Monografias.com > Lengua y Literatura
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La cama de la abuela




Enviado por sergioluisk



    Nunca supe cómo empezó ni cuando. Es
    más, creo que sólo yo se de su existencia y mi
    interés
    en no divulgarlo se basó más en evitar que me crean
    loco que en ocultar divulgar tan espectacular suceso.

    Ahora comprendo los gritos de la abuela cuando era
    chico, que mamá atribuía a su demencia
    senil.

    Cuando murió nadie volvió a ocupar su
    cuarto. Solo yo lo utilizaba como lugar de juegos y a
    veces me quedaba dormido en el piso, esas tardes que estaba muy
    cansado.

    Por qué no te acuestas sobre la cama me
    preguntaban a menudo.

    No se, era mi respuesta, pero es que la cama de la
    abuela era como un lugar sagrado para mi y no quería
    profanarlo. ¡Que idea más tonta!

    Una tarde me quedé jugando con los
    muñequitos de plomo sin darme cuenta de la hora, el sol se
    había puesto y empecé a sentir frío, los
    dedos de las manos y los pies parecían dos sorbetes
    helados, y mis ojos empezaron a sentir una pesada somnolencia que
    hizo que casi sin darme cuenta comenzara a invadirme el
    sueño. Tenía frío, me dormía,
    …y allí a pocos pasos la cama me atraía
    seductoramente.

    No puedo recordar como, lo último que recuerdo es
    las suaves sábanas blancas con perfume a rosas, y la
    gruesa frazada que me cubría hasta la mitad de la
    cara…..y el sueño……y la música…….y esa almohada tan
    confortable…..hundible……todavía
    tenía el olor de la abuela……..

    Me desperté sobresaltado al sentir la
    sensación de vacío, desesperado extendí mis
    brazos para tratar de asirme a algo, pero el algo era la nada,
    sólo sombras, vacío y la sensación espantosa
    de caer a gran velocidad.

    Quise gritar pero no salían palabras de mi boca,
    el viento era el que producía mi cuerpo al caer a gran
    velocidad, empecé a girar vertiginosamente, girar y caer,
    combinación ideal para incitar al vómito…….

    Permanecí cayendo quién sabe cuanto
    tiempo,
    quizás horas, tal vez segundos, no lo se, porque me
    desvanecía y recobraba el
    conocimiento con la misma velocidad del parpadeo. Hasta que
    en un momento choqué (es un decir) contra una masa
    gelatinosa que absorbió mi cuerpo y me fue chupando como
    una ciénaga.

    La sustancia gelatinosa se fue pegando a mi cuerpo,
    penetró por mis oídos, mis fosas nasales, se
    adhirió a todo mi cuerpo, ¡ no podía
    respirar!!!

    Y cuando intenté abrir la boca se introdujo a una
    velocidad escalofriante hasta ocupar creo cada uno de mis
    espacios vitales.

    Si no fuera por mi desesperación me
    parecía estar viviendo un capítulo de Matrix. Me
    desvanecí completamente y empecé a despedirme de la
    vida.

    No se cuanto tiempo permanecí inconsciente, se
    que cuando desperté me hallaba sobre un piso húmedo
    de grandes y fríos adoquines, parecía un
    callejón de una película yanqui recreada a principios del
    siglo XX.

    Escuchaba ruidos de caballos tirando carruajes, murmullo
    de voces a la distancia, y sentía un olor nauseabundo que
    me rodeaba y se impregnaba a mis ropas misteriosamente secas. Mis
    manos dejaban ver sus venas marcádamente azules, y al
    revisar mi cuerpo me di cuenta que similaba un gran mapa de
    rutas, ya que las venas resaltaban sobre mi blancas piel como
    señalando distintas rutas hacia quien sabe
    dónde.

    Qué había ocurrido? Dónde me
    hallaba?

    No tuve tiempo de responder a mis preguntas pues pude
    divisar con gran temor que tres o cuatro siniestros animales de
    afilados colmillos venían directamente a mi persona.
    Parecían lobos o mastines, pero eran espantosamente
    grandes y parecían hambrientos o poco
    amistosos.

    No me quedé a averiguarlo, me levanté de
    un salto y empecé a correr en sentido contrario de las
    bestias. No se de donde saqué tal velocidad y agilidad
    pero al llegar al final del callejón sin salida
    pegué un enorme salto y me atrapé el último
    peldaño de una escalera de emergencia que terminaba a dos
    metros del piso.

    Con esfuerzo me agarré a ella y apenas pude
    salvar mi cuerpo de la cruel embestida, a pesar de que uno de los
    animales quedó colgado de mi pie izquierdo.

    Por suerte llevaba los odiosos zapatos gruesos y duros
    que mis padres me obligaban a llevar por mi pie plano, si
    alguna vez vuelvo a verlos les agradeceré haber salvado mi
    pie.

    De un terrible patadón con el otro pie pude
    desembarazarme del animal quien quedó con mi zapato,
    trozos de medias y algunas gotas de sangre y piel.
    Debo considerarme afortunado, podría haber sido
    peor.

    Rápidamente subí por la escalera dejando
    atrás una jauría de bestias hambrientas, rabiosas y
    salvajes. Intenté entrar en el primer piso pero la ventana
    estaba cerrada, no había luces en su interior y no se
    visualizaba vida alguna, golpeé furiosamente tratando de
    romper el vidrio o llamar
    la atención, pero parecía blindex
    indestructible.

    En el segundo piso un hombre con
    cara de pocos amigos y apuntándome con una escopeta que
    por suerte no gatilló me convenció de seguir
    subiendo, en el tercero encontré la ventana abierta, y me
    lancé hacia adentro esperando lo peor.

    No había nadie, ni nada. Era un cuarto
    vacío sin muebles, sin luces, sin nada.

    Por suerte tenía la ventana abierta. Con cuidado
    me asomé hacia fuera para ver que era de mis perseguidores
    y los ví entretenidos en despedazar una rata enorme del
    tamaño de un gato. Los chillidos de la rata al ser
    despedazada y los gruñidos de las bestias daban al
    espectáculo una imagen
    siniestra.

    El pensar que la rata podría haber sido yo y los
    chillidos míos me generó un estado
    nauseoso tal que me hizo vomitar lo poco que quedaba en mi
    estómago, bilis y una extraña mucosidad
    verdosa.

    De golpe sobresaltado escuché cuatro disparos muy
    cerca, primero creí que eran dentro del cuarto pero
    enseguida reconocí que venían de la
    calle.

    Con sigilio me asomé y pude ver las cuatro
    enormes bestias con las cabezas despedazadas, la
    conjunción de una de ellas con restos de la enorme rata
    era una imagen digna de pesadilla, Ja, como si yo estuviera
    viviendo una aventura paradisíaca!!!!!

    Seguramente el vecino de abajo, deseoso de dispararle a
    algo o molesto por los ruidos decidió poner fin a la
    macabra sinfonía. Por las dudas, metí mi cabeza
    dentro rápidamente, cerré la ventana con doble
    pestillo y me dispuse a recorrer el apartamento.

    No di dos pasos cuando sentí un terrible golpe en
    mi cabeza y creo que otro más, pero no puedo decir con
    certeza porque me desvanecí inmediatamente mientras mi
    sangre dulce y caliente empezó a bañar mi
    compungido rostro.

    No se cuanto tiempo pasó ni como llegué a
    ese lugar, pero estaba en una especie de sótano
    húmedo, con cadenas en mis mano y en mis pies y semi
    colgado de una de las mohosas paredes.

    Mis pies descalzos apoyaban sobre dos pequeñas
    salientes planas de acero pero estaba
    tensado de tal forma que no podía moverme ni
    desplazarme.

    Para mantenerme más ajustado tenía como
    abrazadera que saliendo de la pared aprisionaban mis brazos, mi
    cintura y mis pantorrillas.

    Había algo que no había notado antes pero
    ahora me daba cuenta, ya no era el chico de diez años que
    se había acostado en la cama de mi abuela, era un adulto y
    debería tener entre veinte y treinta
    años.

    Qué había ocurrido conmigo? Qué fue
    de mi niñez? Qué explicación posible
    había de todo esto si es que había
    alguna?

    Debía ser una pesadilla, pero los dolores me eran
    tan reales…….

    Súbitamente interrumpí mis pensamientos
    porque un ruido
    extraño empezó a llamar la atención de mi ya
    perturbada mente….era como un arrastrarse que cada vez
    sonaba mas fuerte, el ruido se aproximaba, empecé a sudar
    copiosamente, eran gruesas gotas de sudor mezcladas con tierra y
    sangre, por Dios, si era un pesadilla que termine pronto y sino
    también. Mi cuerpo era un solo dolor y un solo gemido. Y
    ese ruido que avanzaba.

    Lo primero que ví fue una niebla que
    empezó a inundar el lugar, mas que niebla era el aliento
    calido que sale en un ambiente
    frío, como cuando soplamos en espacio helado y creamos
    como un humo y jugamos tratando de formar extrañas
    figuras.

    El humo empezó a llenar todos los espacios del
    cuarto, y se empezó a pegar a mi cuerpo. Aire
    cálido, húmedo y fétido que me penetraba por
    debajo de las ropas (y estas ropas de dónde habían
    salido?), humedecían mi cuerpo y me generaban una
    extraña sensación pegajosa. El miedo si era posible
    iba en aumento (cuáles son los límites
    del miedo?), y alcanzó su clímax cuando ví
    una extraña criatura incapaz de describir con mis
    sentidos.

    Por suerte el miedo pudo más y perdí el
    conocimiento,
    aunque sentía dolores desgarradores imposibles de
    cuantificar, que me despertaban y volvía a
    desvanecerme.

    Si hubiera podido pedir la muerte lo
    hubiera hecho, o quizás de eso se trataba.

    Desperté quién sabe después de
    cuanto tiempo.

    Fue una luz muy potente
    que hirió mis ojos lo primero que vislumbré, cuando
    pude acostumbrar mi vista reconocí que se trataba del
    Sol!!!! Miré a mis costados y estaba tirado en medio de un
    campo verde de cara al Sol.

    Debería ser mediodía, porque estaba justo
    arriba mío, quise taparme con las manos, un dolor
    insoportable y una pesadez indescriptible me costó llevar
    mis …..MIS MANOS!!!!, no tenía manos, mis manos
    habían desaparecido y dos muñones eran el fin de
    mis brazos, semejante visión me hizo lanzar un alarido
    impresionante, creo que debe haberse escuchado a
    kilómetros de distancia……..me desmayé
    de la impresión.

    Desperté de noche ya, pero en el mismo sitio, la
    luna iluminaba mi cuerpo y mi alrededor, por un lado sentí
    felicidad de que no tenía otra sorpresa de otro lugar,
    pero por el otro, con mucho miedo llevé mis inexistentes
    manos al frente de mi cara y pude comprobar que los
    muñones seguían allí y mis manos
    quién sabe dónde…..

    Un revólver, por favor un revólver para
    termina con esto, pero solo tenía andrajos como ropa y un
    cuerpo lacerado, lastimado y quemado por los efectos del sol de
    quien sabe cuanto tiempo. Me semi incorporé y lo que
    veía de mí eran piel y huesos,
    recorrí visualmente el resto de mi cuerpo y no pude
    descubrir otras mutilaciones.

    Por qué todo esto? Qué significaba,
    cómo había llegado
    allí?

    Me incorporé a duras penas, me pesaba todo y dar
    un paso detrás de otro era más difícil que
    hacer la vertical (nunca pude en mis diez años de vida
    recordable).

    Daba dos pasos seguidos y caía por la fragilidad
    de mi cuerpo y un sentimiento de vértigo e
    inestabilidad.

    Por un momento pensé dejarme caer allí y
    esperar la muerte, que no
    debía estar lejos, y traería paz y descanso a esto
    que era mi vida.

    Y si ya había muerto? Y si esto era una prueba
    antes de pasar a otra vida o a otro estado energético? Y
    si esto era el tan temido infierno?

    Estaba ensimismado en tratar de mantener el equilibrio,
    pensar en otra cosa, caminar en dirección recta hacia lo que parecía
    una luz en el horizonte (sería esa la famosa luz de la que
    todos hablan que es la entrada a la otra vida o la salida de
    ésta?) cuando las tierra se abrió a mis pies y
    empecé a caer en el vacío, al principio
    intenté en vano agarrarme con mis muñones a algo,
    pero no había nada a que asirme y si hubiera habido algo,
    que podría hacer con dos muñones y sin
    fuerzas……caí., caí, y caí sin
    parar, esperando el choque que terminara con
    todo…………..perdí el
    conocimiento por enésima vez.

    Desde la cama veo la luz del sol entrar por la ventana,
    por el reflejo sobre la pared puedo determinar aproximadamente la
    hora del día.

    La enfermara entra con mi desayuno puntualmente a las
    diez de la mañana, tostadas con manteca y mermelada,
    té con leche tibio y
    las cinco pastillas diarias.

    Por suerte hace tiempo que no recibo inyecciones y que
    suspendieron los electroshocks al ver que mi comportamiento
    había cambiado favorablemente.

    Una vez al día me permiten salir al
    jardín, solo acompañado por dos robustos
    enfermeros, más que nada para levantarme al momento cuando
    tengo mis caídas espontáneas. No puedo hablar,
    será porque no tengo lengua, pero
    cuando estoy medianamente lúcido me hago entender por
    señas.

    El otro día vinieron mis padres a visitarme,
    parece que era mi cumpleaños porque me trajeron una torta
    con veinticinco velitas, las cuales me costó soplar no sin
    antes babear todo el biscochuelo.

    Me sigue molestando que me pongan esposas a los barrotes
    de la cama, sobre todo porque me raspan las cicatrices de las
    muñecas, pero está bien, por algo será, algo
    no debo haber hecho bien.

    FIN

    Sergio Luis Kohan

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter