- ¡Qué nos ha
ocurrido en América Latina! - ¿Quiere ser usted el
próximo presidente de su
país? - El arte de gobernar y la
Constitución - La visión de gobernar
cualquiera de nuestros países - Único problema de
América Latina y de nuestros países y patrias
(como causa de todo) - Propuestas para gobernar
nuestra respectiva nación - Pilares de la nueva patria,
para gobernar a cualquiera de nuestros
países - Propuesta de
gobernabilidad democrática y reforma del
estado - Grandes temas nacionales e
implementación de líneas políticas para
conseguir, ¡Por fin!, la tan ansiada
gobernabilidad - Organigrama y flujo de
actividades - Verdad y mentira en la vida
política - El profesionalismo en el
arte de hacer gobierno - Lecciones para
gobernar
¡QUÉ NOS HA OCURRIDO EN AMÉRICA
LATINA!
De verdad que es un dilema terrible esta democracia a
la latinoamericana, a lo tropical, a lo tercer mundista, puesto
que, cada cuatro, cinco o seis años (depende de la
"democracia electoral" que tengamos en nuestro respectivo
país) tenemos que hacer una escogencia para que el electo
Presidente nos Gobierne, atienda nuestras demandas, cumpla sus
promesas y, para variar un poco, nos empiece a desilusionar en la
dulce compañía de compinches, compadres y amigotes
y amiguetes; y no digamos de la amorosa y sexual
compañía de novias, queridas, amantes que, muchas
de las veces nuestros gobernantes que no son nada melindrosos ni
discriminadores, han tenido y tienen a sus chicos, a sus novios,
maridos y personal
"machista" que les complacen sus deseos más locos y
perversos, para quitarse el estrés
terrible de gobernarnos.
¡Qué barbaridad por Dios Santo!.
¿Acaso no hay otro método
para esto que ya está cantado y sabido que nos van a hacer
los nuevos mandatarios por venir?.
Claro que hablamos de elecciones regulares para que el
que viene saque al anterior, puesto que, no hace mucho, los
golpes de estado, las
escaramuzas y los gorilas militaroides que se entronizaron en
nuestros países, con las botas sobre nuestros padres,
abuelos y tatarabuelos, todavía está latente en
cada uno de nuestros países.
Y no importa, realmente, si hablamos de Guatemala,
Ecuador,
República Dominicana, Brasil, Argentina
o Chile o aún Cuba, todos y
cada uno de nuestros países tropicalizados en América
Latina, hemos tenido nuestros propios demonios y
bestias.
Unos del lado militar y otros del lado
guerrillero-comunista.
Que, como bien lo dice el refranero popular, son la
misma… porquería.
La cosa es que ambos bandos nos aniquilaron, puesto que
solamente el pueblo pusimos a nuestros familiares como carne de
cañón y a los muertos por millones durante los
conflictos
armados, revoluciones, contrarrevoluciones, alzamientos, golpes
de estado y demás artificios que se han usado, y que
seguramente se continuarán usando, para alcanzar el
poder de una
manera más fácil y segura que por las urnas, que es
por las armas.
Todo va encaminado a tener y disfrutar de las mieles del
poder…
La burla es que hoy, al igual que en años
recientes, unos quince o veinte años, es decir una
generación por lo menos, la nuestra digamos, cuando
asumieron los distintos presidentes que han desfilado por nuestra
fauna política como
zoopolíticos, en un nuevo intento por hacer bien las cosas
en nuestros países, éstas han empeorado para todos
y cada uno de los latinoamericanos que, supuestamente,
deberíamos de estar en un maravilloso y desarrollado
país y continente, y no en el que estamos, sumidos en la
mayor de las miserias e iniquidades que podamos
recordar.
Lo único que puede identificarnos a los
latinoamericanos es la pobreza, el
subdesarrollo,
la miseria y la inconcebible falta de oportunidades para los
cientos de millones de paisanos.
La herencia que,
luego de tantos Gobiernos y de muchísimos Presidentes, hoy
nos alcanzó, es una terrible, llena de borrascas y sin una
luz por medio
de la cual podamos guiarnos para salir del subdesarrollo y de los
abusos.
Lo paradójico de todo este marasmo es que
nuestras Constituciones, cada una de ellas, delega, como
obligación del Presidente y del Organismo Ejecutivo, la
realización del bienestar, de la seguridad,
justicia,
libertad, paz
y desarrollo
integral de cada uno de los habitantes y sus familias de este
nuestro bello y paradisíaco respectivo país y
continente.
El mandato constitucional es y ha sido para la persona que
llegue y ha llegado a ejercer, por la voluntad popular y la
manifestación electoral el día de las elecciones,
la Presidencia de la República de nuestro respectivo
país.
Es decir para varios señorones (y algunas
señoronas, pocas pero las hemos tenido como presidentas,
pero iguales de inútiles) que ya tuvieron en sus manos la
batuta del poder y en su pecho la banda presidencial.
Contestémonos con toda sinceridad
¿Qué diablos hizo cada uno de aquellos que elegimos
como presidentes de nuestros países?.
¿Qué bienestar les debemos?.
¿Y los resultados positivos que deberíamos
de estar disfrutando todos los latinoamericanos por la gestión
de cada uno de los flamantes presidentes que hemos tenido el
placer de tener, qué se hicieron?.
Ese es el grave problema nacional en cada uno de
nuestros países y en cada uno de nosotros sus habitantes.
Nuestros flamantes presidentes, del pasado reciente, y por
supuesto los actuales que se sacrifican por cada uno de nosotros,
nada hicieron, pues hoy, para desgracia del pueblo, nos tienen
ocupando lugares terribles en lo que al Índice de Desarrollo
Humano (IDH) se refiere. Según el Programa de
Naciones Unidas
para el Desarrollo, PNUD, que nos califica en esos terribles
puestos y que nos señala, ¡inequívocamente!,
como países ingratos con su pueblo.
Seguimos íngrimamente pobres y
miserables.
A pesar de los miles de millones de dólares
(ponemos esta moneda para comprender mejor lo que queremos dar a
entender) que todos los presidentes que hemos disfrutado en
nuestros países, se gastaron y se gastan a manos llenas en
la supuesta gestión positiva que tuvieron que
proporcionarnos.
Claro, la gestión positiva, no lo dudemos, es la
que se comparte con compadres, amiguetes, amiguitas, amiguitos y
financistas que, sabedores de la piñata que les espera si
el candidato que apoyaron con dinero llega a
gobernar su país, desquitan, al millón por uno, lo
que dieron como contribución de gastos de
campaña del candidato.
Pero la calificación que el PNUD hizo y hace de
cada uno de nuestros países, los señala de manera
negativa.
Y ante esto no hay justificación ni excusa
posible.
Nos toca, y corresponde hoy, en estos precisos momentos,
a nosotros, a esta generación, transformar las cosas y
hacer lo que ningún otro ha hecho por nuestro respectivo
país.
Es decir sacarlo del subdesarrollo.
Y, si cada uno de nuestros Primeros Mandatarios en
nuestro respectivo país, no declara un Estado de
Emergencia y de Calamidad Pública ante ese acusador puesto
en el que nos sitúa el PNUD con respecto al IDH, que nos
tiene como países con la mayor pobreza en el
mundo, nada podrá impedir que ese hoyo negro nos termine
de tragar.
La única salida posible que hay, en estos
álgidos momentos que vivimos en Latinoamérica,
después de esa declaratoria de Emergencia, es Convocar a
un Pacto de Gobernabilidad; Poner a funcionar un Plan de Descentralización, Desconcentración
y Modernización del Estado; Desarrollar, Ejecutar y
Operativizar, por medio de un Sistema de
Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, un Plan Nacional de
Desarrollo Humano y Social (que debe incluir una Estrategia para
Combatir en serio a la pobreza), del que me precio tener
una propuesta y que está a la disposición del
próximo que quiera ser Presidente de cualquiera de
nuestros país y que quiera hacer Gobierno; y en
poner en marcha un Plan Nacional de Seguridad, Prevención
y Protección Civil.
Entonces sí que la gestión y logros de ese
Gobierno será y podrá ser disfrutados por nuestros
hijos y nietos.
Mientras tanto… y eso nos llegue… mejor continuemos
con nuestros análisis y propuestas.
Nuestras respectivas Leyes Electorales
y de Partidos
Políticos establecen, en nuestros respectivos
países, reglas para el juego ese de
hacer de un paisano el mandamás de nuestro país, al
que por medio de nuestros votos encumbramos, nada menos, que
hasta la Presidencia de la República.
Quién hasta no hacía mucho era una simple
persona CCC (ciudadano común y corriente), con sus
problemas
personales y decepciones propias de vivir en esta parte del globo
terráqueo tropicalizado y aclimatado a la pasión y
dramas socio económicos que nos hacen lucir como
países en extrema pobreza, con nuestros votos lo hacemos
ocupar el cargo más importante de nuestro
país.
La fiesta electoral que se genera desde adentro de los
partidos políticos, con algún chance de ganar,
genera, así mismo, y provoca, gran entusiasmo entre
correligionarios, simpatizantes, amigos y oportunistas; la
mayoría de ellos, por no decir todos, buscando un asidero
para que si el gallo nominado llega a la Presidencia, tener un
hueso durante su mandato que roer y que disfrutar.
Y motivamos a nuestra familia, amigos,
vecinos, parentela lejana y a cuanto paisano podamos para
asegurar los votos que permitirán que en la cadena de la
política electoral, todos ganemos. Es decir: el candidato
o la serie de candidatos propuestos que sean electos y que
nosotros, los que podemos lucir como los que trabajamos por
ellos, nos den un empleo fijo,
presupuestado, por contrato o de
asesores.
La cosa es estar supeditados al Presupuesto
Nacional.
Político que no está en el Presupuesto de
Gastos de la Nación,
no es político, que se dedique a pescar o a gritar en los
estadios.
Si no, qué chiste tiene que sudemos, corramos y
gastemos para motivar a que se vote por los candidatos que hemos
escogido, oliendo o percibiendo y que creemos firmemente en su
triunfo.
Por supuesto, en este remolino, unos más que
otros, de los que se meten a trabajar intensamente las
campañas electorales, consiguen más de algo; y,
normalmente los oportunistas y los arribistas de última
hora son los que se comen los dulces más deliciosos del
accionar gubernamental ya en el poder.
No tengo ninguna duda que este principio se aplica y se
cumple aquí en nuestra América
Latina como en los Estados Unidos,
Rusia, la
China y
África.
Antes que la conciencia social
hacia nuestro pueblo, buscamos satisfacciones personales, dinero
y, por supuesto, cubrirnos de impunidad.
Pero si esa es la realidad, no hay de otra que aceptarla
y digerirla.
Es parte de la particular manera de hacer
política en nuestra bella Latinoamérica. Que no se
nos olvide.
Ahí si que ni modo compadre.
Si nuestras respectivas Cartas Magnas
demandan que el Estado
tiene como obligación fundamental llevar y hacer realidad
el Bien Común para todos y cada uno de los habitantes de
nuestro país, como que es otra la amarga realidad que
vivimos los latinoamericanos.
Por supuesto que corresponde al Presidente de la
República hacer palpable este mandato.
Entonces… ¿por qué estamos como
estamos?, si nosotros, el pueblo debidamente empadronado,
sí cumplimos con la parte que nos toca, es decir elegir a
aquel que tiene la obligación y la sobrada responsabilidad de representarnos y sacarnos de la
miseria, del atraso, pobreza e infortunio.
Somos, y seguimos siendo, naciones de miseria, pobres,
en extrema pobreza y condenados al subdesarrollo, sin poder
ofrecerle a nuestros hijos y nietos un futuro con esperanzas y
posibilidades de superación, a pesar que nuestra parte la
hacemos muy bien cada cuatro, cinco o seis años (depende
del país y de las reglas electorales para elegir
presidentes).
¿Qué es lo que realmente ha estado
pasando?.
¿Estaremos condenados a vivir en este
círculo vicioso y que nuestros políticos nos sigan
viendo la cara de babosos, de lelos y hasta de
pendejos?.
Los presupuestos
de gastos que nuestros respectivos Estados han tenido en estos
largos años de vivir en democracia y gastados por estos
fatídicos presidentes que nosotros mismos hemos elegido
como tales, no se notan.
Eso sí, los índices macroeconómicos
que cada uno de estos Gobiernos exhibieron, en su oportunidad,
tampoco reflejan, y mucho menos han llegado los beneficios a
nuestra población sumida en la desesperanza,
miseria y pobreza.
Cada uno de los presidentes, durante su período
correspondiente, ha salido alardeando que en el Banco Central de
nuestro respectivo país, dejan depositados varios cientos
sino miles de millones de dólares y que, los
índices macroeconómicos, denotan una economía fuerte y
hasta soñada para la inversión
extranjera.
Y es posible que eso sea cierto.
El grave problema es que esos fabulosos números y
datos
financieros, económicos y monetarios, nunca han llegado a
traducirse en beneficio alguno para nosotros, el pueblo y las
familias más necesitadas.
¿Por qué?.
Eso es lo que pretendemos contestarnos con este
manual.
Y debemos empezar, primero, con la queja; para luego
exponer la llaga social de los latinoamericanos, analizar,
proponer y lograr compilar una serie de técnicas,
tácticas y acciones
políticas para que la cosa ya
cambie.
Creo que ya es justo y suficiente de haber sido
tonteados conque éste o aquel candidato es el bueno;
elegirlo ilusionados, para encararnos de nuevo con la realidad
politiquera de salir de un malo a uno peor.
¿Ejemplos?… por favor, en cada uno de nuestros
países los tenemos hasta para regalar…
Ese ha sido el círculo en el que hemos bailado
con todos y cada uno de nuestros presidentes que hemos electo en
América Latina en cada uno de nuestros respectivos
países, que nada dejaron de su gestión
gubernamental que favoreciera a la mayoría de los
habitantes de nuestros países.
Es ridículo, y hasta un crimen, que aquel padre
que gana lo suficiente tenga limitada a su familia; y que vivan
los hijos y la esposa al margen de los beneficios del buen
salario que
devenga el cuate. Al que, sin ninguna duda, le alcanza inclusive
para tener ahorrados unos centavitos.
¿De qué le sirve el dinero en
el banco si su familia padece y afronta una carestía
inmerecida?.
¿De qué le vale a la familia que
el jefe del hogar tenga y maneje un buen carro, parrandee, coma
bien, se rodee de gente importante y que gaste hasta en una su
novia o novio (en gustos se rompen géneros, no lo
olvidemos)?.
¡De nada le sirve!.
Puesto que, nuestros paisanos en América Latina,
para vestirse tienen que comprar en las pacas (ropa importada que
se recauda para los pobres en EEUU, y que en nuestros
países es vendida a precios de
quemazón), para comer lo tienen que hacer limitados a
cualquier cosa menos a leche, carne y
nutrientes apropiados, y para la diversión y el sano
esparcimiento, ni pensar en salir más que a la vuelta de
la casa (si es que tienen casa, porque la mayoría de
paisanos tienen su hogar en lugares inapropiados y los materiales que
usan para "construir" sus viviendas, son tremendamente
inadecuados).
Y con esta comparación es bueno ver que a
nosotros, la población que nuestras respectivas
Constituciones dicen que delegamos el poder público, de
manera temporal, en los presidentes que hemos tenido, nada hemos
recibido del Estado, de las instituciones
y de los seres humanos que en un momento de la historia patria ocuparon el
alto cargo de Presidente de nuestra respectiva
República.
Pero eso sí, cada uno de ellos, de los fulanos
que fueron fajados con la banda presidencial y en cuyas manos
hemos estado hasta la presente fecha, fueron los únicos
que resolvieron su personal situación, la de sus amigotes,
compadres y de algunos correligionarios.
…¡Malaya un pedacito para mi nana y para mis
miserias!…
Para ellos sí funcionó el mandato
constitucional de luchar por el bienestar.
¿No le parece cruel e inhumano esa realidad que
nadie puede negar?.
Pero bueno, continuemos con esta actividad.
Explicar en qué consiste el arte de gobernar,
o definir la palabra Gobierno, de nada sirve; porque el
estómago vacío, los crímenes, el desempleo y lo
dramático de vivir en nuestros países y en las
condiciones en que sobrevive la mayoría de paisanos,
ahí siguen y no necesita explicaciones ni teorías, sino acciones y resultados para
que todos tengamos una vida digna y con oportunidades de sacar
adelante a la familia.
¿Verdad?.
Lo que sí entendemos es que vivimos en
países en donde hay un mandato constitucional que obliga
al Estado, por medio de la Presidencia de la República,
principalmente, a llevar el desarrollo de la Nación
y a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.
Y eso es lo más importante.
Claro que podemos hacer un recorrido por el significado
de la palabra gobernar, el cual nos permitirá ampliar y
comprender mejor de qué estamos hablando y qué es
lo que debemos esperar que hagan las personas encargadas de
gobernar y gobernarnos.
Son sinónimos de gobernar las siguientes
palabras: regir, administrar, mandar, presidir, cuidar, tutelar,
representar, abastecer e imperar.
Regir significa dirigir o mandar, guiar, llevar o
conducir una cosa.
Administrar: cuidar, servir o ejercer algún
empleo.
Mandar: ordenar el superior al súbdito, ofrecer y
prometer una cosa.
Presidir: tener el primer lugar, predominar.
Cuidar: poner diligencia, atención y solicitud en la
ejecución de una cosa; así como asistir, guardar,
conservar y prevenir.
Tutelar: que guía, ampara y defiende.
Representar: Ser imagen o
símbolo de una cosa o imitarla perfectamente.
Imperar: mandar y dominar.
Por supuesto que todos y cada uno de nuestros tan
folclóricos presidentes han preferido ocuparse de
gobernarnos en el sentido menos comprometedor, socialmente
hablando, y se han lucido más en mandarnos y ordenar, en
hacer gala del predominio y en dominarnos, que en conducir,
cuidar, asistir, prevenir, ampararnos, guiarnos y
defendernos.
¡Qué lindura de presidentes hemos
tenido!.
Así, ni modo …¿quién
no?…
Y ese es uno de los dramas que se derivan del arte de
Gobernar.
El paisano que hicimos Presidente, por medio de los
votos, y de la esperanza en el cambio
ofrecido o entendido que nos llegaría una vez estuviera
sentado en la poltrona del poder y del dulce beneficio que se
obtiene allí, más le ha convenido interpretar el
significado de su elección a su personal, política
e interesada definición, que a los intereses generales y
comunitarios.
Y, sin salirse del significado, ha hecho suyo
sólo una parte del mismo, obviando que la palabra gobernar
y el mandato constitucional que le hemos conferido tiene un
amplio significado integrado por lo que menos le interesó
poner en acción
o ejecutar.
Veamos que tristeza y qué alto grado de
frustración nos provoca leer algunos de los
artículos constitucionales que están en nuestras
Cartas Magnas, que nos dicen:
Protección a la persona. El Estado se
organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin
supremo es la realización del bien
común.
Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle
a los habitantes de la República la vida, la libertad, la
justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la
persona.
¿Hay, acaso, mayor preocupación, mejores
intenciones y más loables sentimientos en otra
parte?.
¡NO! ¡No la hay!.
¿Cuáles son los requisitos de este
contrato y convenio político que los habitantes de la
República debemos cumplir para recibir tamaños
beneficios en nuestras familias, por parte del Estado, de las
instituciones de Gobierno y del que Gobierna nuestra
patria?.
¿Cuánto hay que pagar, por la
membresía, para inscribirnos en ese plan de beneficios
colectivos?.
¡Nada!, no hay que pagar absolutamente
nada.
Lo único que nos exige nuestra respectiva
Constitución es cumplir con los deberes y derechos cívicos y
políticos.
¿Y cuáles son?.
Sencillamente los que están explicados en
LOS DEBERES Y DERECHOS
CÍVICOS:
- Servir y defender a la Patria;
- Cumplir y velar, porque se cumpla la
Constitución de la República; - Trabajar por el desarrollo cívico,
cultural, moral,
económico y social de los habitantes; - Contribuir a los gastos públicos, en la
forma prescrita por la ley; - Obedecer las leyes;
- Prestar el servicio
militar y/o social, de acuerdo a la ley.
Y también los que están detallados
adentro de LOS DEBERES Y DERECHOS POLÍTICOS
CIUDADANOS:
- Inscribirnos en el Registro de
Ciudadanos; - Elegir y ser electos;
- Velar por la libertad y efectividad del sufragio y
la pureza del proceso
electoral; - Optar a cargos públicos;
- Participar en actividades
políticas;
Y ya.
Esos son los requisitos, o algunos de ellos (depende del
país, pero en general y a grandes rasgos esos son), que
tenemos que cumplir para recibir y gozar de los beneficios ya
descritos y ordenados por nuestra respectiva
Constitución.
Pero por supuesto que la cosa no es, ni mucho menos ha
sido tan fácil. ¡Qué va!.
Esa es la
motivación principal para presentar estas ideas por
medio del Manual, para ver si con una guía
práctica, sencilla y con sentido común, nuestros
próximos gobernantes puedan recapacitar y cumplir con el
mandato constitucional, moral, legal y humano que nos deben a
todos los latinoamericanos por igual.
Ya no la jodan hombre y
compórtense para lo que van a ser electos, es decir para
provocar el bien común, pero el de todos los habitanes y
no sólo el de los allegados, amigos, parientes, cuates y
compadres, incluyendo a los amigotes del mandamás de
turno.
No vayan a ser tan desgraciados como los que hemos
tenido.
¿QUIERE SER USTED EL PRÓXIMO
PRESIDENTE DE SU PAÍS?
con los ejemplos de cómo salen al
concluir su mandato ¡por supuesto que sí!
pues babosos ni tan tontos somos; pero…
¡sabe exactamente lo que le espera!
¿o cree que solo es de soplar y
hacer botellas?…
VIDA PRIVADA
¡Ni hablar!.
Aunque ya debería de estar acostumbrado, pues,
durante la campaña electoral o por la experiencia
política, si es que la tuvo, debe de saber, o va a
enterarse, lo que significa ser una persona pública y
adversario de otros muchos que andan en las lides propias de la
actividad proselitista, electoral, política, cívica
y las acciones derivadas de esas
diligencias, que provocan peleas y agarradas de todo tipo y de
cualquier categoría, más rudas que
técnicas.
En la actividad política es permitido decir, que
digan o provocar lo que sea con tal de sobresalir o de opacar a
los contrarios; y la vida privada es el lugar ideal para hurgar y
encontrar cosas interesantes con que restregárselas a los
contendientes, siempre y cuando valga la pena hacerlo, es decir
si de ello depende que nosotros ganemos la
elección.
Porque de lo contrario sólo le estaremos haciendo
un gran favor a aquel o aquellos que los tomemos en cuenta para
criticar, señalar o levantarle un chisme o
chismorreo.
Y en política no hay hermanitas de la caridad. Lo
que cuenta es una sola cosa: el pragmatismo.
Los que no lo conocían ni sabían de su
existencia, con haberlo nombrado o por salir en los medios masivos
de comunicación, con la imprudencia del que se
tomó la molestia de hacer que lo tomaran en cuenta, ya
ganó espacios que sin duda alguna le permitirán
réditos si es que el fulano o fulana tienen capacidad para
sacarle raja a las cosas.
O lo que es lo mismo, hacer limonada con los limones que
nos lanzan o lancemos.
Así que antes de meter las patas, y hacerle un
gran favor a nuestros contrincantes, opositores o críticos
y dejarlos convertidos en víctimas, habrá que hacer
una minuciosa investigación de ellos, del mercado y de los
medios, para ver si vale o no la pena meternos con ellos al abrir
la bocota para decir algo a favor o en contra.
Que, repito, sólo lo debemos hacer si de ello
depende que subamos puntos para ganar, de lo contrario, mejor nos
olvidamos de ayudarlos.
Eso sí debemos hacer cualquier cosa, de las
permisibles por supuesto, para que los que van delante de
nosotros, los poderosos y las personalidades importantes hablen,
se refieran y nos mencionen, pues el espacio que nos
abrirán es uno para que lo aprovechemos
satisfactoriamente.
Siempre y cuando tengamos esa fina habilidad para darle
vuelta a las cosas y quedar ante la opinión
pública bien parados.
Porque de lo contrario lo único que lograremos es
cavar más profundamente nuestra tumba.
Ejemplos hay por montones. No olvidemos el grueso de
candidatos que participan en cada elección que, al
soñar más allá de la realidad –auto
baboseándose ellos mismos- cavan su propia
tumba.
Aunque hay cada necio que ni viéndose
cadáver político ceja en su locura de participar,
una y otra vez, en cada elección.
Otra cosa muy importante, que debemos de tener muy en
cuenta en la carrera hacia la Casa Presidencial y al poder
público, comprenden los apoyos, capacidad y buena imagen
propias; no vaya usted a creer que para ser Presidente
sólo basta con tener el deseo y las ganas.
No.
Para llegar a ocupar ese alto cargo hay que pasar por
una serie de experiencias y caminos diversos.
Y con los ejemplos de lo que hizo cada uno de los
presidentes que hemos tenido en nuestros países, y que en
su momento fueron electos, nos bastará para comprender que
en la primera elección a la que nos presentemos como
candidatos es casi imposible ganarla a menos que el nuestro sea
un partidazo político y que contemos con una estructura
partidaria fenomenal que permita que nuestro nombre y propuestas
sean repetidos de manera simultánea en todas partes por
nuestros fans o simpatizantes.
Cualquiera que nos asegure lo contrario, o que oigamos
de su boca que él si la va a hacer, simplemente hay que
tomarlo como el esfuerzo necesario que se da para levantar su
auto imagen y mantenerse con el ánimo
levantado.
¡Y sólo eso!.
Otra cosa que entendamos, o en el colmo de nuestra
terquedad que queramos entender, en el sentido de que
ganará alguien en su primera aparición, no
será más que vana ilusión, un asunto muy
alejado de la realidad y cosa juzgada.
Por supuesto que los imposibles en la política no
existen, pero en este caso sin estructura partidaria, que es lo
que verdaderamente cuesta sangre, sudor,
lágrimas y muchísimo dinero construir, nadie puede
llegar a estar en la boca, en los sentimientos y en la mente de
los ciudadanos, a niveles de ganador, sin que pasen por lo menos
unos siete u ocho años; que es el tiempo
mínimo para que en las más remotas comunidades
alguien se anime a hablar bien de una candidatura presidencial
con posibilidades de ganar.
Es decir que para que la ola, comentarios y esperanzas
puestas en nosotros, que se empezaron a generar alrededor nuestro
y con y por medio de un grupo de
correligionarios lleguen a los lugares más apartados y
retirados, al igual que la ola que se genera por el golpe en
el agua de una
piedra que lanzamos, los círculos concéntricos, en
ambos casos, tardan en llegar un tiempo prudencial desde que,
como efecto de la piedra o de proclamarse candidato, en el caso
político, por fin llegan a las orillas o a las
comunidades.
¿Está clara la
explicación?.
Si no, le suplico esperar por la siguiente
publicación del Manual para candidatos y candidotes que
próximamente saldrá al mercado, para que queden
clarísimos los mecanismos, técnicas, trucos y
malabarismos que se deben usar en estas lides para
ganar.
Así que por el momento, es mejor que
continuemos.
Es bueno entonces, luego de estudiar y tomar muy en
cuenta los muchos ejemplos que tenemos en nuestros respectivos
países, con los cientos de candidatos y candidotes que han
salido a luchar por la presidencia de la República, que
nos dediquemos a preparar y a medir, conscientemente, nuestras
posibilidades y que asumamos una responsabilidad especial con
nuestra persona, nuestros compañeros y futuros miembros
del Equipo de Trabajo que
pondremos en nuestro Gobierno para sacar adelante a la
patria.
Vamos Patria a caminar… ¡Yo te
acompaño!. (Otto René Castillo, gran poeta
guatemalteco)
Nuestra vida privada, entonces y retomando el rumbo
inicial, será totalmente pública.
Y no hay que olvidar que los defectos físicos
salen a relucir.
Y no digamos los mentales e intelectuales.
Los apodos surgen y si ya teníamos uno que otro,
en el poder, durante el mandato presidencial y ya disfrutando de
la mieles de ese dulce, normalmente nos bautizan con un sonoro,
gracioso, no necesariamente decente, y ocurrente mote.
Pero le advierto lo peor, al finalizar el
período, por el cual fue electo a la primera magistratura
de su nación, le queda puesto, de por vida, una estela de
calificativos que definen los sentimientos provocados, por su
gestión, en la población ocurrente e ingeniosa que
tenemos en Latinoamérica.
Usted será vapuleado, abochornado, zarandeado y
expuesto con los calificativos más vulgares existentes,
tal y como corresponde a la expresión popular de nuestros
habitantes tan ingeniosos; y recuérdelo, sin derecho de
respuesta.
Los boletines estudiantiles y de barrio le dirán
de todo. Su esposa, su novia o novias, inclusive novio o novios,
sufrirán lo indecible, si las tiene o se sospecha que le
gusta disfrutar de mujer ajena o de
chicos ajenos, se puede dar el caso que descubran que usted es
propenso a la esgrima, a espadear (me entiende ¿verdad?) o
más claro a que le gustan los placeres homosexuales, y
entonces la cosa se puede poner muchísimo mejor de lo
esperado.
El material, no se preocupe,
circulará.
Nada hay oculto y los jóvenes estudiantes y los
paisanos de barrios populares y de los grandes asentamientos
humanos que hay en nuestras grandes y medianas ciudades, siguen
siendo creativos e ingeniosos.
Le dirán de todo.
Los periodistas de escándalos, especialistas en
investigarlo, sabrán hasta las caries, uñas
encarnadas y comida favorita, no digamos de amores prohibidos,
exceso en las bebidas espirituosas, consumo de
"yerba buena" o coca, así como incapacidades, errores y
horrores por usted cometidos.
En una palabra su vida privada
desaparecerá.
Pero ¿y eso que importa? Si usted será el
amo y señor de su país; y, al cabo, que una raya
más no se le nota al tigre ¿verdad?.
Lo peor que pueda suceder, a los que ya están
metidos en la política y en la carrera por la Presidencia
de su país, es que nadie les tire ni un quinto y que a
nadie le merezcan ni siquiera un mísero comentario, una
crítica, un chiste o una
caricatura.
Si a ese extremo hemos llegado, lo mejor es que se
retiren inmediatamente.
AMIGOS DE ANTES, DE LA CAMPAÑA Y YA EN EL
GOBIERNO
Los amigos y amigas, compañeros de juergas y
parrandas, tan inolvidables, como que son los que mejores
recuerdos nos traen a estas alturas de nuestra vida, la que, si
es cierto que tenemos aspiraciones presidenciales, debemos
cumplir con el compromiso constitucional de tener más de
cuarenta años (en la algunos de nuestros países); y
estar arriba de esta edad no es más que recordar
lúcidamente todas las aventuras entre amigos, tragos,
musicón y parrandas que nos volamos y compartimos desde
los 14, 18, 25 y 30 años, época de oro de la
dulce vida, con infinidad de personas que luego se hermanaron con
nosotros y pasaron a formar parte del grupo de amigos.
Eso no significa más que nuestra
generación es la que entró a vivir intensamente en
los primeros años de los setentas.
Con la música de los
Mitos, los
Ángeles
Negros, Sandro, sin olvidar a los Creedence, al Grand Funk, Led
Zeppelín y tantos más que, a no dudarlo,
todavía resuenan en nuestros oídos.
Esa dorada época, para muchos de los de nuestra
generación, también significó el amor, la
pasión y las novias y novios a granel.
¡Ah qué momentos!… de verdad tan gratos y
felices.
Pues bien, con esos queridos amigos, provenientes de las
diversas actividades que tuvimos durante los setentas y ochentas,
algunos de ellos compañeros de clase, vecinos
o que surgieron en una cancha deportiva o emparrandados, con los
que nos hermanamos en nuestra adolescencia,
tenemos el tesoro de los que conforman nuestro archivo de cuates
de la primera juventud.
Por supuesto todos ellos y ellas inolvidables,
entrañables y queridos.
Pero… ¿qué hacer con estos amigos y
amigas ya en nuestra carrera por convertirnos en los
próximos gobernantes de nuestro país?.
¿O ya de Presidentes?.
Lo primero es empezar a ponernos en contacto con los que
normalmente nos vemos o llamamos de vez en cuando, y propiciar
reuniones para medir con ellos la situación.
Si concluimos que cuaja nuestra idea y consideran los
amigos (as) que podemos tener alguna buena posibilidad para
llegar a la presidencia, pues habrá que entrarle con
ganas.
Qué mejor que empezar con el grupo de amigos que
nos conocen y a los que conocemos rebién.
Claro y por supuesto damos por descontado que ya somos
parte de un partido político sólido, con prestigio,
con estructura partidaria y con visión y propósitos
democráticos y pluralistas; amén de contar con unos
centavitos (muchos dólares pues), liderazgo,
imagen y carisma.
Porque si no, mejor nos dedicamos a la pesca.
Pero si no estamos afiliados a ningún partido, la
cosa tampoco es del otro mundo.
Siempre con los amigos entrañables nos queda la
opción de formar un grupo cívico político,
la vaina es que no nos quedemos sin oportunidades.
Claro, necesitamos muchísimo dinero, y la
confianza del grupo para liderarlo y conducirlo por la senda
adecuada para empezar a impresionar a la ciudadanía con nuestra presencia,
propuestas y grupo.
Es decir que con los amigos de antes podemos hacer
muchísimas cosas en política y en el camino para
llegar al poder.
Lo que hay que tener cuidado es que no nos coma alguno
de ellos el mandado durante el proceso y que coseche nuestra idea
original.
Y si ese fuera el caso y el cuate es mejor que nosotros,
dos cosas: una, reconocemos su liderazgo y nos unimos a su
campaña personal, o la otra es dar la media vuelta y con
nuestros bártulos a otra parte y a otro grupo de
cuates.
Pero en ninguno de los casos, por favor, nos quedemos
hablando barbaridades de ese desgraciado oportunista y traidor,
porque en política las cosas dan vuelta rápido y a
lo mejor a este mal amigo se le hace y llega a la presidencia y
nos quedamos sin un huesito que roer durante su
mandato.
Muy bien lo dejó expresado un filósofo
latinoamericano, que no recuerdo su nombre, que dijo que la
política es como un gallinero, ya que las gallinas que
están arriba cagan a las que están abajo, y cuando
suben las gallinas de abajo, pasan a cagarse en las que antes
estaban arriba.
Así que mucho ojo con las reacciones pasionales y
sentimentales pues se pagan carísimo.
Ahora veamos al otro grupo de amigos que surgen durante
la campaña política, en donde se supone ya somos
oficialmente reconocimos como candidato presidencial de nuestro
partido político o de una gran alianza estratégica
para llevarnos al poder público.
Una campaña requiere del concurso de un
sinnúmero de personas, tanto de las propias del partido o
las de los grupos asociados
con el fin de hacer de alguien el siguiente mandatario, como de
los que van oliendo que las posibilidades aumentan con nosotros
como líderes, y que saben que es mejor empezar a untarle
la mantequilla al panito antes que los dejen afuera.
Y así empiezan a surgir, desde debajo de las
piedras, conforme nos vayan situando en mejor posición las
encuestas, los
chismes, chistes y
opiniones populares, un montononón de gente dispuesta a
sacrificarse por nuestra candidatura, ideales y programas.
Claro que muchos son sinceros y lo que buscan es
apoyarnos y ayudarnos conscientemente, pero otros, que son
bastantes, aunque no son todos, como alimañas y
sanguijuelas se prenden de nuestro proyecto
político con la única intención de ver
qué nos sacan en lo personal a nosotros, al partido y al
grupo de financistas, no sólo durante las diferentes
etapas del proceso (precampaña y campaña), sino
buscando un puesto de elección como diputados, alcaldes o
hasta como de nuestro vice, sin olvidar que, si se gana, hay
ministerios,
secretarías, direcciones, jefaturas, asesorías y
una variedad amplia de espacios gubernamentales que se tienen que
llenar con la gente de confianza. Sin olvidar, por supuesto, que
hay buenos negocios que
se pueden hacer a la sombra del Estado.
Y a eso le apuntan los nuevos amigos.
¡Sin lugar a dudas!.
Tenemos que ser cuidadosos para no herir
susceptibilidades desde el principio con estos enjambres de
chicos y chicas, de todas las edades, colores, razas y
gustos y preferencias sexuales que se nos acercarán; y
empezar a tomar decisiones firmes con cada uno de ellos. Por
supuesto que supeditados a los lineamientos de nuestro partido
político y grupos que conforman la plataforma
electoral.
Si tenemos la opción triunfadora, porque la
población empadronado vota y nos hace ganar las
elecciones, tengamos por seguro que esa
misma noche, de la primera vuelta, y no digamos si es durante la
segunda vuelta la victoria, nos encontraremos con una
aglomeración y un gentío de amigos, parientes y
compañeros, novias, amantes y ex de todo tipo (de trabajo,
de iglesia, de
teatro, de
deporte, de
baño sauna, etc.), que el estadio más grande de
nuestro país no tendría capacidad, con sus
más de treinta mil lugares, para recibir a los nuevos
amigos del presidente electo.
Y, conforme nos vayamos asentando en la presidencia,
cada día tendremos más cuates dispuestos a
sacrificarse por nosotros y por el país.
Así son las cosas en la política
criolla.
No podemos cambiar nada.
Pero eso sí, como ya lo sabemos, no nos queda
más que asimilar esta situación y mantenernos
preparados para la avalancha de nuevos amigos. ¡Bienvenidos
los cuates, los nuevos amigos, los asimilados y los
oportunistas!.
El problemón es la colocación de este
ejército ya en el Gobierno.
El único consejo que me atrevo a dejarles es que
sólo los amigos que sirven hay que tener como
colaboradores en el Gobierno que haremos, pues el costo
político y los fracasos de sus pésimas actuaciones,
amén de los negocitos que pueden hacer y que se den cuenta
los medios de
comunicación y la opinión pública,
sólo sobre nosotros y nuestra cabeza
repercutirán.
Probar quien de los amigos y amigas sirven para
acompañarnos en el viaje Presidencial es muy
sencillo.
¿Qué logros personales, profesionales,
técnicos y cívicos tiene cada uno de los
aspirantes?.
Evaluémoslos por alguien ajeno a nosotros y
sigamos sus recomendaciones.
Eso sí, estamos hablando de puestos altos, de
ministros, secretarios, viceministros y subsecretarios,
comisionados presidenciales y algunos otros puestos de primer
orden.
A los amigos y amigas los debemos de colocar en lugares
en donde no se hagan daño
ellos mismos y desde donde puedan servir a la patria como nuestro
respectivo país se lo merece.
Tampoco de choferes, guardaespaldas o
porteros.
Menos si su ayuda durante la campaña electoral
fue sincera y sacrificada.
El Gobierno es tan grande y el Estado está
compuesto por miles de posiciones, como para que seamos tan
desventurados y desvergonzados de dejar volando y chiflando en la
loma a nuestros amigos, amigotes, compadres y
parentela.
El problema es cuando nuestros amigazos se mandan y
empiezan a pedir y a escoger aduanas, puestos
de delegados de migración
y lugares desde donde se hacen unos centavitos fáciles,
según lo que aseguran las malas lenguas sucede por
ahí.
Los cuadros medios-medios de las instituciones del
Estado y las delegaciones regionales, estatales, departamentales
o de provincia de los ministerios y secretarías son los
espacios adecuados para correligionarios, amigos y
compadres.
Desde ahí no hacen daño alguno.
Y si no desempeñan sus quehaceres
públicos, como Dios y el Señor Presidente se los
demandaron, sencillamente al carajo mis amigos… y aquí
no ha pasado nada.
Y eso no es ser ingratos con los cuates.
Ellos, en todo caso si fallan o los pillan haciendo
cosas fuera de orden, son los ingratos con su amigo, el que les
dio trabajo y oportunidad en el Gobierno, y que ahora es nada
menos que el Señor Presidente de la
República.
¿Qué le parece la opción y
solución laboral para los
amigos?.
LAS CHICAS DEL PRESIDENTE
Otra cosa que tenemos que tener muy en cuenta es la
cuestión del sexo, de las
canitas al aire, de nuestro
nuevo sex appeal y lo cotizado que nos volveremos con la banda
presidencial ya puesta y luciéndola en el
pecho.
Como que a algunas chicas, de todas las edades, el tener
contacto carnal con el presidente representa una tentación
y un imán del que difícilmente se pueden librar,
zafar o desenchufar.
¡Ah cómo se alocan las condenadas con un su
Presidente entre pecho y espalda!.
Y por cortesía y caballerosidad hay que
corresponderles.
Ni modo.
Pobrecitas se fijaron en uno.
Pero lo que todo mundo se pregunta, desde
psicólogos, psiquiatras, estudiosos de la conducta social y
hasta nuestras esposas, son los motivos repentinos de esa
fiebre
presidencial por el mismo hombre que unos meses antes no
levantaba moscas ni pagándoles.
Y que ahora luciendo su real majestad, como Presidente,
es un imán poderoso, atractivo y al que hay que llevarlo a
la cúspide del cielo y a placeres de dioses.
¿Por qué se da este
fenómeno?.
Nadie lo ha podido explicar.
Lo importante, e interesante, es que se da y surge sin
que se le busque o provoque.
Así que con esta otra cuestión de alta
política de Estado también hay que tener un cuidado
muy especial, principalmente con la primera dama, nuestra esposa,
y con nuestros hijos.
Pues no faltan nunca los chismosos que le pasan las
habladurías a nuestra consorte.
Que, más que chismosos e intrigantes, son
resentidos y acomplejados porque nadie se fija en
ellos.
¡No lo cree!.
Recordemos también que ya en el poder
público hay una corte de funcionarios que compiten entre
sí por los favores del Señor Presidente, así
como el montón de candidatos perdedores que quedan
frustrados, amargados y quebrados en su economía por los
gastos de campaña, que estarán dispuestos a contar
con una prueba de las infidelidades y de los deslices del
mandatario para ganarse un espacio en los medios de
comunicación o dispuestos a taparle sus juergas al
Presidente a cambio de un mejor puesto en el gobierno o de
negocitos.
Así somos los seres humanos de
previsores.
Personas vemos, corazones e intenciones… no
sabemos.
Lo mejor es mantenernos quietesitos y fieles a nuestra
esposa, pero si las tensiones y problemas propios de hacer
gobierno y las que tiene nuestro país, que nos provocan
ansiedades, palpitaciones, insomnio y el terrible estrés,
y hay una chica linda dispuesta a sacrificarse para aliviar
nuestras tensiones y bajar las cargas emocionales propias de un
Presidente con tan altas responsabilidades… será una
decisión de Estado aceptar, sin ninguna otra mejor
opción, el tratamiento directo y la curación
instantánea que nos ofrecen.
¡Huy…huy…Huy!
Eso sí sea responsable y por el bien de nuestro
país tengamos sexo seguro.
Vive tu experiencia, pero hay que embolsarnos pues,
resultaría fatídico para nuestro país que el
Señor Presidente se contaminara de sida o de alguna
de esas raras enfermedades y alergias
venéreas tan de moda y nada
fáciles de ocultar.
¡Hay que Dios nos libre!.
Sólo eso faltaba que a la larga lista de
inconvenientes nacionales le agregáramos una terrible como
lo sería la de tener un Presidente que anda contaminando a
diestra y siniestra a la población con alguna
exótica enfermedad venérea.
¿Qué tal si fuera el
sida?.
¡Qué Dios nos agarre
confesados!.
Ya nos llevó la gran diabla a todos.
Claro que esto de andar de enamorados muy bien se puede
convertir en una manía o habito, como la de exigir todas
las mañanas nuestro juguito de naranja que nos alivia el
malestar en la garganta o el cafecito diario que nos quita
cualquier adormilamiento y, que decir de ese traguito preparado
para aliviar los estragos de la noche anterior.
¡Salud y vida!.
No hay nada más delicioso, de los tragos de un
día antes, que pensar en el quita goma o quita cruda con
un buen caldo, chile y musicón.
Y si hay chicas dispuestas a aliviar nuestras penas ya
estuvo la cosa que se volvió mejor.
Y si volvemos a agarrar la parranda… pues la
agarramos.
¿Y qué?.
¿Verdad que hay soluciones que
ya forman parte de nuestro habitual comportamiento?.
¿Por qué una canita al aire no puede ser
parte de esto?.
Claro que para un ser humano mortal, común y
corriente no es otra cosa que una cana al aire; pero con nada
menos que el Señor Presidente de la República la
situación es cuestión de Estado.
Las llamadas chicas del presidente no son nada nuevo ni
exclusivo.
No, qué va.
Sólo hay que recordar las experiencias poco
apropiadas del mandatario estadounidense, Bill Clinton y
doña Mónica, que le acarrearon no pocos dolores de
cabeza, para tenerlo presente como algo que se da sin buscarlo y
que para nuestros ex presidentes no ha sido algo difícil
aceptar, manejar y hacer.
Así que hay que mantenernos, como los scout,
siempre listos.
EL ARTE DE GOBERNAR Y LA
CONSTITUCIÓN:
Veamos que linda y comprensiva es nuestra respectiva
Carga Magna que se ocupa de estos menesteres de
gobernar.
El Presidente de la República es el Jefe del
Estado y ejerce las funciones del
Organismo Ejecutivo por mandato del pueblo.
El Presidente de la República actuará
siempre con los Ministros, en Consejo o separadamente con uno o
más de ellos; es el Comandante General del
Ejército, representa a la unidad nacional y deberá
velar por los intereses de toda la población de la
República.
Con este retrato tenemos una panorámica de lo que
significa esa figura y símbolo presidencial, para ver
ahí la magnitud y las graves y altas responsabilidades de
la persona electa para el cargo, y asumir, entonces, que ni es
fácil ni un juego el arte de gobernar a nuestros
países y patrias respectivas.
Las funciones propias del Presidente son entre
otras:
- Cumplir y hacer cumplir la Constitución y
las leyes; - Proveer a la defensa y a la seguridad de la
Nación, así como a la conservación del
orden público; - Ejercer el mando de las fuerzas armadas de la
Nación con todas las funciones y atribuciones
respectivas; - Ejercer el mando de toda la fuerza
pública; - Sancionar, promulgar, ejecutar y hacer que se
ejecuten las leyes, dictar los decretos para los que
estuviere facultado por la Constitución, así
como los acuerdos, reglamentos y órdenes para el
estricto cumplimiento de las leyes, sin alterar su
espíritu; - Dictar las disposiciones que sean necesarias en
los casos de emergencia o de calamidad pública,
debiendo dar cuenta al Congreso en sus sesiones
inmediatas; - Presentar iniciativas de ley al Congreso de la
República; - Ejercer el derecho de veto con respecto a las
leyes emitidas por el Congreso, salvo los casos en que no sea
necesaria la sanción del Ejecutivo de conformidad con
la Constitución; - Presentar anualmente al Congreso de la
República, al iniciarse su período de sesiones,
informe
escrito de la situación general de la República
y de los negocios de su administración realizados durante el
año anterior; - Someter anualmente al Congreso, para su
aprobación, el proyecto de presupuesto que contenga en
forma programática, el detalle de los ingresos y
egresos del Estado; - Someter a la consideración del Congreso
para su aprobación, y antes de su
ratificación, los tratados
y convenios de carácter internacional y los contratos y
concesiones sobre servicios
públicos;ñ) Mantener la integridad territorial y
la dignidad
de la Nación; - Presidir el Consejo de Ministros o Secretarios
de Estado y ejercer la función de superior jerárquico
de los funcionarios y empleados del Organismo
Ejecutivo; - Dirigir la política exterior y las
relaciones
internacionales; celebrar, ratificar y denunciar tratados
y convenios de conformidad con la
Constitución; - Administrar la hacienda pública con
arreglo a la ley; - Nombrar y remover a los Ministros y/o
Secretarios de Estado, Viceministros y/o Subsecretarios, y
demás funcionarios que le corresponda conforme a la
ley; - Todas las demás funciones que le asigne
la Constitución o la ley.
Y, en el caso de la existencia constitucional de la
figurara de Vicepresidente, nuestras respectivas Constituciones
establece:
El Vicepresidente de la República
ejercerá las funciones de Presidente de la
República en los casos y forma que establece la
Constitución.
Será electo en la misma planilla con el
Presidente de la República, en idéntica forma y
para igual período.
El Vicepresidente deberá reunir las mismas
calidades que el Presidente de la República, gozará
de iguales inmunidades y tiene en el orden jerárquico del
Estado, el grado inmediato inferior al de dicho
funcionario.
¡Y se acabó!.
Así de sencillo es el arte de gobernar cualquiera
de nuestros países en Latinoamérica.
¿Qué le parece?.
¿Se anima usted también a luchar para ser
el próximo u uno de los próximos gobernantes de su
país?.
Si es así relea con mucho detenimiento los
artículos respectivos de su Constitución, pues son
la base de todos sus sueños.
Así como métase de lleno a las comunidades
más remotas y recónditas de su respectivo
país, para que se de un panorama completo de la amarga,
dura y cruda realidad nacional para ver qué diablos
hará ya encaramado en el Poder Público y ya en
funciones como Presidente de una nación subdesarrollada,
pobre y con esas miles de carencias, dificultades, problemas,
presiones y condiciones.
Adelante, que nada lo detenga.
LA VISIÓN DE
GOBERNAR CUALQUIERA DE NUESTROS PAÍSES
No sé a ustedes, mis queridos lectores y
lectoras, pero para mí, gobernar, tiene que ver con la
buena conducción, con servicio, con asistencia y
prevención, y con propuestas creativas, novedosas y de
sentido común; pero a la vez que reúna las
condiciones, ineludibles, de buscar el beneficio general, sin
privilegios, sin exclusiones y por supuesto atacar la raíz
de las complicaciones, así como el cambio profundo de las
estructuras y
del fondo de los asuntos y no sólo el maquillaje, los
chapuces y los arreglos de última hora.
Actitudes tan clásicos de nuestros gobernantes
han sido los chapuces y los parches.
Si es que hacen por lo menos eso.
Y esa es una de las razones de tener, todavía,
esos índices tan bajos en desarrollo humano y social, pues
los indiferentes e insensibles personajes que ocuparon cuadros
altos y medios en los Gobiernos de turno, todo les resbalaba y se
la pasaban en otra onda menos en la correcta de solucionar
problemas.
Qué fácil es ir resolviendo conforme se
vayan dando las quejas sin entrarle de fondo a las
cosas.
Claro y por supuesto que gobernar tiene que ver con
saber exactamente el fondo de los problemas y las causas de las
manifestaciones sociales del único problema
nacional.
Y por aquí se debe de empezar a gobernar a
nuestros países y naciones, desde la perspectiva de
reconocer con valentía y entereza ese único
problema que padecemos y del cual se generan la serie de
vicisitudes y emergencias que se manifiestan diariamente en
nuestras vidas personales, familiares, comunitarias y en general
nacionales.
¿Realmente cuál es el único
problema de nuestro respectivo país?.
¡Qué… qué!.
¿Nuestro país sólo tiene un
problema?.
¡Ni soñarlo!.
Nuestras patrias tiene miles de problemas, ahí
están la violencia, los
robos, el alto costo de vida, la pobreza, los abusos, los
secuestros, la falta de oportunidades, y en fin todo lo que nos
pudiéramos imaginar.
Millones de problemas y no sólo uno.
Pero un momento, nos guste o no, en cada uno de nuestros
países y patrias sólo es uno el gran
problema.
Y, lo más curioso, es que todos lo mencionamos,
lo manipulamos y hasta nos sentimos orgullosos de el y de todo su
significado.
Es más, nos guste o no, es la bandera que usamos
cuando nos presentamos ante las otras naciones del mundo para
mendingar unos dolaritos.
¿En nombre de qué problemón salimos
con las manos extendidas pidiendo ayuda urgente?.
En Latinoamérica, en cada uno de nuestros
respectivos países, tenemos como único problema el
subdesarrollo.
¿No le parece?.
Y ¡qué diablos significa esa
palabra!.
Subdesarrollo significa atraso, miseria, abusos y
condenación a vivir en la pobreza.
¡Ah entonces la cosa sí es
seria!.
Esta cadena de situaciones, lo que significa el
subdesarrollo, sin ninguna duda, es lo que padecemos y tenemos
hasta para exportar en nuestros países.
Y de este problema del subdesarrollo se provoca la
cascada de dificultades, inconvenientes, contrariedades,
complicaciones, molestias, trabas, aprietos, apuros, conflictos y
dilemas que encontramos en nuestras familias, en los hogares, en
la vida diaria y en todos y cada uno de los habitantes de
nuestras respectivas Repúblicas y que cómodamente
hemos denominado problemas.
¿Qué hogar latinoamericano no padece
alguno, varios o todos esos inconvenientes y dificultades
producto del
subdesarrollo nacional?.
No creamos que los hogares más afortunados, los
de los ricos, terratenientes y los de los grandes industriales,
comerciantes, banqueros o agroindustriales no los padecen o no
los tienen, pues ellos son los que reciben, muchas veces como
blanco, las consecuencias mayores de crímenes y delitos que se
cometen en contra de sus esposas, madres, hijos y
familia.
Vamos a poner un ejemplo de la vida diaria de cualquiera
de los millones de latinoamericanos para poder comprender mejor
lo que nos ha estado sucediendo.
Un padre de familia, ciudadano tradicional y
representativo de nuestro respectivo país, es decir parte
de ese 85% de personas que sobreviven en la extrema pobreza, en
la pobreza o en la etapa de pauperización de las clases
medias de nuestras sociedades,
padece, junto a esos extremos en los que vive con su familia, un
serio problema con sus pies.
Resulta que tiene callos, ulceraciones y juanetes en
ambos pies.
Pero…
¿Es ese su problema real?.
Si ese es su único problema ¿cómo
lo puede solucionar?.
¿Acaso con curitas, con ungüentos, pomadas o
bálsamos, con penicilina o con una
operación?.
Como consecuencia de los callos, de las heridas, de las
úlceras y de los juanetes (bultos que se hacen en los
huesos de los
dedos) que padece, el pobre hombre no rinde lo que debe en sus
ocupaciones diarias, tanto las del hogar, del trabajo, de sus
actividades, como las obligaciones
con su cónyuge.
Claro que para eso puede tomar cualquier reconstituyente
o inclusive viagra (¿pero con qué la compra?), jugo
de rábanos con aceite de
hígado de bacalao o cualquier reconstituyente que venden
en el mercado; inclusive, si es mucho el desgano del paisano en
cuestión, un ceviche y hasta el viagra pueden ayudar a
solucionar su situación en el hogar con su
señora.
Y otra vez firmes.
Pero también nuestro amigo se mantiene de mal
humor, sumamente irritado y resulta que se ha vuelto muy bravo y
enojón durante el día.
Por supuesto que para estos males de su carácter
muy bien puede tomar ruibarbo, tilo o un su traguito o unas
cervezas en dilecta compañía.
Y, no podemos dejar de mencionarlo, por las noches no
puede dormir bien el cuate.
Para lograrlo tendrá que tomar pastillas, lechita
caliente o un te de lechuga, que dicen que cae muy bien para el
insomnio; un baño de agua caliente,
tan recomendado por las abuelas para conciliar el sueño,
es casi imposible pues el agua escasea y ya tienen varios
días de no recibir ni una gota en el lugar en donde
están asentadas sus viviendas (muy posible a la orilla de
un barranco).
Entonces es bueno preguntarnos hasta aquí
¿cuál es el verdadero problema que tiene nuestro
amigo?.
¿Acaso que no duerme bien?.
¿Será ese mal humor, unido a la
irritación que mantiene o a que pasa bravo la mayor parte
del día?.
¿Será el poco rendimiento en sus
ocupaciones diarias, tanto en su casa como en su trabajo o
actividades variadas que trata de ejecutar sin poder lograr
hacerlas bien?.
¡O realmente su verdadero problema son los callos,
las heridas y úlceras junto a los juanetes que tiene en
los pies!.
¿Es posible que se solucionen todas esas
manifestaciones, males y trastornos que padece este pobre hombre,
con curarse los callos, cicatrizar las úlceras y
operándose los juanetes?.
Si no corrige el origen de esos males, poco hará
una pequeña, mediana o grande y costosa
curación.
Pero, estoy seguro que ninguna de esas cuatro opciones
son el problema real de nuestro amigo.
Me quito la
cabeza si son esos.
Y ahora lo explico.
Los zapatos, que normalmente ha venido usando el
señor, le aprietan, y además por estar gastados de
suelas y tacones, están todos torcidos, provocando callos,
ulceraciones y los terribles juanetes.
O sea que para cualquiera simplemente con comprarse un
par de zapatos decentes, cómodos y de su medida, puede
llegar a solucionar la serie de inconvenientes derivados de esos
zapatos desastrosos que usa.
El problema que se le presenta, con esta opción,
es que no tiene suficiente dinero para adquirir en el mercado un
nuevo par de zapatos cómodos.
Si apenas puede juntar para pasarla con la comida y los
gastitos indispensables en su casa.
Y no tiene dinero porque sencillamente no gana lo
suficiente en el trabajo o
actividad que desempeña.
¿Y porqué no gana lo
necesario?.
Porque no tiene la capacidad ni las habilidades
adecuadas para realizar otro trabajo, oficio o quehacer para
desempeñarse mejor y tener una adecuada
remuneración.
Pero también hay que reconocer que en nuestros
países hay una escasez enorme en
oportunidades de superación y desarrollo.
Y ésta, la poca oportunidad de superación,
puesto que no tiene educación ni buena
salud, es realmente, en el fondo de todo, el verdadero y
único problema del pobre señor que tiene callos,
úlceras y juanetes en sus pies, que pasa malhumorado,
irritado y bravo por todo, que no puede rendir lo que debe en sus
actividades diarias y que por las noches no puede dormir
bien.
Concluimos, entonces, que el subdesarrollo es el
único problema del amigo, de los latinoamericanos en
general y de nuestro respectivo país.
Y, para rematar con este tan ilustrativo ejemplo,
resumamos la cuestión:
- La falta de oportunidades de los latinoamericanos,
como primera consecuencia del subdesarrollo, es el origen de
todo lo que le pasa a nuestro amigo. - Las pocas oportunidades no le permiten
superarse. - La poca superación y falta de progreso
personal le impiden tener un mejor empleo, trabajo u
oficio. - La falta de trabajo, el subempleo y la marginalidad lo
limitan en sus ingresos y no tiene suficiente dinero con el
cual comprar cosas. - Sin dinero no puede comprarse un buen par de
zapatos. - Con los zapatos apretados y torcidos le salen callos,
úlceras, heridas y juanetes. - Los daños en los pies y el dolor permanente
que mantiene, le impiden rendir y mejorar en sus actividades
diarias. - Este poco rendimiento provoca rechazo, despidos y
marginación en su medio
ambiente. - Lo que lo hace mantenerse irritado, de mal humor y
bravo consigo mismo y con cualquiera. - Y por las noches, esos malestares, no lo dejan dormir
como quisiera. - Y, cumplirle a la esposa, ni hablar…
Esa es la cadena que nos mantiene atados a un destino
ingrato e inhumano.
Pero esas variadas manifestaciones, resultados y
consecuencias que padece el pobre amigo de los callos y juanetes
son sólo eso, una serie de efectos producto de una sola
causa.
Y con lo ilustrativo del ejemplo anterior hay que decir
que, nos guste o no, en América Latina y en cada uno de
nuestros respectivos países, sólo es uno el gran
problema que nos afecta a todos por igual.
Y veamos mejor este asunto, para que nos quede bien
clara esta postura, por medio del siguiente esquema.
Por supuesto que esta sigue siendo mi visión
personal del asunto y mi propuesta.
¿No están leyendo un manual
pues?.
Y un manual no es otra cosa más que el resultado
de las investigaciones
que provocan puntos de vista distintos a los tradicionales que se
pueden integrar como soluciones al tema tratado.
Claro que no se pretende dejar estas contribuciones
cerradas y que de manera intransigente pretendamos imponer
nuestro criterio.
No.
Aquí estamos presentando una diferente manera de
ver nuestro medio político, social y humano, con la
única pretensión de buscar una alternativa
diferente, pues la tradicional, probada por muchísimos
presidentes en América Latina, no ha resuelto nada; y
continuamos sumidos en este drama continental y
nacional.
Con los costos sociales
incalculables para nuestra población.
Cualquiera con dos dedos de frente entiende muy bien
esta problemática nacional.
Entonces ¿por qué nuestros
políticos y los Presidentes, que se supone son y
están más y mejor preparados que el resto de
paisanos, no han podido vislumbrar las cosas y el fondo de los
problemas?.
ÚNICO PROBLEMA
DE AMÉRICA LATINA Y DE NUESTROS PAÍSES Y PATRIAS
(COMO CAUSA DE TODO): EL SUBDESARROLLO
PRIMER CÍRCULO DE CONSECUENCIAS QUE PROVOCA EL
SUBDESARROLLO:
- La Pobreza.
- La Miseria.
- El Atraso.
- Los Abusos.
- La Discrecionalidad.
SEGUNDO CÍRCULO DE RESULTADOS QUE
SURGEN
DE LA COMBINACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS DEL
ANTERIOR CÍRCULO:
- Las desigualdades y la inequidad.
- Las exclusiones.
- El racismo.
- Las discriminaciones e intransigencias.
TERCER CÍRCULO DE RAMIFICACIONES CONSECUENCIA DEL
ANTERIOR CÍRCULO:
- La Corrupción.
- La Impunidad.
- La Incapacidad.
- El Desprecio.
- La Indiferencia.
CUARTO CÍRCULO COMO RESULTADO DEL ANTERIOR
CÍRCULO:
- La Desintegración socio política de la
Nación. - La Violación de los derechos individuales de
la población. - La Interpretación antojadiza de las
funciones. - Los Conflictos.
- El Centralismo y
la verticalidad.
QUINTO CÍRCULO COMO PRODUCTO FINAL O EFECTOS DE
LA COMBINACIÓN
DE TODO LO QUE SE DERIVA DESDE EL SEGUNDO
CÍRCULO:
Acá están todas esas
dificultades, apuros y conflictos que sentimos en carne propia
los habitantes y que no son más que los "problemas" que
nos afectan. Entre los más sobresalientes están los
siguientes:
- Robos, asaltos y delitos menores.
- Violencia.
- Crímenes, violaciones, asesinatos,
secuestros. - Fuga de reos.
- La Inseguridad:
- Alto costo de vida.
- Desempleo, subempleo, informalidad.
- Falta de oportunidades de
superación. - Intereses bancarios altos.
- Nulo acceso a los créditos.
- Ninguna protección a los
consumidores. - Nulo acceso a vivienda digna.
- Los Económicos:
- Agua.
- Electrificación.
- Urbanismo.
- Transporte.
- Vivienda
- Infraestructura.
- De los Servicios
Públicos Básicos, falta o carencia de:- Insalubridad.
- Nulas medidas preventivas.
- Deficiente infraestructura.
- Deficiente capacitación al personal
médico y paramédico. - Pésima atención y
cobertura.
- De Salud:
- Analfabetismo.
- Deficiente infraestructura.
- Deficientes planes de estudio.
- Deficiente capacitación de maestros y
profesores. - Deficiente cobertura.
- Deserción.
- Pésima preparación.
- De Educación:
- Nula organización y
participación. - Nula representatividad.
- Nula fiscalización ciudadana.
- Apatía absoluta en los procesos
electorales. - Desconfianza hacia las autoridades.
- Desprecio e irrespeto a las instituciones y
organismos del Estado.
- Nula organización y
- De los Políticos:
- Contaminación.
- Basureros.
- Depredación.
- Deforestación.
- Abuso indiscriminado de los Recursos
Naturales.
- De los Ecológicos:
PROPUESTAS
PARA GOBERNAR NUESTRA RESPECTIVA NACIÓN:
Sin pretender que se definieron anteriormente todas y
cada una de las consecuencias, secuelas y ramificaciones que se
derivan del Subdesarrollo, ni mucho menos de la serie de
implicaciones, dilemas, conflictos y serias complicaciones que se
producen por la combinación de la serie de efectos que
surgen en cada círculo ya descrito o de la mezcolanza y
amalgama propia cuando se entremezclan entre sí todo lo
anteriormente sintetizado, creemos que podemos hacer ahora la
propuesta.
Para entrarle con ganas, de manera sincera y sin ninguna
demagogia politiquera, y buscar un proceso que permita iniciar,
con bases firmes, la solución a nuestros "problemas", es
indispensable, entonces, y como consecuencia de los
Círculos anteriormente vistos, que empecemos por el
principio.
Y si el principio o la génesis de la
problemática nacional descansa en el Subdesarrollo,
¡entrémosle a tal tarea!.
PILARES DE LA
NUEVA PATRIA, PARA GOBERNAR A CUALQUIERA DE NUESTROS
PAÍSES:
- Pacto de Gobernabilidad.
- Pacto Fiscal.
- Plan Nacional de Descentralización,
Desconcentración y Modernización del
Estado. - Plan Nacional de Seguridad, Prevención y
Protección Civil. - Puesta en marcha del Sistema Nacional de Consejos de
Desarrollo Urbano y Rural. - Plan Nacional de Desarrollo Humano y
Social. - Reformas Constitucionales (ojalá por medio de
una Asamblea Constituyente, para crear un nuevo pacto
socio-político)
Es la línea, basada en la convivencia
pacífica, que permite tomar decisiones sin provocar
grandes malestares sociales; y, con la participación de
los actores y representantes de las fuerzas vivas de nuestro
país, sentados los que tenemos que estar sentados, en las
mesas de trabajo, en todos los niveles, podremos estudiar todas
las opciones que nos beneficien como país y como sociedad, para
poder ser ejecutadas buscando el bien común.
Por supuesto que la gobernabilidad es un término
amplio y sumamente complejo de explicar en unas pocas
líneas, y esta actividad es la que se puede vivir, se debe
buscar y mantener, desde el primer día en que se asuma la
presidencia de nuestros países, para el bien de la propia
Gestión Presidencial, como para dejarla por un lado sin
entrar a conocer un poco de su significado y concepto en este
preciso momento.
Lo que hay que dejar en claro es que para llegar a tener
una plena gobernabilidad en nuestros países, antes es
necesario, indispensable diría mejor, tener un Pacto, un
Arreglo de Gobernabilidad entre los actores de la vida nacional
para contar con un nuevo Contrato Social
Nacional. Y que mejor que ver a continuación esta
propuesta en ese sentido.
PROPUESTA DE GOBERNABILIDAD
DEMOCRÁTICA Y REFORMA DEL ESTADO:
Para hacer operantes y eficaces los poderes del estado y
lograr el desarrollo humano y social y el bienestar de los
habitantes, es indispensable contar con un instrumento que
permita llegar a tener un Pacto de Gobernabilidad y una Reforma
del Estado como tal.
Para responder a las múltiples necesidades que
padecemos la gran mayoría de los latinoamericanos, y
superarlas o intentar hacerlo, es indispensable que se haga a
través de un moderno y ágil Estado de Derecho,
desde donde el desarrollo humano y social comunitario, unido al
fortalecimiento de las instituciones en general, nos lleven a
alcanzar el precepto constitucional del Bien
Común.
Los grandes temas nacionales y las líneas
políticas a consensuar, sujetos a ser tratados en esta
acción de Reforma del Estado, deben de ser y estar
considerados afuera de cualquier aspecto electoral para que
impulsemos, con mucho vigor nacional, un gran acuerdo entre todos
los sectores bajo un Pacto que nos permita la convivencia
pacífica, en primer término, y disponer de
oportunidades para salir de la pobreza, miseria y atraso en el
que nos han tenido las fuerzas estructurales que se oponen al
desarrollo integral de todos los latinoamericanos.
Es indispensable que nuestros hijos, y las futuras
generaciones, se desenvuelvan adentro de una nación
moderna, en donde la sociedad no sea excluyente ni mucho menos
discriminatoria, para que reine la igualdad de
oportunidades y podamos conseguir que cada habitante, y su grupo
familiar, tenga oportunidades de desarrollar todo su potencial
productivo y poder convivir todos los habitantes en un
país, por fin, generador de grandes oportunidades y
prosperidad.
Disponer de una Gran Pacto de Gobernabilidad
Democrático es tener la opción de convivir todos
los ciudadanos de manera correcta, respetando y fortaleciendo las
instituciones, y de resolver nuestras diferencias por la
vía legal; lo que impedirá la confrontación,
la violencia, el alzamiento armado y el desprecio entre
connacionales.
Nuestros países tienen un lastre, no sólo
derivado del autoritarismo, tanto militar, empresarial,
gubernamental, como de los que se alzaron en armas y conformaron
la insurgencia, sino también porque el aparato productivo
y las reglas del juego han estado basados en la
especulación, el mercantilismo
y el abuso, olvidando por completo al ser humano, al que para
mayor desgracia, sólo se ha visto como un consumidor pasivo
sin derecho y sin aspiraciones.
El estancamiento y el atraso en lo social,
económico, político, educación y en general
en casi todos los aspectos de la vida nacional, incluyendo por
supuesto el desarrollo humano, merecen que tomemos en serio la
problemática nacional para sentarnos todos, en una gran
mesa de propuestas, sin otra orientación que no sea la de
alcanzar consensos que nos permitan la Gobernabilidad
Democrática, como punto de partida, e iniciar desde las
comunidades la reconstrucción del tejido social, base
fundamental de la convivencia pacífica que tanta falta nos
hace.
Fortalecer la democracia, transformando fundamentalmente
los tres
poderes del Estado, puede significar la diferencia entre la
miseria y el desarrollo integral; y entre la vida y la fatalidad.
Y romper con las debilidades que hasta ahora tiene el Estado,
como la que experimentados en el Sistema de Seguridad y Justicia,
en el Económico, Productivo, Consumidor y Financiero, o en
el Sistema de Representación Político y en otros
que se mencionan como los Grandes Temas y Líneas
Políticas a consensuar, tiene la virtud de devolver la
confianza de la población honrada, indefensa y trabajadora
en las instituciones y evitamos el atraso y el subdesarrollo que
nos tienen consumidos.
La participación cívica y política,
unida a la responsabilidad de los ciudadanos para fiscalizar la
labor de las autoridades electas, es la única vía
con la que contamos para cimentar la democracia participativa que
permite la alternabilidad en el ejercicio del poder, la selección
de las mejores mujeres y hombres para que nos representen, y
terminen de construir el Estado de Derecho
eficiente, moderno y capaz, que permita el desarrollo humano y
social de nuestros habitantes.
Debe ser fundamental fijarnos la meta del
crecimiento
económico y conseguir que el Producto Interno
Bruto crezca arriba del 6% anual y recortar la brecha en el
subdesarrollo; para lo cual tenemos que estar preparados en
formar una diferente estructura productiva. Sin olvidarnos que la
recaudación fiscal y el pago de los impuestos es una
responsabilidad de todos.
La cooperación y las ayudas internacionales deben
ser conscientemente coordinadas por una institución para
hacerlas eficaces y oportunas, teniendo presente que las naciones
del mundo moderno están convencidas que, sin un Pacto de
Gobernabilidad en nuestros respectivos países, la
cooperación entre el mundo desarrollado y nuestro
país está extremadamente limitada.
Bajo este concepto, el Pacto de Gobernabilidad tiene la
misión
de definir un enfoque estructural orientando todos sus esfuerzos
hacia el fortalecimiento de la democracia, con especial
énfasis en fortalecer el Estado de Derecho e impulsar la
participación ciudadana promoviendo, para
ello, la cultura del
diálogo y
la apertura.
Por lo tanto se tiene que impulsar, desde la sociedad civil,
una transformación en los tres poderes del Estado que nos
garantice a todos los habitantes la superación integral,
mediante procesos que:
- Optimicen la capacidad de gestión de los
Poderes del Estado hacia las comunidades. - Definan soluciones a problemas
estructurales. - Promuevan la participación activa de la
sociedad civil. - Impulsen el diálogo en los distintos
sectores de las comunidades.
La labor de estas acciones se tienen que centrar en la
concepción, diseño
y ejecución de estrategias para
promover los cambios que demanda la
evolución de nuestra sociedad, en base al
reconocimiento de las necesidades específicas y regionales
de nuestro país, mediante diagnósticos y estudios
especializados. Nuestras propuestas deben caracterizarse por la
definición de soluciones a problemas estructurales que
comprendan diversas perspectivas de acción con el
propósito de analizar alternativas e implementar planes de
impacto social general.
La metodología debería de basarse en el
involucramiento y participación multisectorial de grupos
de trabajo, sistematizar la información usando tecnología de punta,
aplicando criterios para el diálogo político, la
gestión con organismos internacionales y entidades
públicas y privadas, y en la aplicación de métodos de
seguimiento y evaluación. Además de mantener una
visión crítica respecto de los resultados de
nuestras acciones.
Este Pacto de Gobernabilidad debe responder, desde el
principio, a objetivos y
acciones libres de compromisos con una determinada ideología político partidista o de
cualquier sector con cierto peso en la sociedad. Y esto nos
permitirá canalizar opiniones y criterios de muy diverso
origen e índole, buscando siempre obtener una convergencia
de ideas cuya diversidad enriquezca el proceso de análisis
y que amplía las opciones de solución.
Con este criterio podremos acceder a todos los sectores
en general, incluidos los políticos y económicos,
para obtener el respaldo por la calidad de las
propuestas, lo que impulsará la credibilidad de nuestro
trabajo serio y desinteresado.
Se tiene que poner el énfasis adecuado para
utilizar otras herramientas,
tales como análisis de los medios de comunicación,
encuestas, estudios y sondeos de opinión, consultas
especializadas, entrevistas y
otros mecanismos para acceder a la información valiosa que
nos deje conocer todo acerca de las necesidades y de la percepción
de las comunidades en general y de grupos objetivo.
El diálogo político será la base de
todo el esquema, para lograr involucrar e interactuar con la
sociedad civil y las instituciones.
Cualquier nación del mundo, y nuestro respectivo
país no es la excepción, no puede situarse en una
posición de desarrollo si más de la mitad de su
población ha estado marginada, discriminada y excluida, no
sólo de las decisiones sino del bienestar y
superación integral.
Tampoco podemos suponer que el crecimiento
económico, tal y como señalan algunos
índices macroeconómicos, traigan alguna mejora en
las condiciones de la vida de millones de familias cuando un
enorme número de seres humanos están privados de
derechos y de recursos para
incentivar o promover su productividad.
Los modelos de
desarrollo que hemos tenido, si es que podemos decir que hemos
tenido intentos o intención de tenerlos, han excluido a
hombres y mujeres pobres y extremadamente pobres, dando un trato,
con ello, socialmente injusto a los seres humanos ya
políticamente insostenible para los gobiernos.
Mucho de lo anterior, sino todo, hemos estado viviendo
en cada uno de nuestros países en Latinoamérica
durante los últimos cincuenta años por lo
menos.
Y eso ha hecho que la injusticia social y el desprecio
marcado por la calidad de
vida de los habitantes que componen los estratos sociales
más desposeídos y postergados, lamentablemente y de
manera fatídica, han crecido, de manera irónica
para aquellos grandes estrategas políticos del pasado que
creyeron hacer lo correcto, con el supuesto crecimiento de
nuestra economía.
Es por ello que todas las actividades que tienen lugar
en el ámbito de los hechos gubernamentales que pretenden
llevar desarrollo a las comunidades, no reflejan más que
ese marcado crecimiento que produce mayor desigualdad
social.
Y la presencia de las especulaciones con el capital, unido
al capital golondrina, acentúan las tendencias, pues el
dinero no se utiliza para la producción sino para la especulación
y explotación irracional.
Con el medio ambiente, el
derecho a contaminar y a depredar los recursos naturales,
renovables o no, se han convertido –tristemente hay que
reconocerlo- en un incentivo fundamental para la inversión extranjera y la
explotación inmisericorde de nuestros recursos, bienes y
servicios.
La sociedad civil es la gran ausente en el proceso de
globalización que se está llevando a
cabo en Latinoamérica. Y ninguno de los habitantes somos
consultados o considerados, tan siquiera, a la hora de la firma
de acuerdos o tratados de libre comercio.
Y, desgraciadamente para millones de latinoamericanos, vemos
reducido nuestro papel a ser únicamente potenciales
consumidores pasivos de los grandes intereses a
mansalva.
Las graves consecuencias de todo lo anteriormente
expuesto son múltiples. Y cualquier gobierno tiene
reducidas sus posibilidades, aún y a pesar de sus buenas
intenciones, ya que obviamente la gobernabilidad se debilita ante
panorama tan desolador y a la vez desalentador.
Los resultados y efectos son muy claros: se
acentúa dramáticamente la pobreza y surge, aparte
de la extrema pobreza y de la propia pobreza, otro
fenómeno tan dañino que es el de los nuevos pobres
que viven en las áreas urbanas, mejor conocidos como
pobres urbanos que reciben toda la carga del sistema inhumano,
mercantilista y explotador que nos ha tenido controlados, y hace
que la tendencia sea a que desaparezcan las capas medias de la
sociedad.
La polarización social se agudiza, reflejando a
nivel nacional unos índices de desarrollo humano de
cincuenta años de atraso y esto ningún pueblo lo
aguanta ni lo tolera.
La salud y educación se convirtieron ya en
servicios de consumo inaccesibles para las grandes
mayorías de Latinoamérica de todas las
edades.
Y la sobreexplotación irracional de nuestros
recursos naturales, renovables o no, han anulado cualquier
intento de uso racional y conservacionista, que ha puesto en
grave peligro y que apunta a padecer un deterioro irreversible en
nuestro territorio nacional.
El terreno es abonado, aún más, para una
mayor conflictividad social, cuando traemos el tema del
incremento en los hechos delictivos, criminales y violentos, en
donde la inseguridad, impunidad, corrupción e ineptitud, son los factores
claves para tener un Sistema de Seguridad, Justicia y Carcelario
agotado y prácticamente colapsado.
El Estado en cada uno de nuestros países, como
garante constitucional del Bien Común y de la
protección a la persona y a la familia, cada día
pierde más fuerza en ese empeño.
Y dentro de este triste esquema nacional hay que agregar
que los derechos sociales y humanos, así como las organizaciones de
base social o de la sociedad civil, continúan siendo
ignorados.
Es la hora y el momento oportuno de hacer un alto,
reflexionar y preparar una nueva senda basada en un Gran Pacto
Social de Gobernabilidad Democrático que tenga sus bases,
y por supuesto el sustento social, y que funcione. Es decir que
el Sistema de Representación que contempla nuestra
Constitución para que desde allí se generen
localmente las respuestas a las demandas genuinas de la
población desde las comunidades, municipios, departamentos
o provincias, regiones y/o estados, a nivel nacional e integral,
desde donde los representantes de la sociedad organizada puedan
definir y decidir el futuro y el desarrollo nacional en
armonía, es decir en y con gobernabilidad para el Estado
de nuestros países.
- PODER EJECUTIVO
- PODER JUDICIAL
- PODER LEGISLATIVO
- TRANSFORMACIÓN DE LOS TRES PODERES DEL ESTADO
(ojalá desde una Constituyente):- MINISTERIO DE SEGURIDAD PUBLICA
- MINISTERIO DE GOBERNACIÓN O DEL
INTERIOR - POLICÍA NACIONAL CIVIL
- POLICÍAS MUNICIPALES O LOCALES DE
PREVENCIÓN, TRANSITO Y TURISMO - MINISTERIO PUBLICO
- JUNTA NACIONAL DE SEGURIDAD
- JUNTAS DEPARTAMENTALES O PROVINCIALES,
MUNICIPALES O LOCALES DE SEGURIDAD
- POLÍTICA DE SEGURIDAD
CIUDADANA:- PLAN NACIONAL SOSTENIBLE DE
DESARROLLO - ESTRATEGIA GENERAL PARA LUCHAR CONTRA LA
POBREZA - INTEGRACIÓN DEL ÁREA
RURAL - DESARROLLO TERRITORIAL
- DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA
BÁSICA - DESARROLLO HUMANO
- DESARROLLO SOCIAL
- DESARROLLO PRODUCTIVO Y GENERACIÓN DE
EMPLEOS - DESARROLLO ECONÓMICO
- PLAN NACIONAL SOSTENIBLE DE
- POLÍTICA DE DESARROLLO HUMANO Y SOCIAL:
- PROCESO DE GLOBALIZACIÓN
- TRATADOS DE INTEGRACIÓN Y LIBRE
COMERCIO - EMPLEO Y SUBEMPLEO
- PRODUCTIVIDAD
- PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
- CRÉDITO, INTERESES Y DIVISAS
- POLÍTICA ECONÓMICA Y FINANCIERA:
- EXPORTACIONES E IMPORTACIONES
- COOPERATIVAS Y MICROEMPRESAS FAMILIARES
- PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA
- EMPRESAS INFORMALES
- COMERCIO, INDUSTRIA, AGRO INDUSTRIA
- BANCA Y FINANCIERAS
- POLÍTICA DE PRODUCCIÓN:
- INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS
- PROMOCIÓN DEL TURISMO RECEPTIVO E INTERNO
O NACIONAL - PROYECTOS Y FOMENTO DE LA
INVERSIÓN
- POLÍTICA DE TURISMO:
- POLÍTICA DE VIVIENDA Y DE ASENTAMIENTOS
HUMANOS:- ECOLOGÍA Y RECURSOS NATURALES
- DESECHOS, BASUREROS Y RELLENOS
SANITARIOS - REFORESTACIÓN
- PROTECCIÓN A COSTAS, MARES, RÍOS Y
LAGOS - RECUPERACIÓN DE ZONAS DESÉRTICAS,
BARRANCOS Y LADERAS
- POLÍTICA AMBIENTAL:
- POLÍTICA AGRÍCOLA Y GANADERA:
- MINAS
- HIDROCARBUROS
- ENERGÍA
- BOSQUES
- HIDROLÓGICOS
- POLÍTICA DE EXPLOTACIÓN DE RECURSOS
NATURALES:- DESCENTRALIZACIÓN Y MODERNIZACIÓN
DEL ESTADO - DESCONCENTRACIÓN INSTITUCIONAL
- FORTALECIMIENTO DEL PODER LOCAL
- FORTALECER LA AUTONOMÍA
MUNICIPAL
- DESCENTRALIZACIÓN Y MODERNIZACIÓN
- POLÍTICA DE INTEGRACIÓN
TERRITORIAL:- LA SOCIEDAD CIVIL Y SU PARTICIPACIÓN
CÍVICA Y POLÍTICA - CUMPLIMIENTO DE LOS ACUERDOS
- PROTECCIÓN A LOS DERECHOS
INDIVIDUALES - REFORMA CONSTITUCIONAL
- TRANSFORMACIÓN ELECTORAL
- EL ROL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y
COMITÉS CÍVICOS
- LA SOCIEDAD CIVIL Y SU PARTICIPACIÓN
- POLÍTICA DE INTEGRACIÓN NACIONAL:
- PACTO FISCAL
- POLÍTICA OPERATIVA TRIBUTARIA:
- POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL Y DEL
EJERCITO - POLÍTICA EDUCATIVA, TECNOLÓGICA Y
UNIVERSITARIA - POLÍTICA DE SALUD
PUBLICA Y ASISTENCIA SOCIAL - POLÍTICA DE FORTALECIMIENTO DE LAS
INSTITUCIONES (incluye a los partidos
políticos) - POLÍTICA CULTURAL:
- POLÍTICA DEPORTIVA:
- POLÍTICA DE RECEPCIÓN DE LA
COOPERACIÓN INTERNACIONAL - MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y DE AVANCES SIN
RETROCESOS
ORGANIGRAMA Y
FLUJO DE ACTIVIDADES
Para ver el gráfico seleccione la
opción "Descargar" del menú superior
VERDAD Y MENTIRA EN
LA VIDA POLÍTICA
Para ninguno de nosotros es un secreto que la verdad y
la política no se han llevado muy bien que digamos; y nos
ha quedado como norma, por y entre los políticos criollos
que se han encargado muy bien de dejarlo marcado así, que
la verdad no es parte de las acciones que tiene la
política nacional.
Ejemplos podemos citar abundantes, tanto de los
últimos cien años, como de nuestro pasado
reciente.
Por lo que muchos de los personajes que se han metido a
políticos, y que participando en política han
impuesto que
como la verdad no es indispensable en sus asuntos no hay que
tomarla ni siquiera en cuenta, fueron y son los culpables de
hacer nacer o que surgiera la justificación de lo
injustificable.
Y hoy la mentira, el embuste y las patrañas y la
demagogia, que son casi necesarias en la actividad
política, se han encargado de desvirtuar esta noble
profesión; tan noble y tan necesaria como cualquier otro
oficio, profesión o empleo.
¿Quiénes se tienen que hacer cargo de los
puestos de elección, de los ministerios,
secretarías, direcciones generales, jefaturas y fungir
como funcionarios públicos?.
Les guste o no, son espacios para los
políticos.
La mentira, las argucias y la demagogia son los
instrumentos de algunos personajes, no de todos conste, que
quieren hacer realidad sus sueños por medio de la
política para llegar al ansiado poder público y
convertirse en presidentes, diputados, alcaldes o ser nombrados
en altos cargos una vez el candidato al que se apoyó en
las elecciones gana el evento y es electo presidente.
¿No hay dignidad, entonces, en el campo
político electoral?.
¿Hemos permitido acaso que la
justificación de la mentira de la verdad o la verdad de la
mentira nos gobierno?.
Por supuesto que sí hay dignidad en este campo
tan importante de la vida nacional.
Y no es que hayamos permitido que ese juego de la
verdad-mentira nos gobierne, lo que ha pasado es que una
camarilla de largos y abusivos personajes se cuelan en cada
época, gobierno y puesto público y eso hace que
generalicemos para todos los que de una u otra manera buscamos la
política para servir a la Patria.
¡Qué bonito me quedó el párrafo
anterior!.
¿Pero por qué hemos permitido que algunos
sigan tan campantemente su lucimiento y el abuso del
poder?.
Y ¿por qué el Sistema Legal no los ha
castigado como se lo merecen?.
Los funcionarios que han participado en todos y en cada
uno de nuestros gobiernos y trabajado para todos los presidentes
que hemos tenido en Latinoamérica, que también
hicieron sus dolaritos a la sombra del poder y en desmedro de la
población, y violentaron las buenas costumbres, la ley, la
cultura y el respeto social;
¿qué con ellos?.
¿Y aquellos otros que sirvieron para los
militares de las épocas gorilescas del pasado
reciente?.
¿Fueron diferentes a los políticos
contemporáneos que tenemos?.
No lo creo y será difícil de aceptar
algún argumento demagógico al respecto que salga en
defensa de esos chicos malos del mediano pasado, los que tuvieron
las riendas del poder público durante 30 ó 40
años y que echaron ondas
raíces que todavía están agarradas en las
estructuras de nuestros respectivos Estados actuales.
Sin tratar de justificar, ni mucho menos asimilar, la
mentira en la política, es bueno que busquemos una como
explicación racional y cuerda a la demagogia, las
especulaciones, las falsas expectativas y hasta a la estafa de
conciencias que algunos llevan a cabo en su pseudo función
de políticos.
Es sencillo ver que la política es aquella
actividad, arte dicen algunos, que nos permite conseguir algo,
que debe ser un beneficio o serie de beneficios, a través
y por medio de un instrumento.
El inconveniente es que algunos políticos, que se
pasan de listos, han creído que esos beneficios son para
su peculio y uso particular, olvidando, o haciéndose los
locos, que la política lo que busca es soluciones
generales y beneficios para la sociedad completa.
Y de aquí se derivó la argucia de usar
piadosas mentiras para esconder una amarga realidad, que
consideraron podría ser inconveniente en elecciones o para
la figura pública, evitando el deterioro en la imagen del
o de los candidatos y entonces hay que medrar y mentir, o no
decirle a la población toda la verdad, so pena de caer mal
por ser portador de malas noticias o
desastres y eso no rinde votos el día de las
elecciones.
Otros arguyen que es mejor una mentirilla o mentira
blanca que puede reemplazar una verdad o una realidad violenta; y
que son inofensivos algunos de los subterfugios usados por ellos
para impedir una crisis social
de proporciones graves y violentas.
El problema es grave, pues… ¿quién
califica qué y cuáles son esas consecuencias
funestas que muchas veces sólo ellos ven?.
La tergiversación de la política ha
llegado a tanto que se cree que es una serie de artificios
intelectuales que únicamente sirven para engañar al
pueblo con argumentos sólidamente contundentes que cambian
la realidad de los pobladores pero que busca favorecer la propia
vida del político.
Y, como la estabilidad de un Presidente y su Gobierno
descansa en la opinión que de ellos tenga la
población, para mantener la gobernabilidad los presidentes
y gobernantes deben contar con el apoyo simultáneo de un
buen porcentaje de la población que, al emitir su
opinión lo haga en apoyo, y a favor, de manera similar en
todo el territorio y jurisdicción correspondiente, a su
dominio y
gobierno.
La opinión pública es la que le da
intensidad a los conflictos políticos, y a la vida
política nacional, y es nada menos que la gasolina o el
combustible de las personas que se dicen
políticos.
Sin tener una buena o regular opinión
pública nadie sigue a otro.
Es difícil que si la población tiene
tildado a alguno de ladrón, deshonesto y corrupto, esa
persona pueda formar un grupo cívico o político con
algún chance de ganar elecciones; por el contrario pocos
se le acercarán pero para ver qué le sacan, y la
población, el día de la elección, lo
castigará con sus pocos o nulos votos, y/o votando por
otros personajes mejores que él.
Entonces, y para buscar que esa opinión popular
esté de su lado, los políticos hacen micos y
pericos por arrebatar de cada persona una buena opinión; y
por eso a muchos no les importa mentirles, engañarlos y
buscar mentiras piadosas que puedan durar lo suficiente para
ganar una elección o que permita terminar el
período para el cual fueron electos.
¡Qué tristeza!.
Pero esa es nuestra amarga realidad en
política.
Y es mejor estar debidamente enterados de esto para
empezar a hacer algo al respecto.
¿O no?.
La verdad normalmente es capaz de estorbar los mezquinos
intereses y las ambiciones personales de los seres
humanos.
Entonces, desde esta perspectiva, es más
comprensible, aunque no necesariamente compartida, la actitud de los
políticos que usan las triquiñuelas y los
subterfugios, unido a las dosis de demagogia y mentirillas, para
ganar o mantener los espacios en la vida nacional.
Los mecanismos de defensa que tiene la población,
ante el embate de los cínicos y farsantes -mecanismos muy
buenos por cierto, ya que son democráticos, participativos
y constitucionales- son recurrir a la fiscalización
pública de los actos de los funcionarios electos o
nombrados y de los políticos en activo; al igual que
promover debates y discusiones de los problemas locales,
municipales, departamentales o provinciales, regionales o
estatales y nacionales.
Y los medios de comunicación son el canal
más apropiado para ello.
Por supuesto los que son medios de comunicación
independientes y consecuentes con el fortalecimiento de la base
democrática, social y cultural de la nación; pues
hay, como en todos los lugares del mundo, medios que se prestan
más a los intereses, favores y dineros de los
políticos y funcionarios poco éticos, que a los de
la población honrada, trabajadora e indefensa.
El único pecado de los políticos es que
queremos cambiar el mundo en el que vivimos, porque al ver la
amarga realidad que nos rodea desde siempre, donde la miseria, la
pobreza, el desamparo, los abusos y violaciones a los derechos
individuales, derivados del Subdesarrollo, tiene sumida a nuestra
población latinoamericana en un lapidario lugar en el
Índice de Desarrollo Humano, todo eso hace que la sangre
nos hierva y queramos que las cosas sean distintas de lo que
realmente son para nuestros hermanos depauperados; y entonces,
decíamos, cometemos los políticos el pecado de
hacernos la ilusión de tener un mejor país,
más humano, más consciente y capaz de hacer
realidad el Bien Común y que llegue por fin la
protección a la vida de nuestros conciudadanos.
De esta actitud, basada en la buena intención,
nacen las mentirillas y la incipiente demagogia que muy
fácil se convierten en demagogia completa y en embustes,
calumnias y toda la serie de actos malabáricos que han
usado y usan todavía nuestros folclóricos
políticos que les permiten llegar y mantenerse en el poder
público; todo eso para crear las falsas expectativas y la
imagen de salvadores que, también hay que decirlo, la
población está esperando en alguien para que los
saque de la miseria.
Y esta es la razón por la cual, decíamos
al principio de este subtítulo, que la política y
la verdad como que no se llevan bien.
Pero hay que dejar claro, y no hay ninguna duda al
respecto, que si han tenido éxitos
político-electorales los demagogos y mentirosos, es porque
la población que vota y emite opinión contundente a
favor de ellos, es cómplice silente y complaciente de los
largos, embusteros y de los estafadores de conciencias, pues
esperan mesiánicamente un salvador, un mago y un
benefactor que los pueda sacar instantáneamente de los
dilemas diarios, problemas y apuros en los que, a duras penas,
sobreviven.
Claro y también tenemos que dejar colocado, en su
justo lugar, el motivo de esta complacencia y complicidad entre
unos y otros.
El Subdesarrollo.
Que, como ya lo vimos, genera una serie de eventos que
llegan hasta el analfabetismo,
a la poca instrucción, la desnutrición física y mental, y al
desamparo en el que sobreviven más del 85 % de nuestros
habitantes.
Y, ¿quién en su juicio, robusto, sano,
educado, con buena instrucción y orientación, con
amplias oportunidades de desarrollar su potencialidad productiva,
siga y continúe, sin bajarse, en el círculo vicioso
de las iniquidades y cometa el error de votar y elegir a los
mentirosos, farsantes y estafadores de conciencias?.
¡Quién!.
Sencillamente… ¡nadie!.
Pero los votos que sacan los oportunistas, los largos y
los demagogos, así como los populistas, iluminados y
mesiánicos seres, son y se deben al deseo incontrolable de
soluciones instantáneas, de héroes, de dioses y de
milagros, que pululan en las mentes, sueños e ilusiones de
nuestros pueblos que se devanan en el subdesarrollo y en la serie
de consecuencias de ello.
EL
PROFESIONALISMO EN EL ARTE DE HACER GOBIERNO
Y no es que se trate de buscar una lista de licenciados,
doctores y universitarios con maestrías o doctorados para
cumplir con el propósito de hacer profesional el arte de
Gobernar nuestros países.
No.
Nada más alejado de eso.
Lo que se debe hacer es eliminar de raíz la
mediocridad y prestigiar la competitividad
en el campo de la toma de
decisiones, para, desde ahí, buscar las mejores
opciones e ir saliendo de los inconvenientes que se padecen en la
población por la falta de servicios
básicos.
Es decir que las personas que deben ocupar los altos y
los cuadros medios gubernamentales deben poseer la cualidad,
ineludible, de una sola cosa.
La reflexión política.
Ojalá que pudiéramos hacer de la
reflexión política una acción que se viva y
sienta también en todos los cuadros de
Gobierno.
Y, si insistimos en el tema de la Reforma del Estado,
para cambiar las estructuras del mismo y hacerlo susceptible de
llevar el bienestar y las garantías reales a la
población, con el profesionalismo también se busca
reformar el recurso humano incrustado en el Gobierno y en los
equipos de
trabajo del Presidente de la República, que son
quienes realmente le dan vida y forma a las instituciones y
organismos del Estado.
¿Cómo y de qué manera los
funcionarios mediocres, y poco o nada profesionales (que no
necesariamente profesionistas, es decir con una licenciatura,
maestría o doctorado universitario), puedan interpretar
fielmente los anhelos, sueños, problemas y molestias de la
ciudadanía?.
Esta falta de realismo
profesional, que tienen nuestros políticos y funcionarios
públicos, en la toma de decisiones, mejor identificado
como profundo desconocimiento o simplemente por
desinterés, indiferencia y hasta desprecio hacia la
población, ha provocado lo que vemos a nuestro derredor:
una debacle en el Sistema
Político que se refleja en los ámbitos sociales
y humanos de cada uno de nuestros países en este hermoso
lugar denominado Latinoamérica.
Si no ¿qué significa que recientemente el
PNUD nos haya colocado en lugares terribles entre el concierto de
naciones del mundo, comparándonos con otros Índices
de Desarrollo Humano (IDH) de otros países?.
Lo que eso significa, simple y llanamente, es la falta
de pudor y vergüenza de aquellos funcionarios que se dijeron
políticos pero que realmente eran una recua de infelices y
vende patrias.
¿O no?.
El profesionalismo que deben tener y exhibir todos
nuestros funcionarios y gobernantes, y a esto nos estamos
refiriendo cuando hablamos del tema, es que debería de
estar compuesto por un genuino interés
social, creatividad,
respeto al Estado de Derecho, sentido común y sobre todo
una dosis enorme de buena voluntad, acompañado, por
supuesto, de honradez, capacidad y fraternidad, para poner todo
esto al servicio de los intereses nacionales; es decir de los
seres humanos, en primer lugar, y luego del entorno en el que
tenemos que vivir diariamente.
Y el Código
Ético del político, o funcionario profesional, que
no profesionista necesariamente (tener una carrera y
título universitario), en función gubernamental,
debería de estar supeditado a cumplir lo que demanda de
él la Constitución, las leyes y las costumbres
sociales y culturales del país.
Es decir un serio compromiso con quien le paga su
salario y la buena vida que se da, y alejarse de los conflictos
personales e intereses individuales para volcarse por el pueblo
que con sus impuestos paga salarios,
viajes y
emolumentos de funcionarios y gobernantes, y salir a defender los
grandes intereses nacionales.
La reflexión, como base de la actitud
revolucionaria del político y funcionario que busca
profesionalizarse, es la preocupación constante que se
debe mantener sobre los diferentes aspectos de la vida
nacional.
Por supuesto que todo esto basado con y en el concepto
de la Descentralización y Desconcentración de
funciones del Estado, para entonces cumplir a cabalidad con la
integración de funciones que nos permitan
sacar adelante a nuestra nación desde la base misma de
nuestra sociedad, como lo son las comunidades, los municipios,
los departamentos o provincias y las regiones.
Las deliberaciones, y el arte de escuchar a los actores
de la vida nacional, permiten mantener un enorme banco de datos e
información con los cuales es mucho más
fácil calcular riesgos,
posibles conflictos y, lo más importante, el impacto
social que se provocaría por tomar decisiones o dejar de
tomarlas.
Es por eso que la mayor preocupación de los
políticos debe estar en el razonamiento de las acciones,
planes y actividades que se vayan a implementar, pues es la
única posibilidad, por medio de la razón, que
juntemos todos los hilos de la madeja que representan cada uno de
los problemas diarios del latinoamericano; y con sentido humano y
social, entonces sí empezar a tomar las decisiones que se
nos demanda realizar.
Para aterrizar con una idea adecuada, con esto de buscar
el profesionalismo en la política, nada se acerca tanto a
lo que se quiere expresar como una acción contundente y
directa, que es la de provocar grandes, profundos y necesarios
cambios en las propias estructuras del Estado de nuestro
respectivo país para que de verdad se puedan cumplir con
las demandas sociales y con la evolución de nuestra
nación y patria que, como es tan fácil de
comprobar, no vamos de acuerdo con las necesidades que demanda la
población.
Y esto es parte del profesionalismo buscado y
exigido.
El Proceso de la
Globalización, los mercados
regionales y los tratados de libre comercio son
aspectos sumamente importantes que un Gobierno no puede
soslayar.
Estamos en la mitad de todos y a un paso de los mercados
más grandes del mundo (Estados Unidos, China, India,
Europa,
Japón,
etc.) y, Latinoamérica, como región, tiende a
establecerse como un mercado y los bloques de países del
Caribe, de Centro América y de Sur América, hacen
que sea una obligación que nos profesionalicemos en
política y en las acciones directas de Gobierno para estar
a la altura de las demandas socio económicas modernas del
mundo.
La búsqueda del fortalecimiento de las
instituciones del Estado, y en general del país, es una
prioridad para cualquier Presidente profesional, pues marca el
principal punto de apoyo en la gestión
gubernamental.
No hay que olvidar que la opinión pública
es el basamento político de un Presidente y si no podemos
manejarla, mantenerla y fortalecerla, para empezar habrá
un divorcio entre
la población y las instituciones y luego una indiferencia
hacia el propio Gobierno, para terminar en un peligroso
chismorreo, críticas y burlas para la propia figura
personal del Presidente, sus funcionarios, sus acciones y las no
acciones, que pueden terminar y generar en grandes
manifestaciones populares con peligro para la gobernabilidad
nacional.
Por lo tanto el punto principal es apuntalar las
instituciones que es lo único que permite a un Gobernante
mantenerse más o menos balanceado en el poder
público que detenta temporalmente.
Un Equipo de Trabajo del Gobierno no debe permitir, ni
darse el lujo, de un divorcio, aunque sea parcial o
pequeño, entre la población, los medios de
comunicación, las personas que emiten opinión y el
Presidente.
Esta separación, que es muy difícil de
notarse cuando empieza, es la que provoca un enorme daño a
la figura presidencial, al Gobierno en sí, a las
instituciones y en general a las personas que nos dedicamos a la
política, y por ende a la democracia que buscamos
fortalecer para convivir en paz y en armonía entre
conciudadanos que pensamos diferente pero que anhelamos la
superación.
Y, conforme aumenta el divorcio y la separación
entre el Gobernante y la sociedad civil, sin ninguna duda eso
hace que se empiece a poner caliente la cosa.
Los conflictos y las agresiones así se inician, y
la intolerancia que hacen lucir a los gobernantes es el peor
aditamento que se le agrega, pues no se puede detener la
situación hasta que llegue o termine en una guerra o en
enfrentamientos armados entre hermanos.
Y entonces la pregunta que todos nos hacemos es
¿qué pasó que estamos enfrentados unos con
otros?.
Y si revisamos las causas o las posibles causas de los
conflictos internos que hemos tenido en casi todos nuestros
países, claramente veremos que son por el divorcio entre
la realidad nacional y las acciones que se tomaron por parte de
los Gobiernos de turno que iban en dirección contraria a los intereses de la
población.
Así se llegó a perder el respeto a la
institucionalidad y nos llevó la madre en una guerra sucia
y sin treguas por muchos años, provocando más
miseria, incremento en la pobreza y un olvido socio
político en más del 80 % de la
población.
En esa misma población que fue sujeto y objeto de
la guerra, en donde unos salieron con las armas a defender los
intereses populares y los otros defendiéndola de los
insurrectos no hicieron más que masacrarse mutuamente en
perjuicio de ese mismo pueblo al que ambos dijeron estar
protegiendo.
Nuestros profesionales deben diseñar
políticas de largo alcance para el futuro y concebidas en
el concepto de resguardo de nuestros recursos actuales, pues es
imposible que hipotequemos o nos gastemos los recursos,
renovables o no, de las generaciones que aún no han
nacido.
Eso es un crimen de lesa humanidad.
Y como ejemplo veamos el aspecto del medio ambiente que
le estamos heredando a nuestros nietos y bisnietos.
Uno horrible.
Con una amarga contaminación.
¿Es eso profesional y justo?.
¡NO!.
Claro que nuestro pasado tiene que servirnos de modelo, pero
para no cometer esa serie de errores y horrores en el
diseño de políticas de largo plazo.
Como el futuro no existe, es en el pasado que debemos
pensar más como una historia que algunos hemos ayudado a
construir, para bien o mal, y que se hace necesario que
comprendamos, los políticos, que debemos pensar en nuestra
historia nacional para proyectarnos al futuro, pero sin quedarnos
viviendo en ese pasado y mucho menos recrearlo para volver a
utilizar esos métodos nefastos y prepotentes que fueron
usados como política de Estado buscándolo proteger
de un misterioso y nebuloso enemigo.
Nuestro pasado nos afecta, a tal grado, que modela todo
cuanto queramos hacer.
Por lo tanto y por lo mismo el profesionalismo en el
arte de Gobernar incluye esta parte: No vivir del pasado y no
quedarnos atados al mismo.
La evolución avanza, con nosotros o sin
nosotros.
¿Somos capaces de andar con el mismo paso que
camina y circula en el mundo la evolución social y
política de nuestros gobernados?.
¡Ojalá que sí!.
Si no, estamos y seguiremos bien fregados.
Ya hablamos sobre la reflexión, pero no se nos
malinterprete y se busque aquí hacer un mal paso en esta
profesionalización.
El exceso en la reflexión de y en nuestro pasado
para sacar conclusiones, también resulta nefasto, pues nos
quedamos conectados con una serie de hechos caducos y molestos
que sin duda van a influir en nuestras decisiones de Estado pero
para peor.
Al pasado sólo veámoslo como algo que
otros hicieron sin pensar en nosotros, para entonces no cometer
ese craso error que rayó en lo criminal, y antes de tomar
decisiones del momento pensemos, reflexiones, aquí si en
exceso, y analicemos seriamente las consecuencias y el impacto
que tendrá en las nuevas generaciones que aún no
existen y que demandan de nosotros, acá, en este momento,
respeto hacia ellos, al país en el que vivirán y
con las reglas que evolucionarán hasta alcanzar su pleno e
integral desarrollo humano y social.
Esto es lo que debe hacer un equipo profesional por su
país.
¿No le parece?.
Un buen Presidente, para gobernar su respectivo
país en Latinoamérica de acuerdo a la
evolución natural y esperada en la sociedad, debe cuidar
muy bien de todo el país, de los habitantes y cuidarse de
los poderes paralelos.
Es decir que debe implementar políticas de
aplicación general, sin discriminaciones, exclusiones o
dedicatorias especiales.
Y si de dedicatoria o tratos preferentes se tratara la
cosa, por un deber moral, aunque la ley así lo demanda, y
otro más importante que es el deber humano, la ventaja, la
protección y la deferencia deberían estar enfocadas
hacia los habitantes más desposeídos, más
excluidos y más olvidados, hacia las mujeres abandonadas,
los niños
de la calle, los desvalidos, los ancianos y las jefas de hogar
que enfrentan la tarea del mantenimiento
de sus hijos sin ayuda de nadie.
También tiene que ver con aquellos acostumbrados
a los grandes privilegios económicos, fiscales y de
cualquier otra índole, que abundan, y que se pegan casi
inmediatamente al nuevo Presidente y a su equipo de trabajo para
continuar medrando del erario público.
Con estas personas y grupos hay que tener mucho cuidado
pues representan los grandes intereses del país y, capaces
como son de manejar a su gusto y antojo las situaciones,
habrá que aplicarles las reglas generales vigentes para
que se incorporen al desarrollo productivo como Dios
manda.
Claro que es muy fácil decir lo
anterior.
La vaina está en cómo hacerlo.
Y un método muy sencillo es convocar a un Gran
Pacto de Gobernabilidad para sentar en una gran mesa a los
actores de la vida nacional, al pueblo representado en la
sociedad civil y a técnicos y profesionales, para que
juntos, todos, analicemos la situación nacional, los
problemas, los atrasos, las culpas, los objetivos del
país, las propuestas y principalmente los frenos que no
han dejado que avancemos como nación.
Con esta táctica los poderes y las personas que
usualmente "mandan" en nuestro país, verán diluido
su poderío pues, como es fácil observar, nos
estamos poniendo de acuerdo todos para resolver el
atraso.
El Presidente de la República, en nuestro
respectivo país, debe trabajar, luchar, esforzarse, sudar
la gota amarga, llevar la carga, no parar ni para descansar,
pelear, emprender y buscar incesantemente ideas creativas y
novedosas y estar siempre al frente de la nación, como el
gran líder
que es y que representa, nada menos que la unidad nacional, pues
para eso lo elegimos en las urnas y con nuestros votos lo hicimos
Presidente de todos, creyendo que él y su Equipo de
Gobierno no iban a permitir más crisis, ni la
ingobernabilidad, mucho menos el deterioro de nuestra ya precaria
calidad de vida y que la inseguridad, impunidad,
corrupción e incapacidad eran situaciones que poco a poco
irían desapareciendo en su Gobierno.
El respeto que le debemos a un Presidente así es
como se lo debe ganar del pueblo.
Gobernar, hay que entenderlo, es todo eso: ponerse al
frente, con agallas, por no decir otra cosa que ustedes entienden
¿verdad?, para enfrentar las diversas situaciones que se
presentan a diario y superarlas con inteligencia,
agilidad mental, creatividad, ingenio, habilidad política
-que no mañosería-, entusiasmo, maestría,
soltura, capacidad y sobre todo una gran voluntad y buena
fe.
Para que sea capaz de trasladar todo esto a su Equipo de
Trabajo y de Gobierno, y si los funcionarios no se ponen las
pilas y son
incapaces de traducir y hacer lo mismo… pues hay que mandarlos
muchisísimo a la …, ya saben ustedes a donde.
¿Es mucho pedir acaso?.
¡NO!, no lo es.
Y si así fuese, es decir si pasara que un
Presidente no se puede poner las pilas para actuar como se
demanda que actúe, la pregunta obligada es: ¿por
qué diablos buscó la Presidencia de la
República un timorato y un despreciable ser que no tiene
la capacidad ni la altura que requiere el Gobernante?.
Y no es broma eso que manifestamos como principales
acciones presidenciales, pues qué chiste tiene que el que
luchó políticamente por el poder público y
que nos hizo creer durante la campaña, por obtener
nuestros votos, que era como superman, capaz de vencer cualquier
dificultad por nosotros, la población, hoy, ya de
Presidente, a cargo de las mieles del poder, resulta que nos sale
con el cuenterete y el truco ese de decirnos que él es
simplemente un ser humano como cualquiera de nosotros y que se
equivoca y comete errores como un simple hijo de
vecino.
¡Ve que lindo resultó el fulano
ese!.
¿Tenemos acaso cara de babosos?.
Claro y por supuesto que como ser humano el Presidente
puede equivocarse, cometer errores y hasta horrores, pero
¿acaso no tiene un equipo humano que investiga,
constantemente, en la población para saber directamente
cómo es percibido, qué tan buen equipo de Gobierno
tiene, qué se está dejando de hacer y qué
cosas demanda la población del Presidente y del
Gobierno?.
¡Por supuesto que tiene ese equipo, estructura,
dinero y facilidades para investigar y averiguar por medio de
encuestas, estudios de opinión e indagaciones directas
todo aquello que quiera!.
Claro y por supuesto que si un Presidente, con toda esa
información al día, no toma cartas en el asunto y
no endereza rápido el vehículo gubernamental, no
sólo se deprecia, baja el respeto que la población
le pudiera haber tenido, sino que pierde el apoyo popular, se
desprestigia personalmente y la gobernabilidad desaparece como
por acto de magia.
Y ¿para que diablos sirve un Presidente incapaz
de interpretar los sueños, problemas y anhelos de su
población?.
¡Para nada!.
Y, desgraciadamente, para nada sirven, en el
razonamiento lógico de la población afectada, los
políticos, los partidos políticos y la
democracia.
Vea usted qué clase de ingratitud a la que nos
llevan los malos políticos que llegan al poder pero que no
tienen la sensibilidad social necesaria para llevar bienestar,
atención y servicio a su pueblo.
Hace falta que la población les de una
lección a los políticos que pretenden
engañar a los ciudadanos.
El problema es que hacen falta, así mismo,
representantes dignos de la población civil para que
desenmascaren públicamente a los pícaros y a los
estafadores de conciencias que por llegar al Gobierno y a libar
las mieles del poder son capaces de vender hasta a su madre
(aclaro que a la madre de los políticos, por
supuesto).
Pocas son las lecciones para Gobernar a cualquiera de
nuestros países como los nuestros en América
Latina.
Y en resumidas cuentas podemos
listar algunas de las acciones necesarias para hacer un buen
trabajo en estas tareas:
- Respetar la Constitución y las
leyes. - Tener conciencia social.
- Escuchar la voz del pueblo, que como lo dice la
tradición popular, es la voz de Dios. - Traducir esa voz popular en hechos, acciones y
beneficios.(¿No es hasta estúpido perder
tiempo, dinero y esfuerzos por no hacer caso de las
manifestaciones de opinión pública que
recibimos de manera gratuita con consejos, estudios,
propuestas y sugerencias para mejorar nuestras actuaciones en
el Gobierno?). - Y, de manera prioritaria, corregir todo aquello que
la voz del pueblo, o sea la opinión pública,
pida, exija, demande, ordene, sugiera o simplemente aconseje,
ya sea de manera directa, por medio de encuestas y estudios de
opinión, pintas y graffitis, manifestaciones, volantes,
boletines, opiniones por los medios de comunicación,
campos pagados, o por los clamores populares que se expresan
por medio de los comentarios, chistes, chismes, chismorreos,
caricaturas y cualesquiera de las tantas exposiciones por las
que canalice la población sus inquietudes, dudas,
impaciencias, desasosiegos, expectativas, molestias,
sobresaltos, tensiones, hormigueos y sobre todo sus
angustias. - Ser respetuosos de los medios de comunicación
social y estar agradecido con los comentarios,
críticas y hasta chistes que nos hagan, pues reflejan,
en gran medida, la verdad de las cosas (y que mejor que de
gratis nos dan consejos, sugerencias y análisis de las
situaciones diarias los columnistas, reporteros y personas que
se manifiestan por medio de ellos). - Que la población vea, sienta y experimente que
el Presidente está haciendo, luchando y procurando
llevar beneficios a las comunidades, y que si no las podemos
hacer, por equis o ye circunstancia, nos esforzamos al
máximo y fuimos capaces de luchar con todas nuestras
fuerzas por conseguirlo. - Estar siempre disponibles para los amigos, conocidos,
líderes y representantes, pues luego es terrible que nos
saquen el chisme que somos inalcanzables y que se nos subieron
los humos a la cabeza con el poder. (No hay que olvidar que
el Gobierno y el poder público apenas duran cuatro,
cinco o seis años y que esos meses se pasan volando y en
un abrir y cerrar de ojos volveremos a la
realidad).
La sinceridad y la honradez es importante que las
hagamos parte de nuestra vida, pues las personas en las
comunidades no tienen un pelo de tontos, si no veamos lo que
sucede cuando algún paisano se quiere aprovechar de esa
apariencia, que algunos le dicen tontera, y en alguna compra que
hace cualquier habitantes sencillo y humilde se lo quieran
tontear dándole de menos en el vuelto o cambio de su
compra.
¡Dios guarde!.
Ninguno nos dejamos robar en los vueltos o
cambios.
Entonces, y ya con este claro ejemplo de nuestros
pueblos, es bueno que el Presidente, los funcionarios altos y
medios del Gobierno entiendan la necesidad de actuar bien y de
manera correcta con las comunidades.
Y, ya lo dijimos, como ninguno somos babosos o tontos,
es imposible que si vemos el esfuerzo –hasta sobre humano-
que ha estado haciendo nuestro Presidente y su equipo de Gobierno
por nosotros, el pueblo, las comunidades y las familias
más necesitadas y pobres de nuestro país, vayamos a
ser tan desgraciados, desconsiderados e ingratos en no reconocer
sus buenas intenciones y su buena voluntad.
Que por alguna circunstancia especial no fue posible que
todos los beneficios nos llegaran, quizá hasta podemos
decir que poco importa eso, pues sí vimos el enorme
esfuerzo personal de nuestro Presidente, como Conductor de la
Nación y del Gobierno, por tratar de resolver nuestros
problemas.
Y en política eso es lo importante.
Los sentimientos que seamos capaces de despertar y
mantener en nuestros gobernados, por supuesto los buenos y
más excelsos, nos proporcionarán una excelente
imagen, una aceptación enorme y un escudo contra la
crítica destructiva, los señalamientos y la mala
fama que nos quieran achacar o trasladar nuestros
opositores.
La percepción de la población es lo
más importante y si somos lo suficientemente listos para
entender esta palabrita, sin ninguna duda, ¡ya la
hicimos!.
Pero qué diablos pretendemos de la opinión
pública, de los medios de comunicación, de
columnistas, comentaristas, de caricaturistas y en general de las
personas que nos critican por los medios radiales y televisivos
del país si no hemos podido hacer que nuestro Gobierno
arranque, que lleguen algunos beneficios y que nuestra imagen de
trabajo sea disoluta, libertina y hasta corrupta.
Así, con esa apariencia que pueda ser manejada en
la opinión pública, sólo podemos hacer cosas
drásticas.
Pero las que están adentro de la ley y de la
Constitución Política.
Y en momentos de crisis, con ausencia notoria de
gobernabilidad y con la imagen presidencial y del gobierno de
turno por los suelos y
recibiendo palo tras palo, crítica tras crítica y
hasta en el colmo que al oír voces que salen en nuestra
defensa eso actúa al revés y provoca un
aluvión nuevo de comentarios negativos más fuertes
que los que normalmente nos estaban haciendo, no significa
más que una cosa.
Ya la situación está de color de
hormiga.
Por lo tanto lo único que se puede hacer es lo
siguiente:
Con los argumentos de la pobreza extrema y los
índices de desarrollo humano por los suelos, para
enfocar toda la atención del Estado, Presupuesto,
acciones y programas, y poder romper con las estructuras que
impiden hacer realidad los derechos y garantías
constitucionales.- Declarar un Estado de Emergencia y Calamidad
Nacional.Presentando al Coordinador del Esfuerzo Nacional,
una persona que provoque la confianza adecuada. - Convocar un Gran Pacto de Gobernabilidad.
Destituir a todos los ministros, viceministros,
secretarios y subsecretarios de Estado, a gobernadores,
presidentes de consejos de desarrollo, presidentes y
directores de los fondos sociales, y otros altos funcionarios
públicos. Y con el nombramiento, a la par de estas
destituciones masivas, de personas con profesionalismo
comprobado, que no necesariamente profesionistas o con
carreras técnicas o universitarias, podemos estar
seguros de
conseguir, de la población y de la opinión
pública, por lo menos unos cuatro o seis meses de
beneficio de la duda para el nuevo Equipo que nos
ayudará en la Grave Crisis de
Ingobernabilidad. - Destituciones masivas.
- Nombramientos de Cabezas de Grupo.
Nombrar, inmediatamente, al Comisionado Presidencial
para la Descentralización, Desconcentración y
Modernización del Estado; al Comisionado Presidencial
para el Desarrollo Humano y Social; al Comisionado Presidencial
para estructurar el Plan Nacional de Seguridad,
Prevención y Protección Civil; al Comisionado
Presidencial para asuntos Legislativos; y al Comisionado
Presidencial para asuntos Judiciales y del Ministerio
Público.
Con estas severas y drásticas, si se quiere,
medidas y decisiones de Estado, el Señor Presidente
podrá estar más que seguro que el barco se
enderezará.
GUILLERMO RUANO GONZÁLEZ
Investigador, Asesor y Consultor en Ingeniería Política y
Comunicación.