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La Revolución de Mayo




Enviado por galceran



    1. Causas
      indirectas
    2. Antecedentes
      mediatos
    3. Antecedentes
      inmediatos
    4. Causas
      directas
    5. Conclusión
    6. Bibliografía

    INTRODUCCIÓN

    La revolución
    de mayo no surgió como un impulso espontáneo de
    un grupo de
    patriotas decididos; quienes aprovechando momentos de
    circunstancias favorables resolvieron deponer a la autoridad real
    local para reemplazarla por un gobierno propio
    elegido por el pueblo.

    En el presente trabajo se
    demostrará que dichos acontecimientos de 1810 fueron el
    resultante de la conjunción de causas profundas de orden
    político y filosófico, cuyas raíces deben
    rastrearse tanto en la misma España,
    como en los acontecimientos a nivel mundial-tanto europeos como
    americanos-los cuales unidos a la situación particular que
    se vivía en el Río de la Plata, tuvieron como
    resultado lo que llamamos la revolución de mayo de
    1810.

    Tomaremos como punto de partida los antecedentes
    revolucionarios en América, como los de Europa;
    resultando de la primera la independencia
    de los Estados Unidos de
    América y de la segunda un cambio radical
    en cuanto al sistema
    gubernamental francés. Todo ello sumado a las causas
    mediatas como la insurrección de Tupac Amarú en el
    Perú; la condición de las Indias, como dominio exclusivo
    del monarca español;
    la influencia del pensamiento
    escolástico predominante en la península
    ibérica y los pensamientos políticos y
    filosóficos, contarios al absolutismo y
    partidarios de la libertad de
    comercio.
    Pasando por la reacción inmediata del Río de la
    Plata en cuanto a la influencia y consecuencias directas de las
    invasiones inglesas, la invasión napoleónica a
    España y la caducidad de la autoridad española, de
    quien dependían directamente las colonias americanas. Para
    concluir con factores importantes que hacen al monopolio
    comercial, a la discriminación de los criollos en la
    administración
    pública y los anhelos de libertad e independencia del
    pueblo colonial.

    Tomando las causas como fundamentos filosóficos,
    políticos y doctrinarios que han influido directa e
    indirectamente en los acontecimientos objeto del presente; a
    diferencia de los antecedentes; los cuales son considerados como
    circunstancias fácticas anteriores que sirvieron de
    ejemplo e influencia en los patriotas de mayo de 1810.

    CAUSAS INDIRECTAS:

    INFLUENCIAS DOCTRINARIAS

    Durante el siglo XVI, surgieron nuevos desarrollos
    doctrinarios; en cuanto que, por un lado se le otorga al poder un
    contenido absoluto "summa potestas, suprema potestas" y
    por el otro se trata de determinar en quien reside la soberanía y cuales son sus límites.

    Francisco de Vittoria (1486-1546); se ocupo de
    éstas cuestiones desarrollando la teoría
    política
    de Santo Tomás de
    Aquino. Sosteniendo que la potestad pública
    está constituida por derecho
    natural, y teniendo el derecho natural a Dios sólo por
    autor, deviene que el poder público proviene de Dios. La
    autoridad radica en la república, que constituye al
    gobernante para la
    administración de la comunidad; por
    ende cada república puede nombrarse su señor sin
    que para ello sea necesario el consentimiento de todos; sino que
    basta el de la mayor parte. Éstas teorías
    tuvieron su repercusión no solo en España sino
    también fuera de ella; estableciendo las bases del
    derecho
    internacional.

    El último y más conocido
    escolástico fue Francisco Suárez (1548-1617) que
    continua y perfecciona la elaboración doctrinaria, aunque
    con matices distintos, sosteniendo que "la potestad civil,
    cuando se halla en un hombre o en un
    príncipe por derecho legítimo y ordinario
    procedió de la comunidad o próxima o
    permanente"1

    Claro está que Suárez reconoce el origen
    divino de la autoridad, la que; por lo tanto, es de derecho
    natural. Las tendencias sociales del hombre la llevan a unirse
    mediante un acuerdo, que forma un cuerpo místico en el
    cual recae, por derecho natural, la potestad política. Y
    esta sociedad
    así formada, que necesita un dirección, transfiere esa potestad a los
    gobernantes por medio de otro acuerdo o por consentimiento
    tácito, es decir, por derecho humano o positivo que puede
    establecer la forma de gobierno y los límites del
    poder.

    Lo característico de Suárez, consiste, en
    que esa entrega del poder da al gobernante la plenitud de la
    autoridad en los gobiernos monárquicos "porque
    trasladada la potestad al rey, por ella se hace éste
    superior aun al reino que se la dio, porque dándola se
    sometió y se privó de la primitiva
    libertad"2

    1 y 2 Ricardo Zorraquin Becu, "Estudios
    de Historia del
    Derecho" Abeledo-Perrot 1992 pag. 44

    Con ello Suárez se anticipó a las
    doctrinas absolutistas; es cierto que los gobernantes deben
    procurar la realización del bien común, porque el
    ejercicio del poder tiene esa finalidad específica y, en
    consecuencia, el
    príncipe queda obligado a respetar los derechos divino y natural; y
    aún sus propias leyes. Pero el
    pueblo nada puede hacer para obligarlo a cumplirlas; exceptuando
    el caso extremo de tiranía. No pudiendo el rey ser privado
    de esa potestad, porque adquirió dominio de ella, a no ser
    que se incline a la tiranía; causa por la cual el pueblo
    puede hacer guerra justa
    contra él.

    Lo fundamental de esta posición
    escolástica española del siglo XVI consiste en que
    su filosofía política integra una visión del
    mundo en la cual la sociedad humana es parte del orden universal
    creado por Dios y regido por su ley eterna. De
    este sistema deriva la ley natural, a la que deben someterse los
    gobernantes. Frente al derecho divino de los reyes se
    afirmó que la autoridad no proviene de Dios directamente
    sino por intermedio del pueblo que la confiere; expresa o
    tácitamente y la recupera en caso de quedar vacante el
    cargo.

    Pero también, frente a los que ya afirmaban que
    el poder es de institución puramente humana, los
    escolásticos vincularon a la autoridad política con
    el orden de la creación divina y con la naturaleza
    social del hombre, subordinándola así al derecho y
    por lo tanto a normas superiores
    de vigencia necesaria.

    Paralelamente a esta doctrina española van
    surgiendo en otros países una doctrina que desvincula al
    poder de su origen divino, dándole en definitiva un
    carácter absoluto. Es indispensable tener
    en cuenta el término soberanía, de importante
    trascendencia en lo planteado; ya que lo que interesa destacar en
    este sentido es la diferencia radical que existe entre la idea de
    soberanía como poder supremo del Estado y la
    noción escolástica de un poder sometido a normas y
    a la conformidad del pueblo.

    Porque, si el poder es supremo-soberano- carecerá
    de las limitaciones tradicionales que las ideas católicas
    habían impuesto a los
    príncipes. Contra esta concepción reaccionan los
    españoles del siglo XVII que no aceptan
    íntegramente éstas teorías, manteniendo sus
    posturas jusnaturalistas

    Sobre el ambiente
    intelectual del Río de la Plata a principios del
    siglo XIX, pudieron ejercer influencias tres doctrinas
    filosóficas distintas; la primera sería el
    Despotismo Ilustrado, que desconocía los derechos de los
    súbditos frente al poder; la segunda, siguiendo a Locke y
    Rosseau, hacía residir permanentemente en el pueblo la
    soberanía y la tercera consideraba que, al someterse al
    gobernante, el pueblo pierde total o parcialmente la
    soberanía, pero ésta retorna al pueblo en caso de
    faltar el soberano. Ésta última, constituye a su
    vez la doctrina escolástica española de los siglos
    XVI y XVII descripta.

    Las teorías del Despotismo Ilustrado alcanzaron
    difusión en el Río de la Plata; no cabe duda, por
    la dependencia en que se encontraban las colonias con
    España; sobre todo con respecto a la cultura
    transmitida por los funcionarios, el clero y las universidades.
    Haciendo que se conocieran los autores y las ideas que entonces
    predominaban oficialmente en la península. La doctrina del
    derecho divino de los reyes se convirtió en doctrina
    oficial de los reyes Borbones. Tanto en España como en
    América las ideas galicanas aparecen desde el siglo XVII
    para sustentar en ellas el absolutismo. Durante las
    últimas décadas del siglo XVIII hubo en toda
    América una activa propaganda de
    las ideas del mencionado Despotismo Ilustrado. Éstas
    doctrinas que trataban de penetrar en los ambientes intelectuales
    eran regalistas en lo eclesiástico y contrarias a los
    derechos del pueblo en lo político.

    Aún cuando las teorías del derecho divino
    de los reyes no alcanzaran a suscitar adhesiones entusiastas, no
    dejaron de ser una de las varias posiciones que se defendieron
    antes de la revolución de mayo. Siendo ésta
    posición fomentada por los españoles desde la
    expulsión de los jesuitas;
    mediante disposiciones que hacían de control, por
    medio de censores, de lo que se enseñaba a las colonias,
    para impedir la difusión de doctrinas contrarias a la
    autoridad y regalías de la corona; o la de no
    enseñar doctrina relativa al tiranicidio.

    La teoría absolutista continuó siendo
    defendida en España aún después de las
    abdicaciones de Carlos IV y de Fernando VII. Para explicar
    entonces las formaciones de las Juntas se recurrió a
    Jovellanos quien afirmaba que cuando el rey estaba impedido de
    ejercer sus funciones la ley
    o la voluntad nacional dirigida por la Junta, sin comunicar la
    soberanía puede determinar la o las personas que deben
    encargarse del ejercicio del poder.

    Esa predica del absolutismo monárquico
    español, venia unida a la "filosofía de las luces
    de la razón" (Ilustración); el deseo de imponer ciertas
    reformas sociales y económicas condujo a los gobernantes
    españoles y americanos a acentuar el despotismo y la
    consiguiente centralización del poder y el imperio del
    Estado, a fin de alcanzar mas fácilmente la
    transformación. Configurando una paradoja histórica
    en cuanto que "por un lado los filósofos y políticos
    difundían el absolutismo monárquico, y por el otro
    sostenían un sistema racionalista contrario a las
    tradiciones, a los sentimiento religiosos y a las condiciones
    sociales imperantes"3

    El enciclopedismo había penetrado en
    España y en América, aliado a las
    monarquías, para dar lugar al Despotismo Ilustrado, esta
    predica disolvente se cristalizó en Francia en las
    doctrinas que defendían la soberanía del pueblo,
    los derechos naturales del hombre, la libertad e igualdad de
    todos frente al poder, que conducirían a la
    revolución de 1789.

    Sostenemos, siguiendo a Zorraquin Becu, que las
    influencias de los revolucionarios de 1810 y sus antecedentes
    deben buscarse en una combinación de todas las influencias
    que podían gravitar entonces en el pensamiento rioplatense
    con una acentuada inclinación moderna, fundada en el
    sistema jurídico racionalista. "los documentos
    conocidos acerca de ese pensamiento nos permiten, hasta ahora,
    extraer de ellos conclusiones, pero si se los compara con otras
    teorías.. no puede dejar de advertirse una semejanza
    característica que no es obra de la
    casualidad"4

    3 Ricardo Zorraquin Becu. "Estudios de
    Historia del
    derecho" Abeledo-Perrot 1992 pag 59

    4 Idem pag. 74

    SITUACIÓN DE LAS INDIAS

    Las autoridades españolas, desde un primer
    momento, decidieron que todos los productos que
    debieran ser consumidos en sus colonias, debían ser
    abastecidas exclusivamente por las fábricas, campo y
    talleres establecidos en la Península Ibérica y
    transportados, también exclusivamente, por flotas de
    bandera española. Para favorecer esta política, el
    rey, estableció un sistema mercantil llamado "el
    monopolio"; consideró así que los metales y las
    piedras preciosas que se producían en sus posesiones de
    América del sur, llegarían exclusivamente a sus
    arcas.

    Por tanto las mercaderías viajaban desde
    España, a través del Atlántico hasta el
    istmo de Panamá, en
    donde eran desembarcadas, llevadas por tierra hasta
    el Océano Pacífico y ahí re-embarcadas rumbo
    a Lima, entonces capital del
    Virreinato del Perú. Siendo nuevamente despachadas por
    tierra, a lomo de mulas, hacia el Potosí, Tucumán,
    Córdoba, Buenos Aires,
    Asunción, Montevideo, y otros centros poblados de la
    región rioplatense.

    Éste régimen, por demás
    ilógico, hacia que la mercadería llegara a su
    destino con altísimos recargos en sus precios
    originales. Por eso cuando, en 1569, Felipe II autorizó el
    repoblamiento de Buenos Aires, sus habitantes pensaron que a
    través del puerto podrían conseguir
    mercaderías a precios mas accesibles y, además,
    exportar sus excedentes de producción. Sin embargo en 1594 el mismo
    rey prohibió, la entrada y salida del puerto de Buenos
    Aires, de navíos hacia o desde Brasil; por lo
    tanto Buenos Aires se convirtió en un puerto
    cerrado.

    En aquellas primeras épocas, en Buenos Aires,
    prácticamente toda la población era pobre, poco menos que
    miserables; que subsistían gracias a sus propio esfuerzo,
    peleando no sólo contra los elementos naturales sino
    también contra los indígenas. Por ello, Buenos
    Aires era considerada la ‘mas pobre ciudad de las Indias
    Occidentales’, que puesto que en ella no había
    oro ni
    plata."5

    Poco tiempo
    después con la inmigración de colonos agricultores; se
    comenzó a producir trigo, legumbres, vinos, aguardientes,
    cueros crudos y curtidos, frazadas, mantas, ponchos, y muchos
    productos más que comenzaron a vender o intercambiar con
    otras poblaciones de las colonias, especialmente con
    Potosí de donde recibían la plata con la que
    pagaban las mercaderías provenientes de España y
    Brasil. Esta situación no favorecía a los
    comerciantes monopolistas del Río de la Plata ni a los
    españoles; por ello y mediando intervención real se
    destruyeron las producciones locales quedando así sin
    saldos exportables; dando lugar a un profundo resentimiento de
    los productores tanto españoles como criollos.

    5.Oscar A. Jofré, "Antecedentes
    de la Revolución de Mayo". Serie Divulgaciones 2002.
    Pág 6

    A pesar de haber insistido ante la Corona para que
    facilite la comercialización de los excedentes de
    producción, para a su vez poder adquirir productos y
    equipamientos necesarios, las autoridades de Madrid no
    pudieron o no quisieron modificar su política monopolista;
    lo que dio lugar a un comercio irregular, el contrabando.
    Por lo tanto, rápidamente las colonias y especialmente la
    rioplatense comenzaron a ser reabastecidas por comerciantes
    extranjeros especialmente los portugueses, quienes aprovecharon
    la frontera
    común. También se comerciaba con los ingleses,
    norteamericanos, todos ellos con sus propias flotas que entraban
    y salían del puerto de Buenos Aires.

    El resultado final para la Corona fue que el oro y la
    plata que recibía de América del Sur dejo de
    enriquecer sus arcas y comenzó a desviarse hacia otras
    potencias navales, sobre todo Inglaterra y
    Portugal. Enterado Carlos III del auge del contrabando, con el
    consiguiente perjuicio hacia sus intereses económicos
    ordenó el desalojo de los portugueses de colonia del
    Sacramento. Acción
    que resultó en la expulsión de los portugueses no
    sólo de la colonia mencionada sino también de la
    región de Río Grande do Sul.

    Este nuevo sistema trajo aparejado el rápido
    enriquecimiento de las familias rioplatenses, tanto
    españolas como criollas, comenzando las uniones entre
    ambas. Como consecuencia de ese enriquecimiento; éstas
    familias pudieron costear la educación de sus
    hijos en Europa o en otras instituciones
    americanas de prestigio; surgiendo así una pléyade
    de jóvenes con ideales basados en la revolución
    francesa y norteamericana; preconizando contra los antiguos
    ordenamientos feudales en los social, cultural y
    comercial.

    ANTECEDENTES MEDIATOS

    LA REBELIÓN DE TUPAC
    AMARÚ

    Las reformas borbónicas, implementadas por Carlos
    III a fines del S XVIII, con su afán centralizador y
    recaudador, significaron un aumento del trabajo y la
    opresión de los indígenas.

    En el Perú en 1780, un descendiente de los
    incas,
    José Gabriel Condorkanki, tomó el nombre del
    último emperador de los Incas, Túpac Amaru, que
    había sido asesinado por el virrey Francisco de Toledo, y
    encabezó una rebelión de indígenas y
    mestizos contra el poder español. Querían poner fin
    a la brutal explotación a la que eran sometidos, desde
    hacia siglos, en minas, haciendas y obrajes, por los
    españoles. El movimiento
    tuvo una enorme adhesión y se extendió por una
    amplia zona que iba de Colombia a
    nuestro territorio. Miles de indígenas se integraron al
    ejército libertador de Túpac Amaru que
    pretendía el fin del dominio español y la
    devolución de la tierra
    americana a sus legítimos dueños

    La rebelión obtiene sus primeros triunfos y
    Túpac comienza a aplicar un programa
    revolucionario: devolución a los campesinos de sus tierras
    usurpadas, anulación de la esclavitud y los
    servicios
    personales, como la Mita y el Yanaconazgo.

    Asustados por la magnitud y el alcance de la
    rebelión de Túpac Amaru y su ejército
    libertador, la Iglesia,
    el estado, los
    criollos y los europeos cierran filas para enfrentar el
    peligro.

    Tras heroicos combates en los que mueren unos 100.000
    indígenas, el primer grito de libertad americano es
    acallado y su líder
    detenido. Ante la pregunta por los responsables Tupac le responde
    al Visitador español: "Nosotros dos somos los
    únicos conspiradores; Vuestra merced por haber agobiado al
    país con exacciones insoportables y yo por haber querido
    libertar al pueblo de semejante tiranía." (…)
    "Aquí estoy para que me castiguen solo, al fin de que
    otros queden con vida y yo solo en el castigo."

    El 18 de mayo de 1781, tras asesinar a casi toda su
    familia, las
    autoridades españolas someten a Túpac Amaru al
    suplicio del descuartizamiento. Cuatro caballos tiraron de sus
    extremidades pero no pudieron con su fuerza.
    Indignados ordenaron suspender la "ceremonia" y que un verdugo
    completara la feroz tarea a hachazos.

    Las partes de su cuerpo fueron colocadas en picas en las
    ciudades en las que había triunfado el intento
    revolucionario.

    Túpac Amaru pensó que era factible una
    alianza con los criollos. Pero los propietarios nacidos en
    América no se diferenciaban demasiado de sus colegas
    europeos. Formaban parte de la estructura
    social vigente que basaba su riqueza en la explotación
    del trabajo indígena en las minas, haciendas y
    obrajes.

    La independencia propuesta por Túpac no era
    sólo un cambio político, implicaba modificar el
    esquema social vigente en la América
    española.

    REVOLUCION
    NORTEAMERICANA

    A fines de 1773, tres buques británicos cargados
    con té de la India,
    producto que
    pagaba impuestos,
    anclaron en el puerto de Boston. Vestidos como pieles rojas,
    varios bostonianos subieron a los barcos y tiraron su carga al
    agua en
    señal de protesta; dando lugar a lo que se conoció
    como "motín del té". Los patriotas norteamericanos
    se negaban a pagar impuestos mientras no estuvieran representados
    en el parlamento inglés.

    Gran Bretaña venía aplicando muchas
    restricciones al comercio con sus colonias de América del
    Norte en beneficio de los mercaderes ingleses. Sus productos
    podían ser exporatdos sólo a la Metrópoli.
    Pese a esto y gracias al desarrollo de
    la pesca, la
    agricultura,
    la industria y el
    contrabando, los colonos subsistían y su economía progresaba.
    Pero hacia 1770 la corona quiso obligar a los colonias a que
    pagasen parte de los gastos de las
    guerras
    europeas. El parlamento inglés votó la Ley del
    azúcar,
    que autorizaba a cobrar un impuesto por este producto y luego la
    Ley del Timbre, que obligaba a pagar a todos los documentos
    públicos un derecho a través de una
    estampilla.

    La mayoría de los norteamericanos se opusieron a
    estas leyes. Decían que el Parlamento de Gran
    Bretaña no podía fijarles nuevos impuestos porque
    ellos no estaban representados en ese organismo. La Asamblea de
    la Colonia de Virginia declaró que los colonos sólo
    debían pagar los impuestos fijados por esa asamblea. Las
    demás colonias imitaron a Virginia, hasta que se
    decidió reunir un congreso en Filadelfia en 1774. Fue en
    ese congreso que el 4 de julio de 1776 las trece colonias
    norteamericanas acordaron poner fin a la dominación
    británica. Comenzando una larga guerra de independencia en
    la que los rebeldes contarían con el apoyo de Francia y
    España. En 1783 Inglaterra debió aceptar su derrota
    y reconocer la Independencia de los Estados Unidos de
    América La constitución norteamericana, promulgada en
    1787, fue muy innovadora.

    Declaraba que todos los hombres eran iguales ante la
    ley. Esto no incluía a una importante cantidad de
    habitantes de la nueva nación:
    los esclavos, que continuaron padeciendo una durísima
    situación. En cuanto al derecho de voto, sólo
    podían ejercerlo los hombres propietarios.

    La defensa de los derechos de propiedad y
    libertad, quedaba garantizada por la nueva Constitución.
    Se proclamo el sistema republicano en el que quedaba muy clara la
    división de los poderes: un ejecutivo, ejercido por un
    presidente; un legislativo, compuesto por una Cámara de
    Representantes con diputados proporcionales a la población
    de cada Estado y un Senado integrado por dos senadores por
    Estado, y un Poder Judicial,
    ejercido por un Tribunal Supremo.

    ANTECEDENTES INMEDIATOS

    LAS INVASIONES INGLESAS

    La política de Inglaterra, dueña de los
    mares, no se había quedado en las posesiones de los
    españoles en América; como se mencionó
    anteriormente ésta potencia
    marítima comercializaba de forma irregular con las
    colonias rioplatenses. Demostrando, sus estadistas la voluntad de
    aprovecharse de las desventajas comerciales que se sufrían
    en el Plata; aprovechando también la decadencia y depresión
    de España quiso sucederla en la posesión de sus
    colonias. Gran Bretaña, después de la
    pérdida de sus colonias en América del Norte, hecho
    que se concretó en 1783 con el reconocimiento de la
    independencia de Estados Unidos; comenzó a diagramar una
    política expansionista en las colonias españolas;
    para ello se apoderó de la colonia holandesa de Cabo de
    Buena Esperanza, en el extremo sur del continente africano;
    asegurándose con éste hecho el dominio de la
    navegación en el Atlántico Sur y en el
    océano Indico. Ésta situación se
    acentuó después del triunfo en la batalla de
    Trafalgar.

    "Con paciencia y prolijidad de araña, la
    diplomacia inglesa había dispuesto los hilos para capturar
    la presa codiciada; primero, la paulatina penetración
    comercial; luego, a favor de las doctrinas del siglo, la
    penetración ideológica, mediante la difusión
    de aquellos principios que, aunque repudiados en la propia
    Inglaterra pudieron servir como corrosivos de la inteligencia y
    la moral
    hispánicas"6

    El marqués de Sobremonte, virrey que
    sucedió a del Pino en 1804, enterado de la guerra con
    Inglaterra, se le ordenó que por falta de ayuda por parte
    de la corona se dispusieran medidas con el fin de proteger la
    navegación de los buques mercantes e impedir el posible
    desembarco inglés al Río de la Plata. Ante la
    alarma de la aproximación de ocho buques ingleses el
    virrey se traslado a Montevideo como sitio más amenazado,
    pero la alarma resultó infundada puesto que la escuadra no
    se acercó. A raíz de esta falsa alarma se dispuso
    la creación de algunas medidas urgentes para hacer frente
    al posible ataque; tales como la formación de cuerpos
    volantes de 1100 hombres cada uno en Buenos Aires y Montevideo,
    reclutamiento
    de milicianos en el interior y fabricación de
    municiones.

    En junio de 1806, desde Maldonado un vigía
    advirtió la presencia de una escuadra próxima a la
    costa y compuesta de ocho buques ingleses; la que había
    partido en abril de ese año del Cabo de la Buena Esperanza
    a las órdenes de Sir. Home Popham; con el propósito
    de conquistar la indefensa Buenos Aires. Traía 1.200
    hombres de desembarco al mando del general William Carr
    Berersford. El gobernador de Montevideo, dio inmediato aviso al
    virrey Sobremonte de la situación; quien supuso que, por
    su tamaño, los buques no iban a poder desembarcar en el
    puerto de Buenos Aires; por lo que se apresuró a mandar
    las pocas tropas que tenía a su disposición hacia
    Montevideo y ordenó el acuartelamiento de las
    milicias.

    6 Ernesto Palacio, Historia de la Argentina. Abeledo
    Perrot. 1981. Pág 136

    El 25 de junio del mismo año, recibió la
    noticia que los ingleses habían desembarcado en Quilmes y
    se dirigían sobre la ciudad. La reacción fue enviar
    precipitadamente cuatrocientos milicianos y cien blandengues mal
    armados, que fueron dispersos por el excelente fuego de las
    baterías inglesas y de su disciplinada infantería.
    Despejado el camino el jefe inglés Beresford intimó
    la rendición de la ciudad; el jefe de mayor grado militar,
    Brigadier Hilarión de la Quintana, a cargo de la defensa,
    vio la inutilidad de resistir y entregó la ciudad y el
    fuerte. A todo esto el virrey Sobremonte se había retirado
    a Córdoba con los caudales del tesoro, a fin de organizar
    desde allí refuerzos.

    Con la fácil conquista de la Ciudad de Buenos
    Aires, los ingleses creyeron que se habían apoderado del
    virreinato. El general Beresford tomo posesión del
    gobierno en nombre de su Majestad Jorge III, obligando a las
    reparticiones administrativas a prestarle juramento de fidelidad.
    Dio un proclama a la población en la que prometió
    respeto a la
    región católica y a la propiedad privada;
    autorizando el libre comercio
    con las colonias inglesas. Al mismo tiempo pedía refuerzos
    militares y mercaderías para comenzar un intercambio a
    gran escala.

    Pasados los primeros días de estupor,
    empezó a conspirarse activamente contra los ocupantes;
    debiendo actuar antes que lleguen los refuerzos solicitados a
    Inglaterra por Beresford. Sobremonte y Ruiz Huidobro (gobernador
    de Montevideo) reunían tropas para acudir en rescate de la
    ciudad tomada, al mismo tiempo Juan Martín de Pueyrredon y
    otros hacían lo propio en Buenos Aires; necesitando jefes
    que coordinen la acción. A tal función se
    ofreció un francés al servicio del
    rey de España, don Santiago de Liniers y Brémond.
    Quien cruzó a Montevideo con sus tropas y atacando por
    cuatro puntos distintos, logrando que el invasor ceda, al momento
    de la retirada se les dio la batalla final exigiéndoles la
    rendición incondicional.

    A la ausencia del virrey, el gobierno había
    recaído en manos de la Real Audiencia; pero el Cabildo
    abierto, bajo presión
    popular se pronunció contra el virrey y designó
    jefe militar a Liniers. Sobremonte, confirmó a
    regañadientes la situación que se le impuso,
    dejando el mando político al presidente de la Audiencia y
    se dirigió a la Banda Oriental para hacerse cargo de la
    defensa de Montevideo.

    Liniers desplegó una extraordinaria actividad,
    dando muestras de sus grandes dotes de organizador. "El
    aristócrata ligero y un poco escéptico, dado al
    ocio y a los placeres, se engrandecía ante la responsabilidad, como es corriente en los
    ejemplares de raza." 7
    En menos de un año
    convirtió a una ciudad de comerciantes en una republica
    militar; formando y agrupando distintos cuerpos de acuerdo a sus
    orígenes; organizó, también la
    caballería y un cuerpo de astilleros; preocupándose
    por la instrucción. Los cuerpos debieron elegirse por
    votación sus propios oficiales; siendo éste el
    origen de casi todos los grados de los casi toda la oficialidad
    de la Independencia. La mayor dificultad era el armamento,
    debiendo requisar todas las armas viejas en
    estado de servir y realizar verdaderos prodigios para abastecerse
    de pólvora y balas.

    El enemigo fondeado en la boca del estuario había
    recibido refuerzos desde Inglaterra. En los comienzos de 1807
    contaba ya con un ejercito armado y completo con casi 12.000
    hombres al mando del general Whiteloke. Éste
    decidió ocupar primero la Banda Oriental y establecerse
    allí para su ulterior operación hacia la capital
    del virreinato; al llegar se encontró con el virrey
    Sobremonte; quién trató, sin éxito,
    de oponérsele, por lo que debió retirarse al
    interior. Al llegar esta noticia a Buenos Aires, la Junta de
    Guerra, lo destituyó por moción del entonces
    intendente Álzaga en el cabildo.

    Buenos Aires debió hacer frente a una flota
    compuesta de veinte barcos de guerra y noventa transportes y a un
    ejercito de desembarco de 12.000 hombres. Hubieron tres meses de
    preparativos, tiempo en el que se agotaron todos los medios de
    persuasión pacífica. Finalmente el general
    inglés ordenó el desembarco el 28 de junio de 1807;
    las fuerzas de Liniers sufrieron un contraste inicial en los
    corrales de Miserere. La situación la salvó el
    intendente don Martín de Álzaga; quien
    decidió en el cabildo la confección de trincheras
    en las calles y colocó baterías de forma
    estratégica, convirtiendo las casas en fortalezas. Se
    ordenó una iluminación general de toda la ciudad
    durante la noche, en la mañana del 3 de julio del mismo
    año, estaban listos para

    resistir el ataque; pero el invasor no atacó ese
    día. A la tarde del 3 llegó Liniers con sus tropas;
    quien retomó el mando en medio del júbilo popular.
    Completó con nuevas disposiciones los preparativos
    iniciados por el Cabildo, distribuyendo las tropas en los puestos
    de combate.

    El 5 atacó el general Whitelocke, obtuviendo
    prima facie, victorias parciales con la toma de la plaza
    de toros, el parque de artillería y el convento de las
    Catalinas, situados en el suburbio. Pero al penetrar en las
    calles los abandonó la fortuna y fueron atacados por tres
    flancos distintos diezmando sus tropas. Liniers propuso
    negociaciones a las que el jefe británico debió
    ceder, luego de diversas alternativas. El 7 de julio se
    firmó en convenio de paz en el que los ingleses se
    comprometían a evacuar Montevideo y todos los puntos que
    ocupaban en el Río de la Plata; debiendo reembarcarse en
    el término de diez días y devolver aquella cuidad
    en dos meses con su artillería y en el estado en que se
    encontraba en el momento de su rendición.

    El prestigio de Santiago de Liniers creció
    más todavía con esta acción de guerra,
    según lo atestigua la carta que
    envió el Cabildo de Buenos Aires a Carlos IV
    dándole cuenta de los sucesos; por ello recibió del
    rey de España el título de jefe de escuadra y
    virrey interino del Río de la Plata.

    7. Ernesto Palacio, Historia dela
    Argentina. Abeledo-Perrot. 1981. Pág 141

    CAUSAS DIRECTAS

    IDEALES REVOLUCIONARIOS EN
    FRANCIA

    El siglo XVIII europeo fue el de la
    Ilustración, la Enciclopedia y el encumbramiento de
    Inglaterra como gran potencia colonial, comercial y mundial. Este
    mundo nuevo produjo la caída del viejo. Por ello, el siglo
    XVIII fue también el del hundimiento del "Antiguo
    Régimen", de la sociedad estamental, de los gremios, y de
    una economía basada en la producción
    agrícola.

    En 1789 una revolución puso fin a siglos de
    monarquía en Francia. El Rey Luis XVI y su
    esposa, María Antonieta fueron ejecutados con el invento
    del Dr. Guillotín, la guillotina, una máquina de
    cortar cabezas que se puso muy de moda en Francia
    por esos años. La revolución francesa
    significó el principio del fin del Absolutismo
    monárquico y el triunfo de los principios de
    soberanía popular y división de los
    poderes.

    El pueblo de París formó una asamblea que
    asumió el poder y suprimió todos los privilegios de
    los nobles, entre ellos el de no pagar impuestos. La Asamblea
    redactó la "Declaración de los Derechos del Hombre
    y del Ciudadano". Sus tres principios eran "Liberté,
    Egalité y Fraternité
    "(libertad, igualdad y
    fraternidad). La declaración decía en uno de sus
    párrafos "Los hombres nacen y viven libres e iguales en
    derechos. Las distinciones sociales (el hecho de ser ricos o
    pobres) sólo pueden estar fundadas en la utilidad
    común."
    También decía que "la
    soberanía reside en la nación
    "
    . Esto quería decir que el verdadero poder lo
    tenía ahora el pueblo de la nación y no ya el rey.
    Este es el principio de soberanía popular según el
    cual el pueblo le da el poder a los gobernantes y si estos no
    cumplen o se muestran incapaces, el poder debe volver al
    pueblo.

    Muchos son los que vieron en la revolución el
    triunfo de las ideas de la burguesía, identificada con las
    ideas liberales, ideas basadas en la defensa de las libertades
    individuales; en el derecho de cada hombre a ejercer sus derechos
    esenciales: la libertad de
    expresión, de comercio, el derecho a la propiedad y a
    la seguridad. Por
    primera vez se proclamó la existencia de los derechos que
    todo hombre posee como hombre y como ciudadano, a partir de un
    principio hasta ese momento desconocido: la igualdad ante la
    ley.

    De todas las revoluciones contemporáneas, la
    francesa fue el único gran movimiento de ideas que produjo
    un efecto real sobre todo el mundo. Junto con la
    revolución norteamericana, la revolución francesa
    impuso el constitucionalismo. Al imponer los principios de
    soberanía popular y abolir la monarquía Francia
    quedo enfrentada a toda la Europa monárquica.

    Así comenzó una prolongada guerra que se
    extendería por más de veinte años. Para
    hacer frente a tan formidable enemigo fueron movilizados los
    sectores populares urbanos que, con los jacobinos, llegaron a
    tener presencia en el gobierno revolucionario. En 1794
    desaparecido el peligro de una derrota, la alta burguesía,
    integrada por grandes comerciantes, financistas, banqueros y
    propietarios de industrias, se
    hizo cargo del Poder

    BLOQUEO CONTINENTAL FRANCES

    El bloqueo continental era la lógica
    consecuencia del deseo de Napoleón
    de aislar a Inglaterra para vencerla en el terreno
    económico, dada la práctica imposibilidad de
    conseguir su derrota por la fuerza de las armas ante un
    ejército que dominaba esencialmente en el mar. El bloqueo
    había sido utilizado ya por Francia y por la misma
    Inglaterra desde los primeros años del conflicto. Sin
    embargo, el bloqueo que practicaba Inglaterra tenia un sentido
    distinto al que pretendía aplicar Napoleón. Éste quería cortar
    absolutamente las importaciones de
    mercancías británicas para causar su ruina
    económica. Inglaterra nunca tenía el
    propósito de reducir por asfixia económica al
    país bloqueado, sino enriquecerse como país que
    practicaba el bloqueo. Así, había impuesto con
    frecuencia un bloqueo naval de los puertos europeos para
    interferir el comercio de los países del continente con
    sus colonias de América y beneficiarse con el incremento
    de sus propias exportaciones. La
    paz de Tilsit proporcionó a Napoleón el dominio de
    la Europa central y occidental y eso le llevó directamente
    al enfrentamiento con Inglaterra. Retomó la
    política que ya en este mismo sentido habían puesto
    en marcha la
    Convención
    y el Directorio mediante los
    decretos de Berlín (21 de noviembre de 1806), de
    Fontainebleau (13 de octubre de 1807) y Milán (23 de
    noviembre y 17 de diciembre de 1807). En su virtud, se
    prohibían en el continente todas las mercancías de
    procedencia inglesa y aquellas otras de procedencia neutral pero
    que estuviesen sometidas al control británico.

    Es conveniente destacar, tres aspectos importantes del
    bloqueo continental impuesto por Napoleón a Inglaterra. En
    primer lugar, el bloqueo no era solamente una medida contra las
    importaciones británicas sino una forma de abrir los
    mercados
    continentales a los productos franceses en unos momentos en los
    que Francia había perdido su mercado colonial.
    En segundo lugar, el control del bloqueo exigió un amplio
    despliegue de fuerzas para vigilar unas líneas aduaneras
    tan extensas, y eso dio pie a abusos y a la modificación
    arbitraria por parte de Napoleón de algunas fronteras
    territoriales. Por último, si bien es cierto que el
    bloqueo continental era un lógico complemento de la
    ampliación del sistema imperial, también se
    convirtió en el propulsor de un control militar cada vez
    más acentuado.

    Inglaterra acusó los efectos del bloqueo
    continental, especialmente en el Báltico, donde su
    comercio quedó prácticamente interrumpido en el
    año 1808. Por otra parte, en el Mediterráneo se
    redujo a la mínima expresión con España
    y con Italia, pero
    Gibraltar y la isla de Malta se convirtieron en importantes
    depósitos de redistribución de mercancías
    inglesas de contrabando por el sur de Europa. No obstante, de
    ningún modo llegaba a compensar este comercio de las
    importantes pérdidas que estaba sufriendo en el Norte.
    También la economía inglesa se vio afectada por la
    actitud de los
    Estados Unidos, que habían tomado medidas de represalia
    contra una disposición inglesa de 1807 que obligaba a
    todos los navíos neutrales a tocar en un puerto
    británico y a pagar fuertes derechos aduaneros. Esas
    medidas consistían en la prohibición de que los
    barcos mercantes americanos zarpasen con destino a puertos
    extranjeros si no era con un permiso especial del propio
    presidente. Creía el presidente de los Estados
    Unidos, Jefferson,
    que restringiendo las exportaciones de productos como el algodón, los cereales o la madera
    americanos, tanto Francia como Inglaterra se verían
    obligadas a cambiar su actitud con respecto a los neutrales. Pero
    más daño
    causó aún una medida que entró en vigor en
    1808, mediante la cual quedaban prohibidas todas las
    exportaciones inglesas a los Estados Unidos. Sin el mercado
    europeo y de América del Norte, Gran Bretaña vio
    disminuidas sus exportaciones en 1808 en un 25 por 100.En cuanto
    a la Europa continental, el bloqueo planteaba la necesidad de
    sustituir los productos coloniales, cuyo tráfico
    quedó interrumpido por el control del océano por
    parte de Gran Bretaña y, de otro lado, reemplazar las
    importaciones de productos industriales ingleses. Para solucionar
    el primero de estos problemas, el
    gobierno francés trató de estimular la
    producción de determinados productos agrícolas que
    pudiesen servir de alternativa a los productos
    ultramarinos.

    El bloqueo continental dispuesto por Napoleón
    contra Inglaterra no podía hacerse efectivo sin el apoyo
    de Portugal, aliado de esa potencia. Por el tratado de
    Fontainbleau, Francia y España decidieron declararle la
    guerra, ocuparla y dividirla en tres fracciones una de las cuales
    sería la ambicionada monarquía de Godoy (primer
    ministro español).

    INVASIÓN NAPOLEÓNICA A
    ESPAÑA

    El ejercito francés entró en España
    para marchar sobre Portugal; ante tal proximidad la Corte
    portuguesa se embarco y huyó a sus posesiones en Brasil.
    La política de sometimiento de Godoy a las exigencias
    francesas, así como la corrupción
    general de la corte hicieron que se formara una oposición
    al rey en torno a su hijo
    Fernando; mientras tanto con el pretexto de la invasión a
    Portugal seguían entrando en España tropas
    francesas.

    El príncipe heredero inició una intriga
    ante Napoleón para desalojar a Godoy; mediante el
    ofrecimiento de casarse con una princesa de la familia
    imperial, intriga que fue descubierta y frustrada.

    Los vejámenes producidos por los franceses de
    paso por la península y el incumplimiento de las
    condiciones del tratado colmaron la indignación popular,
    que al fin se descargó sobre el omnipotente primer
    ministro, el 18 de marzo de 1808, en el motín de Aranjuez,
    apoyado por los partidarios de Fernando, Godoy fue encarcelado;
    provocando la abdicación de Carlos IV a favor de su hijo
    quien se convirtió en Fernando VII.

    La popularidad circunstancial del nuevo monarca, fundada
    en una tendencia visiblemente contraria a Francia, no era grata
    del emperador Napoleón. Carlos IV manifestó al
    emperador que había sido arrancado, su reinado, por la
    fuerza. Razón por la cual fueron citados ante éste
    en Bayona, donde hizo que le delegaran la decisión del
    pleito; convirtiéndose en árbitro. Dispuso para
    ambos monarcas sendas residencias en Francia y estableció
    en el trono a su hermano José Bonaparte nombrándolo
    rey de España y de las Indias, solucionando así a
    su manera los conflictos en
    España y el paso a Portugal; mediante una
    constitución que hizo pergeñar rápidamente
    por una junta de notables españoles convocada al
    efecto.

    Esto tuvo como consecuencia una insurrección en
    Madrid; que en poco tiempo se extendería a toda la
    nación; no toda España se alzó contra el
    usurpador. Una facción imbuida de intereses
    revolucionarios, consideró el cambio como una exigencia de
    los tiempos plegándose al nuevo régimen.

    CRISIS DE LEGITIMIDAD DE LA MONARQUIA
    ESPAÑOLA

    Por otra parte en Buenos Aires, el nombramiento de
    Liniers como virrey interino fue uno de los últimos
    decretos firmados por Carlos IV, aliado de Francia y su
    emperador. Cuando el 13 de mayo asumió el cargo el
    héroe de la reconquista no sabía que estaba
    representando a un rey cautivo y que la patria de su nacimiento
    se hallaba en guerra con su patria adoptiva. La primera
    complicación a la que tuvo que hacer frente fue a la
    instalación de la Corte portuguesa en Río de
    Janeiro; lo que implicaba una inminente defensa de la frontera
    con Brasil. Las noticias de la
    llamada farsa de Bayona descartaron ese peligro, si bien
    convertiría a dicha Corte en un foco de intrigas que
    mantuvieron a los pobladores de Buenos Aires en permanente
    inquietud.

    "Era natural que la situación de
    España-de suyo confusa por la división que
    degeneraría en sangrienta lucha civil-comunicara esa
    confusión a sus colonias, creando un estado de zozobra
    jalonado de dudas, sospechas, alarmas y conflictos de todo
    orden."8

    La dificultad de las comunicaciones
    agravaba la situación. La índole
    catastrófica de las novedades inclinaba al pesimismo sobre
    la ciudad, por lo que cobraban actualidad las ideas de la
    independencia, latentes de tiempo atrás. Habían
    tenido que defenderse solos contra el invasor inglés, lo
    que indicaba que estaban solos al futuro porvenir.

    La primera noticia que llegó a Buenos Aires de
    los sucesos españoles fue la abdicación de Carlos
    IV a favor de su hijo Fernando VII. Se estaban terminando los
    preparativos para la jura del nuevo monarca, en la forma indicada
    por el ceremonial, cuando apareció en Montevideo el
    marqués Sasseny, enviado por el emperador Napoleón,
    ante el virrey de Buenos Aires. Traía credenciales que lo
    acreditaban en su función diplomática y
    comunicaciones de los acontecimientos de Bayona y exigiendo el
    reconocimiento de José Bonaparte como soberano de
    España y de las Indias, el gobernador de la ciudad lo
    envió custodiado a la capital del virreinato.

    8. Ernesto Palacio, Historia de la Argentina.
    Abeledo-Perrot. 1981 Pág. 145

    A fin de no dar sospechas Liniers lo recibió en
    audiencia pública y acompañado de miembros del
    Cabildo y los oidores. Después de una discusión se
    resolvió por gran mayoría el rechazo a la propuesta
    y la expulsión inmediata del enviado, tomando precauciones
    para evitar el contacto con los habitantes de la
    ciudad.

    La oposición al virrey Liniers se agravó
    con la publicación realizada el 15 de agosto, dando cuenta
    de los acontecimientos ocurridos en la península. El
    documento se hallaba escrito en tono mesurado y lleno de
    contemplaciones para el usurpador. Aconsejaba a la
    población que se mantuviera tranquila a la espera de los
    acontecimientos como lo habían hecho en 1700. Esta
    sugerencia del virrey fue una imprudencia, ya que significaba
    aceptar de antemano la posibilidad de un cambio de
    dinastía a favor de Bonaparte. Desde entonces y hasta su
    reemplazo, Liniers no tendría un instante de tranquilidad,
    no obstante sus esfuerzos por recuperar la confianza perdida.
    Como primera medida trató de apresurar la ceremonia de la
    jura de Fernando VII (realizada el 21 de agosto). Juramento de un
    rey sin corona, que le escribía esquelas adulatorias al
    amo de Europa mientras su pueblo se desangraba en la lucha por la
    libertad

    A fines de 1808 España parecía perdida. La
    rebelión iniciada en Asturias se había propagado a
    toda la península, dirigida por la Junta de Sevilla,
    Suprema de España e Indias. Pero la suerte de las armas
    fue primero favorable a los franceses, pudiendo el rey
    José 1º entrar en Madrid el 20 de julio. Mientras
    tanto la resistencia se
    dividía en dos facciones. La de Floridablanca y la de
    Jovellanos; inclinada una al absolutismo y la otra a las
    reformas, en el sentido de las antiguas instituciones de
    Castilla. Luego de la capitulación de Bailén, el
    José Bonaparte abandonó la ciudad, seguido de su
    Corte, lo que duró poco; ya que el emperador en persona
    decidió encabezar una segunda campaña invadiendo la
    península, entrando a Barcelona y Madrid, lo que no
    duró mucho. En enero de 1809 se consolidó la
    alianza de la Junta con Inglaterra, lo que facilitó, a
    nivel económico, para la obtención y armado de la
    resistencia. "las tentativas de los franceses para obtener un
    acomodamiento con las Juntas fueron frustrados por la
    energía de Jovellanos: no habría cuartel. Las
    batallas campales y los sitios de ciudades , aunque aparentes,
    resultaban para los invasores tan costosas como si fueran
    derrotas."9

    En estas costas de América reinaba el
    desconcierto en cuanto a los acontecimientos que se suscitaban en
    Europa, sabiendo que debían tomarse grandes decisiones,
    pero sin ponerse de acuerdo en la acción a
    realizar.

    El rey legítimo, a quien el virrey representaba,
    se hallaba prisionero e impedido; mientras que un usurpador
    ocupaba el trono. La autoridad de Liniers se había
    convertido en una autoridad fantasmal, por la anulación
    del principio que se provenía y sólo podía
    mantenerse en la medida en que prevaleciera el espíritu de
    conservación de los habitantes o su confianza en la
    persona que la encarnaba. La actuación del virrey
    aparecía como eminentemente provisoria e insegura, como la
    de un simple tenedor de un mando que las circunstancias lo
    obligaban a abandonar.

    Esta situación de intrigas no podía ser
    dejada de lado por la Corte de Portugal; de donde saldría
    la candidatura de la princesa Carlota para coronarse en el Plata,
    por su condición de esposa del regente portugués y
    hermana de Fernando VII, y dada la abolición de la ley
    Sálica le daba eventuales derechos sobre la corona
    española. Muchos hombres del plata vieron en esta
    candidatura la solución y así suplir la falta de
    autoridad legítima. La princesa Carlota, por falta de
    continuidad de sus propósitos y de fidelidad de sus
    compromisos, habría de desengañar pronto a sus
    patrocinantes de buena fe.

    Linires estaba decidido a modificar la
    composición del Cabildo con la designación de
    candidatos favorables a su persona. Los partidos del alcalde
    Martín de Álzaga, movilizaron sus elementos para
    impedir la maniobra e intentar la deposición del virrey,
    la situación lo apremiaba ya que, España y Francia
    estaban en guerra y el virrey que representaba a un rey depuesto,
    era francés. El pueblo aglutinado en el cabildo aclamaba
    en contra del virrey; el motín fue disperso por don
    Cornelio Saavedra, quien enterado de los acontecimientos
    alineó sus tropas sobre la plaza para sofocar la
    revuelta.

    Desde Europa llegó la noticia que la Junta de
    Sevilla, trasladada a Cádiz, había designado un
    reemplazante del virrey Liniers; don Baltasar Hidalgo de
    Cisneros; ante la nueva confusión con los distintos
    nombramientos realizados por las distintas Juntas desde
    España; dieron lugar a que el virrey saliente hiciera
    jurar a don Cisneros en Montevideo (donde estaba listo para
    asumir su cargo) y así hacerse cargo del virreinato del
    Río de la Plata.

    9 Ernesto Palacio, Historia de la
    Argentina, Abeledo-Perrot. 1981. pág. 151

    MOVIMIENTOS EMANCIPADORES EN EL ALTO
    PERU

    Mientras tanto en el Alto Perú, estallaron las
    revoluciones de Chuquisaca y La Paz; la primera había
    estallado; provocada por conflictos entre el presidente Pizarro y
    el obispo de Andalucía. Éste había negado el
    reconocimiento al comisionado de la Junta de Sevilla, quien
    llevaba pliegos procedentes de Brasil en los que proponía
    la protección del príncipe regente y la princesa
    Carlota. Se difundió la versión que tanto el
    presidente como el obispo querían entregar el gobierno a
    los portugueses. La indignación pública
    provocó la renuncia de Pizarro y la Audiencia
    asumió el gobierno, nombrando comandante de las fuerzas al
    teniente coronel don Juan Antonio de Arenales. Los funcionarios
    depuestos escribieron al Virrey de Buenos Aires acusando a los
    oidores de tendencias independentistas.

    En La Paz había un movimiento preparado para
    estallar en ocasión del levantamiento de Álzaga
    contra Liniers; pero el fracaso de éste, motivó la
    postergación. Los sucesores de Chuquisaca les ofrecieron
    una nueva oportunidad, el Cabildo acaudillado por don Domingo
    Murillo y don Juan Pedro Indaburu; luego de provocar la renuncia
    del gobernador y del obispo asumió el gobierno y
    formó una Junta Tuitiva. El movimiento en La Paz fue
    aplastado por fuerzas militares enviadas por el virrey del
    Perú. Para sofocar el levantamiento de Chuquisaca el
    virrey Cisneros envió fuerzas desde Buenos Aires; al tomar
    el gobierno, el mariscal Nieto, a todos los que habían
    aceptado cargos públicos los mandó a calabozos de
    Lima o los deportó a las fronteras.

    SE CUESTIONA LA AUTORIDAD DEL
    VIRREY

    Desde principios de 1810 llegaban noticias de los
    desastres en España; la autoridad del virrey ha cesado y
    el poder estaba vigente. En vano trató Cisneros de dilatar
    las soluciones
    prometiendo el 18 un manifiesto la convocatoria por los virreyes
    de América a un congreso para la formación de una
    Regencia Soberana. Los vecinos apoyados por los jefes militares
    solicitan al virrey un cabildo abierto; el que aceptó con
    la esperanza de encontrar apoyo a su favor y consolidar su poder;
    lo cual no sucedió. Después de una prolongada y
    ardua votación quedó resuelto que el virrey
    debía ser depuesto de su mando y que el Cabildo
    designaría una Junta para sucederlo de acuerdo con los
    deseos de los vecinos. Esta resolución era lisa y
    llanamente revolucionaria en el hecho y en las proyecciones,
    aunque ajustada a derecho. El no reconocimiento del Consejo de
    Regencia de Cádiz se fundaba en la incompetencia de esa
    ciudad para arrogarse la representatividad de un rey ausente; no
    habiendo expresa delegación del poder; teniendo cualquier
    otro lugar del imperio; la misma facultad de arrogarse el
    poder.

    En Buenos Aires, la anarquía de opiniones y las
    vacilaciones del grupo que aparecía como renovador y
    díscolo envalentonaron al virrey y al Cabildo, quienes
    creyeron que podían intentar impunemente una maniobra que
    les asegurase la conservación del poder. El virrey
    había cesado y le correspondía al Cabildo
    establecer la Junta; nombrando al ex virrey Cisneros como
    presidente de la misma. Esto provocó indignación,
    los llamados "patriotas hicieron renunciar a los nombrados junto
    con Cisneros, debiendo el Cabildo ceder ante las exigencias de
    los vecinos apoyados por los militares. Estableciendo y
    proclamando como flamante la Junta Gubernativa presidida por
    Cornelio Saavedra, con Juan José Castelli, Manuel
    Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Domingo Matéu, Juan
    Larrea, y Manuel Alberti como vocales; siendo los secretarios
    Mariano Moreno y Juan José Paso.

    CONCLUSIÓN

    Tal como se expuso en la introducción del presente trabajo; fueron
    variados los antecedentes y causas que influyeron, directa o
    indirectamente, en los acontecimientos de mayo de 1810 en el
    Río de la Plata.

    A modo de conclusión podemos inferir que en un
    primer lugar y desde la doctrina escolástica
    española de los siglos XVI y XVII se comienza a cuestionar
    la autoridad divina del monarca soberano. Comienza a ponerse en
    duda quien era el depositario del poder otorgado por Dios; en un
    primer momento era el monarca quien recibía de Dios ese
    poder y en consecuencia lo ejercía; con el tiempo, y en un
    segundo lugar se elaboraron teorías en las que se llega a
    la conclusión que esa soberanía no era otorgada
    directamente al rey sino que el depositario de la misma era el
    pueblo; quien luego la delegaba al monarca. Convirtiendo al poder
    en una institución puramente humana, vinculando (los
    escolásticos) a la autoridad política con la
    creación divina y con la naturaleza social del hombre,
    subordinándola al derecho y a normas superiores de
    vigencia necesaria. Junto con la escolástica
    española de los siglos XVI y XVII van surgiendo, en otros
    países, teorías que desvinculan al poder
    político de la creación divina; otorgándole
    así un carácter absoluto. Surge así el
    término de soberanía; diferenciando la
    soberanía como poder supremo del Estado y el poder
    sometido a las normas y a la conformidad del pueblo.

    Todas éstas teorías fueron llegando a
    nuestras costas a través de la educación que las
    familias, enriquecidas con el contrabando, pudieron dar a sus
    hijos en universidades españolas o americanas. Nombramos
    al contrabando como factor importante en cuanto, la
    situación de las Indias, como dominio exclusivo del Rey de
    España; tenía un sistema de comercialización
    que no convenía a Buenos Aires; en un primer lugar
    sólo podía comerciarse con la madre patria; en un
    segundo lugar las mercaderías no llegaban directamente al
    puerto local sino que procedían desde el Alto Perú;
    lo que traía aparejado un incremento en los precios de las
    mercaderías; por lo tanto se comenzó a comerciar
    irregularmente con los portugueses (aprovechando las fronteras
    comunes) y con los ingleses que siempre tuvieron interés en
    éstas tierras.

    Todo ello sumado al cambio que quiso establecer
    José Gabriel Condorkanki; más conocido como Tupac
    Amarú; en cuanto implicaba no sólo un cambio
    político; sino una modificación en el esquema
    social vigente en las colonias españolas en
    América.

    El cambio radical producido por los franceses en 1789 en
    cuanto a su forma de gobierno, con los lemas de libertad,
    igualdad y fraternidad; destronando al rey y afirmando que todos
    los hombres nacen libres e iguales en derecho y pregonando que la
    soberanía reside en la nación y no en el monarca.
    La independencia de Estados Unidos; influyó en cuanto
    defendía los derechos de propiedad y libertad; proclamando
    un sistema republicano, con división de poderes; todo ello
    plasmado en una constitución de carácter liberal
    que terminó de conformar a Norteamérica como un
    estado independiente del imperio británico.

    Por otro lado, y en forma más directa, las
    invasiones inglesas sirvieron de antecedente en cuanto el
    virreinato del Río de la Plata, se vio obligado a
    defenderse sólo ante el invasor ingles; formando unas
    escasas milicias con el apoyo de la banda oriental. surgiendo
    así importantes figuras locales en los enfrentamientos que
    organizaron el gobierno y las milicias locales.

    Aún más directamente y como corolario de
    todo lo arriba expuesto, se suman la ineptitud del monarca de
    Carlos IV y su hijo Fernando VII, ante el emperador Napoleón
    Bonaparte; lo que terminó en la ocupación
    francesa del trono español. De esos acontecimientos,
    conocidos en la historia como las guerras napoleónicas,
    surgió el dilema de la representación del virrey en
    el Río de la Plata, en cuanto acá no se
    reconoció el poder de la Junta de Cádiz formada en
    nombre del rey; porque éste no había delegado en
    ella poder alguno. Lo que trajo como ultima consecuencia el
    cabildo abierto del 22 de mayo de 1810, en el cual se discutieron
    las medidas a tomar al respecto del gobierno local, sumado al
    anhelo de in dependencia se destituyó al virrey (ya falto
    de poder) y se creó un gobierno en el que se le dio lugar
    a la representación popular a falta de un gobierno
    legítimo.

    BIBLIOGRAFÍA

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      Revolución de Mayo" Serie Divulgación.
      2002
    • Zorraquín Becú, Ricardo. "Estudios de
      Historia del Derecho". Abeledo-Perrot. 1992
    • Zorraquín Becú, Ricardo "Historia del
      Derecho Argentino. Tomo II". Abeledo-Perrot.1992
    • Palacio, Ernesto. "Historia de la Argentina".
      Abeledo-Perrot. 1981
    • Ortega, Ezequiel Oscar. "El Complot Colonial" Ed.
      Ayacucho 1947
    • Tau Anzoátegui, Victor "La codificación en la Argentina (1810-1870)"
      FDyCs.S. 1977
    • Levene, Ricardo "Ensayo
      histórico sobre la revolución de mayo y Mariano
      Moreno" FDyCs.S. 1949

    Esteban Barchi

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