- Políticas de
juventud - Educación ciudadana y
escuela - Aproximaciones prospectivas
relacionadas con la ciudadanía - Conclusiones
- Referencias
bibliográficas
1- POLÍTICAS DE
JUVENTUD
1.1- ¿Qué es una política de
juventud?
Una definición en clave operativa es
planteada por Balardini: "política de juventud es toda
acción
que se oriente tanto al logro y realización de valores y
objetivos
sociales referidos al período vital juvenil, como
así también, aquellas acciones
orientadas a influir en los procesos de
socialización involucrados. Trátese
tanto de políticas
reparatorias o compensatorias, como de promoción y orientadas al desarrollo y/o
construcción de
ciudadanía".
Agregando otra definición en clave
participativa, Dávila y Silva expresan que: "la
política de juventud trata de ir generando las condiciones
en las cuales los jóvenes puedan realizarse en cuanto
tales y, al mismo tiempo,
participar en la configuración de la sociedad en la
que viven".
Para Touraine, en cuanto a la finalidad de una
política de juventud, expresa que "el principal objetivo de
una política de la juventud es incrementar en los
jóvenes la capacidad de comportarse como actores sociales,
o sea de modificar su entorno social para realizar proyectos
personales…centrando su análisis a partir de la noción de
actor social — en este caso el o la joven —, el cual
sería "el hombre o
la mujer que
intenta realizar objetivos personales en un entorno constituido
por otros actores, entorno que constituye una colectividad a la
que él siente que pertenece y cuya cultura y
reglas de funcionamiento institucional hace suyas, aunque
sólo sea en parte" … reafirmando que el objetivo
principal de la política de la juventud, ha de ser "el
fortalecimiento del espíritu de ciudadanía, que
comprende a la vez la confianza en las instituciones
y la conciencia de
poder
hace
escuchar su voz en ellas"
En la perspectiva de Bango, una política de
juventud debe considerarse "en sentido estricto, esto es, en su
dimensión programática; la política de
juventud como política de legitimación; la política de
juventud como promotora de construcción de
ciudadanía… En otras palabras, la perspectiva
implícita de estas consideraciones sobre política
desde un punto de vista programático, a nivel del diseño
y ejecución de "programas
juveniles o para jóvenes", donde se ha tendido a pensar
que una política de juventud es la sumatoria de la mayor
oferta posible
de aquellos hacia ciertos sujetos jóvenes con ética
juvenil, es la revalorización de otras dimensiones de
política juvenil, más allá del sólo
diseño de acciones determinadas características ;
dejando muchas veces de lado el componente de lo político
que subyace a las definiciones programáticas y la
dimensión de la participación de los mismos
jóvenes en la perspectiva de construcción de
ciudadanía" .
1. 2 Objetivos generales de una
política de juventud
Básicamente, agruparemos los objetivos generales
en dos tipos:
— La promoción del desarrollo juvenil y de
la participación de los jóvenes en el diseño
de la sociedad en que viven, en la medida que les atañe y
ofreciéndoles posibilidades ciertas de plantear y resolver
sus problemáticas.
— Como alternativa compensatoria del
déficit social. Asistencia, bienestar, «ayudas
socializadoras» (educación, empleo, tiempo
libre, recreación, protección, etc.). Se
incluye en esta perspectiva, el amplio marco que va desde
aquellas políticas netamente paternalistas y
asistencialistas hasta el apoyo y estímulo de
emprendimientos locales y autogestivos .
1.3 Tipificación de modelos
Sáez Marín distingue tres tipos de
políticas de juventud:
— Políticas para la juventud.
Cuyos rasgos esenciales se resumen en paternalismo,… los
jóvenes son vistos como vulnerables y sin
experiencia
— Políticas por la juventud. Es
decir, "por medio" de los jóvenes… No sirve a los
jóvenes, se sirve de ellos.
— Políticas con la juventud. Es la
más moderna en el tiempo y la más innovadora. Su
principio base es la solidaridad y es
en esencia participativa, no sólo en el aspecto ejecutivo,
sino en aquellos procesos que hacen al análisis y a la
toma de
decisiones. Activa desde los jóvenes e interactiva en
la dialéctica juventud-sociedad. No impuesta desde arriba.
Creativa, abierta y sujeta a mutuo debate
crítico. Respetuosa y no excluyente.
Y a su vez agrega:
- Políticas desde la juventud.
Definición que refiere a aquellas actividades e
iniciativas imaginadas, diseñadas y realizadas por los
mismos jóvenes en condición autogestionaria y aun
por subsidios otorgados por el Estado a
colectivos de gestión y trabajo
juveniles. Es la política que puede observarse
desarrollar en algunas Casas de Juventud, por
ejemplo.
1.4 Niveles analíticos de
interpretación
De acuerdo a Werner Schefold debe diferenciarse
analíticamente entre:
- El nivel de la
administración ocupado específicamente con
problemas de
juventud.
b) El nivel
parlamentario–legislativo.
c) El nivel de la política transversal.
Constituido por otros organismos públicos, que en
función de las áreas de su
incumbencia (educación, salud, trabajo, etc.),
se ocupan también de problemas relevantes para la
juventud.
d) El nivel de la política de juventud como
programa.
Sostienen Dávila y Silva "Junto a lo anterior, al
hablar de una política de juventud desde el Estado, no ha
sido tampoco concebida en su esencia como una política
social particular hacia un determinado sector social, lo que
llevó por un buen tiempo a ser sólo
implementaciones de ciertos programas dirigidos a un
público juvenil más o menos genérico, y
principalmente por el hecho de estar asociados al ámbito
de la
educación… En dos palabras, el desafío de una
política de juventud, es pasar de una concepción
agregativa programática, a una visión constructiva
de política social de juventud y en eso se ha avanzado
poco, sin desconocer que son varios los factores que se
encuentran en juego a la
hora de enfrentar estos desafíos .
Los mismos autores sostienen que es necesario
reposicionar la discusión sobre dos ejes centrales e
imprescindibles de abordar para una política de juventud:
el tema de la institucionalidad en materias de juventud; y el rol
del espacio local en la concreción de una política
local de juventud, considerando en ello tanto a los agentes
locales de juventud como el nivel de institucionalidad
pública de juventud en el contexto local .
Lo expuesto nos da una clara idea de lo importante que
resulta la institucionalidad en concordancia con el espacio local
; ambos contextos más allá de ser espacios
físicos , deberían estar preocupados por
desarrollar estrategias que
integren a la juventud en un espacio de participación real
y no con simples proyectos donde sólo actúan como
segundones.
Después de haber realizado líneas arriba
la revisión teórica, los investigadores pensamos
que los Lineamientos de Políticas de Juventud y la
Ley del
CONAJU, están muy lejos de alcanzar la dimensión de
Políticas de Juventud que se espera o se esperaba de
ellos, sobre todo en el campo operativo, lo cual se ve de
sobremanera reflejado en la escasa difusión que se hace de
los documentos
referidos al tema, y en el desconocimiento de los jóvenes
pertenecientes a las bases juveniles de su representante o
representantes tanto a nivel regional como nacional.
Se reafirma el hecho de no considerar a las
Políticas de Juventud como una Política de Estado,
sino como una especie de Política Sectorial;
situación que no sólo se presenta en el Perú
sino también en muchos países
latinoamericanos.
1.5– Antecedentes de la política de
juventud en el Perú
Bernales en 1985 sostenía "El Perú nunca
ha tenido una política de juventud, de tal manera que los
datos que
permitan identificar su situación actual son expresiones
de tipo básicamente vegetativos, o en todo caso, de
políticas sectoriales y generales que en su momento no
fueron diseñadas para obtener determinados objetivos en la
población joven del Perú" (Bernales,
1985) , y ésta afirmación al parecer sigue vigente
a pesar de que ahora existe una ley para la juventud, que hasta
el momento parece que no existiera.
Nos permitimos transcribir lo citado en el documento
Lineamientos de Políticas de Juventud, por considerarlo no
resumible e importante. Desde 1985, año declarado por las
Naciones Unidas
como el Año Internacional de la Juventud, se han realizado
diferentes esfuerzos desde el sector
público orientados a la población joven. Sin
embargo, dichos esfuerzos no han significado la
articulación de los sectores involucrados, ocasionando que
las propuestas no logren constituirse en una política
integral de juventud.
En este marco, se identifican iniciativas parlamentarias
presentadas al Congreso de la República como fue el
Proyecto de Ley 1564/83-S sobre Promoción Educativa,
Recreación y Empleo Juvenil (1983).
Posteriormente, desde 1985 y a partir del Año
Internacional de la Juventud, el Gobierno Central,
por medio de sus dependencias, las Iglesias, y múltiples
organismos no gubernamentales, en el ámbito local y
nacional desarrollaron planes y programas específicamente
dirigidos a jóvenes.
Un ejemplo de ello lo constituye la elaboración,
en el año 1990, del Programa Nacional de Juventud,
como parte del Plan Nacional de
Población 1991-1995, a cargo del Consejo Nacional de
Población-CONAPO, en el que se priorizó como
líneas de acción la salud sexual y reproductiva de
jóvenes, la promoción del empleo juvenil, la
prevención del uso indebido de sustancias psicoactivas, la
educación
sexual en primaria y secundaria, y el fortalecimiento de
la
organización juvenil y de las redes nacionales de
jóvenes.
Más reciente, el Plan Nacional de
Población 1998 – 2002, considera a las personas
adolescentes y
jóvenes como un importante segmento poblacional que
"presiona principalmente, aunque no exclusivamente, sobre cuatro
tipos de servicios:
educativos, laborales, de salud y recreacionales". Asimismo,
propone como objetivo específico, "enfatizar entre
adolescentes y jóvenes las acciones de educación
sexual y promoción de estilos de vida saludables, en
especial la prevención del embarazo no
deseado, la promoción de la equidad de
género,
así como el análisis y difusión de su
realidad socio demográfica".
En 1992, se promulga el Código de los Niños y
Adolescentes (que entró en vigencia en junio de 1993),
actualizado en agosto del 2000 mediante Ley Nº 27337, que
vela por la protección y promoción de los derechos de los menores de
edad.
En 1996 se elaboró el Plan Nacional de
Acción por la Infancia 1996
– 2000, que contiene múltiples referencias y
objetivos dirigidos a adolescentes, en especial en el campo de la
educación, la salud y el
trabajo.
En 1998, se identificaron propuestas orientadas a dar
institucionalidad particular al tema de Juventud. Así, en
el Congreso de la República, la Comisión
Especial que investiga las Causas y Consecuencias de la Violencia
Cotidiana, elaboró y aprobó, en
Comisión, el Proyecto de Ley Nº 3749, referido a
la creación del Instituto Nacional de la Juventud
(INJU), como organismo público descentralizado
adscrito al Ministerio de Promoción de la Mujer y del
Desarrollo
Humano. Esta iniciativa, sin embargo, no pasó al
pleno, quedando pendiente su debate y eventual
aprobación.
Asimismo, en el marco de las actividades de dicha
Comisión se realizó una Audiencia Pública
con las principales Coordinadoras Juveniles que suscribieron el
Acta de Lima. A través de este documento las
organizaciones
juveniles solicitaron al Estado la creación del
Instituto Nacional de Juventud (INJU), encargado de la
política nacional de juventud, y exhortaron a la sociedad civil a
elaborar la Carta de los Derechos de la
Juventud.
1.6- Lineamientos de políticas de juventud.
D.S. N° 018-2001-PROMUDEH
Los intentos por establecer un marco de políticas
para la población juvenil no datan de fechas recientes. Se
pueden observar algunas iniciativas que no lograron constituirse
en marcos normativos para orientar las decisiones dirigidas a
este grupo
poblacional (Promudeh, 2001). Para el desarrollo del documento
que refuerza el DS N° 012-98 PROMUDEH la oficina de la
Juventud del PROMUDEH [ desarrolló una serie] de diagnósticos,
análisis, consultas, reflexión y debates iniciado
en 1999 con representantes
de entidades publicas, organizaciones no gubernamentales
y colectivos juveniles (Promudeh,2001). Los Lineamientos de
Políticas de Juventud están divididos
básicamente en cuatro áreas: Educación ,
Salud , Empleo y Capacitación , y Ciudadanía . A
continuación desarrollaremos las ideas principales que se
manejan para estas áreas.
– En lo referente a educación, la oferta
pública se basa en un mejoramiento de la calidad desde un
enfoque de competencias,
para potenciar las áreas de formación integral en
las que el y la joven demuestran tener ventajas comparativas.
Además, la preocupación del Estado se dirige a la
construcción de una cultura ciudadana para inculcar
valores que garanticen una convivencia
democrática.
– Con respecto a salud, la prioridad se orienta en
disminuir las tasas de mortalidad y morbilidad, mediante el
incremento de los hábitos y conductas saludables,
modificando los comportamientos de riesgo y
ofreciendo una atención oportuna. Identificando como tema
prioritario la salud sexual y reproductiva, las infecciones de
transmisión sexual – ITS, incluyendo el VIH/SIDA, y los
embarazos no deseados.
– En el ámbito del empleo y capacitación
para acercar al joven al mercado laboral, el
Estado busca identificar necesidades técnicas
que el mercado laboral esté solicitando, según
localización geográfica, a fin de ofertar programas
y proyectos respondiendo a la demanda
regional, adecuando así la formación técnica
según sus necesidades.
– En el ámbito de ciudadanía, el Estado
orienta sus esfuerzos a promover mecanismos que propicien la
organización y participación juvenil
en las distintas áreas de interés y
en distintos niveles. Estos mecanismos deberán apuntar a
propiciar una participación ciudadana consciente que les
permita plantear propuestas y soluciones.
Las Políticas de Juventud tienen una serie de
principios,
objetivos y estrategias, de los cuales hemos extraído
algunos que tienen vinculación directa con la investigación:
En relación con los principios, se reconoce que
los jóvenes son sujetos de derecho con voluntad,
asegurando su libertad y
asumiéndolas como actores sociales que formulan,
implementan y evalúan las políticas dirigidas hacia
ellos… requiere para el buen entendimiento de sus
manifestaciones, un abordaje respetuoso, participativo, integral,
multidisciplinario.
En cuanto a los objetivos tenemos; promover la
incorporación de las y los jóvenes a la vida
política, económica, social y cultural del
país… el fortalecimiento de sus organizaciones y de los
mecanismos de participación…incentivar los aportes e
iniciativas de la generación joven, respetando su
voluntad, decisión y preferencia, fomentando su
participación a través de espacios y mecanismos
adecuados, que les permitan expresar sus opiniones y propuestas a
la sociedad, promoviendo al joven como sujeto de derecho…
desarrollar entre los jóvenes una mayor conciencia y
conocimiento
sobre sus deberes y derechos… desarrollar mecanismos para la
participación, la concertación y la
interrelación con los gobiernos regionales y
locales.
Finalmente las estrategias, proponen la
implementación de un marco legal que favorezca la
incorporación activa de las organizaciones juveniles
promoviendo su creación y participación
autónoma y sostenible en el proceso de
formulación, implementación, seguimiento y evaluación
de las políticas y programas de juventud….
desconcentración de los esfuerzos en la
formulación, implementación y evaluación
políticas integrada , lo cual se ve reflejado en la ley
27802.
Como hemos podido apreciar, la parte medular de los
Lineamientos de Políticas de Juventud constituidos por los
principios, los objetivos y las estrategias, enfatizan en la
participación de los jóvenes para la
formulación de éstas políticas, sin embargo
existe una gran contradicción, pues no se puede analizar,
aprobar, desaprobar, criticar ó proponer sobre temas que
no se conocen y no se difunden cuando es un derecho ejercible y
no reclamable.
1.7- Consejo Nacional de la Juventud. Ley N°
27802
"Señor Presidente del Congreso, promulgo
hoy la Ley de Creación del Consejo Nacional de la
Juventud, poniendo de ésta manera el cúmplase a
un compromiso contraído con la juventud de mi patria.
Hoy por primera vez en la Historia del
Perú, se concreta el sueño de ser protagonista
de su propio destino y del desarrollo nacional…se cierra el
capítulo de abandono de ella"
(Mensaje a la Nación del Dr. Alejandro Toledo
Manrique, el 28 de Julio del 2002)
Fragmento del discurso que
emociona en el instante, arranca el aplauso, de los congresistas,
muchas de ellos dejaron de ser jóvenes
cronológicamente, pero que al situarse en el momento
actual , después de algunos meses de su puesta en
funcionamiento, el Concejo Nacional de la Juventud no ha tomado
el protagonismo ni tiene la representatividad que se esperaba, y
el tan supuesto cierre de capitulo de abandono de la juventud, de
la indiferencia frente a sus angustias y anhelos, aun sigue con
las puertas abiertas de par en par sin visos de que alguien las
intente cerrar, mucho menos las autoridades.
Sin embargo la ley está dada y para efectos de la
investigación hemos extraído párrafos o
artículos completos que a continuación detallamos,
enfocados principalmente en el tema de la
Participación.
Del Título Preliminar, el Artículo V:
Principio De Participación, dice: "El Estado promueve la
participación de los jóvenes en la vida
política, económica, cultural y social de la
Nación.
Promueve la participación organizada de la juventud como
órgano de consulta y coordinación en materia de
juventud, a nivel del Gobierno Local, Regional y
Nacional".
Del Título I: Disposiciones Generales,
Capítulo I: Objetivos y Alcances de la Ley, el
Artículo 1: Objetivos de la ley, dice: "La presente ley
tiene por objeto establecer el marco normativo e institucional
que oriente las acciones del Estado y la Sociedad en materia de
política juvenil, que permite impulsar las condiciones de
participación y representación democrática
de los jóvenes, orientados a la promoción y
desarrollo integral de la juventud".
Del Título II: Derechos y Deberes De La Juventud,
Capítulo I: De los Derechos, el Artículo 3:
Derechos, inciso "g" dice: "Al reconocimiento por parte del
Estado de las iniciativas emprendidas y logros obtenidos por los
jóvenes y para los jóvenes". En el Capítulo
II: De Los Deberes, del mismo Título, el Artículo
4: Deberes, dice: "Son deberes de los jóvenes el respeto,
cumplimiento y promoción del ordenamiento Constitucional y
legal, asumiendo su rol participativo y solidario en el proceso
de desarrollo local, regional y nacional según
corresponda…"; y del Capítulo III: Participación
y Coordinación, del mismo Título, el
Artículo 5: Participación y Coordinación:
Estado, sociedad y Juventud, dice: "La participación es un
derecho y condición fundamental de los jóvenes para
su integración en los procesos de desarrollo
social, impulsando su reconocimiento como actores del
quehacer nacional. Para el diseño e implementación
de las políticas en materia de juventud, el Estado, la
sociedad, con la participación de la juventud organizada,
coordinará los lineamientos, planes y programas que
contribuyan a la promoción socioeconómica, cultural
y política de la juventud".
Del Título III: Consejo Nacional de la Juventud –
CONAJU, Capítulo III: Comisión Nacional De La
Juventud, el Artículo 11: Funciones, dice:
"Promover y Fortalecer mecanismos de participación
efectiva de la juventud en el diseño de políticas,
planes, estrategias y programas que contribuyan a su desarrollo"
y el Artículo 14 : Atribuciones y Funciones de la
Presidencia, del mismo Capítulo, en su inciso "b" dice:
"Formular, diseñar y proponer planes, programas y
proyectos en beneficio de la juventud que permita su
participación efectiva en el proceso de desarrollo local,
regional, nacional".
Del Capítulo IV: Consejo de Participación
De La Juventud, del mismo Título, el Artículo 18:
De la representación de los jóvenes, dice : "En el
CPJ están representados los jóvenes hasta los 29
años de edad, de los partidos
políticos, de las asociaciones u organizaciones
juveniles… de los centros educativos secundarios…" y
el Artículo 19 : Funciones, del mismo Capítulo, en
su inciso "a" , dice: "Promover la participación del joven
a través de formas, modalidades y mecanismos acordes a sus
expectativas en función del desarrollo local, regional y
nacional".
Reiteradamente, al igual que el DS N 018-2001-PROMUDEH,
se menciona con mucha énfasis el aspecto participativo que
hemos descrito en líneas anteriores, pero
¿cómo podemos hacer efectiva esta
participación si la ley no es conocida?, tal vez los
jóvenes habrán podido escuchar sobre el CONAJU, es
más, la
televisión como instrumento eficaz de comunicación, difundía un spot
publicitario donde se juramentaba a Carmen Vegas Guerrero,
Presidenta del CONAJU, pero, ¿conocen los jóvenes
los alcances de la ley? ¿saben que les ofrece?, creemos y
vamos a tratar de demostrar que no es así.
Existe un problema estructural, de fondo, que parte,
desde nuestra óptica,
de la falta de atención del Gobierno a un organismo creado
por él, además de la falta de planificación en la difusión, el
modo de funcionamiento y convocatoria de los representantes
juveniles.
En el caso específico de Lambayeque, la
difusión de la ley y recepción de propuestas estuvo
a cargo de un Congresista Oficialista, ¿qué se pudo
rescatar de ésta convocatoria? , casi nada por no decir
nada. En pocas palabras resultó improductiva,
intrascendente y pintoresca, pues no estuvo a la altura de
recoger y canalizar propuestas que aporten en la
elaboración de una ley que en teoría
es muy importante y en la práctica aún tiene deudas
con la juventud.
Resumiendo, podemos decir que se ha creado un Consejo
Nacional De La Juventud que aún no asume su rol
protagónico como organismo integrante de la estructura
política nacional, y aunque sin voto pero con voz en las
reuniones ministeriales , podría comenzar a trabajar
iniciativas a favor de la juventud en forma descentralizada,
estableciendo eficaces canales de comunicación entre sus
representantes regionales y coordinando con el Estado diversas
acciones y actividades, pues éste, tiene la
obligación de velar por uno de sus organismos integrantes
y no dejarlo a la deriva, ya sea con asistencia económica
o asesoría diversa, caso contrario un gran proyecto como el
CONAJU puede quedar solamente a nivel de compromiso cumplido
asumiendo una promesa electoral, un gran elefante blanco que
reafirme lo que sostiene Bernales: "para la juventud el Estado es
un referente ausente y para éste simplemente la juventud
no existe" (Bernales,1985); o la reflexión de Zaki Laidi,
citada por Tedesco: "El fin de la utopía ha provocado la
socialización de la urgencia, erigida en categoría
central de la política. Así nuestras sociedades
pretenden que la urgencia de los problemas les impida reflexionar
sobre un proyecto, mientras que en realidad es la ausencia total
de perspectiva lo que nos hace esclavos de la urgencia" (Tedesco,
1996).
1.8-Deficiencias en la difusión de las
Políticas de Juventud
Resulta inexplicable que a pesar de contar con
representantes regionales en el Consejo de Participación
de la Juventud, hasta el momento no se implementen mecanismos de
difusión de la ley, pues los folletos que la contienen,
están apilados en una oficina fantasmal de
COOPOP-Chiclayo, en vez de facilitarlos a diversas instituciones
educativas, juveniles, parroquiales, deportivas, etc, para que la
conozcan, la analicen, debatan y si tienen alguna iniciativa o
propuesta importante la formulen, aprovechando uno de los
beneficios de la Ley N° 27802 que permite restringir las
propuestas e iniciativas al ámbito local y regional, nos
referimos al Artículo VI: Principio de Descentralización del Título
Preliminar que a la letra dice "El Estado promueve y contribuye
en la ejecución de políticas, planes, programas y
proyectos a favor de la juventud en el nivel local, regional y
nacional, contribuyendo a su desarrollo integral" (Ley
27802-CONAJU,2002).
2- EDUCACIÓN
CIUDADANA Y ESCUELA
2.1- Educación ciudadana
La educación, es el proceso intencionado para
promover la adquisición de un conjunto de capacidades y
valores necesarios para la vida social, para la cultura de
grupo… La educación ciudadana puede contribuir a la
superación de los principales problemas que impiden la
convivencia pacífica, tales como la pobreza, la
exclusión, la violencia, la inequidad. (Palacios, 1997).
Lo representa de forma interesante en el siguiente
gráfico:
2.2- La socialización política
desde la escuela
Según Ramón
López: "el estudio de la socialización
política realizada por las instituciones educativas, las
relaciones de poder que allí se establecen, la presión de
determinados grupos
sociales por controlar los procesos y resultados de la
educación, el análisis de las ideologías
educativas, el papel del Estado y otros actores de la
educación, la ordenación, orientación
política y en general del sistema
educativo, los elementos sociopolíticos del curriculum,
por citar algunos campos de interés, han sido
excesivamente olvidadas por los estudios de la ciencia
política" (López , 2000), lo cual pone de
manifiesto que éste es un problema que no sólo
atañe a nuestro país y que es más complejo
de lo que se piensa.
A este respecto se puede hacer referencia a Ames quien
señala: "Desde la década de 1970, diversos estudios
de socialización política realizadas desde la
Sociología y las ciencias
políticas han llamado la atención sobre la
importancia de la escuela en la adquisición y
construcción de valores políticos (Dawson, Dawson y
Prewitt, 1977; Segovia, 1975; Weissberg,1974; Easton y Dennis,
1969; Hess y Torney, 1967)… Se basan en el supuesto de que las
conductas políticas son en gran medida aprendidas y que
por ende, están condicionadas por el entorno. Desde esta
perspectiva centrada en la forma en que los individuos aprenden
su rol político, existe un acuerdo en que la
socialización política comienza en la niñez
temprana…Sin embargo también se ha señalado la
necesidad de incluir aprendizajes que aún sin tener un
contenido explícitamente político, se refiere a
actitudes
sociales políticamente significativas y a la
adquisición de características de personalidad
que sean políticamente relevantes" (Ames,
1999).
Este enfoque también hace referencia a dos tipos
de socialización política: una manifiesta y otra
latente . Como toda teoría, está expuesta a ciertas
limitaciones, tal como lo explica Ames: "tienen que ver con el
carácter conservador de los primeros
estudios sobre el tema, que ponen un énfasis en el
significado de la socialización política para la
conservación del sistema
político, lo que genera una tendencia a identificarla
con la perpetuación del status quo, criticada
posteriormente por otros autores (Easton y Demnis, 1969). En
efecto se puede notar una preocupación por garantizar la
internalización de valores políticos y de
identificación con el sistema, desde las instancias de
socialización que limitan una visión más
crítica
de la sociedad y el sistema político al que se
pertenece… A partir de 1980 los estudios de
socialización tomaron otro rumbo en relación al
tema de Educación Ciudadana, el cual adquiere creciente
importancia en Latinoamérica y en países europeos
(especialmente de Europa del este)"
(Ames , 1999).
La educación ciudadana, ligada a la
preocupación por los procesos de democratización y
el fortalecimiento de la democracia,
considera al sistema educativo como un espacio fundamental para
la construcción y práctica de estos valores (
Arregui y Cueto,1998).
Si tomamos en cuenta el punto de vista de Tedesco:
"Existe un consenso cada vez más extendido según el
cual la escuela no esta cumpliendo satisfactoriamente la
función de formar a las futuras generaciones en las
capacidades que requieren el desempeño ciudadano para una sociedad que
se transforma rápidamente… hoy es preciso preguntarse si
la escuela será la institución socializadora del
futuro y si la formación de las generaciones futuras
exigirá el mismo diseño institucional" (Tedesco,
1996), y si a éste punto de vista sumamos la
explicación de Ames: "Aunque algunos autores han remarcado
el papel de la escuela en el mantenimiento
de un orden determinado (Bourdieu y Passeron 1981; Vasconi,
1970), el desarrollo posterior de la Sociología
de la Educación, la teoría critica y la
introducción del enfoque cualitativo
(ligado a la etnografía), han puesto de relieve el
papel activo de los sujetos en el espacio escolar" (Ames , 1999)
; podemos concluir en la importancia que tiene o debería
tener la educación escolar en la formación de los
ciudadanos.
2.3- Educación ciudadana en la
escuela
Compartimos la reflexión y las preguntas que se
plantea María Palacios: " La escuela puede actuar sobre
algunos factores que contribuyen a que niños y
adolescentes aprendan a sentirse y actuar como ciudadanos del
futuro…¿Qué podemos hacer los
educadores?¿Cómo puede nuestro trabajo
pedagógico contribuir a formar futuros ciudadanos modernos
y democráticos? ¿Cómo podemos, desde la
escuela, ir construyendo una ciudadanía más
próxima a nuestras imágenes
de buena convivencia y país deseado?" (Palacios , 1997).
Los investigadores pensamos que una de las maneras de empezar a
construir ciudadanos con voluntad de participar es precisamente
haciéndolos participar, sobre todo cuando existe una ley
que formalmente y en teoría incluye a los jóvenes,
haciéndose necesario impregnarle un sentido
dinámico a la ley, que la haga aplicable y a la par buscar
los mecanismos o canales que permita efectivizarla ; uno de esos
canales factibles es la escuela como promotora de propuestas, de
proyectos que nazcan desde los mismos beneficiarios; al respecto
Venturo sostiene: "No es suficiente educar en valores, actitudes
y habilidades que favorezcan la integridad de las personas si las
prácticas respectivas no están dirigidas a fomentar
distintas formas de participación pública y
política. De lo contrario estaríamos hablando de
educación general, no de educación ciudadana
[además] un programa de educación ciudadana que
promueve la participación…difundiendo los derechos de
participación política y capacitando
líderes sociales para ejercer esos derechos, debe atender
al mismo tiempo las condiciones institucionales para que esa
participación se analice y sea eficaz, sino, el programa
corre el riesgo de generar expectativas y una consecuente
desilusión" (Venturo, 1997).
La CEPAL y la Oficina Regional de la UNESCO plantea que
para lograr una moderna ciudadanía nuestros países
requieren una estrategia
educativa orientada a formar a las personas en:
La formación del ciudadano incluye, pues, el
desempeño de las personas en diferentes ámbitos de
la vida social… Este planteamiento confirma que el
ámbito de la educación ciudadana es la
formación de personas para convivir con otros (Palacios,
1997).
No podemos hablar del ejercicio de la ciudadanía
de un joven de 15 años en el mismo sentido que es el caso
de uno de 18 ó 29 años. Para los jóvenes
más jóvenes, la asunción de diferentes
derechos se realiza en forma secuencial y acumulativa, mediante
un aprendizaje en
el ejercicio. Esto constituye un desafío en los diversos
ámbitos institucionales: la familia,
los medios de
comunicación masiva, las comunidades y –en
particular- la escuela.
"La escuela en particular está llamada a
fortalecer la capacidad de ciudadanía de los
jóvenes. El principal obstáculo está en el
carácter de la escuela como una de las instituciones
más autoritarias de la sociedad. No sólo no
enseña habilidades ciudadanas propias de la democracia,
sino que generalmente no admite otras respuestas que no sean el
sometimiento o la rebeldía. En otras palabras, la
construcción de la ciudadanía entre los
jóvenes mas jóvenes pasa por la
construcción de estos mismos principios en la
práctica pedagógica" .
Al referirse a la ciudadanía en el marco de las
políticas educativas, Gabriela Fernández, plantea
el problema en relación a tres factores centrales:
democracia, ciudadanía y educación, estableciendo
acertadamente las siguientes relaciones entre ellas:
– La "consolidación democrática"
necesita de ciudadanos (Touraine, 1992).
– En tanto consideramos que la ciudadanía es
un "proceso de construcción social" y no una realidad
objetiva y predeterminada (Bárcena, 1997), las personas
de una sociedad requiere ser formada como
ciudadanos.
– La formación de ciudadanos se materializa
en "contenidos e instancias educativas" particulares y es
impartida desde diferentes agentes socializadores que son
responsables de la misma, entre los que se encuentra la escuela
.
La misma autora sostiene que en la política
existen muchas dificultades para el logro del objetivo principal,
que es formar ciudadanos, entre ellas tenemos:
- Formar para la solidaridad en un ambiente
fuertemente competitivo. - Practicas discriminatorias dentro de una escuela que
no respeta las diferencias. - Cultura escolar fuertemente jerarquizada y temerosa
de la participación. - Cultura escolar normativa y reactiva, que no favorece
la innovación autónoma y potencia
fuertemente la dependencia. - Sistema escolar que funciona dentro de la dinámica del mercado.
- Falta de preparación de los docentes
para dar una formación como la que se
propone.
La formación ciudadana debe darse
basándose en una combinación de nociones y
contenidos teóricos, con entrega de valores y ejercicio
práctico, en un ambiente que sea ejemplo de lo que se
está proponiendo… frente a las limitaciones que
subsisten para poner en práctica estos nuevos
planteamientos, podemos pensar en la escuela como un agente
formador o deformador de ciudadanos.
En cuanto a la educación formal, la
formación ciudadana, más que un contenido (vertical
o transversal) , es un modelo
completo que abarca currículo y métodos de
enseñanza, como también modos de
administración, organización y
cultura escolar … Un modelo que busque formar ciudadanos …
no puede centrarse en evaluar solo sus conocimientos, y menos
hacerlo a través de la repetición y la
memorización .
En la misma línea Cox sostiene: "Es
comúnmente aceptado que la educación ciudadana
escolar que se basa sólo en la transmisión de
conocimiento no tiene mayor valor; ella
debe constar de procesos de adquisición práctica de
unas habilidades y puesta en ejercicio o realización de
unos valores" .
Con respecto a la formación de la
ciudadanía desde la escuela Guerrero se hace y a la vez
nos hace una serie de preguntas , que se sintetizan en la
siguiente: ¿el estudiante egresará de la escuela
con la capacidad de ejercer una ciudadanía plena?. La
batería de preguntas planteadas con obvias respuestas
negativas, nos hace reflexionar, pero a la vez, desenmascara
todas las deficiencias del proceso de formación ciudadana
desde la escuela, cuestionando el proceso en sí , a las
autoridades y los niveles de participación.
El estudiante al egresar de la escuela se encuentra con
la dicotomía de estudiar o no estudiar, si opta por la
primera alternativa , los centros de educación
superior incluyendo la Universidad ,
dudamos mucho que difundan estas políticas de juventud .
Se complica más la situación si el joven no
estudia, ¿quién le da a conocer estas
políticas de juventud? ¿los amigos, la familia, la
televisión? , poco probable; en
razón a esta situación la escuela debe asumir su
rol fundamental de agente socializador y así difundir y
fomentar la participación de los escolares desde la
óptica de la educación ciudadana.
2.4- Relaciones verticales autoritarias en la
escuela como principales limitantes de la educación
ciudadana
En toda la etapa escolar se mantienen estructuras
rígidas, tradicionales, así Light y otros afirman:
"Los estudiantes no participan en las decisiones sobre las reglas
o currículo, o de otras circunstancias que afecten sus
vidas, no tienen ni siquiera el derecho de hablar, de moverse o
de ir al baño sin permiso " (Light, Keller y Calhoun ,
1996), estas posiciones rígidas anulan el sentido
participativo, de crítica, de reflexión, de tal
forma que el estudiante siente que no debe ser participe de las
grandes decisiones que se toman en relación a ellos , como
las políticas de juventud , pues estas serán
formuladas por los mayores o los entendidos en el tema,
creándose en su imaginario una visión de
exclusión que puede marcar el transcurso de su vida y que
contribuye a acentuar la sumisión y el
paternalismo, anulándolo como actor activo y
parte de un sistema democrático; en relación a lo
expuesto, Bernales señala: "Cualquier clase de
paternalismo, por muy noble y bien intencionado que sea, tiene
algo de castrador y hace daño,
porque perturba e interfiere el normal desenvolvimiento de
la
personalidad del joven. Nada puede ser más negativo
para éste que resolverle el mundo y debilitarle aquella
conciencia valorativa tan indispensable para el ejercicio
responsable de la libertad" (Bernales , 1985).
Al respecto Guerrero sostiene: "En el caso de los
colegios, el modelo de autoridad que
proponemos a los estudiantes no es el de un líder
estimulador con capacidad de empatía, dispuesto siempre a
escuchar, atento a las preocupaciones de sus dirigidos,
permanentemente inquieto por hacerles sentir cómodos,
interesados en darles responsabilidades para que contribuyan a
empujar la institución en la misma dirección, convencido de la necesidad de
comprometerlos en la búsqueda de soluciones a problemas
comunes. La experiencia de autoridad que viven los muchachos
habrá de ser por lo general una que se propone a si misma
como dueña permanente de la verdad, esencialmente
punitiva, a ratos indulgente pero siempre omnipotente e
indiscutible" (Guerrero , 1997), y Trahtemberg afirma: "si toda
la estructura está hecha para que las cosas se hagan de
arriba hacia abajo, autoritariamente, sin reclamar, sin pensar,
sin discutir, sin establecer relaciones horizontalmente
¿Cómo se puede pretender que en ese contexto se
educará hacia la interacción
democrática?"(Trahtemberg , 1998).
La verticalidad de la autoridad escolar siempre ha
estado y creemos que seguirá presente si es que el sistema
educativo no cambia y los directores o maestros no desaprenden y
aprenden nuevamente, ensayando nuevas pedagogías,
orientándolas hacia la formación democrática
de sus alumnos, hacia la construcción de su
ciudadanía.
"No puede ser ciudadano quien siente que el espacio
que ocupa le es profundamente extraño, que le pertenece
a otros y que, por tanto, nada de lo que ocurra en su interior
realmente les concierne. El espacio escolar es más
prestado todavía, porque allí ni siquiera hay
lugar para la ambigüedad. Toda está estructurado.
Todo está dispuesto. Ellos sólo tienen que
insertarse y adaptarse, les guste o no. Pero aún
así tienen que poner todo su empeño en
conservarlo así como está. Casi como cuidar la
casa del vecino" (Guerrero , 1997).
De esta manera la escuela, que continua siendo la
principal institución educativa formal del país,
debería repensarse como un espacio en el cual la
progresión formativa va de la mano con la
progresión en el reconocimiento y ejercicio de derechos y
obligaciones
(Cáceres , 1997), así la institución escolar
surge como un nodo central de reafirmación y
resignificación de la político educativo ; o
compartiendo la caracterización conceptual y funcional de
Cullen como un "espacio de vigencia y redefinición de lo
público, desde donde deberían enseñarse
contenidos públicamente legitimados y donde radica el
éxito
de una verdadera política educativa", asumida
explícitamente como política de Estado
(D’Eramo , 2000).
2.5- Repensando el espacio escolar
Como ya se ha dicho anteriormente la
participación es uno de los puntos neurálgicos de
la educación ciudadana, de ella deriva el desarrollo de
las capacidades de elegir y de decidir. Enfocada desde la
perspectiva escolar, nos hace citar a Tedesco: "[lo anteriormente
mencionado] supone una pedagogía muy diferente a la vigente en
nuestros sistemas
escolares. El trabajo en
equipo, la solidaridad activa entre los miembros del grupo y
el desarrollo de la capacidad de escuchar, constituyen, entre
otros, los elementos centrales de esta pedagogía que
debemos desarrollar desde el punto de vista teórico y
practico" (Tedesco , 1996).
A este respecto se puede hacer referencia al destacado
educador León Trahtemberg cuando en una entrevista
señaló:
"[las innovaciones] pasan por el trabajo en grupo,
maestros que no dictan clases, sino que ponen el tema al debate
y permiten a los chicos armar sus propias teorías. La pedagogía moderna
apuesta por la confrontación, el debate, el conflicto "
(Vargas , 2002).
Siguiendo esta posición Elizabeth Moscoso
coordinadora del CIDE para el proyecto "Educación
Democracia y Participación Estudiantil en Escuelas
Publicas", manifiesta : "La educación pública (y
creemos también la privada ) (17) siempre ha sido
vertical, jerárquica y autoritaria… Si empezamos desde
la escuela a fomentar los valores
democráticos, a que el profesor
comparta el poder con sus alumnos, si todos participan en la toma
de decisiones estaremos camino a una sociedad mas
democrática y justa" (Mendoza, 2000).
En relación al tema Beetham y Boyle sostienen:
"Una educación democrática no solo consiste en la
adquisición del saber [ Constitución del país , deberes y
derechos, derechos
humanos]…. se fomenta también enseñando a los
niños a debatir temas de actualidad, a exponer argumentos
y estructuras y escuchar opiniones de los demás y a
participar en decisiones colectivas sobre cuestiones que afectan
la vida de la escuela y de su comunidad, por
ejemplo mediante reuniones de clase, elección de consejos
de escuela, etc… Si una democracia las pasara por alto -por
ejemplo por considerarlas demasiado "políticas"-
correría el riesgo de perder en gran medida su base
popular" (Beetham y Boyle, 1995).
Los puntos expuestos anteriormente no suponen perdida de
autoridad del profesor, sino más bien la visión de
formar estudiantes con sentido crítico, reflexivo y
participativo. En suma como sostiene Morales: "no se trata, pues,
solo de ubicar fortalezas y debilidades de la escuela, sino de
reconstruirla en sus relaciones sociales, internas y externas"
(Morales, 1998) ; [mucho menos] de reformar los contenidos, de
reformar las condiciones de los maestros y de las escuelas, de
cambiar la organización o los sistemas de gestión.
Si cambiamos sólo uno de esos elementos y dejamos al resto
intacto no cambiamos. (Tedesco, 1998).
Para concluir vale tener en cuenta el planteamiento de
Tedesco: "Los jóvenes de hoy están convocados a
elegir, a tomar decisiones que, hasta hace poco tiempo estaban
definidas por autoridades externas al individuo: el
estado, la familia, la iglesia,
incluso la empresa..
Enseñar a elegir constituye por ello, una tarea importante
de la educación para la paz y la democracia. Pero el
desafío es para la sociedad en su conjunto y no
sólo para la escuela" (Tedesco , 1996), sin embargo la
escuela puede y debe dar el primer paso fomentando la
participación, echando mano de las leyes
establecidas. No se puede dejar pasar una oportunidad tan
importante como la que tenemos en nuestras manos.
Finalmente de lo que se trata es de desterrar la
imagen que
tiene el estudiante, de pasar por las aulas escolares como una
necesidad para acceder a otro nivel educacional, trabajar o
cumplir con la familia y la sociedad , una especie de saldar una
cuenta educativa , cambiándola por una imagen de la
escuela como un espacio donde puedan participar activamente en la
toma de decisiones importantes.
3.
APROXIMACIONES PROSPECTIVAS RELACIONADAS CON LA
CIUDADANÍA
No era aconsejable ponerse a esperar la revolución mundial sino de tratar de
mejorar –si ello era posible – el presente y el
futuro inmediato.
(Jorge Basadre)
Teniendo en cuenta el " Estudio Socialización
Escolar y Educación en Valores Democráticos: el
caso de las Escuelas Alternativas " (Benavides, Villarán y
Cueto , 1999), el cual confirmó la hipótesis general planteada, es decir, el
poder de los colegios para fomentar valores democráticos
en los estudiantes, podemos inferir que la escuela está en
condiciones de llevar a cabo una eficaz y eficiente
Educación Ciudadana si se lo propone, caso contrario se
puede correr el riesgo de formar escolares incapaces de ejercer
una ciudadanía plena, no porque no quieran ejercerla, sino
porque no han sido formados para ello desde sus centros
educativos, junto con la complicidad de los otros agentes de
socialización.
En lo referido a la Participación Ames plantea
dos puntos interesantes:
1-Se refiere a las experiencias participativas
previas, señalando que el hecho de intervenir genera una
predisposición favorable para participar en el futuro,
teniendo en cuenta el carácter y la evaluación de
tal participación. Es decir si se percibe como
satisfactoria y si tiene efectos prácticos.
2-Se refiere a las predisposiciones personales, entre
las que son fundamentales la autoestima,
el sentido de eficacia
personal y la
resolución de necesidades básicas…
Así, podemos encontrar diversas aproximaciones
que señalan que las vivencias en torno a la
autoridad y las relaciones que se experimentan cotidianamente
en la escuela, tienen necesariamente implicancias en la forma
en que los sujetos se plantearan después el tipo de
participación que pueden ejercer en otros espacios
públicos. (Ames, 1999).
a lo que Palacios agrega :
Si esta capacidad participativa no es fomentada desde
la escuela se corre el riesgo de alimentar y enfrentar
experiencias de exclusión que condicionan la imagen que
los peruanos se forman de sí mismos e influyen sobre su
autoconcepto e identidad
con el país, pues nadie se identifica con la sociedad
que lo maltrata. Las privaciones y la discriminación pueden dar lugar a la
anomia, el resentimiento y la violencia (Palacios,
1997).
Por esta razón que Bernales propone: "La gran
tarea es precisamente la de organizar a la juventud y darle un
rol protagónico en la formulación de los problemas
que tienen que hacer con su problemática; protagonismo que
en nuestra propuesta comprende tanto su rol de actor, como su
participación social y ante el Estado como agente creador
de propuestas" (Bernales, 1985) ; complementando la idea Venturo
sostiene " A los jóvenes hay que estimularlos a participar
directamente en los asuntos públicos y no usar el colador
de las representaciones juveniles cuando se trata de discutir
acerca del desarrollo de los individuos y de sus múltiples
comunidades" (Venturo , 2000) . Resulta, entonces, pertinente
citar a Basadre quien propone: "estimular en ellos [los
jóvenes] una actitud de
identificación con su país y con su tiempo, que
debe justificarse al ofrecer oportunidades efectivas"
(Basadre,1978).
Desde una perspectiva más centrada en la
ciudadanía Jhon Durston sostiene: "La ciudadanía
latente existe cuando los jóvenes no han encontrado una
causa que los motive, pero tienen una disposición
favorable a la participación. También resurge
cuando un joven ha participado en alguna causa del pasado, y ve
ya realizado o definitivamente frustrado el objetivo de ese
ejercicio, puntual, de la ciudadanía…
El problema surge cuando pasa mucho tiempo antes de
que vuelva a aparecer un contexto activante de la
ciudadanía latente: si este lapso se mide en
años, las capacidades, hábitos y motivaciones
ciudadanas se atrofian. Si no emerge y se desarrolla en la
etapa juvenil del ciclo de
vida, la ciudadanía latente difícilmente
nacerá en la etapa adulta"
En la misma perspectiva F. Corominas
sostiene:
"Hasta los 12 años termina la edad de oro del
aprendizaje de los niños, aquí se consume el 80%
de los periodos sensitivos y a partir de los 20 años
comienza la edad adulta y termina los periodos
sensitivos"
Como dice Tedesco: "[es importante] aceptar una
reflexión desde la duda, desde las interrogantes y no,
como estamos acostumbrados, desde la pretensión de brindar
una respuesta única y categórica. No aceptar la
duda está provocando la expansión del
fundamentalismo que invade todos los ámbitos y da lugar
tanto a visiones que nos aseguran un destino maravilloso como a
visiones que nos aseguran la catástrofe" (Tedesco,
1996).
Según Sinesio López: "En el Perú
tampoco existe una tradición cultural e intelectual
interesada en fomentar y analizar las prácticas
ciudadanas. Ni la familia, ni la escuela, ni la sociedad civil,
ni las instituciones estatales han sido ni son, aquí
espacios adecuados donde los peruanos podemos aprender a cultivar
la ciudadanía… Tampoco las instituciones
académicas han prestado atención al tema de
ciudadanía como tal " (López, 1997), empero , que
importante es la ciudadanía para la consolidación
democrática de una sociedad, así Jarquín y
Carrillo sostienen que : "La fortaleza de la sociedad es una
condición indiscutible para la efectiva vigencia de la
democracia y para alcanzar un desarrollo
sostenible y equitativo … el enfoque de desarrollo basado
en los derechos está convirtiendo los derechos de los
ciudadanos , en parte integral de los procesos y políticas
de desarrollo… se ha hecho evidente durante estos
últimos años que no es posible avanzar en la
modernización de las economías y la sociedad de
América
Latina sin contar con la participación activa de todos
los ciudadanos en ese proceso" (Jarquín y Carrillo ,
2001).
Por ellos más allá de la reflexión
ingenua y optimista, los investigadores creen que existe un
espacio explotable para fomentar la participación
ciudadana, y éste es el espacio escolar. El no esperar que
pasen las cosas o que cambie la situación para empezar una
reforma, resulta desalentador pues analizando fríamente la
situación estamos muy lejos del inicio de una gran
reforma, sobre todo educativa; el reto es hacer y forzar para que
las cosas pasen.
Seria muy importante que los intelectuales
y técnicos encargados de los diseños curriculares
en el ámbito de la Educación Ciudadana revisen y
hagan un sincretismo de los
currículos escolares de nuestros vecinos:
Brasil,
Argentina y Chile ; proyectándose un poco más
Inglaterra , para
el tema de formación ciudadana e implementarlo en nuestro
país.
- Se ha establecido que la gran mayoría de
jóvenes, comprendidos entre los 15 y 17 años de
edad , pertenecientes a los centros educativos de la
Región Lambayeque , desconocen los Lineamientos de
Política de Juventud y la Ley del CONAJU , lo cual
desnuda las deficiencias en la difusión de la ley y
cuestiona seriamente los niveles de convocatoria y el grado de
representatividad a nivel institucional y personal , pues los
entrevistados no conocen a "su representante" tanto a nivel
local como nacional; y un alto porcentaje desconoce la
existencia del CONAJU , situación que se podría
estar replicando en todo el país. - Sociológicamente la investigación
demuestra que un amplio número de jóvenes
beneficiarios cuyas edades fluctúan entre los 15 y 17
años quedan excluidos de una ley que teóricamente
los incluye y los debería integrar. - Los directores de los centros educativos y los
docentes conocen sobre el CONAJU de manera simbólica , a
pesar de que los colegios de educación secundaria de
menores deben contar con 08 representantes a nivel de la
Región Lambayeque al Consejo de Participación
Juvenil (CPJ), que es un estamento del CONAJU. - Se está desaprovechando una importante
herramienta legal como es la ley del CONAJU, que fomenta la
Participación y el Asociacionismo; y la escuela como
agente de socialización y espacio donde se concentra el
mayor número de jóvenes beneficiarios de la ley,
comprendidos entre los 15 y 17 años, para la
difusión de la misma con sus prerrogativas y
beneficios. - Hasta el momento el CONAJU se ha convertido en una
especie de elefante blanco , creado por la prisa de cumplir con
una promesa electoral, pero con escasa visión de futuro
y planificación; tornándose en una suerte de
freno que buscó por un lado, reconocer el rol
trascendental de la juventud en la caída del
régimen anterior , y por otro lado posicionar en la
mente de los jóvenes la idea que después de un
siglo , por fin un gobierno se acordó de ellos y
promulgó una ley que los incluye , los integra y los
favorece. Finalmente el CONAJU no encaja en ningún rubro
de la tipificación de Políticas de Juventud
propuestos. - En suma, la escuela no está cumpliendo a
cabalidad con el proceso de Educación Ciudadana ; y el
CONAJU, tanto a nivel local como nacional no está
asumiendo el rol para el que fue creado, al no asumir el
vacío que deja la escuela, específicamente en el
aspecto participativo. - En relación con la percepciones de los propios
jóvenes encuestados sobre la etapa que están
atravesando, se ha establecido que existen dos conceptos
fijados no sólo en la mentalidad de los jóvenes
sino en la población en general, ellos son: la moratoria
social y la edad cronológica en la cual se empieza a ser
joven, planteada a partir de los 18 años, esta
última situación socializada básicamente
por el sentido común. - Existe una demanda escolar que necesariamente debe
ser tomada en cuenta , la misma que está relacionada con
temas que no se dictan en el colegio, los mismos que revisten
mucha importancia y que los adultos o autoridades educativas
piensan que no interesan a los jóvenes, lo cual nos
está indicando una necesidad oculta de manifestar que
también ellos pueden opinar, reflexionar , criticar o
proponer y no los están dejando , ya sea por el
rígido sistema escolar o porque se piensa que a su edad
no pueden tratar temas importantes , tanto a nivel personal
como también del ámbito local , regional,
nacional o internacional, frustrando el derecho de libre
expresión. Esta apertura que podría ser
canalizada mediante el curso de Educación Cívica
contribuiría en el acumulamiento gradual de
teorías y prácticas que culminen con la
formación de ciudadanos plenos, que actualmente
constituyen la demanda más urgente de toda sociedad
democrática, sobre todo si tenemos en cuenta que el
concepto de
juventud subyace al de ciudadano. - Los escolares tienen escaso conocimiento sobre
Educación Ciudadana, observado en concepciones
dispersas, a veces sesgadas y en gran porcentaje relacionadas
con la educación en general. Dentro de todo el proceso
que engloba la Educación Ciudadana, se ha podido
determinar que existe un alto conocimiento sobre el cuidado
del Medio
Ambiente y de forma opuesta se torna extremadamente
preocupante que un porcentaje significativo de jóvenes
entrevistados no haya sabido responder cuáles son sus
deberes y derechos.Una Educación Ciudadana que sólo forma
para el trabajo y no para la participación, no es una
autentica educación ciudadana , queda reducida al
concepto de educación general , que forma individuos
no ciudadanos; lo cual también demuestra que los
docentes no están capacitados para tratar temas de
ciudadanía y mucho menos para fomentarla. - La educación ciudadana impartida en la escuela
, está focalizada en la formación de
jóvenes para el trabajo más no para la
acción social , situación que se manifiesta en
los bajos niveles de participación de los escolares en
agrupaciones juveniles dentro o fuera del colegio. - Los agentes de socialización no se han
preocupado por desterrar la asociación de la
ciudadanía con la mayoría de edad, es decir, de
un ejercicio normativo. - Existe un gran potencial de jóvenes escolares
con ganas de participar, para ello sería importante
difundir la ley del CONAJU en la escuela, pues el estudio pone
de manifiesto que los jóvenes necesitan una especie de
protección, un amparo legal
para despegar, sobre todo si tenemos en cuenta el espacio
rígido que constituye la escuela y que muchas veces
resulta castrador. Además se estaría aprovechando
una de las etapas formativas más importantes del ser
humano.
- Aprovechar la estructura educativa para fomentar en
los escolares el asociacionismo y la participación,
sobre todo cuando existe dentro de los propios estudiantes un
potencial importante con perspectivas de participar, haciendo
uso de un legítimo derecho que les asiste por
ley. - Es urgente que el CONAJU, el Ministerio de
Educación y las Instituciones Juveniles ó
aquellas que se dediquen a realizar trabajo con jóvenes,
triangulen esfuerzos sinérgicos, encaminados a incluir
obligatoriamente la ley del CONAJU dentro del curriculum
escolar; tomar más en serio la Educación
Ciudadana y crear espacios reales de participación
juvenil, que vayan más allá de una visión
paternalista y de considerar al joven como un limitado actor
social. Estos espacios generados a posteriori de algún
proyecto incluirían medios
radiales, audiovisuales o escritos; ello fortalecería al
CONAJU, al sector educación y a las instituciones
juveniles. - A nivel gubernamental y a nivel de bases, debe haber
mayor exigencia en la elección de los representantes
juveniles. Pensamos que la capacidad intelectual es
importante, también lo es el curriculum
vitae, pero en temas juveniles resulta trascendental la
formulación de ideas innovadoras, novedosas, que
estén por encima de discursos
repetitivos y triviales, de talleres, concursos y
réplicas que no satisfacen las expectativas creadas y
que muchas veces resultan manidas. Se requiere gente
inteligente, ágil de pensamiento y fundamentalmente con capacidad
de gestión y propuesta novedosa.Ésta propuesta contaría con el apoyo
de la Universidad sobre todo de aquellas que cuentan con
carreras de Ciencias Sociales, de tal forma que los
estudiantes de los últimos ciclos desarrollen una
Labor Social , acudiendo en horarios y
días pactados con los centros educativos a desarrollar
todo este trabajo. Para darle mayor seriedad el curso
tendría peso académico dentro del
currículum escolar y para el universitario
sería requisito de graduación.La convocatoria estaría abierta para
egresados y personas con experiencia en el tema, que deseen
contribuir en la consolidación de una sociedad
democrática. La decisión es de los centros
educativos en coordinación con las
Universidades. - Los centros educativos deberían crear un
área especial de Ciencias
Sociales, destinadas a reforzar la Educación
Ciudadana, con teorías, metodologías diversas que
incluyan talleres , dinámicas, paneles , etc. y
estrictamente orientado al sentido práctico del
ejercicio ciudadano, adecuándolo a cada realidad, ya sea
individual, grupal o comunal. - Pensamos que los datos obtenidos en la
investigación pueden constituirse en valiosos insumos
para futuras investigaciones
o proyectos, por tal motivo, los dejamos a vuestra
disposición, conscientes que el buen uso que se haga de
ellos redundará en beneficio de los
jóvenes.
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