- Causas, naturaleza e indicadores
fundamentales de la crisis global - Las posibles salidas a la crisis
global. El papel de la cultura y la
política
La temática ¨ Crisis Global
¨ es sin dudas una de las de mayor trascendencia y actualidad
en el pensamiento
social contemporáneo, dadas las implicaciones de esta
problemática no sólo para la vida económica,
social, política y cultural de la comunidad
mundial, sino porque, como sabemos, la crisis evidencia que
está en juego la
propia supervivencia humana.
En relación con la crisis global, el
compañero Fidel Castro,
definiendo su naturaleza y
alcances ha insistido en que los problemas que
plantea son los más universales y graves que la humanidad
ha conocido, y los que más angustia y preocupación
en cuanto a la supervivencia como especie, han generado.
También ha insistido él y muchos estadistas y
pensadores en la importancia de una conciencia clara
acerca de las causas, naturaleza y consecuencias de la crisis,
para poder evitar
que los indicadores
más importantes de la crisis se profundicen y se produzca
la tragedia de desaparición de la especie
humana.
La investigación y en especial, la
divulgación científica acerca de esta
problemática, desempeña hoy por tanto, un papel
fundamental. En este sentido, este trabajo tiene
el objetivo de
sistematizar los aspectos fundamentales que caracterizan el
fenómeno crisis global y fundamentar la
significación de su estudio y difusión para su
conjuración. Para ello el contenido del mismo se ha
dividido en dos partes: la primera, que aborda
sintéticamente el fenómeno de la crisis, su
naturaleza y causas, y la segunda, donde son analizadas las
posibles salidas a la crisis, partiendo de sus determinantes
políticos y culturales.
I. CAUSAS,
NATURALEZA E INDICADORES FUNDAMENTALES DE LA CRISIS
GLOBAL.
Al comenzar a caracterizar la crisis global, conviene
señalar que la conceptualización de este
fenómeno es abundante e ideológicamente
contradictorio, como corresponde a un proceso que
afecta de manera diferente a disímiles grupos humanos y
a sus posibilidades y necesidades futuras.
Coincidimos en lo esencial con todos los autores que
consideran como causa de la crisis global, el modelo de
desarrollo
económico engendrado por la modernidad y
aplicado en primer lugar, por los capitalistas en su proceso de
colonización y dominio del
mundo. Este modelo ha reproducido una evolución espontánea, desordenada de
la sociedad, que
se pone de manifiesto tanto en las estructuras
económicas, políticas,
sociales como en la esfera valorativa de nuestro
quehacer.
La naturaleza de la crisis global se expresa en que
constituye un momento histórico en el desarrollo de
la sociedad humana, en que está amenazada la propia
existencia de la sociedad como sistema. Los tres
más grandes indicadores de ese carácter límite de la crisis son: la
llamada quiebra
ecológica, el aceleramiento demográfico y la
amenaza de exterminio armado. Estos tres indicadores de
carácter global y de rango civilizatorio, se
acompañan con otras manifestaciones de la crisis del
sistema capitalista a nivel económico, social y
político, que evidencian las causas más profundas
de la crisis global y la forma histórico – concreta conque
el capitalismo en
su fase actual de globalización neoliberal intenta buscarle
solución, logrando sólo en realidad la ulterior
agudización de esta crisis global.
Constituyen pues manifestaciones sociales de esta crisis
la creciente desigualdad e inequidad económica y social,
la exclusión
social de un creciente número de personas, grupos e
individuos de diferentes regiones geográficas, así
como la política de hegemonismo imperialista dirigida a
garantizar su superioridad política y militar a toda
costa, garantizando su acceso indiscutible a las fuentes
más importantes de materia prima,
las superganancias de sus asociaciones transnacionales y el
aplastamiento de cualquier intento de resistencia o
subversión de esa hegemonía.
La urgencia de detener los efectos de la crisis global
está determinada porque en la actualidad, a pesar de la
evidente conciencia que en determinados medios
intelectuales
y políticos existe sobre ella, las políticas
económicas neoliberales por el contrario, agudizan la
tendencia a la competitividad
en el mercado, y por
tanto estimulan el consumo y el
afán de riqueza hasta límites
insospechados, reproduciendo así a una escala cada vez
mayor los indicadores fundamentales de la crisis y sus
consecuencias sociales.
A partir de esta situación social límite,
y tomando en consideración sus causas fundamentales, la
humanidad no tiene otra salida que lograr instaurar un nuevo
modelo de desarrollo que haga sostenible el presente y el futuro.
En relación con este modelo coincidimos con el
investigador José A Blanco al plantear que " no debemos
restringirnos a paliar las tensiones del mundo actual, sino a
orientar a conceptualizar, promover y experimentar modelos de
organización humana que sean sociables y
ecológicamente sustentables, y contribuyan gradualmente a
la consolidación de un nuevo paradigma
civilizatorio y cultural. Este nuevo paradigma está
llamado a ser participativo en lo político, inclusivo en
lo económico, pluralista en lo cultural, responsable en lo
ecológico, solidarios en lo ético y equitativo en
lo social.
Sin embargo, es necesario hacer notar que aun cuando
esta necesidad de un nuevo modelo de desarrollo se hace cada vez
más evidente, existen poderosas fuerzas de carácter
objetivo y subjetivo que atentan contra su advenimiento: en
primer lugar, la propia lógica
del mercado capitalista y su exacerbación por los
mecanismos de la
globalización neoliberal que estimulan cada día
más el comercio, el
consumismo y la expoliación de los países
más pobres por los más poderosos, y en consecuencia
la agudización las expresiones sociales de la crisis
global.
En segundo lugar, es necesario tomar en cuenta el
aumento creciente de la desigualdad y el hegemonismo en la esfera
de la cultura (como
sistema de producción espiritual) entre los
países pobres y ricos, lo que se manifiesta
fundamentalmente en los siguientes aspectos:
- Mantenimiento de importantes capas de población infantil y adulta de los
países pobres en la ignorancia. - La no posibilidad de crear condiciones en esos
países para desarrollar en forma ordenada,
sistemática y universal la
educación de las amplias masas. - El no acceso de los países pobres, y especial
de las capas más amplias de la población a los
logros más significativos de la cultura
contemporánea, en especial en el área de la ciencia y
la técnica, en que la producción de conocimientos
de los países más ricos está dirigida a la
solución de sus problemas y no a los del mundo
subdesarrollado. - En la concentración y privatización de los medios de
comunicación. - En la expansión y homogeneización de
las redes de la
información, lo que conduce a que se cree
y divulgue en primer lugar, la racionalidad cultural de los
poderosos. - Se logra, a través de todo el mecanismo
monopolizado de creación y divulgación cultural,
que la jerarquía de valores en
el individuo se
organice de miras al mercado, de forma que los actos
consumistas se convierten en el principal criterio de
valoración, por lo cual se subvierten al mismo tiempo
valores como la responsabilidad
social, los compromisos históricos y de solidaridad
humana.
II. Las posibles
salidas a la crisis global. El papel de la cultura y la
política.
Es nuestro interés,
en este capítulo, llamar la atención acerca de la importancia y
creciente papel de lo político y lo cultural, en la
explicación del origen de la crisis y de los factores que
pudieran coadyuvar a detenerla. Al tratar de establecer la
relación entre los
factores políticos y culturales con los modelos
de desarrollo económico que originaron la Crisis Global,
partimos de una serie de definiciones y presupuestos
acerca de éstos como fenómenos sociales.
Lo político: "Es una dimensión
inherente y propia del sujeto social, cuya característica
más elemental es su capacidad de crear, modificar,
determinar la forma que ha de tener su propia existencia, es
decir, la capacidad de autorealizarse en una forma social que ha
sido elegida y construida por él mismo; esta cualidad
media toda relación que el hombre
entabla frente a la naturaleza. El hombre para
reproducirse no sólo actúa sobre la naturaleza,
sino que lo hace bajo determinados propósitos y a partir
de ciertas relaciones sociales. La dimensión de lo
político y en su sentido propio, se despliega en la
capacidad de dar forma a este proceso de reproducción, es decir en el acto de
producción y consumo que realiza el sujeto social"
(Vega, Juan 2004)
quitar
La política actúa como práctica
social y como conocimiento.
Como práctica "desentraña y articula significados
(…) en función de
la
organización de los hombres para el gobierno y el
autogobierno, a la vez relaciona, organiza agrega o desagrega
fuerzas sociales".
Como conocimiento es importante destacar que todo
estado tiene
su racionalidad, "entendida, en principio como la capacidad de
disposición y selección
de medios idóneos y como la capacidad de cálculo de
los efectos y las consecuencias resultantes del uso selectivo de
los medios respecto a los fines proyectados: racionalidad como
calculabilidad de fines-valores (…). El Estado es
racional por contar con un derecho formal abstracto, una burocracia
profesional especializada y por su monopolio
legitimado de la violencia".
La política desempeña un papel fundamental
en la formación de los sujetos sociales, pues articula su
existencia con su discurso y con
su acción,
permitiéndoles emerger como interlocutor o emisor de
mensajes significativos dentro de la sociedad. El Estado Capitalista es la
forma política que adopta el sistema de poder del bloque
hegemónico burgués dominante para la dirección y ordenamiento del resto del
organismo social.
Resumiendo estos presupuestos, podemos decir que las
clases dominantes, apoyadas en su sistema de dominación
política, aseguran la tendencia dominante del desarrollo
económico y social, sus estilos o modelos de desarrollo,
lo que equivale a decir, que garantizan al mismo tiempo, la
reproducción de las relaciones sociales en determinada
dirección, logrando la reproducción de un modo de
vida dado y de la cultura o sistema cultural en que los
individuos se insertan como sujetos sociales. En consecuencia, en
el análisis de las causas de fenómenos
sociales tan trascendentes para el devenir de la
civilización humana como la crisis global, es
imprescindible justipreciar el papel de los factores
políticos y culturales en su origen y
desarrollo.
Concretamente, la relación entre la
política y los llamados modelos o estilos de desarrollo se
expresa en que éstos representan una estrategia
concreta del crecimiento
económico y del desarrollo social, estrategia que
viene definida y condicionada por los objetivos
políticos y los medios culturales que tiene la clase
dominante para asegurar su dominación. Si partimos de esta
premisa metodológica, consideraremos la importancia de
sumar al análisis económico de los modelos de
desarrollo, la dimensión política y cultural, y en
consecuencia, se hará evidente la necesidad de demostrar
que en el origen de la crisis global actuarán de manera
importante, los determinantes políticos y
culturales.
Esta consideración o deducción lógica permite plantear la
posibilidad y necesidad de estudiar, históricamente,
cómo influyen estos factores en el desencadenamiento de la
crisis global, de manera concreta, tanto a nivel global como por
grupos de países. El objetivo de ese estudio sería
demostrar que en cada etapa histórica del desarrollo del
capitalismo, donde se puso de manifiesto un momento dado de su
dominación política y cultural, se aplicó de
una manera determinada ese modelo económico depredador e
irracional y que ello, como tendencia condujo a la
situación límite conocida como crisis global en la
segunda mitad del siglo XX.
A nuestro juicio, el enfoque político de las
causas de la crisis global permite hacer la siguiente
valoración: que en la misma medida en que se desarrolla el
proceso que condujo a la crisis global, se fueron dando los
procesos
políticos que transformaron a la burguesía de la
clase dirigente en clase dominante, (exponente de su
carácter reaccionario), los que la condujeron como clase a
elaborar contemporáneamente el proyecto
político más inhumano y antidemocrático de
toda su historia: el
neoliberalismo, el cual representa el sumum de la
agudización de los problemas
ambientales, sociales y culturales, a los cuales se enfrentas
la sociedad hoy día.
El enfoque culturológico de las causas de la
crisis global, pone de manifiesto cómo los modelos de
desarrollo propiciados por la política de la
burguesía dominante, habían perdido la
orientación humanista como eje de su realización.
La existencia de factores políticos y culturales como
causas de la crisis global se hace evidente, se expresa
claramente, al analizar los rasgos típicos de las
políticas que condujeron a esa crisis. Entre estos se
encuentran:
- La no responsabilidad histórica por los
intereses colectivos de la humanidad. - El presentismo: carácter no predictivo de la
política. - La confrontación como base de la cultura de
solución de los problemas.
En relación con lo anterior los analistas de la
crisis global consideran que existe un modelo axiológico
(cultural) que ha conducido a la crisis, el cual se caracteriza
por los siguientes rasgos:
- Consideración del hombre como centro del
planeta. - Una comprensión atomizada del mundo y de la
vida. - La estimación de la naturaleza como bien
inagotable. - La valoración de las necesidades por encima de
los recursos. - La identificación del progreso con el mero
crecimiento económico y la máxima posesión
de bienes. - El olvido de "la presencia de otros" en nuestras
vidas. - La sobrevaloración del espacio y el modo de
vida urbanos. - La formación absoluta del presente sobre los
planteamientos a medio y largo plazo. - La falacia del "no impacto" de nuestros
actos.
Todo lo anterior explica con claridad, la importancia de
lo cultural y lo político en la conformación y
consolidación de modelos de desarrollo depredadores, no
sostenibles, causantes en última instancia de la Crisis
Global actual. A estas causas de carácter
gnoselógico deben añadirse, como un factor
sociocultural importante en la época actual, el papel de
los medios de difusión masiva en el estímulo a la
reproducción del modelo consumista de
desarrollo.
En relación con la incidencia de la
política y la cultura en la posibilidad de solución
de la crisis global, es necesario decir que la comprensión
de su importancia se fue abriendo paso paulatinamente, primero en
la búsqueda de las interrelaciones entre medio ambiente
y desarrollo y algo después, en las del desarrollo con la
cultura. La segunda mitad del siglo XX fue decisiva para el logro
de esa comprensión. En ese período, en especial a
partir de la década del 70, se celebran una serie de
encuentros en torno a la
necesidad de la Educación
Ambiental, como respuesta a los graves peligros de
desaparición del planeta y de marcada agudización
de las inequidades sociales.
Vale la pena destacar en ese período, lo aportado
por la Conferencia de
las Naciones Unidas
sobre Medio Ambiente y
Desarrollo en 1992. En ella por primera vez se planteó
alcanzar una política ambiental dirigida al desarrollo,
orientada al presente y al futuro. Se profundizó en las
causas políticas de las desigualdades entre el Norte y el
Sur y se pidió la cooperación internacional entre
los Estados. Al mismo tiempo, se logró aplicar
instrumentos de validez política y jurídica para
hacer cumplir los análisis de la Conferencia. (Ejemplo: El
Convenio sobre Diversidad Biológica, el Convenio Marco
sobre Cambio
Climático, la Convención sobre la
Desertificación).
De modo especial, se puso de manifiesto la creciente
importancia de los factores políticos y culturales en el
Programa o
Agenda 21, que constituye la Estrategia Global de Acción,
con medidas para la cooperación internacional en este
campo. En este Programa aunque no hay una sección de
carácter directamente político, sía
está contenida esta dimensión al solicitarse la
cooperación de los Estados para la solución de los
problemas; se orienta la necesidad del fortalecimiento por los
Estados de grupos vulnerables, como las mujeres, los
jóvenes, los niños y
las minorías nacionales. En el Capítulo 36, se
evidencia la preocupación por la incidencia de los
factores culturales: en él se concreta el fomento de la
cultura ciudadana como medio para frenar la crisis.
Hay que destacar que en la Cumbre de Río
sesionó el Foro Global, con 15 000
representantes de la sociedad civil,
lo que evidenció la importancia del factor político
y sus enfoques. En ese Foro se aprobó el tratado de
Educación
Ambiental para las Sociedades
Sustentables y de Responsabilidad Global. En él se
destacan factores o indicadores de carácter claramente
político, tales como la necesidad del compromiso de las
sociedades civiles en el cambio de las concepciones del
desarrollo y se exige a los gobiernos cambiar sus
políticas de desarrollo y atender el medioambiente. Se
llama por primera vez a transformar los sistemas sociales
(no a corregirlos), para lograr igualdad,
equidad y
justicia
social y favorecer así el equilibrio
ecológico. Se planteó que la Educación
Ambiental es un acto político, basado en valores para
la transformación social.
Al mismo tiempo, en el tratado de Educación
Ambiental para Sociedades Sustentables, se vinculan las soluciones
políticas a las culturales, partiendo del reconocimiento
de "que es inherente a la Crisis la no participación de la
casi totalidad de los individuos en la construcción de su futuro". Se insiste en
la necesidad de favorecer, además de la diversidad
biológica, la diversidad cultural; se propone estimular la
interacción entre las culturas, en
oposición al paradigma neoliberal de la
homogenización cultural.
Al examinar este crecimiento de la valoración de
los factores políticos y culturales en la solución
de los problemas del mundo actual y de la Crisis Global en
particular, es necesario destacar el aporte de las Conferencias
de Políticas Culturales, en especial la Conferencia
Mundial celebrada en México en
1982, así como el Informe "Nuestra
Diversidad Creativa", donde se explicita la importancia de lo
cultural y de lo político en la solución de los
problemas actuales de la humanidad. En el documento se
señala que "todo intento de formular una ética
global debe de inspirarse en los recursos culturales, en la
inteligencia
de los pueblos, en sus experiencias emocionales, sus memorias
históricas y sus orientaciones espirituales". Al analizar
cuáles deberían ser los valores
compartidos para el logro de una ética global que
facilitaran el desarrollo verdaderamente humano, se centra la
atención en factores de carácter político
tales como:
- Derechos humanos y responsabilidades.
- Democracia y los elementos de la sociedad
civil. - Protección de las minorías.
- Voluntad para resolver pacíficamente los
conflictos y
negociar con equidad. - Equidad intra e intergeneracional.
A partir de esas definiciones se solicitó a los
gobiernos y representantes de la vida económica y la
sociedad civil, hacer efectivos estos principios.
Otro elemento que sustenta la creciente importancia de
lo cultural y lo político en relación con los
problemas actuales de la Sociedad Globalizada, es su
incorporación como dimensiones esenciales en los Informes sobre
Desarrollo
Humano. Su papel creciente se pone de manifiesto en que en el
año 2004, el Informe estuvo dedicado completamente al
análisis de lo cultural.
A nuestro juicio, este crecimiento de la importancia de
los factores políticos y culturales en la posibilidad de
conjurar la Crisis y lograr un nuevo tipo de desarrollo
(sostenible), ha garantizado un mayor nivel de realismo en
las posiciones de la comunidad mundial con respecto a la
solución de esta problemática. Argumentando sobre
el particular, el investigador Carlos Delgado plantea: "La
propuesta científica de los ochenta pasó
rápidamente al contexto político en los noventa,
porque sólo en este puede transitar del terreno de la
utopía a la realidad, y también porque en él
se encuentran los mayores obstáculos materiales y
espirituales para su materialización en la
vida".
En relación con los temas de orden cultural,
añade: "La barrera cultural se eleva por encima de las
demás porque sirve de fundamento al pasado y constituye un
argumento de imposibilidad en el presente, ella puede hacer
fracasar todo intento, aún cuando se traten de superar los
obstáculos materiales y exista voluntad política
para hacerlo a nivel de una sociedad en su totalidad.
Esta misma intención de destacar como factores
para conjurar la Crisis Global las tareas de carácter
político y cultural, está presente en
múltiples intervenciones del Compañero Fidel
Castro. Sobre el particular él ha precisado: "Hasta ahora
la sociedad sólo ha hecho nada más que cultivar el
instinto. El mundo mejor del que todos hablan debe ser fruto de
la batalla por la educación, la cultura, la inteligencia y
los valores que ha creado contra los instintos que heredamos de
la naturaleza.
Insistiendo en el papel de la cultura, de la
educación, en la batalla por conjurar la crisis, Fidel ha
dicho "Sembremos ideas, y todas las armas que esta
civilización bárbara ha creado sobrarán;
sembremos ideas, y la destrucción irremediable de nuestro
medio natural de vida podrá impedirse".
La educación es entendida aquí, a nuestro
juicio, en el sentido más amplio, como instrucción
y también como promoción de ideas, como difusión de
éstas en vastas capas de la población para que
puedan comprender las causas más profundas de la crisis,
sus consecuencias y los medios de lucha para enfrentar
conscientemente los mecanismos de regulación
ideológicas existentes en el mundo actual, así como
la inercia de pensamiento que aun en el sistema socialista puede
conducir a la reproducción del paradigma de la modernidad
que históricamente engendró la crisis. Son las
ideas, la conciencia sobre este peligro las que pueden hacer que
las masas adopten una actitud
práctica que les permita emprender acciones
dirigidas a detener los efectos de la crisis y crear nuevos
modelos de relaciones sociales a nivel local, nacional y /o
regional y paulatinamente a nivel mundial.
Hay que decir, contrariamente a lo que un
análisis superficial del Marxismo pueda presuponer, que
esta posición con respecto al papel de las ideas no
contradice la posición filosófica materialista que
considera la lucha de clases como arma fundamental para la
transformación del mundo. En el actual contexto epocal, la
divulgación y difusión de ideas constituyen parte
esencial de la lucha política , dada la hegemonía
lograda por los sectores dominantes sobre amplias capas de la
población, las que han sido apartadas exprofeso de la
cultura política, para facilitar así el
cumplimiento de sus objetivos a nivel local y mundial. No
obstante, hay que decir que las fuerzas de izquierda consideran
que al lado de la difusión de ideas, en la lucha por
conjurar la crisis global, ocupan un lugar decisivo los métodos
directamente políticos, tales como:
- El enfrentamiento de los pueblos a las
políticas neoliberales que agudizan la crisis
global - Las acciones de solidaridad entre clases, grupos
sociales y naciones que ayuden a paliar los efectos de la
crisis - Las denuncias ante la opinión
pública de la responsabilidad de las clases
explotadoras y sus Estados en la agudización de los
indicadores de la crisis, tanto los relacionados con la quiebra
ecológica, la problemática demográfica,
como en especial los referidos a la carrera armamentista y su
expresión más actualizada, el terrorismo
mundial - La exigencia a los gobiernos para que adopten
políticas acordes con los principios del desarrollo
sostenible, tanto a nivel nacional como en el ámbito
mundial.
Consideramos asimismo que la investigación y la
instrucción acerca de la problemática crisis global
forman también parte de la batalla de ideas y de la lucha
política por conjurarla, y propiciar así el
advenimiento de un mundo mejor. En ese sentido, creemos
útil que al realizar estas tareas se tomen en cuenta como
aspectos importantes los siguientes:
- Fundamentar las múltiples
causas(económicas, políticas, sociales,
culturales) y los sujetos históricos que han engendrado
la crisis global ( a nivel mundial, en el mundo subdesarrollado
y en Cuba en
particular ) - Profundizar en la naturaleza, los peligros y
consecuencias fundamentales que implica la crisis global, para
la supervivencia humana, y para la convivencia de los hombres
en la actualidad, insistiendo en sus efectos en el tercer mundo
y en Cuba en particular. - Fundamentar la multiplicidad de vías y formas
que el pensamiento social ha evaluado y aún hoy analiza,
como medios para evitar la profundización de la crisis
global. - Demostrar, a partir del papel de la actuación
consciente, subjetiva del hombre en la conformación y
transformación de las relaciones sociales, que solo la
conciencia de los hombres acerca de este fenómeno, su
organización, la unidad de todos los sectores
interesados y la actividad política crearán las
condiciones y la posibilidad de conjurar la crisis
global - Esclarecer las diferencias y particularidades del
surgimiento, evolución y tendencias de los
fenómenos asociados a la crisis en los diferentes grupos
de países e incluso sus especificidades para las
diferentes regiones. Ello permitirá fundamentar en el
aspecto de las posibles vías de solución, la
multiplicidad de vías y los problemas concretos que le
plantea su solución en cada país. - Analizar el problema de la crisis global en su
historicidad tanto como fenómeno de
la realidad, como de la evolución del pensamiento
social respecto a su análisis. Ello
implica la impartición de esta temática
con un enfoque problémico, como algo aún no
resuelto por la práctica social y que pone de manifiesto
la contradictoriedad de intereses en torno a las soluciones que
plantean las diferentes fuerzas políticas.
Consideramos que la aplicación de estos
principios contribuirá no sólo al logro de
objetivos meramente instructivos, sino también a los de
mayor trascendencia, es decir, los formativos, haciendo posible
en las personas una posición activa, transformadora,
consciente y éticamente responsable como ciudadanos de
este mundo en crisis, y de este país en
transformación.
Asimismo, en el contexto de la difusión de ideas
acerca de la crisis global y su solución tiene importancia
señalar el papel que desempeña Cuba. En ese sentido
en la fundamentación pudieran ser tomados en cuenta tres
ideas fundamentales:
- La responsabilidad de Cuba en llevar a cabo su
proyecto socialista de forma que no se reproduzcan las
relaciones sociales que condujeron a la crisis. Ello implica la
posibilidad de que Cuba sirva de ejemplo todos lo que en ele
mundo luchan por subvertir la crisis y lograr un mundo
mejor. - El papel de Cuba en el ejercicio de la solidaridad
internacional, brindando ayuda a los países menos
desarrollados para paliar los efectos sociales de la crisis en
el Tercer Mundo. - El protagonismo del Estado y el pueblo cubano en
cuanto a la denuncia sistemática ante la opinión
pública mundial de los verdaderos causantes de la crisis
y sus efectos, y en la difusión de ideas para encontrar
soluciones a esta problemática mundial.
Todo lo expuesto hasta aquí, evidencia a nuestro
juicio, la destacada significación, en nuestro contexto
ideológico, del análisis de los problemas
relacionados con la crisis global, y al mismo tiempo la necesidad
de potenciar y sistematizar su investigación, enseñanza y difusión.
Yorkys Santana
Cuba