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Políticas de juventud: sistema educativo, ciudadanía y participación




Enviado por rafaelburga



    1. Políticas de
      juventud
    2. Educación ciudadana y
      escuela
    3. Aproximaciones prospectivas
      relacionadas con la ciudadanía
    4. Conclusiones
    5. Referencias
      bibliográficas

    1- POLÍTICAS DE
    JUVENTUD

    1.1- ¿Qué es una política de
    juventud?

    Una definición en clave operativa es
    planteada por Balardini: "política de juventud es toda
    acción
    que se oriente tanto al logro y realización de valores y
    objetivos
    sociales referidos al período vital juvenil, como
    así también, aquellas acciones
    orientadas a influir en los procesos de
    socialización involucrados. Trátese
    tanto de políticas
    reparatorias o compensatorias, como de promoción y orientadas al desarrollo y/o
    construcción de
    ciudadanía".

    Agregando otra definición en clave
    participativa,
    Dávila y Silva expresan que: "la
    política de juventud trata de ir generando las condiciones
    en las cuales los jóvenes puedan realizarse en cuanto
    tales y, al mismo tiempo,
    participar en la configuración de la sociedad en la
    que viven".

    Para Touraine, en cuanto a la finalidad de una
    política de juventud, expresa que "el principal objetivo de
    una política de la juventud es incrementar en los
    jóvenes la capacidad de comportarse como actores sociales,
    o sea de modificar su entorno social para realizar proyectos
    personales…centrando su análisis a partir de la noción de
    actor social — en este caso el o la joven —, el cual
    sería "el hombre o
    la mujer que
    intenta realizar objetivos personales en un entorno constituido
    por otros actores, entorno que constituye una colectividad a la
    que él siente que pertenece y cuya cultura y
    reglas de funcionamiento institucional hace suyas, aunque
    sólo sea en parte" … reafirmando que el objetivo
    principal de la política de la juventud, ha de ser "el
    fortalecimiento del espíritu de ciudadanía, que
    comprende a la vez la confianza en las instituciones
    y la conciencia de
    poder
    hace

    escuchar su voz en ellas"

    En la perspectiva de Bango, una política de
    juventud debe considerarse "en sentido estricto, esto es, en su
    dimensión programática; la política de
    juventud como política de legitimación; la política de
    juventud como promotora de construcción de
    ciudadanía… En otras palabras, la perspectiva
    implícita de estas consideraciones sobre política
    desde un punto de vista programático, a nivel del diseño
    y ejecución de "programas
    juveniles o para jóvenes", donde se ha tendido a pensar
    que una política de juventud es la sumatoria de la mayor
    oferta posible
    de aquellos hacia ciertos sujetos jóvenes con ética
    juvenil, es la revalorización de otras dimensiones de
    política juvenil, más allá del sólo
    diseño de acciones determinadas características ;
    dejando muchas veces de lado el componente de lo político
    que subyace a las definiciones programáticas y la
    dimensión de la participación de los mismos
    jóvenes en la perspectiva de construcción de
    ciudadanía" .

    1. 2 Objetivos generales de una
    política de juventud

    Básicamente, agruparemos los objetivos generales
    en dos tipos:

    — La promoción del desarrollo juvenil y de
    la participación de los jóvenes en el diseño
    de la sociedad en que viven, en la medida que les atañe y
    ofreciéndoles posibilidades ciertas de plantear y resolver
    sus problemáticas.

    — Como alternativa compensatoria del
    déficit social. Asistencia, bienestar, «ayudas
    socializadoras» (educación, empleo, tiempo
    libre, recreación, protección, etc.). Se
    incluye en esta perspectiva, el amplio marco que va desde
    aquellas políticas netamente paternalistas y
    asistencialistas hasta el apoyo y estímulo de
    emprendimientos locales y autogestivos .

    1.3 Tipificación de modelos

    Sáez Marín distingue tres tipos de
    políticas de juventud:

    Políticas para la juventud.
    Cuyos rasgos esenciales se resumen en paternalismo,… los
    jóvenes son vistos como vulnerables y sin
    experiencia

    Políticas por la juventud. Es
    decir, "por medio" de los jóvenes… No sirve a los
    jóvenes, se sirve de ellos.

    Políticas con la juventud. Es la
    más moderna en el tiempo y la más innovadora. Su
    principio base es la solidaridad y es
    en esencia participativa, no sólo en el aspecto ejecutivo,
    sino en aquellos procesos que hacen al análisis y a la
    toma de
    decisiones. Activa desde los jóvenes e interactiva en
    la dialéctica juventud-sociedad. No impuesta desde arriba.
    Creativa, abierta y sujeta a mutuo debate
    crítico. Respetuosa y no excluyente.

    Y a su vez agrega:

    • Políticas desde la juventud.
      Definición que refiere a aquellas actividades e
      iniciativas imaginadas, diseñadas y realizadas por los
      mismos jóvenes en condición autogestionaria y aun
      por subsidios otorgados por el Estado a
      colectivos de gestión y trabajo
      juveniles. Es la política que puede observarse
      desarrollar en algunas Casas de Juventud, por
      ejemplo.

    1.4 Niveles analíticos de
    interpretación

    De acuerdo a Werner Schefold debe diferenciarse
    analíticamente entre:

    1. El nivel de la
      administración ocupado específicamente con
      problemas de
      juventud.

    b) El nivel
    parlamentario–legislativo.

    c) El nivel de la política transversal.
    Constituido por otros organismos públicos, que en
    función de las áreas de su
    incumbencia (educación, salud, trabajo, etc.),
    se ocupan también de problemas relevantes para la
    juventud.

    d) El nivel de la política de juventud como
    programa.

    Sostienen Dávila y Silva "Junto a lo anterior, al
    hablar de una política de juventud desde el Estado, no ha
    sido tampoco concebida en su esencia como una política
    social particular hacia un determinado sector social, lo que
    llevó por un buen tiempo a ser sólo
    implementaciones de ciertos programas dirigidos a un
    público juvenil más o menos genérico, y
    principalmente por el hecho de estar asociados al ámbito
    de la
    educación… En dos palabras, el desafío de una
    política de juventud, es pasar de una concepción
    agregativa programática, a una visión constructiva
    de política social de juventud y en eso se ha avanzado
    poco, sin desconocer que son varios los factores que se
    encuentran en juego a la
    hora de enfrentar estos desafíos .

    Los mismos autores sostienen que es necesario
    reposicionar la discusión sobre dos ejes centrales e
    imprescindibles de abordar para una política de juventud:
    el tema de la institucionalidad en materias de juventud; y el rol
    del espacio local en la concreción de una política
    local de juventud, considerando en ello tanto a los agentes
    locales de juventud como el nivel de institucionalidad
    pública de juventud en el contexto local .

    Lo expuesto nos da una clara idea de lo importante que
    resulta la institucionalidad en concordancia con el espacio local
    ; ambos contextos más allá de ser espacios
    físicos , deberían estar preocupados por
    desarrollar estrategias que
    integren a la juventud en un espacio de participación real
    y no con simples proyectos donde sólo actúan como
    segundones.

    Después de haber realizado líneas arriba
    la revisión teórica, los investigadores pensamos
    que los Lineamientos de Políticas de Juventud y la
    Ley del
    CONAJU, están muy lejos de alcanzar la dimensión de
    Políticas de Juventud que se espera o se esperaba de
    ellos, sobre todo en el campo operativo, lo cual se ve de
    sobremanera reflejado en la escasa difusión que se hace de
    los documentos
    referidos al tema, y en el desconocimiento de los jóvenes
    pertenecientes a las bases juveniles de su representante o
    representantes tanto a nivel regional como nacional.

    Se reafirma el hecho de no considerar a las
    Políticas de Juventud como una Política de Estado,
    sino como una especie de Política Sectorial;
    situación que no sólo se presenta en el Perú
    sino también en muchos países
    latinoamericanos.

    1.5– Antecedentes de la política de
    juventud en el Perú

    Bernales en 1985 sostenía "El Perú nunca
    ha tenido una política de juventud, de tal manera que los
    datos que
    permitan identificar su situación actual son expresiones
    de tipo básicamente vegetativos, o en todo caso, de
    políticas sectoriales y generales que en su momento no
    fueron diseñadas para obtener determinados objetivos en la
    población joven del Perú" (Bernales,
    1985) , y ésta afirmación al parecer sigue vigente
    a pesar de que ahora existe una ley para la juventud, que hasta
    el momento parece que no existiera.

    Nos permitimos transcribir lo citado en el documento
    Lineamientos de Políticas de Juventud, por considerarlo no
    resumible e importante. Desde 1985, año declarado por las
    Naciones Unidas
    como el Año Internacional de la Juventud, se han realizado
    diferentes esfuerzos desde el sector
    público orientados a la población joven. Sin
    embargo, dichos esfuerzos no han significado la
    articulación de los sectores involucrados, ocasionando que
    las propuestas no logren constituirse en una política
    integral de juventud.

    En este marco, se identifican iniciativas parlamentarias
    presentadas al Congreso de la República como fue el
    Proyecto de Ley 1564/83-S sobre Promoción Educativa,
    Recreación y Empleo Juvenil (1983).

    Posteriormente, desde 1985 y a partir del Año
    Internacional de la Juventud
    , el Gobierno Central,
    por medio de sus dependencias, las Iglesias, y múltiples
    organismos no gubernamentales, en el ámbito local y
    nacional desarrollaron planes y programas específicamente
    dirigidos a jóvenes.

    Un ejemplo de ello lo constituye la elaboración,
    en el año 1990, del Programa Nacional de Juventud,
    como parte del Plan Nacional de
    Población 1991-1995, a cargo del Consejo Nacional de
    Población-CONAPO
    , en el que se priorizó como
    líneas de acción la salud sexual y reproductiva de
    jóvenes, la promoción del empleo juvenil, la
    prevención del uso indebido de sustancias psicoactivas, la
    educación
    sexual en primaria y secundaria, y el fortalecimiento de
    la
    organización juvenil y de las redes nacionales de
    jóvenes.

    Más reciente, el Plan Nacional de
    Población 1998 – 2002
    , considera a las personas
    adolescentes y
    jóvenes como un importante segmento poblacional que
    "presiona principalmente, aunque no exclusivamente, sobre cuatro
    tipos de servicios:
    educativos, laborales, de salud y recreacionales". Asimismo,
    propone como objetivo específico, "enfatizar entre
    adolescentes y jóvenes las acciones de educación
    sexual y promoción de estilos de vida saludables, en
    especial la prevención del embarazo no
    deseado, la promoción de la equidad de
    género,
    así como el análisis y difusión de su
    realidad socio demográfica".

    En 1992, se promulga el Código de los Niños y
    Adolescentes
    (que entró en vigencia en junio de 1993),
    actualizado en agosto del 2000 mediante Ley Nº 27337, que
    vela por la protección y promoción de los derechos de los menores de
    edad.

    En 1996 se elaboró el Plan Nacional de
    Acción por la Infancia 1996
    – 2000
    , que contiene múltiples referencias y
    objetivos dirigidos a adolescentes, en especial en el campo de la
    educación, la salud y el
    trabajo.

    En 1998, se identificaron propuestas orientadas a dar
    institucionalidad particular al tema de Juventud. Así, en
    el Congreso de la República, la Comisión
    Especial que investiga las Causas y Consecuencias de la Violencia
    Cotidiana
    , elaboró y aprobó, en
    Comisión, el Proyecto de Ley Nº 3749, referido a
    la creación del Instituto Nacional de la Juventud
    (INJU)
    , como organismo público descentralizado
    adscrito al Ministerio de Promoción de la Mujer y del
    Desarrollo
    Humano. Esta iniciativa, sin embargo, no pasó al
    pleno, quedando pendiente su debate y eventual
    aprobación.

    Asimismo, en el marco de las actividades de dicha
    Comisión se realizó una Audiencia Pública
    con las principales Coordinadoras Juveniles que suscribieron el
    Acta de Lima. A través de este documento las
    organizaciones
    juveniles solicitaron al Estado la creación del
    Instituto Nacional de Juventud (INJU), encargado de la
    política nacional de juventud, y exhortaron a la sociedad civil a
    elaborar la Carta de los Derechos de la
    Juventud
    .

    1.6- Lineamientos de políticas de juventud.
    D.S. N° 018-2001-PROMUDEH

    Los intentos por establecer un marco de políticas
    para la población juvenil no datan de fechas recientes. Se
    pueden observar algunas iniciativas que no lograron constituirse
    en marcos normativos para orientar las decisiones dirigidas a
    este grupo
    poblacional (Promudeh, 2001). Para el desarrollo del documento
    que refuerza el DS N° 012-98 PROMUDEH la oficina de la
    Juventud del PROMUDEH [ desarrolló una serie] de diagnósticos,
    análisis, consultas, reflexión y debates iniciado
    en 1999 con representantes

    de entidades publicas, organizaciones no gubernamentales
    y colectivos juveniles (Promudeh,2001). Los Lineamientos de
    Políticas de Juventud están divididos
    básicamente en cuatro áreas: Educación ,
    Salud , Empleo y Capacitación , y Ciudadanía . A
    continuación desarrollaremos las ideas principales que se
    manejan para estas áreas.

    – En lo referente a educación, la oferta
    pública se basa en un mejoramiento de la calidad desde un
    enfoque de competencias,
    para potenciar las áreas de formación integral en
    las que el y la joven demuestran tener ventajas comparativas.
    Además, la preocupación del Estado se dirige a la
    construcción de una cultura ciudadana para inculcar
    valores que garanticen una convivencia
    democrática.

    – Con respecto a salud, la prioridad se orienta en
    disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad, mediante el
    incremento de los hábitos y conductas saludables,
    modificando los comportamientos de riesgo y
    ofreciendo una atención oportuna. Identificando como tema
    prioritario la salud sexual y reproductiva, las infecciones de
    transmisión sexual – ITS, incluyendo el VIH/SIDA, y los
    embarazos no deseados.

    – En el ámbito del empleo y capacitación
    para acercar al joven al mercado laboral, el
    Estado busca identificar necesidades técnicas
    que el mercado laboral esté solicitando, según
    localización geográfica, a fin de ofertar programas
    y proyectos respondiendo a la demanda
    regional, adecuando así la formación técnica
    según sus necesidades.

    – En el ámbito de ciudadanía, el Estado
    orienta sus esfuerzos a promover mecanismos que propicien la
    organización y participación juvenil
    en las distintas áreas de interés y
    en distintos niveles. Estos mecanismos deberán apuntar a
    propiciar una participación ciudadana consciente que les
    permita plantear propuestas y soluciones.

    Las Políticas de Juventud tienen una serie de
    principios,
    objetivos y estrategias, de los cuales hemos extraído
    algunos que tienen vinculación directa con la investigación:

    En relación con los principios, se reconoce que
    los jóvenes son sujetos de derecho con voluntad,
    asegurando su libertad y
    asumiéndolas como actores sociales que formulan,
    implementan y evalúan las políticas dirigidas hacia
    ellos… requiere para el buen entendimiento de sus
    manifestaciones, un abordaje respetuoso, participativo, integral,
    multidisciplinario.

    En cuanto a los objetivos tenemos; promover la
    incorporación de las y los jóvenes a la vida
    política, económica, social y cultural del
    país… el fortalecimiento de sus organizaciones y de los
    mecanismos de participación…incentivar los aportes e
    iniciativas de la generación joven, respetando su
    voluntad, decisión y preferencia, fomentando su
    participación a través de espacios y mecanismos
    adecuados, que les permitan expresar sus opiniones y propuestas a
    la sociedad, promoviendo al joven como sujeto de derecho…
    desarrollar entre los jóvenes una mayor conciencia y
    conocimiento
    sobre sus deberes y derechos… desarrollar mecanismos para la
    participación, la concertación y la
    interrelación con los gobiernos regionales y
    locales.

    Finalmente las estrategias, proponen la
    implementación de un marco legal que favorezca la
    incorporación activa de las organizaciones juveniles
    promoviendo su creación y participación
    autónoma y sostenible en el proceso de
    formulación, implementación, seguimiento y evaluación
    de las políticas y programas de juventud….
    desconcentración de los esfuerzos en la
    formulación, implementación y evaluación
    políticas integrada , lo cual se ve reflejado en la ley
    27802.

    Como hemos podido apreciar, la parte medular de los
    Lineamientos de Políticas de Juventud constituidos por los
    principios, los objetivos y las estrategias, enfatizan en la
    participación de los jóvenes para la
    formulación de éstas políticas, sin embargo
    existe una gran contradicción, pues no se puede analizar,
    aprobar, desaprobar, criticar ó proponer sobre temas que
    no se conocen y no se difunden cuando es un derecho ejercible y
    no reclamable.

    1.7- Consejo Nacional de la Juventud. Ley N°
    27802

    "Señor Presidente del Congreso, promulgo
    hoy la Ley de Creación del Consejo Nacional de la
    Juventud, poniendo de ésta manera el cúmplase a
    un compromiso contraído con la juventud de mi patria.
    Hoy por primera vez en la Historia del
    Perú, se concreta el sueño de ser protagonista
    de su propio destino y del desarrollo nacional…se cierra el
    capítulo de abandono de ella"

    (Mensaje a la Nación del Dr. Alejandro Toledo
    Manrique, el 28 de Julio del 2002)

    Fragmento del discurso que
    emociona en el instante, arranca el aplauso, de los congresistas,
    muchas de ellos dejaron de ser jóvenes
    cronológicamente, pero que al situarse en el momento
    actual , después de algunos meses de su puesta en
    funcionamiento, el Concejo Nacional de la Juventud no ha tomado
    el protagonismo ni tiene la representatividad que se esperaba, y
    el tan supuesto cierre de capitulo de abandono de la juventud, de
    la indiferencia frente a sus angustias y anhelos, aun sigue con
    las puertas abiertas de par en par sin visos de que alguien las
    intente cerrar, mucho menos las autoridades.

    Sin embargo la ley está dada y para efectos de la
    investigación hemos extraído párrafos o
    artículos completos que a continuación detallamos,
    enfocados principalmente en el tema de la
    Participación.

    Del Título Preliminar, el Artículo V:
    Principio De Participación, dice: "El Estado promueve la
    participación de los jóvenes en la vida
    política, económica, cultural y social de la
    Nación.
    Promueve la participación organizada de la juventud como
    órgano de consulta y coordinación en materia de
    juventud, a nivel del Gobierno Local, Regional y
    Nacional".

    Del Título I: Disposiciones Generales,
    Capítulo I: Objetivos y Alcances de la Ley, el
    Artículo 1: Objetivos de la ley, dice: "La presente ley
    tiene por objeto establecer el marco normativo e institucional
    que oriente las acciones del Estado y la Sociedad en materia de
    política juvenil, que permite impulsar las condiciones de
    participación y representación democrática
    de los jóvenes, orientados a la promoción y
    desarrollo integral de la juventud".

    Del Título II: Derechos y Deberes De La Juventud,
    Capítulo I: De los Derechos, el Artículo 3:
    Derechos, inciso "g" dice: "Al reconocimiento por parte del
    Estado de las iniciativas emprendidas y logros obtenidos por los
    jóvenes y para los jóvenes". En el Capítulo
    II: De Los Deberes, del mismo Título, el Artículo
    4: Deberes, dice: "Son deberes de los jóvenes el respeto,
    cumplimiento y promoción del ordenamiento Constitucional y
    legal, asumiendo su rol participativo y solidario en el proceso
    de desarrollo local, regional y nacional según
    corresponda…"; y del Capítulo III: Participación
    y Coordinación, del mismo Título, el
    Artículo 5: Participación y Coordinación:
    Estado, sociedad y Juventud, dice: "La participación es un
    derecho y condición fundamental de los jóvenes para
    su integración en los procesos de desarrollo
    social, impulsando su reconocimiento como actores del
    quehacer nacional. Para el diseño e implementación
    de las políticas en materia de juventud, el Estado, la
    sociedad, con la participación de la juventud organizada,
    coordinará los lineamientos, planes y programas que
    contribuyan a la promoción socioeconómica, cultural
    y política de la juventud".

    Del Título III: Consejo Nacional de la Juventud –
    CONAJU, Capítulo III: Comisión Nacional De La
    Juventud, el Artículo 11: Funciones, dice:
    "Promover y Fortalecer mecanismos de participación
    efectiva de la juventud en el diseño de políticas,
    planes, estrategias y programas que contribuyan a su desarrollo"
    y el Artículo 14 : Atribuciones y Funciones de la
    Presidencia, del mismo Capítulo, en su inciso "b" dice:
    "Formular, diseñar y proponer planes, programas y
    proyectos en beneficio de la juventud que permita su
    participación efectiva en el proceso de desarrollo local,
    regional, nacional".

    Del Capítulo IV: Consejo de Participación
    De La Juventud, del mismo Título, el Artículo 18:
    De la representación de los jóvenes, dice : "En el
    CPJ están representados los jóvenes hasta los 29
    años de edad, de los partidos
    políticos, de las asociaciones u organizaciones
    juveniles… de los centros educativos secundarios…" y
    el Artículo 19 : Funciones, del mismo Capítulo, en
    su inciso "a" , dice: "Promover la participación del joven
    a través de formas, modalidades y mecanismos acordes a sus
    expectativas en función del desarrollo local, regional y
    nacional".

    Reiteradamente, al igual que el DS N 018-2001-PROMUDEH,
    se menciona con mucha énfasis el aspecto participativo que
    hemos descrito en líneas anteriores, pero
    ¿cómo podemos hacer efectiva esta
    participación si la ley no es conocida?, tal vez los
    jóvenes habrán podido escuchar sobre el CONAJU, es
    más, la
    televisión como instrumento eficaz de comunicación, difundía un spot
    publicitario donde se juramentaba a Carmen Vegas Guerrero,
    Presidenta del CONAJU, pero, ¿conocen los jóvenes
    los alcances de la ley? ¿saben que les ofrece?, creemos y
    vamos a tratar de demostrar que no es así.

    Existe un problema estructural, de fondo, que parte,
    desde nuestra óptica,
    de la falta de atención del Gobierno a un organismo creado
    por él, además de la falta de planificación en la difusión, el
    modo de funcionamiento y convocatoria de los representantes
    juveniles.

    En el caso específico de Lambayeque, la
    difusión de la ley y recepción de propuestas estuvo
    a cargo de un Congresista Oficialista, ¿qué se pudo
    rescatar de ésta convocatoria? , casi nada por no decir
    nada. En pocas palabras resultó improductiva,
    intrascendente y pintoresca, pues no estuvo a la altura de
    recoger y canalizar propuestas que aporten en la
    elaboración de una ley que en teoría
    es muy importante y en la práctica aún tiene deudas
    con la juventud.

    Resumiendo, podemos decir que se ha creado un Consejo
    Nacional De La Juventud que aún no asume su rol
    protagónico como organismo integrante de la estructura
    política nacional, y aunque sin voto pero con voz en las
    reuniones ministeriales , podría comenzar a trabajar
    iniciativas a favor de la juventud en forma descentralizada,
    estableciendo eficaces canales de comunicación entre sus
    representantes regionales y coordinando con el Estado diversas
    acciones y actividades, pues éste, tiene la
    obligación de velar por uno de sus organismos integrantes
    y no dejarlo a la deriva, ya sea con asistencia económica
    o asesoría diversa, caso contrario un gran proyecto como el
    CONAJU puede quedar solamente a nivel de compromiso cumplido
    asumiendo una promesa electoral, un gran elefante blanco que
    reafirme lo que sostiene Bernales: "para la juventud el Estado es
    un referente ausente y para éste simplemente la juventud
    no existe" (Bernales,1985); o la reflexión de Zaki Laidi,
    citada por Tedesco: "El fin de la utopía ha provocado la
    socialización de la urgencia, erigida en categoría
    central de la política. Así nuestras sociedades
    pretenden que la urgencia de los problemas les impida reflexionar
    sobre un proyecto, mientras que en realidad es la ausencia total
    de perspectiva lo que nos hace esclavos de la urgencia" (Tedesco,
    1996).

    1.8-Deficiencias en la difusión de las
    Políticas de Juventud

    Resulta inexplicable que a pesar de contar con
    representantes regionales en el Consejo de Participación
    de la Juventud, hasta el momento no se implementen mecanismos de
    difusión de la ley, pues los folletos que la contienen,
    están apilados en una oficina fantasmal de
    COOPOP-Chiclayo, en vez de facilitarlos a diversas instituciones
    educativas, juveniles, parroquiales, deportivas, etc, para que la
    conozcan, la analicen, debatan y si tienen alguna iniciativa o
    propuesta importante la formulen, aprovechando uno de los
    beneficios de la Ley N° 27802 que permite restringir las
    propuestas e iniciativas al ámbito local y regional, nos
    referimos al Artículo VI: Principio de Descentralización del Título
    Preliminar que a la letra dice "El Estado promueve y contribuye
    en la ejecución de políticas, planes, programas y
    proyectos a favor de la juventud en el nivel local, regional y
    nacional, contribuyendo a su desarrollo integral" (Ley
    27802-CONAJU,2002).

    2- EDUCACIÓN
    CIUDADANA Y ESCUELA

    2.1- Educación ciudadana

    La educación, es el proceso intencionado para
    promover la adquisición de un conjunto de capacidades y
    valores necesarios para la vida social, para la cultura de
    grupo… La educación ciudadana puede contribuir a la
    superación de los principales problemas que impiden la
    convivencia pacífica, tales como la pobreza, la
    exclusión, la violencia, la inequidad. (Palacios, 1997).
    Lo representa de forma interesante en el siguiente
    gráfico:

     2.2- La socialización política
    desde la escuela

    Según Ramón
    López: "el estudio de la socialización
    política realizada por las instituciones educativas, las
    relaciones de poder que allí se establecen, la presión de
    determinados grupos
    sociales por controlar los procesos y resultados de la
    educación, el análisis de las ideologías
    educativas, el papel del Estado y otros actores de la
    educación, la ordenación, orientación
    política y en general del sistema
    educativo, los elementos sociopolíticos del curriculum,
    por citar algunos campos de interés, han sido
    excesivamente olvidadas por los estudios de la ciencia
    política" (López , 2000), lo cual pone de
    manifiesto que éste es un problema que no sólo
    atañe a nuestro país y que es más complejo
    de lo que se piensa.

    A este respecto se puede hacer referencia a Ames quien
    señala: "Desde la década de 1970, diversos estudios
    de socialización política realizadas desde la
    Sociología y las ciencias
    políticas han llamado la atención sobre la
    importancia de la escuela en la adquisición y
    construcción de valores políticos (Dawson, Dawson y
    Prewitt, 1977; Segovia, 1975; Weissberg,1974; Easton y Dennis,
    1969; Hess y Torney, 1967)… Se basan en el supuesto de que las
    conductas políticas son en gran medida aprendidas y que
    por ende, están condicionadas por el entorno. Desde esta
    perspectiva centrada en la forma en que los individuos aprenden
    su rol político, existe un acuerdo en que la
    socialización política comienza en la niñez
    temprana…Sin embargo también se ha señalado la
    necesidad de incluir aprendizajes que aún sin tener un
    contenido explícitamente político, se refiere a
    actitudes
    sociales políticamente significativas y a la
    adquisición de características de personalidad
    que sean políticamente relevantes" (Ames,
    1999).

    Este enfoque también hace referencia a dos tipos
    de socialización política: una manifiesta y otra
    latente . Como toda teoría, está expuesta a ciertas
    limitaciones, tal como lo explica Ames: "tienen que ver con el
    carácter conservador de los primeros
    estudios sobre el tema, que ponen un énfasis en el
    significado de la socialización política para la
    conservación del sistema
    político, lo que genera una tendencia a identificarla
    con la perpetuación del status quo, criticada
    posteriormente por otros autores (Easton y Demnis, 1969). En
    efecto se puede notar una preocupación por garantizar la
    internalización de valores políticos y de
    identificación con el sistema, desde las instancias de
    socialización que limitan una visión más
    crítica
    de la sociedad y el sistema político al que se
    pertenece… A partir de 1980 los estudios de
    socialización tomaron otro rumbo en relación al
    tema de Educación Ciudadana, el cual adquiere creciente
    importancia en Latinoamérica y en países europeos
    (especialmente de Europa del este)"
    (Ames , 1999).

    La educación ciudadana, ligada a la
    preocupación por los procesos de democratización y
    el fortalecimiento de la democracia,
    considera al sistema educativo como un espacio fundamental para
    la construcción y práctica de estos valores (
    Arregui y Cueto,1998).

    Si tomamos en cuenta el punto de vista de Tedesco:
    "Existe un consenso cada vez más extendido según el
    cual la escuela no esta cumpliendo satisfactoriamente la
    función de formar a las futuras generaciones en las
    capacidades que requieren el desempeño ciudadano para una sociedad que
    se transforma rápidamente… hoy es preciso preguntarse si
    la escuela será la institución socializadora del
    futuro y si la formación de las generaciones futuras
    exigirá el mismo diseño institucional" (Tedesco,
    1996), y si a éste punto de vista sumamos la
    explicación de Ames: "Aunque algunos autores han remarcado
    el papel de la escuela en el mantenimiento
    de un orden determinado (Bourdieu y Passeron 1981; Vasconi,
    1970), el desarrollo posterior de la Sociología
    de la Educación, la teoría critica y la
    introducción del enfoque cualitativo
    (ligado a la etnografía), han puesto de relieve el
    papel activo de los sujetos en el espacio escolar" (Ames , 1999)
    ; podemos concluir en la importancia que tiene o debería
    tener la educación escolar en la formación de los
    ciudadanos.

    2.3- Educación ciudadana en la
    escuela

    Compartimos la reflexión y las preguntas que se
    plantea María Palacios: " La escuela puede actuar sobre
    algunos factores que contribuyen a que niños y
    adolescentes aprendan a sentirse y actuar como ciudadanos del
    futuro…¿Qué podemos hacer los
    educadores?¿Cómo puede nuestro trabajo
    pedagógico contribuir a formar futuros ciudadanos modernos
    y democráticos? ¿Cómo podemos, desde la
    escuela, ir construyendo una ciudadanía más
    próxima a nuestras imágenes
    de buena convivencia y país deseado?" (Palacios , 1997).
    Los investigadores pensamos que una de las maneras de empezar a
    construir ciudadanos con voluntad de participar es precisamente
    haciéndolos participar, sobre todo cuando existe una ley
    que formalmente y en teoría incluye a los jóvenes,
    haciéndose necesario impregnarle un sentido
    dinámico a la ley, que la haga aplicable y a la par buscar
    los mecanismos o canales que permita efectivizarla ; uno de esos
    canales factibles es la escuela como promotora de propuestas, de
    proyectos que nazcan desde los mismos beneficiarios; al respecto
    Venturo sostiene: "No es suficiente educar en valores, actitudes
    y habilidades que favorezcan la integridad de las personas si las
    prácticas respectivas no están dirigidas a fomentar
    distintas formas de participación pública y
    política. De lo contrario estaríamos hablando de
    educación general, no de educación ciudadana
    [además] un programa de educación ciudadana que
    promueve la participación…difundiendo los derechos de
    participación política y capacitando
    líderes sociales para ejercer esos derechos, debe atender
    al mismo tiempo las condiciones institucionales para que esa
    participación se analice y sea eficaz, sino, el programa
    corre el riesgo de generar expectativas y una consecuente
    desilusión" (Venturo, 1997).

    La CEPAL y la Oficina Regional de la UNESCO plantea que
    para lograr una moderna ciudadanía nuestros países
    requieren una estrategia
    educativa orientada a formar a las personas en:

    La formación del ciudadano incluye, pues, el
    desempeño de las personas en diferentes ámbitos de
    la vida social… Este planteamiento confirma que el
    ámbito de la educación ciudadana es la
    formación de personas para convivir con otros (Palacios,
    1997).

    No podemos hablar del ejercicio de la ciudadanía
    de un joven de 15 años en el mismo sentido que es el caso
    de uno de 18 ó 29 años. Para los jóvenes
    más jóvenes, la asunción de diferentes
    derechos se realiza en forma secuencial y acumulativa, mediante
    un aprendizaje en
    el ejercicio. Esto constituye un desafío en los diversos
    ámbitos institucionales: la familia,
    los medios de
    comunicación masiva, las comunidades y –en
    particular- la escuela.

    "La escuela en particular está llamada a
    fortalecer la capacidad de ciudadanía de los
    jóvenes. El principal obstáculo está en el
    carácter de la escuela como una de las instituciones
    más autoritarias de la sociedad. No sólo no
    enseña habilidades ciudadanas propias de la democracia,
    sino que generalmente no admite otras respuestas que no sean el
    sometimiento o la rebeldía. En otras palabras, la
    construcción de la ciudadanía entre los
    jóvenes mas jóvenes pasa por la
    construcción de estos mismos principios en la
    práctica pedagógica" .

    Al referirse a la ciudadanía en el marco de las
    políticas educativas, Gabriela Fernández, plantea
    el problema en relación a tres factores centrales:
    democracia, ciudadanía y educación, estableciendo
    acertadamente las siguientes relaciones entre ellas:

    – La "consolidación democrática"
    necesita de ciudadanos (Touraine, 1992).

    – En tanto consideramos que la ciudadanía es
    un "proceso de construcción social" y no una realidad
    objetiva y predeterminada (Bárcena, 1997), las personas
    de una sociedad requiere ser formada como
    ciudadanos.

    – La formación de ciudadanos se materializa
    en "contenidos e instancias educativas" particulares y es
    impartida desde diferentes agentes socializadores que son
    responsables de la misma, entre los que se encuentra la escuela
    .

    La misma autora sostiene que en la política
    existen muchas dificultades para el logro del objetivo principal,
    que es formar ciudadanos, entre ellas tenemos:

    • Formar para la solidaridad en un ambiente
      fuertemente competitivo.
    • Practicas discriminatorias dentro de una escuela que
      no respeta las diferencias.
    • Cultura escolar fuertemente jerarquizada y temerosa
      de la participación.
    • Cultura escolar normativa y reactiva, que no favorece
      la innovación autónoma y potencia
      fuertemente la dependencia.
    • Sistema escolar que funciona dentro de la dinámica del mercado.
    • Falta de preparación de los docentes
      para dar una formación como la que se
      propone.

    La formación ciudadana debe darse
    basándose en una combinación de nociones y
    contenidos teóricos, con entrega de valores y ejercicio
    práctico, en un ambiente que sea ejemplo de lo que se
    está proponiendo… frente a las limitaciones que
    subsisten para poner en práctica estos nuevos
    planteamientos, podemos pensar en la escuela como un agente
    formador o deformador de ciudadanos.

    En cuanto a la educación formal, la
    formación ciudadana, más que un contenido (vertical
    o transversal) , es un modelo
    completo que abarca currículo y métodos de
    enseñanza, como también modos de
    administración, organización y
    cultura escolar … Un modelo que busque formar ciudadanos …
    no puede centrarse en evaluar solo sus conocimientos, y menos
    hacerlo a través de la repetición y la
    memorización .

    En la misma línea Cox sostiene: "Es
    comúnmente aceptado que la educación ciudadana
    escolar que se basa sólo en la transmisión de
    conocimiento no tiene mayor valor; ella
    debe constar de procesos de adquisición práctica de
    unas habilidades y puesta en ejercicio o realización de
    unos valores" .

    Con respecto a la formación de la
    ciudadanía desde la escuela Guerrero se hace y a la vez
    nos hace una serie de preguntas , que se sintetizan en la
    siguiente: ¿el estudiante egresará de la escuela
    con la capacidad de ejercer una ciudadanía plena?. La
    batería de preguntas planteadas con obvias respuestas
    negativas, nos hace reflexionar, pero a la vez, desenmascara
    todas las deficiencias del proceso de formación ciudadana
    desde la escuela, cuestionando el proceso en sí , a las
    autoridades y los niveles de participación.

    El estudiante al egresar de la escuela se encuentra con
    la dicotomía de estudiar o no estudiar, si opta por la
    primera alternativa , los centros de educación
    superior incluyendo la Universidad ,
    dudamos mucho que difundan estas políticas de juventud .
    Se complica más la situación si el joven no
    estudia, ¿quién le da a conocer estas
    políticas de juventud? ¿los amigos, la familia, la
    televisión? , poco probable; en
    razón a esta situación la escuela debe asumir su
    rol fundamental de agente socializador y así difundir y
    fomentar la participación de los escolares desde la
    óptica de la educación ciudadana.

    2.4- Relaciones verticales autoritarias en la
    escuela como principales limitantes de la educación
    ciudadana

    En toda la etapa escolar se mantienen estructuras
    rígidas, tradicionales, así Light y otros afirman:
    "Los estudiantes no participan en las decisiones sobre las reglas
    o currículo, o de otras circunstancias que afecten sus
    vidas, no tienen ni siquiera el derecho de hablar, de moverse o
    de ir al baño sin permiso " (Light, Keller y Calhoun ,
    1996), estas posiciones rígidas anulan el sentido
    participativo, de crítica, de reflexión, de tal
    forma que el estudiante siente que no debe ser participe de las
    grandes decisiones que se toman en relación a ellos , como
    las políticas de juventud , pues estas serán
    formuladas por los mayores o los entendidos en el tema,
    creándose en su imaginario una visión de
    exclusión que puede marcar el transcurso de su vida y que
    contribuye a acentuar la sumisión y el

    paternalismo, anulándolo como actor activo y
    parte de un sistema democrático; en relación a lo
    expuesto, Bernales señala: "Cualquier clase de
    paternalismo, por muy noble y bien intencionado que sea, tiene
    algo de castrador y hace daño,
    porque perturba e interfiere el normal desenvolvimiento de
    la
    personalidad del joven. Nada puede ser más negativo
    para éste que resolverle el mundo y debilitarle aquella
    conciencia valorativa tan indispensable para el ejercicio
    responsable de la libertad" (Bernales , 1985).

    Al respecto Guerrero sostiene: "En el caso de los
    colegios, el modelo de autoridad que
    proponemos a los estudiantes no es el de un líder
    estimulador con capacidad de empatía, dispuesto siempre a
    escuchar, atento a las preocupaciones de sus dirigidos,
    permanentemente inquieto por hacerles sentir cómodos,
    interesados en darles responsabilidades para que contribuyan a
    empujar la institución en la misma dirección, convencido de la necesidad de
    comprometerlos en la búsqueda de soluciones a problemas
    comunes. La experiencia de autoridad que viven los muchachos
    habrá de ser por lo general una que se propone a si misma
    como dueña permanente de la verdad, esencialmente
    punitiva, a ratos indulgente pero siempre omnipotente e
    indiscutible" (Guerrero , 1997), y Trahtemberg afirma: "si toda
    la estructura está hecha para que las cosas se hagan de
    arriba hacia abajo, autoritariamente, sin reclamar, sin pensar,
    sin discutir, sin establecer relaciones horizontalmente
    ¿Cómo se puede pretender que en ese contexto se
    educará hacia la interacción
    democrática?"(Trahtemberg , 1998).

    La verticalidad de la autoridad escolar siempre ha
    estado y creemos que seguirá presente si es que el sistema
    educativo no cambia y los directores o maestros no desaprenden y
    aprenden nuevamente, ensayando nuevas pedagogías,
    orientándolas hacia la formación democrática
    de sus alumnos, hacia la construcción de su
    ciudadanía.

    "No puede ser ciudadano quien siente que el espacio
    que ocupa le es profundamente extraño, que le pertenece
    a otros y que, por tanto, nada de lo que ocurra en su interior
    realmente les concierne. El espacio escolar es más
    prestado todavía, porque allí ni siquiera hay
    lugar para la ambigüedad. Toda está estructurado.
    Todo está dispuesto. Ellos sólo tienen que
    insertarse y adaptarse, les guste o no. Pero aún
    así tienen que poner todo su empeño en
    conservarlo así como está. Casi como cuidar la
    casa del vecino" (Guerrero , 1997).

    De esta manera la escuela, que continua siendo la
    principal institución educativa formal del país,
    debería repensarse como un espacio en el cual la
    progresión formativa va de la mano con la
    progresión en el reconocimiento y ejercicio de derechos y
    obligaciones
    (Cáceres , 1997), así la institución escolar
    surge como un nodo central de reafirmación y
    resignificación de la político educativo ; o
    compartiendo la caracterización conceptual y funcional de
    Cullen como un "espacio de vigencia y redefinición de lo
    público, desde donde deberían enseñarse
    contenidos públicamente legitimados y donde radica el
    éxito
    de una verdadera política educativa", asumida
    explícitamente como política de Estado
    (D’Eramo , 2000).

    2.5- Repensando el espacio escolar

    Como ya se ha dicho anteriormente la
    participación es uno de los puntos neurálgicos de
    la educación ciudadana, de ella deriva el desarrollo de
    las capacidades de elegir y de decidir. Enfocada desde la
    perspectiva escolar, nos hace citar a Tedesco: "[lo anteriormente
    mencionado] supone una pedagogía muy diferente a la vigente en
    nuestros sistemas
    escolares. El trabajo en
    equipo, la solidaridad activa entre los miembros del grupo y
    el desarrollo de la capacidad de escuchar, constituyen, entre
    otros, los elementos centrales de esta pedagogía que
    debemos desarrollar desde el punto de vista teórico y
    practico" (Tedesco , 1996).

    A este respecto se puede hacer referencia al destacado
    educador León Trahtemberg cuando en una entrevista
    señaló:

    "[las innovaciones] pasan por el trabajo en grupo,
    maestros que no dictan clases, sino que ponen el tema al debate
    y permiten a los chicos armar sus propias teorías. La pedagogía moderna
    apuesta por la confrontación, el debate, el conflicto "
    (Vargas , 2002).

    Siguiendo esta posición Elizabeth Moscoso
    coordinadora del CIDE para el proyecto "Educación
    Democracia y Participación Estudiantil en Escuelas
    Publicas", manifiesta : "La educación pública (y
    creemos también la privada ) (17) siempre ha sido
    vertical, jerárquica y autoritaria… Si empezamos desde
    la escuela a fomentar los valores
    democráticos, a que el profesor
    comparta el poder con sus alumnos, si todos participan en la toma
    de decisiones estaremos camino a una sociedad mas
    democrática y justa" (Mendoza, 2000).

    En relación al tema Beetham y Boyle sostienen:
    "Una educación democrática no solo consiste en la
    adquisición del saber [ Constitución del país , deberes y
    derechos, derechos
    humanos]…. se fomenta también enseñando a los
    niños a debatir temas de actualidad, a exponer argumentos
    y estructuras y escuchar opiniones de los demás y a
    participar en decisiones colectivas sobre cuestiones que afectan
    la vida de la escuela y de su comunidad, por
    ejemplo mediante reuniones de clase, elección de consejos
    de escuela, etc… Si una democracia las pasara por alto -por
    ejemplo por considerarlas demasiado "políticas"-
    correría el riesgo de perder en gran medida su base
    popular" (Beetham y Boyle, 1995).

    Los puntos expuestos anteriormente no suponen perdida de
    autoridad del profesor, sino más bien la visión de
    formar estudiantes con sentido crítico, reflexivo y
    participativo. En suma como sostiene Morales: "no se trata, pues,
    solo de ubicar fortalezas y debilidades de la escuela, sino de
    reconstruirla en sus relaciones sociales, internas y externas"
    (Morales, 1998) ; [mucho menos] de reformar los contenidos, de
    reformar las condiciones de los maestros y de las escuelas, de
    cambiar la organización o los sistemas de gestión.
    Si cambiamos sólo uno de esos elementos y dejamos al resto
    intacto no cambiamos. (Tedesco, 1998).

    Para concluir vale tener en cuenta el planteamiento de
    Tedesco: "Los jóvenes de hoy están convocados a
    elegir, a tomar decisiones que, hasta hace poco tiempo estaban
    definidas por autoridades externas al individuo: el
    estado, la familia, la iglesia,
    incluso la empresa..
    Enseñar a elegir constituye por ello, una tarea importante
    de la educación para la paz y la democracia. Pero el
    desafío es para la sociedad en su conjunto y no
    sólo para la escuela" (Tedesco , 1996), sin embargo la
    escuela puede y debe dar el primer paso fomentando la
    participación, echando mano de las leyes
    establecidas. No se puede dejar pasar una oportunidad tan
    importante como la que tenemos en nuestras manos.

    Finalmente de lo que se trata es de desterrar la
    imagen que
    tiene el estudiante, de pasar por las aulas escolares como una
    necesidad para acceder a otro nivel educacional, trabajar o
    cumplir con la familia y la sociedad , una especie de saldar una
    cuenta educativa , cambiándola por una imagen de la
    escuela como un espacio donde puedan participar activamente en la
    toma de decisiones importantes.

    3.
    APROXIMACIONES PROSPECTIVAS RELACIONADAS CON LA
    CIUDADANÍA

    No era aconsejable ponerse a esperar la revolución mundial sino de tratar de
    mejorar –si ello era posible – el presente y el
    futuro inmediato.

    (Jorge Basadre)

    Teniendo en cuenta el " Estudio Socialización
    Escolar y Educación en Valores Democráticos: el
    caso de las Escuelas Alternativas " (Benavides, Villarán y
    Cueto , 1999), el cual confirmó la hipótesis general planteada, es decir, el
    poder de los colegios para fomentar valores democráticos
    en los estudiantes, podemos inferir que la escuela está en
    condiciones de llevar a cabo una eficaz y eficiente
    Educación Ciudadana si se lo propone, caso contrario se
    puede correr el riesgo de formar escolares incapaces de ejercer
    una ciudadanía plena, no porque no quieran ejercerla, sino
    porque no han sido formados para ello desde sus centros
    educativos, junto con la complicidad de los otros agentes de
    socialización.

    En lo referido a la Participación Ames plantea
    dos puntos interesantes:

    1-Se refiere a las experiencias participativas
    previas, señalando que el hecho de intervenir genera una
    predisposición favorable para participar en el futuro,
    teniendo en cuenta el carácter y la evaluación de
    tal participación. Es decir si se percibe como
    satisfactoria y si tiene efectos prácticos.

    2-Se refiere a las predisposiciones personales, entre
    las que son fundamentales la autoestima,
    el sentido de eficacia
    personal y la
    resolución de necesidades básicas…

    Así, podemos encontrar diversas aproximaciones
    que señalan que las vivencias en torno a la
    autoridad y las relaciones que se experimentan cotidianamente
    en la escuela, tienen necesariamente implicancias en la forma
    en que los sujetos se plantearan después el tipo de
    participación que pueden ejercer en otros espacios
    públicos. (Ames, 1999).

    a lo que Palacios agrega :

    Si esta capacidad participativa no es fomentada desde
    la escuela se corre el riesgo de alimentar y enfrentar
    experiencias de exclusión que condicionan la imagen que
    los peruanos se forman de sí mismos e influyen sobre su
    autoconcepto e identidad
    con el país, pues nadie se identifica con la sociedad
    que lo maltrata. Las privaciones y la discriminación pueden dar lugar a la
    anomia, el resentimiento y la violencia (Palacios,
    1997).

    Por esta razón que Bernales propone: "La gran
    tarea es precisamente la de organizar a la juventud y darle un
    rol protagónico en la formulación de los problemas
    que tienen que hacer con su problemática; protagonismo que
    en nuestra propuesta comprende tanto su rol de actor, como su
    participación social y ante el Estado como agente creador
    de propuestas" (Bernales, 1985) ; complementando la idea Venturo
    sostiene " A los jóvenes hay que estimularlos a participar
    directamente en los asuntos públicos y no usar el colador
    de las representaciones juveniles cuando se trata de discutir
    acerca del desarrollo de los individuos y de sus múltiples
    comunidades" (Venturo , 2000) . Resulta, entonces, pertinente
    citar a Basadre quien propone: "estimular en ellos [los
    jóvenes] una actitud de
    identificación con su país y con su tiempo, que
    debe justificarse al ofrecer oportunidades efectivas"
    (Basadre,1978).

    Desde una perspectiva más centrada en la
    ciudadanía Jhon Durston sostiene: "La ciudadanía
    latente existe cuando los jóvenes no han encontrado una
    causa que los motive, pero tienen una disposición
    favorable a la participación. También resurge
    cuando un joven ha participado en alguna causa del pasado, y ve
    ya realizado o definitivamente frustrado el objetivo de ese
    ejercicio, puntual, de la ciudadanía…

    El problema surge cuando pasa mucho tiempo antes de
    que vuelva a aparecer un contexto activante de la
    ciudadanía latente: si este lapso se mide en
    años, las capacidades, hábitos y motivaciones
    ciudadanas se atrofian. Si no emerge y se desarrolla en la
    etapa juvenil del ciclo de
    vida, la ciudadanía latente difícilmente
    nacerá en la etapa adulta"

    En la misma perspectiva F. Corominas
    sostiene:

    "Hasta los 12 años termina la edad de oro del
    aprendizaje de los niños, aquí se consume el 80%
    de los periodos sensitivos y a partir de los 20 años
    comienza la edad adulta y termina los periodos
    sensitivos"

    Como dice Tedesco: "[es importante] aceptar una
    reflexión desde la duda, desde las interrogantes y no,
    como estamos acostumbrados, desde la pretensión de brindar
    una respuesta única y categórica. No aceptar la
    duda está provocando la expansión del
    fundamentalismo que invade todos los ámbitos y da lugar
    tanto a visiones que nos aseguran un destino maravilloso como a
    visiones que nos aseguran la catástrofe" (Tedesco,
    1996).

    Según Sinesio López: "En el Perú
    tampoco existe una tradición cultural e intelectual
    interesada en fomentar y analizar las prácticas
    ciudadanas. Ni la familia, ni la escuela, ni la sociedad civil,
    ni las instituciones estatales han sido ni son, aquí
    espacios adecuados donde los peruanos podemos aprender a cultivar
    la ciudadanía… Tampoco las instituciones
    académicas han prestado atención al tema de
    ciudadanía como tal " (López, 1997), empero , que
    importante es la ciudadanía para la consolidación
    democrática de una sociedad, así Jarquín y
    Carrillo sostienen que : "La fortaleza de la sociedad es una
    condición indiscutible para la efectiva vigencia de la
    democracia y para alcanzar un desarrollo
    sostenible y equitativo … el enfoque de desarrollo basado
    en los derechos está convirtiendo los derechos de los
    ciudadanos , en parte integral de los procesos y políticas
    de desarrollo… se ha hecho evidente durante estos
    últimos años que no es posible avanzar en la
    modernización de las economías y la sociedad de
    América
    Latina sin contar con la participación activa de todos
    los ciudadanos en ese proceso" (Jarquín y Carrillo ,
    2001).

    Por ellos más allá de la reflexión
    ingenua y optimista, los investigadores creen que existe un
    espacio explotable para fomentar la participación
    ciudadana, y éste es el espacio escolar. El no esperar que
    pasen las cosas o que cambie la situación para empezar una
    reforma, resulta desalentador pues analizando fríamente la
    situación estamos muy lejos del inicio de una gran
    reforma, sobre todo educativa; el reto es hacer y forzar para que
    las cosas pasen.

    Seria muy importante que los intelectuales
    y técnicos encargados de los diseños curriculares
    en el ámbito de la Educación Ciudadana revisen y
    hagan un sincretismo de los

    currículos escolares de nuestros vecinos:
    Brasil,
    Argentina y Chile ; proyectándose un poco más
    Inglaterra , para
    el tema de formación ciudadana e implementarlo en nuestro
    país.

    CONCLUSIONES

    1. Se ha establecido que la gran mayoría de
      jóvenes, comprendidos entre los 15 y 17 años de
      edad , pertenecientes a los centros educativos de la
      Región Lambayeque , desconocen los Lineamientos de
      Política de Juventud y la Ley del CONAJU , lo cual
      desnuda las deficiencias en la difusión de la ley y
      cuestiona seriamente los niveles de convocatoria y el grado de
      representatividad a nivel institucional y personal , pues los
      entrevistados no conocen a "su representante" tanto a nivel
      local como nacional; y un alto porcentaje desconoce la
      existencia del CONAJU , situación que se podría
      estar replicando en todo el país.
    2. Sociológicamente la investigación
      demuestra que un amplio número de jóvenes
      beneficiarios cuyas edades fluctúan entre los 15 y 17
      años quedan excluidos de una ley que teóricamente
      los incluye y los debería integrar.
    3. Los directores de los centros educativos y los
      docentes conocen sobre el CONAJU de manera simbólica , a
      pesar de que los colegios de educación secundaria de
      menores deben contar con 08 representantes a nivel de la
      Región Lambayeque al Consejo de Participación
      Juvenil (CPJ), que es un estamento del CONAJU.
    4. Se está desaprovechando una importante
      herramienta legal como es la ley del CONAJU, que fomenta la
      Participación y el Asociacionismo; y la escuela como
      agente de socialización y espacio donde se concentra el
      mayor número de jóvenes beneficiarios de la ley,
      comprendidos entre los 15 y 17 años, para la
      difusión de la misma con sus prerrogativas y
      beneficios.
    5. Hasta el momento el CONAJU se ha convertido en una
      especie de elefante blanco , creado por la prisa de cumplir con
      una promesa electoral, pero con escasa visión de futuro
      y planificación; tornándose en una suerte de
      freno que buscó por un lado, reconocer el rol
      trascendental de la juventud en la caída del
      régimen anterior , y por otro lado posicionar en la
      mente de los jóvenes la idea que después de un
      siglo , por fin un gobierno se acordó de ellos y
      promulgó una ley que los incluye , los integra y los
      favorece. Finalmente el CONAJU no encaja en ningún rubro
      de la tipificación de Políticas de Juventud
      propuestos.
    6. En suma, la escuela no está cumpliendo a
      cabalidad con el proceso de Educación Ciudadana ; y el
      CONAJU, tanto a nivel local como nacional no está
      asumiendo el rol para el que fue creado, al no asumir el
      vacío que deja la escuela, específicamente en el
      aspecto participativo.
    7. En relación con la percepciones de los propios
      jóvenes encuestados sobre la etapa que están
      atravesando, se ha establecido que existen dos conceptos
      fijados no sólo en la mentalidad de los jóvenes
      sino en la población en general, ellos son: la moratoria
      social y la edad cronológica en la cual se empieza a ser
      joven, planteada a partir de los 18 años, esta
      última situación socializada básicamente
      por el sentido común.
    8. Existe una demanda escolar que necesariamente debe
      ser tomada en cuenta , la misma que está relacionada con
      temas que no se dictan en el colegio, los mismos que revisten
      mucha importancia y que los adultos o autoridades educativas
      piensan que no interesan a los jóvenes, lo cual nos
      está indicando una necesidad oculta de manifestar que
      también ellos pueden opinar, reflexionar , criticar o
      proponer y no los están dejando , ya sea por el
      rígido sistema escolar o porque se piensa que a su edad
      no pueden tratar temas importantes , tanto a nivel personal
      como también del ámbito local , regional,
      nacional o internacional, frustrando el derecho de libre
      expresión. Esta apertura que podría ser
      canalizada mediante el curso de Educación Cívica
      contribuiría en el acumulamiento gradual de
      teorías y prácticas que culminen con la
      formación de ciudadanos plenos, que actualmente
      constituyen la demanda más urgente de toda sociedad
      democrática, sobre todo si tenemos en cuenta que el
      concepto de
      juventud subyace al de ciudadano.
    9. Los escolares tienen escaso conocimiento sobre
      Educación Ciudadana, observado en concepciones
      dispersas, a veces sesgadas y en gran porcentaje relacionadas
      con la educación en general. Dentro de todo el proceso
      que engloba la Educación Ciudadana, se ha podido
      determinar que existe un alto conocimiento sobre el cuidado
      del Medio
      Ambiente y de forma opuesta se torna extremadamente
      preocupante que un porcentaje significativo de jóvenes
      entrevistados no haya sabido responder cuáles son sus
      deberes y derechos.

      Una Educación Ciudadana que sólo forma
      para el trabajo y no para la participación, no es una
      autentica educación ciudadana , queda reducida al
      concepto de educación general , que forma individuos
      no ciudadanos; lo cual también demuestra que los
      docentes no están capacitados para tratar temas de
      ciudadanía y mucho menos para fomentarla.

    10. La educación ciudadana impartida en la escuela
      , está focalizada en la formación de
      jóvenes para el trabajo más no para la
      acción social , situación que se manifiesta en
      los bajos niveles de participación de los escolares en
      agrupaciones juveniles dentro o fuera del colegio.
    11. Los agentes de socialización no se han
      preocupado por desterrar la asociación de la
      ciudadanía con la mayoría de edad, es decir, de
      un ejercicio normativo.
    12. Existe un gran potencial de jóvenes escolares
      con ganas de participar, para ello sería importante
      difundir la ley del CONAJU en la escuela, pues el estudio pone
      de manifiesto que los jóvenes necesitan una especie de
      protección, un amparo legal
      para despegar, sobre todo si tenemos en cuenta el espacio
      rígido que constituye la escuela y que muchas veces
      resulta castrador. Además se estaría aprovechando
      una de las etapas formativas más importantes del ser
      humano.

    RECOMENDACIONES

    1. Aprovechar la estructura educativa para fomentar en
      los escolares el asociacionismo y la participación,
      sobre todo cuando existe dentro de los propios estudiantes un
      potencial importante con perspectivas de participar, haciendo
      uso de un legítimo derecho que les asiste por
      ley.
    2. Es urgente que el CONAJU, el Ministerio de
      Educación y las Instituciones Juveniles ó
      aquellas que se dediquen a realizar trabajo con jóvenes,
      triangulen esfuerzos sinérgicos, encaminados a incluir
      obligatoriamente la ley del CONAJU dentro del curriculum
      escolar; tomar más en serio la Educación
      Ciudadana y crear espacios reales de participación
      juvenil, que vayan más allá de una visión
      paternalista y de considerar al joven como un limitado actor
      social. Estos espacios generados a posteriori de algún
      proyecto incluirían medios
      radiales, audiovisuales o escritos; ello fortalecería al
      CONAJU, al sector educación y a las instituciones
      juveniles.
    3. A nivel gubernamental y a nivel de bases, debe haber
      mayor exigencia en la elección de los representantes
      juveniles. Pensamos que la capacidad intelectual es
      importante, también lo es el curriculum
      vitae, pero en temas juveniles resulta trascendental la
      formulación de ideas innovadoras, novedosas, que
      estén por encima de discursos
      repetitivos y triviales, de talleres, concursos y
      réplicas que no satisfacen las expectativas creadas y
      que muchas veces resultan manidas. Se requiere gente
      inteligente, ágil de pensamiento y fundamentalmente con capacidad
      de gestión y propuesta novedosa.

      Ésta propuesta contaría con el apoyo
      de la Universidad sobre todo de aquellas que cuentan con
      carreras de Ciencias Sociales, de tal forma que los
      estudiantes de los últimos ciclos desarrollen una
      Labor Social , acudiendo en horarios y
      días pactados con los centros educativos a desarrollar
      todo este trabajo. Para darle mayor seriedad el curso
      tendría peso académico dentro del
      currículum escolar y para el universitario
      sería requisito de graduación.

      La convocatoria estaría abierta para
      egresados y personas con experiencia en el tema, que deseen
      contribuir en la consolidación de una sociedad
      democrática. La decisión es de los centros
      educativos en coordinación con las
      Universidades.

    4. Los centros educativos deberían crear un
      área especial de Ciencias
      Sociales, destinadas a reforzar la Educación
      Ciudadana, con teorías, metodologías diversas que
      incluyan talleres , dinámicas, paneles , etc. y
      estrictamente orientado al sentido práctico del
      ejercicio ciudadano, adecuándolo a cada realidad, ya sea
      individual, grupal o comunal.
    5. Pensamos que los datos obtenidos en la
      investigación pueden constituirse en valiosos insumos
      para futuras investigaciones
      o proyectos, por tal motivo, los dejamos a vuestra
      disposición, conscientes que el buen uso que se haga de
      ellos redundará en beneficio de los
      jóvenes.

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