- Categorías y
periodizaciones. - Antropología.
Individuo, trabajo y sociedad - El contexto de emergencia de las
ciencias en la modernidad
Nuestro tema es llegar a caracterizar el contexto
geofilosòfico de la emergencia del las ciencias en la
modernidad. Y
para llegar a configurar ese contexto, como lugar en el que
acontecen las ciencias, necesitaremos puntualizar muchos
aspectos. No empezamos, pues, por las ciencias, si por su
acaecer, sino por todos los conceptos históricos y
filosóficos que abren el lugar, el espacio de este
contexto geofilosòfico
1.- CATEGORÍAS
Y PERIODIZACIONES.
1.1.- Periodizaciones
"El camino que hay que recorrer es más
difícil porque no sigue los signos
aparentes de Kronos sino las huellas escondidas pero profundas
de Logos"
Las periodizaciones establecen regiones epocales, en
duraciones y en yuxtaposiciones de
categorías de análisis. Ese el aspecto, sin o
arquitectónico, al menos geométrico y
topológico de las narraciones. Si las periodizaciones
establecen –aún yuxtapuestas y discontinuas- los
Antes, Durante y Después de los períodos, las
categorías son los mojones y señalizaciones de los
períodos que se narran y analizan. Por razones de economía conceptual,
comenzaremos diciendo que no hay periodizaciones sin
categorizaciones, y que en este estudio, tomaremos algunas de
esas categorizaciones que irán correlativas a las
periodizaciones. Un estudio exhaustivo, que dé cuenta de
múltiples e importantes singularidades debe por fuerza ser muy
extenso. Por lo tanto, restringiremos a un grupo de nueve
o diez categorías hacia la configuración del
contexto.
1.2.- Moderno, Modernismo,
Posmodernismo
"Mediante la acuñación del
término ‘posmodernismo’: un vacío que
esconde otro vacío, en una regresión serial de
cronología autocongratulatoria"
Con esas palabras, Perry Anderson adviertes obre un
vacío categorial que pretende ir más
allá de su propio vacío. Para él,
el Modernismo es, en cierta significación, un
ámbito que contiene todos los elementos que en algunas
caracterizaciones se le asigna al Posmodernismo, por lo que
éste último término, en su afán de ir
más allá, sólo significa un modo del
modernismo.
Mi opinión es que hay filosofías
‘posmodernas’ que pueden leerse a la manera de las
filosofías clásicas, sin que se caiga en
reduccionismos ni en supresión de singularidades y
diferencias. Más aún, los estudios de Ilya
Prigogine, como ‘La Nueva Alianza), no hacen sino pensar
lúcidamente lo pre-moderno, tanto como la Antropología de Claude Lévi-Strauss.
Lo que es innegable, en cambio es que
con el Modernismo, hay una nueva percepción, primero temática (al
promover significables regiones ocultas a lo Moderno) y luego
conceptual, (al hacer posibles descripciones a partir de las
nuevas tematizaciones). El problema es salgo contradictorio: hay
demasiadas historicidades, justamente, quizás, por haber
fructificado el espíritu de la época del siglo XIX,
que en uno de sus proyectos
salientes quería historiografiar todos los pasados
posibles.
Lo Moderno no es lo Modernista. Modernidad es una
categoría que opera sobre periodizaciones
cronológicas, pero también semánticas, y
ambos sentidos son, muchas veces, indiscernibles. Lo moderno
implica una Estética para las Artes, una Racionalidad
para la Filosofía, una Metafísica
para las Religiones, y una Epistemología para las Ciencias. Pero
también implica una idea del Estado y las
Instituciones
para la Política, y una idea de Libertad y
Democracia
para la Antropología.
Pero, todas estas implicancias están
estrechamente vinculadas con aspectos muy problemáticos
que incesantemente desbordan y cuestionan su sentido
conceptual-categorial. Quizás, en vez de decir
‘aspectos’ (que de alguna manera aluden a la
relatividad de los puntos de vista) habría que decir que
se trata de otras categorías. Diré entonces que
‘categoría’ está dicho en sentido
‘fuerte’ y ‘aspecto’ en sentido
‘débil’. Pero la problematización es la
siguiente:
- La Universalización de lo Moderno,
y - Universalización de las categorías
sin eurocentrismo.
Estos problemas
permanecen abiertos. Mi propia posición es crítica a la idea de
eurocentrismo, pero, ¿Cómo podría
ser de otra manera, si toda descentración supone un centro
de des-centrar? Vale decir que en lo que muy bien Bachelard
hubiera podido llamar ‘el obstáculo
antropológico’ se juega la siguiente
contradicción:
- Si debe operarse un descentramiento, lo es sobre
cierto centro. - Sin o hay centro, no hay nada que
descentrar.
En el primer caso, la historia como interpretación y praxis, es
posible, pero, en el segundo
caso, no lo es, ya que, abolido el centro y sobrepasadas
las señalizaciones de períodos y categorías,
la historia es ficción, y ni siguiera una ficción
privilegiada.
1.3.- Progreso, Evolución, Desarrollo
Estas tres categorías aparecen más o menos
explícitamente en las periodizaciones históricas,
auxiliadas con las nociones de decadencia y transición. Si
bien parecen proceder de una cierta manera de la racionalidad y
la acción
teleológica, estas categorías no pueden negarse ni
afirmarse acríticamente, sin matices los in la
inclusión de la idea de circunstancias, o de
contexto.
Para Eugenio Trías, no hay cabida a la
idea Moderna de Progreso, pero tampoco ‘una
explicación de la variedad de épocas y edades en
azar
Propone en cambio un ‘principio de
variación’, que permite pensar, si no resolver, el
problema de lo Mismo y de lo Otro, de la Repetición y la
Diferencia.
Retóricamente, una reflexión
escéptica puede decir, como Ciorán, que la idea de
progreso es autocontradictoria, porque supone descreer de un
progreso anterior. Pero se trata de un idealismo
formal, ingenuo (aunque Ciorán no lo sea en
absoluto).
El error más evidente es confundir progreso con
acumulación, error trágico, por lo demás,
suscitado por la revolución
industrial inglesa y sus sucedáneos post-gran depresión
del ’29 en este siglo, en que, ante la pregunta
¿Qué hacer con lo acumulado?, la respuesta fue la
producción de escasa o regulada
duración de útiles en la naciente mercadotecnia,
y la sobreabundancia de estímulos propagandísticos
y publicitarios. En 1929 se produce la primer gran
contradicción moderna del complejo ciencia-técnica-mercado, producto de la
crisis interna
(que se haría externa), de la confusión de progreso
con acumulación.
La Evolución es una categoría
histórica sumamente proteica que se acomoda igualmente en
ciencias
naturales. Probablemente haya que remontarse hasta Aristóteles y las explicaciones de potencia y acto
para rastrear su arqueología eidética. Lo que
está en potencia prefigura la más moderna idea de
Evolución. Pero las explicaciones aristotélicas no
tienen la especificidad que las ciencias naturales le asignaran.
La Física
conservó la idea de ‘energía
potencial’, y Darwin
estableció un nuevo indiscernible: aquel que liga
evolución a mejoría. En historia, suelen
describirse movimientos tales como ‘evolución de los
acontecimientos’, con lo que no siempre se entiende una
mejoría, en sentido del naturalismo darwiniano. Durante
los años ’50 y ’60, el interesante debate entre
ontogénesis y estructuras
llevó las tesis
revolucionistas hacia la Psicología y la
Sociología, siendo Piaget el eje
de la inflexión entre Bergson y Husserl.
El error, esta vez, es el de confundir Evolución
con mejora (los procesos
‘mayorantes’), ya que puede caerse en la
ilusión de que lo nuevo es lo mejor, y esto siempre debe
analizarse, por lo menos con la filosofía bachelardiana,
la cuál sostiene –dialéctica mediante- que la
manera de conservar es más importante que lo conservado.
Además, la aufhebung hegeliana hay que remitirla a las
condiciones materiales
aunque éstas no sean de ninguna manera entidades
en-sí.
La categoría de Desarrollo,
que también admite muchos usos, tiene una carga
económica, particularmente industrial, y política.
El Desarrollo suele ligarse a una liberación de las
fuerzas productivas, en que campea la concepción de mundo
industrial, con la sobredeterminación de la
acumulación de productos.
El Desarrollo, esta vez como idea-fuerza
política, insta a poner en movimiento
fuerzas productivas, y su mayor ilusión social es la de
suscitar acción allí donde hay
‘estancamiento’ o fuerzas inerciales incapaces de
autoregularse. La categoría de Desarrollo es
típicamente Moderna, y se debe tanto a la revolución
industrial como a la pragmática de Kant, que forja
un ideal de la razón para poner todo lo demás en
movimiento. Una vez más, despejar el contexto en
que actúa la categoría de Desarrollo es poder
determinar en la multiplicidad social e histórica,
espacial y temporal, dónde se hallan los contextos en los
cuáles las fuerzas inerciales son incapaces de
autoregularse. Allí donde se hallen esos contextos, la
categoría de Desarrollo juega un importante papel
explicativo.
El error, en este caso, es suponer que a todos los
contextos cabe asignarles la categoría explicativa de
Desarrollo.
1.4.- Agricultura,
Feudalismo,
Burguesía, Industria
Estas categorías de estudio
histórico-social postulan una flecha del tiempo, en que
en la mayoría de los estudios históricos aparece
como secuencia irreversible: Agricultura, Feudalismo,
Burguesía e Industria.
Aún admitiendo que esas categorías se singularizan
de acuerdo al país, región o pueblo estudiado, y
que, aún así existen solapamientos o
superposiciones, aparece como una constante que el ordenamiento
categorial es sucesivo.
Muchos problemas surgen de esta secuenciación. Al
decir de Perry Anderson, respecto al Feudalismo:
‘Según Voltaire, el
Feudalismo no es un acontecimiento, sino una forma muy antigua
que, con diferentes administraciones, subsiste en tres cuartas
partes de nuestro hemisferio’, y luego anota Anderson:
‘Es preciso subrayar que la inflación
genérica del término feudalismo no se limita a
los marxistas… la mayor parte de muchos ensayos
descubren el feudalismo en todas partes donde lo
buscan’
Una vez más, el eurocentrismo
historiográfico lleva sus categorías por todas las
regiones en las que practica la historia.
En cuanto a la agricultura, o el vínculo
originario con la tierra, hay
dos filosofías de la historia que no pueden sintetizarse,
y cuyo valor como
tensión epistemológica es extraordinario
- El estudio de la Agricultura de historiadores como
Georges Duby, que ubicaré como fuera de la Historia
Social Tecnológica. - El estudio de la Agricultura como relación
originaria con la tierra y
el territorio, más acá de la Historia Social
Tecnológica propuesta por Popper. Y aquí hay
que ubicar a Engels (Dialéctica de la Naturaleza); y a Gilles Deleuze y Félix
Guattari (El Anti-Edipo)
- Los estudios históricos a la manera de Georges
Duby (Economía rural y vida campesinaen el Occidente Medieval), son extraordinariamente
exhaustivos, empleando todos los recursos
de fuentes,
archivos,
documentaciones, testimonios de época, registros
comerciales. Historias como las de Duby son
estilísticamente irreprochables, y logran llevar a la
manera de Collingwood o Werner Jaeger, a un verdadero
apropiarse del pasado a través de una recreación y reconstrucción que
es a la vez real y pasada. Georges Duby es un escritor que no
vive ‘su’ época, y resulta un
obstáculo muy difícil de remover: construir el
pasado como tal, sin modificaciones actualistas. Es un
historiador que Helge Kragh llamaría sin dudas
‘diacrónico’.Alexandre Koyré es un
geofilòsofo de las ciencias y produce
una verdadera reforma agraria en la historia de
las ciencias, y quizás, en la economía política, como
viò Jacques Lacan en la elaboración del sujeto
de las ciencias. (la ciencia y la verdad, escritos
1). - La relación tierra-territorio, entendida como
productos de superficie –noción plenamente
industrial- problematiza el vínculo
históricamente precedente (agricultura), hacia todas las
formas en que la mercadotecnia deslocaliza y expropia, en
complejos sistemas
mercantiles, ideológicos, lingüísticos,
televisivos, y científicos y filosóficos. La idea
de superposición o yuxtaposición, muy cercana a
la de sobredeterminación, se expresaría de esta
manera: si la porción de territorio admite un tejido
(alodio), más otro tejido (feudo), más (iglesia),
más (estado) o (monarquía), el resultado es un tejido
denso de fibras de carácter sociológico y
político en que el elemento primero (tierra), deviene
territorio, y éste, sobredeterminado por las
yuxtaposiciones, transforma el estar espacial y
ontológico y el habitar (ser-en) de los hombres y
grupos
sociales.
La tensión que se produce entre una historia de
tipo a) y una historia de tipo b) tiene notables consecuencias.
La primera de ellas es que las historias de tipo a) son
insuficientes, pero de ninguna manera innecesarias, y las
historias de tipo b), que propongo incluir en la que Popper
llamaba Historia como Ciencia Social Tecnológica se
hacen posibles a partir –por lo menos- de la fase
capitalista a partir de l929.
La Categoría de Burguesía, muchas veces
denostada como contrarrevolucionaria, tiene sin embargo la
marca fuerte de
su carácter universalista, tal como se desprende de la
Revolución
Francesa. El problema sociológico de las ciudades y
el campo pasa por un análisis de las instituciones, en
el que no me extenderé.
Sin embargo, una vez más, Eugenio Trías
ha estudiado muy bien la noción latina de limes,
límite o frontera, en
la que la composición espacial-territorial se
complementa con la configuración categorial
filosófica y estética (Lógica del Límite).
Por tanto, las historias de tipo a) diferencian muy
bien las ciudades (Burgos) de las zonas rurales, y solamente
desde una perspectiva histórica de tipo a) el sentido de
esa división es fuerte, No lo es, en cambio, desde una
historia de tipo b), en que las nociones de
sobredeterminación, superposición,
yuxtaposición y solapamiento nos proveen de una
aproximación más hacia nuestra idea inicial de
contexto de emergencia de las ciencias en la
Modernidad.
En la Repùplica Argentina, los trabajos de
Alfred du Graty durante en s.XIX proporcionan una medida
adecuada a todas estas consideraciones de geofiosofìa de
las ciencias y economìa política.
2.-
ANTROPOLOGIA. Individuo,
Trabajo y
Sociedad
Modos de
producción pre-capitalistas:
Cuando dijimos que hay sistemas inerciales que se
autorregulan, estamos aludiendo a modos de producción
precapitalistas. Así, aunque la datación
histórica sea aleatoria, podemos tomar el siguiente
caso:
"En 1883 un grupo autodenominado de
filántropos y humanitarios estadounidenses comenzaron
a estudiar el ‘problema’ de los indios cherokees,
que habitando en el territorio indio Independiente en
Oklahoma, mantenían la tierra en propiedad
colectiva. Viviendo prósperamente. El senador Dawes,
después de una visita de inspección,
escribió: ‘No había ni un pobre en esa
nación, y la nación no debía ni un
dólar ( …) ninguna familia
carecía de hogar. Sin embargo, el defecto del sistema
resultaba evidente. No pueden ir más allá de
dónde han llegado, porque la propiedad de las tierras
es común. Bajo este sistema no existe el
espíritu emprendedor que te lleva a hacer que tu casa
sea mejor que las de tus vecinos. No hay egoísmo, que
constituye la base de la civilización"
Se desprende fácilmente de esa
situación, que hay dos prácticas
ideológicas que
conforman una misma weltanschauung: del Sr.
Dawes:
- La comparación e imbricación a escala de
cosmovisión del trabajo entendido como una competencia del
Hombre y la
Máquina. - El narcicismo como ética y
práctica de la solidaridad.
En lo que respecta al punto a), Federico Engels
escribió:
"El cuerpo no es un motor a
vapor, que sólo sufre fricción y desgaste.
El
trabajo fisiológico sólo es posible con
continuos cambios químicos en el cuerpo mismo, que
dependen también del trabajo del corazón y del proceso
de la respiración. Es claro que no se
pueden comparar dos casos de trabajo fisiológico que
se han desarrollado en condiciones en otro sentido
idénticas, pero no es posible medir el trabajo
físico de un hombre según el trabajo del
motor de vapor, etc. Sus resultados exteriores, sí,
pero no los procesos mismos, sin considerables
reservas"
Es decir que el llamado ‘espíritu
emprendedor’ supone la industrialización y la
tecnología. Y es decir también
que el caso del sistema inercial autorregulado de los
cherokees es solamente un caso de una multiplicidad enorme
que puede encontrarse tanto histórica como
contemporáneamente. Y sobre esos sistemas inerciales
actúan el principio a) muy bien resumido por
Engels.
En lo que respecta al punto b), la situación
es algo más compleja. Este segundo principio
actúa de esta manera: En la Modernidad comienza a
gestarse el pensamiento científico, primeramente
ligado a la Filosofía, e inmediatamente a la
Tecnología. En el Modernismo, la Tecnología
produce un olvido de las formas científicas y
solamente se asimilan los productos. Los productos
tecnológicos refuerzan el principio del placer
(confort, comodidad, defensas medicinales). Una vez asentado
el principio de placer, éste se vuelca sobre el Ego. Y
el Ego, satisfecho por su éxito placentero, piensa en los
demás a partir de su propio rasero. Por lo tanto, lo
que es bueno para el Ego, tendrá que serlo para
cualquier alter-ego extrapsíquico, que es percibido
como un igual, sobrepasando la diferencia. De esta manera, el
altruismo luego del pre-capitalismo, se construye sobre la base de que
el otro es un igual proyectdo o calcado sobre el Ego
maquínico-tecnológico.
En el mundo tecnológico, observa Perry
Anderson, ocurre una respuesta colectiva que desborda las
posiciones de izquierda y derecha tradicionales: dice a
propósito de corrientes estéticas.
"En ningún caso fue el capitalismo como
tal exaltado por cualquier de las ramas del
‘modernismo’. Pero esta extrapolación fue
hecha posible precisamente por el carácter
imprevisible del modelo
socioeconómico aún incipiente que más
tarde se consolidaría en torno a
aquellas. No se veía muy claro a dónde
conducirían los nuevos inventos e
ingenios. De aquí la celebración ambidiestra,
por así decirlo, de tales inventos desde la derecha y
desde la izquierda: Marinetti o Mayakovsky"
2.1.- El Individuo y la Naturaleza
Humana
Durante los siglos XVI y XVII, tres obras cardinales
sobre Antropología Filosófica indican la
relación Hombre, Naturaleza y Sociedad.
Estas son: el Tratado de las Pasiones (Descartes),
la Ética (Spinoza) y el Tratado de la Naturaleza
Humana (Hume). Inauguran la época Moderna. Ninguno
de los tres filósofos dejó de pensar la
Antropología sin una consideración fundamental
sobre las ciencias, aunque esto es más explícito
en Descartes y Hume.
Estas obras son Modernas –y no Medievales- entre
otros motivos porque no se basan en la autoridad de
la Iglesia, sino en la Razón que regula las Pasiones y
el
Conocimiento. La vía del Idealismo, que luego
criticaría Marx (La
Ideología Alemana) y Nietszche (El
Crepúesculo de los Ídolos) era un postulado
incoado, en estado de posibilidad, y no el resultado final de
esas filosofías. Por el contrario, son las Ciencias y la
posición que ante ellas se asumiría, el verdadero
factor decisivo que en la historia de largo plazo
marcaría a fuego el rumbo de Europa y de
todo el mundo que se vinculase con su era Moderna.
Para Spinoza, la naturaleza humana no contradice la
libertad y la necesidad, a condición de considerar
inmodificables ciertas condiciones del mundo natural y social,
a la manera de los estoicos latinos.
¿No se advierte una universalidad
extraña en el ascetismo estoico, el de los cristianos,
de los budistas, los protestantes weberianos y la voluntad
ascética de Schpenhauer en estas palabras?
"El aprender a vivir y a morir constituye el
núcleo de los ‘ejercicios espirituales’
elaborados por los estoicos, y por Séneca en
particular. Su finalidad es guiar hacia un dominio, por
lo demás incompleto, sobre los efectos. Esto permite
al sabio liberarse de las limitaciones de la propia
individualidad y alcanzar –en un estado de
lúcida consciencia- el conocimiento del mundo y de sí mismo
perturbado lo menos posible por las pasiones. Mediante tal
terapia –que transforma la escuela
del filósofo en una ‘sala de operaciones’; el sapiente, comenzando a
ejercitarse a partir de las cosas más simples, llega a
ser señor de sí mismo, a conformarse a la
razón universal y a insertarse en la estructura
del cosmos, recortándose en sí mismo un
pequeño espacio en que puede eficazmente intervenir,
renunciando al resto, sobre el cuál es en cambio
completamente impotente"
Antes de Max Weber y
de la Genealogía de Nietszche, hay aquí una
muestra del
cobijo estoico y parcialmente escéptico. Pero iré
algo más lejos: durante los siglos XVI y XVII
empezó a existir realmente el Mundo Exterior inmutable e
inmodificable que instara a la subjetividad a volcarse sobre
sí. Este movimiento siempre se ha encontrado en todas
las épocas, más, la Época Moderna, y su
perduración, encontró el Mundo Exterior, pero
también buscó entender sus leyes
materiales. Así, la Filosofía Natural no se
distinguía de las Ciencias, hasta que éstas se
distinguieron de la Filosofía, modificando a ambas y
estableciendo nuevas relaciones Hombre-Naturaleza. Pero en esta
nueva forma de paralelismo, no alcanzan las explicaciones
materialistas ni las espiritualistas. Afirma
Koyré:
"Pues mal que le pese a Aristóteles,
el Hombre
no está animado naturalmente del deseo de comprender:
ni siguiera el Hombre de Atenas… No fueron los
harpedonautas egipcios, que tenían que medir los
campos del valle del Nilo quienes inventaron la geometría: fueron los griegos, que no
tenían que medir nada de nada"
Una controversia planteada por el Materialismo
Histórico y el Materialsimo Dialéctico parte
del supuesto de las ‘condiciones objetivas de los modos
de producción’. Althusser empleó la
categoría de sobredeterminación para
intentar explicar de qué manera lo indeterminado surge
de lo determinado. Pero solamente bajo la idea Moderna de Mundo
Exterior la Filosofía y las Ciencias rebasarían,
aunque no totalmente, la ética estoica y las actitudes
escépticas. No acuerdo, en cambio, con el proyecto de
Althusser de expurgar las Ciencias de Ideología
Filosófica, tal como propuso en sus conferencias sobre
Jacques Monod en 1967.
Ese problema ¿de demarcación’ es
epistemológicamente previo a Epistemologías
Transdisciplinarias como las de Piaget y Nagel.
La Tecnología, que sobrevendría luego
del Mundo Exterior de la Filosofía y las Ciencias
Modernas, es el cruce de la acumulación económica
y el progreso en las ciencias. Las historias de tipo
‘A’ (Duby), son una versión válida
que debe complementarse –difícilmente
sintetizarse
3.- EL CONTEXTO DE
EMERGENCIA DE LAS CIENCIAS EN LA MODERNIDAD
Si el breve recorrido seguido hasta aquí ha
servido para desbrozar el camino hacia ese lugar, que tiene
algo de mítico pero también de histórico,
que denominamos contexto, entonces consideremos los
componentes que lo configuran:
3.1.- Condición de Posibilidad y
Sobredeterminación Geofilosòfica.
La noción kantiana de condiciones de
posibilidad alude a que todo acontecimiento debe ser posible
antes de acontecer. La historia enseña muy bien
–aún bajo sus formas A y B-, que lo que acontece
en un momento y lugar social determinado, cuando es singular,
sorprende por su emergencia. Así surgen las preguntas:
¿Por qué en ese momento y lugar y no en otro
momento u otro lugar? Si esas preguntas no fueran parte de la
curiosidad del historiador y el filósofo, no
habría historia ni filosofía. La pregunta en este
caso es: ¿Por qué las ciencias emergieron en la
modernidad europea, y no en otra configuración espacial,
epocal y social? Ensayemos respuestas.
- Las ciencias surgieron en la Modernidad Europea
(hacia los siglos XVI y XVII) Acontecimiento tradicionalmente
indiscutido, no simple.
b) Las Ciencias surgieron hacia el siglo XIX,
anteriormente, se estaba en una etapa
precientífica (Tesis de Bachelard)
c) Las Ciencias son universales, y si no
consideramos más que Europa o la cultura
occidental, no es más que por pereza
intelectual y falta de investigación. (Esta
idea, con algunos matices, parece relacionar a Marx
y Engels, Piaget, Lévi- SraussJ. Needham).
d) Las Ciencias provienen de un contexto imposible,
o de un contexto imposible de
reconstruír (Idea de J. L. Mena, para
quién un diálogo como el Parménides,
sólo
tiene un lugar mítico, imposible de hecho
pero no de derecho).
e) Las Ciencias, al igual que la Filosofía,
sólo aleatoriamente se ubican en Grecia
Antigua y Clásica en su emergencia: su
acontecer es inmanente y geofilosófico:
allí donde se produzca. (Tesis de Gilles
Deleuze y Félix Guattari).
- Las Ciencias suponen dos contextos: el de
descubrimiento y el de justificación
(Reichembach), lo que indica que la
dialéctica post-hoc/ante-hoc es nuclear, y
quizás solamente por argumentaciones y convenciones
historiográfico-
semánticas es posible decidir entre
condiciones de posibilidad y
sobredeterminación.
3.2.- ¿Qué Ciencias se formaron en la
Modernidad Europea, y cuáles fueron sus condiciones de
posibilidad y cuáles sus
sobredeterminaciones?
Llegamos entonces a formular la pregunta que da
sentido a ese contexto, y a esa Modernidad.
A.- Las Ciencias Experimentales
Requeriría un largo análisis explicar
distintas maneras en que la experimentación posee
–o se le asigna- contenido. Pero, a través de
Galileo Galilei
y algunos otros científicos, lo que en la
antigüedad griega había reservado para mentalidades
como la de Arquímedes, durante la época
Moderna se convirtió, no espontáneamente, sino
por así llamarlo, una sedimentación
histórica, en una renovación de las relaciones
entre la sociedad humana, la Naturaleza y el Espíritu.
Lo verdadero respecto a la Naturaleza será considerado
como una posibilidad de repetición ante distintas
miradas, de un mismo resultado experimental en el que teoría, medición y conformación del
contexto experimental conforman una unidad de sentido
observacional.
Contexto es, en este sentido preciso, una
composición de Condiciones de Posibilidad, y de
Sobredeterminación.
B.- Las Condiciones de Posibilidad
Lo que hace posible que la experimentación
provea resultados nuclearmente unívocos, y parcialmente
equívocos, es el rigor conceptual y la precisión
formal (lógica y matemática) de aquello que se
producirá invariablemente al repetirse un experimento.
El pensamiento divergente, escéptico, o condicionado
preconceptualmente (situaciones comunes a cualquier hombre), se
apoyará en todos aquellos resultados o interpretaciones
que no se acomoden a lo previsto o anticipado por
los experimentadores. Serán de allí en más
los supersticiosos, los que antepongan formas de subjetividad,
muchos filósofos, religiosos y metafísicos. Pero
también aquellos que sociológica e
institucionalmente vean afectados sus argumentos de autoridad.
Es un tema muy interesante el de contraponer versiones
internalistas y externalistas en torno al contenido de las
ciencias.
En cambio, el pensamiento convergente, hallará
en el núcleo constante del resultado de las
experimentaciones, una evidencia confirmadora de que la
teoría formalmente fundante de la interpretación
de los resultados, es suprasubjetiva, quizás universal,
para todas aquellas personas que hallan conducido sus
razonamientos a un estado de comprensión y acuerdo antes
inédito, esto es, los estados de precomprensión
arquimedianos, galileanos.
C.- Sobredeterminación
La sobredeterminación, que también forma
parte de los contextos, son todas aquellas circunstancias que
convierten un contexto (que cualquiera sea siempre se halla en
un espacio-tiempo), en un modo especial de respuesta urgente.
Vale decir, que no es lo mismo la determinación formal
(por ej. el mecanicismo laplaciano), que la
sobredeterminación. Para explicar esto de manera
simplificada en general, diré que un determinismo en
sentido laplaciano, equivale algo así como a la
paciencia de Dios, ya que, aunque todo instante sea precedido y
sucedido por otro instante, solamente a un inmortal le resulta
indiferente lo que acontece antes, durante y
después.
La sobredeterminación, por el contrario, lo que
indica, es que se superponen, yuxtaponen o solapan distintas
intencionalidades y acciones o,
simplemente movimientos de la materia y de
la Naturaleza, produciendo duraciones (o instantes-contextos),
en los que emerge una resultante de las urgencias y los
espacios sobrecondicionados.
D.- Internalismo, Externalismo y Época
Moderna
Desde una manera de entender las ciencias en sentido
internalista, no hay nada entre Arquímedes y Galileo
Galilei. Esto es una exageración deliberada, pero indica
una consecuencia lógica, formal, de implicación
sucesiva. Es abolir las historias intermedias como irrelevantes
al caso.
De una manera externalista también
simplificada, las condiciones de sobredeterminación que
van de un tejido yuxtapuesto (agricultura, feudalismo, iglesia
como poder político, monarquía como poder
político, y Estado como poder político
igualmente), nos encontramos conque todas las situaciones en
que las urgencias sociales (hambruna, enfermedades sin
asistencia, guerras)
implican una emergencia de conflictos
que estaban en estado de posibilidad no-realizada, pero que, en
lenguaje
aristotélico, son forzados a acontecer
(acto).
Por tanto, la Época Moderna acontece al menos
de dos maneras:
1.- Durante los siglos XVI y XVII, en Europa. Y con
algunos nombres propios: Galileo Galilei, René
Descartes, Martín Lutero.
2.- La Época Moderna –como zietgeist-
(Espíritu de la Época, o, como recientemente se
ha traducido ‘Talante de la Época), acontece en
todos aquellos contextos en que se reproduce el ámbito
de experimentación (bajo sus condiciones de posibilidad
y sus sobredeterminaciones) en una doble inscripción
–internalista la una, externalista la otra- en que la
obra de Arquímedes pase de una singularidad Antigua a
una universalidad galileana Moderna.
Podemos arriesgar la siguiente hipótesis: durante los siglos XVI y XVII
no hubiera sido posible una Historia Social Tecnológica.
Y es que la modificación de las condiciones de vida no
eran tan determinantes, incluso biológicamente, con la
tecnología disponible entonces. Sin embargo, todo ha
cambiado en el Modernismo que le seguiría. El anteojo
con que Galileo registraba los ciclos planetarios era el mismo
anteojo con que los comerciantes avistaban en los puertos la
llegada de barcos con mercancías, a fin de negociar
ventajosamente los productos que habrían de
llegar.
Y es el momento de preguntar si no es un error
lingüístico u ontológico decir el
‘mismo’ instrumento: en un caso la finalidad es el
conocimiento del mundo natural, que, aunque existente, con
independencia del científico, retiene los
ordenamientos que lo rigen.
En otro caso, el mundo social reglado por leyes de
pertenencias e intercambios, en el que es posible acumular
riqueza. La historia posterior enmarañaría esas
intenciones hasta hacerlas una trama compleja y dominante. Si
los harpedonautas del Nilo hubieran hecho mediciones por
razones económicas de acumulación y así
hubiese surgido la geometría y la aritmética,
entonces, ¿Qué hubiera cambiado?
¿Què cambios son visibles hoy en la estructura de
nuestros saberes, en Oriente y Occidente, por asì decir,
en la piel de
nuestro tiempo?
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Guillermo Carlos Treboux
Filosofía e Historia de las Ciencias
Universidad Nacional del Comahue
Consejo Provincial de Educación – Neuquén