- Resumen:
- I Impacto
del Federalismo en el Desarrollo
Económico - I.1 El
Desarrollo Regional - I.2 El
Neoliberalismo en el Desarrollo Regional - I.3
Redistribución Económica en el Territorio
Nacional - II.-
Principales características y problemas de las
MYPES. - III.-Lineamientos
para la desarrollo regional equitativo de las MYPES a partir
del Sistema Nacional de Coordinación
Hacendaria. - Bibliografía:
Resumen:
Para el ponente, el desarrollo en el territorio nacional
de estos dos estratos empresariales se visualiza en el contexto
del federalismo
fiscal, en
virtud de que la incidencia del gasto
público es fuerte en el aprovechamiento del espacio
asignado para el desarrollo empresarial en cada una de las
entidades federativas que integran el pacto federal; este enfoque
metodológico no es fortuito, existen estudios serios que
ponen de relieve que la
mayoría de los gobiernos de las entidades federativas
hacen desarrollo regional en gran parte con los recursos que
captan de la federación, un ejemplo lo constituye
Michoacán donde alrededor del 90.0% de los ingresos de su
hacienda pública provienen de la federación, de
manera que en general para todo el país, se estima que el
gran reto es armonizar el crecimiento de las economías
regionales a través de sus empresas con la
captación de ingresos que a veces es insuficiente, y sobre
todo con el gasto público que se haga en infraestructura
física,
social y productiva.
En este contexto es que se propone iniciar este trabajo
describiendo la evolución que han tenido el federalismo y
el desarrollo regional, para que una vez conocidas las fortalezas
y debilidades de ambos, se pueda arribar a una propuesta sobre lo
que debe ser el federalismo hacendario en apoyo oportuno,
congruente y eficiente del crecimiento tanto de las
economías de los estados como de los municipios que los
conforman, tomando como eje rector el desarrollo de las empresas,
en particular de las micro y pequeñas, MYPES, por ser las
que representan el 98.5% del total registrado en el país
(INEGI,2001).
Así, empezaremos haciendo un análisis breve del marco jurídico:
artículos 40, 42, 115 y 124 sobre las reformas que se
dieron en los artículos 99 y 105 de la carta magna,
así como su instrumentación en el federalismo fiscal.
Este basamento normativo constituye la base de la Ley de Coordinación Fiscal, ordenamiento mediante
el cual se regulan las relaciones fiscales entre los tres
órdenes de gobierno y la
distribución de las participaciones y de
las aportaciones federales para el desarrollo regional del
país.
Enseguida se analizará la distribución
espacial de las MYPES en el territorio nacional, haciendo
énfasis en su número, en sus características
y problemas, en
su dinamismo y relación estructural con los otros
tamaños de empresa: la
mediana y gran empresa, así como con los sectores
económicos en que se encuentran clasificados los bienes y
servicios que
aporta al bienestar de la sociedad. Este
análisis se circunscribirá al periodo 1989-1999, en
virtud de que el cambio de
estratificación (INEGI, 2001:11) empresarial ha impedido
contar con series históricas más grandes para hacer
estudios económicos sobre su crecimiento y sobre la
tendencia que podrían tener en el futuro.
Lo anterior permitirá contar con un diagnóstico cercano a la realidad que
explicará el porqué de su modesta aportación
al crecimiento de las grandes variables
macroeconómicas, así como sobre su potencial de
apoyo al desarrollo
económico nacional si se les promueve con programas
apropiados, oportunos, suficientes y que resuelvan sus grandes
problemas estructurales. Se hará una pequeña
evaluación sobre las incidencia en las
MYPES del Programa de
Competitividad
para el Desarrollo Empresarial: 2001-2006.
Con base en este análisis se estará en
condiciones de hacer una propuesta sobre el desarrollo regional
que debe impulsarse en el país a partir de la estrategia que se
formule para las MYPES, la cual debe ser viable para que
incrementen su competitividad en la
globalización de nuestros días, para que se
conviertan en bastión del desarrollo económico como
sucede en otros países, en fuente de trabajo permanente y
bien remunerado, así como en orgullo y no en
frustración de las personas que las dirigen.
EL
DESARROLLO REGIONAL DE LAS MICRO Y PEQUEÑAS EMPRESAS
MEXICANAS.
I
Impacto del Federalismo en el Desarrollo
Económico
Los estudiosos de la materia
indican que la macrocefalia que engendró el Gobierno
Federal con el centralismo de
sus acciones
administrativas, se expresó en el uso desigual del espacio
en que se realizaron las actividades económicas, las
cuales se concentraron en unas cuantas regiones, algunas de las
cuales se especializaron e hicieron competitivas, en tanto que la
mayor parte del territorio nacional recibió exiguos
recursos presupuestales, y se descuidó la
optimización de sus recursos al aplicarse técnicas
de producción rudimentarias. Esta
dicotomía dio lugar a un desarrollo económico
asimétrico, con un crecimiento concentrado que a la postre
fue insuficiente para enfrentar las crecientes demandas de una
población que experimentó una
dinámica de crecimiento
significativa.
Esta inadecuada distribución de la actividad
económica tuvo orígenes en lo que se ha dado en
llamar "Modelo de
Crecimiento con Estabilidad", que se caracterizó por
impulsar el desarrollo económico a partir de una
prolongada política de
sustitución de importaciones,
con la que se pretendía industrializar la economía, haciendo
que este sector fungiera como la bujía del crecimiento
económico. Con esta política de
sustitución de importaciones se esperaba "Lograr una Tasa
de Crecimiento del PIB elevada y
sostenida en el largo plazo, mediante la
concentración de recursos de capital para
estimular el ahorro privado
y las inversiones
internas, utilizando para ello la inversión
pública para impulsar la formación de capital
privado".
La promoción de la industrialización
exigió la protección de la planta productiva
nacional de la competencia
extranjera, lo cual se logró con el alto intervencionismo
del Gobierno en la economía. Con este propósito, de
1940 a 1970, se fomentó el Desarrollo de Regiones
identificadas como Polos de Desarrollo, las cuales
experimentaron la profundización del modo de
producción capitalista, cuya especialización
requirió de cuantiosos recursos presupuestales,
contribuyó a la concentración de las actividades
económicas y al fracaso del desarrollo económico
equilibrado espacialmente.
Como consecuencia de esta política es que
el Desarrollo Regional se convirtió en el objetivo
principal de la política
económica, en virtud de que a través de el se
consideraba que se lograría la mejor redistribución
de la población y de las actividades económicas en
el espacio nacional. En este contexto es que durante ese periodo
el gasto público se convirtió en el instrumento
vital para realizar especialmente las acciones del Gobierno
Federal; con ello el Estado
interventor pasó a ser ejecutor directo en muchas
actividades económicas, asumiendo un papel
protagónico en la evolución de la economía
al canalizar grandes recursos en infraestructura y en actividades
productivas que, en su opinión eran prioritarias para el
Desarrollo Regional.
El Desarrollo Regional experimentó un cambio de
matiz en el periodo 1970-1982, en el que se empezaron a
privilegiar las regiones que contaban con Centros Urbanos
significativos. Estos últimos desempeñarían
las funciones de
promover el desarrollo económico y reordenar los
asentamientos humanos hacia dentro a través del mejor
aprovechamiento del territorio nacional.
En 1978 el sustento de esta estrategia lo constituyeron
los Planes Nacional de Desarrollo Urbano e Industrial; el primero
"pretendía guiar a partir de la creación, impulso
y/o consolidación de las llamadas "Ciudades de Equilibrio",
cuyo cometido era convertirse en polos de atracción
de las nuevas actividades industriales y de servicios que
iniciaran la desconcentración de la Ciudad de México. De
esta manera, se consideró que el desarrollo de las
diversas regiones era una urgente necesidad ante el crecimiento
explosivo y desordenado de las Ciudades y Regiones del
país, el cual se había caracterizado por su
polarización: grandes concentraciones urbanas sobre todo
en el Valle de México y, en contraste, regiones
semipobladas sumamente dispersas.
Las acciones de esta política, contenidas en el
segundo Plan, se
expresaron en el "otorgamiento de subsidios generalizados al
ingreso y al consumo de la
población; la creación masiva de empleos en
dependencias públicas y entidades paraestatales,
así como el suministro altamente subsidiado por parte del
Estado de
satisfactores tales como alimentos,
vivienda, agua potable,
gasolina, electricidad y
transporte".
La evaluación hecha en retrospectiva indica que
estos esfuerzos tuvieron un alcance limitado porque no se contuvo
la concentración de las actividades económicas, con
el agravante adicional de que frustraron la Reforma Fiscal que
era necesaria para aumentar los ingresos tributarios que
debidamente aplicados, en turno, debían generar un efecto
multiplicador de la inversión. La consecuencia fue que en lugar
de incrementar los precios y
tarifas de los bienes y servicios
públicos, se recurrió al endeudamiento externo,
que si bien es cierto que incrementó la capacidad de
explotación de los recursos petroleros, también lo
es que hizo inmanejable el endeudamiento con el exterior,
además que el desempleo
empezó a mostrar signos
preocupantes.
Esta situación demandó que a partir de
1983, se optara por corregir los excesos ocasionados por el
fuerte intervencionismo del Estado en la actividad
económica. Para ello la nueva política
económica se elaboró a partir de las teorías
neoliberales que coyunturalmente recomendaban la menor
participación del Estado de la economía, dejando en
manos del mercado ajustes
necesarios para impulsar el desarrollo de los países.
Estas teorías estaban siendo impulsadas en Inglaterra por
Margaret Tatcher y, en Estados Unidos,
por el Presidente R. Reagan.
Los resultados de su aplicación fue la
transformación del Estado intervencionista al Estado
promotor, donde la inversión privada sería
fomentada para que actuara como el motor de la
economía. Con este enfoque se gestaron: la apertura de la
economía mexicana al comercio y la
inversión internacional, así como la privatización de las empresas paraestatales
, que redundaron en el aumento del desempleo.
I.2 El Neoliberalismo
en el Desarrollo Regional
Algunos estudiosos del tema opinan que el
neoliberalismo identificaba la planeación
con políticas
excesivamente rígidas y generalizadoras, motivo por el que
se empezó a abandonar la idea de planificar el Desarrollo
Regional. Es `por esta razón que el Estado Mexicano
renunció a ejercer una política regional, entendida
como la lucha contra las desigualdades regionales introduciendo
en su lugar, la preferencia por fomentar la identificación
"de condiciones diferenciales y competitivas entre las
diversas regiones que conforman aún el estado
político administrativo".
Con este enfoque se pretendía la inserción
competitiva de la economía mexicana en el ámbito
Internacional, mostrando sus fortalezas regionales para promover
la inversión
extranjera en las mismas.
En este sentido es que durante la
Administración del Presidente Salinas se indicó
que la modernización se fincaría en:
La vinculación del desarrollo | |
El reordenamiento territorial y la |
Con base en estos postulados en particular los
del punto anterior, para lograr una rápida
inserción en el contexto mundial, se empezaron a promover
las ventajas comparativas del país, a saber: los salarios bajos
que se pagan a los trabajadores y la vecindad con el mercado
más grande del mundo, los Estados Unidos. Con ello se
brindaba a las empresas multinacionales, en particular, la
plataforma suficiente para descentralizarse y exportar
competitivamente desde México.
Al respecto, como señala el Señor Jaime
Ornelas, "para los aparatos Gubernamentales Mexicanos la
adecuación de nuevas regiones y el énfasis en ambas
"ventajas comparativas", resulta esencial para llevar a cabo la
política de modernización. Desregularización
en materia ecológica, cambios en la Ley de Inversiones
Extranjeras, facilidades para el establecimiento de las plantas
industriales, contención salarial, flexibilización
de las relaciones
laborales e inversión en infraestructura, por ejemplo,
son acciones gubernamentales encaminadas a servir a las empresas
extranjeras y a la industria
maquiladora de exportación, que encuentran condiciones
óptimas de localización en las regiones del norte
del país, que se han convertido en verdaderos polos de
atracción para el capital extranjero".
I.3 Redistribución
Económica en el Territorio Nacional
En esta se establecieron nuevas acciones en el proceso de
ocupación del territorio, que dejo de ser guiado por el
Gobierno, para obedecer incondicionalmente a las necesidades de
integración
económica de la economía mexicana con la
estadounidense y a la revalorización del capital privado
como bujía de crecimiento económico y
social.
Con lo anterior si históricamente la estructura del
territorio nacional tenía como único polo ordenador
a la Ciudad de México, en la actualidad un nuevo polo
localizado externamente, empieza a ser determinante en la
reorientación del territorio nacional.
Así, las nuevas regiones de concentración,
sobre todo las fronterizas del norte y las costeras, lo son en
tanto han empezado a concentrar y centralizar la
producción y el capital y se convierten en polos de
atracción de la fuerza de
trabajo, constituyéndose así en ciudades que crecen
desordenadamente y padecen ya de todas las desventajas de su
apresurado crecimiento. La población llega hasta estas
ciudades en flujos continuos que demandan vivienda y servicios
urbanos que el Gobierno no está dispuesto a otorgar, como
no sea a partir de su privatización con el
propósito de elevar las ganancias del Sector
Privado.
Estas nuevas regiones de concentración
capitalistas ofrecen algunas ventajas sobre las regiones de
concentración tradicional, en tanto que su necesidad de
desarrollo las hace tratar de ofrecer un mayor número de
ventajas al capital privado.
Con ello se flexibilizan las relaciones laborales al
suprimirse cualquier ventaja laboral y se
ofrecen infraestructura y servicios urbanos a bajo costo con el fin
de atraer las inversiones que modernicen la estructura productiva
de esas regiones.
En este sentido por ejemplo, las maquiladoras de
exportación encuentran en la frontera norte
nuevos espacios de localización que les facilitan el
acceso al mercado norteamericano.
Durante la administración de Ernesto Zedillo se
publicó el Programa para un Nuevo Federalismo:
1995-2000, que pretendió corregir esta tendencia
concentradora al impulsar la descentralización incidiendo fuertemente en
el Municipio, mediante: a) la transformación del Sistema Nacional
de Coordinación Fiscal en un Sistema Nacional de
Coordinación hacendaría en lo que se refiere al
ingreso, gasto y deuda
pública. Fueron sonados los fracasos de las reuniones
de 1997 y 1999 en este sentido, por lo que no se logró
mucho. Las recomendaciones de la Cuarta Convención
Hacendaria dadas a conocer recientemente, agosto del 2004, no
permiten augurar correcciones sustantivas al crecimiento
asimétrico de las regiones económicas del
país. En este contexto surgieron y se desarrollaron las
micro y pequeñas empresas, MYPES, en el
país, con las siguientes:
II.- Principales
características y problemas de las
MYPES.
A. Sobre su constitución, operación y apoyo
institucional.
1. Se constituyen con poca
inversión
Con base en la investigación
de campo realizada por el sustentante ( Sánchez
Barajas/a,b,c,d, 1980,1984, 1997 y 2002) se puede afirmar que una
de las características de las MYPES es que se constituyen
con poca inversión, situación que les acarrea
problemas de competitividad frente a los otros tamaños de
empresas, motivo por el que invariablemente siempre necesitan la
asistencia del Estado mexicano. La evidencia obtenida con los
resultados de esos estudios sobre información primaria, demostraron la
existencia de una inversión reducida (que generalmente
proviene de ahorros del propietario o familiares) con respecto a
otros tamaños de empresas. Lo anterior se corroboró
con los resultados de otros estudios que se han realizado sobre
las MYPES, siendo uno de ellos el efectuado por el INEGI/a (
op.cit. p.11)), los cuales le permitieron a esa
institución cuantificar los niveles de ventas netas,
activos fijos y
el número de trabajadores antes mencionados.
2. Las MYPES utilizan sencillos procesos
productivos, de distribución y de comercialización..
Los resultados a que llegó el sustentante
mediante la observación comparativa y con las encuestas que
aplicó periódicamente para conocer los procesos
productivos, distributivos y de comercialización, indican
por ejemplo que las MYPES manufactureras utilizan procesos
de fabricación , maquinaria y equipos que no son
complejos, y que trabajen en instalaciones con
características de taller, con pocos empleados y en
condiciones informales de operación. A similares
resultados también llegó un estudioso del tema como
José Octavio Martínez ( 1992: 22).
En lo que se refiere a las MYPES no
manufactureras, , basta mirar alrededor para darse cuenta que
operan con métodos
simples de comercialización o de servicios;
también, que el dueño del negocio suele
desempeñar una diversidad de actividades y frecuentemente
cuenta con la colaboración de los miembros de la familia que
generalmente no reciben un salario ni
cuentan con prestaciones
sociales, situación que irónicamente coadyuva en la
supervivencia de las MYPES cuando enfrentan adversidades
económicas.
3.- Es escasa la investigación sobre el desarrollo de
mercados de las
MYPES.
La investigación de campo reveló (
Sánchez Barajas/d, 2002: 13) que estas empresas
manifiesten desconocimiento de aspectos de mercado como los
siguientes:
1.No acceden, y si lo hacen es esporádicamente y
con dificultades, a las redes oficiales que existen
en el país para difundir la rentabilidad
de ciertas actividades económicas y productos, como
tampoco a los programas de fomento institucional en la
materia.
2.Las MYPES y sus proveedores
sostienen relaciones circunstanciales y por ello muchas veces
informales, situación que repercute en variaciones de
calidad y
precios, así como en la falta de compromiso o de
abastecimiento oportuno como acontece entre las grandes empresas
y sus proveedores.
3.La cotización anárquica de servicios,
equipos de distribución, procesos de fabricación,
maquinaria y equipos industriales, al igual que de
distribución, determina esquemas de crédito
en proveeduría que no se apegan a las
características financieras de las empresas, lo cual
genera ausencia de calidad en refacciones y de asistencia para el
mantenimiento
oportuno de activos
fijos.
4.En muchas actividades se desconoce la existencia de
procedimientos
o técnicas innovadoras como consecuencia de la falta de
recursos para inscribirse en los centros de divulgación
industrial.
5.Es una constante la falta de recursos para capacitación tanto de operarios como de
ejecutivos y de directivos relacionados con los nichos de mercado
descubiertos o con nuevos productos y servicios.
6.Entre estos empresarios no existe un monitoreo
permanente de los mercados, por lo que programan su
producción y comercialización a corto plazo, con un
enfoque ofertista derivado muchas veces de su éxito
circunstancial en el mercado.
7.No tienen una visión de largo plazo sobre las
inversiones a realizar para acceder competitivamente a los
mercados, como tampoco del mantenimiento y reposición
correspondiente de su "aparato productivo, distributivo y
comercializador".
8.No es fuerte ni permanente la colaboración
entre grandes y pequeñas empresas ( mucho menos con los
micro negocios ) a
través de relaciones mutuamente ventajosas para ambas, es
decir, son incipientes o inexistentes los encadenamientos
productivos y distributivos ..
9.Aún no hay convencimiento total sobre el
porqué sacrificar independencia
a cambio de una escala de
producción o de comercialización rentable que surge
cuando las empresas se asocian, en particular, para trabajar el
mismo mercado o para contrarrestar los aspectos nocivos que han
tenido los programas de estabilización sobre el capital y
el
trabajo.
10.La ausencia de alianzas estratégicas o
relaciones contractuales permanentes entre los tamaños de
las empresas, constitución jurídica de las mismas y
del espíritu de complementariedad más que de
rivalidad, ocasiona que las empresas:
a) No diferencien oportunamente sus
productos.
b) No reduzcan rápidamente sus costos
fijos.
c) No accedan a recursos frescos
oportunamente.
d) No se adecuen a las señales del mercado
oportunamente.
e) No entren y salgan en forma oportuna de ciertas
ramas económicas con serias fluctuaciones.
f) No penetren a mercados con productos poco
conocidos.
g) No tengan costos compartidos con sus socios
empresariales.
h) No se benefician de nichos de mercados para
productos y servicios diferenciados.
i) Se benefician poco del intercambio de patentes y
áreas de mercado.
j) Sean de escasas sinergias en tecnología.
k) No tengan acceso a la tecnología de
punta.
l) Tengan escasa integración vertical y
horizontal.
m) No tengan mejoría en la calidad de sus
productos.
n) Superen tardíamente barreras
comerciales.
o) Tengan escasa capacidad para disponer de materiales,
capital, tecnología y mano de obra suficiente y
adecuada.
p) No compartan costos de investigación y
desarrollo.
q) No incursionan asociadas a los mercados.
- r)Tengan dificultad para superar las imperfecciones
del mercado y para beneficiarse de los programas de fomento
económico.
Estas características y problemas que expresan
fortalezas y debilidades, prácticamente se han mantenido
hasta el presente, en virtud de que la política
económica no ha cambiado sus directrices: estabilidad con
apertura comercial, que ha beneficiado a las grandes empresas
manufactureras, a las grandes cadenas distribuidoras y
comercializadoras y la importación de artículos (Flores,
2004:A6).
4. La normatividad para su promoción y
consolidación ha sido incompleta e inoportuna
.
Es sintomático observar que no ha existido
secuencia lógica
ni un enfoque integral en la promulgación de los
ordenamientos establecidos para el fomento de estos estratos
empresariales; parece que el gobierno aun no acaba de conocer
el universo de
las MYPES con sus características y problemas
correspondientes, lo cual estuvo justificado al inicio de la
década de los ochenta cuando se identificó que era
heterogéneo, amplio y dinámico. Sin embargo, a 20
años de distancia es inconcebible que ahora no se tenga un
diagnóstico claro sobre el tipo de unidades
económicas que constituyen estos segmentos empresariales.
Sólo así se explica que constantemente estén
modificando los criterios para determinar los tamaños de
las empresas y que, por consiguiente, no existan series
históricas consistentes ( suficientes y detalladas) , y
que se promuevan acciones de fomento que poco a nada tienen que
ver con los principales problemas que las aquejan.
Sin lugar a dudas puede decirse que durante mucho
tiempo se
desconoció oficialmente la existencia de los micro
negocios, independientemente del sector económico en
que operaban, situación que no pudo prolongarse
indefinidamente ante la alta ponderación que representa el
número de establecimientos de esta índole (
más del 95.0%).
5. Principales problemas de las MYPES.
La falta de promoción uniforme, es decir,
discriminación observada por tamaños
de empresas y de sectores, pone de relieve la existencia de una
política económica inadecuada y carente de un
enfoque integral de apoyo a las MYPES. Esto es preocupante porque
desde 1992 el INEGI publica los resultados de sus encuestas entre
micronegocios, en las que se describen los principales problemas
de las mismas, de manera que desde ese entonces se debió
de legislar oportuna y correctamente y, por consiguiente, de
aplicarse programas apropiados para resolver sus
problemas.
Al analizar los problemas y expectativas de los
negocios, con base en la información contenida en la
Encuesta
Nacional de Micronegocios, ( INEGI/c, 1992:152) se observa que en
1992, un poco antes de que entrara en vigor el TLCAN, 1994,
para el 39.3% de los empresarios el problema principal era
la falta de clientes; le
seguían en importancia: la competencia excesiva, 20.1% y
las bajas ganancias, 13.8%; juntos, estos tres problemas
aquejaban al 73.2% de los negocios. Fue interesante enterarse que
el financiamiento
y la ausencia de recursos económicos, no
constituían serios problemas para los empresarios, ya que
por ejemplo, la falta de crédito era el principal problema
apenas para el 3.2% y, la falta de recursos económicos, lo
era tan sólo para el 7.9% de los negocios.
O sea que la operación permanente, eficiente y
rentable de los establecimientos estaban limitados en gran medida
por la escasa demanda y por
el gran número de competidores; ambos problemas
ocasionados por el entorno macro económico no favorable,
es decir, la falta de clientes era consecuencia de la
política de estabilización ( bajos salarios ) y la
competencia excesiva, de la falta de oportunidades de empleo que
orillaban a las personas a crear su propio negocio: el 18.2% como
patrones y el 81.8% como personas que trabajaban por su
cuenta:
Seis años después, en 1998, con cuatro de
experiencia en el TLCAN, el número de negocios
había aumentado a 4,218,568, de los cuales 3,165,164
dijeron tener problemas de funcionamiento ( INEGI/d, 1998: 140) y
que, para el 38.9%, de ellos, el problema principal era la falta
de clientes; el 25.5% comentó que era la competencia
excesiva y, para el 17.3%, las bajas ganancias, es decir, los
mismos problemas de 1992 pero en un mayor número de
negocios: 81.7%. El crédito era el problema principal
sólo para el 3.8%. Esto último quizás por
que lo modesto de la inversión en una micro empresa no
amerita la participación del mercado crediticio en su
apoyo, al poder hacerla
el empresario,
directamente o con la ayuda de familiares o amigos.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Micronegocios
del año 2002( INEGI/e, 2002:1.34 y 4.2) nuevamente
corroboraron con información suficiente que los tres
principales problemas de los micronegocios seguían siendo
la falta de clientes, la competencia excesiva y las bajas
ganancias. Estos resultados deben preocupar y orillar a
investigar porqué desde 1992 se vienen registrando y
difundiendo estos tres problemas, sin que se hayan instrumentado
programas adecuados para resolverlos.
Por otra parte, aún cuando en opinión de
los empresarios encuestados por el INEGI, el crédito no es
el principal problema de los micronegocios, es conveniente decir
que de acuerdo con los resultados de la encuesta que
trimestralmente realiza el Banco de
México (Banxico/a, op. cit. P 54 ), estos indican que las
empresas mexicanas, que deciden solicitar financiamiento, en su
gran mayoría, no tienen acceso a créditos adecuados en tasa, monto y destino
a sus problemas críticos. Se informa que el papel de la
banca comercial
apenas rebasa el 20% de la composición del financiamiento
empresarial, y más de una tercera parte de las empresas
encuestadas consideran que las altas tasas de
interés son el mayor problema para solicitar un
crédito. En este contexto es que en la actualidad de
acuerdo con la encuesta del último trimestre del
año 2003 (Banxico/b ) la principal fuente de
financiamiento de las empresas son sus proveedores,
situación que a su vez limita la capitalización de
lasa empresas. En efecto, los empresarios encuestados comentaron
que los proveedores representaron 56.8% de las fuentes de
crédito disponibles; los bancos
comerciales, el 20.3% y la banca de fomento, 2.2%. El
crédito fue utilizado para capital de
trabajo, reestructuración de pasivos, inversiones y
operaciones de
comercio
exterior, principalmente.
Los muestreos realizados en el año 2003
contradicen la propaganda
oficial de que en ese año se apoyó con recursos
suficientes y tasas de interés
bajas la operación eficiente de las MYPES. De poco sirve
enterarse que las tasas de interés han bajado al 5% si en
la práctica las que se cobran por adquirir un
camión de carga oscilan alrededor del 17% y, en el uso del
crédito para capital de trabajo vía tarjeta de
crédito el costo financiero es del 36% anual; acceder al
financiamiento de casas comerciales como ELEKTRA ( Schettino,
2004) significa pagar tasas de interés del 50% anual,
nivel muy superior al de la inflación que hace
difícil su repago en una economía de escaso
dinamismo.
Derivado de este análisis se puede concluir que,
en opinión de los empresarios encuestados, la falta de
crédito no es el principal problema de las MYPES; sin
embargo cuando se solicita, éste se obtiene con tasas de
interés superiores a la que registra la inflación
anualmente.
En resumen, se ha privilegiado la derrama crediticia, no
obstante, ésta como el resto de apoyos que ahora se
ofrecen, son insuficientes; lo más grave es que no
están dirigidos a la solución de los principales
problemas de los micro negocios.
B. Sobre su efecto en la economía y el
empleo
6. Las MYPES son la principal fuente de empleo en
México.
Los siguientes tres cuadros resumen presentados a
continuación son elaboraciones propias derivadas de
diversos cuadros del Mercado de
Valores ( 2002), los cuales revelan a "grosso modo " que en
1999 los sectores industrial, comercial y de servicios, fueron
los que proporcionaron un poco más del 25.0% (11. 9
millones de personas ) de las oportunidades de ocupación;
el resto, alrededor del 75.0% ( 30.0 millones de personas )
provino de los otros sectores de la economía
mexicana.
Al evaluar la importancia de los tres sectores en el
ámbito del empleo, se detecta por ejemplo que para 1999 el
sector manufacturero era el que generaba mayor ocupación,
y que el comercio y los servicios proporcionaban un número
parecido de plazas de trabajo.
En los tres sectores se observa que fueron las micro
empresas, en forma destacada, las que constituyeron la principal
fuente de ocupación ( 46.0%) en 1994 y en 1999; seguidas
por las grandes empresas ( 25.0% ) de tal manera que juntas
dieron ocupación a aproximadamente el 71.0% del total de
la población ocupada en el periodo.
Cuadro 1: Personal ocupado
por sector económico y tamaño de
empresa,1989
Sector | Micro | Pequeñas | Medianas | Grandes | Total |
Manufacturas | Datos | no | dispo | nibles | 2,600,000 |
Comercio | 1,184,728 | 356,966 | 350,548 | 277,108 | 2,169,350 |
Servicios | 1,040,564 | 198,616 | 136,832 | 342,798 | 1,718,810 |
Subtotal | Datos | no | dispo | nibles | 4,941,231 |
Resto | |||||
Total |
Cuadro 2:Personal ocupado por sector económico y
tamaño de empresa,1994
Sector | Micro | Pequeñas | Medianas | Grandes | Total |
Manufacturas7 | 634,234 | 593,744 | 497,459 | 1,520,605 | 3,246,042 |
Comercio | 1,915,013 | 485,777 | 431,789 | 380,294 | 3,212,873 |
Servicios | 1,708,915 | 283,683 | 214,795 | 590,771 | 2,798,164 |
Subtotal | 4,258,162 | 1,363,204 | 1,144,043 | 2,491,670 | 9,257,075 |
Resto | |||||
Total |
Cuadro 3: Personal ocupado por sector económico y
tamaño de empresa,1999
Sector | Micro | Pequeñas | Medianas | Grandes | Total |
Manufacturas7 | 1,079,220 | 500,379 | 1,178,433 | 1,474,290 | 4,232,322 |
Comercio | 2,199,368 | 569,259 | 524,677 | 491,565 | 3,784,869 |
Servicios | 2,280,057 | 387,131 | 273,035 | 980,377 | 3,920,600 |
Subtotal | 5,558,645 | 1,456,769 | 1,976,145 | 2,946,232 | 11,937,791 |
Resto | |||||
Total |
Desglosando por fuente de empleo en términos
relativos para 1999, por sector económico y tamaño
de empresa, se encontró que dentro del sector
manufacturero, del 100% de las personas, 25.5% trabajaban en la
microindustria, 11.8% en la pequeña, 27.8% en la mediana y
la mayor parte, 34.8%, fueron contratadas por las grandes
industrias, lo
cual significa en otras palabras que las MYPES dieron empleo al
37.4% del total registrado.
Mucho mayor fue la aportación del sector comercio
en ese año al empleo, ya que ocupó al 58.1% en los
micro negocios, al 15.0% en los pequeños, 13.9% en los
medianos y 13.0% en los grandes. El sector servicios a
través de las microempresas
proporcionó el 58.2% de los empleos, por medio de las
pequeñas empresas el 9.9%; con las medianas, 6.9% y con
los grandes establecimientos el 25.0% restante.
Se concluye que aún cuando la microindustria es
importante como fuente de ingresos en las manufacturas (25.5%),
es en los sectores comercio (58.1%) y servicios (58.2%) donde se
manifiesta como la principal fuente de ocupación;
asimismo, que al considerarla en conjunción con la
pequeña empresa, corroboran de manera contundente ser la
solución al desempleo.
7. Las MYPES han contribuido significativamente al
desarrollo secto-regional.
Estas empresas están presentes en todo el
territorio nacional y en prácticamente todas las
actividades que integran la economía nacional. Su
importancia económica espacial y sectorialmente, ante la
ausencia de otros indicadores, a
continuación se describe en términos de empleo y
del número de unidades económicas por entidad
federativa y sector económico.
Sector manufacturero
Para caracterizar dicha contribución de las MYPES
se parte de los datos del Censo
de 1999. En este documento se indica que en el país
existían 344 mil 118 industrias, de las cuales el 95.4%
eran microempresas, que daban empleo al 25.7%; 2.7 % eran
pequeñas y daban ocupación al 11.9% del total, de
manera que juntas las MYPES, representaban al 98.1% de los
negocios industriales en los que laboraban el 37.6% de los 4
millones 232, 322 trabajadores registrados en el sector
manufacturero.
En las siguientes seis entidades ( INEGI/a, 1999:48) se
concentraba el 47.6% de las microindustrias: Estado de
México, 10.1%; Distrito Federal, 8.6%; Puebla, 8.7%;
Jalisco, 8.0%; Veracruz, 6.2% y Guanajuato 6.1%. En estas mismas
entidades se localizaba el 57.9% de las micro y pequeñas
industrias, el 50.0% de las medianas y fortuitamente sólo
el 35.4% de las grandes industrias. Lo anterior es vivo reflejo
de la concentración económica que tradicionalmente
ha existido en el país. Por otra parte, sería de
esperarse que el número de empresas guardara una estrecha
relación con el personal ocupado antes descrito por
entidad federativa, lo cual resultó cierto en el caso del
Distrito Federal, Estado de México y Jalisco, ya que se
mantuvieron en el grupo de las
seis entidades más importantes que daban empleo a
través de las MYPES; sin embargo Puebla, Veracruz y
Guanajuato fueron sustituidas por Chihuahua, Nuevo León y
Baja California , que aun teniendo un menor número de
unidades productivas, revelaron que éstas generaron
más empleo, de manera que del total del empleo (100%) que
daban las microindustrias, el 52.8% lo proporcionaban estas seis
entidades y del 100% de la ocupación manifestada en las
pequeñas, el 57.3% de los trabajadores indicó
residir en estas seis entidades mencionadas.
Sector comercio
Al realizar el análisis en función del
personal ocupado por entidad federativa, el siguiente cuadro
muestra que en
1989 estaban registradas 2,169,350 personas como ocupadas en
actividades de índole comercial; 3,212,873 en 1994 y
3,784,869 en 1999, dando lugar a una variación porcentual
del 48.1% en el periodo 1989-1994, de 17.8% en el siguiente
lustro y de 74.4% de 1989 a 1999. Al no contar con la
información desglosada por tamaño de empresa para
el periodo de estudio, sólo se comentará que las
cinco entidades que proporcionaron más oportunidades de
empleo fueron:
Cuadro 4: personal ocupado en las principales entidades
federativas
Entidad | 1989 | % | Entidad | 1994 | % | Entidad | 1999 | % |
Distrito Federal | 434,862 | 20.0 | Distrito Federal | 567,855 | 17.7 | Distrito Federal | 589,873 | 15.6 |
EdoMex | 189,539 | 8.7 | EdoMex | 326,188 | 10.2 | EdoMex | 409,063 | 10,8 |
Jalisco | 162,406 | 7.5 | Jalisco | 242,668 | 7.6 | Jalisco | 290,832 | 7.7 |
Veracruz | 126,876 | 5.8 | Veracruz | 179,622 | 5.6 | Nuevo León | 205,979 | 5.4 |
Nuevo León | 117,142 | 5.5 | Nuevo León | 168,705 | 5.3 | Veracruz | 201,603 | 5.3 |
Subtotal | 1,030,825 | 47.5 | Subtotal | 1,485,038 | 46.2 | Subtotal | 1,697,350 | 44.8 |
Resto | 1,138,525 | 52.5 | Resto | 1,727,835 | 53.8 | Resto | 2,087,519 | 55.2 |
Total | 2,169,350 | 100.0 | Total | 3,212,873 | 100.0 | Total | 3,784,869 | 100.0 |
Fuente: elaboración propia con datos del Mercado
de Valores.
Estadístico.
Sector servicios
El cuadro 5 pone de relieve que dentro de las MYPES en
1999 destacaban los restaurantes, bares y centros nocturnos, la
reparación y mantenimiento automotriz, así como,
afortunadamente, los centros de servicios médicos,
preferentemente del sector privado. Por otra parte, dichas
actividades eran desempeñadas en 1989 por 1,718,810
personas, mismas que aumentaron a 2,798,164 en 1994 y a 3,920,600
en 1999, lo que representó una variación del 62.8%
en el periodo 1994/1989 y de 40.1% en el de 1999/1994 y, en la
década 1999/1989 de 128.1%. Las cinco entidades que
proporcionaron más empleo fueron:
Cuadro 5: Empleo por entidad federativa
Entidad | 1989 | % | Entidad | 1994 | % | Entidad | 1999 | % |
Distrito Federal | 438,097 | 25.5 | Distrito Federal | 686,456 | 24.5 | Distrito Federal | 889,502 | 22.7 |
Jalisco | 112,280 | 6.5 | EdoMex | 218,350 | 7.8 | EdoMex | 324,037 | 8.2 |
EdoMex | 111,149 | 6.5 | Jalisco | 190,919 | 6.8 | Jalisco | 296,604 | 7.6 |
Veracruz | 94,866 | 5.5 | Nuevo León | 155,295 | 5.5 | Nuevo León | 237,055 | 6.0 |
Nuevo Léon | 93,125 | 5.4 | Veracruz | 142,415 | 5.2 | Veracruz | 195,392 | 5.0 |
Subtotal | 849,517 | 49.9 | Subtotal | 1,393,435 | 49.8 | Subtotal | 1,942,590 | 49.5 |
Resto | 869,293 | 50.1 | Resto | 1,404,729 | 50.2 | Resto | 1,978,010 | 50.5 |
Total | 1,718,810 | 100.0 | Total | 2,798,164 | 100.0 | Total | 3,920,600 | 100.0 |
Fuente: Elaboración propia con datos del Mercado
de Valores.
Por región económica diremos que los micro
establecimientos en 1999 se distribuían de la siguiente
manera: el 36.0% en la Región Centro; 25.6% en la
Pacífico; 15.6% en la Frontera Norte; 12.2% en la
Centro-Norte y el 10.6% complementario en la Región
Golfo.
C. Las MYPES y el comercio exterior de
México
8. Ha sido insignificante su contribución,
directa o indirecta, al crecimiento de las
exportaciones.
La información oficial ( SE, 2003 ) disponible
que a continuación se presentará, pone de relieve
la escasa participación de estos estratos empresariales en
el comercio exterior mexicano. Como se observa a
continuación, podemos decir que es muy pequeño el
número de empresas exportadoras importantes; igualmente,
que las micro empresas no están incluidas, posiblemente
por que no venden nada al exterior.
Cuadro 6:Número de empresas de exportación
y porcentaje de participación
Tamaño de empresa | Número de empresas | % |
Grande | 312 | 0.8 |
Maquiladoras | 3,436 | 8.9 |
Pequeña y mediana | 34,700 | 90.3 |
Total | 48,448 | 100.0 |
Derivado de los datos anteriores se encontró el
siguiente contraste: aun cuando las empresas pequeñas y
medianas representaban el 90.3%, su contribución en la
constitución de los flujos de ventas externas era modesta,
ya que lo hacían en la siguiente magnitud
relativa:
Cuadro 7:Tamaño de empresa y su porcentaje de
contribución a las exportaciones
Tamaño de empresa | % de contribución |
Grande | 51.8% |
Maquiladoras | 41.5 |
Pequeña y mediana | 6.7 |
Total | 100.0 |
Los esfuerzos de penetración de estos estratos
empresariales en los mercados internacionales contrastan
grandemente con las estadísticas encontradas en otros
países, donde participan significativamente con
porcentajes del siguiente orden:
Cuadro 8:Análisis comparativo de la
participación de las PYMES mexicanas
con la de otros países en las exportación
.
País | % de las PYMES |
México | 6.7 |
Canadá | 9.3 |
Argentina | 10.0 |
EEUU | 31.4 |
España | 40.0 |
Italia | 40.0 |
III.-Lineamientos para
la desarrollo regional equitativo de las MYPES a partir del
Sistema Nacional de Coordinación
Hacendaria.
1. Puesto que el verdadero problema es la falta de
recursos y ante los magros resultados de la Convención
hacendaria, se sugiere iniciar la reforma fiscal
gradualmente; en una primera etapa incrementar los ingresos
fiscales con medidas administrativas y coactivas como
el cumplimiento de obligaciones tributarias, eliminación
de exenciones no justificadas, establecimiento de programas
de condonación de adeudos y simplificación de
trámites entre los contribuyentes. Enseguida modificar
la Ley de Coordinación Fiscal en Ley de
Coordinación Hacendaria para manejar de manera
congruente y conjunta los ingresos fiscales y su complemento
la deuda pública, para sustentar el gasto, en aras de
lograr el equilibrio ingreso gasto.
2.- Esta actualización con enfoque integral
hará transparente el marco jurídico que norme el
proceso de redistribución de facultades, funciones,
responsabilidades y recursos, entre los tres órdenes de
gobierno. Ello eliminaría la excesiva
concentración de competencias y
funciones para que los estados y municipios dejen de ser
simples receptores de ingresos y espectadores en la
aplicación del gasto. En otras palabras, para que
participen en la definición de la política
económica regional.
3.- Es urgente la revisión de las fórmulas
de distribución de las participaciones y aportaciones
(cuando las tengan). En este contexto se debe de hacer equitativa
la colaboración administrativa, asignando mayores
facultades e incentivos
económicos a las entidades federativas, mejorar la
capacidad administrativa de los estados y municipios. La
descentralización del gasto debe hacerse fijando límites
bien definidos en lo que se refiere al tiempo, actividades y
participantes. Derivado de lo anterior, es conveniente mejorar el
perfil de la deuda mediante su calificación por agencias
prestigiadas, para contratarse en mejores condiciones.
En la medida que los tres órdenes de Gobierno
dispongan de más recursos para realizar una gasto
público efectivo en beneficio de la comunidad,
estarán en condiciones de fomentar nuevas regiones,
sectores y tamaños de empresa que hoy en
día no promueve el modelo neoliberal, ya que se basa en el
eficientismo económico trasnacional más que en el
desarrollo del ser humano en su hábitat
territorial.
- Martínez, José Octavio. La
política macroeconómica, reformas y empresas
pequeñas, Micro y pequeña empresa en
México frente a los retos de la globalización, Editorial Diana, 1992,
p.22. - Sánchez Barajas, Genaro y otros/a.
Principales Características y Problemas de la Mediana
y Pequeña Industria, Fondo de Garantía y
Fomento a la Mediana y Pequeña Industria,
1980. - Sánchez Barajas, Genaro y otros/b. Serie de
Estudios sobre la Mediana y Pequeña
Industria, Cinco tomos, Fondo de Garantía y
Fomento a la Mediana y Pequeña Industria,
1982. - Sánchez Barajas, Genaro y otros/c. La
Mediana y Pequeña Industria en México.
Nacional Financiera, 1984. - Sánchez Barajas, Genaro/d,e. Competitividad
de la micro y pequeña empresa en México,
Facultad de Economía de la UNAM,1997 y2002. - INEGI/a. Censos económicos, micro,
pequeña, mediana y gran empresa,1999, p. 11,20,48 y
55. - INEGI/b. Metodología de los Censos
Económicos 1999, 2000, p. 38. - INEGI/c. Encuesta Nacional de Micronegocios,
1992 (cuadro IV.2,p. 152). - INEGI/d. Encuesta Nacional de Micronegocios,
1998 ( cuadro, IV.2, p. 140), - INEGI/e. Encuesta Nacional de Micronegocios,
2002 ( cuadros 1.34 y 4.2) - INEGI/f. Indicadores de competitividad de la
economía mexicana, 1991. - Nacional Financiera/a. Inserto en el Programa de
Desarrollo Empresarial, 2001-2006,p.51 . - Nacional Financiera/b. La mediana y pequeña
industria en México, 1984,p.198. - Nacional Financiera/c. Estudios de gran
visión, Dirección de investigación y
desarrollo, 1992.
Genaro Sánchez Barajas