1.La ética
como constante humana
2.La ética como
disciplina filosófica
4.Universalidad y
relatividad de la ética
6.
1.La ética como
constante humana
La especie humana está conformada por individuos
que, por ser seres sociales, han vivido y actuado siempre en
grupo. Desde
los inicios de la humanidad, las actividades fundamentales como
la búsqueda de alimentos para
sobrevivir, la construcción de refugios para guarecerse o
la invención de artefactos e instrumentos, requirió
la cooperación inteligente y el esfuerzo compartido de los
individuos. Esa actividad grupal cada vez más compleja
generó la necesidad de organizarse socialmente para
garantizar la participación más productiva en aras
del objetivo de la
sobrevivencia. Y la
organización social condujo necesariamente a
establecer mecanismos de control y de
sanción dirigidos a regular el comportamiento
colectivo.
Todo grupo social posee normas (lat.
nomos) que regulan la conducta de sus
integrantes y mantienen las formas de conducta dentro de ciertos
límites. El mero hecho de vivir en comunidad supone
que los seres humanos comparten esquemas valorativos de la
sociedad a la
cual pertenecen.
Cada individuo se
enfrenta a la necesidad de adaptarse a la vida social y respetar
las normas de la misma, lo cual supone cumplir con una serie de
deberes y obligaciones a
la vez que poseer un conjunto de derechos y privilegios . Las
actitudes y
comportamientos de los individuos están orientados por las
normas, ideales y valores
generales de su grupo social. Estas normas, ideales y valores
rigen determinadas pautas generales de comportamiento y
expectativas que tienen relación con la tradición
del grupo social. Este proceso se
interioriza en la conciencia del
individuo de manera imperceptible.
Puesto que toda sociedad está interesada en
preservar su existencia y desenvolvimiento regular, demanda de los
individuos una conciencia ética de manera que cada
individuo actúe como se espera que lo haga. Es así
como la ética adquiere importancia en la dinámica social.
2.La ética como
disciplina
filosófica
La ética, conjuntamente con la estética, constituye el fundamento de la
axiología o ciencia de
los valores.
Se define la ética como una disciplina de la
filosofía que estudia el "deber ser" del comportamiento
humano. La ética se ocupa de normar lo que los
individuos deben hacer en su interacción social; es decir, indica
qué es "lo bueno" y "lo malo" de las acciones
humanas. Es objeto de la ética estudiar el carácter general de las normas de conducta
y de las elecciones morales concretas que el individuo hace en su
relación con los demás.
¿Cuál es el origen etimológico de
la palabra ética? La palabra ética deriva de ethos
que significa costumbre cuya expresión en latín es
mos, y en plural, mores. De este último vocablo derivan
las palabras moral y
moralidad.
Así, desde el punto de vista etimológico, la
ética consiste en el estudio de las costumbres
humanas.
Las costumbres incluyen, por una parte, lo relativo a
prácticas comunes o convenciones sociales que definen el
carácter de un grupo o nación,
por ejemplo, el modo de saludar, la manera de vestir, las normas
sociales, la etiqueta, las normas de cortesía. Tales
costumbres varían de una región a otra, de una
época a otra y pueden ser cambiadas por la
sociedad.
Pero, además, las costumbres involucran otro tipo
de prácticas más trascendentales que reflejan el
carácter o modo de ser de las personas; por ejemplo,
actitud ante
los padres y maestros, respeto a la
honestidad,
valoración de la libertad,
respeto a las leyes y a los
derechos
humanos, las cuales se relacionan con la naturaleza
social y la esencia espiritual del ser humano. De este tipo de
costumbres referidas al aspecto moral trata la
ética.
El carácter intangible de la ética
constituye objeto de discusión para los estudiosos del
tema. ¿Tiene la ética validez científica? La
ética se expresa a través de juicios de valor, los
cuales pueden ser calificados como posturas subjetivas y simples
expresiones de preferencias personales. Por ello, desde la
óptica
de perspectivas "clásicas " de investigación, todo estudio
científico basado en juicios valorativos podría ser
objetado y pondría en entredicho la validez
científica de la ética al considerar que "la
ética es un conocimiento
muy impreciso, de verificación más que incierta."
(Camps, 1991, p. VIII)
Por naturaleza, el ser humano emite juicios de valor con
relación a sí mismo y a los demás. Por medio
de sus juicios, cataloga lo que está bien y lo que
está mal en la conducta de los individuos, a la vez que
expresa lo que se debería hacer; todo ello en un contexto
determinado. Ante esta realidad, la filosofía plantea, a
través de la ética, el estudio del comportamiento
humano en términos de lo bueno y lo malo, de lo que debe y
lo que no debe ser. En otras palabras, la ética se
interesa en lo que el individuo hace, sólo para referirse
a lo que debería hacer. Así, el asunto del deber
ser constituye la característica que define y distingue a
la ética de otras disciplinas.
A la filosofía le interesa investigar acerca de
cómo se manifiestan los juicios de valor y qué
significado se le otorga a los mismos en el contexto social. La
importancia científica de la ética trasciende los
límites filosóficos y se proyecta en todos los
planos y dimensiones del quehacer humano: educativo, social,
cultural, económico, político. La duda acerca de
qué debemos entender por justicia,
violencia,
libertad o igualdad,
dependerá de cómo los individuos interpretan el
significado de tales conceptos o ideas en su respectivo entorno.
La subjetividad de tales abstracciones implica múltiples
interpretaciones y significados. Pero, en todo caso, y desde la
óptica cualitativa, es evidente la validez
científica de la ética como ciencia eminentemente
práctica.
Al conocimiento ético se le atribuye un
carácter "imaginativo y no totalmente racional". Desde el
siglo V A.C., el filósofo griego Demócrito
consideró que "el libre albedrío es una
ilusión". Muchos siglos después, Spinoza (Siglo
XVII) reitera que las valoraciones morales son "productos de
la imaginación". Hume (siglo XVIII), en su obra Tratado
sobre el entendimiento humano, afirmó que "la moral y la
crítica
no son tan propiamente objetos de la comprensión como del
gusto y el sentimiento", son "sofismo e ilusión", todo lo
contrario a "hecho y existencia". Schopenhauer
(siglo XVIII) escribió sobre
El mundo como voluntad y como imaginación. Hoy,
la discusión acerca del carácter imaginativo o
racional de la ética parece seguir vigente. "La
ambición de convertir el saber ético en un saber
racional, conocedor de las 'causas de las cosas',
significaría no sólo la solución definitiva
de todas nuestras discordancias valorativas, sino el fin de la
ética misma. No haría falta juzgar los
comportamientos porque la ciencia ya
sería capaz de explicarlos y, así, legitimarlos. La
imaginación habría sido sustituida por la
razón… por fortuna, la ética nunca podrá
prescindir de la imaginación…" (Camps, 1991, p. X).
¿Cómo se manifiesta en la práctica la
imaginación ética? ¿Varía dependiendo
de las circunstancias?
¿Qué relación tiene la ética
con las distintas actividades y disciplinas que desarrolla el
individuo? Toda acción
humana está imbuida de principios
éticos, independientemente del rol que desempeñe la
persona (hijo,
padre, maestro, médico, policía, juez, obrero o
presidente).
Considerando su objeto de estudio, la ética se
relaciona, en primera instancia, con las demás ramas de la
filosofía, de la cual forma parte: la metafísica
(estudio de la realidad, la existencia del mundo y del ser
humano), la epistemología (estudio de la verdad y del
conocimiento) y la axiología (estudio de los valores).
Además, la ética tiene estrecha relación con
otras ciencias
sociales. Por ejemplo, al vincularse con la antropología, ciencia que estudia el origen
de las culturas y la evolución de las costumbres humanas, la
ética se interesa por sus aportes en cuanto a las
costumbres de las diferentes culturas y estudia el valor moral de
las mismas.
En conexión con la sociología, la cual se ocupa de estudiar la
sociedad, las formas de organización y las relaciones entre
grupos, la
ética tiene interés en
cómo debería ser la vida social y cómo
tendrían que funcionar las instituciones
sociales con relación a los deberes y derechos humanos. En
el campo de la psicología, ciencia
que estudia la conducta del ser humano, la ética
profundiza en el deber ser del comportamiento de las
personas.
La terminología actual distingue entre
ética y metaética (del gr. meta , más
allá, después de). El planteamiento surge de la
distinción entre el carácter práctico de la
ética y los principios que la fundamentan.
Así, se distingue la ética normativa, el
conjunto de normas que rige la vida moral, y la
metaética, el análisis crítico de conceptos,
juicios, procesos y
procedimientos
que emplea la ética. "La metaética es la
reflexión de la propia ética sobre sí misma,
en la que, yendo más allá de sí misma y
volviéndose para obtener una visión crítica
de sí misma, la ética juzga su propio valor como
ciencia." (Fagothey, 1998, p. 4). Es decir, la ética se
hace "introspectiva" y "autoconsciente", con miras a determinar
cuán ética es la propia ética. En este
sentido, la metaética se ocupa de la lógica
y del lenguaje, de
las actitudes y las conductas valorativas, ya que éstos
son los medios y las
formas a través de los cuales se expresa el
conocimiento ético.
En la discusión sobre metaética se hace
relación entre el juicio normativo y el acto generado o
justificado por aquél. El interés parece ser
otorgar legitimidad a la práctica humana. Esta
búsqueda se contrapone a la certidumbre que
fundamentó las disciplinas prescriptivas, cuyo
interés no suponía establecer los límites de
la verdad y la falsedad, sino tratar de justificar racionalmente
los principios morales últimos.
El meollo de la cuestión metaética,
según Capriles (1989, p. 311), parece radicar en las
implicaciones del acto ético a partir de la norma
singular, y como nadie parece encontrar el puente entre el 'ser'
y el 'deber ser', dos niveles de predicación diferentes,
el tema de discusión parece abierto. Para algunos
críticos, la metaética está siendo empleada
para invalidar toda ética normativa. ¿Se adscribe
la metaética en una dimensión no normativa,
puramente intimista y basada en la autonomía? Este
interrogante conduce a reflexionar acerca del compromiso del ser
humano con sus acciones y los efectos de éstas.
4.Universalidad y relatividad de
la ética
¿Son universales los principios éticos?
Una de las discusiones que ha estado
presente desde la época presocrática ha sido la
relativa a la universalidad de la ética; esto es, acerca
de su carácter general, su aplicabilidad a todas las
circunstancias y su validez en todos los ámbitos o
contextos. Tal discusión se inicia cuando Gorgias
afirmó que la moral es puramente circunstancial, un
producto de
las circunstancias y varía según la
condición del agente: la acción que en un hombre puede
ser moral, podría ser considerada inmoral en una mujer o en un
niño. La virtud varía según cada actividad y
según cada edad, respecto a cada acción y para cada
ser humano.
Gorgias apuntó que no se pueden fijar normas
éticas válidas para todos los individuos, ni
incluso para un grupo de ellos, sino que en cada ocasión
concreta y determinada, cada agente tiene que percibir lo que es
moral y lo que no lo es. No hay posibilidad de formular ley moral alguna,
pues la moral es ocasional. Para Protágoras, la moral
consistía en un conjunto de reglas de carácter
más o menos general, establecidas por un grupo social y
dotadas de validez universal para dicho grupo. Algunos principios
éticos pudieran ser generalizables por ser válidos
en cualquier sociedad o cultura; pero,
en todo caso, siempre se manifestarán de modo particular
en las acciones personales del individuo, de acuerdo con las
características, condiciones y naturaleza del grupo social
en el cual se participa.
¿Son absolutos los principios éticos? En
otras palabras, ¿los juicios éticos son
omnímodos y sin restricciones?, ¿Es la ética
un concepto supremo,
no condicionado e independiente de la decisión humana? El
carácter ético de las acciones humanas,
según el cual se enjuicia el comportamiento propio y
ajeno, implica: toma de conciencia, posturas personales y
toma de
decisiones.
La actitud ética deriva de posturas personales
que cada individuo decide libremente; por lo tanto, el
comportamiento ético es relativo; varía de un grupo
social a otro, e incluso, de un individuo a otro. Factores
importantes en la conducta ética son: la convicción
personal y el
uso de la libertad, así como su influencia en las acciones
individuales dentro del contexto social.
¿Hasta dónde es realmente libre el ser
humano para adoptar sus propias posturas éticas?
¿Debemos pensar solamente en lo que es mejor para nuestra
"buena vida"? ¿O pensar en "lo que es correcto"? La
respuesta a estas interrogantes nos conduce a inferir que la
conducta humana
no es totalmente aséptica pues por lo general involucra a
otros seres humanos, lo cual le otorga un carácter
escabroso, controversial y complejo al tema de la ética.
Así, el comportamiento ético es valorado como bueno
o malo, correcto o incorrecto, desde postulados o principios
valorativos que conducen a determinar si un acto es justo o
injusto, honesto o deshonesto, permitido o prohibido, en
relación con los demás. Es decir, la esencia
valorativa del comportamiento ético trasciende la
dimensión individual y adquiere relevancia en el contexto
social en la medida en que tal conducta es asumida y aceptada por
el colectivo. En este contexto, los códigos éticos
pueden ser compartidos o rechazados por los integrantes de los
grupos
sociales y, en ocasiones, por los de distintas
generaciones.
Aunque a veces se les utiliza como sinónimos, los
conceptos de ética y
moral tienen un significado particular que varía
según los individuos, las sociedades y
las épocas. Establecer los linderos de "lo ético" y
"lo moral" no es lo más importante, pero es procedente
profundizar en la acepción de cada concepto.
Como ya ha sido expresado, la ética es la
disciplina que estudia el desarrollo y
funcionamiento de la moral, el papel de los valores y las
tradiciones morales en la sociedad. La ética establece los
criterios de valoración moral, de libertad y responsabilidad individual. Se ocupa de la
acción humana desde el punto de vista del "deber ser". Se
diferencia de otras ciencias que
estudian el "qué", el "cómo" y el "por qué"
del comportamiento humano, tales como la antropología, la
sociología y la psicología.
La ética se caracteriza por emplear un lenguaje
valorativo y prescriptivo o normativo (a través de la
moral), en vez de un lenguaje descriptivo como otras ciencias. La
ética conduce a la reflexión acerca de lo bueno y
lo malo. Con base en los principios éticos, el individuo
toma decisiones y orienta sus acciones a partir de motivaciones
de tipo moral o legal.
Moral es la ciencia que enseña las reglas que
deben seguirse para hacer el bien y evitar el mal (Del Toro y
Gisbert, 1969). El término moral proviene del latín
mores (plural) que significa costumbres, modos de comportarse; y
moralis que significa moralidad. Hoy en día el concepto de
moral es empleado considerando la intencionalidad del
comportamiento; es decir, tomando en cuenta el impulso voluntario
por el que se prefiere actuar de un modo determinado. Lo moral se
percibe como lo opuesto a lo físico, se le asocia a la
parte subjetiva y emocional del ser humano para diferenciarlo de
la parte intelectual. Diversas opiniones indican que el
comportamiento moral tiene valor cuando supone sacrificio,
desinterés, abnegación y es acorde con la
benevolencia con que se realice. Sólo la acción que
se realiza por deber tiene valor moral.
La moral se refiere a la conducta humana; es una forma
específica de la conciencia social que deriva de
principios, normas y criterios valorativos que regulan la
conducta del individuo como integrante de una sociedad. Toda
persona asume determinados criterios morales que adquiere,
mediante el aprendizaje, a
lo largo de su vida y que le indican "lo que es debido", lo que
es bueno o malo. Los sistemas de
valoración moral tienen relación con las exigencias
sociales de cada etapa histórica. El sentido social de los
conceptos morales puede variar de una época a otra, pero
su contenido moral se conserva aproximadamente igual . Los
criterios o principios morales regulan las interacciones diarias,
pueden ser coincidentes entre distintas personas, susceptibles de
ser sustituidos por otros, o también descartados. Tal
hecho tiene importancia desde el punto de vista
educativo.
actual? ¿Qué impacto tiene esa crisis en el
entorno socioeducativo? Toda conducta considerada ética o
moral puede también ser expresada en sentido contrario o
negativo, adquiriendo carácter de acto inmoral o poco
ético. Cuando se trata de una acción que refleja
indiferencia hacia lo ético-moral, se califica de actitud
amoral. En ocasiones se escucha hablar de personas u organizaciones
que practican una moral pacata, moral mojigata, una moral
ambivalente o una doble moral; o que alguien tuvo un "ataque de
honestidad". ¿Qué significado tienen tales
calificativos?
También se distingue, por ejemplo, una moral
clasista, moral religiosa, moral comunista. Pero quizá el
uso más recurrente en todos los tiempos es la referencia a
que existe una crisis ética y moral. ¿Qué
implicaciones tiene una crisis ético-moral?
¿Cómo caracterizar la crisis actual?
¿Qué impacto tiene esa crisis en el entorno
socioeducativo?
Camps, V. (1991). La imaginación ética.
Barcelona-España:
Ariel.
De Toro y Gisbert, M. (1969). Diccionario
Pequeño Larousse Ilustrado (5a. edic.). Francia:
Larousse.
Capriles, R. (1989) ¿Puede la lógica de la
acción humana fundamentar una ética social?
(Relectura informal de la Ética a Nicómaco).
En R. Briceño-León y E. Wagner (Coordinadores), Las
ciencias de lo humano (pp. 305-340). Caracas: Fundación
Fondo Editorial Acta Científica Venezolana.
Fagothey, A. (1998). Ética. Teoría
y aplicación (5ª. ed.). México:
McGraw-Hill.
Protágoras y Gorgias (1980). Fragmentos y
testimonios. España: Orbis.
[Este artículo forma parte del libro
ÉTICA Y DOCENCIA
(1999), a la venta en
FEDUPEL]
Lourdes Denis Santana