- Funciones de los Partidos
Políticos - Los Partidos se volvieron
meras cajas de resonancia clientelista - Conclusiones
- Bibliografía
Se abordará en el presente trabajo no
sólo la naturaleza
histórica de los Partidos Políticos, también
cómo ha ido trasmutando con el paso del tiempo y,
sobre todo, cómo se conceptúa hoy en día,
con el paso de la
globalización y las nuevas concepciones que debemos
aprender y aceptar. Ello ha influido directamente en las funciones
orgánicas que debería tener o, como plantea el
título, si la realidad circundante ha trazado un orden de
cosas en que los partidos han tenido que someterse, en este punto
estaríamos hablando de un quiebre o traición de
principios.
En este orden de cosas, se esboza un dicotomía
que se pretenderá aclarar y no con ello, se advierte, no
se podrá salvificar sus funciones tradicionales y
actuales, pues también es como una madre que parió
a hijos nada venerables. Recordemos que la tarea impuesta a todo
Partido Político, es eminentemente doctrinaria y formadora
de cuadros que tengan por misión
primordial encontrar nuevas ventanas de solución a los
problemas
sociales y políticos.
En la medida que un movimiento
surja al calor
electoral o coyuntural, está faltando al principio
fundamental y está cayendo en la clandestinidad
doctrinaria, de allí han surgido todo estos años
pequeños movimientos que pretenden llamarse "partidos",
sujetos básicamente a interese momentáneos o los
que la globalización elige: vale decir, dar
preferencia al aspecto económico del Estado por
encima del político, lo que tradicionalmente no era
así. Aquí encontramos a Partidos como Cambio 90, que
mutó luego en Cambio 95 y, a su vez, en Perú 2000,
Partido Perú Posible, Renovación Nacional,
Convergencia Democrática, entre otros por citar a los
más principales.
Por así decirlo, las nuevas generaciones
entienden que la inmediatez de la política trae
también la aparición de estos actores dirigidos por
líderes llamados outsiders, en consonancia que los viejos
partidos tradicionales no trajeron más que pobreza y
agravamiento de la situación social y junto a sus
líderes son los causantes directos, por no decir
promotores.
Escapa al entendimiento común, que estos nuevos
partidos y sus líderes obedecen preferentemente al papel
exigido por el capital
internacional, para así garantizar la aplicación
del nuevo modelo,
sobrevivirlo en el tiempo y en esta situación hablar de
clientelaje es enteramente apropiado, dado que garantizará
la supervivencia del mismo, como también hará
entender que la vieja usanza de cómo se adoctrinaba a los
militantes había traído verticalismo, nepotismo,
tarjetazos.
Pero es importante señalar, que con esta
afirmación, no se está santificando las funciones
de los partidos antiguos, llámese APRA, AP, PPC, IU, pues
ellos también hicieron prácticas extensivas en el
tiempo de clientelaje. Es un punto álgido en esta parte
que estos segundos han tenido que "adecuarse" a los anteriores y
ahora, parece uniformizada las prácticas por no decir
legalizadas.
En todo esto, la sociedad y la
salud de la
nación
corre grave amenaza, porque no están preservando el orden
e importancia que debiera tener la Democracia y
uniéndola a estos males se podría afirmar que la
democracia es, sobre todo, clientelaje, y si es así es
fácilmente sustituible, como acaso quiso hacernos entender
el señor Fujimori, en su periodo de gobierno harto
cuestionado.
En el presente trabajo, abordaremos la temática
desde dos aspectos, que también se podría entender
uno como consecuencia del otro, vale decir, veremos en primera
instancia las funciones tradicionales que debe tener todo Partido
que se precie de serlo y en un segundo alcance, nos ayudaremos de
la opinión de varios intelectuales
y definiremos si en verdad los Partidos trasmutaron hasta
convertirse en simples aparatos de repercusión
clientelista. Terminaremos señalando la importancia que
tienen los Partidos Políticos, el sistema de
Partidos y sus interacciones.
1. Funciones de
los Partidos Políticos
En primera instancia debemos saber que todo Partido
Político es una institución política
organizada bajo ciertas directrices doctrinarias que, en el
común de los pensamientos, tiene la finalidad de alcanzar
y proponer ideas a la sociedad y al Estado para solucionar o
coadyuvar a las necesidades imperantes de la población en su conjunto, inclusive que
ésta debe trascender en el tiempo y aplicarse a toda
realidad socicultural, como también de defender
situaciones que atenten derechos sociales de
diversos grupos. Siendo
muy difícil determinar de manera justa un proceso
político sin señalar adjuntamente la presencia
determinante de un sistema de Partidos
Es importante los Partidos, porque tienen presencia
dominante en un proceso electoral como en todo el escenario que
trasciende a esta.
Pero para que se pueda cumplir esta directriz, es
también vital que haya una mejor reclusión de la
clase
dirigente, no olvidemos que ésta maneja la información de manera consciente y
educadora, porque sabe conducir, canalizar necesidades e
intereses del pueblo, en una actitud serena
de querer dar una perfomance al escenario y a las propuestas
políticas, y más allá de eso,
tiene la capacidad, el deber de limitar el poder, mucho
más si ésta degenera en autoritarismo.
Entendemos que los Partidos tienen participación
directa, si no directriz en los asuntos sociales,
prácticamente es fiel a ella o nace de ella para convivir
de acuerdo a cánones.
Raul Rebagliati nos manifiesta que (…) está
inserto en lo social tan profundamente que no puede ser extirpado
sin que la sociedad se disuelva.
Pero, así como lo político mantiene
agrupados a los hombres, la política los divide y los
enfrenta en lucha. Esta disputa de poder lleva a organizar
partidos, o sea agrupaciones que persiguen el ejercicio del
gobierno. Su nombre proviene de la voz "parte" y está
expresando que la opinión se divide en corrientes
diversas.
Los partidos tamizan las opiniones individuales de modo
que resultan canalizadas en opiniones de grupos. Sólo
así alcanzan a influir en la vida pública las
tendencias y las ambiciones personales.
Todo esto, tendiendo a que en el terreno propiamente
dicho, es función
esencial de todo movimiento la sensación, la
práctica, la costumbre de implantar un equilibrio
entre todos los poderes del Estado para que no se pueda
transgredir sus funciones propias como tampoco se caiga en
prácticas autoritarias o clientelistas que después
van debilitar el sistema democrático como de partidos, tal
como se vio en la década fujimorista y que, hasta la
fecha, los Partidos no han podido recuperar su autonomía,
su capacidad doctrinaria, sus planteamientos serios que, al
parecer intentaron tenerlo en su fundación primaria,
acarreando que tengamos Partidos pequeños, sin doctrina y
manejados por el capital externo, característica que bien
podría definirse con Perú Posible, Cambio 90 y que
en la segunda parte del trabajo lo explicaremos.
José Paez Warton nos refiere que
Un segundo rol de los partidos políticos es
precisamente organizar. Inicialmente atraer a sus filas a todos
los que tienen intereses más o menos comunes a fin de
organizarlos y luego orientar su conducta
política, lo que implica, un proceso de
adoctrinamiento.
Sobre este afirmación Max Weber
tiene conceptos igualmente críticos y diríase que
más radicales en la medida que los afiliados deben
someterse a intenciones y directrices del grupo que los
encabeza, y coincide con Peter H. Markl en la medida un Partido
tiene objetivo de
ocupar cargos en el gobierno en una carrera electoral con
organizaciones
similares que va más allá y nos habla ya de los
Partidos y su clientela
Los partidos se orientan hacia una clientela de
electores actuales o potenciales aunque la presencia de un
electorado "flotante" sustancial puede variar según el
sistema. El Partido y su clientela, e incluso sus miembros,
en cierto sentido se utilizan mutuamente en beneficio de todos;
esto contribuye al carácter abierto y multifaccionario de la
mayor parte de los partidos. Por otra parte, algunos partidos
muy unidos, como los totalitarios de izquierda o de derecha,
suprimen las banderías.
En suma diremos que todo Partido, tiene la finalidad de
reclutar a miembros afines, seleccionarlos de acuerdo a intereses
para diversos cargos en el gobierno, los mismos que deben generar
programas
políticos de gobierno, que a su vez debe controlar los
órganos establecidos de gobierno, para poder satisfacer
las demandas sociales y definir en común las creencias que
en política se llama ideología, así mejor para
movilizarlos y si es necesario contra organizarse ante
oposiciones radicales.
Es muy posible que todos estos alcances vistos no
están siendo percibidos por la población, dado que
hace mucho tiempo ya en la realidad peruana y latinoamericana los
Partidos Políticos degeneraron en meras agencias de
empleos, siendo lo meramente doctrinario e ideología una
propuesta que deberá leerse sólo en los programas
escritos. La población no percibe más que los
Partidos sean tales y tomados comúnmente como salvadoras
de falta de empleo.
Nomás recordemos la infausta guerra
antisubversiva, donde los Partidos Políticos
experimentaron un resentimiento en sus programas, una retirada
ideológica, una carencia de propuestas ante la violencia y
esta ausencia fue tomada como que estaban deponiendo sus armas
ideológicas por calificarse de irreales y,
sospechosamente, callándose ante una propuesta
violentista. Aún hoy vemos que ante la presencia de un
nuevo Sendero Luminoso, los Partidos Políticos no
diferencian su contenido y nuevamente callan ante la arremetida,
esta vez silenciosa y estratégica del grupo
terrorista.
Estas pasividades hacen ver que no están
preparados para interpretar debidamente la realidad social del
Perú y prefieren reducirse a meros aparatos de
búsqueda, canje y componenda laboral. Es
importante recordar que su desprestigio se debe también a
esto
Finalmente, en atención a una mejor comprensión de
lo que es realmente la concepción justa y cabal de los
Partidos Políticos, se llega a la conclusión que en
tanto éstos no logren superar sus problemas de
sectarismo y anomia doctrinaria, a la par que las de
reclusión o captación de sus elementos, recordemos
que en Perú Posible por ejemplo, se tomó como una
caseta de empleo y por ello organismos como el CNI, gozan de una
inexistencia justificada y una ineficiencia galopante como
lamentable, porque ha sido copado por personal sin la
capacidad necesaria, los Partidos Políticos
seguirán desprestigiados, y ello básicamente
por:
1. Pésima preparación de dirigentes y
cuadros que agravan el sistema político
2.- Baja adaptabilidad al cambio así como de
poder interpretarla.
3.- Complejidad actual de la
representación
4.- Marcada diferencia entre el escenario
político y el real
5.- Mayor libertad del
ciudadano
6.- Influencia medios
comunicación
7.- Renuencia a conducir las campañas
electorales con transparencia.
8.- Sectarismo y verticalidad en la estructura
interna
Todo esto nos lleva a tener que clasificar la presencia
de los Partidos en una alta y baja institucionalidad. No se puede
obstaculizar la idea de que los Partidos también
están cambiando su manera de ser interpretados en la
sociedad, de que los Partidos tradicionales no pueden ser
más aquellos lugares de componendas partidarias como de
manejos sectoriales. Es el capital internacional que azuza estas
críticas, pero en el mismo Estados Unidos o
en el seno del Partido Laborista Inglés,
tenemos que su estructura lucha en cada proceso electoral interno
por ser más democrático, más doctrinario,
que la participación de los elementos sea
mayor.
Es sin duda el ideal pero es también un ideal de
que nuestros partidos por más pequeños que sean, no
pueden ser satanizados y querer convertirlos en meras cajas de
resonancia externa o que defiendan propuestas neoliberales,
todavía en experimentación.
Caracterización de alta y baja
Institucionalización Partidista
ALTA INSTITUCIONALIDAD | BAJA INSTITUCIONALIDAD | |
Estabilidad de la competencia inter partidista | Alta estabilidad. Partidos dominan escena por décadas. Baja | Baja estabilidad. Partidos surgen y desaparecen. Alta volatilidad. |
Arraigo de los partidos | Partidos tiene fuertes raíces. Ciudadanos votan por mismo partido Grupos de interés vinculados a algunos | Partidos con débiles Ciudadanos cambian preferencia partidista o votan Grupos de interés vinculados a todos los |
Legitimidad de los partidos y | Alta legitimidad de partidos y Ciudadanía considera a partidos necesarios Importantes recursos | Baja legitimidad (fuerte cuestionamiento) de Solo minoría considera partidos necesarios |
Organización partidista | Normas democracia interna bien Lideres no opacan partidos . | Escasos recursos Normas democracia interna indefinidas. Partidos son instrumentos de lideres. |
Es tarea del Presidente de la República, sobre
todo, preferir el fortalecimiento de las instituciones
democráticas, pues de ella dependerá el buen
criterio de la gobernabilidad y de que realmente está
funcionando la democracia; que su programa de
gobierno sea coherente, oportuno y realista, ello le
definirá claramente las prioridades a tener en cuenta, en
un Estado ideal propender el crecimiento
económico y la mejora social. Por si sola, la opinión
pública verificará que el gobierno hace
esfuerzos reales y conscientes para corregir los males
endémicos y encauzarlos o reducirlos de manera firme y
sostenida.
Referente a los temas de la oposición, aún
cuando sea muy crítica, y ello no debe alejarnos, es
necesario que se proponga y mantengan un clima cordial,
dando luces a nuevos alcances y perspectivas en los planes a
concretarse.
Esto es vivir en democracia. Se presume que no pueden
vivir así los pueblos latinoamericanos, traducido en
problemas de gobernabilidad, debido básicamente a las
experiencias colonialistas que padecieron y en este sentido, es
fundamental la aplicación de programas de alcances
democráticos en cada una de las instituciones sociales y
políticas del país.
En suma, es un atraso social que los Partidos
Políticos dejaron de serlo para convertirse en agentes de
empleo, dejando de lado su concepción primigenia,
doctrinaria, derivado básicamente por la crisis social
y ante la cual fueron casi tan culpables como el propio Estado,
con el agravante que ellos nunca supieron presentar propuestas
ideológicas y políticas en el momento que el
país lo requería, de ello se deriva o es
consecuencia la aparición de nuevos Partidos con una
ideología más inmediatista y negando toda doctrina
con el alegato que los Partidos tradicionales aún cuando
la tuvieron de nada les sirvió o, en muchos caso,
sólo fue para confundir al pueblo y negarle su
apoyo.
Rafael Roncagliolo nos habla en su artículo
"Partidos y Outsiders" refuerza esta idea en el sentido del
desplazamiento por un monopolio
político.
(…) aunque tendemos a culpar principalmente a los
partidos de la pobreza de
nuestra vida política, la realidad es que dicha pobreza
acompaña más bien al fenómeno de reemplazo
de los partidos por las personalidades individuales (valga el
neologismo), y, en particular, por los llamados
outsiders.
La pobreza de la vida política coincide con
este desplazamiento del protagonismo de los partidos. No solo
en el Perú. En los cinco países andinos, los
partidos han sido parcialmente desplazados del monopolio de la
representación política, debido en parte a los
cambios mediáticos en la cultura
política y, también en parte, a las reformas
constitucionales y legales producidas en todos los países
andinos, a partir de la constitución colombiana de 1991.
2. Los Partidos
se volvieron meras cajas de resonancia
clientelista.
Abordaremos en este segundo punto el trayecto que han
tenido los Partidos, vale decir, cómo en poco tiempo
entraron en un proceso de descomposición para aparecer
después como sin ideología y sin propuestas serias,
negando cada uno de ellos la importancia que deben tener, su rol
dentro del sistema de partidos. Vladimir Arandia pone en claro
que los Partidos actuales "han sido tomado por una élite
que los acaparan" y cuando señalamos esto ya estamos
hablando de una modalidad de crear las bases para conducir
después al clientelaje electoral y también no
electoral, puesto que esta seguirá manteniéndose
como tal, en tanto haya nuevos partidarios y éstos tengan
la necesidad de cumplimentar su deseo laboral; y más
allá de esto sostener, luego, corruptelas a instancias no
sólo económicas, sobre todo esperanzados en los
beneficios diversos.
(…) los partidos políticos, como instrumentos
de participación política tan
cohesionados a la noción misma de la democracia, han
mutado tristemente de ser el sostén operador del sistema,
a ser verdaderas logias sustentadoras de la
corrupción en todas las instancias del
Estado, y más lamentable aún, con la visión
de perpetuarse en el poder con el simple propósito de
acaparar los beneficios económicos y de otra índole
que de ahí deriven, a favor de los grupos de élite
que los acaparan. (…) Esto significa en consecuencia la
vigencia de una democracia muy elemental, cuya condición
se subordina solamente a dichos procesos
electorales, que además están viciados de
monopolismo partidario, prebendalismo, engaño,
fraude etc.; los demás parámetros
para medir su evolución, es decir la
justicia social, la
igualdad económica, la participación ciudadana, etc., pasan a ser
características totalmente ausentes de nuestra
realidad.
Aún cuando este artículo fue escrito en
Bolivia y para
una realidad local, en momentos que la democracia que llama
elemental está sufriendo un desengaño
mayúsculo con las consecuencias sabidas, es totalmente
aplicable a nuestra realidad nacional y latinoamericana,
revelando que la crisis a afectado casi por igual a todo el sub
continente, y no escapa a querer mantenerse en la misma
situación. En el siguiente acápite se señala
como los Partidos siempre han mantenido esta
característica clientelista y hasta patronal.
Los Partidos Políticos
Max Weber (1962 p.
228-229) nos habla con mayor claridad de lo que son los partidos
y sus formas de "socialización" bajo un reclutamiento
libre destinado a proporcionar poder a sus dirigentes para
otorgar a sus miembros determinadas probabilidades materiales,
efímeras o con una cierta duración. Weber afirma
que la orientación de los partidos puede inclinarse hacia
intereses personales y a éste tipo los llama "partidos de
patronaje".
Prácticamente pueden dirigirse, oficialmente o
de hecho, de un modo exclusivo al logro del poder y la
ocupación de los puestos administrativos en beneficio de
sus propios cuadros (…)
El partido está en manos de los dirigentes y de
un estado mayor, al lado de los cuales aparecen los miembros
activos, la
mayor parte de las veces sólo como aclamantes y en
ciertas circunstancias como instancias de control, de
amonestación, de decisión, de discusión
(…) las masas no activamente asociadas (de electores y
votantes) sólo son objetos de solicitación en
épocas de elección o votación
("simpatizantes"); y la opinión de los mismos
sólo interesa como medio de orientación para
el trabajo
de reclutamiento del cuadro dirigente en los casos
de lucha efectiva por el poder (…)
El realismo es
devastador y desde las primeras líneas del párrafo
los señala como beneficiarios de una serie de prebendas;
exclusivamente a ese fin y no a otro, como por ejemplo, la
preparación de cuadros nuevos o una doctrina que innove la
línea partidaria.
Prácticamente nos da a entender que los Partidos
son una oficina con
carácter de lucro o de beneficio político, casi
desesperados en la obtención de cuadros administrativos.
No es difícil entender que también ello, luego,
llevará a que los funcionarios se sirvan de esos puestos
burocráticos para poder enriquecerse a costa del
Estado.
Max weber, utiliza un término duro como realista,
puesto que idealmente se entiende a los partidos como instancias
de preparación doctrinal de nuevos cuadros de
jóvenes; pero a la luz de los hechos
que significaron el fracaso de los Partidos Políticos, se
interpreta que los "programas" partidarios son una forma de
reclutamiento, dispuesta a emplear todos los medios necesarios
para el logro del poder". Cuando pone reclutamiento nos
podría estar sugiriendo como una instancia militar, en la
cual el Jefe y su grupo de élite maneja y manipula a sus
reclutados como mejor convenga a sus intereses y no
rendirán cuentas de sus
actos. Es más, cualquier acto de cuestionamiento se
castigará con la expulsión del partido u oficina de
clientelaje.
Esta concepción de un partido, se acerca
más o es más clara para definir a los partidos
nuevos, creados a partir de la década del 90, al calor de
una nueva concepción de la política donde el
Ejecutivo debe someterse al poder económico y éste
más que el bienestar social. Partidos con meros intereses
electoreros, de sospechosa aparición y muy ligados a
capitales o intereses extranjeros.
En el Perú, Cambio 90 y Perú
Posible detentan esta línea que señala Weber. Que
consideraba a sus miembros activos como simples aclamantes de una
situación particular y momentánea. Luego de la
salida de Fujimori del poder, Cambio 90 desapareció
funcionaria y electoralmente, donde las masas electorales o
inscritas, se consideraban sólo como objetos de voto y no
más allá, como por ejemplo creadores o
participantes del programa de gobierno, o mejor aún: una
doctrina política novedosa; han desaparecido tanto como
sus fundadores; no es tampoco imposible entender que la
opinión de los reclutados es menos que interesante o
útil. Es posible que Perú posible pasará
también por la misma suerte.
A continuación Stefano Bartolini (1988 p. 238)
afirma en base al texto
de
Max Weber, que los partidos están inspirados por
una intuición del mundo, por principios abstractos. La
financiación del partido nos hace comprender la naturaleza
del mismo. Si los candidatos soportan los gastos
electorales, es una plutocracia; pero si los fondos provienen de
benefactores o grupos económicos, éstos van a tener
intereses específicos y obedientes a aquellos
mecenas.
El primer tipo de partido está caracterizado
por un personal político básicamente de notables,
que, en base a su propia posición económica
autónoma, se dedica a la actividad política en un
cierto sentido como actividad situación de
competición electoral restringida. secundaria y de
aficionado. Los miembros de este tipo de partido se
reúnen sólo periódicamente con vistas a
las elecciones para preparar las listas electorales y la
campaña. Por lo tanto, el partido está organizado
estructuralmente en base a comités electorales y la
relación entre éste y los restringidos grupos de
electores no se basa en mecanismos de delegación sino de
confianza hacia el que la concibe del mismo modo. Dicha forma
de partido se ve constreñida, por la extensión
del sufragio y
por el desarrollo
de la política de masas, a modificar su naturaleza en
referencia también a nuevos adversarios como los
partidos de masas. Estos últimos están
caracterizados por una organización fuerte y diferenciada que
produce un personal político profesional y a tiempo
completo, que extrae su propio mantenimiento de la propia política
(…)
Interpretando a Weber los partidos tradicionales, en
Latinoamérica, a partir de la crisis de
1930, tuvieron que reestructurarse y muchos se inspiraron a
partir de una nueva intuición del mundo, con un
carácter marcadamente ideológico y, por el
contrario, los partidos modernos o llamados "terceras fuerzas",
que más tienen un interés momentáneo y no
están inspirados por una intuición del mundo, sino
por una intuición electoral, de los beneficios o prebendas
económicas que puede surtir el Estado o
las elites que la acompañan o las empresas con las
que el Estado pueda trabajar y hacer negocios, que
se podría señalar sin temor a equivocaciones que es
el paso siguiente después de declarar las oficinas de
"adoctrinamiento" como de reservas de empleos.
Sistema de Partidos
Ante este mal, nos hemos olvidado que un sistema de
Partidos es una alternativa poderosa para acallar costumbres
insanas y económicas. Por años, y como un
entendimiento endémico difícil de cambiar, hemos
aprendido a comprender que el sistema de partidos no es
más que la suma de todos los partidos de una nación
que compiten electoralmente y alguno de ellos llega al poder,
pero no hemos comprendido que este sistema es vital, es un
organismo pensante y vivo que va a articular y medir el pensar
nacional y está en la capacidad de interpretar y sugerir
mejorar adicionales en la política.
Stefano Bartolini (1988 p. 218-219) .
lo define como el resultado de las interacciones entre
las unidades partidistas que lo componen; más
concretamente es el resultado de las interacciones que resultan
de la competición político-electoral (…) se
caracteriza por una serie de propiedades autónomas que
no son típicas o propias de que "el sistema de partidos
se caracteriza por una serie de unidades partidistas tomadas
aisladamente (…) no es la suma de partidos que la componen,
sino algo más complejo que requiere un análisis autónomo (…)
está determinado por la naturaleza de los partidos que
lo componen, al mismo tiempo el modelo de interacción típica del sistema
influye en la naturaleza y el compartimiento de sus unidades
particulares (…) Un partido como unidad individual
está siempre dentro de un sistema que le es
preexistente.
Bartolini enfatiza que lo que hace vivo un sistema de
partidos es la interacción competitiva que se genera en
cada uno de ellos. Una interacción que no solamente se ve
en tiempos electorales; sino sobre todo en la convivencia
democrática del día a día. Es en este
momento cuando un partido o el sistema de partidos debe jugar un
papel protagónico, al acercar al gobierno o proponer
planes alternativos de gobierno, como también la
fiscalización de los actos públicos, vale decir es
un conjunto de interacciones competitivas entre partidos, para lo
cual es necesario establecer cuáles son los distintos
modelos de
interacción y las características que lo
identifican.
En aquellos sistemas donde la
presencia o libertad política es nula o controlada, como
se vio en el caso peruano, propia de los sistemas autoritarios,
es claro entender que no puede existir un sistema de partidos
funcional, porque el propio gobierno se encarga de
desprestigiarlos, ahondando los males por los que pasaron, la
crisis que les tocó afrontar y padecer.
El gobierno de Fujimori tenía la intención
de demostrar que los partidos están ahí, pero no
tienen una interacción de la que se habló en el
párrafo anterior, o peor aún, una serie de partidos
controlados y de aparición reciente que bailan o se mueven
al compás de los dictados de gobierno, llamados "partidos
independientes" o "las terceras fuerzas".
Precisamente durante los periodos dictatoriales, surgen
una serie de partidos o micropartidos que sólo
están ahí para justificar la libertad
política y mostrarse al capital internacional como
defensor y propulsor de la democracia y dado que no tienen
acción
programática confiable se cae fácilmente en
convertirse en jefes de una organización mancomunada y
eficiente para introducir flujos de presión o
mecanismos que viertan su fuerza en la
captación de gente y dinero que
inviertan los roles para los cuales fueron nombrados. A no ser
que, por ejemplo, en el presente gobierno ya se sabía que
desde las oficinas del Partido Perú Posible, especialmente
a cargo de una hermana del Presidente: Margarita Toledo se
acondicionaban hojas de vida de sus militantes para introducirlos
en el aparato estatal o el politizado programa de
Pro-Perú, que mediante subsidios de 100 soles mensuales a
los más pobres entre los pobres se pretende establecer una
suerte de clientelaje tardío a menos de un año de
la finalización del mandato..
Regresando a Bartolini, se debe destacar la importancia
del análisis. Aborda lo fundamental para una sociedad,
para el gobierno, el sistema partidista, sistema incluyente que
derivará de ello la madurez política de una
nación. Entendida, sobre todo, que competitiva, exigente
de un mercado social y
no política. En la medida que exijamos a los Partidos, ya
sea mediante leyes respecto de
su organización y funcionamiento, se adecuen a
prácticas democráticas y valederas del sistema
democrático, reforzaremos la idea de eliminar el
clientelaje; y si persiste esta práctica se corre el
riesgo de que
ese partido desaparezca.
Sin embargo, es difícil de comprenderlo, porque
las organizaciones y funcionamiento de cada Partido es totalmente
autónomo y en este sentido ya estamos tocando un tema
ético, sobre el cual no existen normas ni leyes
que la regulen y dirijan.
Para Bartolini lo fundamental son las unidades
partidistas, de ellas se compondrá la validez o invalidez
del sistema de partidos; es decir, lo determinan. O, como
también lo plantea Bartolini, ligados al desarrollo
institucional democrático, base fundamental del sistema
político.
Es bien cierto lo referente a que todo partido nace y se
desarrolla directamente relacionado a una situación
histórica, es la situación histórica la que
determinará su programa y su horizonte
político.
Difícil de entender que a un partido se le pueda
llamar como tal si no nace motivado por un contexto
histórico; de lo contrario es sospechosa su
fundación como si obedeciera a condiciones externas del
acontecer nacional.
Es importante cuando dice que la naturaleza y
funcionamiento de un partido obedecen por una evolución
gradual de una sociedad que tiene un elevado nivel social,
religioso e ideológico. Esto es fundamental, puesto que
sociedades
intermedias, en pleno desarrollo o primitivas, en busca de una
identidad, no
podrán crear partidos sólidos y serios; apenas,
quizás, movimientos circunstanciales que desde ya se les
puede pronosticar de corta existencia. En la medida que avanza
una sociedad cultural, ideológicamente se podrá
diagnosticar la capacidad de cultivar instituciones
sólidas que luego las representarán.
Importancia de los Partidos
Políticos
Manuel Alcántara(1999, p. 117) afirma
que,
el funcionamiento de un sistema político
democrático requiere de unos partidos políticos
sólidos, estables y representativos, capaces de
interrelacionarse en una arena política altamente
conflictiva y cambiante de acuerdo a un conjunto de reglas
más o menos compartidas por todos ellos. Este ideal,
difícil de conseguir incluso en aquellas democracias
más consolidadas, resulta en la actualidad un reto en
los procesos latinoamericanos de consolidación
democrática.
Pero esta consolidación, lejos de afirmarse, en
los últimos tiempos ha sufrido un retroceso. Se afirma que
no se ha interpretado bien el papel de intermediación
entre la sociedad y el Estado, por ello los partidos
políticos entraron en crisis y descrédito,
prebendatarios y clientelaje, no dialogantes y autoritarios. En
una encuesta de la
Universidad de
Lima se afirma que el 80,9% de la población no
confía en los Partidos y se ubica en los últimos
lugares de poder levantarse.
Lo que podemos inferir, es que los partidos
políticos latinoamericanos están en la necesidad de
entrar en un proceso de reconstrucción organizativa e
ideológica, luego de sufrir las consecuencias de su propia
inoperancia y de gobiernos neoliberales con un claro matiz
autoritario. Esta reorganización está pasando por
reconocer los errores cometidos en la década pasada,
coludidos en casos de corrupción
graves, que hicieron que la población les perdiera la fe y
volteara los ojos a los nuevos partidos independientes, "terceras
fuerzas", aliados todos del nuevo sistema económico
mundial.
Se puede afirmar que los partidos en América
Latina han tenido presencia desde prácticamente la
emancipación del yugo español de
sus territorios. Los partidos han sido actores puntuales en la
región; sin embargo, América
Latina ha vivido largos periodos de autoritarismo, un
déficit democrático que se podría llamar
crónico. Cuando se asienta la democracia, los sistemas de
partidos no han podido articularse como elementos funcionales,
pareciera que vieran a la democracia como un oponente a sus
intereses, lo que delata que muchos partidos tenían o
guardaban prácticas autoritarias.
En democracia plena los partidos políticos no
pudieron desarrollarse y por el contrario entraron en crisis y
traicionaron muchos de sus postulados programáticos. No se
ha podido entender que la relación de partidos y
política lleva a integrar aspectos institucionales,
sociales, históricos.
En el Perú, este intento democrático de
1980, cuando se regresó a la democracia luego de 12
años de gobiernos militares, sufrió un serio
revés en la década de los noventa, con la
aparición de un gobernante autócrata que
aplicó un modelo no sólo excluyente socialmente,
denominado neoliberal, sino sobre todo y de la mano del modelo,
un sistema de gobierno autoritario, clientelista (aún
cuando el propio Presidente condeno la forma clientelar del
tarjetazo) es también sabido que sus afiliados engrosaron
el aparato estatal, que le garantizara el éxito
de sus reformas y planes gubernamentales. Cofopri, por ejemplo,
fue manejada y sustentada a libre albedrío por el anterior
régimen dictatorial para hacer clientelaje
político.
Es claro y alarmante reconocer que no existe
ningún paralelismo entre el dinero que
se invirtió y sus resultados, como se vio, además,
atentó contra el verdadero ordenamiento urbano que estaba
realizando las municipalidades.
Al respecto nos refiere el Congresista Pedro Morales
mansilla
(…) La dictadura
sustrajo a los gobiernos locales sus facultades constitucionales
de saneamiento físico legal de los predios de su
jurisdicción, planificación y ordenamiento urbano; y
creó una institución en la que, hasta nuestros
días, reinan el manejo político, los grandes
sueldos y cierta burocracia
ávida de "chambismo".
Recordemos también que los partidos
políticos no son solamente instituciones de
representación con practicas derivadas a lo
laboral , ella es sólo una de sus funciones negativas. Los
partidos tienen sobre todo, funciones de convocatoria, de
producción de proyectos o de
propuestas. de administración de gobierno o de
oposición constructiva, de agregación de demandas y
de canalización de conflictos, de
incorporación de la clase política para los puestos
del Estado o de la función pública. Pero esta no se
cumple actualmente o se trastocó por unas funciones de
interés de grupo, elite o personal, lo que condujo al
fracaso del régimen, del partido político y, por
ende, del gobernante, y por eso se habla de crisis de
representatividad como también de la función de
liderazgo.
Como se vio en el Perú, el partido de A.
Fujimori, Cambio 90, tenía una función de
liderazgo, en la medida en que se presentó como
independiente, alejado de los fracasos y corrupciones del pasado;
pero jamás tuvo una función de
intermediación con el pueblo. Las FFAA, tomado como
partido de gobierno, tenía la función de enlace, y
el parlamento interpretaba "a su manera" las necesidades del
pueblo, es decir cumplía la función de
intermediación. Por ello, cuando cayó el gobierno,
el partido jamás se hizo notar. LO mismo se podría
definir del Partido de Toledo, que elevado a la categoría
de conductor de la oposición para derribar al gobierno
fujimorista, proclamó igualmente un gobierno honesto,
tecnocrático y relanzador de la democracia, aún
cuando ya estamos finalizando su gobierno se espera el concurso
de todos sus miembros para verlos como tal, es decir un Partido
Político y no un mero movimiento crepuscular en la hora
final del gobierno fujimorista.
En tanto los Partidos políticos no afinen sus
planteamientos ideológicos y su organización
vertical, corren el riesgo de permanecer en latencia y de ser
postergados o negados como tal. En momentos que el país
corre el riesgo de no reconocer los valores
democráticos y de tener la conciencia que
los Partidos son parte de la historia, es deber
fundamental de cada uno de ellos reprogramas sus propuestas en
bien del sistema de partidos.
Otro rol es intentar y lograr sintonizar nuevamente con
amplios sectores de la población; pero este nueva
reconexión tiene que traer alternativas y tiene que
parecer realmente así, mas no tamizado sobre los viejos
valores.
Crear de forma permanente, sobre todo después de
los procesos electorales, la práctica del diálogo,
convenciones o seminarios con la gente, crear nuevos cuadros de
acorde a las nuevas prerrogativas que se avecinaron: como la
teconología, internet, preferencias
sexuales, etc., así se podrá establecer un
vínculo en ambos sentidos con un flujo permanente de
ideas.
Es fundamental la reconstrucción y puesta en
práctica del sistema de partidos, pues ella garantiza la
defensa, en primer lugar, del sistema democrático, de
la
organización de los sectores populares y de la vida
diaria del poblador. Es necesario que se perciba que en los
Partidos hay disponibilidad no sólo a atender sus
problemas, sobre todo a poder canalizarlos.
Los Partidos tienen el deber de formar opinión,
de crear valores y defenderlos; de esta forma se establece un
nexo permanente y se defiende a la población de
ideologías violentistas que sólo trajeron daño al
país.
Es necesario la implementación de una ley de partidos,
específicamente el distrito electoral múltiple. No
es posible que sectores con amplias capacidades de electores no
pueden tener un congresista que los represente. Por ejemplo,
Villa el Salvador o Comas
En todo sistema democrático se corre el riesgo de
que la población caiga ante las tentaciones de personajes
que dicen llamarse mesiánico o caudillos, y si esto ocurre
es porque el sistema de Partidos ha colapsado y no ha sabido
canalizar estas debilidades de su propio sistema. Para que ello
no ocurra el Estado y los partidos están en la
obligación de luchar contra la pobreza, la desigualdad
económica y social, porque son males sensibles al parecer
de la gente y caldo de cultivo para aventuras autoritarias,
golpistas, subversivas. La democracia, felizmente, tiene sus
propios mecanismos que los puede hacer frente y
vencerlos.
Lima, 31 de Mayo de 2005
1. Roncagliolo, Rafael "PARTIDOS Y OUTSIDERS". La
Republica, 2 de Junio del 2005.
2. Documentos del
CAEN, año 2003
– Rebagliatti, Raúl LOS PARTIDOS
POLÍTICOS
– Paez Warton, José PARTIDOS POLITICOS Y GRUPOS
DE PODER
– H. Markl , Peter
3. Escuela de
Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile,
PORQUÉ ESTÁN DESPRESTIGIADOS LOS PARTIDOS,
año 2002:
4. Rodríguez Alegre, Iván: VLADIMIRO
MONTESINOS Y EL PODER POLÍTICO EN EL MANDATO DE ALBERTO
FUJIMORI, año 2002
5. Alcántara, Manuel. 1999. SISTEMAS
POLÍTICOS DE AMÉRICA LATINA. Madrid,
Tecnos.
6. Bartolini, Stefano. 1988. PARTIDOS Y SISTEMAS DE
PARTIDOS, en Manual de
Ciencia
Política. Alianza Editorial. España.
7. Weber, Max. 1962. TIPOS DE DOMINACIÓN en
Economía y
Sociedad. Editorial Fondo de Cultura Económica.
Iván Rodríguez Alegre