Monografias.com > Política
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La era posfujimorista. Consecuencias políticas de un régimen corrupto




Enviado por correorai



    1. Situación
      Histórica
    2. Qué dejó
      Fujimori
    3. Algunas
      conclusiones
    4. Bibliografía

    Introducción.

    Durante diez años el Perú se vio
    sometido a un régimen autocrático con

    claras muestras de autoritarismo. Gobierno
    encabezado por Alberto Fujimori, un Ingeniero Agrónomo que
    había llegado a la política casi de
    casualidad y por la anomia de los actores políticos
    tradicionales.

    En estas circunstancias, valiéndose de los
    errores de los regímenes

    pasados, que además habían sumido a la
    nación
    en la pobreza, el
    desgobierno y con una creciente ola subversiva que amenazaba
    tomarse el poder, Alberto
    Fujimori tuvo que vérsales con una situación
    incontrolable. Estos errores de los gobiernos pasados le
    sirvieron para legitimar su gobierno y ganar simpatías en
    la población para aplicar medidas
    populistas.

    Cabe recordar que el pueblo peruano, en su gran
    mayoría ignorante de

    los avatares políticos, convertidos en objetivo de
    los grandes partidos, al acercarse solamente a ellos en
    épocas electoreras y éstos responderlos con gran
    euforia, por el discurso de
    carácter mesiánico, como por ejemplo
    el de Alan García, que por medio de un verbo inflamado
    pretendió crear riqueza y cambiar la situación
    sociopolítica del pueblo peruano y luego se sintieron
    traicionados; cómplices por apoyarlo desmesuradamente.
    Alberto Fujimori, se aprovechó de esta culpabilidad
    de la gente y le fue más favorable para aplicar sus
    medidas correctivas de corte neoliberal: el Shock
    económico del 8 de Agosto de 1990, que elevó el
    precio de los
    productos en
    casi el 300%, el salario se redujo
    a casi la tercera parte. No hubo realmente grandes
    manifestaciones de protesta en contra de aquellas
    medidas.

    2. Situación
    Histórica

    El Perú, país latinoamericano, no ha
    estado
    excluido de los grandes procesos
    políticos que ocurrieron en la región. Desde el
    inicio del siglo, con la aparición de los grandes partidos
    como el Partido Comunista y el APRA se vio inmerso en un discurso
    populista mesiánico que tenía como objetivo la
    Justicia
    Social. Posteriormente llegaron las propuestas de corte social u
    obrero, auspiciado por la CEPAL, que implantó o
    sugirió para cada país la Reforma
    Agraria. En el Perú ésta se dio en 1968 con la
    llegada al poder, a través de un golpe militar del General
    Juan Velasco Alvarado. Su gobierno aplicó estas medidas, a
    nivel nacional se repartieron las tierras, pero el gran error fue
    que esta repartición no estuvo acompañada de una
    ayuda para el campesino,
    vale decir de tecnología que
    significaba sacarlos de las formas de producción primitivas y puedan distribuir
    sus productos al mercado nacional
    y lo posteriormente comercializar para beneficios de ellos. El
    campesino peruano, conformista por naturaleza,
    sólo se contentó con la entrega de tierras y no
    advirtió que luego esto no lo sacaría de su estado
    de postración.

    Con los gobiernos de Fernando Belaunde Terry y Alan
    García, se implantó en el país unas medidas
    claramente populistas que tenían como destino la
    aplicación de un programa, liberal
    en el caso de Belaunde y proteccionista en el caso de
    García; pero que lamentablemente con Belaunde este
    programa fracasó por su incomprensión de la
    naturaleza del país, y con García, caso más
    lamentable aún, la protección de los productos y el
    anuncio de no pagar la deuda externa con
    más del 10% del valor de
    nuestras exportaciones,
    pusieron al País en una situación de paria
    internacional e inelegible frente al capital
    extranjero. Las reservas se acabaron y pronto la
    inflación, la recesión, la subida de precios, la
    especulación, sumado a ello una creciente ola terrorista
    por parte de Sendero Luminoso, llevaron al país al borde
    del caos y la quiebra
    económica.

    No sé realmente por qué el Perú no
    ha podido elaborar un programa coherente a lo largo del presente
    siglo, cada Presidente que llegó al poder, con buenas
    intenciones, eso nadie lo duda; pero luego, en poco tiempo, se
    caía en el desgobierno y en el fracaso económico y
    retrocedía al país veinte o más años
    en relación con el progreso económico, y en
    relación con el desarrollo de
    los países vecinos.

    Es indudable que no se escogió, el pueblo no fue
    capaz, de escoger a los mejores Presidentes con una visión
    histórica y sólo había una pugna por el
    poder haciendo que los golpes de estado sean una constante. Pero
    tampoco se tuvo la capacidad o la entereza o la nobleza de
    escoger a verdaderos líderes o actores políticos
    que mostraban una trayectoria personal y
    política, con credenciales democráticos y una
    preparación indudablemente que muy superior a los
    presidentes en ejercicio. Me refiero, en primer término, a
    Haya de la Torre, que por más de tres veces le fue negado
    su acceso legítimo a la presidencia por ardides
    militaristas o el escaso voto de la población. En 1932, un
    fraude
    escandaloso que significó la desaparición completa
    de ánforas de departamentos enteros donde los votos le
    fueron mayoritariamente favorables, hicieron que se alzara en el
    poder el Comandante Luis M. Sánchez Cerro, un dictador a
    todas luces que sumió luego al país en la
    autocracia, persecución y asesinato de los líderes
    políticos opositores. Por esta época muchos
    apristas cayeron muertos por las balas del ejercito. Así,
    se le negó también el acceso legítimo en
    1945 y 1962, que habiendo ganado la mayoría simple, en
    este tiempo no existía la segunda vuelta, el
    Ejército anuló las elecciones.

    Luego en 1990, el escritor Mario Vargas
    Llosa, de reconocido prestigio internacional y con contactos
    sólidos en los capitales internacionales, emprendió
    la tarea de sacar al país del atraso en el que
    había dejado el gobierno de García, pero tampoco el
    pueblo peruano le favoreció con los votos, temió
    hasta el pánico
    lo que podría hacer el escritor para sanear la economía; ayudado ese
    temor por la campaña del Partido Aprista de desalojar de
    la administración
    pública a un millón de empleados
    públicos como parte de la política
    económica.

    Hasta que llegamos a 1995 y otro peruano de gran
    trayectoria internacional: Javier Pérez de Cuellar, dos
    veces Secretario General de las Naciones Unidas,
    se le negó su elección y se prefirió que
    continué en el cargo el Ingeniero Alberto Fujimori.
    Precisamente a partir de este periodo, el país
    empezó a padecer los actos de corrupción
    que más tarde saldrían a luz con los
    Vladivideos protagonizados por su asesor presidencial Vladimiro
    Montesinos, en donde se veía sobornando a jueces,
    congresistas, ministros, presidentes de canales televisivos que
    tenía como objetivo la actuación y defensa del
    gobierno.

    Con estos antecedentes, de los presidentes que
    condujeron al país, se llegó a la situación
    que hoy vive el país: pobreza del
    más del 60% de la población, corrupción generalizada, desgobierno,
    crisis
    financiera por décadas, recesión imparable y otros
    males difíciles que un solo gobierno los llegue a
    solucionar, mientras el pueblo clama por soluciones
    inmediatas a los problemas
    postergados por años o decenios: desempleo, falta
    de vivienda, trabajo justo,
    honesto y bien remunerado.

    El Presidente Toledo, tiene cada día que
    enfrentar estos embates, en sólo 10 meses de gobierno las
    huelgas que se suceden son diarias y su nivel de
    aceptación ha bajado al 20% y el de desaprobación
    es de 70%. Se teme que no llegue a culminar su
    mandato.


    3. Qué
    dejó Fujimori

    Al hablar del periodo pos-fujimorista, necesariamente
    tenemos que tocar

    el problema de la gobernabilidad. Durante el mandato de
    Fujimori, la gobernabilidad fue un pilar fundamental; pero
    más que gobernabilidad se podría hablar de
    autoritarismo, como lo cité en los capítulos
    anteriores, todas las libertades estaban conculcadas y se
    vivía en medio de una aparente democracia;
    todo ello para justificar "la década perdida" en la que
    nos había dejado los gobiernos de Belaunde Y
    García, una crisis que necesitaba "mano dura" para poder
    corregirla.

    Como lo afirma Gabriel Murillo, se entiende por
    gobernabilidad a la "posibilidad cada vez mayor y más
    urgente de mantener el control
    político emprendiendo medidas y acciones
    gubernativas coherentes, eficientes y legítimas como
    respuesta a un amplia gama de demandas de la sociedad". No
    hay duda que el Presidente Fujimori al llegar al gobierno
    encontró un país ingobernable y tomó medidas
    muy drásticas para redimir los verdaderos cauces del
    Estado, la población lo apoyó mayoritariamente
    durante muchos años, sobre todo cuando Fujimori sindicaba
    a los partidos
    políticos como los verdaderos causantes de la crisis y
    que habían sumido al país con viejas
    prácticas patrimonialistas y clientelistas para hacerse al
    poder y al botín burocrático.

    Para llevar adelante los planes de gobierno, Fujimori no
    dudó en utilizar cuanto medio estuviera a su alcance,
    sobre todo cuando los momentos estaban en crisis y los
    cuestionamientos a su gobierno hacían peligrar la
    estabilidad. En primer lugar el Legislativo nombró
    comisiones interventoras del Ministerio Público y el
    poder Judicial
    con el pretexto de "moralizar" y hacer más eficientes
    dichas instituciones.
    Se controló la
    televisión, los avisos del Estado fueron un mecanismo
    de influencia, lo que permitió con la anuencia de los
    empresarios a un gobierno que derrotó al terrorismo y
    eliminó la hiperinflación, permitieron que fuera
    complaciente. A esto se sumó la práctica de
    operativos psicosociales, es decir, la fabricación de
    noticias para
    distraer la opinión
    pública de cuestiones políticamente sensibles:
    como una Virgen que lloraba o los vínculos de la gente de
    la farándula con el narcotráfico. Agrega, César Arias
    Quincot, "en los medios de
    comunicación los partidos fueron satanizados y
    reducidos a su mínima expresión, favoreciendo la
    aparición de grupos
    independientes sin coherencia doctrinaria ni planteamientos
    serios".

    En esta situación el pueblo peruano vivió
    sometido e insomne durante prácticamente todo el gobierno
    de Fujimori; aún vivían alborozados, con ayuda de
    la propaganda de
    los medios de
    comunicación, que Fujimori había salvado a la
    nación
    del terrorismo, el narcotráfico, la hiperinflación
    y combatía eficientemente el desempleo, el subempleo, la
    delincuencia,
    y otros males crónicos de nuestra quebrada nación.
    Pero como afirma Mario Vargas Llosa, "Si todas las instituciones
    de la sociedad civil
    hubieran defendido la democracia y la memoria del
    pueblo no hubiera fallado, el Perú no lamentaría
    ahora tantos crímenes contra los derechos humanos,
    el secuestro de
    la justicia y la libertad de
    expresión, el desmantelamiento de las instituciones y
    la corrupción generalizada a cuya sombra Fujimori,
    Montesinos y los cuarenta ladrones amasaron fortunas que producen
    vértigo".

    Es cierto, el pueblo que se deja arrebatar la ley y la libertad, el
    precio que paga es muy alto. Testificarán por ello los
    miles de desparecidos, los torturados, los asesinados, los
    inocentes que cumplen condena inocentemente en las
    cárceles por jueces sin voces y sin rostros y se
    hacían de odios sordos y ojos ciegos ante los asesinatos y
    torturas de miles de peruanos, como el secuestro, asesinato y
    calcinamiento a los estudiantes y al profesor de la
    Universidad de
    Educación
    La Cantuta, o a los vecinos de los Barrios Altos y hasta los del
    propio servicio de
    Inteligencia:
    Leonor La Rosa (torturada hasta quedar paralítica de por
    vida) y Mariela Barreto (descuartizada por sospechas de
    traición.)

    Actualmente hemos recobrado nuestra libertad y todos los
    derechos
    democráticos, principalmente se lo debemos a las marchas
    incesantes de miles de estudiantes y el pueblo organizado. Una de
    las más importantes las que se dio los días previos
    a la ascensión ilegal de Fujimori a su tercer mandato: los
    días 26, 27 y 28 de Julio de 2000, llamada la "marcha de
    los 4 Suyos" hacia Lima. Aquellos días el Perú
    estuvo prácticamente paralizado y las fuerzas del gobierno
    se dedicaban exclusivamente a reprimirlos brutalmente; esta
    marcha ocasionó la muerte de 6
    vigilantes, atrapadas en el Banco de la
    Nación por un incendió provocado, ahora se sabe,
    por las huestes del SIN, para luego lanzar en culpa a los
    "vándalos".

    Alejandro Toledo, principal artífice de la
    caída de la dictadura,
    ahora mandatario del Perú, tiene que enfrentar las serias
    consecuencias políticas que ha dejado el Fujimorismo.
    Diariamente se suceden en las calles del Perú marchas de
    protesta, exigiendo derechos postergados en la década que
    pasó y que no los pudieron reclamar por la tenaz
    persecución de los que eran objeto a través del SIN
    dirigido por Vladimiro Montesinos Torres. El pueblo reclama
    empleo digno y
    seguro,
    vivienda propia, oportunidades de estudio, mejora de los salarios. Hacer
    semejantes reclamos a un gobierno apenas instalado y que no tiene
    la experiencia de gobierno, sumado la falta de liderazgo de
    sus integrantes, especialmente del Presidente y/o alentado por la
    oposición, especialmente por Alan García que al
    parecer no acepta el haber perdido las elecciones y por las
    huestes aún vivas del Fujimontesinismo, que de tener
    éxito,
    es decir, el gobierno caería y se tendría que
    volver a llamar a Elecciones Generales, en ambos casos:
    García indudablemente se tendría que presentar como
    candidato y con amplias posibilidades de triunfo, y en el otro,
    los actos de corrupción y crímenes cometidas por
    casi todos los actores del fujimorismo quedarían impunes.
    Alguna vez dijo Fernando Rospigliosi, durante la campaña
    presidencial del 2001 que tanto al fujimorismo como a Alan
    García, el fracaso de Toledo sería una magnifica
    noticia, ambos tienen sus propias mafias, y entre las organizaciones
    delictivas, por más que en el pasado hayan estado en una
    lucha sin cuartel, llegado el momento de recuperar el
    botín perdido, se podrían dar la mano.

    El pueblo peruano es fácilmente manejable, y
    parece no percibir las verdaderas intenciones de estas marchas
    que vienen socavando el gobierno. Muchos dirigentes de las
    organizaciones sindicales pertenecen al aprismo de Alan
    García o, todavía son manejados por V. Montesinos,
    a través del chantaje o la compra económica,
    red que no ha
    podido ser desmantelada por el poder judicial. Recientes investigaciones
    de la policía han demostrado la rearticulación de
    Sendero Luminoso, que en una nueva faceta luego de haber sido
    derrotados militar y políticamente, hacen vandalismo en
    estas manifestaciones y parecen haberse posicionado de las
    Universidades. El Ministro del Interior, ha amenazado que si se
    llegara a comprobar algún acto delictivo, no se
    dudará en tomar militarmente las Universidades para
    limpiarlas.

    Lamentablemente no ayuda para superar esta
    situación, la poca preparación organizativa y
    programática de los partidos políticos, que
    aún manejan su ideario con viejas prácticas de
    clientelismo y prebendas como lo denunciara Fujimori al inicio
    del presente capítulo.

    Ante tal falencia seria, Juan Rial, experto uruguayo en
    temas políticos, afirma que "En el Perú tenemos un
    gobierno con más dificultades de las debidas y lo
    mínimo que se requiere, ante la crisis económica y
    social, es que la sociedad política tenga un cierto grado
    de estabilidad. Una ley de partidos intentaría crear ese
    mínimo necesario". En palabras de Rial la ley de partidos
    buscaría una institucionalidad, donde se definiría
    qué es un partido político y cómo se
    conforma. Cómo se extingue, cuáles tienen
    qué ser las pautas globales para su funcionamiento interno
    y cómo se nominan candidatos. De hecho que sería
    muy importante, pero en el Perú aún no hay
    consenso, porque tenemos una concepción caudillesca del
    partido y en estos momentos están cerca las elecciones
    municipales y regionales y todos quieren ver qué va a
    pasar y cómo les va a ir. Ahora, esta ley de partidos
    evitaría, por ejemplo la aparición de actores
    políticos mediáticos, sin un pasado político
    que los respalde o si lo tuvieron que ésta sea consecuente
    con los ideales democráticos. Se evitaría a un
    Fujimori, un antiguo rector universitario sin experiencia
    política o a un Chávez, con un antecedente de
    intento de golpe de
    Estado.

    Es indudable que la oposición ha hecho
    trastabillar al Presidente Toledo, su gobierno acaba de superar
    una huelga
    nacional, que no ha tenido éxito pero el descontento nadie
    lo puede obviar. La gente piensa, en Lima una encuesta
    revela que el 30% de personas añora a Fujimori, porque
    significaba orden y un norte, esto lamentablemente demuestra un
    grado de confusión y frustración frente al
    gobierno. Lamentablemente estos sondeos, no es el único
    que se da, semanalmente se publican encuestas
    sobre la aprobación de la gestión
    presidencial y hasta de la imagen
    presidencial. La Primera Dama: Elian Karp, ha denunciado que en
    ninguna parte del mundo, periódicamente se sacan
    resultados de este tipo; pues no guardan una proporción en
    relación a los hechos ocurridos y a la distancia del
    tiempo. Pero sobre todo, como una película de terror, cada
    semana se comprueba como la imagen del Presidente es desaprobada
    dramáticamente, otro signo, sin duda, del libertinaje
    político o tal vez, una manipulación de Montesinos,
    interesado en ver caer al régimen.

    El Presidente de la Conferencia
    Episcopal peruana, Monseñor Luis Bambarén,
    denunció que el APRA estaría tras estos hechos en
    contra del gobierno. En el sur se van a privatizar dos
    hidroélectricas: EGASA y EGESUR, pero las continuas
    manifestaciones han hecho que los postores se retiren y se de un
    clima de
    inestabilidad, tanto que el gobierno ha decidido
    postergarlas.

    En el plano militar, las Fuerzas Armadas, no han podido
    superar los lastres heredados. Las FFAA están
    sobredimensionadas, que aplastan económica y
    políticamente a la nación, como si fueran un
    ejército invasor. "Un país como el Perú, no
    puede seguir gastanto el 60% de las remuneraciones
    del sector
    público en el personal militar y policial. Ni mucho
    menos, destinar cuatro mil millones de dólares para compra
    de armamentos".

    Es imperativo iniciar un proceso de
    desmilitarización y desarme gradual. El presupuesto de
    las FFAA, no puede continuar como secreto de Estado; toda esta
    primacia militar condujo a los graves desmanes y corruptelas en
    compra de armas, aún
    cuando el gobierno fenecía las compras
    seguían efectuándose. Actualmente, hay muchos
    Generales en la cárcel, y eso dice bien de la Justicia y
    la legalidad,
    pero hay muchos que huyeron y continúan en la
    clandestinidad. Los implicados por estos delitos que
    faltan capturar son en promedio 111 y aún no se les logra
    ubicar.

    Por todo ello, para evitar caer nuevamente en
    sensualidad autoritaria el Presidente Toledo viene impulsando
    desde el mes de Marzo un acuerdo de gobernabilidad con los
    principales partidos políticos. Este Acuerdo tiene 30
    puntos concretos. "El proceso de Acuerdo Nacional no es propiedad del
    gobierno", dijo el mandatario en una reunión en Palacio de
    Gobierno con directores de medios de
    comunicación: "Por eso, nos hemos propuesto
    institucionalizarlo para que en el futuro cualquier presidente lo
    continúe. Nuestro compromiso es consolidar las bases para
    que el diálogo
    nacional sea irreversible","Debemos instalar definitivamente el
    diálogo nacional como único mecanismo para que
    el Estado y la
    sociedad interactúen", explicó: "En eso radica la
    importancia del Acuerdo Nacional para la Gobernabilidad, en
    sentarnos alrededor de una mesa y plantear problemas y
    soluciones".
    Con relación a la discrepancia que existe entre la
    realidad de la calle -donde la protesta de diversos sectores
    sociales se ha convertido en un espectáculo cotidiano- y
    el proceso de concertación que parece desarrollarse
    sólo entre cuatro paredes, le preguntaron al jefe de
    Estado qué estaba haciendo para que ese divorcio no
    transformara los esfuerzos de concertación "en un mero
    ejercicio esotérico".
    El Presidente Toledo respondió que si el Acuerdo Nacional
    se construye según la pauta de las crisis coyunturales,
    entonces estará destinado al fracaso. "No digo que
    subestimemos o ignoremos lo que pasa en la calle, lo que digo es
    que no tengo vocación de bombero. No soy un presidente del
    corto plazo. No me voy a dedicar sólo a apagar incendios. O
    estamos con la concertación, que es el diálogo, o
    estamos con la política de confrontación, que es la
    ausencia de voluntad de entendimiento. ¿No creen que ya es
    tiempo de cambiar la forma de hacer política?",
    señaló: "Nadie está excluido en el proceso.
    Sólo hay que tener voluntad de diálogo".

    El acuerdo contempla no sólo la gobernabilidad,
    también La Equidad
    y

    justicia social, la Competitividad, y la Institucionalidad y etica
    pública. Los puntos de gobernabilidad son:

    1. Fortalecimiento del régimen democrático
    y del Estado de
    derecho.

    2. Democratización de la vida política y
    fortalecimiento del sistema de
    partidos y de la sociedad civil.

    3. Afirmación de la identidad
    nacional.

    4. Institucionalización del diálogo y la
    concertación.

    5. Gobierno en función de
    objetivos con
    planeamiento
    estratégico, prospectiva nacional y procedimientos
    transparentes.

    6. Política exterior para la democracia, la paz,
    el desarrollo y la integración.

    7. Erradicación de la violencia en
    todas sus formas y fortalecimiento de la seguridad
    ciudadana.

    8. Descentralización de la economía y
    del poder

    4. Algunas
    conclusiones

    Los Partidos Políticos están obligados a
    presentar una perspectiva de

    mayor acción
    que permita conducir todos los desacuerdos y las disconformidades
    por los vehículos legales, limitando las expresiones
    antisistema y el uso de la fuerza como
    medio de expresión y presión.
    En este sentido los verdaderos partidos modernos deben ser
    paralelamente partidos organizativos y democráticos,
    promoviendo la participación en el interior de sus propias
    estructuras,
    siempre bajo las garantías de la libre competencia que
    otorga el Estado.

    No se ha avanzado sustantivamente en la construcción de instituciones
    democráticas que garanticen una gobernabilidad confiable y
    no se vuelva a vivir una dictadura como el de Fujimori.
    Todavía vemos como la crisis ha hecho crujir su andamiaje
    político. Los Partidos Políticos son la pieza
    fundamental de la democracia.

    El fujimorismo, no sólo fue un gobierno
    autoritario, sino un régimen autócrata con
    apariencias y formas democráticas, estructurada bajo el
    eje del Servicio de Inteligencia Nacional, en cuyo seno se
    cometieron con un espíritu de impunidad
    graves excesos, como la falsificación de firmas para
    legitimar la inscripción ilegal a un tercer mandato de
    Alberto Fujimori, el manejo de elecciones, la compra de
    congresistas opositores.

    En el Perú se ha producido una transición
    democrática, luego de soportar diez años de
    dictadura. Pero esto no es lo más importante; lo que
    realmente va a conducir al país por el sendero de la
    construcción no sólo democrática sino, sobre
    todo, económica es un proceso de democratización.
    Democratización que hará tomar conciencia a la
    gente de que los valores
    democráticos no pueden nunca más agredirse y
    sepultarlas bajo un régimen autoritario. En el
    Perú, son ya varias veces que se ha dado la
    transición democrática; pero nunca ha habido un
    proceso democratizador. Pasado un tiempo relativamente breve se
    caía nuevamente en el autoritarismo, los golpes de estado
    suprimía las libertades con grave perjuicio para la vida
    de la nación. Esta democratización
    eliminaría de raíz todo intento autocrático,
    tenemos de ejemplo a Chile, son ya 13 años de la
    transición democrática y son también trece
    años de proceso democratizador, los intentos o nostalgias
    por un gobierno autoritario ha quedado en la historia.

    Es fundamental, sin ninguna duda, que se dé en el
    Perú una ley de partidos políticos; los partidos
    deben dejar su forma caudillesca de ver la política. Una
    ley que regula la vida de los partidos y por ende de la vida
    democrática. Actualmente hay docenas de pequeños
    partidos que conducen su organización de manera vertical,
    desestructurada y en función solamente de tiempos
    electorales. Los actores políticos tienen que tener
    credenciales democráticos. Si toman a la política
    como profesión se debe empezar desde abajo y no empezarla
    como Presidente.

    Bogotá, 11 de junio de 2002

    BIBLIOGRAFÍA

    1. Partidos y Clase
      Política en América
      Latina en los 90.

    Instituto Interamericano de Derechos Humanos. San
    José de costa Rica

    Compiladora: Carina Pirelli.

    • Gabriel Murillo/Juan Carlos Ruiz: "Gobernabilidad en
      América Latina: La "Destanización"
      de los Partios Políticos".
    • Fernando Rospigliosi: La Amenaza de la
      "Fujimorización". Gobernabilidad y

    Democracia en Condiciones adversas: Perú y
    países andinos"

    1. Revista Nueva Sociedad # 171

      Caracas, 2000.

    2. César Arias Quincot. Perú: el
      gélido invierno del fujimorato. En

      Editorial Milla Batres. Mayo 2001.

    3. Mario Vargas Llosa y otros autores. Cómo
      Fujimori Jodió al Perú.

      Cambridge University Press, 1997.

    4. Leslie Bethell, Historia de América Latina,
      tomo 12.
    5. Alfredo Rangel. Guerra
      Insurgente: conflictos
      en malasia, Perú, Filipinas, El

    Salvador y Colombia.

    Intermedio, 2001.

    Iván Rodríguez Alegre

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter