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¿Quiere ser usted el próximo presidente de su país?




Enviado por ruanowilly



    1. ¡Qué nos ha
      ocurrido en América Latina!
    2. ¿Quiere ser usted el
      próximo presidente de su
      país?
    3. El arte de gobernar y la
      Constitución
    4. La visión de gobernar
      cualquiera de nuestros países
    5. Único problema de
      América Latina y de nuestros países y patrias
      (como causa de todo)
    6. Propuestas para gobernar
      nuestra respectiva nación
    7. Pilares de la nueva patria,
      para gobernar a cualquiera de nuestros
      países
    8. Propuesta de
      gobernabilidad democrática y reforma del
      estado
    9. Grandes temas nacionales e
      implementación de líneas políticas para
      conseguir, ¡Por fin!, la tan ansiada
      gobernabilidad
    10. Organigrama y flujo de
      actividades
    11. Verdad y mentira en la vida
      política
    12. El profesionalismo en el
      arte de hacer gobierno
    13. Lecciones para
      gobernar

    ¡QUÉ NOS HA OCURRIDO EN AMÉRICA
    LATINA!

    De verdad que es un dilema terrible esta democracia a
    la latinoamericana, a lo tropical, a lo tercer mundista, puesto
    que, cada cuatro, cinco o seis años (depende de la
    "democracia electoral" que tengamos en nuestro respectivo
    país) tenemos que hacer una escogencia para que el electo
    Presidente nos Gobierne, atienda nuestras demandas, cumpla sus
    promesas y, para variar un poco, nos empiece a desilusionar en la
    dulce compañía de compinches, compadres y amigotes
    y amiguetes; y no digamos de la amorosa y sexual
    compañía de novias, queridas, amantes que, muchas
    de las veces nuestros gobernantes que no son nada melindrosos ni
    discriminadores, han tenido y tienen a sus chicos, a sus novios,
    maridos y personal
    "machista" que les complacen sus deseos más locos y
    perversos, para quitarse el estrés
    terrible de gobernarnos.

    ¡Qué barbaridad por Dios Santo!.

    ¿Acaso no hay otro método
    para esto que ya está cantado y sabido que nos van a hacer
    los nuevos mandatarios por venir?.

    Claro que hablamos de elecciones regulares para que el
    que viene saque al anterior, puesto que, no hace mucho, los
    golpes de estado, las
    escaramuzas y los gorilas militaroides que se entronizaron en
    nuestros países, con las botas sobre nuestros padres,
    abuelos y tatarabuelos, todavía está latente en
    cada uno de nuestros países.

    Y no importa, realmente, si hablamos de Guatemala,
    Ecuador,
    República Dominicana, Brasil, Argentina
    o Chile o aún Cuba, todos y
    cada uno de nuestros países tropicalizados en América
    Latina, hemos tenido nuestros propios demonios y
    bestias.

    Unos del lado militar y otros del lado
    guerrillero-comunista.

    Que, como bien lo dice el refranero popular, son la
    misma… porquería.

    La cosa es que ambos bandos nos aniquilaron, puesto que
    solamente el pueblo pusimos a nuestros familiares como carne de
    cañón y a los muertos por millones durante los
    conflictos
    armados, revoluciones, contrarrevoluciones, alzamientos, golpes
    de estado y demás artificios que se han usado, y que
    seguramente se continuarán usando, para alcanzar el
    poder de una
    manera más fácil y segura que por las urnas, que es
    por las armas.

    Todo va encaminado a tener y disfrutar de las mieles del
    poder…

    La burla es que hoy, al igual que en años
    recientes, unos quince o veinte años, es decir una
    generación por lo menos, la nuestra digamos, cuando
    asumieron los distintos presidentes que han desfilado por nuestra
    fauna política como
    zoopolíticos, en un nuevo intento por hacer bien las cosas
    en nuestros países, éstas han empeorado para todos
    y cada uno de los latinoamericanos que, supuestamente,
    deberíamos de estar en un maravilloso y desarrollado
    país y continente, y no en el que estamos, sumidos en la
    mayor de las miserias e iniquidades que podamos
    recordar.

    Lo único que puede identificarnos a los
    latinoamericanos es la pobreza, el
    subdesarrollo,
    la miseria y la inconcebible falta de oportunidades para los
    cientos de millones de paisanos.

    La herencia que,
    luego de tantos Gobiernos y de muchísimos Presidentes, hoy
    nos alcanzó, es una terrible, llena de borrascas y sin una
    luz por medio
    de la cual podamos guiarnos para salir del subdesarrollo y de los
    abusos.

    Lo paradójico de todo este marasmo es que
    nuestras Constituciones, cada una de ellas, delega, como
    obligación del Presidente y del Organismo Ejecutivo, la
    realización del bienestar, de la seguridad,
    justicia,
    libertad, paz
    y desarrollo
    integral de cada uno de los habitantes y sus familias de este
    nuestro bello y paradisíaco respectivo país y
    continente.

    El mandato constitucional es y ha sido para la persona que
    llegue y ha llegado a ejercer, por la voluntad popular y la
    manifestación electoral el día de las elecciones,
    la Presidencia de la República de nuestro respectivo
    país.

    Es decir para varios señorones (y algunas
    señoronas, pocas pero las hemos tenido como presidentas,
    pero iguales de inútiles) que ya tuvieron en sus manos la
    batuta del poder y en su pecho la banda presidencial.

    Contestémonos con toda sinceridad
    ¿Qué diablos hizo cada uno de aquellos que elegimos
    como presidentes de nuestros países?.

    ¿Qué bienestar les debemos?.

    ¿Y los resultados positivos que deberíamos
    de estar disfrutando todos los latinoamericanos por la gestión
    de cada uno de los flamantes presidentes que hemos tenido el
    placer de tener, qué se hicieron?.

    Ese es el grave problema nacional en cada uno de
    nuestros países y en cada uno de nosotros sus habitantes.
    Nuestros flamantes presidentes, del pasado reciente, y por
    supuesto los actuales que se sacrifican por cada uno de nosotros,
    nada hicieron, pues hoy, para desgracia del pueblo, nos tienen
    ocupando lugares terribles en lo que al Índice de Desarrollo
    Humano (IDH) se refiere. Según el Programa de
    Naciones Unidas
    para el Desarrollo, PNUD, que nos califica en esos terribles
    puestos y que nos señala, ¡inequívocamente!,
    como países ingratos con su pueblo.

    Seguimos íngrimamente pobres y
    miserables.

    A pesar de los miles de millones de dólares
    (ponemos esta moneda para comprender mejor lo que queremos dar a
    entender) que todos los presidentes que hemos disfrutado en
    nuestros países, se gastaron y se gastan a manos llenas en
    la supuesta gestión positiva que tuvieron que
    proporcionarnos.

    Claro, la gestión positiva, no lo dudemos, es la
    que se comparte con compadres, amiguetes, amiguitas, amiguitos y
    financistas que, sabedores de la piñata que les espera si
    el candidato que apoyaron con dinero llega a
    gobernar su país, desquitan, al millón por uno, lo
    que dieron como contribución de gastos de
    campaña del candidato.

    Pero la calificación que el PNUD hizo y hace de
    cada uno de nuestros países, los señala de manera
    negativa.

    Y ante esto no hay justificación ni excusa
    posible.

    Nos toca, y corresponde hoy, en estos precisos momentos,
    a nosotros, a esta generación, transformar las cosas y
    hacer lo que ningún otro ha hecho por nuestro respectivo
    país.

    Es decir sacarlo del subdesarrollo.

    Y, si cada uno de nuestros Primeros Mandatarios en
    nuestro respectivo país, no declara un Estado de
    Emergencia y de Calamidad Pública ante ese acusador puesto
    en el que nos sitúa el PNUD con respecto al IDH, que nos
    tiene como países con la mayor pobreza en el
    mundo, nada podrá impedir que ese hoyo negro nos termine
    de tragar.

    La única salida posible que hay, en estos
    álgidos momentos que vivimos en Latinoamérica,
    después de esa declaratoria de Emergencia, es Convocar a
    un Pacto de Gobernabilidad; Poner a funcionar un Plan de Descentralización, Desconcentración
    y Modernización del Estado; Desarrollar, Ejecutar y
    Operativizar, por medio de un Sistema de
    Consejos de Desarrollo Urbano y Rural, un Plan Nacional de
    Desarrollo Humano y Social (que debe incluir una Estrategia para
    Combatir en serio a la pobreza), del que me precio tener
    una propuesta y que está a la disposición del
    próximo que quiera ser Presidente de cualquiera de
    nuestros país y que quiera hacer Gobierno; y en
    poner en marcha un Plan Nacional de Seguridad, Prevención
    y Protección Civil.

    Entonces sí que la gestión y logros de ese
    Gobierno será y podrá ser disfrutados por nuestros
    hijos y nietos.

    Mientras tanto… y eso nos llegue… mejor continuemos
    con nuestros análisis y propuestas.

    Nuestras respectivas Leyes Electorales
    y de Partidos
    Políticos establecen, en nuestros respectivos
    países, reglas para el juego ese de
    hacer de un paisano el mandamás de nuestro país, al
    que por medio de nuestros votos encumbramos, nada menos, que
    hasta la Presidencia de la República.

    Quién hasta no hacía mucho era una simple
    persona CCC (ciudadano común y corriente), con sus
    problemas
    personales y decepciones propias de vivir en esta parte del globo
    terráqueo tropicalizado y aclimatado a la pasión y
    dramas socio económicos que nos hacen lucir como
    países en extrema pobreza, con nuestros votos lo hacemos
    ocupar el cargo más importante de nuestro
    país.

    La fiesta electoral que se genera desde adentro de los
    partidos políticos, con algún chance de ganar,
    genera, así mismo, y provoca, gran entusiasmo entre
    correligionarios, simpatizantes, amigos y oportunistas; la
    mayoría de ellos, por no decir todos, buscando un asidero
    para que si el gallo nominado llega a la Presidencia, tener un
    hueso durante su mandato que roer y que disfrutar.

    Y motivamos a nuestra familia, amigos,
    vecinos, parentela lejana y a cuanto paisano podamos para
    asegurar los votos que permitirán que en la cadena de la
    política electoral, todos ganemos. Es decir: el candidato
    o la serie de candidatos propuestos que sean electos y que
    nosotros, los que podemos lucir como los que trabajamos por
    ellos, nos den un empleo fijo,
    presupuestado, por contrato o de
    asesores.

    La cosa es estar supeditados al Presupuesto
    Nacional.

    Político que no está en el Presupuesto de
    Gastos de la Nación,
    no es político, que se dedique a pescar o a gritar en los
    estadios.

    Si no, qué chiste tiene que sudemos, corramos y
    gastemos para motivar a que se vote por los candidatos que hemos
    escogido, oliendo o percibiendo y que creemos firmemente en su
    triunfo.

    Por supuesto, en este remolino, unos más que
    otros, de los que se meten a trabajar intensamente las
    campañas electorales, consiguen más de algo; y,
    normalmente los oportunistas y los arribistas de última
    hora son los que se comen los dulces más deliciosos del
    accionar gubernamental ya en el poder.

    No tengo ninguna duda que este principio se aplica y se
    cumple aquí en nuestra América
    Latina como en los Estados Unidos,
    Rusia, la
    China y
    África.

    Antes que la conciencia social
    hacia nuestro pueblo, buscamos satisfacciones personales, dinero
    y, por supuesto, cubrirnos de impunidad.

    Pero si esa es la realidad, no hay de otra que aceptarla
    y digerirla.

    Es parte de la particular manera de hacer
    política en nuestra bella Latinoamérica. Que no se
    nos olvide.

    Ahí si que ni modo compadre.

    Si nuestras respectivas Cartas Magnas
    demandan que el Estado
    tiene como obligación fundamental llevar y hacer realidad
    el Bien Común para todos y cada uno de los habitantes de
    nuestro país, como que es otra la amarga realidad que
    vivimos los latinoamericanos.

    Por supuesto que corresponde al Presidente de la
    República hacer palpable este mandato.

    Entonces… ¿por qué estamos como
    estamos?, si nosotros, el pueblo debidamente empadronado,
    sí cumplimos con la parte que nos toca, es decir elegir a
    aquel que tiene la obligación y la sobrada responsabilidad de representarnos y sacarnos de la
    miseria, del atraso, pobreza e infortunio.

    Somos, y seguimos siendo, naciones de miseria, pobres,
    en extrema pobreza y condenados al subdesarrollo, sin poder
    ofrecerle a nuestros hijos y nietos un futuro con esperanzas y
    posibilidades de superación, a pesar que nuestra parte la
    hacemos muy bien cada cuatro, cinco o seis años (depende
    del país y de las reglas electorales para elegir
    presidentes).

    ¿Qué es lo que realmente ha estado
    pasando?.

    ¿Estaremos condenados a vivir en este
    círculo vicioso y que nuestros políticos nos sigan
    viendo la cara de babosos, de lelos y hasta de
    pendejos?.

    Los presupuestos
    de gastos que nuestros respectivos Estados han tenido en estos
    largos años de vivir en democracia y gastados por estos
    fatídicos presidentes que nosotros mismos hemos elegido
    como tales, no se notan.

    Eso sí, los índices macroeconómicos
    que cada uno de estos Gobiernos exhibieron, en su oportunidad,
    tampoco reflejan, y mucho menos han llegado los beneficios a
    nuestra población sumida en la desesperanza,
    miseria y pobreza.

    Cada uno de los presidentes, durante su período
    correspondiente, ha salido alardeando que en el Banco Central de
    nuestro respectivo país, dejan depositados varios cientos
    sino miles de millones de dólares y que, los
    índices macroeconómicos, denotan una economía fuerte y
    hasta soñada para la inversión
    extranjera.

    Y es posible que eso sea cierto.

    El grave problema es que esos fabulosos números y
    datos
    financieros, económicos y monetarios, nunca han llegado a
    traducirse en beneficio alguno para nosotros, el pueblo y las
    familias más necesitadas.

    ¿Por qué?.

    Eso es lo que pretendemos contestarnos con este
    manual.

    Y debemos empezar, primero, con la queja; para luego
    exponer la llaga social de los latinoamericanos, analizar,
    proponer y lograr compilar una serie de técnicas,
    tácticas y acciones
    políticas para que la cosa ya
    cambie.

    Creo que ya es justo y suficiente de haber sido
    tonteados conque éste o aquel candidato es el bueno;
    elegirlo ilusionados, para encararnos de nuevo con la realidad
    politiquera de salir de un malo a uno peor.

    ¿Ejemplos?… por favor, en cada uno de nuestros
    países los tenemos hasta para regalar…

    Ese ha sido el círculo en el que hemos bailado
    con todos y cada uno de nuestros presidentes que hemos electo en
    América Latina en cada uno de nuestros respectivos
    países, que nada dejaron de su gestión
    gubernamental que favoreciera a la mayoría de los
    habitantes de nuestros países.

    Es ridículo, y hasta un crimen, que aquel padre
    que gana lo suficiente tenga limitada a su familia; y que vivan
    los hijos y la esposa al margen de los beneficios del buen
    salario que
    devenga el cuate. Al que, sin ninguna duda, le alcanza inclusive
    para tener ahorrados unos centavitos.

    ¿De qué le sirve el dinero en
    el banco si su familia padece y afronta una carestía
    inmerecida?.

    ¿De qué le vale a la familia que
    el jefe del hogar tenga y maneje un buen carro, parrandee, coma
    bien, se rodee de gente importante y que gaste hasta en una su
    novia o novio (en gustos se rompen géneros, no lo
    olvidemos)?.

    ¡De nada le sirve!.

    Puesto que, nuestros paisanos en América Latina,
    para vestirse tienen que comprar en las pacas (ropa importada que
    se recauda para los pobres en EEUU, y que en nuestros
    países es vendida a precios de
    quemazón), para comer lo tienen que hacer limitados a
    cualquier cosa menos a leche, carne y
    nutrientes apropiados, y para la diversión y el sano
    esparcimiento, ni pensar en salir más que a la vuelta de
    la casa (si es que tienen casa, porque la mayoría de
    paisanos tienen su hogar en lugares inapropiados y los materiales que
    usan para "construir" sus viviendas, son tremendamente
    inadecuados).

    Y con esta comparación es bueno ver que a
    nosotros, la población que nuestras respectivas
    Constituciones dicen que delegamos el poder público, de
    manera temporal, en los presidentes que hemos tenido, nada hemos
    recibido del Estado, de las instituciones
    y de los seres humanos que en un momento de la historia patria ocuparon el
    alto cargo de Presidente de nuestra respectiva
    República.

    Pero eso sí, cada uno de ellos, de los fulanos
    que fueron fajados con la banda presidencial y en cuyas manos
    hemos estado hasta la presente fecha, fueron los únicos
    que resolvieron su personal situación, la de sus amigotes,
    compadres y de algunos correligionarios.

    …¡Malaya un pedacito para mi nana y para mis
    miserias!…

    Para ellos sí funcionó el mandato
    constitucional de luchar por el bienestar.

    ¿No le parece cruel e inhumano esa realidad que
    nadie puede negar?.

    Pero bueno, continuemos con esta actividad.

    Explicar en qué consiste el arte de gobernar,
    o definir la palabra Gobierno, de nada sirve; porque el
    estómago vacío, los crímenes, el desempleo y lo
    dramático de vivir en nuestros países y en las
    condiciones en que sobrevive la mayoría de paisanos,
    ahí siguen y no necesita explicaciones ni teorías, sino acciones y resultados para
    que todos tengamos una vida digna y con oportunidades de sacar
    adelante a la familia.

    ¿Verdad?.

    Lo que sí entendemos es que vivimos en
    países en donde hay un mandato constitucional que obliga
    al Estado, por medio de la Presidencia de la República,
    principalmente, a llevar el desarrollo de la Nación
    y a cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes.

    Y eso es lo más importante.

    Claro que podemos hacer un recorrido por el significado
    de la palabra gobernar, el cual nos permitirá ampliar y
    comprender mejor de qué estamos hablando y qué es
    lo que debemos esperar que hagan las personas encargadas de
    gobernar y gobernarnos.

    Son sinónimos de gobernar las siguientes
    palabras: regir, administrar, mandar, presidir, cuidar, tutelar,
    representar, abastecer e imperar.

    Regir significa dirigir o mandar, guiar, llevar o
    conducir una cosa.

    Administrar: cuidar, servir o ejercer algún
    empleo.

    Mandar: ordenar el superior al súbdito, ofrecer y
    prometer una cosa.

    Presidir: tener el primer lugar, predominar.

    Cuidar: poner diligencia, atención y solicitud en la
    ejecución de una cosa; así como asistir, guardar,
    conservar y prevenir.

    Tutelar: que guía, ampara y defiende.

    Representar: Ser imagen o
    símbolo de una cosa o imitarla perfectamente.

    Imperar: mandar y dominar.

    Por supuesto que todos y cada uno de nuestros tan
    folclóricos presidentes han preferido ocuparse de
    gobernarnos en el sentido menos comprometedor, socialmente
    hablando, y se han lucido más en mandarnos y ordenar, en
    hacer gala del predominio y en dominarnos, que en conducir,
    cuidar, asistir, prevenir, ampararnos, guiarnos y
    defendernos.

    ¡Qué lindura de presidentes hemos
    tenido!.

    Así, ni modo …¿quién
    no?…

    Y ese es uno de los dramas que se derivan del arte de
    Gobernar.

    El paisano que hicimos Presidente, por medio de los
    votos, y de la esperanza en el cambio
    ofrecido o entendido que nos llegaría una vez estuviera
    sentado en la poltrona del poder y del dulce beneficio que se
    obtiene allí, más le ha convenido interpretar el
    significado de su elección a su personal, política
    e interesada definición, que a los intereses generales y
    comunitarios.

    Y, sin salirse del significado, ha hecho suyo
    sólo una parte del mismo, obviando que la palabra gobernar
    y el mandato constitucional que le hemos conferido tiene un
    amplio significado integrado por lo que menos le interesó
    poner en acción
    o ejecutar.

    Veamos que tristeza y qué alto grado de
    frustración nos provoca leer algunos de los
    artículos constitucionales que están en nuestras
    Cartas Magnas, que nos dicen:

    Protección a la persona. El Estado se
    organiza para proteger a la persona y a la familia; su fin
    supremo es la realización del bien
    común.

    Deberes del Estado. Es deber del Estado garantizarle
    a los habitantes de la República la vida, la libertad, la
    justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo integral de la
    persona.

    ¿Hay, acaso, mayor preocupación, mejores
    intenciones y más loables sentimientos en otra
    parte?.

    ¡NO! ¡No la hay!.

    ¿Cuáles son los requisitos de este
    contrato y convenio político que los habitantes de la
    República debemos cumplir para recibir tamaños
    beneficios en nuestras familias, por parte del Estado, de las
    instituciones de Gobierno y del que Gobierna nuestra
    patria?.

    ¿Cuánto hay que pagar, por la
    membresía, para inscribirnos en ese plan de beneficios
    colectivos?.

    ¡Nada!, no hay que pagar absolutamente
    nada.

    Lo único que nos exige nuestra respectiva
    Constitución es cumplir con los deberes y derechos cívicos y
    políticos.

    ¿Y cuáles son?.

    Sencillamente los que están explicados en
    LOS DEBERES Y DERECHOS
    CÍVICOS:

    1. Servir y defender a la Patria;
    2. Cumplir y velar, porque se cumpla la
      Constitución de la República;
    3. Trabajar por el desarrollo cívico,
      cultural, moral,
      económico y social de los habitantes;
    4. Contribuir a los gastos públicos, en la
      forma prescrita por la ley;
    5. Obedecer las leyes;
    6. Prestar el servicio
      militar y/o social, de acuerdo a la ley.

    Y también los que están detallados
    adentro de LOS DEBERES Y DERECHOS POLÍTICOS
    CIUDADANOS:

    1. Inscribirnos en el Registro de
      Ciudadanos;
    2. Elegir y ser electos;
    3. Velar por la libertad y efectividad del sufragio y
      la pureza del proceso
      electoral;
    4. Optar a cargos públicos;
    5. Participar en actividades
      políticas;

    Y ya.

    Esos son los requisitos, o algunos de ellos (depende del
    país, pero en general y a grandes rasgos esos son), que
    tenemos que cumplir para recibir y gozar de los beneficios ya
    descritos y ordenados por nuestra respectiva
    Constitución.

    Pero por supuesto que la cosa no es, ni mucho menos ha
    sido tan fácil. ¡Qué va!.

    Esa es la
    motivación principal para presentar estas ideas por
    medio del Manual, para ver si con una guía
    práctica, sencilla y con sentido común, nuestros
    próximos gobernantes puedan recapacitar y cumplir con el
    mandato constitucional, moral, legal y humano que nos deben a
    todos los latinoamericanos por igual.

    Ya no la jodan hombre y
    compórtense para lo que van a ser electos, es decir para
    provocar el bien común, pero el de todos los habitanes y
    no sólo el de los allegados, amigos, parientes, cuates y
    compadres, incluyendo a los amigotes del mandamás de
    turno.

    No vayan a ser tan desgraciados como los que hemos
    tenido.

    ¿QUIERE SER USTED EL PRÓXIMO
    PRESIDENTE DE SU PAÍS?

    con los ejemplos de cómo salen al
    concluir su mandato ¡por supuesto que sí!

    pues babosos ni tan tontos somos; pero…
    ¡sabe exactamente lo que le espera!

    ¿o cree que solo es de soplar y
    hacer botellas?…

    VIDA PRIVADA

    ¡Ni hablar!.

    Aunque ya debería de estar acostumbrado, pues,
    durante la campaña electoral o por la experiencia
    política, si es que la tuvo, debe de saber, o va a
    enterarse, lo que significa ser una persona pública y
    adversario de otros muchos que andan en las lides propias de la
    actividad proselitista, electoral, política, cívica
    y las acciones derivadas de esas
    diligencias, que provocan peleas y agarradas de todo tipo y de
    cualquier categoría, más rudas que
    técnicas.

    En la actividad política es permitido decir, que
    digan o provocar lo que sea con tal de sobresalir o de opacar a
    los contrarios; y la vida privada es el lugar ideal para hurgar y
    encontrar cosas interesantes con que restregárselas a los
    contendientes, siempre y cuando valga la pena hacerlo, es decir
    si de ello depende que nosotros ganemos la
    elección.

    Porque de lo contrario sólo le estaremos haciendo
    un gran favor a aquel o aquellos que los tomemos en cuenta para
    criticar, señalar o levantarle un chisme o
    chismorreo.

    Y en política no hay hermanitas de la caridad. Lo
    que cuenta es una sola cosa: el pragmatismo.

    Los que no lo conocían ni sabían de su
    existencia, con haberlo nombrado o por salir en los medios masivos
    de comunicación, con la imprudencia del que se
    tomó la molestia de hacer que lo tomaran en cuenta, ya
    ganó espacios que sin duda alguna le permitirán
    réditos si es que el fulano o fulana tienen capacidad para
    sacarle raja a las cosas.

    O lo que es lo mismo, hacer limonada con los limones que
    nos lanzan o lancemos.

    Así que antes de meter las patas, y hacerle un
    gran favor a nuestros contrincantes, opositores o críticos
    y dejarlos convertidos en víctimas, habrá que hacer
    una minuciosa investigación de ellos, del mercado y de los
    medios, para ver si vale o no la pena meternos con ellos al abrir
    la bocota para decir algo a favor o en contra.

    Que, repito, sólo lo debemos hacer si de ello
    depende que subamos puntos para ganar, de lo contrario, mejor nos
    olvidamos de ayudarlos.

    Eso sí debemos hacer cualquier cosa, de las
    permisibles por supuesto, para que los que van delante de
    nosotros, los poderosos y las personalidades importantes hablen,
    se refieran y nos mencionen, pues el espacio que nos
    abrirán es uno para que lo aprovechemos
    satisfactoriamente.

    Siempre y cuando tengamos esa fina habilidad para darle
    vuelta a las cosas y quedar ante la opinión
    pública bien parados.

    Porque de lo contrario lo único que lograremos es
    cavar más profundamente nuestra tumba.

    Ejemplos hay por montones. No olvidemos el grueso de
    candidatos que participan en cada elección que, al
    soñar más allá de la realidad –auto
    baboseándose ellos mismos- cavan su propia
    tumba.

    Aunque hay cada necio que ni viéndose
    cadáver político ceja en su locura de participar,
    una y otra vez, en cada elección.

    Otra cosa muy importante, que debemos de tener muy en
    cuenta en la carrera hacia la Casa Presidencial y al poder
    público, comprenden los apoyos, capacidad y buena imagen
    propias; no vaya usted a creer que para ser Presidente
    sólo basta con tener el deseo y las ganas.

    No.

    Para llegar a ocupar ese alto cargo hay que pasar por
    una serie de experiencias y caminos diversos.

    Y con los ejemplos de lo que hizo cada uno de los
    presidentes que hemos tenido en nuestros países, y que en
    su momento fueron electos, nos bastará para comprender que
    en la primera elección a la que nos presentemos como
    candidatos es casi imposible ganarla a menos que el nuestro sea
    un partidazo político y que contemos con una estructura
    partidaria fenomenal que permita que nuestro nombre y propuestas
    sean repetidos de manera simultánea en todas partes por
    nuestros fans o simpatizantes.

    Cualquiera que nos asegure lo contrario, o que oigamos
    de su boca que él si la va a hacer, simplemente hay que
    tomarlo como el esfuerzo necesario que se da para levantar su
    auto imagen y mantenerse con el ánimo
    levantado.

    ¡Y sólo eso!.

    Otra cosa que entendamos, o en el colmo de nuestra
    terquedad que queramos entender, en el sentido de que
    ganará alguien en su primera aparición, no
    será más que vana ilusión, un asunto muy
    alejado de la realidad y cosa juzgada.

    Por supuesto que los imposibles en la política no
    existen, pero en este caso sin estructura partidaria, que es lo
    que verdaderamente cuesta sangre, sudor,
    lágrimas y muchísimo dinero construir, nadie puede
    llegar a estar en la boca, en los sentimientos y en la mente de
    los ciudadanos, a niveles de ganador, sin que pasen por lo menos
    unos siete u ocho años; que es el tiempo
    mínimo para que en las más remotas comunidades
    alguien se anime a hablar bien de una candidatura presidencial
    con posibilidades de ganar.

    Es decir que para que la ola, comentarios y esperanzas
    puestas en nosotros, que se empezaron a generar alrededor nuestro
    y con y por medio de un grupo de
    correligionarios lleguen a los lugares más apartados y
    retirados, al igual que la ola que se genera por el golpe en
    el agua de una
    piedra que lanzamos, los círculos concéntricos, en
    ambos casos, tardan en llegar un tiempo prudencial desde que,
    como efecto de la piedra o de proclamarse candidato, en el caso
    político, por fin llegan a las orillas o a las
    comunidades.

    ¿Está clara la
    explicación?.

    Si no, le suplico esperar por la siguiente
    publicación del Manual para candidatos y candidotes que
    próximamente saldrá al mercado, para que queden
    clarísimos los mecanismos, técnicas, trucos y
    malabarismos que se deben usar en estas lides para
    ganar.

    Así que por el momento, es mejor que
    continuemos.

    Es bueno entonces, luego de estudiar y tomar muy en
    cuenta los muchos ejemplos que tenemos en nuestros respectivos
    países, con los cientos de candidatos y candidotes que han
    salido a luchar por la presidencia de la República, que
    nos dediquemos a preparar y a medir, conscientemente, nuestras
    posibilidades y que asumamos una responsabilidad especial con
    nuestra persona, nuestros compañeros y futuros miembros
    del Equipo de Trabajo que
    pondremos en nuestro Gobierno para sacar adelante a la
    patria.

    Vamos Patria a caminar… ¡Yo te
    acompaño!.
    (Otto René Castillo, gran poeta
    guatemalteco)

    Nuestra vida privada, entonces y retomando el rumbo
    inicial, será totalmente pública.

    Y no hay que olvidar que los defectos físicos
    salen a relucir.

    Y no digamos los mentales e intelectuales.

    Los apodos surgen y si ya teníamos uno que otro,
    en el poder, durante el mandato presidencial y ya disfrutando de
    la mieles de ese dulce, normalmente nos bautizan con un sonoro,
    gracioso, no necesariamente decente, y ocurrente mote.

    Pero le advierto lo peor, al finalizar el
    período, por el cual fue electo a la primera magistratura
    de su nación, le queda puesto, de por vida, una estela de
    calificativos que definen los sentimientos provocados, por su
    gestión, en la población ocurrente e ingeniosa que
    tenemos en Latinoamérica.

    Usted será vapuleado, abochornado, zarandeado y
    expuesto con los calificativos más vulgares existentes,
    tal y como corresponde a la expresión popular de nuestros
    habitantes tan ingeniosos; y recuérdelo, sin derecho de
    respuesta.

    Los boletines estudiantiles y de barrio le dirán
    de todo. Su esposa, su novia o novias, inclusive novio o novios,
    sufrirán lo indecible, si las tiene o se sospecha que le
    gusta disfrutar de mujer ajena o de
    chicos ajenos, se puede dar el caso que descubran que usted es
    propenso a la esgrima, a espadear (me entiende ¿verdad?) o
    más claro a que le gustan los placeres homosexuales, y
    entonces la cosa se puede poner muchísimo mejor de lo
    esperado.

    El material, no se preocupe,
    circulará.

    Nada hay oculto y los jóvenes estudiantes y los
    paisanos de barrios populares y de los grandes asentamientos
    humanos que hay en nuestras grandes y medianas ciudades, siguen
    siendo creativos e ingeniosos.

    Le dirán de todo.

    Los periodistas de escándalos, especialistas en
    investigarlo, sabrán hasta las caries, uñas
    encarnadas y comida favorita, no digamos de amores prohibidos,
    exceso en las bebidas espirituosas, consumo de
    "yerba buena" o coca, así como incapacidades, errores y
    horrores por usted cometidos.

    En una palabra su vida privada
    desaparecerá.

    Pero ¿y eso que importa? Si usted será el
    amo y señor de su país; y, al cabo, que una raya
    más no se le nota al tigre ¿verdad?.

    Lo peor que pueda suceder, a los que ya están
    metidos en la política y en la carrera por la Presidencia
    de su país, es que nadie les tire ni un quinto y que a
    nadie le merezcan ni siquiera un mísero comentario, una
    crítica, un chiste o una
    caricatura.

    Si a ese extremo hemos llegado, lo mejor es que se
    retiren inmediatamente.

    AMIGOS DE ANTES, DE LA CAMPAÑA Y YA EN EL
    GOBIERNO

    Los amigos y amigas, compañeros de juergas y
    parrandas, tan inolvidables, como que son los que mejores
    recuerdos nos traen a estas alturas de nuestra vida, la que, si
    es cierto que tenemos aspiraciones presidenciales, debemos
    cumplir con el compromiso constitucional de tener más de
    cuarenta años (en la algunos de nuestros países); y
    estar arriba de esta edad no es más que recordar
    lúcidamente todas las aventuras entre amigos, tragos,
    musicón y parrandas que nos volamos y compartimos desde
    los 14, 18, 25 y 30 años, época de oro de la
    dulce vida, con infinidad de personas que luego se hermanaron con
    nosotros y pasaron a formar parte del grupo de amigos.

    Eso no significa más que nuestra
    generación es la que entró a vivir intensamente en
    los primeros años de los setentas.

    Con la música de los
    Mitos, los
    Ángeles
    Negros, Sandro, sin olvidar a los Creedence, al Grand Funk, Led
    Zeppelín y tantos más que, a no dudarlo,
    todavía resuenan en nuestros oídos.

    Esa dorada época, para muchos de los de nuestra
    generación, también significó el amor, la
    pasión y las novias y novios a granel.

    ¡Ah qué momentos!… de verdad tan gratos y
    felices.

    Pues bien, con esos queridos amigos, provenientes de las
    diversas actividades que tuvimos durante los setentas y ochentas,
    algunos de ellos compañeros de clase, vecinos
    o que surgieron en una cancha deportiva o emparrandados, con los
    que nos hermanamos en nuestra adolescencia,
    tenemos el tesoro de los que conforman nuestro archivo de cuates
    de la primera juventud.

    Por supuesto todos ellos y ellas inolvidables,
    entrañables y queridos.

    Pero… ¿qué hacer con estos amigos y
    amigas ya en nuestra carrera por convertirnos en los
    próximos gobernantes de nuestro país?.

    ¿O ya de Presidentes?.

    Lo primero es empezar a ponernos en contacto con los que
    normalmente nos vemos o llamamos de vez en cuando, y propiciar
    reuniones para medir con ellos la situación.

    Si concluimos que cuaja nuestra idea y consideran los
    amigos (as) que podemos tener alguna buena posibilidad para
    llegar a la presidencia, pues habrá que entrarle con
    ganas.

    Qué mejor que empezar con el grupo de amigos que
    nos conocen y a los que conocemos rebién.

    Claro y por supuesto damos por descontado que ya somos
    parte de un partido político sólido, con prestigio,
    con estructura partidaria y con visión y propósitos
    democráticos y pluralistas; amén de contar con unos
    centavitos (muchos dólares pues), liderazgo,
    imagen y carisma.

    Porque si no, mejor nos dedicamos a la pesca.

    Pero si no estamos afiliados a ningún partido, la
    cosa tampoco es del otro mundo.

    Siempre con los amigos entrañables nos queda la
    opción de formar un grupo cívico político,
    la vaina es que no nos quedemos sin oportunidades.

    Claro, necesitamos muchísimo dinero, y la
    confianza del grupo para liderarlo y conducirlo por la senda
    adecuada para empezar a impresionar a la ciudadanía con nuestra presencia,
    propuestas y grupo.

    Es decir que con los amigos de antes podemos hacer
    muchísimas cosas en política y en el camino para
    llegar al poder.

    Lo que hay que tener cuidado es que no nos coma alguno
    de ellos el mandado durante el proceso y que coseche nuestra idea
    original.

    Y si ese fuera el caso y el cuate es mejor que nosotros,
    dos cosas: una, reconocemos su liderazgo y nos unimos a su
    campaña personal, o la otra es dar la media vuelta y con
    nuestros bártulos a otra parte y a otro grupo de
    cuates.

    Pero en ninguno de los casos, por favor, nos quedemos
    hablando barbaridades de ese desgraciado oportunista y traidor,
    porque en política las cosas dan vuelta rápido y a
    lo mejor a este mal amigo se le hace y llega a la presidencia y
    nos quedamos sin un huesito que roer durante su
    mandato.

    Muy bien lo dejó expresado un filósofo
    latinoamericano, que no recuerdo su nombre, que dijo que la
    política es como un gallinero, ya que las gallinas que
    están arriba cagan a las que están abajo, y cuando
    suben las gallinas de abajo, pasan a cagarse en las que antes
    estaban arriba.

    Así que mucho ojo con las reacciones pasionales y
    sentimentales pues se pagan carísimo.

    Ahora veamos al otro grupo de amigos que surgen durante
    la campaña política, en donde se supone ya somos
    oficialmente reconocimos como candidato presidencial de nuestro
    partido político o de una gran alianza estratégica
    para llevarnos al poder público.

    Una campaña requiere del concurso de un
    sinnúmero de personas, tanto de las propias del partido o
    las de los grupos asociados
    con el fin de hacer de alguien el siguiente mandatario, como de
    los que van oliendo que las posibilidades aumentan con nosotros
    como líderes, y que saben que es mejor empezar a untarle
    la mantequilla al panito antes que los dejen afuera.

    Y así empiezan a surgir, desde debajo de las
    piedras, conforme nos vayan situando en mejor posición las
    encuestas, los
    chismes, chistes y
    opiniones populares, un montononón de gente dispuesta a
    sacrificarse por nuestra candidatura, ideales y programas.

    Claro que muchos son sinceros y lo que buscan es
    apoyarnos y ayudarnos conscientemente, pero otros, que son
    bastantes, aunque no son todos, como alimañas y
    sanguijuelas se prenden de nuestro proyecto
    político con la única intención de ver
    qué nos sacan en lo personal a nosotros, al partido y al
    grupo de financistas, no sólo durante las diferentes
    etapas del proceso (precampaña y campaña), sino
    buscando un puesto de elección como diputados, alcaldes o
    hasta como de nuestro vice, sin olvidar que, si se gana, hay
    ministerios,
    secretarías, direcciones, jefaturas, asesorías y
    una variedad amplia de espacios gubernamentales que se tienen que
    llenar con la gente de confianza. Sin olvidar, por supuesto, que
    hay buenos negocios que
    se pueden hacer a la sombra del Estado.

    Y a eso le apuntan los nuevos amigos.

    ¡Sin lugar a dudas!.

    Tenemos que ser cuidadosos para no herir
    susceptibilidades desde el principio con estos enjambres de
    chicos y chicas, de todas las edades, colores, razas y
    gustos y preferencias sexuales que se nos acercarán; y
    empezar a tomar decisiones firmes con cada uno de ellos. Por
    supuesto que supeditados a los lineamientos de nuestro partido
    político y grupos que conforman la plataforma
    electoral.

    Si tenemos la opción triunfadora, porque la
    población empadronado vota y nos hace ganar las
    elecciones, tengamos por seguro que esa
    misma noche, de la primera vuelta, y no digamos si es durante la
    segunda vuelta la victoria, nos encontraremos con una
    aglomeración y un gentío de amigos, parientes y
    compañeros, novias, amantes y ex de todo tipo (de trabajo,
    de iglesia, de
    teatro, de
    deporte, de
    baño sauna, etc.), que el estadio más grande de
    nuestro país no tendría capacidad, con sus
    más de treinta mil lugares, para recibir a los nuevos
    amigos del presidente electo.

    Y, conforme nos vayamos asentando en la presidencia,
    cada día tendremos más cuates dispuestos a
    sacrificarse por nosotros y por el país.

    Así son las cosas en la política
    criolla.

    No podemos cambiar nada.

    Pero eso sí, como ya lo sabemos, no nos queda
    más que asimilar esta situación y mantenernos
    preparados para la avalancha de nuevos amigos. ¡Bienvenidos
    los cuates, los nuevos amigos, los asimilados y los
    oportunistas!.

    El problemón es la colocación de este
    ejército ya en el Gobierno.

    El único consejo que me atrevo a dejarles es que
    sólo los amigos que sirven hay que tener como
    colaboradores en el Gobierno que haremos, pues el costo
    político y los fracasos de sus pésimas actuaciones,
    amén de los negocitos que pueden hacer y que se den cuenta
    los medios de
    comunicación y la opinión pública,
    sólo sobre nosotros y nuestra cabeza
    repercutirán.

    Probar quien de los amigos y amigas sirven para
    acompañarnos en el viaje Presidencial es muy
    sencillo.

    ¿Qué logros personales, profesionales,
    técnicos y cívicos tiene cada uno de los
    aspirantes?.

    Evaluémoslos por alguien ajeno a nosotros y
    sigamos sus recomendaciones.

    Eso sí, estamos hablando de puestos altos, de
    ministros, secretarios, viceministros y subsecretarios,
    comisionados presidenciales y algunos otros puestos de primer
    orden.

    A los amigos y amigas los debemos de colocar en lugares
    en donde no se hagan daño
    ellos mismos y desde donde puedan servir a la patria como nuestro
    respectivo país se lo merece.

    Tampoco de choferes, guardaespaldas o
    porteros.

    Menos si su ayuda durante la campaña electoral
    fue sincera y sacrificada.

    El Gobierno es tan grande y el Estado está
    compuesto por miles de posiciones, como para que seamos tan
    desventurados y desvergonzados de dejar volando y chiflando en la
    loma a nuestros amigos, amigotes, compadres y
    parentela.

    El problema es cuando nuestros amigazos se mandan y
    empiezan a pedir y a escoger aduanas, puestos
    de delegados de migración
    y lugares desde donde se hacen unos centavitos fáciles,
    según lo que aseguran las malas lenguas sucede por
    ahí.

    Los cuadros medios-medios de las instituciones del
    Estado y las delegaciones regionales, estatales, departamentales
    o de provincia de los ministerios y secretarías son los
    espacios adecuados para correligionarios, amigos y
    compadres.

    Desde ahí no hacen daño alguno.

    Y si no desempeñan sus quehaceres
    públicos, como Dios y el Señor Presidente se los
    demandaron, sencillamente al carajo mis amigos… y aquí
    no ha pasado nada.

    Y eso no es ser ingratos con los cuates.

    Ellos, en todo caso si fallan o los pillan haciendo
    cosas fuera de orden, son los ingratos con su amigo, el que les
    dio trabajo y oportunidad en el Gobierno, y que ahora es nada
    menos que el Señor Presidente de la
    República.

    ¿Qué le parece la opción y
    solución laboral para los
    amigos?.

    LAS CHICAS DEL PRESIDENTE

    Otra cosa que tenemos que tener muy en cuenta es la
    cuestión del sexo, de las
    canitas al aire, de nuestro
    nuevo sex appeal y lo cotizado que nos volveremos con la banda
    presidencial ya puesta y luciéndola en el
    pecho.

    Como que a algunas chicas, de todas las edades, el tener
    contacto carnal con el presidente representa una tentación
    y un imán del que difícilmente se pueden librar,
    zafar o desenchufar.

    ¡Ah cómo se alocan las condenadas con un su
    Presidente entre pecho y espalda!.

    Y por cortesía y caballerosidad hay que
    corresponderles.

    Ni modo.

    Pobrecitas se fijaron en uno.

    Pero lo que todo mundo se pregunta, desde
    psicólogos, psiquiatras, estudiosos de la conducta social y
    hasta nuestras esposas, son los motivos repentinos de esa
    fiebre
    presidencial por el mismo hombre que unos meses antes no
    levantaba moscas ni pagándoles.

    Y que ahora luciendo su real majestad, como Presidente,
    es un imán poderoso, atractivo y al que hay que llevarlo a
    la cúspide del cielo y a placeres de dioses.

    ¿Por qué se da este
    fenómeno?.

    Nadie lo ha podido explicar.

    Lo importante, e interesante, es que se da y surge sin
    que se le busque o provoque.

    Así que con esta otra cuestión de alta
    política de Estado también hay que tener un cuidado
    muy especial, principalmente con la primera dama, nuestra esposa,
    y con nuestros hijos.

    Pues no faltan nunca los chismosos que le pasan las
    habladurías a nuestra consorte.

    Que, más que chismosos e intrigantes, son
    resentidos y acomplejados porque nadie se fija en
    ellos.

    ¡No lo cree!.

    Recordemos también que ya en el poder
    público hay una corte de funcionarios que compiten entre
    sí por los favores del Señor Presidente, así
    como el montón de candidatos perdedores que quedan
    frustrados, amargados y quebrados en su economía por los
    gastos de campaña, que estarán dispuestos a contar
    con una prueba de las infidelidades y de los deslices del
    mandatario para ganarse un espacio en los medios de
    comunicación o dispuestos a taparle sus juergas al
    Presidente a cambio de un mejor puesto en el gobierno o de
    negocitos.

    Así somos los seres humanos de
    previsores.

    Personas vemos, corazones e intenciones… no
    sabemos.

    Lo mejor es mantenernos quietesitos y fieles a nuestra
    esposa, pero si las tensiones y problemas propios de hacer
    gobierno y las que tiene nuestro país, que nos provocan
    ansiedades, palpitaciones, insomnio y el terrible estrés,
    y hay una chica linda dispuesta a sacrificarse para aliviar
    nuestras tensiones y bajar las cargas emocionales propias de un
    Presidente con tan altas responsabilidades… será una
    decisión de Estado aceptar, sin ninguna otra mejor
    opción, el tratamiento directo y la curación
    instantánea que nos ofrecen.

    ¡Huy…huy…Huy!

    Eso sí sea responsable y por el bien de nuestro
    país tengamos sexo seguro.

    Vive tu experiencia, pero hay que embolsarnos pues,
    resultaría fatídico para nuestro país que el
    Señor Presidente se contaminara de sida o de alguna
    de esas raras enfermedades y alergias
    venéreas tan de moda y nada
    fáciles de ocultar.

    ¡Hay que Dios nos libre!.

    Sólo eso faltaba que a la larga lista de
    inconvenientes nacionales le agregáramos una terrible como
    lo sería la de tener un Presidente que anda contaminando a
    diestra y siniestra a la población con alguna
    exótica enfermedad venérea.

    ¿Qué tal si fuera el
    sida?.

    ¡Qué Dios nos agarre
    confesados!.

    Ya nos llevó la gran diabla a todos.

    Claro que esto de andar de enamorados muy bien se puede
    convertir en una manía o habito, como la de exigir todas
    las mañanas nuestro juguito de naranja que nos alivia el
    malestar en la garganta o el cafecito diario que nos quita
    cualquier adormilamiento y, que decir de ese traguito preparado
    para aliviar los estragos de la noche anterior.

    ¡Salud y vida!.

    No hay nada más delicioso, de los tragos de un
    día antes, que pensar en el quita goma o quita cruda con
    un buen caldo, chile y musicón.

    Y si hay chicas dispuestas a aliviar nuestras penas ya
    estuvo la cosa que se volvió mejor.

    Y si volvemos a agarrar la parranda… pues la
    agarramos.

    ¿Y qué?.

    ¿Verdad que hay soluciones que
    ya forman parte de nuestro habitual comportamiento?.

    ¿Por qué una canita al aire no puede ser
    parte de esto?.

    Claro que para un ser humano mortal, común y
    corriente no es otra cosa que una cana al aire; pero con nada
    menos que el Señor Presidente de la República la
    situación es cuestión de Estado.

    Las llamadas chicas del presidente no son nada nuevo ni
    exclusivo.

    No, qué va.

    Sólo hay que recordar las experiencias poco
    apropiadas del mandatario estadounidense, Bill Clinton y
    doña Mónica, que le acarrearon no pocos dolores de
    cabeza, para tenerlo presente como algo que se da sin buscarlo y
    que para nuestros ex presidentes no ha sido algo difícil
    aceptar, manejar y hacer.

    Así que hay que mantenernos, como los scout,
    siempre listos.

    EL ARTE DE GOBERNAR Y LA
    CONSTITUCIÓN:

    Veamos que linda y comprensiva es nuestra respectiva
    Carga Magna que se ocupa de estos menesteres de
    gobernar.

    El Presidente de la República es el Jefe del
    Estado y ejerce las funciones del
    Organismo Ejecutivo por mandato del pueblo.

    El Presidente de la República actuará
    siempre con los Ministros, en Consejo o separadamente con uno o
    más de ellos; es el Comandante General del
    Ejército, representa a la unidad nacional y deberá
    velar por los intereses de toda la población de la
    República.

    Con este retrato tenemos una panorámica de lo que
    significa esa figura y símbolo presidencial, para ver
    ahí la magnitud y las graves y altas responsabilidades de
    la persona electa para el cargo, y asumir, entonces, que ni es
    fácil ni un juego el arte de gobernar a nuestros
    países y patrias respectivas.

    Las funciones propias del Presidente son entre
    otras:

    1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución y
      las leyes;
    2. Proveer a la defensa y a la seguridad de la
      Nación, así como a la conservación del
      orden público;
    3. Ejercer el mando de las fuerzas armadas de la
      Nación con todas las funciones y atribuciones
      respectivas;
    4. Ejercer el mando de toda la fuerza
      pública;
    5. Sancionar, promulgar, ejecutar y hacer que se
      ejecuten las leyes, dictar los decretos para los que
      estuviere facultado por la Constitución, así
      como los acuerdos, reglamentos y órdenes para el
      estricto cumplimiento de las leyes, sin alterar su
      espíritu;
    6. Dictar las disposiciones que sean necesarias en
      los casos de emergencia o de calamidad pública,
      debiendo dar cuenta al Congreso en sus sesiones
      inmediatas;
    7. Presentar iniciativas de ley al Congreso de la
      República;
    8. Ejercer el derecho de veto con respecto a las
      leyes emitidas por el Congreso, salvo los casos en que no sea
      necesaria la sanción del Ejecutivo de conformidad con
      la Constitución;
    9. Presentar anualmente al Congreso de la
      República, al iniciarse su período de sesiones,
      informe
      escrito de la situación general de la República
      y de los negocios de su administración realizados durante el
      año anterior;
    10. Someter anualmente al Congreso, para su
      aprobación, el proyecto de presupuesto que contenga en
      forma programática, el detalle de los ingresos y
      egresos del Estado;
    11. Someter a la consideración del Congreso
      para su aprobación, y antes de su
      ratificación, los tratados
      y convenios de carácter internacional y los contratos y
      concesiones sobre servicios
      públicos;

      ñ) Mantener la integridad territorial y
      la dignidad
      de la Nación;

    12. Presidir el Consejo de Ministros o Secretarios
      de Estado y ejercer la función de superior jerárquico
      de los funcionarios y empleados del Organismo
      Ejecutivo;
    13. Dirigir la política exterior y las
      relaciones
      internacionales; celebrar, ratificar y denunciar tratados
      y convenios de conformidad con la
      Constitución;
    14. Administrar la hacienda pública con
      arreglo a la ley;
    15. Nombrar y remover a los Ministros y/o
      Secretarios de Estado, Viceministros y/o Subsecretarios, y
      demás funcionarios que le corresponda conforme a la
      ley;
    16. Todas las demás funciones que le asigne
      la Constitución o la ley.

    Y, en el caso de la existencia constitucional de la
    figurara de Vicepresidente, nuestras respectivas Constituciones
    establece:

    El Vicepresidente de la República
    ejercerá las funciones de Presidente de la
    República en los casos y forma que establece la
    Constitución.

    Será electo en la misma planilla con el
    Presidente de la República, en idéntica forma y
    para igual período.

    El Vicepresidente deberá reunir las mismas
    calidades que el Presidente de la República, gozará
    de iguales inmunidades y tiene en el orden jerárquico del
    Estado, el grado inmediato inferior al de dicho
    funcionario.

    ¡Y se acabó!.

    Así de sencillo es el arte de gobernar cualquiera
    de nuestros países en Latinoamérica.

    ¿Qué le parece?.

    ¿Se anima usted también a luchar para ser
    el próximo u uno de los próximos gobernantes de su
    país?.

    Si es así relea con mucho detenimiento los
    artículos respectivos de su Constitución, pues son
    la base de todos sus sueños.

    Así como métase de lleno a las comunidades
    más remotas y recónditas de su respectivo
    país, para que se de un panorama completo de la amarga,
    dura y cruda realidad nacional para ver qué diablos
    hará ya encaramado en el Poder Público y ya en
    funciones como Presidente de una nación subdesarrollada,
    pobre y con esas miles de carencias, dificultades, problemas,
    presiones y condiciones.

    Adelante, que nada lo detenga.

    LA VISIÓN DE
    GOBERNAR CUALQUIERA DE NUESTROS PAÍSES

    No sé a ustedes, mis queridos lectores y
    lectoras, pero para mí, gobernar, tiene que ver con la
    buena conducción, con servicio, con asistencia y
    prevención, y con propuestas creativas, novedosas y de
    sentido común; pero a la vez que reúna las
    condiciones, ineludibles, de buscar el beneficio general, sin
    privilegios, sin exclusiones y por supuesto atacar la raíz
    de las complicaciones, así como el cambio profundo de las
    estructuras y
    del fondo de los asuntos y no sólo el maquillaje, los
    chapuces y los arreglos de última hora.

    Actitudes tan clásicos de nuestros gobernantes
    han sido los chapuces y los parches.

    Si es que hacen por lo menos eso.

    Y esa es una de las razones de tener, todavía,
    esos índices tan bajos en desarrollo humano y social, pues
    los indiferentes e insensibles personajes que ocuparon cuadros
    altos y medios en los Gobiernos de turno, todo les resbalaba y se
    la pasaban en otra onda menos en la correcta de solucionar
    problemas.

    Qué fácil es ir resolviendo conforme se
    vayan dando las quejas sin entrarle de fondo a las
    cosas.

    Claro y por supuesto que gobernar tiene que ver con
    saber exactamente el fondo de los problemas y las causas de las
    manifestaciones sociales del único problema
    nacional.

    Y por aquí se debe de empezar a gobernar a
    nuestros países y naciones, desde la perspectiva de
    reconocer con valentía y entereza ese único
    problema que padecemos y del cual se generan la serie de
    vicisitudes y emergencias que se manifiestan diariamente en
    nuestras vidas personales, familiares, comunitarias y en general
    nacionales.

    ¿Realmente cuál es el único
    problema de nuestro respectivo país?.

    ¡Qué… qué!.

    ¿Nuestro país sólo tiene un
    problema?.

    ¡Ni soñarlo!.

    Nuestras patrias tiene miles de problemas, ahí
    están la violencia, los
    robos, el alto costo de vida, la pobreza, los abusos, los
    secuestros, la falta de oportunidades, y en fin todo lo que nos
    pudiéramos imaginar.

    Millones de problemas y no sólo uno.

    Pero un momento, nos guste o no, en cada uno de nuestros
    países y patrias sólo es uno el gran
    problema.

    Y, lo más curioso, es que todos lo mencionamos,
    lo manipulamos y hasta nos sentimos orgullosos de el y de todo su
    significado.

    Es más, nos guste o no, es la bandera que usamos
    cuando nos presentamos ante las otras naciones del mundo para
    mendingar unos dolaritos.

    ¿En nombre de qué problemón salimos
    con las manos extendidas pidiendo ayuda urgente?.

    En Latinoamérica, en cada uno de nuestros
    respectivos países, tenemos como único problema el
    subdesarrollo.

    ¿No le parece?.

    Y ¡qué diablos significa esa
    palabra!.

    Subdesarrollo significa atraso, miseria, abusos y
    condenación a vivir en la pobreza.

    ¡Ah entonces la cosa sí es
    seria!.

    Esta cadena de situaciones, lo que significa el
    subdesarrollo, sin ninguna duda, es lo que padecemos y tenemos
    hasta para exportar en nuestros países.

    Y de este problema del subdesarrollo se provoca la
    cascada de dificultades, inconvenientes, contrariedades,
    complicaciones, molestias, trabas, aprietos, apuros, conflictos y
    dilemas que encontramos en nuestras familias, en los hogares, en
    la vida diaria y en todos y cada uno de los habitantes de
    nuestras respectivas Repúblicas y que cómodamente
    hemos denominado problemas.

    ¿Qué hogar latinoamericano no padece
    alguno, varios o todos esos inconvenientes y dificultades
    producto del
    subdesarrollo nacional?.

    No creamos que los hogares más afortunados, los
    de los ricos, terratenientes y los de los grandes industriales,
    comerciantes, banqueros o agroindustriales no los padecen o no
    los tienen, pues ellos son los que reciben, muchas veces como
    blanco, las consecuencias mayores de crímenes y delitos que se
    cometen en contra de sus esposas, madres, hijos y
    familia.

    Vamos a poner un ejemplo de la vida diaria de cualquiera
    de los millones de latinoamericanos para poder comprender mejor
    lo que nos ha estado sucediendo.

    Un padre de familia, ciudadano tradicional y
    representativo de nuestro respectivo país, es decir parte
    de ese 85% de personas que sobreviven en la extrema pobreza, en
    la pobreza o en la etapa de pauperización de las clases
    medias de nuestras sociedades,
    padece, junto a esos extremos en los que vive con su familia, un
    serio problema con sus pies.

    Resulta que tiene callos, ulceraciones y juanetes en
    ambos pies.

    Pero…

    ¿Es ese su problema real?.

    Si ese es su único problema ¿cómo
    lo puede solucionar?.

    ¿Acaso con curitas, con ungüentos, pomadas o
    bálsamos, con penicilina o con una
    operación?.

    Como consecuencia de los callos, de las heridas, de las
    úlceras y de los juanetes (bultos que se hacen en los
    huesos de los
    dedos) que padece, el pobre hombre no rinde lo que debe en sus
    ocupaciones diarias, tanto las del hogar, del trabajo, de sus
    actividades, como las obligaciones
    con su cónyuge.

    Claro que para eso puede tomar cualquier reconstituyente
    o inclusive viagra (¿pero con qué la compra?), jugo
    de rábanos con aceite de
    hígado de bacalao o cualquier reconstituyente que venden
    en el mercado; inclusive, si es mucho el desgano del paisano en
    cuestión, un ceviche y hasta el viagra pueden ayudar a
    solucionar su situación en el hogar con su
    señora.

    Y otra vez firmes.

    Pero también nuestro amigo se mantiene de mal
    humor, sumamente irritado y resulta que se ha vuelto muy bravo y
    enojón durante el día.

    Por supuesto que para estos males de su carácter
    muy bien puede tomar ruibarbo, tilo o un su traguito o unas
    cervezas en dilecta compañía.

    Y, no podemos dejar de mencionarlo, por las noches no
    puede dormir bien el cuate.

    Para lograrlo tendrá que tomar pastillas, lechita
    caliente o un te de lechuga, que dicen que cae muy bien para el
    insomnio; un baño de agua caliente,
    tan recomendado por las abuelas para conciliar el sueño,
    es casi imposible pues el agua escasea y ya tienen varios
    días de no recibir ni una gota en el lugar en donde
    están asentadas sus viviendas (muy posible a la orilla de
    un barranco).

    Entonces es bueno preguntarnos hasta aquí
    ¿cuál es el verdadero problema que tiene nuestro
    amigo?.

    ¿Acaso que no duerme bien?.

    ¿Será ese mal humor, unido a la
    irritación que mantiene o a que pasa bravo la mayor parte
    del día?.

    ¿Será el poco rendimiento en sus
    ocupaciones diarias, tanto en su casa como en su trabajo o
    actividades variadas que trata de ejecutar sin poder lograr
    hacerlas bien?.

    ¡O realmente su verdadero problema son los callos,
    las heridas y úlceras junto a los juanetes que tiene en
    los pies!.

    ¿Es posible que se solucionen todas esas
    manifestaciones, males y trastornos que padece este pobre hombre,
    con curarse los callos, cicatrizar las úlceras y
    operándose los juanetes?.

    Si no corrige el origen de esos males, poco hará
    una pequeña, mediana o grande y costosa
    curación.

    Pero, estoy seguro que ninguna de esas cuatro opciones
    son el problema real de nuestro amigo.

    Me quito la
    cabeza si son esos.

    Y ahora lo explico.

    Los zapatos, que normalmente ha venido usando el
    señor, le aprietan, y además por estar gastados de
    suelas y tacones, están todos torcidos, provocando callos,
    ulceraciones y los terribles juanetes.

    O sea que para cualquiera simplemente con comprarse un
    par de zapatos decentes, cómodos y de su medida, puede
    llegar a solucionar la serie de inconvenientes derivados de esos
    zapatos desastrosos que usa.

    El problema que se le presenta, con esta opción,
    es que no tiene suficiente dinero para adquirir en el mercado un
    nuevo par de zapatos cómodos.

    Si apenas puede juntar para pasarla con la comida y los
    gastitos indispensables en su casa.

    Y no tiene dinero porque sencillamente no gana lo
    suficiente en el trabajo o
    actividad que desempeña.

    ¿Y porqué no gana lo
    necesario?.

    Porque no tiene la capacidad ni las habilidades
    adecuadas para realizar otro trabajo, oficio o quehacer para
    desempeñarse mejor y tener una adecuada
    remuneración.

    Pero también hay que reconocer que en nuestros
    países hay una escasez enorme en
    oportunidades de superación y desarrollo.

    Y ésta, la poca oportunidad de superación,
    puesto que no tiene educación ni buena
    salud, es realmente, en el fondo de todo, el verdadero y
    único problema del pobre señor que tiene callos,
    úlceras y juanetes en sus pies, que pasa malhumorado,
    irritado y bravo por todo, que no puede rendir lo que debe en sus
    actividades diarias y que por las noches no puede dormir
    bien.

    Concluimos, entonces, que el subdesarrollo es el
    único problema del amigo, de los latinoamericanos en
    general y de nuestro respectivo país.

    Y, para rematar con este tan ilustrativo ejemplo,
    resumamos la cuestión:

    1. La falta de oportunidades de los latinoamericanos,
      como primera consecuencia del subdesarrollo, es el origen de
      todo lo que le pasa a nuestro amigo.
    2. Las pocas oportunidades no le permiten
      superarse.
    3. La poca superación y falta de progreso
      personal le impiden tener un mejor empleo, trabajo u
      oficio.
    4. La falta de trabajo, el subempleo y la marginalidad lo
      limitan en sus ingresos y no tiene suficiente dinero con el
      cual comprar cosas.
    5. Sin dinero no puede comprarse un buen par de
      zapatos.
    6. Con los zapatos apretados y torcidos le salen callos,
      úlceras, heridas y juanetes.
    7. Los daños en los pies y el dolor permanente
      que mantiene, le impiden rendir y mejorar en sus actividades
      diarias.
    8. Este poco rendimiento provoca rechazo, despidos y
      marginación en su medio
      ambiente.
    9. Lo que lo hace mantenerse irritado, de mal humor y
      bravo consigo mismo y con cualquiera.
    10. Y por las noches, esos malestares, no lo dejan dormir
      como quisiera.
    11. Y, cumplirle a la esposa, ni hablar…

    Esa es la cadena que nos mantiene atados a un destino
    ingrato e inhumano.

    Pero esas variadas manifestaciones, resultados y
    consecuencias que padece el pobre amigo de los callos y juanetes
    son sólo eso, una serie de efectos producto de una sola
    causa.

    Y con lo ilustrativo del ejemplo anterior hay que decir
    que, nos guste o no, en América Latina y en cada uno de
    nuestros respectivos países, sólo es uno el gran
    problema que nos afecta a todos por igual.

    Y veamos mejor este asunto, para que nos quede bien
    clara esta postura, por medio del siguiente esquema.

    Por supuesto que esta sigue siendo mi visión
    personal del asunto y mi propuesta.

    ¿No están leyendo un manual
    pues?.

    Y un manual no es otra cosa más que el resultado
    de las investigaciones
    que provocan puntos de vista distintos a los tradicionales que se
    pueden integrar como soluciones al tema tratado.

    Claro que no se pretende dejar estas contribuciones
    cerradas y que de manera intransigente pretendamos imponer
    nuestro criterio.

    No.

    Aquí estamos presentando una diferente manera de
    ver nuestro medio político, social y humano, con la
    única pretensión de buscar una alternativa
    diferente, pues la tradicional, probada por muchísimos
    presidentes en América Latina, no ha resuelto nada; y
    continuamos sumidos en este drama continental y
    nacional.

    Con los costos sociales
    incalculables para nuestra población.

    Cualquiera con dos dedos de frente entiende muy bien
    esta problemática nacional.

    Entonces ¿por qué nuestros
    políticos y los Presidentes, que se supone son y
    están más y mejor preparados que el resto de
    paisanos, no han podido vislumbrar las cosas y el fondo de los
    problemas?.

    ÚNICO PROBLEMA
    DE AMÉRICA LATINA Y DE NUESTROS PAÍSES Y PATRIAS
    (COMO CAUSA DE TODO): EL SUBDESARROLLO

    PRIMER CÍRCULO DE CONSECUENCIAS QUE PROVOCA EL
    SUBDESARROLLO:

    1. La Pobreza.
    2. La Miseria.
    3. El Atraso.
    4. Los Abusos.
    5. La Discrecionalidad.

    SEGUNDO CÍRCULO DE RESULTADOS QUE
    SURGEN

    DE LA COMBINACIÓN DE LAS CONSECUENCIAS DEL
    ANTERIOR CÍRCULO:

    1. Las desigualdades y la inequidad.
    2. Las exclusiones.
    3. El racismo.
    4. Las discriminaciones e intransigencias.

    TERCER CÍRCULO DE RAMIFICACIONES CONSECUENCIA DEL
    ANTERIOR CÍRCULO:

    1. La Corrupción.
    2. La Impunidad.
    3. La Incapacidad.
    4. El Desprecio.
    5. La Indiferencia.

    CUARTO CÍRCULO COMO RESULTADO DEL ANTERIOR
    CÍRCULO:

    1. La Desintegración socio política de la
      Nación.
    2. La Violación de los derechos individuales de
      la población.
    3. La Interpretación antojadiza de las
      funciones.
    4. Los Conflictos.
    5. El Centralismo y
      la verticalidad.

    QUINTO CÍRCULO COMO PRODUCTO FINAL O EFECTOS DE
    LA COMBINACIÓN

    DE TODO LO QUE SE DERIVA DESDE EL SEGUNDO
    CÍRCULO:

    Acá están todas esas
    dificultades, apuros y conflictos que sentimos en carne propia
    los habitantes y que no son más que los "problemas" que
    nos afectan. Entre los más sobresalientes están los
    siguientes:

      1. Robos, asaltos y delitos menores.
      2. Violencia.
      3. Crímenes, violaciones, asesinatos,
        secuestros.
      4. Fuga de reos.
    1. La Inseguridad:

      1. Alto costo de vida.
      2. Desempleo, subempleo, informalidad.
      3. Falta de oportunidades de
        superación.
      4. Intereses bancarios altos.
      5. Nulo acceso a los créditos.
      6. Ninguna protección a los
        consumidores.
      7. Nulo acceso a vivienda digna.
    2. Los Económicos:

      1. Agua.
      2. Electrificación.
      3. Urbanismo.
      4. Transporte.
      5. Vivienda
      6. Infraestructura.
    3. De los Servicios
      Públicos Básicos, falta o carencia de:

      1. Insalubridad.
      2. Nulas medidas preventivas.
      3. Deficiente infraestructura.
      4. Deficiente capacitación al personal
        médico y paramédico.
      5. Pésima atención y
        cobertura.
    4. De Salud:

      1. Analfabetismo.
      2. Deficiente infraestructura.
      3. Deficientes planes de estudio.
      4. Deficiente capacitación de maestros y
        profesores.
      5. Deficiente cobertura.
      6. Deserción.
      7. Pésima preparación.
    5. De Educación:

      1. Nula organización y
        participación.
      2. Nula representatividad.
      3. Nula fiscalización ciudadana.
      4. Apatía absoluta en los procesos
        electorales.
      5. Desconfianza hacia las autoridades.
      6. Desprecio e irrespeto a las instituciones y
        organismos del Estado.
    6. De los Políticos:

      1. Contaminación.
      2. Basureros.
      3. Depredación.
      4. Deforestación.
      5. Abuso indiscriminado de los Recursos
        Naturales.
    7. De los Ecológicos:

    PROPUESTAS
    PARA GOBERNAR NUESTRA RESPECTIVA NACIÓN:

    Sin pretender que se definieron anteriormente todas y
    cada una de las consecuencias, secuelas y ramificaciones que se
    derivan del Subdesarrollo, ni mucho menos de la serie de
    implicaciones, dilemas, conflictos y serias complicaciones que se
    producen por la combinación de la serie de efectos que
    surgen en cada círculo ya descrito o de la mezcolanza y
    amalgama propia cuando se entremezclan entre sí todo lo
    anteriormente sintetizado, creemos que podemos hacer ahora la
    propuesta.

    Para entrarle con ganas, de manera sincera y sin ninguna
    demagogia politiquera, y buscar un proceso que permita iniciar,
    con bases firmes, la solución a nuestros "problemas", es
    indispensable, entonces, y como consecuencia de los
    Círculos anteriormente vistos, que empecemos por el
    principio.

    Y si el principio o la génesis de la
    problemática nacional descansa en el Subdesarrollo,
    ¡entrémosle a tal tarea!.

    PILARES DE LA
    NUEVA PATRIA, PARA GOBERNAR A CUALQUIERA DE NUESTROS
    PAÍSES:

    1. Pacto de Gobernabilidad.
    2. Pacto Fiscal.
    3. Plan Nacional de Descentralización,
      Desconcentración y Modernización del
      Estado.
    4. Plan Nacional de Seguridad, Prevención y
      Protección Civil.
    5. Puesta en marcha del Sistema Nacional de Consejos de
      Desarrollo Urbano y Rural.
    6. Plan Nacional de Desarrollo Humano y
      Social.
    7. Reformas Constitucionales (ojalá por medio de
      una Asamblea Constituyente, para crear un nuevo pacto
      socio-político)

    GOBERNABILIDAD

    Es la línea, basada en la convivencia
    pacífica, que permite tomar decisiones sin provocar
    grandes malestares sociales; y, con la participación de
    los actores y representantes de las fuerzas vivas de nuestro
    país, sentados los que tenemos que estar sentados, en las
    mesas de trabajo, en todos los niveles, podremos estudiar todas
    las opciones que nos beneficien como país y como sociedad, para
    poder ser ejecutadas buscando el bien común.

    Por supuesto que la gobernabilidad es un término
    amplio y sumamente complejo de explicar en unas pocas
    líneas, y esta actividad es la que se puede vivir, se debe
    buscar y mantener, desde el primer día en que se asuma la
    presidencia de nuestros países, para el bien de la propia
    Gestión Presidencial, como para dejarla por un lado sin
    entrar a conocer un poco de su significado y concepto en este
    preciso momento.

    Lo que hay que dejar en claro es que para llegar a tener
    una plena gobernabilidad en nuestros países, antes es
    necesario, indispensable diría mejor, tener un Pacto, un
    Arreglo de Gobernabilidad entre los actores de la vida nacional
    para contar con un nuevo Contrato Social
    Nacional. Y que mejor que ver a continuación esta
    propuesta en ese sentido.

    PROPUESTA DE GOBERNABILIDAD
    DEMOCRÁTICA Y REFORMA DEL ESTADO:

    Para hacer operantes y eficaces los poderes del estado y
    lograr el desarrollo humano y social y el bienestar de los
    habitantes, es indispensable contar con un instrumento que
    permita llegar a tener un Pacto de Gobernabilidad y una Reforma
    del Estado como tal.

    Para responder a las múltiples necesidades que
    padecemos la gran mayoría de los latinoamericanos, y
    superarlas o intentar hacerlo, es indispensable que se haga a
    través de un moderno y ágil Estado de Derecho,
    desde donde el desarrollo humano y social comunitario, unido al
    fortalecimiento de las instituciones en general, nos lleven a
    alcanzar el precepto constitucional del Bien
    Común.

    Los grandes temas nacionales y las líneas
    políticas a consensuar, sujetos a ser tratados en esta
    acción de Reforma del Estado, deben de ser y estar
    considerados afuera de cualquier aspecto electoral para que
    impulsemos, con mucho vigor nacional, un gran acuerdo entre todos
    los sectores bajo un Pacto que nos permita la convivencia
    pacífica, en primer término, y disponer de
    oportunidades para salir de la pobreza, miseria y atraso en el
    que nos han tenido las fuerzas estructurales que se oponen al
    desarrollo integral de todos los latinoamericanos.

    Es indispensable que nuestros hijos, y las futuras
    generaciones, se desenvuelvan adentro de una nación
    moderna, en donde la sociedad no sea excluyente ni mucho menos
    discriminatoria, para que reine la igualdad de
    oportunidades y podamos conseguir que cada habitante, y su grupo
    familiar, tenga oportunidades de desarrollar todo su potencial
    productivo y poder convivir todos los habitantes en un
    país, por fin, generador de grandes oportunidades y
    prosperidad.

    Disponer de una Gran Pacto de Gobernabilidad
    Democrático es tener la opción de convivir todos
    los ciudadanos de manera correcta, respetando y fortaleciendo las
    instituciones, y de resolver nuestras diferencias por la
    vía legal; lo que impedirá la confrontación,
    la violencia, el alzamiento armado y el desprecio entre
    connacionales.

    Nuestros países tienen un lastre, no sólo
    derivado del autoritarismo, tanto militar, empresarial,
    gubernamental, como de los que se alzaron en armas y conformaron
    la insurgencia, sino también porque el aparato productivo
    y las reglas del juego han estado basados en la
    especulación, el mercantilismo
    y el abuso, olvidando por completo al ser humano, al que para
    mayor desgracia, sólo se ha visto como un consumidor pasivo
    sin derecho y sin aspiraciones.

    El estancamiento y el atraso en lo social,
    económico, político, educación y en general
    en casi todos los aspectos de la vida nacional, incluyendo por
    supuesto el desarrollo humano, merecen que tomemos en serio la
    problemática nacional para sentarnos todos, en una gran
    mesa de propuestas, sin otra orientación que no sea la de
    alcanzar consensos que nos permitan la Gobernabilidad
    Democrática, como punto de partida, e iniciar desde las
    comunidades la reconstrucción del tejido social, base
    fundamental de la convivencia pacífica que tanta falta nos
    hace.

    Fortalecer la democracia, transformando fundamentalmente
    los tres
    poderes del Estado, puede significar la diferencia entre la
    miseria y el desarrollo integral; y entre la vida y la fatalidad.
    Y romper con las debilidades que hasta ahora tiene el Estado,
    como la que experimentados en el Sistema de Seguridad y Justicia,
    en el Económico, Productivo, Consumidor y Financiero, o en
    el Sistema de Representación Político y en otros
    que se mencionan como los Grandes Temas y Líneas
    Políticas a consensuar, tiene la virtud de devolver la
    confianza de la población honrada, indefensa y trabajadora
    en las instituciones y evitamos el atraso y el subdesarrollo que
    nos tienen consumidos.

    La participación cívica y política,
    unida a la responsabilidad de los ciudadanos para fiscalizar la
    labor de las autoridades electas, es la única vía
    con la que contamos para cimentar la democracia participativa que
    permite la alternabilidad en el ejercicio del poder, la selección
    de las mejores mujeres y hombres para que nos representen, y
    terminen de construir el Estado de Derecho
    eficiente, moderno y capaz, que permita el desarrollo humano y
    social de nuestros habitantes.

    Debe ser fundamental fijarnos la meta del
    crecimiento
    económico y conseguir que el Producto Interno
    Bruto crezca arriba del 6% anual y recortar la brecha en el
    subdesarrollo; para lo cual tenemos que estar preparados en
    formar una diferente estructura productiva. Sin olvidarnos que la
    recaudación fiscal y el pago de los impuestos es una
    responsabilidad de todos.

    La cooperación y las ayudas internacionales deben
    ser conscientemente coordinadas por una institución para
    hacerlas eficaces y oportunas, teniendo presente que las naciones
    del mundo moderno están convencidas que, sin un Pacto de
    Gobernabilidad en nuestros respectivos países, la
    cooperación entre el mundo desarrollado y nuestro
    país está extremadamente limitada.

    Bajo este concepto, el Pacto de Gobernabilidad tiene la
    misión
    de definir un enfoque estructural orientando todos sus esfuerzos
    hacia el fortalecimiento de la democracia, con especial
    énfasis en fortalecer el Estado de Derecho e impulsar la
    participación ciudadana promoviendo, para
    ello, la cultura del
    diálogo y
    la apertura.

    Por lo tanto se tiene que impulsar, desde la sociedad civil,
    una transformación en los tres poderes del Estado que nos
    garantice a todos los habitantes la superación integral,
    mediante procesos que:

    • Optimicen la capacidad de gestión de los
      Poderes del Estado hacia las comunidades.
    • Definan soluciones a problemas
      estructurales.
    • Promuevan la participación activa de la
      sociedad civil.
    • Impulsen el diálogo en los distintos
      sectores de las comunidades.

    La labor de estas acciones se tienen que centrar en la
    concepción, diseño
    y ejecución de estrategias para
    promover los cambios que demanda la
    evolución de nuestra sociedad, en base al
    reconocimiento de las necesidades específicas y regionales
    de nuestro país, mediante diagnósticos y estudios
    especializados. Nuestras propuestas deben caracterizarse por la
    definición de soluciones a problemas estructurales que
    comprendan diversas perspectivas de acción con el
    propósito de analizar alternativas e implementar planes de
    impacto social general.

    La metodología debería de basarse en el
    involucramiento y participación multisectorial de grupos
    de trabajo, sistematizar la información usando tecnología de punta,
    aplicando criterios para el diálogo político, la
    gestión con organismos internacionales y entidades
    públicas y privadas, y en la aplicación de métodos de
    seguimiento y evaluación. Además de mantener una
    visión crítica respecto de los resultados de
    nuestras acciones.

    Este Pacto de Gobernabilidad debe responder, desde el
    principio, a objetivos y
    acciones libres de compromisos con una determinada ideología político partidista o de
    cualquier sector con cierto peso en la sociedad. Y esto nos
    permitirá canalizar opiniones y criterios de muy diverso
    origen e índole, buscando siempre obtener una convergencia
    de ideas cuya diversidad enriquezca el proceso de análisis
    y que amplía las opciones de solución.

    Con este criterio podremos acceder a todos los sectores
    en general, incluidos los políticos y económicos,
    para obtener el respaldo por la calidad de las
    propuestas, lo que impulsará la credibilidad de nuestro
    trabajo serio y desinteresado.

    Se tiene que poner el énfasis adecuado para
    utilizar otras herramientas,
    tales como análisis de los medios de comunicación,
    encuestas, estudios y sondeos de opinión, consultas
    especializadas, entrevistas y
    otros mecanismos para acceder a la información valiosa que
    nos deje conocer todo acerca de las necesidades y de la percepción
    de las comunidades en general y de grupos objetivo.

    El diálogo político será la base de
    todo el esquema, para lograr involucrar e interactuar con la
    sociedad civil y las instituciones.

    Cualquier nación del mundo, y nuestro respectivo
    país no es la excepción, no puede situarse en una
    posición de desarrollo si más de la mitad de su
    población ha estado marginada, discriminada y excluida, no
    sólo de las decisiones sino del bienestar y
    superación integral.

    Tampoco podemos suponer que el crecimiento
    económico, tal y como señalan algunos
    índices macroeconómicos, traigan alguna mejora en
    las condiciones de la vida de millones de familias cuando un
    enorme número de seres humanos están privados de
    derechos y de recursos para
    incentivar o promover su productividad.

    Los modelos de
    desarrollo que hemos tenido, si es que podemos decir que hemos
    tenido intentos o intención de tenerlos, han excluido a
    hombres y mujeres pobres y extremadamente pobres, dando un trato,
    con ello, socialmente injusto a los seres humanos ya
    políticamente insostenible para los gobiernos.

    Mucho de lo anterior, sino todo, hemos estado viviendo
    en cada uno de nuestros países en Latinoamérica
    durante los últimos cincuenta años por lo
    menos.

    Y eso ha hecho que la injusticia social y el desprecio
    marcado por la calidad de
    vida de los habitantes que componen los estratos sociales
    más desposeídos y postergados, lamentablemente y de
    manera fatídica, han crecido, de manera irónica
    para aquellos grandes estrategas políticos del pasado que
    creyeron hacer lo correcto, con el supuesto crecimiento de
    nuestra economía.

    Es por ello que todas las actividades que tienen lugar
    en el ámbito de los hechos gubernamentales que pretenden
    llevar desarrollo a las comunidades, no reflejan más que
    ese marcado crecimiento que produce mayor desigualdad
    social.

    Y la presencia de las especulaciones con el capital, unido
    al capital golondrina, acentúan las tendencias, pues el
    dinero no se utiliza para la producción sino para la especulación
    y explotación irracional.

    Con el medio ambiente, el
    derecho a contaminar y a depredar los recursos naturales,
    renovables o no, se han convertido –tristemente hay que
    reconocerlo- en un incentivo fundamental para la inversión extranjera y la
    explotación inmisericorde de nuestros recursos, bienes y
    servicios.

    La sociedad civil es la gran ausente en el proceso de
    globalización que se está llevando a
    cabo en Latinoamérica. Y ninguno de los habitantes somos
    consultados o considerados, tan siquiera, a la hora de la firma
    de acuerdos o tratados de libre comercio.
    Y, desgraciadamente para millones de latinoamericanos, vemos
    reducido nuestro papel a ser únicamente potenciales
    consumidores pasivos de los grandes intereses a
    mansalva.

    Las graves consecuencias de todo lo anteriormente
    expuesto son múltiples. Y cualquier gobierno tiene
    reducidas sus posibilidades, aún y a pesar de sus buenas
    intenciones, ya que obviamente la gobernabilidad se debilita ante
    panorama tan desolador y a la vez desalentador.

    Los resultados y efectos son muy claros: se
    acentúa dramáticamente la pobreza y surge, aparte
    de la extrema pobreza y de la propia pobreza, otro
    fenómeno tan dañino que es el de los nuevos pobres
    que viven en las áreas urbanas, mejor conocidos como
    pobres urbanos que reciben toda la carga del sistema inhumano,
    mercantilista y explotador que nos ha tenido controlados, y hace
    que la tendencia sea a que desaparezcan las capas medias de la
    sociedad.

    La polarización social se agudiza, reflejando a
    nivel nacional unos índices de desarrollo humano de
    cincuenta años de atraso y esto ningún pueblo lo
    aguanta ni lo tolera.

    La salud y educación se convirtieron ya en
    servicios de consumo inaccesibles para las grandes
    mayorías de Latinoamérica de todas las
    edades.

    Y la sobreexplotación irracional de nuestros
    recursos naturales, renovables o no, han anulado cualquier
    intento de uso racional y conservacionista, que ha puesto en
    grave peligro y que apunta a padecer un deterioro irreversible en
    nuestro territorio nacional.

    El terreno es abonado, aún más, para una
    mayor conflictividad social, cuando traemos el tema del
    incremento en los hechos delictivos, criminales y violentos, en
    donde la inseguridad, impunidad, corrupción e ineptitud, son los factores
    claves para tener un Sistema de Seguridad, Justicia y Carcelario
    agotado y prácticamente colapsado.

    El Estado en cada uno de nuestros países, como
    garante constitucional del Bien Común y de la
    protección a la persona y a la familia, cada día
    pierde más fuerza en ese empeño.

    Y dentro de este triste esquema nacional hay que agregar
    que los derechos sociales y humanos, así como las organizaciones de
    base social o de la sociedad civil, continúan siendo
    ignorados.

    Es la hora y el momento oportuno de hacer un alto,
    reflexionar y preparar una nueva senda basada en un Gran Pacto
    Social de Gobernabilidad Democrático que tenga sus bases,
    y por supuesto el sustento social, y que funcione. Es decir que
    el Sistema de Representación que contempla nuestra
    Constitución para que desde allí se generen
    localmente las respuestas a las demandas genuinas de la
    población desde las comunidades, municipios, departamentos
    o provincias, regiones y/o estados, a nivel nacional e integral,
    desde donde los representantes de la sociedad organizada puedan
    definir y decidir el futuro y el desarrollo nacional en
    armonía, es decir en y con gobernabilidad para el Estado
    de nuestros países.

    GRANDES TEMAS
    NACIONALES E IMPLEMENTACIÓN DE LÍNEAS
    POLÍTICAS PARA CONSEGUIR, ¡POR FIN!, LA TAN ANSIADA
    GOBERNABILIDAD
    :

      1. PODER EJECUTIVO
      2. PODER JUDICIAL
      3. PODER LEGISLATIVO
    1. TRANSFORMACIÓN DE LOS TRES PODERES DEL ESTADO
      (ojalá desde una Constituyente):

      1. MINISTERIO DE SEGURIDAD PUBLICA
      2. MINISTERIO DE GOBERNACIÓN O DEL
        INTERIOR
      3. POLICÍA NACIONAL CIVIL
      4. POLICÍAS MUNICIPALES O LOCALES DE
        PREVENCIÓN, TRANSITO Y TURISMO
      5. MINISTERIO PUBLICO
      6. JUNTA NACIONAL DE SEGURIDAD
      7. JUNTAS DEPARTAMENTALES O PROVINCIALES,
        MUNICIPALES O LOCALES DE SEGURIDAD
    2. POLÍTICA DE SEGURIDAD
      CIUDADANA:

      1. PLAN NACIONAL SOSTENIBLE DE
        DESARROLLO
      2. ESTRATEGIA GENERAL PARA LUCHAR CONTRA LA
        POBREZA
      3. INTEGRACIÓN DEL ÁREA
        RURAL
      4. DESARROLLO TERRITORIAL
      5. DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA
        BÁSICA
      6. DESARROLLO HUMANO
      7. DESARROLLO SOCIAL
      8. DESARROLLO PRODUCTIVO Y GENERACIÓN DE
        EMPLEOS
      9. DESARROLLO ECONÓMICO
    3. POLÍTICA DE DESARROLLO HUMANO Y SOCIAL:

      1. PROCESO DE GLOBALIZACIÓN
      2. TRATADOS DE INTEGRACIÓN Y LIBRE
        COMERCIO
      3. EMPLEO Y SUBEMPLEO
      4. PRODUCTIVIDAD
      5. PROTECCIÓN AL CONSUMIDOR
      6. CRÉDITO, INTERESES Y DIVISAS
    4. POLÍTICA ECONÓMICA Y FINANCIERA:

      1. EXPORTACIONES E IMPORTACIONES
      2. COOPERATIVAS Y MICROEMPRESAS FAMILIARES
      3. PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA
      4. EMPRESAS INFORMALES
      5. COMERCIO, INDUSTRIA, AGRO INDUSTRIA
      6. BANCA Y FINANCIERAS
    5. POLÍTICA DE PRODUCCIÓN:

      1. INFRAESTRUCTURA Y SERVICIOS
      2. PROMOCIÓN DEL TURISMO RECEPTIVO E INTERNO
        O NACIONAL
      3. PROYECTOS Y FOMENTO DE LA
        INVERSIÓN
    6. POLÍTICA DE TURISMO:
    7. POLÍTICA DE VIVIENDA Y DE ASENTAMIENTOS
      HUMANOS:

      1. ECOLOGÍA Y RECURSOS NATURALES
      2. DESECHOS, BASUREROS Y RELLENOS
        SANITARIOS
      3. REFORESTACIÓN
      4. PROTECCIÓN A COSTAS, MARES, RÍOS Y
        LAGOS
      5. RECUPERACIÓN DE ZONAS DESÉRTICAS,
        BARRANCOS Y LADERAS
    8. POLÍTICA AMBIENTAL:
    9. POLÍTICA AGRÍCOLA Y GANADERA:

      1. MINAS
      2. HIDROCARBUROS
      3. ENERGÍA
      4. BOSQUES
      5. HIDROLÓGICOS
    10. POLÍTICA DE EXPLOTACIÓN DE RECURSOS
      NATURALES:

      1. DESCENTRALIZACIÓN Y MODERNIZACIÓN
        DEL ESTADO
      2. DESCONCENTRACIÓN INSTITUCIONAL
      3. FORTALECIMIENTO DEL PODER LOCAL
      4. FORTALECER LA AUTONOMÍA
        MUNICIPAL
    11. POLÍTICA DE INTEGRACIÓN
      TERRITORIAL:

      1. LA SOCIEDAD CIVIL Y SU PARTICIPACIÓN
        CÍVICA Y POLÍTICA
      2. CUMPLIMIENTO DE LOS ACUERDOS
      3. PROTECCIÓN A LOS DERECHOS
        INDIVIDUALES
      4. REFORMA CONSTITUCIONAL
      5. TRANSFORMACIÓN ELECTORAL
      6. EL ROL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y
        COMITÉS CÍVICOS
    12. POLÍTICA DE INTEGRACIÓN NACIONAL:

      1. PACTO FISCAL
    13. POLÍTICA OPERATIVA TRIBUTARIA:
    14. POLÍTICA DE DEFENSA NACIONAL Y DEL
      EJERCITO
    15. POLÍTICA EDUCATIVA, TECNOLÓGICA Y
      UNIVERSITARIA
    16. POLÍTICA DE SALUD
      PUBLICA Y ASISTENCIA SOCIAL
    17. POLÍTICA DE FORTALECIMIENTO DE LAS
      INSTITUCIONES (incluye a los partidos
      políticos)
    18. POLÍTICA CULTURAL:
    19. POLÍTICA DEPORTIVA:
    20. POLÍTICA DE RECEPCIÓN DE LA
      COOPERACIÓN INTERNACIONAL
    21. MECANISMOS DE REFLEXIÓN Y DE AVANCES SIN
      RETROCESOS

    ORGANIGRAMA Y
    FLUJO DE ACTIVIDADES

    Para ver el gráfico seleccione la
    opción "Descargar" del menú superior

    VERDAD Y MENTIRA EN
    LA VIDA POLÍTICA

    Para ninguno de nosotros es un secreto que la verdad y
    la política no se han llevado muy bien que digamos; y nos
    ha quedado como norma, por y entre los políticos criollos
    que se han encargado muy bien de dejarlo marcado así, que
    la verdad no es parte de las acciones que tiene la
    política nacional.

    Ejemplos podemos citar abundantes, tanto de los
    últimos cien años, como de nuestro pasado
    reciente.

    Por lo que muchos de los personajes que se han metido a
    políticos, y que participando en política han
    impuesto que
    como la verdad no es indispensable en sus asuntos no hay que
    tomarla ni siquiera en cuenta, fueron y son los culpables de
    hacer nacer o que surgiera la justificación de lo
    injustificable.

    Y hoy la mentira, el embuste y las patrañas y la
    demagogia, que son casi necesarias en la actividad
    política, se han encargado de desvirtuar esta noble
    profesión; tan noble y tan necesaria como cualquier otro
    oficio, profesión o empleo.

    ¿Quiénes se tienen que hacer cargo de los
    puestos de elección, de los ministerios,
    secretarías, direcciones generales, jefaturas y fungir
    como funcionarios públicos?.

    Les guste o no, son espacios para los
    políticos.

    La mentira, las argucias y la demagogia son los
    instrumentos de algunos personajes, no de todos conste, que
    quieren hacer realidad sus sueños por medio de la
    política para llegar al ansiado poder público y
    convertirse en presidentes, diputados, alcaldes o ser nombrados
    en altos cargos una vez el candidato al que se apoyó en
    las elecciones gana el evento y es electo presidente.

    ¿No hay dignidad, entonces, en el campo
    político electoral?.

    ¿Hemos permitido acaso que la
    justificación de la mentira de la verdad o la verdad de la
    mentira nos gobierno?.

    Por supuesto que sí hay dignidad en este campo
    tan importante de la vida nacional.

    Y no es que hayamos permitido que ese juego de la
    verdad-mentira nos gobierne, lo que ha pasado es que una
    camarilla de largos y abusivos personajes se cuelan en cada
    época, gobierno y puesto público y eso hace que
    generalicemos para todos los que de una u otra manera buscamos la
    política para servir a la Patria.

    ¡Qué bonito me quedó el párrafo
    anterior!.

    ¿Pero por qué hemos permitido que algunos
    sigan tan campantemente su lucimiento y el abuso del
    poder?.

    Y ¿por qué el Sistema Legal no los ha
    castigado como se lo merecen?.

    Los funcionarios que han participado en todos y en cada
    uno de nuestros gobiernos y trabajado para todos los presidentes
    que hemos tenido en Latinoamérica, que también
    hicieron sus dolaritos a la sombra del poder y en desmedro de la
    población, y violentaron las buenas costumbres, la ley, la
    cultura y el respeto social;
    ¿qué con ellos?.

    ¿Y aquellos otros que sirvieron para los
    militares de las épocas gorilescas del pasado
    reciente?.

    ¿Fueron diferentes a los políticos
    contemporáneos que tenemos?.

    No lo creo y será difícil de aceptar
    algún argumento demagógico al respecto que salga en
    defensa de esos chicos malos del mediano pasado, los que tuvieron
    las riendas del poder público durante 30 ó 40
    años y que echaron ondas
    raíces que todavía están agarradas en las
    estructuras de nuestros respectivos Estados actuales.

    Sin tratar de justificar, ni mucho menos asimilar, la
    mentira en la política, es bueno que busquemos una como
    explicación racional y cuerda a la demagogia, las
    especulaciones, las falsas expectativas y hasta a la estafa de
    conciencias que algunos llevan a cabo en su pseudo función
    de políticos.

    Es sencillo ver que la política es aquella
    actividad, arte dicen algunos, que nos permite conseguir algo,
    que debe ser un beneficio o serie de beneficios, a través
    y por medio de un instrumento.

    El inconveniente es que algunos políticos, que se
    pasan de listos, han creído que esos beneficios son para
    su peculio y uso particular, olvidando, o haciéndose los
    locos, que la política lo que busca es soluciones
    generales y beneficios para la sociedad completa.

    Y de aquí se derivó la argucia de usar
    piadosas mentiras para esconder una amarga realidad, que
    consideraron podría ser inconveniente en elecciones o para
    la figura pública, evitando el deterioro en la imagen del
    o de los candidatos y entonces hay que medrar y mentir, o no
    decirle a la población toda la verdad, so pena de caer mal
    por ser portador de malas noticias o
    desastres y eso no rinde votos el día de las
    elecciones.

    Otros arguyen que es mejor una mentirilla o mentira
    blanca que puede reemplazar una verdad o una realidad violenta; y
    que son inofensivos algunos de los subterfugios usados por ellos
    para impedir una crisis social
    de proporciones graves y violentas.

    El problema es grave, pues… ¿quién
    califica qué y cuáles son esas consecuencias
    funestas que muchas veces sólo ellos ven?.

    La tergiversación de la política ha
    llegado a tanto que se cree que es una serie de artificios
    intelectuales que únicamente sirven para engañar al
    pueblo con argumentos sólidamente contundentes que cambian
    la realidad de los pobladores pero que busca favorecer la propia
    vida del político.

    Y, como la estabilidad de un Presidente y su Gobierno
    descansa en la opinión que de ellos tenga la
    población, para mantener la gobernabilidad los presidentes
    y gobernantes deben contar con el apoyo simultáneo de un
    buen porcentaje de la población que, al emitir su
    opinión lo haga en apoyo, y a favor, de manera similar en
    todo el territorio y jurisdicción correspondiente, a su
    dominio y
    gobierno.

    La opinión pública es la que le da
    intensidad a los conflictos políticos, y a la vida
    política nacional, y es nada menos que la gasolina o el
    combustible de las personas que se dicen
    políticos.

    Sin tener una buena o regular opinión
    pública nadie sigue a otro.

    Es difícil que si la población tiene
    tildado a alguno de ladrón, deshonesto y corrupto, esa
    persona pueda formar un grupo cívico o político con
    algún chance de ganar elecciones; por el contrario pocos
    se le acercarán pero para ver qué le sacan, y la
    población, el día de la elección, lo
    castigará con sus pocos o nulos votos, y/o votando por
    otros personajes mejores que él.

    Entonces, y para buscar que esa opinión popular
    esté de su lado, los políticos hacen micos y
    pericos por arrebatar de cada persona una buena opinión; y
    por eso a muchos no les importa mentirles, engañarlos y
    buscar mentiras piadosas que puedan durar lo suficiente para
    ganar una elección o que permita terminar el
    período para el cual fueron electos.

    ¡Qué tristeza!.

    Pero esa es nuestra amarga realidad en
    política.

    Y es mejor estar debidamente enterados de esto para
    empezar a hacer algo al respecto.

    ¿O no?.

    La verdad normalmente es capaz de estorbar los mezquinos
    intereses y las ambiciones personales de los seres
    humanos.

    Entonces, desde esta perspectiva, es más
    comprensible, aunque no necesariamente compartida, la actitud de los
    políticos que usan las triquiñuelas y los
    subterfugios, unido a las dosis de demagogia y mentirillas, para
    ganar o mantener los espacios en la vida nacional.

    Los mecanismos de defensa que tiene la población,
    ante el embate de los cínicos y farsantes -mecanismos muy
    buenos por cierto, ya que son democráticos, participativos
    y constitucionales- son recurrir a la fiscalización
    pública de los actos de los funcionarios electos o
    nombrados y de los políticos en activo; al igual que
    promover debates y discusiones de los problemas locales,
    municipales, departamentales o provinciales, regionales o
    estatales y nacionales.

    Y los medios de comunicación son el canal
    más apropiado para ello.

    Por supuesto los que son medios de comunicación
    independientes y consecuentes con el fortalecimiento de la base
    democrática, social y cultural de la nación; pues
    hay, como en todos los lugares del mundo, medios que se prestan
    más a los intereses, favores y dineros de los
    políticos y funcionarios poco éticos, que a los de
    la población honrada, trabajadora e indefensa.

    El único pecado de los políticos es que
    queremos cambiar el mundo en el que vivimos, porque al ver la
    amarga realidad que nos rodea desde siempre, donde la miseria, la
    pobreza, el desamparo, los abusos y violaciones a los derechos
    individuales, derivados del Subdesarrollo, tiene sumida a nuestra
    población latinoamericana en un lapidario lugar en el
    Índice de Desarrollo Humano, todo eso hace que la sangre
    nos hierva y queramos que las cosas sean distintas de lo que
    realmente son para nuestros hermanos depauperados; y entonces,
    decíamos, cometemos los políticos el pecado de
    hacernos la ilusión de tener un mejor país,
    más humano, más consciente y capaz de hacer
    realidad el Bien Común y que llegue por fin la
    protección a la vida de nuestros conciudadanos.

    De esta actitud, basada en la buena intención,
    nacen las mentirillas y la incipiente demagogia que muy
    fácil se convierten en demagogia completa y en embustes,
    calumnias y toda la serie de actos malabáricos que han
    usado y usan todavía nuestros folclóricos
    políticos que les permiten llegar y mantenerse en el poder
    público; todo eso para crear las falsas expectativas y la
    imagen de salvadores que, también hay que decirlo, la
    población está esperando en alguien para que los
    saque de la miseria.

    Y esta es la razón por la cual, decíamos
    al principio de este subtítulo, que la política y
    la verdad como que no se llevan bien.

    Pero hay que dejar claro, y no hay ninguna duda al
    respecto, que si han tenido éxitos
    político-electorales los demagogos y mentirosos, es porque
    la población que vota y emite opinión contundente a
    favor de ellos, es cómplice silente y complaciente de los
    largos, embusteros y de los estafadores de conciencias, pues
    esperan mesiánicamente un salvador, un mago y un
    benefactor que los pueda sacar instantáneamente de los
    dilemas diarios, problemas y apuros en los que, a duras penas,
    sobreviven.

    Claro y también tenemos que dejar colocado, en su
    justo lugar, el motivo de esta complacencia y complicidad entre
    unos y otros.

    El Subdesarrollo.

    Que, como ya lo vimos, genera una serie de eventos que
    llegan hasta el analfabetismo,
    a la poca instrucción, la desnutrición física y mental, y al
    desamparo en el que sobreviven más del 85 % de nuestros
    habitantes.

    Y, ¿quién en su juicio, robusto, sano,
    educado, con buena instrucción y orientación, con
    amplias oportunidades de desarrollar su potencialidad productiva,
    siga y continúe, sin bajarse, en el círculo vicioso
    de las iniquidades y cometa el error de votar y elegir a los
    mentirosos, farsantes y estafadores de conciencias?.

    ¡Quién!.

    Sencillamente… ¡nadie!.

    Pero los votos que sacan los oportunistas, los largos y
    los demagogos, así como los populistas, iluminados y
    mesiánicos seres, son y se deben al deseo incontrolable de
    soluciones instantáneas, de héroes, de dioses y de
    milagros, que pululan en las mentes, sueños e ilusiones de
    nuestros pueblos que se devanan en el subdesarrollo y en la serie
    de consecuencias de ello.

    EL
    PROFESIONALISMO EN EL ARTE DE HACER GOBIERNO

    Y no es que se trate de buscar una lista de licenciados,
    doctores y universitarios con maestrías o doctorados para
    cumplir con el propósito de hacer profesional el arte de
    Gobernar nuestros países.

    No.

    Nada más alejado de eso.

    Lo que se debe hacer es eliminar de raíz la
    mediocridad y prestigiar la competitividad
    en el campo de la toma de
    decisiones, para, desde ahí, buscar las mejores
    opciones e ir saliendo de los inconvenientes que se padecen en la
    población por la falta de servicios
    básicos.

    Es decir que las personas que deben ocupar los altos y
    los cuadros medios gubernamentales deben poseer la cualidad,
    ineludible, de una sola cosa.

    La reflexión política.

    Ojalá que pudiéramos hacer de la
    reflexión política una acción que se viva y
    sienta también en todos los cuadros de
    Gobierno.

    Y, si insistimos en el tema de la Reforma del Estado,
    para cambiar las estructuras del mismo y hacerlo susceptible de
    llevar el bienestar y las garantías reales a la
    población, con el profesionalismo también se busca
    reformar el recurso humano incrustado en el Gobierno y en los
    equipos de
    trabajo del Presidente de la República, que son
    quienes realmente le dan vida y forma a las instituciones y
    organismos del Estado.

    ¿Cómo y de qué manera los
    funcionarios mediocres, y poco o nada profesionales (que no
    necesariamente profesionistas, es decir con una licenciatura,
    maestría o doctorado universitario), puedan interpretar
    fielmente los anhelos, sueños, problemas y molestias de la
    ciudadanía?.

    Esta falta de realismo
    profesional, que tienen nuestros políticos y funcionarios
    públicos, en la toma de decisiones, mejor identificado
    como profundo desconocimiento o simplemente por
    desinterés, indiferencia y hasta desprecio hacia la
    población, ha provocado lo que vemos a nuestro derredor:
    una debacle en el Sistema
    Político que se refleja en los ámbitos sociales
    y humanos de cada uno de nuestros países en este hermoso
    lugar denominado Latinoamérica.

    Si no ¿qué significa que recientemente el
    PNUD nos haya colocado en lugares terribles entre el concierto de
    naciones del mundo, comparándonos con otros Índices
    de Desarrollo Humano (IDH) de otros países?.

    Lo que eso significa, simple y llanamente, es la falta
    de pudor y vergüenza de aquellos funcionarios que se dijeron
    políticos pero que realmente eran una recua de infelices y
    vende patrias.

    ¿O no?.

    El profesionalismo que deben tener y exhibir todos
    nuestros funcionarios y gobernantes, y a esto nos estamos
    refiriendo cuando hablamos del tema, es que debería de
    estar compuesto por un genuino interés
    social, creatividad,
    respeto al Estado de Derecho, sentido común y sobre todo
    una dosis enorme de buena voluntad, acompañado, por
    supuesto, de honradez, capacidad y fraternidad, para poner todo
    esto al servicio de los intereses nacionales; es decir de los
    seres humanos, en primer lugar, y luego del entorno en el que
    tenemos que vivir diariamente.

    Y el Código
    Ético del político, o funcionario profesional, que
    no profesionista necesariamente (tener una carrera y
    título universitario), en función gubernamental,
    debería de estar supeditado a cumplir lo que demanda de
    él la Constitución, las leyes y las costumbres
    sociales y culturales del país.

    Es decir un serio compromiso con quien le paga su
    salario y la buena vida que se da, y alejarse de los conflictos
    personales e intereses individuales para volcarse por el pueblo
    que con sus impuestos paga salarios,
    viajes y
    emolumentos de funcionarios y gobernantes, y salir a defender los
    grandes intereses nacionales.

    La reflexión, como base de la actitud
    revolucionaria del político y funcionario que busca
    profesionalizarse, es la preocupación constante que se
    debe mantener sobre los diferentes aspectos de la vida
    nacional.

    Por supuesto que todo esto basado con y en el concepto
    de la Descentralización y Desconcentración de
    funciones del Estado, para entonces cumplir a cabalidad con la
    integración de funciones que nos permitan
    sacar adelante a nuestra nación desde la base misma de
    nuestra sociedad, como lo son las comunidades, los municipios,
    los departamentos o provincias y las regiones.

    Las deliberaciones, y el arte de escuchar a los actores
    de la vida nacional, permiten mantener un enorme banco de datos e
    información con los cuales es mucho más
    fácil calcular riesgos,
    posibles conflictos y, lo más importante, el impacto
    social que se provocaría por tomar decisiones o dejar de
    tomarlas.

    Es por eso que la mayor preocupación de los
    políticos debe estar en el razonamiento de las acciones,
    planes y actividades que se vayan a implementar, pues es la
    única posibilidad, por medio de la razón, que
    juntemos todos los hilos de la madeja que representan cada uno de
    los problemas diarios del latinoamericano; y con sentido humano y
    social, entonces sí empezar a tomar las decisiones que se
    nos demanda realizar.

    Para aterrizar con una idea adecuada, con esto de buscar
    el profesionalismo en la política, nada se acerca tanto a
    lo que se quiere expresar como una acción contundente y
    directa, que es la de provocar grandes, profundos y necesarios
    cambios en las propias estructuras del Estado de nuestro
    respectivo país para que de verdad se puedan cumplir con
    las demandas sociales y con la evolución de nuestra
    nación y patria que, como es tan fácil de
    comprobar, no vamos de acuerdo con las necesidades que demanda la
    población.

    Y esto es parte del profesionalismo buscado y
    exigido.

    El Proceso de la
    Globalización, los mercados
    regionales y los tratados de libre comercio son
    aspectos sumamente importantes que un Gobierno no puede
    soslayar.

    Estamos en la mitad de todos y a un paso de los mercados
    más grandes del mundo (Estados Unidos, China, India,
    Europa,
    Japón,
    etc.) y, Latinoamérica, como región, tiende a
    establecerse como un mercado y los bloques de países del
    Caribe, de Centro América y de Sur América, hacen
    que sea una obligación que nos profesionalicemos en
    política y en las acciones directas de Gobierno para estar
    a la altura de las demandas socio económicas modernas del
    mundo.

    La búsqueda del fortalecimiento de las
    instituciones del Estado, y en general del país, es una
    prioridad para cualquier Presidente profesional, pues marca el
    principal punto de apoyo en la gestión
    gubernamental.

    No hay que olvidar que la opinión pública
    es el basamento político de un Presidente y si no podemos
    manejarla, mantenerla y fortalecerla, para empezar habrá
    un divorcio entre
    la población y las instituciones y luego una indiferencia
    hacia el propio Gobierno, para terminar en un peligroso
    chismorreo, críticas y burlas para la propia figura
    personal del Presidente, sus funcionarios, sus acciones y las no
    acciones, que pueden terminar y generar en grandes
    manifestaciones populares con peligro para la gobernabilidad
    nacional.

    Por lo tanto el punto principal es apuntalar las
    instituciones que es lo único que permite a un Gobernante
    mantenerse más o menos balanceado en el poder
    público que detenta temporalmente.

    Un Equipo de Trabajo del Gobierno no debe permitir, ni
    darse el lujo, de un divorcio, aunque sea parcial o
    pequeño, entre la población, los medios de
    comunicación, las personas que emiten opinión y el
    Presidente.

    Esta separación, que es muy difícil de
    notarse cuando empieza, es la que provoca un enorme daño a
    la figura presidencial, al Gobierno en sí, a las
    instituciones y en general a las personas que nos dedicamos a la
    política, y por ende a la democracia que buscamos
    fortalecer para convivir en paz y en armonía entre
    conciudadanos que pensamos diferente pero que anhelamos la
    superación.

    Y, conforme aumenta el divorcio y la separación
    entre el Gobernante y la sociedad civil, sin ninguna duda eso
    hace que se empiece a poner caliente la cosa.

    Los conflictos y las agresiones así se inician, y
    la intolerancia que hacen lucir a los gobernantes es el peor
    aditamento que se le agrega, pues no se puede detener la
    situación hasta que llegue o termine en una guerra o en
    enfrentamientos armados entre hermanos.

    Y entonces la pregunta que todos nos hacemos es
    ¿qué pasó que estamos enfrentados unos con
    otros?.

    Y si revisamos las causas o las posibles causas de los
    conflictos internos que hemos tenido en casi todos nuestros
    países, claramente veremos que son por el divorcio entre
    la realidad nacional y las acciones que se tomaron por parte de
    los Gobiernos de turno que iban en dirección contraria a los intereses de la
    población.

    Así se llegó a perder el respeto a la
    institucionalidad y nos llevó la madre en una guerra sucia
    y sin treguas por muchos años, provocando más
    miseria, incremento en la pobreza y un olvido socio
    político en más del 80 % de la
    población.

    En esa misma población que fue sujeto y objeto de
    la guerra, en donde unos salieron con las armas a defender los
    intereses populares y los otros defendiéndola de los
    insurrectos no hicieron más que masacrarse mutuamente en
    perjuicio de ese mismo pueblo al que ambos dijeron estar
    protegiendo.

    Nuestros profesionales deben diseñar
    políticas de largo alcance para el futuro y concebidas en
    el concepto de resguardo de nuestros recursos actuales, pues es
    imposible que hipotequemos o nos gastemos los recursos,
    renovables o no, de las generaciones que aún no han
    nacido.

    Eso es un crimen de lesa humanidad.

    Y como ejemplo veamos el aspecto del medio ambiente que
    le estamos heredando a nuestros nietos y bisnietos.

    Uno horrible.

    Con una amarga contaminación.

    ¿Es eso profesional y justo?.

    ¡NO!.

    Claro que nuestro pasado tiene que servirnos de modelo, pero
    para no cometer esa serie de errores y horrores en el
    diseño de políticas de largo plazo.

    Como el futuro no existe, es en el pasado que debemos
    pensar más como una historia que algunos hemos ayudado a
    construir, para bien o mal, y que se hace necesario que
    comprendamos, los políticos, que debemos pensar en nuestra
    historia nacional para proyectarnos al futuro, pero sin quedarnos
    viviendo en ese pasado y mucho menos recrearlo para volver a
    utilizar esos métodos nefastos y prepotentes que fueron
    usados como política de Estado buscándolo proteger
    de un misterioso y nebuloso enemigo.

    Nuestro pasado nos afecta, a tal grado, que modela todo
    cuanto queramos hacer.

    Por lo tanto y por lo mismo el profesionalismo en el
    arte de Gobernar incluye esta parte: No vivir del pasado y no
    quedarnos atados al mismo.

    La evolución avanza, con nosotros o sin
    nosotros.

    ¿Somos capaces de andar con el mismo paso que
    camina y circula en el mundo la evolución social y
    política de nuestros gobernados?.

    ¡Ojalá que sí!.

    Si no, estamos y seguiremos bien fregados.

    Ya hablamos sobre la reflexión, pero no se nos
    malinterprete y se busque aquí hacer un mal paso en esta
    profesionalización.

    El exceso en la reflexión de y en nuestro pasado
    para sacar conclusiones, también resulta nefasto, pues nos
    quedamos conectados con una serie de hechos caducos y molestos
    que sin duda van a influir en nuestras decisiones de Estado pero
    para peor.

    Al pasado sólo veámoslo como algo que
    otros hicieron sin pensar en nosotros, para entonces no cometer
    ese craso error que rayó en lo criminal, y antes de tomar
    decisiones del momento pensemos, reflexiones, aquí si en
    exceso, y analicemos seriamente las consecuencias y el impacto
    que tendrá en las nuevas generaciones que aún no
    existen y que demandan de nosotros, acá, en este momento,
    respeto hacia ellos, al país en el que vivirán y
    con las reglas que evolucionarán hasta alcanzar su pleno e
    integral desarrollo humano y social.

    Esto es lo que debe hacer un equipo profesional por su
    país.

    ¿No le parece?.

    LECCIONES PARA
    GOBERNAR

    Un buen Presidente, para gobernar su respectivo
    país en Latinoamérica de acuerdo a la
    evolución natural y esperada en la sociedad, debe cuidar
    muy bien de todo el país, de los habitantes y cuidarse de
    los poderes paralelos.

    Es decir que debe implementar políticas de
    aplicación general, sin discriminaciones, exclusiones o
    dedicatorias especiales.

    Y si de dedicatoria o tratos preferentes se tratara la
    cosa, por un deber moral, aunque la ley así lo demanda, y
    otro más importante que es el deber humano, la ventaja, la
    protección y la deferencia deberían estar enfocadas
    hacia los habitantes más desposeídos, más
    excluidos y más olvidados, hacia las mujeres abandonadas,
    los niños
    de la calle, los desvalidos, los ancianos y las jefas de hogar
    que enfrentan la tarea del mantenimiento
    de sus hijos sin ayuda de nadie.

    También tiene que ver con aquellos acostumbrados
    a los grandes privilegios económicos, fiscales y de
    cualquier otra índole, que abundan, y que se pegan casi
    inmediatamente al nuevo Presidente y a su equipo de trabajo para
    continuar medrando del erario público.

    Con estas personas y grupos hay que tener mucho cuidado
    pues representan los grandes intereses del país y, capaces
    como son de manejar a su gusto y antojo las situaciones,
    habrá que aplicarles las reglas generales vigentes para
    que se incorporen al desarrollo productivo como Dios
    manda.

    Claro que es muy fácil decir lo
    anterior.

    La vaina está en cómo hacerlo.

    Y un método muy sencillo es convocar a un Gran
    Pacto de Gobernabilidad para sentar en una gran mesa a los
    actores de la vida nacional, al pueblo representado en la
    sociedad civil y a técnicos y profesionales, para que
    juntos, todos, analicemos la situación nacional, los
    problemas, los atrasos, las culpas, los objetivos del
    país, las propuestas y principalmente los frenos que no
    han dejado que avancemos como nación.

    Con esta táctica los poderes y las personas que
    usualmente "mandan" en nuestro país, verán diluido
    su poderío pues, como es fácil observar, nos
    estamos poniendo de acuerdo todos para resolver el
    atraso.

    El Presidente de la República, en nuestro
    respectivo país, debe trabajar, luchar, esforzarse, sudar
    la gota amarga, llevar la carga, no parar ni para descansar,
    pelear, emprender y buscar incesantemente ideas creativas y
    novedosas y estar siempre al frente de la nación, como el
    gran líder
    que es y que representa, nada menos que la unidad nacional, pues
    para eso lo elegimos en las urnas y con nuestros votos lo hicimos
    Presidente de todos, creyendo que él y su Equipo de
    Gobierno no iban a permitir más crisis, ni la
    ingobernabilidad, mucho menos el deterioro de nuestra ya precaria
    calidad de vida y que la inseguridad, impunidad,
    corrupción e incapacidad eran situaciones que poco a poco
    irían desapareciendo en su Gobierno.

    El respeto que le debemos a un Presidente así es
    como se lo debe ganar del pueblo.

    Gobernar, hay que entenderlo, es todo eso: ponerse al
    frente, con agallas, por no decir otra cosa que ustedes entienden
    ¿verdad?, para enfrentar las diversas situaciones que se
    presentan a diario y superarlas con inteligencia,
    agilidad mental, creatividad, ingenio, habilidad política
    -que no mañosería-, entusiasmo, maestría,
    soltura, capacidad y sobre todo una gran voluntad y buena
    fe.

    Para que sea capaz de trasladar todo esto a su Equipo de
    Trabajo y de Gobierno, y si los funcionarios no se ponen las
    pilas y son
    incapaces de traducir y hacer lo mismo… pues hay que mandarlos
    muchisísimo a la …, ya saben ustedes a donde.

    ¿Es mucho pedir acaso?.

    ¡NO!, no lo es.

    Y si así fuese, es decir si pasara que un
    Presidente no se puede poner las pilas para actuar como se
    demanda que actúe, la pregunta obligada es: ¿por
    qué diablos buscó la Presidencia de la
    República un timorato y un despreciable ser que no tiene
    la capacidad ni la altura que requiere el Gobernante?.

    Y no es broma eso que manifestamos como principales
    acciones presidenciales, pues qué chiste tiene que el que
    luchó políticamente por el poder público y
    que nos hizo creer durante la campaña, por obtener
    nuestros votos, que era como superman, capaz de vencer cualquier
    dificultad por nosotros, la población, hoy, ya de
    Presidente, a cargo de las mieles del poder, resulta que nos sale
    con el cuenterete y el truco ese de decirnos que él es
    simplemente un ser humano como cualquiera de nosotros y que se
    equivoca y comete errores como un simple hijo de
    vecino.

    ¡Ve que lindo resultó el fulano
    ese!.

    ¿Tenemos acaso cara de babosos?.

    Claro y por supuesto que como ser humano el Presidente
    puede equivocarse, cometer errores y hasta horrores, pero
    ¿acaso no tiene un equipo humano que investiga,
    constantemente, en la población para saber directamente
    cómo es percibido, qué tan buen equipo de Gobierno
    tiene, qué se está dejando de hacer y qué
    cosas demanda la población del Presidente y del
    Gobierno?.

    ¡Por supuesto que tiene ese equipo, estructura,
    dinero y facilidades para investigar y averiguar por medio de
    encuestas, estudios de opinión e indagaciones directas
    todo aquello que quiera!.

    Claro y por supuesto que si un Presidente, con toda esa
    información al día, no toma cartas en el asunto y
    no endereza rápido el vehículo gubernamental, no
    sólo se deprecia, baja el respeto que la población
    le pudiera haber tenido, sino que pierde el apoyo popular, se
    desprestigia personalmente y la gobernabilidad desaparece como
    por acto de magia.

    Y ¿para que diablos sirve un Presidente incapaz
    de interpretar los sueños, problemas y anhelos de su
    población?.

    ¡Para nada!.

    Y, desgraciadamente, para nada sirven, en el
    razonamiento lógico de la población afectada, los
    políticos, los partidos políticos y la
    democracia.

    Vea usted qué clase de ingratitud a la que nos
    llevan los malos políticos que llegan al poder pero que no
    tienen la sensibilidad social necesaria para llevar bienestar,
    atención y servicio a su pueblo.

    Hace falta que la población les de una
    lección a los políticos que pretenden
    engañar a los ciudadanos.

    El problema es que hacen falta, así mismo,
    representantes dignos de la población civil para que
    desenmascaren públicamente a los pícaros y a los
    estafadores de conciencias que por llegar al Gobierno y a libar
    las mieles del poder son capaces de vender hasta a su madre
    (aclaro que a la madre de los políticos, por
    supuesto).

    Pocas son las lecciones para Gobernar a cualquiera de
    nuestros países como los nuestros en América
    Latina.

    Y en resumidas cuentas podemos
    listar algunas de las acciones necesarias para hacer un buen
    trabajo en estas tareas:

    1. Respetar la Constitución y las
      leyes.
    2. Tener conciencia social.
    3. Escuchar la voz del pueblo, que como lo dice la
      tradición popular, es la voz de Dios.
    4. Traducir esa voz popular en hechos, acciones y
      beneficios.

      (¿No es hasta estúpido perder
      tiempo, dinero y esfuerzos por no hacer caso de las
      manifestaciones de opinión pública que
      recibimos de manera gratuita con consejos, estudios,
      propuestas y sugerencias para mejorar nuestras actuaciones en
      el Gobierno?).

    5. Y, de manera prioritaria, corregir todo aquello que
      la voz del pueblo, o sea la opinión pública,
      pida, exija, demande, ordene, sugiera o simplemente aconseje,
      ya sea de manera directa, por medio de encuestas y estudios de
      opinión, pintas y graffitis, manifestaciones, volantes,
      boletines, opiniones por los medios de comunicación,
      campos pagados, o por los clamores populares que se expresan
      por medio de los comentarios, chistes, chismes, chismorreos,
      caricaturas y cualesquiera de las tantas exposiciones por las
      que canalice la población sus inquietudes, dudas,
      impaciencias, desasosiegos, expectativas, molestias,
      sobresaltos, tensiones, hormigueos y sobre todo sus
      angustias.
    6. Ser respetuosos de los medios de comunicación
      social y estar agradecido con los comentarios,
      críticas y hasta chistes que nos hagan, pues reflejan,
      en gran medida, la verdad de las cosas (y que mejor que de
      gratis nos dan consejos, sugerencias y análisis de las
      situaciones diarias los columnistas, reporteros y personas que
      se manifiestan por medio de ellos).
    7. Que la población vea, sienta y experimente que
      el Presidente está haciendo, luchando y procurando
      llevar beneficios a las comunidades, y que si no las podemos
      hacer, por equis o ye circunstancia, nos esforzamos al
      máximo y fuimos capaces de luchar con todas nuestras
      fuerzas por conseguirlo.
    8. Estar siempre disponibles para los amigos, conocidos,
      líderes y representantes, pues luego es terrible que nos
      saquen el chisme que somos inalcanzables y que se nos subieron
      los humos a la cabeza con el poder. (No hay que olvidar que
      el Gobierno y el poder público apenas duran cuatro,
      cinco o seis años y que esos meses se pasan volando y en
      un abrir y cerrar de ojos volveremos a la
      realidad).

    La sinceridad y la honradez es importante que las
    hagamos parte de nuestra vida, pues las personas en las
    comunidades no tienen un pelo de tontos, si no veamos lo que
    sucede cuando algún paisano se quiere aprovechar de esa
    apariencia, que algunos le dicen tontera, y en alguna compra que
    hace cualquier habitantes sencillo y humilde se lo quieran
    tontear dándole de menos en el vuelto o cambio de su
    compra.

    ¡Dios guarde!.

    Ninguno nos dejamos robar en los vueltos o
    cambios.

    Entonces, y ya con este claro ejemplo de nuestros
    pueblos, es bueno que el Presidente, los funcionarios altos y
    medios del Gobierno entiendan la necesidad de actuar bien y de
    manera correcta con las comunidades.

    Y, ya lo dijimos, como ninguno somos babosos o tontos,
    es imposible que si vemos el esfuerzo –hasta sobre humano-
    que ha estado haciendo nuestro Presidente y su equipo de Gobierno
    por nosotros, el pueblo, las comunidades y las familias
    más necesitadas y pobres de nuestro país, vayamos a
    ser tan desgraciados, desconsiderados e ingratos en no reconocer
    sus buenas intenciones y su buena voluntad.

    Que por alguna circunstancia especial no fue posible que
    todos los beneficios nos llegaran, quizá hasta podemos
    decir que poco importa eso, pues sí vimos el enorme
    esfuerzo personal de nuestro Presidente, como Conductor de la
    Nación y del Gobierno, por tratar de resolver nuestros
    problemas.

    Y en política eso es lo importante.

    Los sentimientos que seamos capaces de despertar y
    mantener en nuestros gobernados, por supuesto los buenos y
    más excelsos, nos proporcionarán una excelente
    imagen, una aceptación enorme y un escudo contra la
    crítica destructiva, los señalamientos y la mala
    fama que nos quieran achacar o trasladar nuestros
    opositores.

    La percepción de la población es lo
    más importante y si somos lo suficientemente listos para
    entender esta palabrita, sin ninguna duda, ¡ya la
    hicimos!.

    Pero qué diablos pretendemos de la opinión
    pública, de los medios de comunicación, de
    columnistas, comentaristas, de caricaturistas y en general de las
    personas que nos critican por los medios radiales y televisivos
    del país si no hemos podido hacer que nuestro Gobierno
    arranque, que lleguen algunos beneficios y que nuestra imagen de
    trabajo sea disoluta, libertina y hasta corrupta.

    Así, con esa apariencia que pueda ser manejada en
    la opinión pública, sólo podemos hacer cosas
    drásticas.

    Pero las que están adentro de la ley y de la
    Constitución Política.

    Y en momentos de crisis, con ausencia notoria de
    gobernabilidad y con la imagen presidencial y del gobierno de
    turno por los suelos y
    recibiendo palo tras palo, crítica tras crítica y
    hasta en el colmo que al oír voces que salen en nuestra
    defensa eso actúa al revés y provoca un
    aluvión nuevo de comentarios negativos más fuertes
    que los que normalmente nos estaban haciendo, no significa
    más que una cosa.

    Ya la situación está de color de
    hormiga.

    Por lo tanto lo único que se puede hacer es lo
    siguiente:

    1. Con los argumentos de la pobreza extrema y los
      índices de desarrollo humano por los suelos, para
      enfocar toda la atención del Estado, Presupuesto,
      acciones y programas, y poder romper con las estructuras que
      impiden hacer realidad los derechos y garantías
      constitucionales.

    2. Declarar un Estado de Emergencia y Calamidad
      Nacional.

      Presentando al Coordinador del Esfuerzo Nacional,
      una persona que provoque la confianza adecuada.

    3. Convocar un Gran Pacto de Gobernabilidad.

      Destituir a todos los ministros, viceministros,
      secretarios y subsecretarios de Estado, a gobernadores,
      presidentes de consejos de desarrollo, presidentes y
      directores de los fondos sociales, y otros altos funcionarios
      públicos. Y con el nombramiento, a la par de estas
      destituciones masivas, de personas con profesionalismo
      comprobado, que no necesariamente profesionistas o con
      carreras técnicas o universitarias, podemos estar
      seguros de
      conseguir, de la población y de la opinión
      pública, por lo menos unos cuatro o seis meses de
      beneficio de la duda para el nuevo Equipo que nos
      ayudará en la Grave Crisis de
      Ingobernabilidad.

    4. Destituciones masivas.
    5. Nombramientos de Cabezas de Grupo.

    Nombrar, inmediatamente, al Comisionado Presidencial
    para la Descentralización, Desconcentración y
    Modernización del Estado; al Comisionado Presidencial
    para el Desarrollo Humano y Social; al Comisionado Presidencial
    para estructurar el Plan Nacional de Seguridad,
    Prevención y Protección Civil; al Comisionado
    Presidencial para asuntos Legislativos; y al Comisionado
    Presidencial para asuntos Judiciales y del Ministerio
    Público.

    Con estas severas y drásticas, si se quiere,
    medidas y decisiones de Estado, el Señor Presidente
    podrá estar más que seguro que el barco se
    enderezará.

    GUILLERMO RUANO GONZÁLEZ

    Investigador, Asesor y Consultor en Ingeniería Política y
    Comunicación.

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