Monografias.com > Epistemología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Introducción a la geofilosofía




Enviado por gtreboux2002



    1. Categorías y
      periodizaciones.
    2. Antropología.
      Individuo, trabajo y sociedad
    3. El contexto de emergencia de las
      ciencias en la modernidad

    Nuestro tema es llegar a caracterizar el contexto
    geofilosòfico
    de la emergencia del las ciencias en la
    modernidad. Y
    para llegar a configurar ese contexto, como lugar en el que
    acontecen las ciencias, necesitaremos puntualizar muchos
    aspectos. No empezamos, pues, por las ciencias, si por su
    acaecer, sino por todos los conceptos históricos y
    filosóficos que abren el lugar, el espacio de este
    contexto geofilosòfico

    1.- CATEGORÍAS
    Y PERIODIZACIONES.

    1.1.- Periodizaciones

    "El camino que hay que recorrer es más
    difícil porque no sigue los signos
    aparentes de Kronos sino las huellas escondidas pero profundas
    de Logos"

    Las periodizaciones establecen regiones epocales, en
    duraciones y en yuxtaposiciones de

    categorías de análisis. Ese el aspecto, sin o
    arquitectónico, al menos geométrico y
    topológico de las narraciones. Si las periodizaciones
    establecen –aún yuxtapuestas y discontinuas- los
    Antes, Durante y Después de los períodos, las
    categorías son los mojones y señalizaciones de los
    períodos que se narran y analizan. Por razones de economía conceptual,
    comenzaremos diciendo que no hay periodizaciones sin
    categorizaciones, y que en este estudio, tomaremos algunas de
    esas categorizaciones que irán correlativas a las
    periodizaciones. Un estudio exhaustivo, que dé cuenta de
    múltiples e importantes singularidades debe por fuerza ser muy
    extenso. Por lo tanto, restringiremos a un grupo de nueve
    o diez categorías hacia la configuración del
    contexto.

    1.2.- Moderno, Modernismo,
    Posmodernismo

    "Mediante la acuñación del
    término ‘posmodernismo’: un vacío que
    esconde otro vacío, en una regresión serial de
    cronología autocongratulatoria"

    Con esas palabras, Perry Anderson adviertes obre un
    vacío categorial que pretende ir más

    allá de su propio vacío. Para él,
    el Modernismo es, en cierta significación, un
    ámbito que contiene todos los elementos que en algunas
    caracterizaciones se le asigna al Posmodernismo, por lo que
    éste último término, en su afán de ir
    más allá, sólo significa un modo del
    modernismo.

    Mi opinión es que hay filosofías
    ‘posmodernas’ que pueden leerse a la manera de las
    filosofías clásicas, sin que se caiga en
    reduccionismos ni en supresión de singularidades y
    diferencias. Más aún, los estudios de Ilya
    Prigogine, como ‘La Nueva Alianza), no hacen sino pensar
    lúcidamente lo pre-moderno, tanto como la Antropología de Claude Lévi-Strauss.
    Lo que es innegable, en cambio es que
    con el Modernismo, hay una nueva percepción, primero temática (al
    promover significables regiones ocultas a lo Moderno) y luego
    conceptual, (al hacer posibles descripciones a partir de las
    nuevas tematizaciones). El problema es salgo contradictorio: hay
    demasiadas historicidades, justamente, quizás, por haber
    fructificado el espíritu de la época del siglo XIX,
    que en uno de sus proyectos
    salientes quería historiografiar todos los pasados
    posibles.

    Lo Moderno no es lo Modernista. Modernidad es una
    categoría que opera sobre periodizaciones
    cronológicas, pero también semánticas, y
    ambos sentidos son, muchas veces, indiscernibles. Lo moderno
    implica una Estética para las Artes, una Racionalidad
    para la Filosofía, una Metafísica
    para las Religiones, y una Epistemología para las Ciencias. Pero
    también implica una idea del Estado y las
    Instituciones
    para la Política, y una idea de Libertad y
    Democracia
    para la Antropología.

    Pero, todas estas implicancias están
    estrechamente vinculadas con aspectos muy problemáticos
    que incesantemente desbordan y cuestionan su sentido
    conceptual-categorial. Quizás, en vez de decir
    ‘aspectos’ (que de alguna manera aluden a la
    relatividad de los puntos de vista) habría que decir que
    se trata de otras categorías. Diré entonces que
    ‘categoría’ está dicho en sentido
    ‘fuerte’ y ‘aspecto’ en sentido
    ‘débil’. Pero la problematización es la
    siguiente:

    • La Universalización de lo Moderno,
      y
    • Universalización de las categorías
      sin eurocentrismo.

    Estos problemas
    permanecen abiertos. Mi propia posición es crítica a la idea de

    eurocentrismo, pero, ¿Cómo podría
    ser de otra manera, si toda descentración supone un centro
    de des-centrar? Vale decir que en lo que muy bien Bachelard
    hubiera podido llamar ‘el obstáculo
    antropológico’ se juega la siguiente
    contradicción:

    1. Si debe operarse un descentramiento, lo es sobre
      cierto centro.
    2. Sin o hay centro, no hay nada que
      descentrar.

    En el primer caso, la historia como interpretación y praxis, es
    posible, pero, en el segundo

    caso, no lo es, ya que, abolido el centro y sobrepasadas
    las señalizaciones de períodos y categorías,
    la historia es ficción, y ni siguiera una ficción
    privilegiada.

    1.3.- Progreso, Evolución, Desarrollo

    Estas tres categorías aparecen más o menos
    explícitamente en las periodizaciones históricas,
    auxiliadas con las nociones de decadencia y transición. Si
    bien parecen proceder de una cierta manera de la racionalidad y
    la acción
    teleológica, estas categorías no pueden negarse ni
    afirmarse acríticamente, sin matices los in la
    inclusión de la idea de circunstancias, o de
    contexto.

    Para Eugenio Trías, no hay cabida a la
    idea Moderna de Progreso, pero tampoco ‘una
    explicación de la variedad de épocas y edades en
    azar

    Propone en cambio un ‘principio de
    variación’, que permite pensar, si no resolver, el
    problema de lo Mismo y de lo Otro, de la Repetición y la
    Diferencia.

    Retóricamente, una reflexión
    escéptica puede decir, como Ciorán, que la idea de
    progreso es autocontradictoria, porque supone descreer de un
    progreso anterior. Pero se trata de un idealismo
    formal, ingenuo (aunque Ciorán no lo sea en
    absoluto).

    El error más evidente es confundir progreso con
    acumulación, error trágico, por lo demás,
    suscitado por la revolución
    industrial inglesa y sus sucedáneos post-gran depresión
    del ’29 en este siglo, en que, ante la pregunta
    ¿Qué hacer con lo acumulado?, la respuesta fue la
    producción de escasa o regulada
    duración de útiles en la naciente mercadotecnia,
    y la sobreabundancia de estímulos propagandísticos
    y publicitarios. En 1929 se produce la primer gran
    contradicción moderna del complejo ciencia-técnica-mercado, producto de la
    crisis interna
    (que se haría externa), de la confusión de progreso
    con acumulación.

    La Evolución es una categoría
    histórica sumamente proteica que se acomoda igualmente en
    ciencias
    naturales. Probablemente haya que remontarse hasta Aristóteles y las explicaciones de potencia y acto
    para rastrear su arqueología eidética. Lo que
    está en potencia prefigura la más moderna idea de
    Evolución. Pero las explicaciones aristotélicas no
    tienen la especificidad que las ciencias naturales le asignaran.
    La Física
    conservó la idea de ‘energía
    potencial’, y Darwin
    estableció un nuevo indiscernible: aquel que liga
    evolución a mejoría. En historia, suelen
    describirse movimientos tales como ‘evolución de los
    acontecimientos’, con lo que no siempre se entiende una
    mejoría, en sentido del naturalismo darwiniano. Durante
    los años ’50 y ’60, el interesante debate entre
    ontogénesis y estructuras
    llevó las tesis
    revolucionistas hacia la Psicología y la
    Sociología, siendo Piaget el eje
    de la inflexión entre Bergson y Husserl.

    El error, esta vez, es el de confundir Evolución
    con mejora (los procesos
    ‘mayorantes’), ya que puede caerse en la
    ilusión de que lo nuevo es lo mejor, y esto siempre debe
    analizarse, por lo menos con la filosofía bachelardiana,
    la cuál sostiene –dialéctica mediante- que la
    manera de conservar es más importante que lo conservado.
    Además, la aufhebung hegeliana hay que remitirla a las
    condiciones materiales
    aunque éstas no sean de ninguna manera entidades
    en-sí.

    La categoría de Desarrollo,
    que también admite muchos usos, tiene una carga
    económica, particularmente industrial, y política.
    El Desarrollo suele ligarse a una liberación de las
    fuerzas productivas, en que campea la concepción de mundo
    industrial, con la sobredeterminación de la
    acumulación de productos.

    El Desarrollo, esta vez como idea-fuerza
    política, insta a poner en movimiento
    fuerzas productivas, y su mayor ilusión social es la de
    suscitar acción allí donde hay
    ‘estancamiento’ o fuerzas inerciales incapaces de
    autoregularse. La categoría de Desarrollo es
    típicamente Moderna, y se debe tanto a la revolución
    industrial como a la pragmática de Kant, que forja
    un ideal de la razón para poner todo lo demás en
    movimiento. Una vez más, despejar el contexto en
    que actúa la categoría de Desarrollo es poder
    determinar en la multiplicidad social e histórica,
    espacial y temporal, dónde se hallan los contextos en los
    cuáles las fuerzas inerciales son incapaces de
    autoregularse. Allí donde se hallen esos contextos, la
    categoría de Desarrollo juega un importante papel
    explicativo.

    El error, en este caso, es suponer que a todos los
    contextos cabe asignarles la categoría explicativa de
    Desarrollo.

    1.4.- Agricultura,
    Feudalismo,
    Burguesía, Industria

    Estas categorías de estudio
    histórico-social postulan una flecha del tiempo, en que
    en la mayoría de los estudios históricos aparece
    como secuencia irreversible: Agricultura, Feudalismo,
    Burguesía e Industria.
    Aún admitiendo que esas categorías se singularizan
    de acuerdo al país, región o pueblo estudiado, y
    que, aún así existen solapamientos o
    superposiciones, aparece como una constante que el ordenamiento
    categorial es sucesivo.

    Muchos problemas surgen de esta secuenciación. Al
    decir de Perry Anderson, respecto al Feudalismo:

    ‘Según Voltaire, el
    Feudalismo no es un acontecimiento, sino una forma muy antigua
    que, con diferentes administraciones, subsiste en tres cuartas
    partes de nuestro hemisferio’, y luego anota Anderson:
    ‘Es preciso subrayar que la inflación
    genérica del término feudalismo no se limita a
    los marxistas… la mayor parte de muchos ensayos
    descubren el feudalismo en todas partes donde lo
    buscan’

    Una vez más, el eurocentrismo
    historiográfico lleva sus categorías por todas las
    regiones en las que practica la historia.

    En cuanto a la agricultura, o el vínculo
    originario con la tierra, hay
    dos filosofías de la historia que no pueden sintetizarse,
    y cuyo valor como
    tensión epistemológica es extraordinario

    1. El estudio de la Agricultura de historiadores como
      Georges Duby, que ubicaré como fuera de la Historia
      Social Tecnológica.
    2. El estudio de la Agricultura como relación
      originaria con la tierra y
      el territorio, más acá de la Historia Social
      Tecnológica propuesta por Popper. Y aquí hay
      que ubicar a Engels (Dialéctica de la Naturaleza); y a Gilles Deleuze y Félix
      Guattari (El Anti-Edipo)
    1. Los estudios históricos a la manera de Georges
      Duby (Economía rural y vida campesina

      en el Occidente Medieval), son extraordinariamente
      exhaustivos, empleando todos los recursos
      de fuentes,
      archivos,
      documentaciones, testimonios de época, registros
      comerciales. Historias como las de Duby son
      estilísticamente irreprochables, y logran llevar a la
      manera de Collingwood o Werner Jaeger, a un verdadero
      apropiarse del pasado a través de una recreación y reconstrucción que
      es a la vez real y pasada. Georges Duby es un escritor que no
      vive ‘su’ época, y resulta un
      obstáculo muy difícil de remover: construir el
      pasado como tal, sin modificaciones actualistas. Es un
      historiador que Helge Kragh llamaría sin dudas
      ‘diacrónico’.

      Alexandre Koyré es un
      geofilòsofo de las ciencias y produce
      una verdadera reforma agraria en la historia de
      las ciencias, y quizás, en la economía política, como
      viò Jacques Lacan en la elaboración del sujeto
      de las ciencias. (la ciencia y la verdad, escritos
      1
      ).

    2. La relación tierra-territorio, entendida como
      productos de superficie –noción plenamente
      industrial- problematiza el vínculo
      históricamente precedente (agricultura), hacia todas las
      formas en que la mercadotecnia deslocaliza y expropia, en
      complejos sistemas
      mercantiles, ideológicos, lingüísticos,
      televisivos, y científicos y filosóficos. La idea
      de superposición o yuxtaposición, muy cercana a
      la de sobredeterminación, se expresaría de esta
      manera: si la porción de territorio admite un tejido
      (alodio), más otro tejido (feudo), más (iglesia),
      más (estado) o (monarquía), el resultado es un tejido
      denso de fibras de carácter sociológico y
      político en que el elemento primero (tierra), deviene
      territorio, y éste, sobredeterminado por las
      yuxtaposiciones, transforma el estar espacial y
      ontológico y el habitar (ser-en) de los hombres y
      grupos
      sociales.

    La tensión que se produce entre una historia de
    tipo a) y una historia de tipo b) tiene notables consecuencias.
    La primera de ellas es que las historias de tipo a) son
    insuficientes, pero de ninguna manera innecesarias, y las
    historias de tipo b), que propongo incluir en la que Popper
    llamaba Historia como Ciencia Social Tecnológica se
    hacen posibles a partir –por lo menos- de la fase
    capitalista a partir de l929.

    La Categoría de Burguesía, muchas veces
    denostada como contrarrevolucionaria, tiene sin embargo la
    marca fuerte de
    su carácter universalista, tal como se desprende de la
    Revolución
    Francesa. El problema sociológico de las ciudades y
    el campo pasa por un análisis de las instituciones, en
    el que no me extenderé.

    Sin embargo, una vez más, Eugenio Trías
    ha estudiado muy bien la noción latina de limes,
    límite o frontera, en
    la que la composición espacial-territorial se
    complementa con la configuración categorial
    filosófica y estética (Lógica del Límite).

    Por tanto, las historias de tipo a) diferencian muy
    bien las ciudades (Burgos) de las zonas rurales, y solamente
    desde una perspectiva histórica de tipo a) el sentido de
    esa división es fuerte, No lo es, en cambio, desde una
    historia de tipo b), en que las nociones de
    sobredeterminación, superposición,
    yuxtaposición y solapamiento nos proveen de una
    aproximación más hacia nuestra idea inicial de
    contexto de emergencia de las ciencias en la
    Modernidad.

    En la Repùplica Argentina, los trabajos de
    Alfred du Graty durante en s.XIX proporcionan una medida
    adecuada a todas estas consideraciones de geofiosofìa de
    las ciencias y economìa política.

    2.-
    ANTROPOLOGIA. Individuo,
    Trabajo y
    Sociedad

    Modos de
    producción pre-capitalistas:

    Cuando dijimos que hay sistemas inerciales que se
    autorregulan, estamos aludiendo a modos de producción
    precapitalistas. Así, aunque la datación
    histórica sea aleatoria, podemos tomar el siguiente
    caso:

    "En 1883 un grupo autodenominado de
    filántropos y humanitarios estadounidenses comenzaron
    a estudiar el ‘problema’ de los indios cherokees,
    que habitando en el territorio indio Independiente en
    Oklahoma, mantenían la tierra en propiedad
    colectiva. Viviendo prósperamente. El senador Dawes,
    después de una visita de inspección,
    escribió: ‘No había ni un pobre en esa
    nación, y la nación no debía ni un
    dólar ( …) ninguna familia
    carecía de hogar. Sin embargo, el defecto del sistema
    resultaba evidente. No pueden ir más allá de
    dónde han llegado, porque la propiedad de las tierras
    es común. Bajo este sistema no existe el
    espíritu emprendedor que te lleva a hacer que tu casa
    sea mejor que las de tus vecinos. No hay egoísmo, que
    constituye la base de la civilización"

    Se desprende fácilmente de esa
    situación, que hay dos prácticas
    ideológicas que

    conforman una misma weltanschauung: del Sr.
    Dawes:

    1. La comparación e imbricación a escala de
      cosmovisión del trabajo entendido como una competencia del
      Hombre y la
      Máquina.
    2. El narcicismo como ética y
      práctica de la solidaridad.

    En lo que respecta al punto a), Federico Engels
    escribió:

    "El cuerpo no es un motor a
    vapor, que sólo sufre fricción y desgaste.
    El
    trabajo fisiológico sólo es posible con
    continuos cambios químicos en el cuerpo mismo, que
    dependen también del trabajo del corazón y del proceso
    de la respiración. Es claro que no se
    pueden comparar dos casos de trabajo fisiológico que
    se han desarrollado en condiciones en otro sentido
    idénticas, pero no es posible medir el trabajo
    físico de un hombre según el trabajo del
    motor de vapor, etc. Sus resultados exteriores, sí,
    pero no los procesos mismos, sin considerables
    reservas"

    Es decir que el llamado ‘espíritu
    emprendedor’ supone la industrialización y la
    tecnología. Y es decir también
    que el caso del sistema inercial autorregulado de los
    cherokees es solamente un caso de una multiplicidad enorme
    que puede encontrarse tanto histórica como
    contemporáneamente. Y sobre esos sistemas inerciales
    actúan el principio a) muy bien resumido por
    Engels.

    En lo que respecta al punto b), la situación
    es algo más compleja. Este segundo principio
    actúa de esta manera: En la Modernidad comienza a
    gestarse el pensamiento científico, primeramente
    ligado a la Filosofía, e inmediatamente a la
    Tecnología. En el Modernismo, la Tecnología
    produce un olvido de las formas científicas y
    solamente se asimilan los productos. Los productos
    tecnológicos refuerzan el principio del placer
    (confort, comodidad, defensas medicinales). Una vez asentado
    el principio de placer, éste se vuelca sobre el Ego. Y
    el Ego, satisfecho por su éxito placentero, piensa en los
    demás a partir de su propio rasero. Por lo tanto, lo
    que es bueno para el Ego, tendrá que serlo para
    cualquier alter-ego extrapsíquico, que es percibido
    como un igual, sobrepasando la diferencia. De esta manera, el
    altruismo luego del pre-capitalismo, se construye sobre la base de que
    el otro es un igual proyectdo o calcado sobre el Ego
    maquínico-tecnológico.

    En el mundo tecnológico, observa Perry
    Anderson, ocurre una respuesta colectiva que desborda las
    posiciones de izquierda y derecha tradicionales: dice a
    propósito de corrientes estéticas.

    "En ningún caso fue el capitalismo como
    tal exaltado por cualquier de las ramas del
    ‘modernismo’. Pero esta extrapolación fue
    hecha posible precisamente por el carácter
    imprevisible del modelo
    socioeconómico aún incipiente que más
    tarde se consolidaría en torno a
    aquellas. No se veía muy claro a dónde
    conducirían los nuevos inventos e
    ingenios. De aquí la celebración ambidiestra,
    por así decirlo, de tales inventos desde la derecha y
    desde la izquierda: Marinetti o Mayakovsky"

    2.1.- El Individuo y la Naturaleza
    Humana

    Durante los siglos XVI y XVII, tres obras cardinales
    sobre Antropología Filosófica indican la
    relación Hombre, Naturaleza y Sociedad.
    Estas son: el Tratado de las Pasiones (Descartes),
    la Ética (Spinoza) y el Tratado de la Naturaleza
    Humana (Hume). Inauguran la época Moderna. Ninguno
    de los tres filósofos dejó de pensar la
    Antropología sin una consideración fundamental
    sobre las ciencias, aunque esto es más explícito
    en Descartes y Hume.

    Estas obras son Modernas –y no Medievales- entre
    otros motivos porque no se basan en la autoridad de
    la Iglesia, sino en la Razón que regula las Pasiones y
    el
    Conocimiento. La vía del Idealismo, que luego
    criticaría Marx (La
    Ideología Alemana) y Nietszche (El
    Crepúesculo de los Ídolos) era un postulado
    incoado, en estado de posibilidad, y no el resultado final de
    esas filosofías. Por el contrario, son las Ciencias y la
    posición que ante ellas se asumiría, el verdadero
    factor decisivo que en la historia de largo plazo
    marcaría a fuego el rumbo de Europa y de
    todo el mundo que se vinculase con su era Moderna.

    Para Spinoza, la naturaleza humana no contradice la
    libertad y la necesidad, a condición de considerar
    inmodificables ciertas condiciones del mundo natural y social,
    a la manera de los estoicos latinos.

    ¿No se advierte una universalidad
    extraña en el ascetismo estoico, el de los cristianos,
    de los budistas, los protestantes weberianos y la voluntad
    ascética de Schpenhauer en estas palabras?

    "El aprender a vivir y a morir constituye el
    núcleo de los ‘ejercicios espirituales’
    elaborados por los estoicos, y por Séneca en
    particular. Su finalidad es guiar hacia un dominio, por
    lo demás incompleto, sobre los efectos. Esto permite
    al sabio liberarse de las limitaciones de la propia
    individualidad y alcanzar –en un estado de
    lúcida consciencia- el conocimiento del mundo y de sí mismo
    perturbado lo menos posible por las pasiones. Mediante tal
    terapia –que transforma la escuela
    del filósofo en una ‘sala de operaciones’; el sapiente, comenzando a
    ejercitarse a partir de las cosas más simples, llega a
    ser señor de sí mismo, a conformarse a la
    razón universal y a insertarse en la estructura
    del cosmos, recortándose en sí mismo un
    pequeño espacio en que puede eficazmente intervenir,
    renunciando al resto, sobre el cuál es en cambio
    completamente impotente"

    Antes de Max Weber y
    de la Genealogía de Nietszche, hay aquí una
    muestra del
    cobijo estoico y parcialmente escéptico. Pero iré
    algo más lejos: durante los siglos XVI y XVII
    empezó a existir realmente el Mundo Exterior inmutable e
    inmodificable que instara a la subjetividad a volcarse sobre
    sí. Este movimiento siempre se ha encontrado en todas
    las épocas, más, la Época Moderna, y su
    perduración, encontró el Mundo Exterior, pero
    también buscó entender sus leyes
    materiales. Así, la Filosofía Natural no se
    distinguía de las Ciencias, hasta que éstas se
    distinguieron de la Filosofía, modificando a ambas y
    estableciendo nuevas relaciones Hombre-Naturaleza. Pero en esta
    nueva forma de paralelismo, no alcanzan las explicaciones
    materialistas ni las espiritualistas. Afirma
    Koyré:

    "Pues mal que le pese a Aristóteles,
    el Hombre
    no está animado naturalmente del deseo de comprender:
    ni siguiera el Hombre de Atenas… No fueron los
    harpedonautas egipcios, que tenían que medir los
    campos del valle del Nilo quienes inventaron la geometría: fueron los griegos, que no
    tenían que medir nada de nada"

    Una controversia planteada por el Materialismo
    Histórico y el Materialsimo Dialéctico parte
    del supuesto de las ‘condiciones objetivas de los modos
    de producción’. Althusser empleó la
    categoría de sobredeterminación para
    intentar explicar de qué manera lo indeterminado surge
    de lo determinado. Pero solamente bajo la idea Moderna de Mundo
    Exterior la Filosofía y las Ciencias rebasarían,
    aunque no totalmente, la ética estoica y las actitudes
    escépticas. No acuerdo, en cambio, con el proyecto de
    Althusser de expurgar las Ciencias de Ideología
    Filosófica, tal como propuso en sus conferencias sobre
    Jacques Monod en 1967.

    Ese problema ¿de demarcación’ es
    epistemológicamente previo a Epistemologías
    Transdisciplinarias como las de Piaget y Nagel.

    La Tecnología, que sobrevendría luego
    del Mundo Exterior de la Filosofía y las Ciencias
    Modernas, es el cruce de la acumulación económica
    y el progreso en las ciencias. Las historias de tipo
    ‘A’ (Duby), son una versión válida
    que debe complementarse –difícilmente
    sintetizarse

    3.- EL CONTEXTO DE
    EMERGENCIA DE LAS CIENCIAS EN LA MODERNIDAD

    Si el breve recorrido seguido hasta aquí ha
    servido para desbrozar el camino hacia ese lugar, que tiene
    algo de mítico pero también de histórico,
    que denominamos contexto, entonces consideremos los
    componentes que lo configuran:

    3.1.- Condición de Posibilidad y
    Sobredeterminación Geofilosòfica.

    La noción kantiana de condiciones de
    posibilidad alude a que todo acontecimiento debe ser posible
    antes de acontecer. La historia enseña muy bien
    –aún bajo sus formas A y B-, que lo que acontece
    en un momento y lugar social determinado, cuando es singular,
    sorprende por su emergencia. Así surgen las preguntas:
    ¿Por qué en ese momento y lugar y no en otro
    momento u otro lugar? Si esas preguntas no fueran parte de la
    curiosidad del historiador y el filósofo, no
    habría historia ni filosofía. La pregunta en este
    caso es: ¿Por qué las ciencias emergieron en la
    modernidad europea, y no en otra configuración espacial,
    epocal y social? Ensayemos respuestas.

    1. Las ciencias surgieron en la Modernidad Europea
      (hacia los siglos XVI y XVII) Acontecimiento tradicionalmente
      indiscutido, no simple.

    b) Las Ciencias surgieron hacia el siglo XIX,
    anteriormente, se estaba en una etapa

    precientífica (Tesis de Bachelard)

    c) Las Ciencias son universales, y si no
    consideramos más que Europa o la cultura

    occidental, no es más que por pereza
    intelectual y falta de investigación. (Esta

    idea, con algunos matices, parece relacionar a Marx
    y Engels, Piaget, Lévi- SraussJ. Needham).

    d) Las Ciencias provienen de un contexto imposible,
    o de un contexto imposible de

    reconstruír (Idea de J. L. Mena, para
    quién un diálogo como el Parménides,
    sólo

    tiene un lugar mítico, imposible de hecho
    pero no de derecho).

    e) Las Ciencias, al igual que la Filosofía,
    sólo aleatoriamente se ubican en Grecia

    Antigua y Clásica en su emergencia: su
    acontecer es inmanente y geofilosófico:

    allí donde se produzca. (Tesis de Gilles
    Deleuze y Félix Guattari).

    1. Las Ciencias suponen dos contextos: el de
      descubrimiento y el de justificación

    (Reichembach), lo que indica que la
    dialéctica post-hoc/ante-hoc es nuclear, y
    quizás solamente por argumentaciones y convenciones
    historiográfico-

    semánticas es posible decidir entre
    condiciones de posibilidad y
    sobredeterminación.

    3.2.- ¿Qué Ciencias se formaron en la
    Modernidad Europea, y cuáles fueron sus condiciones de
    posibilidad y cuáles sus
    sobredeterminaciones?

    Llegamos entonces a formular la pregunta que da
    sentido a ese contexto, y a esa Modernidad.

    A.- Las Ciencias Experimentales

    Requeriría un largo análisis explicar
    distintas maneras en que la experimentación posee
    –o se le asigna- contenido. Pero, a través de
    Galileo Galilei
    y algunos otros científicos, lo que en la
    antigüedad griega había reservado para mentalidades
    como la de Arquímedes, durante la época
    Moderna se convirtió, no espontáneamente, sino
    por así llamarlo, una sedimentación
    histórica, en una renovación de las relaciones
    entre la sociedad humana, la Naturaleza y el Espíritu.
    Lo verdadero respecto a la Naturaleza será considerado
    como una posibilidad de repetición ante distintas
    miradas, de un mismo resultado experimental en el que teoría, medición y conformación del
    contexto experimental conforman una unidad de sentido
    observacional.

    Contexto es, en este sentido preciso, una
    composición de Condiciones de Posibilidad, y de
    Sobredeterminación.

    B.- Las Condiciones de Posibilidad

    Lo que hace posible que la experimentación
    provea resultados nuclearmente unívocos, y parcialmente
    equívocos, es el rigor conceptual y la precisión
    formal (lógica y matemática) de aquello que se
    producirá invariablemente al repetirse un experimento.
    El pensamiento divergente, escéptico, o condicionado
    preconceptualmente (situaciones comunes a cualquier hombre), se
    apoyará en todos aquellos resultados o interpretaciones
    que no se acomoden a lo previsto o anticipado por
    los experimentadores. Serán de allí en más
    los supersticiosos, los que antepongan formas de subjetividad,
    muchos filósofos, religiosos y metafísicos. Pero
    también aquellos que sociológica e
    institucionalmente vean afectados sus argumentos de autoridad.
    Es un tema muy interesante el de contraponer versiones
    internalistas y externalistas en torno al contenido de las
    ciencias.

    En cambio, el pensamiento convergente, hallará
    en el núcleo constante del resultado de las
    experimentaciones, una evidencia confirmadora de que la
    teoría formalmente fundante de la interpretación
    de los resultados, es suprasubjetiva, quizás universal,
    para todas aquellas personas que hallan conducido sus
    razonamientos a un estado de comprensión y acuerdo antes
    inédito, esto es, los estados de precomprensión
    arquimedianos, galileanos.

    C.- Sobredeterminación

    La sobredeterminación, que también forma
    parte de los contextos, son todas aquellas circunstancias que
    convierten un contexto (que cualquiera sea siempre se halla en
    un espacio-tiempo), en un modo especial de respuesta urgente.
    Vale decir, que no es lo mismo la determinación formal
    (por ej. el mecanicismo laplaciano), que la
    sobredeterminación. Para explicar esto de manera
    simplificada en general, diré que un determinismo en
    sentido laplaciano, equivale algo así como a la
    paciencia de Dios, ya que, aunque todo instante sea precedido y
    sucedido por otro instante, solamente a un inmortal le resulta
    indiferente lo que acontece antes, durante y
    después.

    La sobredeterminación, por el contrario, lo que
    indica, es que se superponen, yuxtaponen o solapan distintas
    intencionalidades y acciones o,
    simplemente movimientos de la materia y de
    la Naturaleza, produciendo duraciones (o instantes-contextos),
    en los que emerge una resultante de las urgencias y los
    espacios sobrecondicionados.

    D.- Internalismo, Externalismo y Época
    Moderna

    Desde una manera de entender las ciencias en sentido
    internalista, no hay nada entre Arquímedes y Galileo
    Galilei. Esto es una exageración deliberada, pero indica
    una consecuencia lógica, formal, de implicación
    sucesiva. Es abolir las historias intermedias como irrelevantes
    al caso.

    De una manera externalista también
    simplificada, las condiciones de sobredeterminación que
    van de un tejido yuxtapuesto (agricultura, feudalismo, iglesia
    como poder político, monarquía como poder
    político, y Estado como poder político
    igualmente), nos encontramos conque todas las situaciones en
    que las urgencias sociales (hambruna, enfermedades sin
    asistencia, guerras)
    implican una emergencia de conflictos
    que estaban en estado de posibilidad no-realizada, pero que, en
    lenguaje
    aristotélico, son forzados a acontecer
    (acto).

    Por tanto, la Época Moderna acontece al menos
    de dos maneras:

    1.- Durante los siglos XVI y XVII, en Europa. Y con
    algunos nombres propios: Galileo Galilei, René
    Descartes, Martín Lutero.

    2.- La Época Moderna –como zietgeist-
    (Espíritu de la Época, o, como recientemente se
    ha traducido ‘Talante de la Época), acontece en
    todos aquellos contextos en que se reproduce el ámbito
    de experimentación (bajo sus condiciones de posibilidad
    y sus sobredeterminaciones) en una doble inscripción
    –internalista la una, externalista la otra- en que la
    obra de Arquímedes pase de una singularidad Antigua a
    una universalidad galileana Moderna.

    Podemos arriesgar la siguiente hipótesis: durante los siglos XVI y XVII
    no hubiera sido posible una Historia Social Tecnológica.
    Y es que la modificación de las condiciones de vida no
    eran tan determinantes, incluso biológicamente, con la
    tecnología disponible entonces. Sin embargo, todo ha
    cambiado en el Modernismo que le seguiría. El anteojo
    con que Galileo registraba los ciclos planetarios era el mismo
    anteojo con que los comerciantes avistaban en los puertos la
    llegada de barcos con mercancías, a fin de negociar
    ventajosamente los productos que habrían de
    llegar.

    Y es el momento de preguntar si no es un error
    lingüístico u ontológico decir el
    ‘mismo’ instrumento: en un caso la finalidad es el
    conocimiento del mundo natural, que, aunque existente, con
    independencia del científico, retiene los
    ordenamientos que lo rigen.

    En otro caso, el mundo social reglado por leyes de
    pertenencias e intercambios, en el que es posible acumular
    riqueza. La historia posterior enmarañaría esas
    intenciones hasta hacerlas una trama compleja y dominante. Si
    los harpedonautas del Nilo hubieran hecho mediciones por
    razones económicas de acumulación y así
    hubiese surgido la geometría y la aritmética,
    entonces, ¿Qué hubiera cambiado?
    ¿Què cambios son visibles hoy en la estructura de
    nuestros saberes, en Oriente y Occidente, por asì decir,
    en la piel de
    nuestro tiempo?

    BIBLIOGRAFÍA

    Althusser, Louis, Curso de filosofìa para
    científicos, Planeta-Agostini, Barcelona,
    1985

    Anderson, Perry, El estado
    absolutista, SXXI, Madrid,
    1979

    Bodei, Remo, Geometría de las pasiones, FCE,
    México, 1995

    Crouzet, Maurice, Historia General de las
    Civilizaciones, Vol 7, Ed. Destino, Barcelona, 1961 cap. La
    época contemporánea, ‘En búsqueda de
    una nueva civilización’

    Duby, Georges, Economía Rural y Vida
    Campesina en el Occidente Medieval, Altaya,

    Barcelona 1999.

    Deleuze, Gilles- Guattari,Fèlix
    ¿Qué es Filosofía?, Anagrama, Barcelona,
    1993

    Deleuze, Gilles- Guattarí,Felix, El
    antiedipo, Paidós, 1985

    Du Graty, Alfred, La Confederación Argentina,
    introducción y notas de manuel E. Macchi
    , traducción , Sara Elena Bruchez Museo
    "Palacio San José", Entre Rìos, Argentina,
    1968.

    Engels, Federico, Dialéctica de la naturaleza,
    Cartago, Buenos Aires,
    1981

    Koyrè, Alexandre, Historia del pensamiento
    científico, S.XXI, México, 1978

    Koyrè, Alexandre, Historie de la pensèe
    philosophique, Gallimard, France, 1995

    Hegue Kragh, Curso de Filosofía para
    Científicos, Planeta-Agostini, Barcelona 1985

    Lorite Mena,Lorite, El Parménides de
    Platón, FCE, Bogotá

    Trías, Eugenio, Lógica del
    Límite, Ensayos/Destino, Barcelona, 1991

    Vitiello, vincezo, Historia, naturaleza,
    redención en " Los confines de la modernidad", Granica
    ed.Barcelona, 1988

    Guillermo Carlos Treboux

    Filosofía e Historia de las Ciencias

    Universidad Nacional del Comahue

    Consejo Provincial de Educación – Neuquén

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter