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Factores socioculturales, políticos y económicos que intervienen en la educación




Enviado por cecyreyesolivans



    Factores
    socioculturales, políticos y económicos
    que intervienen en la educación

    1. Introducción
    2. Educar
      para cambiar
    3. Tiempo
      pasado será siempre mejor
    4. El
      cambio
    5. La
      educación en la familia
    6. Conclusiones

    INTRODUCCIÓN

    Educación
    es un verbo complejo, un sustantivo al cual es imposible
    comprender desde la pobre perspectiva de enseñar –
    aprender. Va más allá del acto de presentarse
    frente a un grupo y
    transmitir conocimientos.

    La educación vista como
    un verbo exclusivo de la escuela es un
    pensamiento
    erróneo y disparatado, sobre todo cuando sabemos que desde
    el vientre se aprende, de las emociones, de los
    sentimientos, de los sonidos.

    El Gobierno se
    preocupa por la educación, y esto
    no es novedad. Sería una necedad tanto negarlo, como
    bendecir a un sexenio determinado por el impulso dado a este
    factor. Pues en mayor o menor medida, después de la
    Independencia
    de nuestro país, cada presidente se preocupa y ocupa de
    ella, algunos con proyectos en
    papel, otros en acción.

    Porque la
    educación mexicana se ve directamente influencia por el
    momento histórico vivido. Así como las creencias e
    ideologías del Presidente Constitucional. Y no solo de
    ellos, la educación va más allá.


    analizamos la historia, nos daremos cuenta
    que la política es influenciada por la economía. Entonces es
    lógico suponer una educación inyectada de los
    sucesos económicos, por ello podemos ver el periodo
    socialista que se vivió en la época de los cuarenta
    y la educación técnica, gracias a la cual el
    Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey
    se elevó a la categoría del más importante
    del país.

    Y nuestra cultura,
    evaluada por algunos como de tercer año de primaria,
    también se ve representada dentro de los programas
    educativos.

    Las limitantes,
    los obstáculos contra la impartición de temas
    considerados como tabúes, retrasan los planes, generan
    ignorancia y hasta limitan la
    comunicación con nuestros estudiantes.

    Al parecer, todo
    lo anterior es tomado en cuenta por nuestros dirigentes, por
    nuestros maestros y nuestra sociedad.

    Olvidando lo
    más importante, a la sociedad, sobre todo al núcleo
    de está, la que cambia conforme pasan los años, con
    los gobiernos, con la economía y la cultura. Esa sociedad
    tan diferente de región a región. Pero con la misma
    dolencia común.

    Nuestros planes y
    programas parecen olvidar que a través de todos estos
    años, de nuestras crisis y
    nuestros progresos, se ha marginado a la población, orillando al núcleo
    familiar a disolverse.

    Durante el
    presente trabajo,
    veremos como han cambiado los tiempos y cuanto influyen todos
    estos factores en la educación, esperando se tome conciencia de
    cuales son las necesidades de la nueva población
    mexicana.

    EDUCAR PARA CAMBIAR

    O cambiar para
    educar

    Los jóvenes
    que ingresan a nuestras escuelas con la esperanza de adquirir una
    educación, no se dan cuenta del bagaje que llevan consigo.
    Y se sientan a ver cuánto pueden adquirir sin
    comprometerse demasiado.

    Asimismo, el Estado toma
    la educación desde la cómoda visión de
    transmitir conocimientos a todos los afortunados en asistir a una
    institución educativa, llámese Jardín de
    Niños,
    Primaria, Secundaria, Preparatoria o Universidad, sea
    pública o privada… sin hacer un esfuerzo en reconocer
    los factores que rodean a la población estudiantil, o por
    lo menos la misma historia de la
    educación y cuáles han sido sus influencias en
    la época actual.

    La palabra
    educación proviene del latín "educare" y
    puede definirse como:

    • El proceso
      bidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos,
      valores,
      costumbres y formas de actuar. La educación no
      sólo se transmite mediante la palabra, está
      presente en todas nuestras acciones,
      sentimientos y actitudes.

    Desde este punto
    de vista, el alumno no sólo asimila los conocimientos que
    el profesor
    imparte en una o más horas de clase,
    también hace suyas las actitudes y aprende de la
    emoción y entrega proyectada.

    Es decir, cuando
    el maestro no reconoce el valor de su
    función, la enseñanza es nula: la idea principal a
    transmitir se convierte en discurso
    vacío… aprendemos que lo único importante es una
    calificación, pasar la materia… con
    el tiempo lo
    importante es mantener un puesto… hacer como que se
    trabaja.

    Por ello algunos
    autores van más allá, dicen que educación es
    "el proceso de inculcación / asimilación cultural,
    moral y
    conductual. Así, a través de la educación
    las nuevas generaciones asimilan y aprenden los conocimientos,
    normas de
    conducta, modos
    de ser y formas de ver el mundo de generaciones anteriores,
    creando además otros nuevos".

    Desde este punto
    de vista podemos darnos cuenta que las anteriores generaciones se
    centraban en un ámbito familiar en el cual la mamá
    era el eje principal, quien estaba al pendiente de lo que
    sucedía en casa, la confidente, la maestra, la amiga, la
    que siempre estaba allí, para ayudar a los
    hijos.

    En la actualidad,
    el panorama es diferente, la mayoría de las madres
    trabaja, ahora los hijos tienen que aprender solos. Por lo tanto
    la moral y la
    conducta han cambiado, lo mismo pero a mayor velocidad que
    los métodos de
    enseñanza escolar.

    Entonces, podemos
    decir que la educación es el proceso de socialización de los individuos de una
    comunidad

    Aunque
    también podemos llamar educación "al resultado de
    este proceso, que se materializa en la serie de habilidades,
    conocimientos, actitudes y valores adquiridos". Ya que en ella
    podemos ver el proceso formativo que genera y desarrolla al
    individuo y la
    forma en que se enfrentará a su entorno.

    Es preciso hacer
    un especial énfasis en diferenciar la educación y
    la enseñanza, reconociendo a esta última como la
    facilitadora de conocimientos y el desarrollo de
    habilidades mentales o físicas que son necesarias para
    incorporarse a la sociedad.

    Pero como hemos
    observado, la educación afecta y es afectada por su
    entorno social, ya que éste dictará los patrones
    bajo los cuales se dará la relación profesor –
    alumno.

    Para comprenderlo
    mejor, diremos que la sociedad es "el conjunto de personas que
    comparten fines, preocupaciones y costumbres que
    interactúan entre sí constituyendo una comunidad". La
    sociedad nos dictará la forma de ser, de vivir, dicta
    valores y patrones de vida.

    La sociedad es un
    estado, los
    coahuilenses, tienen características dictadas por su
    historia, por la costumbre y cultura que no existen en estados
    vecinos como Nuevo León. Y al mismo tiempo esta sociedad
    se subdivide en regiones (norte, sureste, carbonífera,
    cinco manantiales), éstas en poblaciones (Saltillo,
    Torreón, Piedras Negras, Nueva Rosita, Monclova),
    éstas en colonias, vecindarios, hasta llegar al hábitat
    o núcleo familiar; porque la sociedad son los habitantes y
    su entorno, todo ello relacionado con un proyecto
    común, que les da una identidad de
    pertenencia.

    El término
    sociedad connota un grupo de lazos económicos,
    ideológicos y políticos y supera el concepto de
    nación
    – estado.

    Las distintas
    agrupaciones tienen como representación un territorio, y
    un alto grado de acción social conjunta contienen en
    común características filosóficas,
    teológicas y otros saberes no empíricos.
    Además de los habitantes, el entorno y el proyecto
    societario, pueden incorporarse otras categorías a la
    definición de sociedad según la especialidad del
    proyecto o de su grado de desarrollo, esto será la
    tecnología
    alcanzada en los medios de
    producción, desde una sociedad primitiva
    con simple tecnología especializada de cazadores, hasta
    una sociedad moderna con compleja tecnología (muchos
    artefactos) prácticamente en todas las
    especialidades.

    Estos estadios de
    civilización incluirán el estilo de vida
    y su nivel de calidad, que
    asimismo será sencillo y de baja calidad comparativa en la
    sociedad primitiva; y complejo o sofisticado con alta calidad
    comparativamente en la sociedad industrial. La calidad de
    vida comparativamente es controversial pues tiene aspectos
    subjetivos en los términos de cómo es percibida por
    los sujetos. No podemos saber cuan desgraciados se sentían
    los trogloditas por no disponer de televisión.

    Algunos
    sociólogos manifiestan que la nueva problemática en
    la educación en México se
    debe a los cambios que sufre la población.

    De pertenecer a
    familias unificadas, donde el papá y la mamá son
    los pilares, con los abuelos como cimientos, los hijos
    crecían al amparo de valores
    y costumbres tradicionales; estos niños eran orientados y
    recibían ayuda en sus tareas escolares, en su vida
    social.

    La crisis
    económica de México, obligó a la sociedad a
    desintegrar el núcleo; cada vez menos madres pueden estar
    en casa criando a los hijos, los abuelos son insuficientes, en
    caso de no trabajar. Ahora el apoyo de los niños y
    jóvenes se encuentra en la calle, en la escuela, en los
    amigos, con los cuales podrá encontrar consejo, amor,
    comprensión y hasta la fortaleza para confrontar las
    dificultades.

    Ahora
    cambiará a la familia por
    pandillas.

    Para entender
    mejor cómo afecta la economía a la sociedad y por
    consecuencia a la educación debemos entender a ésta
    como "la ciencia que
    analiza el comportamiento
    humano como una relación entre fines dados y medios
    escasos que tiene usos alternativos", según la
    definición de Lionel Robbins, la cual es la más
    aceptada.

    Según el
    mismo autor la ciencia
    económica esta justificada por el deseo humano de
    satisfacer sus propios fines. Tradicionalmente se consideran los
    fines de la economía como dados o definidos por los
    políticos, y se ha estudia únicamente el problema
    de su satisfacción.

    Si lo vemos desde
    este punto, la nueva sociedad, está influenciada por los
    medios masivos de comunicación y su discurso de que entre
    más tengas más eres. Entonces nuestras prioridades
    cambian.

    Ya no necesitamos
    satisfacer nuestras necesidades básicas de comida, techo,
    descanso, vestimenta… Ahora debemos tener marca, y nuestros
    nuevos satisfactores los dictará la tecnología,
    la
    televisión y la mercadotecnia
    manejada.

    Por ello Robbins
    dice que al definir economía, se ha sustituido el
    término fines por necesidades humanas, y se dice que
    éstas son ilimitadas.

    Al existir estas
    necesidades no satisfechas, y crearse nuevas, la sociedad se
    convulsiona y se crean fenómenos sociales como madres de
    familia
    económicamente activas, la emigración –sobre
    todo del padre hacia los Estados Unidos, u
    otras ciudades de México-, y con ello la
    desintegración y nuevas problemáticas ya
    mencionadas.

    La cultura
    mexicana nos obliga a pensar en el sueño americano, de
    creer que nuestras dificultades económicas
    –llámese, a ésto no contar con los nuevos
    satisfactores- se resolverán llegando a trabajar al "otro
    lado" y ganado "la dolariza".

    Recordemos que la
    cultura

    • Es el conjunto de
      conocimientos que permite desarrollar un juicio
      crítico.

    Entonces la nueva
    cultura nos impone a tener más cosas, ésto a dejar
    el núcleo familiar, y por ende, la educación debe
    verificar estos cambios.

    El conjunto de
    modos de vida y costumbres, así como los conocimientos y
    grado de desarrollo artístico, científico,
    industrial de esta época y nuestro grupo social es lo que
    conforma nuestra nueva cultura. Los niños no se educan
    solos, está la "nana televisión" que les inculca unos valores y
    costumbres que quizá los padres no tuvieron… o de los
    cuales también se nutren.

    Porque debemos
    recordar que una gran parte de la población paterna en
    México se inicia en su pubertad.
    Todavía están moldeando su carácter y su bagaje cultural es
    bajo.

    Aunado a
    ésto la "necesidad" de abandonar la casa tras el sustento,
    las mujeres que quedan solas, pues son madres solteras o el
    esposo emigró.

    La cultura al
    igual que la materia no desaparece, sólo se
    transforma.

    La nueva sociedad,
    cuenta con una cultura más participativa, tanto en lo
    económico como en lo político; y estos dos campos
    influyen en la educación… El tener la mejor calidad, no
    sólo es requisito en la transmisión de
    conocimientos, sino en la presentación de
    ellos.

    El Gobierno se da
    cuenta de la imagen proyectada
    al exterior, y trata infructuosamente de mejorar.

    Lo malo es ver
    cada sexenio con un nuevo plan de estudios,
    sin continuidad, sin revisiones, sin motivaciones.

    Los padres de
    familia tampoco se conforman con el discurso. Ahora participan
    más en la política –al menos a nivel local-.
    Se comprometen con ellos mismos, pero no ahondan en el
    tema.

    En términos
    generales política es el proceso y la conducta de toma de
    decisión de un grupo. Pero, la conocemos más como
    las declaraciones, planes, prácticas y regulaciones
    adoptadas por un gobierno u otra organización diseñadas para guiar o
    controlar la conducta de la comunidad o de las instituciones.

    En México
    la política educativa aparentemente ha cambiado, y
    mucho… cada sexenio se crea una nueva comisión
    educativa, un nuevo plan de estudios.

    Pero, porque
    siempre existe un pero, la familia no es tomada en cuenta, no se
    integra a ella para obtener un mejor resultado. Se cree que la
    institución educativa es única y los maestros se
    alejan de la comunidad a la que pertenecer bajo el pretexto de
    que los padres no tienen tiempo o interés.

    Mientras que hace
    el Estado. Él no crea planes económicos, y menos
    educativos, que realmente ayuden a la unidad del núcleo
    familiar con la enseñanza.

    Y sí que
    hay mucho por hacer.

    Tiempo pasado será siempre
    mejor

    O la soledad de
    nuestro tiempo

    Hoy en día
    el tener hijos es una decisión difícil de tomar, y
    no se debe a falta de dinero, al fin
    de cuentas, eso es
    lo de menos. Es por falta de tiempo.

    Tiempo para
    criar.

    Tiempo para
    educar.

    Tiempo para
    dedicar a los hijos, a la pareja, a la familia, y hasta a uno
    mismo. Los trabajadores de hoy no cuentan con jornadas de ocho
    horas como lo establece la constitución. Esta ha sufrido cambios, y
    ahora se labora diez horas diarias, sin derecho a salir de la
    fabrica o maquila ni para comer. "Traiga lonche o compre comida
    aquí", dice el patrón.

    Por tanto, no se
    debe comparar a los tiempo modernos con los de hace diez o veinte
    años, mucho menos con el siglo XIX.

    Los niños
    modernos se acostumbran a la soledad, a ser autosuficientes
    –a su manera-, a buscar compañía en los
    medios. Y de ellos aprende.

    El abuelo
    dirá que los tiempos de antes fueron mejores, y
    quizá tenga razón.

    Sí, podemos
    decir que los aztecas cuidaban
    a su hijos y los educaban hasta la edad de los doce años.
    La responsabilidad de los hijos varones era del
    padre, quien lo guiaba en las tareas rudas, y la madre se
    encargaría de las hijas, y sus quehaceres
    hogareños.

    Tal vez exista la
    feminista que exponga su rencor ante la práctica de
    discriminación de la mujer en la
    educación formal, dada después de los doce
    años. Pero la condición cambiante de la mujer y el ser el
    miembro reproductor de la sociedad la confería a las
    labores "simples".

    Sin embargo, es
    admirable la educación de los varones, tanto por el padre
    como en las escuelas, ya sea en el Calmécac o Tepozcalli.
    Una educación con valores firmes, cimentados en ejemplos.
    El guerrero no solo se fortalecía y enseñaba la
    casta en la guerra. El
    sacerdote como guía espiritual debía aprender
    más que rezar y gobernar.

    La
    educación de ambos se formaba en el trabajo, en
    la limpieza de las calles y templos, en la construcción y remozamiento de calles y
    edificios, en el cultivo y recolección de los
    víveres.

    ¡Qué
    distinta sería nuestra sociedad con sus valores! Castigo a
    la codicia, a la flojera, a la glotonería. Se
    enseñaba a trabajar, a compartir, a respetar (tanto a
    mayores como a mujeres).

    Nuestros
    niños modernos en cambio carecen
    de valores, aun cuando desde mediados de los noventas la
    enseñanza básica tiene un programa para
    enseñarlos, supuestamente para afianzarlos y
    recuperarlos.

    Televisa se une a
    ellos con su cantaleta de "tienes el valor o te vale". Pero nos
    vale.

    Y sí. Nos
    vale.

    Es imposible
    suponer que con tan solo escucharlos se sigan. El niño no
    aprende por memorización. Eso lo aprendimos desde hace un
    par de décadas. El niño aprende del ejemplo. Pero
    mamá y papá no están junto a él para
    ello. Apenas tienen tiempo para comer, dormir, y a veces verlos.
    Como pueden enseñar. Como pueden siquiera saber que mentir
    es un valor. Es mal necesario dirán.

    Esto de
    enseñar con el ejemplo bien lo sabían los
    españoles. Los indios y las nuevas castas debían
    aprender de ellos, de su comportamiento
    y religión.
    No obstante el buen Oidor y Obispo Vasco de Quiroga envía
    una misiva al rey en 1535 donde expresa su desacuerdo en la
    esclavitud de
    los indios y afirma que los españoles son personas muy
    cuestionables: "no se ve en nosotros obra que sea en verdad
    cristiana, de modo de pensar y a veces lo han dicho que jurar,
    lujuriar y alcahuetear es acto propio de cristianos y cosa en la
    que procuran complacerlos, pensando que aciertan".

    Así son
    nuestro niños y jóvenes modernos. Ante su soledad
    procuran hacer aquello que los mayores les piden. Los primeros
    buscan la complacencia en el sentido de pertenencia, de sentirse
    queridos y aceptados. Los segundos buscan amortiguar el
    cansancio, el hambre, la frustración ambivalente de la
    soledad.

    Se cae en patrones
    errados y cada vez más complicados.

    El joven
    (aún niño) encuentra consuelo en el grupo de la
    esquina, otros solitarios cuyos padres también trabajan.
    El niño crece y aprende con ejemplos como totalmente
    errados… pero integradores.

    Los padres no
    están. En nuestra nueva sociedad más de la mitad de
    la población pertenece a algún tipo de familia
    disfuncional. Con más del 40% de divorcios, casi 30 por
    ciento de madres solteras. Y para colmo un alto índice de
    las nuevas mamás son menores de quince
    años.

    Ahora parece un
    juego pedir
    trabajo… pero no lo es. Y la encargada de recursos
    humanos dirá que necesitas ser mayor de edad para
    poder ingresar
    a su planta laboral. Al menos
    contar con 17 años.

    A falsificar
    documentos, a
    dar las señas de la hermana mayor, lo que sea, con tal de
    tener un sueldo para comprar pañales.

    No existe
    diferencia cuando el padre de la criatura responde, de cualquier
    forma la niña debe trabajar, pues si no como le van a
    hacer para pagar, renta, agua, luz, comida y de
    pilón medio vestirse. Porque a medias se vive.

    Luego de la
    devaluación del 82, le siguió la del
    88 y remató la del 94… los errores que a algunos ricos
    afectaron, a otros hicieron más ricos. Pero a los pobres,
    la clase baja cada día es más pobre, según
    un reporte de la banca mexicana,
    de los 600 mil millones de personas que habitamos el planeta 358
    cuentan con la riqueza similar a la acumulada por 2, 500 millones
    de personas, es decir, de casi la mitad de la población
    mundial.

    La lucha de clases
    ya no existe, al menos en México, la apatía de la
    población es cada vez más evidente… Para que
    estudiar si no hay trabajo, dicen algunos padres.

    Lo peor es la
    herencia,
    porque finalmente, este pensamiento pasará a formar parte
    de la cultura de sus hijos, y hasta de algunos amigos de
    ellos.

    Seguirán en
    la pandilla de la esquina, porque ellos los alientan, los conocen
    y los escuchan. Los comprenden y les dan "algo" para sentirse
    superiores. Los mejores. Para olvidar los sermones de
    casa.

    Para olvidar el
    sentirse nada.

    Las nuevas
    adicciones nos
    preocupan, pero no nos ocupan. Las drogas son
    consumidas a edades más tempranas, el mejor lugar para
    distribuirlas: La Escuela.

    Los noticieros
    todos los días hablan de ello. Detuvieron a un narco… lo
    dejaron ir. Estadísticas. "Tienditas". El bombardeo de
    información es grande.

    Pero el tiempo es
    insuficiente para hablar con los hijos. Bueno, a veces se es tan
    joven que también se debería hablar con los
    padres.

    Las autoridades lo
    saben, por ello en el sexenio del presidente Ernesto Zedillo se
    aprobó un programa de ayuda a estudiantes… se
    contrató una maestra especial, de apoyo, para ayudar en el
    área psicológica. Se habla con los educandos, los
    escuchan y orientan. ¿Se puede pedir
    más?

    Sí. Se pide
    la integración de los padres, citarlos a
    junta, orientarlos, cuestionarlos, ayudarlos. Pero el compromiso
    es inexistente por parte de ellos, su ausencia o falta de
    entusiasmo en la junta es evidente.

    Al menos eso dice
    el reporte.

    Un reporte sin
    explicación. Pues al parecer nadie sabe que el 90 por
    ciento de las madres de familia son económicamente
    activas. Y, además de su trabajo tienen la
    obligación de su familia, su casa, sus cosas. No cuentan
    con ayuda, nuestra machista sociedad aun ve con malicia a los
    hombres que ayudan en el hogar, a los que cuidan y se encargan de
    la educación del hijo.

    El charro mexicano
    sólo exige una buena nota en las calificaciones, un
    niño callado, y si es posible dormido, una casa limpia, la
    ropa limpia y planchada… ¡aaahhh! Y la cena calientita y
    bien servidita, mientras su mujercita le calienta tortilla por
    tortilla, no se le vayan a enfriar.

    Parece broma. No
    lo es. Cuando sólo cuatro de cada diez hombres ayuda en
    algunas tareas domésticas. Sólo algunas. El avance
    es que siete de cada diez considera o permite a su esposa
    trabajar. Y algunos hasta lo exigen, pues se reconoce la
    importancia de este apoyo.

    A pesar del
    avance, el comportamiento de los padres se vuelve errático
    afectando al niño. Este se vuelve agresivo en la escuela.
    Distraído. En ocasiones parece algo común para la
    maestra y sólo lo atribuye a "violencia
    intra-familiar".

    El nuevo mal de
    nuestra sociedad. Tan común que con el tiempo se vuelve
    algo vedado. Lo sabemos allí, pero no podemos hablar de
    él, por respeto a la
    privacidad del alumno.

    La violencia en la
    familia empieza con una frase agresiva y llega a golpes tan
    brutales que causan la muerte. Ya
    no se respeta sexo, ni edad,
    aunque en realidad nunca lo hizo, pero hasta ahora se habla. Es
    ahora, cuando la sociedad se escandaliza, critica al agresor y a
    la víctima –por dejada-.

    Siempre estuvieron
    allí, pero antes eran bien vistos… el hombre es
    más hombre si se
    impone a la mujer. La mujer debe complacer en todo al esposo y
    soportar su cruz. Con esta bandera se llegó a la
    vejación extrema y violación de la pareja; se
    sodomiso a los hijos. Y ahora se quiere erradicar de la noche a
    la mañana.

    Entonces el abuelo
    repite, ¡ah, en mis tiempos! No se veía eso.
    ¡Quién viviera en los tiempos de mi
    abuelo!

    Pero, como es
    mentiroso el viejito.

    Gary Jennings,
    autor de novelas
    históricas sobre el México precolombino y de la
    Colonia menciona en "Sangre Azteca":
    "después de la conquista de México y la mezcla de
    sangre española e indígena, se produjo el
    nacimiento de una gran nación.
    Todas esa sangres fusionadas se llamaron castas… Estos seres de
    la calle, que se arracimaban, se morían de hambre y
    mendigaban en cada esquina de la ciudad… eran llamados
    léperos. Estos leprosos sociales pedían limosna,
    hacían trabajos serviles, robaban. Allá por el
    siglo XVII, pandillas de léperos atestaban la capital y
    constituían una creciente amenaza para el orden
    público. Los léperos podían ser cruelmente
    destructivos, incluso asesinos… fueron los primeros bandidos
    mexicanos.

    El lépero
    vivía como podía… estaba dispuesto a degollarte o
    robarte la cartera, a suplicar por comida o por trabajo, a gritar
    bajo los azotes de las autoridades de la ciudad…

    Irónicamente, los léperos habrían de
    sobrevivir, crecer y finalmente heredar el México Moderno.
    Probaron, no la degeneración del hombre sino la tenacidad
    de la humanidad frente a la adversidad horrorosa".

    Ya ves abue, como
    no recuerdas bien.

    EL CAMBIO

    Al menos de
    palabra

    La
    educación de nuestros jóvenes, como ya hemos
    explicado se ejerce en nuestra casa, en nuestra sociedad, y en
    las aulas. Los maestros no son personas que solo viven a nuestro
    alrededor, o son padres de familia. No, ellos también se
    educan, y reciben una instrucción sobre el resultado
    esperado para el fin del año escolar.

    A la llegada de
    los españoles a la América
    se intentó dejar atrás a la cultura
    indígena. El español
    enseñó a través del catequismo, se
    dedicó a cristianizar. Pero, también a
    enseñar a sus hijos lo aprendido en Europa, la
    consigna era no olvidar nunca la buena crianza de la madre
    España.

    En ese entonces el
    modelo europeo
    se basaba en la gramática latina y los libros
    aristotélicos y de Cicerón. La educación
    novo hispana se inspiraba en el renacimiento.
    Se disponía al niño el tiempo para no holgazanear y
    divertirse.

    Los encargados de
    dicha educación eran, en primer lugar, la iglesia y,
    posteriormente, los padres de familia. Estos se organizaban
    según sus estratos sociales, ya que sólo los
    españoles de alto linaje podían aspirar a asistir a
    un seminario, los
    demás se organizaban según su estrato social.
    Obviamente, los indios, no podían siquiera aspirar a ver
    una letra, se contentaban con escuchar a los sacerdotes durante
    la misa.

    Al parecer los
    españoles trataban de lavar sus culpas
    ignorándolas. Los españoles vinieron a la
    América a robar, a saquear, a violar, a ultrajar. Pero
    eran los hijos de Dios. Los indios, los reales dueños de
    todo, tenían que esconderse, guardar rencor en silencio,
    para no ser castigados por el nuevo Dios, ese que les predicaban
    con "amor", y al cual por medio de la fuerza
    aprendieron a temer. Por ello aun callan, aun sufren, aun mueren
    esperando la llegada, tal vez, de algo que les devuelva su
    libertad y su
    fe.

    Porque es
    imposible permanecer estático y no escuchar a los que se
    encuentran en las posiciones más bajas de nuestra
    sociedad, luego de la guerra de la independencia, todos los
    presidentes se han preocupado por la educación, algunos
    han puesto en marcha planes para acabar con el analfabetismo.
    La mayoría, tal vez, quedan en planes y propuestas.
    Sí, lo cual no quita sea una preocupación de cada
    uno de los gobiernos del México nuevo y
    antiguo.

    Con la Guerra de
    la Reforma el estado inicia la separación de la Iglesia,
    ya se podía pensar y leer mas allá de la Biblia, y
    lo que otros juzgarán como apropiado.

    Un México
    convulsionado por las guerras
    internas y externas de los siglos XIX y XX se desangró,
    tuvo cambios. Sí, pero pocos de ellos fueron buenos, y
    escasos los constantes y perdurables.

    Irónicamente, el Porfiriato fue
    el periodo más próspero económica y
    culturalmente hablando. Es en este periodo que se sientan las
    bases de la teoría
    pedagógica actual, pues se establecieron escuelas de
    instrucción superior, a las que se les dio
    prioridad.

    Es en este tiempo
    cuando nuestro país presenta el mayor crecimiento
    industrial y cultural, florecen ciudades como Monterrey,
    México, Guadalajara, Puebla, Toluca, Veracruz, San Luis
    Potosí y Querétaro. Aparecen nuevas clases
    sociales, donde el poder de la aristocracia semifeudal domina
    a la clase proletaria. El poder de los aristócratas se
    puede ver en la frase de "dueño de vidas y haciendas" y la
    representación palpable de su ilimitado dominio son los
    Científicos, aquellos poderosos hombres a quienes don
    Porfirio tenía como consejeros y jefes de gabinete. Muchos
    de ellos con jerarquía militar, no olvidemos que El
    Porfiriato fue una dictadura militar
    y una gerontocracia (gobierno de viejos).

    Sin embargo, don
    Porfirio Díaz se preocupó por la educación
    de niños y adultos, por ello nació una nueva clase
    media, la de los profesionistas y empleados públicos. La
    pedagogía liberal fue semillero de grandes
    artistas como Juventino Rosas,
    José María Velasco, Saturnino Herrán,
    Alfonso Reyes, José Vasconcelos, entre muchos otros,
    quienes impulsaron en algún modo el deseo en la
    población de ser más.

    Podemos asegurar
    que esto último fue el talón de Aquiles del
    Porfiriato, con todo y su ochenta porciento de analfabetas. La
    poca gente con el poder del conocimiento
    sabía que el ser humano necesita más, su alma tiene que
    llegar al poder del saber… AL SER.

    Así, se
    gesta la justa revolucionaria.

    Con el país
    nuevamente convulsionado desaparecen temporalmente industria,
    agricultura,
    ganadería
    y educación. Es lógico, el que no se esconde,
    está en pie de guerra. Los maestros son casi inexistentes,
    algunos forman parte de las filas de los revolucionarios, otros
    se quedan, pero por seguridad de los
    alumnos no asisten a dar clases.

    Es hasta la
    promulgación de la constitución de 1917 que la
    educación toma el carácter de obligatoria, laica y
    gratuita, tal cual la conocemos hasta el día de hoy. Pero,
    cada sexenio sufre de una transformación en su estructura.

    Recordemos el
    periodo de Lázaro
    Cárdenas con su educación socialista, de la
    cual podemos concluir, además de los problemas
    ideológicos a los cuales se enfrentaron los maestros,
    padres de familia y alumnos, que dio como resultado un conflicto
    posterior con el cual lidiaron los presidentes Adolfo
    López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, y Luis
    Echeverría: revueltas sindicales y estudiantiles… hasta
    llegar a los trágicos sucesos de 1968 y 1971. Los
    estudiantes de los 40’s y sus hijos reclamaban una
    nación socialista, deseaban la repartición
    igualitaria de las riquezas del país. Los presidentes no
    podían quedarse esperando a la formación de una
    nueva guerra civil. Aún no se recuperaba el país de
    la Revolución del 10 y ya parecía
    invocarse a otra. La nada celebre frase porfiriana de
    "Mátalos en caliente" debió ser su mejor
    opción.

    Y los
    mataron.

    A pesar de ser
    hasta nuestros tiempos sumamente criticados, se debe reconocer el
    coraje y aplomo de estos líderes nacionales. Pero la UNAM
    seguirá forjando ideales y durante una década se
    odiaría y temería a los estudiantes y maestros.
    Historias como las de Cananea lo demuestran.

    Insistimos, los
    gobiernos post-revolucionarios se preocuparon por la
    educación, cada uno de ellos tratando de sanear la vida
    económica del país.

    Luego de tantas
    guerras y guerrillas la industria necesitaba dinero, recursos, el
    país los tenía en manos de otros, la
    decisión de Lázaro Cárdenas de nacionalizar
    fue adecuada para el momento.

    Manuel
    Ávila Camacho tenía que surtir a la industria de
    trabajadores técnicos, ese fue su plan de trabajo,
    reorganizar la Secretaría de Educación
    Pública y, sobre todo, la Unidad Nacional. Sí, era
    el momento de acabar con la lucha. Pero como hacerlo.
    Tenía que recurrir a los profesionales del ensueño.
    Se filmaron películas en la época de oro del
    cine mexicano,
    donde actores del momento "vivían la nueva realidad", la
    esperanza de estudiar, trabajar, y contar con protección
    médica. Bienvenido el IMSS.

    La era de la
    productividad
    dio frutos con el Milagro Mexicano, pero Adolfo López
    Mateos se da cuenta que falta un extra.

    Crecen los
    programas. Dan resultados. Pero faltan niños a los cuales
    llegar con la educación. Y no es falta de escuelas, a
    partir del sexenio de Cárdenas cada presidente
    invirtó en ellas y la profesionalización de los profesores, se
    les sindicalizó, se les instruyó y capacitó.
    Pero faltaba algo. Pensar en los niños.

    Por ello, Adolfo
    López Mateos se compromete. Crea un decreto presidencial
    por el cual los niños de todo México
    recibirán el libro de
    texto gratuito
    del grado de primaria a cursar.

    Ya no hace falta
    pasar hambre para poder conseguirlos.

    Además,
    López Mateos brinda desayunos escolares a precios
    económicos. Desayunito era el héroe de quien no
    podía comprarlo. Solo a ellos se los
    obsequiaba.

    Porque la
    educación, es más que entrar a un salón de
    clases y explicar o recitar conceptos. Va más allá
    de una simple fórmula matemática. Es necesario conocer a nuestro
    interlocutor. Y la mejor parte es saber quién es. Porque
    no es sólo el alumno.

    La verdadera
    educación va más allá. Es la
    triangulación perfecta entre alumno, maestro y sociedad.
    Entendiéndose a esto último como el todo. El
    México pobre, tecnológico, político, minero,
    rico, industrial, mercantil…

    Razón por
    la cual se realizan cambios. Cambios como el realizado por Carlos
    Salinas de Gortari, al realizar la descentralización educativa. Algo tan
    peleado por el magisterio y que a partir de ese momento les da el
    poder. El poder de decidir lo más conveniente para el
    estado. Ahora los estudiantes podían conocer, su contexto
    próximo. Lo realmente importante para ellos. Lo que pueden
    tocar, sentir. Lo propio.

    Carlos Salinas
    extiende la obligatoriedad de la educación hasta el nivel
    de secundaria, para lo cual se prestarán los libros hasta
    poder el Estado otorgarlos a través de la Comisión
    Nacional de Libros Gratuitos.

    La escuela crece y
    con ella la tecnología, el Estado conoce los cambios e
    impulsa a los estudiantes a tener acceso a ellos.

    Zedillo
    apostó por el inglés
    y las aulas de enseñanza en computación (para ello se requirió
    de la ayuda de la iniciativa privada, quienes hasta la fecha
    siguen apoyando este plan). Además debemos recordar que
    Coahuila fue el estado pionero de la enseñanza del
    Inglés como segunda lengua en
    educación Primaria, por iniciativa del entonces gobernador
    Rogelio Montemayor Seguy.

    Se habían
    tardado. Sí en verdad se quería competir con los
    famosos Tratados de
    Libre
    Comercio, la enseñanza del idioma era algo
    prioritario. Los jóvenes, los adultos se quedarían
    estancados en simples obreros y mano de obra barata por la falta
    de una comunicación efectiva, la cual se podía
    lograr sólo sí desde temprana edad el niño
    se familiariza con el inglés, el idioma de nuestros
    "socios" y competidores.

    Pero los programas
    computacionales crecen y se modifican día con día,
    por ello, no podemos quedarnos atrás. El uso de pizarrones
    inteligentes, denominados Enciclomedia, está planeado para
    ser llevado a todas las aulas de nuestro país. El presupuesto
    más alto de nuestra historia está por llegar a
    nuestros hijos. La finalidad es crecer. Es llegar a desarrollar
    la capacidad de la población y convertirla en seres
    competitivos.

    Es llegar al
    SER.

    LA EDUCACIÓN EN LA FAMILIA

    La verdadera
    educación

    Los cambios
    están bien, son acordes al momento. El avance
    tecnológico requiere un avance educativo. El progreso o
    desaceleración industrial necesita de mano de obra
    calificada para salir avante.

    Pero parecen
    olvidarse de algo.

    La
    educación se inicia en la familia, se aprende lo que se
    ve, lo que se vive y palpa.

    El nuevo milenio
    trajo consigo el cambio. Después de más de 70
    años en el poder, el PRI cede su lugar al Partido
    Acción Nacional. La gente voto por candidato con el cual
    se identificó. Por alguien del pueblo. Con una
    mercadotecnia tal que convencía al más
    escéptico.

    A pesar de lo poco
    que se cantan sus escasas acciones y los problemas
    políticos que enfrenta el país, donde la lucha por
    el poder parece no tener límites, y
    los actores políticos sólo se preocupan por ocupar
    un puesto en el próximo sexenio, sin importar como queda
    el México al cual pretenden servir. La cámara
    legislativa, al principio reacia, a garantizado la
    educación otorgándose el 30 por ciento del
    presupuesto a este rubro.

    A partir del
    sexenio de Carlos Salinas de Gortari los maestros entraron en un
    programa denominado "Carrera Magisterial", donde se les imparten
    cursos y capacitación, según las necesidades
    de la localidad, región, estado o país. Es decir,
    se hace una evaluación
    sobre las deficiencias o puntos de oportunidad en las escuelas
    primarias, y se crean programas para apoyar y mejorar la
    educación gratuita. Aunque tienen acceso todos los
    profesores interesados, sean de escuelas públicas o
    privadas.

    Sí, el
    Gobierno se interesa en los maestros, en darles un sueldo digno.
    Aunque es insuficiente, ya que desde hace varios años la
    Coordinación Nacional de Trabajadores de la
    Educación pelea por un mayor salario y mejores
    prestaciones,
    en los estados del sur del país. Donde
    prácticamente no existen pedagogos en las aulas de
    clase.

    Podríamos
    decir, eso no nos afecta. La verdad es otra.

    Sobre todo ahora,
    cuando al menos un profesor por escuela se encuentran en
    "comisión", pues se dedican a cuestiones políticas,
    y como paga más, simplemente piden permiso y se van. Los
    que quedan no hacen mucho, su sueldo es seguro y conforme
    pasan los años sólo les interesa cubrir los
    mínimos requisitos para aspirar a más puntos y un
    mejor sueldo. ¿Cual calidad
    educativa? Con frases como "hacen como que me pagan, hago
    como que trabajo", y la mejor es: "sí los de arriba no
    trabajan, yo menos".

    Y como la
    educación es de a gratis, pues los padres no deben decir
    nada. Así escuchamos a un licenciado en educación
    primaria decir: "yo no le digo que hacer en su casa, usted no me
    dice como hacer mi trabajo".

    Pues que,
    ¿en serio creen que es gratis la
    educación?

    Sí en la
    actualidad el 90 por ciento de las madres de familia trabajan
    fuera del hogar, y de las restantes la mayoría cuenta con
    ingresos ya
    sea por ventas u otras
    labores. Además, todos compramos. En almacenes o la
    tiendita de la esquina, pero compramos.

    Y un porcentaje de
    nuestro dinero, ganado o invertido, va a parar a Hacienda a
    través de nuestros impuesto… Y ya
    dijimos, el 30 por ciento de este total es para la
    educación. O sea, el sueldo de los profes sale de nuestro
    bolsillo.

    O key. O key,
    revisemos, ¿qué tiene que ver todo lo anterior con
    la educación en la familia?

    Muy simple. El
    gobierno se preocupa por obtener mejores resultados en las
    pruebas
    aplicadas, así dejar de ser el penúltimo lugar en
    aprovechamiento. Para ello invierte en tecnología,
    escuelas de nivel básico y superior, capacitación
    para profesores y demás. Los maestros se preocupan por
    ganar más, aunque no debemos ser injustos existen muy
    buenos pedagogos, los cuales se preparan y aprovechan las
    oportunidades para beneficio de sus discípulos.

    Y la familia,
    ¿quién se acuerda de la familia?

    Como sabemos a
    partir del Porfiriato, la mujer empezó a estudiar,
    posteriormente se integró al campo laboral (en cuestiones
    "femeninas", y bajo prejuicios sociales que las juzgaban como
    "mujerzuelas"). Al principio, la mujer luchó por tener los
    mismos derechos del
    hombre y ser reconocida como una fuerza de trabajo digna y
    capaz.

    El la actualidad
    es necesaria su colaboración. Son pocos los hombres que se
    oponen a ello. Se necesitan dos sueldos en el hogar para poder
    sacar a delante a los hijos.

    Además, el
    síndrome de la pobreza trae
    consigo otro problema: la migración
    hacia los Estados Unidos. Decimos migración porque en
    muchos casos es temporal.

    La madre
    proporciona a sus hijos un salario y casa limpia. Tienen la
    obligación de atenderlos, cuidarlos y
    protegerlos.

    Pero los hijos en
    la guardería sólo son atendidos hasta las cinco de
    la tarde, y en el Jardín de Niños están tres
    horas, en Primaria cinco, y en la Secundaria seis cuando mucho.
    ¿Y el resto del día?

    Las mujeres
    trabajadoras se pasan ocho horas trabajando, las cuales se
    convierten en doce, si contamos los tiempo muertos, como el
    trayecto al centro laboral-casa. Llega cansada, su capacidad de
    respuesta hacia los hijos ya no es la misma.

    El profesor
    citará a juntas en horarios laborales, porque no tiene la
    culpa de que la madre trabaje, y su familia menos. Pero, al
    presentarse le reprenderá por el poco interés
    mostrado a la educación.

    Y el niño
    estará observando esta batalla.

    Por las tardes se
    refugiará en una pandilla, o mirando la televisión
    y sus mensajes consumistas… De ella aprenderá.
    Aprenderá más de lo explicado por un educador o su
    familia.

    En la calle, los
    amigos, le enseñarán a defenderse, a guardar
    secretos, a vivir aventuras. Lo más importante a no estar
    solo.

    En la tele…
    ¿cuánto puede aprender en la tele?

    CONCLUSIONES

    Hace falta
    más que buena voluntad para crear un plan de estudios que
    satisfaga las necesidades de nuestra población. Hace falta
    un reajuste en el tiempo invertido a la educación, acorde
    con los horarios de las madres.

    Otros
    países lo han logrado, México aun no se da
    cuenta.

    La
    educación de nuestros niños y jóvenes nace
    de lo que se ve. Aprenden en la escuela, en la casa, en la calle,
    en los medios, sobre todo en la televisión.

    Los constantes
    cambios políticos impiden la continuidad de los planes y
    programas, por lo cual cada generación tiene sus
    deficiencias, pero sin ser atacadas, pues el siguiente sexenio
    todo cambia.

    Pero se cubren las
    necesidades momentáneas de la nación, sobre todo
    del rubro económico, pues se trata de satisfacer las
    necesidades de mano de obra, producción, técnicas,
    y demás.

    Aun cuando parece
    lo contrario no se descuida a los profesores, quienes reciben
    capacitación constante y se les instruye sobre resultados
    esperados. Como toda persona con un
    sueldo seguro, sobre todo si es mexicano, algunos maestros
    parecen perder interés en la enseñanza, lo cual se
    traduce en alumnos que "hacen como que estudian".

    Lo alarmante es
    darnos cuenta del vacío que existe en nuestro plan de
    estudios.

    Nadie parece
    preguntarse: ¿qué hacen nuestros hijos cuando salen
    de la escuela?

    Hace falta una
    investigación y consecuente plan de
    estudios para resolver este problema, pues de otra manera en poco
    tiempo tendremos un nuevo Porfiriato, donde por más
    actualización y modernización educativa, esta no
    llegue a la población, pues los jóvenes
    estarán poco interesados en ella.

    Y si en la
    actualidad de las 28 millones de mexicanas en edad fértil,
    existen 300 mil embarazos en adolescentes
    anuales, esta cifra puede crecer. Con ella el desempleo, el
    abaratamiento de una mano de obra de por sí poco
    valorada.

    Hace falta voltear
    a ver a la familia, conocerla y saber de sus necesidades. Pedirle
    su apoyo, sí, pero apoyándola primero y
    comprometiéndose con ella.

    Sin
    ridículos mensajes televisivos, en contrapunto con los
    bien planeados malos antivalores transmitidos en el
    medio.

    Después de
    todo, ¿qué hay mas importante que la
    familia?

     

     

     

    CECILIA REYES
    OLIVANS

    UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL
    NORESTE

    CAMPUS PIEDRAS NEGRAS

    Piedras Negras, Coahuila a 6 de
    septiembre de 2005

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