Monografias.com > Epistemología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Aproximaciones al problema de las hipótesis en la investigación científica




Enviado por sociopsico



    1. El libre albedrío en la
      enseñanza del sentido social de la estética y
      creatividad literarias

    Si sintetizaríamos el desarrollo del
    pensamiento de
    la humanidad diríamos que éste ha estado marcado
    por la elaboración de supuestos que debían ser
    corroborados por acción
    de la razón o de la experiencia. De esta manera, han
    aparecido modelos
    interpretativos de la realidad a partir de la confirmación
    de las respuestas tentativas que se iban dando a aquellos
    problemas
    surgidos en el devenir histórico de la actividad
    humana.

    La tradición ptolomeica entendía a
    la tierra como
    el centro del universo y esta
    hipótesis
    adquirió carácter de verdad por más de mil
    años. Tuvo que darse la revolución
    copernicana para entender que en realidad era el sol el centro
    del sistema
    planetario.

    Claro que esto no fue un camino fácil, sino el
    resultado de profundas investigaciones
    en cuyo término se tuvo que luchar contra las posturas
    geocéntricas y metafísicas de la
    época.

    Colón en la edad media, se
    lanzó a la aventura marina en la hipótesis de la
    esfericidad de la tierra,
    contraviniendo las creencias de aquel entonces que consideraban a
    la tierra como un gigantesco habitáculo horizontal, en
    cuyo término se vislumbraba un enorme precipicio que
    conduciría a lo no conocido por el hombre y
    probablemente dominado por monstruos
    increíbles.

    Estos dos ejemplos muestran grosso modo cómo las
    hipótesis de la realidad marcan la historia y el quehacer de
    los hombres. Entonces las hipótesis son directrices de la
    actividad y del descubrimiento.

    Las hipótesis que manejamos hoy en día son
    más complejas, como complejo es el
    conocimiento alcanzado por la humanidad.

    Preguntas tales como si el sol es el centro del sistema
    planetario o si la tierra es o no esférica no tienen
    relevancia ninguna, ya que se ha comprobado de manera contundente
    tanto esfericidad de la tierra como la teoría
    heliocéntrica. Sin embargo, la progresión de
    verdades es incontenible y en nuestros tiempos nos encontramos
    con nuevos retos, nuevos problemas, nuevas hipótesis al
    tiempo que el
    método
    para formularlos restringe el paso de la metafísica, centrándose en la
    racionalidad y empirismo
    dentro de una lógica
    hipotético- deductiva.

    Es cierto, el método para el tratamiento de
    problemas es más riguroso y positivo en tal grado que se
    dan requisitos y condiciones para la elaboración de las
    respuestas tentativas a los problemas de
    investigación.

    Por ejemplo Bunge (Barreda y Oviedo, 2002 p. 225)
    señala que las hipótesis deben darse considerando
    ciertos requisitos y dentro de ciertas condiciones, como ser
    formalmente correctas, sin vacío semántico,
    fundarse en alguna medida en e conocimiento
    previo, esto significa que tienen que ser compatibles con el
    cuerpo de conocimientos científicos preexistente, y ser
    empíricamente contrastables.

    En lo que respecta a las condiciones, las
    hipótesis no deben contradecir la concepción
    científica del mundo, tienen que ser suficientes para
    explicar todos los hechos que motivan su formulación, han
    de explicar mejor que ninguna otra preposición, los
    fenómenos y hechos a los que se refiere y han de
    controlarse orgánicamente dentro de la rama de la ciencia en
    que es formulada.

    Las hipótesis como vemos se convierten en el eje
    del método hipotético-deductivo de las corrientes
    realistas y positivistas. Sin embargo, los últimos
    cincuenta años, a partir del surgimiento de la metodología cualitativa estos preceptos son
    relativizados; priorizándose, el aspecto social, lo
    cualitativo y comprensivo.

    Para el investigador cualitativo la hipótesis no
    se convierte en una suerte de camisa de fuerza por la
    que debe manipular la realidad en la búsqueda de las
    razones que la expliquen. Surge así la polémica
    entre la cantidad y la cualidad en las Ciencias
    Sociales a lo que Dávila ha llamado "como una guerra entre
    ‘explicación causal’ y
    ‘comprensión estructural’" (Delgado y
    Gutiérrez, 1994, p. 73).

    Lo que sucede a nuestro entender, es que en las ciencias
    sociales ha habido una necesidad compulsiva "científica" y
    "objetiva" de intentar traspasar de manera directa o indirecta el
    método de investigación de las ciencias
    naturales y fácticas, en nombre de la
    explicación, es decir, en nombre de la relación
    causal entre los hechos a manera de la física por
    ejemplo.

    Para este fin, se ha utilizado la matemática
    y la estadística, que si bien son necesarias no
    pueden dar cuenta de la complejidad del hecho social,
    irreductible a la acción y reacción
    atómicas.

    En el método cuantitativo -dice Dávila
    (Ibid, p. 77)- las hipótesis iniciales y arbitrarias
    marcan el desarrollo secuencial de la investigación;
    mientras que en el cualitativo todo se encuentra determinado por
    el objetivo final
    u objetivos que
    guiarán la investigación sin constreñir a
    una hipótesis el propio análisis.

    Por lo tanto, en Ciencias Sociales no podemos hablar de
    causa-efecto como si fuéramos objetos o materia
    inanimada.

    Las funciones
    superiores del psiquismo desarrolladas gracias a la evolución del cerebro han
    permitido la interrelación con el medio natural y social,
    de tal complejidad que querer encontrar las explicaciones del
    hecho social como causa-efecto de este inmenso amasijo
    existencial sería un despropósito.

    Pero, esto no excluye la posibilidad de conocer al
    contrario el conocimiento es posible siempre y cuando se
    dé dentro de las regularidades de la comprensión
    antes que de la explicación (nos referimos a las Ciencias
    Sociales).

    Repetimos, querer aislar la causa de un fenómeno
    social en laboratorio, o
    atomizarlo a algún trabajo de
    campo en aras de la explicación, nos alejaría de la
    comprensión real y conocimiento de la realidad social. De
    ser así, ¿deberíamos utilizar
    hipótesis en los estudios sociales?

    Las hipótesis son importantes dentro de un nivel
    epifenomenológico, caracterizado por la
    desmembración del objeto de estudio. Bartaux (Fuentes, 2000
    p.208) sostiene, respecto al modelo
    explicativo defendido por el positivismo,
    que las investigaciones deben estar dadas por un espíritu
    crítico y comprensivo, más que por un
    espíritu positivo y en relación a las causas nos
    dice "no existen ‘leyes
    sociales’ como las leyes físicas, es decir eternas,
    totalmente establecidas, operando sobre cualquier elemento del
    universo.

    Nuestras ‘leyes’ son creadas y borradas por
    la historia humana, y actualmente la humanidad ha adquirido los
    medios para
    erradicarse a sí misma de la tierra.
    ¿Sucederá esto? Ninguna ley puede
    predecirlo…

    Nuestra tarea no es probar la práctica social…,
    nuestra tarea es comprender el movimiento de
    las sociedades,
    pero no explicarlo, para esto necesitaríamos leyes
    sociales"

    Por lo expuesto, es fundamental ser cautos en la
    utilización del método, pues no se trata de forzar
    a probar una verdad, sino de comprenderla, y si hemos hablado de
    las hipótesis, bien podríamos hacerlo en
    relación a la muestra y en
    sí a gran parte del modelo investigativo secuencial
    propuesto por el positivismo.

    Quizás el error esté no en el propio
    método como forma de conocimiento de la realidad, sino en
    asumir sus resultados o productos como
    elementos completos para la explicación de la dinámica social en un momento
    determinado.

    Visto de otra manera, el error está en considerar
    que el ejercicio investigativo debe atenerse a leyes, pero
    ¿podemos hablar de leyes en el ámbito social?,
    estas interrogantes van siendo elucidadas por el aporte de la
    metodología cualitativa que abre un mundo de posibilidades
    al entendimiento y ejercicio científico en las Ciencias
    Sociales.

    El
    libre albedrío en la enseñanza del sentido social de la estética y creatividad
    literarias

    El quehacer de la enseñanza literaria nos conduce
    necesariamente a la experimentación de elementos
    trascendentales en la formación humana, que, a
    través de la educación, se
    transmiten a diversos grupos
    humanos.

    En ese sentido, no podríamos realizar un
    análisis de este tema, sin abordar lo que nosotros
    entendemos por práctica literaria.

    En primer lugar, diríamos que se trata de una
    actividad humana que intenta la plasmación de la
    experiencia vital individual o colectiva matizada moldeadas por
    la sensibilidad emocional del escritor que intenta conectarse con
    la sensibilidad del lector.

    De esta manera, cual fuere el carácter del
    contenido literario (épico, lírico, ficción,
    etc.), no es sino un intento de alguien por explicar su realidad
    exterior y, en ese orden, su mundo interior.

    En segundo lugar, en un sentido amplio, es una actividad
    eminentemente informativa, más allá de que haya o
    no publicaciones de determinadas producciones literarias.
    Aquí relevamos la actividad de plasmar en un escrito las
    representaciones sociales, mágicas o espirituales del
    escritor, que con sólo haberlo hecho intenta una comunicación con su mundo exterior a partir
    de su interioridad.

    En tercer lugar, creemos que es fuente de conocimiento,
    en tanto relato o expresión de experiencias reales o
    imaginarias del escritor, que el lector recoge y que muchas veces
    le sirven para entender sus mundos interno y externo.

    Un cuarto elemento, está dado por la sensibilidad
    estética, que dirige al escritor en un ejercicio que,
    incluso, muchos llamarían espiritual.

    Puesto que el sentimiento estético, toca las
    fibras más intimas de nuestra existencia y que no es
    susceptible de medición como lo sería, por ejemplo,
    una mesa, la intensidad de luz, la anatomía,
    etc.

    Gracias al sentido estético-creativo, el nivel de
    abstracción de nuestra existencia se desarrolla
    ilimitadamente, marcando una diferencia real en la escala evolutiva.
    Esto es, la forma como algo se nos presenta, y cuya utilidad se
    innova constantemente, como constantes son los cambios sociales;
    constituyéndose en la clave para el ingreso a todo el
    contenido de la obra y así en la aplicación
    práctica de lo que se quiere.

    De esta manera coincidimos con la opinión de
    Huamán (2002), para quien este quehacer es en sí
    mismo una competencia
    literaria con forma y cuerpo propios, la misma que debe ser
    promovida en el estudiantado.

    En efecto, este planteamiento da cuenta de que se trata
    de cultivar a través de la literatura el fin de
    socialización ideal en un grupo o grupos
    humanos.

    Sin embargo, diferimos en la noción del libre
    albedrío como catalizador de la creatividad.

    Si nos ponemos a pensar en el fin último de
    cualquier quehacer humano, en este caso la literatura,
    entenderemos que es un elemento facilitador de las relaciones
    humanas, un medio que nos permite entender el mundo: real o
    imaginario, pero que, en todo caso, existe dentro o en el
    exterior de nuestro fuero personal; de otro
    lado, nos permite el desarrollo de valores.
    Sería inagotable señalar los beneficios diversos
    que nos brinda la práctica literaria; no obstante, como
    todo en el universo tiene
    elementos que potencialmente podrían contravenir esos
    fines trascendentales de la actividad humana.

    En ese sentido, el libre albedrío se
    constituiría en un elemento riesgoso del trabajo
    educacional literario. Pero antes definamos deslindemos el
    significado de este concepto, pues
    creo que es un error el considerarlo siquiera similar al concepto
    real de libertad.

    Se ha dicho que la práctica literaria permite una
    liberación del ser, sin embargo esta no puede darse en el
    libre albedrío que es colocar a las determinaciones o
    pulsiones del ser a las inquietudes de sus adentros y así
    vulnerable a los reactivos del exterior.

    Una auténtica libertad siempre nos
    dirigirá hacia el bien personal, grupal, societal.
    Teniendo en cuenta lo anterior, la exposición
    "libre" de productos literarios a educandos en formación
    (niños y
    adolescentes),
    podría contradecir el fin principal del que hablamos.
    ¡Qué distinto es formar una competencia o plasmarla
    a través del estudio y análisis de "Romeo y Julieta"
    que "No se lo digas a nadie". Quizá el argumento contra lo
    mencionado sería aquel de la limitación o
    coerción de la creatividad.

    Al respecto, podemos mencionar que las investigaciones
    llevadas desde Torrance (1975) hasta De Bono (1995) indican que
    el fenómeno creativo no aparece sólamente por la
    simple inspiración que crea un producto, sino
    que es un largo proceso que va
    de la mano con la experiencia social y que finalmente se concreta
    en un producto que deberá tener como
    características fundamentales la originalidad, la
    divergencia, pero, sobre todo, la utilidad. Podríamos
    plantearnos las siguientes preguntas:¿Hasta qué
    punto resulta útil otorgar textos literarios o promover la
    creatividad en los educandos sin un marco ordenado que responda a
    o socialmente útil y que encauce los brotes creativos
    hacia fines trascendentales de construcción de los educandos? ¿Se
    puede considerar estético lo regurgitado o pestilente de
    muchas pulsiones humanas consideradas en la actividad literaria,
    que más que hacernos trascender atentan contra nuestra
    evolución?

    En las respuestas a estas interrogantes se encuentran
    nuestras concepciones sobre la práctica y formación
    de la competencia literaria y cuestionará su funciones
    cognoscitivas, informativas, gnoseológicas,
    estéticas y hasta emocionales que lleva
    consigo.

     Bibliografía

    (1994) Delgado, J., Gutierrez, J. Métodos y
    técnicas cualitativas de
    investigación en Ciencias Sociales
    . Madrid,
    Síntesis

    (2000) Fuentes, J. Metodología
    cualitativa
    . Arequipa, Lápiz y Papel

    (2002) Barreda, O., Oviedo, E.
    Epistemología, Antología Arequipa, E.
    O.P. Editora

    Escrito en 2005 por:

    Alonso Paredes Paredes

    Psicólogo y sociólogo

    Obra Kolping del Perú

    Arequipa-Perú

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter