Monografias.com > Educación
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Evaluación Formativa: ¿Evaluar al sujeto o el proceso?




Enviado por alexortiz2004



    1. Frases más comunes en
      el plano de la evaluación
    2. Relación entre
      control, evaluación, medición y
      comprobación
    3. Elementos que intervienen en
      la evaluación
    4. Reconceptualización
      de la evaluación
    5. Finalidades de la
      evaluación
    6. Funciones de la
      evaluación
    7. Cualidades de los instrumentos
      de evaluación
    8. Formas fundamentales de
      evaluación
    9. Hacia un modelo evaluativo
      integral
    10. Algunas exigencias de la
      evaluación
    11. Metodología de la
      evaluación integral
    12. La actividad de los alumnos
      en el proceso de evaluación
    13. Secuencia de acciones para
      enseñar a los alumnos a autoevaluarse en la actividad
      de trabajo independiente

    FRASES MÁS COMUNES EN EL PLANO DE LA
    EVALUACIÓN

    (Dra. Rita Marina Alvarez de
    Zayas):

    • A mi nadie me saca el máximo, el excelente
      es para mí.
    • Hizo bien el examen, pero corno conversa mucho
      tengo que darle una lección.
    • Tienen derecho a matricularse, aunque es seguro que
      no pasan de primer año.
    • Piensen lo que ustedes quieran, pero en el examen
      se ajustan a mis criterios.
    • Para el examen estudien por el
      cuestionario.
    • Este es el grupo bueno, siempre sale con buenas
      notas.
    • Ya tienen los logros, pueden prepararse para el
      examen.
    • Ese profesor es un odioso, desaprueba a casi
      todos.
    • Yo le copio las preguntas de clase, porque esas son
      las que pone en el examen.
    • Busquemos los cuestionarios de años
      anteriores.
    • Yo solo voy a clases cuando el profesor consolida
      para los exámenes.
    • Si no fuera obligatorio, no
      evaluaría.
    • Sólo me interesa sacar los exámenes
      para salir de la escuela.
    • Este alumno es insuficiente.
    • Este alumno es excelente.
    • ¿Cómo fulano salió bien, si
      copió de mí y yo desaprobé?
    • Lo que me da pena, es que mis padres sepan mis
      notas.
    • A mi ningún compañero tiene que
      evaluarme.
    • Yo no tengo que dar explicaciones de cómo
      califiqué.
    • Yo prefiero los controles escritos, pues los orales
      me ponen nervioso.
    • Esa escuela es buena, pues los alumnos alcanzan
      altas notas.
    • Los alumnos no deben participar de los
      análisis de evaluación.
    • Si es egresado de esa escuela, es
      bueno.
    • No quiero recién graduados en mi empresa,
      pues no saben hacer nada.
    • Pongan los libros debajo del pupitre, que vamos a
      comenzar la prueba.
    • Te quedas estudiando el domingo, porque
      desaprobaste matemáticas.
    • Mi hijo es excelente, siempre saca las mejores
      calificaciones.
    • Terminé la carrera, pero tengo miedo de
      empezar a trabajar.
    • No quisiera acordarme de los períodos de
      exámenes.
    • No me gustan las pruebas objetivas, pero no tengo
      tiempo para calificar preguntas abiertas.

    Muchos hemos sido testigos de frases como estas que nos
    invitan a la reflexión. Lo primero que se destaca es, tal
    vez, que la evaluación no es privativa del ámbito
    escolar. Opinan los alumnos y los docentes, pero también
    los padres de familia, los profesionales en ejercicio, en fin la
    comunidad.

    De las frases anteriores se desprende que los alumnos
    han mitificado la evaluación: por ellas cualifican a los
    profesores, jerarquizan las asignaturas, y sólo perciben
    el proceso de aprendizaje en los factores que lo remiten a la
    evaluación: logros a evaluar, contenidos a evaluar,
    consolidación para la evaluación.

    Los profesores comprenden la evaluación de manera
    divergente: no le dan crédito o la sobrestiman, creen en
    la evaluación '"objetiva" o en la cualitativa, posiciones
    en las que evidencian su adscripción a modelos
    pedagógicos diferentes. También se expresa la
    actitud contradictoria de creer en un modelo evaluativo y aplicar
    otro, debido a las condiciones organizativas, administrativas o
    legislativas que lo someten; actitud que enajena al docente y lo
    hace "esclavo"' de la evaluación y del
    magisterio.

    Se palpa en esas frases el abuso de poder, el
    autoritarismo que emana del acto evaluativo, de cuyas
    manifestaciones la subjetividad es reina, para prejuiciar al
    alumno, o al grupo; para imponer criterios, para ejercer
    coacción, intimidar, ofender, encasillar
    clasificatoriamente a los alumnos.

    Para esas posturas discriminatorias del docente, la
    evaluación tradicional resulta un instrumento
    idóneo y de aquellas frases se desprende la
    consideración superficial, estrecha y errónea de
    identificar la calificación con la evaluación, y
    esta con el examen final. Se observa, de forma generalizada, el
    concepto de evaluación de resultado, de examen final y de
    calificación cuantitativa; mientras que ella no forma
    parte del proceso de enseñar, o en este impera el
    espíritu amenazante del examen.

    La prueba evalúa lo que no se ha enseñado
    y este sentido de la evaluación, como bumerang, redunda en
    un estatismo en la educación. El maestro se hace
    cómplice de dar a su asignatura y a su persona una imagen
    refleja de la evaluación: "el es muy exigente y su
    asignatura es la más difícil, porque tiene muchos
    desaprobados"; o "es muy buena gente, porque sus alumnos
    aprueban".

    No se escapa la familia de este análisis. Algunas
    de las frases anteriores han sido expresadas por padres de
    escolares, quienes bajo la mística de la
    evaluación, y envueltos en el manto de la cultura
    tradicional, utilizan la evaluación, y más
    específicamente las notas que se les otorgan a sus hijos,
    como el factor que rige las relaciones padre – hijo:
    estímulos, premios, castigos, y prácticamente es el
    único elemento que vincula a los padres con el centro
    escolar.

    Algunas de las frases anotadas nos permiten adelantar el
    comentario de que la evaluación educativa es
    también de dominio de la sociedad. La comunidad suele
    tener una representación de los centros escolares de
    acuerdo con las calificaciones de los exámenes y se basa
    en esos mismos criterios para hacer reconocimiento de sus
    egresados. Las características sociales y tradiciones
    culturales devienen condicionantes de los paradigmas educativos.
    Así, la falta de cultura de la crítica y la
    autocrítica, la fuerza de la competitividad y el
    individualismo son factores de la dimensión
    ideológica que determinan la dificultad de utilizar
    evaluación cualitativa, participativa y
    formativa.

    Haciendo una generalización podríamos
    decir que cada sujeto percibe la evaluación de forma
    particular:

    Los alumnos perciben la
    evaluación:

    • Como veredicto que concluye si es bueno o malo, si
      obtiene premio o castigo.
    • Como algo externo a él, relativo al profesor
      o al centro escolar.
    • Como algo que da las cualidades del profesor o de
      la asignatura.
    • Como una preocupación permanente, algo que
      pesa sobre ellos irremediablemente.
    • Como agente que provoca sentimientos de miedo, o
      esperanza, inseguridad, felicidad.

    Los profesores perciben la
    evaluación:

    • Como factor base de su autoridad.
    • Como instrumento desvinculado de su labor
      diaria.
    • Como vía de identificación y
      clasificación de sus alumnos.
    • Como elemento que le reporta el trabajo más
      arduo.
    • Como eje del proceso educativo.

    Los padres perciben la
    evaluación:

    • Como factor de esperanza de que a través de
      ella se haga justicia.
    • Como el principal factor de las relaciones con los
      profesores y el centro escolar.
    • Como cauce de comunicación con los
      hijos.
    • Como fuerza motriz, de estimulación: castigo,
      premio, a sus hijos.

    RELACIÓN
    ENTRE CONTROL, EVALUACIÓN, MEDICIÓN Y
    COMPROBACIÓN:

    Ante todo debemos decir que existen diversos criterios
    en relación a estos términos, que a veces se
    utilizan indiscriminadamente o se identifican. El término
    control se utiliza en cibernética enlazado al principio de
    la retroalimentación; por extensión se introdujo en
    la pedagogía cuando se analiza la enseñanza como un
    proceso de dirección del desarrollo de la personalidad de
    los escolares.

    El control acompaña a todo tipo de trabajo
    docente. La esencia del control en la enseñanza radica en
    la necesidad de ayuda a los estudiantes. En el proceso de
    control se produce una constante comparación
    de lo planificado con su cumplimiento, por tal motivo no siempre
    tiene que estar relacionado con la expresión de una
    valoración, sino que simplemente se puede manifestar
    mediante los consejos que el profesor ofrece a los alumnos, en el
    señalamiento de errores, en las proposiciones de revisar
    el trabajo realizado, etcétera.

    De acuerdo con esto, el control podemos entenderlo como
    la categoría más general derivada de la
    función de dirección de la actividad cognoscitiva
    de los alumnos, el cual exige la utilización del resto de
    las categorías, o sea, la evaluación,
    medición y comprobación.

    Los términos evaluación y medición
    conviene analizarlos conjuntamente, debido a la relación
    que existe entre ellos.

    Partamos de un ejemplo: María y Dora están
    aprendiendo Mecanografía. En una sesión de
    ejercitación, María ha podido escribir cuatro
    cuartillas en dos horas y está muy contenta. Dora solo ha
    escrito dos cuartillas en ese mismo tiempo. Su estado de
    ánimo no es el mismo.

    Para entender el porqué de ambas reacciones es
    necesario conocer el significado de las cifras señaladas.
    ¿Qué advirtió María que estaba tan
    contenta? Ella se acercó bastante a la norma establecida:
    seis cuartillas en dos horas. En cuanto a Dora, lamentablemente,
    estaba muy por debajo de la misma norma.

    En el ejemplo citado hay dos cuestiones: una de ellas
    son los datos que tenemos en relación con la
    situación planteada: María mecanografió
    cuatro cuartillas en dos horas y Dora dos. Por otra parte, Maria
    y Dora han efectuado una evaluación de las mediciones
    observadas, le han asignado un valor en relación con un
    patrón existente (norma) que le ha indicado cuántas
    cuartillas debieron haber mecanografiado para considerarse con un
    rendimiento promedio.

    De la situación anterior podemos hacer la
    siguiente conclusión: la evaluación
    es la interpretación de la medida que nos lleva a expresar
    un juicio de valor, mientras que medir no es evaluar, la
    medición nos proporciona datos en
    relación con una serie de planteamientos en un momento
    dado.

    Los datos que proporcionan las mediciones no solo pueden
    ser cuantitativos, como en el ejemplo expresado anteriormente,
    también pueden ser producto de descripciones
    cualitativas.

    Cuando un profesor, observando el registro de control de
    asistencia de un alumno plantea que tiene buena asistencia porque
    nunca falta o que determinado alumno tiene un alto sentido de
    cooperación porque en reiteradas ocasiones presta ayuda a
    sus compañeros.

    En todos los casos se interpretan los hechos en
    relación con un patrón, por eso es que podemos
    plantear que las mediciones sometidas a una interpretación
    y expresadas en un juicio de valor, constituyen aspectos de la
    evaluación.

    Otros elementos inherentes al término
    evaluación lo constituyen el contenido multilateral, o sea
    la consideración de todos los tipos de actividad de los
    alumnos en el proceso de enseñanza, así como el
    carácter sistemático y procesal de este.

    Esta consideración origina dos principios sobre
    cuya base se debe elaborar toda evaluación: el principio
    de la sistematización de la evaluación, cuya
    esencia está en que toda evaluación de los
    conocimientos y habilidades debe efectuarse regularmente a
    través de las distintas formas de organización del
    proceso de enseñanza; y el principio del carácter
    objetivo de la evaluación que establece la correspondencia
    de la evaluación con el contenido que se desea evaluar y
    no con otro, y la eliminación de todo criterio subjetivo
    en las apreciaciones.

    Otro término muy utilizado es el de
    comprobación. En los textos sobre didáctica, por lo
    general se utilizan como sinónimos, porque en ambos existe
    la expresión de juicio de valor; no obstante, podemos
    establecer cierta diferencia que consiste en que la
    comprobación constituye un corte que en
    determinado momento se produce para conocer el estado del
    rendimiento de los estudiantes. Indiscutiblemente, la
    comprobación es parte importante de la
    evaluación.

    ELEMENTOS QUE
    INTERVIENEN EN LA EVALUACIÓN:

    La evaluación se caracteriza por ser un proceso
    sistemático en el que se evidencian dos elementos
    fundamentales: los logros y el contenido de la evaluación.
    Ambos aspectos están íntimamente relacionados y son
    al mismo tiempo los que nos dan una respuesta correcta a la
    pregunta: ¿qué debe ser evaluado?

    En los últimos años, los esfuerzos se han
    dirigido a destacar el papel de los logros en el proceso de
    evaluación. Para todos está claro que los logros
    tienen una función rectora con respecto a los demás
    componentes del proceso de enseñanza. En el caso de la
    evaluación, los logros constituyen también el punto
    de partida y los criterios para elaborar las preguntas de las
    pruebas y exámenes. Un profesor que no tenga en cuenta los
    logros en el momento de preparar los instrumentos de
    evaluación, no podrá conocer realmente el nivel de
    rendimiento del aprendizaje de sus alumnos, no podrá
    mostrar el grado de efectividad del sistema de recursos
    utilizados por él, incluyéndose él mismo
    como un recurso más.

    La evaluación se articula con todo el sistema de
    logros, siendo en sí misma también un
    sistema.

    El volumen del contenido constituye otro elemento
    importante de la evaluación. Una de las direcciones
    fundamentales en el trabajo que efectúan los especialistas
    en el problema de la evaluación es la determinación
    del contenido. La pregunta ¿qué evaluar? encuentra
    respuestas disímiles entre los profesores. Para algunos lo
    importante es evaluar la cantidad de hechos y procesos que
    conocen los alumnos; otros consideran que lo más
    importante es medir el grado de comprensión de las
    relaciones de causa y efecto; unos terceros, los menos, se
    preocupan más por conocer el grado de desarrollo de las
    capacidades para analizar y aplicar los conocimientos. Semejantes
    criterios inciden en el énfasis que se le dé a la
    prueba o examen, para comprobar la memorización de hechos,
    la aplicación de los conocimientos o el establecimiento de
    las relaciones entre ellos.

    Opinamos que la función del profesor es comprobar
    el grado de asimilación consciente de los conocimientos y
    la habilidad para aplicarlos en situaciones semejantes y en
    nuevas situaciones. Bajo esta consideración es necesario
    que los alumnos comprendan y recuerden determinados hechos y
    conceptos básicos, así como las generalizaciones de
    las materias enseñadas y la relación
    interasignatura. Estos productos del proceso de la
    cognición constituyen un sistema del cual deben apropiarse
    los alumnos.

    En el tema sobre los logros de la enseñanza
    también hablamos de la existencia de distintos niveles de
    asimilación. Cuando estudiamos el contenido de la
    evaluación, los niveles de asimilación cobran mayor
    importancia por cuanto plantean, a la vez, diferentes niveles de
    exigencia en la evaluación.

    El primer nivel de asimilación, el de
    familiarización, constituye el nivel
    más bajo del aprendizaje. En este nivel el estudiante solo
    puede diferenciar determinado objeto y mostrar un conocimiento
    formal de este objeto.

    Ejemplo: Diferenciar la segunda Ley de
    Newton de la Ley de la gravitación universal, o repetir el
    contenido de una fórmula, pero no puede
    explicarla.

    En el segundo nivel, el de saber o
    reproductivo, el alumno puede explicar el
    fenómeno en sus aspectos esenciales.

    Ejemplo: Expresar la segunda Ley de Newton
    y escribir su expresión matemática.

    En el nivel de saber hacer o explicativo,
    el alumno es capaz de llevar a la práctica los
    conocimientos adquiridos, resuelve tareas con las leyes
    aprendidas, descubre las relaciones de causa y efecto,
    pudiéndolas relacionar con la vida
    práctica.

    Por último, en el cuarto nivel,
    creativo, el alumno puede creadoramente aplicar sus
    conocimientos en una nueva situación.

    Por otra parte, el profesor se plantea sus niveles de
    exigencia que no necesariamente coinciden con los niveles antes
    expuestos. Estos niveles de exigencia en cuanto al contenido de
    la evaluación, cambian en dependencia de la experiencia y
    preparación del profesor. Algunos profesores, en la
    práctica, se plantean como nivel más alto la
    comprensión (segundo nivel de asimilación)
    asignándole la puntuación mayor de la
    calificación; otros se plantean como más alto el
    tercer nivel, otorgándole el máximo de puntos; y
    así sucesivamente.

    Por esto, el contenido de las calificaciones cambia de
    acuerdo con el criterio del profesor, y es lo que permite
    explicar por qué en la práctica se observan
    diferencias en las calificaciones. Creemos que el trabajo
    colectivo de los profesores que explican una asignatura,
    contribuye poderosamente a liquidar semejante situación si
    de manera previa determinan qué contenido será dado
    para recordar o diferenciar, o para aplicar, y aquellos que
    introducen para desarrollar las capacidades creadoras; por lo
    tanto, el colectivo pedagógico debe determinar las
    exigencias de su enseñanza a considerar en la
    evaluación.

    No queremos terminar este aspecto sin antes mencionar
    que el nivel de exigencia en la evaluación se corresponde
    con la efectividad de los métodos de enseñanza que
    se apliquen. El nivel más alto de asimilación es
    consecuencia de la aplicación de los métodos
    productivos y creativos de enseñanza.

    RECONCEPTUALIZACIÓN DE LA
    EVALUACIÓN:

    La innovación en la evaluación supone
    asumir un nuevo modelo evaluativo y este a su vez depende de la
    introducción de un cambio en el paradigma
    educativo.

    Aspiramos a una educación sistémica,
    dirigida al desarrollo integral del alumno: instructivo –
    educativo, que lo capacite con un pensamiento reflexivo,
    crítico, creativo, y también en los planos del
    dominio procedimental y actitudinal; en el desarrollo individual
    – autónomo de su personalidad, pero a la vez en sus
    relaciones colectivas y sociales autóctonas y
    universales.

    Este paradigma educativo requiere de un consecuente
    modelo evaluativo, dirigido igualmente, al logro de la
    formación integral del alumno.

    Poco queda por decir en la búsqueda de una
    clarificación conceptual de la categoría
    evaluación. Algunas ideas con que identificamos sus
    esencias son las siguientes:

    Evaluares:

    • Obtención de evidencias.
    • Comprensión, interpretación de
      evidencias.
    • Constatar el alcance de los logros.
    • Formular juicio de valor.
    • Proceso sistémico de reflexión sobre la
      práctica.
    • Confrontación entre la evaluación
      individual y la grupal.
    • Fuente de adaptación o ajuste del
      currículum.
    • Fuente de mejoramiento de la calidad.
    • Toma de decisiones (las consecuencias de
      evaluar).
    • Orientación.
    • Retroalimentación de la
      práctica.
    • Instrumento para ajustar la actuación en el
      proceso, el centro escolar y la
      administración.

    En el intento de sistematizar una definición de
    evaluación propongo para su análisis la
    siguiente:

    La evaluación es un proceso
    inherente a la educación, que se inserta en el ambiente
    general de la sociedad, es de naturaleza totalizadora, remitido a
    la complejidad de los factores que intervienen en el proceso
    educativo, en el que juega papel fundamental el profesor,
    guía de dicho proceso. Tiene funciones instructivas y
    educativas y se pone al servicio de valores universales y
    contextuales particulares.

    Metodológicamente se basa en la obtención
    de información (evidencias) representativas del estado de
    desarrollo del proceso en un momento determinado especialmente
    referido al aprendizaje individual y grupal de los alumnos;
    evidencias que se someten a la interpretación y
    comprensión de la realidad para emitir juicios de valor,
    que conducen a la toma de decisiones y de reorientación,
    cuyo propósito esencial es el mejoramiento de la calidad
    de la educación.

    FINALIDADES DE LA
    EVALUACIÓN:

    ¿Para qué evaluar?

    Orientados ya con una concepción totalizadora del
    proceso educativo, en el cual está inmersa la
    evaluación; y habiéndonos referido a las relaciones
    de esta con el contexto social en el que está inserto,
    abordaremos el problema de para qué evaluar.

    1.-Evaluar para que sirva de referente al
    individuo:

    • Para que lo haga más consciente de su
      realidad.
    • Para que pueda enfrentarse a nuevas
      situaciones.
    • Para que pueda utilizar la información
      adquirida en la toma de sus decisiones.
    • Para provocarle estímulos y motivaciones de un
      aprendizaje significativo.

    2.-Evaluar para que sirva como referente al
    mejoramiento del proceso educativo:

    • Para recoger información y obtener juicios de
      valor.
    • Para alcanzar criterios científico –
      técnicos (pedagógicos), contextuales
      (sociológicos), personales
      (psíquicos).
    • Para interpretar la actividad educativa, de manera
      que optimice sus perspectivas cualitativamente.
    • Para que se pueda valorar todas las dimensiones del
      proceso educativo.
    • Para que pueda servir de orientación a
      profesores y alumnos, y a metodologías, estrategias,
      etc.
    • Para establecer nuevas finalidades de la
      educación: en productos y procesos.
    • Para que se amplíe el alcance de la propia
      evaluación, a todos los elementos que gravitan en torno
      al proceso: profesor, familia, curriculum, institución
      escolar.

    3.-Evaluar para que sirva como referente
    social:

    • Para que garantice acreditación adecuada de la
      educación.
    • Para que gane en rentabilidad la evaluación:
      sea más útil y productiva la aplicación de
      sus resultados.
    • Para que la educación gane en prestigio
      social.

    FUNCIONES DE LA
    EVALUACIÓN:

    Las ambiciosas finalidades de la evaluación la
    comprometen con un conjunto de funciones en el proceso
    educativo.

    La evaluación tiene función interna del
    propio proceso educativo y las externas, pero que influyen en
    aquellas.

    1.-Funciones externas:

    • Función político – ideológico –
      social:

    Sin la evaluación es improbable el logro
    auténtico del aprendizaje, ni la educación, no
    tanto por el papel en la medición de los resultados, sino
    por la necesidad de orientar el propio proceso, de dar respuesta
    a las finalidades, de servir de catalizador de situaciones, de
    trazar políticas educativas.

    La evaluación tiene la función de
    homologar el sistema, el nivel, o ciclo; de comparar el grado de
    ajuste de las instituciones con las finalidades del sistema. La
    evaluación debe contribuir a trazar políticas (toma
    de decisiones) sobre:

      • La formación del personal
        docente.
      • La capacitación permanente del
        docente.
      • Las determinaciones de necesidades de
        profesionales, o la incorporación de la
        población a la escolaridad.
    • Función de acreditación.

    La función de acreditación de la
    evaluación es de carácter externo al proceso de
    enseñanza – aprendizaje. Consiste en la
    certificación de los conocimientos para dar respuesta a
    una necesidad institucional.

    Los resultados alcanzados por el alumno, hayan sido por
    vía del análisis cualitativo, o por vía
    cuantitativa, sumativa, son requeridos como constancia
    social.

    Independientemente de la motivación que pueden
    tener los alumnos por educarse, de la satisfacción que
    puede provocar en adolescentes y jóvenes el acercamiento
    al saber, la incorporación a la escuela también es
    una responsabilidad personal, familiar y social, y se está
    en la obligación de dejar constancia del uso hecho del
    tiempo y los recursos. Para ello se institucionaliza un sistema
    de acreditación que en el plano técnico y moral
    debía responder lo más posible a los verdaderos
    saberes del alumno.

    En el plano administrativo la certificación
    acredita al alumno el paso de grado, de ciclo, de nivel escolar;
    facilita la homologación de conocimientos y de
    títulos a niveles locales, nacionales e internacionales,
    por lo que en este sentido la evaluación desempeña
    una importante función.

    También se acreditan los centros para cumplir con
    los requerimientos legales del estado.

    Lo objetable de la acreditación es la
    ideología negativa de base. La identificación de la
    acreditación con la medición y con los resultados
    cognitivos exclusivamente; considerarla el centro y única
    función de la evaluación remite al modelo educativo
    tradicional, y en el mejor de los casos al tecnológico y
    le da la espalda a todas las consideraciones que hemos tenido en
    cuenta de una enseñanza integral.

    2.-Funciones internas:

    a) Función de desarrollo del
    alumno:

    • Función instructiva:

    A través de las acciones evaluativas se aprenden
    los contenidos: consolidando, sistematizando, generalizando,
    aplicando. El alumno no ha aprendido totalmente el contenido
    hasta que no sabe evaluarse, y no es capaz de
    corregirse.

    • Función educativa:

    La evaluación no sólo permite que el
    alumno continúe el proceso de aprendizaje cognitivo, en el
    proceso continuo de la evaluación el alumno se forma en el
    plano volitivo y afectivo. Aprende a autoreflexionar sobre sus
    logros y dificultades, las vías de éxito o fracaso,
    conoce sus características personales. El alumno se pone
    en situaciones de dar criterios, de vivenciar la justicia,
    honestidad, veracidad, cooperación.

    La evaluación es una de las acciones educativas
    que más pueden contribuir a desarrollar valores positivos.
    Se trata de que desarrolle su autocontrol, de que no necesite un
    vigilante permanente y posea una moral íntegra.

    b) Función del desarrollo del
    profesor:

    • Un buen uso de la evaluación conduce al
      profesor al cuestionamiento y valoración de su propio
      trabajo, a su revisión permanente y a la necesidad de
      constante autosuperación científico –
      pedagógica.
    • La detección de problemas, la
      introducción de soluciones, el análisis de
      logros en sus alumnos y en sí mismo actúan como
      factor motivacional en el profesor y se humaniza y
      "descosifica" el proceso educativo.

    c) Función del mejoramiento del proceso
    educativo:

    • Función diagnóstica:

    A través de ella se detecta el estado
    cognoscitivo y actitudinal de los alumnos, para su
    intervención en el proceso de aprendizaje. El
    diagnóstico implica conocer sus saberes; representaciones
    e intereses. También se diagnostica el contexto, y las
    condiciones en que se desarrollará el proceso. El
    diagnóstico implica la conclusión del tipo de
    problema (la comprensión de la situación real) y
    sus causales.

    • Función investigativa:

    La evaluación tiene función que va
    más allá del diagnóstico. Implica una
    actitud de inquietud científica, de enfrentamiento al
    proceso educativo desde las posiciones del cuestionamiento y la
    investigación. Esta función consiste en la
    identificación de la evaluación, y con ella la
    educación, como un objeto de conocimiento
    científico, en el cual el docente toma papel de
    investigador.

    Esta función eleva la evaluación al
    más alto rango del trabajo profesional del docente. Se
    trata de enfrentar la evaluación, no como una
    técnica o conjunto de instrumentos detectores de
    información sobre rendimientos del alumno, sino como
    categoría que deviene el centro de la filosofía
    educativa (es decir, toda la educación es una
    investigación y como tal se evalúa), la cual
    requiere del dominio de la metodología evaluativa de la
    investigación científica y de un cambio de
    mentalidad del profesional de la docencia. Así, cuando
    hablamos de un docente evaluador, cuan lejos estamos de pensar en
    un examinador, o un supervisor (al estilo tradicional). Pensamos
    en un investigador que en su accionar, obviamente, tiene que
    evaluar. Es fácil deducir la inmensa responsabilidad que
    contraen los centros formadores de maestros en la
    preparación del profesional de quien hablamos: docente –
    investigador – evaluador.

    • Función de
      comprobación:

    La evaluación tiene la función de
    comprobar el estado en que se halla el proceso educativo: el
    aprendizaje del alumno, el grado de cumplimiento de las
    finalidades propuestas, la efectividad de metodologías, el
    papel desempeñado por las condiciones y recursos, etc.
    Esta función se logra a través de los instrumentos
    que permiten obtener información.

    La comprobación es amplia y compleja, como amplio
    y complejo es el proceso educativo. En realidad hay que comprobar
    todas las dimensiones del proceso. La función de
    comprobación está inmersa en el proceso, es la que
    mejor se identifica con el carácter formativo y
    cualitativo. Ella se concreta en los instrumentos evaluativos.
    Las demás funciones se apoyan en la de
    comprobación.

    • Función comparativa:

    No se trata de decir que la evaluación tiene que
    ser comparativa, en la que la calificación de un alumno
    depende de la nota alcanzada por otro, o por un grupo. Se trata
    de analizar que se evalúa comparando, estableciendo
    relación con ciertos criterios. Los resultados se comparan
    con:

    • Las exigencias: suficientes y necesarias, definidas
      en los logros.
    • Los criterios de los contenidos
      científicos.
    • Los criterios del nivel de entrada (previos) del
      alumno.

    Por otro lado, los resultados adquieren
    significación en su dimensión
    comparativa:

    • Cuando se evidencian participaciones diferentes del
      alumno.
    • Cuando se observan distintas calidades en los
      trabajos del alumno.
    • Cuando los equipos participan en un
      seminario.
    • Cuando se producen encuentros de conocimientos
      entre los alumnos.
    • Cuando se seleccionan alumnos para dirigir
      actividades.

    En la vida es inevitable la comparación. Se trata
    de no hacer de ella algo patológico o de uso injusto. Que
    no reine la competitividad y el individualismo y que cada quien
    aprenda a dar lo mejor de sí y llegar lo más lejos
    posible a partir de sus propias potencialidades.

    La función de selección de la
    evaluación es necesaria en la educación. Se
    selecciona, a partir de la evaluación, contenidos a
    reforzar, medios de enseñanza para apoyar el aprendizaje,
    alumnos para integrar equipos, trabajos para ser exhibidos,
    estudiantes para que hagan una exposición de sus
    conocimientos, o para que intervengan en una
    dramatización.

    La selección puede servir para discriminar y,
    entonces, es negativa; pero se trata de hacer ver al alumno que
    la evaluación sirve para tomar decisiones. Decide el
    alumno: si sigue estudiando un tema o selecciona otro, si utiliza
    un libro u otro, si hace grupo con estos compañeros o con
    otros. En todos los casos hay selección.

    • Función de
      jerarquización:

    La evaluación también va dejando definido
    los alumnos que tienen problemas con ciertos conocimientos, o
    determinadas habilidades, los que no cumplen los requisitos de
    asistencia, de puntualidad, de presentación formal de los
    trabajos, o tienen dificultades en la exposición oral. En
    ese sentido la evaluación tiene la función de ir
    jerarquizando, es decir, de establecer diferencias.

    La jerarquización más evidente de la
    evaluación es la de marcar quiénes "aprueban":
    quienes cumplen las exigencias suficientes y necesarias como para
    dar satisfacción a las finalidades planteadas por todos, y
    quiénes "desaprueban" porque no las satisfacen. No hay
    docente, ni educación, sin la proyección de futuro,
    sin trazarse logros y aspiraciones; tampoco hay educación
    ni evaluación que no deje establecido quiénes se
    desarrollaron en función de aquella
    proyección.

    Otra cosa es hacer de esta función de la
    evaluación un uso discriminatorio y humillante. En la
    jerarquización deben participar todos, alumnos y docentes:
    los que desean volver a hacer el trabajo, los que quieren
    reunirse de nuevo a tratar el tema. Son jerarquías que no
    significan que estos son los "buenos" y estos son los -malos-,
    pero son jerarquías.

    • Función de
      comunicación:

    La evaluación no termina al conocer los
    resultados e interpretarlos. Una función fundamental de la
    evaluación es la de comunicarse con los demás
    sujetos del proceso. Se comunican los resultados del aprendizaje,
    las causas, se intercambia la interpretación que le da
    cada quien.

    La función comunicativa es una de las más
    educativas de la evaluación. Ella permite la
    exposición de sus criterios: que el alumno escuche el del
    profesor, que conozca el de los compañeros, que libere sus
    angustias y preocupaciones.

    La función comunicativa es también
    instructiva cuando se vuelve sobre los argumentos cognoscitivos:
    lo que se pudiera haber explicado y no se hizo; la forma en que
    lo planteó otro alumno; la habilidad que ha logrado un
    compañero.

    La función comunicativa, bien llevada, contribuye
    a las buenas relaciones del grupo, al conocerse mejor, a respetar
    a los demás, a no creerse mejor, ni peor que los
    otros.

    • Función de
      orientación:

    Interpretados los resultados, evaluado lo logrado y
    aún insuficiente, se toman decisiones para retroalimentar
    el proceso. ¿Qué hacer?, ¿qué
    mantener?, ¿qué cambiar?, ¿qué
    dirección tomar?, ¿qué actitud tiene que
    asumir el individuo y el grupo?

    La orientación es el momento de volver a empezar
    el proceso a un nivel cualitativamente superior de la
    espiral.

    Como se observa, las funciones de la evaluación
    son muchas y variadas, como complejo y rico es el proceso
    educativo.

    En el proceso de evaluación, durante la
    enseñanza – aprendizaje, el flujo de las funciones produce
    contradicciones que sólo pueden ser resueltas en el propio
    proceso.

    Servirse de la reflexión que deja el
    análisis de un trabajo realizado, hacer que los alumnos
    opinen, limar las asperezas que pueden aparecer al evaluarse unos
    a otros, convencer de los que deben repetir el trabajo, felicitar
    a los que han obtenido resultados de más calidad, dejar
    exhibidos en el mural trabajos bien realizados, son acciones
    derivadas de las funciones de la evaluación que
    sólo pueden hacerse en la cotidianidad del proceso
    educativo. Nadie debería pensar en días especiales,
    horas extras, citas en el gabinete del profesor, palabras en los
    pasillos, para cumplir estas funciones; sólo caben y son
    idóneos mientras se instruye y se educa, mientras se
    enseña y se aprende.

    CUALIDADES DE LOS
    INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN:

    La elaboración de un instrumento de
    evaluación exige tener en cuenta tres cualidades o
    requisitos fundamentales: validez, confiabilidad y facilidad de
    empleo.

    La validez se define como la adecuada
    correspondencia entre los aspectos que se quieren evaluar y los
    que realmente se evalúan. ¿Qué quiere decir
    esto?: Por una parte, que el contenido objeto de examen debe ser
    representativo del universo de conocimientos y habilidades
    desarrollados en los alumnos. En esto desempeñan un
    importante papel los logros esenciales del sistema de clases. Por
    otra parte, que el instrumento evalúe aquello que se desea
    evaluar y no otra cosa.

    Por ejemplo, un instrumento de evaluación no es
    válido si deseando medir la capacidad de un alumno para
    hallar un punto geográfico en el mapa, se le preguntara el
    concepto de situación geográfica.

    La revisión de los logros por el profesor, le
    ayudará a precisar los conocimientos, habilidades y
    hábitos que desea evaluar y su expresión concreta y
    exacta en el instrumento de evaluación.

    La confiabilidad consiste en la consistencia de
    los resultados de la aplicación del instrumento. Esta se
    manifiesta en el hecho de que si un examen es aplicado por otro
    profesor, el resultado debe ser el mismo. La confiabilidad se
    manifiesta también cuando se redactan, con palabras
    distintas, formas equivalentes de exámenes y en sus
    resultados existe una alta correlación.

    Es necesario aclarar que un examen puede ser confiable y
    no válido, ya que puede mostrar consistencia en sus
    aplicaciones y medir algo muy distinto a lo que se quiere medir,
    por lo tanto, la confiabilidad por si misma no garantiza la
    validez, sin embargo, si el examen es válido aumenta su
    grado de confiabilidad.

    La tercera cualidad, facilidad de empleo,
    se refiere a la necesidad de que las pruebas y los
    exámenes estén redactados en términos
    precisos y claros; que incluyan instrucciones, en los casos donde
    sea necesario, y la clave de calificación, cuya
    función es evitar subjetivismos e
    imprecisiones.

    FORMAS FUNDAMENTALES
    DE EVALUACIÓN:

    Evaluación frecuente:

    Bajo esta denominación incluimos aquellas formas
    de control que se producen en el propio proceso de la clase y que
    se efectúan diariamente, ocupando un lugar destacado en el
    carácter sistemático de la
    evaluación.

    La importancia de la evaluación frecuente radica
    en que:

    • Obliga a los alumnos a realizar un estudio
      sistemático por lo que ayuda a erradicar el
      finalismo.
    • Contribuye a dirigir la actividad cognoscitiva del
      alumno precisamente por producirse en el curso del
      aprendizaje.
    • Posibilita establecer la retroalimentación. A
      diferencia de las pruebas y exámenes, la
      evaluación frecuente permite corregir en el momento las
      dificultades que puedan surgir en la
      enseñanza.

    Una exigencia actual de la evaluación frecuente
    es su correspondencia con los logros de la clase. Esto se explica
    por cuanto las formas de este tipo de control deben responder a
    los logros fundamentales de la clase, reflejando de este modo los
    conocimientos y habilidades que tienen mayor
    significación. Las formas más utilizadas de la
    evaluación frecuente son: las respuestas a las preguntas
    orales del profesor, las respuestas a breves preguntas formuladas
    por escrito, los resultados de los trabajos realizados en las
    clases prácticas y seminarios.

    Las preguntas dirigidas al principio de la clase tienen
    un carácter introductorio y sirven para relacionar los
    nuevos conocimientos con los que le sirven de base.

    Ejemplo: El profesor de Física del
    décimo grado comienza la clase sobre el esfuerzo de
    trabajo, formulando a los alumnos algunas preguntas sobre
    distintos esfuerzos y deformaciones de los cuerpos.

    Las preguntas que el profesor formula en el transcurso
    de la clase, tienen el objetivo de conocer cómo los
    alumnos se están apropiando de los nuevos conocimientos.
    De esta manera, estas preguntas de incorporación pueden
    servir también para consolidar los
    conocimientos.

    Ejemplo: El profesor de Geografía
    cuando explica el tema "América del Norte", plantea que
    este continente está situado en el hemisferio norte entre
    los 17º y los 85º latitud norte y entre los 55º y
    los 170º longitud occidental, e indica a un alumno que
    localice estos puntos en el mapa; después continúa
    su explicación.

    La evaluación frecuente en las clases
    prácticas y seminarios se puede establecer mediante las
    propias actividades prácticas: elaboración de un
    objeto como sucede en las clases de Educación
    Tecnológica, los resultados de la realización de un
    experimento, en las clases de Química y Física; la
    solución de un problema, en Matemática; y la
    realización efectiva de un ejercicio, en la clase de
    Educación Física.

    Estas formas de control frecuente exigen también
    una calificación y en algunos casos esta puede ser
    inmediata, por ejemplo, en las preguntas orales, pero cuando el
    profesor realiza preguntas por escrito, esto no es posible; no
    obstante, pueden servir para motivar y utilizarlas en la
    próxima clase.

    El control frecuente en las condiciones de la clase
    puede abarcar un número considerable de alumnos, aunque no
    es posible realizarlo con toda la clase, salvo el control
    escrito, por lo tanto el profesor debe seleccionar cuidadosamente
    a los alumnos que serán objeto de control.

    Trabajos de clase o de compromiso:

    Constituyen una forma importante de evaluación.
    Pueden iniciarse en la clase y continuarse fuera de ella, o
    ejecutarse totalmente en la clase o fuera de ella. Los trabajos
    de clase o de compromiso, en comparación con el control
    frecuente, tienen la ventaja de poder presentar mayor complejidad
    y por consiguiente ofrecen al profesor una información
    más amplia sobre la apropiación de los
    conocimientos, además de que ellos, por si mismos,
    constituyen una valiosa forma de adquirir conocimientos
    independientemente.

    Ejemplo: En Literatura, el análisis
    de una obra literaria; en Geografía, comparar la llanura
    costera del mar Caribe y la del océano Pacifico de la
    América Central; y en Biología, clasificar una
    planta mediante la utilización de una clave.

    Es importante que en la calificación del trabajo,
    el profesor tenga en cuenta entre otros: la presentación
    del trabajo, su solución correcta, el enfoque adecuado, el
    buen uso de los métodos de solución, las
    conclusiones arribadas y la bibliografía utilizada, si
    fuese necesaria.

    Las pruebas y los exámenes:

    Las pruebas y los exámenes ofrecen la oportunidad
    de evaluar los conocimientos y habilidades adquiridas durante
    determinado periodo de tiempo. Se distinguen las pruebas de final
    de unidad, denominadas parciales en la enseñanza media, y
    en la superior prueba intrasemestral, y los exámenes
    finales.

    Las pruebas, al abarcar el contenido de uno o varios
    temas, permiten comprobar si el alumno es capaz de conocer los
    conceptos fundamentales y de distinguir sus relaciones
    básicas; de esta manera se establecen las mejores
    condiciones para verificar el grado de desarrollo de determinadas
    habilidades y la capacidad para generalizar los conocimientos
    incluidos en la parte del programa en cuestión.

    En este tipo de evaluación adquieren gran
    importancia las preguntas que exigen del alumno la habilidad para
    analizar determinada cuestión desde un punto de vista
    fijado así como para aplicar sus conocimientos a nuevas
    situaciones.

    Las pruebas y exámenes finales tienen como
    objetivo fundamental comprobar en qué medida los alumnos
    son capaces de generalizar los conocimientos adquiridos durante
    el desarrollo del programa. Por cuanto entre los logros de
    determinado programa se encuentran la comprensión de
    conceptos, teorías y leyes, su aplicación y la
    capacidad para generalizados, el examen final que abarca el
    contenido de todo el programa, no tiene que incluir todos estos
    elementos, muchos de los cuales en el transcurso del semestre se
    fueron evaluando, el énfasis debe centrarse en la
    capacidad para generalizar y establecer las relaciones
    intraasignaturas y aplicar creadoramente sus
    conocimientos.

    Se deduce por lo expuesto que en la elaboración
    de las pruebas y exámenes, la redacción de las
    preguntas ocupa un lugar primordial.

    LA ELABORACIÓN DE LAS
    PREGUNTAS:

    El primer requisito en la elaboración de una
    pregunta es que se ajuste al logro previamente establecido;
    partiendo de esta base es posible utilizar cualquier tipo de
    pregunta.

    Las preguntas de verdadero o falso, las de
    selección múltiple pueden ser utilizadas en los
    controles frecuentes, y si son bien elaboradas hasta en una
    prueba de unidad. Sin embargo, en un examen final, no son
    recomendables estos tipos de pregunta, pues el profesor debe
    aspirar a que los alumnos expresen clara y correctamente sus
    ideas, cuestión que no es posible mediante la
    utilización de los tipos de pregunta referidos.

    Cada vez tiene mayor auge el uso de materiales diversos
    en la elaboración de las preguntas, por lo que en una
    prueba se pueden emplear libros de texto, esquemas, dibujos,
    mapas, diapositivas y otros materiales. La utilización de
    estos materiales estará en dependencia de lo que se quiera
    evaluar, es decir, de los logros.

    Por ejemplo, si el profesor se planteó como logro
    que los alumnos identificaran los elementos estructurales de
    determinado sistema, puede preparar la pregunta de
    comprobación, mediante la utilización de un esquema
    del sistema en el que los estudiantes tengan que identificar y
    nombrar sus distintos elementos.

    De igual forma, se puede utilizar un párrafo de
    un texto para efectuar determinado análisis.

    Actualmente se insiste mucho en la utilización de
    las denominadas pruebas prácticas en las cuales los
    alumnos deben realizar algunas actividades de este tipo
    relacionadas con el contenido desarrollado, fundamentando el
    porqué del sistema de acciones que ejecutan.

    Los tipos fundamentales de preguntas de acuerdo con los
    logros y con los distintos niveles de asimilación del
    contenido, se explican a continuación.

    Preguntas de fijación:

    Son aquellas que solamente exigen del alumno recordar
    determinado conocimiento.

    Ejemplo: ¿Qué trastornos
    produce la lombriz intestinal?. ¿A qué se llama
    masa de un cuerpo?. Diga la situación geográfica de
    las Antillas.

    Preguntas de interpretación o
    comprensión:

    Este tipo de pregunta va dirigida a conocer en
    qué medida los alumnos han penetrado en la esencia del
    objeto de estudio, cuestión que por lo general se
    manifiesta mediante una explicación lógica del
    conocimiento.

    Ejemplo: Argumente por qué el
    relieve de las Antillas Mayores guarda entre si una gran
    similitud. ¿Por qué el esqueleto de las esponjas es
    diverso?. Interprete el siguiente fragmento:
    ".…………….."

    Preguntas de aplicación:

    Su objetivo no solo es conocer si han interpretado
    determinado conocimiento, sino también si son capaces de
    aplicarlos.

    Ejemplo: El relieve de la región
    sur de Oriente termina brúscamente junto a la costa,
    ¿cuál es la causa?. En el cultivo de
    plátanos se detectó la presencia de nematelmintos
    del género radopholus, ¿qué procedimiento
    tú recomendarías para controlar este
    parásito?. En cuánto ha de variar la longitud de un
    péndulo simple para que su periodo se reduzca en 20
    %?

    Preguntas de generalización:

    Como lo indica su nombre, estas preguntas tienen como
    objetivo conocer si los alumnos pueden establecer los nexos entre
    los conocimientos de una misma asignatura y entre estos y los de
    otras asignaturas con las cuales se relaciona. Este tipo de
    pregunta por sus características, es propio de las pruebas
    parciales y finales.

    Ejemplo: Establezca las diferencias y
    semejanzas entre el romanticismo y el clasicismo.

    La existencia de una clasificación de las
    preguntas exige por parte del profesor que ejercite a los alumnos
    en cada uno de sus distintos tipos, ya que estos no deben ser
    sorprendidos por la introducción en el cuestionario de
    examen, de tipos de preguntas en los que no se haya entrenado.
    Esto cobra más validez en las preguntas de
    generalización, las cuales exigen un entrenamiento gradual
    que vaya de los niveles de generalización más
    sencillos hasta los más complejos.

    En la determinación del tipo de pregunta, un
    papel determinante desempeñan los procedimientos
    utilizados por el profesor y los alumnos, en la enseñanza
    y apropiación de los conocimientos. De esta manera, la
    pregunta: Argumente por qué el relieve de las Antillas
    Mayores guarda entre si una gran similitud, deja de ser una
    pregunta de interpretación para convertirse en una de
    fijación, si el profesor en su explicación
    planteó las causas de la semejanza. Por lo tanto, toda
    pregunta exige, por parte del profesor, el análisis dentro
    del contexto y forma en que fue enseñado.

    HACIA UN MODELO
    EVALUATIVO INTEGRAL:

    Las cualidades de la evaluación en este paradigma
    integral son: procesual, holística, contextualizada,
    democrática, formativa (al servicio de valores),
    cualitativa.

    Para dar respuesta a estas exigencias proponemos un
    modelo evaluativo totalizador, contribuyente a la
    educación integral del alumno, y que posee las
    características siguientes:

    • Evaluación cualitativa.
    • Evaluación investigativa.
    • Evaluación continua o de proceso.
    • Evaluación inicial.
    • Evaluación de resultados.
    • Evaluación final.
    • Evaluación del docente.
    • Autoevaluación.
    • Coevaluación.

    Evaluación cualitativa:

    La evaluación es cualitativa porque va dirigida a
    la ayuda óptima del proceso de aprendizaje, procurando con
    su intervención elevar la calidad de un sistema que es
    abierto. Esta concepción de evaluación se basa en
    la racionalidad de una metodología en que la
    evaluación puede participar en el proceso, en su
    interrelación dialéctica con los restantes
    componentes del proceso: logros, contenidos,
    métodos.

    La acción de la evaluación cualitativa le
    permite pasar de una fase diagnóstica a la de tratamiento
    y mejoramiento del proceso, de donde al mejorar el sistema de
    evaluación mejora el sistema educativo
    integralmente.

    A continuación resumo un análisis sobre
    las características de la evaluación
    cualitativa:

    • Atiende al conjunto de los hechos y logros que
      constituyen el proceso educativo. Es de naturaleza
      holística.
    • Se evalúa desde dentro, mediante la
      interpretación subjetiva.
    • Es fenomenológica y comprensiva de la
      subjetividad de los hechos humanos.
    • A partir de la realidad se orienta más al
      descubrimiento que a la comparación. Es más
      exploratoria que educativa.
    • La realidad en la que opera la analiza en su
      dinamicidad.
    • La eficacia está en la obtención de
      datos reales analizados en toda su profundidad.
    • Se centra en casos únicos. No hay
      generalización.
    • Utiliza técnicas y métodos de
      naturaleza cualitativa, siendo la observación una
      técnica de las más extendidas. Las condiciones de
      fiabilidad y validez las procura a través de
      métodos de contraste y consistencia interna y externa.
      Para la fiabilidad la triangulación de datos, de
      investigadores y de métodos y teorías. Y para la
      validez el análisis de características del propio
      modelo (carácter holístico, ausencia de control,
      y determinación de variables). Pero hay que tener en
      cuenta el proceso evaluativo (histórico) de los hechos
      evaluados, las influencias condicionantes introducidas por los
      evaluadores, no alterar las situaciones naturales, y la
      mortalidad de los casos, fenómenos y
      muestras.

    Evaluación
    investigativa:

    La evaluación cualitativa actúa como
    investigación ya que en su enfrentamiento al proceso
    educativo:

    • Identifica los problemas.
    • Formula las hipótesis causales.
    • Formula las hipótesis de
      intervención.
    • Realiza la evaluación cualitativa de la
      intervención.
    • Identifica las nuevas interrogantes cuyo efecto
      más importante es la dinamización permanente de
      todo el sistema educativo. La evaluación investigativa
      pretende averiguar la adecuación entre la
      inversión efectuada y lo conseguido.

    Evaluación continua o
    procesual:

    La evaluación en un nuevo paradigma está
    integrada al proceso educativo y de hecho toma también
    carácter de proceso. La dinámica del proceso
    educativo se produce no sólo en la conjunción de
    innumerables variables que en él intervienen, sino
    porque ellas mismas en su dialéctica cambian,
    razón que da a la evaluación de proceso gran
    complejidad.

    Desde mi punto de vista esta característica le
    da más valor a los logros educativos que con gran
    sentido de flexibilidad, no pueden dejar de orientar con tino
    la direccionalidad del proyecto educativo, y expresar
    tendencias y aspiraciones que posean las mejores
    potencialidades para no perder la dirección durante el
    proceso.

    En este contexto de cambios opera la evaluación
    comprobando la marcha del proceso, reorientando logros y
    estrategias, tomando decisiones sobre las propias vías
    de evaluación.

    La evaluación de proceso se entiende continua,
    sin rupturas en el proceso temporal, lo que no niega la
    existencia de evaluación inicial, continua y final. Este
    tipo de evaluación se desarrolla en la actividad de
    enseñanza y del aprendizaje, siguiendo las secuencias de
    estos procesos; identificada también como formativa
    tiene la finalidad del ajuste permanente del
    proceso.

    Como mecanismo de obtener información y
    retroalimentación del proceso va directamente en la
    búsqueda de la calidad de lo que se está
    produciendo: el aprendizaje del alumno, la enseñanza del
    maestro, etc.

    Los resultados de esta evaluación se traducen
    inmediatamente en criterios valorativos del proceso,
    distinguiendo la marcha individual de cada alumno. Su finalidad
    no concluye con el ajuste de lo previsto, sino que tiene su
    próxima fase de observación e
    interpretación contextualizada. De los resultados
    observados se incorporan los datos a la evaluación
    inicial ya los momentos evaluativos anteriores y se realiza el
    siguiente ajuste. De ahí que en la evaluación
    estén presentes los conceptos de proceso y de
    resultado.

    Evaluación inicial:

    La evaluación inicial es de diagnóstico.
    Determina los prerrequisitos con que cuenta el alumno al
    iniciar el aprendizaje: qué representación se
    hace de la realidad, qué capacidad tiene de realizar
    conductas, qué expectativas manifiesta, qué
    actitudes posee, qué lenguaje domina.

    La evaluación se amplía a los factores
    externos del proceso de aprendizaje de los que hemos hablado
    antes, e influyen en el mismo: condiciones materiales del centro,
    el curriculum, experiencia de profesor, características de
    la familia de los alumnos y el contexto social.

    Los resultados de la evaluación inicial pueden
    orientar el proyecto educativo en muy variados rumbos, y de
    hecho, los logros del proceso educativo no debían trazarse
    sin esta evaluación.

    En la educación superior (y no es exclusivo de
    este nivel) la evaluación inicial incluye el
    importantísimo factor de la producción o los
    servicios, relacionados con la profesión; de la
    delimitación de sus problemas y necesidades emanan los
    criterios para los contenidos de la carrera, las habilidades
    profesionales que habría que desarrollar en los
    estudiantes y las posibilidades que ofrece la comunidad para las
    prácticas e investigación de los
    alumnos.

    La evaluación inicial deviene fuente que facilita
    un aprendizaje significativo para el alumno, por ser
    contextualizado, en vínculo con la realidad que lo rodea y
    con sus capacidades previas, motivos e intereses.

    Evaluación de
    resultados:

    ¿Cómo evaluar el proceso sin evaluar los
    resultados?

    Aquí lo que hay que entender es que los
    resultados no tienen que ser necesariamente los finales del
    curso, sino resultados parciales, periódicos, intermedios
    que, obviamente, forman parte del propio proceso. Aquí se
    establece una generación concatenada de procesos –
    resultados a los que unos y otros sin sentido por separados,
    aportan significatividad al proceso de aprendizaje de los
    alumnos.

    Evaluación final:

    La evaluación final se identifica con la
    tradicional, aquella que se realiza cuando el proceso ha
    terminado: final de periodo, de semestre. La evaluación
    final se justifica ya que las generalizaciones de contenidos:
    teorías, regularidades, conceptos generales, así
    como habilidades generales, capacidades, sólo se alcanzan
    con los últimos aportes del contenido o con las
    últimas ejercitaciones de actividades que interrelacionan
    habilidades más específicas. Por otra parte, estos
    saberes generales, sistematizados, aplicados, son los contenidos
    de los logros, aquellos que precisamente van a denotar los
    cambios cualitativos de la formación del alumno y, por lo
    tanto, los idóneos para ser evaluados.

    La evaluación final es la llamada sumativa cuando
    es referida a la suma de resultados hitos que no toman en cuenta
    el seguimiento del proceso de aprendizaje del alumno, y
    sólo va dirigida a los logros terminales.

    En nuestra concepción evaluativa, la
    evaluación final no está reñida con la de
    proceso. Es decir, cabe seguir el proceso de aprendizaje con un
    sentido evaluativo – reorientativo y unir a ello los resultados
    de hitos: parciales y finales, entre todos los cuales se
    configuran los criterios totalizadores de la evaluación
    del alumno y del proceso educativo.

    ALGUNAS
    EXIGENCIAS DE LA EVALUACIÓN:

    • Mide el avance o progreso alcanzado por el
      estudiante, así como el retroceso en un período
      de tiempo dado.
    • Debe medir lo que el estudiante sabe hacer y no lo
      que no sabe porque no lo han entrenado para ello.
    • El estudiante debe conocer sus éxitos e
      insuficiencias y deficiencias.
    • Se diseñará en correspondencia con
      los logros de la instancia que mide, atendiendo los niveles
      de asimilación, profundidad y
      sistematización.
    • Atenderá las funciones instructiva y
      educativa.
    • Retroalimenta la dirección del proceso y
      permite tomar medidas según los
      resultados.
    • Debe orientar al estudiante a autoevaluar sus
      resultados.

    METODOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN
    INTEGRAL:

    Fases del proceso de
    evaluación:

    De nuestra experiencia docente investigativa, se ha
    derivado la siguiente metodología del proceso evaluativo,
    cuyos pasos son consecuentes con la concepción apuntada
    anteriormente.

    1.-Planificación:

    • Delimitación de los logros y contenidos
      curriculares objeto de la evaluación, consecuentes con
      el paradigma educativo.
    • Selección de las técnicas e
      instrumentos para recoger las evidencias de los
      aprendizajes.
    • Determinación de los criterios para establecer
      el análisis de los datos.

    2.-Elaboración de los instrumentos para buscar
    la información.

    3.-Aplicación de los instrumentos para recoger
    la información (recogida de evidencias).

    4.-Valoración o establecimiento de juicios de
    valor:

    • Emisión de los juicios valorativos sobre los
      resultados obtenidos de la aplicación de los
      instrumentos. Consiste en dominar las cualidades del proceso
      hasta un momento dado, mediante la interpretación de los
      resultados contrastados con las aspiraciones (criterios que se
      tomaron previamente).
    • La calificación del rendimiento del alumno es
      un juicio valorativo que puede expresarse con un signo del
      lenguaje verbal (letras), numéricos (números), o
      simbólico (colores), etc.

    5.-Toma de decisiones:

    ¿Qué hacer con los resultados de la
    evaluación? : Tomar decisiones para corregir, reforzar,
    utilizar nuevas vías, buscar otras fuentes, establecer
    nexos, ejercitar, aplicar conocimientos, buscar nuevos recursos,
    etc.

    6.-Regulación, uso útil de la
    evaluación:

    Reorientación del proceso educativo, aplicando
    las decisiones.

    A partir de esta metodología se puede establecer
    el siguiente procedimiento metodológico para la
    evaluación formativa:

    1.-¿Qué error cometió el estudiante
    en la solución de la situación
    problémica?

    2.-¿Cuáles son las causas o razones
    esenciales de dicho error?

    3.-¿Cómo podemos guiar al estudiante para
    que evite dicho error?

    4.-¿Qué hizo bien el estudiante que se
    pueda destacar?

    5.-¿Cómo felicitar al estudiante por sus
    éxitos y no resaltar tanto el fracaso?

    LA ACTIVIDAD DE
    LOS ALUMNOS EN EL PROCESO DE EVALUACIÓN:

    El cumplimiento de las funciones instructiva, educativa,
    de diagnóstico y de desarrollo depende fundamentalmente de
    dos cuestiones: primero, de la consideración por parte del
    profesor del control como parte inherente del proceso de
    enseñanza y no como un elemento aislado, el cual se
    introduce en ciertos momentos; y segundo, de que tenga en cuenta
    que el alumno debe ser un integrante activo del propio
    control.

    El primer aspecto demanda que el control sea incluido
    dentro de la planificación del sistema de clases, de modo
    que el profesor tenga ideas precisas en cuanto a qué
    controlar y cómo realizar el control. Muchas veces esto no
    es objetivo de la atención del profesor, lo cual trae como
    consecuencia la elaboración de controles estereotipados y
    mecanicistas que no pueden reflejar lo que verdaderamente
    ocurrió en el desarrollo del proceso.

    Lo segundo, es decir, que el alumno sea un elemento
    activo dentro del propio proceso de control, es consecuencia de
    lo expresado, por cuanto si el profesor considera que el control
    es parte inseparable del proceso de enseñanza, en el cual
    el alumno no solo es objeto, sino también sujeto de la
    educación y por consecuencia de la evaluación,
    dará oportunidad para que este realice el control de su
    propia actividad.

    La actividad de los alumnos en el proceso de control se
    puede manifestar mediante dos formas básicas: el control
    de los resultados, considerado como la simple información
    de los resultados de la tarea realizada. Después de
    realizar ejercicios de separación del sujeto y el
    predicado o de resolver ecuaciones de segundo grado, los alumnos
    comparan el resultado obtenido con la solución
    correcta.

    La segunda forma es el control del proceso. Este tipo de
    participación de los alumnos en el proceso de control,
    tiene la ventaja de que posibilita que los alumnos obtengan
    información de la etapa o momento de la asimilación
    de los conocimientos en que se produjeron los errores. Esta forma
    de retroalimentación es la que mejor contribuye a la
    consolidación de los conocimientos y en esto radica el
    valor de semejantes formas de control.

    El control del proceso requiere que el profesor ofrezca
    a los alumnos un patrón o modelo de todo el proceso de la
    actividad. El profesor debe plantearle al estudiante los
    distintos aspectos o ideas que entran en la respuesta a
    determinada pregunta. De esta manera puede localizar en que parte
    del proceso el alumno cometió el error y establecer
    qué hay que hacer para rectificarlo.

    Ejemplo: Si se trata de contestar la
    pregunta ¿Por qué si los eclipses de Sol ocurren
    cuando la Luna está en la fase de Luna nueva y los
    eclipses de Luna cuando esta se encuentra en la fase de Luna
    llena, estos eclipses no ocurren en cada Luna nueva y
    llena?.

    Los elementos para el razonamiento serán los
    siguientes:

    El plano de la órbita lunar generalmente no
    coincide con el plano de la eclíptica. El plano de la
    órbita lunar corta el plano de la eclíptica bajo un
    ángulo de 5º a 9º por eso la Luna pasa
    generalmente más al Norte o al Sur del plano de la
    eclíptica; por lo que el plano de la órbita lunar
    corta el plano de la eclíptica bajo un ángulo de
    5º a 9º, por eso la Luna pasa generalmente más
    al Norte o al Sur del plano de la eclíptica, por lo que no
    ocurren eclipses; solo durante dos periodos al año,
    separados por casi seis meses, cuando las lunas llenas y las
    nuevas ocurren próximas a la eclíptica, es posible
    la aparición de un eclipse.

    En este sentido, ¿Qué se debe evaluar de
    la gestión de aprendizaje? y ¿cuál es el
    momento oportuno para hacerlo?

    Según los criterios de diferentes autores, se
    perfilan tres posiciones acerca del contenido y el momento de la
    evaluación. La primera se sustenta en aquellos que son
    partidarios de la evaluación terminal, es decir, de la
    evaluación del resultado o del producto acabado; la
    segunda posición defiende la evaluación procesal o
    el seguimiento del proceso de obtención del resultado
    esperado, mientras la tercera variante considera legítimas
    las dos formas de evaluación anteriores.

    Nosotros nos adscribimos al tercer criterio, pues, a
    nuestro modo de ver, tanto el primer tipo de evaluación
    como el segundo deben efectuarse a través de determinados
    indicadores que reflejen lo más fiel posible las
    manifestaciones del proceso o del resultado a evaluar.

    Cuando vamos a seleccionar un indicador debemos hacerlo
    con la mayor precisión posible, de manera que oriente de
    forma completa tanto al profesor como al alumno.
    ¿Cómo lograrlo? La determinación de los
    indicadores con los que se habrá de operar no debe obviar,
    bajo ningún concepto, que estos deban responder a la misma
    naturaleza del fenómeno que se estudia. Estos indicadores
    constituyen en sí los criterios evaluativos que nos
    permitirán realizar la evaluación
    pertinente.

    La habilidad para hallar estos indicadores nos obliga a
    remitirnos a la determinación de aquellos aspectos
    necesarios e imprescindibles, es decir, esenciales, que debe
    ejecutar el alumno, en este caso en el proceso de aprendizaje de
    un determinado conocimiento o habilidad.

    ¿Cómo es posible determinar estas
    invariantes funcionales y sus correspondientes
    indicadores?

    Para ejecutar cualquier habilidad es preciso operar con
    determinadas acciones y operaciones. La no realización de
    tales instrumentaciones implicaría que no tendría
    lugar dicha actuación. A la determinación de estas
    invariantes podemos llegar a partir del criterio de expertos. Se
    infiere que el profesor se constituya en un experto de las
    habilidades que enseña, por lo que podrá determinar
    las invariantes funcionales que correspondan a cada habilidad que
    persigue sistematizar y convertir en hábito en el
    alumno.

    Ejemplo: Queremos desarrollar como
    habilidad de nuestros alumnos la instrumentación resumir
    un texto, asumida ahora de modo conveniente como acción,
    que consta de tres invariantes funcionales que el alumno
    deberá ejecutar con el siguiente orden
    lógico:

    a) Leer analíticamente el texto.

    b) Extraer las ideas esenciales del texto.

    c) Jerarquizar las ideas esenciales
    determinadas.

    Una vez que el profesor ha determinado las invariantes
    funcionales de la instrumentación ejecutora que desea
    evaluar, procederá a caracterizar los niveles de dominio
    de estas.

    Para el análisis de los resultados necesitamos de
    una escala valorativa en forma de una Tabla de contingencias o de
    Doble entrada, donde las columnas de la izquierda registren todas
    las invariantes funcionales que componen la
    instrumentación ejecutora a evaluar y las filas registren
    los diferentes niveles de dominio, que pueden oscilar desde un
    nivel muy bajo hasta un nivel muy alto.

    Al determinar los indicadores que nos permitan definir
    los niveles de dominio que caracterizan la ejecución del
    estudiante, estos han de corresponderse con el tipo de
    instrumentación ejecutora seleccionada. Los indicadores
    pueden expresarse en función del grado de independencia
    mostrado en la ejecución, de la rapidez con que la
    ejecuta, de la cantidad de errores que se cometen durante la
    operación, del número de repeticiones que realiza
    antes de obtener el resultado, entre otros.

    ALUMNO:__________________________________ FECHA:
    ____________

    HABILIDAD: Resumir un texto.

    NIVELES DE DOMINIO

    ACCIONES DE LA
    HABILIDAD

    MUY BAJO

    BAJO

    MEDIO

    ALTO

    MUY ALTO

    Leer analíticamente el
    texto

     

     

    X

     

     

    Extraer las
    ideas

    esenciales del
    texto

     

    X

     

     

     

    Jerarquizar las ideas
    esenciales determinadas en el texto

     

    X

     

     

     

    Como profesores no debemos conformarnos con que el
    alumno aprenda a realizar una determinada ejecución, sino
    que esta tenga la calidad requerida. Tampoco es deseado que el
    estudiante aprenda a hacer con cierto nivel de dominio
    determinadas operaciones aisladas de una ejecución, pues
    de esta forma no cumpliría el objetivo
    propuesto.

    Desde el punto de vista metacognitivo, es conveniente
    que el alumno posea una tabla que le ayude a concientizar
    cómo transcurre en él el proceso de conocimiento y
    su ejecución. Esto lo comenzará a entrenar en el
    conocimiento de sí mismo, en su autovaloración ya
    planificar y organizar su ejecución, en función de
    una autoevaluación creada en la que esté en
    correspondencia su nivel de aspiración con las
    posibilidades con las que realmente cuenta.

    Ahora bien, una vez que tengamos los indicadores que nos
    ayudarán a evaluar con mayor objetividad al estudiante, y
    al mismo tiempo, a que este se autoevalúe, se hace
    necesario traducir esos indicadores en un código de
    calificación.

    ¿Qué entender por código de
    calificación?

    Cuando se trata de calificar u otorgar un valor a una
    determinada manifestación de un fenómeno esto nos
    hace remitirnos al concepto de medición, pues es necesario
    comparar dicha manifestación con una unidad de
    medida.

    Reflexionemos por un momento en la posibilidad de
    determinar con exactitud numérica cuánto
    conocimiento, habilidad o capacidad, posee una persona en
    comparación con otra. ¿Cuál es la unidad de
    medida de un conocimiento o de una habilidad?

    El conocimiento o la habilidad son fenómenos de
    naturaleza psíquica relativos al subsistema de
    autorregulación cognitivo – instrumental de la
    personalidad, y como todo fenómeno psíquico, en
    sí mismo no son mensurables. Sin embargo, a la hora de
    evaluar al alumno le otorgamos calificaciones.

    ¿Cuál será entonces el criterio a
    seguir para otorgar las calificaciones?

    A la hora de realizar evaluaciones en torno a la calidad
    de una determinada ejecución o conocimiento logrado por el
    alumno, nos debemos apoyar en términos estrictamente
    valorativos acerca del grado de funcionalidad o aplicabilidad de
    ese conocimiento, la posibilidad que tiene el estudiante de
    generalizar una instrumentación dada a diferentes
    conocimientos de distinto grado de complejidad.

    El profesor tendrá la oportunidad de comparar
    cuán adecuada es la ejecución de un estudiante con
    respecto al modelo ofrecido y la evaluación estará
    en dependencia del grado de adecuación de la
    ejecución con respecto al modelo e
    patrón.

    La tabla propuesta por nosotros con los correspondientes
    niveles de dominio, pudiera traducirse a un código de
    calificación aproximado, siempre con la salvedad de que,
    como toda valoración, tendrá un carácter
    subjetivo.

    El código de calificación siempre
    será más imperfecto que la evaluación que lo
    sustenta. Lo más que podemos hacer en nuestro rol de
    profesores es valorar, en función de determinados
    indicadores, la correspondencia con la naturaleza misma de la
    ejecución, su grado de adecuación a un determinado
    modelo, teniendo en cuenta que esta como tal no podrá ser
    medida ni cuantificada en si misma.

    SECUENCIA DE
    ACCIONES PARA ENSEÑAR A LOS ALUMNOS A AUTOEVALUARSE EN LA
    ACTIVIDAD DE TRABAJO INDEPENDIENTE:

    Concientización del
    objetivo:

    Permite al alumno tomar conciencia de lo que se espera
    de él y asumir la responsabilidad correspondiente,
    evidenciada en la disposición para realizar la tarea, con
    lo cual se garantiza la motivación inicial. Se favorece
    haciendo al alumno partícipe de la orientación de
    la tarea.

    Comprensión de la estructura de la
    tarea:

    Demuestra que entiende las partes, el orden o
    componentes de la tarea en conjunto. Se manifiesta en la
    posibilidad de argumentar la estructura de esta, sus facetas, lo
    cual crea condiciones para realizarla y evita la "tendencia a la
    ejecución". Se favorece haciendo al alumno
    partícipe de la comprensión de las exigencias de la
    tarea.

    Operacionalización de la acción o
    acciones comprometidas:

    Se precisa qué operaciones son necesarias para
    dar cumplimiento a la acción para ejecutar la tarea. Se
    favorece enseñando a operar con procesos lógicos
    como definir conceptos, enseñando procedimientos para la
    solución de problemas y tareas en general.

    Utilización de los conocimientos en su
    integración con las acciones dominadas por el
    estudiante:

    Constituye la realización de la tarea, para lo
    cual ante la tarea planteada y para ejecutar la acción y
    sus operaciones se determina qué conocimientos se
    requieren. Se favorece si al alumno se conduce a formar sus
    estrategias de aprendizaje, a ser auténtico en su
    proceder, aunque en el colectivo pueda perfeccionar o incorporar
    un proceder que le da resultado a otro estudiante, brindando la
    ayuda necesaria para mitigar dificultades.

    Valoración de los
    resultados:

    Se controla o revisa cada paso, implica la
    autovaloración del proceso y del resultado así como
    la calificación si esta se ha convenido con el docente o
    grupo de estudiantes. Se favorece con preguntas de
    autorreflexión sobre cómo se operó para
    resolver la tarea.

     

     

     

     

     

    Autor:

    Alexander Luis Ortiz Ocaña

    CENTRO DE ESTUDIOS

    PEDAGÓGICOS Y DIDÁCTICOS

    CEPEDID

    BARRANQUILLA

    2005

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter