENCIA
Esta prueba tiene la particularidad que se aplica actualmente
necesitando recursos
diagnósticos más sofisticados y eficientes, que
generalmente no están al alcance de muchos países.
La Inmunofluorescencia permite la diferenciación con
Clamidias, además se han obtenido resultados
específicos al emplear un conjugado directo frente a
diferentes cepas. La detección de antígeno fue
probada también por la técnica de
contra-inmunoelectroforesis. (Chand, 1987).
Esta prueba se basa en la combinación de
antígenos polisacáridos y lipopolisacáridos
y resulta práctica en el diagnóstico de la
brucelosis, según Mande et al, (1993).
PRUEBA DE INMUNOENSAYO ENZIMÁTICO (ELISA)
A finales de la década del 70 comienzan a realizarse
experimentos
con la Prueba de ELISA, para aplicarla al diagnóstico de
la brucelosis en varias especies de animales y en el hombre.
Según los resultados obtenidos por (Hornitzky y
Searson, 1986) la prueba es un método sensible, especifico
y económico. (Mateu y Martín Castillo, 1993),
aplicaron la prueba de ELISA a 177 muestras de suero, con el
objetivo de diagnósticar la brucelosis canina,
comparándola con otras pruebas como la (R.F.C.), (2-ME.),
y (S.A.L.) resultando la prueba de ELISA más
específica con un 95% de efectividad.
La Prueba de ELISA es prometedora, sin embargo aún no
se encuentra al alcance de los Laboratorios de Diagnóstico
Veterinario a nivel provincial en Cuba, situación que
ocurre en la gran mayoría de los países del tercer
mundo y aún en muchos países desarrollados.
REACCION EN CADENA DE LA POLIMERASA (P.C.R.)
La Reacción en Cadena de la Polimerasa (P.C.R.) es un
método in vitro para sintetizar secuencias definidas de
enzimas de DNA,
la reacción usa dos oligonucléotidos primarios que
forma híbridos en cada terminal opuesta y en cada flanco
de la secuencia de DNA que es el objetivo de la
amplificación. La prolongación de los primarios es
catalizada por la polimerasa TaqDNA, una polimerasa DNA
termoestable que puede ser aislada de la Eubacteria
termofílica (Thermus aquatiar. Una serie repetitiva de los
ciclos incluyendo el patrón de la
desnaturalización, la reacción primaria y la
extensión de la reacción primaria por la polimerasa
TaqDNA resulta en una combinación exponencial de un
fragmento especifico del DNA. Las partes finales del fragmento
son definido por 5 terminaciones de los primarios 2,3, porque el
producto
sintetizado de la extensión primaria en un ciclo dado
puede servir como un patrón en el próximo ciclo:
pues 20 ciclos de P.C.R. dan lugar a un millón de copias
(220) de DNA objetivo.(Boehringer, M. 1995).
Se ha llegado a significar calidad en el
campo de las investigaciones científicas. Nuestro acuerdo
con Heffmaun-La Rochen nos ha permitido formular y probar
reactivos especialmente para PCR; por ejemplo nuestra Polimerasa
TaqDNA tiene un nuevo buffer de deposito para mejorar su
rendimiento en la PCR. La enzima ahora se aprueba para la
amplificación de una copia única de genes del DNA
genoma. Se lleva a cabo un ensayo
riguroso para la estabilidad térmica y la ausencia de
contaminantes como en la actividad autopreparatoria Dnases y
RNases. (Boehringer,
1995).
Manifiestan estos mismos autores que están
desarrollando una línea de productos de
conveniente formulación especial y ensayados para PCR
Master y la técnica de ELISA PER CDIG Labeling/DIG
Detection, útil en el diagnóstico de procesos
morbosos e infecciosos como la brucelosis tanto humana como
animal, siempre que se disponga de estas técnicas y
laboratorios.
DIAGNÓSTICO
BACTERIOLÓGICO
Los exámenes bacteriológicos son
obviamente de uso más restringido, a pesar de brindar un
diagnóstico irrefutable valido para la confirmación
de la brucelosis.
Como materiales más convenientes para la investigación bacteriológica se
señalan los fetos (contenido estomacal y corazón
especialmente), envolturas fetales, secreciones vaginales, leche,
semen, incluso fluidos obtenidos de higromas. Los procedimientos
bacteriológicos son caros y dan respuestas a más
largo plazo, además, no siempre se obtiene éxito,
por lo que de un programa de control se utilizan
esporádicamente, cuando se requiere de estudios
epizootiológicos más profundos con vistas a definir
situaciones complejas o para la investigación de los
denominados rebaños problemas.
Para valorar la efectividad de los métodos
serológicos y bacteriológicos en el
diagnóstico de la brucelosis porcina se trabajaron 11
cerdas del sector privado que presentaban reacciones
serológicas débiles a las pruebas S.A.L. y R.F.C.;
las mismas fueron sacrificadas e investigadas
anatomopatológica y bacteriológicamente. De 6 de
las cerdas se aisló Brucella suis biotipo 1. Se subraya la
importancia del diagnóstico bacteriológico en la
definición de las situaciones complejas para brucelosis en
rebaños porcinos donde los métodos
serológicos no esclarecen la situación
epizootiológica. (Betancourt y Sánchez,
1991).
MEDIDAS DE CONTROL
Y LUCHA CONTRA LA BRUCELLOSIS
Por ser la brucelosis una enfermedad crónica que
no produce muertes espectaculares y cuyos síntomas no son
de fácil apreciación sin ayuda técnica,
tiene una capacidad de propagación grande y difícil
de controlar. Su condición de zoonosis, habla
también en grado superlativo de la importancia de su
control y erradicación.
El programa de lucha contra la enfermedad que se ha
venido desarrollando en los últimos años nos ha
situado en condiciones muy favorables como son: las de
erradicación en diferentes zonas, así como la
consolidación del trabajo en los próximos
años en la especie porcina del sector estatal, los centros
genéticos y otras regiones o planes ganaderos del
país. El éxito del trabajo futuro se debe
principalmente al conocimiento
que tengan los dirigentes, administradores y trabajadores en
general de la rama pecuaria, sobre la enfermedad, sus
características, las medidas que se deben tomar para
proteger los rebaños sanos y la recuperación de los
afectados, ya que a medida que se controla la enfermedad en una
zona, surge la tarea más difícil pero decisiva, la
"Erradición", que es la meta trazada
por nuestro Gobierno
Revolucionario.
Según Cotrina (1991), las medidas de
prevención y control tienen como objetivo la
protección de las personas, los rebaños y las zonas
saneadas de la enfermedad y la recuperación de
rebaños y zonas afectadas. El combate contra la enfermedad
puede comprender tres puntos fundamentales: el control, la
eliminación y la erradicación. Su alcance
está en función de
las posibilidades del país y de los objetivos que
se tracen al respecto.
Antes de establecer un programa de control, organizado a
nivel nacional, es necesario conocer la distribución y la prevalencia de la
enfermedad en las regiones de cada país. El programa debe
ser concreto y
detallado, con una metodología que reglamente y asegure su
cumplimiento y evaluación. Debe constar con apoyo
jurídico y el servicio
veterinario estatal será el encargado de llevarlo a la
práctica. (CENSA-I.M.V., 1992).
Puentes et al, (1991), realizaron un estudio del
Programa de Lucha y Control de la brucelosis porcina,
contemplándose las dificultades técnico materiales
confrontadas en la primera etapa y las transformaciones
tecnológicas en la crianza en el período
comprendido en los años 1971-1991 en el sector estatal y
privado, incluyendo el diagnóstico activo y pasivo de los
rebaños, el cumplimiento de las medidas de saneamiento y
protección contraepizoótica. Los resultados del
programa evidencian la disminución paulatina de los
índices de focalidad y prevalencia, los que en el inicio
del programa expresaban valores de
0.48% y 7.8% respectivamente, hasta la total recuperación
en el sector especializado.
En estudios realizados por (Manso et al, 1991), se
dividió el territorio de la provincia de Villa Clara en
158 zonas incorporándose la masa básica al programa
de lucha, controlándose todo el trabajo
mediante expedientes epizootiológicos de las unidades
comprometidas en cada zona y ubicadas en mapas por el
sistema de
cuadrantes. La tasa de examinados se incrementó de 14.3 a
94.4. La incidencia declinó de 0.50 hasta 0.19 y la
positividad de 2.24 a 0.35. Próximo a culminar el
año 1989 se había logrado la liberación de
120 zonas del total existente, donde están comprendidas
316 unidades. De 120 607 cerdos sometidos al programa de lucha
alcanzaron en esa fecha la categoría de libre 109 565
(86.53%). En total fueron sacrificados 2 979 cerdos con un valor
estimado de 268 110 pesos.
Por otra parte Orin y Bulnes, (1991) examinaron un total
de 98 y 100 por ciento y el porcentaje de reactores se
comprobó en el 0.11 y 0.10 respectivamente para un grupo
A. En el municipio o grupo B la tasa de examinados fue del 98 por
ciento en ambos años y el porcentaje de reactores del 1.2
y 1.6 respectivamente. La focalidad en el municipio A fue del
0.09 y 1.6 y en el municipio B, del 50 y 19 por ciento
respectivamente. Los resultados demuestran la reducción
progresiva de la incidencia de la brucelosis en el sector
campesino y en
el privado de este territorio, lo cual representa un
pronóstico favorable para la evolución integral del programa de control
de la enfermedad en el sector estatal, en otras especies animales
y en el hombre.
Según I.M.V., (1972) y Al Diri et al, (1992)
señalaron que entre las deficiencias fundamentales que han
impedido alcanzar mayores avances en la lucha contra la
brucelosis las siguientes:
– Deficiente control veterinario sobre los movimientos
de animales.
– Falta de participación del servicio veterinario
en los programas ganaderos perspectivos.
– Falta de instalaciones (maternidad, filtros
biológicos, cepos, cercas perimetrales, incineradores,
estercoleros).
– Falta de condiciones higiénico
sanitarias.
– Retardo en el sacrificio de los animales
enfermos.
– Limitación técnica del servicio
veterinario.
– Insuficiencia en medios de
transporte.
– Falta de identificación de la masa
ganadera.
– Medios de protección al personal con
riesgo profesional.
– Carencia de leyes
veterinarias en el país.
La mayoría de los países han utilizado
métodos combinados de lucha, empleando unos la
vacunación con Cepa-19 ó Cepa-82, otros el
método radical o sacrificio sanitario para la fase final
de liquidación; término este relativo en cuanto a
su interpretación, ya que algunos países se
consideran libres con una incidencia nacional de 1%, igualmente
existen países que emplean tanto la vacunación como
el sacrificio sanitario para declararse "Libres" de la
brucelosis.
Las unidades encargadas de la explotación animal
se clasifican de acuerdo al programa de control y lucha en:
Unidades o Rebaños bajo plan Intensivo, Unidades o
Rebaños bajo supervisión y Unidades o Rebaños no
Controlados.
Según el I.M.V. (1996), las Unidades Bajo Plan
Intensivo se clasifican a su vez epidemiológicamente en:
Unidades Libres, Unidades en Observación, Focos en vías de
Eliminación, Focos Activos de
brucelosis y Unidades de Segregación transitoria para
animales afectados por el proceso infeccioso.
Las medidas de higiene
individual y general son tan importantes como los métodos
específicos de prevención, vigilancia, tratamiento
y lucha contra las enfermedades originadas en reservorios y
productos animales, la eficacia de lo
que hagamos dependerá de la estrecha colaboración
entre los servicios
nacionales de salud animal y los de salud humana según
(Wahdan, 1995).
Las medidas planificadas y aplicadas
armónicamente por los servicios de salud han disminuido la
incidencia de muchas zoónosis, como la rabia, la
brucelosis, la leptospirosis, y la mayor parte de las infecciones
e intoxicaciones
alimentarias.
En el curso de la vida cotidiana, las personas a menudo
ayudan a prevenir y combatir esas enfermedades mediante sus
actitudes
tradicionales hacia los animales y sus hábitos
dietéticos; los programas nacionales de mayor éxito
se basan en la cooperación de la comunidad. Al
mismo tiempo, la
legislación nacional e internacional regula muchos
aspectos del comercio de
animales y sus productos.
Los programas nacionales de desarrollo rural y
urbanización aprovechan aún más las funciones
intersectoriales de la veterinaria de
salud
pública para garantizar el equilibrio
ecológico adecuado mediante la prevención, el
tratamiento y la lucha eficaz contra las zoónosis y los
factores de riesgo con ellas relacionados.
En el ámbito internacional, la
Organización Mundial de la Salud (O.M.S.), mantiene
sistemas de
vigilancia para determinadas enfermedades, mientras que una red de más de
cincuenta centros colaboradores de la O.M.S. prestan servicios
especializados de preparación y ensayo de
vacunas y
ayudan a planificar programas nacionales, formar especialistas y
coordinar investigaciones sobre veterinaria de
salud pública. (Wahdan, 1995).
Para lograr la efectividad en el control sanitario de
las diferentes especies de animales, con el objetivo de proteger
los mismos y las Zonas Libres de brucelosis y en
Observación se establecen las siguientes regulaciones
según (I.M.V., 1995): mantener un estricto control
epizootiológico sistemático con el objetivo de
detectar precozmente cualquier cambio en la situación que
pueda amenazar la salud de los animales susceptibles de la zona,
realizar investigaciones serológicas, según las
clasificaciones epizootiológica de las unidades, recoger
muestras de todos los abortos y que se controlen para su
investigación en el Laboratorio de
Diagnóstico.
Todos los movimientos de animales que se produzcan deben
ser autorizados por la Certificación Oficial del Instituto
Nacional de Medicina
Veterinaria a su nivel correspondiente y la aprobación de
la Oficina de
Control Pecuario.
Para recuperar los Focos en vías de
Eliminación se plantea por el Programa de Control y Lucha:
delimitar la extensión del foco, establecer el programa de
investigaciones serológicas periódicas y otras. Los
animales que resulten positivos a las investigaciones se
trasladaran a las fincas de segregación para ser
sacrificados en el término no mayor de las 72 horas. Se
efectuarán desinfecciones corrientes en aquellas unidades
después de realizar extracciones de sangre y siempre
que se produzcan partos normales o abortos. Para los partos debe
habilitarse el cuartón o sala de maternidad,
destruyéndose por incineración los restos del
parto. El estiércol será recogido y sometido a
tratamiento químico. Las crías descendientes de
madres positivas a Brucella, serán sacrificados junto a
ellas. La leche producida en estas unidades deben ser
pasteurizadas. Mantener medidas de saneamiento ambiental
sistemáticas para evitar la formación de focos
naturales y la circulación de vectores
(roedores, insectos, artropodos, etc.) en las unidades y en las
inmediaciones de los mataderos.
Medidas dictadas para desactivar focos activos de
brucelosis: delimitar la extensión del foco. Suspender la
monta dirigida o la inseminación artificial. Dictar una
estricta cuarentena en la unidad que impida la entrada de
animales ajenos al centro y la salida de estos será
exclusivamente al sacrificio. Sacrificar inmediatamente todos los
reactores y animales con síntomas clínicos.
Extremar las medidas higiénico sanitarias, así como
el control del personal. El transporte que se emplea en el
traslado y actividad productiva con los animales debe ser
desinfectado. Las áreas donde existieron animales
afectados no deben ser utilizadas nuevamente hasta pasado 120
días.
Desde hace algunas décadas los procesos
tecnológicos para la producción animal de alta
calidad llevan aparejado una elevada concentración de las
poblaciones animales y un mejoramiento genético cada vez
más especializado, así como profundos cambios en
los sistemas de alimentación, manejo
y otros que influyen de manera directa en el logro de los
objetivos al cual van encaminado, es decir, la obtención
cada vez mayor de productos de origen animal que satisfagan las
necesidades más apremiantes de una población humana
en constante crecimiento. (Escobar, 1990).
La brucelosis por su carácter zoonósico y endémico
para algunas regiones en nuestro país constituye un
Desastre Biológico, ya que es una situación de
emergencia sanitaria dada la amenaza que representa para la
población animal de importancia y los humanos e incluso
para regiones y países vecinos. En estos casos se
presentan cambios bruscos significativos en la situación
del país afectado, con seria repercusión sanitaria,
productiva, económica, social y política. (Astudillo
et al, 1990; Suárez, 1994 y Percedo et al,
1995).
La presentación de enfermedades graves en la
población animal y humana en el caso de las zoonosis
pueden ser: De origen natural, por perturbaciones severas del
medio ambiente. De
origen humano, debido a las relaciones políticas,
económicas, sociales y culturales entre los países
establecidas por el propio hombre incluso el sabotaje y la
guerra.
El ritmo creciente del turismo y el tráfico
internacional de pasajeros ocasiona riesgos de
introducción de agentes exóticos,
vinculados sobre todo con los alimentos crudos
de origen animal destinados al consumo de los
viajeros, con los desperdicios de estos productos en puertos,
aeropuertos y su uso directo en la alimentación animal.
(Mantovani et al, 1990)
El transporte de animales y de productos de origen
animal es de importancia capital en la
propagación de enfermedades exóticas si se tiene en
cuenta que, tanto el volumen del comercio, como la velocidad del
transporte, han aumentado notoriamente en los últimos
años a consecuencia de lo cual la distancia ya no es una
barrera importante para la propagación de una
enfermedad.
Al margen de los factores de riesgo biológico que
se producen durante las guerras a
consecuencia del armamento convencional, el empleo del arma
biológica sí va directamente dirigida al
desencadenamiento de procesos morbosos masivos, tanto en la
población humana como animal. Con iguales intenciones
pueden realizarse sabotajes que atenten contra la economía
de los países, a través de la introducción
intencional de agentes patógenos exóticos o no,
pero de alta patogenicidad y contagiocidad, a territorios
indemnes.
Realmente el Impacto Socioeconómico de los
Desatres Biológicos en los territorios afectados conlleva
a consecuencias en muchas ocasiones insospechadas y que influyen
no sólo en el campo de la primo-producción animal,
sino que la envergadura de las mismas sobrepasa los niveles
predecibles sobre todo en los casos de desastres
biológicos producidos por enfermedades exóticas.
Las consecuencias de los desastres biológicos y la
aplicación en muchos casos de programas drásticos
en la recuperación de los territorios afectados implican
en ocasiones pérdidas que van más allá del
costo de los
animales sacrificados y aquellos derivados del programa de lucha,
además de que ocasionan pérdidas de
producción a mediano y largo plazo.
Entre los factores que determinan el tiempo necesario
para la repoblación están: edad de madurez
reproductiva, tiempo de gestación, número de
crías por parto y otros que condicionan dicha
recuperación productiva de los rebaños.
Entre las consecuencias negativas a largo plazo
están las derivadas de la
pérdida de credibilidad de los países afectados en
relación a su situación zoosanitaria real, y la
consiguiente demora en el restablecimiento de relaciones
comerciales libres de restricciones por parte de los
países indemnes, aún de declarar erradicada una
enfermedad.
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Autor:
Dr. C. V. Omelio Cepero Rodríguez
Profesor Auxiliar
J’ de la Disciplina
Salud Pública Veterinaria
Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento Medicina
Veterinaria
Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas
Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
Dr. M.V. José Salado
Profesor de Epizootiología
Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento de
Medicina Veterinaria
Universidad Central "Marta Abreu" de las
Villas
Dr. M. V. Julio César Castillo
Cuenca
Universitario en Adiestramiento –
Facultad de Ciencias Agropecuarias – Departamento
Zootecnia
Universidad Central "Marta Abreu" de las
Villas
M. Sc. Ernesto Rodríguez
Tabarez
Especialista en Epizootiología
Epizootiologo Provincial
Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
M. Sc. Raúl Casanova
Pérez
Especialista en Epizootiología
Epizootiologo Municipal
Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
CATEGORÍA: SALUD, ENFERMEDADES