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Dislexia en el aula. ¿Qué saben los docentes de dislexia? ¿Cómo influye en el proceso de aprendizaje? 




Enviado por angelpastrana



    1. Planteo de la
      problemática
    2. Marco
      teórico
    3. Breve resumen histórico de
      la definición del término
      dislexia
    4. ¿Cuáles son las
      causas más frecuentes del retraso
      escolar?
    5. Clasificación de la
      dislexia
    6. ¿Cuáles son los
      orígenes de esta
      perturbación?
    7. Niños frecuentemente
      considerados disléxicos
    8. Casos seleccionados de chicos que
      presentan dislexia

    PLANTEO DE LA
    PROBLEMÁTICA

    Objetivos:

          
    Determinar los aspectos cualitativos de la dislexia, y sus
    efectos sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje

          
    Proponer estrategias para
    la reeducación de la dislexia.

    Referente Empírico:

    El trabajo que
    nos proponemos realizar comprende a los docentes y a alumnos del
    nivel EGB3  de escuelas céntricas, periféricas
    y suburbanas o rurales de la ciudad de San José de
    Gualeguaychú, Provincia de Entre Ríos.

    Abordaje Metodológico:

    En un principio la estrategia de
    investigación metodológica se
    orientó hacia una perspectiva cuali-cuantitativa pero con
    el avance de la investigación y ante la ausencia de
    variables
    cuantificables tuvimos que optar por una metodología prácticamente
    cualitativa con algunos sesgos cuantificables, como la encuesta hecha
    a docentes sobre "dislexia".

    CUANTITATIVO

    Utilizamos un abordaje cuantitativo por cuanto el mismo
    nos permite obtener la información necesaria para apreciar la
    dimensión del problema que tratamos.

    CUALITATIVO.

    Discurrimos que ésta es la parte más
    importante de nuestro trabajo ya que a partir de ella nos
    permitió realizar una aproximación al concepto de
    dislexia y entender por lo que pasan los chicos que padecen este
    problema.

    Proponemos para el desarrollo de
    esta etapa las siguientes técnicas:

      Realización de historias
    escolares.

      Entrevistas
    con docentes sobre modo de aprendizaje de chicos con
    dislexia

      Entrevistas con psicopedagogos,
    neurólogos, fonoudiólogos, etc.

     MARCO
    TEORICO

     Etimológicamente, se puede aplicar el
    término dislexia a cualquier trastorno, dificultad o
    alteración en la lectura.
    Esta alteración puede producirse antes de que el sujeto
    haya adquirido la competencia
    lectora o después de adquirirla. Por ello se distinguen
    dos grupos de
    dislexias: las dislexias adquiridas tras una lesión
    cerebral cuando el sujeto poseía ya una cierta competencia
    lectora y las dislexias evolutivas que aparecen en niños
    que presentan una dificultad especial para el aprendizaje de
    la lectura,
    excluyendo como causa de esta dificultad factores como una baja
    inteligencia,
    la depravación sociocultural, problemas en
    la escuela,
    etc.

    Es en el procesamiento léxico en el que se
    encuentran las mayores diferencias entre los niños
    disléxicos y los que no lo son. En unos casos, las
    dificultades se pueden producir por incapacidad para hacer uso de
    la ruta fonológica; en otros, de la ruta visual; y, en
    otros, por dificultades en ambas rutas. La clasificación
    de los subtipos de dislexia evolutiva propuesta por el modelo
    cognitivo incluiría, por analogía con los subtipos
    de dislexia adquirida, la dislexia evolutiva fonológica,
    la dislexia evolutiva superficial y la dislexia evolutiva
    profunda.

    Existen estudios que han demostrado que algunos
    niños disléxicos poseen menor capacidad para
    retener información en la memoria a
    corto plazo que los lectores normales (Siegel, Le Normand y
    Plaza, 1997). Este problema supone que los sujetos tendrán
    dificultades para relacionar entre sí las palabras y para
    formar la correspondiente estructura
    sintáctica. Sin embargo, incluso teniendo una memoria a corto
    plazo normal, estos niños pueden tener mayores
    dificultades para realizar el procesamiento sintáctico (y
    también el semántico), ya que utilizan más
    tiempo en el
    reconocimiento de las palabras, lo que supone que tienen su
    memoria ocupada durante más tiempo y, esto entorpece otros
    procesos de
    comprensión que también hacen uso de este almacén.

    Por otro lado, el problema de algunos niños
    radica en la capacidad para usar adecuadamente las claves
    sintácticas o en la habilidad para segmentar las oraciones
    en constituyentes.

    Las dificultades en el procesamiento semántico
    pueden tener dos causas fundamentales: o el sujeto no es capaz de
    organizar los conceptos del texto en una
    estructura coherente (son incapaces de distinguir las partes
    importantes del texto de las secundarias), o bien es incapaz de
    integrar esa estructura en su conocimiento
    general. Otros sujetos carecen de conocimientos que les ayuden a
    construir la estructura del texto y que les permitan integrar esa
    estructura en su memoria.

    Existen niños que presentan retraso en la
    lectura, y las causa son varias, bien pueden ser de tipo
    intelectual, o por falta de motivación, falta de asistencia a clase, etc.
    (Cuetos, 1991). Normalmente, estos niños tienen
    dificultades en todas las materias.

    En el reconocimiento de palabras es donde aparecen las
    mayores diferencias entre niños con retraso y niños
    normales: los niños con retraso en la lectura son
    más lentos que los normales para procesar las palabras por
    ambas rutas. Sin embargo, los problemas lectores en estos sujetos
    se producen por déficit sintáctico y
    semántico, puesto que en ambientes socioculturales
    desfavorecidos los niños oyen sólo oraciones de
    estructuras
    muy simples y dotadas de esquemas de conocimiento muy pobres. La
    única diferencia de estos sujetos con los sujetos normales
    radica en el grado de desarrollo.

    Incluiríamos también aquí a los
    escolares y adolescentes
    con secuelas de retrasos del desarrollo del lenguaje o
    disfasias, en los que la limitación en la lecto-escritura es
    una expresión secundaria de su limitación lingüística.

    La dislexia específica es un trastorno duradero
    del proceso de lecto-escritura, originado en una
    disfunción cerebral. Dicha disfunción es entendida
    en un sentido amplio como alteración en el funcionamiento
    de ciertas áreas, circuitos o
    sistemas
    neurológicos responsables de determinados procesos
    psicológicos implicados en el acto lector.

    Las causas de esta disfunción pueden ser varias,
    desde un trastorno neuroquímico sin evidencia de daño
    anatómico, hasta una lesión delimitada sin excluir
    la hipótesis de causas emocionales que
    impliquen una fuerte agresión ambiental en un periodo
    evolutivo crítico. Los factores genéticos
    también tienen una gran importancia corroborados por la
    existencia de "familias de disléxicos".

    Hoy día la mayoría de los chicos escriben
    y leen muy mal, por ende la un gran porcentaje no comprende lo
    que lee y como consecuencia no pueden estudiar, ese fue unos de
    los motivos que nos llevo a encaminar nuestro trabajo de
    investigación hacia el lado de los trastornos de
    aprendizaje de lecto-escritura.

    La elección del tema a trabajar no fue
    fácil, queríamos investigar algo que nos
    enriqueciera como futuros docentes, a partir de esa premisa
    surgieron varios interrogantes, pero  el más aceptado
    fue la idea de investigar lo que en un principio
    llamaríamos "Comprensión de la lectura".

    Comenzamos de inmediato con las averiguaciones
    pertinentes y nos encontramos con que era un tema muy extenso, y
    el factor tiempo fue determinante para tomar la decisión
    de elegir, entre varias enfermedades y trastornos de
    aprendizaje de lecto-escritura, la dislexia.

    En realidad el término "dislexia" era algo que
    hace algún tiempo daba vuelta en nuestro vocabulario, lo
    habíamos extraído de publicaciones
    pedagógicas, pero no sabíamos a que hacia
    referencia el mismo, así que después de algunas
    deliberaciones tomamos la firme decisión de realizar
    el trabajo de
    investigación educativa acerca de la
    dislexia. Las preguntas a responder en esta tarea son varias, a
    saber, cómo influye en el aprendizaje, quién la
    diagnóstica, saber si es una enfermedad, cuáles son
    los síntomas, cómo se realiza el tratamiento de la
    misma si es que existe y saber si se puede recuperar o curar a un
    chico con dislexia, esperamos poder
    evacuarlas a todas y someramente proponer estrategias o
    alternativas, para todas aquellas personas que lean nuestro
    trabajo, acerca de cómo trabajar con un chico con dislexia
    y cómo detectar la misma .

    Para llevarlo a cabo  propusimos realizar un
    trabajo de investigación cuali-cuantitativo, donde el
    campo de acción
    será el tercer nivel del EGB, cuyos alumnos comprenden
    edades que  oscilan entre los 12 y  los 15
    años.

    Nuestro trabajo carecerá de variables puesto que
    después de mucho andar, llegamos a la conclusión de
    que no podemos utilizar ninguna variable, por supuesto que
    influyo las entrevistas con los profesionales, ellos nos ayudaron
    a darnos cuenta de que era imposible incorporar variables a
    nuestro trabajo puesto que es muy difícil determinar las
    causas de la dislexia.

    Se tratara la problemática con especialistas del
    área de la medicina,
    más específicamente con neurólogos,
    psicólogos, y fonoudiólogos.

    También se consultara a profesionales de la educación como
    psicopedagogos, asesores pedagógicos de distintas instituciones
    de la ciudad de San José de
    Gualeguaychú.

    Los datos
    serán recabados a través de cuestionarios
    entregados al personal docente
    de  diferentes establecimientos educativos ubicados en
    distintos puntos de la ciudad y en sectores periféricos.

    Como corolario de este trabajo esperamos como primer
    objetivo poder
    evacuar todas las dudas acerca de la dislexia  y poder,
    aunque más no sea  someramente proponer estrategias o
    alternativas, para todas aquellas personas que lean nuestro
    trabajo, acerca de cómo trabajar con un chico con dislexia
    y cómo detectar la misma a tiempo .

    BREVE RESUMEN
    HISTORICO DE LA DEFINICIÓN DEL TÉRMINO
    DISLEXIA

    Aunque ya se había tratado del tema de las
    perturbaciones de la escritura y la lectura, no fue hasta el
    año 1887, en Berlín, cuando Stuttgart
    empleó por primera vez el término dislexia para
    referirse a las alteraciones específicas de la
    escritura.

    P. Morgan, en el año 1896, estudia el caso de un
    chico de 14 años, que sin presentar problemas de oído ni de
    visión, ni detectarse en él dificultades intelectuales,
    es incapaz de aprender a leer y a escribir. Nos habla el
    referirse al caso de «una ceguera verbal
    congénita».

    Una de las teorías
    más divulgadas es la de Orton, que busca el
    ‘origen de las dislexias en una lateralidad mal
    definida’.

    Otros especialistas como Halgren y Morris, ya en los
    años 50 y 54, llegan a la conclusión que la
    «dislexia de desarrollo» es hereditaria, que se
    trasmite por vía genética
    con mayor preferencia a través del padre que de la madre,
    ya que se nota con mayor frecuencia en los niños que en
    las niñas.

    Margarita Nieto, en sus estudios sobre el tema, trata
    de demostrar que la dislexia no se debe a factores
    metodológicos, como tantas veces se ha creído por
    error.

    Herman dice que la dislexia es una capacidad defectuosa para
    lograr, en la época adecuada, una eficacia en la
    lectura y escritura, correspondiente a un rendimiento promedio.
    Para él depende de factores constitucionales.

    Bernaldo de Quirós la atribuye a una
    perturbación perceptiva, cognoscitiva, específica,
    que dificulta la adquisición del lenguaje
    lecto-escrito.

    Ajuriaguerra hace en sus obras un magnífico
    estudio de los factores que intervienen en el aprendizaje de la
    lectura y escritura, así como de las etapas madurativas de
    la evolución del niño.

    Al referirse a las dislexias, repasa las diversas
    teorías. En las conclusiones del coloquio de C.R.E.S.A.S.
    (Centre de Recherche de l’Education
    Spécialisée et de l’Adaptation Scolaire)
    «sobre las dificultades y los fracasos en el aprendizaje
    del lenguaje escrito», dice, hablando de «las
    dislexias», que si se considera que de un 5 por 100 a un 10
    por 100 de los niños son disléxicos, las
    alternativas que se presentan son muy limitadas:

          O el cerebro
    está mal hecho.

          O los métodos de
    enseñanza no son adecuados.

          O nuestras exigencias
    son exageradas.

    Una de las teorías más difundida y más
    prácticas es la de Borel-MaisSonny, que define la dislexia
    como una dificultad particular para identificar, comprender y
    reproducir los símbolo escritos, que tiene como
    consecuencia alterar profundamente el aprendizaje de la lectura
    entre los 5 y 8 años, la ortografía, la comprensión de textos
    y, por tanto, las adquisiciones escolares».

    Existe también una teoría,
    muy difundida últimamente, por varios médicos,
    entre ellos el Doctor André Fatras, que buscan las
    raíces de la dislexia a nivel del inconsciente. Un
    niño disléxico es un niño cuya
    evolución psicológica se ha detenido y que por eso
    experimenta dificultades suplementarias para leer y escribir. El
    niño sufre « un bloqueo en su evolución
    debido a un trastorno de las relaciones con el universo que
    le rodea. Este trastorno no es de origen intelectual sino
    afectivo ». Es como si el niño se hubiera negado a
    evolucionar. Para remediar este bloqueo, han creado una nueva
    metodología, llamada semiofonica diferente a las
    clásicas técnicas ortofónicas.

    Esta nueva metodología que ha llevado a la
    creación de numerosas escuelas, tiene sus orígenes
    en la teoría desarrollada por Tomatis, que nos
    explica que el oído del bebé no es
    súbitamente al mundo sonoro aéreo, sino que lo hace
    de forma progresiva.

    A partir de los diez días de su nacimiento
    «comienza el gran período de las sombras
    sonoras». El niño tiene que emprender un largo
    aprendizaje; durante semanas deberá esforzarse para
    encontrar de nuevo el contacto que tenía con la voz de la
    madre, a la que según Tomatis, escucha «en el
    fondo del universo
    uterino». Disléxico será el niño que,
    por causas afectivas, se ve bloqueado en su evolución.

    Hay que tener en cuenta también que algunas disciplinas
    médicas que consideran que las dislexias tienen su causa
    en una disfunción cerebral, lo que significa que se
    destruyen tejidos del
    cerebro por una lesión física, o que ciertas
    funciones del
    cerebro sólo se ejercen de forma parcial debido a un
    accidente o a una enfermedad o a una deficiencia química del
    organismo. Éstos atribuyen  a la dislexia un origen
    orgánico.

    Sin embargo, son también muchos los investigadores que
    se oponen a esta teoría de que la dislexia tenga su origen
    en una lesión cerebral; piensan que realmente se debe a la
    existencia  en el sistema cerebral,
    de centros inactivos o poco desarrollados.

      Como se puede ver, las teorías existentes sobre
    el origen de las dislexias, de las que sólo hemos
    mencionado una parte, son muy diversas y se prestan con
    más frecuencia a confundir que a aclarar nuestras
    ideas.

    Roger Mucchielli y Arlette Bourcier reducen a tres las
    distintas definiciones sobre la
    dislexia:     

    Definición conceptual.

    Como puede ser la de Orton y la de Borel-Mais Sonny. Define la
    dislexia como una dificultad particular para identificar,
    comprender y reproducir los símbolo escritos, que tiene
    como consecuencia alterar profundamente el aprendizaje de la
    lectura entre los 5 y 8 años, la ortografía, la
    comprensión de textos y, por tanto, las adquisiciones
    escolares».

    Definición descriptiva.

    Que no sólo tiene en cuenta las manifestaciones de la
    «enfermedad» que perciben los padres y educadores,
    sino que da detalles de todos los síntomas:
    confusión de letras parecidas, de sonidos, inversión de letras, sílabas,
    palabras, etc.

    Definición genética.

    La única que estos autores consideran
    «susceptible de una renovación esclarecedora y capaz
    de fundamentar los principios
    positivos de las reeducaciones»: La dislexia es la
    manifestación de una perturbación en la
    relación entre el yo y el universo: perturbación
    que ha invadido selectivamente los campos de la expresión
    y de la
    comunicación. La relación del yo con su
    universo es ambigua e inestable, por lo que obstruye el paso a la
    inteligencia analítica y, por consiguiente, al
    simbolismo.

    Todos los que por nuestra futura profesión estamos en
    contacto con padres y educadores, sabemos que a lo largo del
    curso escolar, a través de las diversas formas de evaluación, hay alumnos que se van
    desfasando notablemente del grupo. Ante
    este hecho debemos plantearnos diversas cuestiones:

      ¿Cuáles son las causas?

      ¿Qué materias son las que con
    mayor frecuencia dan origen a estas dificultades?

      ¿Qué se debe hacer con estos
    niños?

     A esta última pregunta la legislación no
    nos da una respuesta, debido a que en el marco educacional existe
    un vacío acerca del tema, luego de hacer las
    averiguaciones pertinentes comprobamos que si bien la Ley Federal de
    Educación  menciona  la
    atención a la diversidad: en su Titulo
    II  Principios Generales. Capitulo I De la Política Educativa
    Art.  N° 5  inc… f) La concreción de
    una efectiva igualdad de
    oportunidades  y posibilidades para todos los habitantes y
    el rechazo a todo tipo de discriminación; k) La integración de las personas con necesidades
    especiales mediante el pleno desarrollo de sus capacidades.
    ,
    pero no especifica las distintas problemáticas, como son
    los alumnos con "dislexia" que no son considerados como diversos
    o que nada puede hacerse desde el aula por éstos, ya que
    hoy día la asistencia a los alumnos disléxicos es
    casi nula.

    Aquellos alumnos que habiendo permanecido un año mas en
    los primeros ciclos del EGB y no lograron alcanzar un suficiente
    dominio de el
    área de Lengua
    quedaran estancados. Al año siguiente deberán
    socializarse con nuevos compañeros y esto
    significará un desvío de atención en el
    proceso de aprendizaje, contrarrestándole importancia al
    mismo. 

     En caso de que esta problemática (problema de
    lecto-escritura) sea detectada recurrentemente en un alumno, el
    docente deberá solicitar la asistencia
    correspondiente.

    Es aconsejable someter a los alumnos a un estudio
    psicopedagógico realizado por las personas mas
    idóneas en el tema con los que cuenta la
    institución, a fin de determinar si los mismos requieren
    de una dedicación especial.

     Deberá analizarse si es necesario realizar
    reformas curriculares, o cambios en el proyecto
    educativo de la institución. Ya que en nuestra ciudad
    existen instituciones que no aceptan chicos con esta
    problemática educativa.

    Como grupo de trabajo nos acercamos más a la postura de
    que la dislexia no es una enfermedad, tampoco un trastorno sino
    una problemática de aprendizaje de lecto-escritura que
    tiene como consecuencia un proceso de aprendizaje diferenciado
    del resto de los niños.

    Diagnosticadas las dificultades que impidan su normal
    rendimiento se deberán establecer los tratamientos
    más adecuados para superarlos.

    El profesional capacitado para diagnosticar la "dislexia" es
    un psicopedagogo, con la anuencia de un neurólogo, una vez
    realizados los estudios pertinentes, llámense mapeo
    cerebral o electroencefalograma (EEG), éste es quien
    decide los pasos a seguir.

    Con respecto a la medicación que reciben los chicos que
    presentan dislexia, se presenta una disyuntiva importante entre
    los profesionales entendidos en el tema.

    Por un lado los psicipedagogos sostienen que el chico con
    dislexia no debe de medicarse, cabe aclarar que no se lo medica
    porque presente dislexia, sino porque generalmente son chicos
    hiperactivos que no logran concentración en el aula y para
    favorecer la misma se les suministra un medicamento de nombre
    "Ritidina" que logra que los mismos permanezcan con un ritmo de
    actividad moderado. Los profesionales de ésta área
    sostienen que los chicos deben "educarse" para permanecer en el
    aula y no "medicarse".Estos profesionales, consideran que la
    "dislexia" en una disfunción que se produce en el proceso
    de enseñanza aprendizaje y por la cuál los chicos
    que padecen tal disfunción tardan más en acomodar
    sus estructuras mentales  para comenzar a leer y
    escribir.

    Los neurólogos, en cambio,
    mantienen otra postura. Ellos opinan que es muy difícil
    encontrar a un chico que presente "dislexia pura" la
    mayoría viene acompañada con alguna otra
    alteración y es por eso que ellos medican esa
    alteración, no es la dislexia lo medicable.

    Nosotros tratando de aunar posturas salimos a recoger
    información  de casos de chicos "medicados" y "no
    medicados" y hablando, sobre todo con personal docente, llegamos
    a la conclusión de que no es buena la medicación,
    ya que los chicos que han sido medicado no han aumentado su
    rendimiento escolar, si bien han bajado sus niveles de actividad
    en el aula, puesto que no molestan a sus compañeros cuando
    terminan de hacer sus tareas, están mayormente
    "desconectados" de lo que sucede en la aula, se los siente
    ausentes de la clase. 

    ¿Cuáles son las causas más
    frecuentes del retraso escolar?

      Para intentar buscar un remedio, antes
    tendremos que descubrir cuál es la raíz, la causa
    del fracaso.

     En circunstancias normales, el niño que acude al
    colegio lo hace con la ilusión de aprender. El ambiente, tal
    como está hoy organizada nuestra sociedad y
    según su escala de
    valores,
    tiende a favorecer la ilusión por el triunfo. Son
    numerosas las familias que se rigen por las notas escolares para
    establecer su «código» de premios y castigos. De
    hecho, son muy pocos ya los valores
    reconocidos que no vayan unidos a situaciones de éxito.
    Es muy difícil animar a unos padres angustiados por los
    fracasos escolares de un hijo, haciéndoles observar que
    hay en él otras muchas cualidades que merecen elogio:
    generosidad, bondad, disciplina; lo
    que realmente cuenta es el «boletín», el
    resultado de las evaluaciones, la mayoría de las veces
    reducido a unos fríos códigos, fruto de la cibernética.

    Hemos de buscar el motivo por el que un niño en una
    situación escolar de estimulo y con unos métodos
    adecuados a su edad y que son válidos para la
    mayoría de sus compañeros, es incapaz de seguir el
    normal rendimiento de la clase.

    En primer lugar, puede haber un defasaje del contenido
    escolar, motivado por diversas causas; las más frecuentes
    son aquellas que crean en el niño situaciones
    temporalmente «cargadas» afectivamente: problemas
    emotivos, familiares, enfermedad de los padres, etc.

     Niños que, sencillamente, han asistido con poca
    regularidad al colegio, que han tenido que viajar, o ser
    trasladados por motivos familiares de uno a otro centro con el
    "típico despiste" ante un ambiente y unos métodos
    diferentes.

    Niños con inmadurez afectiva, no ya por situaciones
    temporales sino por causas diversas, y que aún con niveles
    de inteligencia que podemos considerar normales, presentan una
    conducta y un
    rendimiento por debajo de su edad cronológica.

    Los niños que presentan una dificultad
    específica en el área verbal, sufriendo por ende
    alteraciones en el área de la expresión escrita son
    los que sufren una dislexia. Estos son niños con una
    inteligencia dentro o superior a la  media, pero con 
    un  rendimiento notablemente inferior a sus
    posibilidades.

    *Los datos que sobre ellos nos dan los profesores y los padres
    suelen tener unas características típicas: su
    comprensión verbal es bajísima, la lectura mecánica  casi siempre es defectuosa,
    las confusiones en la escritura son muy frecuentes. Suelen
    describirlos como distraídos,  e incluso con mala
    voluntad, pues "repiten" mal aquello que se les corrige.

    Niños que los padres confiesan que en casa son
    "despistados", no saben hacer los mandados, buscar las cosas.
    Niños que no sienten interés
    por la lectura, incapaces de entregar una ficha sin que
    esté llena de borrones, tachaduras o faltas.
    Alumnos que suelen contestar algo que no se relaciona con las
    preguntas que se les han hecho, puesto que al confundir las
    palabras cambian su simbolismo.

    Pueden ser imaginativos, creadores, inquietos, agresivos,
    líderes del grupo, o bien inseguros, apáticos,
    angustiados, según hayan reaccionado ante el fracaso
    escolar, factor común en todos ellos.

    Hay algunos que solamente serán incapaces de superar el
    área de Lenguaje, llegando a obtener buenas calificaciones
    en Ciencias y en
    Plástica, y otros a los que sus dificultades impiden la
    asimilación del total de las materias escolares.

    De hecho la dislexia deja de ser un simple problema
    pedagógico y en muchos casos puede transformarse en un
    angustioso problema personal.

    De forma sencilla y práctica quisiéramos
    clasificar las dislexias. Conscientes escribimos "dislexias"
    porque pensamos que no hay un solo tipo de dislexia, como no
    existe un tipo único de niño disléxico.

    CLASIFICACIÓN DE LA
    DISLEXIA.

    Existen diferentes tendencias de clasificación de la
    dislexia y esta se subdivide dependiendo del punto de vista del
    neurólogo, del psicopedogogo del maestro. La más
    aceptada internacionalmente es la que la clasifica principalmente
    en dislexia adquirida o dislexia del desarrollo.

    DISLEXIA ADQUIRIDA:

              
     PROFUNDA O FONÉMICA

              
     SUPERFICIAL

              
      SEMÁNTICA O FONOLÓGICA

              
       AUDITIVA

              
       VISUAL

    DISLEXIA CONGÉNITA O ESPECÍFICA DEL
    DESARROLLO

          EVOLUTIVA O
    MADURATIVA

          PROFUNDA 

     DISLEXIA ADQUIRIDA

    El término dislexia es usado en principio por los
    médicos para describir las dificultades de lectura y
    ortografía de enfermos que habían sufrido ciertos
    tipos de daño cerebral. Este daño pudo haber sido
    ocasionado en accidentes o
    guerras, o
    como resultado de tumores, embolias, trastornos
    psiquiátricos, drogas o
    efectos del envejecimiento. La dislexia no es propiamente una
    enfermedad, sino un término que se utiliza para describir
    síntomas de daño al cerebro, esto es el deterioro a
    las funciones de la lectura. Ciertos pacientes sólo tienen
    problemas para leer y deletrear palabras largas y poco comunes,
    en tanto que otros las tienen para reconocer las letras del
    abecedario, y otros con las "palabras pequeñas" como "a",
    "es", "por", "pero". Algunos no pueden leer bien en voz alta;
    otros consiguen hacerlo, pero sin comprender lo que han
    leído. Cada vez más especialistas distinguen no
    simplemente entre grados de dificultad en lectura,
    ortografía o escritura, sino también entre tipos de
    dislexia adquirida como: profunda, superficial, central, semántica, auditiva y visual. En todos los
    casos de dislexia adquirida, los especialistas cuentan con
    signos
    directos o indirectos que apoyan su opinión de que tales
    dificultades son causadas en parte por daño cerebral. Los
    signos directos son, por ejemplo, el daño físico o
    lesión al cerebro, y las evidencias
    reveladas por una operación o autopsia, o
    cualesquiera que muestren que pudo haber lesiones cerebrales o
    hemorragia, como en una embolia. Los signos indirectos consisten
    en patrones irregulares en el electroencefalograma (EEG),
    reflejos anormales, o dificultades en la coordinación y orientación mano-ojo,
    por ejemplo.

    La dislexia visual es la dificultad para seguir
    y retener secuencias visuales y para el análisis e integración visual de los
    rompecabezas y tareas similares. Esta se caracteriza por la
    inhabilidad para captar el significado de los símbolos del lenguaje impreso. No esta
    relacionado con problemas de visión, sólo con la
    inhabilidad de captar lo que se ve. La mayoría percibe
    letras invertidas y perciben también invertidas algunas
    partes de las palabras, son lentos y tienen problemas con la
    secuencia. Este tipo de dislexia es la más fácil de
    corregir, por medio de ejercicios adecuados pueden aprender los
    signos gráficos con precisión y
    gradualmente aprender secuencias; pero la lentitud
    persistirá.

    La dislexia auditiva es la dificultad para
    discriminar los sonidos de letras y trabados, reconocer pautas de
    sonido,
    secuencias, palabras, ordenes e historias. Esta es la forma de
    dislexia más difícil de corregir y radica en la
    inhabilidad de percibir los sonidos separados (discontinuos) del
    lenguaje oral. La mayoría de los disléxicos
    auditivos presentan una audición normal. Su facultad
    discriminativa auditiva, trae como consecuencia grandes
    dificultades en el deletreo y la composición.

    La enseñanza fonética tradicional carece de
    sentido para ellos. También presentan dificultades en
    repetir palabras que riman, interpretar marcas
    diacríticas, aplicar generalizaciones fonéticas y
    pronunciar palabras con exactitud, teniendo estos niños
    obstruidas las relaciones fundamentales de sonidos y
    símbolos del lenguaje su trastorno se hace difícil
    de corregir, y las ideas y ejercicios especialmente ideadas para
    ellos requiere de mucha paciencia, tanto para el docente como
    para el niño. Por regla general, los disléxicos
    auditivos deben idear sus propios ejercicios de deletreo y otras
    tareas análogas.

    La dislexia profunda o fonémica, en ella
    se aprecian errores de tipo semántico, dificultad para
    comprender el significado de las palabras, con adición de
    prefijos y sufijos, mayor facilidad para las palabras de
    contenido que para las de función.

    La dislexia fonológica o semántica
    sobre la que se conocen pocos trabajos. En este tipo de dislexia
    si falla la ruta fonológica aparece la dislexia
    fonológica, donde el paciente utiliza entonces la ruta
    léxica, esta sólo le permite reconocer las palabras
    familiares, pero tiene dificultad con las raras o las
    pseudopalabras, y tienen errores derivativos (como leer
    "apareció" como "aparición").

    La dislexia superficial, en la que se depende de
    la ruta fonológica para leer, los niños tienen
    dificultades dependiendo de la longitud y complicación de
    las palabras, como les pasa a tantos niños
    disléxicos.

    DISLEXIA CONGÉNITA O ESPECÍFICA DEL
    DESARROLLO
    .

    Cuando los médicos empezaron a estudiar las
    dificultades en la lectura, deletreo o escritura en niños
    que por lo demás eran saludables y normales, tuvieron que
    distinguir entre estos pequeños, y aquellos victima de
    dislexia adquirida. Para ello lo describieron como casos de
    dislexia específica del desarrollo o dislexia
    congénita. Estos términos más bien ambiguos
    se emplean para indicar que las dificultades de estos
    niños son constitucionales, y no producto de
    alguna incapacidad primaria de la mente o los sentidos, o
    una falta de oportunidad educativa. La dislexia del desarrollo
    sugiere, que pudo haber un atraso en algún aspecto del
    desarrollo, alguna deficiencia en la maduración neural,
    que ocasionó las dificultades del niño. La dislexia
    congénita simplemente significa que el niño parece
    haber nacido con dificultades. Por supuesto que gran parte de los
    niños incapacitados padecen de problemas disléxicos
    que pueden atribuirse directamente a sus incapacidades primarias,
    como parálisis cerebral y espina bífida, pero las
    cantidades de estos niños incapacitados que también
    son disléxicos, son mucho menores de lo que cabria
    esperar, si se considera la gravedad de las disfunciones
    físicas de que son victimas.

    A diferencia de la dislexia adquirida, la dislexia del
    desarrollo, la mayoría de las veces, no muestra signos
    directos de daño cerebral. También difiere de la
    primera en un aspecto fundamental: por dislexia adquirida se
    entiende que el paciente ya no puede utilizar habilidades de las
    que antes era capaz, mientras que un niño que parece ser
    victima de la dislexia del desarrollo, tiene dificultades para
    aprender dicha habilidad. Aunque quizás un niño no
    tenga problemas para aprender otras habilidades y no se puede
    decir que tenga alguna dificultad especifica del aprendizaje
    siempre y cuando estén afectados su lectura, escritura u
    ortografía. Hay personas que tienen problemas para
    aprender a ejecutar algún instrumento musical o nadar.
    También es cierto que, al igual que existen quienes tienen
    un tono perfecto, otros no distinguen tonos musicales, algunos
    son daltónicos y otros alérgicos.

    Un ejemplo famoso es de una niña de 6 años
    de edad que fue diagnosticada como disléxica y tratada por
    varios años como tal, se encontró que en realidad
    era alérgica al pegamento utilizado en la
    encuadernación de la gran mayoría de libros de
    lectura. Si no se considera e investiga la posibilidad de que
    tales dificultades provengan del aprendizaje de la tarea, o en
    algunos componentes de la tarea misma, trátese de
    antipatía hacia los métodos, libros o materiales que
    se empleen, o hacia el maestro, se hace caso omiso de las
    necesidades tan complejas de los niños.

    La dislexia evolutiva o madurativa, se la
    considera cuando aparecen dificultades y síntomas
    parecidos o iguales a los disléxicos en niños que
    inician su aprendizaje, pero rápidamente estos
    síntomas desaparecen por sí solos durante el
    aprendizaje. Los síntomas a los que hacemos mención
    son inversiones en
    la escritura y/o en la lectura, adiciones, omisiones, escritura
    en espejo, vacilaciones, repeticiones, entre otras. Este
    niño sufre un retraso en su desarrollo
    lingüístico que fácilmente supera a diferencia
    los que en la mayoría de los casos requiere de tratamiento
    por parte de psicólogos, neurólogos y
    psicopedagogos.

    Hoy día la mayoría de los chicos escriben
    y leen muy mal, por ende  un gran porcentaje no comprende lo
    que lee y como consecuencia no pueden estudiar, ese fue unos de
    los motivos que nos llevo a encaminar nuestro trabajo de
    investigación hacia el lado de los trastornos de
    aprendizaje de lecto-escritura.

       ¿Cuáles son los
    orígenes de esta
    perturbación?

    Los orígenes de esta perturbación como apuntan
    varios autores, sin que se excluyan unos a otros; se atribuyen a
    trastornos de la comunicación verbal, debilidad mental, mala
    orientación en el espacio vivido, trastornos del esquema
    corporal, malas lateralizaciones,
    fijaciones-regresiones-trastornos afectivos infantiles, sordera o
    semisordera.

    Diferimos en algo de estas opiniones. Al hablar de dislexia
    nos referimos sólo a niños que con una inteligencia
    general media o superior a la media,  presentan problemas en
    el aprendizaje de la escritura y de la lectura, cometiendo los
    errores, en mayor o menor grado, del tipo que más tarde
    estudiaremos.

    Descartamos  los casos que mencionaremos a
    continuación:           

          Los niños
    inmaduros o límites.

          Los que padecen
    disfunción cerebral mínima.

          Los niños que
    padecen deficiencias en sus órganos sensoriales, tanto en
    la vista como en el oído.

          Los que tienen
    problemas serios de motricidad, con dedos atrofiados, etc.

          Los que por enfermedad,
    ambiente familiar, frecuentes cambios de escuela, etc., sufren
    fracasos escolares.

     De estos niños decimos que presentan problemas en
    la escritura y lectura (en el caso de que los presenten) del tipo
    de las llamadas dislexias.

    Evidentemente todas estas causas son suficientes para que en
    un momento dado se establezca una forma patológica de
    relación entre su «yo y el universo», pero
    consideramos que al hablar de dislexia nos debemos siempre
    referir a ese pequeño grupo de niños que hay en
    todos los colegios, que con una inteligencia media o superior, y
    sin que presenten los problemas antes citados, no son capaces de
    superar con éxito el aprendizaje de la escritura y la
    lectura.

    Pero el desconocimiento acerca del significado del
    término "dislexia" es general en todas las áreas de
    la educación.

    Generalmente se "rotula"a todos los chicos que presentan
    problemas de aprendizaje de lecto-escritura dentro de la
    generalidad "disléxico", pero esto no es así.

    Decimos "rotulan" y quienes lo hacen son aquellos docentes que
    tienen un leve conocimiento de lo que es la "dislexia",que son
    muy pocos, porque el desconocimiento que tienen sobre el tema nos
    sorprendió demasiado.

    Nos planteamos la pregunta ¿Qué saben los
    docentes de EGB3 de dislexia?, para obtener información
    cuantificable realizamos una encuesta muy simple que
    contenía las siguientes consignas:

    1.  ¿TIENE CONOCIMIENTO DE LO QUÉ
    LA DISLEXIA?

                               
    SI                     
                     NO

    2.  ¿QUÉ ES LA DISLEXIA?

    3.  ¿HA RECIBIDO CAPACITACIÓN
    ESPECIAL PARA EL CASO?

    4.  ¿QUÉ TIPO DE
    CAPACITACIÓN RECIBIÓ?

    5.  ¿ESTÁ INTERESADO EN RECIBIR
    INFORMACIÓN?

    Las encuestas
    fueron distribuidas en cuatro colegios céntricos, tres
    colegios periféricos de la ciudad de Gualeguaychú
    (dos públicos y dos privados) y  dos colegios del
    área rural.

    Nos fue realmente muy difícil que los docentes
    accedieran a contestar nuestras preguntas, en la mayoría
    de los colegios tuvimos que andar prácticamente
    atrás de los docentes para encontrarnos nuevamente con las
    encuestas, gran parte de los encuestados no respondieron las
    mismas y el porcentaje que lo hizo presenta un total
    desconocimiento de lo que es la Dislexia.

    La negativa por parte del personal docente de las distintas
    instituciones para con nuestro trabajo dejó secuelas, lo
    primero que nos planteamos fue si realmente estábamos
    haciendo bien nuestro trabajo de investigación, es decir
    nos parecía que un tema tan rico y del que los docentes
    deberían tener un total manejo, nos era negado o mejor
    dicho ellos estaban negados a saber lo que es la dislexia y como
    tratarla porque a la pregunta numero tres del cuestionario
    casi nadie la contestó.

    En conversaciones no oficiales (off de record) la
    mayoría de los docentes consideran disléxicos a
    todos los chicos con problemas de lectura y escritura, como lo
    señalamos anteriormente, sin siquiera poder diferenciar
    que uno conlleva al otro.

    Para dar nuestra visión acerca de los distintos
    niños que son considerados disléxicos realizamos la
    siguiente clasificación ya que existen niños
    rotulados como disléxicos que no deberían
    considerarse como tales.

    NIÑOS
    FRECUENTEMENTE CONSIDERADOS DISLÉXICOS

          
    Niños inmaduros: resultan difíciles
    de definir; se les llama, niños «frontera»,
    «límites»,  «inmaduros». No
    los podemos encuadrar dentro de lo que se ha dado en considerar
    como «normal», pero tampoco dentro de lo que se
    entiende por anormal (término que hace tiempo se
    está luchando porque desaparezca).

    Son niños que por su infantilismo, su escaso
    razonamiento y sus faltas de comprensión verbal, raramente
    pueden someterse a las normas de
    aprendizaje y disciplina propias de una enseñanza
    normalizada, casi siempre masiva y que exige niveles
    intelectuales y patrones de conducta bastante
    homogéneos.

             Pasan
    fácilmente, a los ojos de padres y educadores, como vagos,
    distraídos, sin interés alguno. No es raro que se
    conviertan en niños inseguros, con una enorme
    sensación de fracaso, angustiados ante las exigencias de
    la vida escolar, en ocasiones falsificadores de notas, agresivos
    con los compañeros, inquietos en casa; o bien en alumnos,
    al parecer, inconscientes de sus problemas, que se refugian en
    una falsa confianza "todo me ha salido bien", "es que me tienen
    rabia". Vemos que muchos de estos rasgos son comunes al
    niño disléxico, porque unos y otros, por distintas
    causas, son niños fracasados.

    La conducta del niño intelectualmente inmaduro suele
    ser muy infantil, nos sorprende con "arranques" o rabietas
    típicos de etapas anteriores de desarrollo.

    Su falta de comprensión a la hora de explicarle las
    lecciones, la imposibilidad de que consiga aplicar personalmente
    los conocimientos adquiridos, suele estar en
    contraposición con su facilidad para entender la "tele" o
    para ser en muchos casos "vivos" e ingeniosos para los juegos, lo que
    es ocasión para que el comentario común de la
    mayoría de los padres sea: "lo que él quiere, o lo
    que a él le interesa lo aprende bien". En esto se refugian
    para no llevar a su hijo a quien pudiera darles una
    orientación adecuada.

    Llega un momento en que el niño se convierte en un
    marginado por las numerosas repeticiones de curso, el recurso del
    profesor
    particular que nada remedia, etc.

    Los educadores que encuentran entre sus alumnos, y es muy
    probable que en cada curso se den dos o tres casos, un
    niño de estas características, encuadrado por su
    inmadurez intelectual dentro de la pedagogía de los niños
    límites, tienen que desechar la idea de que la tarea de su
    aprendizaje difiere sólo, en cuanto a los demás
    alumnos, en un aumento de dedicación, tiempo y paciencia.
    Es preciso un sistema de enseñanza encaminado a corregir
    sus dificultades específicas.

    El niño inmaduro, por las dificultades que existen
    actualmente para conseguir un diagnóstico precoz, recibe su educación
    preescolar en colegios convencionales. Empieza desde entonces
    a destacar por la lentitud de sus adquisiciones. Aparecen
    problemas serios en el momento de empezar la preescritura y
    prelectura. Sus dificultades escolares son muy semejantes a las
    que vamos a encontrar en el niño disléxico, porque
    por diferentes motivos el niño «límite»
    o «frontera» no ha alcanzado una adecuada
    maduración de los factores que intervienen en el
    aprendizaje de las materias instrumentales .

    Hay, sin embargo, muchas manifestaciones de estas dificultades
    que, a lo largo del curso, a cualquier persona un poco
    experimentada le ayudan a distinguir cuándo está
    tratando con un niño disléxico, con un buen nivel
    mental, o con un niño con un problema de lenguaje derivado
    de su inmadurez intelectual.

          NINOS CON
    DISFUNCION CEREBRAL MINIMA:
    el porcentaje de alumnos que
    sufren una disfunción cerebral mínima, es mucho
    más alto de lo que todos pensamos. Los estudios realizados
    demuestran con toda claridad que es en edades muy tardías
    (nos referimos alrededor de los doce años) cuando, en
    general, los padres se deciden a dar el paso de llevar a su hijo
    al neurólogo, por indicación del psicopedagogo
    escolar o del psicólogo. Lo suelen llevar cuando los
    trastornos de conducta y de aprendizaje han creado un serio
    problema en la familia y
    en el colegio.

    También sabemos que en muchos casos el neurólogo
    no da importancia alguna a este tipo de alteración, que
    con enorme frecuencia produce serias dificultades en la vida
    escolar.

    Los síntomas, por otra parte, son comunes a los que
    presenta el niño inmaduro o el niño
    disléxico. La etiología es diferente, pero les une
    un factor común: el fracaso escolar.

    Los rasgos que vamos a describir en el niño con
    disfunción cerebral mínima vienen dados por su
    problema neurológico y acentuado tal vez por su fracaso y
    por su inseguridad.

    Hay que destacar:

    o     Su conducta motora: hiperactividad,
    enorme inquietud, necesidad continua de levantarse en clase para
    tomar un lápiz, una goma, tirar el cuaderno, el libro, el
    papel en que está dibujando…

    o     En el recreo sus juegos son
    descontrolados, correr y gritar, sin que le guste aceptar las
    normas establecidas.

    o     Dispersión en la
    atención y unción perceptivo-cognoscitiva: falta de
    concentración, labilidad de atención, incapacidad
    para seguir una explicación en clase, incapacidad para
    distinguir lo esencial de lo accidental.

    o     Dificultades de aprendizaje,
    especialmente en: lectura, escritura, y cálculo.

    Las confusiones en la escritura del tipo de las llamadas
    «dislexias», pueden ser consideradas como un
    síntoma más del síndrome llamado
    disfunción cerebral mínima.

    Indudablemente, debido a la imperfección del material
    empleado, muchos de los niños que se envían al
    neurólogo no reflejan en los E.E.G. este tipo de
    alteración. Sin embargo, dados los síntomas que
    presentan y las dificultades que se encuentran para que consigan
    asimilar las materias llamadas instrumentales, llegamos a la
    conclusión de que, en algunos casos, no podemos considerar
    los resultados de los E.E.G. como concluyentes.

    Es muy importante tener en cuenta la edad de los niños
    en el momento de enviarlos al neurólogo.

          NIÑOS CON
    TRASTORNOS AFECTIVOS:
    los problemas afectivos pueden
    causar en el niño problemas tan serios, que en muchos
    casos han llegado a confundirse con retrasos mentales leves-

    Realmente un niño que sufre una seria alteración
    de su personalidad
    puede con toda facilidad ser considerado en el área
    escolar como un alumno falto de capacidad intelectual.

    Aquí solamente quisiéramos hacer constar, pues
    debe ser tenido en cuenta por padres y profesores, que no son
    raros los casos en que las alteraciones de escritura tienen su
    origen no en un problema de orientación, percepción
    o lateralidad, sino en problemas emocionales, unas veces
    persistentes otras transitorios.

    Como hace notar Ajuriaguerra, en todo niño
    existe un paralelismo entre el desarrollo motor,
    intelectual y afectivo. El movimiento, la
    inteligencia y la afectividad son inseparables en el desarrollo
    dinámico del niño normal.

    Debemos pensar que el niño habla porque
    «ansía» la lengua. Indudablemente el lenguaje
    tiene una función «apetitiva». Hay que
    comprender la importancia que esta función
    «apetitiva» tiene en la primera infancia.

    Pero pasada la primera infancia, y suponiendo que ésta
    se haya desenvuelto en un ambiente adecuado, hay situaciones que
    en cualquier momento pueden producir en el niño una
    alteración emocional, como consecuencia puede aparecer una
    inhibición emotiva frente al aprendizaje que va a
    reflejarse de forma especial en el área verbal: fallos de
    comprensión, de expresión oral y escrita, mala
    caligrafía y en muchas ocasiones problemas en la escritura
    del tipo de las llamadas dislexias.

    La conducta de estos niños es muy variable: inquietos,
    agresivos, fanfarrones, inhibidos, angustiados, infantiles,
    inseguros. En todos existe un factor común: el fracaso
    escolar con sus consecuencias.

    Normalmente un niño con problema afectivo no refleja
    sus dificultades sólo en escritura y lectura, sino en todo
    su comportamiento
    y, por lo general, como consecuencia, en todo su aprendizaje.
    Creemos que es más frecuente el caso del niño que,
    por padecer una dislexia, sufre un fracaso escolar y, como
    consecuencia, un rechazo del ambiente familiar y escolar que
    desemboca en un problema afectivo.

    Estamos de acuerdo con la opinión de Andrea
    Jadoulle
    : «En las escuelas hay, pues, cierto
    número de niños que tienen dificultades para
    aprender lectura y ortografía, en función de la
    imposibilidad en que se hallan para realizar el esfuerzo
    indispensable por razones de índole familiar o afectiva No
    creemos que estas dificultades deban de incluirse entre las
    causas de la dislexia» .

    Esta misma opinión mantiene Chassagny, que llega
    a la conclusión que dos de cada tres niños
    disléxicos presentan trastornos de conducta, trastornos
    que son posteriores al aprendizaje de la lectura y escritura y
    dependen, en su mayoría, de la actitud
    familiar.

    También Ajuriaguerra escribe: «Por nuestra parte
    hemos señalado que los desórdenes afectivos son muy
    frecuentes, si no constantes, en los disléxicos;
    secundarios muchas veces, pueden, sin embargo, ser primarios a
    veces, pero en nuestra opinión no se sitúan al
    nivel de la lectura propiamente dicha»

    Si damos tanta importancia al factor afectivo es porque
    estamos convencidos de que nunca podrá llevarse a cabo una
    reeducación adecuada sin tener en cuenta, el origen o la
    consecuencia de las dificultades en el aprendizaje de la lectura
    y escritura. Es tan importante como pueden serlo cualquiera de
    los factores que intervienen en el aprendizaje de las materias
    instrumentales.

       NIÑOS CON ZURDERA:
    En cuanto a la zurdera, es sin duda una causa de dificultades
    escolares. El gran problema del niño zurdo, como hemos
    comentado, es la incomprensión que hasta hace poco. y
    aún hoy día, encontró por parte tanto de la
    familia como
    de los educadores.

    Esta incomprensión se debe, sin duda, al
    desconocimiento de su verdadero origen. Son muchos los que
    aún piensan que puede tratarse de un mal hábito o
    de un capricho.

    «El niño nace zurdo a consecuencia de una
    organización cerebral lateralizada que nada
    ni nadie puede cambiar, por lo tanto, las carencias debidas a la
    zurdera pueden detectarse no sólo en el comportamiento
    motor del niño, sino también en  el ejercicio
    de sus facultades intelectuales».

    En el niño zurdo influye mucho la capacidad de
    «rectificación» que hay que ayudar a crear en
    ellos. Si al niño, desde los primeros ejercicios
    escolares, se le enseña a «corregirse» cuando
    traza mal los trabajos de preescritura, suele llegar, sin grandes
    conflictos, a
    dominar la lectura y escritura, siempre en cuenta las
    observaciones anteriormente hechas.

    Al niño zurdo que presenta dificultad en su escritura
    no lo podemos considerar como un disléxico. El origen de
    sus dificultades está actualmente perfectamente estudiado.
    El grafismo del zurdo es más o menos enmarañado
    según se mezclen o choquen las praxias.

    Los sistemas de reeducación del niño zurdo
    son muy específicos y diferentes según los
    problemas que presente. Lo que es imprescindible es un sistema de
    diagnóstico precoz y adecuado. 

                        
    Hipótesis de la
    disfunción cerebral
     

                      
    Se han encontrado diferencias en las asimiterías
    hemisféricas respecto a los sujetos normales.

                      
    Se han encontrado diferencias estructurales en la
    formación de la corteza cerebral.

                        
    Hipótesis del déficit perceptivo

                      
    Rechazo de la hipótesis perceptiva clásica ya que
    las dificultades de percepción siempre aparecen adscritas
    al procesamiento verbal.

                      
    Sin embargo, desde los modelos
    interactivos del procesamiento de palabras (Seidenberg y
    McClelland, 1989) pueden explicarse déficit
    específicos asociados a la percepción
    verbal.

                      
    Existen además datos psicofísicos sobre
    alteraciones en los procesos visuales primarios en algunos
    niños disléxicos.

                        
    Hipótesis del déficit
    fonológico

                      
    Los sujetos disléxicos presentan dificultades en la
    adquisición de los conocimientos estructurales sobre el
    lenguaje, en especial, conocimiento fonológico.

                      
    Estos déficit son independientes de la edad o nivel
    intelectual

                      
    Las dificultades permanecen incluso después de seguir
    programas de
    intervención.

                          
    Hipótesis del déficit en memoria.

           La memoria
    operativa es un espacio de capacidad limitada donde se llevan las
    operaciones
    necesarias para comprender el lenguaje.

           Una de sus
    funciones (lazo articulatorio) es recodificar
    fonéticamente la información verbal.

           Los
    disléxicos muestran dificultades en diferentes aspectos de
    la memoria relacionados con la codificación fonológica de la
    información.

    1.      Inteligencia normal o
    superior.

    2.      Retraso
    específico en lectura de al menos dos
    años.

    3.      Escolarización
    adecuada

    4.      Ambiente
    socioeconómico adecuado

    5.      Discriminación visual y auditiva correcta o
    corregida.

    6.      No padecer problemas
    psíquicos.

    7.      No padecer
    ningún problema neurológico.

    Hay tres aspectos fundamentales bipolares que
    caracterizan el universo del disléxico en relación
    con el que llamaremos moral, porque
    nos sirve implícita o explícitamente de
    referencia:

                        
    Ambigüedad de las distancias y de las posiciones
    relativas de las cosas entre sí.

    La relación del sujeto con los objetos es
    relativamente estable, pero las relaciones espaciales de
    éstos entre sí son móviles y con eclipses.
    La apreciación de las distancias resulta muy
    difícil.

    Las posiciones relativas de las cosas, tanto en el
    espacio como en tiempo, son inseguras y variables. El sujeto
    busca o espera a los objetos en una dirección y aparecen en otra.

                        
    Ambigüedad de las formas y de los
    significados

    Las formas "en sí mismas" se perciben
    relativamente bien, tanto mejor cuanto más simples sean,
    pero no así su orientación y, por consiguiente, su
    sentido.

    De ahí se derivan errores de reconocimiento
    debidos al establecimiento de analogías o de identidades
    entre formas que no se diferencian por su orientación; de
    ahí también la imposibilidad de reconocer ciertas
    formas en una serie de ellas análogas.

                        
    Ambigüedad de los valores

    El valor se
    percibe como tal, pero su valencia es ambigua. Dicho de otro
    modo, los valores se presentan sin sentido positivo o negativo.
    El movimiento hacia ellos es sucesivamente atractivo o repulsivo
    y, cuando ambos sentidos se presentan simultáneamente, el
    movimiento del sujeto se vuelve vacilante. Es como si los
    letreros indicadores
    del buen camino se orientaran intermitentemente en sentido
    inverso e incluso, en ocasiones, estuvieran confundidos. El
    horizonte de los valores generales de referencia está
    oculto. El sujeto permanece atado al instante y a la
    urgencia.

    El «yo» correspondiente a este universo
    puede caracterizarse por tres aspectos
    correlativos: 

           
    Incertidumbre del «yo»

    Frente a tal ambigüedad, el yo se estructura en
    forma de incertidumbre y de expectativa. Espera de los
    demás y del azar el hilo conductor que le ayude a alcanzar
    sus objetivos. No
    halla en sí la seguridad
    necesaria y pierde la confianza en sus propios medios.

           
    Torpeza y titubeo del gesto y de la expresión
    verbal

    Tanto el ritmo del acto como su desarrollo en el espacio
    están perturbados. Los gestos son torpes. La
    expresión oral se ve enturbiada por confusiones de sentido
    o de analogías de palabras. La torpeza 50 da tanto a nivel
    motor como verbal: en el primero, la iniciativa, incapaz de
    dominar el espacio y el tiempo, se pierde en tanteos. En el
    segundo, también se busca: a tientas la expresión;
    se tropieza con numerosos obstáculos, bien por
    incertidumbre ante la elección de la palabra, bien por la
    dificultad de distinguir la imagen del
    término que se ha de pronunciar de aquellas otras
    (visuales y viso-motrices) correspondientes a términos
    análogos.

           
    Ambivalencia afectiva

    En relación con los valores variables o ambiguos,
    el sujeto vive sin cesar en una actitud inestable entre lo que es
    preciso hacer o seguir y lo que hay que evitar. Su voz es tenue,
    su forma de obrar insegura, siempre dispuesta a tomar el rumbo
    contrario. Parece que sobre sus proyectos flota
    permanentemente un interrogante; no puede emprender nada de mucha
    trascendencia.

    Como respuesta a esta modalidad de la relación
    yo-universo, el sujeto organiza una serie de hábitos,
    agrupables en tres categorías esenciales:

    a)   BÚSQUEDA ATENTA DE
    SEÑALES Y DE PUNTOS DE APOYO EXTERIORES; REFERENCIA
    PERMANENTE A LAS SEÑALES.
    En seguida, para adaptarse
    al universo de los demás y a los demás, el sujeto
    establece un sistema de señales
    seguras, que seguirá inmediatamente, para resolver sus
    numerosas dificultades. Fija con bastante rapidez la
    colocación de su izquierda y su derecha, mediante signos
    artificiales (la muñeca que lleva una pulsera se
    señala como la derecha; la mano que ha estado atada,
    como la izquierda, o la que ha estado herida o vendada un
    día, etc.). Se identifica con (se pone en el lugar de)
    objetos o seres, en relación con los cuales
    designará o reconocerá- una derecha y una
    izquierda. Igual que un adulto que no sabe sumar cuenta con los
    dedos muy deprisa (y con frecuencia sin que los demás se
    den cuenta), de igual modo un futuro disléxico
    repasará con rapidez sus señales personales, para
    llegar a la respuesta de orientación correcta, exigida por
    una acción o por alguien Las señales espaciales
    pueden ser a veces más complicadas.

            El
    niño puede tomar como referencia un mueble determinado de
    su cuarto, cada vez que él se encuentre frente a otro o a
    la ventana. Así, al ocupar su    puesto
    habitual en la mesa, la derecha estará del lado de la
    chimenea. Tal imagen mental probablemente le servirá de
    guía fuera de su casa para numerosas orientaciones,
    espontáneas a primera vista. La referencia o señal
    para garantizar la operación intelectual o la
    organización de un gesto es
    incesante. 

    b)   ADHERENCIA A LAS
    PERCEPCIONES
    .
    Igual que de noche  avanza con las manos hacia
    adelante y a pruebas,
    así el sujeto que debe moverse en medio de la
    ambigüedad se acostumbrará a «pegarse» a
    las cosas para no extraviarse. En efecto, cuando más
    retroceda y se distancie, tanto mayor peligro tendrá de
    perderse en múltiples y contradictorios
    sentidos.

    De ahí se deriva una especie  de
    «miopía motriz e intelectual», como
    expresión del afán de conservar el hilo conductor
    en el laberinto de su universo.

    c)  PSEUDOANILISIS. La
    adherencia a las percepciones se extiende a los detalles. Para
    ver el todo, el conjunto, habrá que ponerse a distancia,
    con el riesgo de
    extravío que eso supone; en consecuencia » ya
    señalada se duplicará por una especie de
    puntillismo de detalles sucesivos. Claro está que eso no
    da un resultado más que cuando no hay un contexto
    demasiado cargado, susceptible de cambiar el sentido del detalle
    o de la palabra. De esta forma, los errores debidos a la
    confusión de las formas análogas se neutralizan,
    por lo general, por la atención prestada a los detalles,
    lo que es insuficiente en la vida corriente.

    La siguiente pauta de características que
    enunciamos a continuación puede servir para detectar la
    dislexia

                         
    HISTORIA PERSONAL

    La historia de un
    disléxico puede revelar uno o más de los siguientes
    antecedentes:

          Existencia de un
    familiar cercano que presente o ha presentado problemas de
    lenguaje o de dificultades en el aprendizaje de la lectura y
    escritura.

          Dificultades del
    parto: anoxia,
    hipermadurez, prematurez de tiempo y/o peso.

          Enfermedad
    infectocontagiosa que haya producido en el sujeto un
    período febril con vómitos,
    convulsiones, pérdida de conocimiento.

          Retraso en la
    adquisición del lenguaje y/o perturbaciones en la
    articulación.

          Retraso en la
    locomoción.

          Problemas de
    dominancia lateral.

     Los antecedentes enunciados rara vez se presentan
    en su totalidad en la historia del disléxico, pero basta
    la presencia de uno o más para sospechar la presencia de
    ésta.

                          
    LECTURA Y ESCRITURA

    Lo que más caracteriza al disléxico, su
    síntoma más notorio, es la acumulación y
    persistencia de sus errores al leer y escribir. El
    análisis cualitativo de la lectura oral de un
    revelará alguna o varias de las dificultades
    siguientes:

             
    Confusión de letras, sílabas o palabras con
    diferencias sutiles de grafía: a-o; c-ch; c-o; e-c; f-t;
    h-n, i-j; l-ll, n-ñ; v-u; v-y, etc.

             
    Confusión de letras, sílabas o palabras con
    grafía similar pero con distinta orientación en el
    espacie: b-d; b-p; b-q; d-b; d-p; d-q; n-u; w-m; a-e.

             
    Confusión de letras que poseen un punto de
    articulación común y cuyos sonidos son
    acústicamente próximos: ch-lI; g-j; m-b-p;
    v-f. 

             
    Inversiones parciales o totales de sílabas o palabras: la-
    al; le el; las-sal; los-sol; loma-malo, etc.

             
    Sustituciones o invenciones de palabras por otras de estructura
    más o menos similar, pero con diferente significado
    araucano-iracundo.

             
    Contaminaciones de sonidos.

             
    Adiciones u omisiones de sonidos, sílabas o palabras:
    famoso por fama; casa por casaca.

             
    Repeticiones de silabas, palabras o frases.

             
    Salto de renglones, retrocesos y pérdida de la
    línea al leer.

             
    Excesivas fijaciones del ojo en la línea.

             
    Silabicación defectuosa: reconoce letras aisladamente,
    pero sin poder organizar la palabra como un todo, o bien lee la
    palabra sílaba a sílaba, o bien lee el
    texto"palabra a palabra".

             
    Problemas de comprensión.

             
    Lectura y escritura en espejo en casos excepcionales.

             
    Ilegibilidad.

     En general, las dificultades del disléxico
    en el reconocimiento de las palabras le obligan a realizar una
    lectura muy analizada y descifratoria. Como su esfuerzo lo dedica
    a la tarea de descifrar el material, disminuyen,
    significativamente, la velocidad y
    comprensión necesarias para la lectura normal.

    Comúnmente, los disléxicos de más
    de doce años de edad no revelan, los signos descritos por
    examen de su lectura oral, pero es fácil detectarlos en su
    lectura silenciosa: al leer, realizan una lectura subvocal, o
    sea, susurran o mueven los labios, ya que se ven obligados a
    pronunciar las palabras para poder comprenderlas. Debido a que al
    leer en silencio aplican la misma técnica que en la
    lectura oral, la velocidad resalta excesivamente
    lenta.

                         
    OTRAS PERTURBACIONES DEL APRENDIZAJE

    Las características descritas en la lectura de
    los disléxicos rara vez se presencian aisladamente. A
    menudo se acompañan de otras perturbaciones que alteran el
    aprendizaje. De acuerdo con Johnson y Myklebust, las más
    comunes son:

              
    Alteraciones en la memoria: Algunos disléxicos
    tienen dificultades para el recuerdo inmediato. – A otros les
    cuesta bastante recordar sucesos pasados.  Algunos no
    recordar palabras o sonidos que escuchan. Otros presentan 
    dificultades para memorizar visualmente los objetos, palabras o
    letras. 

             
    Alteraciones en la memoria de series y secuencias:
    Frecuentemente el disléxico tiene dificultad para aprender
    series tales como los días de la semana, meses del
    año y el alfabeto. Les cuesta aprender a ver la hora y
    tienen dificultades en relacionar un suceso con otro en el
    tiempo. En  general, ellos no pueden aprender el significado
    de secuencia y tiempo. 

             
    Orientación derecha-izquierda: A menudo son
    incapaces de orientarse con propiedad en
    el espacio y aprender derecha e izquierda. Generalmente, el
    niño no puede ubicar la derecha y la izquierda en su
    propio cuerpo o cuando mira a otra persona. Cuando intenta
    obedecer instrucciones en la sala de clases o en gimnasia, se
    siente confundido y frustrado. Igualmente, tiene dificultades; a
    menudo, para ubicarse en mapas, globos
    terráqueos y en su propio ambiente.  

             
    Lenguaje escrito: Si el niño no puede leer con
    facilidad, tampoco podrá utilizar con propiedad los
    símbolos gráficos de la expresión escrita.
    Por lo común el disléxico, a menos que sea
    severamente disgráfico, puede copiar, en la escritura al
    dictado y en la escritura espontánea (composición)
    revela serias complicaciones. En la mayoría de los casos
    presenta disortografía. Además, tiene dificultades
    para expresar ideas con buena sintaxis, secuencia y estructura
    adecuadas. Al escribir revela los signos de confusiones,
    inversiones, adiciones, omisiones y  sustituciones ya
    descritas en la lectura oral.

                
     ASPECTOS
    EMOCIONALES   

    La mayoría de las veces, los problemas
    emocionales aparecen en el disléxico después de sus
    fracasos escolares.

    En la generalidad de los sujetos disléxicos, su
    historia previa a la entrada del colegio no revela signos de
    neurosis infantil
    (pavor nocturno, – enuresis, agresividad, etc.) pero la
     intensidad de estos  condicionara una dificultad
    selectiva en la lectura. Por lo común, los problemas
    emocionales  surgen  como reacción secundaria a
    sus problemas de rendimiento.

    Los niños  disléxicos tienden a
    exhibir un cuadro más o menos típico, con
    variaciones de paciente a paciente, cuyas acciones
    características serían: 

             
    Actitud depresiva frente a  sus dificultades. El
    sujeto se muestra deprimido, triste y culpable. Tiende a rehuir
    las situaciones que le exigen rendimiento sistemático y
    activo. Ante el temor de volver a vivir una experiencia de
    fracaso se "retira" y rehuye competir.

             
    Actitud agresiva y despectiva frente a sus superiores y
    a  sus iguales
    . El disléxico muestra rechazo,
    negativismo, abierta hostilidad hacia su profesor y hacia sus
    compañeros aventajados. Esta actitud, generalmente, le
    acarrea trastornos conductuales.

             
    Sus dificultades producen en el disléxico una
    sensación de antipatía y rechazo hacia la lectura,
    lo cual redunda en  mayores complicaciones por el poco
    contacto con el material impreso, lo que, a su vez, aumenta el
    rechazo, y así, sucesivamente. Como resultado, el
    disléxico experimenta una baja de su autoestima, se
    retira del aprendizaje y de la competencia en general.

     Existe una gran variedad de técnicas
    correctivas para dificultades en el aprendizaje de la lectura
    del  niño disléxico.

                        
    La mayoría de los intentos en demostrar la validez de
    determinado método
    sobre otro han puesto de manifiesto el valor del reeducador como
    la variable más decisiva. Cada método depende
    más de la
    personalidad, capacidad de contacto y destrezas del
    reeducador que de la fundamentación teórica en que
    se apoya Critchley  destaca ciertos principios
    metodológicos generales:

                        
     Los métodos denominados "globales" deben ser
    reemplazados por un sistema más fonético o
    analítico-sintético para los casos de
    dislexia.        

                        
    La progresión qué va desde las tareas más
    simples a las más complejas debe desarrollarse lenta y
    gradualmente.

                        
    El aprendizaje visual debe ser reforzado a través los
    canales sensoriales. Así, debe enseñarse al
    niño disléxico a distinguir la forma de una letra o
    palabra; a expresar el símbolo en voz alta; a recorrer el
    contorno con sus dedos; a escribirla.

                        
    El material de lectura seleccionado para los fines de la
    enseñanza debe ser interesante y estimulante.

                        
    El empleo de
    juguetes que
    tengan letras y palabras escritas debe ser estimulado como una
    forma de ludoterapia auxiliar.

                        
    La enseñanza debe ser individual e intensa.

                        
    Para que el niño pueda concentrarse en la tarea de
    aprender lectura, escritura y ortografía, debe
    sacrificarse alguna otra materia o
    materias del programa
    escolar.  Puede considerarse más importante para el
    disléxico superar su dificultad que tener que lidiar con
    el inglés,
    francés, etc.

    Mediante la aplicación de técnicas
    correctivas, la mayor parte de los disléxicos pueden
    llegar a dominar las destrezas y habilidades de la lectura
    informativa o de estudio, dominio que siempre les
    requerirá una cierta dosis de esfuerzo.  Rara vez los
    disléxicos se convierten en lectores interesados de
    materiales de lectura recreativa. La mayoría de los
    disléxicos son incapaces de dominar con eficiencia la
    lectura y ortografía de un segundo idioma.

    Al respecto, Critchley  opina: "Con una
    guía adecuada los disléxicos pueden realizar
    considerables progresos y alcanzar la habilidad necesaria para
    leer con fines prácticos. Es decir que pueden llegar a ser
    capaces de interpretar noticias,
    propaganda,
    periódicos y cartas, pero es
    probable que sigan siendo lectores recalcitrantemente
    perezosos.  Muchos ex-disléxicos, como podría
    llamárseles, quizás nunca lleguen a ser amantes de
    los libros, sino que pueden ocasionalmente leer una novela o revista como
    una de recreación, sólo por el
    entretenimiento que les proporcione".

    A lo largo de la realización de este trabajo de
    investigación quedamos muy sorprendidos, sobre todo por el
    desconocimiento que existe sobre esta "dificultad" en el
    aprendizaje como decidimos denominarla nosotros.

    En las aulas que recorrimos por otras circunstancias
    vimos o detectamos varios casos de dislexia, pero al consultarlo
    nadie sabía nada, es decir nadie sabe que hacer con los
    chicos o alumnos que padecen esta dificultad, tampoco se conoce
    lo que es la reeducación de alumnos con dislexia o
    técnicas aplicables a chicos con este
    diagnóstico.

    Nuestra intención en el comienzo de este trabajo
    era poder esbozar algunas soluciones
    para trabajar con la "dislexia" pero con el transcurso del mismo,
    vimos que nadie y cuando decimos nadie nos referimos a
    profesionales de la medicina, de la educación, incluimos a
    docentes y directivos de las escuelas encuestadas nos
    pudieron  dar siquiera idea alguna para trabajar con chicos
    con dislexia.

    En los libros de texto donde se trata el tema ofrecen
    alternativas varias para trabajarlo pero no consideramos
    apropiadas incluirlas detalladamente en nuestro trabajo puesto
    que si nadie sabe como detectarla, lo ideal o lo lógico
    sería tratar de empezar por el principio y enseñar
    a nuestros docentes como revelar la dislexia para luego
    enseñar a trabajar con la misma.

    Sería un despropósito incluir en este
    trabajo estrategias de aprendizaje para los alumnos con dislexia
    cuando ni siquiera existe algún documento escrito que los
    contemple, la realidad de nuestra educación, para con los
    disléxicos es muy triste.

    Nunca debemos rehusarnos a la idea de trabajar con
    limitaciones porque lamentablemente hoy día es necesario
    hacernos a la idea de que tenemos que trabajar con lo que tenemos
    y no por eso la calidad de
    nuestra educación debe de bajar de nivel, al contrario
    debemos prepararnos constantemente para enfrentar dificultades de
    aprendizajes varias y trabajar con la reeducación de estas
    dificultades de aprendizaje tratando de dar lo mejor de nosotros
    para que esos chicos no sufran las consecuencias de nuestra
    incapacidades.

    Creemos que este tema podría trabajarse desde
    muchas perspectivas, puesto que es un tema muy rico y
    prácticamente desconocido por el mundo pedagógico,
    las escuelas deberían capacitar a docentes para trabajar
    con las diferencias porque si hablamos de escuelas en la
    diversidad o de escuela con resiliencia tenemos que hacerle
    frente a las realidades que son heterogéneas, sobre todo
    capacitar para lograr que los docentes reeduquen a los alumnos
    con dislexia y para esto es necesarios conocimientos acerca del
    tema y proyectar la educación atendiendo las
    diferencias.

    Si bien al realizar la tarea investigativa las trabas
    que se nos fueron presentando fueron muchas y de toda
    índole estamos conformes con el trabajo realizado, pero
    sería bueno tener en cuenta la cooperación para
    salir adelante.

    Es decir, sostenemos que si toda una comunidad
    educativa (docentes, directivos, padres y alumnos) esta preparada
    para aceptar las diferencias y trabaja en forma solidaria y
    conjunta dificultades como estas serán superadas sin
    demasiados problemas, nosotros apreciamos que el trabajar en
    conjunto es muy positivo para atacar al problema por el centro y
    de esta manera pasará desapercibido en la pluralidad del
    grupo.

    Es muy importante trabajar en vinculados para satisfacer
    y atender a la educación de estos chicos y que su
    dificultad no sea un "trastorno" para su vida personal porque
    trabajando bien le estaremos asegurando una escolaridad, si bien
    diferenciada, satisfactoria para la realización de su
    proyecto de vida.

                                               
    Encuesta

    *Saben lo que es la dislexia

    30%

    *No saben lo que es

    45%

    *Saben lo que es la dislexia, y tratan de ayudar a
    los chicos

    10%

     

     

    *No contesto la encuesta

    15%

     CASOS
    SELECCIONADOS DE CHICOS QUE PRESENTAN DISLEXIA.

     CASO 1

    J. L. tiene 11 años y medio cuando concurre al
    primer curso de enseñanza media Segundo hijo de una
    familia de cuatro.

    No por presentar dislexia está bajo los cuidados
    de un especialista; va retrasado en clase debido a la
    ortografía y sufre mucho por ser diferente a los otros. En
    cambio va muy bien en cálculo. Ha comenzado a hablar
    tardíamente, retraso atribuido posteriormente a su
    deficiente audición. Se entiende bien con sus hermanos y
    con su hermanita.

    Considera a su padre como a un amigo y es
    cariñoso con su madre.  Pero, fuera del
    círculo familiar, se muestra huraño y
    tímido. Le cuesta seguir las conversaciones. Es muy
    meticuloso; ocupa todo el tiempo libre en trabajos manuales.

     Los resultados del examen son los
    siguientes:

         Motricidad:
    normal, pero con numerosas manifestaciones de ansiedad
    (crispación) e inestabilidad en las reacciones. Supera las
    pruebas de orientación espacial, pero se nota que necesita
    poner mucho cuidado.

         Lenguaje: el
    retraso queda colmado, pero si el niño está
    alterado, no encuentra palabras y balbucea.

         Inteligencia:
    nivel normal. En las pruebas de estructuración espacial,
    logra compensar sus dificultades, al principio, gracias a su
    nivel, edad y concentración. Pero al primer fracaso, se
    turba, pierde todos los puntos de referencia y de estabilidad y
    ya es incapaz de todo

        
    Lectura-ortografía: confusiones de letras y de
    sonidos; inversiones lectura entrecortada en voz muy alta;
    resumen oral medio y clara disortografía.

         Afectividad:
    ansioso; se siente inadaptado y desamparado. Reacciona con 
    manifestaciones de agresividad latente o con regresión
    (después de una prueba en la que ha fallado, dibuja un
    inmenso feto).

     Vemos aquí cómo una enfermedad
    sensorial ha provocado no solo un retraso en el lenguaje y en la
    estructuración espacial, sino problema más general
    en el plano de la comunicación y de la propia
    afirmación.

    Sucede, en efecto, que, como consecuencia de una
    deficiencia funcional adquirida, tiene lugar un trastorno en la
    instalación de los mecanismos que basta para producir un
    obstáculo importante.

    Otitis crónicas que ,por ejemplo, han afectado al
    oído dominante y, en especial, han paralizado su
    función, dan lugar a una composición en el otro,
    que pone en funcionamiento diversos circuitos cerebrales, lo que
    perturba el reflejo audición-fonación.

    La reciente invención del "aparato para hacer
    tartamudear" prueba  la importancia de una inhibición
    funcional (en este caso artificial oído dominante; la
    prolongación de un 15/l00 de segundo impuesta al circuito
    basta para provocar la repetición crónica de las
    sí habladas.

     CASO 2

    Veamos ahora el caso de J., niña, 7 años,
    segunda de una familia con cuatro hijas. No era deseada. Durante
    el embarazo, el
    padre (médico) estaba en el servicio
    militar. La mayor trabajaba como enfermera militar y hacia
    guardias por las noches. Acaparada por sus ocupaciones, no pudo
    prestarle mucha atención a la pequeña, ya desde el
    segundo mes de vida. A los 15 meses nació la tercera hija
    con lo que las condiciones de vida familiares resultaron
    más difíciles aún. La madre cocinaba,
    limpiaba la casa y recibía a los clientes de su
    marido, quien había abierto una consulta poco
    después del nacimiento de J.

    Los padres notaron en seguida un ligero retraso motor y
    de lenguaje y, sobre todo, un retraso del esquema corporal.
    «Parecía que no sabía cómo utilizar el
    cuerpo», dice su padre. Tardó mucho en aprender a
    vestirse. La lateralización fue tardía y
    empezó a estabilizarse sólo a la derecha. Los
    comienzos escolares fueron difíciles, debido a la lectura.
    Actualmente la niña avanza mucho, pues, al parecer,
    comienza ya a compensar sola sus dificultades. Sin embargo,
    según su maestra, conserva una visión concentrada
    de las palabras y con frecuencia reemplaza, en un texto, las que
    descifra con dificultad por otra que concuerdan perfectamente con
    el sentido de la frase. Es tan lenta que no logra seguir el ritmo
    de su clase.

    El examen confirma punto por punto todos estos datos y
    revela trastornos afectivos con síntomas de abandonismo.
    Una observación: su nivel intelectual,
    claramente superior a la media, permite a la niña, si se
    le deja tiempo, compensar las dificultades de
    estructuración espacial.

     CASO 3

    Veamos ahora un ejemplo de inestabilidad de los valores
    y de la lateralización. Se trata de D., niño, de 8
    años. Está aún en el curso preparatorio y
    tiene dificultades en lectura y escritura. Resultados del
    examen:

                
    Motricidad: no hay retraso verdadero, sino
    inhibición importante y dificultad en el movimiento. El
    niño, mal lateralizado, presenta una orientación
    espacial deficiente. En la actualidad, no se sitúa, ni en
    el espacio ni en el tiempo. Mala estructuración
    espacio-temporal.

                
    Inteligencia: nivel muy normal, con el rendimiento
    alterado en ocasiones (el niño se turba, se desorienta, se
    «pierde» rápidamente).

                
    Lectura-ortografía: lectura todavía
    silábica, muy lenta, con inversiones, confusiones y
    omisiones de letras. No está «en el presente»
    y no puede analizar.

                
    Afectividad: ansiedad, envidia, sentimiento de
    exclusión, complejo de abandono.

    He aquí el resumen de su historia. Durante el
    embarazo, la madre, casada por segunda vez, con un hijo y una
    hija del primer matrimonio,
    está muy fatigada. El niño tiene que ser criado con
    leche de vaca.
    Llora con frecuencia durante la noche, vomita la mayor parte de
    los biberones: en una palabra, más o menos vegeta. Al
    nacer los gemelos, la madre tiene que separarse de él
    durante cierto tiempo. D. Estaba para cumplir los 3 años.
    Reacciona mal a la separación y luego a la llegada de los
    gemelos. Está celoso. A los 4- años lo llevan al
    jardín de infancia y llora durante la clase. Actualmente
    repite el curso preparatorio y considera a la escuela como un
    trabajo forzado. Suele protestar que le duele el panza para no
    ir. Los días en que hay dictado, se pone pálido
    como un muerto. Tiene un sueño agitado. A veces tiene
    terrores nocturnos. Teme a su padre cuando está enfadado.
    Este, que con frecuencia se halla ausente, se relaciona poco con
    el hijo que está apegado a la madre.

     Ésta, ansiosa, dice que le mimó
    mucho de pequeño, pues le «había costado
    criarlo». El niño ha crecido muy sensible,
    impresionable y tímido. Todavía tiene celos de los
    gemelos.

    Además de la conexión mala
    lateralización-mala estructuración
    espacio-temporal, hay que destacar la perturbación de las
    relaciones madre-hijo y padre-hijo.

     CASO 4

    G. tiene 14 años. Está en C.E.P. (sistema
    educativo preparatorio). Va bien en matemáticas, pero pasa por disléxico
    y disortográflco. Resultados del examen:

                
    Motricidad: muy buena. Se nota Que se preocupa por quedar
    bien. Lateralidad fijada en la derecha; algunas dificultades en
    la orientación espacial, que corrige él
    mismo.

                
    Inteligencia: ligeramente superior a la media. Se notan
    dificultades de análisis por falta de atención o de
    interés.

                
    Lectura: todavía vacilante; lee sin ninguna
    seguridad.

                
    Ortografía: desinterés total;
    disortografía muy clara.

                
    Afectividad: culpabilidad,
    agresividad defensiva. Se siente solo. Esta es su
    historia:

    Es el segundo de una familia de tres chicos; ambos
    padres han tenido hijos en sus matrimonios precedentes. Son
    inestables y ya han tenido numerosos empleos. Desde el nacimiento
    del mayor, el padre permaneció en casa por enfermedad y
    trabajaba la madre. Llevaba la casa y se ocupaba de los
    niños el padre.  G. fue a la escuela a los 3
    años y medio. Desde el curso preparatorio tuvo
    dificultades para aprender a leer. Es disipado, le gusta
    imponerse, ser el más fuerte. Quiere hacer proezas.
    Prefiere la compañía de su padre a la de su madre,
    a la que ve poco, y se pone de parte de aquel. Esta siempre
    peleando con sus hermanos y en casa se muestra agresivo, celoso y
    exigente.

    Evidentemente la inestabilidad del ambiente familiar ha
    favorecido en él una deficiente adecuación a la
    realidad. Como se ye, la reeducación  deberá
    tener en cuenta los  factores enunciados, valorar cada uno
    y  no descuidar ninguno, para conseguir  eficazmente el
    paso al universo analítico; y para  hacer el
    pronóstico de sus resultados.
    Es, pues importante abandonar la reeducación a nivel de
    síntomas y centrarse en las causas o raíces
    autenticas »tomando de nuevo» al niño en el
    nivel en  que comenzó la
    perturbación.

        Alexia:
    perturbación adquirida a continuación de una
    injuria cerebral, parcial o total de la lectura.
    Neurológicamente  se emplea el término
    "alexia" como supresión de la lectura, mientras que el
    término "dislexia" se referiría a su
    perturbación.

       Afasia: entidad compleja en
    la cual el niño presenta severas dificultades para la
    adquisición de la audición, del habla e igualmente
    de la lectura y escritura. Muchos autores ubican la dislexia, en
    su forma más severa, dentro de la afasia.

       Agnosia: pérdida de
    la capacidad de reconocer los objetos, no obstante estar intacta
    la percepción de los sentidos.

       Apraxia: incapacidad de
    realizar, al ordenarlos, movimientos conformes con el fin
    propuesto. Cuando un individuo no
    es ni paralítico ni deficiente mental y, sin embargo, es
    incapaz de ejecutar correctamente los actos ordenados, se dice
    que es apráxico.

       Analfabetismo: incapacidad
    para leer debido a carencia de oportunidad educacional. Un
    disléxico puede ser analfabeto, pero un analfabeto no es
    necesariamente disléxico.  

       Bloqueo secundario de
    aprendizaje, especifico a la lectura:
    de acuerdo a lo que
    expresa Money, este bloqueo puede ser especifico a
    la actividad de leer o bien restringido a la lectura de cierta
    clase de libros. Este es un problema de lectura de tipo
    disociativo histérico en la cual puede aplicarse
    totalmente la teoría psicoanalítica.

       Ceguera verbal
    congénita:
    término utilizado por
    Hermann como sinónimo de dislexia. El
    vocablo tiene valor histórico, pero en la literatura actual aparece en
    desuso, dada la dificultad. Para diferenciar los cuadros
    clínicos entre »congénitos» y
    »adquiridos».

       Strephosymbolia.
    (Símbolos torcidos):
    término utilizado por
    Samuel Orton para designar la dislexia, basado en
    la especial característica de los disléxicos de
    invertir las letras, sílabas o palabras.

     BIBLIOGRAFIA

      La Dislexia. Mabel
    Condemarín y Marlos Blomquist Colección "El
    sembrador".Editorial Universitaria.

       Psicología de la
    lectura
      Cuetos Vega, F. (1991). 
    Diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la lectura.
    Getafe (Madrid):
    Editorial Escuela Española, S. A. Capítulo 3
    y  4.

      Psicología de la
    lectura
    . Crowder, R.G. (1985).  Madrid: Alianza.
    Capítulo 9, pp.: 141-163.

      Tratamiento y prevención de
    las dificultades lectoras
    . Huerta, E. y Matamala, A.
    (1995).  Madrid: Visor. Capítulo III, pp.,
    33-56.

      La lectura. Adquisición,
    dificultades e intervención.
    Rueda, M.I. (1995).
    Capítulo 3 y 4.

      . Desarrollo
    psicológico y educación
    . Sánchez, E.
    (1990).  Marchesi, Coll y Palacios (comps.)

      Dislexia, causas,
    diagnóstico y reeducación
    . Roer
    Mucchielli.

      www.mendoza.edu.ar

      www.psicopedagogia.com

    Abrigo, María Cecilia

    Cardinaux, Leticia Alejandra

    Ferrari, Diana María

    Pastrana Vega, Ángel Omar

    Sayas, Mariel Elizabeth

    Instituto de Formación
    Docente Continua "María Inés
    Elizalde"

    Carrera: Profesorado en Ciencia
    Política para la EGB 3 y el Polimodal.

    Taller de Investigación Educativa III

    San José de Gualeguaychú-Entre
    Ríos

    2004

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