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La educación terciaria: Un análisis desde la sociología de
la educación (página 2)




Enviado por seblaza



Partes: 1, 2


Para ratificar que las predicciones de la teoría
del capital humano no
se cumplieron citamos a Morgenstern:

"En Estados Unidos,
pese al crecimiento espectacular de la economía, se viene
acentuando la polarización social. Por una parte los
salarios
reales disminuyeron en todos los sectores, con excepción
del financiero. Este descenso afectó tanto a los
trabajadores cualificados como a los no cualificados, aunque en
estos últimos es más acelerado y relativamente
más importante".

La misma analista, al hablar de la economía de
tiempo
flexible sostiene que exige distribuir el
conocimiento, independizarlo de las jerarquías,
sería un patrimonio
compartido, lo que está en las antípodas del cálculo
que hace el actor racional en la teoría del capital humano
cuando decide invertir en educación.

Es interesante analizar el I.E.S. Belgrano desde el
punto de vista de la teoría de las redes de Boudelot y Estable,
aunque estos se refieran básicamente a la escuela primaria.
Pero cabe hacer la siguiente reflexión sobre este
instituto terciario pero no universitario: ¿se lo puede
considerar como la culminación de una carrera dentro de la
red primaria,
pero que no habilita para pasar a la red secundaria
superior?

Pensamos que puede llegar a considerarse de tal manera
ya que el propio P.E.I. de la institución, en varias
ocasiones recalca la subordinación de los egresados de
este instituto a los profesionales egresados de las
universidades, y que son los destinados a la red secundaria
superior. No se trataría, desde este punto de vista,
más que de un alargamiento del proceso de
escolaridad, el cual ya produjo en la fase primaria, la
división en redes.

Como dicen estos autores, se les estaría
impidiendo a estos estudiantes acceder a la cultura
burguesa en todo su esplendor, invitando a cada uno a mantener su
rango. Esto sin desconocer la transmisión de conocimientos
y destrezas profesionales para fabricar el pueblo que se
necesita.

Para Filmus en el proceso educativo hay dos dimensiones:
una social y otra individual. Esto permite que en determinadas
condiciones y en un mismo momento la educación puede
ser un factor de reproducción social y a la vez de progreso
personal para
importantes sectores de la población. Podría ser este el caso
de nuestro instituto, al otorgar credenciales subordinadas pero
que a la vez permiten un ascenso social y
económico.

Del mismo modo que lo hicimos con la teoría de
las redes, corresponde hacer algunas apreciaciones respecto de la
teoría de la correspondencia de Bowles y
Gintis.

Sostienen estos autores que el sistema
educativo, al integrar los jóvenes a los papeles
laborales limita el desarrollo
personal, ya que la escuela reproduce las relaciones que se
dan en el medio laboral. Este
instituto, al ofrecer una salida laboral con puestos subordinados
a otros que corresponden al nivel universitario, de algún
modo podría estar cumpliendo con esa tarea señalada
por los autores citados. Limita así el desarrollo
personal de los estudiantes perpetuando en sus conciencias la
estratificación social, donde, si bien puede alcanzar
niveles intermedios, no puede llegar a los superiores.

Al asumir puestos subordinados en la estructura
laboral no participa en la toma de
decisiones en las empresas. De este
modo ayuda a legitimar la desigualdad económica y la
orientación meritocrática de la
educación.

A la vez, al dar satisfacción a sus necesidades
por medio de las credenciales otorgadas, contribuye a la
estabilidad del sistema
eliminando las tensiones que provocan las necesidades
insatisfechas.

Al pertenecer los alumnos de este instituto a la
clase
asalariada, ya que la gran mayoría de ellos trabaja,
estarán destinados a los puestos de nivel medio pero no a
los directivos. De esta manera contribuye a la
perpetuación de la estructura de clases que exige la
reproducción de la división jerárquica del
trabajo.

No cabe duda de que la creación de este instituto
superior está relacionado con el tema del credencialismo.
Para Collins las mayores exigencias de educación formal se
deben a la elevación de requisitos educativos para empleos
ya existentes. Pero se debe hacer la salvedad de que las mismas
tareas de antes, se realizan ahora con el aporte de las nuevas
tecnologías, como la informática.

Por eso, si bien la esencia del trabajo no cambia, se
requiere la acreditación de nuevas credenciales. Por
ejemplo en el ámbito administrativo contable, al antiguo
título de perito mercantil hay que añadirle
conocimientos de computación, aunque sea en sus formas
operativas más simples.

Para Thurow las cualificaciones necesarias se adquieren
en el propio trabajo, lo que la educación formal debe
hacer es garantizar la entrenabilidad de una persona, o sea
que su adiestramiento
tendrá menos costo que el de
otro trabajador con menos credenciales.

Desde la perspectiva de otras teoría, y dado el
enfoque del trabajo que hemos realizado y por las
características de la institución analizada no
hemos podido aplicar los análisis microsociológicos del
contexto pedagógico, que hubieran sido de gran interés,
pero para ello sería necesario un estudio particular y
detallado del proceso educativo en el propio instituto. Por
tratarse de un colegio terciario, de ingreso voluntario, no
vemos, y no creemos que se produzcan casos de resistencia
cultural.

La vida institucional de este instituto la podemos
situar en el marco de la crisis de la
sociedad
salarial producida en los últimos años del siglo
XX, que ha demostrado la vulnerabilidad del sistema fordista de
producción.

Esta crisis se ha traducido en un gran aumento de la
tasa de desempleo y una
menor calidad de los
trabajos. Si bien es aventurado hablar del fin del trabajo, como
lo sostiene Rifkin, si podemos asegurar que hay una progresiva
transformación del trabajo. Nuevas formas que se refieren
al uso del tiempo y a las condiciones exigidas para cubrir los
nuevos empleos.

Al trabajo fordista, previsible y de tiempo completo,
que exigía conocimientos específicos y que no
admitía la toma de decisiones por parte de los
trabajadores, se oponen hoy nuevas formas de empleo.
Éstas se caracterizan por los nuevos modelos en el
uso del tiempo, así las modalidades de tiempo parcial,
temporal y de autoempleo.

Los requerimientos de competencias
también han variado, ahora son menos específicas,
más abstractas y amplias, aplicables a distintas
situaciones laborales, rápidamente adaptables a nuevas
circunstancias y que permiten la toma de decisiones por parte de
los trabajadores.

Hay que aclarar que la modalidad fordista no sólo
no ha desaparecido, sino que sigue afectando a la mayoría
de los trabajadores, aunque las nuevas modalidades avanzan
inexorablemente, sobre todo en las industrias que
usan tecnología de punta. También hay
empresas donde el sistema es una mezcla de fordismo y
producción flexible.

Las soluciones a
los problemas que
plantea esta crisis pueden se vistas desde una perspectiva
individual, donde cada persona deberá procurarse la
capacitación que le permita acceder a un
empleo, mejorar el que tiene o simplemente mantenerlo. Esta es la
visión del neoliberalismo
salvaje, individualista, egoísta y falto de solidaridad.

También esta crisis se puede abordar desde un
punto de vista social, como un problema de todos, que entendemos
es lo correcto, ya que la crisis repercute no sólo en los
afectados directamente sino en la sociedad toda.

En la crisis actual de nuestra sociedad, cuya gravedad
no es percibida por todos, no se trata de salvarse solo, tirando
a los demás de la balsa, sino de salvarse con todos.
Dentro de esta visión social de la problemática
actual podemos situar la creación, por parte del gobierno
provincial, del I.E.S. Belgrano.

Una de las características de las nuevas formas
de trabajo es la subcontratación, una cadena de
subcontrataciones, hasta llegar a quien efectivamente realiza
el trabajo,
que puede ser una pequeña o microempresa,
incluso unipersonal. Porque la tarea concreta a realizar es muy
específica y de pequeña envergadura, aunque pueda
formar parte de un gran proyecto. En este
sentido nuestro instituto, de acuerdo a lo observado en el
P.E.I., ofrece importantes oportunidades de empleo para ser
realizados con autonomía.

También responde la capacitación brindada
por el I.E.S., a tenor de lo expresado en el proyecto educativo
institucional, a las nuevas exigencias de capacitación, y
no solamente otorgar conocimientos técnicos
específicos como lo planteaba el sistema fordista. El
desarrollo de estas competencias son fundamentales en los tiempos
que se viven actualmente, el ritmo vertiginoso de innovaciones
tecnológicas, hace necesaria la actualización
permanente de conocimientos. Sin el desarrollo de competencias
amplias y básicas, es imposible la capacitación
continua de los trabajadores.

Esta capacitación no sólo se refiere a los
conocimientos específicos de la carrera, sino en un
sentido general, por ejemplo estudio de idiomas y de otras
culturas, fundamentales en un mundo globalizado.

Por eso hay que resaltar los convenios del M. Belgrano
con otros institutos del medio para la capacitación en
lenguas extranjeras. También en este marco debe ser
considerado como algo positivo la inclusión en la
currícula de disciplinas humanísticas, a las que se
les da la importancia debida con la creación de un
Departamento de Humanidades.

En el capitalismo de
hoy, conocido como capitalismo del conocimiento,
el capital más valioso de las empresas reside en el
grupo de
trabajadores del conocimiento, que son precisamente los que forma
el instituto objeto de nuestro estudio. Viéndolo desde
esta perspectiva, la oferta
educativa el I.E.S. puede resultar muy atractiva para quienes
quieran realizar estudios superiores, y para reafirmar esto
citamos a Morgenstern:

"Crece la demanda de
servicios
estratégicos y en algunos sectores, como el
informático, ya hay signos
alarmantes de escasez de
personal competente, como ocurre en Estados Unidos y Alemania".

Hoy en día hay algo más que se necesita,
además de las calificaciones y los conocimientos
específicos, para aumentar las posibilidades de empleo, es
lo que algunos llaman "educación social", mucho más
intangible que el propio conocimiento.

Algunos lo definen como personalidad
carismática, lo que hace referencia a una serie de
características que debe reunir la persona como
sociabilidad, capacidad de trabajar en grupo, liderazgo,
capacidad de asumir riesgos,
enseñar, aprender y negociar, etc..

Muy importante para el desarrollo de estas cualidades, y
para ir conociéndose el propio estudiante en situaciones
laborales concretas son las pasantías. Ya que de otra forma no es
posible desarrollar o cambiar ciertos aspectos de la
personalidad, algo muy difícil de implementar en el
propio colegio. De ahí la importancia de los convenios
establecidos entre nuestro instituto de estudio y diversas
instituciones
y empresas del medio para la realización de
pasantías.

Pero debemos aclarar que éstas se han instituido
recientemente y que no todos los estudiantes las
realizan.

También las carreras de informática y
telecomunicaciones, y en menor medida la de
diseño,
que brinda el I.E.S. tienen que ver con los nuevos yacimientos de
empleo. Estos se dan en muy variadas ramas de la economía
y por lo tanto los caracteriza su heterogeneidad. Lo que tienen
en común es que todos se generan a partir de nuevas
necesidades individuales o colectivas que no están
cubiertas o lo están parcialmente.

Si bien estos nuevos yacimientos de empleo obedecen a
las reglas de la economía de mercado,
están mucho menos expuestos a la competencia
internacional, lo que facilita la generación de empleo y
poder definir
éste como el principal objetivo en su
promoción por parte de los
gobiernos.

Las dos primeras carreras mencionadas están
ubicadas en la clasificación de la Comisión Europea
en el grupo A (los servicios de la vida diaria) ítem 3
(las nuevas tecnologías de la información y de la
comunicación). Aunque en otro apartado Morgenstern lo
considera no como nuevos yacimientos de empleo sino como mercados de
trabajo en pleno auge, en los que la oferta de personas
cualificadas resulta insuficiente.

También estas consideraciones hacen sumamente
atrayente la oferta del instituto Manuel Belgrano, para las
personas que quieran incorporarse a este relativamente reciente
mercado laboral y vale la pena, para corroborar esto, citar a
Morgenstern:

"El déficit de personal cualificado en el
campo de las nuevas tecnologías está empezando a
resultar alarmante para las empresas europeas. En Alemania, por
ejemplo, no se pudieron cubrir cerca de 70.000 puestos durante
1999. El déficit es particularmente grave en el sector
de Internet,
debido a la expansión del comercio
electrónico (International Herald Tribune,
1999)".

En la actualidad, al tratar el tema de la
educación surge siempre, como solución
mágica, la palabra "competencias". En el modelo
fordista las tareas se descomponían en las operaciones
más simples y se capacitaba específicamente para
las mismas. Hoy están surgiendo tipos de trabajos que
podemos considerar complejos, donde se necesitan distintos tipos
de calificaciones, aptitudes y actitudes,
donde la polivalencia y la rotación de ocupaciones son
habituales.

Las tareas no se dividen sino que se integran,
complejizándose. Por eso el centro de atención se ha focalizado en las
competencias, un conjunto de saberes y características
personales, que permiten desempeñarse en distintos
ámbitos, adaptarse rápida y fácilmente a
nuevas situaciones, y que permitan resolver problemas
imprevistos. Y es fundamental que estas competencias puedan
trasladarse transversalmente, de un puesto a otro, de una empresa a
otra.

Estas competencias son imprescindibles para las nuevas
modalidades de la producción flexible, definida por Coriat
como la capacidad de fabricar sin una mayor reorganización
productos
diferentes, a partir de una organización básica de los equipos y
con una reducida demora del ajuste (citado por Rodríguez
Guerra).

Esto lo podemos considerar como las nuevas competencias
empresariales, paralelas a las nuevas competencias
laborales de los trabajadores. Evidentemente no se puede
pensar en una producción flexible sin una fuerza de
trabajo también flexible, y esto de logra por medio del
desarrollo de las competencias.

En estas competencias se pueden distinguir dos niveles:
las competencias de empleabilidad, o sea aquellas necesarias para
obtener un empleo de calidad o para poder reciclarse. Son las
habilidades básicas como expresión oral y escrita,
matemática
aplicada, capacidad de abstracción o pensar. Estas
requieren una enseñanza sistemática y gradual. El
otro nivel es el más difícil de enseñar,
porque están relacionadas con las características
personales, como capacidad de trabajar en grupo., liderar,
negociar, atender clientes, manejar
la diversidad cultural, etc..

Estas competencias son muy difíciles de
desarrollar en una educación formal y en la propia
institución, porque si bien requiere de conocimientos,
también exige la práctica laboral e incluso
necesita de la educación no formal. De ahí la
importancia fundamental de las pasantías, al respecto
dicen Gallar y Jacinto:

"Las pasantías, cuando la experiencia
laboral es variada y está acompañada por un
reflexión educativa, es un excelente vehículo
para la adquisición de estas
competencias".

Bidaux y Mercier, citados por Rodríguez Guerra,
sostienen que las características esenciales del trabajo
en la producción flexible, son la abstracción, la
socialización y la gestión. Por abstracción se entiende
una capacidad de lectura, de
interpretación y de decisión a
partir de los datos entregados
por aparatos.

Socialización significa la interiorización
de la nueva cultura de la producción, la capacidad de
poner a disposición de los demás sus habilidades y
conocimientos y también de aprender permanentemente de los
demás. Gestión es la atribución dada a los
trabajadores, en grupos o
individualmente, de grados variables de
autonomía para organizar y gestionar su propio trabajo.
Conceptos que con otras palabras definen las competencias de los
que hemos hablado anteriormente.

Para Rodríguez Guerra, hoy en día un
trabajador cualificado no es tanto el que es especialista en una
tarea o grupo concreto de
tareas, sino más bien aquel que es capaz de aprender y
adaptarse rápidamente a nuevas situaciones laborales. Se
trata de favorecer un proceso permanente de aprendizaje y
adaptación de las competencias.

Para las nuevas modalidades laborales el especialismo es
considerado como nocivo. Para la producción flexible se
trata de eliminar las rigideces jurídico institucionales,
producto de
las leyes laborales y
los poderosos sindicatos a
que dio lugar la modalidad fordista de trabajo. La otra rigidez
que se trata de superar es la incapacidad de los trabajadores,
preparados para una operación específica, lo que se
remediaría con la nuevas cualificaciones que se intenta
otorgar en los colegios.

La demanda ha variado en los últimos años,
y a esto se debe a lo que se conoce como producción
flexible. Ahora se solicitan productos diversificados y
personalizados, de mayor calidad y por lo tanto se requieren
lotes menores y no la producción masiva del modelo
fordista.

Respecto del uso de la tecnología hay dos
enfoques: tecnocrático y antropocéntrico: el
primero trata de eliminar cada vez más el trabajo del
hombre,
dejándole solo tareas banales y un papel cada vez
más pasivo Se da una polarización de las
cualificaciones, porque en contraposición al trabajador
anterior, está el trabajador supercualificado, que
proyecta y mantiene los sistemas, y
domina las tecnologías sofisticadas. El primer tipo de
trabajador estaría relacionado con el sistema
fordista.

El enfoque antropocéntrico busca una
división de funciones entre
el hombre y la
máquina, que considere los puntos débiles y fuertes
de cada uno. Considera al hombre no como objeto sino como sujeto,
integrándolo al trabajo de manera sustancial, participando
en la elección, definición y diseño de los
sistemas junto con proyectistas y gerentes. Hay una
revalorización del saber obrero.

Si los objetivos del
P.E.I. del Manuel Belgrano se cumplen, indudablemente, en
sistemas basados en esta visión, sus estudiantes
tendrían cabida.

Los modelos adoptados varían mucho según
los países, la rama de la actividad o de la industria de
que se trata, de la tecnología disponible, de la mano de
obra con que se cuente, y en última instancia, de las
políticas adoptadas por las
empresas.

Ya hemos visto las capacidades que se exigen a los
trabajadores para la realización concreta de sus tareas,
pero Segre habla de otro tipo de exigencias como responsabilidad, atención, compromiso e
interés por el empleo. Esto es sin duda lo ideal, pero
debe llevar una contraprestación de parte de las empresas,
también estas deben atención, compromiso e
interés hacia el empleado. Pero en el auge actual del
neoliberalismo es muy difícil encontrar en las empresas
esas actitudes hacia sus trabajadores.

En general en los países en desarrollo se da un
uso predatorio de la mano de obra, con salarios bajos, altas tasa
de rotación, poca inversión en entrenamiento y
capacitación, con relaciones industriales
autoritarias.

No podemos decir que tengamos en este instituto un caso
de currículum oculto, pero algo así podemos
considerar si tenemos en cuenta que en el caso de la carrera de
telecomunicaciones no se pueden realizar prácticas por la
falta de materiales,
que las pasantías no se cumplen como se debiera, y que una
porción no despreciable de los alumnos de sistemas no
trabajan en lo suyo.

Existe la posibilidad de que estas circunstancias,
más el fenómeno de la devaluación de las credenciales, resulten
en la frustración de las expectativas de quienes
ingresaron a la institución. También es probable
que la visión del P.E.I. de la institución sea muy
optimista en la formulación de sus objetivos, que
quizás no están del todo de acuerdo con la
realidad. Es más, quizás algunos extremadamente
pesimistas en su visión de los institutos terciarios
puedan pensar en una política del Estado para
quedarse con su conciencia
tranquila, pero tal vez con la convicción íntima de
que no darán una gran oportunidad a los
estudiantes.

Esto recuerda a la política de Margaret Tatcher
en Gran Bretaña, donde a los desocupados generados por su
política neoliberal se les daban cursillos instrumentales
sabiendo que nos les servirían de nada. Esta última
hipótesis (pesimista) se deberá
estudiar en el futuro, ya que el fenómeno de los
terciarios es bastante nuevo en nuestro país como para
sacar hoy conclusiones definitivas.

También está relacionado con las
expectativas posteriores de los alumnos con la obtención
de un título secundario, si bien la gran mayoría
manifiesta su intención de concurrir a la universidad, los
trabajos de Filmus muestran que ese porcentaje se reduce
enormemente en el grupo socioeconómicamente más
bajo.

Un dato que nos parece contrastante es que dada la
población escolar del instituto, conformada
mayoritariamente por gente que trabaja, de las encuestas de
Filmus resulta que Sistemas no está entre las más
elegidas para continuar los estudios terciarios o universitarios,
apareciendo recién el el quinto lugar de las
preferencias.

Un dato que nos llamó poderosamente la
atención es el que surge de las estadísticas que figuran el P.E.I. sobre la
edad de los alumnos, y es que en primer año la edad
promedio es de veinticuatro años, o sea que no se trata en
general de alumnos recién egresados del polimodal, y
ésto, relacionado con el alto porcentaje de estudiantes
que trabajan, nos hace suponer que se trata de personas con
fracasos universitarios, gente que comprendió que para
insertarse laboralmente necesita más capacitación,
o que se trate de alumnos del polimodal con serios problemas
educativos que los llevó a repetir, y para esto podemos
ver las estadísticas de Filmus sobre repitencia y
sobriedad, que afectaban claramente al grupo de nivel más
bajo. Pero al no disponerse de encuestas y estadísticas de
la institución al respecto, sólo podemos hacer
inferencias y dejar planteado el tema para una investigación posterior que nos parece muy
interesente.

Esto puede implicar el juego con las
ilusiones, expectativas y esfuerzos de los alumnos que provienen
de niveles más bajos y sus familias. Ya Bowles y Gintis
demostraron con sus estudios que la capacidad cognitiva no es lo
fundamental para conseguir los mejores empleos; también
hemos hablado de lo que se llama "educación social",
fundamental en el mercado laboral actual; Bourdieu habla del
capital cultural; otro dato importantes es el capital social dado
por las relaciones familiares; por si esto fuera poco algunos
neoliberales atribuyen las capacidades cognitivas a una
cuestión genética
hereditaria.

Lo que queremos decir con esto es que el hecho de que
los hijos de familias de los niveles sociales más bajos
accedan a títulos importantes, tienen pocas posibilidades
de alcanzar los empleos que se merecerían de acuerdo a
esas credenciales. Al respecto son reveladoras las palabras de
Bourdieu:

"Efectivamente, tras un período de
ilusión y hasta de euforia, los nuevos beneficiarios
comprendieron en términos generales que, o bien no
bastaba con tener acceso a la enseñanza secundaria para
tener éxito
en ella, o bien no bastaba tener éxito en ella para
tener acceso a las posiciones sociales que los títulos
escolares, y en particular el bachillerato, permitían
alcanzar en otras épocas, es decir, en momentos en que
sus equivalentes no recibían esa enseñanza
secundaria."

Más adelante agrega el mismo autor:

"Los alumnos o estudiantes salidos de las familias
más desprovistas culturalmente no tienen muchas
posibilidades de obtener, al cabo de una larga escolaridad a
menudo pagada con pesados sacrificios, otra cosa que un
título devaluado; y si fracasan –lo cual sigue
siendo el destino más probable para ellos-, quedan
condenados a una exclusión sin duda más
estigmatizadora y total que en el pasado: . . . "tuvieron su
oportunidad". . . . Así, la institución escolar
tiende cada vez más a presentarse ante las familias y
los mismos alumnos como un engaño, fuente de una inmensa
decepción colectiva: como el horizonte, esta tierra
prometida que retrocede a medida que se avanza hacia
ella."

Hasta aquí hemos desarrollado nuestro
análisis sobre los dos principales actores implicados en
el proceso educativo desde el punto de vista de las teorías
del capital humano: el Estado y
los estudiantes, Hemos dejado de lado los docentes, por
no ser su papel tan decisivo en estas teorías, y que en
realidad podrían asimilarse a la misma problemática
de los alumnos.

Pero hay un cuarto actor que tiene una gran importancia
visto desde el capital humano, y que es el beneficiario directo
de los esfuerzos educativos del Estado y los alumnos. Nos
referimos a las empresas, que usufructúan el capital
adquirido por los egresados de las distintas instituciones
educativas, pero que poco hacen por el sistema educativo en
general. Nos vienen a la memoria las
reflexiones de Iván
Illich al respecto, si bien su teoría es bastante
utópica para aplicarla de una manera general, parcialmente
algunas de sus ideas podrían ser de utilidad.

Por ejemplo que en el sistema laboral actual el
trabajador debe estar previamente acreditado para acceder al
empleo, Illich propone que las empresas formen a los trabajadores
sin que éstos pasen previamente por los
colegios.

Es una idea interesante porque descongestionaría
el sistema educativo y las empresas tendrían los
trabajadores que ellas requieren, haciéndose cargo de la
capacitación de los empleados. En un sentido más
general este estudioso sostiene que las fábricas y todo
tipo de unidad de producción (granjas, explotaciones
agrícolas, de servicios, etc.) deben estar disponibles
para todos aquellos que lo deseen para capacitarse.

De este modo las empresas cumplirían un fin
social no servirían sólo para la acumulación
de capital para unos pocos. Para corroborar estas ideas citamos a
José Rivero:

"La presencia y los aportes de las empresas y de
los empresarios siguen siendo una tarea pendiente en este
esfuerzo colectivo. La educación como bien
público y responsabilidad de todos sigue siendo asumida
fundamentalmente por el Estado y por los hogares. Más
aún, hay indicios fundados de que las empresas con
mayores recursos en
nuestros países destinan sus principales sumas en
materias educativa no a sus operarios y trabajadores o
empleados sino a sus núcleos de gerencias y
directivos".

En nuestro país, dada su crónica
inestabilidad económica y política, nunca se ha
podido invertir en desarrollo
humano de una manera directa como se hace en países
desarrollados. Nos referimos por ejemplo a los préstamos
que se otorgan a estudiantes para el cursado de sus carreras, y
que estos, una vez recibidos, devuelven con lo que sus
títulos les proporcionan. Por eso es importante la
existencia de instituciones estatales de este tipo, que son
gratuitas y por lo tanto dan la posibilidad a estudiantes de
escasos recurso.

En el IES Manuel Belgrano sólo se requiere una
contribución voluntaria para Cooperadora de $ 80 anuales,
que en un 70% es abonada por los alumnos, aunque de estos solo un
50% paga el total y la otra mitad solo abona la mitad de la cuota
anual al inscribirse, pero luego no abona el resto.

  1. CONCLUSIONES

El gobierno de Mendoza, diagnosticando acertadamente un
contexto mundial de cambio
tecnológico acelerado y globalización, que trae aparejado un
aumento importante del desempleo y el subempleo, alta desigualdad
social y niveles de exclusión para grandes masas de
gente (efectos a los cuales no escapa nuestra provincia); y
además visualizando el creciente fenómeno de
devaluación de credenciales (en especial del secundario),
que implica que muchas personas, antes fácilmente
empleables, ahora no encuentran empleos aceptables,
decidió la creación del IES Manuel Belgrano,
institución no universitaria con carreras cortas que
responden mayormente a los nuevos yacimientos de empleo, que son
los que pueden asegurar que sus egresados efectivamente
encuentren trabajos sustentables y por lo tanto le transfieran
dicha sustentabilidad a largo plazo a dicho terciario.

Para evaluar acabadamente la eficacia del
estado mendocino en el logro de los mencionados objetivos nos
falta un poco más de información, aunque de
entrevistas
con autoridades del IES Belgrano surge que la empleabilidad
actual de sus egresados, en especial de la carrera de Sistemas,
no está siendo la esperada, y quizás como
consecuencia de ello está cayendo su matrícula,
aunque probablemente aquí pueda llegar a haber más
una saturación de la plaza mendocina en lo que respecta a
la oferta educativa en la carrera Sistemas que un fracaso de
dicho sector de las TICs como yacimiento de empleo en
Mendoza.

Pero por otro lado, también de entrevistas con
autoridades obtuvimos que el IES Belgrano se está
expandiendo hoy en día hacia otras carreras, como por
ejemplo con la creación del aula satélite en El
Algarrobal en Diseño de Indumentaria, lo que marca que la
realidad de los terciarios sigue en expansión, encontrando
aún nichos interesantes donde expandirse.

Entonces queda para trabajos de investigación
más profundos el análisis de la salida laboral de
sus egresados, que de paso también servirán para
testear si estos institutos sirven para la movilidad social
ascendente o sólo para respaldar las ideas de las
teorías crítico reproductivistas.

BIBLIOGRAFÍA

  1. PEI del IES Manuel Belgrano
  2. Filmus, "Estado, sociedad y educación en la
    Argentina de fin de siglo. Procesos y
    desafíos", la parte que habla sobre la teoría
    clásica de la sociología y su ramificación hacia
    la educación: el capital humano.
  3. Morgenstern, "La crisis de la sociedad salarial y las
    políticas de formación de la fuerza de
    trabajo"
  4. Rodríguez Guerra, "Exigencias educativas de la
    producción flexible"
  5. Segre, "Cambios tecnológicos y organizativos y
    sus impactos sobre la cualificación
    profesional"
  6. Gallart y Jacinto, "Competencias laborales: tema
    clave en la articulación
    educación-trabajo"
  7. Schultz, "La inversión en capital
    humano"
  8. Tenti Fanfani, diversos escritos sobre el tema "La
    escuela como un espacio de interacción"
  9. Tedesco, "Educar en la sociedad del
    conocimiento"
  10. Bello de Orellano "La educación en
    Iberoamérica"
  11. Filmus, "Cada vez más necesaria, cada vez
    más insuficiente"
  12. Bourdieu, "Los excluidos del interior"

TRABAJO REALIZADO PARA LA CÁTEDRA
"SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN", DEL CICLO DE
PROFESORADO PARA PROFESIONALES, FACULTAD DE FILOSOFÍA Y
LETRAS, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO, MENDOZA,
ARGENTINA

 

 

Autor:

Lic. Sebastián Laza

(economista y docente)

Cdor. Juan Oliverio

(contador público y docente)

Lic. Daniel Berná

(historiador)

Agosto de 2005

Partes: 1, 2
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