Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La escuela en la vida: ¿Cómo enseñar a solucionar problemas del entorno?




Enviado por alexortiz2004



    1. La filosofía del
      aprendizaje vinculado a la vida
    2. La psicología del
      aprendizaje vinculado a la vida
    3. La pedagogía del
      aprendizaje vinculado a la vida
    4. Recomendaciones prácticas
      para la integración de la escuela a la vida de los
      estudiantes
    5. ¿Cómo enseñar
      a solucionar problemas del entorno?
    6. Tareas de enseñanza y
      tareas de aprendizaje en la resolución de problemas del
      entorno
    7. Requerimientos
      metodológicos de las tareas de enseñanza y de las
      tareas de aprendizaje vinculadas a la vida
    8. Relación entre tareas de
      enseñanza y tareas de aprendizaje
      vivencial

    "Educar es depositar en cada
    hombre

    toda la obra humana que le ha
    antecedido,

    es hacer a cada hombre

    resumen del mundo
    viviente

    hasta el día en que
    vive,

    es ponerlo a nivel de su
    tiempo

    para que flote sobre
    él

    y no dejarlo debajo de su
    tiempo

    con lo que no podrá salir a
    flote;

    es preparar al hombre para la
    vida."

    JOSÉ MARTÍ
    PÉREZ

    La filosofía
    del aprendizaje vinculado a la vida:

    La filosofía de la educación propicia el
    tratamiento acerca de la educabilidad del hombre y da respuestas
    a interrogantes tan importantes como ¿qué es
    educación? y ¿por qué y para qué se
    educa?.

    Por lo tanto, resulta muy importante para evaluar la
    calidad de la educación, partir de identificar la
    naturaleza de las respuestas que los maestros y directivos le dan
    a esas interrogantes en teoría y sobre todo en la
    práctica educativa, pues estas determinan en gran medida
    el fin y los objetivos de la educación, que son la
    brújula orientadora de toda acción
    educativa.

    La educación debe ser concebida de forma que el
    estudiante desarrolle su espíritu crítico y se
    favorezca el desarrollo de su creatividad y debe lograr un
    adecuado equilibrio entre la formación científico –
    técnica y el pleno desarrollo espiritual del hombre. Debe
    ser un proceso donde se complemente la explicación y la
    comprensión del mundo social y natural.

    La educación integral exige que se encuentren los
    métodos para hacer que los estudiantes aprendan a razonar,
    a operar con conceptos de un mayor o menor grado de
    abstracción y generalización, y a su vez empleen
    más conscientemente el método científico en
    tales razonamientos.

    De ahí que, desde una proyección
    filosófica, el aprendizaje vivencial se fundamenta en la
    concepción del conocimiento científico, que se
    desarrolla por etapas relacionadas entre sí y que suceden
    una a la otra, proceso que considera la práctica como
    fuente primaria para desarrollar el pensamiento abstracto y de
    ahí volver a la práctica al aplicar y sistematizar
    el conocimiento alcanzado; es decir, que los nuevos modelos
    metodológicos deben concebir que en las aulas se haga
    ciencia y no se trabaje con marcos conceptuales totalmente
    acabados, que no son susceptibles de perfeccionarse
    teórica y metodológicamente.

    La actividad creadora y transformadora de los hombres es
    el instrumento de modificación y transformación de
    las circunstancias y el medio para cambiarse a sí mismos.
    Según sea la actividad de los individuos así son
    ellos mismos. Por lo tanto, el principal fundamento
    filosófico del aprendizaje vivencial es la
    contradicción como fuente y motor del
    desarrollo.

    La realidad del pensamiento y el mundo orgánico
    natural, social e individual se desarrollan
    dialécticamente, o sea, en su suceder constante las cosas
    se tornan en cosas nuevas; se convierten en sus "opuestos"; de
    éstos surgen otras cosas nuevas, y la
    transformación sucesiva nunca finaliza.

    La ciencia, la cultura y toda actividad humana
    comprueban la existencia de esta problemática universal
    del desarrollo. Por lo tanto, si en cada proceso general,
    particular y específico se encuentra el movimiento de los
    opuestos en su unidad, se encuentra la valoración
    dialéctica, dinámica de la contradicción
    como fuente y motor del desarrollo y la concatenación de
    los fenómenos, se puede aseverar que el pensamiento
    dialéctico es de una gran utilidad en cada uno de los
    momentos del pensamiento científico y, en particular, en
    la investigación científica.

    Resolver un problema es solucionar la
    contradicción, que manifiesta no sólo la dificultad
    que se debe superar (dinámica de lo conocido y lo
    desconocido) sino que refleja y proyecta el camino de
    solución y, con ello, la propia superación
    dialéctica del problema.

    Si el aprendizaje se desarrolla en un amplio contexto de
    contradicciones internas y externas (adaptación e
    innovación, masividad y calidad, teoría y
    práctica, individualidad y sociedad, dependencia y
    autonomía), es necesario entonces construir una
    concepción del aprendizaje capaz de penetrar en la esencia
    de los procesos educativos, desarrollar el pensamiento, el
    conocimiento y la comunicación pedagógica mediante
    la dinámica que genera las contradicciones.

    Si la realidad se desenvuelve con base en una
    dinámica dialéctica contradictoria, el proceso de
    apropiación de esa realidad no puede ser ajeno ni menos
    excluir la contradicción como principio y regularidad para
    la comprensibilidad y la apropiación del mundo.

    La
    psicología del aprendizaje vinculado a la
    vida:

    Para lograr efectividad en el aprendizaje vivencial que
    se lleva a cabo en la escuela es preciso conocer, desde el punto
    de vista psicológico, a quién va dirigida la labor
    del docente; es decir, distinguir las particularidades
    psicológicas que caracterizan la personalidad del sujeto a
    quien se enseña: el estudiante.

    Los docentes, tanto los profesores como los directivos
    académicos, deben conocer los fundamentos
    psicológicos que les permitan comprender y atender a los
    estudiantes, a partir del conocimiento de la dialéctica
    entre lo interno y lo externo en el aprendizaje, entre lo
    individual y lo social.

    El estudiante posee intereses y motivaciones, por lo que
    incrementa el nivel de comunicación con sus
    compañeros de estudio.

    La formación consciente de tales
    características determina cada vez más la actividad
    social del joven en el entorno socio – cultural donde se
    desenvuelve, por lo que la estructuración de situaciones
    problémicas de aprendizaje que ofrezcan al estudiante la
    posibilidad de emplear los conocimientos de la área en su
    actividad social se convierte en un poderoso mecanismo que
    estimula el pensamiento independiente del estudiante y despierta
    el interés por la área y por su escuela.

    En la etapa escolar el concepto "estudio" se
    amplía porque la adquisición de conocimientos
    traspasa los límites de la escuela y de los programas de
    estudio, y abarca su preparación en la vida social, en el
    entorno que lo rodea, lo que les permite una mejor
    realización de la actividad intelectual y una mayor
    capacidad de comprensión.

    Desde una proyección psicológica, el
    aprendizaje vivencial se basa en el paradigma Histórico
    Cultural desarrollado por Vigotsky, cuyas tesis incluyen
    revelaciones que de una u otra forma plantean exigencias al
    proceso de enseñanza – aprendizaje.

    La enseñanza debe estar encaminada a estimular la
    zona de desarrollo próximo en los estudiantes, lo cual
    dependerá de los conocimientos y de las acciones que sea
    capaz de lograr de manera independiente, con ayuda del profesor,
    del grupo, de la familia o de la comunidad.

    Desarrollos posteriores de este enfoque fueron la
    teoría de la actividad de Leontiev, quien
    profundizó en el origen y desarrollo de la psiquis, y
    estudió la conciencia y la estructura de la actividad; la
    teoría de formación planificada y por etapas de las
    acciones mentales y los conceptos, de Galperin; y los
    procedimientos generalizados de la actividad cognoscitiva, de
    Talízina, quienes consideraban que el aprendizaje
    tenía que partir de modelos completos en forma de
    imágenes generalizadas que son asimiladas por los
    estudiantes.

    Estos investigadores expresan que las funciones
    psíquicas superiores tienen un origen histórico
    social y que nacen de las interacciones en el proceso de
    comunicación entre las personas, por lo tanto, consideran
    el aprendizaje como un proceso de apropiación de la
    experiencia histórico social, a través del cual el
    individuo deviene personalidad, mediante la actividad y la
    comunicación que establece con sus semejantes.

    Un ejemplo que ilustra la concepción anterior
    puede ser tomado de lo realizado por el proyecto del CEPEDID
    entre 1998 y 2004 en escuelas de Barranquilla: Utilizar
    diferentes procedimientos metodológicos que permiten a
    escolares de quinto y sexto grados plantear hipótesis,
    determinar características esenciales, valorar con
    conocimiento de la esencia de lo que estudiaron, una vez que
    habían recibido la ayuda adecuada para llegar a hacerlo
    por sí solos.

    En este ejemplo, el estudiante llega a familiarizarse
    con procedimientos para aprender y se apropia de éstos, lo
    que lo prepara a su vez para buscar nuevos
    conocimientos.

    El CEPEDID ha realizado numerosos aportes
    científicos al estudiar los problemas del desarrollo
    intelectual, que ponen en manos de la Didáctica profundos
    e importantes elementos cuya correcta selección,
    integración y síntesis ofrecen los fundamentos
    psicológicos para un sustento teórico sólido
    del cambio que necesita el proceso de enseñanza –
    aprendizaje en las instituciones educacionales.

    Sabido es que la concepción que se adopte del
    desarrollo psicológico ejerce una importante influencia en
    la concepción del proceso de educación del hombre.
    Por esa razón la fundamentación psicológica
    juega un papel muy importante en el diseño de la
    educación, en el proceso de enseñanza y por lo
    tanto en su evaluación.

    Claro está esta influencia no es
    determinística, toda concepción psicológica
    para ser aplicada a la práctica educativa debe ser pasada
    rigurosamente por un "tamiz pedagógico", en
    evitación de caer en el psicologismo, mal que ha estado
    presente en no pocas prácticas pedagógicas de
    nuestra región geográfica.

    El paradigma histórico cultural tiene una esencia
    humanista. Además, es coherente con las ideas educativas
    de nuestros principales maestros de este siglo y del siglo
    pasado.

    El enfoque histórico cultural de la
    psicología pedagógica ofrece una profunda
    explicación acerca de las grandes posibilidades de la
    educabilidad del hombre, constituyéndose así en una
    teoría del desarrollo psíquico, íntimamente
    relacionada con el proceso educativo, y que se puede calificar de
    optimista y responsable.

    Este enfoque le demuestra al educador las indudables
    posibilidades que tiene de influir en la formación y
    desarrollo de las nuevas generaciones y lo persuade de lo
    determinante que resulta la acción educativa en todos los
    ámbitos en que vive.

    En esta teoría psicológica, la
    categoría principal es la apropiación por el hombre
    de la herencia cultural, elaborada por las generaciones
    precedentes, entendida ésta no como una copia o reflejo
    pasivo de la realidad, ni como la entienden los biologicistas,
    sino como las formas y recursos a través de los cuales el
    sujeto, de forma activa y en íntima relación con
    sus pares y con los adultos, hace suyos los conocimientos, las
    técnicas, las actitudes, los valores, los ideales de la
    sociedad en que vive y los mecanismos mediante los cuales se
    autodesarrolla.

    Al mismo tiempo que el sujeto se apropia de la herencia
    sociocultural, la construye, la desarrolla, la enriquece y la
    transforma y convierte su aporte, en su legado a las generaciones
    futuras.

    En esta teoría psicológica está muy
    clara la unidad entre instrucción y educación, la
    cual presupone que el proceso de apropiación se vincula
    tanto al plano cognitivo como al afectivo.

    La pedagogía
    del aprendizaje vinculado a la vida:

    En principio resulta necesario, para expresar de manera
    sintética la esencia de nuestra concepción
    pedagógica, definir un conjunto de sus principales
    categorías así como caracterizar sus
    interrelaciones fundamentales.

    Entendemos la educación como un sistema de
    influencias conscientemente organizado, dirigido y sistematizado
    sobre la base de una concepción pedagógica
    determinada, cuyo objetivo más general es la
    formación multilateral y armónica del estudiante
    para que se integre a la sociedad en que vive y contribuya a su
    desarrollo y perfeccionamiento, a partir de que el núcleo
    esencial de esa formación debe ser los valores
    morales.

    El proceso instructivo se refiere básicamente al
    sistema de información, a los conocimientos y a los
    procedimientos que los estudiantes deben alcanzar en
    función de la concepción curricular en que se
    inserten.

    La Pedagogía actual valora la necesaria
    integración de la didáctica como una sola rama de
    la pedagogía, abarcadora de los procesos instructivos y no
    respondiendo dicotómicamente la teoría de la
    enseñanza y a la teoría de la educación, o
    sea, considera que la instrucción está incluida en
    el proceso educativo y por lo tanto, no puede darse aisladamente
    del resto de las influencias que integran este
    último.

    La posición anterior no desconoce las
    especificidades metodológicas determinadas por el
    contenido y el tipo de actividades que se realicen en el proceso
    educativo.

    La categoría objetivo tiene un papel rector de
    todo el proceso educativo y por lo tanto, a partir de las
    reflexiones anteriores referidas a la relación que existe
    entre educación e instrucción, consideramos que
    carece de sentido que en la práctica educativa se utilicen
    de manera dicotómica objetivos instructivos y
    educativos.

    Por su parte la enseñanza la comprendemos como la
    dirección, organización, orientación y
    control del aprendizaje, pero que puede incluir el propio
    autoaprendizaje, como autodirección y autocontrol del
    proceso por el propio estudiante, aspectos que son cada vez
    más posibles como resultado del desarrollo de las
    técnicas educativas, y también de nuevas
    relaciones, más democráticas y cooperadoras entre
    el maestro y el estudiante.

    El aprendizaje es posiblemente la categoría
    más compleja de la pedagogía, ha sido por lo
    general monopolizada por la psicología, particularmente
    por el conductismo y el cognitivismo, las que han hecho enfocar
    aprendizaje en términos muy técnicos,
    pragmáticos, y cientificistas.

    La comprensión del aprendizaje en el contexto
    pedagógico puede expresarse como un proceso en el cual el
    estudiante, bajo la dirección directa e indirecta del
    maestro, en una situación especialmente estructurada para
    formarlo individual y socialmente, desarrolla capacidades,
    hábitos y habilidades que le permiten apropiarse de la
    cultura y de los medios para conocerla y enriquecerla.

    En el proceso de esa apropiación se van formando
    también los sentimientos, intereses, motivos de conducta,
    valores, es decir, se desarrollan simultáneamente todas
    las esferas de la personalidad.

    Al concebir la relación entre la enseñanza
    y el aprendizaje a partir del enfoque histórico cultural,
    asumimos que la educación y la enseñanza
    guían el desarrollo y a su vez toman en cuenta las
    regularidades del propio desarrollo, éste es un producto
    de la enseñanza, de la actividad y de la
    comunicación del estudiante con dicho proceso.

    Entre los rasgos que deben caracterizar el proceso de
    enseñanza aprendizaje según nuestra
    concepción pedagógica están: su
    carácter social, individual, activo, comunicativo,
    motivante, significativo, cooperativo y consciente en
    determinadas etapas evolutivas.

    Entender la educación como desarrollo implica
    reconocer que es en primer lugar un proceso de cambios y
    transformaciones cuantitativos y cualitativos que ocurren en el
    individuo, la sociedad y los grupos, los cuales constituyen
    premisa, condición y resultado de la propia
    educación, pues sin un determinado desarrollo, sin
    determinadas premisas biológicas y sociohistóricas
    no es posible el desarrollo humano pleno sin la acción
    formativa consciente, facilitadora y dirigida a lograr
    determinado tipo de desarrollo.

    La formación es un concepto que llega desde la
    filosofía, y que hoy toma mucha fuerza, algunos lo
    proponen como el concepto principal de la pedagogía,
    porque es el que define lo educativo, que radica en ser un
    proceso de humanización, de creación de un tipo de
    hombre de acuerdo a determinados ideales y fines
    sociales.

    El hombre no nace, se hace y por lo tanto hay que
    formarlo, es decir hay que dotarlo de valores y de un sentido de
    la vida. Este concepto destaca la dimensión
    axiológica de la educación.

    El desarrollo y la formación deben verse en su
    unidad: toda formación implica un desarrollo y todo
    desarrollo conduce en última instancia a una
    formación psíquica de un orden superior.

    La actitud cognoscitiva que se debe crear en los
    estudiantes y los procedimientos de pensamiento a ella asociados,
    deben ser expresión de una nueva motivación, de una
    nueva actitud hacia la apropiación de los
    conocimientos.

    Esto depende de la capacidad del docente de conformar
    alternativas metodológicas de aprendizaje que motiven al
    estudiante, lo que resulta posible con la activación de su
    aprendizaje, cuya posibilidad la ofrece la problemicidad del
    contenido de cada área del conocimiento.

    El contenido de aprendizaje reflejado en los programas
    de estudio puede elevar su actualización en
    relación con las ciencias, puede ampliarse o adecuarse,
    pero si los métodos de enseñanza no propician al
    máximo la actividad intelectual de los estudiantes para el
    aprendizaje y por ende su interés por aprender los
    contenidos por sí solos, no producen resultados
    cualitativamente superiores.

    La vinculación del contenido con la realidad de
    la sociedad constituye un rasgo distintivo de los programas de
    estudio, que exige la activación del aprendizaje de los
    estudiantes y a su vez ofrece una respuesta a la necesidad de que
    los estudiantes aprendan en relación directa con la
    realidad social, que es dinámica, profunda y
    cambiante.

    El interés por activar el aprendizaje de los
    estudiantes no es nuevo en la historia de la Pedagogía.
    Desde la antigüedad se afirmaba que la actividad intelectual
    favorecía la comprensión de la esencia de los
    procesos y fenómenos de la realidad.

    Los intentos por enseñar a pensar pueden ser
    hallados en la actividad instructiva de Sócrates (470 –
    399 a.c.), quien creía en la superioridad de la
    discusión sobre la escritura e inventó un
    método a través de preguntas denominado
    Mayéutica. Para él, hacer preguntas a los
    interlocutores con vistas a que les buscaran respuestas era el
    mejor método de discusión.

    Estos métodos también fueron utilizados
    por los sofistas (481 – 411 a.c.).

    Por otro lado, los puntos de vista empiristas del
    filósofo inglés Bacon (1561 – 1626) exigían
    la búsqueda de la verdad mediante el estudio de la
    realidad.

    Comenius (1592 – 1670) introduce ideas en contra del
    dogmatismo en la enseñanza, plantea enseñar a los
    niños a pensar con su propia inteligencia.

    También desarrolló una importante lucha en
    este sentido Rousseau (1712 – 1778), quien exigía
    métodos de enseñanza que tuvieran en cuenta las
    particularidades del estudiante y se estableciera una estrecha
    relación de la enseñanza con la vida. Su
    teoría de la educación condujo a métodos de
    enseñanza infantil más permisivos y de mayor
    orientación psicológica, defendía el
    aprendizaje a través de la experiencia más que por
    el análisis.

    A principios del siglo XIX el pedagogo sueco Pestalozzi
    (1746 – 1827) difundió ideas encaminadas a activar el
    aprendizaje de los estudiantes mediante la observación, la
    generalización y las conclusiones personales para
    desarrollar el pensamiento de éstos. Planteaba que el
    niño debía ser guiado para aprender a través
    de la práctica y la observación, y por medio de la
    utilización natural de los sentidos.

    El pedagogo alemán Diesterweg (1790 – 1866)
    decía que el mal maestro informa la verdad, mientras que
    el bueno enseña cómo encontrarla.

    Por otra parte, el gran pedagogo ruso Ushinski (1824 –
    1870) creó un sistema didáctico dirigido al
    desarrollo de las fuerzas intelectuales de los estudiantes, a fin
    de que éstos pudieran adquirir nuevos conocimientos de
    forma independiente.

    En la segunda mitad del siglo XIX el pedagogo
    inglés Armstrong introdujo en la enseñanza de la
    Química el llamado método heurístico para
    desarrollar el pensamiento de los estudiantes. De esta forma
    criticó los métodos escolásticos.

    Dewey (1859 – 1952) introdujo en Estados Unidos en 1909
    ideas acerca de cómo pensar, plantea utilizar en la
    pedagogía las conclusiones científicas de los
    psicólogos acerca de que el pensamiento es la
    solución de problemas.

    La aspiración de estimular la actividad
    cognoscitiva y en consecuencia enseñar a pensar
    está contenida en el ideario pedagógico cubano,
    enriquecido con las sabias observaciones del Padre Caballero
    (1762 – 1835), quien se manifestó en contra del dogmatismo
    y en pro de reformas en los estudios universitarios.

    El ilustre pensador Varela (1788 – 1853), sostuvo ideas
    progresistas respecto a la educación, se opuso al
    escolasticismo imperante en el ambiente filosófico de su
    tiempo, planteaba que al hombre hay que enseñarlo a pensar
    desde niño.

    En la obra del insigne pedagogo Caballero (1800 – 1862)
    existen criterios de avanzada sobre los métodos de
    enseñanza y sobre el trabajo, y a la juventud le
    pedía que no repitiera ni aprendiera de memoria.
    Desarrolló un pensamiento de marcado carácter
    empirista.

    También se observan criterios destacados en
    Varona (1849 – 1933), quien insistía en la necesidad de
    instrumentar métodos científicos en la
    enseñanza con el fin de desarrollar a los individuos,
    prepararlos para la vida y despertar en ellos los
    estímulos necesarios para impulsar el trabajo.

    El ideario pedagógico de Martí (1853 –
    1895) encierra una valiosa enseñanza para el
    perfeccionamiento de la Educación.

    Al referirse a la escuela del siglo XIX, Martí
    expresó:

    "¡De memoria!. Así rapan los intelectos
    como las cabezas. Así sofocan la persona del niño,
    en vez de facilitar el movimiento y expresión de la
    originalidad que cada criatura trae en sí; así
    producen una uniformidad repugnante y estéril y una
    especie de librea de las inteligencias."

    Consideraba que la educación debía
    responder a la época. Expresaba que educar "…es
    depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha
    antecedido, es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente,
    hasta el día en que vive; es ponerlo al nivel de su tiempo
    para que flote sobre él, y no dejarlo debajo de su tiempo,
    con lo que no podría salir a flote, es preparar al hombre
    para la vida."

    Desde una proyección pedagógica es
    necesario analizar el aprendizaje vinculado a la vida.

    Desde hace ya algún tiempo se habla de la
    necesidad de una Pedagogía que permita la
    preparación de un hombre acorde con las exigencias de la
    sociedad. Es necesario desarrollar una Pedagogía que
    estimule y haga realidad la integración entre la
    institución educativa y la sociedad.

    En la sociedad se desarrolla un proceso educativo
    empírico y espontáneo. No todos los medios de
    educación influyen de igual manera sobre los estudiantes
    incorporados a la sociedad, sino que hay conductas que
    desvían al estudiante de su objetivo esencial y de su
    adecuada conducta.

    La estructuración del proceso de educación
    en la sociedad debe ser similar a la educación en las
    actividades docentes que desarrolla el estudiante en la escuela.
    Al evaluar la efectividad de esta concepción en la
    práctica educativa, debemos ver su aplicación no de
    manera directa sino mediada por una reflexión
    pedagógica creativa y dialéctica.

    El hombre crece con el trabajo que sale de sus manos.
    Esta frase de José Martí nos indica que el
    conocimiento no solo debe explicar el mundo sino que debe
    señalar las vías para su transformación y es
    preciso hacer cada día más la vinculación de
    los contenidos con su aplicación en la práctica
    donde los estudiantes se enfrenten a problemas nuevos que los
    obliguen a pensar y crear soluciones prácticas utilizando
    los conocimientos aportados por las ciencias.

    Los contenidos del proceso pedagógico no pueden
    verse constreñidos a los marcos de las propias
    áreas y programas de estudio porque se convierten en
    aspectos abstractos, muy teóricos y desarticulados con la
    vida.

    Los materiales objeto de conocimiento escolar no
    constituyen un fin en sí mismos sino un medio para lograr
    la inserción creciente del estudiante en la sociedad como
    un participante activo y transformador y no como un receptor
    pasivo.

    Este principio responde directamente a la idea de hacer
    que la educación satisfaga las necesidades de la sociedad,
    para que marche con el dinamismo de la vida social y el avance
    científico – técnico, lo cual implica la
    vinculación de los estudiantes a la realidad de la vida,
    favoreciendo la asimilación de experiencias acerca de las
    relaciones sociales además de desarrollar sentimientos,
    valores, actitudes y normas de conducta.

    Sin resentir su carácter científico, los
    conocimientos deben relacionarse de forma constante y
    sistemática con los hechos y fenómenos de la
    naturaleza y de la sociedad, con los cuales los estudiantes se
    enfrentan cotidianamente.

    Una de las formas de manifestarse este principio es la
    vinculación escuela – comunidad a través de la
    integración a los procesos sociales y comunitarios. La
    influencia conjunta de la escuela, la familia y la comunidad
    constituyen un modo indispensable para unir el estudio con el
    trabajo y la actividad social, en función de formar las
    competencias laborales y ciudadanas de los estudiantes.

    Recomendaciones
    prácticas para la integración de la escuela a la
    vida de los estudiantes:

    • Propiciar la profesionalización de las
      diversas áreas del conocimiento vinculando los
      contenidos científicos que se trabajan con su
      aplicación en la vida, en el mundo laboral y
      productivo.
    • Partir siempre que sea posible de los ejemplos
      prácticos y de las experiencias de los
      estudiantes.
    • Ofrecer la oportunidad de aplicar los conocimientos a
      la actividad práctica aprovechando las posibilidades que
      la práctica ofrece como punto de partida, base y fin del
      conocimiento.
    • Demostrar la importancia del trabajo para la vida
      haciendo que los estudiantes participen en la solución
      de problemas socialmente útiles.
    • Realizar actividades de formación vocacional y
      orientación profesional dentro del propio proceso
      pedagógico, buscando la aparición de motivos e
      intenciones profesionales en la personalidad de los
      estudiantes.

    ¿Cómo
    enseñar a solucionar problemas del entorno?

    La resolución de problemas del entorno es una de
    las vías más utilizadas en función de lograr
    la apropiación vivencial de los conocimientos por parte de
    los estudiantes.

    La resolución de problemas comprende un conjunto
    de estrategias metodológicas mediante las cuales el
    profesor no comunica los conocimientos de forma acabada sino en
    su propia dinámica y desarrollo, plantea a los estudiantes
    situaciones problémicas de aprendizaje que les interesen y
    que los lleven a buscar vías para la solución de
    proyectos pedagógicos y tareas docentes ya sea en la
    escuela o en la propia sociedad.

    La resolución de problemas dinamiza la
    formulación de interrogantes de vida, que se estructuran
    como unidades de trabajo académico desde las que se
    convoca al estudio y a la investigación de las distintas
    disciplinas y saberes en una estrecha relación con las
    necesidades, sentires y urgencias de la vida
    cotidiana.

    Este tipo de estrategia metodológica se basa en
    la solución de las contradicciones inherentes a la
    ciencia, las cuales, una vez transformadas desde el punto de
    vista metodológico, se llevan al aula en la
    organización del área.

    Se basa en la preparación del estudiante en el
    proceso de enseñanza aprendizaje, pero desde el campo de
    actuación futura, es decir, el proceso de
    apropiación de los conocimientos por parte de los
    estudiantes se realiza desde la vida y la sociedad, lo cual
    potencia en mayor medida el aprendizaje vivencial.

    La utilización de problemas del entorno en el
    aula de clases implica asumir el saber en su contexto
    científico.

    Los profesores desempeñan un papel fundamental,
    son los encargados de dirigir el proceso de aprendizaje de los
    estudiantes y es necesario que vinculen los contenidos con la
    realidad de la sociedad.

    La resolución de problemas del entorno se
    estructura mediante la integración de la actividad
    reproductiva, productiva y creativa del estudiante, quien debe
    sentir que necesita los conocimientos, no sólo que el
    profesor se lo diga, sino que él descubra que debe ampliar
    sus conocimientos, ya que no posee recursos para solucionar
    determinado problema que ha descubierto o se le ha
    planteado.

    En el proceso de enseñanza – aprendizaje los
    estudiantes, guiados por el docente, afrontan la solución
    de problemas nuevos para ellos, a causa de lo cual aprenden a
    adquirir conocimientos de manera independiente, a emplear dichos
    conocimientos y a dominar la experiencia de la actividad
    creativa.

    La resolución de problemas es una técnica
    de enseñanza aplicable en cualquier área. Uno de
    los fines básicos de la docencia es brindar las
    condiciones adecuadas para que los estudiantes logren
    aprendizajes significativos.

    Al respecto, los métodos y las técnicas
    didácticas son importantes, pero deben ser seleccionados
    en forma racional y crítica, esto es, debemos saber
    qué aprendizajes queremos lograr, con qué
    posibilidades del estudiante contamos (conocimientos,
    habilidades, afectividad, actitudes), con qué instrumentos
    materiales contamos, por qué escogemos tal o cual
    técnica y qué podemos esperar de ella.

    También es importante establecer una
    relación entre el método y los conceptos de
    aprendizaje, de conocimiento, de ciencia y, en última
    instancia, con la concepción del mundo y del hombre que
    sostenemos.

    ¿Es posible enseñar a pensar?. Pensamiento
    no es simplemente recuerdo, imaginación, creencia,
    intuición, opinión, aún cuando pensar
    implique recurrir a todas esas operaciones. El pensamiento
    incluye muchos aspectos, como el pensamiento reflexivo
    (consideración activa, persistente y cuidadosa de una
    creencia a partir de los fundamentos que la sustentan y de las
    posteriores conclusiones hacia la cual tienden), el pensamiento
    creador (producción de algo nuevo, único,
    original), el pensamiento crítico (un pensamiento
    reflexivo que cuestiona argumentos en base a ciertos
    fundamentos), y aún el pensamiento científico (un
    pensamiento creador, riguroso y metódico).

    Cuando nos preguntamos si se puede enseñar a
    pensar, a primera vista respondemos que no: muchos docentes creen
    que pensar es algo tan natural como respirar y digerir, que
    cualquiera piensa y que por tanto es innecesario aprender a
    hacerlo.

    Es verdad que la capacidad de pensar es natural, pero
    esa capacidad puede desarrollarse mediante su
    aprendizaje.

    También debemos preguntarnos si vale o no la pena
    tratar de mejorar el pensamiento, y la respuesta es sí,
    habida cuenta de los evidentes beneficios que trajo para la
    humanidad el pensamiento reflexivo, por ejemplo, a partir de los
    resultados de la ciencia.

    La tarea docente integradora como ayuda
    didáctica en el proceso de solución de problemas
    del entorno

    Se asume el criterio de Álvarez, quien plantea
    que la tarea es la célula básica del proceso
    "…porque en ella se presentan todos los componentes y leyes
    del proceso y, además, cumple la condición de que
    no se puede descomponer en subsistemas de orden menor, ya que al
    hacerlo, se pierde su esencia: la naturaleza social en la
    formación de las nuevas generaciones que subyace en las
    leyes de la Pedagogía."

    La tarea docente se puede desmembrar en los componentes,
    pero ello son sólo partes del objeto y no él en si
    mismo.

    Por ejemplo: En la tarea docente está presente un
    objetivo, condicionado por el nivel de los estudiantes, incluso
    de cada estudiante, por sus motivaciones e intereses, por la
    satisfacción o autorrealización de cada uno de
    ellos en la ejecución de la tarea.

    En cada tarea docente hay un conocimiento a asimilar,
    una habilidad a desarrollar, un valor a formar. El método,
    en la tarea, es el modo en que cada estudiante lleva a cabo la
    acción para apropiarse del contenido.

    Por medio de la evaluación se comprueba si
    ejecutó correctamente la tarea, que se puede calificar o
    no.

    En la tarea docente el proceso de aprendizaje se
    individualiza, se personifica. En la tarea, el centro, el sujeto
    fundamental del proceso, es cada estudiante y a ejecutarla se
    presta, en correspondencia con sus necesidades y
    motivaciones.

    La ejecución de una tarea no garantiza el dominio
    por el estudiante de una nueva habilidad; el sistema de tareas
    sí. El objetivo se alcanza mediante el cumplimiento del
    sistema de tareas.

    En la tarea docente está presente la
    contradicción fundamental del proceso: entre el objetivo y
    el método.

    En la tarea docente, por su carácter elemental,
    se individualiza el objetivo, es decir, cada estudiante puede
    escoger tareas distintas para acercarse a un mismo
    objetivo.

    La explicación por el profesor de un concepto y
    su correspondiente comprensión por el estudiante, la
    realización de un ejercicio o de un problema por
    éste, son ejemplos de tareas docentes.

    En consecuencia, el proceso de aprendizaje es una serie
    sucesiva de tareas docentes. La clase, la unidad, el área
    del conocimiento, son estructuras, sistemas más complejos
    conformados por tareas docentes.

    La ejecución continua de tareas irá
    instruyendo, desarrollando y educando al estudiante. El
    método, como estructura del proceso, es el orden, la
    organización de las tareas. La sucesión
    sistémica de tareas, es el proceso; su orden, el
    método.

    En la tarea está presente no sólo el
    objetivo del conjunto de tareas, sino las condiciones y, aunque
    el elemento rector sigue siendo el objetivo, las condiciones
    pueden llegar a excluir la tarea y plantearse otra tarea para
    alcanzar el fin que se aspira.

    Así, por ejemplo, un estudiante, con el
    ánimo de dominar una habilidad, aprecia que el problema
    que escogió para resolver es muy complejo y selecciona
    otro más sencillo, cuya solución le posibilita
    regresar y resolver el inicial, ahora mejor preparado. Por esa
    razón dijimos que en la tarea el objetivo se
    personifica.

    La habilidad a formar es la misma en cada tarea docente.
    No es que una tarea docente forme una operación y otra
    tarea una segunda operación y que el conjunto de tareas
    integre las operaciones, sino que la habilidad, el todo o
    conjunto de operaciones se aplica en reiteradas ocasiones en una
    serie sucesiva de tareas cada vez más compleja, pero cuya
    esencia, su lógica de solución, es la
    misma.

    También hay que destacar que mediante el
    cumplimiento de las tareas docentes el estudiante se instruye,
    desarrolla y educa. La ejecución exitosa de la tarea
    contribuye de inmediato a la instrucción pero, en
    proyección, al desarrollo y a la educación, no de
    una manera lineal, sino a través de una compleja red de
    tareas docentes en la que en un momento determinado lo
    fundamental puede ser lo instructivo y en otro lo desarrollador o
    lo educativo.

    Es necesario organizar el proceso de apropiación
    de los conocimientos de manera tal que el aprendizaje de los
    estudiantes sea un proceso ilimitado de planteamiento y
    solución de nuevos problemas y tareas. La tarea no puede
    verse como un trabajo aislado que se le propone al estudiante,
    sino como un sistema en función de solucionar el
    problema.

    En este sentido, la tarea debe ser:

    • Variada:

    Deben desarrollarse actividades con diferentes niveles
    de exigencia que conduzcan a la aplicación del
    conocimiento en situaciones conocidas y no conocidas, que
    promuevan el esfuerzo intelectual del estudiante y lo conduzcan
    hacia etapas superiores de desarrollo.

    El carácter variado se refiere a las propias
    exigencias en la planificación de la tarea, es decir, que
    se manifiesten los diferentes niveles de complejidad, y aumentar
    siempre el grado de dificultad, de manera tal que el estudiante
    haga un mayor esfuerzo intelectual en función de estimular
    su desarrollo y tenga una mejor apropiación y una
    utilización más productiva del
    conocimiento.

    • Suficiente:

    La propia actividad, dosificada, debe incluir la
    repetición de un mismo tipo de acción, en
    diferentes situaciones teóricas o prácticas. Las
    acciones a repetir deben promover el desarrollo de las
    habilidades intelectuales, la apropiación del contenido de
    aprendizaje y la formación de hábitos.

    El carácter suficiente está determinado
    por el grado en que se asegura la ejercitación necesaria
    del estudiante para la formación del concepto, para la
    aplicación de los conocimientos obtenidos a nuevas
    situaciones o para la adquisición de la
    habilidad.

    • Diferenciada:

    Deben promoverse actividades que den respuesta a las
    necesidades individuales de los estudiantes, según los
    diferentes grados de desarrollo y la preparación
    alcanzada. El carácter diferenciado requiere que el
    docente conciba la tarea en función de las diferencias
    individuales de los estudiantes, sus intereses, motivos y
    potencialidades. De ahí que el profesor tenga que
    planificar tareas específicas para algunos estudiantes, en
    dependencia de su nivel de preparación para enfrentarse a
    tareas más o menos complejas.

    Tareas de
    enseñanza y tareas de aprendizaje en la resolución
    de problemas del entorno:

    Las tareas de enseñanza son
    aquellas desarrolladas por los docentes con el objetivo de
    dirigir, de manera óptima, el proceso autónomo y
    consciente de construcción de conocimientos, habilidades y
    valores por parte de los estudiantes, en cuyo orden y
    organización se evidencia el método empleado por
    éstos para estructurar el proceso.

    La actuación metodológica de los docentes,
    que se materializa al desarrollar estas tareas, se
    instrumentará a través de procedimientos,
    técnicas y recursos didácticos, que se estructuran
    en función de los medios materiales y del repertorio
    cognitivo – instrumental de que disponga.

    Las tareas de enseñanza devienen particiones que
    se realizan a la actuación que, en general, realiza el
    profesor para dirigir el proceso de aprendizaje, tomando como
    indicador fundamental, el cumplimiento de objetivos parciales
    dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje que se
    desarrolla específicamente en la clase.

    Ello presupone que al analizar el sistema de tareas
    empleadas, no deben aparecer discontinuidades en dicha
    actuación y que globalmente este sistema apunte al
    cumplimiento de un objetivo, que a su vez, integre los que
    orientaron a cada una de las tareas por separado.

    Su carácter elemental dentro del proceso de
    dirección del aprendizaje está dado, además,
    en que las acciones que permiten desarrollarlas cumplen la
    condición de ser las necesarias y suficientes para lograr
    el objetivo parcial que la orienta.

    La finalidad de las tareas de enseñanza es
    dirigir el aprendizaje de los estudiantes para que su
    actuación en el contexto comunitario esté en
    correspondencia con las exigencias de la sociedad, por lo que
    deben estar dirigidas a promover su actuación en el
    contexto educativo, a un nivel productivo o creativo.

    De ahí que estén relacionadas con la
    formación de conceptos o con la actualización y
    sistematización de conocimientos y habilidades de modo
    general.

    Como parte de las tareas de enseñanza que
    desarrollan los docentes, está el diseño,
    adecuación, contextualización o, simplemente, la
    utilización de las ya existentes, de actividades
    destinadas a promover la construcción autónoma y
    consciente del sistema cognitivo – instrumental de cada
    estudiante, las que se conceptualizarán como tareas de
    aprendizaje.

    Las tareas de aprendizaje son aquellas que
    promueven en los estudiantes una actuación encaminada a
    construir autónoma y conscientemente, un repertorio
    cognitivo – instrumental que le permita desempeñarse
    eficientemente en determinados contextos.

    Para dirigir la actuación de los estudiantes
    hacia la formación de conceptos, tanto por vía
    inductiva como deductiva, es frecuente la utilización de
    preguntas, que estructuradas atendiendo a los procesos del
    pensamiento y a la lógica de la ciencia, los guíen
    hacia tal objetivo. Dichas preguntas devienen
    instrumentación de los procedimientos que utiliza el
    profesor en la formación de conceptos.

    Lo anterior justifica que estas preguntas clasifiquen
    como tarea de aprendizaje, propias de esta etapa primaria en la
    construcción de conocimientos y habilidades.

    O sea, aquellas preguntas que con carácter de
    necesidad y suficiencia utiliza el profesor para encauzar la
    formación de un concepto, devienen tarea de
    aprendizaje.

    Esta construcción se complementa con la
    aplicación de éstos a la solución de
    problemas, como mejor criterio de que se poseen.

    Ello hace que sea tradicional la sistematización
    de éstos, a través de la resolución, tanto
    de ejercicios, como de problemas. Ejercicios y problemas
    completan la clasificación hecha de tareas de
    enseñanza.

    Ahora, ¿qué elementos distinguen los
    ejercicios de los problemas?

    A grandes rasgos puede decirse, que tal
    distinción está dada por la subdivisión del
    nivel aplicativo, en reproductivo y productivo. Durante la
    resolución de ejercicios, prima la reproducción de
    los conocimientos y habilidades, durante la resolución de
    problemas, su aplicación.

    Un análisis más profundo de esta
    distinción se realizará tomando como indicador
    fundamental el proceso de resolución: Al resolver un
    determinado problema se recurre a operaciones ya pre – existentes
    y a conocimientos que rebasan el marco de los términos que
    proporciona el problema en cuestión, mas lo que en este
    sentido se hace tiene siempre su razón de ser en el
    análisis del problema que se trate.

    En el proceso del pensar, esos factores externos de que
    se hecha mano se unen con los términos del problema, o
    sea, siendo consecuentes con los presupuestos psicológicos
    asumidos, el proceso de resolución de problemas presupone
    tanto la aplicación del patrimonio instrumental de cada
    estudiante como la actualización del mismo.

    Presupone además, actualización de
    conocimientos, ya que esta implica el análisis tanto del
    problema como de los conocimientos que pueden ser tomados en
    consideración, presupone el acto sintético de
    relacionar el problema y los conocimientos, y el análisis
    tanto de los términos del problema como de los
    conocimientos que se usan para la solución del
    mismo.

    La exigencia de los problemas no está relacionada
    sólo con la esfera cognitivo – instrumental, como se ha
    hecho explícito. El proceso de resolución de
    problemas exige, además, direccionalidad en la
    actuación de los estudiantes: precisión de
    objetivos, propósitos firmes y motivaciones relacionadas
    con los contenidos de los mismos.

    La diferencia esencial que puede establecerse entre
    ejercicios y problemas radica, precisamente, en que los primeros
    no exigen actualización del patrimonio cognitivo –
    instrumental del sujeto que se implica en su solución, ni
    precisa de un alto nivel de direccionalidad en la
    actuación.

    Su objetivo fundamental es la sistematización del
    sistema de acciones y operaciones necesarias para la
    ejecución de una determinada acción, y así
    llevar la operación hasta el nivel de
    habilidad.

    El análisis de los indicadores tomados para
    clasificar la tarea de aprendizaje de carácter aplicativo,
    en ejercicio o problema, evidencia que la misma resulta relativa,
    ya que tal distinción no sólo depende de sus
    características propias, sino del sistema cognitivo –
    instrumental que posee quien la enfrenta.

    Una tarea es meramente repetitiva (ejercicio) o novedosa
    (problema) en función no sólo de sus propias
    características sino de los conocimientos de la persona
    que se enfrenta a ella.

    El proceso de solución de problemas exige de la
    integración entre teoría y práctica, por lo
    cual, para que las tareas de aprendizaje preparen a los
    estudiantes para ello, éstas deben propiciar, tanto una
    actuación encaminada a obtener el producto material como
    resultado del cambio de aquellos objetos externos sobre los que
    se actúa (tareas de aprendizaje prácticas); como a
    obtener los conocimientos, no como resultado de haber variado los
    propios objetos, sino de su modelación por el sujeto, y de
    extraer de ellos la información nueva (tareas de
    aprendizaje teóricas).

    A pesar de la distinción realizada, la tarea (sea
    de enseñanza o de aprendizaje), sigue
    considerándose como célula del proceso, ahora con
    la particularidad, que las primeras lo son del proceso de
    dirección del aprendizaje y las segundas, de aprendizaje
    como tal. Aunque como se argumentará posteriormente,
    existen como unidad y lucha de contrarios, en su relación
    dialéctica.

    En la tarea de aprendizaje está presente un
    objetivo, el que se traza cada estudiante una vez que ésta
    se le presenta, mediado por sus motivaciones e intereses, por la
    satisfacción o autorregulación de cada uno de ellos
    en la ejecución de la tarea.

    Hay un sistema cognitivo – instrumental a construir,
    bien a través de aquellas destinadas a la formación
    de conceptos, o a la sistematización de conocimientos y
    habilidades construidos a un nivel primario.

    El modo en que cada estudiante ejecuta las acciones que
    conducen a la solución de la tarea, evidencia el
    método seguido por éste. Este método, en un
    inicio, puede imitar al del profesor, pero a medida que el
    estudiante construye su sistema cognitivo – instrumental, lo
    puede utilizar con independencia y versatilidad en la
    solución de nuevos problemas.

    La enseñanza, como proceso de dirección
    del aprendizaje, que está integrada por tareas que
    desarrollan los docentes (tareas de enseñanza), es guiada
    por un objetivo, de aquí que en éstas esté
    presente un objetivo, derivado del primero.

    Hay también un sistema de conocimientos y
    habilidades, del que en gran medida, depende la efectividad con
    que se dirija el aprendizaje, y que, unido a las motivaciones,
    intereses, nivel de satisfacción con la labor que realiza,
    configura el estilo pedagógico del docente.

    El método se manifiesta en las acciones a
    través de las que el docente ejecuta su actuación,
    el que se instrumenta a partir de procedimientos, técnicas
    y recursos didácticos.

    Requerimientos
    metodológicos de las tareas de enseñanza y de las
    tareas de aprendizaje vinculadas a la vida:

    Para hacer que las tareas de aprendizaje se planteen
    como problemas en vez de ejercicios y para que tiendan a promover
    una actuación que modele la de los estudiantes en su
    contexto de actuación, integrando teoría y
    práctica, se ofrecen a continuación varios
    criterios, resultado de la sistematización teórica
    realizada con la literatura científica que se
    consideró pertinente:

    • Plantear tareas abiertas, que admitan varias
      vías posibles de solución o incluso varias
      soluciones posibles, potenciando la emisión de
      hipótesis y la adopción de sus propias decisiones
      sobre el proceso de resolución.
    • Modificar el formato o definición de los
      problemas, evitando que el estudiante identifique una forma de
      presentación con un tipo de problema.
    • Plantear las tareas, no con un formato
      académico, sino ubicadas en sus futuros contextos de
      actuación, en la vida y la sociedad, con lo cual deben
      adquirir significado para los estudiantes.
    • Que su proceso de resolución exija la
      integración coherente de teoría y
      práctica, evitando que las tareas prácticas
      aparezcan como ilustración, demostración o
      ejemplificación de unos contenidos previamente
      presentados a los estudiantes.
    • Que exijan la utilización de métodos,
      procedimientos y un sistema cognitivo – instrumental
      característico de los hombres de su futuro contexto de
      actuación; así como de medios técnicos
      (materiales, instrumentos, dispositivos), propios de ese
      contexto.
    • Por su parte, las tareas de enseñanza que
      deben desarrollar los docentes para dirigir un proceso de
      aprendizaje autónomo, consciente y vivencial se
      caracterizarán por:
    • Encauzar la formulación de conceptos, a
      través del correspondiente sistema de
      preguntas.
    • Promover la emisión de hipótesis por
      parte de los estudiantes acerca de las posibles vías de
      solución de la tarea planteada.
    • Encauzar la construcción de conocimientos y
      habilidades, que permitan el empleo de métodos,
      procedimientos y medios característicos del futuro
      contexto comunitario del estudiante.
    • Fomentar la cooperación entre los estudiantes
      en la realización de la tarea, así como
      incentivar la discusión y los puntos de vista
      diversos.
    • Proporcionar a los estudiantes la información
      que precisen durante el proceso de solución, realizando
      una labor de apoyo, dirigida más a hacer preguntas y
      fomentar en los estudiantes el hábito de preguntarse,
      que a dar respuestas a sus preguntas.
    • Posibilitar la autorregulación de los
      estudiantes durante el proceso de solución de la tarea,
      haciéndolos conscientes de los conocimientos y
      habilidades que poseen.
    • Valorar la reflexión y profundidad de las
      soluciones alcanzadas por los estudiantes y no sólo la
      rapidez con que son obtenidas.

    Relación entre
    tareas de enseñanza y tareas de aprendizaje
    vivencial:

    El proceso pedagógico en general y el de
    enseñanza – aprendizaje en particular, pueden ser vistos
    como una serie sucesiva de tareas docentes, lo cual justifica la
    distinción hecha entre las tareas que desarrollan
    profesores y estudiantes (tareas de enseñanza y tareas de
    aprendizaje, respectivamente), en su relación
    dialéctica.

    El proceso de enseñanza – aprendizaje presupone
    una complementación entre tareas de enseñanza y de
    aprendizaje. Desde el punto de vista temporal, éstas
    pueden desarrollarse simultáneamente o no.

    Durante el proceso de formación de conceptos, por
    ejemplo, es frecuente que el profesor, por vía inductiva o
    deductiva, guíe los procesos del pensamiento de los
    estudiantes a través de preguntas que realiza y que, en
    este caso, estructuran la tarea de enseñanza que
    desarrolla.

    Pero, simultáneamente, los estudiantes responden
    a estas preguntas y van construyendo teóricamente los
    conocimientos.

    Algo similar ocurre cuando se planifica la
    realización de actividades experimentales abiertas, para
    las cuales se debe promover una actuación de los
    estudiantes encaminada a la emisión de hipótesis,
    análisis de los medios con que cuenta para actuar y la
    conformación de las acciones que le permitirán
    resolver el problema experimental planteado.

    En tal sentido, el profesor debe diseñar
    problemas y preguntas, que guíen la actuación de
    los estudiantes, que es el resultado de su implicación en
    la realización de una tarea de aprendizaje, mientras que a
    la actuación del profesor concierne la ejecución de
    tareas de enseñanza.

    Cuando se trata de promover en los estudiantes, durante
    un determinado período de la clase, una actuación
    que transcurra en un nivel de familiarización,
    comprensión o reproducción, prima en el mismo el
    desarrollo de tareas de enseñanza
    exclusivamente.

    Durante la sistematización de conocimientos y
    habilidades, con la resolución de ejercicios y/o
    problemas, predomina la actuación independiente de los
    estudiantes, por lo que las tareas que se desarrollan son,
    básicamente, tareas de aprendizaje.

     

     

    Autor:

    Alexander Luis Ortiz Ocaña

    CENTRO DE ESTUDIOS

    PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS

    CEPEDID

    BARRANQUILLA

    2005

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter