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De cómo los Partidos Políticos acabaron siendo meras oficinas de clientelaje




Enviado por correorai



    1. Funciones de los Partidos
      Políticos
    2. Los Partidos se volvieron
      meras cajas de resonancia clientelista
    3. Conclusiones
    4. Bibliografía

    Introducción

    Se abordará en el presente trabajo no
    sólo la naturaleza
    histórica de los Partidos Políticos, también
    cómo ha ido trasmutando con el paso del tiempo y,
    sobre todo, cómo se conceptúa hoy en día,
    con el paso de la
    globalización y las nuevas concepciones que debemos
    aprender y aceptar. Ello ha influido directamente en las funciones
    orgánicas que debería tener o, como plantea el
    título, si la realidad circundante ha trazado un orden de
    cosas en que los partidos han tenido que someterse, en este punto
    estaríamos hablando de un quiebre o traición de
    principios.

    En este orden de cosas, se esboza un dicotomía
    que se pretenderá aclarar y no con ello, se advierte, no
    se podrá salvificar sus funciones tradicionales y
    actuales, pues también es como una madre que parió
    a hijos nada venerables. Recordemos que la tarea impuesta a todo
    Partido Político, es eminentemente doctrinaria y formadora
    de cuadros que tengan por misión
    primordial encontrar nuevas ventanas de solución a los
    problemas
    sociales y políticos.

    En la medida que un movimiento
    surja al calor
    electoral o coyuntural, está faltando al principio
    fundamental y está cayendo en la clandestinidad
    doctrinaria, de allí han surgido todo estos años
    pequeños movimientos que pretenden llamarse "partidos",
    sujetos básicamente a interese momentáneos o los
    que la globalización elige: vale decir, dar
    preferencia al aspecto económico del Estado por
    encima del político, lo que tradicionalmente no era
    así. Aquí encontramos a Partidos como Cambio 90, que
    mutó luego en Cambio 95 y, a su vez, en Perú 2000,
    Partido Perú Posible, Renovación Nacional,
    Convergencia Democrática, entre otros por citar a los
    más principales.

    Por así decirlo, las nuevas generaciones
    entienden que la inmediatez de la política trae
    también la aparición de estos actores dirigidos por
    líderes llamados outsiders, en consonancia que los viejos
    partidos tradicionales no trajeron más que pobreza y
    agravamiento de la situación social y junto a sus
    líderes son los causantes directos, por no decir
    promotores.

    Escapa al entendimiento común, que estos nuevos
    partidos y sus líderes obedecen preferentemente al papel
    exigido por el capital
    internacional, para así garantizar la aplicación
    del nuevo modelo,
    sobrevivirlo en el tiempo y en esta situación hablar de
    clientelaje es enteramente apropiado, dado que garantizará
    la supervivencia del mismo, como también hará
    entender que la vieja usanza de cómo se adoctrinaba a los
    militantes había traído verticalismo, nepotismo,
    tarjetazos.

    Pero es importante señalar, que con esta
    afirmación, no se está santificando las funciones
    de los partidos antiguos, llámese APRA, AP, PPC, IU, pues
    ellos también hicieron prácticas extensivas en el
    tiempo de clientelaje. Es un punto álgido en esta parte
    que estos segundos han tenido que "adecuarse" a los anteriores y
    ahora, parece uniformizada las prácticas por no decir
    legalizadas.

    En todo esto, la sociedad y la
    salud de la
    nación
    corre grave amenaza, porque no están preservando el orden
    e importancia que debiera tener la Democracia y
    uniéndola a estos males se podría afirmar que la
    democracia es, sobre todo, clientelaje, y si es así es
    fácilmente sustituible, como acaso quiso hacernos entender
    el señor Fujimori, en su periodo de gobierno harto
    cuestionado.

    En el presente trabajo, abordaremos la temática
    desde dos aspectos, que también se podría entender
    uno como consecuencia del otro, vale decir, veremos en primera
    instancia las funciones tradicionales que debe tener todo Partido
    que se precie de serlo y en un segundo alcance, nos ayudaremos de
    la opinión de varios intelectuales
    y definiremos si en verdad los Partidos trasmutaron hasta
    convertirse en simples aparatos de repercusión
    clientelista. Terminaremos señalando la importancia que
    tienen los Partidos Políticos, el sistema de
    Partidos y sus interacciones.

    1. Funciones de
    los Partidos Políticos

    En primera instancia debemos saber que todo Partido
    Político es una institución política
    organizada bajo ciertas directrices doctrinarias que, en el
    común de los pensamientos, tiene la finalidad de alcanzar
    y proponer ideas a la sociedad y al Estado para solucionar o
    coadyuvar a las necesidades imperantes de la población en su conjunto, inclusive que
    ésta debe trascender en el tiempo y aplicarse a toda
    realidad socicultural, como también de defender
    situaciones que atenten derechos sociales de
    diversos grupos. Siendo
    muy difícil determinar de manera justa un proceso
    político sin señalar adjuntamente la presencia
    determinante de un sistema de Partidos

    Es importante los Partidos, porque tienen presencia
    dominante en un proceso electoral como en todo el escenario que
    trasciende a esta.

    Pero para que se pueda cumplir esta directriz, es
    también vital que haya una mejor reclusión de la
    clase
    dirigente, no olvidemos que ésta maneja la información de manera consciente y
    educadora, porque sabe conducir, canalizar necesidades e
    intereses del pueblo, en una actitud serena
    de querer dar una perfomance al escenario y a las propuestas
    políticas, y más allá de eso,
    tiene la capacidad, el deber de limitar el poder, mucho
    más si ésta degenera en autoritarismo.

    Entendemos que los Partidos tienen participación
    directa, si no directriz en los asuntos sociales,
    prácticamente es fiel a ella o nace de ella para convivir
    de acuerdo a cánones.

    Raul Rebagliati nos manifiesta que (…) está
    inserto en lo social tan profundamente que no puede ser extirpado
    sin que la sociedad se disuelva.

    Pero, así como lo político mantiene
    agrupados a los hombres, la política los divide y los
    enfrenta en lucha. Esta disputa de poder lleva a organizar
    partidos, o sea agrupaciones que persiguen el ejercicio del
    gobierno. Su nombre proviene de la voz "parte" y está
    expresando que la opinión se divide en corrientes
    diversas.

    Los partidos tamizan las opiniones individuales de modo
    que resultan canalizadas en opiniones de grupos. Sólo
    así alcanzan a influir en la vida pública las
    tendencias y las ambiciones personales.

    Todo esto, tendiendo a que en el terreno propiamente
    dicho, es función
    esencial de todo movimiento la sensación, la
    práctica, la costumbre de implantar un equilibrio
    entre todos los poderes del Estado para que no se pueda
    transgredir sus funciones propias como tampoco se caiga en
    prácticas autoritarias o clientelistas que después
    van debilitar el sistema democrático como de partidos, tal
    como se vio en la década fujimorista y que, hasta la
    fecha, los Partidos no han podido recuperar su autonomía,
    su capacidad doctrinaria, sus planteamientos serios que, al
    parecer intentaron tenerlo en su fundación primaria,
    acarreando que tengamos Partidos pequeños, sin doctrina y
    manejados por el capital externo, característica que bien
    podría definirse con Perú Posible, Cambio 90 y que
    en la segunda parte del trabajo lo explicaremos.

    José Paez Warton nos refiere que

    Un segundo rol de los partidos políticos es
    precisamente organizar. Inicialmente atraer a sus filas a todos
    los que tienen intereses más o menos comunes a fin de
    organizarlos y luego orientar su conducta
    política, lo que implica, un proceso de
    adoctrinamiento.

    Sobre este afirmación Max Weber
    tiene conceptos igualmente críticos y diríase que
    más radicales en la medida que los afiliados deben
    someterse a intenciones y directrices del grupo que los
    encabeza, y coincide con Peter H. Markl en la medida un Partido
    tiene objetivo de
    ocupar cargos en el gobierno en una carrera electoral con
    organizaciones
    similares que va más allá y nos habla ya de los
    Partidos y su clientela

    Los partidos se orientan hacia una clientela de
    electores actuales o potenciales aunque la presencia de un
    electorado "flotante" sustancial puede variar según el
    sistema. El Partido y su clientela, e incluso sus miembros,
    en cierto sentido se utilizan mutuamente en beneficio de todos;
    esto contribuye al carácter abierto y multifaccionario de la
    mayor parte de los partidos. Por otra parte, algunos partidos
    muy unidos, como los totalitarios de izquierda o de derecha,
    suprimen las banderías.

    En suma diremos que todo Partido, tiene la finalidad de
    reclutar a miembros afines, seleccionarlos de acuerdo a intereses
    para diversos cargos en el gobierno, los mismos que deben generar
    programas
    políticos de gobierno, que a su vez debe controlar los
    órganos establecidos de gobierno, para poder satisfacer
    las demandas sociales y definir en común las creencias que
    en política se llama ideología, así mejor para
    movilizarlos y si es necesario contra organizarse ante
    oposiciones radicales.

    Es muy posible que todos estos alcances vistos no
    están siendo percibidos por la población, dado que
    hace mucho tiempo ya en la realidad peruana y latinoamericana los
    Partidos Políticos degeneraron en meras agencias de
    empleos, siendo lo meramente doctrinario e ideología una
    propuesta que deberá leerse sólo en los programas
    escritos. La población no percibe más que los
    Partidos sean tales y tomados comúnmente como salvadoras
    de falta de empleo.
    Nomás recordemos la infausta guerra
    antisubversiva, donde los Partidos Políticos
    experimentaron un resentimiento en sus programas, una retirada
    ideológica, una carencia de propuestas ante la violencia y
    esta ausencia fue tomada como que estaban deponiendo sus armas
    ideológicas por calificarse de irreales y,
    sospechosamente, callándose ante una propuesta
    violentista. Aún hoy vemos que ante la presencia de un
    nuevo Sendero Luminoso, los Partidos Políticos no
    diferencian su contenido y nuevamente callan ante la arremetida,
    esta vez silenciosa y estratégica del grupo
    terrorista.

    Estas pasividades hacen ver que no están
    preparados para interpretar debidamente la realidad social del
    Perú y prefieren reducirse a meros aparatos de
    búsqueda, canje y componenda laboral. Es
    importante recordar que su desprestigio se debe también a
    esto

    Finalmente, en atención a una mejor comprensión de
    lo que es realmente la concepción justa y cabal de los
    Partidos Políticos, se llega a la conclusión que en
    tanto éstos no logren superar sus problemas de
    sectarismo y anomia doctrinaria, a la par que las de
    reclusión o captación de sus elementos, recordemos
    que en Perú Posible por ejemplo, se tomó como una
    caseta de empleo y por ello organismos como el CNI, gozan de una
    inexistencia justificada y una ineficiencia galopante como
    lamentable, porque ha sido copado por personal sin la
    capacidad necesaria, los Partidos Políticos
    seguirán desprestigiados, y ello básicamente
    por:

    1. Pésima preparación de dirigentes y
    cuadros que agravan el sistema político

    2.- Baja adaptabilidad al cambio así como de
    poder interpretarla.

    3.- Complejidad actual de la
    representación

    4.- Marcada diferencia entre el escenario
    político y el real

    5.- Mayor libertad del
    ciudadano

    6.- Influencia medios
    comunicación

    7.- Renuencia a conducir las campañas
    electorales con transparencia.

    8.- Sectarismo y verticalidad en la estructura
    interna

    Todo esto nos lleva a tener que clasificar la presencia
    de los Partidos en una alta y baja institucionalidad. No se puede
    obstaculizar la idea de que los Partidos también
    están cambiando su manera de ser interpretados en la
    sociedad, de que los Partidos tradicionales no pueden ser
    más aquellos lugares de componendas partidarias como de
    manejos sectoriales. Es el capital internacional que azuza estas
    críticas, pero en el mismo Estados Unidos o
    en el seno del Partido Laborista Inglés,
    tenemos que su estructura lucha en cada proceso electoral interno
    por ser más democrático, más doctrinario,
    que la participación de los elementos sea
    mayor.

    Es sin duda el ideal pero es también un ideal de
    que nuestros partidos por más pequeños que sean, no
    pueden ser satanizados y querer convertirlos en meras cajas de
    resonancia externa o que defiendan propuestas neoliberales,
    todavía en experimentación.

    Caracterización de alta y baja
    Institucionalización Partidista

     

    ALTA INSTITUCIONALIDAD

    BAJA INSTITUCIONALIDAD

    Estabilidad de la competencia inter partidista

    Alta estabilidad.

    Partidos dominan escena por décadas. Baja
    volatilidad .

    Baja estabilidad.

    Partidos surgen y desaparecen.

    Alta volatilidad.

    Arraigo de los partidos

    Partidos tiene fuertes raíces.

    Ciudadanos votan por mismo partido

    Grupos de interés vinculados a algunos
    partidos

    Partidos con débiles
    raíces.

    Ciudadanos cambian preferencia partidista o votan
    en razón de candidatos.

    Grupos de interés vinculados a todos los
    partidos

    Legitimidad de los partidos y
    elecciones

    Alta legitimidad de partidos y
    elecciones.

    Ciudadanía considera a partidos necesarios
    y deseables.

    Importantes recursos

    Baja legitimidad (fuerte cuestionamiento) de
    partidos y elecciones.

    Solo minoría considera partidos necesarios
    y deseables.

    Organización partidista

    Normas democracia interna bien
    definidas.

    Lideres no opacan partidos .

    Escasos recursos

    Normas democracia interna indefinidas.

    Partidos son instrumentos de lideres.

    Es tarea del Presidente de la República, sobre
    todo, preferir el fortalecimiento de las instituciones
    democráticas, pues de ella dependerá el buen
    criterio de la gobernabilidad y de que realmente está
    funcionando la democracia; que su programa de
    gobierno sea coherente, oportuno y realista, ello le
    definirá claramente las prioridades a tener en cuenta, en
    un Estado ideal propender el crecimiento
    económico y la mejora social. Por si sola, la opinión
    pública verificará que el gobierno hace
    esfuerzos reales y conscientes para corregir los males
    endémicos y encauzarlos o reducirlos de manera firme y
    sostenida.

    Referente a los temas de la oposición, aún
    cuando sea muy crítica, y ello no debe alejarnos, es
    necesario que se proponga y mantengan un clima cordial,
    dando luces a nuevos alcances y perspectivas en los planes a
    concretarse.

    Esto es vivir en democracia. Se presume que no pueden
    vivir así los pueblos latinoamericanos, traducido en
    problemas de gobernabilidad, debido básicamente a las
    experiencias colonialistas que padecieron y en este sentido, es
    fundamental la aplicación de programas de alcances
    democráticos en cada una de las instituciones sociales y
    políticas del país.

    En suma, es un atraso social que los Partidos
    Políticos dejaron de serlo para convertirse en agentes de
    empleo, dejando de lado su concepción primigenia,
    doctrinaria, derivado básicamente por la crisis social
    y ante la cual fueron casi tan culpables como el propio Estado,
    con el agravante que ellos nunca supieron presentar propuestas
    ideológicas y políticas en el momento que el
    país lo requería, de ello se deriva o es
    consecuencia la aparición de nuevos Partidos con una
    ideología más inmediatista y negando toda doctrina
    con el alegato que los Partidos tradicionales aún cuando
    la tuvieron de nada les sirvió o, en muchos caso,
    sólo fue para confundir al pueblo y negarle su
    apoyo.

    Rafael Roncagliolo nos habla en su artículo
    "Partidos y Outsiders" refuerza esta idea en el sentido del
    desplazamiento por un monopolio
    político.

    (…) aunque tendemos a culpar principalmente a los
    partidos de la pobreza de
    nuestra vida política, la realidad es que dicha pobreza
    acompaña más bien al fenómeno de reemplazo
    de los partidos por las personalidades individuales (valga el
    neologismo), y, en particular, por los llamados
    outsiders.

    La  pobreza de la vida política coincide con
    este desplazamiento del protagonismo de los partidos. No solo
    en el Perú. En los cinco países andinos, los
    partidos han sido parcialmente desplazados del monopolio de la
    representación política, debido en parte a los
    cambios mediáticos en la cultura
    política y, también en parte,  a las reformas
    constitucionales y legales producidas en todos los países
    andinos, a partir de la constitución colombiana de 1991.

    2. Los Partidos
    se volvieron meras cajas de resonancia
    clientelista.

    Abordaremos en este segundo punto el trayecto que han
    tenido los Partidos, vale decir, cómo en poco tiempo
    entraron en un proceso de descomposición para aparecer
    después como sin ideología y sin propuestas serias,
    negando cada uno de ellos la importancia que deben tener, su rol
    dentro del sistema de partidos. Vladimir Arandia pone en claro
    que los Partidos actuales "han sido tomado por una élite
    que los acaparan" y cuando señalamos esto ya estamos
    hablando de una modalidad de crear las bases para conducir
    después al clientelaje electoral y también no
    electoral, puesto que esta seguirá manteniéndose
    como tal, en tanto haya nuevos partidarios y éstos tengan
    la necesidad de cumplimentar su deseo laboral; y más
    allá de esto sostener, luego, corruptelas a instancias no
    sólo económicas, sobre todo esperanzados en los
    beneficios diversos.

    (…) los partidos políticos, como instrumentos
    de participación política tan
    cohesionados a la noción misma de la democracia, han
    mutado tristemente de ser el sostén operador del sistema,
    a ser verdaderas logias sustentadoras de la
    corrupción en todas las instancias del
    Estado, y más lamentable aún, con la visión
    de perpetuarse en el poder con el simple propósito de
    acaparar los beneficios económicos y de otra índole
    que de ahí deriven, a favor de los grupos de élite
    que los acaparan. (…) Esto significa en consecuencia la
    vigencia de una democracia muy elemental, cuya condición
    se subordina solamente a dichos procesos
    electorales, que además están viciados de
    monopolismo partidario, prebendalismo, engaño,

    fraude etc.; los demás parámetros
    para medir su evolución, es decir la
    justicia social, la
    igualdad económica, la participación ciudadana, etc., pasan a ser
    características totalmente ausentes de nuestra
    realidad.

    Aún cuando este artículo fue escrito en
    Bolivia y para
    una realidad local, en momentos que la democracia que llama
    elemental está sufriendo un desengaño
    mayúsculo con las consecuencias sabidas, es totalmente
    aplicable a nuestra realidad nacional y latinoamericana,
    revelando que la crisis a afectado casi por igual a todo el sub
    continente, y no escapa a querer mantenerse en la misma
    situación. En el siguiente acápite se señala
    como los Partidos siempre han mantenido esta
    característica clientelista y hasta patronal.

    Los Partidos Políticos

    Max Weber (1962 p.
    228-229) nos habla con mayor claridad de lo que son los partidos
    y sus formas de "socialización" bajo un reclutamiento
    libre destinado a proporcionar poder a sus dirigentes para
    otorgar a sus miembros determinadas probabilidades materiales,
    efímeras o con una cierta duración. Weber afirma
    que la orientación de los partidos puede inclinarse hacia
    intereses personales y a éste tipo los llama "partidos de
    patronaje".

    Prácticamente pueden dirigirse, oficialmente o
    de hecho, de un modo exclusivo al logro del poder y la
    ocupación de los puestos administrativos en beneficio de
    sus propios cuadros (…)

    El partido está en manos de los dirigentes y de
    un estado mayor, al lado de los cuales aparecen los miembros
    activos, la
    mayor parte de las veces sólo como aclamantes y en
    ciertas circunstancias como instancias de control, de
    amonestación, de decisión, de discusión
    (…) las masas no activamente asociadas (de electores y
    votantes) sólo son objetos de solicitación en
    épocas de elección o votación
    ("simpatizantes"); y la opinión de los mismos
    sólo interesa como medio de orientación para
    el trabajo
    de reclutamiento del cuadro dirigente en los casos
    de lucha efectiva por el poder (…)

    El realismo es
    devastador y desde las primeras líneas del párrafo
    los señala como beneficiarios de una serie de prebendas;
    exclusivamente a ese fin y no a otro, como por ejemplo, la
    preparación de cuadros nuevos o una doctrina que innove la
    línea partidaria.

    Prácticamente nos da a entender que los Partidos
    son una oficina con
    carácter de lucro o de beneficio político, casi
    desesperados en la obtención de cuadros administrativos.
    No es difícil entender que también ello, luego,
    llevará a que los funcionarios se sirvan de esos puestos
    burocráticos para poder enriquecerse a costa del
    Estado.

    Max weber, utiliza un término duro como realista,
    puesto que idealmente se entiende a los partidos como instancias
    de preparación doctrinal de nuevos cuadros de
    jóvenes; pero a la luz de los hechos
    que significaron el fracaso de los Partidos Políticos, se
    interpreta que los "programas" partidarios son una forma de
    reclutamiento, dispuesta a emplear todos los medios necesarios
    para el logro del poder". Cuando pone reclutamiento nos
    podría estar sugiriendo como una instancia militar, en la
    cual el Jefe y su grupo de élite maneja y manipula a sus
    reclutados como mejor convenga a sus intereses y no
    rendirán cuentas de sus
    actos. Es más, cualquier acto de cuestionamiento se
    castigará con la expulsión del partido u oficina de
    clientelaje.

    Esta concepción de un partido, se acerca
    más o es más clara para definir a los partidos
    nuevos, creados a partir de la década del 90, al calor de
    una nueva concepción de la política donde el
    Ejecutivo debe someterse al poder económico y éste
    más que el bienestar social. Partidos con meros intereses
    electoreros, de sospechosa aparición y muy ligados a
    capitales o intereses extranjeros.

    En el Perú, Cambio 90 y Perú
    Posible detentan esta línea que señala Weber. Que
    consideraba a sus miembros activos como simples aclamantes de una
    situación particular y momentánea. Luego de la
    salida de Fujimori del poder, Cambio 90 desapareció
    funcionaria y electoralmente, donde las masas electorales o
    inscritas, se consideraban sólo como objetos de voto y no
    más allá, como por ejemplo creadores o
    participantes del programa de gobierno, o mejor aún: una
    doctrina política novedosa; han desaparecido tanto como
    sus fundadores; no es tampoco imposible entender que la
    opinión de los reclutados es menos que interesante o
    útil. Es posible que Perú posible pasará
    también por la misma suerte.

    A continuación Stefano Bartolini (1988 p. 238)
    afirma en base al texto
    de

    Max Weber, que los partidos están inspirados por
    una intuición del mundo, por principios abstractos. La
    financiación del partido nos hace comprender la naturaleza
    del mismo. Si los candidatos soportan los gastos
    electorales, es una plutocracia; pero si los fondos provienen de
    benefactores o grupos económicos, éstos van a tener
    intereses específicos y obedientes a aquellos
    mecenas.

    El primer tipo de partido está caracterizado
    por un personal político básicamente de notables,
    que, en base a su propia posición económica
    autónoma, se dedica a la actividad política en un
    cierto sentido como actividad situación de
    competición electoral restringida. secundaria y de
    aficionado. Los miembros de este tipo de partido se
    reúnen sólo periódicamente con vistas a
    las elecciones para preparar las listas electorales y la
    campaña. Por lo tanto, el partido está organizado
    estructuralmente en base a comités electorales y la
    relación entre éste y los restringidos grupos de
    electores no se basa en mecanismos de delegación sino de
    confianza hacia el que la concibe del mismo modo. Dicha forma
    de partido se ve constreñida, por la extensión
    del sufragio y
    por el desarrollo
    de la política de masas, a modificar su naturaleza en
    referencia también a nuevos adversarios como los
    partidos de masas. Estos últimos están
    caracterizados por una organización fuerte y diferenciada que
    produce un personal político profesional y a tiempo
    completo, que extrae su propio mantenimiento de la propia política
    (…)

    Interpretando a Weber los partidos tradicionales, en
    Latinoamérica, a partir de la crisis de
    1930, tuvieron que reestructurarse y muchos se inspiraron a
    partir de una nueva intuición del mundo, con un
    carácter marcadamente ideológico y, por el
    contrario, los partidos modernos o llamados "terceras fuerzas",
    que más tienen un interés momentáneo y no
    están inspirados por una intuición del mundo, sino
    por una intuición electoral, de los beneficios o prebendas
    económicas que puede surtir el Estado o
    las elites que la acompañan o las empresas con las
    que el Estado pueda trabajar y hacer negocios, que
    se podría señalar sin temor a equivocaciones que es
    el paso siguiente después de declarar las oficinas de
    "adoctrinamiento" como de reservas de empleos.

    Sistema de Partidos

    Ante este mal, nos hemos olvidado que un sistema de
    Partidos es una alternativa poderosa para acallar costumbres
    insanas y económicas. Por años, y como un
    entendimiento endémico difícil de cambiar, hemos
    aprendido a comprender que el sistema de partidos no es
    más que la suma de todos los partidos de una nación
    que compiten electoralmente y alguno de ellos llega al poder,
    pero no hemos comprendido que este sistema es vital, es un
    organismo pensante y vivo que va a articular y medir el pensar
    nacional y está en la capacidad de interpretar y sugerir
    mejorar adicionales en la política.

    Stefano Bartolini (1988 p. 218-219) .

    lo define como el resultado de las interacciones entre
    las unidades partidistas que lo componen; más
    concretamente es el resultado de las interacciones que resultan
    de la competición político-electoral (…) se
    caracteriza por una serie de propiedades autónomas que
    no son típicas o propias de que "el sistema de partidos
    se caracteriza por una serie de unidades partidistas tomadas
    aisladamente (…) no es la suma de partidos que la componen,
    sino algo más complejo que requiere un análisis autónomo (…)
    está determinado por la naturaleza de los partidos que
    lo componen, al mismo tiempo el modelo de interacción típica del sistema
    influye en la naturaleza y el compartimiento de sus unidades
    particulares (…) Un partido como unidad individual
    está siempre dentro de un sistema que le es
    preexistente.

    Bartolini enfatiza que lo que hace vivo un sistema de
    partidos es la interacción competitiva que se genera en
    cada uno de ellos. Una interacción que no solamente se ve
    en tiempos electorales; sino sobre todo en la convivencia
    democrática del día a día. Es en este
    momento cuando un partido o el sistema de partidos debe jugar un
    papel protagónico, al acercar al gobierno o proponer
    planes alternativos de gobierno, como también la
    fiscalización de los actos públicos, vale decir es
    un conjunto de interacciones competitivas entre partidos, para lo
    cual es necesario establecer cuáles son los distintos
    modelos de
    interacción y las características que lo
    identifican.

    En aquellos sistemas donde la
    presencia o libertad política es nula o controlada, como
    se vio en el caso peruano, propia de los sistemas autoritarios,
    es claro entender que no puede existir un sistema de partidos
    funcional, porque el propio gobierno se encarga de
    desprestigiarlos, ahondando los males por los que pasaron, la
    crisis que les tocó afrontar y padecer.

    El gobierno de Fujimori tenía la intención
    de demostrar que los partidos están ahí, pero no
    tienen una interacción de la que se habló en el
    párrafo anterior, o peor aún, una serie de partidos
    controlados y de aparición reciente que bailan o se mueven
    al compás de los dictados de gobierno, llamados "partidos
    independientes" o "las terceras fuerzas".

    Precisamente durante los periodos dictatoriales, surgen
    una serie de partidos o micropartidos que sólo
    están ahí para justificar la libertad
    política y mostrarse al capital internacional como
    defensor y propulsor de la democracia y dado que no tienen
    acción
    programática confiable se cae fácilmente en
    convertirse en jefes de una organización mancomunada y
    eficiente para introducir flujos de presión o
    mecanismos que viertan su fuerza en la
    captación de gente y dinero que
    inviertan los roles para los cuales fueron nombrados. A no ser
    que, por ejemplo, en el presente gobierno ya se sabía que
    desde las oficinas del Partido Perú Posible, especialmente
    a cargo de una hermana del Presidente: Margarita Toledo se
    acondicionaban hojas de vida de sus militantes para introducirlos
    en el aparato estatal o el politizado programa de
    Pro-Perú, que mediante subsidios de 100 soles mensuales a
    los más pobres entre los pobres se pretende establecer una
    suerte de clientelaje tardío a menos de un año de
    la finalización del mandato..

    Regresando a Bartolini, se debe destacar la importancia
    del análisis. Aborda lo fundamental para una sociedad,
    para el gobierno, el sistema partidista, sistema incluyente que
    derivará de ello la madurez política de una
    nación. Entendida, sobre todo, que competitiva, exigente
    de un mercado social y
    no política. En la medida que exijamos a los Partidos, ya
    sea mediante leyes respecto de
    su organización y funcionamiento, se adecuen a
    prácticas democráticas y valederas del sistema
    democrático, reforzaremos la idea de eliminar el
    clientelaje; y si persiste esta práctica se corre el
    riesgo de que
    ese partido desaparezca.

    Sin embargo, es difícil de comprenderlo, porque
    las organizaciones y funcionamiento de cada Partido es totalmente
    autónomo y en este sentido ya estamos tocando un tema
    ético, sobre el cual no existen normas ni leyes
    que la regulen y dirijan.

    Para Bartolini lo fundamental son las unidades
    partidistas, de ellas se compondrá la validez o invalidez
    del sistema de partidos; es decir, lo determinan. O, como
    también lo plantea Bartolini, ligados al desarrollo
    institucional democrático, base fundamental del sistema
    político.

    Es bien cierto lo referente a que todo partido nace y se
    desarrolla directamente relacionado a una situación
    histórica, es la situación histórica la que
    determinará su programa y su horizonte
    político.

    Difícil de entender que a un partido se le pueda
    llamar como tal si no nace motivado por un contexto
    histórico; de lo contrario es sospechosa su
    fundación como si obedeciera a condiciones externas del
    acontecer nacional.

    Es importante cuando dice que la naturaleza y
    funcionamiento de un partido obedecen por una evolución
    gradual de una sociedad que tiene un elevado nivel social,
    religioso e ideológico. Esto es fundamental, puesto que
    sociedades
    intermedias, en pleno desarrollo o primitivas, en busca de una
    identidad, no
    podrán crear partidos sólidos y serios; apenas,
    quizás, movimientos circunstanciales que desde ya se les
    puede pronosticar de corta existencia. En la medida que avanza
    una sociedad cultural, ideológicamente se podrá
    diagnosticar la capacidad de cultivar instituciones
    sólidas que luego las representarán.

    Importancia de los Partidos
    Políticos

    Manuel Alcántara(1999, p. 117) afirma
    que,

    el funcionamiento de un sistema político
    democrático requiere de unos partidos políticos
    sólidos, estables y representativos, capaces de
    interrelacionarse en una arena política altamente
    conflictiva y cambiante de acuerdo a un conjunto de reglas
    más o menos compartidas por todos ellos. Este ideal,
    difícil de conseguir incluso en aquellas democracias
    más consolidadas, resulta en la actualidad un reto en
    los procesos latinoamericanos de consolidación
    democrática.

    Pero esta consolidación, lejos de afirmarse, en
    los últimos tiempos ha sufrido un retroceso. Se afirma que
    no se ha interpretado bien el papel de intermediación
    entre la sociedad y el Estado, por ello los partidos
    políticos entraron en crisis y descrédito,
    prebendatarios y clientelaje, no dialogantes y autoritarios. En
    una encuesta de la
    Universidad de
    Lima se afirma que el 80,9% de la población no
    confía en los Partidos y se ubica en los últimos
    lugares de poder levantarse.

    Lo que podemos inferir, es que los partidos
    políticos latinoamericanos están en la necesidad de
    entrar en un proceso de reconstrucción organizativa e
    ideológica, luego de sufrir las consecuencias de su propia
    inoperancia y de gobiernos neoliberales con un claro matiz
    autoritario. Esta reorganización está pasando por
    reconocer los errores cometidos en la década pasada,
    coludidos en casos de corrupción
    graves, que hicieron que la población les perdiera la fe y
    volteara los ojos a los nuevos partidos independientes, "terceras
    fuerzas", aliados todos del nuevo sistema económico
    mundial.

    Se puede afirmar que los partidos en América
    Latina han tenido presencia desde prácticamente la
    emancipación del yugo español de
    sus territorios. Los partidos han sido actores puntuales en la
    región; sin embargo, América
    Latina ha vivido largos periodos de autoritarismo, un
    déficit democrático que se podría llamar
    crónico. Cuando se asienta la democracia, los sistemas de
    partidos no han podido articularse como elementos funcionales,
    pareciera que vieran a la democracia como un oponente a sus
    intereses, lo que delata que muchos partidos tenían o
    guardaban prácticas autoritarias.

    En democracia plena los partidos políticos no
    pudieron desarrollarse y por el contrario entraron en crisis y
    traicionaron muchos de sus postulados programáticos. No se
    ha podido entender que la relación de partidos y
    política lleva a integrar aspectos institucionales,
    sociales, históricos.

    En el Perú, este intento democrático de
    1980, cuando se regresó a la democracia luego de 12
    años de gobiernos militares, sufrió un serio
    revés en la década de los noventa, con la
    aparición de un gobernante autócrata que
    aplicó un modelo no sólo excluyente socialmente,
    denominado neoliberal, sino sobre todo y de la mano del modelo,
    un sistema de gobierno autoritario, clientelista (aún
    cuando el propio Presidente condeno la forma clientelar del
    tarjetazo) es también sabido que sus afiliados engrosaron
    el aparato estatal, que le garantizara el éxito
    de sus reformas y planes gubernamentales. Cofopri, por ejemplo,
    fue manejada y sustentada a libre albedrío por el anterior
    régimen dictatorial para hacer clientelaje
    político.

    Es claro y alarmante reconocer que no existe
    ningún paralelismo entre el dinero que
    se invirtió y sus resultados, como se vio, además,
    atentó contra el verdadero ordenamiento urbano que estaba
    realizando las municipalidades.

    Al respecto nos refiere el Congresista Pedro Morales
    mansilla

    (…) La dictadura
    sustrajo a los gobiernos locales sus facultades constitucionales
    de saneamiento físico legal de los predios de su
    jurisdicción, planificación y ordenamiento urbano; y
    creó una institución en la que, hasta nuestros
    días, reinan el manejo político, los grandes
    sueldos y cierta burocracia
    ávida de "chambismo".

    Recordemos también que los partidos
    políticos no son solamente instituciones de
    representación con practicas derivadas a lo
    laboral , ella es sólo una de sus funciones negativas. Los
    partidos tienen sobre todo, funciones de convocatoria, de
    producción de proyectos o de
    propuestas. de administración de gobierno o de
    oposición constructiva, de agregación de demandas y
    de canalización de conflictos, de
    incorporación de la clase política para los puestos
    del Estado o de la función pública. Pero esta no se
    cumple actualmente o se trastocó por unas funciones de
    interés de grupo, elite o personal, lo que condujo al
    fracaso del régimen, del partido político y, por
    ende, del gobernante, y por eso se habla de crisis de
    representatividad como también de la función de
    liderazgo.

    Como se vio en el Perú, el partido de A.
    Fujimori, Cambio 90, tenía una función de
    liderazgo, en la medida en que se presentó como
    independiente, alejado de los fracasos y corrupciones del pasado;
    pero jamás tuvo una función de
    intermediación con el pueblo. Las FFAA, tomado como
    partido de gobierno, tenía la función de enlace, y
    el parlamento interpretaba "a su manera" las necesidades del
    pueblo, es decir cumplía la función de
    intermediación. Por ello, cuando cayó el gobierno,
    el partido jamás se hizo notar. LO mismo se podría
    definir del Partido de Toledo, que elevado a la categoría
    de conductor de la oposición para derribar al gobierno
    fujimorista, proclamó igualmente un gobierno honesto,
    tecnocrático y relanzador de la democracia, aún
    cuando ya estamos finalizando su gobierno se espera el concurso
    de todos sus miembros para verlos como tal, es decir un Partido
    Político y no un mero movimiento crepuscular en la hora
    final del gobierno fujimorista.

    Conclusiones:

    En tanto los Partidos políticos no afinen sus
    planteamientos ideológicos y su organización
    vertical, corren el riesgo de permanecer en latencia y de ser
    postergados o negados como tal. En momentos que el país
    corre el riesgo de no reconocer los valores
    democráticos y de tener la conciencia que
    los Partidos son parte de la historia, es deber
    fundamental de cada uno de ellos reprogramas sus propuestas en
    bien del sistema de partidos.

    Otro rol es intentar y lograr sintonizar nuevamente con
    amplios sectores de la población; pero este nueva
    reconexión tiene que traer alternativas y tiene que
    parecer realmente así, mas no tamizado sobre los viejos
    valores.

    Crear de forma permanente, sobre todo después de
    los procesos electorales, la práctica del diálogo,
    convenciones o seminarios con la gente, crear nuevos cuadros de
    acorde a las nuevas prerrogativas que se avecinaron: como la
    teconología, internet, preferencias
    sexuales, etc., así se podrá establecer un
    vínculo en ambos sentidos con un flujo permanente de
    ideas.

    Es fundamental la reconstrucción y puesta en
    práctica del sistema de partidos, pues ella garantiza la
    defensa, en primer lugar, del sistema democrático, de
    la
    organización de los sectores populares y de la vida
    diaria del poblador. Es necesario que se perciba que en los
    Partidos hay disponibilidad no sólo a atender sus
    problemas, sobre todo a poder canalizarlos.

    Los Partidos tienen el deber de formar opinión,
    de crear valores y defenderlos; de esta forma se establece un
    nexo permanente y se defiende a la población de
    ideologías violentistas que sólo trajeron daño al
    país.

    Es necesario la implementación de una ley de partidos,
    específicamente el distrito electoral múltiple. No
    es posible que sectores con amplias capacidades de electores no
    pueden tener un congresista que los represente. Por ejemplo,
    Villa el Salvador o Comas

    En todo sistema democrático se corre el riesgo de
    que la población caiga ante las tentaciones de personajes
    que dicen llamarse mesiánico o caudillos, y si esto ocurre
    es porque el sistema de Partidos ha colapsado y no ha sabido
    canalizar estas debilidades de su propio sistema. Para que ello
    no ocurra el Estado y los partidos están en la
    obligación de luchar contra la pobreza, la desigualdad
    económica y social, porque son males sensibles al parecer
    de la gente y caldo de cultivo para aventuras autoritarias,
    golpistas, subversivas. La democracia, felizmente, tiene sus
    propios mecanismos que los puede hacer frente y
    vencerlos.

    Lima, 31 de Mayo de 2005

    Bibliografía.

    1. Roncagliolo, Rafael "PARTIDOS Y OUTSIDERS". La
    Republica, 2 de Junio del 2005.

    2. Documentos del
    CAEN, año 2003

    – Rebagliatti, Raúl LOS PARTIDOS
    POLÍTICOS

    – Paez Warton, José PARTIDOS POLITICOS Y GRUPOS
    DE PODER

    – H. Markl , Peter

    3. Escuela de
    Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile,
    PORQUÉ ESTÁN DESPRESTIGIADOS LOS PARTIDOS,
    año 2002:

    4. Rodríguez Alegre, Iván: VLADIMIRO
    MONTESINOS Y EL PODER POLÍTICO EN EL MANDATO DE ALBERTO
    FUJIMORI, año 2002

    5. Alcántara, Manuel. 1999. SISTEMAS
    POLÍTICOS DE AMÉRICA LATINA. Madrid,
    Tecnos.

    6. Bartolini, Stefano. 1988. PARTIDOS Y SISTEMAS DE
    PARTIDOS, en Manual de
    Ciencia
    Política. Alianza Editorial. España.

    7. Weber, Max. 1962. TIPOS DE DOMINACIÓN en
    Economía y
    Sociedad. Editorial Fondo de Cultura Económica.

    Iván Rodríguez Alegre

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